Reforma Policial
Reforma Policial
Reforma Policial
Comit editorial
HANS MAThIEU | Director del Programa de Cooperacin en Seguridad Regional de la FES CATALINA NIO | Coordinadora del Programa de Cooperacin en Seguridad Regional de la FES SARUY TOLOSA | Coordinador del Observatorio de Crimen Organizado en Amrica Latina y el Caribe JUAN ANDRS VALDERRAmA | Coordinador editorial
Asistentes de proyecto
ChRISTOPh HEUSER JAKOB KRUSchE HELENA SchWERThEIm PhILIPP WEBER Friedrich Ebert Stiftung (FES), Programa de Cooperacin en Seguridad Regional Observatorio de Crimen Organizado en Amrica Latina y el Caribe, con el auspicio de la Fundacin Open Society Institute (Zug) Calle 71 n 11-90 Bogot-Colombia Telfono (57 1) 347 30 77 Fax (57 1) 217 31 15 Correo electrnico [email protected]
Primera edicin
Esta publicacin se realiz con el auspicio de la Fundacin Open Society Institute (Zug), que tambin financia el Observatorio de Crimen Organizado en Amrica Latina y el Caribe de la FES.
Contenido
Presentacin
Hans Mathieu / Catalina Nio 7
4. Limitaciones de los procesos de reforma policial en Amrica Latina 17 5. La falta de control poltico de la seguridad 22 6. Los nuevos problemas de la seguridad pblica y las fuerzas armadas 23
3. Funciones especializadas
1. El modelo policial de investigacin criminal especializada 2. Las fuerzas policiales especiales 3. Policiamiento focalizado e inteligencia criminal 38 41 41
5. Implementacin de la reforma
1. Funciones policiales 2. Organizacin 3. Profesin 4. Profesionalizacin del reclutamiento 5. Educacin y formacin 6. Infraestructura y equipamiento 7. Controles al sistema policial 8. Evaluacin 53 54 60 63 65 69 70 78
84 87
89 97
Anexo 3. Experiencias de reforma policial en Centroamrica, Argentina, Chile, Colombia y Canad 102
Presentacin
Amrica Latina enfrenta hoy problemas de seguridad pblica, en muchos casos asociados a fenmenos transnacionales muy complejos de combatir, ms an desde el nivel nacional. A ello se suman los retos pendientes en la regin en materia de fortalecimiento y consolidacin institucional, que requieren profundos procesos de reforma y que son elementos clave para combatir eficazmente las amenazas que representa el crimen organizado y para garantizar el imperio de la ley y el Estado de derecho en todos los territorios geogrficos y espacios sociales de nuestros pases. Dado que en muchos casos la polica es la institucin pblica con la que los ciudadanos tienen un contacto ms directo y la cara del Estado frente a la comunidad, un paso fundamental en esos procesos de reforma institucional es, precisamente, su reforma. Es un hecho conocido que muchas de las instituciones policiales latinoamericanas tienen problemas serios (corrupcin, falta de personal y de recursos tecnolgicos y financieros, bajos niveles de profesionalizacin, capacidades de investigacin muy limitadas, entre otros) que les impiden cumplir sus funciones eficaz y eficientemente. En general, esos problemas van de la mano con los que se observan en otras instancias del Estado, especialmente en los sistemas de administracin de justicia, cuya incapacidad se evidencia en los altos niveles de impunidad en nuestros pases, no solo con respecto a los casos de graves violaciones de derechos humanos o de alto impacto social (a veces tan publicitados en los medios que reciben mayor atencin por parte de las autoridades), sino tambin y sobre todo en cuanto a delitos cotidianos como los robos y asaltos. Esta situacin se ha agravado en particular en los pases en donde el crimen organizado transnacional compite por el control de los negocios ilegales y de las rentas que estos generan, como ocurre en el tringulo norte de Centroamrica y Mxico, y en los espacios en los que la ausencia del Estado ha sido una constante histrica, como en las favelas de Ro de Janeiro, por ejemplo. Las policas se han visto desbordadas por las altas tasas de criminalidad, por el poder de fuego de los grupos criminales y por su enorme capacidad de corrupcin. Todo ello ha contribuido a generar los altos niveles de desconfianza por parte de la ciudadana con respecto a las instituciones policiales que se apre-
cian en la regin. La gente considera que no tiene sentido denunciar los delitos y solo recurre a la polica como ltimo recurso. Si se quiere revertir esa tendencia es necesario iniciar procesos de reforma profundos, integrales y sostenidos que permitan profesionalizar los servicios y recuperar la confianza de la poblacin. Teniendo en cuenta todo ello, este libro busca dar algunas luces para acometer procesos de reforma policial, buscando recoger elementos de las experiencias que la regin tiene en la materia, que permitan desarrollar criterios y propuestas para aumentar la incidencia de actores progresistas, sean partidos polticos u organizaciones de la sociedad civil en procesos de reformas policiales. En efecto, consideramos que esas reformas deben hacerse desde una perspectiva progresista, que no lleve a ms represin, sino que refuerce el carcter civilista de la polica, el respeto a los derechos humanos en el cumplimiento de las funciones y el profesionalismo de los agentes en sus relaciones con la comunidad, y que, en ltimas conduzca a una mayor gobernanza democrtica. Las polticas de mano dura no han sido efectivas para enfrentar la criminalidad en los pases de la regin. Es claro que se necesita ir ms all del aumento de penas y la construccin de crceles. Se requiere un mayor acercamiento entre la polica y la comunidad, para lo cual es necesario mejorar los niveles de confianza, con miras a elevar las capacidades de prevencin del delito y lograr una convivencia ms armnica. Por supuesto, entendemos que la reforma policial es solo un paso en el camino de las reformas institucionales que deben ser abordadas si se quieren enfrentar eficazmente los problemas de inseguridad pblica. Aqu, sin embargo, nos concentramos en los puntos que deben tenerse en cuenta para avanzar en la modernizacin y profesionalizacin de nuestros cuerpos de polica, comenzando por plantear el modelo de polica que queremos, sealando las condiciones necesarias para avanzar en la construccin de ese modelo e indicando luego los elementos relativos a la implementacin de la reforma en materia de funciones policiales, profesin y educacin policial, los asuntos administrativos y laborales, la infraestructura y equipamiento, y, por ltimo, las consideraciones sobre la evaluacin y el control del desempeo de la institucin y sus miembros. Esta publicacin busca, precisamente, servir de referencia a los tomadores de decisin en nuestros pases, para el diseo e implementacin de reformas de las instituciones policiales que lleven a mejorar los indicadores de seguridad y a contar con servicios de polica profesionales y eficientes en los que la ciudadana pueda confiar.
1. Antecedentes histricos
A mediados de la dcada de los ochenta y comienzos de los noventa, Amrica Latina vivi una serie de procesos que han determinado la dinmica de los intentos de reforma y fortalecimiento de los sectores de seguridad en la regin. Durante ese periodo terminaron los conflictos armados internos y se firmaron acuerdos de paz en Centroamrica, al tiempo que en los pases del Cono Sur se retornaba a la democracia. Una tendencia asociada fue el aumento del crimen y la violencia (Bailey y Dammert, 2006), que ocurri paralelo con transformaciones econmicas profundas que generaron el crecimiento del desempleo y de la informalidad, adems de mayor desigualdad econmica y social. A pesar de que en la mayora de los pases hubiese democracia en trminos electorales, estas nunca se consolidaron, y la fragilidad de las instituciones y del Estado de derecho fue abriendo espacios territoriales y sociales que fueron llenando actores ilegales que ejercen el control y el poder por medio de la violencia, el convencimiento mediante prebendas, la solucin de problemas o la atencin de necesidades bsicas. La incapacidad de los sistemas de administracin de justicia (la polica, las cortes y jueces, la fiscala o el ministerio pblico, las crceles y las agencias encargadas de la rehabilitacin social) para controlar el crimen y la violencia, hizo aumentar la percepcin de inseguridad de la ciudadana, lo que sumado a su vulnerabilidad frente a la corrupcin gener gran desconfianza hacia esas instituciones. Dado el impacto poltico de los niveles de inseguridad percibida, desde los aos ochenta muchos gobiernos han intentado llevar a cabo procesos de reforma institucional de la polica, cuyos objetivos y alcances han sido variados, pero que en la mayora de los casos han sido insuficientes para atender la problemtica de seguridad, real y percibida. Muchas de las reformas han apelado a la mano dura como mecanismo aparentemente obvio para reprimir el crimen. Sin embargo, una de las consecuencias de la implementacin de polticas ms represivas ha sido la sobrecarga de los sistemas de justicia, pues el aumento de las detenciones y los procesos judiciales agudizan sus problemas de ineficiencia, injusticia y corrupcin. En muchos casos, los procesos no han tenido en cuenta que la seguridad pblica incluye no solo la represin del crimen y
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su investigacin, sino tambin su prevencin, el procesamiento de los delitos, su castigo y, tambin, la rehabilitacin de los delincuentes. En consecuencia, los resultados de las reformas han sido muy limitados, la inseguridad ha crecido o se mantiene, al tiempo que aumenta la percepcin de inseguridad en la sociedad, la ciudadana sigue desconfiando de la polica y los sistemas de administracin de justicia permanecen desbordados.
Aunque las estadsticas sobre criminalidad en la regin han mejorado, la falta de datos precisos, confiables y comparables sigue siendo un problema importante en muchos pases, lo que dificulta el anlisis de la situacin de violencia y de los delitos. En ese contexto, el indicador que se toma como referencia son las tasas de homicidio, asumiendo que su comportamiento refleja el de otros crmenes.
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Grfico 1 Pases de Latinoamrica con las tasas ms altas de homicidios, finales de la dcada de 1980-2010
150 140
130 120 110 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 * 1995 1996 Brasl 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Colombia
El Salvador
Guatemala
Honduras
Venezuela
Fuente: con base en los datos de la tabla 1 del Anexo 1, pgina 89 de esta publicacin.
Grfico 2 Pases de Latinoamrica con las tasas ms bajas de homicidios, finales de la dcada de 1980-2010
30
25
20
15
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1995
1996 1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Argentina
Chile
Costa Rica
Ecuador
Mxico
Panam
Repblica Dominicana
Fuente: con base en los datos de la tabla 1 del Anexo 1, pgina 89 de esta publicacin.
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coincidencia entre altas tasas de victimizacin y elevados niveles de violencia homicida, en Colombia y Per esos indicadores no tienen una relacin tan directa: el primero tiene la tasa ms baja de victimizacin para la subregin (33%), a pesar de sus altas tasas de homicidio, mientras que el segundo tiene una victimizacin alta (37%) con bajos niveles de homicidio (para cifras de hurtos y robos para los pases y por subregiones, vanse, en el Anexo 1, las tablas 2 y 3, y los grficos 5 al 12). Aun cuando la victimizacin decreci durante la primera dcada de este siglo, no ha ocurrido lo mismo con la percepcin de inseguridad. Desde 1995 existe una brecha significativa entre los niveles de victimizacin y la prioridad dada a la delincuencia por los encuestados por Latinobarmetro. La percepcin ciudadana con respecto a la importancia de este problema en comparacin con otros (desempleo, pobreza, corrupcin) comenz en 5% en 1995 y ha crecido constantemente hasta llegar a 27% en 2010; desde 2008, en la regin es considerado el principal problema por superar, y en 2010 en doce de los dieciocho pases los encuestados lo sealaron como tal, incluso en algunos con situaciones de seguridad pblica relativamente buenas como Uruguay, Chile y Costa Rica. En el grfico 3 se observa la diferencia entre la percepcin de delincuencia como problema principal y la tasa de victimizacin. La percepcin de inseguridad en Amrica Latina es bastante alta en comparacin con otras regiones. En 2008 y 2010, 43% de las personas encuestadas dijeron sentirse un poco o muy inseguras ante la pregunta: Hablando del lugar
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Delincuencia
38 33 38 31 33 36 29 19
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40 30 20 10
16 14 7 5 7 8 8 9 7 8 9
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Diferencia
0 1995 1996 1997 1998 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
0 Vctima de delito Delincuencia 2011 70
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donde usted vive, y pensando en la posibilidad de ser vctima de un asalto o robo, se siente muy seguro, algo seguro, algo inseguro o muy inseguro?, hecha por el Barmetro de las Amricas. En los pases andinos ese ndice de temor supera 45%, seguidos por el Cono Sur, con ms de 40%. Mxico, Guatemala y El Salvador, con tasas altas de homicidios y de victimizacin, tienen ndices de temor de ms de 40%, mientras que los dems pases centroamericanos fluctan entre 30% y 40%, incluyendo a Honduras, a pesar de sus altas tasas de inseguridad pblica y violencia homicida. Al parecer, la relacin ms clara es, en general, entre niveles de temor y tasas de victimizacin, y no entre temor y homicidios. Es el caso de Colombia, en donde el temor es menor (39%), y Per, uno de los ms altos (53%). Lo mismo ocurre en el Cono Sur, en donde los altos niveles de temor responden a la alta victimizacin: Argentina y Chile, con victimizacin del 55 y 45%, respectivamente, y bajas tasas de homicidio, son los pases con ms miedo; Brasil, con ms homicidios que cualquier otro pas de la subregin, tiene un ndice de temor ms bajo (Costa, 2012). Al temor ciudadano frente a la inseguridad se suma la desconfianza con respecto a la polica. Segn las encuestas hechas por el Latinobarmetro desde 1996, alrededor de dos tercios de la poblacin latinoamericana, entre 61 y 71%, sealaron tener poca o ninguna confianza en ella. Las de la regin andina son las peor evaluadas en el ranking del Foro Econmico Mundial sobre credibilidad policial, mientras que las del Cono Sur son, de lejos, las que gozan de mayor confianza en Amrica Latina. En general, las que mejor se ubicaron o que ms avanzaron por subregin fueron las de Costa Rica y Panam, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile. Las peores fueron las de Venezuela, Bolivia, Mxico, Guatemala y Paraguay. Aun cuando en los ltimos aos ha habido una pequea mejora en la confianza, debida quizs a la cada en la victimizacin y a algunos esfuerzos por profesionalizar a las policas latinoamericanas y mejorar la calidad de su trabajo, estas siguen teniendo profundos problemas a los ojos de la ciudadana, entre ellos, la corrupcin (31% de los encuestados por Latinobarmetro), la falta de personal, 22%, la mala y poca capacitacin, 17%, y la escasez de recursos: 13% (Costa, 2012). Para responder a esta situacin, parte de un entramado ms complejo, los Estados latinoamericanos han ido haciendo cambios parciales en sus polticas para enfrentar la inseguridad pblica: por un lado, abandonaron, al menos implcitamente, las medidas vinculadas con la seguridad nacional y, por otro, empezaron a poner en prctica unas orientadas hacia la seguridad pblica. En algunos casos la respuesta estatal ha apelado al apoyo de la ciudadana, mediante reflexiones en torno a cmo controlar y superar los efectos de la inseguridad pblica, partiendo, entre otros, del principio de que es indispensable la maduracin de una cultura de respeto por la ley. Paralelamente, la mayora sigui la lnea de incrementar las acciones reactivas, muchas veces mediante el uso desproporcionado de la fuerza o el aumento de la penalizacin de quienes
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violen las leyes, incluidos los menores de edad. Estas polticas no han logrado sus propsitos pero s han generado o mantenido otro tipo de conflictos, entre ellos una profunda desconfianza hacia las instituciones de seguridad pblica, razn por la cual no pueden considerarse soluciones efectivas, coherentes y permanentes. Ante el nuevo panorama de inseguridad, percibida y real, y frente a las respuestas de las autoridades, el ciudadano comn y corriente se separ de los espacios polticos, renunciando a su derecho a participar en el esfuerzo de buscar un nuevo ordenamiento democrtico, evadiendo tambin la actividad pblica, mediante supuestas frmulas de autoproteccin, retirndose de los espacios pblicos durante la noche, tomando medidas como el cierre de vas locales de acceso, el confinamiento en su hogar, la compra de proteccin privada, con ms riesgo que seguridad, y el incremento en la adquisicin de armamento (vase Anexo 2, La seguridad privada). Todo lo cual no ha disminuido la inseguridad ni, mucho menos, moderado su percepcin de invalidez y miedo.
