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El Anticristo

1) El documento analiza las referencias bíblicas al Anticristo en 1 y 2 Juan, encontrando que se refieren a herejes que niegan la humanidad de Jesús, no a una figura apocalíptica futura. 2) También había surgido ya "muchos anticristos" en el siglo I, referidos a herejes dentro de las iglesias. 3) No está claro que el Anticristo bíblico sea idéntico a la Bestia en Apocalipsis o al Hombre de Pecado en 2 Tesalonicenses, como afirma la tradición

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Deybis Anaya
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El Anticristo

1) El documento analiza las referencias bíblicas al Anticristo en 1 y 2 Juan, encontrando que se refieren a herejes que niegan la humanidad de Jesús, no a una figura apocalíptica futura. 2) También había surgido ya "muchos anticristos" en el siglo I, referidos a herejes dentro de las iglesias. 3) No está claro que el Anticristo bíblico sea idéntico a la Bestia en Apocalipsis o al Hombre de Pecado en 2 Tesalonicenses, como afirma la tradición

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El Anticristo: Qu dice la Biblia?

Exgesis y tradicin en la profeca predictiva[1] (1 Juan 2:18,22; 4:3; 2 Juan 7) Juan Stam En la tradicin proftica del protestantismo, ocupa un lugar central la figura del Anticristo.[2] A decir verdad, a veces se le da ms atencin que al mismo Cristo, de quien es rival y remedo. En la tradicin es una figura bien definida, con slo variantes menores. Es un ser humano posedo por Satans, de quien es agente incondicional. Har milagros y engaar a todo el mundo. Acaparar todo el poder para establecer un gobierno mundial totalitario. Perseguir a Israel y/o la Iglesia durante "la Gran Tribulacin", que durar siete aos (o tres y medio).[3] Su aparicin en el escenario histrico ser la ltima y final expresin de toda la maldad. Al fin de la Gran Tribulacin vendr Cristo para derrotar a este Anticristo en el Armagedn, juzgarlo y establecer para siempre el reino de Dios. Nuestra pregunta ahora es: Cun bblica es esta conceptualizacin del Anticristo? Vamos a comenzar con los nicos textos que nombran al Anticristo, que son primera y segunda de Juan:[4] El anticristo de las epstolas juaninas. Nos ayudar tener a la mano los textos correspondientes, de la versin NVI con base en el texto original: 1Jn 2:18s Queridos hijos, sta es la hora final, y as como ustedes oyeron que anticristo vendra [griego, sin artculo], muchos son los anticristos que han surgido ya. Por eso nos damos cuenta de que sta es la hora final. Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros... 1Jn 2:22 Quin es el mentiroso sino el que niega que Jess es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 1Jn 4:2-3 En esto pueden discernir quien tiene el Espritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano [en sark, en carne], es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jess, no es de Dios sino del anticristo. 2Jn 7 Es que han salido por el mundo muchos engaadores, que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que as acta es el engaador [ho planos] y el anticristo [ho antijristos].

Estos pasajes no slo son los nicos del Nuevo Testamento que mencionan explcitamente al anticristo, sino es ms: son las primeras referencias al trmino en toda la literatura antigua conocida. Algunos expertos sugieren que Juan mismo acu el trmino en su enseanza oral a la

