Ezequiel
Ezequiel
EZEQUIEL
INTRODUCCIN
1. Ttulo.-
2. Paternidad literaria.-
A diferencia de Jeremas, que se qued soltero (Jer. 16: 2), Ezequiel tuvo una
esposa a quien quera como el deleite de sus ojos (Eze. 24: 16). Ella muri
repentinamente en el noveno ao del cautiverio (cap. 24: 1; ver com. cap. 1:
2), y dej al profeta solo ante las grandes pruebas de su oficio proftico.
3. Marco histrico.-
Tales fueron los tiempos turbulentos en que Ezequiel, siendo todava joven, fue
llamado al oficio proftico. La perspectiva no era nada halagea. El castigo
que ya haba cado sobre Jerusaln, en vez de hacer que recapacitaran los
habitantes de Jud, pareci slo sumergirlos ms profundamente en la apostasa
y el vicio. Tampoco quisieron someterse a la "disciplina" (Heb. 12: 11) los
exiliados junto al ro de Quebar. Ellos tambin continuaron siendo rebeldes e
idlatras (Eze. 2: 3; 20: 39), y revelaron estar poco dispuestos a practicar
una reforma completa.
4. Tema.-
Los mensajes del libro de Ezequiel aclaran el propsito de Dios para con su
pueblo en el trance amargo del cautiverio babilnico. Durante siglos los
profetas haban aconsejado y amonestado a Israel, y sin embargo la nacin se
haba sumergido cada vez ms en la apostasa. Al fin result evidente que el
pueblo escogido jams alcanzara las metas que Dios le haba propuesto como
nacin (ver PP. 31 34), a menos que se emplearan medidas drsticas para
ensearle las lecciones de la obediencia y la cooperacin con Dios. Por lo
tanto, se le permiti que aprendiera en medio de la adversidad las lecciones
que haba rehusado aprender durante los tiempos de prosperidad (ver p. 33).
Aunque parezca extrao, fueron los gobernantes de Israel los que, por precepto
y ejemplo, llevaron al pueblo a la apostasa (Isa. 3: 12; 9: 16; Eze. 34:
2-19). Evidentemente, al principio Dios tena el propsito de que slo los
gobernantes fuesen llevados al cautiverio (Dan. 1: 3-4). La gran mayora del
pueblo haba de quedar en Judea, esperando all el regreso de un grupo de
escarmentados gobernantes para que los guiaran en los caminos de Dios. Si los
judos hubieseis estado dispuestos a someterse a Nabucodonosor, como lo quera
Dios (Jer. 27: 1-22), la ciudad de Jerusaln y su magnfico templo habran
quedado intactos (Jer. 17: 25, 27; 38: 17), y el siglo de demora, dificultades,
y desnimos que afrontaron los exilados a su regreso de Babilonia se hubiera
evitado. Pero la terca resistencia de Israel (Jer. 28: 1-14) hizo que su 599
copa de sufrimiento fuera cada vez ms amarga, y origin una segunda y una
tercera deportacin en los aos 597 y 586 a. C., respectivamente. "Los yugos
de madera" fueron reemplazados por "yugos de hierro" (Jer. 28: 13-14).
5. Bosquejo.-
11:25.
b. El castigo, 9: 1-11.
D. Cuarta seccin, 24: 1-27 (9. ao, 10. mes, 10. da).
Egipto.
29: 17-20.
Egipto, 30:20-26.
32: 1-16.
______________________________________________________________________
,RT,NO,0.2,RT,NO,0.516667,RT,NO,0.888889,RT,NO,1.79931,NM,NO,2.79931,NM,NO,3.37
639,RT,NO,3.9,NM,NO,4.4,NM,NO>Tabla Cronolgica de las Profecas de Ezequiel
______________________________________________________________________
1 (597196) (597196)
10 10 9 Enero 588
588 24-25?
12 10 10 Enero 587
587 29: 1-16;30: 1-19?
1 --- 11 587/86
587/86 26-28
5 10 12 Enero 585
585 33 (34-39?)
1 12 12 Marzo 585
585 32:1-16
Abr.
572?
603
CAPTULO 1
1 ACONTECI en el ao treinta, en el mes cuarto, a los cinco das del mes, que
estando yo en medio de los cautivos junto al ro Quebar, los cielos se
abrieron, y vi visiones de Dios.
2 En el quinto ao de la deportacin del rey Joaqun, a los cinco das del mes,
3 vino palabra de Jehov al sacerdote Ezequiel hijo de Buz, en la tierra de los
caldeos, junto al ro Quebar; vino all sobre l la mano de Jehov.
4 Y mir, y he aqu vena del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con
un fuego envolvente, y alrededor de l un resplandor, y en medio del fuego algo
que pareca como bronce refulgente,
7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie
de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruido.
8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenan manos de hombre; y sus caras y
sus alas por los cuatro lados.
9 Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvan cuando andaban, sino
que cada uno caminaba derecho hacia adelante.
10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de len al lado derecho
de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo haba en
los cuatro cara de guila.
11 As eran sus caras. Y tenan sus alas extendidas por encima, cada uno dos,
las cuales se juntaban; y las otras dos cubran sus cuerpos.
12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espritu les
mova que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvan.
fuego encendidos, como visin de hachones encendidos que andaba entre los seres
vivientes; y el fuego resplandeca, y del fuego salan relmpagos.
15 Mientras yo miraba los seres vivientes, he aqu una rueda sobre la tierra
junto a los seres vivientes, a los cuatro lados.
20 Hacia donde el espritu les mova que anduviesen, andaban; hacia donde les
mova el espritu que anduviesen, las ruedas tambin se levantaban tras ellos;
porque el espritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes apareca una expansin a manera
de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.
24 Y o el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como
la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un
ejrcito. Cuando se paraban, bajaban sus alas.
28 Como parece el arco iris que est en las nubes el da que llueve, as era el
parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visin de la semejanza de la
gloria de Jehov. Y cuando yo la vi, me postr sobre mi rostro, y o la voz de
uno que hablaba.
1.
Ao treinta.
Mes cuarto.
Quebar.
Visiones de Dios.
Estas no fueron tan slo visiones dadas por Dios, sino manifestaciones de la
gloria divina presentadas ante la vista del profeta. Tales revelaciones
reciben el nombre de teofanas. Con frecuencia suceden cuando comienza el
ministerio de un profeta. As, Isaas tembl ante la grandiosa manifestacin
del trono alto y sublime (Isa. 6: 1). Moiss contempl la gloria en la zarza
ardiente (Exo. 3: 2). Juan el revelador vio a uno semejante al Hijo del Hombre
que andaba en medio de los candeleros de oro (Apoc. 1: 13). Cul era el
propsito de estas visiones de Dios? Puede considerarse como la imponente
manifestacin mediante la cual Dios inicia al profeta en un nuevo mundo de
conocimiento y percepcin, una nueva etapa de su vida, una nueva fase de
responsabilidad. Se esperaba de esos mensajeros que, como profetas, se
expresaran con conviccin acerca de los asuntos divinos. No bastaran
suposiciones. Deberan hablar de cosas que en verdad hubieran visto. Les era
ventajoso poder decir con Isaas: "Han visto mis ojos al Rey, Jehov de los
ejrcitos"(Isa. 6: 5).
Ezequiel qued tan impresionado con su visin de la gloria divina, que tom
nota del momento preciso: fue "a los cinco das" del "mes cuarto", "en el
quinto ao de la deportacin de Joaqun" (vers. 2). Los cristianos haran bien
en tomar nota de las intervenciones 605 especiales de la divina providencia y
las revelaciones inslitas de la presencia divina en su vida para recordarlas
con frecuencia.
2.
Quinto ao.
3.
Vino.
El hebreo dice literalmente, "siendo fue". El verbo se duplica aqu para dar
ms nfasis: o sea, la palabra "ciertamente vino" al profeta. Ezequiel
reconoci que esta nueva vivencia era singular. Saba que lo que le haba
"venido" no proceda de arrebatos de su imaginacin ni de algn destello de
iluminacin espiritual. El Seor le estaba hablando directamente de un modo
que era posible porque haba sido investido del don proftico.
Sacerdote.
Ver la p. 597.
Mano de Jehov.
Smbolo del poder divino que descans sobre l. La misma expresin se emplea
en el caso de otros profetas, tales como Elas (1 Rey. 18: 46), Eliseo (2 Rey.
3: 15). Comparar esto con las vivencias de Daniel (Dan. 8: 18; 10: 10), Isaas
(Isa. 8: 11), y Juan (Apoc. 1: 17). Ezequiel saba que este nuevo y extrao
poder que ahora lo mova no era otro sino el poder de Dios.
4.
Y mir.
Del norte.
Fuego envolvente.
Bronce.
5.
Semejanza.
Al profeta se le muestran seres que nunca antes ha contemplado y a los cuales
tampoco conocan sus oyentes y lectores. Debe describirlos con palabras que
los hombres puedan entender. Sus sentimientos de incapacidad se reflejan en
que usa frecuentemente la palabra "semejanza". Esta palabra aparece 8 veces en
el cap. 1, una vez la expresin equivalente "a manera de", y una vez la palabra
"aspecto". 606
De hombre.
6.
Cuatro caras.
Los cuatro seres vivientes tenan la misma apariencia. Cada uno de ellos tena
cuatro caras: de hombre, de len, de buey, y de guila (vers. 10). En cambio
los cuatro seres vivientes que Juan vio no eran idnticos. Cada uno de ellos
tena slo una cara, y los cuatro tenan caras diferentes (Apoc. 4: 7). Sin
embargo, las formas de esas caras corresponden con las caras que Ezequiel vio
en los seres vivientes.
Cuatro alas.
Los seres vivientes de Apoc. 4 tenan seis alas, los serafines de Isa. 6: 2
tenan seis alas.
7.
Los pies.
Mejor, sus "piernas" (BJ). La palabra hebrea que se traduce como "pies" muchas
veces designa las "piernas" (1 Sam. 17: 6). Su contextura era tal, que los
seres vivientes podan moverse en todas direcciones, sin que necesitaran darse
vuelta, lo que se explica en Eze. 1: 17.
8.
Manos de hombre.
Ver com. cap. 10: 8. Si en estos dos pasajes se describe a los mismos seres,
lo que parecera evidente, las manos no son parte del cuerpo de los seres
vivientes. Representan la mano de Dios colocada debajo de las alas a fin de
guiarlos.
9.
Se juntaban.
10.
Sus caras.
Cada uno de estos seres tena slo un cuerpo, pero cada cuerpo tena cuatro
caras. Las caras estaban a los cuatro lados, para que cada uno de los cuatro
seres pudiera mirar hacia las cuatro direcciones al mismo tiempo.
Gracias a la inspiracin podemos saber cules son las lecciones que debemos
aprender de la visin de Ezequiel sobre los seres vivientes (PR 392-393; 2 TT
349-353; Ed 172-174). Las afirmaciones a las cuales se hace referencia aqu
establecen en primer trmino el marco de la visin. Esta presentacin
proftico tena el propsito de animar a los judos en momentos cuando una
buena parte de su pas estaba en ruinas por causa de las invasiones sucesivas,
y muchos de los habitantes estaban cautivos en un pas extranjero. A esos
oprimidos les pareca que Dios ya no rega el mundo. Muchos interpretaban que
el saqueo desenfrenado cometido por las naciones paganas significaba que a Dios
ya no le importaba lo que ocurra. El pueblo no vea la mano de Dios en el
decurso de la historia. No vean que un propsito divino y supremo estaba en
accin en lo que acababa de ocurrir, as como haba obrado a travs de todos
los siglos. Esta visin fue dada para mostrar que un poder supremo intervena
en los asuntos de los gobernantes terrenales y que Dios todava ejerca
dominio. Este era el propsito principal de la visin. Por lo tanto,
cualquier interpretacin que se intente hacer, debe ser consecuente con este
objetivo.
Donde el espritu.
13.
Hachones encendidos.
14.
Relmpagos.
Con esta figura se representa la velocidad de estos seres que van y vienen en
sus diversas misiones. "La luz resplandeciente que cruza entre los seres
vivientes con la rapidez del relmpago representa la rapidez con que esta obra
avanzar finalmente hacia su terminacin" (2JT 353).
A los hombres muchas veces les parece que los propsitos divinos tardan
demasiado en cumplirse. Es verdad que ha habido cierta demora, pero "el Seor
no retarda su promesa, segn algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento" (2 Ped. 3: 9). Un da, muy pronto, con terrible
velocidad, irrumpiendo como una sorpresa abrumadora, el fin vendr, ms
rpidamente de lo que esperan los hombres. 608
15.
16.
17.
As como ocurra con los seres vivientes, no haba ningn movimiento sobre un
eje, pero el movimiento era posible y las ruedas se desplazaban en todas
direcciones. No haba ningn cambio en la posicin relativa entre los seres
vivientes y las ruedas en movimiento.
18.
Aros.
"Circunferencia"(BJ)
Llenos de ojos.
Esto indica que la visin no tena que ver con meras fuerzas fsicas sino con
fuerzas inteligentes.
19.
En los vers. 19-21 hay ciertas repeticin, pero tambin se nota cierta
variedad en la expresin. La descripcin hace resaltar la perfecta
coordinacin de los movimientos de los seres vivientes y de las ruedas. No hay
una accin independiente, ni de parte de las ruedas, ni de los seres vivientes.
Segn PR 392-393 y 2JT 349-353, las ruedas, arregladas en forma tan complicada,
representan los asuntos de los hombres y los acontecimientos de la historia en
todas sus acciones y reacciones. Lo que para el observador inexperto parece
ser una confusin irremediable, resultado de la casualidad, obra de la ambicin
y del capricho de los hombres, se presenta aqu como un modelo armonioso,
formado y guiado por una mano infinita que marcha hacia un fin predeterminado.
Para un estudio acerca de la intervencin de Dios en la historia, ver com.
Dan. 4:17.
22.
Expansin.
Heb. raqia' (ver com. Gn. 1: 6; Sal. 19: 1). La "bveda resplandeciente"
(BJ) de la cual se habla es la expansin que est sobre los seres vivientes.
Cristal.
Heb. qraj, "hielo". En todos los otros casos, esta palabra se traduce como
"helada" (Gn. 31: 40; Job 6: 16) o "hielo" Job 37: 10; 38: 29; Sal. 147: 17;
Jer. 36: 30). Se presenta el cuadro de una manifestacin hermossima, quiz
algo parecida a la magnificencia de la luz del sol matinal que descansa sobre
las nieves eternas de alguna elevada cima.
23.
24.
Sonido.
Heb. qol, palabra comn para designar una "voz", un "ruido", un "sonido". En
cada caso, el contexto debe indicar cul significado es mejor.
25.
De arriba de la expansin.
Esta voz viene del trono que est por encima de la expansin (vers. 26).
Esta voz debe distinguirse del sonido que anteriormente se haba odo y
descrito.
26.
La figura de un trono.
El profeta vio en visin slo una representacin del original (ver com. vers.
10). Ezequiel no vio al Ser Divino, sino una representacin de la Deidad. Al
describir al Ser como a un hombre, el profeta fue sumamente cauteloso, como lo
indica la frase "semejanza que pareca de hombre". "A Dios nadie le vio jams"
(Juan 1: 18). Por lo tanto, los seres humanos no pueden dar una descripcin
precisa de la verdadera esencia divina. Dios se revela a los en visin o
realmente de varias formas: A Abrahn, Cristo se le apareci como un caminante
(Gn. 18: 1); Jacob, como un asaltante (Gn. 32: 24); a Josu, como un guerrero
(Jos. 5: 13). A Juan el revelador se le revel en visin de diversas maneras,
incluso con el smbolo de un cordero (Apoc. 6: 1; cf. Apoc. 1: 1-16; 14: 1).
Las "visiones de Dios" (ver com. Eze. 1: 1) le dieron a Ezequiel la garanta
que necesitaba para estar seguro de que su llamamiento era genuino, y le
aadieron la autoridad necesaria para presentar su mensaje.
27.
Bronce refulgente.
Heb. jashmal (ver com. vers. 4). Mediante varias repeticiones, el profeta
procura describir la excelsa gloria y el grandioso brillo de la escena. Sin
embargo, esta manifestacin no es ms que un plido reflejo del original,
porque el Padre eterno "habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los
hombres ha visto ni puede ver" (1 Tim. 6: 16).
28.
El arco iris.
El arco iris que rodea el trono de Dios es nuestra garanta de su amor eterno.
"El trono circundado con el arco de la promesa, [es] la justicia de Cristo. . .
El arco iris que rodea el trono representa el poder combinado de la
misericordia y la justicia" (EGW RH, 13-12, 1892). Es una prenda "de la
misericordia de Dios hacia el pecador arrepentido" (PP 97).
3-10 FE 395
11 PP 360
13 2JT 350
14 CS 566
CAPTULO 2
5 Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde,
siempre conocern que hubo profeta entre ellos.
6 Y t, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque
te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de
sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
7 Les hablars, pues, mi palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy
rebeldes.
8 Mas t, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa
rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
1.
Hijo de hombre.
2.
Entr el Espritu en m.
La profeca es uno de los dones del Espritu (1 Cor. 12: 28). El llamamiento a
ejercer el cargo de profeta no depende de una eleccin personal, sino de una
designacin divina (Nm. 12: 6; 1 Cor. 12: 28). La recepcin del Espritu
Santo, que imparte el don proftico, es la evidencia del llamamiento genuino.
Cualquier pretensin de haber recibido este don sin ese prerrequisito
necesario, ser falsa. Cuando Ezequiel fue llamado, el Espritu entr en l
provocndole un estado que en lenguaje proftico se llama estar "en el
Espritu" (Apoc. 1: 10; 4: 2). Mientras el profeta est "en el Espritu", puede
parecerle que realiza viajes por lugares distantes a pesar de que no d
siquiera un paso. Al describir su visin del tercer cielo, Pablo admiti que no
poda distinguir su visin de la realidad. "Si en el cuerpo, no lo s; si fuera
del cuerpo, no lo s; Dios lo sabe" (2 Cor. 12: 2).
3.
Hijos de Israel.
Gentes rebeldes.
4.
De duro rostro.
5.
Si no escucharen.
Conocern.
6.
No les temas.
Zarzas.
7.
8.
No seas rebelde.
9.
Una mano extendida.
10.
1-10 TM 215
7 CS 512; Ev 61; 2JT 301; 3JT 89, 391;5T 20, 74, 263; 8T 61, 69; TM 233 613
CAPTULO 3
1 ME DIJO: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a
la casa de Israel.
1.
Los que estudian la Palabra tambin deben aprender esta leccin. Deben recibir
la Biblia como si les hubiera sido enviada a ellos, porque los hombres no crean
la verdad divina, sino que la descubren en la Biblia. El mensaje debe
asimilarse en forma personal, debe ser algo ntimo. Las verdades deben
convertirse en parte integrante de la vida y del carcter. Este es el medio por
el cual los hombres llegan a ser en todo sentido nuevas criaturas.
3.
Cun emocionante le result a Ezequiel comprender que haba sido llamado para
ser colaborador de Dios, portavoz de Jehov para reprender los pecados de su
pueblo. Ser llamado a desempearse como profeta es en verdad un excelso
privilegio. Pero el peligro de la exaltacin del yo siempre se halla presente.
Pablo tema eso (2 Cor. 12: 7). Comprese esto con el caso de Elena de White
(LS 71-72). La vivencia inicial de Ezequiel, la sensacin de dulzura, ms tarde
se convirti en amargura cuando debi hacer frente a las realidades de la
tarea. Esto ocurre frecuentemente con los que son llamados a un servicio
especial. Cun pronto la primera emocin pierde su fuerza cuando uno tiene que
enfrentarse con las severas realidades del deber inflexible.
5.
De lengua difcil.
6.
Ellos te oyeran.
As como lo hicieron Naamn el sirio (Luc. 4: 27), la mujer cananea (Mat. 15:
21-28) o el centurin romano (Mat. 8: 5-12). Las maravillas que se realizaron
en Corazn y Betsaida habran sido ms que suficientes para la conversin de
Tiro, Sidn y Nnive (Mat. 11: 21; 12: 41). Pero Israel se haba empedernido
ms que las naciones que lo rodeaban.
7.
A m.
Es decir, los israelitas en general. Haba en ese tiempo santos como Jeremas y
Daniel, y sin duda muchos otros, que en forma individual mantenan su
integridad ante Dios.
8.
Fuerte.
9.
Diamante.
Heb. shamir, "piedra de gran dureza". Algunos piensan que se trata del
"esmeril". La RVR traduce "diamante" (cf. Jer. 17: 1) y as tambin la BJ; pero
en esa poca no se conoca el diamante.
10.
En tu corazn.
Esta frase explica la simblica accin de comer (vers. 1). En este versculo el
proceso de la recepcin aparece invertido: primero el corazn, despus los
odos. Esto ilustra un tipo de transposicin bastante comn en el hebreo.
11.
A los cautivos.
Antes (vers. 4; cf. cap. 2: 3) se le haba dicho a Ezequiel que su misin sera
la de ir a la casa de Israel. Ahora se le da la misin ms especfica de ir a
"los cautivos". Cuando Ezequiel fue llamado en el ao 593/592 a. C. (ver com.
cap. 1: 2), y por varios aos ms, los cautivos no formaban sino una pequea
parte de la nacin juda. Despus de la cada de Jerusaln en 586 a. C. los
cautivos representaban la mayora del pueblo. El mensaje de Ezequiel estaba
dirigido a los cautivos; el de Jeremas al remanente de Jud, y el de Daniel a
la corte de Babilonia, salvo aquella parte de su libro que estuvo sellada hasta
el tiempo del fin (Dan. 12: 4; CS 405). De modo que, aunque los tres fueron
contemporneos, sus esferas de responsabilidad eran diferentes. Ver p. 599.
12.
Me levant.
14.
Indignacin.
"Ardor" (BJ), "encono" (VM). El llamado de Dios, que tan dulce haba sido para
Ezequiel (Eze. 3: 3), al llevarse a la prctica se convirti en amargura. La
indignacin de Ezequiel pudo deberse en parte a los pecados de su pueblo; pero
por encima de eso, la revelacin de la dificultad insuperable de la tarea, el
temor al fracaso y quiz tambin la conciencia de no ser apto, sin duda se
sumaron para desanimar abrumadoramente al profeta. Comprese esto con un caso
similar en la vida de Jeremas (Jer. 20: 8, 9; cf. Jer. 9: 2).
15.
Tel-abib.
Heb. tel 'abib, "montculo de espigas todava verdes". Pero se estima que ms
bien proviene del acadio til abubi, "montculo de la inundacin de la
tormenta". Tales dunas de arena, producidas por accin del viento y del agua,
parecen ser comunes en las cercanas de Nipur (ver com. cap. 1: 1). Sin
embargo, no es posible ubicar con precisin a Tel-abib.
Siete das.
Algunos han comparado este perodo de siete das de silencio con un tiempo de
retiro que han tenido otros grandes caudillos religiosos, como por ejemplo los
40 das de Elas en el monte Horeb (1 Rey. 19: 48), la permanencia de Pablo en
Arabia (Gl. 1: 17) y el retiro de nuestro Seor al desierto despus de su
bautismo. Otros sugieren que la reaccin de Ezequiel se debi a su sorpresa
ante las condiciones con que se encontr o a las actitudes que enfrent. Otros
comparan el silencio de Ezequiel con la conducta de los amigos de Job, que se
sentaron en el suelo con el patriarca "por siete das y siete noches, y ninguno
le hablaba palabra" (Job 2: 13). Sin embargo, el contexto parecera sugerir
que Dios no haba dispuesto esa demora. En cambio, la mudez puede haber sido
causada por la amargura y la indignacin de espritu que 616 senta Ezequiel.
Es probable que el profeta postergara deliberadamente su misin, o quiz aun se
estuviera negando a realizarla. La misericordia de Dios esper siete das.
Cuando al fin de ese perodo no hubo respuesta de Ezequiel, le vino palabra del
Seor a modo de una solemne advertencia. Cabe recordar una reticencia similar
de parte de Elena de White a hacer saber a otros lo que el Seor le haba
revelado (1T 62-64).
17.
Atalaya.
18.
T no le amonestaras.
Muchas veces surge el interrogante: "Es justo que Dios permita que la
salvacin de un alma dependa de que otra persona cumpla o no con su deber de
dar la advertencia?" Debe responderse que Dios es justo, pero que el pecado es
sumamente injusto. Dios obra en favor de la salvacin de los hombres en una
manera que concuerda con su carcter y con los aspectos decisivos del conflicto
de los siglos. No emplea coaccin. Esto pone un lmite a lo que Dios puede
hacer directamente para la salvacin de un alma. Pero cuando otros cooperan con
Dios en sus esfuerzos por salvar esa alma, inmediatamente se incrementan las
influencias que operan sobre la persona, y aumenta la responsabilidad de que
acepte el plan divino para l. En esta consideracin se fundamenta la actividad
misionera. Consideremos el caso de una isla que no ha sido tocada por la
influencia cristiana. Dios, quien por medio de Jess "alumbra a todo hombre"
(Juan 1: 9), hace todo lo que puede para salvar a todos los habitantes del
lugar. Sin embargo, con la llegada del misionero, las oportunidades aumentan
mucho. Como resultado, muchos ms son salvados. As Dios no puede ser acusado
de injusticia, sino nosotros. Somos nosotros los que hemos sido atalayas
infieles, y nuestras propias almas se perdern a menos de que con genuino
arrepentimiento pidamos a Dios que nos perdone.
19.
Los hombres viven o mueren segn sea su eleccin personal. Ezequiel hace
resaltar la responsabilidad personal antes que la nacional. Individualmente los
israelitas no deban considerar que estaban perdidos porque su nacin sufra un
castigo. Por otra parte, no deban suponer que el arrepentimiento sera
innecesario para ellos como personas porque tenan a Abrahn como padre (Mat.
3: 9).
20.
Tropiezo.
Sus justicias.
No vendrn en memoria.
22.
Mano de Jehov.
Es evidente que lo que Ezequiel haba odo lo colm de una abrumadora sensacin
de la gravedad de su responsabilidad.
23.
La gloria de Jehov.
Ezequiel volvi a ver la impresionante visin que haba contemplado (cap. 1).
La gran manifestacin de la gloria de Dios que lo haba inspirado a aceptar su
misin, sin duda lo imbuy con una renovada certeza. Acept la reprensin
debida a su silencio. En adelante, Ezequiel aparece como siervo humilde y
obediente.
24.
Encirrate.
Probablemente Dios mand esto a fin de que tuviera el tiempo necesario para
meditar antes de comenzar a realizar su obra.
25.
Cuerdas.
26.
Se pegue tu lengua.
Como en el caso de Zacaras (Luc. 1: 22) que no crey las palabras del ngel,
parecera haber una reprobacin de la negativa de Ezequiel a hablar cuando se
le orden que deba hacerlo. Sin embargo, el Seor emple este caso para bien.
La mudez del profeta y el que slo pudiera hablar cuando el Seor abra su
boca, era otra seal a la casa rebelde de que las palabras que pronunciaba eran
en verdad las palabras del Seor.
27.
Oiga.
Comprese esto con las palabras de Jess registradas en Mat. 11: 15 y 13: 9. En
la LXX la segunda frase dice: "El que desobedezca, que desobedezca", que halla
un eco en Apoc. 22: 11.
Casa rebelde.
En tiempos anteriores, Dios haba dicho que Israel era un pueblo "de dura
cerviz" (Exo. 32: 9). El mismo espritu que provoc los 40 aos de
peregrinacin en el desierto haba hecho que el cautiverio fuera inevitable.
1-27 TM 216
7 CS 512
17-19 1T 313
18 2JT 523
19 2T 53
21 IT 313
CAPTULO 4
1 TU, HIJO de hombre, tmate un adobe, ponlo delante de ti, y disea sobre l
la ciudad de Jerusaln.
3 Tmate tambin una plancha de hierro, 618 y ponla en lugar de muro de hierro
entre ti y la ciudad; afirmars luego tu rostro contra ella, y ser en lugar de
cerco, y la sitiars. Es seal a la casa de Israel.
13 Y dijo Jehov: As comern los hijos de Israel su pan inmundo, entre las
naciones a donde los arrojar yo.
14 dije: Ah, Seor Jehov! he aqu que mi alma no es inmunda, ni nunca desde
mi juventud hasta este tiempo com cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en
mi boca entr carne inmunda.
17 para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y
se consuman en su maldad.
1.
Tmate.
Adobe.
2.
Fortaleza.
Heb. dayeq, sustantivo colectivo que designa el total de las obras de asedio,
619 quiz con referencia especial a los dispositivos que permitan que los
sitiadores alcanzaran una altura mayor que los muros, para observar as lo que
ocurra en la ciudad y tambin para disparar sus flechas contra los defensores.
Baluarte.
En este caso, algn terrapln que permitiera que los atacantes subieran a los
muros.
Arietes.
3.
Plancha de hierro.
Seal.
El hecho de que estos vvidos smbolos haban de ser una "seal", apoya
vigorosamente la idea de que este captulo habla de acontecimientos literales
(ver com. vers. 1). Con referencia a la palabra "seal", ver com. Isa. 7: 14.
4.
Lado izquierdo.
Es probable que la posicin tuviera que ver con el hecho de que Samaria se
encontraba al norte de Jerusaln, es decir, hacia la izquierda, cuando uno mira
hacia al este. No es necesario suponer que Ezequiel qued acostado en forma
continuada 24 horas al da, durante el largo perodo aqu especificado. Quiz
dedicara slo cierta parte del da a esta forma de predicacin simblica.
Casa de Israel.
5.
Si se usan las cifras que aparecen en el hebreo, deber considerarse que los
390 aos representan el perodo de la apostasa de Israel. Este perodo
comienza con la separacin de Jeroboam y las diez tribus cuando se apartaron de
Jud. Esta separacin seal el comienzo del pecado de Israel. Despus de
haberse separado de la monarqua designada por Dios, el reino septentrional
sufri bajo una larga sucesin de reyes impos. Ni uno de sus reyes fue
piadoso.
6.
Cuarenta das.
Entre otros intentos de entender estos perodos de tiempo est el que suma 390
ms 40, lo que da 430 das, cifra que se compara con Exo. 12: 40 donde se dan
430 aos de peregrinaje para los hijos de Israel. Pero esta analoga no parece
tener ningn sentido. Una variacin totalmente caprichosa relaciona los 390
das con los 40 azotes de Deut. 25: 3, los cuales fueron reducidos por los
maestros judos a "cuarenta azotes menos uno" (2 Cor. 11: 24). De este modo,
se pretende que les correspondan 39 a cada una de las tribus y 40 a Jud.
Da por ao.
Literalmente, "da para el ao". Esta expresin puede compararse con una
afirmacin similar en Nm. 14: 34: "Conforme al nmero de los das, de los
cuarenta das en que reconocisteis la tierra, llevaris vuestras iniquidades
cuarenta aos, un ao por cada da". En estas declaraciones se encuentran las
primeras insinuaciones de la escala proftico que ms tarde sera tan
importante en la interpretacin de las grandes profecas de tiempo, tales como
la del "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" (Dan. 7: 25) y la de "dos mil
trescientas tardes y maanas" (Dan. 8: 14).
7.
Afirmars tu rostro.
Expresin que indica perseverancia y firmeza de propsito (Lev. 17: 10; 20: 3,
5-6; 26: 17; Eze. 15: 7; 20: 46). La firmeza de propsito concerna "al asedio
de Jerusaln". Esto deba hacerse durante los perodos cuando el profeta
estuviera acostado de cada lado llevando simblicamente tanto la iniquidad de
Israel como la de Jud. La combinacin de estos actos puede entenderse mejor a
la luz de los propsitos de Dios en esta ocasin, como se los revela por medio
de Jeremas. Mediante varios smbolos, y tambin usando declaraciones
profticas sencillas, Dios le declar al remanente que haba quedado en Jud
que su nica esperanza de seguridad estaba en someterse al rey de Babilonia. Su
iniquidad haba ido demasiado lejos para que se pudiera evitar el castigo de
Jerusaln y de sus habitantes. Deban llevar su iniquidad. Les esperaba el
cautiverio. Esto se opona diametralmente a las arrogantes ambiciones de los
militaristas. Apoyados por falsos profetas, rechazaban en forma desafinaste la
exhortacin de Jeremas y seguan adelante con sus planes de resistir. Jeremas
mismo fue tildado de espa y traidor. Los que estaban cautivos juntamente con
Ezequiel tambin esperaban poder librarse de los babilonios. En vez de aceptar
con paciencia el plan de Dios de que llevaran su iniquidad y de que llegaran a
comprender que su rebelde corazn era la raz de todas sus penurias,
acariciaban la esperanza de que su amada ciudad resistirla y que pronto ellos
mismos podran volver a su tierra natal.
Descubierto tu brazo.
8.
Ataduras.
9.
Trigo.
Habas.
Ver 2 Sam. 17: 28.
Lentejas.
Millo.
Heb. dojan, palabra que slo aparece aqu y que se traduce correctamente como
"mijo" (BJ) o "millo" (RVR).
Avena.
Heb. kussmeth hoy conocido como Triticum sativum, "espelta". El pan que
tuviera una parte de espelta no sera muy sabroso.
10.
Veinte siclos.
o sea unos 200 g (ver t. I,p.173). Esta escasa racin apenas bastara para
sustentar la vida. 621
11.
12.
Excremento humano.
13.
Pan inmundo.
Es probable que este pasaje signifique que durante el cautiverio los judos no
podran observar todos los preceptos mosaicos sobre alimentacin.
14.
Ezequiel protesta por la orden divina. Pedro lo har muchos aos despus (Hech.
10: 14). Ezequiel afirma que ha sido observador escrupuloso de la ley. Su
peticin es oda y la orden se atena. Se le da permiso para usar un
combustible que es an hoy muy comn en esa parte del mundo.
16.
Ver Eze. 5: 16; 14: 13; cf. Lev. 26: 26; Sal. 105: 16. Aqu se muestra la
aplicacin de esta representacin proftico. Las condiciones que acompaan al
hambre, tan vvidamente representadas por Ezequiel, son aplicadas a la ciudad
de Jerusaln.
CAPTULO 5
1 Y TU, hijo de hombre, tmate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y
hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma despus una balanza de pesar y
divide los cabellos.
4 Y tomars otra vez de ellos, y los echars en medio del fuego, y en el fuego
los quemars; de all saldr el fuego a toda la casa de Israel.
6 Y ella cambi mis decretos y mis ordenanzas en impiedad ms que las naciones,
y ms que las tierras que estn alrededor de ella; porque desecharon mis
decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
8 As, pues, ha dicho Jehov el Seor: He aqu yo estoy contra ti; s, yo, y
har juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones.
9 Y har en ti lo que nunca hice, ni jams har cosa semejante, a causa de
todas tus abominaciones.
10 Por eso los padres comern a los hijos en medio de ti, y los hijos comern a
sus padres; y har en ti juicios, y esparcir a todos los vientos todo lo que
quedare de ti.
11Por tanto, vivo yo, dice Jehov el Seor, ciertamente por haber profanado mi
santuario con todas tus abominaciones, te quebrantar yo tambin; mi ojo no
perdonar, ni tampoco tendr yo misericordia.
16 Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que sern
para destruccin, las cuales enviar para destruiros, entonces aumentar el
hambre sobre vosotros, y quebrantar entre vosotros el sustento del pan.
1.
Navaja de barbero.
Corresponde mejor: "Toma una espada afilada, tmala como navaja de barbero"
(BJ). Evidentemente el profeta deba tomar una espada, por cansa de su
simbolismo, para emplearla como navaja. Con referencia a la figura de la
navaja, ver Isa. 7: 20, donde se emplea este instrumento como smbolo de la
devastacin obrada por un ejrcito invasor.
Sobre tu cabeza.
Balanza.