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Muy relacionado con el anterior, y como se dijo, otro rasgo comn de las policas latinoamericanas es la falta de confianza de la ciudadana con respecto a ellas. La poblacin tiene una percepcin negativa sobre su trabajo y sobre su capacidad para combatir la delincuencia, por lo que, en general, solo acude a ellas en casos extremos y como ltimo recurso. Diversos factores contribuyen a ese estado de cosas: por un lado, las policas latinoamericanas responden no tanto a las necesidades de la ciudadana como a las demandas de los gobiernos de turno o de las elites locales o nacionales; tienen una dbil cultura democrtica; no logran los resultados que se esperan de ellas; muchas siguen teniendo fuertes problemas de corrupcin; recurren a las prcticas represivas y violaciones de los derechos humanos; algunas estn volviendo a caer en procesos de creciente militarizacin, con el nombramiento de militares en cargos directivos y la participacin de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interna.
En un escenario de violencia y criminalidad donde han irrumpido nuevos fenmenos que, por su trascendencia, intensidad o naturaleza, han impactado la seguridad interna o externa, y diluido la frontera entre ambas, en diversos pases se amplan las competencias de las fuerzas armadas a tareas de seguridad interior y orden pblico. Entre dichos fenmenos, considerados entre las llamadas nuevas amenazas, se yerguen como protagonistas de la escena regional el crimen organizado, en especial la narcoactividad, que incluye el lavado de activos y el desvo de precursores qumicos, y la trata de personas, a lo que en algunos pases de Centroamrica se agregan las maras o pandillas y el trfico ilcito de armas pequeas o ligeras. En algunos casos dichas amenazas afectan gravemente la seguridad y gobernabilidad de los pases, caso del tringulo norte, daando sus procesos de democratizacin al fomentar una cultura de la violencia y tendencias autoritarias entre los gobiernos y la poblacin, lo que se expresa en la opcin por polticas y medidas represivas, el endurecimiento de penas, acciones de limpieza social y ejecuciones extrajudiciales. En esta lgica a las fuerzas armadas se las ha involucrado en asuntos de seguridad pblica, relativizndose las diferencias entre funciones militares y policiales. A este escenario se agrega la desconfianza ciudadana en las instituciones policiales, producto de su ineficiencia o incapacidad en el control de la delincuencia y la violencia, y la corrupcin, propiciando que la participacin de los militares en asuntos de seguridad pblica sea considerada una necesidad. En este contexto, algunas constituciones se han adecuado a las necesidades que les han planteado las nuevas amenazas, que han ido diluyendo la frontera entre defensa y seguridad interior; por ejemplo, la transnacionalidad del crimen organizado en un mundo globalizado. As, la regulacin de la seguridad interior en las normas constitucionales ha experimentado algunos giros desde la mirada tradicional, en la que la seguridad pblica estaba reservada a las fuerzas policiales, pasando a entregar a las fuerzas armadas competencias en esta materia (sin haberse decretado un estado de excepcin, de carcter transitorio y provisional), las que han adquirido un carcter permanente o de fin indeterminado. As, hay reformas constitucionales que han propiciado la normalizacin de la excepcionalidad al diluir la diferenciacin de funciones entre quienes se ocupan de la defensa (fuerzas armadas) y de la seguridad pblica (policas). Lo que surgi para enfrentar situaciones de excepcin y una cooperacin transitoria, se ha ido instalando como una prctica regular.
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La participacin de las fuerzas armadas latinoamericanas en actividades de seguridad interior puede darse en tres lgicas: como ltimo recurso en casos crticos y de excepcin; mediante la promocin de su incorporacin al combate de la criminalidad en forma plena y permanente; y, cuando habiendo diferenciacin entre las funciones policiales y de las fuerzas armadas, las normas constitucionales sobre estados de excepcin se hacen flexibles para permitir su participacin en la lucha contra el crimen, ms all de sus lmites, segn lo determine la autoridad poltica. Esto implica para los militares un proceso de aprendizaje y adecuacin de mayor envergadura, por ser ajeno a la doctrina militar en un sentido estricto.
Algunas consideraciones
La ampliacin de competencias de las fuerzas armadas a asuntos propios de las fuerzas policiales no ha tenido los resultados esperados en la reduccin de la criminalidad y la violencia. Cuando esas competencias se amplan a materias de seguridad interior o pblica, con sustento constitucional, se debe delimitar con precisin su mbito de accin, que no debe avanzar hacia el control de la protesta social, debe ser temporal, con tareas y plazos precisos y en un territorio determinado. Cuando el fenmeno que se combate no cede, los plazos no debern prorrogarse hasta la indefinicin. En estos casos las fuerzas policiales, relegadas de la primera lnea y debilitadas en el ejercicio de sus funciones, terminan por debilitarse ms, a menos que en el proceso se contemplen reformas que les devuelvan su lugar en el mbito de la seguridad interior. Una decisin en este sentido debe definirse en el marco de una estrategia ms amplia, que incluya un plan de fortalecimiento para la polica y el sistema judicial, a fin de que en el futuro no sea necesaria esta instancia de colaboracin. La participacin de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interior, asumiendo tareas de tipo policial, han tenido como resultado la violacin de los derechos humanos, costo que muchas veces se asume como un dao colateral, dada la magnitud del conflicto del que se trata. Esto termina por agravar la situacin de inseguridad, cuestionando las decisiones y capacidad de conduccin de la autoridad poltica. Adems, las violaciones a los derechos humanos suelen quedar impunes al estar las actuaciones de los militares y, en muchos casos, de las policas, bajo la jurisdiccin militar. Una poltica integrada de seguridad, que comprenda la planificacin y organizacin del sector seguridad debe fortalecer la institucionalidad existente, fortaleciendo a las instituciones en el cumplimiento de sus misiones y funciones esenciales. Afianzar a cada institucin en sus labores propias tiene efectos importantes, como orientar mejoras de cada una, lo que incidira en la efectividad en el cumplimiento de su misin, y mejoras en la seguridad objetiva y subjetiva. Adems, se logra un efecto en la moral de las propias filas institucionales, puesto que ello ser ledo como un reconocimiento a su labor.
Adicionalmente, los cuerpos policiales de la regin suelen tener fallas en la seleccin y formacin de su personal, en especial en las reas de investigacin, inteligencia y lucha contra el crimen organizado transnacional; muchas no cuentan con una verdadera carrera policial, lo que dificulta la profesionalizacin de la institucin; no tienen personal suficiente ni recursos financieros y tecnolgicos para cumplir adecuadamente con sus funciones; adems, los policas tienen sueldos bajos y precarias condiciones de trabajo; en general no exis-
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ten regmenes disciplinarios suficientemente claros ni mecanismos eficientes y transparentes de control, rendicin de cuentas y acceso a la informacin; y la coordinacin entre las instituciones policiales y los dems componentes del sistema de administracin de justicia no es la mejor (Rico y Chinchilla, 2002: 18-20). Por ltimo, las policas no suelen contar con mecanismos de recoleccin y anlisis de informacin ni con instrumentos de gestin y evaluacin, indispensables para la toma de decisiones eficientes. Ello sumado a la implementacin de polticas y modelos que han funcionado bien en otros lugares, aplicados sin tener en cuenta las particularidades de los contextos especficos, lo cual ha hecho que los esfuerzos de transformacin de nuestros sistemas policiales hayan tenido resultados muy limitados. Esto hace ms necesarios an procesos de reforma institucional profundos, que permitan mejorar realmente su desempeo y recuperar la confianza ciudadana (Tudela, 2007).
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En las instituciones policiales ha primado una visin incremental que considera que la reforma policial consiste en el aumento de los recursos humanos, operacionales y de infraestructura de la institucin tal cual est, sin cambios en la organizacin y en el trabajo policial. As, esta se limita a mejorar o ampliar el sistema policial existente, su estructura organizativa, bases doctrinales, orientaciones funcionales, equipamiento e infraestructura, personal, dispositivos de formacin y capacitacin y carreras profesionales, sin atender a las modalidades de polica y su impacto sobre el delito ni el tipo de labor desempeado. Esta orientacin tiene una impronta muy conservadora y continuista, al no cuestionar ni poner en tela de juicio aquel conjunto de aspectos ni indagar sobre la eficacia policial. Otras visiones intentan superar esta orientacin y avanzan sobre otros aspectos de la estructura y el accionar policial, pero no dejan de tener perspectivas parciales de la reforma. As, por ejemplo, la visin normativa centra, y agota, la reforma policial en la reformulacin de las leyes y normas que regulan la seguridad pblica y, particularmente, las que establecen la organizacin y el funcionamiento de la institucin con la ilusin ingenua de que esos cambios desencadenarn, per se, el proceso de reestructuracin. La visin organizacional de la reforma policial, por su parte, la restringe al rediseo institucional y cambio organizativo de aspectos formales, en particular, los referidos a dos cuestiones bsicas: 1) la que la limita a la redefinicin de las bases curriculares y los sistemas pedaggicos de las escuelas policiales que imparten la formacin inicial a los cadetes y aspirantes, con la esperanza de sentar as las bases de una nueva cultura institucional que d lugar a prcticas que permitan superar los recurrentes abusos de poder de numerosos policas mediante actos de corrupcin o el uso excesivo o ilegal de la fuerza; y 2) la perspectiva descentralista, que si bien busca un proceso de desconcentracin espacial de una institucin policial muy centralizada y rgida, la circunscribe al traspaso de unidades y personal a los gobiernos locales sin un proceso de reconversin funcional tendiente a conformar unidades y prcticas policiales adecuadas a dicha descentralizacin y al policiamiento local. La visin comunitarista de la reforma policial, por ltimo, posiciona y proyecta la participacin ciudadana en asuntos locales de seguridad y, particularmente, en el control del desempeo policial, como una instancia que puede llevar a cambios institucionales y a prcticas policiales ms eficientes y ajustadas a la legalidad. En esta concepcin la participacin ciudadana implica una ruptura, al menos local, del monopolio de la polica sobre la seguridad pblica, lo que sentara nuevas bases institucionales para la polica, convirtindola en una institucin ms eficiente y honesta.
Falacias reformistas
Ampliar las bases organizacionales de las policas actuales y reproducir sus prcticas no es una reforma policial sino un impulso a conservar lo que hay. Tampoco lo es el mero cambio de sus bases legales ni la conformacin de un dispositivo de control policial ni los cambios en el sistema educativo policial. Y, ms all de las buenas intenciones, la declaracin poltica de que deben hacerse cambios estructurales en la polica o la formulacin de planes de intervencin sobre esa materia de ninguna manera constituyen en s mismas una reforma policial, sino que son, apenas, una manifestacin de voluntad y el desarrollo de un proyecto institucional.