comunidad. Entonces estos textos deben ser el punto de referencia decisiva sobre el tema del anticristo. Dada toda esa importancia de estos textos, su contenido es muy sorprendente. (1) Por ah del ao 95 d.C., el autor repite dos veces que ya era "la ltima hora", y (2) el anticristo de estos textos no se parece para nada a la figura del Anticristo de la tradicin que hemos conocido. Adems (3), el texto afirma que para esas fechas, a finales del primer siglo, haban surgido ya muchos anticristos. Comentemos un poco estas tres sorpresas. (1) Que la ltima hora de la historia ya haba comenzado hace diecinueve siglos nos puede extraar mucho, pero es una enseanza central del Nuevo Testamento. Segn Hebreos 1:2, "en estos das finales [Dios] nos ha hablado por medio de su Hijo". "Cristo, a quien Dios escogi antes de la creacin del mundo, se ha manifestado en estos ltimos tiempos" en la cruz (1P 1:1920). "A nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos" (1Cor 10:11). No se puede presuponer que estos trminos signifiquen siempre algo todava futuro para nosotros; eso tiene que determinarse exegticamente en cada caso. (Ver el artculo "'Los ltimos tiempos' y la tradicin escatolgica" en este blog). (2) Este anticristo ni establece un reino mundial ni persigue a nadie. Al contrario, es claro de estos pasajes que "el anticristo" (con artculo) es cualquiera que niegue que Jess es el Mesas (2:22) y sobre todo que Jesucristo ha venido en cuerpo humano (4:2-3; 2Jn 7). Estos no slo son inspirados por el espritu del anticristo (4:2-3); ellos mismos son el anticristo (2:22; 2Jn 7). Es posible, como afirman algunos, que 2:22 incluya una negacin de la deidad de Cristo, aunque el ttulo "Cristo" ("Ungido") expresa ms bien su identidad mesinica. Entre los cuatro pasajes, lo ms claro y enftico es que el autor identifica al anticristo con la negacin de la plena humanidad de Jess. Esa hereja, incipiente en tiempos de Juan, se conoce como "docetismo", del verbo griego doke, "parecer" (a menudo asociado con el gnosticismo).[5]Afirmaba que Cristo slo pareca ser humano; slo finga tener hambre, estar cansado o hacer preguntas; su vida era un simulacro de humanidad. stos herejes, a los que alude 1 Juan, no negaban que Jess era Dios (en eso eran ortodoxos!) sino que era realmente humano, como si eso fuera indigno del Hijo de Dios. Dada la gravedad de ese error, que Juan identifica como anticristo, nos incumbe preguntar si nosotros realmente creemos en la plena humanidad de Jess, "el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido", un Cristo plenamente divino y plenamente humano. Esto nos debe llamar a mucha reflexin. Durante los siglos, y tambin hoy, muchos cristianos "ortodoxos" han estado negando de hecho la realidad de la humanidad de Jess, aun cuando profesan en teora creer en ella. Existen "docetas evanglicos" hoy? El texto no aclara cmo, cundo o de quin los lectores haban odo que "anticristo viene" (sin artculo) ni cmo lo entendan. Aunque el trmino "anticristo" en este versculo es una novedad, desde la antigedad existan muchas tradiciones quiz relacionadas, que podramos llamar del "Antagonista demonaco" o del "Antagonista escatolgico". Con posibles races en Babilonia (Tiamat) o Ras Shamra (Mot), esta figura aparece bajo infinidad de nombres: Leviatn, Behemot, Rahab, Gog, Belial, la serpiente tortuosa (Isa 27:1), las cuatro bestias y el cuernito de Daniel 7, etc. A veces ciertos personajes histricos parecen encarnar estos demonios: Senaquerib,