Es posible que la balanza represente justicia y el cuidado con que Dios trata a
cada alma. Cada alma ser tan cuidadosamente pesada y las recompensas sern
asignadas de tal modo, que cuando se revelen los juicios de Dios al fin de la
historia, no se oir ni una sola voz de protesta en toda la vasta creacin.
Desde el ms pequeo hasta el ms grande, todos se vern obligados a confesar:
"Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos" (Apoc. 15: 3; ver CS
727).
2.
En medio de la ciudad.
Es decir, en medio del smbolo que Ezequiel haba hecho (cap. 4: 1). La
tercera parte que se quem representaba a los que estuvieran en la ciudad y
pereceran por la peste y el hambre (cap. 5: 12). La tercera parte que sera
cortada con espada alrededor de la ciudad representa a los que moriran a
espada mientras intentaran escapar, como ocurri en el caso de los hijos de
Sedequas y el resto del squito del rey (Jer. 52: 10). La tercera parte que
sera esparcida representa a la pequea parte de la poblacin que despus de
haber escapado de la destruccin, sera esparcida entre los paganos. Aun all
la espada haba de seguirlos (Eze. 5: 12).
3.
En la falda.
4.
Buena parte del remanente habra de perecer violentamente. Esta profeca hall
un trgico cumplimiento en la conspiracin de Ismael contra Gedalas y las
calamidades que siguieron (Jer. 40-41). Esto motiv a que muchos descendieran a
Egipto, donde murieron en consonancia con la profeca de Jeremas (Jer. 42:
13-17). Los que permanecieron en el pas sufrieron otro destierro por orden de
Nabuzaradn (Jer. 52: 30). Como resultado de todo esto, la tierra se despobl.
5.
Dios coloc a su pueblo en "medio de las 623 naciones", y quera que fuera una
gran fuerza evangelizadora mediante la cual el conocimiento del verdadero Dios
deba de extenderse a todo el mundo. Deseaba que la nacin de Israel fuera una
clara demostracin de la superioridad de la verdadera religin por sobre todos
los falsos sistemas de culto. El caso de Israel y su prosperidad haban de ser
un ejemplo tan atrayente, que todas las naciones buscaran al Dios de Israel
(ver las PP. 28-32).
Esta leccin es para nosotros tambin. Dios nos ha colocado como cristianos,
individualmente como luces para nuestros vecinos. Tambin espera de nosotros
que seamos una demostracin de la inmensa superioridad y de las grandes
ventajas de ser cristianos. Desea que hagamos de nuestra religin algo tan
atrayente como para que otros tambin la busquen.
6.
Mejor, "Pero ella se ha rebelado contra mis normas con ms perversidad que las
naciones" (BJ). La rebelin es un acto voluntario, premeditado y planificado.
Debe entenderse en el sentido de que los israelitas haban pecado contra una
luz mayor. Dios juzga a los hombres teniendo en cuenta la luz y las
oportunidades que han tenido o que pudieran haber tenido si las hubieran
buscado. Quienes forman parte de la iglesia de Dios en este tiempo disponen de
la luz acumulada durante siglos. Dios espera de ellos una norma de conducta ms
elevada que la de las personas de cualquier poca anterior. Si se resisten y
con rebelin se niegan, como lo hizo Israel, su culpa ser proporcionalmente
mayor.
7.
10.
Moiss, y ms tarde Jeremas, haban amenazado con este terrible castigo (Lev.
26: 29; Deut. 28: 53; Jer. 19: 9). Esta prediccin hall su horrible
cumplimiento en el asedio de Samaria (2 Rey. 6: 28-29), en el sitio de
Jerusaln por los caldeos (Lam. 4: 10) y finalmente en el sitio de la ciudad
por los romanos (Josefo, Guerras vi. 3, 4). Moiss tambin haba advertido que
seran esparcidos "por todos los pueblos" (Deut. 28: 64).
11.
Vivo yo.
Profanado mi santuario.
Te quebrantar.
12.
13.
Tomar satisfaccin.
Heb. najam, en la forma verbal que aparece aqu, "me vengar" (BJ). Es
difcil que concibamos que Dios se satisfaga ejecutando tan terribles castigos
como stos, pues Dios no quiere "la muerte del impo" (cap. 33: 11). Isaas
dice que la destruccin es la "extraa obra" de Dios (Isa 28: 21). Ante la
necesidad de un castigo, as describe Oseas los sentimientos de Dios: "Cmo
podr abandonarte, oh Efran? Te entregar yo, Israel? Cmo podr yo hacerte
como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazn se conmueve dentro de m, se
inflama toda mi compasin" (Ose. 11: 8). A pesar de la compasin y de la
misericordia de Dios, la rebelin y la iniquidad deben recibir su merecido
castigo y el mal debe ser rado de la tierra. 624
14.
Soledad.
15.
Escarmiento.
16.
Hambre.
CAPTULO 6
2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, y profetiza contra
ellos.
4 Vuestros altares sern asolados, y vuestras imgenes del sol sern quebradas;
y har que caigan vuestros muertos delante de vuestros dolos.
5 Y pondr los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus dolos, y
vuestros huesos esparcir en derredor de vuestros altares.
6 Dondequiera que habitis, sern desiertas las ciudades, y los lugares altos
sern asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y
vuestros dolos sern quebrados y acabarn, vuestras imgenes del sol sern
destruidas, y vuestras obras sern deshechas.
8 Mas dejar un resto, de modo que tengis entre las naciones algunos que
escapen de la espada, cuando seis esparcidos por las tierras.
10 Y sabrn que yo soy Jehov; no en vano dije que les haba de hacer este mal.
11 As ha dicho Jehov el Seor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie, y
di: Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel! porque con
espada y con hambre y con pestilencia caern.
12 El que est lejos morir de pestilencia, el que est cerca caer a espada, y
el que quede y sea asediado morir de hambre; as cumplir en ellos mi enojo.
13 Y sabris que yo soy Jehov, cuando sus muertos estn en medio de sus
dolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las
cumbres de los montes, debajo de todo rbol frondoso y debajo de toda encina
espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus dolos.
1.
Palabra de Jehov.
Esta frase indica el comienzo de una nueva revelacin, sin duda despus de un
intervalo de silencio entre esta revelacin y la anterior. Sin embargo, la
profeca 625 est estrechamente relacionada con la explicacin del simbolismo
del cap. 5. El intervalo no puede haber sido largo; el cap. 8 est ubicado en
el 6. mes del 6. ao, poco ms de un ao despus del comienzo de las visiones
de Ezequiel. En este libro, la frase "vino a m palabra de Jehov" parece
introducir cada nueva revelacin divina.
2.
Pon tu rostro.
Frase caracterstica de Ezequiel (caps. 13: 17; 20: 46; 21: 2, 16; 25: 2; 28:
21; 29: 2; 35: 2, 38: 2).
Figura potica que representa a los habitantes de esos montes (Eze. 36: 1; Miq.
6: 2). En contraste con las amplias llanuras donde estaba Ezequiel, Judea era
un pas montaoso. Adems, los montes eran centros de culto idoltrico (Deut.
12: 2; 2 Rey. 17: 10-11; Jer. 2: 20; 3: 6, 23; Ose. 4: 13).
3.
Los arroyos.
Es posible que se haga mencin especfica a los arroyos y los valles, porque
all tambin se realizaban abominables ritos de idolatra, tales como el
sacrificio de los nios por fuego en el valle de Hinom (Isa. 57: 5; Jer. 7:
31).
Lugares altos.
Heb. bamah. Estos eran santuarios al aire libre donde la gente ofreca
sacrificios a Jehov (ver com. 1 Rey. 3: 2). Sin embargo, debido a que los
cananeos haban practicado la ms vil idolatra en estos lugares altos, el
culto all tenda a degradar la religin de Jehov. Despus del establecimiento
del templo en Jerusaln, se fue el nico centro legtimo de culto en toda la
nacin. Al propasarse la idolatra, esos lugares altos se convirtieron en
escenarios de la celebracin de los ms degradantes ritos paganos. Algunos
reyes piadosos, como Ezequas y Josas, procuraron destruirlos (2 Crn. 31: 1;
34: 34); pero sus sucesores idlatras los restablecieron.
4.
Vuestros dolos.
6.
Sern deshechas.
Del verbo hebreo majah, que en la forma verbal que aparece aqu tiene ms vigor
que "ser deshecho". Significa ,"exterminar", "aniquilar". Los israelitas
deberan haber "exterminado" los altares idoltricos de los cananeos para as
haber quitado realmente de su medio un motivo de tentacin. Porque no hicieron
caso a la orden divina, sus propias obras habran de ser radas.
7.
Sabris.
En vez de reconocer a Dios y hacer caso a sus revelaciones, los hijos de Israel
hacan "escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras,
burlndose de sus profetas, hasta que subi la ira de Jehov contra su pueblo,
y no hubo ya remedio" (2 Crn. 36: 16). El pueblo se neg a reconocer que el
mensaje divino era genuino, hasta que fue rudamente sacudido por el castigo con
que lo amenazaban esos despreciados profetas. El cumplimiento de la profeca
fue el sello divino de la legitimidad del profeta y de su obra.
En su idolatra los israelitas haban comparado a Jehov con los dioses de los
paganos, y lo haban considerado como uno de los muchos dioses a quienes se
poda adorar. Escogieron sus dioses pensando en cul les podra proporcionar
una mayor prosperidad (2 Crn. 28: 23). Para combatir esta filosofa
desmoralizadora, los profetas haban presentado dos clases de pruebas para
demostrar la superioridad del verdadero Dios sobre los que eran dioses slo de
nombre. En primer lugar, se refirieron al poder creador de Jehov. Y en segundo
lugar, subrayaron la capacidad divina para predecir (Isa. 45; Jer. 10). Aqu se
presenta esta ltima prueba como la que finalmente arrancara de labios de los
626 obstinados israelitas la confesin de que, al final de cuentas, Jehov era
el verdadero y nico Dios. En su misericordia, Dios haba esperado que este
reconocimiento se produjera antes de que ya no hubiera remedio. El Seor no
deseaba permitir que sus escogidos cosecharan el fruto de su propia obstinada
incredulidad.
8.
Un resto.
Tal como ocurre con frecuencia en los mensajes profticos, hay aqu una
vislumbre de esperanza en una profeca de calamidades. Debido a las difciles
condiciones, algunos seran conmovidos y admitiran que haban actuado
impamente, y en cierta medida se volveran a su Dios. Por medio de este
"resto" Dios procurara cumplir sus promesas.
9.
Yo me quebrant.
Algunas de las versiones antiguas dicen: "yo quebrant", es decir, que Dios
quebrant sus corazones en un esfuerzo por llevarlos al arrepentimiento. La BJ
y la VM concuerdan con esas versiones.
Sus ojos.
Es probable que se mencionen los ojos porque son el medio por el cual el
corazn ha sido seducido por mal.
Fornicaron.
Se avergonzarn de s mismos.
11.
Palmotea... golpea.
Se ordena realizar estas dos acciones para transmitir una mezcla de emociones,
estupefaccin, asombro, indignacin, desagrado, tristeza, pena y lstima, en
primer lugar, por el pecado que ha contemplado, y en segundo lugar, por el mal
que prev (Eze. 22: 13; cf. Nm. 24: 10; Job. 27: 23).
12.
13.
Aqu se enumeran todos los lugares donde la gente sola levantar santuarios
para la idolatra (vers. 6). Las cimas de los collados eran lugares predilectos
para levantar santuarios. 627
14.
Diblat.
CAPTULO 7
3 Ahora ser el fin sobre ti, y enviar sobre ti mi furor, y te juzgar segn
tus caminos; y pondr sobre ti todas tus abominaciones.
6 Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aqu que viene.
16 Y los que escapen de ellos huirn y estarn sobre los montes como palomas en
los 628 valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad.
24 Traer, por tanto, los ms perversos de las naciones, los cuales poseern
las casas de ellos; y har cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios
sern profanados.
1.
Palabra de Jehov.
La repeticin de esta frase (ver com. cap. 6: 1) sugiere que haba transcurrido
otro perodo de silencio, seguido ahora por una nueva comunicacin proftica.
El tema de este captulo es la inminencia de los castigos ya predichos y la
magnitud de la destruccin. Este captulo tiene forma ms potica que los
mensajes anteriores y podra compararse con una endecha.
2.
El fin.
Sin duda esta frase se repite para dar mayor nfasis (vers. 6; cf. cap. 12:
21-28). Esta es la nota tnica del cap. 7.
Literalmente, "las cuatro alas". Esta expresin equivale a los cuatro puntos
cardinales: norte, sur, este, oeste (ver Isa. 11: 12; Apoc. 7: 1). Se predice
aqu el fin de Israel como nacin.
3.
Te juzgar.
En los vers. 8-9 se repiten casi sin modificaciones los vers. 3-4. Estos
pasajes representan sin tipo de estribillo en la endecha. As se le da mayor
fuerza a las acusaciones.
Cf. con Apoc. 22: 12. Algunos psiclogos han alegado que el hombre no es
totalmente responsable de sus acciones. Afirman que es vctima de problemas
glandulares, de un sistema nervioso inestable o de sin ambiente inadecuado. Sin
embargo, la religin de la Biblia afirma y demuestra que el poder del Evangelio
es mayor que toda tendencia hereditaria o cultivada hacia el mal.
4.
Ni tendr misericordia.
5.
Un mal.
Se ha despertado.
7.
Maana.
Heb. tsefirah, cuyo significado es incierto. Esta palabra slo aparece aqu, en
el vers. 10 y en Isa. 28: 5, donde se traduce como "corona". Viene de una raz
que significa "trenzar", "entrelazar". Es posible que se refiere a la
culminacin, la "corona" del "fin".
Alegra.
Heb. hed, palabra que slo aparece aqu en el AT. Es posible que en vez de hed
debera leerse hedad, el grito de alegra de quienes prensan las uvas (Jer 25:
30; 51: 14). 629 En lugar de alegra habra un ruido discordante y aterrador de
batalla y de guerra.
8.
Te juzgar.
En los vers. 8-9 se repiten en buena parte las palabras de los vers. 3-4. La
ltima frase es ms enftica: "Sabris que yo soy Jehov el que castiga".
10.
Ha florecido la vara.
Por lo general, los intrpretes judos han entendido que la vara representa al
conquistador caldeo, la vara de la ira del Seor. Su poder creca como un
renuevo, dando indicios de vigorosa vitalidad, y rpidamente tomando la forma
que permitira que el conquistador golpeara fuertemente. La "soberbia" tambin
puede aplicarse a los caldeos, o quiz tambin a Israel, quien por su
"insolencia" (BJ) estaba ganndose su castigo.
11.
La violencia se ha levantado.
12.
13.
No volver.
El vendedor, sin duda, tendra demasiada edad como para que tuviera la
esperanza de vivir hasta que se hubieran completado los 70 aos del cautiverio.
Tampoco le aprovechara en nada el ao del jubileo mientras estuviera en el
cautiverio.
14.
16.
Como palomas.
Gimiendo.
El verbo hamah es empleado para designar el gruido de los osos (Isa. 59: 11),
el ladrido de los perros (Sal. 59: 6, 14), el bramido de las naciones (Sal. 46:
6), el clamor del salmista (Sal. 55: 17), el estruendo del mar (Isa. 17: 12).
Con frecuencia, cuando el pecado produce sus amargos resultados, se expresan
acerbos pesares. Desgraciadamente, esos "pesares" son ocasionados por las
tristes consecuencias del pecado y no porque el pecado haya deshonrado a Dios.
Los hombres anhelan que desaparezcan las consecuencias, mas no ser liberados de
la culpa y del poder del pecado; pero esto ltimo debe preceder a lo anterior.
En la LXX, la segunda parte del versculo reza: "A todos matar, a cada uno en
sus injusticias". En siraco dice: "todos ellos morirn", como si el
manuscrito hebreo del cual se tradujo hubiera tenido all una forma del verbo
muth, "morir", y no del verbo hamah, "gemir".
17.
18.
Cilicio.
Cabezas... rapadas.
Era costumbre raparse la cabeza en seal de profundo duelo (Isa. 15: 2; Jer. 7:
29; 48: 37; Ams 8: 10).
19.
Su plata.
Ser desechado.
20.
Su ornamento.
El ornamento de ellos. El pueblo haba empleado su riqueza, su plata y su oro
para fabricarse dolos detestables, a los cuales Dios aborreca.
Soberbia.
23.
Cadena.
24.
Sus santuarios.
El empleo del adjetivo posesivo "sus" insina que Dios ya no consideraba suyos
a los israelitas. El plural podra referirse al templo y sus diversos lugares
santos. Es interesante notar en la Epstola a los Hebreos que la palabra griega
hgia, traducida como "santuario", es tambin una forma plural (Heb. 8: 2).
Algunos piensan que en este pasaje no se hace referencia al templo sino a
santuarios privados, levantados en los techos de las casas y en los jardines.
25.
Destruccin.
Heb. qefadah, "angustia", "temblor" como de quien siente gran temor. Sin duda
se refiere al horror y al espanto que acompaan a los terribles castigos, tal
como el Seor lo describi tan claramente al referirse a los hombres que
desfallecen "por el temor y la expectacin de las cosas que sobrevendrn" (Luc.
21: 26).
26.
Rumor.
Comprese esto con la expresin "guerras y rumores de guerra" (Mat. 24: 6; cf.
Luc. 21: 9). Los rumores que circulan en tiempos de invasin y de guerra
intensifican la angustia. Se dice que en este tiempo de angustia, era en vano
recurrir a las tres principales fuentes de instruccin: los profetas, los
sacerdotes y los ancianos (1 Sam. 28: 6; Jer. 5: 31; 6: 13; 23: 21-40; 28: 1-9;
Lam. 2: 9; Ams 8: 11; Miq. 3: 6).
27.
El rey se enlutar.
El rey, el prncipe (en ciertos pasajes equivale a "rey", como en los caps.
12:12; 19:1; aqu podra ser el heredero del trono), y la gente comn: todos
habran de sufrir por igual.
Sabrn.
19 3T 549
CAPTULO 8
1 EN EL sexto ao, en el mes sexto, a los cinco das del mes, aconteci que
estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Jud estaban sentados delante
de m, y all se pos sobre m la mano de Jehov el Seor.
2 Y mir, y he aqu una figura que pareca de hombre; desde sus lomos para
abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba pareca resplandor, el aspecto de
bronce refulgente. 631
4 Y he aqu, all estaba la gloria del Dios de Israel, como la visin que yo
haba visto en el campo.
5 Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y
alc mis ojos hacia el norte, y he aqu al norte, junto a la puerta del altar,
aquella imagen del celo en la entrada.
6 Me dijo entonces: Hijo de hombre, no ves lo que stos hacen, las grandes
abominaciones que la casa de Israel hace aqu para alejarme de mi santuario?
Pero vulvete an, y vers abominaciones mayores.
7 Y me llev a la entrada del atrio, y mir, y he aqu en la pared un agujero.
9 Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que stos hacen all.
12 Y me dijo: Hijo de hombre, has visto las cosas que los ancianos de la casa
de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cmaras pintadas de imgenes?
Porque dicen ellos: No nos ve Jehov; Jehov ha abandonado la tierra.
13 Me dijo despus: Vulvete an, vers abominaciones mayores que hacen stos.
1.
Sexto ao.
Mes sexto.
Ancianos.
2.
De hombre.
El hebreo dice que el profeta vio una figura con apariencia de fuego. La
apariencia "de hombre" proviene de la LXX. Sin embargo, la mencin de "lomos" y
de la "mano" (vers. 3) implican que lo que vio tena figura humana. A Ezequiel
se le present otra teofana (ver com. cap. 1:1). La visin aconteci mientras
los ancianos estaban sentados delante del profeta. Evidentemente no vieron
nada, pero el estado de visin en que estaba Ezequiel sin duda los prepar para
escuchar al final de la visin "todas las cosas que Jehov... haba mostrado"
al profeta. (cap.11: 25).
3.
El Espritu me alz.
No tenemos razn para pensar que Ezequiel fue transportado literalmente. Sin
duda se traslad en visin (ver com. Dan. 8: 2). Como Pablo, sin duda Ezequiel
no poda determinar si estaba en el cuerpo o fuera de l (2 Cor. 12: 3).
Esta era una de las puertas que llevaba del patio del pueblo al patio de los
sacerdotes. En el relato de la construccin del templo de Salomn no se
menciona la existencia de puertas que dieran acceso de uno de esos atrios al
otro, pero es evidente que las hubo en el templo posterior de Herodes. Era
quiz una de las partes ms conspicuas del templo, un lugar donde se congregaba
mucha gente.
La imagen.
Heb. smel, "dolo", "imagen", que aparece slo cinco veces en el AT (Eze. 8:
3, 5; Deut. 4: 16; 2 Crn. 33: 7, 15), y siempre se traduce correctamente en la
RVR. Se han hecho varias conjeturas en relacin con esta "imagen del celo". Se
ha pensado que podra ser una representacin de Baal, Moloc o Astart. Pero es
posible que "imagen del celo" no fuera un nombre propio de una deidad pagana
especfica, sino ms bien un nombre que describe una imagen que provocaba a
celos al Seor. El que se instalara un Dios rival en el lugar dedicado al culto
de Yahweh, producira tal efecto. Es posible que en este tiempo hubiera dolos
paganos en el templo. Desde los das de Salomn, quien haba erigido lugares de
culto para los diversos dolos de sus esposas "en el monte que est enfrente de
Jerusaln" (1 Rey. 11: 7), la idolatra haba ido aumentando progresivamente.
Pareciera que bajo la presin del rey asirio, Acaz haba colocado un altar
donde se practicaba la idolatra dentro del templo mismo, por lo cual el altar
de los sacrificios haba tenido que ser trasladado hacia el norte, para dar
lugar a ese nuevo altar (ver com. 2 Rey. 16: 10-16). Ms tarde, Manass
"edific altares en la casa de Jehov" (2 Rey. 21: 4). Con la sola excepcin de
Josas, los posteriores reyes de Jud fueron impos. Es muy posible que hubiera
usado la zona del templo para sus cultos idoltricos.
4.
La gloria.
5.
6.
Para alejarme.
Abominaciones mayores.
Estribillo que se repite en este captulo (vers. 13, 15). El profeta es
conducido como si pasara a travs de las etapas sucesivas de una idolatra
creciente y planeada.
7.
Ezequiel haba estado antes en el atrio interior (ver com. vers. 5). Ahora se
lo lleva a la puerta misma, la cual parece haber estado rodeada de aposentos
(Jer. 35: 4; Eze. 40: 44).
8.
Cava.
Ezequiel cav en visin. Sin duda el propsito de esta parte de la visin era
mostrarle al profeta las actividades que se desarrollaban con mucho secreto.
10.
Pintados.
11.
Setenta.
Quiz sea ste un nmero aproximado. No debe confundirse este grupo con el
Sanedrn, que no existi hasta despus del cautiverio. Ezequiel vio a estas
personas en visin, no en la realidad, por lo que no tiene sentido discutir si
haba o no en el templo un recinto suficientemente grande como para que
cupieran all 70 hombres.
Jaazanas.
12.
No nos ve Jehov.
14.
Tamuz.
Dios adorado por los babilonios con el nombre de Du'uzu, considerado como
hermano o hijo, esposo o amante de la diosa Ishtar. Tamuz era el Dios de la
vegetacin y de las pasturas y patrono de los rebaos. Segn una antigua
tradicin, mora anualmente y descenda al mundo de los muertos. Su muerte era
marcada por el calor del verano que secaba los campos, los arroyos y la
vegetacin. Su partida se conmemoraba con manifestaciones pblicas de duelo y
el canto de endechas en el cuarto mes del ao semtico (Duzu o Tamuz, que
comenzaba en lo que para nosotros es junio o julio; ver t. II, p. 119). Tambin
se crea que cada ao Ishtar descenda al mundo de los muertos para despertar
al Dios fallecido. Se supona que su despertar y su retorno hacan que la
vegetacin volviera a florecer. Los griegos conservaron una leyenda similar en
el mito de Demetrio y Persfone.
16.
Veinticinco.
17.
Maldad.
Se volvieron.
Aplican el ramo.
18.
No los oir.
Debido a que obstinadamente se niegan a escuchar la voz del Seor que los llama
a enmendar sus caminos, los hombres finalmente quedan sordos a la voz de Dios.
Cuando llegue ese tiempo, Dios ya no los oir.
1, 10-13 PR 330
14-18 PR 330
CAPTULO 9
1 CLAM en mis odos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han
llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.
2 Y he aqu que seis varones venan del camino de la puerta de arriba que mira
hacia el norte, y cada uno traa en su mano su instrumento para destruir. Y
entre ellos haba un varn vestido de lino, el cual traa a su cintura un
tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.
3 Y la gloria del Dios de Israel se elev de encima del querubn, sobre el cual
haba estado, al umbral de la casa; y llam Jehov al varn vestido de lino,
que tena a su cintura el tintero de escribano,
5 Y a los otros dijo, oyndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de l, y matad;
no perdone vuestro ojo, ni tengis misericordia.
8 Aconteci que cuando ellos iban matando y qued yo solo, me postr sobre mi
rostro, y clam y dije: Ah, Seor Jehov! destruirs a todo el remanente de
Israel derramando tu furor sobre Jerusaln?
10 As, pues, har yo; mi ojo no perdonar, ni tendr misericordia; har recaer
el camino de ellos sobre sus propias cabezas.
1.
Clam.
Los verdugos.
Heb. peqqudah, palabra que se traduce como "cargo" (Nm. 4: 16); "guarnicin"
(2 Rey. 11: 18), "oficios" (2 Crn. 23: 18), "castigo" (Isa. 10: 3). En 1 Crn.
26: 30 y 2 Crn. 24: 11, se refiere a funcionarios. Pareciera que aqu se
refiere a los que tienen cierto "oficio", cierto "cargo", que son "guardas"
(Nm. 3: 32), y que en este pasaje deben cumplir las rdenes de Dios. Tambin
es posible traducir como lo hace la BJ: "Se acercan los castigos de la ciudad".
Esto se basa en la LXX que dice: "Se ha acercado la venganza de la ciudad".
2.
Seis varones.
La puerta de arriba.
Puesto que los atrios del templo estaban construidos en forma escalonada, el
atrio interior era el ms elevado. "Hacia el norte" indica la puerta donde el
profeta haba visto la idolatra (cap. 8: 5).
Entre ellos.
Este varn era uno de los seis que llevaban instrumentos para destruir, y no un
sptimo, como lo afirman algunos intrpretes (1JT 335-336). Estaba "vestido de
lino", la vestimenta usual del sacerdote y la vestimenta especial del sumo
sacerdote en las ceremonias del gran da de la expiacin (Lev. 16).
Tintero.
Heb. qseth, palabra que slo aparece aqu, y que quiz proviene de la palabra
egipcia gty, "paleta de escritor", por lo cual puede suponerse que era una
caja que contena plumas, cuchillo y tinta. La BJ traduce: "cartera de
escriba". En la LXX dice "cinto de zafiro", en vez de "tintero de escriba".
Quiz corresponde con la traduccin de algn otro manuscrito, pero es ms
lgica la versin masortica.
3.
La gloria.
Al umbral.
Es posible que esto representara que la orden para el castigo procedera del
mismo templo, al cual los judos consideraban como una garanta de su
seguridad.
4.
Seal.
En hebreo, tau, ltima letra del alfabeto hebreo. En tiempos de Ezequiel, esta
letra tena la forma de X. El sellamiento se efectu en visin, y es posible
que la manera especfica de hacerse no tenga importancia. La antigua
interpretacin que consideraba que esa marca era una prefiguracin de la cruz
es mera fantasa. En la visin, la seal era sin duda literal, pero su
significado ataa plenamente al carcter. El mensajero no deba prestar
atencin a la alcurnia o posicin, sino slo deba poner la seal a quienes
gimieran por la pecaminosidad que prevaleca y se mantuvieran alejados de ella.
Se coloca la seal sobre todos los "que gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen". Quienes pertenecen a este grupo se caracterizan
por la profunda angustia que sienten debido a las divisiones que existen entre
los que afirman que son seguidores de Dios. Se lamentan y afligen sus almas
porque en la iglesia hay todo tipo de avaricia, egosmo y engaos. Se sienten
incapaces de detener la marea de iniquidad y se llenan de dolor y de alarma (2
JT 65-66). Los que pertenecen al otro sector procuran encubrir los males que
existen y disculpar la gran impiedad que prevalece por doquiera. Afirman que
Dios es demasiado bueno y demasiado misericordioso como para castigar el mal.
Dicen que el Seor no har ni bien, ni mal. Aseveran que Dios no espera que el
hombre alcance una norma tan elevada, y que se satisfar con que el hombre
tenga un mero deseo de hacer el bien. Pero el Seor no puede modificar su
norma. Hacer eso equivaldra a cambiarse l mismo. Al contrario, proporciona
gracia para el logro de toda virtud y la correccin de todo defecto. Pide de
todo cristiano que aproveche al mximo lo que Dios le concede. No exige nada
menos que la perfeccin. Si no est en perfecta relacin con Cristo, el alma no
podr recibir el sello de Dios cuando concluya el tiempo de gracia.
6.
Estas escenas volvern a verse en los ltimos das. Entonces tambin el juicio
habr de comenzar por la "casa de Dios" (1 Ped. 4: 17), con aquellos a quienes
Dios ha dado gran luz y que han sido los guardianes espirituales del pueblo,
pero han traicionado su cometido (2JT 65-66). Estos pastores infieles sern
primero maltratados por los que han sido engaados por ellos ( PE 282). Ms
tarde perecern en la destruccin general que precede y acompaa a la segunda
venida de Cristo (Apoc. 15-19).
7.
Contaminad la casa.
Los judos esperaban que Dios preservara su casa para que no fuera
contaminada. En esto se chasquearon. En parte, la contaminacin se debi a los
cadveres desangrados de los adoradores idlatras.
8.
Qued yo solo.
Remanente de Israel.
Las diez tribus ya haban ido al cautiverio en 723/722 a. C. (2 Rey. 17: 6).
637 Un nmero considerable de los habitantes del reino del sur de Jud, haba
sido llevado en el ao 605 a. C. y especialmente en el ao 597 a. C. (p. 598).
La naturaleza y la magnitud del pecado justificaban el castigo.
9.
Tierra.
Heb. 'rets, que tambin significa "pas". Ambas traducciones son apropiadas.
El pueblo afirmaba que el Seor no se preocupaba de la conducta de los hombres.
Se imaginaban que tenan plena libertad de portarse a su antojo el uno para con
el otro, sin que nadie les pidiera cuenta de sus acciones. Como resultado se
produjo una decadencia moral.
1 2JT 62
2-7 TM 439
3-6 2JT 62
4-6 5T 505
6 CS 714
10 TM 439
11 PE 279; SR 402
CAPTULO 10
6 Aconteci, pues, que al mandar al varn vestido de lino, diciendo: Toma fuego
de entre las ruedas, de entre los querubines, l entr y se par entre las
ruedas.
9 Y mir, y he aqu cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubn
una rueda; y el aspecto de las ruedas era como de crislito.
12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban
llenos de ojos alrededor en sus cuatro ruedas.
16 Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y
cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas
tampoco se apartaban de ellos.
20 Estos eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de Israel junto
al ro Quebar; y conoc que eran querubines.
21 Cada uno tena cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras de manos de
hombre debajo de sus alas.
1.
Mir.
Querubines.
Los querubines (kerubim) del cap. 10 corresponden con los "seres vivientes" del
cap. 1. En la teologa hebrea, un querubn era un ser de naturaleza sublime y
celestial, de forma humana, pero con alas. Los querubines guardaron la puerta
del paraso (Gn. 3: 24). Las figuras que estaban encima del propiciatorio,
tanto en el tabernculo como en el templo de Salomn, son denominadas
querubines (Exo. 25: 18; 1 Rey. 6: 23; cf. 1 Sam. 4: 4; 2 Sam. 22: 11). En
contraste con la posicin erguida de los querubines descritos por Ezequiel, los
querubines babilonios, llamado karubu o karibu -lo cual significa
"intercesores"- tenan mayormente forma de animales, tales como toros o leones,
con cabeza de hombre. Los querubines egipcios tienen forma humana.
2.
Al varn.
4.
Querubn.
5.
El estruendo.
El movimiento de las alas sugiere que los querubines se estaban preparando para
abandonar el templo (cap. 1: 24).
Dios Omnipotente.
Heb. 'El-shaddai. Ttulo que se aplica con frecuencia a Dios. Shaddai aparece
muchas veces sin 'El (Dios), sobre todo en el libro de Job, donde aparece as
31 veces. No se conoce con precisin el sentido bsico de Shaddai. Los eruditos
han propuesto varias soluciones, pero ninguna de ellas resalta satisfactoria
(t. I , p. 179).
6.
Toma fuego.
8.
La mano representa la mano del Omnipotente que sostiene y gua a los seres
celestiales. Estos, a su vez, impulsaban las ruedas, lo que representa la mano
de Dios que interviene en los asuntos terrenales (PR 393).
9.
19.
Se levantaron.
Se pararon.
El texto hebreo dice "se par", pero la LXX y las versiones siracas dicen "se
pararon".
20.
El profeta identifica con precisin lo que haba visto en las dos visiones.
2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y
dan en esta ciudad mal consejo;
3 los cuales dicen: No ser tan pronto; edifiquemos casas; esta ser la olla, y
nosotros la carne.
7 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Vuestros muertos que habis puesto
en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla; mas yo os sacar a
vosotros de en medio de ella.
8 Espada habis temido, y espada traer sobre vosotros, dice Jehov el Seor.
16 Por tanto, di: As ha dicho Jehov el Seor: Aunque les he arrojado lejos
entre las naciones, y les he esparcido por las tierras, con todo eso les ser
por un pequeo santuario en las tierras adonde lleguen.
20 para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me
sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
21 Mas a aquellos cuyo corazn anda tras el deseo de sus idolatras y de sus
abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehov el
Seor.
22 Despus alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la
gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos.
25 Y habl a los cautivos todas las cosas que Jehov me haba mostrado.
1.
El Espritu me elev.
La puerta oriental.
El lugar hacia el cual Ezequiel haba visto que se dirigan los querubines
(cap. 10: 19).
Veinticinco hombres.
El mismo nmero de personas que Ezequiel haba visto adorando el sol en el
atrio interior (cap. 8: 16), aunque es probable que no fuera el mismo grupo. Es
posible que aqullos fueran sacerdotes (ver com. cap. 8: 16), mientras que
stos parecen haber sido los dirigentes seculares. Sin embargo, no hay una
evidencia clara de una distincin ntida.
Jaazanas.
3.
Yo las he entendido.
6.
Vuestros muertos.
Es probable que se los denomine as porque las ejecuciones haban sido hechas
sin un mandato de Dios. Es posible que tambin se haga referencia a los que
haban sido muertos como resultado de las atrocidades de los babilonios. Por su
apostasa moral y religiosa, los dirigentes de Jerusaln eran culpables de esa
matanza.
7.
10.
A espada caeris.
13.
Muri.
Ezequiel vio la muerte de Pelatas tan slo en visin, pero sin duda era un
hecho proftico. Comprese con la muerte de Hananas (Jer. 28: 17).
14.
Vino a m palabra.
15.
Tus hermanos.
Parentesco.
Alejaos.
16.
Un pequeo santuario.
Tambin podra traducirse como lo hace la BJ: "santuario para ellos, por poco
tiempo". Es probable que este sentido sea el que aqu se deseaba dar a la
frase. Dios todava tena consideracin por su remanente. Mediante l deseaba
cumplir sus propsitos. Tena el plan de que el cautiverio fuera una disciplina
saludable que indujera a su pueblo para que sirviera de nuevo a Dios y para que
fuera tan movimiento preparatorio que abriera el camino para que se cumplieran
los propsitos divinos, tan largamente demorados.
17.
Os dar.
18.
Quitarn.
Un corazn.
Corazn de piedra.
20.