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Desde el retorno a la democracia o el fin de los conflictos armados internos, los gobiernos latinoamericanos no han emprendido procesos integrales y persistentes de reforma policial, lo que parece haber respondido a un conjunto de razones sustantivas e instrumentales. En lo sustantivo, la razn fundamental es que, para los mayora de los gobiernos, la polica, tal como est organizada y como despliega sus labores, aun con sus deficiencias, constituye una herramienta institucional primordial, polticamente til, para gobernar (dirimir) los conflictos, es decir un dispositivo gubernamental eficaz en la gestin de los conflictos en la vida poltica y social de sus sociedades. Y ello por diversos motivos. Primero, porque es la principal herramienta institucional del sistema de seguridad pblica para afrontar los conflictos producidos por los sectores populares, mediante su vigilancia y disciplinamiento social. Ese disciplinamiento incluye acciones que van desde la vigilancia y las intervenciones compulsivas sobre zonas populares estigmatizadas como peligrosas, hasta la represin indiscriminada, la persecucin, la amenaza y la ejecucin o desaparicin de personas pertenecientes a esos sectores marginados. As mismo, mediante la contencin o el control punitivo de las movilizaciones o protestas sociales protagonizadas por actores organizados: sindicatos, movimientos rurales o indgenas, organizaciones barriales o estudiantiles. Segundo, la polica es un instrumento de descriminalizacin e impunidad fctica en tanto puede dejar fuera de sus actividades un amplio espectro de delitos y delincuentes que van desde los delitos corporativos y de cuello blanco hasta los hechos de corrupcin llevados a cabo por autoridades gubernamentales o bajo su proteccin2. Por ltimo, como dispositivo de gestin de conflictos, la polica es eficiente en el control del delito mediante su regulacin ilegal, lo que, en modalidades y envergadura diferentes, implica acciones para proteger ciertas actividades delictivas muy rentables, en especial las relacionadas con los mercados ilegales de drogas, de personas para su explotacin sexual y laboral, de mercancas robadas o contrabandeadas, de autopartes de vehculos robados, entre otras3. De este modo la institucin policial se ha autofinanciado por medio de la apropiacin de una parte de la renta generada por ese conjunto de actividades criminales protegidas, afrontando as, por ejemplo, la insuficiencia presupuestaria que en general padece la institucin.
Este es un asunto que no depende solo de la polica, sino del sistema de persecucin penal (tribunales/fiscalas), que es de donde emanan las rdenes para perseguir esos delitos. No se trata de delitos posibles de detectar en flagrancia o que la polica pueda prevenir. Sin embargo, su investigacin no siempre se adelanta adecuadamente. Este accionar constituye una forma de gestin del delito por medio de un pacto manifiesto con grupos criminales en el que se acuerda cmo y cundo se llevan a cabo las actividades ilcitas, esto es, se establece cunto delito se tolera para que el negocio se desenvuelva o prolifere sin que se ponga en tela de juicio el dominio material y simblico de la polica en el territorio y sin que ese vnculo ilegal adquiera visibilidad social o poltica.
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Estas modalidades de gestin policial de los conflictos, con matices y diferencias, se han reproducido y ampliado en los pases latinoamericanos, incluso durante gobiernos progresistas. Y en ello reside la disposicin de estos por conservar el sistema policial vigente, as como el rechazo a los procesos reformistas. Las razones instrumentales por las que los gobiernos de la regin no han emprendido las reformas policiales necesarias, dirigidas por las autoridades civiles, tienen que ver con que las vislumbran como procesos institucionales muy difciles que enfrentan obstculos organizativos considerados en su mayora insuperables, derivados en gran medida de la debilidad de las estructuras de gestin poltica de la seguridad pblica. Los obstculos instrumentales se relacionan, primero, con la ausencia de un diagnstico institucional integral y adecuado de las policas, por lo que se desconoce casi por completo su cultura institucional, sus bases doctrinales y sus formas de concebir e interpretar su trabajo, sus funciones; sus enrevesadas tramas organizativas, estructuras de mando y dispositivos operacionales; sus acciones preventivas e investigativas y su impacto sobre la situacin de seguridad; su estructura de personal, su distribucin organizacional, formacin y capacitacin, sus carreras profesionales y sus condiciones laborales; y, por ltimo, sus mecanismos de supervisin y control. Segundo, con la falta de dispositivos polticos e institucionales especializados en la direccin y administracin de las policas, porque esas funciones han sido ejercidas por sus cpulas, sin injerencia poltico-institucional externa. Estas labores de conduccin requieren una estructura organizativa y un equipo especializado en ellas, cuya conformacin no se logra con un cambio normativo u organizativo formal, sino que implica un gran esfuerzo financiero, una estrategia que venza las inevitables resistencias burocrticas y una perspectiva de largo plazo. Tercero, con el desconocimiento gubernamental y poltico de las prcticas y mecanismos corruptivos de la polica. Los gobiernos, y la dirigencia poltica en general, ignoran los intersticios institucionales muy sofisticados mediante los cuales en buena parte de las policas se ha montado un dispositivo corrupto en funcin de la reproduccin de un sistema de recaudo ilegal de fondos provenientes de actividades irregulares o delictivas, protegidas o reguladas por la institucin o por algunos de sus sectores. Reina la impresin general de la existencia de sobornos y peajes que derivan tanto de la corrupcin institucional como de la corrupcin reguladora del delito. Pero se ignoran los detalles y la envergadura de estas prcticas: las acciones institucionales mediante las cuales se reproducen; las condiciones que las favorecen; el uso y la distribucin de los fondos apropiados ilegalmente, inclusive, el financiamiento de parte de las deficiencias presupuestarias que pesan sobre la institucin; y el impacto que todo esto tiene en el desarrollo institucional de la polica. Y, en ese marco, se desconoce que muchas de las resistencias de los ncleos ms activos de la polica a los procesos reformistas responden en gran medida al inters por preservar y reproducir esos dispositivos corruptivos que le aportan una enorme cantidad de fondos de origen ilegal.
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Finalmente, el ltimo obstculo es una visin poltica de la reforma policial que la considera un proceso institucional complejo cuyo desarrollo no reportar rditos polticos tangibles e inmediatos. La complejidad deriva de dos cuestiones fundamentales: se trata primero de un proceso largo, que requiere de un desarrollo institucional a largo plazo, que supera la duracin de un periodo de gobierno. Por otro lado, supone un proceso con un alto grado de incertidumbre y con resultados inciertos y difcilmente medibles. En definitiva, la reforma policial no es un proyecto poltico atractivo para los gobiernos. En resumen, para el mundillo poltico la reforma policial es un proceso intrincado, difcil, caro, seguido de respuestas extorsivas y sin rditos polticos a la vista, mientras que la polica est ah, labora cotidianamente, no hay que crearla ni dotarla de medios y, adems, est presta a resolver los problemas de gobernabilidad que preocupan a los polticos. Las decisiones polticas de los gobernantes, cuya gestin escrutan constantemente la sociedad, los opositores y los medios de comunicacin, estn determinadas por la factibilidad y utilidad de las polticas y estrategias que proponen y desarrollan, as como por su eficacia simblica. Por ello las iniciativas de los gobiernos en materia de seguridad son usualmente reactivas, a corto plazo y parciales en cuanto a su envergadura y profundidad. Por todo lo anterior, en Amrica Latina los procesos reformistas tendientes a revertir las tendencias tradicionales de policializacin de la seguridad y autogobierno policial, fueron excepcionales y se produjeron en medio de situaciones polticas crticas derivadas de acontecimientos de violencia o hechos de corrupcin producidos o encubiertos por las policas, y en las que los decisores gubernamentales consideraron que los acontecimientos ponan en tela de juicio su estabilidad, su legitimidad o su desarrollo poltico. Nunca se trat de una decisin estratgica asentada en la necesidad de llevar a cabo reformas institucionales para conformar un sistema de seguridad pblica adecuado a la gestin democrtica de los conflictos o a modernizar a las instituciones policiales para convertirlas en organizaciones eficaces en el control de los delitos dentro de un sistema democrtico. La reforma policial es pues una tarea pendiente para las democracias latinoamericanas e implica un cambio institucional mucho ms amplio y complejo que la mera mudanza doctrinaria, organizativa y funcional de la institucin policial. Reformar la polica supone reformar la poltica o, ms bien, reestructurar el modo tradicional de relacionamiento entre las dirigencias polticas y, ms especficamente, las autoridades gubernamentales y la institucin policial. Es necesario asumir que una poltica de seguridad pblica democrtica implica que los responsables del gobierno de la seguridad pblica, junto con las instancias competentes de la sociedad civil, elaboren, formulen y desarrollen estrategias inclusivas e integrales de gestin de los conflictos y, en ese marco, aborden la problemtica criminal, y, a tono con ello, lleven a cabo la reforma institucional de la polica.
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El problema bsico radica en que las fuerzas armadas estn entrenadas y organizadas bajo la lgica de destruir al enemigo, para lo cual se enfatiza la jerarqua, la disciplina, la obediencia y lealtad, y la reserva y el secreto de sus acciones. Adems, en la mayora de los pases latinoamericanos los ejrcitos han tendido a resistirse a la supervisin y el control civil. En contraste, las policas son entrenadas y organizadas para resolver problemas, prevenir y controlar el delito, as como para mantener el orden pblico, operando en cercana colaboracin con la sociedad y haciendo un uso proporcional de la fuerza al cumplir con sus tareas. La polica debe ser receptiva a los controles del gobierno y de la sociedad civil, sus acciones son visibles y estn sujetas al escrutinio pblico. Por tanto, un modelo policial civil debe considerar en su diseo el principio de que sus funciones fundamentales se orientan hacia la proteccin de los derechos de la ciudadana, la garanta de la vigencia de un ambiente de seguridad ciudadana, y el cumplimiento de la ley por todos los integrantes de la sociedad, incluyendo, obviamente, a los miembros de los cuerpos policiales. Un elemento que debe ser tenido en cuenta en los procesos de reforma policial en Latinoamrica es la relacin histrica entre las policas nacionales y las autoridades de Estados Unidos encargadas de estos asuntos, en tanto que estas ltimas han tenido influido significativamente en los lineamientos y acciones de algunas de las instituciones policiales de la regin. Por ello es importante reflexionar sobre si mediante los convenios de cooperacin con las autoridades estadounidenses se est promoviendo en los ejrcitos, cuerpos de polica y servicios de inteligencia, alguna distorsin en sus prioridades, debidos a los alcances y efectos nacionales y regionales de las polticas antiterroristas y antidrogas promovidas por ellas, en cuanto a recopilacin de informacin, actividades de apoyo y servicios, de control y seguimiento a transacciones financieras y a documentacin especializada, y el control y seguimiento al lavado de activos. Adems, ante lo ambiguo del trmino terrorismo hay que tener cuidado de que no surja algn tipo de manipulacin, como la que vivieron la mayora de pases de la regin con el trmino comunismo durante la guerra fra. Habr que considerar as mismo las posibles contradicciones entre la orientacin de las polticas de seguridad pblica vigentes en la mayora de pases y su coherencia respecto a la cooperacin con la poltica de seguridad estadounidense. Contradicciones, precisamente, en cuanto a reducir o suprimir la participacin militar en la seguridad interna y ubicarla bajo el control de las autoridades civiles, a conceder mayor participacin militar en la lucha antidrogas, y recortar las distancias entre los servicios de inteligencia y el sistema judicial, lo que podra afectar, como lo ha hecho, las garantas de respeto a los derechos humanos y la jurisdiccin del sistema de justicia, mediante la vigencia del debido proceso.
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(cuando el orden se ha restablecido, se ha detenido al delincuente, etctera), pero tambin es decisin de la polica terminar o suspender la aplicacin de la fuerza en cada caso, segn motivaciones que estn cubiertas por un derecho excepcional, el derecho policial. De esta forma, las normas que regulan su funcin habilitan a los policas para hacer uso de la fuerza y establecen tambin las fronteras de ese uso, sealando las condiciones para que sea legtimo. En el espacio social especfico, la determinacin policial tiene el carcter de soberana: el agente decide sobre una situacin de excepcin, mediante determinaciones que buscan poner orden y reinstaurar una situacin normal, en lo cual radica la esencia de la soberana del Estado, delegada en gran parte en la institucin. Que la polica sea la instancia a la cual el Estado ha entregado el uso de la fuerza para imponer la ley tiene implicaciones segn las cuales ms importante que el uso de la coercin es la amenaza de su utilizacin. La expectativa del uso de la fuerza opera entonces como medida de regulacin. Sin embargo, cuando esa expectativa es baja, debido a la percepcin que tenga la poblacin sobre la ineficiencia de la polica, surge el riesgo de que se tome la justicia por mano propia, lo que supone un ejercicio violento o tumultuario de ella, prctica que no corresponde al Estado social de derecho y que pone en riesgo grave su legitimidad, ya que la justicia solo es aceptable cuando proviene de los espacios jurisdiccionales establecidos y legtimos. Ahora bien, los policas tambin tienen expectativas respecto del sistema de justicia: si este no asegura el castigo que los agentes creen que los delincuentes merecen, estos tambin podran intentar ejercerla sumariamente, forma de ejercicio del poder que les ha delegado el Estado nociva para todos los involucrados y que cuestiona a los gobiernos y a la calidad de las democracias. El principio, fundamental en una democracia, de apego irrestricto al Estado de derecho, puede generar cierto rechazo en los policas que consideran que adherir a la idea y a los lmites de los derechos humanos es muy restrictivo para su labor. Adems, son frecuentes las quejas en cuanto a que la justicia penal no es lo suficientemente severa para procesar a los delincuentes tal como ellos y las vctimas lo esperan. Tambin son recurrentes los reclamos de quienes ven y experimentan el uso excesivo de la fuerza y la intimidacin, especialmente en grupos o barrios estigmatizados como foco de delincuencia. A esto se suman los cuestionamientos de las organizaciones de la sociedad civil, la academia y los organismos internacionales frente a las instituciones que no respetan el Estado de derecho y los derechos humanos. La funcin policial se mueve, adems, entre dos modos de ejercicio: servir a los objetivos polticos y, tambin, a los objetivos sociales, ambos indisociables y en interaccin. Una polica que cumpla su funcin por fuertes motivaciones polticas (concentrada en asegurar las instituciones polticas) y dbiles motivaciones sociales, es autoritaria. Una de carcter comunitario es aquella cuyo funcionamiento y organizacin estn orientadas, primordialmente, a asegurar y proteger a las personas y sus bienes, y a responder a las expectativas sociales, haciendo nfasis en la asociacin y el consenso.
