COMENTARIO DE TEXTOS HISTÓRICOS Juan Carlos Ocaña Aybar
COMENTARIO DE TEXTOS HISTÓRICOS Juan Carlos Ocaña Aybar
COMENTARIO DE TEXTOS HISTÓRICOS Juan Carlos Ocaña Aybar
EN SELECTIVIDAD:
CONSEJOS GENERALES
La primera idea que debe quedar clara es que no hay un único modelo de comentario de
texto. Las pautas que vamos a recoger aquí son una de las formas en las que se puede
abordar este procedimiento del conocimiento histórico.
La segunda idea que hay que subrayar es la siguiente: por mucho que estudiemos el
procedimiento, el modelo, la técnica del comentario de texto, nunca haremos un
comentario correcto si nos faltan los conocimientos adecuados del periodo
histórico en el que se encuadra el texto que analizamos. El primer paso para hacer un buen
comentario es conocer lo más profundamente posible la etapa histórica en la que surgió.
Finalmente, hay una cuarta idea que todo estudiante debe de tener clara. Hay que evitar un
doble riesgo: hacer una simple paráfrasis del texto o usarlo como un simple pretexto
para contar otra cosa. Ambos errores son en los que a menudo caen los alumnos que, o
bien no dominan la técnica del comentario, o bien saben poco del contexto histórico en el
que se ubica el texto. Hay que huir de estos dos extremos: escribir una mera repetición
parafraseada del texto o, tomando como excusa el texto, relatar un tema histórico con una
relación más o menos directa con el texto que se está analizando.
Esta fase es a menudo minusvalorada por los alumnos y es, en ese caso, el origen de muchos
comentarios incorrectos.
De esta primera lectura general del texto debemos obtener una primera idea global
sobre su contenido. En este momento, no debemos subrayar ni escribir nada.
En esta lectura pausada, atenta y reflexiva empezamos propiamente la labor intelectual del
comentario.
• Para mejor ubicar los distintos términos e ideas que contiene el texto, es habitual
numerar las líneas del texto. Dependiendo de la longitud del texto, podemos
numerarlas de una en una o de cinco en cinco.
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Mª Antonia calvo-Manzano
• Subrayar los términos clave para el análisis y comentario del texto. Son los
conceptos clave, específicamente históricos, sobre los que se basará nuestra labor
posterior. Pueden ser conceptos, personajes, fechas...Términos como Antiguo
Régimen, Guerra fría, ...
• Aclarar absolutamente el significado de todos los términos y palabras del
texto. Tanto los que son clave como palabras que no tengan un significado claro.
• Subrayar las ideas fundamentales del texto. Dependiendo del tipo de texto (los
textos jurídicos, por ejemplo, son difíciles de resumir) o de su dificultad siempre
podemos extraer los mensajes principales del texto. Sobre ellos deberá girar
posteriormente nuestro comentario.
• Subrayar las ideas secundarias que, en su caso, puedan ser útiles para el
comentario.
• Anotaciones escritas en los márgenes del texto. Es muy interesante que
escribamos todo lo que nos puede ayudar para el comentario: breves reseñas que
nos aclaren el significado de una palabra o frase, breves comentarios que reflejen
cualquier día de interés que nos surja según leemos comprensivamente el texto,
llamadas que nos remitan a algún aspecto del contenido histórico que hemos
estudiado...
Aquí se trata de señalar qué tipo de texto estamos analizando. Nos encontramos en un
terreno resbaladizo. Hay múltiples clasificaciones.
Una primera distinción sería entre fuentes primarias (textos que fueron producidos de
forma contemporánea al acontecimiento o periodo que se está estudiando) y fuentes
secundarias (todo tipo de texto que ha sido escrito con posterioridad y que trata de analizar
o describir lo que ocurrió en el pasado). En este segundo tipo de fuentes nos encontramos
con los textos historiográficos: extraídos de un libro de texto, de un libro de historia...