Slo quienes tengan un corazn renovado por la gracia divina podrn guardar la
ley de Dios, porque "la mente carnal... no se sujeta a la ley de Dios, ni
tampoco puede" (Rom. 8: 7). La promesa de un poder que, por medio del Espritu
Santo, capacitara al hombre para obedecer a Dios fue una parte esencial del
pacto eterno de Dios con el hombre. Israel no haba comprendido esto. Los
hombres crean que la salvacin se poda obtener mediante sus propios
esfuerzos. Se negaban a someterse a "la justicia de Dios" (Rom. 10: 3). No
vean la necesidad de un Salvador, ni de la conversin. Rechazaron por completo
la nica experiencia que los capacitara para guardar la ley divina.
21.
Cuyo corazn.
22.
Querubines.
23.
El monte.
Es probable que se refiera al monte que ms tarde se llam monte de los Olivos,
una cadena de cerros cuyas tres cimas principales se elevan a 823 m sobre el
nivel del mar, del otro lado del valle del Cedrn, al este de Jerusaln. La
ciudad misma est a 777 m sobre el nivel del mar. El lugar donde repos la
gloria divina despus de alejarse del templo (DTG 769) fue el sitio desde donde
ms tarde Jess contempl la ciudad y "llor sobre ella" (Luc. 19: 37-41).
Desde all anunci la segunda destruccin de la rebelde y obstinada ciudad
(Mat. 24) y proclam las seales de su segunda venida. Desde el mismo monte
ascendi visiblemente al cielo (Luc. 24: 50-51; Hech. 1: 11-12). Sobre esta
altura descender la Nueva Jerusaln (Zac. 14: 4-5, 9; ver CS 720-721).
24.
En visin.
25.
Y habl.
Sin duda los ancianos de Jud (cap. 8: 1) haban esperado hasta que concluyera
la visin de Ezequiel. Estaban presentes y preparados para recibir la
comunicacin del Seor.
TM 265 643
CAPTULO 12
2 Hijo de hombre, t habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos
para ver y no ven, tienen odos para or y no oyen, porque son casa rebelde.
5 Delante de sus ojos te abrirs paso por entre la pared, y saldrs por ella.
6 Delante de sus ojos los llevars sobre tus hombros, de noche los sacars;
cubrirs tu rostro, y no mirars la tierra; porque por seal te he dado a la
casa de Israel.
7 Y yo hice as como me fue mandado; saqu mis enseres de da, como enseres de
cautiverio, y a la tarde me abr paso por entre la pared con mi propia mano;
sal de noche, y los llev sobre los hombros a vista de ellos.
15 Y sabrn que yo soy Jehov, cuando los esparciera entre las naciones, y los
dispersare por la tierra.
18 Hijo de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento
y con ansiedad.
23 Diles, por tanto: As ha dicho Jehov el Seor: Har cesar este refrn, y no
repetirn ms este refrn en Israel. Diles, pues: Se han acercado aquellos
das, y el cumplimiento de toda visin.
27 Hijo de hombre, he aqu que los de la 644 casa de Israel dicen: La visin
que ste ve es para de aqu a muchos das, para lejanos tiempos profetiza ste.
1.
2.
Tienen ojos.
Comparar con Deut. 29: 4; Isa. 6: 9; Jer 5: 21; Mat. 13: 14-15. Sin duda, se
debi a esta tendencia perversa del pueblo por lo que se le orden al profeta
que diera una seal ante la cual no podran cerrar los ojos.
3.
Enseres de marcha.
6.
Cubrirs tu rostro.
Quiz para representar la forma en que Sedequas (ver com. vers. 10) se
disfrazara para que nadie lo reconociera, o acaso en seal de dolor, smbolo
de la angustia y la tristeza de la partida hacia el exilio.
7.
Yo hice as.
Es posible que Ezequiel realizara este acto simblico sin comprender plenamente
su significado. El hecho de que los exiliados le preguntaran: "Qu haces?"
(vers. 9) demuestra que este acto simblico fue realizado en realidad y no en
visin.
10.
Esta profeca.
11.
Vuestra seal.
Es decir, seal para los que estaban en el cautiverio. Deban dejar de confiar
en que Jerusaln sobrevivira.
12.
Abrirn paso.
No se menciona este hecho en el relato histrico (Jer. 39: 4), pero no hay
razn para suponer que las palabras tenan un sentido figurado.
13.
Pero no la ver.
14.
Esparcir.
15.
Y sabrn.
Gramaticalmente, esta forma verbal podra aplicarse tanto a los paganos como a
los israelitas, pero en vista de que la expresin "sabrn [o sabris] que yo
soy Jehov" (cap. 5: 13; 6: 7; etc.) es un estribillo que reaparece
constantemente en estas profecas que se refieren a los israelitas, es posible
que aqu tambin se refiera a ellos.
16.
17.
Palabra de Jehov.
18.
Temblor.
Anteriormente (cap. 4: 16), Ezequiel haba predicho una terrible escasez. Ahora
haba de demostrar el terror y la angustia del asedio inminente.
19.
Pueblo de la tierra.
21.
Palabra de Jehov.
22.
23.
24.
Visin vana.
25.
En vuestros das.
27.
Lejanos tiempos.
27-28 Ed 179
CAPTULO 13
8 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto vosotros habis hablado
vanidad, y habis visto mentira, por tanto, he aqu yo estoy contra vosotros,
dice Jehov el Seor.
9 Estar mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no
estarn en la congregacin de mi pueblo, ni sern inscritos en el libro de la
casa de Israel, ni a la tierra de Israel volvern; y sabris que yo soy Jehov
el Seor.
11 di a los recubridores con lodo suelto, que caer; vendr lluvia torrencial,
y enviar piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la
romper.
16 los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusaln, y ven para ella
visin de paz, no habiendo paz, dice Jehov el Seor. 647
1.
Palabra de Jehov.
Comprese este captulo con la profeca de Jer. 23, dirigida a los falsos
profetas de Jerusaln y de sus alrededores. Algunos han pensado que en este
pasaje Ezequiel se dirige a los falsos profetas que haba entre los cautivos
(ver Eze. 13: 9).
2.
Profetas de Israel.
El que se denomine de esta manera a los falsos maestros sugiere que el pueblo
simpatizaba con ellos y los aceptaba. El espritu de la poca aprobaba a tales
falsos maestros. Es posible que estos profetas estuvieran tan autoengaados que
haban llegado a creer que lo que decan era verdad (ver 2 Tes. 2: 11), pero a
stos que pretendan ser mensajeros divinos se les instruye que oigan "palabra
de Jehov".
3.
Insensatos.
Del Heb. nabal, palabra que no slo indica una falla intelectual, sino tambin
una falta de calidad moral. En el hebreo la frase "profetas insensatos",
hannebi'im hannebalim, es un interesante juego de palabras.
Tambin podra entenderse en el sentido de que los profetas han andado en pos
de su "propia inspiracin" (BJ) y de aquello que no han visto.
4.
Como zorras.
Las zorras son astutas y arteras (Luc. 13: 32); destruyen los viedos (Cant. 2:
15); viven en las ruinas (Lam. 5: 18). Los falsos profetas eran arteros,
malvolos y destructores de la via de Dios
5.
Habis subido.
Muro.
Nada haban hecho estos falsos profetas para advertir o instruir a la nacin en
su hora de crisis. Estaban traicionando a la gente, entregndola en manos de
sus enemigos, en vez de ayudarla. Comparar con Isa. 1: 5; PVGM 234.
6.
Vieron.
Heb. jazah, "contemplar", verbo que se emplea con frecuencia para referirse a
las visiones de origen divino (Isa. 1: 1; 21; etc.).
Ha dicho Jehov.
Que l confirme.
7.
No habis visto?
El profeta parecera interrogar a sus rivales. Slo poda haber una 648
respuesta a sus preguntas. Los falsos profetas no podan negar las acusaciones.
Aqu se enumeran tres calamidades que habran de sobrevenir a estos profetas
engaosos. "No estarn en la congregacin de mi pueblo".
9.
Congregacin.
En el libro.
Estos profetas no seran contados entre los fieles del remanente que seran
inscritos en los registros de Israel. En Esd. 2: 62 hay un ejemplo de cmo se
us el registro o "libro" del pueblo en ocasin del retorno del cautiverio.
10.
Paz.
Comparar con Jer. 6: 14; 23: 17; Miq. 3: 5; Zac. 10: 2. Los falsos profetas
adormecan a la gente con la idea de una falsa seguridad y lograban as
anestesiar su conciencia. Por otra parte, los verdaderos mensajeros de Dios no
halagan al pecador. No tienen un mensaje de paz para adormecer al que no ha
sido santificado para que caiga en una falsa seguridad. Tienen el deber de
despertar la conciencia del impo hasta que el alma angustiada exclame: "Qu
debo hacer para ser salvo?" (Hech. 16: 30). Ver com. Jer. 6: 14.
Pared.
Heb. jayits. Aunque hay cierta duda en cuanto al sentido exacto de esta
palabra, parece referirse a una pared interior, la cual sera mucho ms dbil
que una muralla exterior.
Lado suelto.
11.
Piedras de granizo.
Comparar con Sal. 11: 6; 18: 13-14; Eze. 38: 22. Sin duda, aqu se refiere en
primer lugar a la invasin babilnica a la cual los judos no podran resistir,
a pesar de todos los preparativos de los cuales se jactaban. Ver com. cap. 13:
12.
12.
Pared.
17.
18.
Ay de aquellas.
Vendas.
Heb. kseth, del acadio kasu, "atar". Sin duda estas "bandas" (BJ) o "vendas"
tenan algn propsito mgico, o servan como amuletos pero no puede afirmarse
nada acerca de esto.
Velos mgicos.
Heb. mispajah, palabra que slo aparece aqu en el AT. Sin duda se refiere a
algn tipo de velo o cobertura para la cabeza. Pareciera que las profetisas no
llevaban estos velos, sino lo usaban las que venan a consultarlas.
Almas.
Heb. nfesh, "alma" o "persona" (ver com. Sal. 16: 10). Al parecer, quienes
venan a consultar eran vctimas de estas falsas profetisas.
Habis de cazar?
19.
Puados de cebada.
Escucha la mentira.
Esta frase podra indicar la tendencia a escuchar falsedades agradables.
Jeremas describe esta condicin. "Los profetas profetizaron mentira, y los
sacerdotes dirigan por manos de ellos; y mi pueblo as lo quiso" (Jer. 5: 31).
20.
Al vuelo.
Del Heb. paraj, cuyo significado es dudoso. Sin embargo, el sentido general del
versculo es claro. Las vctimas seran liberadas del lazo de quienes haban
intentado esclavizarlas. Dios no permitir que una sola persona de corazn
sincero sea engaada.
22.
Con mentiras.
4-5 PE 123
10 1T 247; 5T 679
13 PP 544
14 CH 338
22 CS 713 650
CAPTULO 14
3 Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus dolos en su corazn, y han
establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. Acaso he de ser yo
en modo alguno consultado por ellos?
14 si estuviesen en medio de ella estos tres varones, No, Daniel y Job, ellos
por su justicia libraran nicamente sus propias vidas, dice Jehov el Seor.
16 y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehov el
Seor, ni a sus hijos ni a sus hijas libraran; ellos solos seran librados, y
la tierra quedara desolada.
18 y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehov el
Seor, no libraran a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos seran librados.
20 y estuviesen en medio de ella No, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehov el
Seor, no libraran a hijo ni a hija; ellos por su justicia libraran solamente
sus propias vidas.
22 Sin embargo, he aqu quedar en ella un remanente, hijos e hijas, que sern
llevados fuera; he aqu que ellos vendrn a vosotros, y veris su camino y sus
hechos, y seris consolados del mal que hice venir sobre 651 Jerusaln, de
todas las cosas que traje sobre ella.
1.
Ancianos de Israel.
Es probable que fueran los mismos ancianos de Jud que aparecen en el cap. 8:
1. Se estaba usando ms y ms el nombre de Israel para referirse a la nacin
existente, aunque se empleaba la palabra Jud cuando se deseaba hacer una clara
distincin. No se dice qu venan a preguntar los ancianos, ni siquiera se dice
especficamente que venan a preguntar algo. Aparentemente tenan la costumbre
de sentarse delante del profeta aguardando cualquier mensaje que el Seor
pudiera enviarle (cap 33: 31).
3.
dolos.
Heb. gillulim, palabra predilecta de Ezequiel (ver com. cap. 6:4). La LXX dice
diano'mata, "pensamientos", quiz para expresar que aoraban la idolatra de
tiempos anteriores. Instruido por el Espritu, el profeta ley lo que estaba en
el corazn de los que se sentaban delante de l. Es probable que no se
refiriera a una franca idolatra entre los cautivos, sino a la condicin
pecaminosa y al enajenamiento de su corazn.
Tropiezo.
En modo alguno.
4.
Al que viniere.
Nadie puede esperar conocer plenamente lo que Dios quiere que haga a menos que
su propio corazn est verdaderamente sometido a la voluntad divina. Esto
ocurre porque el corazn que no ha sido regenerado ni regido por el Espritu
Santo no puede entender las cosas de Dios (1 Cor. 2: 14). Aunque la mente
carnal recibiera instruccin, entendera mal, aplicara mal, distorsionara lo
que oye, pues los hombres creen slo lo que quieren creer. Dios, quien nunca
fuerza la voluntad humana, permite que estos seres voluntariosos se aferren a
sus engaos (ver Juan 7: 17; 2 Tes. 2: 11-12).
6.
Convertos, y volveos.
Estas dos palabras se traducen de diferentes formas de una misma raz verbal.
En combinacin dan un mayor nfasis. Lo que se ha presentado en los versculos
anteriores forma la base de una fervorosa exhortacin al verdadero
arrepentimiento. No puede haber esperanza para Israel si slo hay en l una
reforma exterior. La nacin tendr que enfrentarse con el que escudria los
corazones, el cual puede aceptar como nico arrepentimiento aquel que alcanza
hasta lo ms recndito del alma.
Volveos.
7.
Extranjeros.
Comprese con Lev. 17: 10; 20: 1-2; etc. Los extranjeros residentes haban
compartido la luz y los privilegios que le haban sido confiados a Israel, y
seran tenidos por tan culpables como los israelitas.
8.
Seal.
Su castigo sera un ejemplo que servira para que otros no siguieran el mismo
camino.
9.
El profeta.
Refirese aqu a los falsos profetas cuyas prcticas fueron condenadas en el
cap. 13.
Yo Jehov.
Es decir, el Seor permite que el profeta impo sea engaado, as como tambin
endureci el corazn de Faran permitiendo que la semilla de la obstinacin
brotara y diera fruto (ver com. Exo. 4: 21; 1 Rey. 22: 22).
Lo destruir.
10.
As ser.
Tanto los falsos profetas como los que los haban consultado haban participado
del pecado, y ambos seran tenidos como culpables.
11.
No se desve ms.
13.
La tierra.
Heb., "una tierra". Este pasaje parece contradecir la creencia popular de que
Jerusaln no sera destruida por causa de los justos que en ella haba, as
como Sodoma y Gomorra no habran sido destruidas si all se hubieran encontrado
diez justos.
14.
Cabe sealar que estos hombres haban sido el medio por el cual se haban
salvado otros. Por amor de No, toda su familia se haba salvado (Gn. 6 :18).
Gracias a Daniel, se salvaron sus compaeros (Dan. 2: 18). Job evit el castigo
de sus amigos con su intercesin (Job 42: 7-8). Aunque haban podido salvar a
algunos, no haban podido salvar a la generacin en la cual vivieron. No no
pudo salvar a la raza impa que vivi antes del diluvio, y Daniel, a pesar de
ocupar un alto puesto en la corte babilnico, evidentemente no haba podido
influir en Nabucodonosor a fin de que salvara al pueblo de Jud ni a su ciudad
capital. Si los judos depositaban cualquier clase de confianza en la posicin
y la influencia de Daniel, esta esperanza deba ser desechada. Comprese con
Jer. 15: 1.
15.
Feroces.
16.
La afirmacin del vers. 14 se repite aqu como tambin en los vers. 18 y 20,
con ligeras variaciones en las palabras empleadas. Con referencia a los cuatro
castigos de los vers. 13, 15, 17, 19, ver Lev. 26: 22, 25-26.
21.
Seris consolados.
3-4 5T 164
3-5 2T 444
8T 314
CAPTULO 15
3 Tomarn de ella madera para hacer alguna obra? Tomarn de ella una estaca
para colgar en ella alguna cosa?
4 He aqu, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumi
el fuego, y la parte de en medio se quem; servir para obra alguna?
5 He aqu que cuando estaba entera no serva para obra alguna; cunto menos
despus que el fuego la hubiere consumido, y fuere quemada? Servir ms para
obra alguna?
6 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Como la madera de la vid entre los
rboles del bosque, la cual di al fuego para que la consumiese, as har a los
moradores de Jerusaln.
7 Y pondr mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los
consumir; y sabris que yo soy Jehov, cuando pusiere mi rostro contra ellos.
Palabra de Jehov.
El cap. 15 es una corta poesa que bien podra llevar el ttulo de "Alegora de
la via".
2.
Qu es la madera de la vid?
En el cap. 14, el profeta ha afirmado que Dios no librar a Jerusaln por causa
de los pocos justos que se encuentran en ella. Ahora destruye otro refugio en
el cual evidentemente confiaba el pueblo. Su parbola ensea que Israel no
tiene ninguna superioridad inherente sobre las otras naciones. El pueblo no
debe depositar su confianza en el hecho de que ha sido especialmente elegido
por Dios, porque no es ms una verdadera vid, sino mera madera, del tipo ms
intil, que slo sirve de combustible. Con frecuencia, las Escrituras comparan
a Israel con una vid o una via (Sal. 80:8-16; Isa. 5: 1-7; Jer. 2: 21; Ose.
10: 1; Mat. 21: 33-41; etc.). Algunos comentadores creen que aqu se describe
una vid silvestre.
4.
Servir?
6.
As har.
7.
Del fuego.
8 Y pas yo otra vez junto a ti, y te mir, y he aqu que tu tiempo era tiempo
de amores; y extend mi manto sobre ti, y cubr tu desnudez; y te di juramento
y entr en pacto contigo, dice Jehov el Seor, y fuiste ma.
9 Te lav con agua, y lav tus sangres de encima de ti, y te ung con aceite;
20 Adems de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habas dado a luz para m,
y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. Eran poca cosa tus
fornicaciones,
21para que degollases tambin a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imgenes
como ofrenda que el fuego consuma?
28 Fornicaste tambin con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con
ellos y tampoco te saciaste.
33 A todas las rameras les dan dones; mas t diste tus dones a todos tus
enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en
tus fornicaciones.
37 por tanto, he aqu que yo reunir a todos tus enamorados con los cuales
tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los
reunir alrededor de ti y les descubrir tu desnudez, y ellos vern toda tu
desnudez.
46 Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti;
y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti.
48 Vivo yo, dice Jehov el Seor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han
hecho como hiciste t y tus hijas.
53 Yo, pues, har volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas,
y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y har 656 volver los cautivos de tus
cautiverios entre ellas,
55 Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volvern a su
primer estado; t tambin y tus hijas volveris a vuestro primer estado.
62 sino por mi pacto que yo confirmar contigo; y sabrs que yo soy Jehov;
1.
Palabra de Jehov.
3.
Amorreo . . . hetea.
Hasta hace pocos aos, el verdadero sentido de esta frase era un misterio. Sin
embargo, los descubrimientos arqueolgicos de las ltimas dcadas han
proyectado mucha luz sobre la antigua historia de Palestina. Ahora se sabe que
los amorreos habitaron esa regin desde pocas muy antiguas, y que los hititas,
que se venan infiltrando desde el norte, ocuparon algunas zonas de Palestina
antes de que los hebreos se establecieran en el pas. Entre los diversos
pueblos de Canan estaban los Jebuseos, quienes vivan en la antigua ciudad de
Jebs, ubicada en el lugar donde ms tarde se situ la ciudad de Jerusaln. Los
reyes de esa ciudad, antes de que fuera conquistada por los israelitas, tenan
nombres amorreos e hititas. Este marco histrico tnico fue la cuna de
Jerusaln. Las palabras de Ezequiel constituan un sarcasmo muy duro para la
gente de Jerusaln, que se jactaba de ser del linaje de Abrahn, pero que se
comportaba como si descendiera de los habitantes paganos de lo que
posteriormente fue tierra de Israel. El parecido de carcter era de mayor
importancia que el hecho de proceder del mismo linaje (ver Juan 8: 44).
4.
En cuanto a tu nacimiento.
En los vers. 4-5 se describe a un nio recin nacido que haba sido arrojado en
un campo, prctica que era comn entre los paganos. Abandonada, la criatura
pronto habra muerto. Era necesario cortarle el cordn umbilical a fin de que
tuviera vida independiente. La costumbre antigua indicaba que se deba frotar
al recin nacido con sal despus de lavarlo. Segn los antiguos este
tratamiento fortalecera la piel, la secara ms y la limpiara mejor. Tambin
se consideraba que la sal tena propiedades preservativas. Adems, se
acostumbraba fajar y envolver al nio (ver Luc. 2: 7). Qu perodo de la
historia de Israel se representa en esta parbola? Es probable que se refiera a
la permanencia en Egipto, donde naci la nacin de Israel.
6.
Vive!
7.
Te hice multiplicar.
La LXX dice: "Crece; como brote del campo te he dado". En el hebreo, los
verbos estn en tiempo perfecto, lo cual indicara que se trata de acciones ya
realizadas.
8.
Y pas yo.
Extend mi manto.
9.
Te lav.
El lavamiento y el ungimiento eran parte de los preparativos para el matrimonio
(Rut 3: 3; Est. 2: 12).
10.
Bordado.
Heb. riqmah, "tela multicolor". En Sal. 45: 14 se describe a la hija del rey
como vestida de reqamoth, plural de riqmah (ver all el comentario).
Te calc de tejn.
Heb. tajash. Esta palabra slo aparece aqu y en el Pentateuco (ver com. Exo.
25: 5; 26: 14; etc.), donde tambin se traduce tejn.
Seda.
Heb . meshi palabra que slo aparece aqu y en el vers. 13. La tradicin
afirma que esta palabra debe traducirse como "seda", pero no hay ninguna
seguridad de que sea lo que nosotros hoy entendemos por "seda". Ezequiel habla
de telas y artculos de vestir conocidos en sus das, pero nuestro conocimiento
incompleto de las costumbres de su poca impide comprender claramente todos los
detalles. Sin embargo, la verdad esencial del pasaje es clara.
11.
Adornos.
12.
Joyas.
13.
Prosperaste.
14.
15.
Confiaste en tu hermosura.
Un cumplimiento notable de Deut. 32: 15; cf. Ose. 13: 6. Habiendo llegado
al pinculo de la gloria en la primera parte del prspero reinado de Salomn,
Israel comenz a confiar demasiado en su grandeza y prosperidad. Salomn
perdi de vista el elevado destino que Dios tena para los hebreos y se empe
en convertir a Israel en un imperio grande y poderoso entre las naciones de la
tierra. Para lograr esto, celebr contratos y alianzas con 658 naciones
extranjeras, lo cual haba sido expresamente prohibido por Dios. Creyendo que
se beneficiaba con el tratado concertado con el rey de Egipto y sellado con su
matrimonio con la hija del faran, Salomn concert acuerdos similares con
otras naciones. Pero el engao fue fatal. La multitud de sus esposas
introdujo la idolatra en su reino, hasta que, tanto el rey como los sbditos
se inclinaron ante los dioses extraos. De este modo, el medio que Salomn
haba empleado para expandir su imperio fue lo que motiv su cada. Los
enormes tributos exigidos para mantener la magnificencia del reino se
convirtieron en pretexto para la revuelta. El imperio que tena fuera de
Palestina se desintegr y el reino mismo se dividi.
Te prostituiste.
Se emplea esta figura para describir las alianzas con naciones extranjeras
realizadas para obtener ventajas polticas, las cuales Dios haba prohibido en
forma enftica (Deut. 7: 2; Juec. 2: 2), o para describir cualquier forma de
culto que reemplazara al culto del verdadero Dios. Esta figura es comn en las
Escrituras (Exo. 34: 15-16; Lev. 17: 7; Deut. 31: 16; Juec. 2: 17; Isa. 1: 21;
Jer. 2: 20; Sant. 4: 4). En este pasaje se hace referencia a las diversas
alianzas que efectu Salomn con los paganos y la consiguiente adopcin del
culto idoltrico de esas naciones.
16.
Lugares altos.
Ni suceder ms.
17.
En los vers. 17-19 se acusa a Israel de haber dado a otros los obsequios que
Dios le haba prodigado. En la parbola de los talentos (Mat. 25: 14-30),
Jess hizo resaltar que es algo muy grave consagrar a propsitos egostas los
talentos confiados. Dios le ha asignado a cada hombre su tarea, una obra
especial en un lugar especialmente designado. A cada uno lo ha dotado con
capacidades especiales para cumplir esa tarea. Muchos aceptan los dones que se
les confan - dones de salud, intelecto, posesiones, tiempo- y los pervierten
emplendolos para fines totalmente egostas. Los tales son tan culpables y
dignos de censura como lo fue la idlatra nacin de Israel. Cada uno debera
preguntarse seriamente si est haciendo la obra que Dios le ha asignado.
Muchos tienen un concepto distorsionado del xito. Piensan que slo aquellos
que han llegado a cierta jerarqua, han logrado ciertos propsitos, han
triunfado. Esta no es la definicin que el ciclo da del xito. Ante la vista
de Dios se considera que una persona ha triunfado cuando cumple la misin
especial que el cielo le ha encomendado. Esa misin puede ser muy humilde, y
la tarea servil, pero no por eso la recompensa ha de ser menor.
Imgenes de hombre.
20.
Los sacrificaste.
22.
No te has acordado.
Aqu se acusa a Israel del pecado de vil ingratitud. La nacin haba gozado de
todos los privilegios y haba sido ensalzada hasta el cielo debido a sus
prerrogativas. Dios no haba pasado por alto ninguna cosa que le ayudara a
lograr el xito. Por medio de un profeta anterior haba dicho: "Qu ms se
poda hacer a mi via, que yo no haya hecho en ella? Cmo, esperando yo que
diese uvas, ha dado uvas silvestres?" (Isa. 5: 4).
23.
Toda tu maldad.
24.
Lugares altos.
Heb. gab, "toro" o "bocel", la moldura redonda que rodea la base de una
columna. Algunos comentadores han sugerido que se refiere a una construccin
redonda, quiz una bveda. Sin embargo, los relieves procedentes de Asur
pareceran indicar que se hace alusin a cierta plataforma elevada, frente al
altar, en el cual se llevaban a cabo relaciones sexuales rituales. En la LXX
se lee oz'k'ma pornikn, "casa de prostitucin", y en la BJ, "prostbulo". En
muchas de las formas antiguas de culto, la prostitucin adquira un carcter
semirreligioso.
26.
Hijos de Egipto.
Algunos piensan que aqu se hace referencia al carcter licencioso del culto
egipcio. En repetidas ocasiones, Israel busc amistad con Egipto, sobre todo
en la ltima parte de la monarqua (1 Rey. 3: 1; 9: 16; 10: 28; 2 Rey. 17:
4; 18: 21; Isa. 30: 1-5; 31: 1-3; 36: 6; Ose. 7: 1 1). En este mismo tiempo,
parte de la obra de jeremas consista en oponerse a la tendencia a pactar una
alianza con Egipto (Jer. 37: 5, 7). Con la figura de la prostitucin se
representan las alianzas polticas y comerciales (Isa. 23: 17; Nah. 3: 4).
Gruesos de carnes.
Una figura del poder de Egipto y de la fuerza de los soldados egipcios. Cf.
cap. 23: 20.
27.
El propsito de Dios era que sta fuera una medida disciplinaria que hiciera
que la esposa infiel se diera cuenta de su pecado. Los seres humanos tienden a
olvidar que todas las bendiciones temporales provienen de Dios, quien hace que
su sol brille tanto sobre justos como sobre malos. Por el ejercicio inmediato
del poder divino, cada semilla brota a la vida y la tierra produce en
abundancia para sostener al hombre. Dios desea que al ser quitados estos
beneficios, los hombres recuerden que dependen plenamente de l.
Filisteos.
Desde los tiempos de los jueces, los filisteos haban sido persistentes
enemigos de Israel. Fueron subyugados por David, pero nuevamente causaron
dificultades durante el perodo de los ltimos reyes (2 Rey. 18: 8; 2 Crn. 26:
7; 28: 18). Con frecuencia fueron el tema de declaraciones profticas (Isa. 9:
12; Jer. 25: 20; 47: 1, 4; Eze. 25: 15-16; Ams 1: 6-8; 3:9; Abd. 19; Sof. 2:
5; Zac. 9: 6).
Se avergenzan.
Es posible que esta figura se base en la idea de que los filisteos por lo menos
se haban mantenido fieles a sus dioses y no los haban cambiado por otros como
lo haba hecho Israel (Jer. 2: 10-11).
28.
Asirios.
Tanto Jud (2 Rey. 16: 7) como Israel (Ose. 8: 13) brindaron su amistad a los
asirios.
29.
Canan.
30.
Cun inconstante!
Esta exclamacin condena el apetito enfermizo del deseo carnal. Los pecados
que se cometen, con frecuencia debilitan la naturaleza moral hasta. que las
facultades de la voluntad son destruidas. El hombre es entonces esclavo de su
concupiscencia. El Evangelio de Jesucristo es plenamente capaz de transformar
tales corazones endurecidos por el pecado. Cuando el hombre permite que el
poder divino entre en su vida, la voluntad debilitada puede fortalecerse una
vez ms y la fibra moral puede ser regenerada.
31.
Menospreciaste la paga.
35.
Oye.
36.
Por cuanto.
37.
Es decir, todas las naciones vecinas con las cuales Israel se haba aliado.
38.
Las leyes de las adlteras.
39.
Lugares altos.
40.
Te apedrearn.
41.
Muchas mujeres.
42.
Descansar.
Aqu aparece la figura del esposo celoso que completa el castigo de su esposa
adltera. La retribucin se acaba como se extingue un fuego que ha consumido
todo el combustible. Como lo indica la secuela (vers. 53, 60-63),los castigos
no seran finales, sino que la retribucin sera correctiva.
43.
Me provocaste a ira.
Heb. ragaz, verbo que quiz debera traducirse aqu como "te airaste contra
m".
44.
45.
Desech a su marido.
46.
Hermana mayor.
Habita al sur.
47.
La ira de Dios que se manifiesta en las siete postreras plagas est reservada
para quienes deciden ir en contra de Cristo en el da de mayor luz, cuando el
mensaje del tercer ngel se incremento convirtindose en un fuerte clamor, y
toda la tierra es iluminada con la gloria de Dios (Apoc. 18: 1-4). Los
pecadores de otras pocas slo sufren la ira que sobreviene despus del
milenio.
49.
Soberbia.
No se mencionan los pecados de Samaria, sin duda porque sus abominaciones eran
tan recientes que no necesitaban ser mencionadas, mientras que la historia de
Sodoma haba concluido ms de mil aos antes.
50.
Cuando lo vi.
El hebreo dice "como yo vi". En primer lugar, Dios inspecciona (ver Gn. 18:
21) y despus castiga, conforme a las obras. Este proceder es anlogo al del
juicio final, cuando se har una cuidadosa investigacin de los registros de
todos los hombres antes de que se asignen las recompensas o castigos (2 Cor. 5:
10).
51.
Has justificado a tus hermanas.
53.
54.
55.
Y tus hermanas.
56.
Digna de mencin.
Literalmente, "para informe odo', sin duda con el sentido de un "informe para
mal', o "burla", o "reproche". Es posible que esta frase deba interpretarse
como una pregunta: "Acaso no hiciste burla de tu hermana Sodoma, el da de tu
orgullo?" (BJ).
57.
Siria.
662 Sam. 8: 12). Este pasaje puede referirse a la alegra de Jud frente a las
desgracias tanto de Siria como de Edom.
59.
Invalidar el pacto.
Israel haba invalidado el pacto hecho en el Sina, segn el cual Dios ofreca
a Israel el privilegio de llegar a ser su "especial tesoro" (Exo 19: 5). Este
pueblo debera ser el depositario de los sagrados orculos y haba de divulgar
el conocimiento de la ley de Dios, primeramente mediante La demostracin de la
verdad en sus vidas, y en segundo lugar, mediante la obra misionera activa.
Fracasaron miserablemente en ambos sentidos. Ver PP. 32-36.
60.
Pacto sempiterno.
Este pacto o convenio para la salvacin fue concertado con Adn, pero se aplica
igualmente a los hombres de todas las edades. En el NT, este mismo pacto se
denomin "nuevo pacto", sencillamente porque su validacin mediante el
sacrificio de Cristo ocurri despus de la validacin del antiguo pacto,
realizado en el Sina.
61.
Y te avergonzars.
Tu pacto.
Quiz se haga alusin aqu a la interpretacin errnea que Jud haba hecho
del pacto divino original que, segn el plan de Dios, deba abarcar a todo el
mundo, pero que, segn los judos, deba excluir de sus beneficios a todas las
otras naciones.
63.
El perdn concedido por Dios no borra por completo el recuerdo del pasado
pecaminoso. La vergenza que acompaa a este recuerdo es una salvaguardia
necesaria dentro de la nueva vivencia. Este conocimiento tambin hace recordar
constantemente la magnitud de la salvacin. Comparar esto con PR 57.
8, 13-15 CS 432
32 CS 432
CAPTULO 17
1 Dios utiliza la parbola de las dos guilas y la vid, 11 para destacar sus
castigos contra Jerusaln por volverse de Babilonia a Egipto. 22 Dios promete
plantar el cedro del Evangelio.
2 Hijo de hombre, propn una figura, y compn una parbola a la casa de Israel.
6 Y brot, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas
miraban al guila, y sus races estaban debajo de ella; as que se hizo una
vid, y arroj sarmientos y ech mugrones.
7 Haba tambin otra gran guila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aqu
que esta vid junt cerca de ella sus races, y extendi ella sus ramas, para
ser regada por ella por los surcos de su planto.
8 En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas
y diese fruto, y para que fuese vid robusta.
16 Vivo yo, dice Jehov el Seor, que morir en medio de Babilonia, en el lugar
donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreci, y cuyo
pacto hecho con l rompi.
17 Y ni con gran ejrcito ni con mucha compaa har Faran nada por l en la
batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar muchas
vidas.
19 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Vivo yo, que el juramento mo que
menospreci, y mi pacto que ha quebrantado, lo traer sobre su misma cabeza.
21 Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caern a espada, y los que
queden sern esparcidos a todos los vientos; y sabris que yo Jehov he
hablado.
24 Y sabrn todos los rboles del campo que yo Jehov abat el rbol sublime,
levant el rbol bajo, hice secar el rbol verde, e hice reverdecer el rbol
seco. Yo Jehov lo he dicho, y lo har.
1.
Palabra de Jehov.
Es sta una nueva comunicacin, sin que por eso deje de formar parte de la
misma serie de profecas que comienza con la visin de los cap. 8-11. Los vers.
12-24 permiten determinar la ocasin y fijar la fecha de la profeca. Esto
ocurri cuando Sedequas procuraba conseguir ayuda egipcia para enfrentarse con
Nabucodonosor.
2.
Figura.
Heb. jidah, "enigma" (Sal. 49: 4), "cosa escondida" (Sal. 78: 2). En esos
pasajes aparecen juntas las palabras que se traducen como "figura" y "parbola"
en este versculo de Ezequiel.
3.
Literalmente, "el guila grande" (BJ). Segn el vers. 12, este smbolo
representa al "rey de Babilonia" (cf. Jer. 48: 40; 49: 22).
Lbano.
El cogollo.
Heb. tsammreth, palabra que slo aparece aqu, en el vers. 22, y en el cap.
31: 3, 10, 14. Su etimologa es dudosa, pero pareciera que significa "cima"
(BJ) del rbol. Se alude aqu a Joaqun, a quien Nabucodonosor llev cautivo a
Babilonia (2 Rey. 24: 12).