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Para influir en el funcionamiento poltico de la sociedad, la polica no solo dispone del monopolio del uso de la fuerza. En razn de su misin y sus funciones, sirve de intermediaria entre el sistema poltico y el entorno social, de los que recoge informaciones que luego transmite entre ambos, articulando as sus relaciones, una de las razones de la trascendencia de su actividad. Al ser una institucin que por su funcin est en contacto permanente con la ciudadana, es uno de los aparatos administrativos mejor informados sobre lo que sucede en la sociedad y sobre las demandas sociales, convirtindose as en uno de los canales de informacin del sistema poltico para saber qu pasa en los distintos mbitos sociales. Su injerencia en este sentido variar dependiendo del tipo de sistema poltico en el que est: autoritario o democrtico. Teniendo tanta informacin a su disposicin, puede filtrarla, voluntaria o involuntariamente, e incidir sobre la intensidad y oportunidad de las respuestas del poder poltico. Al disponer de esta capacidad, puede influir en la regulacin u ordenamiento que las autoridades hagan de las demandas provenientes del entorno social. Como la polica juega un rol en la socializacin poltica de los individuos, es ms importante an contar con informacin vlida sobre su gestin y los resultados de la misma. Por ello es necesario introducir elementos para controlar el uso que haga de su poder discrecional en aquellos mbitos de decisin individual que la ley por ser general no alcanza a regular.
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accin letal. Desde el punto de vista orgnico configuran organizaciones muy rgidas, burocratizadas y disfuncionales a la adaptabilidad estratgica, tctica y operacional que hoy requiere la polica. En este marco, la desmilitarizacin de la polica supone:
El cese de toda forma de dependencia orgnica, funcional y doctrinal en relacin con las fuerzas armadas y, en consecuencia, su dependencia orgnica y funcional del organismo gubernamental civil responsable de la gestin de la seguridad pblica. a desmilitarizacin de las estructuras de mando, las modalidades de poL liciamiento preventivo y complejo, de los regmenes profesionales, de los sistemas de formacin y de los mecanismos de control policial1.
Cuando sea el caso, se debe iniciar un proceso para abandonar la mentalidad militar dentro de la polica y estimular la creacin de una cultura institucional propiamente policial, combatiendo la corrupcin y la impunidad interna, uno de los factores que ha contribuido a debilitar su actuacin y a deteriorar su imagen ante la poblacin. Es indispensable debatir y definir con claridad en qu circunstancias podra el ejrcito apoyar a la seguridad interior, en particular si se considera la capacidad de armamento ofensivo, organizacin, logstica y movilidad que poseen actualmente el crimen organizado y la narcoactividad. Si bien la emergencia de una amenaza interna de carcter militar obliga en ocasiones a los Estados a formar fuerzas policiales especiales con capacidad de reaccin militar y a utilizar al ejrcito contra ciertas actividades, los casos, las facultades y los procedimientos deben ser completamente claros, y estos operativos estarn siempre al mando de las instituciones civiles responsables de la seguridad pblica.
Ello no excluye la posibilidad de que se fortalezcan los cuerpos policiales militarizados o las fuerzas policiales intermedias con organizacin y despliegue militar, como la Gendarmera Nacional en Argentina o los Carabineros de Chile, para enfrentar problemticas como el accionar de grupos polticos ilegales u organizaciones delictivas (de contrabandistas o narcotraficantes, por ejemplo) con capacidad de ocupacin territorial o de control de regiones o sectores sociales, o con despliegue y operatividad militar. Frente a tales desafos, tan frecuentes en la regin, el fortalecimiento de cuerpos policiales intermedios sera un notable avance institucional para robustecer el sistema de seguridad pblica y hara menos factible que las fuerzas armadas se ocuparan de esas labores policiales.
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cumpla las leyes, las normas y los reglamentos vigentes, y reacio a las manipulaciones polticas de parte de los gobernantes o funcionarios de turno. Por su conformacin histrica como institucin estatal concentrada en mayor o menor grado en el control poltico y social, en algunos pases de Amrica Latina la polica ha sido una institucin muy politizada que ha estado dirigida, extraoficial y subterrneamente, por autoridades polticas sin facultades de direccin policial, que han incidido mucho sobre los ascensos, destinos y ocupacin de los cargos y que incluso han formulado lineamientos y directivas en materia de seguridad. Legisladores, alcaldes y dirigentes polticos influyen, presionan y mandan, ms o menos en la sombra, a jefes policiales e integrantes de la institucin, y hasta deciden acciones y operaciones concretas, al amparo de la proteccin poltica informal que le garantizan a sus referentes policiales. Manejo informal de la polica que implica la proteccin y el encubrimiento de mandos y cuadros corruptos que amparan redes delictivas mediante las cuales se generan cuantiosos fondos ilegales. Supone tambin disponer de medios policiales para desarrollar acciones encubiertas tendientes a dirimir pujas con adversarios polticos o contiendas electorales, manipulacin poltica favorecida por el desinters de la clase poltica en relacin con la seguridad pblica y la ausencia de polticas integrales en el ramo. En este marco, la despolitizacin de la polica implica:
l cese de toda forma de manipulacin y utilizacin poltica o de direccin E extrainstitucional o informal de parte de gobiernos de turno, parlamentarios, autoridades judiciales o locales, o sectores polticos y sociales con intereses particulares. La neutralidad poltica de la polica. a sujecin policial al ordenamiento legal y normativo democrtico y, en L ese marco, a las autoridades civiles responsables de la direccin de los asuntos de la seguridad pblica.
Preceptos fundamentales de la profesin policial en un ordenamiento institucional democrtico que deben traducirse en leyes y reglamentos y formar parte de los parmetros centrales en la formacin de base y en la capacitacin y especializacin de los policas. Toda reforma policial implica un proceso complejo de reestructuracin doctrinaria, orgnica y funcional, asentado en un conjunto de cambios institucionales en cinco dimensiones fundamentales: 1) las funciones de la institucin policial y de su trabajo; 2) su organizacin; 3) la profesin policial; 4) su educacin; y 5) el control policial. En ese marco, debe considerar ciertos elementos fundamentales para el buen funcionamiento de la institucin, razn por la cual sus lineamientos permanentes de actuacin requieren: 1) fortalecer el carcter pblico y civilista de la polica; 2) aclarar sus funciones; 3) evitar la burocratizacin; 4) mejorar la formacin y capacidades de su personal; 5) contar con equipamiento adecuado
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segn las funciones que ha de cumplir; y 6) estar cerca a los problemas de los ciudadanos. Adems, para que funcionen, las reformas policiales han de disearse de acuerdo con el diagnstico de la sociedad en la que se vayan a hacer, tomando en consideracin los orgenes, la naturaleza y las caractersticas de sus estructuras de seguridad y justicia. Adicionalmente, para que sean integrales y verdaderamente efectivas, deben trabajar en tres frentes fundamentales: 1. Disear y poner en ejecucin un modelo policial preventivo implementado mediante la creacin de policas comunitarias, a cargo de las tareas policiales de prevencin de la violencia y el delito; apoyo a la prevencin para facilitar la reinsercin y la no reincidencia; y atencin para la niez y adolescencia en riesgo y en conflicto con la ley. 2. Disear y poner en ejecucin un modelo policial especializado en investigacin criminal, que garantice su eficiencia mediante la articulacin de instituciones y procesos, a fin de fortalecer la bsqueda de pruebas cientficas y colaborar con la administracin de justicia y el sistema carcelario, adems de apoyar el combate al crimen organizado, la narcoactividad y la delincuencia comn, lo que exigir la existencia de unidades especficas de investigacin y de servicios de inteligencia criminal. 3. Disear y poner en ejecucin fuerzas policiales especiales capaces de combatir la narcoactividad y el crimen organizado, para lo cual se deber considerar la necesidad de apelar a la formacin y entrenamiento militar de los cuerpos policiales asignados, garantizando su estricta sujecin a la ley, al respeto a los derechos humanos, al Estado de derecho y a la autoridades civiles legtimamente establecidas. Los programas de formacin de nuevas generaciones de agentes, oficiales y mandos policiales deben tener un enfoque civil y considerar procesos de formacin especializados que establezcan claramente las diferencias entre la polica y las fuerzas armadas, en trminos de su carcter institucional, funciones, relaciones con los civiles y compromiso con el respeto por los derechos humanos. Las nuevas instituciones policiales sern eficientes y eficaces en cumplir y hacer cumplir con la ley, y brindar seguridad a la ciudadana, lo que contribuir a evitar la proliferacin de policas privadas, escasamente controladas, que prestan servicios de seguridad a las clases y sectores sociales que pueden sufragarlos, lo cual es tambin una forma de exclusin social. As, adems, la poblacin no considerar necesarias a las fuerzas armadas para solucionar sus problemas ni pedir su presencia en las calles, como lo hace hoy en da, por cuanto los cuerpos policiales sern suficientes para combatir la violencia y la delincuencia.
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fuerzas entrenadas para ello. Por tanto, la estructura institucional ha de ser clara en cuanto al cumplimiento de cada funcin y los perfiles adecuados para desempearlas, e incluir instancias de coordinacin entre ellas. Esto ayudar a lograr mejores niveles de comprensin entre los miembros de la institucin policial y entre ellos y la poblacin. Las funciones policiales estarn claramente definidas y sern respetadas dentro del mbito de la seguridad interna, dejando a los militares adscritos al mbito de la seguridad externa. Como se dijo, de presentarse una amenaza a la seguridad interna2 que objetivamente supere las capacidades de reaccin de las fuerzas de seguridad civiles, el Estado podra acudir al recurso de ordenar la movilizacin de fuerzas policiales especializadas para contenerla, asegurando que su actuacin est bajo el control y la conduccin de las autoridades responsables de la seguridad civil. Debe evitarse en lo posible que los cuerpos policiales asuman funciones ajenas a las ya indicadas. Por tanto, es indispensable acordar modalidades de proteccin fsica de las legaciones diplomticas ajenas a la proteccin policial; asegurar que la prestacin de seguridad a funcionarios pblicos y extranjeros que visitan el pas no incida en el debilitamiento del cuerpo policial, acudiendo tambin a otras modalidades de proteccin; y disear programas de capacitacin en seguridad penitenciaria especficos para los recursos humanos destinados a funciones de seguridad en los centros carcelarios.
Aunque esto ya est asegurado por los marcos jurdicos internos, el problema es que muchos de ellos diluyen la frontera entre estas amenazas especficas (desastres naturales, por ejemplo) y otras que son propias de la funcin policial, pero donde la precariedad de la polica ha llevado a sumar a las fuerzas armadas.
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El despliegue territorial se debera adecuar en correspondencia con la divisin poltico-administrativa del pas, hacer ms horizontal su jerarqua para facilitar la solucin local de los problemas y evitar la proliferacin de especialidades que lleven a la fragmentacin de la estructura orgnica, para concentrarse en el funcionamiento sistmico. Establecer una estructura orgnica para atender una funcin fragmenta y dificulta el logro de la misin, pues implica crear muchos departamentos especializados, divisiones, direcciones y subdirecciones, que rpidamente se convierten en islas centradas en tareas que no siempre encajan con sus funciones y que por ello no dan resultados. La proliferacin de estructuras organizativas para responder a situaciones de crisis o a demandas particulares es un defecto comn en los rganos de la seguridad pblica, ante el incremento de la violencia delictiva, la percepcin de inseguridad y las nuevas y variadas formas de la delincuencia. Cada una de estas estructuras se organiza y acta sin relacin con las otras, sin integrarse como sistema para lograr los fines establecidos. Entonces, ms que crear estructuras hay que crear mecanismos que articulen procesos, simplificar, eliminar aquello que no genera valor agregado al producto final. Es indispensable determinar qu partes de la organizacin tienen que ver con el funcionamiento de determinado proceso y cmo deben integrarse e interrelacionarse para que cada una contribuya al logro de los resultados buscados. Uno de los retos consistira, por ejemplo, en vincular la investigacin con la prevencin, para hacer que el patrullaje policial o el despliegue territorial funcionen como un servicio inteligente. En muchos casos ese servicio es una presencia policial ciega, desinformada y, por tanto, errtica.
En Guatemala es, por ejemplo, el Instituto Nacional de Estudios Estratgicos en Seguridad (INEES), adscrito al Consejo Nacional de Seguridad.