En el examen de Selectividad se incluyen casi siempre textos que son fuentes primarias.
Es muy difícil establecer todos los tipos de texto. No es raro encontrar textos que no
podemos encuadrar exclusivamente en uno de estos tipos. Podemos encontrarnos con textos
políticos que abordan una temática social, textos testimoniales con una temática claramente
política...
De cualquier manera, siempre debemos señalar las razones por las que catalogamos el
documento en un determinado tipo de texto.
Aquí se trata de responder al cuándo y el dónde del texto. Este es un elemento esencial
para el éxito del comentario.
En algún caso, el lugar donde fue escrito el texto puede ser significativo. Si es así,
debemos comentar brevemente las circunstancias históricas que singularizaron al lugar
donde se produjo el texto. Un ejemplo típico es la Constitución de 1812 aprobada en Cádiz.
En este caso es relevante por qué se aprobó el texto constitucional en la ciudad andaluza.
2.3. Autor
En primer lugar, hay que indicar si nos hallamos ante un autor individual o colectivo.
Si el autor es individual, hay que redactar una breve reseña biográfica en la que se recoja
la fecha del nacimiento y la muerte, o al menos el periodo histórico en el que vivió, el origen
social, las principales actividades que realizó a lo largo de su vida, su ideología...
2.4. Finalidad
Hay que indicar con qué objetivos se redactó el texto en su momento histórico.
2.5. Destinatario
Hay que señalar a quién iba destinado el texto. El destinatario puede ser privado o público.
En este último caso, puede estar dirigido a un grupo concreto de personas, una comunidad
local, nacional...
3. ANÁLISIS DEL TEXTO (resaltar las ideas fundamentales del texto y explicar los
conceptos históricos)
Para hacer correctamente esta parte del comentario es completamente necesario haber
realizado adecuadamente la lectura comprensiva del mismo. Hay que comprender el
significado de todas las palabras del texto (nombres propios, personas, lugares,
instituciones, términos técnicos...)
Se trata básicamente de hacer un resumen del texto, tratando de jerarquizar las ideas
expuestas distinguiendo las principales de las secundarias.
Simplificando podemos decir que hay dos métodos para hacer el resumen:
Aquí entramos en la fase más compleja y central del comentario. Ya hemos clasificado y
analizado el texto, ahora tenemos que explicar el texto.
Básicamente lo que hay que hacer es poner en relación el contenido del texto con la
situación histórica en la que se redactó. Es el momento en que más necesario es tener
un amplio conocimiento sobre el periodo histórico en el que se ubica el texto.
Se trata de reflexionar sobre por qué se hizo el texto (antecedentes históricos) y para
qué fines se redacto (consecuencias del texto).
• Límites temáticos: hay que ceñirse lo más posible al tema del texto. Si el texto
trata de un tema político hay que procurar que nuestra exposición se centre en los
aspectos políticos, aunque no se puede ser demasiado estricto. Partiendo de una
exposición sobre un tema político, podemos ampliar y comentar aspectos sociales ó
económicos. En general, podemos distinguir las siguientes temáticas: política,
cultura, economía, sociedad y relaciones internacionales.
• Límites cronológicos: el texto marca unos límites que delimitan un periodo
histórico sobre el que debe girar nuestro comentario. Dependiendo del texto,
tendremos mayor o menor información sobre el momento histórico en el que se
escribió. En el caso de la prueba de selectividad, lo más sencillo es limitarse al marco
del tema en el cual podemos encuadrar el texto. No obstante, si es pertinente puede
ser conveniente “saltarse” las fronteras marcadas en el currículo.
4.2.CRÍTICA (importancia del texto para comprender el periodo histórico en que está
inserto)
Por último, hay que concluir el comentario con un análisis crítico del texto. Aquí hay que
procurar huir de un exceso de personalismo y procurar sustentar las opiniones que se
viertan en criterios lo más objetivos posibles.