4.
Mercaderes.
Heb. kena'an, palabra que suele transliterarse como "Canan', pero que aqu se
emplea con el sentido secundario de "comercio" o "mercadera" (ver com. cap.
16: 29). La "tierra de mercaderes" es Babilonia (cap. 17: 12).
5.
La simiente de la tierra.
6.
7.
Hofra de Egipto, tambin 665 llamado Apries (vers. 15; cf. Jer. 44: 30).
Hacia ella.
Aunque Sedequas haba jurado lealtad a Babilonia (2 Crn. 36: 13; cf. 17: 14),
en forma traicionera busc la ayuda de Egipto. Jeremas intent disuadir a
Sedequas de que se aliara con Egipto (Jer. 37: 7).
9.
Ser prosperada?
10.
Viento solano.
Un smbolo muy apropiado para representar a los babilonios, quienes moraban
al este de Palestina. El viento solano (oriental) es notorio por su efecto
devastador sobre la vegetacin
( Job 27: 21; Eze. 19: 12; Ose. 13: 15; Jon. 4: 8).
11.
Y vino a m.
Esta nueva introduccin sugiere que transcurri algn tiempo antes de que se
diera la explicacin de la parbola. Durante ese lapso la parbola habra de
ser un enigma para el pueblo; suscitara su curiosidad, y lo volvera ms
atento cuando el profeta explicara el sentido de la misma. La verdad siempre
encuentra terreno ms fructfero en la mente inquisitivo.
12.
He aqu.
15.
Caballos.
A partir de la 18. dinasta, los carros formaban parte del equipo militar de
los ejrcitos egipcios (ver com. Exo. 14: 7; 1 Rey. 10: 28-29; cf. 2 Crn. 12:
2-3; Isa. 31: 1; 36: 9).
Escapar?
16.
Morir.
17.
Har Faran nada por l.
Seran los babilonios los que levantaran vallados y edificaran torres (ver
com. cap. 4: 2), y no los egipcios.
18.
19.
El juramento mo.
El Seor designa como suyo el pacto y el juramento que haba concertado con
Nabucodonosor, sin duda porque haba sido hecho en el nombre de Dios (2 Crn.
36: 13). Adems, como rbitro de la historia, el Seor tena planes de que en
este momento los judos se sometieran al yugo de Babilonia (Jer. 27: 12).
20.
La primera parte de este versculo es casi idntica al cap. 12: 13. Ver all
el comentario.
22.
Tomar yo.
Monte.
23.
24.
15-18 PR 332
CAPTULO 18
2 Qu pensis vosotros, los que usis este refrn sobre la tierra de Israel,
que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos
tienen la dentera?
3 Vivo yo, dice Jehov el Seor, que nunca ms tendris por qu usar este
refrn en Israel.
4 He aqu que todas las almas son mas; como el alma del padre, as el alma
del hijo es ma; el alma que pecare, esa morir.
6 que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los dolos de la casa
de Israel, ni violare la mujer de su prjimo, ni se llegare a la mujer
monstruosa,
10 Mas si engendrara hijo ladrn, derramador de sangre, o que haga alguna cosa
de estas,
11 y que no haga las otras, sino que comiere sobre los montes, o violare la
mujer de su prjimo,
14 Pero si ste engendrara hijo, el cual viere todos los pecados que su padre
hizo, y vindolos no hiciere segn ellos;
15 no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los dolos de la casa de
Israel; la mujer de su prjimo no violare,
20 El alma que pecare, esa morir; el hijo no llevar el pecado del padre, ni
el padre llevar el pecado del hijo; Injusticia del justo ser sobre l, y la
impiedad del impo ser sobre l.
21Mas el impo, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos
mis estatutos e hiciere segn el derecho y la justicia, de cierto vivir; no
morir.
30 Por tanto, yo os juzgar a cada uno segn sus caminos, oh casa de Israel,
dice Jehov el Seor. Convertos, y apartaos de todas vuestras transgresiones,
y no os ser la iniquidad causa de ruina.
32 Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehov el Seor; convertos,
pues, y viviris.
1.
Palabra de Jehov.
2.
El pecado degrad y deprav la naturaleza de Adn y Eva. Era imposible que los
padres de la raza humana transmitieran a su posteridad lo que ellos mismos no
posean (ver CS 588). Por lo tanto nosotros, como descendientes de ellos,
sufrimos el resultado de la transgresin de nuestros antepasados, pero no
porque se nos impute arbitrariamente su culpa. Si esto fuera as, podra
acusarse a Dios de ser injusto. Pero si ocurre que los padres slo transmiten
lo que tienen, se elimina esa acusacin si se considera que la nica
alternativa habra sido aniquilar a la familia humana en el momento del primer
pecado. La puesta en marcha del plan de salvacin implicaba la necesidad de
perpetuar la vida de nuestros primeros padres, aunque eso permitiera la
operacin de la ley de la herencia. Sin embargo, esta situacin era justa pues
haba sido instituido el plan de salvacin, el cual hara que al fin quedaran
eliminados los apetitos pervertidos, la moral depravada, la enfermedad y la
degeneracin del cuerpo, que se transmitieron como legado de padre a hijo. Este
plan tambin prometa en esta vida la victoria sobre las tendencias al mal,
heredadas y cultivadas. El saludable resaltado final no slo ser la salvacin
de multitudes sin nmero, sino tambin la eterna inmunidad contra futuras
transgresiones. Los compatriotas de Ezequiel no comprendieron esta verdad y
acusaron injustamente a Dios de infligir sobre ellos el castigo de pecados por
los cuales no tenan ninguna responsabilidad.
4.
Las "almas" o "vidas" (BJ) representan a las personas. Todos 668 los seres
humanos son de Dios por derecho de creacin. Todos son igualmente criaturas
suyas, y su trato con ellos est libre de prejuicio o parcialidad. Ama a todos
y desea salvarlos. El castigo slo se aplica cuando es merecido.
5.
6.
Ni violare.
Ni se llegare.
7.
Su prenda.
Diere de su pan.
Inters.
Ver Isa. 33: 15; Jer. 7: 5; Zac. 7: 9. Dios exige de sus hijos absoluta
justicia, veracidad e integridad.
9.
Este vivir.
10.
Hijo ladrn.
En los vers. 10-13 se describe el caso de un hijo que, en vez de seguir el buen
ejemplo de su padre piadoso, se descarra completamente, y temerariamente
abandona la virtud para practicar el crimen.
14.
En los vers. 14-18 se describe el caso de un hijo que, espantado por los
pecados de su padre, se siente impulsado a evitar el pecado de su progenitor.
En este caso el padre ha comido "uvas agrias" y el hijo no ha sufrido de
dentera (vers. 2). De este modo se contradice explcitamente la parbola. Cada
persona ser juzgada segn su propio carcter individual.
Sin embargo, no puede negarse que el hijo de un hombre piadoso tiene ciertas
ventajas, y que el hijo de un padre impo tiene ciertos impedimentos en lo que
se refiere a la posibilidad de formar un carcter recto. Sin embargo, la
responsabilidad de una persona es directamente proporciona a los privilegios
que ha tenido (Luc. 12: 48). Pero puesto que el Evangelio tiene el poder de
vencer las tendencias al mal, tanto hereditarias como cultivadas, puede
eliminarse el efecto de una herencia desfavorable, por lo menos en lo que se
refiere a la adquisicin del carcter debido. Dado que todos tienen el
privilegio de recibir 669 el Evangelio, ninguno podr presentar ante el juez en
el da final la excusa insinuada en esta parbola de las "uvas agrias". Quien
se pierda no tendr razn para acusar a otro sino a s mismo por haber quedado
excluido del cielo.
19.
20.
Alma.
21.
El impo, si se apartare.
22.
No le sern recordadas.
23.
Quiero yo?
24.
25.
Recto.
Heb. takan (forma nifal), "ser examinado", "ser aprobado", "estar en orden",
"ser correcto". La gente sigue insistiendo en que Dios no obra de acuerdo con
leyes uniformes y que su proceder es caprichoso. En respuesta, el profeta
reafirma la equidad de los castigos divinos (vers. 25-29).
30.
Convertos, y apartaos.
Los vers. 30-32 constituyen una exhortacin basada en los principios de la
justicia del trato de Dios con 670 los hombres. Cuando el profeta aconseja que
nos hagamos "un corazn nuevo y un espritu nuevo" (vers. 31), no quiere decir
que el hombre puede salvarse por su propio poder. Pero el hombre tiene algo
que hacer en la obra de la salvacin. Dios no puede hacer nada en favor del
hombre sin que el hombre consienta y coopere con l (ver DTG 43 l). El
significado del arrepentimiento no es expresado tan claramente en la raz
hebrea shub como lo es en la palabra griega metnoia. La palabra castellana
tampoco revela todo lo que est implicado en esta vivencia espiritual. La idea
bsica de la palabra shub es "volverse". Segn esta definicin, los hombres se
vuelven de sus pecados (ver CC 21). Metnoia se compone de dos palabras: met,
que significa "despus", y nos, que significa "mente". En consecuencia, el
vocablo significa "tener una mente diferente despus".
Israel acusaba a Dios de haber sido injusto y de haber causado su ruina. Dios
afirmaba que el pecado mismo, elegido voluntariamente por el pecador, era la
causa de su ruina (ver IJT 169). Es posible que el pecador no reconozca ahora
la justicia de los caminos de Dios, pero en ese momento pavoroso, cuando haga
frente al juez de toda la tierra, se oir de sus labios el reconocimiento de
que los caminos de Dios son justos (ver CS 726-727).
23 PR 93; 5T 631
24 CS 537
25 5T 631
30-32 5T 631
31 2T 225
31-32 PR 93
32 CC 53 671
CAPTULO 19
2 Dirs: Cmo se ech entre los leones tu madre la leona! Entre los
leoncillos cri sus cachorros,
5 Viendo ella que haba esperado mucho tiempo, y que se perda su esperanza,
tom otro de sus cachorros, y lo puso por leoncillo.
10 Tu madre fue como una vid en medio de la via, plantada junto a las aguas,
dando fruto y echando vstagos a causa de las muchas aguas.
11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros de reyes; y se elev su estatura por
encima entre las ramas, y fue vista por causa de su altura y la multitud de sus
sarmientos.
12 Pero fue arrancada con ira, derribada en tierra, y el viento solano sec su
fruto; sus ramas fuertes fueron quebradas y se secaron; las consumi el fuego.
1.
Endecha.
Prncipes.
Joacaz y Joaqun (ver com. vers. 3, 5). La LXX dice "prncipe" en singular, en
armona con el singular "tu madre" del vers. 2.
2.
Tu madre.
3.
Joacaz, hijo de Josas, conocido tambin con el nombre de Salum (1 Crn. 3: 15;
Jer. 22: 11; ver com. 2 Rey. 23: 30, 32), quien fue llevado cautivo a Egipto
(vers. 4).
Devorar hombres.
Joacaz dio la espalda a las reformas de su padre Josas (2 Rey. 23: 1-25)e hizo
lo malo "ante los ojos de Jehov" (2 Rey. 23: 32). Con referencia a la figura
de "devorar hombres", ver Eze. 22: 25, 27.
4.
Grillos.
De Egipto.
5.
6.
Devor hombres.
7.
Saque fortalezas.
9.
Al rey de Babilonia.
Jerusaln fue tomada por Nabucodonosor el rey fue llevado cautivo a Babilonia,
donde
fue encarcelado (2 Rey. 24: 8-17). All estaba cuando fue pronunciada esta
profeca. Algunos aos ms tarde fue puesto en libertad (2 Rey. 25: 27-30).
10.
Una vid.
Aqu se presenta una nueva alegora, en la cual se compara a Israel con una vid
robusta.
En medio de la via.
El texto masortico tiene aqu una palabra muy oscura: bedamka, que la RVA
traduce "en tu sangre". La RVR traduce como si fuera karmeka, vocablo que
aparece en dos manuscritos hebreos. En la escritura hebrea bedamka y karmeka
son muy parecidos. Los trgumes dicen tidmeh, de la raz damah, "ser como".
La LXX, seguramente siguiendo otro texto, expresa: "como flor de un granado".
11.
Varas.
12.
Fue arrancada.
13.
14.
Endecha es sta.
La desolacin era en ese momento slo parcial. Cuando ocurriera la destruccin
completa, habra razn para mayor endecha y lamento.
CAPTULO 20
1 Dios rehusa ser consultado por los ancianos de Israel. 5 Les recuerda la
historia de sus rebeliones en Egipto, 10 en el desierto, 27 y en la tierra
prometida. 33 Promete reunirlos por el Evangelio. 45 Con la parbola de un
bosque seala la destruccin de Israel.
1 ACONTECIO en el ao sptimo, en el mes quinto, a los diez das del mes, que
vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehov, y se sentaron
delante de m.
6 aquel da que les alc mi mano, jurando as que los sacara de la tierra de
Egipto a la tierra que les haba provisto, que fluye leche y miel, la cual es
la ms hermosa de todas las tierras;
7 entonces les dije: Cada uno eche de s las abominaciones de delante de sus
ojos, y no os contaminis con los dolos de Egipto. Yo soy Jehov vuestro
Dios.
9 Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los Ojos de las
naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actu para
sacarlos de la tierra de Egipto.
11 y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el
hombre que los cumpliere vivir.
12 Y les di tambin mis das de reposo,* para que fuesen por seal entre m y
ellos, para que supiesen que yo soy Jehov que los santifico.
17 Con todo, los perdon mi ojo, pues no los mat, ni los extermin en el
desierto;
19 Yo soy Jehov vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos,
y ponedlos por obra;
20 y santificad mis das de reposo,* y sean por seal entre m y vosotros, para
que sepis que yo soy Jehov vuestro Dios.
23 Tambin les alc yo mi mano en el desierto, jurando que los esparcira entre
las naciones, y que los dispersara por las tierras,
24 porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos
y profanaron mis das de reposo, y tras los dolos de sus padres se les fueron
los ojos.
25 Por eso yo tambin les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los
cuales no podran vivir.
26 Y los contamin en sus ofrendas cuando hacan pasar por el fuego a todo
primognito, para desalarlos y hacerles saber que yo soy Jehov.
28 Porque yo los traje a la tierra sobre la cual haba alzado mi mano jurando
que haba de drsela, y miraron a todo collado alto y a todo rbol frondoso, y
all sacrificaron sus vctimas, y all presentaron ofrendas que me irritan,
all pusieron tambin su incienso agradable, y all derramaron sus libaciones.
29 Y yo les dije: Qu es ese lugar alto adonde vosotros vais? Y fue llamado
su nombre Bama hasta el da de hoy.
33 Vivo yo, dice Jehov el Seor, que con 674 mano fuerte y brazo extendido, y
enojo derramado, he de reinar sobre vosotros;
37 Os har pasar bajo la vara, y os har entrar en los vnculos del pacto;
44 Y sabris que yo soy Jehov, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre,
no segn vuestros caminos malos ni segn vuestras perversas obras, oh casa de
Israel, dice Jehov el Seor.
1.
El ao sptimo.
Vinieron... a consultar.
3.
No os responder.
Dios nunca se niega a conceder luz al que busca con sinceridad. Pero si el que
consulta se niega a andar en la luz que ya le ha sido revelada, es presuncin
el pedir mayor luz. Con frecuencia los hombres buscan ms luz con la esperanza
de evitar tener que realizar algn deber desagradable que Dios les est
pidiendo que cumplan (ver 2 Tes. 2: 10-11).
4.
Hazles conocer.
5.
As ha dicho Jehov.
El da que escog.
Alc mi mano.
En seal de juramento (Gn. 14: 22; Deut. 32: 40; Apoc. 10: 5-6). La misma
expresin aparece en Eze. 20: 6, 15, 23,42.
Me di a conocer.
6.
8.
Se rebelaron contra m.
9.
A causa de mi nombre.
Aqu se presenta el motivo del bondadoso trato de Dios para con Israel. El
pueblo no deba lisonjearse creyendo que alguna bondad de su parte hubiera
merecido esos favores (cf. Nm. 14: 11-20; Deut. 9: 28; Jer. 14: 7, 2 1).
10.
11.
Comparar con Gl. 3: 12. No debemos entender que en Eze. 20: 11 slo se exige
una observancia externa, de frmula, o superficial de ciertos preceptos
especficos. Dios deseaba que la obediencia del hombre fuera motivada por el
amor y por la apreciacin inteligente del carcter de Dios. Pero, debido a la
falta de preparacin espiritual, al principio de su historia Israel no estaba
preparado para participar de esa excelsa relacin. Con todo, Dios tena el
plan de guiar al pueblo hasta que llegara a esa vivencia tan rpidamente como
fuera posible. Nunca fue el propsito divino que en todo el perodo del AT los
hombres tuvieran una comprensin tan limitada del plan de salvacin (ver com.
cap. 16: 60).
12.
"Les di adems mis sbados" (BJ). No era que el sbado hubiera sido instituido
por primera vez en el Sina, pues haba existido desde la creacin (Gn. 2:
1-3), sino que en esa ocasin se haba repetido el mandamiento. La palabra
"acurdate" en el cuarto mandamiento implica que ya exista el da de reposo
(Exo. 16: 22-28; PP 263). El Declogo (Exo. 20: 8-11) presenta los grandes
hechos de la historia de la creacin como base para el sbado. Dios cre "los
cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay" en seis das
literales (ver com. Gn. 1: 5). Descans en el sptimo da y lo apart como
da de reposo para toda la humanidad (Mar. 2: 27). Por eso, la observancia del
sbado es la seal, o marca de que la persona que observa este da reconoce a
Jehov como a su Dios porque estos hechos de la creacin slo se aplican a l.
La observancia de este da no se basa en ninguna divisin natural del tiempo en
ciclos semanales, sino en el mandato expreso de Dios, y en la creencia en su
revelacin. Los hombres pueden alegar que el efecto saludable del descanso
sabtico tambin podra lograrse en cualquier otro da. Sin embargo, Dios ha
designado un da de descanso especfico. Nos manda que lo santifiquemos, que
no nos dediquemos en l a actividades seculares ni a placeres personales (Isa.
58: 13). Los hombres no pueden escapar de esta obligacin con impunidad.
13.
Se rebel contra m.
14.
A causa de mi nombre.
Por causa de su nombre, Dios no destruy por completo al pueblo, sino slo
excluy a esa generacin de entrar en Canan (Nm. 14: 29-33). En Ams 5:
25-26; Hech. 7: 42-43 se hace referencia a la idolatra de Israel durante su
peregrinaje por el desierto.
18.
20.
Ver com. vers. 12. En ese pasaje se afirma que el sbado es seal de que es
Jehov quien santifica. Aqu se presenta como seal de que Jehov es el Dios
de Israel. La celebracin regular del sbado, cada siete das, tena el
propsito de que se conservara siempre el recuerdo de Dios (PR 135). Si
siempre se hubiera observado el da sbado como Dios lo haba dispuesto, los
pensamientos y los afectos del hombre se hubieran dirigido hacia el Creador
como el objeto de reverencia y adoracin, y nunca habra existido un idlatra
ni un ateo (PP 348). Tanto aqu como en el vers. 12, aparece la forma plural,
"das de reposo", o sea "sbados" (BJ). Esta forma tambin aparece en Exo. 31:
13; Lev. 23: 38.
21.
23.
Los esparcira.
Esta amenaza debera entenderse en relacin con las advertencias de Lev. 26:
33; Deut. 4: 27; 28: 64. El exilio predicho no sobrevino a esa misma
generacin. Transcurrieron muchos siglos antes de que el castigo fuera
infligido en realidad. Cuando Ezequiel pronunci esta profeca, se haba
cumplido en parte y estaba a punto de cumplirse en su totalidad.
25.
Estos no eran los "estatutos... por los cuales el hombre que los cumpliere
vivir" (vers. 11). No forman parte de la ley mosaica. Esto resulta evidente
por la referencia que se hace en el vers. 26 a la consagracin de los nios a
Moloc. Los estatutos que el pueblo haba adoptado, que no eran buenos, haban
venido de los paganos que los rodeaban. Cmo, pues, podra decirse que Dios se
los dio? En el lenguaje figurado bblico, se le atribuyen a Dios muchas
acciones, no porque l las haya realizado, sino porque a pesar de su
omnipotencia y de su omnisapiencia, no impide que se realicen. Si se entiende
este principio, se explican muchas afirmaciones que parecen contradecirse o
que, como sta, parecen contradecir directamente lo que ensea la Biblia en
cuanto al carcter puro y santo de Dios (Isa. 63: 17; 2 Tes. 2: 11-12).
Tambin se ha sugerido que los "estatutos que no eran buenos" son los decretos
divinos, por medio de los cuales se permiti en forma sucesiva que las naciones
paganas oprimieran al pueblo de Dios (ver com. Dan. 4: 17). Esto haba
ocurrido en ocasin de las repetidas veces cuando los asirios invadieron a Jud
(Isa. 8: 7; 10: 5-6; cf. Isa. 5: 25-26; 9: 11-12; Ams 6: 14), y otra vez se
repeta en los das de Nabucodonosor (Isa. 47: 5-6; cf. Isa. 42: 24-2 5; 60:
10, 15; Jer. 1: 11-16; 4: 18; 5: 15-19).
26.
Los contamin.
Esta frase debera entenderse en armona con lo que se dice en el vers. 25.
Dios no contamin al pueblo, sino slo permiti que sufriera las consecuencias
de su propia conducta. En el lenguaje figurado bblico se dice muchas veces
que Dios hace lo que permite que se haga o no lo impide. Algunas de las
versiones, tales como la de Lutero y Van Ess, introducen esta idea directamente
en el texto, traduciendo de la siguiente manera: "Permit que se contaminaran".
27.
Me afrentaron.
29.
Bama.
30.
No os contaminis?
Aqu el profeta se 677 dirige a sus contemporneos y los acusa de los mismos
pecados que caracterizaron a sus antepasados.
31.
No os responder.
32.
33.
Mano fuerte.
34.
Os sacar.
En los vers. 34-35 se habla del nuevo plan de Dios. Al ser sacado, el pueblo
no es llevado inmediatamente a su propia tierra. En primer lugar debe ser
separado de los pueblos entre los cuales vive. No se le permitir ser "como
las naciones" (vers. 32).
35.
Es dudoso que este pasaje se refiera a algn desierto real, como el de Siria o
el de Arabia. La frase "desierto de los pueblos" es poco precisa. Por
contraste, el desierto donde peregrin Israel es llamado "yermo de horrible
soledad" (Deut. 32: 10), morada de "serpientes ardientes, y de escorpiones"
(Deut. 8: 15). El plan que Ezequiel describe aqu nunca tuvo un cumplimiento
histrico, por lo menos de una manera importante. La regeneracin espiritual
que Dios procuraba llevar a cabo entre los cautivos no se realiz. Si estos
propsitos se hubieran cumplido, y si los repatriados que volvieron con
Zorobabel hubieran sido personas de renovada vida espiritual, la historia
subsiguiente de Israel habra sido muy diferente.
37.
Se emplea aqu la figura del pastor que cuenta y separa a sus ovejas (Lev. 27:
32; Jer. 33: 13). As como ocurre en Mat. 25: 33, el pastor separa a las
ovejas de los cabritos. El pas del Israel restablecido ha de ser tierra de
justicia, y los rebeldes no han de entrar nunca en ella.
39.
Servidles.
Comparar con Jos. 24: 15. Si los hombres se niegan a obedecer a pesar de la
advertencia, no hay nada ms que Dios pueda hacer. La coercin es contraria a
su carcter. Por lo tanto, no les impide servir a sus dolos. Las palabras de
este versculo recuerdan las de Apoc. 22: 11, que dicen literalmente: "Que el
que hace injusticia, haga injusticia todava, y el inmundo sea hecho inmundo
todava". Tambin en Ose. 4: 17 se lee algo similar: "Efran es dado a dolos;
djalo". Pero tales decretos no son dados sin gran tristeza y pesar. El
profeta aade: "Cmo podr abandonarte, oh Efran?... Mi corazn se conmueve
dentro de m, se inflama toda mi compasin" (Ose. 11: 8).
40.
En mi santo monte.
Las gloriosas promesas eran para todos, sin distincin de tribus. Sin embargo,
la exhortacin era individual y se aplicaba slo a los que estuvieran
dispuestos a aceptar la relacin del nuevo pacto.
43.
Os aborreceris.
44.
No segn.
46.
Neguev.
47.
48.
No se apagar.
El incendio sera tan terrible que nadie podra apagarlo. Ardera hasta que
terminara su obra destruidora. Entonces se extinguira solo. Esta misma
expresin, aplicada a los fuegos del infierno (Mar. 9: 43, 45), ha sido
interpretada por algunos como una prueba de que el infierno arder por toda la
eternidad. Otro texto muestra que una interpretacin tal es errnea, porque el
incendio ocasionado en Jerusaln por los caldeos no fue apagado (Jer. 17: 27),
y sin embargo se extingui cuando concluy su obra de devastacin.
49.
11 PP 389
12-20 MM 123
13-24 PP 434
16, 19 PR 135
33 FE 449
49 ST 68 679
CAPTULO 21
2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusaln, y derrama palabra sobre los
santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel.
7 Y cuando te dijeren: Por qu gimes t? dirs: Por una noticia que cuando
llegue har que desfallezca todo corazn, y toda mano se debilitar, y se
angustiar todo espritu, y toda rodilla ser dbil como el agua; he aqu que
viene, y se har, dice Jehov el Seor.
10 Para degollar vctimas est afilada, pulida est para que relumbre. Hemos
de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo cualquiera.
11 Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada est afilada, y est pulida
para entregarla en mano del matador.
12 Clama y lamenta, oh hijo de hombre; porque sta ser sobre mi pueblo, ser
ella sobre todos los prncipes de Israel; caern ellos a espada juntamente con
mi pueblo; hiere, pues, tu muslo;
19 T, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de
Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y pon una seal al comienzo de
cada camino, que indique la ciudad adonde va.
20 El camino sealars por donde venga la espada a Rab de los hijos de Amn, y
a Jud contra Jerusaln, la ciudad fortificada.
23 Mas para ellos esto ser como adivinacin mentirosa, ya que les ha hecho
solemnes juramentos; pero l trae a la memoria la maldad de ellos, para
apresarlos.
24 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto habis hecho traer a la
memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo
vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habis venido en memoria,
seris entregados en su mano.
27 A ruina, a ruina, a ruina lo reducir, y esto no ser ms, hasta que venga
aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregar.
1.
Palabra de Jehov.
En los vers. 1-7 se reproduce en lenguaje claro la enigmtica parbola ya
presentada (cap. 20: 45- 49).
2.
Contra Jerusaln.
En vez de la triple mencin del sur (cap. 20: 46), se emplean las palabras
"Jerusaln', "santuarios' y "tierra de Israel'.
3.
Mi espada.
4.
Al justo.
Ver com. cap. 20: 47. En ocasiones de castigos nacionales, los inocentes
muchas veces sufren los mismos castigos temporales de los culpables.
5.
No la envainar ms.
6.
7.
8.
Palabra de Jehov.
Podra denominarse a los vers. 8-17 como "El cantar de la espada afilada y
bruida". En general, estos versculos son una ampliacin del mensaje de los
vers. 1-6.
10.
Hemos de alegrarnos?
Esta parte del versculo y la que sigue son difciles de entender en el hebreo.
Dicen literalmente: "O nos regocijaremos, el cetro de mi hijo, rechazando todo
rbol". La LXX dice: "Prepara para la ruina, mata, pon por nada, desprecia
cada rbol" (es posible que estos "rboles" sean los del cap. 20: 47). Los
exgetas o intrpretes de la Biblia hebrea dicen que se trata de un texto
modificado y no lo tratan de explicar. Si se modifica la vocalizacin de una
palabra, podra interpretarse la ltima parte de la siguiente manera: "En lo
que a vara [es decir, "castigo" (ver Prov. 10: 13)] se refiere, mi hijo, t has
despreciado todo lo de madera", entendindose que, por lo tanto, su castigo
sera con algo que no fuera madera, es decir una espada metlica.
11.
Matador.
12.
En seal de extremo dolor o gran vergenza (cf. Jer. 31: 19). El propsito de
los gestos era el de atraer la atencin y suscitar preguntas (ver com. Eze. 4:
1).
13.
14.
Un gesto que revela gran emocin, en este caso, evidentemente de horror (vase
Eze. 21: 17; cf. Nm. 24: 10).
Triplquese.
Sin duda estas frases hacen notar cun terrible sera la matanza. El hebreo
681 de este pasaje es muy oscuro. En parte, el sentido de este versculo se
ha derivado de las versiones.
15.
Espanto de espada.
16.
Corta a la derecha.
17.
18.
Palabra de Jehov.
19.
Dos caminos.
Heb. "pondrs una mano" para indicar el camino. Esta seal se ubicara a
varios centenares de kilmetros al oeste de Babilonia, quiz en Tadmor (ver
com. 1 Rey. 9: 18), o quiz aun en el valle del Orontes.
21.
Idolos.
Heb. terafim, estatuillas de figura humana (ver com. Gn. 31: 19). No
sabemos hoy cmo se las empleaba para la adivinacin.
Mir el hgado.
Este mtodo de adivinacin, llamado hepatoscopa (ver com. Dan. 1: 20), era
comn entre los babilonios. Se han encontrado hgados de oveja, hechos en
arcilla, marcados con lneas e inscripciones, que evidentemente se usaban para
instruir en el uso de este mtodo.
El mtodo babilonio quiz era similar al que ms tarde usaron los rabes.
Varias saetas, sin cabeza y con mensajes apropiados, eran sacudidas al mismo
tiempo en un carcaj u otro recipiente, y se sacaba una, o se haca girar el
recipiente y era elegida la que caa primero. Lo que se haba escrito sobre
esa saeta se supona que indicaba la voluntad de los dioses.
Su mano derecha.
23.
Solemnes juramentos.
Esto podra entenderse como una referencia a los judos que haban formulado
solemnes juramentos de lealtad a Babilonia (2 Crn. 36: 13; Eze. 17: 18-19).
Esos juramentos haban sido invalidados. Este significado parecera ser el ms
sencillo de todos.
El trae a la memoria.
El sujeto tcito de esta frase podra ser el Seor, y la "maldad" sera la del
pueblo. Tambin podra ser Nabucodonosor el que va a recordar y castigar a
Jud por haber quebrantado su juramento (2 Crn. 36: 10, 13; Jer. 52: 3; Eze.
17: 15-19).
24.
Esos pecados deberan haber sido cubiertos o expiados 682 en el servicio del
da de expiacin (Lev. 16). Debido a que Israel se haba negado a reconocer su
culpa, el pecado haba quedado "descubierto", y demandaba castigo. Cada nueva
transgresin recordaba todo el registro de los pecados anteriores, y a esta
fecha el total acumulado exiga un castigo inmediato.
25.
Impo prncipe.
Sedequas.
26.
Tiara.
No ser ms as.
27.
A ruina.
28.
29.
Profetizan.
Heb. jazah, "ver". Verbo que muchas veces se emplea para referirse a las
visiones del vidente o profeta. Aqu sin duda son los adivinos amonitas los
que "profetizan".
30.
Lo volver?
31.
Temerarios.
Del Heb. be'ir, "ganado", "bestia" (Sal. 49: 10; 92: 6), cuyo significado es
,"estpido como animal'. Estos "hombres brbaros" (BJ) aparecen de nuevo en
Eze. 25: 4, 10.
32.
No habr ms memoria de ti.
3, 5, 7, PR 333
25-27 PR 332
26-27 Ed 174
27 8T 86, 97
31 PR 333
CAPTULO 22
5 Las que estn cerca de ti y las que estn lejos se reirn de ti, amancillada
de nombre, y de grande turbacin.
6 He aqu que los prncipes de Israel, cada uno segn su poder, se esfuerzan en
derramar sangre.
13 Y he aqu que bat mis manos a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa
de la sangre que derramaste en medio de ti.
14 Estar firme tu corazn? Sern fuertes tus manos en los das en que yo
proceda contra ti? Yo Jehov he hablado, y lo har.
19 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto todos vosotros os habis
convertido en escorias, por tanto, he aqu que yo os reunir en medio de
Jerusaln.
20 Como quien junta plata y bronce y hierro y plomo y estao en medio del
horno, para encender fuego en l para fundirlos, as os juntar en mi furor y
en mi ira, y os pondr all, y os fundir.
25 Hay conjuracin de sus profetas en medio de ella, como len rugiente que
arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus
viudas en medio de ella.
27 Sus prncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa,
derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.
31 Por tanto, derram sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consum;
hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehov el Seor.
1.
Palabra de Jehov.
El captulo 22 puede dividirse en tres partes: los vers. 1-16, una lista de
los pecados de Jerusaln; vers. 17-22, la parbola del refinamiento del metal;
vers. 23-31, la descripcin de la corrupcin general que afecta a todas las
clases sociales.
2.
No juzgars t?
3.
4.
Escamio.
5.
6.
Segn su poder.
En derramar sangre.
13.
14.
15.
Aunque no se hace resaltar aqu este aspecto, los castigos habran de tener un
efecto saludable.
16.
Sers degradada.
"Te has mostrado impa" (BJ). La forma verbal hebrea, con ligera modificacin,
puede entenderse como "tomars heredad" (RVA), pero la mejor traduccin es la
de la RVR. La LXX dice: "Yo tomar heredad en ti ante los ojos de las
naciones". Algunas versiones antiguas dicen: "Yo ser profanado en vosotros a
la vista de las naciones" (cf. caps. 20: 9; 36: 20).
17.
Palabra de Jehov.
23.
Palabra de Jehov.
Los vers. 23-31 constituyen la tercera seccin del captulo (ver com. vers.
1). Contienen otra enumeracin de los pecados de Israel, en la cual se indica
que todas las clases sociales han pecado.
25.
Profetas.
Debido a que los falsos profetas habran de abundar en los ltimos das, en
repetidas ocasiones Jess advirti contra sus tcnicas sutiles (Mat. 24: 4-5,
11, 24). Dice que "engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mat. 24:
44). Tambin se hace referencia a que recurrirn a "grandes seales y
prodigios", lo que casi no existi en tiempos de Ezequiel. A medida que el
gran da de Dios se acerca, Satans intensificar sus esfuerzos para engaar.
Dominar cada vez ms el mundo, a medida que los ngeles celestiales se lo
vayan permitiendo. Bajo el disfraz de la religin y por medio de milagros,
tomar posesin de los habitantes de este mundo. Y "todos los moradores de la
tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que
fue inmolado desde el principio del mundo" lo adorarn (Apoc. 13: 8). Por lo
tanto, necesitamos tener un conocimiento cabal de las Escrituras a fin de
distinguir entre lo verdadero y lo falso (CS 651-652).
26.
Violaron mi ley.
Esta acusacin tiene un paralelo notable en nuestros das. Las profecas del
libro de Apocalipsis (caps. 12-14) manifiestan que Dios pide una reforma en lo
que atae a volver al verdadero da de reposo del Seor, el sptimo da de la
semana. Esta reforma ha de preparar al mundo para la segunda venida de Cristo.
El mensaje ha sido proclamado. La reaccin ha sido similar a la que hubo en
tiempos de Ezequiel. Los hombres apartan sus ojos para no ver la obligacin
que tienen de guardar el verdadero da de reposo. Cierran los ojos ante las
claras evidencias bblicas y dicen: "No resulta claro".
27.
Prncipes.
28.
Lodo suelto.
Mejor, "revoque de lodo", "revoque de cal" (ver com. cap. 13: 10). En el mundo
religioso hay quienes apoyan casi cualquier tipo de creencia.
Hay varias reglas importantes que pueden ayudar hoy a los hombres a distinguir
entre lo que es "lodo suelto" y lo que es genuino. Estas reglas deberan
emplearse para probar a cualquiera que pretenda basarse en la Biblia. Tambin
sirven como sistema para dirigir la investigacin bblica, a fin de que no se
llegue a conclusiones errneas.
29.
El pueblo de la tierra.
30.
31.