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cin en cursos de especializacin o de ascenso segn procesos de seleccin por mritos y de evaluacin de la hoja de servicio. Se deber contar con un proceso de formacin policial permanente, que establezca los perfiles y criterios de seleccin, formacin, capacitacin permanente, sancin y promocin de los integrantes de la institucin policial, cubriendo los niveles bsicos, de especializacin y de formacin de mandos medios y superiores. Este proceso se estructurar considerando: 1) el nivel tctico de entrenamiento bsico, que formara a los agentes con educacin media; 2) el nivel operacional de entrenamiento avanzado, para oficiales de carrera, cuya preparacin les permitira asumir los mandos operativos, estratgicos y tcticos de la institucin; y 3) el nivel estratgico de gestin policial especializada, que correspondera a la formacin en el campo de especialidades, en tanto componente de la carrera policial que regulara el mejoramiento de la escala salarial de acuerdo con grado, cargo, especializacin y rendimiento segn la hoja de servicio. En los tres niveles el pensum de estudios debe incluir la actualizacin de los candidatos en materia de derechos humanos y avances en las polticas pblicas de seguridad ciudadana. Ser necesario contar adems con los mecanismos de control que permitan asegurar el cumplimiento efectivo de las etapas de la carrera policial: seleccin, formacin, destinos, actualizacin, desempeo segn hoja de servicios, ascensos, promociones y retiro. El trabajo en equipo, parte del proceso de aprendizaje en las academias de polica, tiene efectos positivos en el proceso de formacin del recurso humano. A lo que contribuye tambin disear e implementar el reglamento de organizacin y funciones, con un enfoque sistmico, e integrar la planificacin estratgica y la toma de decisiones colectiva, mediante consejos en distintos niveles, para fomentar el trabajo en equipo. Todo nuevo modelo policial implica una visin a corto, mediano y largo plazo, que considere la profesionalizacin de los agentes a travs de su paso progresivo por los tres niveles indicados. Ello puede lograrse mediante convenios con centros universitarios y academias policiales del exterior, y llevar a que el proceso acadmico de formacin policial sea gradual, en estudios de pregrado (diplomados tcnicos y licenciaturas) y posgrado (maestras y doctorados). La educacin policial por medio de una carrera ha de ser entonces una de las prioridades en la poltica de seguridad del Estado, de lo que se deriva el compromiso de garantizar el presupuesto para un programa de este tipo, que deber contar con equipo docente especializado, nacional y extranjero, e identificar y estimular la participacin del mayor nmero posible de candidatos que llenen los requisitos de admisin. Especial importancia tienen dos factores: 1) que la seleccin de los aspirantes se haga con base en un perfil de aptitudes, requerimientos psicolgicos, antecedentes acadmicos y profesionales; y 2) la suscripcin de convenios con universidades y academias policiales,
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sobre la base de un pensum diseado, ejecutado y evaluado conjuntamente entre la institucin responsable de supervisar la carrera policial y las autoridades universitarias y policiales correspondientes. La formacin en especialidades demanda presupuesto permanente y suficiente para este rubro, docentes especializados y garantizar que los egresados sean asignados en los cargos o reas para las que se capacitaron. Por ltimo, en cuanto a la doctrina policial, esta encierra la teora policial respecto de las proposiciones fundamentales de la organizacin, de sus metas, objetivos, filosofa, misin y modo de alcanzarlos, y seala el tipo de personas que se precisan para cumplir con la misin y las funciones, al establecer sus obligaciones desde el punto de vista moral y funcional. Las variaciones en la doctrina institucional llevan al cambio en los valores del modelo policial en cuestin y en la definicin del perfil policial.
7. Bien equipada
Adems de garantizar el presupuesto necesario, se requiere evaluar de modo permanente la calidad del gasto en equipamiento y establecer la necesidad y conveniencia de su adquisicin, mediante indicadores coherentes con los objetivos y las metas de la agenda de seguridad correspondiente, de la que se derivarn, precisamente, los requerimientos tcnicos y de equipamiento. Debern crearse entonces mecanismos mixtos al ms alto nivel policial y ministerial para: 1) determinar la cantidad y calidad del equipo requerido; 2) desconcentrar su ejecucin y servicios territoriales; 3) cumplir estrictamente lo establecido en la ley al respecto; y 4) mantener controles internos y externos sobre los procesos de compra y asignacin. El criterio rector es que las fuerzas policiales se equiparn de acuerdo con las funciones que les sean asignadas, teniendo en cuenta, por ejemplo, que cuando se trata de enfrentar y combatir el crimen organizado este puede contar con mejor armamento y medios de comunicacin y movilizacin que la propia fuerza pblica.
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la definicin y asignacin de recursos. Por otro lado, entre las polticas macro, de arriba hacia abajo, y las micro, de lo local hacia arriba, debe haber una relacin constante, para que se integren y se adecuen a las demandas locales. Con base en esto se reorganizarn el despliegue policial territorial y los servicios segn las problemticas locales. Los procesos de descentralizacin establecen bases normativas que facultan a las policas locales para funciones como el control del trnsito, la vigilancia en mercados, la proteccin de turistas y la vigilancia en tramos de carreteras, caminos y fronteras, entre otras. Estas funciones habrn de coordinarse con las autoridades centrales de la polica, para evitar que esa autonoma relativa lleve a la emergencia de conflictos de jurisdiccin. Por tanto, los gobiernos locales, al coordinar los actores que participan en este tipo de iniciativas y en las intervenciones que previenen la violencia y la delincuencia, deben acatar la legislacin que regula las funciones policiales autnomas que asuman, y actuar en coordinacin con las iniciativas de la polica nacional en el territorio local. Las acciones policiales vinculadas con los gobiernos locales incluyen: 1) asistencia en casos de emergencia; 2) control de espacios pblicos; 3) seguridad en actos pblicos; 4) cumplimiento de las reglas de trnsito; 5) cumplimiento de los reglamentos municipales; y 6) control del comercio ilegal, entre otros. El nivel central y los gobiernos locales asumirn tres retos: 1) garantizar la capacitacin del personal municipal, a fin de que los funcionarios de las diversas reas reconozcan su rol en la prevencin de la violencia y la delincuencia; 2) coordinar con la institucin policial nacional para que las acciones desarrolladas localmente tengan mayor impacto y se reconozca al gobierno municipal como eje de la poltica preventiva local; y 3) definir la agenda local de seguridad en el marco de una estrategia para mejorar la calidad de vida de los habitantes, enfatizando en la prevencin de la violencia y la delincuencia. Todo esto estar acompaado de un consenso entre los gobiernos locales y el nacional, respecto a la necesidad de financiar estas iniciativas desarrollando mecanismos de coordinacin interinstitucional y de evaluacin, y estructuras pblicas para apoyarlos. La mayora de las buenas prcticas desarrolladas en este campo en pases industrializados han partido de un apoyo gubernamental decidido que permite su sostenibilidad en el tiempo (Dammert y Paulsen (eds.), 2005; Dammert y Bailey (coords.), 2005). Es vital avanzar hacia mecanismos de financiamiento asociativo entre el sector privado y las organizaciones no gubernamentales, alianzas pblico-privadas, incorporar estos principios a la doctrina policial, y ofrecer capacitacin sobre estrategias de aproximacin y relacin comunitaria.
9. Prxima a la comunidad
Es necesario establecer y consolidar las relaciones entre la institucin y las comunidades, mediante una labor respetuosa y eficiente de los cuerpos policiales. Un concepto eje en esta materia es la legitimidad y confianza que la
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ciudadana le reconoce a la polica, mediante la construccin de confianza que la lleve a demandar informacin o ayuda y a presentar las denuncias sobre asuntos que lo ameriten. La colaboracin social, individual y organizada, como mecanismo de participacin en el sistema de control del Estado, es mayor cuando se pueden prever los resultados de la denuncia o la peticin de ayuda a la polica, por factores como el conocimiento positivo, directo e indirecto, de experiencias previas. Para que haya confianza entre la polica y los ciudadanos la conducta policial debe ser tal que la sociedad vea disminuir los delitos y la violencia, as como la participacin en situaciones de corrupcin. Recuperar la confianza ciudadana requerir, en muchos casos, de una reforma profunda de las instituciones policiales, que incluya el fortalecimiento de los lazos con la comunidad y la transformacin del rea de las actividades complejas. La opcin por el cambio de modelo al de polica comunitaria implica tambin cambios en la concepcin del rol de la polica en la sociedad y se debe expresar en una estrategia de formacin coherente. As, los cambios sern cualitativos y relacionados con la doctrina y la visin, y aunque la misin puede permanecer, en lo central sern distintas las estrategias y los nfasis para su logro. Los cambios estructurales, orgnicos y funcionales se relacionan con las nuevas estrategias que demanda la reforma, pero siempre requieren de un cambio en lo doctrinario. Uno de los mayores desafos en la regin es introducir el modelo comunitario o de proximidad en la funcin preventiva, partiendo de programas piloto que cumplan con las caractersticas de dicho modelo, y que deben ser monitoreados para hacerles los ajustes necesarios durante el proceso. El modelo organizacional policial ha vivido numerosos cambios en los ltimos aos, y uno de los ms importantes ha sido el advenimiento de la polica comunitaria (de proximidad, de resolucin de problemas), donde el acento se ha puesto en la cercana y asociacin con la comunidad, con la finalidad de resolver los problemas del entorno, reorientando la toma de decisiones en agentes intermedios y en los policas de terreno (vanse en el Anexo 3 las experiencias chilena, Hacia un modelo de integracin polica-comunidad? El caso de Carabineros de Chile; y colombiana, La reforma policial en Colombia).
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control funcionen, manteniendo vigente el valor simblico de la norma, lo que se concreta en las sanciones ante su incumplimiento.
Centrada en el delito, desorden y calidad de vida: solucin problemas. Proactiva. Mediadas de xito: delitos, llamadas recibidas
Aislada de la comunidad: cultura policial dirigida al interior de la organizacin. Mando y control centralizado. Baja relacin con otras agencias.
Fuente: elaboracin de Patricia Arias.
Abierta, asociada con la comunidad. Descentralizado y en colaboracin con la comunidad. Participativa e integrada.
El modelo comunitario de polica requiere de sus propios indicadores para evaluar objetivamente sus resultados, incluyendo los que tienen que ver con la infraestructura, el equipamiento y el tipo de operaciones. La descentralizacin administrativa y la delegacin de autoridad y mayor autonoma en los niveles operativos y locales de la polica obligan a tener indicadores locales sobre las relaciones con la comunidad, considerando factores como sexo, edad, nivel socioeconmico y cultural, entre otros, que se pueden agrupar en indicadores de procesos y de resultados. Los primeros referidos a acciones o intervenciones que formen parte de las estrategias de polica comunitaria y permitan monitorear el desarrollo de los programas y alertar a tiempo sobre la necesidad de corregir o reorientar las estrategias. Los de resultados, por su parte, refieren a las consecuencias perdurables de las acciones de la estrategia, mediante indicadores cuantitativos como la denuncia de delitos o el reporte interno de los delitos y la percepcin de inseguridad (victimizacin). Sirven para evaluar ex post, empricamente, las consecuencias de las acciones policiales, si son o no eficaces como poltica pblica. Ambos tipos de indicadores son parte de una cadena de medios, acciones y objetivos y se representarn en forma numrica y porcentual. Indicadores vlidos sobre las relaciones entre la polica y la comunidad, de acceso pblico, permitirn que la ciudadana pueda evaluar y retroalimentar a la polica sobre sus relaciones con ella.
3. Funciones especializadas
Los elementos expuestos son vlidos para los tres modelos mencionados arriba, que corresponden a las funciones fundamentales que deben desempear los cuerpos policiales: la prevencin, la investigacin criminal y ciertas tareas especiales, como la lucha contra el crimen organizado. Las funciones de prevencin incluyen tareas de patrullaje, control y atencin a las demandas ciudadanas; las de investigacin criminal la recoleccin y el uso de informacin sobre las formas de actuacin de la delincuencia, el manejo adecuado de la escena del crimen y la custodia de los indicios de prueba, la formacin, organizacin y utilizacin de bases de datos para la identificacin de sospechosos y reincidentes, y la recoleccin de informacin que pueda servir de prueba para esclarecer responsabilidades individuales por hechos punibles especficos. Otra es la funcin de mediacin o gestin policial, entendida como una mediacin no judicial relacionada con conflictos sociales cotidianos que consumen buena parte del tiempo del servicio policial. Dada su importancia dentro del sistema de administracin de justicia, el modelo relativo a la investigacin criminal merece un desarrollo ms detallado.