Nabucodonosor, Antoco Epfanes ("el desolador", Mr 13:14), Calgula, Nern o Domiciano. Por supuesto, ninguno de ellos negaba la humanidad de Cristo. Indudablemente, tanto Juan como sus lectores/as conocan estas antiguas tradiciones, aunque no parecen figurar muy significativamente en estas epstolas. Podra ser que Juan acua el trmino independientemente, para significar anti-Mesas y anti-encarnacin. Si el trmino "anticristo" en la frase "ustedes oyeron que anticristo viene" tiene el mismo sentido que en todos estos textos de 1 y 2 Juan, entonces significa que vendran personas que negaran la humanidad de Jess (antiencarnacin). En cambio, si esa frase alude al conocimiento previo que tenan ellos de la tradicin del Antagonista escatolgico, entonces la relacin parecera ser de contradiccin o correccin: el anticristo ha venido y vendr, pero no como ustedes lo imaginaban.[6]Dejen, les dice Juan entonces, de especulaciones apocalpticos y fjense en los peligros que los rodean ahora. (3) A la luz de ese sentido de "anticristo", es fcil entender en qu sentido haban surgido ya muchos "anticristos". El "anticristo personal", en este caso, no es un monstruo apocalptico sino un falso maestro o falso profeta (2:22; 2Jn 7). En 2:19 tambin Juan identifica a estos "muchos anticristos": con herejes cristolgicos que salieron de la comunidad (anticristos que haban estado en el seno de la congregacin!) por negar la humanidad de Jess y as deshumanizar al Salvador. Esto lo confirma la historia del trmino y del concepto "anticristo". Los primeros escritores cristianos despus del Nuevo Testamento, conocidos como los padres apostlicos y los apologistas, emplean el trmino slo en el mismo sentido juanino de negar la humanidad de Jess (Ign Fil 7:1). Aun los pasajes que describen un Adversario al final de la historia, como Didaj 16:4 y Bernab 4:1-5, no lo llaman "anticristo".[7] Ireneo interpreta el "666" como el imperio romano, pero lo atribuye a la bestia, no al anticristo. La doctrina tradicional aparece por primera vez en Hiplito de Roma, De Cristo y Anticristo (ca. 220 d.C.). Sin embargo, la tradicin sigui siendo muy flexible y el anticristo no era siempre personal, como tampoco lo es en 1 Juan. En el siglo V el anticristo se identific con al arianismo y en la edad media y la Reforma con el papado. Conclusin sobre las epstolas juaninas: Para ser fieles a este texto, sera mejor limitar el trmino "anticristo" a su sentido bblico, de negacin del Cristo humano, y no confundirlo con otros trminos como el Malvado, la Bestia etc. Con eso evitaramos la conflacin simplista de ttulos de significados distintos. As libraramos el trmino "anticristo" de los sobretonos y resonancias terrorficos que ha llegado a connotar y le devolveramos su autntico sentido cristolgico. Nos ayudara tambin a concentrarnos en los "anticristos" presentes, en nuestro tiempo y espacio, y no fijar la vista slo en un "Anticristo" final de quien este pasaje no habla. El "anticristo" en el Apocalipsis, dnde est? Casi todos los comentaristas de 1 Juan o del tema "anticristo", frente a las extraas ambigedades de los textos juaninos, terminan con la misma salida: "El anticristo es idntico con la bestia del Apocalipsis y el Malvado de 2 Tesalonicenses" y nos remiten a esos pasajes. Pero no basta afirmar esa correlacin de textos a priori; esas supuestas correlaciones tienen que examinarse y probarse. Ahora nos toca, entonces, esta pregunta: Son realmente idnticos el anticristo de las epstolas juaninas, la bestia del