El ardor de mi ira.
8 PR 135
28 IT 247; TM 39
31 PR 135
CAPTULO 23
7 Y se prostituy con ellos, con todos los ms escogidos de los hijos de los
asirios, y con todos aquellos de quienes se enamor; se contamin con todos los
dolos de ellos.
8 Y no dej sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su
juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella
su fornicacin.
9 Por lo cual la entregu en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los
asirios, de quienes se haba enamorado.
15 ceidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas,
teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de
Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento,
23 los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los
de Asiria con ellos; jvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y
varones de renombre, que montan a caballo todos ellos.
29 los cuales procedern contigo con odio, y tomarn todo el fruto de tu labor,
y te dejarn desnuda y descubierta; y se descubrir la inmundicia de tus
fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitucin.
30 Estas cosas se harn contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con
las cuales te contaminaste en sus dolos.
37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus
dolos; y aun a sus hijos que haban dado a luz para m, hicieron pasar por el
fuego, quemndolos.
40 Adems, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales haba sido
enviado mensajero, y he aqu vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y
pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos;
42 Y se oy en ella voz de compaa que se solazaba con ella; y con los varones
de la gente comn fueron trados los sabeos del desierto, y pusieron pulseras
en sus manos, y bellas coronas sobre sus cabezas.
44 Porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; as vinieron a
Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas.
45 Por tanto, hombres justos las juzgarn por la ley de las adlteras, y por la
ley de las que derraman sangre; porque son adlteras, y sangre hay en sus
manos.
46 Por lo que as ha dicho Jehov el Seor: Yo har subir contra ellas tropas,
las entregar a turbacin y a rapia,
47 y las turbas las apedrearn, y las atravesarn con sus espadas; matarn a
sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirn con fuego. 688
1.
Palabra de Jehov.
2.
Una madre.
Las dos ciudades, Jerusaln y Samaria, tenan una misma madre: el pueblo
hebreo. Tenan antepasados comunes.
3.
En su juventud.
Para los fines que se persiguen en esta parbola, se representa a las hijas
como si hubieran existido la una independientemente de la otra aun durante el
perodo de la permanencia en Egipto. En su "juventud" se haban apartado de
Dios. En ese tiempo no se consideraba que la nacin de Israel hubiera estado
"desposada" an. El matrimonio con Jehov acaeci cuando se concert el pacto
en el Sina (Exo. 19).
4.
Ahola.
Aholibah.
Heb. 'Oholibah, nombre propio que, con ligera modificacin de vocales, podra
interpretarse como "mi tienda [est] en ella". Esto llamara la atencin al
hecho de que el santuario de Jehov estaba en Jud.
5.
Los asirios.
6.
8.
Fornicaciones de Egipto.
9.
La entregu.
Cf. 2 Rey. 17: 5-6. La historia de Samaria se relata en forma breve porque esa
nacin ya no exista. Sin embargo, sirve de base para una comparacin con
Jerusaln, cuya necedad se describe con mayores detalles.
11.
Ms que ella.
12.
Los asirios.
13.
Un mismo camino.
14.
Tales pinturas, hechas en hermosos colores, eran comunes entre los asirios.
Los babilonios tambin decoraban las murallas con figuras a colores.
16.
Quiz Manass, durante su cautiverio en Babilonia (2 Crn. 33: 11) haba visto
en esa ciudad un posible rival de Asiria. El envo de embajadores de parte de
Merodac-baladn a Ezequas (Isa. 39) sugiere que Babilonia buscaba en Jud
apoyo contra Asiria (ver com. 2 Rey. 20: 12). No se sabe en qu ocasin
precisa Jud envi los mensajeros a los cuales aqu se hace referencia.
17.
20.
Rufanes.
Heb. pilgesh, "concubina" (Gn. 22: 24; 2 Sam. 3: 7). Aqu se refiere a los
prncipes egipcios, cuyos favores Jud procuraba.
Asnos.
23.
Pecod.
Nombre de una tribu aramea que viva al este del Tigris, cerca de la
desembocadura de ese ro (Jer. 50: 21).
Soa y Coa.
Se cree que eran los Sutu y los Qutu, tribus que vivan al este del Tigris.
24.
Carros.
Ruedas.
25.
Te quitarn tu nariz.
Tanto los asir como los babilonios mutilaban a los presos Segn Diodoro de
Sicilia (i. 78), los egipcios castigaban a una esposa adltera cortndole la
nariz.
28.
32.
Bebers.
34.
Los exgetas de la Biblia hebrea sealan que hay muchas variantes propuestas
para esta frase. Una posible traduccin sera: "roers la alfarera ella". La
LXX dice: "Y t la bebers. Y fiestas y los novilunios de ella yo desecha Por
cuanto yo he hablado, dice el Seor". Sin duda el hebreo habla de la
desesperacin que sentiran los judos en el da de su castigo.
36.
No juzgars t?
Cf. cap. 20: 4; 22: Aqu comienza una nueva seccin. El profeta resume los
pecados de Ahola y de Aholiba pero desde un punto de vista diferente d que
emplea en la descripcin de los vers. 22 Nombra aqu tres elementos conspicuos
(1)El culto de Moloc (vers. 37), (2) la profanacin del templo (vers. 38), y
(3) la violacin del sbado (vers. 38).
39.
El mismo da.
Tan audaces eran los judos en su idolatra que el mismo da en que ofrecan
sus hijos en sacrificio a Moloc en valle de Hinom, iban con toda hipocresa
presentarse como adoradores en el templo de Jehov (cf. Jer. 7: 9-10).
40.
Los antiguos usaban antimonio en polvo, de color negro, con lo que sombreaban
el contorno de los ojos a fin que su parte blanca resultara ms bella y
seductora (ver com. 2 Rey. 9: 30).
41.
Suntuoso estrado.
42.
Sabeos.
43.
Todava cometern?
45.
Hombres justos.
47.
Las apedrearn.
48.
Es decir, todas las naciones, para quienes el ejemplo de Israel servira como
advertencia. 690
CAPTULO 24
2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este da; el rey de Babilonia puso sitio
a Jerusaln este mismo da.
4 junta sus piezas de carne en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda;
llnala de huesos escogidos.
5 Toma una oveja escogida, y tambin enciende los huesos debajo de ella; haz
que hierva bien; cuece tambin sus huesos dentro de ella.
8 Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondr su sangre
sobre la dura piedra, para que no sea cubierta.
11 Asentando despus la olla vaca sobre sus brasas, para que se caldee, y se
queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre.
24 Ezequiel, pues, os ser por seal; segn todas las cosas que l hizo,
haris; cuando esto ocurra, entonces sabris que yo soy Jehov el Seor.
26 ese da vendr a ti uno que haya escapado para traer las noticias.
1.
Ao noveno.
Del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1: 2), o sea el ao 589-188 a. C. Esta
es la misma fecha que aparece en 2 Rey. 25: 1; Jer. 39: 1-2; 52: 4-5. Es
evidente que despus los judos observaron esta fecha como da de ayuno (Zac.
5: 19).
Mes dcimo.
2.
Escribe la fecha.
3.
Parbola.
Parece haber aqu una alusin de las figuras del cap. 11: 3-7, aunque la
aplicacin es diferente.
4.
Sus piezas.
Es decir, los judos. Es probable que las "buenas piezas" fueran las clases
encumbradas. Tambin podra entenderse que se mencionan las diferentes piezas,
no para designar a alguna clase social en forma especfica, sino para hacer
resaltar que todos, aun los mejores, seran abarcados por la ruina.
5.
Enciende.
Huesos.
Una ligera modificacin permite leer "lea" (BJ; cf. vers. 10). Mientras
tienen todava su gordura, los huesos tambin podran servir como combustible.
6.
Olla herrumbrosa.
7.
Esto indica que los actos criminales de violencia de Jerusaln (caps. 22:
12-13; 23: 37; etc.) haban sido cometidos en forma abierta y desvergonzada
(cf. Gn. 4: 10; Job 16: 18; Isa. 26: 21).
8.
Su sangre.
10.
Consumir.
Hacer la salsa.
Heb. raqaj, verbo que significa "mezclar". Sobre todo se emplea para
referirse a la mezcla de los ingredientes del aceite de la uncin (Exo. 30: 33,
35). Es dudoso aqu su sentido especfico. En la LXX la ltima parte de este
versculo dice: "para consumir la carne y disminuir el caldo".
11.
Olla vaca.
La ciudad sin sus habitantes. El fuego debe seguir hasta que se haya
consumido la herrumbre. La ciudad misma sera destruida. En los vers. 11-14
se seala la ineficacia de esfuerzos anteriores realizados para lograr una
reforma y se indica que los castigos inminentes seran seguros y completos.
15.
Vino a m.
Yo te quito.
17.
No hagas luto.
Pan de enlutados.
Quiz se aluda aqu a una comida fnebre (cf. Deut. 26: 14; Jer. 16: 7; Ose. 9:
4).
18.
Habl al pueblo.
No se nos dice qu fue lo que el profeta habl. Posiblemente comparti con sus
compatriotas la trgica noticia de la muerte de su esposa.
19.
Qu significan. . . estas cosas?
21.
Yo profano mi santuario.
Deleite.
23.
Os consumiris.
24.
Ezequiel.
Fuera del cap. 1: 3, sta es la nica vez que Ezequiel se nombra a s mismo. En
Isa. 20: 3 y Dan. 8: 27 hay ejemplos paralelos de autores que mencionan su
propio nombre en el texto inspirado.
27.
En aquel da.
CAPTULO 25
1 Venganza divina contra los amonitas, 8 contra Moab y Seir, 12 contra Edom, 15
y contra los filisteos, por su soberbia contra Israel.
2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amn, y profetiza contra
ellos.
5 Y pondr a Rab por habitacin de camellos, y a los hijos de Amn por majada
de ovejas; y sabris que yo soy Jehov.
8 As ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aqu la casa de
Jud es como todas las naciones;
9 por tanto, he aqu yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus
ciudades 693 que estn en su confn, las tierras deseables de Bet-jesimot,
Baal-men y Quiriataim,
10 a los hijos del oriente contra los hijos de Amn; y la entregar por
heredad, para que no haya ms memoria de los hijos de Amn entre las naciones.
1.
Vino a m.
Aqu comienza una nueva serie de profecas relacionadas con varias naciones
vecinas. Ezequiel haba concluido su testimonio acerca de la destruccin de
Jerusaln y del remanente del Estado israelita. Ya no deba hablar ms de ese
tema, sino aguardar que se cumpliera la condenacin predicha. Entre tanto, Dios
le mand que dirigiese su atencin a las naciones que rodeaban a Jerusaln, y
que predijera su inevitable suerte. El castigo haba comenzado por la casa de
Dios (ver Eze. 9: 6; cf. 1 Ped. 4: 17), pero ahora habra de extenderse al
mundo exterior.
Dios lleva cuentas precisas con las naciones. Todas son probadas para ver si
han de cumplir o no el elevado destino que se les ha asignado. Cuando la cuenta
llega a un lmite, sufren como nacin el castigo. Lo mismo ocurri en el caso
de Israel. Sufri una derrota sumamente trgica, pero a travs de todo lo que
ocurri, Dios dispuso los planes para la salvacin de un reducido remanente.
Ver com. Dan. 4: 17.
3.
Ea, bien!
Hebreo heaj, interjeccin que aqu indica una perversa alegra ante la cada
de Jerusaln.
4.
Los orientales.
Heb. bene-qdem, "hijos del oriente". Este nombre se aplica a diversas tribus
nmadas que habitaban el desierto, al este de Amn y de Moab (Gn. 29: 1; Juec.
6: 3, 33; 7: 12; 8: 10; 1 Rey. 4: 30; Job 1: 3).
Apriscos.
Heb. tirah, "muro de piedra", dentro del cual se protega un campamento (Gn.
25: 16; Nm. 31: 10; Sal. 69: 25). La LXX dice as: "Y acamparn con sus
enseres en ti y pondrn sus tiendas en ti".
5.
Rab.
Rab de los hijos de Amn, capital de los amonitas (2 Sam. 12: 26; Eze. 21:
20), ubicada a unos 37 km. al este del ro Jordn, cerca del nacimiento del
Jaboc. Tolomeo Filadelfo ms tarde fund la ciudad de Filadelfia en el sitio de
Rab. No debe confundirse esta Filadelfia con la ciudad del mismo nombre del
Asia Menor (Apoc. 1: 11). El nombre moderno de Rab es Ammn.
6.
Batir las manos y dar golpes con los pies eran gestos que demostraban una
fuerte emocin (Nm. 24: 10; Eze. 21: 14, 17; 22: 13). En este pasaje estos
gestos son manifestaciones de una alegra maliciosa. El motivo del regocijo
evidentemente no era la perspectiva de obtener ventajas materiales, sino maldad
y "menosprecio para la tierra de Israel". Los amonitas deberan haber temblado
ante la posibilidad de que Rab hubiera sido escogida como el objetivo de la
primera campaa militar, en vez de Jerusaln (Eze. 21: 19-22).
7.
Yo soy Jehov.
Hasta este momento, Amn no haba querido reconocer este hecho. Dios deseaba
que el conocimiento de su poder llevara a los hombres a buscar la salvacin
divina.
8.
Moab y Seir.
En Isa. 15; 16; Jer. 48; Sof. 2: 8-9 se encuentran otras profecas dirigidas en
contra de Moab. Es posible que se mencionen juntas las dos naciones por causa
del parecido existente entre sus pecados. Ms tarde se las trata por separado:
Moab (Eze. 25: 8-11) y Seir, o sea Edom (cap. 25: 12-14). En la LXX, aqu slo
aparece Moab.
Los moabitas eran descendientes de la hija mayor de Lot, por lo cual eran tan
consanguneos de los israelitas como los amonitas (ver com. vers. 2). Estas dos
naciones, cuya historia y destino estaban tan estrechamente entrelazadas,
reciben la amenaza de una ruina similar.
Moab es mencionado con frecuencia en la historia sagrada (Nm. 22; 24; 25;
Juec. 3: 12-31; 1 Sam. 14: 47; 2 Sam. 8: 2; 2 Rey. 3: 5; 24: 2; 2 Crn. 20).
Algunas veces Israel estuvo dominado por Moab, como ocurri cuando Egln era
rey (Juec. 3: 12-31); y algunas veces Moab estuvo bajo el dominio de Israel,
como ocurri durante el reinado de David (2 Sam. 8: 2).
Los habitantes de Jud haban afirmado que su Dios era superior a los dioses
paganos y que poda librarlos. Pero ahora la desgracia de Jud pareca negar
esta afirmacin. Los moabitas se alegraban con maligno deleite frente a la
triste situacin de sus vecinos del oeste.
9.
Bet-jesimot.
Ciudad ubicada a unos 4 km. al noreste del punto donde el Jordn desemboca en
el mar Muerto. El lugar lleva ahora el nombre de Tell el-'Azeimeh.
Baal-men.
Aldea situada a unos 15 km. al oeste del mar Muerto, cerca de su extremo norte,
llamada ahora Ma'in.
Quiriataim.
Todas las ciudades nombradas pertenecan 695 a la regin que Sehn y Og haban
tomado de los moabitas siglos antes. A su vez, los israelitas arrebataron este
territorio a los amorreos, cuando entraron en Canan y permanecieron all por
largo tiempo. Cuando el podero de Israel decay, Moab tom otra vez esa
regin. Es probable que se nombre esas ciudades aqu en vista de que una vez
haban sido posesin de Israel.
10.
La frase que comienza aqu debera llegar hasta el fin del vers. 11. La
divisin de los versculos dificulta la comprensin.
12.
Edom.
13.
Temn.
Dedn.
Tribu que viva cerca del oasis el 'Ola en el oeste de Arabia.
14.
En manos de mi pueblo.
Esta frase sugiere que el castigo divino contra Edom habra de cumplirse por
mano de los israelitas. Algunos han sealado el cumplimiento de esta prediccin
en tiempos de los Macabeos, cuando Juan Hircano conquist a los idumeos
(Josefo, Antigedades xiii.g. 1) y los oblig a circuncidarse en seal de que
formaban parte del pueblo Judo. Sin embargo, es ms probable que esta parte de
la profeca haba de cumplirse en relacin con los planes de Dios para el reino
restaurado de Israel. Este nuevo Estado finalmente destruira a todos sus
enemigos (cap. 38; 39).
15.
Los filisteos.
Con referencia a su origen, ver com. Gn. 10: 14; 21: 32; Jos. 13: 2; t. 11,
pp.29, 25, 36. Otras profecas contra los filisteos aparecen en com. Isa. 14:
29-32; ver tambin Jer. 47; Ams 1: 6-8; Sof. 2: 4-7.
16.
Los cereteos.
Es probable que esta tribu viviera en la costa, al sur de los filisteos (ver
com. 1 Sam. 30: 14; cf. Sof. 2: 5).
Destruir el resto.
CAPTULO 26
2 Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusaln: Ea, bien; quebrantada
est la que era puerta de las naciones; a m se volvi; yo ser llena, y ella
desierta;
3 por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: He aqu yo estoy contra ti, oh Tiro,
y har subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.
6 Y sus hijas que estn en el campo sern muertas a espada; y sabrn que yo soy
Jehov.
7 Porque as ha dicho Jehov el Seor: He aqu que del norte traigo yo contra
Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y
Jinetes, y tropas y mucho pueblo.
8 Matar a espada a tus hijas que estn en el campo, y pondr contra ti torres
de sitio, y levantar contra ti baluarte, y escudo afirmar contra ti.
9 Y pondr contra ti arietes, contra tus muros, y tus torres destruir con
hachas. 696
11 Con los cascos de sus caballos hollar todas tus calles; a tu pueblo matar
a filo de espada, y tus fuertes columnas caern a tierra.
14 Y te pondr como una pea lisa; tendedero de redes sers, y nunca ms sers
edificada; porque yo Jehov he hablado, dice Jehov el Seor.
20 Y te har descender con los que descienden al sepulcro, con los pueblos de
otros siglos, y te pondr en las profundidades de la tierra, como los desiertos
antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca ms seas poblada;
y dar gloria en la tierra de los vivientes.
1.
En el undcimo ao.
Las profecas contra Amn, Moab, Edom y los filisteos fueron relativamente
cortas. La que se presenta contra Tiro ocupa tres captulos (cap. 26-28),
mientras que la profeca contra Egipto, la nacin extranjera ms importante que
fue objeto de los reproches de Ezequiel, abarca cuatro captulos.
2.
Tiro.
Tiro era una poderosa ciudad comercial compuesta de la antigua Tiro, situada en
la costa, y la nueva Tiro, construida en una isla rocosa de unas 57 hectreas
de superficie, a menos de 1 kilmetro de la costa. La nueva Tiro tena dos
puertos, uno hacia el norte, el otro hacia el sur. Desde all los tirios
enviaban sus flotas mercantes hasta el frica Occidental, en el Atlntico, y
quiz hasta la Gran Bretaa actual. Los tirios fundaron colonias en Espaa y en
el norte de frica, algunas de las cuales llegaron a ser muy conocidas, como
Cartago, Gades (hoy Cdiz), y Abdera. Tambin eran famosos los artfices de
Tiro. Sus productos manufacturados: artculos de cobre, textiles (sobre todo
los teidos de prpura), artculos de vidrio, y alfarera, eran famosos en todo
el mundo antiguo.
Con referencia a la historia de la antigua Fenicia, ver com. Gn. 10: 6, 15,
17-18; t. 11, PP. 69-71.
Ea, bien.
Ver com. cap. 25: 3. La alegra de Tiro por la cada de Jerusaln parece haber
sido puramente egosta. En tiempos de Salomn, Jerusaln haba sido un gran
centro comercial por el cual pasaban las mercancas de Arabia y aun de la
India. Sin duda Jerusaln 697 se haba enriquecido por el comercio con los
fenicios. Aun despus de haber declinado el podero de Jerusaln, debido a la
importancia de su ubicacin seguramente haba sido el centro de muchas
transacciones comerciales que Tiro se habra alegrado de monopolizar.
3.
Muchas naciones.
4.
5.
Tendedero de redes.
6.
Hijas.
Es probable que con esta figura se representen las ciudades aliadas de Tiro que
compartieron su suerte.
Del norte.
7.
Rey de reyes.
Daniel aplica a Nabucodonosor el mismo ttulo (Dan. 2: 37). Los reyes persas
tambin lo adoptaron (Esd. 7: 12) como puede verse en las inscripciones.
Con caballos.
8.
Torres de sitio.
En los vers. 8-12 se describen los mtodos comunes de atacar una ciudad
continental.
11.
Columnas.
Heb. matstsebah, "pilar". Es posible que sea una referencia a las dos famosas
columnas descritas por Herodoto (ii. 44), la una de oro, y la otra de
esmeralda; ambas estaban en el templo de Melkart, el Baal de Tiro.
12.
13.
Tus canciones.
Quienes lean con cuidado el libro del Apocalipsis notarn el gran parecido de
gran parte de su simbolismo y el lenguaje de ciertos pasajes de los libros de
Jeremas, Ezequiel y Daniel. Es evidente que Juan, guiado por la Inspiracin,
emple profusamente las imgenes y figuras de los profetas de antao, a fin de
describir las grandes escenas con que culminar la historia de este mundo, con
palabras que resultaran familiares y significativas para el que ha estudiado
cuidadosamente el AT. De este modo puede decirse que las desolaciones de la
Babilonia literal y de Tiro, le proporcionaron a Juan una descripcin grfica
de la desolacin de la Babilonia simblica (ver tambin com. Isa. 13; 14; 23:
1; 47: 1; Jer. 25: 12; 50: 1). Los smbolos y el lenguaje del libro de
Apocalipsis sern mejor comprendidos si se los estudia a la luz de lo que
escribieron los profetas de antao acerca de los sucesos que transcurrieron en
sus tiempos (ver com. Deut. 18: 15). Diversos aspectos del castigo de la ciudad
de Tiro, tales como se los presenta en Eze. 26 a 28, tienen valor para el
estudio del castigo de la Babilonia simblica que se presenta en Apoc. 17 y 18.
Ntense especialmente los siguientes puntos:
Ezequiel 26 a 28.
"Todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar" (27: 29).
"Endecharn por ti endechas amargas, con amargura del alma. Y levantarn sobre
ti endechas en sus lamentaciones, y endecharn sobre ti" (27: 31-32).
6. "Har subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirn" (26: 19).
"Seas quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas" (27: 34; cf. vers.
26- 27).
7. "Dejars de ser; sers buscada, y nunca ms sers hallada" (26: 21: cf. 27:
36).
Apocalipsis 17 y 18.
2. "Todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que
trabajan en el mar" (18: 17).
"Los reyes de la tierra... llorarn y harn lamentacin sobre ella" (18: 9; cf.
vs. 10, 15-19).
4. "En una hora ha sido desolada" (18: 19; cf. vers. 10.)
5. "La gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" (17:18).
11."Qu ciudad era semejante a esta gran ciudad?" (18: 18; cf. vers. 10: 19).
"Con justicia juzga y pelea" (19: 11; cf. 17: 14; 19: 15,19).
14.
16.
17.
Heb., "poblada del mar". La LXX dice: "Cmo pereciste t del mar".
18.
Se espantarn.
19.
20.
21.
Dejars de ser.
Aqu la palabra hebrea 'od (ver com. vers. 14) est unida a las palabras
le'olam, literalmente, "por un siglo" o "poca". La duracin de un 'olam debe
determinarse por su contexto (ver com. Exo. 21: 6). La combinacin de las
palabras 'od y 'olam parece hacer resaltar la duracin. De ah que podra
entenderse que la profeca de Ezequiel afirma que la antigua cultura y la
civilizacin de Tiro desapareceran y nunca ms volveran a ser. Nunca ms
volvera a la vida el antiguo imperio.
7 PR 377
CAPTULO 27
3 Dirs a Tiro, que est asentada a las orillas del mar, la que trafica con los
pueblos de muchas costas: As ha dicho Jehov el Seor: Tiro, t has dicho: Yo
soy de perfecta hermosura.
5 De hayas del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del
Lbano para hacerte el mstil.
6 De encinas de Basn hicieron tus remos; tus bancos de pino de las costas de
Quitim, incrustados de marfil.
7 De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que te sirviese de vela;
de azul y prpura de las costas de Elisa era tu pabelln.
8 Los moradores de Sidn y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro,
estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.
11 Y los hijos de Arvad con tu ejrcito estuvieron sobre tus muros alrededor, y
los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor;
ellos completaron tu hermosura.
27 Tus riquezas, tus mercaderas, tu trfico, tus remeros, tus pilotos, tus
calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que
hay en ti, con toda tu compaa que en medio de ti se halla, caern en medio de
los mares el da de tu cada.
29 Descendern de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los
pilotos del mar se quedarn en tierra,
33 Cuando tus mercaderas salan de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los
reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu
comercio.
35 Todos los moradores de las costas se maravillarn sobre ti, y sus reyes
temblarn de espanto; demudarn sus rostros.
36 Los mercaderes en los pueblos silbarn contra ti; vendrs a ser espanto, y
para siempre dejars de ser.
1.
Palabra de Jehov.
2.
Quiz la razn por la cual se le dedica tanto espacio a Tiro sea que su
orgullo, su ambicin, su organizacin y su conducta se parecan tanto a la
modalidad de Satans, el gran caudillo rebelde. En otro pasaje (cap. 28: 11-19)
el profeta se lamenta por Satans mismo, empleando para ello la figura del
prncipe de Tiro. Ms tarde, Juan el revelador emplea el lenguaje de la
profeca de Ezequiel contra 701 Tiro para proferir su lamento por el colapso de
la organizacin religiosa falsa y universal de Satans (Apoc. 18).
3.
Heb., "las entradas del mar". Posiblemente se refiere a los dos puertos
principales de Tiro: el "egipcio" hacia el sur y el "sidonio", hacia el norte
de la isla.
4.
Tus confines.
Como estaba rodeada de mar, la isla de Tiro sugera la figura de una nave en
alta mar.
5.
Maderaje.
Senir.
Este es el nombre amorreo, ugartico y acadio del monte Hermn (ver Deut. 3:
9).
6.
Basn.
Una frtil meseta al oeste del mar de Galilea (ver com. Jos. 12: 4), famosa por
sus bosques de encinas y su ganado (Sal. 22: 12).
Tus bancos.
Heb. qresh, que en Exo. 26: 15 quiere decir "tabla"; pero que aqu podra
referirse a la "proa" o a la "planchada" de la nave. La BJ traduce "puente".
De pino.
Quitim.
7.
Elisa era uno de los hijos de Javn (Gn: 10: 4; 1 Crn. 1: 7). Algunos han
pensado que las costas de Elisa se hallaban en la isla de Chipre, otros, que
estaban en Sicilia y Cerdea.
Pabelln.
8.
Tus remeros.
9.
Gebal.
10.
Persas.
Fut.
Muchos egiptlogos creen que Fut corresponde con Punt, un territorio africano
junto al mar Rojo. Por otra parte, los asirilogos generalmente identifican a
Fut con una parte de Lidia.
11.
Los gamadeos.
En ninguna otra parte se menciona a los gamadeos. Es posible que fueran los
habitantes de Kumidi, una ciudad fenicia mencionada en las Cartas de Amarna,
cuya ubicacin precisa se desconoce, pero que parecera haber estado cerca de
Arvad. Gamad era probablemente un territorio sirofenicio. En vez de gamadim,
los trgumes dicen gomerim (ver Gomer, Gn. 10: 2).
12.
Tarsis.
Se cree que Tarsis es otro nombre de Tartesos, colonia fenicia en la costa sur
de Espaa.
Ferias.
Heb. 'izbonim, las mercancas dejadas por una nave para que fueran vendidas, o
el lugar donde se las venda.
13.
Javn.
Tubal.
Mesec.
Togarma.
15.
Hijos de Dedn.
Tribu rabe que viva al sur de Edom (ver com. Gn. 10: 7; Eze. 25: 13).
16.
Edom.
Perlas.
Rubes.
17.
Minit.
Ciudad amonita que se cree estuvo cerca de Hesbn (Juec. 11: 33).
Panag.
Damasco.
Vino de Helbn.
Lana blanca.
19.
Dan.
No se sabe por qu razn aparece el nombre de esta ciudad tan poco importante.
En la LXX no aparece.
Errante.
Heb. me'uzzal, palabra que tambin podra traducirse como proveniente "de Uzal"
(BJ), lugar no identificado de Arabia (Gn. 10:27).
Javn.
Heb. yawan, nombre de Grecia, que posiblemente debera escribirse yyin, vino.
As aparece en la LXX.
20.
21.
Arabia.
Se emplea aqu este trmino con el sentido limitado que tiene en otros pasajes
bblicos (2 Crn. 9: 14; Isa. 21: 13; Jer. 25: 24), es decir, para referirse a
la parte norte de ese pas desrtico habitado por tribus nmadas.
Cedar.
As se llamaba una de las tribus nmadas, descendiente de Ismael (Gn. 25: 13;
cf. Isa. 60: 7).
22.
Sab.
Raama.
Se cree que era una tribu del sur de Arabia (ver com. Gn. 10: 7).
23.
Harn.
Cane.
Edn.
Distrito junto al Eufrates, al sur de Harn (2 Rey. 19: 12; Isa. 37: 12).
Sab.
El nombre es el mismo que aparece en el vers. 22. Es posible que aqu est
fuera de lugar. En la LXX no aparece.
Asiria.
Quilmad.
Lugar desconocido, quiz ubicado cerca de la ciudad de Asur.
24.
Varias cosas.
Heb. maklul, "ropa esplndida". Una traduccin mejor podra ser "vestidos de
lujo" (BJ).
En madera de cedro.
25.
26.
Tus remeros.
27.
Tus pilotos.
28.
Las costas.
La palabra as traducida significa ms bien los espacios baldos que rodean una
ciudad (ver com. Jos. 14:4). Aqu se designa as a los alrededores de la
ciudad.
29.
El mundo comercial se lamenta por la prdida de la airosa nave con todos los
actos que acompaan a una manifestacin de duelo, y componen un himno fnebre
(vers. 32-36).
CAPTULO 28
3 he aqu que t eres ms sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto.
6 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto pusiste tu corazn como
corazn de Dios,
9 Hablars delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? T, hombre eres, y
no Dios, en la mano de tu matador.
19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarn sobre ti;
espanto sers, y para siempre dejars de ser.
21Hijo del hombre, pon tu rostro hacia Sidn, y profetiza contra ella,
1.
Palabra de Jehov.
2.
Prncipe.
Heb. nagid, "jefe", "caudillo". Segn Josefo, el rey de Tiro en ocasin del
asedio de Nabucodonosor era Etbaal (Contra Apio i. 21). Sin embargo, es
indudable que el profeta habla aqu de la insolencia y del desmesurado orgullo
de todos los gobernantes de Tiro.
En el trono de Dios.
3.
7.
Ezequiel usa en otros pasajes (cap. 30: 10-11; 31: 12; 32: 12) la misma frase
para designar al ejrcito babilonio.
8.
Con la muerte.
9.
T, hombre eres.
Incircuncisos.
12.
Rey de Tiro.
Los versculos 11-19, aunque son una endecha por el rey de Tiro, sin duda
tienen una aplicacin ms amplia que la que se hace directamente al prncipe de
Tiro. Las figuras trascienden tan ampliamente una aplicacin tan limitada, que
ni siquiera la suposicin de que este pasaje sea "extremadamente irnico" puede
resolver los problemas que surgen si slo se le da una aplicacin local.
El Espritu Santo fue quien planific y unific las Escrituras. Fue el Espritu
quien se asegur que se diera suficiente informacin acerca de todos los
asuntos esenciales, incluso la historia de Satans. Adems, fue el Espritu
quien determin cundo, cmo, y por medio de quin se habra de dar la
revelacin. La ocasin que se considera en este pasaje era muy apropiada, pues
el prncipe de Tiro haba imitado en forma notable a su verdadero lder, el
diablo. A la luz del gran conflicto, Tiro, junto con todas las naciones
paganas, estaba bajo el dominio de los principios de este gran caudillo
rebelde, y su influencia en la historia de esas naciones deba ser debidamente
expuesta.
T eras el sello.
La palabra que aqu se traduce como "sello" en el cap. 43: 10 se traduce como
"diseo". El sentido general es claro. Lucifer estaba dotado de sabidura,
gloria y hermosura ms que todos los otros ngeles.
13.
Edn.
Las piedras que se nombran aqu aparecen tambin en la lista de las que se
encontraban en el pectoral del sumo sacerdote (Exo. 28: 17-20; 39: 8-14). Sin
embargo, no se las nombra en el mismo orden. Adems, hay tres que no aparecen
aqu. En la LXX las dos listas son idnticas. La enumeracin de estas joyas
destaca la excelsa posicin de quien, despus de Cristo, era el personaje ms
digno de honor en el cielo.
Tamboriles.
Plural de tof, por lo general un tamborcito de mano (t. III, p. 32). Algunos
piensa que tof se refiere aqu al lugar en donde era engarzada la gema.
Flautas.
Heb. nqeb, palabra oscura que tal vez significa "pasaje subterrneo" o "mina".
Hay quienes piensan que esta palabra hace alusin a la cavidad en la cual se
engarzaba la piedra. Si esto fuera as, el pasaje estara hablando de la
hermosa montura en la cual estaban engarzadas las piedras preciosas. La BJ
traduce: "En oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas", pero
admite que se trata de una "traduccin dudosa". Por otro lado, si se habla aqu
de instrumentos musicales, esto corresponde con Lucifer, quien fue director de
los coros del cielo (1SP 28-29).
El da de tu creacin.
Por cuanto era un ser creado, Lucifer era definidamente inferior al Padre y al
Hijo, en quienes est la vida original, intrnseca, propia. A pesar de esto,
Lucifer pretendi ser igual al Hijo. Cuando Dios dijo al Hijo: "Hagamos al
hombre a nuestra imagen", Satans qued celoso de Jess (ver PE 145). Deseaba
que se lo consultara en relacin con la formacin del hombre. Cuando aspir a
tener el poder que slo le corresponda ejercer a Cristo, cay de su excelsa
posicin y se convirti en el diablo. Es incorrecto decir que Dios cre al
diablo o Satans. El Seor cre a un hermoso ngel, santo y sin mancha, pero
este ngel se convirti a s mismo en el demonio.
14.
Querubn grande.
Santo monte.
Esta figura representa la 706 sede del gobierno de Dios, es decir, el cielo
mismo, representado por la figura de un monte (ver com. Sal. 48: 2).
Piedras de fuego.
15.
16.
"La amplitud de tu comercio" (BJ). Esta figura est tomada del enorme comercio
de Tiro. No desaparece la figura del rey Tiro. La nefasta obra de Lucifer,
quien disemin la rebelin en el cielo, es comparada con el comercio de Tiro,
movido por la avaricia y muchas veces fraudulento.
Te arroj.
17.
Se enalteci.
18.
Profanaste tu santuario.
Te puse en ceniza.
19.
Se maravillarn.
Esta frase debe formar parte de la figura. Satans vivir mucho ms tiempo que
los otros pecadores en el lago de fuego (PE 294-295). Los redimidos que estn
dentro de la ciudad sern testigos del resultado del fuego renovador.
21.
Sidn.
22.
Ser glorificado.
Dios desea que se sepa que l tiene el destino de todas las naciones bajo su
dominio (Ed 169-174; ver com. Dan. 4: 17).
23.
Con espada.
24.
Espina desgarradora.
Es posible que esta figura se haya tomado de Nm. 33: 55, donde se la aplica a
los cananeos en general.
25.
Me santificar en ellos.
De acuerdo con el plan de Dios, aquellas naciones que haban hostilizado a sus
vecinos, sobre todo a los judos, seran privadas de su poder, y el pueblo de
Dios, restablecido despus del cautiverio, disfrutara de sus anteriores
privilegios. Las naciones vecinas reconoceran la supremaca de Jehov.
26.
Edificarn casas.