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debido a la falta de sustento en los partes policiales, en especial por asumir el estado de flagrancia en la comisin de casi todos los delitos, y por la incapacidad de sustentar una acusacin adecuada basada en pruebas cientficas o testimoniales. Por tanto, los procesos de bsqueda de pruebas cientficas debern fortalecerse, para no depender solo de las testimoniales. Esto exige recursos y capacitacin especializada en procesos de investigacin criminal. Ello es otro motivo que muestra lo indispensable de establecer una relacin estable y armnica entre la comunidad y la polica, que ayude a fortalecer las etapas iniciales de la investigacin criminal. Lo cual contribuir a dar credibilidad a la recoleccin de elementos de prueba, indispensables para sustentar una acusacin, evitando as que un mal procedimiento policial obstaculice desde el inicio la funcin acusatoria del ministerio pblico. Para el procesamiento adecuado de la escena del crimen, actividad de campo que desarrollar la polica de investigacin criminal especializada, debe contarse con todas las garantas, lo cual supone el fortalecimiento de las capacidades tcnicas y cientficas de los policas que cumplen esta funcin, para superar los problemas que han sido una de las principales causas de una impunidad casi generalizada. El accionar policial ha de contar con buenos productos de inteligencia, tecnologa adecuada y relaciones confiables con la comunidad para identificar los problemas. Para que el sistema de justicia penal no se desborde, es indispensable tambin utilizar adecuadamente las instituciones procesales que permiten solucionar anticipadamente los procesos ya iniciados. Las partes deben ser orientadas en el uso de los mecanismos de conciliacin y cierre, lo que le evitara al sistema desgastarse en la persecucin penal de delitos menores. Por todo lo anterior, es necesario separar la funcin de investigacin criminal de la de prevencin, con nfasis en la profesionalizacin de los investigadores policiales, mejorar los controles en las tareas de investigacin y lograr la coordinacin y direccin de la investigacin criminal con el ministerio pblico. Dado que es inconveniente que el ministerio pblico cuente con investigadores judiciales, por el riesgo de una policiacin de la fiscala, es recomendable que un grupo de agentes fiscales se especialice en investigacin criminal, para asignarles la responsabilidad de coordinacin y direccin que debe asumir el ministerio pblico en esta materia, con lo cual seran mayores las posibilidades de garantizar la legalidad en la obtencin y validacin de los medios de prueba. As, en la fase preparatoria de la accin penal, la coordinacin y direccin adecuada de la investigacin para recoger elementos de prueba permitira sustentar la acusacin, al cumplir con los requisitos legales en todas sus fases: reconocimiento, reconstruccin, inspeccin y peritaje. Sera necesario entonces: 1) que un grupo de agentes fiscales del ministerio pblico se especialice en mtodos y tcnicas de investigacin criminal; 2) que los agentes fiscales comprendan que deben asumir la direccin funcional de la
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investigacin criminal; 3) que la funcin operativa de la investigacin la cumpla exclusivamente una polica de investigacin criminal especializada1; y 4) que esta polica cumpla las instrucciones que le imparta el agente fiscal responsable de la conduccin de la investigacin criminal. La investigacin criminal, considerada en algunos casos la viga maestra del esfuerzo del Estado para estructurar el sistema de administracin de justicia penal, demanda disear, poner en ejecucin y fortalecer un programa especializado de inteligencia e investigacin criminal que permita: 1) penetrar los sistemas de poder criminal; 2) estudiar sus lgicas operativas y territoriales; 3) identificar sus modalidades de funcionamiento y a sus colaboradores; 4) conocer sus soportes dentro de las estructuras econmicas, sociales y polticas; 5) medir sus alcances; y 6) disear e implementar un sistema de controles democrticos, internos y externos, aplicables al funcionamiento del programa. Lo anterior deber apoyar y hacer parte de la formulacin y puesta en ejecucin de la poltica del Estado contra el crimen, que incluya una poltica de persecucin criminal que permita articular interinstitucionalmente las siguientes acciones: 1) mejorar los controles externos e internos a fin de verificar que el trabajo de investigacin criminal se realiza adecuada y coordinadamente; 2) establecer mecanismos de evaluacin y control de calidad; 3) acordar las coordinaciones y capacitaciones interinstitucionales necesarias; 4) articular canales permanentes y flexibles de comunicacin; 5) reglamentar el alcance de la actuacin de la polica de investigacin criminal especializada y el rol de la fiscala, en especial los procedimientos y protocolos de investigacin y de la conduccin funcional por parte del ministerio pblico; 6) mantener un registro actualizado de los agentes y oficiales que hayan prestado servicio en los cuerpos de seguridad del Estado y que hayan causado baja por depuracin o por haber incurrido en ilcitos penales; y 7) mantener actualizado un registro de huellas balsticas de todas las armas utilizadas por las fuerzas de seguridad, instituciones autnomas y organismos del Estado. Respecto a la articulacin de un programa especializado de inteligencia2 e investigacin criminal, existen opiniones encontradas en relacin con su ubicacin y su estructura orgnica. Algunos opinan que no debe estar en el organismo judicial; otros proponen que funcione dentro del ministerio pblico; y otros ms sugieren que se ubique en el organismo ejecutivo; existien-
Para mayor informacin sobre esta propuesta, vase Javier Monterroso Castillo. 2008. Investigacin criminal, estudio comparativo y propuesta de un modelo de polica de investigacin en Guatemala. Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala. Guatemala. Agregamos a esta propuesta la funcin de inteligencia para dar inicio a un debate que permita establecer el camino adecuado para vincular la funcin de inteligencia con la de investigacin criminal, guardando las distancias legales correspondientes; esto podra darse mediante coordinaciones entre las autoridades de los organismos de seguridad y las de las agencias de inteligencia (militar, civil y estratgica) o directamente hacia el sistema de inteligencia, cuando exista.
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do tambin la propuesta de que se trate de un ente de investigacin criminal autnomo. La decisin al respecto depender del anlisis de las necesidades especficas en cada contexto.
Problema delictivo: grupo de incidentes o eventos criminales de similar naturaleza y modalidad (por ejemplo, robos, hurtos, secuestros, asaltos, lesiones, homicidios, etctera), que concierne e impone la intervencin policial para prevenirlos, conjurarlos o investigarlos.
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criminales, sus formas de manifestacin, frecuencia, lugar de comisin, vctimas, horarios, autores y protagonistas, as como los modos de la actuacin policial frente a eventos especficos o tipos de problema, y el impacto sobre ellos. Es necesario tener un sistema inteligencia criminal que elabore cuadros de situacin apropiados, coyunturales y estratgicos, acerca de las problemticas delictivas sobre las que deben actuar las unidades operacionales, dando lugar a modalidades efectivas de policiamiento focalizado. La inteligencia policial debe contar con informacin aportada por informantes de diversa ndole, no solo de vinculados a las actividades delictivas. Informacin que ser procesada, analizada y usada por las reas conformadas para ello, que trabajarn conjuntamente con el sistema operativo, para contribuir a planificar la labor operativa y evaluar el impacto de su labor en las problemticas criminales. El desafo es conformar un nuevo sistema de inteligencia criminal orientado a la produccin y gestin del conocimiento criminal4 sobre los problemas delictivos con incidencia sobre la seguridad pblica, para elaborar, planificar y formular las estrategias y directivas operacionales en materia de seguridad preventiva y compleja, generales o especficas, que deban ser implementadas por las unidades y divisiones operacionales de la polica, bajo la direccin funcional del centro o entre rector creado para tal fin. En efecto, la disposicin, el despliegue, las formas y los medios de intervencin de las diferentes unidades y divisiones operacionales de la polica deben derivar del conocimiento criminal estratgico y tctico elaborado por un departamento de inteligencia criminal adscrito a ese ente. En este marco, el sistema policial de inteligencia criminal debera estructurarse sobre la base de las siguientes funciones y sus componentes: 1. Recoger y generar informacin criminal durante el desarrollo de sus labores o por requerimiento de las reas de inteligencia criminal o de planificacin y direccin operacional. La recoleccin y generacin y de la informacin criminal podra estructurarse sobre la base de:
La adquisicin de la informacin criminal, expresada en datos, textos,
voces o imgenes, que puede provenir de diversas actividades y fuentes pblicas o reservadas.
La transmisin de esa informacin por parte de las unidades y divi-
siones operacionales de la institucin al departamento de inteligencia criminal o al rea de inteligencia criminal de la unidad regional o departamental de referencia, siempre a travs de un medio seguro.
Conjunto de conocimientos referidos a los problemas delictivos expresados en dos niveles: 1) el conocimiento o inteligencia criminal estratgica; y 2) el conocimiento o inteligencia criminal tctica. La informacin criminal, por su parte, es el conjunto de datos, imgenes, relatos o testimonios obtenidos de fuentes pblicas o reservadas referidos a un evento o problemtica criminal, y cuya generacin, recoleccin, sistematizacin y anlisis permite elaborar un cuadro de situacin del conjunto de las problemticas delictivas. Puede ser de diferente tipo, a saber, 1) la rutinaria; 2) la informacin sistemtica; 3) la requerida; y 4) la relevante.
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2. La sistematizacin y el anlisis de la informacin criminal, proceso mediante el cual el departamento de inteligencia criminal o el rea de inteligencia criminal de la unidad regional o departamental, la sistematizan, analizan y difunden. En funcin de ello, esa sistematizacin y anlisis debera estructurarse sobre la base de:
La sistematizacin: clasificacin, ordenamiento y almacenamiento de
la informacin criminal recibida por las unidades y divisiones operacionales de la institucin o generada por las reas especializadas en inteligencia criminal, de acuerdo con las fuentes, el tipo de informacin y el contenido de la misma y, a partir de ello, asegurando su ordenamiento y almacenamiento por evento o problemtica delictiva.
El anlisis de la informacin criminal, interrelacionando, evaluando e
interpretando el conjunto de la informacin sistematizada por tipo de problema delictivo. El anlisis criminal se basa en informacin administrativa, tctica, acadmica, de informes, reportes, tcticos y estratgicos, y de inteligencia. En resumen, los reportes de inteligencia criminal estratgica, tctica y administrativa deben servir como sustento bsico para formular las estrategias y operaciones policiales de seguridad preventiva y compleja. Son pues un insumo fundamental para planificar, ejecutar y evaluar las operaciones policiales, en el marco de una modalidad eficiente de policiamiento focalizado. Los protocolos con los criterios, parmetros y procedimientos de generacin, recoleccin, sistematizacin, anlisis y difusin de la informacin criminal sern elaborados, formulados y dictados por la instancia rectora del sistema policial. La omisin en la transferencia o traslado de la informacin criminal generada o recolectada, o su transmisin falsa, parcial o sin las medidas de seguridad, constituye falta disciplinaria grave, sin perjuicio de que constituya delito.
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mas policas a procesos de cambio. Para superar esos obstculos ser indispensable contar con la voluntad poltica de las autoridades involucradas, real y a largo plazo, no solo retrica y coyuntural. Es conveniente recordar que los procesos de reforma policial implican cambios organizativos, por lo que lo ms importante es garantizar procesos, lentos y complejos, que logren un cambio de mentalidad en los agentes y en toda la cadena de mando, en la cultura organizacional y en la sociedad. Sin desestimar lo complejo de las realidades nacionales y regionales, es claro que la institucin policial ocupa una posicin estratgica en el proceso de reformas al sector de seguridad y justicia, dado que puede funcionar como disparador de cambios en cascada en las otras instituciones. Adems, la reforma debe inscribirse en un esfuerzo mayor de modernizacin del aparato pblico, lo cual podra estimular la aceptacin al cambio en la institucin, al comprender que se est en el marco de un proyecto ms amplio, lo que podra reducir las resistencias internas al proceso. Plantear los propsitos de la reforma policial como parte de procesos de cambio y de mejora continua de la calidad de los servicios contribuira a evitar la idea de que se est comenzando desde cero. Cualquier reforma ser ms fcil de ejecutar si su objetivo es alcanzar procesos de profesionalizacin, permanencia y estabilidad de la institucionalidad civil de la seguridad, buscando que el liderazgo interno y los altos mandos se comprometan con ella.
3. Planeacin integral
Dado que la mayora de las reformas policiales emprendidas en Latinoamrica se plantearon cuando la sociedad manifest un sentimiento adverso respecto a los cuerpos policiales, acusndolos de corruptos e ineficientes, muchas de sus orientaciones han incluido la reorganizacin institucional, la depuracin de elementos corruptos, la mejora de los sistemas de reclutamiento y formacin, as como la inclusin de mecanismos de vigilancia y participacin de parte de la sociedad civil. No obstante, puesto que por lo general se han planteado para responder a situaciones coyunturales, no han sido concebidas de manera integral y a largo plazo. En consecuencia, y como se dijo, antes de empezar otra serie de reformas es necesario reflexionar objetivamente sobre los efectos reales de las polticas pblicas represivas de seguridad, reconocer que no existen evidencias de que su aplicacin haya reducido significativamente los ndices de criminalidad, como tampoco lo ha hecho el endurecimiento o aumento de penas o la tipificacin de nuevos delitos. Es necesario tambin disear y ejecutar polticas y estrategias que estimulen el acercamiento paulatino entre los cuerpos de polica y las comunidades, que ayuden a incrementar la confianza hacia la institucin, as como la percepcin en los agentes de que con su actuacin estn construyendo entendimientos comunes, elementos propios a una identidad, y un sentimiento de pertenencia dentro de la cultura policial.
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4.1 Liderazgo
Las autoridades gubernamentales y en particular los polticos y tcnicos encargados de dirigir la seguridad pblica tienen la responsabilidad exclusiva de definir y formular el modelo de institucin policial, de disear y llevar a cabo la reforma policial y de determinar los tiempos y ritmos de ese proceso y sus impactos y consecuencias. Una reforma policial que entrae un cambio organizacional e ideolgico importante necesita del liderazgo poltico comprometido y a largo plazo de las altas autoridades del gobierno, que deben dirigirla y ponerla en ejecucin, y de la sociedad en su conjunto, que debe participar en su diseo, desarrollo, evaluacin y control, por tres razones fundamentales. Porque en los sistemas democrticos las autoridades electas y responsables del ejercicio del gobierno son las responsables de decidir cmo, cundo y de qu manera deben abordarse los conflictos y la problemtica delictiva, haciendo uso oportuno, proporcional y controlado del andamiaje institucional que forma parte del sistema de seguridad pblica. Por cuanto al proponerse una polica relacionada con la comunidad, sus diversos componentes pueden aportar con ideas, apoyo y seguimiento a la actividad policial. Y tercero, porque la impronta muy conservadora de las cpulas policiales diluye las posibilidades de procesos integrales de auto reforma. En general, hasta ahora esas cpulas han propuesto como reforma el aumento indiscriminado de recursos humanos, operacionales y financieros, sin poner en tela de juicio sus pilares doctrinales, organizativos y funcionales, propios del modelo tradicional de polica, u ocultndolos cuando su anacronismo y disfuncionalidad son ms visibles. Adems, rechazan permanentemente toda iniciativa tendiente a introducir cambios de fondo en sus instituciones, argumentando que, en general, tienden a destruirlas. Median por tanto razones substantivas e instrumentales para que sean las autoridades gubernamentales las que diseen, dirijan y evalen la reforma policial. Dicho de otra manera: sin liderazgo poltico no hay reforma policial.
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contando con la participacin de la sociedad y de la polica misma. Siendo las autoridades gubernamentales las responsables de disear y desarrollar la reconversin y modernizacin policial, el ejecutivo y el legislativo debern indicar, establecer y verificar que los tiempos y ritmos de las reformas policiales se cumplan, y llevar a cabo las adecuaciones necesarias durante el proceso. La sociedad en su conjunto lo evaluar, en sus resultados, impactos y consecuencias, dirigida, de nuevo, por el gobierno nacional, mediante una discusin pluralista y objetiva. A lo largo de este proceso, a corto, mediano y largo plazo, quienes lo dirijan y participen en l debern mantener un dilogo constante con integrantes de todos los niveles jerrquicos de la polica. El proceso institucional de reforma policial que pretenda reestructurarla administrativa y operativamente solo es posible, repetimos, si su direccin, diseo, ejecucin y evaluacin estn en manos de las autoridades superiores del gobierno, lo cual requiere una amplia capacidad de gestin poltica derivada de:
na clara y firme voluntad poltica de conduccin institucional de la seguU ridad pblica y, especialmente, del proceso de reforma policial. onocimientos tcnico-profesionales sobre los asuntos de la seguridad pC blica y, en particular, de los referidos a la reforma institucional en cuestin. ptitudes operativas e instrumentales para disear, implementar y evaluar A las polticas y estrategias de reforma policial.