Apocalipsis y el Malvado de 2 Tesalonicenses? Se refieren todos realmente a un mismo "Anticristo" personal? A primera vista parecera que no son idnticos, pues el nico anticristo que presenta el Nuevo Testamento no establece un reino mundial ni persigue a la iglesia, y ni la bestia ni el Malvado niegan la humanidad de Jess. Pero veamos estos textos con ms cuidado para aclarar ms este tema. La segunda mitad del libro del Apocalipsis gira alrededor de un largo drama, que podemos llamar "el drama del dragn" (Ap 12-13; 17-20). Este emocionante relato, con impresionantes cualidades teatrales, slo puede entenderse bien mediante un anlisis narrativo, pues ensea verdades por medio de un relato. Por eso, slo despus de analizarlo narrativamente, como historia que es, debemos preguntarnos por posibles referentes externos al relato mismo. Algunos de estos ltimos son obvios y ayudan a entender el relato, pero la identidad de la mayora de los detalles narrativos no es obvia. Una concentracin de atencin en los referentes externos no debe interrumpir el fluir narrativo de esta historia simblica. En el captulo 12 una mujer majestuosa, parturienta, aparece frente a un dragn (la antigua serpiente) que espera con el agua en la boca para devorar al nio apenas nazca. Pero al instante de nacer, el nio (el Mesas) es arrebatado al cielo, al trono a la derecha de Dios. Frustrado, el dragn trata de capturar al nio, pero el arcngel Miguel le sale al encuentro, le administra una tremenda derrota y lo lanza a la tierra. Segundo fracaso! Entonces el dragn intenta vengarse con la mujer, madre del nio, pero a ella le salen unas alas y se va volando, fuera del alcance del dragn. Tercera derrota! Entonces, furioso, el dragn abre su boca y vomita un gran ro de veneno para tratar de ahogar a la mujer, pero la tierra abre la boca suya, traga ese ro de veneno y la mujer queda ilesa. Cuarta derrota! Pobre diablo! El dragn no acepta su derrota y fragua una nueva estrategia, formndose un equipo de trabajo. Del mar evoca una bestia con siete cabezas (13:1-10), que simbolizan a siete montes y siete reyes (17:9-10). A esta bestia el dragn le da su trono y gran autoridad (13:3), por lo que la gente adora a la bestia, y as al dragn que la puso en el trono (13:4). Esta bestia habla blasfemias y hace guerra contra los santos. Despus el dragn saca de la tierra otra bestia, con cara de cordero, que hace milagros y promueve la adoracin de la primera bestia. Cae la cortina y cuando se levanta aparece una ramera que est borracha con la sangre de sus vctimas (17:6) y a su vez ella emborracha al mundo entero con sus lujos y su poder (17:2). Su nombre es Babilonia y simboliza la ciudad que est reinando sobre toda la tierra en ese tiempo (17:18, obviamente Roma). Pero sus propios aliados se vuelven contra ella, la desnudan y la queman (17:16), de modo que la ltima figura en entrar es la primera en salir del escenario. Despus de una larga celebracin de la cada de esa ciudad corrupta (18:1-19:8), sigue la gran batalla final, conocida como Armagedn (16:16), en que el dragn pierde a sus dos aliados, las bestias que organiz para ser su equipo de desgobierno (cap.13), y Dios las lanza al lago de azufre y fuego (19:20). De ese modo, los segundo y tercero en entrar lo son tambin en salir. Ahora el dragn est slo, igual que al final del captulo 12, pero Dios, en vez de echarlo tambin al lago de azufre y fuego, le da una larga sentencia de prisin preventiva (20:2-3). Terminada la sentencia, Dios suelta al dragn y ste sale de nuevo a engaar a las naciones y

provocar otra guerra, ahora con sus nuevos aliados, Gog y Magog. Marchan hacia el campamento de los justos, pero cae fuego sobre todos ellos (20:7-9). El dragn y todos sus aliados son echados al lago de fuego y azufre, donde ya estaban las dos bestias (20:10). Cae el teln y ha terminado el drama. El Fin! Est el Anticristo en el Apocalipsis? El anticristo nunca se menciona en este libro, y menos en el sentido que tiene en las epstolas juaninas. Pero podra uno de los cuatro personajes de este drama corresponder a la figura tradicional del Anticristo? Esa es la correlacin que se suele hacer. Sin embargo, no puede ser el dragn quien cumpla el papel de Anticristo, porque ste se identifica como Satans mismo, el diablo, la antigua serpiente (12:9). La primera bestia, con sus siete cabezas, que son siete montes y siete reyes, no es una persona; simboliza a un sistema, que con toda probabilidad es el imperio romano, mientras el Anticristo tradicional se concibe como personal, no como un sistema o un imperio. La segunda bestia, conocida en adelante como el falso profeta, tiene algunas caractersticas del Anticristo (hace milagros, engaa y oprime), pero l no se cree Dios sino promueve la adoracin a la primera bestia. En ltimo lugar, la ramera (alias Babilonia) no puede ser el Anticristo porque es una ciudad (17:5,18). Adems, es necesario tomar muy en cuenta el contexto histrico del Apocalipsis. Juan de Patmos es pastor de siete congregaciones, y algunos estn fuertemente tentados a participar en el culto al emperador. Por eso, los cuatro personajes del drama tienen un carcter mucho ms poltico y econmico (anti-imperialista) que el anticristo de primera de Juan o de la tradicin escatolgica. Podemos concluir que el anticristo, tanto segn primera de Juan como segn la tradicin teolgica, no aparece en el Apocalipsis. Por eso debemos ser fieles al lenguaje propio del Apocalipsis mismo y no de otras fuentes, y hablar de la bestia y su ministro de propaganda (el falso profeta), de la ramera que prostituye con injusticia el poder y la riqueza, de los jinetes de los cuatro caballos, etc, pero no del Anticristo, porque l no est (ni con minscula ni con mayscula) en el Apocalipsis. El Anticristo y el Malvado de 2 Tesalonicenses 2:1-12: Este es el pasaje del Nuevo Testamento que ms se acerca al concepto del Anticristo de la tradicin. De nuevo es importante el contexto. Algunos tesalonicenses estaban creyendo y enseando, hasta con profecas, que la venida de Cristo estaba inmediata. Pablo les exhorta a "no perder la cabeza" (2:2) y explica que antes de venir el Seor tiene que aparecer "el hombre de Maldad" (2:3). El texto reza como sigue: Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Seor Jesucristo y a nuestra reunin con l, les pedimos que no pierdan la cabeza ni se alarman por ciertas profecas, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan, "Ya lleg el da del Seor!". No se dejen engaar de ninguna manera, porque primero tiene que venir la rebelin contra Dios y manifestarse el hombre de maldad [ho anthpos ts anomias], el destructor por naturaleza [hijo de ruina, apleia]. ste se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoracin,