Comprese con Isa. 65: 9-10; Jer. 30: 18; 32: 41. Aqu se describe el estado
ideal que Dios proyectaba para el Israel restaurado. Si su pueblo hubiera
seguido los planes divinos, habra vivido seguro en las casas que construyera y
habra comido abundantemente de las vias que plantara, sin temer que alguna
vez fueran destruidas. Pero ni siquiera la severa disciplina del cautiverio
pudo lograr la regeneracin espiritual necesaria para que Dios pudiera cumplir
su promesa. 707
6-8 CS 730
7 PR 377, 384
14-15 CM 25
16 DTG 712
16-19 CS 730
18-19 CS 558
19 DTG 712
CAPTULO 29
2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faran rey de Egipto, y profetiza contra
l y contra todo Egipto.
3 Habla, y di: As ha dicho Jehov el Seor: He aqu yo estoy contra ti, Faran
rey de Egipto, el gran dragn que yace en medio de sus ros, el cual dijo: Mo
es el Nilo, pues yo lo hice.
4 Yo, pues, pondr garfios en tus quijadas, y pegar los peces de tus ros a
tus escamas, y te sacar de en medio de tus ros, y todos los peces de tus ros
saldrn pegados a tus escamas.
6 Y sabrn todos los moradores de Egipto que yo soy Jehov, por cuanto fueron
bculo de caa a la casa de Israel.
11 No pasar por ella pie de hombre, ni pie de animal pasar por ella, ni ser
habitada, por cuarenta aos.
15 En comparacin con los otros reinos ser humilde; nunca ms se alzar sobre
las naciones; porque yo los disminuir, para que no vuelvan a tener dominio
sobre las naciones.
20 Por su trabajo con que sirvi contra ella le he dado la tierra de Egipto;
porque trabajaron para m, dice Jehov el Seor.
1.
En el ao dcimo.
Del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1: 2). La fecha que se seala aqu
corresponde con enero del ao 587 a. C. (p. 602). Tal vez la profeca fue
pronunciada poco despus del tiempo cuando los babilonios transitoriamente
suspendieron el asedio de Jerusaln porque los egipcios, al mando de Hofra
(Jer. 37: 5, 11), se acercaban. Jeremas haba profetizado que ese intento
fracasara (cap. 37: 6-10). La noticia de estos acontecimientos puede haber
estimulado a los exiliados a tener una nueva esperanza en la liberacin de
Jerusaln. La profeca de Ezequiel en contra de Egipto puede haber tenido este
marco histrico.
3.
Faran.
Con referencia al significado de este ttulo, ver. com. Gn. 12: 15. El
faran que reinaba por ese tiempo era Hofra, el Apries de los griegos, 589-570
a. C. (t. II, 93).
Dragn.
Mo es el Nilo.
Segn Herodoto (ii, 170), Apries se jactaba de que estaba tan bien establecido
que ni siquiera un Dios podra quitarle su poder. Los monumentos de Egipto
testifican elocuentemente del pomposo orgullo de los faraones.
4.
Herodoto (ii. 70) describe cmo los egipcios tomaban los cocodrilos del Nilo
con anzuelo y carnada. Dios quebrantara el terco orgullo del jactancioso
monarca.
Es probable que los peces representaran los ejrcitos egipcios, o tal vez los
aliados de Egipto. Faran no habra de morir solo, sino que acarreara la
ruina de otros.
5.
En el desierto.
All en el desierto seran devorados por las aves y bestias de rapia. Egipto
sera despojado.
6.
Bculo de caa.
La figura era clara para los del lugar. Las caas crecan en abundancia en las
mrgenes del Nilo (Exo. 2: 3). Desde haca mucho tiempo, Dios haba advertido
que su pueblo no deba depositar su confianza en la ayuda egipcia (Isa. 30:
6-7; 31: 3; Jer. 2: 36; cf. 2 Rey. 18: 21; cf. Isa. 36: 6). La alianza de
Sedequas con Egipto estaba destinada a un fracaso total (Jer. 37: 5-7).
8.
Espada.
Israel sufri por haber confiado en Egipto cuando Dios le haba mandado
especficamente que no lo hiciera. Egipto tambin habra de sufrir por causa
de su perfidia y maldad.
10.
Migdol.
Parece que varios lugares de la zona oriental del delta del Nilo se llamaban
as. Si esta Migdol es la misma que menciona Jeremas, es probable que sea la
que hoy se conoce como Tell el-Jeir, ubicada al sur de Pelusio (Jer. 44: 1; 46:
14).
Sevene.
Localidad en la frontera sur de Egipto, hoy conocida como Asun, cuyas ruinas
estn muy cerca de la ciudad moderna. Las dos localidades, Migdol y Sevene,
representan los extremos del pas, tanto por el norte como por el sur.
11.
Cuarenta aos.
13.
Recoger a Egipto.
14.
Patros.
15.
Ser humilde.
16.
Apoyo de confianza.
17.
En el ao veintisiete.
Del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1: 2); la fecha corresponde con abril
del ao 571 570 (p. 602). Esta es la ltima fecha que aparece en Ezequiel.
Es evidente que el mensaje de los vers. 17-21 fue ubicado aqu para que todas
las profecas relacionadas con Egipto pudieran aparecer juntas.
18.
Paga de Tiro.
19.
A Nabucodonosor.
21.
Poder.
El hebreo dice "cuerno" (BJ y RVA), que era smbolo de poder (Deut. 33: 17;
Sal. 92: 10). Cuando Israel aprendiera a confiar solamente en Dios y no en
poderes terrenales, tales como Egipto, ese cuerno que haba sido cortado,
comenzara a brotar otra vez.
Abrir tu boca.
Es probable que no se refiera al silencio obligado del cap. 24: 27, sino a la
obra del profeta como maestro del pueblo.
3, 6 PR 334
CAPTULO 30
5 Etiopa, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas,
caern con ellos a filo de espada.
7 Y sern asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades sern entre las
ciudades desiertas.
8 Y sabrn que yo soy Jehov, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados
todos sus ayudadores.
11 El, y con l su pueblo, los ms fuertes de las naciones, sern trados para
destruir la tierra; y desenvainarn sus espadas sobre Egipto, y llenarn de
muertos la tierra.
12 Y secar los ros, y entregar la tierra en manos de malos, y por mano de
extranjeros destruir la tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehov he hablado.
16 Y pondr fuego a Egipto; Sin tendr gran dolor, y Tebas ser destrozada, y
Menfis tendr continuas angustias.
17 Los jvenes de Avn y de Pibeset caern a filo de espada, y las mujeres irn
en cautiverio.
22 Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Heme aqu contra Faran rey de
Egipto, y quebrar sus brazos, el fuerte y el fracturado, y har que la espada
se le caiga de la mano.
23 Y esparcir a los egipcios entre las naciones, y los dispersar por las
tierras.
25 Fortalecer, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faran
caern; y sabrn que yo soy Jehov, cuando yo ponga mi espada en la mano del
rey de Babilonia, y l la extienda contra la tierra de Egipto.
26 Y esparcir a los egipcios entre las naciones, y los dispersar por las
tierras; y sabrn que yo soy Jehov.
1.
Palabra de Jehov.
El captulo 30 contiene dos profecas separadas dirigidas en contra de Egipto:
(1) los vers. 1-9, sin fecha, pero que quiz pertenecen a la profeca anterior
(cap. 29: 17-21); (2) los vers. 20-26, con fecha bien definida, son una
profeca dada unos tres meses despus de la del cap. 29: 1-16, si Ezequiel
computaba los aos de primavera a primavera, o un ao y tres meses ms tarde,
si haca comenzar el ao en el otoo.
3.
El da de Jehov.
5.
Etiopa.
Heb. Kush. Los cusitas vivan en Nubia, que inclua parte del Sudn actual
(ver com. Gn. 10: 6).
Fut.
Lud.
Ver com. Gn. 10: 13; Jer. 46: 9; cf. Eze. 27: 10.
Arabia.
Libia.
Heb. kub, pueblo no identificado. Las versiones siracas rezan lub, de donde
proviene la traduccin de la RVR. En la LXX, la primera parte de este
versculo dice: "persas y cretenses, y lidios y libios".
6.
Es probable que stos sean los aliados que apoyaban a Egipto. Algunos piensan
que se hace referencia aqu a los "fundamentos" del vers. 4.
Desde Migdol.
7.
Asolados.
8.
9.
Mensajeros.
Puede referirse a los egipcios que llegaran huyendo a Etiopa, para alarmar a
sus habitantes con la noticia de la cada de Egipto, o a una embajada especial
enviada para advertir a los etopes del peligro.
10.
Mano de Nabucodonosor.
12.
Los ros.
Heb. ye'orim, del egipcio irw, nombre del Nilo. La palabra ye'orim es plural, y
describe al Nilo con sus ramificaciones y su sistema de canales.
13.
No habr ms prncipe.
14.
Patros.
Zon.
Tambin llamada Tanis o Avaris, en el brazo tantico del Nilo (ver com. Isa.
30: 4). Se han desenterrado all muchos monumentos y templos y se encontraron
las tumbas reales de la 22. dinasta.
Tebas.
Ciudad ubicada en la ribera este del Nilo a unos 500 km. al sur del Cairo (ver
com. Jer. 46: 25).
15.
Sin.
Heb. sin. No se conoce ninguna ciudad egipcia que lleve este nombre, pero quiz
corresponda con Pelusio, o se encontraba cerca de ese lugar. Pelusio era una
ciudad fronteriza, bien fortificada, y considerada, con razn, como una ciudad
clave para tomar a Egipto. De ah que en este pasaje se hable de "Sin,
fortaleza de Egipto". Muchas batallas importantes se rieron en esta zona.
Pelusio tambin estaba cerca del mar, y aunque no se ha identificado
exactamente su ubicacin, se cree que fuera Tell Farama, a unos 22 km. al este
del canal de Suez.
17.
Avn.
Corresponde con el On de Gn. 41: 45, 50, de donde era la esposa de Jos, y con
Bet-semes (casa del sol) de Jer. 43: 13. Es la Helipolis (ciudad del sol) de
los griegos, as llamada porque desde tiempos antiqusimos haba sido el centro
del culto egipcio al sol.
Pibeset.
18.
Tafnes.
Ciudad situada a unos 37 km. al suroeste de Pelusio (ver com. Jer. 2: 16; Eze.
30: 15). Hacia all huyeron los judos despus de que Gedalas fuera asesinado.
Como seal de que sera destruido el remanente de Egipto, se le orden a
Jeremas que escondiera piedras en la entrada de la casa de Faran en Tafnes,
para sealar el lugar donde Nabucodonosor habra de levantar su tienda de
campaa (Jer. 43: 9-11). Las excavaciones realizadas en este lugar por W. M.
Flinders Petrie en 1886, dejaron al descubierto una plataforma de ladrillos que
ha sido identificada como el lugar donde Jeremas escondi las piedras. Los
autores clsicos griegos llamaban a la ciudad, Dafne. Hoy se denomina Tell
Defenneh.
Se oscurecer.
20.
El ao undcimo.
Del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1:2). La fecha corresponde con abril
de 587 586 a. C. (p. 383). Cf. cap. 29: 1; p. 602.
21.
23.
Con referencia al cumplimiento histrico de los vers. 23-24, ver com. cap. 29:
19.
26.
25 PR 334 712
CAPTULO 31
5 Por tanto, se encumbr su altura sobre todos los rboles del campo, y se
multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alarg su ramaje que
haba echado.
6 En sus ramas hacan nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje
paran todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.
9 Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los rboles del Edn,
que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de l envidia.
10 Por tanto, as dijo Jehov el Seor: Ya que por ser encumbrado en altura, y
haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazn se elev con su
altura,
13 Sobre su ruina habitarn todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarn
todas las bestias del campo,
14 para que no se exalten en su altura todos los rboles que crecen junto a las
aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confen en su altura todos los
que beben aguas; porque todos estn destinados a muerte, a lo profundo de la
tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.
16 Del estruendo de su cada hice temblar a las naciones, cuando las hice
descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los
rboles escogidos del Edn, y los mejores del Lbano, todos los que beben
aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra.
17 Tambin ellos descendieron con l al Seol, con los muertos a espada, los que
fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.
1.
El ao undcimo.
Del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1:2); esta fecha corresponde con junio
de 587 o 586 a. C. (ver p. 602). Esta profeca fue dada unos dos meses despus
de la anterior (cap. 30: 20). En forma de alegora proftico y con un
impresionante paralelismo potico, el profeta describe la 713 cada de la gran
nacin de Egipto.
2.
Faran.
Hofra o Apries, conocido por su arrogancia y orgullo (ver com. cap. 29: 3).
3.
El asirio.
Cedro.
Vanse figuras similares en Isa. 10: 34; 37: 24; Eze. 17: 3; Dan. 4: 20-22;
Zac. 11: 1-2.
4.
6.
8.
El huerto de Dios.
La LXX dice: "paraso de Dios". Pareciera tomarse esta figura del huerto del
Edn (cf. Gn. 2:8; Eze. 31:9). Mediante el uso de una hiprbole potica, el
profeta describe la pretendida grandeza de Egipto. Es posible que el "huerto de
Dios" represente aqu a Israel, el pueblo de Dios.
10.
Su corazn se elev.
11.
12.
Lo dejarn.
Cf. cap. 29: 5.
13.
Sobre su ruina.
14.
Esta es la leccin que debe aprenderse de la parbola. Que los otros rboles no
confen en su propia fuerza ni se infaten con la prosperidad.
15.
Seol.
16.
Seol.
17.
Su brazo.
18.
Este es Faran.
39 PR 268
8 PP 479
10-16 PR 270
18 PR 270
CAPTULO 32
4 Y te dejar en tierra, te echar sobre la faz del campo, y har posar sobre
ti todas las aves del cielo, y saciar de ti a las fieras de toda la tierra.
5 Pondr tus carnes sobre los montes, y llenar los valles de tus cadveres.
6 Y regar de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los arroyos
se llenarn de ti. 714
8 Har entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondr
tinieblas sobre tu tierra, dice Jehov el Seor.
10 Y dejar atnitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrn horror grande
a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y
todos se sobresaltarn en sus nimos a cada momento en el da de tu cada.
12 Con espadas de fuertes har caer tu pueblo; todos ellos sern los poderosos
de las naciones; y destruirn la soberbia de Egipto, y toda su multitud ser
deshecha.
13 Todas sus bestias destruir de sobre las muchas aguas; ni ms las enturbiar
pie de hombre, ni pezua de bestia las enturbiar.
14 Entonces har asentarse sus aguas, y har correr sus ros como aceite, dice
Jehov el Seor.
15 Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo
cuanto en ella hay, cuando mate a todos los que en ella moran, sabrn que yo
soy Jehov.
21 De en medio del Seol hablarn a l los fuertes de los fuertes, con los que
le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.
23 Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente est por los
alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales
sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
27 Y no yacern con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales
descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de
sus cabezas; mas sus pecados estarn sobre sus huesos, por cuanto fueron terror
de fuertes en la tierra de los vivientes.
30 All los prncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su
terror descendieron con los muertos, avergonzados de su podero, yacen tambin
incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusin con los que
descienden al sepulcro.
1.
Ao duodcimo.
2.
Eres semejante.
O "te has comparado", lo que indica que el faran ha credo ser un gran
caudillo de naciones. Tambin puede traducirse este verbo como lo hace la BJ:
"Leoncillo de las naciones, ests perdido".
Dragn.
3.
Extender. . . mi red.
4.
6.
Regar de tu sangre.
7.
10.
Dejar atnitos.
12.
Cf. cap. 30:11. Una descripcin apropiada del azote babilnico que barri
nacin tras nacin.
13.
Es decir, el ganado de las tierras del Nilo. Es posible que sea sta una figura
potica con la cual el profeta representa la inquieta actividad de la vida
egipcia.
14.
Como aceite.
16.
Las hijas de las naciones.
En el antiguo Cercano Oriente se pagaba a mujeres para que realizaran los actos
propios del duelo (2 Sam. 1:24; 2 Crn. 35:25; Jer. 9:17). Hay datos
adicionales sobre esta costumbre tpicamente oriental en com. Jer. 9:17; Mar.
5:38.
17.
Quince das.
18.
Lo profundo de la tierra.
Se conceba que el Seol (ver com. vers. 21) estaba en lo profundo de la tierra
(ver com. cap. 31: 15). En com. Prov. 15: 11 se trata del Seol como la morada
simblica de los muertos.
19.
Incircuncisos.
21.
Seol.
Hablarn.
22.
Asiria.
Ver com. Gn. 10: 11. La cada de Nnive -ciudad capital de ese gran imperio de
la antigedad- ocurrida en el ao 612 a. C., estaba an fresca en el recuerdo
de la gente.
24.
Elam.
Esta nacin, que ocupaba las mesetas al este de Babilonia, haba perdido su
independencia ante los asirios y ms tarde haba sido dominada por los
babilonios (ver com. Jer. 49: 34).
26.
Mesec.
Tubal.
27.
Y no yacern.
Tanto la LXX como las 716 versiones siracas omiten la negacin, lo cual dara
al pasaje un sentido ms claro. La LXX dice: "Y durmieron con los gigantes
cados de antao".
28.
Sers quebrantado.
29.
Edom.
30.
Con frecuencia se emplea este nombre para designar a los fenicios en general.
Con referencia a los orgenes raciales de los fenicios en general y de los
sidonios en particular, ver com. Gn. 10: 15, 18; tambin t.II, PP. 69-70.
31.
Se consolar.
La vana consolacin del faran sera ver a otras naciones grandes y ricas
postradas en el polvo as como lo estaba l. En cuanto a una humillacin
anterior del orgullo egipcio, ver com. Exo. 14: 23-31; 15: 1-27.
CAPTULO 33
11 Diles: Vivo yo, dice Jehov el Seor, que no quiero la muerte del impo,
sino que se vuelva el impo de su camino, y que viva. Volveos, volveos de
vuestros malos caminos; por qu moriris, oh casa de Israel?
27 Les dirs as: As ha dicho Jehov el Seor: Vivo yo, que los que estn en
aquellos lugares asolados caern a espada, y al que est sobre la faz del campo
entregar a las fieras para que lo devoren; y los que estn en las fortalezas y
en las cuevas, de pestilencia morirn.
32 Y he aqu que t eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que
canta bien; y oirn tus palabras, pero no las pondrn por obra.
33 Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrn que hubo profeta entre ellos.
1.
Palabra de Jehov.
La profeca de los vers. 1-20 no lleva fecha, pero por las circunstancias que
se narran en los vers. 21-22, parecera razonable suponer que fue dada en la
tarde, antes de que llegara el mensajero portador de la noticia de la cada de
Jerusaln.
2.
Cf. cap. 3: 17. Con referencia a la funcin del atalaya, ver 2 Sam. 18: 24-25;
2 Rey. 9: 17; Hab. 2: 1. Con referencia a Eze. 33: 2-9, com. cap. 3: 17-19.
3.
Tocare trompeta.
10.
11.
No quiero.
Ezequiel alegra a sus compatriotas con la seguridad de que Dios no quiere que
mueran. Desea que todos se arrepientan y vivan (2 Ped. 3: 9). Su propsito es
que el castigo del cautiverio tenga efectos saludables 718 y lleve al
arrepentimiento. Advierte que ninguna justicia anterior cubrir la transgresin
presente (vers. 12). Pero al mismo tiempo, ninguna maldad podr excluir al
pecador de alcanzar misericordia si se arrepiente.
12.
En los vers. 12-20 se resume brevemente la enseanza del cap. 18 sobre el tema
de la responsabilidad individual. Ver all el comentario.
21.
Ao duodcimo.
Es decir, del cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1: 2). No es posible saber a
ciencia cierta qu calendario empleaba Ezequiel para computar los aos. Muchos
eruditos creen que emple el ao de primavera a primavera, como se usaba en
Babilonia, aunque tambin es posible que hubiera recurrido al calendario judo,
cuyo ao se computaba de otoo a otoo. Adems, no se sabe si los aos del
cautiverio de Joaqun deben contarse mediante el cmputo inclusivo (t. II, PP.
139-140) o sin l.
Si los aos del cautiverio se calculan sin el cmputo inclusivo, ya sea con el
ao que comenzaba en primavera, o en el otoo, puede fijarse el 5. da del
10. mes en el mes de enero de 585 a. C., unos seis meses despus de la cada
de Jerusaln en julio de 586 a. C. Por otra parte, si se emplea el cmputo
inclusivo, debe concluirse que las malas noticias llegaron en enero del ao
586, lo cual sera problemtico, pues la ciudad de Jerusaln slo cay en julio
de 586. Con referencia a la fecha de la cada de Jerusaln, ver el t. II, p.
165, y el t. III, PP. 93-94.
22.
Abri mi boca.
23.
Vino a m palabra.
24.
Segn se relata en 2 Rey. 25: 12, 22; Jer. 52: 16, los pobres fueron dejados en
la tierra para que cuidaran de las vias y de las tierras. A ellos se unieron
judos fugitivos provenientes de pases vecinos. Este discurso tiene el
propsito de refutar lo que deca esa gente.
Ver Gn. 9:4; cf. Lev. 3: 17; 7: 26; 17: 10-14; Deut. 12: 16. La gente que
haba quedado en el pas no se senta inclinada a abandonar los pecados de sus
padres. Los caps. 42 y 43 de Jeremas constituyen un triste comentario de la
descarada rebelin contra las expresas rdenes de Dios.
26.
Se haban apoyado en sus actos de violencia. Los asesinatos eran comunes (cf.
Jer. 49).
27.
Se enumeran aqu tres azotes: la espada (de los babilonios o de los forajidos
dedicados al pillaje), las fieras, y la pestilencia. Comparar esta lista con
enumeraciones similares en Eze. 5: 12; 14: 12- 21; cf. Lev. 26: 22, 25.
29.
Yo soy Jehov.
30.
Los hijos.
Los vers. 30-33 se aplican a los que estaban en el exilio. Su nmero haba
aumentado con la llegada de nuevos cautivos. Se le advierte al profeta que no
debe dejarse engaar por la deferencia que parecen mostrarle los judos.
De ti.
32.
Cantor de amores.
O "cancin de amor" (BJ). Los judos se haban congregado como para escuchar el
concierto de un artista.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-33 TM 422
1-9 5T 15
7-9 CS 513; HAp 290; 1JT 535; 3JT 289; OE 15; TM 297
8 TM 412
9 2T 54
11 CMC 236; CS 591, 685, 700; DMJ 122; DTG 535; 1JT 251; PP 680; PR 76, 93,
241; PVGM 110; 2T 225
13-16 5T 629
13-20 TM 297
17 5T 631
30-32 Ed 253
31 PVGM 390
CAPTULO 34
5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del
campo, y se han dispersado.
6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto;
y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las
buscase, ni quien preguntase por ellas.
8 Vivo yo, ha dicho Jehov el Seor, que por cuanto mi rebao fue para ser
robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin
pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se
apacentaron a s mismos, y no apacentaron mis ovejas;
13 Y yo las sacar de los pueblos, y las juntar de las tierras; las traer a
su propia tierra, y las apacentar en los montes de Israel, por las riberas, y
en todos los lugares habitados del pas. 720
18 Os es poco que comis los buenos pastos, sino que tambin hollis con
vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras,
enturbiis adems con vuestros pies las que quedan?
19 Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros
pies habis enturbiado.
20 Por tanto, as les dice Jehov el Seor: He aqu yo, yo juzgar entre la
oveja engordada y la oveja flaca;
24 Yo Jehov les ser por Dios, y mi siervo David prncipe en medio de ellos.
Yo Jehov he hablado.
30 Y sabrn que yo Jehov su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la
casa de Israel, dice Jehov el Seor.
1.
Palabra de Jehov.
En esta nueva profeca se censura a los pastores infieles. Dios anuncia que va
a quitarles su rebao para poner en lugar de ellos a David como pastor (vers.
23). La tierra ser restituida a su produccin plena. El mensaje de este
captulo es similar al de Jer. 23: 1-8.
2.
Pastores.
Se apacientan a s mismos.
El pastor debera hacer lo que indica su nombre. Es probable que esta acusacin
est dirigida especficamente a los ltimos reyes de Jud.
3.
Grosura.
4.
La perdida.
Ver Jer. 50: 6; cf. Mat. 18: 11-14; Luc. 15; comparar con la parbola de la
oveja perdida (ver com. Luc. 15: 3-7).
5.
6.
Mis ovejas.
El posesivo indica que Dios afirmaba que eran suyas las ovejas, o sea el pueblo
de Israel.
8.
Mis pastores.
Ellos eran los que haban sido designados para cuidar el rebao de Dios; y por
lo tanto eran responsables ante l.
10.
11.
As ha dicho Jehov.
Las ricas promesas de los vers. 12-31 describen las condiciones que hubieran
imperado si Israel hubiera cumplido bien con su parte. Las profecas se
cumplieron en forma parcial en ocasin del retorno del exilio. Pero, porque los
judos no procuraron una verdadera conversin, ni durante el exilio ni despus
de l, el cumplimiento de estas profecas fue muy limitado. Ms tarde, cuando
Israel rechaz a su Mesas, la nacin perdi todo derecho a las bendiciones que
aqu se prometen. Esas promesas fueron transferidas a la iglesia cristiana, y
habran de cumplirse en principio en relacin con esa comunidad espiritual. Un
reino poltico terrenal ya no sera ms el centro del reino espiritual. Los
nuevos proslitos estaran esparcidos por todos los pases. Ya no tendran ms
por capital a la Jerusaln terrenal. En cambio, habran de esperar una ciudad
celestial. En su aplicacin espiritual, estos versculos se cumplirn en los
cielos nuevos y en la tierra nueva. Se habran cumplido en forma literal
despus de que los judos regresaran del exilio babilnico si el pueblo hubiera
cumplido con las condiciones que Dios haba determinado (ver PP. 31-34).
14.
Buenos pastos.
16.
A la engordado . . . destruir.
17.
Dios juzgar entre los diversos miembros del rebao. No todos participarn de
la restauracin, sino solamente quienes se arrepientan y vuelvan a Dios, su
Pastor (ver Eze. 34: 20, 22; cf. Mat. 25: 31-46).
18.
23.
Un pastor.
Sin duda se hace notar el contraste entre los muchos gobernantes que haba
tenido el pueblo antes. Es probable que tambin se haga alusin a la divisin
del reino en dos partes, las cuales habran de ser reunidas.
Mi siervo David.
Por lo general los comentadores han entendido que aqu se hace referencia al
Mesas (Jer. 23: 5-6; Luc 1: 32). Debido a que Israel nunca acept las
condiciones en las cuales se basaba el cumplimiento de estas promesas, se
justifica esta aplicacin. Esta prediccin halla su cumplimiento en la venida
de Jess en la carne y en su venida en gloria.
25.
26.
Lluvias de bendicin.
Planta de renombre.
31.
Ovejas de mi pasto.
3-4 Ed 171
11-12 7T 230
12 PVGM 171; SC 63
15-16 7T 230
18 PE 37
22 PP 189
25 PE 18; 1T 68
25-26 7T 230
29-31 HAp 9
30-31 7T 230
6 por tanto, vivo yo, dice Jehov el Seor, que a sangre te destinar, y sangre
te perseguir; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguir.
8 Y llenar sus montes de sus muertos; en tus collados, en tus valles en todos
tus arroyos, caern muertos a espada.
10 Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras sern mas, y tomar
posesin de ellas; estando all Jehov;
11 por tanto, vivo yo, dice Jehov el Seor, yo har conforme a tu ira, y
conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos; y
ser conocido en ellos, cuando te juzgue.
12 Y sabrs que yo Jehov he odo todas tus injurias que proferiste contra los
montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los
devoremos.
1.
Palabra de Jehov.
Al profeta se le ordena pronunciar otra profeca contra Edom (cap. 25: 12-14).
Esta acusacin, por qu aparece en medio de las promesas de restauracin? El
profeta toma nota de los impedimentos para la reocupacin de Palestina. Los
edomitas haban penetrado en la parte sur de Palestina despus de que Israel
fuera llevado cautivo. Quiz Babilonia permiti esto porque Edom parece haberse
aliado con Nabucodonosor contra Israel en ocasin del sitio de Jerusaln (ver
com. vers. 5). El profeta predice la completa eliminacin de este impedimento.
2.
Seir.
Heb. e'ir, de una raz que significa "ser peludo". Este era el nombre del jefe
de una familia horea, emparentado por matrimonio con Esa, de quien descendan
los edomitas (ver com. Gn. 36). Tambin se emplea 723 este nombre para
designar la cadena montaosa que queda al este del Arab, que se extiende desde
el mar Muerto hacia el sur. Aqu en forma potica es smbolo de Edom (ver.
Gn. 36: 8-9; Deut. 2: 1, 5; 1 Crn. 4: 42).
4.
T sers asolado.
5.
Enemistad perpetua.
Esta enemistad vena del tiempo de Jacob y de Esa (Gn. 27: 41; cf. Gn. 25:
22-23). En ocasin del xodo, Edom haba rehusado el paso de los israelitas
por su territorio (Nm. 20: 14- 21). Despus que se establecieron los
israelitas en Canan, los edomitas haban contemplado con manifiesta envidia el
creciente poder de Israel. Edom se haba unido a Amn y a Moab en contra de
Jud en los das de Josafat (2 Crn. 20: 10-11; cf. Sal. 83: 1-8; ver la
introduccin al Sal. 83). Pareciese que, en ocasin de la toma de Jerusaln,
los edomitas haban ayudado a los babilonios, ocupando las puertas y ubicndose
en los caminos que llevaban a la campia para impedir que los fugitivos
escaparan (Abd. 11-14). En el da de la calamidad de Jerusaln, los edomitas
haban exclamado: "Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos" (Sal. 137: 7).
6.
A sangre.
Comparar esto con lo que dijo Jess: "Todos los que tomen espada, a espada
perecern" (Mat. 26: 52).
7.
Al que vaya.
8.
9.
Asolamiento perpetuo.
10.
Es decir, Jud e Israel. El segundo pecado de Edom (cf. vers. 5) fue pretender
heredar la tierra de Jud y de Israel.
11.
Ser conocido.
Los castigos que sobrevendran a Edom serviran para convencer a Israel que su
Dios no los haba abandonado por completo.
12.
Injurias.
Como te alegraste.
Yo soy Jehov.
CAPTULO 36
1 TU, HIJO de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel,
od palabra de Jehov.
18 Y derram mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra;
porque con sus dolos la contaminaron.
19 Les esparc por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme
a sus caminos y conforme a sus obras les juzgu.
21 Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel
entre las naciones adonde fueron.
35 Y dirn: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edn; y
estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, estn fortificadas y
habitadas.
38 Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusaln en sus fiestas
solemnes, as las ciudades desiertas sern llenas de rebaos de hombres; y
sabrn que yo soy Jehov.
1.
Profetiza.
Montes de Israel.
Deben compararse las promesas de restauracin que aqu se presentan con las
acusaciones que se dirigen a los montes de Israel en el cap. 6.
2.
Alturas eternas.
Heb. bamoth 'olam, expresin muy parecida a gib'oth 'olam, "collados eternos"
(Gn. 49: 26; Deut. 33: 15). Sin duda esta expresin es sinnima con "montes
de Israel". La LXX reza "desolaciones eternas", como si el texto hebreo dijera
shimemoth 'olam, frase que aparece en el cap. 35: 9.
3.
En boca de habladores.
5.
El fuego de mi celo.
7.
Yo he alzado mi mano.
Israel haba tenido que llevar la afrenta que los paganos le haban infligido
(vers. 6). Ahora los paganos llevaran su propia vergenza o afrenta. Esto no
sera a modo de desquite, sino como resultado de sus propios pecados. Dios no
hace acepcin de personas. El pecado, dondequiera se lo encuentre, recibe su
justa retribucin. Israel haba sufrido por sus pecados, y las naciones
paganas, a su turno, sufriran por los suyos.
8.
La tierra de Israel, representada aqu por sus montes, haba de prepararse para
el retorno de los exiliados. El pasto deba brotar para alimentar a los
animales, y los rboles deban dar fruto para alimentar a los nuevos
habitantes. Esta es una manera muy llamativa de describir la seguridad del
retorno de los exiliados.
Cerca estn.
9.
10.
Dios tena el propsito de que tanto Jud como Israel regresaran del
cautiverio. De nuevo habra de existir un reino unido y prspero, donde se
replantaran las vias, se reconstruyeran las casas y se renovaran los rebaos.
Esta gloriosa 726 perspectiva deba servir a Israel como un incentivo para que
aceptara la gracia ofrecida por Dios, y de ese modo se efectuara un
reavivamiento espiritual. Estas promesas eran slo para un Israel regenerado
(ver com. vers. 26).
11.
Mayor bien.
14.
No devorars ms hombres.
Este mensaje est dirigido a la tierra misma, no a sus habitantes (ver Nm. 13:
32). Algunos han sugerido que los paganos que vivan en torno de Palestina,
que haban visto desarraigar primeramente a los cananeos y despus a los
israelitas, atribuan supersticiosamente el fracaso de estas naciones a algo
inherente a la tierra misma. No reconocan que la verdadera causa de la ruina
era la mano de Dios que guiaba el destino de hombres y naciones. Sin embargo,
en la edad de oro que anticipaba el profeta, el pueblo vivira seguro. No
podra repetirse ms esa acusacin.
16.
Palabra, de Jehov.
17.
La contamin.
Ver Nm. 35: 34. Con referencia a la "inmundicia de monstruosa", ver Lev. 15:
19.
20.
21.
He tenido dolor.
22.
Por causa de su santo nombre, el Seor iba a restablecer a su pueblo (cf. Exo.
32: 12-14; Nm. 14: 13-20). El pueblo no deba considerarse en modo alguno que
era favorecido por el cielo. Dios haba elegido a la nacin para que fuera el
medio de realizar su propsito de salvar a todo el mundo (PP. 28-32). Al
aumento de privilegios acompaaba el aumento de responsabilidades.
23.
Delante de sus ojos.
25.
Agua limpia.
Sin duda se toma esta figura de las diversas purificaciones ordenadas por la
ley ceremonial (Nm. 8: 7; 19: 9, 17-18), en las cuales se empleaba agua.
26.
Corazn nuevo.
Existe un grave peligro de que en nuestra poca de tanta luz, los hombres
todava escojan vivir bajo las condiciones del viejo pacto. 727 Comprenden que
la obediencia es condicin necesaria para obtener la salvacin, pero sus
esfuerzos nacen de corazones no santificados. Intentan hacer lo imposible. Se
desaniman. Claman: "Miserable de m" (Rom. 7: 24). Si en ese momento de
desesperacin encuentran a Jess, l hace por ellos lo que "era imposible para
la ley" (Rom. 8: 3). Cuando Cristo vive en una persona, "la justicia de la
ley" se cumple en nosotros (Rom. 8: 4).
27.
28.
29.
Se promete la gracia divina para que no haya una reincidencia en las antiguas
prcticas. Esta vivencia demanda la renovacin diaria de la consagracin, una
recepcin cotidiana de nuevas fuerzas espirituales, y el mantenimiento de una
constante vigilancia contra el enemigo.
30.
31.
Os avergonzaris.
Ver com. cap. 20: 43. Cuando se abran los portales del cielo para que entren
all quienes han guardado la verdad, habr otra vez un sentimiento de gran
indignidad. Cuando los redimidos contemplen las glorias que sobrepasan a toda
imaginacin humana, echarn sus coronas al pie de su Redentor y le rendirn
todo honor a l (PE 288).
32.
35.
36.
Ezequiel describe las condiciones que podran haber existido. Era el plan
divino que por medio de la restauracin de Israel pudiera darse al mundo una
demostracin de la bondad y de la benevolencia del verdadero Dios, a fin de que
las naciones pudieran ser atradas y tuvieran la oportunidad de formar parte de
un nuevo sistema de gobierno espiritual. Desgraciadamente, los judos que
volvieron del exilio crearon una impresin completamente diferente. Otras
naciones, en vez de ser atradas, fueron inducidas a blasfemar al Dios a quien
esos rebeldes pretendan adorar (ver PP. 33-34).