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Para resolver estas condiciones adversas se necesita de un poder institucional que combine acciones en dos dimensiones bsicas:
a poltica, en procura de obtener los apoyos y hacer las alianzas polticas L necesarias para el proceso institucional de reforma entre el ejecutivo, el parlamento, los partidos polticos, las autoridades judiciales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicacin. a organizacional, orientada a conseguir apoyos y alianzas con los mandos L superiores y el personal medio y subalterno de la polica, que faciliten el cambio en la institucin y contribuyan a vencer las resistencias.
El desempeo poltico eficaz en estas dos dimensiones es fundamental por cuanto en los procesos de reforma policial las alianzas y apoyos polticos, institucionales y organizacionales suelen ser tenues y fugaces, mientras la resistencia interna y externa al proceso reformista es fuerte y la reproduccin del esquema institucional tradicional permanece activa y est muy arraigada en los diferentes niveles de la institucin. Uno de los principales desafos instrumentales para el xito de la reforma es doblegar el accionar de estos actores sin que el esfuerzo poltico e institucional necesario genere condiciones adversas a la decisin superior de reformar la polica. Los equipos reformistas debern contar en consecuencia con los ms amplios conocimientos y, en lo posible, experiencia. El xito o fracaso en la obtencin y despliegue de esas capacidades redunda en la creacin de condiciones polticas favorables para el proceso poltico-institucional de reforma policial. Por tanto, su principal componente es establecer o fortalecer las instancias gubernamentales del gobierno de la seguridad pblica y, en su marco, de direccin y desarrollo de la reforma policial. Ello requiere a su vez del desarrollo de una estrategia de fortalecimiento de la gobernabilidad poltica de la seguridad pblica que construya gobierno y gobernabilidad en donde tradicionalmente no las ha habido. El proceso integral de formulacin, implementacin y evaluacin de las polticas y estrategias de seguridad pblica requiere de una capacidad de gestin gubernamental efectiva, eficaz y eficiente. Dicha estrategia supone tambin un proceso de despolicializacin de la seguridad pblica, es decir la recuperacin de la conduccin institucional del sector por parte de las autoridades civiles. Teniendo en cuenta el desgobierno poltico que sign al sistema institucional latinoamericano, el fortalecimiento de la gobernabilidad poltica de la seguridad pblica supone un rediseo institucional basado en la conformacin de un dispositivo gubernamental para el ejercicio de la gestin poltica de la seguridad pblica. Ese dispositivo podra ser un ministerio o una secretara de seguridad pblica, a cargo de la formulacin, el desarrollo y la evaluacin de la poltica y el sistema de seguridad, de su conduccin poltico-institucional y, en su marco, de la direccin y administracin de las agencias comprometidas. Lo cual solo ser posible mediante la capacidad de direccin estratgica y de gestin institucional de parte de la instancia superior del gobierno responsable de dicho proceso. Estas capacidades no derivan per se de la voluntad poltica ni resultan automticamente de la existencia de planes estratgicos, sino que
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son tambin producto de la conformacin y puesta en funcionamiento de un dispositivo de gestin institucional adecuado. El dispositivo de poder que se proponga deber concentrar las funciones y responsabilidades de la administracin pblica central en una cartera ministerial o secretara de Estado, dirigir la coordinacin interinstitucional con los otros organismos nacionales y descentralizados, contar con instancias y procedimientos de diseo, planificacin y evaluacin de las polticas y estrategias del sector. Las dependencias u organismos a cargo de la gestin poltica de la seguridad pblica y del desarrollo de las polticas y estrategias tendrn instancias especializadas en el diseo, la planificacin, coordinacin y evaluacin de dichas polticas o en la administracin general del sistema institucional de seguridad; habrn de contar con recursos humanos especializados y suficientes y con poder para ejercer el mando sobre el mundo policial, hasta ahora en manos, en general, de las cpulas policiales que se relacionan directamente con el titular del ministerio del ramo sin mediacin alguna, lo que apuntala ms an la autonoma relativa de cada institucin policial o fuerza de seguridad. Una dependencia especializada en la gestin poltica de la seguridad es, en resumen, un dispositivo institucional, un instrumento integrado de gestin poltica de los componentes del sistema institucional de seguridad pblica mediante la estructuracin de un conjunto de normas, procedimientos, recursos humanos y financieros y medios tcnicos. Por s misma, sin embargo, no garantiza la reversin de la tendencia al desgobierno poltico de la seguridad y a su policializacin. Requiere por tanto de un cuerpo profesional especializado y de que las autoridades gubernamentales del ramo y esos funcionarios asuman paulatinamente las responsabilidades de diseo, planificacin, conduccin y evaluacin de los asuntos del sector que hoy son ejercidas, de hecho, por las instituciones policiales.
Es uno de los ejes funcionales fundamentales de ese dispositivo o dependencia especializada y debe estructurase en torno de dos labores bsicas:
La direccin estratgica del sistema policial, que comprende la gestin del conocimiento de uso policial, es decir producir y actualizar los conocimientos indispensables para planificar la labor policial, en particular, los relativos al conocimiento de la situacin del delito y los conflictos que vulneran el orden pblico; y al conocimiento institucional de la doctrina, organizacin y funcionamiento real de los componentes y prcticas del sistema policial. As mismo, el diseo, formulacin y evaluacin de las estrategias policiales, de las lneas y programas de accin llevados a cabo por la polica de acuerdo con las directivas de las autoridades polticas, en particular las estrategias de modernizacin institucional de la polica; y las estrategias preventivas, conjurativas o investigativas de control policial de los delitos y contravenciones mediante el policiamiento preventivo y el complejo.
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La conduccin funcional superior del sistema policial mediante la planificacin, conduccin, coordinacin, supervisin y evaluacin de las operaciones y acciones, de acuerdo con las directivas y estrategias establecidas, llevada a cabo por un mando funcional unificado responsable de la produccin de la inteligencia criminal estratgica y tctica; la planificacin, direccin y evaluacin de las operaciones e intervenciones policiales preventivas o complejas; y la programacin del desarrollo logstico-infraestructural policial. La conduccin orgnica superior del sistema policial mediante el diseo, la elaboracin, planificacin y actualizacin de la doctrina estratgica y operacional y los procedimientos y protocolos de actuacin; la estructura orgnica y de despliegue de las dependencias y unidades del sistema; la formacin y capacitacin policial especializada; la estructura del personal policial; y el sistema tecnolgico e infraestructural.
La administracin general del sistema policial, por su parte, comprende las gestiones administrativa; econmica, financiera, contable y patrimonial; de infraestructura y tecnologa; de los recursos humanos; de los asuntos jurdicos; y las relaciones institucionales.
Para que el diseo institucional de una nueva polica sea viable, el proyecto institucional planteado no debe ser exagerado, es decir, debe responder a las condiciones (institucionales, polticas, econmicas, sociales y culturales) de posibilidad de cambio institucional previsible. Si existiera una brecha considerable entre el proyecto y las condiciones de desarrollo del mismo, el proceso reformista podra fracasar.
5. Implementacin de la reforma
Cuando se habla de reforma policial se alude por lo general a una gran diversidad de procesos, programas y acciones institucionales para transformar la institucin, la mayora de los cuales no han constituido, justamente, una verdadera reestructuracin de las policas. Una reforma policial, conviene repetirlo, debe ser un proceso diversificado y complejo de reestructuracin doctrinaria, orgnica y funcional basado en un conjunto de cambios institucionales en ocho dimensiones fundamentales, que se tratarn ms adelante: 1. Las funciones de la institucin policial y del trabajo policial. 2. La organizacin. 3. La profesin policial. 4. La educacin. 5. La formacin. 6. La profesionalizacin del reclutamiento 7. La infraestructura y el equipamiento 8. El control y la evaluacin. Estas dimensiones son las instancias estructurantes de la institucin policial y, en consecuencia, un proceso de reforma supone redisearlas y reestructurarlas. Ahora bien, estos cambios institucionales implican transformaciones en cuatro niveles bsicos: 1. El normativo, porque se trata tambin de una reforma normativa de todas las bases jurdicas del sistema policial (leyes, decretos reglamentarios, etctera) en cuanto a la estructura orgnica, funcional y doctrinal de la polica y de sus aspectos o instancias componentes. 2. El organizativo: reforma tendiente a reconvertir la estructura organizativa del sistema policial en relacin con los organismos, dependencias y unidades de direccin y administracin, operativas y de apoyo, o de algunos de sus componentes, as como a sus autoridades, composicin y dems aspectos orgnico-funcionales.
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3. El procedimental, por ser una reforma basada en la reestructuracin de los procesos y protocolos de procedimiento mediante los cuales la polica desarrolla y ejecuta su misin, funciones y tareas institucionales. 4. En el plano sustantivo supone una reforma funcional que reestructurar las prcticas institucionales del sistema policial en lo atinente a:
Las rutinas institucionales en el desempeo de las actividades y labores. La cultura institucional: el conjunto de concepciones, valores e inter-
pretaciones que tienen los integrantes del sistema acerca de la seguridad pblica, sus problemticas, la institucin, sus labores y su insercin en la misma. La reestructuracin de las prcticas institucionales cotidianas requiere de la institucionalizacin de nuevos marcos normativos y de la conformacin de nuevas estructuras organizativas y procedimentales. Las reformas en el plano normativo son pues una condicin necesaria de las dems, pero no son una condicin suficiente de ellas, ya que, como se dijo, los cambios normativos no garantizan, por s mismos, los cambios organizacionales y procedimentales, ni la trasformacin de las rutinas institucionales y de las bases simblicas de las mismas. Ello requiere de intervenciones diversificadas, flexibles, graduales y persistentes en el tiempo, que permitan instaurar y reproducir paulatinamente nuevas prcticas institucionales acordes a las nuevas formas de organizacin y funcionamiento policial. Para emprender un proceso de este tipo debera seguirse un procedimiento cuyo primer paso es el diseo institucional de la nueva polica, es decir la elaboracin del proyecto institucional de cambio organizacional, que debe cumplir con dos condiciones: primera, el punto de partida es un diagnstico institucional claro de doctrina, organizacin y funciones de la polica que ser objeto de reestructuracin y a partir de la cual se iniciar el proceso. En ese marco, el diagnstico debe ser muy preciso en cuanto a las funciones, la organizacin, la profesin, la educacin y el control policial, con respecto a las bases normativas y orgnicas y, principalmente, a las prcticas institucionalizadas. Segundo, supone un diseo secuencial debido a que todas esas dimensiones han de bosquejarse y formularse sobre la base del contenido de la dimensin anterior. La primera fase del diseo institucional de la polica, de la que derivan las otras, parte de definir su perfil funcional, las funciones bsicas que debe detentar y desarrollar y las especialidades policiales resultantes de esas funciones. El diseo del perfil organizacional de la institucin depender de esas funciones, es decir que la organizacin de la polica depender del conjunto de funciones que vaya a afrontar. Solo a partir de ello es posible disear el perfil profesional de la polica, en cuyo marco se debern establecer los agrupamientos o escalafones y las carreras profesionales, resultantes del tipo de especialidades funcionales y organizacionales determinadas en las fases previas. No hay modalidades de profesionalizacin policial universales o independientes del tipo de polica que se
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pretende conformar desde el punto de vista funcional y organizacional. El tipo de profesionalizacin depende entonces del tipo de polica. De ello surgirn las carreras correspondientes, con sus grados jerrquicos, modalidades de ejercicio de la superioridad, sistema de ascensos y promociones, de seleccin y de evaluacin profesional, y rgimen laboral. A continuacin debe disearse el perfil educacional de la polica, con parmetros y modalidades de formacin y capacitacin especficos que dependen del perfil profesional de cada especialidad. Las destrezas y competencias profesionales sern diferentes de acuerdo con los perfiles de cada especialidad policial, y cada una requiere de un tipo de formacin y capacitacin que solo podr disearse cuando se hayan elaborado dichos perfiles profesionales. Debe disearse por ltimo el perfil de control de la polica, sistema de inspeccin, fiscalizacin, evaluacin y juzgamiento administrativo del trabajo policial, especfico y diferenciado segn las especialidades, por cuanto las potencialidades, los incentivos y las condiciones de prcticas o actos funcionales de carcter abusivo o corruptivo derivan del tipo de trabajo policial articulado segn las especialidades profesionales.
1. Funciones policiales
Como institucin prestadora de un servicio de proteccin ciudadana frente al delito y frente a eventos violentos que lesionan la libertad y los derechos de las personas, la polica debera destinar sus recursos humanos, operacionales y logsticos al desempeo de las tareas policiales bsicas orientadas a la prevencin del delito, el policiamiento complejo y la investigacin criminal, y abandonar las propias del asistencialismo social, de regulacin de conflictos sociales no delictivos y las administrativas o de apoyo a otras reas del Estado diferentes de la seguridad pblica, actividades extraas a su funcin primordial, la prevencin y el control de los delitos. El trabajo policial ha de centrarse en las funciones y tareas que le competen y evitar la dilapidacin de los recursos humanos, operacionales, de infraestructura y financieros para atender otras cuando, en verdad, debe utilizarse en el control de la criminalidad. La reforma policial debe llevar a que la institucin se concentre en prevenir y evitar la comisin de delitos, en desarrollar una modalidad eficiente de policiamiento contra la criminalidad compleja y de investigacin criminal de los ilcitos ya cometidos. As, la reforma y modernizacin policial pondr la problemtica delictiva en el centro de las actividades policiales. En este marco, la polica solo debera tener dos grandes misiones o ejes funcionales bsicos: 1. La seguridad preventiva o policiamiento preventivo, orientada a prevenir y conjurar e investigar los delitos. Esto comprende:
El control policial preventivo: mediante el patrullaje y la vigilancia en
espacios pblicos o labores de inspeccin y verificacin de personas y objetos sensibles para la seguridad pblica.