hasta el punto de aduearse del templo de Dios [sentarse en el templo] y pretender ser Dios. No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes? Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que l se manifieste a su debido tiempo. Es cierto que el misterio de la maldad [ts anomias] ya est ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestar aquel malvado [ho anomos, "el Sin-ley"] a quien el Seor Jess derrocar con el soplo de su boca y destruir con el esplendor de su venida [epifaneia ts parousias autou]. cuya venida [parousia] es por obra de Satans, con toda clase de milagros, seales y prodigios falsos. Con toda perversidad engaar a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y as ser salvos... Este texto tiene dos conceptos en comn con 1 Juan 2:18: en ambos casos el autor recuerda a los lectores de enseanzas previas y ambos pasajes destacan la realidad de la accin presente, no slo futuro, de la fuerza maligna. Todo lo dems es radicalmente distinto. El contexto y propsito de este pasaje no se parece al de 1 Juan. Para refutar a los falsos maestros que anunciaban una venida pronta de Cristo, este pasaje insiste en la anterioridad de la parousa del Malvado a la parousa de Cristo. Este tema, fatal para el dispensacionalismo pre-tribulacionista, no aparece en 1 Juan ni tendra sentido en ese contexto. Adems, el Malvado de 2 Tesalonicenses se opone a Dios mismo ms que a Cristo; estrictamente no es antijristos sino antitheos (cf. 2:3, "la apostasa contra Dios"). A diferencia de los "muchos anticristos" de 1 de Juan, el Malvado aqu es nico y parece ser personal. El Malvado de este pasaje tiene tres ttulos, pero "Anticristo" no es ninguno de ellos. Uno es "el hombre de maldad" (2:3, ho anthpos ts anomias) o ms escuetamente "el Malvado" (ho anomos, "el Sin-ley"). l encarna la rebelin contra Dios y su ley. Adems es "el hijo de destruccin" (ho huios ts apleias, ruina). Este tttulo puede significar que es "el destructor por naturaleza" (NVI) o que est destinado para destruccin (cf. el trmino similar, "hijos de ira"). Un simple desglose de las actividades del Malvado subrayar la gran diferencia entre este Malvado y el Anticristo de la tradicin. El Sin-Ley promueve la apostasa, una rebelin contra Dios. l mismo se opone en todo contra Dios (2:4); se sienta en el mismo templo y se hace pasar por Dios (2:4).[8] Se manifestar a su debido tiempo, pero hay algo y alguien que retienen su venida (2:6-7).[9] No obstante, la fuerza del misterio de su maldad est ya presente y activa (energeitai) en milagros y seales falsos que realiza, con los que engaar a los que no aman a la verdad. Pero al final vendr Cristo y destruir al Malvado con el soplo de su boca y el esplendor de su gloriosa parousa. Hay base exegtica para identificar a este Malvado con el Anticristo tradicional? No aparece ese ttulo en 2 Tesalonicenses (ni ningn otro pasaje) y las acciones y pecados de los dos son muy distintos. El pasaje parece tener algunas referencias a autoridades romanas de la poca