37.
Ser solicitado.
Anteriormente Dios haba rehusado escuchar (cap. 14: 3-4; 20: 3). Pero habra
de llegar el momento cuando "la casa de Israel", purificada en cuerpo y en
espritu, comprendera su dependencia de Dios y lo buscara para lograr el
consejo y la conduccin sin los cuales sera imposible que como nacin lograran
el elevado destino que les aguardaba (ver PP. 28-32).
38.
Se compara a la densa poblacin que Palestina habra de tener con los grandes
rebaos que se sacrificaban en Jerusaln durante las importantes fiestas
anuales.
Sabrn.
25 PVGM 143
25-26 MJ 69
26 CC 49; CM 347; DTG 374; Ev 215; FE 264; 3JT 177; MeM 24, 269; MM 40; 9T 152;
TM 333, 376
31 PVGM 146
CAPTULO 37
2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aqu que eran
muchsimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He
aqu, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereci nuestra esperanza, y
somos del todo destruidos.
16 Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en l: Para Jud, y para los
hijos de Israel sus compaeros. Toma despus otro palo, y escribe en l: Para
Jos, palo de Efran, y para toda la casa de Israel sus compaeros.
17 jntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y sern uno solo
en tu mano.
20 Y los palos sobre que escribas estarn en tu mano delante de sus ojos,
22 y los har una nacin en la tierra, en los montes de Israel, y un rey ser a
todos ellos por rey; y nunca ms sern dos naciones, ni nunca ms sern
divididos en dos reinos.
24 Mi siervo David ser rey sobre ellos, y todos ellos tendrn un solo pastor;
y andarn en mis preceptos, y mis estatutos guardarn, y los pondrn por obra.
26 Y har con ellos pacto de paz, pacto perpetuo ser con ellos; y los
establecer y los multiplicar, y pondr mi santuario entre ellos para siempre.
1.
La mano de Jehov.
Podra preguntarse hasta qu punto esta profeca tiene que ver con la
resurreccin futura. Muchos sostienen que el profeta no pensaba en absoluto en
tal aplicacin, y que el smbolo se explica plenamente mediante la restauracin
de la vida nacional del pueblo de Israel. La manera ms natural de aplicar la
profeca es relacionarla con el plan divino para el resurgimiento del Estado
judo. Esto sera finalmente seguido por una resurreccin literal, en la cual
los patriarcas, junto con todos los santos de Dios, seran resucitados para
compartir el nuevo reino. No es necesario excluir totalmente este
acontecimiento del simbolismo. Todo el simbolismo tiene el propsito de
describir cmo habran sido los acontecimientos, tanto de ese perodo como del
subsiguiente, si los judos hubieran cooperado con Dios para la realizacin del
plan que el Seor tena para ellos. Pero la incredulidad y la desobediencia
desvirtuaron el propsito divino. Deben examinarse los escritos del NT para
saber cmo esos acontecimientos, que deberan haber hallado su cumplimiento
literal en el perodo postexlico, se cumplirn en la era cristiana, en
relacin con el Israel espiritual (ver PP. 37-38).
Valle.
2.
Esto indica que no haban tenido vida desde haca mucho tiempo. Quiz as se
hace notar la absoluta imposibilidad de que revivieran.
3.
La pregunta parece destacar la idea de que es poco probable imposible que esos
huesos volvieran a vivir, a menos desde un punto de vista humano. 730
T lo sabes.
4.
Od palabra.
5.
Espritu.
6.
9.
Los huesos estaban esparcidos por el valle como los muertos en una batalla.
11.
Casa de Israel.
12.
En el vers. 2 los huesos aparecen "sobre la faz del campo", mientras que aqu
pareceran estar en sus sepulcros. Esta nueva figura podra indicar una
promesa mayor, la de despertar a quienes hubieran descendido al sepulcro
esperando el reino de Dios. No hay ninguna razn aparente por la cual esta
gloriosa perspectiva debiera negarse a los piadosos de Israel. Un
acontecimiento tal habra de sealar la consumacin de toda la restauracin.
Por otra parte, esta profeca no debe ser considerada como si fuera
principalmente una prediccin de la resurreccin final al fin de la era
cristiana. El plan original de Dios para la restauracin, que culmina con la
resurreccin, no se cumpli con el Israel literal. Lo que Dios habra
realizado por medio de la nacin de Israel se efectuar ahora por medio de la
iglesia cristiana. Por causa de esta modificacin de las circunstancias,
ciertos rasgos de la profeca se modifican. Los escritores del NT tienen la
tarea de informarnos en cuanto a la manera en que estas profecas, que deberan
haberse cumplido anteriormente, hallarn su aplicacin final (ver PP. 37-40).
Esos escritores describen claramente el tiempo y las circunstancias de la
resurreccin final Juan 5: 28-29; 1 Tes. 4: 16-17; Apoc. 20: 1-5; etc.).
16.
Un palo.
La profeca de los vers. 15-28 no lleva fecha, pero quiz fue dada poco despus
de la visin de los vers. 1-14. Las dos estn estrechamente relacionadas. Las
naciones separadas de Israel haban de reunirse bajo el benfico reinado de
David.
21.
Los recoger.
Un rey.
En el vers. 24 se lo nombra como "mi siervo David". Sin embargo, puesto que
estos planes no pudieron cumplirse como habra sido la intencin original, el
NT presenta al Mesas como el que habra de ocupar el trono de David (Luc. 1:
32).
25.
Para siempre.
Se destaca aqu la permanencia del nuevo Estado. Se dice que la tierra ser
ocupada para siempre y que el reinado de David ser para siempre. Segn los
vers. 26-28, el santuario habr de estar "entre ellos para siempre", y el
"pacto de paz, pacto perpetuo ser con ellos". Comprense con este pasaje las
siguientes declaraciones relacionadas con el propsito de Dios: "Si Israel
hubiese permanecido fiel a Dios, aquel edificio glorioso [el templo de Salomn]
habra perdurado para siempre, como seal perpetua del favor especial de Dios
para con su pueblo escogido" (PR 32). "De haberse mantenido Israel como nacin
fiel al cielo, Jerusaln habra sido para siempre la elegida de Dios" (CS 21).
Ezequiel describe lo que podra haber ocurrido (ver Luc. 19: 42).
26.
Los multiplicar.
CAPTULO 38
5 Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo;
6 Comer, y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los confines del norte, y
todas sus tropas; muchos pueblos contigo.
7 Preprate y apercbete, t y toda tu multitud que se ha reunido a ti, y s t
su guarda.
12 para arrebatar despojos y para tomar botn, para poner tus manos sobre las
tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las
naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora en la parte central de
la tierra.
16 y subirs contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; ser
al cabo de los das; y te traer sobre mi tierra, para que las naciones me
conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
18 En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehov el
Seor, subir mi ira y mi enojo.
20 que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda
serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que estn sobre
la faz de la tierra, temblarn ante mi presencia; y se desmoronarn los montes,
y los vallados caern, y todo muro caer a tierra.
1.
Palabra de Jehov.
Los cap. 38 y 39 forman una sola profeca. Todo el pasaje ha sido 732 objeto de
muchas especulaciones. De tanto en tanto se han presentado diversas
interpretaciones. A fin de evaluarlas en forma adecuada, es necesario conocer
bien el propsito bsico, los mtodos, y el alcance de la profeca.
Las profecas que tienen que ver con la gloria futura de Israel y de Jerusaln
estaban condicionadas por la obediencia Jer. 18: 7-10; PR 519-520). Se habran
cumplido en forma literal en los siglos siguientes, si los israelitas hubieran
aceptado plenamente los propsitos divinos para con ellos. El fracaso de
Israel imposibilit el cumplimiento de estas profecas en su intencin
original. Sin embargo, esto no implica necesariamente que ellas no tienen ya
importancia. Pablo proporciona una respuesta con las siguientes palabras:
"Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas" (Rom. 9: 6). Por
eso estas promesas se aplican en cierto modo al Israel espiritual. Pero hasta
qu punto? Esto debe ser determinado por medio de la inspiracin. Tenemos en
el NT y en los escritos del espritu de profeca, numerosas citas de los
autores del AT que muestran cmo estas antiguas predicciones -que deberan
haber hallado un glorioso cumplimiento en el Israel literal- se cumplirn
finalmente en el Israel espiritual.
Sin embargo, al punto resalta que no todos los detalles de la profeca original
podran cumplirse con precisin, ya que han variado mucho las condiciones y el
medio ambiente. En verdad, es una regla segura de exgesis aplicar nicamente
al futuro aquellas profecas que la revelacin as aplica. Corresponde notar
tambin las limitaciones que se imponen. Lo que va ms all de esos lmites no
puede ser ms que especulacin -en el mejor de los casos- y nunca debera
constituir la base de un dogma, ni la premisa sobre la cual se levante toda una
estructura de razonamiento teolgico.
El tono netamente local que tienen estas antiguas profecas se explica porque
Dios originalmente quiso que estas predicciones se cumplieran en la forma
indicada. Adems, lo que se ha designado como digresiones que llegan a un
futuro distante -en buena medida sin relacin con la presentacin general del
pasaje- aparecen tambin presentadas en el marco de los primeros propsitos de
Dios. En vista de que esos primeros propsitos no se han cumplido, escritores
inspirados posteriores presentan el cumplimiento progresivo de esas
predicciones dentro del marco de la iglesia cristiana (PP. 27-30).
2.
Gog.
Otra suposicin relaciona a Gog con el pas brbaro de Gagaia, que aparece en
una carta de un rey babilonio del siglo XV al faran de Egipto, en las
tablillas de Tell el-Amarna (t. 1, PP. 113- 114). Sin embargo, Gagaia es un
pas y no una persona, como lo es el Gog que aparece en Ezequiel.
Tierra de Magog.
Una antigua tradicin juda identificaba a Magog con los escitas (Josefo,
Antigedades i. 6. 1). Lo mismo sugiere Gesenio (ver su diccionario hebreo).
Sin embargo, esta identificacin de Magog con los escitas slo se apoya en una
conjetura. Estos dos nombres, Gog y Magog, han sido motivo de mucha
especulacin. Al igual que Gog, es probable que el nombre sea simblico,
habindose evitado a propsito un parecido demasiado grande con la realidad, lo
que muchas veces sucede en las profecas a fin de que tal identificacin no
impida de ninguna manera el cumplimiento de la prediccin.
Prncipe soberano.
Hay una consideracin sintctica que podra favorecer el que se tome esta
palabra como nombre propio. Si aqu se emplea la palabra ro'sh como adjetivo,
debera normalmente llevar un artculo, pues modifica a nesi', que en el hebreo
es palabra definida por encontrarse en cadena constructa (genitivo de relacin)
con un nombre propio, "Mesec". Se encuentran ejemplos de esta construccin
donde se le agrega el artculo definido al adjetivo que modifica al sustantivo
que est en cadena constructa. En Jer. 13: 9, "la mucha soberbia de
Jerusaln". En Esd. 7: 9, "la buena mano de Dios". En Eze. 38: 2, el adjetivo
no tiene artculo, lo que permitira traducir la palabra como nombre propio,
pues los nombres propios no llevan artculo. Pero esta comprobacin est lejos
de ser decisiva. En algunos casos, el adjetivo mismo forma parte de la cadena
constructa y no lleva artculo en hebreo (por ejemplo, 2 Sam. 23: 1; 2 Crn.
36: 10). En 1 Crn. 27: 5 se halla una excepcin notable a la regla enunciada
ms arriba. 735 All aparece la expresin hakkhen ro'sh, "el sacerdote
principal". En este caso el sustantivo sacerdote tiene artculo, pero no lo
tiene el adjetivo "principal". Por otra parte, los editores del texto
masortico consideran que se trata de un error y que debera leerse en forma
normal hakkhen haro'sh, "el sacerdote el principal".
Puede, pues, observarse que cualquier parecido que pudiera existir entre la
palabra ro'sh y el nombre "Rusia", es pura coincidencia. No parece poder
comprobarse que se emple el nombre de Rusia para designar a ese pas hasta ms
o menos el siglo X d. C.
Mesek.
Este nombre aparece nueve veces en las Escrituras. En Gn. 10: 2 y 1 Crn. 1:
5, Mesec figura como hijo de Jafet. En 1 Crn. 1: 17, Mesec est como hijo de
Sem, pero sin duda se trata de un error de copia y debera leerse "Mas", como
aparece en Gn. 10: 23. En los otros seis casos, Mesec figura como nombre de
una nacin (Eze. 27: 13; 32: 26; 38: 2-3; 39: 1; Sal. 120: 5). Segn la LXX,
en Isa. 66: 19, debera leerse "Mesec" en vez de "que disparan arcos". En Gn.
10: 2; 1 Crn. 1: 5 y los cinco textos de Ezequiel, Mesec aparece en relacin
con Tubal, indicando as que se habla de los descendientes de Jafet. Ezequiel
los designa como comerciantes que trafican con Tiro vendiendo "utensilios de
bronce" y tambin esclavos (cap. 27: 13). En Salmos, aparecen como guerreros
(Sal. 120: 7).
Se cree que Mesec corresponde con los mosquianos de los autores clsicos
griegos (Herodoto iii. 94; vii. 78), o sea los mushku de las inscripciones
asirias (ver com. Gn. 10: 2).
Tubal.
Este nombre aparece ocho veces en las Escrituras. En Gn. 10: 2 y 1 Crn. 1:
5, se enumera a Tubal como a uno de los hijos de Jafet. Este nombre figura en
Isa. 66: 19, donde la LXX pone tambin a Mesec (ver com. Mesec). En Ezequiel
aparece cinco veces (27: 13; 32: 26; 38: 2-3; 39: 1), siempre junto con Mesec.
La forma compuesta del nombre, Tubal-can, aparece dos veces en Gn. 4: 22,
como nombre del hijo de Lamec y Zila.
Quienes afirman que Ro'sh representa a Rusia procuran relacionar a Tubal con
Tobolsk 736 ciudad del centro de Rusia. La nica razn de identificar a uno
con el otro es que hay algn parecido en el sonido de sus nombres, razn poco
slida. Tobolsk no fue fundada hasta 1587 por los cosacos.
El hecho de que hubo otras naciones que ocuparon un lugar mucho ms importante
en la historia que las que se mencionan en el cap. 38, sugiere que tal vez el
propsito de la profeca no fue el de dar la identidad especfica de esos
pueblos. Israel deba saber que se levantara un gran grupo de naciones que se
opondra a su futuro surgimiento y a su grandeza nacional y espiritual. No
tena mayor importancia el precisar quin dirigira esa inmensa confederacin,
puesto que casi todos los poderes paganos que se oponan a Dios estaban
incluidos en ella. Es probable que la seleccin y la enumeracin de ciertas
naciones no fuera ms que una figura potica. Del mismo modo, al aplicarse esta
profeca al presente, puesto que todas las naciones se unirn con Satans en su
lucha final contra el gobierno del cielo, no se gana nada con intentar
identificar a unas pocas de ellas.
4.
Te quebrantar.
Heb. "yo te har volver". "Yo te har dar media vuelta" (BJ). Dios no hace
volver a Gog de Palestina, sino de alguna otra empresa, a fin de que se dirija
contra la Tierra Santa. El contexto de estos versculos y del cap. 39: 2
indican esto. La figura es la de un animal indmito que se dispone a hacer lo
que le place, pero que es dirigido por un poder superior. Aqu se presenta a
ese poder como si fuera el poder de Jehov, puesto que con frecuencia se afirma
en las Escrituras que Dios hace lo que permite que Satans haga (ver com. 2
Crn. 18: 18; Eze. 38: 10).
Todo tu ejrcito.
5.
Persia.
Heb. Kush, fue uno de los hijos de Cam (Gn. 10: 6). Sus descendientes se
establecieron en el sur de Egipto en lo que ms tarde fue Nubia, actualmente al
extremo sur de Egipto y al norte de Sudn (ver com. Gn. 10: 6).
Fut.
6.
Gomer.
Uno de los hijos de Jafet (Gn. 10: 2; 1 Crn. 1: 5). Tambin se menciona a
Gomer como la esposa de Oseas (Ose. 1: 3). El nico otro caso bblico en que
aparece dicho nombre es en esta referencia a Gomer y todas sus tropas. Nada de
esto arroja mucha luz para poder determinar quines fueron estos pueblos que se
unieron a Gog contra Israel.
Togarma.
Togarma fue hijo de Gomer, nieto de Jafet, hermano de Askenaz y de Rifat (Gn.
10: 3; 1 Crn. 1: 6). Con excepcin de estas dos referencias, el nombre slo
aparece aqu y en Eze. 27: 14, donde se afirma que los de Togarma comerciaban
en caballos y mulas en el mercado de Tiro. Se ha identificado a este pueblo
con los tilgarimmu de las inscripciones asirias (ver com. Gn. 10: 3).
7.
Preprate.
El profeta parece usar de irona al animar a Gog a que haga todos sus
preparativos blicos y rena a todas sus fuerzas a fin de que todos los
enemigos de Dios perezcan juntos. Gog mismo ha de ser guarda de todo ese
ejrcito, para dirigir el ataque.
8.
Sers visitado.
"Recibirs rdenes" (BJ). El hebreo paqad puede traducirse tambin como "pasar
revista" (Isa. 13: 4), o "ser llamado .
Al cabo de aos.
Cf. Gn. 49: 1; Nm. 24: 14; Dan. 10: 14; Miq. 4: 1; ver com. Isa. 2: 2. No
hay cmo saber cun largo sera este 737 perodo. Quedaban an por delante
muchos aos de cautiverio, despus de lo cual transcurriran aos hasta que se
restableciera el Estado judo y se encontrara en la condicin que aqu se
describe.
Siempre.
Heb. tamid, "continuamente" (ver com. Dan. 8: 11). Los montes de Israel no
siempre haban estado desolados, pero durante el cautiverio lo haban estado de
continuo. An despus del retorno del cautiverio, la rehabilitacin sera un
proceso gradual, y la plena restauracin no se producira hasta despus de la
destruccin de los enemigos del nuevo Estado.
9.
Como tempestad.
Como nublado.
10.
"Concebirs perversos planes" (BJ). En los vers. 4-16 se presenta a Dios como
el que hace que Gog ataque la tierra de Israel. Aqu es evidente que Dios lo
hace en el sentido de que permite que Gog lleve a cabo los intentos de su impo
corazn.
11.
Sin muros.
Cf. Zac. 2: 4-5. Esta falta de defensa hara que Gog confiara en la victoria.
12.
Heb. "ombligo de la tierra". Esta figura slo aparece aqu y en Juec. 9: 37,
donde se aplica sin duda a un cerro cerca de Siquem, probablemente por causa de
su ubicacin central respecto al Jordn y al Mediterrneo. Aqu Palestina
aparece como centro de la tierra, quiz en el mismo sentido en que se dice que
Jerusaln fue puesta "en medio de las naciones" (Eze. 5: 5).
13.
Sab.
Dedn.
Tarsis.
16.
En los vers. 14-16 se repite en buena parte lo que ya se haba dicho respecto
de la apacible seguridad de Israel y de que Dios permita que la poderosa
confederacin de Gog subiese contra su pueblo. El carcter de Dios estar
plenamente vindicado en la destruccin de Gog. As tambin, cuando Satans y
la vasta multitud de los impos sean destruidos al fin del milenio, la
sabidura, la justicia y la bondad de Dios sern plenamente vindicadas. De
labios de todos los seres creados, ya sean leales o rebeldes, se oirn estas
palabras: "Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos" (Apoc. 15:
3; cf. CS 726-729).
17.
De quien habl.
Era de esperar que cualquier xito de parte del pueblo de Dios debera
enfrentarse con la ms violenta oposicin del gran adversario. Lo que se dice
de Gog en este captulo es un esbozo del tipo de resistencia que habra
encontrado en el perodo postexlico el pueblo regenerado que al fin hubiera
cumplido la misin que Dios le haba encomendado. Puesto que la profeca era
condicional y las condiciones nunca fueron cumplidas, las predicciones no
hallaron su cumplimiento en el Israel literal. Tampoco es posible proyectar
738 al futuro todos los detalles a fin de que se cumplan entonces. Slo
aquellos elementos profticos reiterados ms tarde por autores inspirados han
de aplicarse en el futuro (ver PP. 38-40; com. vers. 1).
18.
Subir mi ira.
19.
Gran temblor.
Aqu hay un detalle al cual llaman la atencin los autores del NT Hablan de
terribles convulsiones naturales que precedern a la venida del Hijo del
Hombre. Jess habl del "bramido del mar y de las olas", y de los hombres que
desfalleceran por "el temor y la expectacin", no tanto por causa de alguna
amenaza militar sino porque la naturaleza parecera estar totalmente alterada
(Luc. 21: 25-26; CS 693). Juan el revelador presenta una descripcin ms viva
de los grandes cataclismos del mundo natural (Apoc. 16: 18-20). Los hombres
siempre han dependido de la naturaleza. Hasta donde se sepa, ni una vez en el
largo transcurso de la historia del mundo, salvo en relacin con lo que se
registra en Jos. 10: 12-13 y 2 Rey. 20: 8-11, ha dejado el sol de hacer su
recorrido normal. Toda ley natural siempre ha operado con plena regularidad.
Los hombres han confiado en la permanencia de esas leyes, olvidando a Aquel en
quien "todas las cosas... subsisten" (Col. 1: 17). En lugar de Dios, han
elegido al dolo de la ciencia que es en verdad "el Dios de este siglo" (2 Cor.
4: 4). El "gran temblor" en el mundo natural les har reconocer la terrible
realidad de que el Dios a quien han elegido, el "prncipe de la potestad del
aire" (Efe. 2: 2), no tiene poder sobre los elementos. Sin embargo pretendi
tener una posicin y un poder iguales a los del Hijo de Dios (ver com. Eze.
28: 13) y afirm que si se le diera la oportunidad de hacerlo, ejercera sobre
el mundo un dominio ms equitativo que el que ejerca Cristo. Se le ha dado
una oportunidad de realizar esa demostracin. Ahora, en medio de una tierra
tambaleante todos los hombres ven la falsedad y la arrogancia de sus
pretensiones y descubren aunque demasiado tarde, que el tiempo de gracia se ha
acabado para siempre.
21.
22.
Piedras de granizo.
23.
Sabrn.
22 PP 544 739
CAPTULO 39
4 Sobre los montes de Israel caers t y todas tus tropas, y los pueblos que
fueron contigo; a aves de rapia de toda especie, y a las fieras del campo, te
he dado por comida.
5 Sobre la faz del campo caers; porque yo he hablado, dice Jehov el Seor.
6 Y enviar fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las
costas; y sabrn que yo soy Jehov.
10 No traern lea del campo, ni cortarn de los bosques, sino quemarn las
armas en el fuego; y despojarn a sus despojadores, y robarn a los que les
robaron, dice Jehov el Seor.
11 En aquel tiempo yo dar a Gog lugar para sepultura all en Israel, el valle
de los que pasan al oriente del mar; y obstruir el paso a los transentes,
pues all enterrarn a Gog y a toda su multitud; y lo llamarn el Valle de
Hamn-gog.
12 Y la casa de Israel los estar enterrando por siete meses, para limpiar la
tierra.
14 Y tomarn hombres a jornal que vayan por el pas con los que viajen, para
enterrar a los que queden sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al
cabo de siete meses harn el reconocimiento.
15 Y pasarn los que irn por el pas, y el que vea los huesos de algn hombre
pondr junto a ellos una seal, hasta que los entierren los sepultureros en el
valle de Hamngog.
21 Y pondr mi gloria entre las naciones, y todas las naciones vern mi juicio
que habr hecho, y mi mano que sobre ellos puse.
23 Y sabrn las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su
pecado, por cuanto se rebelaron contra m, y yo escond de ellos mi rostro, y
los entregu en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.
27 cuando los saque de entre los pueblos, y los rena de la tierra de sus
enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones.
1.
Profetiza contra Gog.
Este captulo prosigue con el tema del anterior, repitiendo en parte lo que ya
se ha dicho acerca de Gog pero aadiendo mayores detalles en cuanto a la
amplitud del botn (vers. 9-10), el sistema de sepultar a los muertos (vers.
11-16), y la extensin de la matanza (vers. 17-20). En los vers. 21-29 se
recapitulan las bondadosas promesas de Dios para la restauracin.
Gog.
2.
Te conducir.
" idea que da el verbo hebreo shasha' es "conducir como a un nio que aprende a
caminar". Los trgumes emplean el verbo nasha', "engaar", "llevar al error".
La LXX emplea el verbo kathodego, "conducir hacia abajo". Estas diferencias
corresponden con la combinacin de ideas del cap. 38: 4, 16.
3.
Sacar tu arco.
4.
Aves... fieras.
Los buitres y los chacales estaban siempre listos para alimentarse de los
cuerpos de los muertos en batalla (1 Sam. 17: 46; Eze. 33: 27).
6.
Magog es el pas de Gog (ver com. cap. 38: 2). El castigo cae sobre ese pas
tambin, y se extiende a las costas y las islas del mar.
7.
El nombre de Dios sera vindicado mediante estos castigos (ver com. cap. 38:
16).
9.
11.
Gog, que haba esperado ganar una completa victoria sobre Israel, no recibira
de parte del Seor ms que un lugar para sepultura en ese pas. El texto
masortico dice "lugar all", pero la LXX y la Vulgata traducen "lugar de
renombre".
No puede ubicarse con precisin este valle. Se dice que est "al oriente del
mar", sin duda con referencia al mar Muerto. La ubicacin especfica no
importa para la interpretacin del pasaje.
Obstruir el paso.
Podra entenderse que los viajeros que por all pasaran deberan detenerse en
este lugar notorio para considerar el castigo infligido sobre los enemigos del
pueblo de Dios, o tal vez que el valle no tendra salida.
Valle de Hamn-gog.
14.
Hombres a jornal.
Heb., "hombres de continuo", hombres designados para realizar esa tarea hasta
cumplirla. La obra haba de realizarse en forma sistemtica.
15.
Una seal.
16.
Hamona.
17.
21.
23.
Sabrn las naciones.
29.
CAPTULO 40
3 Me llev all, y he aqu un varn, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y
tena un cordel de lino en su mano, y una caa de medir; y l estaba a la
puerta.
4 Y me habl aquel varn, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye
con tus odos, y pon tu corazn a todas las cosas que te muestro; porque para
que yo te las mostrase has sido trado aqu. Cuenta todo lo que ves a la casa
de Israel.
5 Y he aqu un muro fuera de la casa; y la caa de medir que aquel varn tena
en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midi el espesor del
muro, de una caa, y la altura, de otra caa. 742
6 Despus vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subi por sus gradas, y
midi un poste de la puerta, de una caa de ancho, y el otro poste, de otra
caa de ancho.
7 Y cada cmara tena una caa de largo, y una caa de ancho; y entre las
cmaras haba cinco codos de ancho; y cada poste de la puerta junto a la
entrada de la puerta por dentro, una caa.
10 Y la puerta oriental tena tres cmaras a cada lado, las tres de una medida;
tambin de una medida los portales de cada lado.
14 Y midi los postes, de sesenta codos, cada poste del atrio y del portal todo
en derredor.
21 Sus cmaras eran tres de un lado, y tres del otro; y sus postes y sus arcos
eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos de longitud, y
veinticinco de ancho.
24 Me llev despus hacia el sur, y he aqu una puerta hacia el sur; y midi
sus portales y sus arcos conforme a estas medidas.
25 Y tena sus ventanas y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la
longitud era de cincuenta codos, y el ancho de veinticinco codos.
26 Sus gradas eran de siete peldaos, con sus arcos delante de ellas; y tena
palmeras, una de un lado, y otra del otro lado, en sus postes.
27 Haba tambin puerta hacia el sur del atrio interior; y midi de puerta a
puerta hacia el sur cien codos.
29 Sus cmaras y sus postes y sus arcos eran conforme a estas medidas, y tena
sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de
veinticinco codos el ancho.
31 Y sus arcos caan afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas
eran de ocho peldaos.
33 Eran sus cmaras y sus postes y sus arcos conforme a estas medidas, y tena
sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y la
anchura de veinticinco codos.
34 Y sus arcos caan afuera al atrio, con palmeras en sus postes de un lado y
de otro; y sus gradas eran de ocho peldaos.
36 sus cmaras, sus postes, sus arcos y sus ventanas alrededor; la longitud era
de cincuenta 743 codos, y de veinticinco codos el ancho.
37 Sus postes caan afuera al atrio, con palmeras a cada uno de sus postes de
un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaos.
38 Y haba all una cmara, y su puerta con postes de portales; all lavarn
el holocausto.
41 Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho
mesas, sobre las cuales degollarn las vctimas.
45 Y me dijo: Esta cmara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que hacen
la guardia del templo.
48 Y me llev al prtico del templo, y midi cada poste del prtico, cinco
codos de un lado, y cinco codos de otro; y la anchura de la puerta tres codos
de un lado, y tres codos de otro.
49 La longitud del prtico, veinte codos, y el ancho once codos, al cual suban
por gradas; y haba columnas junto a los postes, una de un lado, y otra de
otro.
1.
El ao veinticinco.
Sin duda se refiere al cautiverio de Joaqun (ver com. cap. 1: 2), siempre que
se siga el mismo esquema de fechas en todo el libro. El hecho de que el vers. 1
se refiera a "nuestro" cautiverio (al igual que el cap. 33: 21) indica que
Ezequiel fue llevado cautivo, junto con Joaqun.
Heb. ro'sh hashshanah, "cabeza del ao". Puesto que la palabra ro'sh algunas
veces significa "primero", hay quienes consideran que aqu se indica el primer
mes del ao, es decir, el mes de Nisn. Si as fuera, esta fecha correspondera
con el mes de abril de 573 o de 572 a. C. (dependiendo de si Ezequiel comput
los aos a partir de la primavera o a partir del otoo). Sin embargo, si
Ezequiel se refera al "principio del ao", y computaba el cautiverio segn el
ao civil judo, que comenzaba con el 7. mes (Tisri), se hace referencia aqu
al da de la expiacin en octubre de 573 (ver p. 602). Es interesante notar que
sta es la nica vez en que aparece en la Biblia la frase ro'sh hashshanah,
nombre que todava dan los judos al primer da del mes de Tisri, cuando se
celebra el Ao Nuevo judo. Sin embargo, esto no prueba que en ese tiempo la
frase hubiera tenido el mismo significado. El da que se menciona es el 10',
no el 1..
Catorce aos.
Los cap. 40-48 constituyen tina profeca nica, muy singular. Presentan con
lujo de detalles la visin de un nuevo templo. Tambin aparece un nuevo y
notable plan para dividir la tierra y una visin de aguas vivas que manan de
ese magnfico templo.
Si Dios saba que su templo nunca sera edificado, por qu se esforzara tanto
en proporcionar un modelo tan lleno de pormenores del estado futuro? La
respuesta es que Dios no dej de utilizar mtodo alguno para que Israel fuera
inducido a aceptar el excelso destino que originalmente haba sido preparado
para l. Hasta este momento, la historia de Israel haba significado una serie
de fracasos. Dios ahora le ofreca otra oportunidad para que empezara de nuevo.
El pasado sera olvidado y nunca ms sera presentado contra l. Israel como
nacin, y su pueblo personalmente, estaban invitados a aferrarse de esta
gloriosa promesa.
2.
El profeta fue colocado en un punto elevado a fin de que desde all pudiera
examinar los detalles de la visin.
3.
Un varn.
Cordel de lino.
Este cordel se empleara para medir las distancias mayores (cf. cap. 47: 3).
Caa de medir.
Ver Apoc. 11: 1; 21: 15. Este instrumento habra de emplearse para las medidas
pequeas (ver com. Eze. 40: 5).4.
Cuenta todo.
5.
De a codo y palmo menor.
Si se computa el codo como 44,45 cm, y el palmo como la sexta parte del codo, o
sea 7,4 cm, se llega a un codo de 51,86 cm. La caa de medir habra tenido
entonces un largo total de 3,12 M.
Espesor.
Se habla aqu del espesor del muro que rodeaba el atrio. En el plano de la p.
745, se designa este muro con la letra A. Este esquema se presenta para dar una
idea aproximada del edificio y de los atrios (ver nota bajo el plano).
6.
En los vers. 6-16 se describe la puerta oriental (p. 745, B), o puerta
principal que llevaba directamente a la entrada al templo. Se la describe con
todos sus detalles. Las dimensiones de las puertas exteriores del norte y del
sur son idnticas (p. 745, F, G).
Gradas.
Un poste.
La misma dimensin del espesor de los muros (vers. 5), o sea 3,60 m. La otra
dimensin de esta entrada era de
6 m (vers. 11).
7.
Cmara.
Segn lo que dice el vers. 10, haba tres cmaras a cada lado de la entrada
central. Estas piezas medan unos 3 m de lado.
Poste.
Mejor, "umbral".
Por dentro.
Literalmente, "desde la casa'. Sin duda se hace referencia aqu al umbral que
estaba del lado interior de la estructura de la puerta, que llevaba al atrio
(vers. 8).
8.
La entrada de la puerta.
De la puerta.
Muchos manuscritos y las versiones antiguas omiten el pasaje que comienza aqu
y termina en el vers. 9. Evidentemente consideraron que se trataba de una
ditografa* (ver nota de la BJ). Quienes aceptan el texto acortado, afirman que
haba un 747 solo vestbulo en esta puerta. Los que aceptan todo el pasaje,
afirman que eran dos los vestbulos. Por esto, son diferentes los dibujos que
se hacen de la estructura de la puerta. Ver la nota debajo del plano en la p.
745, donde se destacan los problemas que surgen por falta de precisin en
cuanto a los detalles arquitectnicos.
9.
Ocho codos.
Es decir, unos 4 m. Algunos afirman que sta es la medida del portal de este a
oeste; otros afirman que es la medida de sur a norte.
Postes.
10.
Cmaras.
11.
Entrada.
No se sabe con seguridad qu es lo que se mide aqu. Algunos piensan que esta
medida corresponde con la parte techada del portal; otros piensan que era el
pasillo entre las cmaras laterales, el cual quiz no tena techo.
12.
Espacio.
13.
Desde el techo.
14.
15.
Cincuenta codos.
Unos 25 m. El largo del edificio de la puerta era dos veces el ancho (vers.
13). El mtodo de reconstruccin que imagina que haba un prtico o vestbulo
(ver com. vers. 8) divide el largo total de la siguiente forma: entrada
exterior, 6 codos; tres cmaras de 6 codos cada una, 18 codos; dos espacios o
pilares de 5 codos cada uno, 10 codos; umbral interior, 6 codos; prtico, 8
codos; quiciales, 2 codos, lo que da un total de 50 codos. Si se reconstruye
este edificio con dos prticos, estas cifras se modifican.
16.
Ventanas estrechas.
Heb., "ventanas cerradas", quiz "ventanas enrejadas" (BJ); ver com. 1 Rey. 6:
4. No es clara la ubicacin exacta de estas ventanas.
Palmeras.
17.
Atrio exterior.
El templo tena dos atrios: uno interior y otro exterior (p. 745, R y C
respectivamente).
Enlosado.
Treinta cmaras.
18.
En proporcin a la longitud.
Este pavimento parece haber sido tan ancho como la longitud de los edificios
del prtico, o sea unos 50 codos (cap. 40: 15). De esto se restara el espesor
del muro exterior (6 codos, vers. 5), lo que dejara un pavimento de unos 44
codos (aproximadamente 22 m).
Ms bajo.
19.
Cien codos.
20.
Hacia el norte.
En los vers. 20-22 se describe el prtico del norte (p. 745, F), que era
idntico a la puerta oriental (p. 745, B), descrita ya en los vers. 6-16. Se
aade la informacin adicional de que haba siete escalones(p. 745, a) que
llevaban a la puerta (vers.22).
23.
24.
Hacia el sur.
En los vers. 24-27 se describe el prtico sur (p. 745, G), que es idntico 748
a las puertas del norte y del este, ya descritas.
27.
La ubicacin de esta puerta (p. 745, j) corresponde con la de las puertas del
norte y del este.
28.
Las tres puertas del atrio interior (p. 745, H, 1, j) eran bsicamente iguales
a las puertas exteriores. Una diferencia era que en las puertas interiores
haba una escalinata de ocho peldaos (p. 745, b), y las exteriores tenan
siete peldaos (p. 745, a).
32.
Midi la puerta.
En los vers. 32-37 se presenta la descripcin de las puertas norte y este del
atrio interior, las cuales eran idnticas a la puerta sur, ya descrita (vers.
28-31).
38.
All lavarn.
Mesas.
En los vers. 39-41 se describen las ocho mesas donde se degollaban las vctimas
para los sacrificios. Con referencia a la posible ubicacin de estas mesas, ver
com. vers. 40 (p. 745, c, c).
40.
Algunos comentadores entienden que la palabra que aqu se traduce como "del
norte", significa "al norte' (BJ), es decir, al norte de la puerta oriental. No
hay certeza en cuanto a si estas mesas estaban en la puerta este, en la norte,
o en las tres.
43.
Ganchos.
44.
Cmaras.
46.
Hijos de Saco.
47.
Midi el atrio.
Este era el atrio del altar (p.745, R), un cuadrado de unos 100 codos (unos 50
m) de lado, en el centro del atrio interior.
48.
En los vers. 48-49 se dan las dimensiones del vestbulo del templo (p. 745, M).
Poste.
"Pilares" (ver com. vers. 9). Aqu se da la medida del espesor de las dos
proyecciones a ambos lados de la entrada.
Tres codos.
49.
Veinte codos.
Algunos consideran que esta medida se tom en la direccin norte sur, y suponen
que las cmaras laterales (cap. 41: 6-7) se extendan por la parte posterior
del edificio as como por los lados. Otros ubican las cmaras laterales slo
en los lados norte y sur, y consideran que esta medida de 20 codos se extiende
de este a oeste.
Once codos.
Gradas.
As como se llegaba a los dos atrios por escaleras, tambin se suba a la casa
por gradas. Segn la LXX y la BJ, eran diez las gradas. La casa estaba ms
arriba que el atrio interior. Ver la p. 745, d.
Igual que el templo de Salomn, este nuevo edificio deba tener una columna a
cada lado de las gradas (p.745, N, N; ver 1 Rey. 7: 15-22). 749
CAPTULO 41
6 Las cmaras laterales estaban sobrepuestas unas a otras, treinta en cada uno
de los tres pisos; y entraban modillones en la pared de la casa alrededor,
sobre los que estribasen las cmaras, para que no estribasen en la pared de la
casa.
10 Y entre las cmaras haba anchura de veinte codos por todos lados alrededor
de la casa.
11 La puerta de cada cmara sala al espacio que quedaba, una puerta hacia el
norte, y otra puerta hacia el sur; y el ancho del espacio que quedaba era de
cinco codos por todo alrededor.
12 Y el edificio que estaba delante del espacio abierto al lado del occidente
era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos de grueso
alrededor, y noventa codos de largo.
15 Y midi la longitud del edificio que estaba delante del espacio abierto que
haba detrs de l, y las cmaras de uno y otro lado, cien codos; y el templo
de dentro, y los portales del atrio.
16 Los umbrales y las ventanas estrechas y las cmaras alrededor de los tres
pisos estaba todo cubierto de madera desde el suelo hasta las ventanas; y las
ventanas tambin cubiertas.
17 Por encima de la puerta, y hasta la casa de adentro, y afuera de ella, y por
toda la pared en derredor por dentro y por fuera, tom medidas.
21 Cada poste del templo era cuadrado, y el frente del santuario era como el
otro frente.
22 La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos;
y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y me dijo: Esta es
la mesa que est delante de Jehov.
24 Y en cada puerta haba dos hojas, dos hojas que giraban; dos hojas en una
puerta, y otras dos en la otra.
26 Y haba ventanas estrechas, y palmeras de uno y otro lado a los lados del
prtico; as eran las cmaras de la casa y los umbrales.
1.
El templo.
Aqu se habla del lugar santo (p. 745, L; ver 1 Rey. 6: 17; 7: 50).
Postes.
2.
Cuarenta codos.
Estas dimensiones son idnticas a las del lugar santo del templo de Salomn (1
Rey. 6: 2, 20), con la nica diferencia de que Ezequiel emple el codo largo
(ver com. Eze. 40: 5).
3.
Pas al interior.
Poste.
Anchura de la entrada.
4.
Lugar santsimo.
Un cuadrado perfecto de 20 codos de lado (p. 745, K), del mismo tamao del
lugar santsimo del templo de Salomn (1 Rey. 6: 20).
5.
Muro de la casa.
6.
Estas cmaras eran similares a las que haba en el templo de Salomn. El ancho
de 4 codos para las cmaras (vers. 5) sin duda corresponde con las del piso
bajo.
7.
8.
Altura de la casa.
Es decir, los fundamentos visibles sobre los cuales descansaba la casa. Esta
plataforma parece haberse extendido 5 codos (unos 2,6 m) ms all de la pared
exterior de las cmaras (vers. 9, 11), formando una especie de acera por fuera
de las cmaras (p. 745, e).
Codos largos.
9.
Este muro tena un codo menos de espesor que los muros principales del templo
mismo, los cuales deban soportar el peso del techo.
Que quedaba.
10.
Es decir, entre las cmaras que se describen en el cap. 42: 1-14. Haba un
espacio abierto (p. 745, S) de 20 codos (unos 10 m) que se extenda ms all de
la plataforma por los tres lados donde se encontraban las cmaras.
11.
Es decir, la plataforma.
12.
El edificio.
No se dice para qu era este edificio (p. 745, O). Quiz corresponda con las
"cmaras de los utensilios" del templo anterior (1 Crn. 26: 18).
Espacio abierto.
Heb. gizrah, del verbo gazar, "cortar", "separar", por lo tanto, un espacio
delimitado. Esta espacio se encontraba (p. 745, S) en el extremo oeste del
templo, entre el templo y el edificio (p. 745, O), y quiz designaba tambin el
espacio que quedaba al norte y al sur del templo (ver com. vers. 10).
13.
La casa.
El edificio.
14.
El ancho.
Esta medida, unos 50 m, corresponde con el ancho total del templo y el espacio
abierto a cada lado (p. 745, S, S).
15.
Estas son las medidas exteriores del edificio O, incluyendo sus muros de 5
codos de espesor.
Las cmaras.
El templo de dentro.
16.
Cubierto de madera.
18.
Querubines y palmeras.
Comprese esto con los artsticos tallados del templo de Salomn (1 Rey. 6:
29).
20.
Encima de la puerta.
Sin duda, el revestimiento de madera cubra toda la pared interior (cf. 1 Rey.
6: 18).
21.
Poste.
22.
Altar de madera.
23.
Dos puertas.
24.
Las puertas eran similares a las del templo de Salomn (1 Rey. 6: 31-35).
25.
Portal de madera.
Heb. 'ab, palabra que slo aparece aqu y en 1 Rey. 7: 6, y cuyo significado
se desconoce. Sin duda es algn trmino arquitectnico.
26.
Ventanas estrechas.
2 Por delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y el ancho
de cincuenta codos.
3 Frente a los veinte codos que haba en el atrio interior, y enfrente del
enlosado que Haba en el atrio exterior, estaban las cmaras, las unas enfrente
de las otras en tres pisos.
6 Porque estaban en tres pisos, y no tenan columnas como las columnas de los
atrios; por tanto, eran ms estrechas que las de abajo y las de en medio, desde
el suelo.
7 Y el muro que estaba afuera enfrente de las cmaras, hacia el atrio exterior
delante de las cmaras, tena cincuenta codos de largo.
8 Porque la longitud de las cmaras del atrio de afuera era de cincuenta codos;
y delante de la fachada del templo haba cien codos.
10 A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del espacio
abierto, y delante del edificio, haba cmaras.
11 Y el corredor que haba delante de ellas era semejante al de las cmaras que
estaban hacia el norte; tanto su longitud como su ancho eran lo mismo, y todas
sus salidas, conforme a sus puertas y conforme a sus entradas.
12 As tambin eran las puertas de las cmaras que estaban hacia el sur; haba
una puerta al comienzo del corredor que haba enfrente del muro al lado
oriental, para quien entraba en las cmaras.
13 Y me dijo: Las cmaras del norte y las del sur, que estn delante del
espacio abierto, son cmaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan
a Jehov comern 752 las santas ofrendas; all pondrn las ofrendas santas, la
ofrenda y la expiacin y el sacrificio por el pecado, porque el lugar es santo.
14 Cuando los sacerdotes entren, no saldrn del lugar santo al atrio exterior,
sino que all dejarn sus vestiduras con que ministran, porque son santas; y se
vestirn otros vestidos, y as se acercarn a lo que es del pueblo.
15 Y luego que acab las medidas de la casa de adentro, me sac por el camino
de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midi todo alrededor.
1.
Atrio exterior.
En los vers. 1-14 se describen las cmaras de los sacerdotes (p. 745, T, T), al
norte y al sur del templo. El hebreo de esta seccin es difcil de comprender,
por lo cual es imposible captar un cuadro claro de los detalles
arquitectnicos. Por eso no se ha intentado mostrar la forma exacta del
edificio en el diagrama (ver en la p. 745, la explicacin del diagrama).
2.
Cien codos.
Unos 50 m. Segn la LXX, sta es la medida del largo del edificio. El largo es
el mismo que el del edificio del templo (cap. 41: 13). Evidentemente estas
cmaras quedaban al norte y al sur del templo, con un espacio abierto de por
medio (p. 745, S).
3.
Veinte codos.
Unos 10 m. Este es el ancho del "espacio abierto" (p. 745, S) que rodeaba al
templo por el norte, por el oeste y por el sur (ver com. cap. 41: 12).
Enlosado.
Cmaras.
El significado de la palabra hebrea as traducida es incierto.
Tres pisos.
4.
La LXX dice: "Y en frente de las cmaras un corredor de diez codos de ancho, de
cien codos [unos 50 m] su longitud". Las versiones siracas son similares.
5.
Ms estrechas.
La razn de esto era que las cmaras ocupaban una parte del espacio.
6.
7.
El muro.
No queda claro cul era la posicin exacta de este muro. Algunos piensan que
se alude aqu a un muro exterior de una hilera ms corta de cmaras (vers. 8).
8.
Algunos consideran que aqu se dan las medidas de una hilera ms corta de
cmaras (unos 25 m), paralela a la hilera ms larga, pero separada de ella por
el corredor del vers. 4. Esto no aparece en el diagrama (p. 745) porque la
descripcin no es suficientemente completa como para aclarar los detalles del
plano.
10.
Hacia el oriente.
" LXX dice: "hacia el sur". Cf. vers. 12-13. Los vers. 10-12 parecen
describir otra serie de cmaras construidas hacia el sur del templo, idntica a
la del norte.
13.
Comern.
14.
15.
La casa de adentro.
Esta frase se refiere a la zona del templo, quiz todo lo que hasta este
momento se ha medido. Ezequiel vuelve ahora a la puerta exterior del lado
este, desde donde haba comenzado a recorrer la zona del templo (cap. 40: 6).
16.
Quinientas caas.
20.
Muro.
CAPTULO 43
2 y he aqu la gloria del Dios de Israel, que vena del oriente; y su sonido
era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandeca a causa de su
gloria.
3 Y el aspecto de lo que vi era como una visin, como aquella visin que vi
cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visin que vi
junto al ro Quebar; y me postr sobre mi rostro.
13 Estas son las medidas del altar por codos (el codo de a codo y palmo menor).
La base, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su borde
alrededor, de un palmo. Este ser el zcalo del altar.
15 El altar era de cuatro codos, y encima del altar haba cuatro cuernos.
16 Y el altar tena doce codos de largo, y doce de ancho, cuadrado a sus cuatro
lados.
19 A los sacerdotes levitas que son del linaje de Sadoc, que se acerquen a m,
dice Jehov el Seor, para ministrar ante m, dars un becerro de la vacada
para expiacin.
24 y los ofrecers delante de Jehov, y los sacerdotes echarn sal sobre ellos,
y los 754 ofrecern en holocausto a Jehov.
1.
A la puerta.
2.
El profeta haba visto salir esta gloria por la puerta oriental del templo
anterior (cap. 10: 18-19; 11: 1, 23).
3.
Cf. cap. 1: 4-28; 3: 12, 23; 10: 15, 22. Las diversas revelaciones de la
gloria de Dios que el profeta ha percibido han sido muy similares.
5.
Llen la casa.
Comprese esto con lo que ocurri en los santuarios anteriores (Exo. 40: 34-35;
1 Rey 8: 10-11).
6.
O uno.
Sin duda la voz que oy Ezequiel era la voz de Dios. La voz provena de
adentro de la casa, mientras que el "varn" permaneca con el profeta en el
atrio interior.
7.
El lugar de mi trono.
Sus fornicaciones.
El templo anterior haba sido profanado por la adoracin de dolos dentro del
recinto sagrado (2 Rey. 16: 11-16; 21: 4-7). Algunos piensan que aqu se habla
literalmente de fornicacin sexual (2 Rey. 23: 7; cf. 1 Rey. 14: 24; 15: 12).
8.
9.
Este era el prerrequisito indispensable para que Jehov morara entre su pueblo.
10.
Cuando Israel viera la revelacin del amor de Dios en los gloriosos planos del
nuevo templo y en los planes divinos para su restablecimiento como nacin, se
avergonzara de "sus pecados" y se apartara de ellos. Dios deseaba que
consideraran con atencin su plan, a fin de que ste se convirtiera en un
incentivo para que abandonaran sus caminos pecaminosos y aceptaran las nuevas
disposiciones.
11.
Si se avergonzare.
12.
Esta es la ley.
13.
El altar (p. 745, Q) estaba delante del templo en el centro del atrio interior.
El altar tena gradas (Eze. 43: 17), a diferencia del anterior (Exo. 20: 26).
Por ellas se suba en el lado oriental, quiz para que el sacerdote que
sacrificaba diera la espalda al sol naciente, a fin de que no se insinuara el
culto al sol. En cuanto a la forma en que Dios aborreca el culto al sol, ver
com. Eze. 8: 16.
18.
19.
Linaje de Sadoc.
2 PE 34, 285
CAPTULO 44
1 La puerta del este asignada slo al prncipe. 4 Reproche a los sacerdotes por
la contaminacin del santuario. 9 Los idlatras, incapacitados para el
sacerdocio. 15 Los hijos de Sadoc son aceptados. 17 Ordenanzas para los
sacerdotes.
1 ME HIZO volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el
oriente; y estaba cerrada.
2 Y me dijo Jehov: Esta puerta estar cerrada; no se abrir, ni entrar por
ella hombre, porque Jehov Dios de Israel entr por ella; estar, por tanto,
cerrada.
3 En cuanto al prncipe, por ser el prncipe, l se sentar all para comer pan
delante de Jehov; por el vestbulo de la puerta entrar, y por ese mismo
camino saldr.
5 Y me dijo Jehov: Hijo de hombre, pon atencin, y mira con tus ojos, y oye
con tus odos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la
casa de Jehov, y todas sus leyes; y pon atencin a las entradas de la casa, y
a todas las salidas del santuario.
8 Pues no habis guardado lo establecido acerca de mis cosas santas, sino que
habis puesto extranjeros como guardas de las ordenanzas de mi santuario.
12 Por cuanto les sirvieron delante de sus dolos, y fueron a la casa de Israel
por tropezadero de maldad; por tanto, he alzado mi mano y jurado, dice Jehov
el Seor, que ellos llevarn su iniquidad.
15 Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del
santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de m, ellos se acercarn
para ministrar ante m, y delante de m estarn para ofrecerme la grosura y la
sangre, dice Jehov el Seor.
17 Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirn vestiduras
de lino; no llevarn sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas
del atrio interior y dentro de la casa.
22 Ni viuda ni repudiada tomar por mujer, sino que tomar virgen del linaje de
la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote.
24 En los casos de pleito ellos estarn para juzgar; conforme a mis juicios
juzgarn; y mis leyes y mis decretos guardarn en todas mis fiestas solemnes, y
santificarn mis das de reposo.*
28 Y habr para ellos heredad; yo ser su heredad, pero no les daris posesin
en Israel; yo soy su posesin.
30 Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo
lo que se presente de todas vuestras ofrendas, ser de los sacerdotes; asimismo
daris al sacerdote las primicias de todas vuestras masas, para que repose la
bendicin en vuestras casas.
31 Ninguna cosa mortecina ni desgarrada, as de aves como de animales, comern
los sacerdotes.
1.
Me hizo volver.
2.
Cf. cap. 43: 4. Puesto que haba sido santificada por la presencia divina,
esta puerta no sera usada como una entrada comn del pueblo.
3.
El prncipe.
Es decir, el gobernante civil del futuro reino. Los rabinos referan este
pasaje al Mesas. Pero Jesucristo no podra ser el prncipe aqu mencionado.
El prncipe habra de ofrecer una ofrenda por su pecado (cap. 45: 22), tendra
hijos (cap. 46: 16), y adorara a Dios ofreciendo sacrificios (cap. 46: 2).
Sin duda se refiere aqu a los alimentos que se relacionaban con los
sacrificios y que se coman con ciertas ofrendas (Exo. 18: 12; Lev. 7: 15;
Deut. 12: 7, 18).
4.
Puesto que se dice que es la puerta que est "por delante de la 757 casa", debe
ser la puerta interior del norte (p. 745,I).
Gloria de Jehov.
7.
Extranjeros.
8.
En vez de haberse ocupado del templo como se les haba ordenado, los levitas
haban empleado a extranjeros como siervos y les haban permitido que entraran
en el atrio del templo, sin tomar en cuenta si eran verdaderos adoradores de
Dios o no (Jos. 9: 27; Esd. 8: 20; cf. Nm. 16: 40; Zac. 14: 21).
9.
Se tomaba esta precaucin para impedir que el futuro templo fuera profanado.
10.
Levitas.
En los vers. 10-14 se describen los deberes de los levitas en el nuevo sistema.
Por causa de la apostasa y de la idolatra, los levitas habran de perder el
excelso privilegio de ministrar en el altar.
15.
Hijos de Sadoc.
Con referencia al marco histrico del sacerdocio sadoquita, ver com. 2 Sam. 8:
17; cf. Eze. 40: 46.
17.
Vestiduras de lino.
19.
20.
No se raparn.
Comprese con Lev. 21: 1-5; Deut. 14: 1. Los paganos egipcios tenan por
costumbre raparse la cabeza. Quiz fue sta una de las razones por las cuales
se prohibi a los sacerdotes del Seor que lo hicieran. Tampoco deban dejarse
crecer el cabello como lo hacan los brbaros, sino que deban cortrselo y
mantenerlo en orden. Slo mientras cumplan el voto del nazareato se les haba
permitido que se lo dejaran largo (Nm. 6: 5; cf. Lev. 10: 6; 21: 10).
21.
Vino.
22.
Viuda.
23.
Ensearn.
Los sacerdotes haban de ser los maestros del pueblo a fin de que el pueblo
pudiera conocer la verdad y ser guardado de la apostasa. La instruccin es
esencial para el desarrollo espiritual. No puede haber verdadero crecimiento a
menos que haya continuo progreso en el conocimiento. Israel ya haba sido
destruido porque "le falt conocimiento" (Ose. 4: 6). Esto no haba de
repetirse en el sistema restablecido. Del mismo modo, cada cristiano recibe hoy
esta instruccin por medio del estudio de la Palabra y por medio de los
instructores de la Palabra. Cada da debera aumentar su conocimiento
espiritual y debera proceder de acuerdo con la nueva luz. Un cambio de corazn
siempre va acompaado por una clara conviccin del deber cristiano.
24.
Esta haba sido su funcin durante el sistema anterior (Deut. 33: 10).
25.
Su heredad.
31.
Mortecina.
10 Ev 373
CAPTULO 45
5 Asimismo veinticinco mil caas de longitud y diez mil de ancho, lo cual ser
para los levitas ministros de la casa, como posesin para s, con veinte
cmaras.
11 El efa y el bato sern de una misma medida: que el bato tenga la dcima
parte del homer, y la dcima parte del homer el efa; la medida de ellos ser
segn el homer.
13 Esta ser la ofrenda que ofreceris: la sexta parte de un efa por cada homer
del trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer de la cebada.
20 As hars el sptimo da del mes para los que pecaron por error y por
engao, y hars expiacin por la casa.
21 El mes primero, a los catorce das del mes, tendris la pascua, fiesta de
siete das; se comer pan sin levadura.
24 Y con cada becerro ofrecer ofrenda de un efa, y con cada carnero un efa; y
por cada efa un hin de aceite.
25 En el mes sptimo, a los quince das del mes, en la fiesta, har como en
estos siete das en cuanto a la expiacin, en cuanto al holocausto, en cuanto
al presente y en cuanto al aceite.
1.
Una porcin.
Heb. terumh, "lo que se eleva", aqu con el sentido de "una ofrenda', "una
contribucin". Una pequea parte de "lo consagrado de sta tierra" haba de ser
ocupada por el santuario. El resto haba de ser para los sacerdotes y levitas.
Se describe con mayor detalle la terumah en cap. 48: 8-22.
Caas.
Diez mil.
2.
Cincuenta codos en derredor.
El templo estaba ubicado en un atrio de 500 codos de lado (ver com. cap. 40:
5). Aqu se dice que debera dejarse una faja adicional de tierra de 50 codos
de ancho (unos 25 m) en torno al muro exterior del templo a fin de impedir su
profanacin.
Ejidos.
3.
De esta medida.
4.
En este versculo se
5.
Los levitas.
As dice el hebreo. La LXX dice: "ciudades para vivir" (tambin la BJ, lo cual
se entiende mejor.
6.
Esta parte, del mismo largo pero slo con la mitad del ancho, haba de
proporcionar alimento para los que "sirven a la ciudad" (cap. 48: 18).
7.
La parte del prncipe inclua todas las tierras que estuvieran hacia el este y
hacia el oeste de la porcin consagrada, quiz hasta el Mediterrneo por el
oeste y el Jordn y el mar Muerto por el este.
9.
Dejad la violencia.
Los vers. 9-10 constituyen una exhortacin a los prncipes para que sean justos
en su trato con el pueblo.
11.
Comparar con Lev. 19: 35-36; Deut. 25: 13-15; Prov. 16: 11; Ose. 12: 7; Ams 8
:5; Miq. 6: 10. El efa se empleaba para medir granos, el bato para los
lquidos. Aqu se dice que los dos tenan la misma medida y que equivalan a la
dcima parte de un homer. Segn las equivalencias modernas el efa o el bato
corresponderan con unos 22 lt (ver t. I, p. 176).
12.
Siclo.
Mina.
Heb. maneh, que corresponda con 50 ciclos (ver el t. I, PP. 173-174, 176).
Esta misma palabra aparece tambin en 1 Rey. 10: 17; Esd. 2: 69; Neh. 7: 71-72,
donde se traduce como "libra". El sentido del hebreo de este pasaje es oscuro.
13.
La ofrenda.
17.
Dispondr.
18.
El mes primero.
LA "PORCIN" U OFRENDA
19.
Tomar de la sangre.
20.
Por engao.
21.
La pascua.
25.
En el mes sptimo.
Se alude aqu a la fiesta de los tabernculos (Exo. 23: 16; 34: 22; Lev. 23:
34; Deut. 16: 13, 16). Algunos afirman que la razn por la cual no se le da el
nombre acostumbrado es porque se habra de dejar la costumbre de vivir en
enramadas o cabaas. Los sacrificios son bastante menores que los que exiga la
ley mosaica (Nm. 29: 12-38).
CAPTULO 46
5 y por ofrenda un efa con cada carnero; y con cada cordero una ofrenda
conforme a sus posibilidades, y un hin de aceite con el efa.
7 Y har ofrenda de un efa con el becerro, y un efa con cada carnero; pero con
los corderos, conforme a sus posibilidades; y un hin de aceite por cada efa.
11 Y en las fiestas y en las asambleas solemnes ser la ofrenda un efa con cada
becerro, y un efa con cada carnero; y con los corderos, conforme a sus
posibilidades; y un hin de aceite con cada efa.
19 Me trajo despus por la entrada que es. taba hacia la puerta, a las cmaras
santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que haba all un
lugar en el fondo del lado de occidente.
21 Y luego me sac al atrio exterior, y me llev por los cuatro rincones del
atrio; y en cada rincn haba un patio.
22 En los cuatro rincones del atrio haba patios cercados, de cuarenta codos de
longitud y treinta de ancho; una misma medida tenan los cuatro.
24 Y me dijo: Estas son las cocinas, donde los servidores de la casa cocern la
ofrenda del pueblo.
1.
Se atribua una santidad especial a la puerta del atrio interior (p. 745, H).
Comparar con las reglas de la puerta oriental exterior (cap. 44: 1-3).
2.
Umbral de la puerta.
Este era quiz el umbral de la parte interior u occidental del prtico. Desde
este punto, el prncipe podra mirar a los sacerdotes que preparaban el
sacrificio, 762 pero no se le permitira entrar en el atrio interior ni ayudar
a ofrecer los sacrificios.
3.
A la entrada.
La gente que pudiera presentarse a adorar los das sbados o de luna nueva lo
hara en el atrio exterior, junto a la puerta interior. No podra entrar en el
prtico como poda hacerlo el prncipe, sino que deba quedar a la entrada.
4.
En el da de reposo.
La ofrenda sabtica que se le ordenaba dar al prncipe era mucho ms grande que
la que exiga la ley mosaica que slo requera dos corderos de un ao (Nm. 28:
9).
5.
Ofrenda.
6.
Luna nueva.
Comprese con Nm. 28: 11-15. Hay una disminucin en el nmero de animales que
se deba sacrifican
7.
Ofrenda.
Ver com. Eze. 46: 5. Comprese con Nm. 28: 11-15. Ha aumentado
considerablemente lo requerido.
9.
Fiestas.
10.
En medio de ellos.
Esto parecera indicar que en las fiestas anuales el prncipe deba mezclarse
con el pueblo, adorando junto con la gente.
11.
Las proporciones son las mismas que se dan en los vers. 5, 7; cap. 45: 24.
12.
13.
Cada maana.
16.
En los vers. 16-18 se dan los reglamentos concernientes a las tierras del
prncipe. Se le haban asignado dos porciones, una a cada lado de la porcin
de Jehov (cap. 45: 7-8).
17.
Ao del jubileo.
19.
21.
Haba un patio.
Ver la p. 745, V, V, V, V.
22.
Patios cercados.
24.
Cocern.
CAPTULO 47
2 Y me sac por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por
el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y
vi que las aguas salan del lado derecho.
4 Midi otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midi
luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. 763
5 Midi otros mil, y era ya un ro que yo no poda pasar, porque las aguas
haban crecido de manera que el ro no se poda pasar sino a nado.
9 Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ros,
vivir; y habr muchsimos peces por haber entrado all estas aguas, y
recibirn sanidad; y vivir todo lo que entrare en este ro.
14 Y la heredaris as los unos como los otros; por ella alc mi mano jurando
que la haba de dar a vuestros padres; por tanto, esta ser la tierra de
vuestra heredad.
15 Y este ser el lmite de la tierra hacia el lado del norte; desde el Mar
Grande, camino de Hetln viniendo a Zedad,
19 Del lado meridional, hacia el sur, desde Tamar las aguas de las rencillas;
desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande; y esto ser el lado meridional al
sur.
20 Del lado del occidente el Mar Grande ser el lmite hasta enfrente de la
entrada de Hamat; este ser el lado occidental.
21 Repartiris, pues, esta tierra entre vosotros segn las tribus de Israel.
22 Y echaris sobre ella suertes por heredad para vosotros, y para los
extranjeros que moran entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos;
y los tendris como naturales entre los hijos de Israel; echarn suertes con
vosotros para tener heredad entre las tribus de Israel.
1.
La entrada de la casa.
2.
Quiz porque la puerta interior del lado oriental estaba reservada para el
prncipe (cap. 46: 1-8) y la puerta exterior del lado oriental estaba cerrada
(cap. 44: 1-2).
3.
Las medidas que se dan en los vers. 3-6 muestran grficamente el enorme aumento
de las aguas. A una distancia de aproximadamente 2.000 m el manantial se haba
convertido en un caudaloso ro que no se poda vadear (vers. 5).
7.
Muchsimos rboles.
8.
Arab.
El mar.
La descripcin que se presenta aqu confirma que esto inclua el mar Muerto.
9.
Vivir.
10.
En-gadi.
En-eglaim.
11.
Salinas.
12.
13.
Se esperaba que algunos representantes de cada una de las doce tribus volveran
del cautiverio. Las promesas no se limitaban a Jud y a Benjamn, sino que
eran para todo Israel.
Dos partes.
Comprese con Gn. 48: 22; Jos. 17: 14, 17. La porcin de Lev corresponda
con la "porcin de Jehov" (Eze. 45: 5-6), pero con las dos porciones de Jos
-Efran y Manass- se completaban las doce porciones.
14.
Alc mi mano.
15.
El lmite de la tierra.
Hay muchos parecidos entre las fronteras que se dan aqu y las que aparecen en
Nm. 34: 1-15. Sin embargo, en ese pasaje se dan primero las fronteras del
sur, sin duda porque los israelitas venan desde Egipto. Aqu se dan primero
las fronteras del norte, quiz porque los israelitas volveran a Palestina
desde el norte.
Hetln.
Zedad.
Se ha identificado este lugar con lo que hoy se llama Tsadad, a unos 90 km. al
sur de Hamat.
16.
Hamat.
Quiz Berota corresponda con Berotai (2 Sam. 8: 8), que ahora se identifica
con Bereitan, a pocos kilmetros al sur de 765 Baalbek, en el valle que separa
el Lbano del Antilbano.
Sibraim.
Hazar-haticn.
Literalmente, la "aldea del medio". Todo lo que se sabe de este lugar aparece
en este pasaje: quedaba en la frontera del distrito de Haurn.
Haurn.
Este nombre designa al territorio que queda al sur de Damasco, hacia Galaad.
17.
Hazar-enn.
18.
19.
Tamar.
Cades.
El arroyo.
Al comparar este pasaje con Nm. 34: 5; Jos. 15: 4, 47, se ve que este arroyo"
corresponde con el "arroyo de Egipto, identificado con el torrente de invierno,
Wadi el Arish, que desemboca en el Mediterrneo, a unos 80 km. al suroeste de
Gaza.
20.
22.
Suertes.
El hebreo habla de repartir la tierra (ver com. cap. 45: l); no habla de echar
suertes.
Aqu se les proporciona a los extranjeros mayores libertades que bajo la ley
mosaica. Segn la antigua ley, los extranjeros deban ser tratados
bondadosamente (Exo. 22: 21; Lev. 19: 34; Deut. 1: 16; 24: 14), se les deba
permitir que ofrecieran sacrificios (Lev. 17: 8), que participaran de la pascua
-siempre que fueran circuncidados (Exo. 12: 48)-, pero es difcil que hayan
tenido derechos limitados de poseer propiedades. A partir de este momento,
quienes se establecieran en forma permanente, haban de recibir una herencia en
la tribu con la cual vivieran. Era el propsito de Dios que los extranjeros se
sintieran atrados hacia Israel, que se establecieran entre los israelitas, y
aceptaran la religin del verdadero Dios (ver PP. 30-3 l).
1-23 7T 172
1 7T 171
8 7T 172
CAPTULO 48
1 ESTOS son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte por la va de
Hetln viniendo a Hamat, Hazar-enn, en los confines de Damasco, al norte,
hacia Hamat, tendr Dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental.
2 Junto a la frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
tendr Aser una parte.
3 Junto al lmite de Aser, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Neftal, otra.
4 Junto al lmite de Neftal, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Manass, otra.
5 Junto al lmite de Manass, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Efran, otra.
6 Junto al lmite de Efran, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Rubn, otra.
7 Junto al lmite de Rubn, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Jud, otra. 766
8 junto al lmite de Jud, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
estar la porcin que reservaris de veinticinco mil caas de anchura, y de
longitud como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del
oriente hasta el lado del mar; y el santuario estar en medio de ella.
15 Y las cinco mil caas de anchura que quedan de las veinticinco mil, sern
profanas, para la ciudad, para habitacin y para ejido; y la ciudad estar en
medio.
16 Estas sern sus medidas: al lado del norte cuatro mil quinientas caas, al
lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro mil quinientas,
y al lado del occidente cuatro mil quinientas.
21 Y del prncipe ser lo que quedare a uno y otro lado de la porcin santa y
de la posesin de la ciudad, esto es, delante de las veinticinco mil caas de
la porcin hasta el lmite oriental, y al occidente delante de las veinticinco
mil hasta el lmite occidental, delante de las partes dichas ser del prncipe;
porcin santa ser, y el santuario de la casa estar en medio de ella.
23 En cuanto a las dems tribus, desde el lado del oriente hasta el lado del
mar, tendr Benjamn una porcin.
24 junto al lmite de Benjamn, desde el lado del oriente hasta el lado del
mar, Simen, otra.
25 junto al lmite de Simen, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Isacar, otra.
26 junto al lmite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Zabuln, otra.
27 junto al lmite de Zabuln, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
Gad, otra.
30 Y estas son las salidas de la ciudad: al lado del norte, cuatro mil
quinientas caas por medida.
31 Y las puertas de la ciudad sern segn los nombres de las tribus de Israel:
tres puertas al norte: la puerta de Rubn, una; la puerta de Jud, otra; la
puerta de Lev, otra.
33 Al lado del sur, cuatro mil quinientas caas por medida, y tres puertas: la
puerta de Simen, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabuln, otra.
1.
8.
15.
Para la ciudad.
Las parcelas de los sacerdotes y de los levitas medan 10.000 codos cada una,
de norte a sur, dejando 5.000 codos de toda la "porcin" al sur de la posesin
de los sacerdotes, "para la ciudad".
16.
Sus medidas.
18.
Lo que quedare.
Las dos secciones medan 10.000 codos por 5.000 codos cada una.
19.
21.
Del prncipe.
23.
28.
El lmite.
30.
35.
La futura ciudad, la nueva Jerusaln que Juan vio descender de Dios del cielo
(Apoc. 21) revela un notable parecido con la ciudad de la visin de Ezequiel.
Ezequiel describe la ciudad que podra haber sido. Juan describe la que ser.
La figura de la nacin de Israel como pueblo de Dios, dividida en doce tribus,
se encuentra a travs de todo el relato bblico. Las puertas de la nueva
Jerusaln, cuyos habitantes son redimidos de toda nacin, tribu, lengua y
pueblo, llevan inscritos los nombres de las doce tribus. Segn la figura
bblica, los redimidos, no importa de qu raza sean, figuran como si se les
asignara un lugar entre las doce tribus (Rom. 9-11; Gl. 3: 29).
Jehov-sama.
Heb. Yahweh-shammah, "Yahveh est all" (BJ). Con estas palabras, tan
apropiadas para designar a la nueva ciudad, el profeta Ezequiel concluye sus
mensajes profticos. Le haba tocado anunciar el retiro de la presencia divina
por causa de la corrupcin moral de su pueblo. Tambin tuvo el privilegio de
anunciar el remedio para el pecado, y declarar con vvidas figuras la gloriosa
768 perspectiva del futuro que podra haber sido una realidad si Israel hubiera
aceptado el remedio divino que tan misericordiosamente le fue ofrecido (ver las
PP. 28-34).
No hay modo de saber si Ezequiel vivi hasta ver regresar a su tierra a algunos
de sus compatriotas bajo el benfico decreto del rey de Persia. Si hubiera
podido saber que sus escritos iban a ser conservados en el sagrado canon,
podra haberse consolado con la perspectiva de que alguna generacin futura
aceptara el mensaje que sus compaeros en el cautiverio haban despreciado.
EL MINISTERIO DE DANIEL
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