(especialmente Calgula y quiz Nern como un segundo Calgula) y detalles inexplicables que hoy no se pueden entender. Pero faltan elementos indispensables del perfil del Anticristo de la tradicin escatolgica: este Malvado no organiza un gobierno mundial, tema central de esa tradicin, ni persigue a nadie (ni a judos/as ni a cristianos/as, segn una lectura cuidadosa del texto). El relato de la destruccin del Malvado por el soplo y el esplendor de la venida de Cristo tiene tambin ciertas incongruencias con los relatos de una batalla final (Armagedn) en el Apocalipsis (14:20; 16:13-16; 19:11-21; cf. 17:16; 20:7-9), que dificulta tambin el intento de homologar a este Malvado con el Anticristo. Conclusin: ningn pasaje del Nuevo Testamento presenta el cuadro tradicional del Anticristo, y mucho menos el nico texto que emplea el trmino "anticristo". Ms bien, ese cuadro se arma arbitrariamente, segn el gusto de cada persona que interprete el tema, sacando diferentes detalles de su contexto bblico y juntndolos en un mosaico que no corresponde a ningn pasaje bblico especfico. Es cierto que la Biblia ensea que la historia es conflictiva, como lucha entre el bien y el mal, y que habr una confrontacin final, pero la versin tradicional del "Anticristo'" distorsiona ese tema. El efecto bsico es de presentar el Anticristo como una figura aterrorizadora y amenazante con un simplismo esquematizado que carece de base en los textos. En la interpretacin del Apocalipsis, debe quedar totalmente excluida toda referencia al Anticristo, ya que ste no aparece en todo el libro. En la exposicin de los dems pasajes, debemos emplear el lenguaje de cada texto, dentro de su propio contexto y segn la intencin de cada autor. Y en general, nos hara mucho bien hablar ms de Cristo y menos del "Anticristo".

[1] La profeca como tal es mucho ms que predicciones del futuro, pero en este ensayo

entenderemos por "profeca" el anuncio revelado de las cosas finales, que estrictamente debe llamarse "profeca predictiva", conocido tambin como escatologa (cosas finales) , "postrimeras" o "novsimos". [2] Escribiremos "Anticristo" con mayscula cuando nos estamos refiriendo a la figura de la tradicin escatolgica y con minscula en su sentido estrictamente bblico. [3] Segn un amplio sector cristiano, Jess vendr antes de la Gran Tribulacin" para arrebatar a la iglesia. En ese caso, la persecucin sera de los judos y/o de cristianos convertidos durante el mismo perodo. [4] El trmino pseudojristos en Mt 24:24 y Mr 13:22 se refiere a falsos mesas, muy activos en la guerra juda de 64-70, y no tienen que ver con el antijristosde los textos juaninos. [5] Es importante recordar que feso era el segundo centro intelectual ms destacado del imperio romano, a la par de Atenas. En feso se desarroll despus la escuela del platonismo medio y del neoplatonismo (Plotino, Porfirio, Jmblico). Esto nos ayuda a entender tambin el prlogo al cuarto evangelio. [6] Sobre este problema ver Schillebeeckx, El Cristo y F.F. Bruce, I Tesalonicenses.

[7] Lo ms prximo es Did 16.4: "entonces aparecer como hijo de Dios el extraviador del

mundo", har milagros, la tierra ser entregada en sus manos, y cometer crmenes "como jams desde los siglos", hasta que venga Cristo a derrotarlo. Pero el texto no lo llama "Anticristo". [8] Este lenguaje no es necesariamente literal, ni implica una reconstruccin del templo de Jerusaln en el futuro. [9]Los lectores entendan esta referencia a lo que detiene, pero hoy da nadie lo explica convincentemente. Para Cullmann es la proclamacin del evangelio como tarea aun no cumplida, y la referencia personal alude a Pablo mismo. Para otros es el imperio romano como garante de ley y orden y quiz el emperador Claudio, mientras Nern creca en el palacio. Hay muchas otras explicaciones.

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