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ciones crticas de alto riesgo o a garantizar intervenciones preventivas especiales. 2. La seguridad compleja o policiamiento complejo, para prevenir, conjurar e investigar las actividades y acciones delictivas complejas cometidas por grupos criminales organizados.
2. Organizacin
Los nuevos modelos de polica debern superar defectos institucionales tpicos de las policas latinoamericanas, como el centralismo organizativo sin ningn atisbo o modalidad de distribucin espacial del mando o del funcionamiento institucional mediante instancias de desconcentracin y descentralizacin. O la estructura institucional burocratizada, macroceflica, financieramente cara y sobrecargada de tareas y de labores administrativas. Adems, las instancias de direccin y mando superior contarn con informacin completa, actualizada y detallada sobre todos los aspectos relacionados con la institucin, su desarrollo operacional y logstico, sus recursos humanos y, en particular, sobre las problemticas delictivas y de la violencia que deben constituir el objeto de las estrategias de prevencin, conjuracin e investigacin criminal. Los modelos sern ser flexibles operativamente y contarn con un esquema institucional dinmico y polivalente para el desarrollo de las tareas policiales. Permitirn a las cpulas policiales llevar a cabo procesos integrales y eficientes de toma de decisiones y de planificacin y evaluacin estratgico-operacional, en el marco de una organizacin con la planta suficiente para cumplir eficazmente sus labores, dividida en pocas unidades operacionales descentralizadas. El personal policial desarrollar nicamente actividades relacionadas con la institucin y abandonar las relativas a la custodia de establecimientos oficiales y de funcionarios, las de tipo penitenciario, las notificaciones judiciales y labores administrativas del poder judicial, entre otras. Deber dejarse atrs la fragmentacin funcional entre las labores policiales bsicas de inteligencia criminal, las operaciones policiales y el desarrollo logstico e infraestructural. Esas instancias policiales nucleares trabajarn conjuntamente, evitando la proliferacin de dependencias o direcciones orgnicas que fragmentan y favorecen los compartimentos. Las unidades de inteligencia policial necesitan estar coordinadas con la estructura operacional de la institucin policial. Sus labores habrn de superar el acopio no planificado de datos e informacin bruta y enfocarse en las labores de anlisis criminal necesarias para producir el cuadro de situacin delictivo con base en el cual las unidades operacionales de la polica planificarn y llevarn a cabo las acciones e intervenciones preventivas, conjurativas o investigativas. El vnculo entre las reas de inteligencia policial y las unidades operacionales ha de ser permanente e institucional, no personal.
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La reorganizacin de las policas de la regin podra entonces girar alrededor de cuatro ejes, que se describen a continuacin.
2. La estructura operacional: responsable de la direccin, ejecucin y evaluacin operacional de las estrategias en seguridad preventiva y compleja;
Comprende el diseo, la elaboracin, reforma o actualizacin de aspectos fundamentales de la institucin y, particularmente, de su sistema operacional. Abarca el diseo, la elaboracin y evaluacin de las estrategias institucionales; la gestin del conocimiento institucional sobre el delito y la violencia en el nivel estratgico; el desarrollo de los programas de modernizacin; y el diseo y puesta en funcionamiento de los programas de evaluacin del desempeo. Implica la direccin del dispositivo administrativo-financiero mediante el desarrollo de la gestin administrativa, econmica, financiera, contable, patrimonial y presupuestaria; la administracin de los recursos humanos; y la direccin de la gestin tecnolgica. Gestin de las relaciones de la polica con los organismos o instancias pblicas de carcter nacional, provincial o municipal; los organismos internacionales o extranjeros; y con las personas fsicas y jurdicas privadas. Comprende la asistencia y el asesoramiento jurdico-legal del sistema policial y la representacin judicial. Supone la regulacin de los servicios de seguridad privada.
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compuesta por las unidades de direccin o ejecucin, sus niveles jerrquicos podran ser:
Un centro de anlisis, comando y control policial, instancia directiva superior, a cargo de la direccin funcional, mediante la planificacin, conduccin, coordinacin, supervisin y evaluacin de las operaciones. tructura, a cargo de la direccin funcional en el nivel tctico-operacional en el mbito regional que les competa, de acuerdo con las directrices del ente rector correspondiente.
la direccin funcional en el nivel tctico-operacional conforme las rdenes de servicio e instrucciones emitidas por las unidades regionales departamentales. Deberan especializarse en las cuatro labores operativas mencionadas ms arriba y, de acuerdo con ello, conformarse en unidades operacionales de seguridad preventiva, de orden pblico, y divisiones operacionales de seguridad compleja y especiales. La estructura operacional del sistema policial debera estar integrada exclusivamente por el personal civil con estado policial integrante del escalafn general policial de la institucin, abocado nicamente al desarrollo de las acciones y actividades propias de la misin y funciones de seguridad preventiva y de seguridad compleja, salvo el personal sin estado policial que cumpla tareas de apoyo administrativo, jurdico e institucional en las dependencias y unidades componentes de dicha estructura.
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de, 1) la distincin y separacin institucional de la seguridad preventiva y la compleja en tanto esferas organizativas y funcionales diferentes; y 2) la conformacin de dos sistemas policiales diferenciados, el de seguridad preventiva y el de la compleja, con sus sistemas de mando estratgico y tctico, estructuras, sistema de inteligencia, rgimen profesional y de capacitacin y especializacin. La diferenciacin funcional entre dos sistemas bsicos debera redundar en la articulacin de dos estructuras policiales independientes y complementarias en una estructura policial con dispositivos orgnico-funcionales muy especializados, es decir un sistema policial que combine varios niveles de diferenciacin e integralidad institucional. La diferenciacin institucional debe asentarse en:
Agrupamientos policiales para cada especialidad en cuyo marco el per-
la direccin funcional de acuerdo con las directrices del centro de anlisis, comando y control policial. Entre la labor policial de seguridad preventiva y compleja, entre esos dos sistemas y niveles, esferas, y en sus estructuras, debe haber una convergencia funcional, las unidades directivas de ambos sistemas sern instancias de direccin integral del policiamiento preventivo y complejo. De ese modo, y solo en esas instancias, la inteligencia criminal, fundamentalmente en el plano estratgico, la planificacin, coordinacin, conduccin y evaluacin operacional y el desarrollo logstico del sistema policial, deberan funcionar integralmente. En ese caso, el centro de anlisis, comando y control policial, y las unidades regionales o departamentales estaran destinadas a la direccin funcional superior y media del sistema. Y de ellas dependeran las unidades operacionales bsicas.
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sable de la direccin estratgica y operacional, mediante la planificacin, direccin, coordinacin, supervisin y evaluacin de las operaciones y acciones desarrolladas por la institucin. El dispositivo o centro en cuestin estara conformado por cuatro componentes bsicos y funcionalmente integrados: 1) el departamento de inteligencia criminal; 2) el de operaciones policiales; 3) el de logstica policial; 4) el de administracin. Ante hechos crticos cuya envergadura, duracin o incidencia supongan una grave vulneracin de la seguridad pblica, se debera establecer la posibilidad de que la instancia de direccin superior cuente con un comit de crisis.
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regionales o departamentales contaran con cuatro divisiones: regional o departamental de inteligencia criminal, de operaciones policiales preventivas o de seguridad compleja, de logstica policial y administrativa. De este modo, la transferencia del mando en el primer nivel parte del centro o instancia responsable, de la instancia directiva superior, a favor de las unidades regionales o departamentales. Esta descentralizacin funcional de la polica debe suponer, segundo, contar con un dispositivo de mando operacional integrado por las unidades operacionales, las unidades operacionales bsicas, instancias operativas subalternas a cargo de la direccin funcional en el nivel tctico-operacional de las reas y efectivos que las componen, de acuerdo con las rdenes de servicio e instrucciones emitidas por las unidades superiores. Estas unidades se especializaran en cuatro labores operativas bsicas y, de acuerdo con ello, conformarse como: unidades operacionales de seguridad preventiva, y de orden pblico, que desarrolla actividades complejas; y divisiones operacionales de seguridad compleja y de operaciones especiales. En este plano, priman dos tipos de descentralizacin: territorial y funcional. La primera es el eje de la estructuracin del sistema policial de seguridad preventiva que requiere, como se dijo, de intervenciones focalizadas en torno de problemticas delictivas locales en mbitos territoriales reducidos. La prevencin policial es siempre territorialmente local. En consecuencia, las unidades de seguridad preventiva deben tener una jurisdiccin territorial reducida. En un mbito territorial ms amplio, las unidades operacionales de orden pblico y las divisiones de operaciones especiales se constituiran tambin sobre una base territorial. Aun cuando prestan servicios centralizados, habrn de conformarse como unidades cuya competencia territorial debe ser ms extensa que las de seguridad preventiva. La descentralizacin funcional, por su parte, es el eje de la estructuracin del sistema policial de seguridad compleja. Conjurar policialmente las actividades criminales de grupos delictivos organizados requiere de intervenciones complejas que se desenvuelven en mbitos territoriales extensos, transnacionales incluso, estructurados en torno de delitos como el narcotrfico, el terrorismo, el contrabando o el robo calificado, protagonizados, en general, por organizaciones muy estructuradas y diversificadas. Por tanto, la conjuracin policial compleja es siempre funcional y alcanza mbitos territoriales amplios, y las divisiones operacionales de seguridad compleja deben conformarse sobre la base de la especializacin funcional. As, la transferencia del mando en el segundo nivel parte de las instancias intermedias regionales o departamentales, a favor de las unidades operacionales bsicas. En resumen, la descentralizacin espacial debe resultar en un sistema de conduccin y coordinacin estratgica centralizada y de ejecucin operacional descentralizada, asentado en una estructura de mando dinmica y desburocratizada y en la jerarquizacin de las unidades policiales operacionales. Todo
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ello mediante la participacin y el compromiso del personal policial con los objetivos y procedimientos; su intervencin en la formulacin, desarrollo y evaluacin del sistema de informacin y anlisis delictivo, as como de los operativos; la rapidez, agilidad y flexibilidad tctica en la toma de decisiones y en la ejecucin de los procedimientos; y una mayor y mejor informacin, control y evaluacin de los resultados de las estrategias y de las acciones. La complejidad, diversidad y envergadura de las problemticas delictivas y de los espacios geogrficos obligan a acercar y adaptar el dispositivo policial a ellas, para conocerlas y controlarlas. Lo que se logra, conviene repetirlo, con una organizacin asentada en unidades intermedias con altos niveles de autonoma funcional ejecutiva en relacin con la inteligencia criminal, las operaciones policiales y la logstica policial especializadas. La direccin integral del sistema, como se dijo, debe estar en manos de un centro o ente que desarrollar dos labores fundamentales: la planificacin y la evaluacin operacional del conjunto. Se trata de la conformacin de una polica en red o, mejor, una red de instancia policiales.
3. Profesin
Abarca el conjunto de aspectos y parmetros constitutivos de la labor policial tales como el ingreso; los derechos, deberes, obligaciones y prohibiciones; el escalafn y sus agrupamientos y especialidades; la carrera profesional del polica y sus perfiles bsicos; los grados jerrquicos; el ejercicio de la superioridad; la ocupacin de los cargos orgnicos; las promociones y ascensos; el sistema de evaluacin profesional; el de seleccin; el rgimen de haberes y los subsidios; las licencias y las franquicias; los reclamos y recursos; y el cese en la relacin de empleo. Este conjunto de aspectos constitutivos de la profesin debe estructurarse sobre la base de la consideracin fundamental de que la labor policial es un servicio pblico tendiente a la promocin de las libertades y los derechos de las personas y, en ese marco, a su proteccin frente a hechos que pudieran lesionar esas libertades y derechos. Su carcter de institucin pblica dedicada a la defensa ciudadana debe reflejarse en el desarrollo integral de la profesin policial. Dejar atrs las estructuras policiales muy militarizadas que han primado en algunos pases de Latinoamrica contribuir a estructurar sistemas policiales asentados sobre criterios institucionales modernos y adecuados al desempeo eficiente de las labores de prevencin, conjuracin e investigacin del delito y a su proyeccin como una institucin civil, jerarquizada y de carcter profesional. El nuevo rgimen profesional de la polica deber asentarse en parmetros actualizados y adecuados a las nuevas modalidades de organizacin y funcionamiento policial, procurando siempre un nuevo tipo de profesionalismo policial.
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do por pocos grados7, superando la diferenciacin entre oficiales y suboficiales de organizaciones castrenses, poco funcional para la polica.
Dos agrupamientos bsicos, por especialidad policial, que incluye a
cada agrupamiento policial. Conformada por las carreras de polica de seguridad preventiva y de polica de seguridad compleja, con sus sistemas de formacin, capacitacin, entrenamiento y promocin. 2. Un sistema jerrquico diferenciado compuesto por tres cuadros de oficiales articulados en torno del tipo de labores policiales que deben desarrollar dentro de la estructura operacional:
Los oficiales superiores de conduccin, los grados jerrquicos superio-
res del escalafn general policial, personal abocado a la conduccin y el mando superior del sistema.
Los oficiales supervisores: grados jerrquicos intermedios del escala-
labores de ejecucin. 3. Un nuevo ejercicio de la superioridad policial asentado en la ejecucin del mando mediante la emisin de una orden de servicio legal y legtima de parte de un superior y su cumplimiento por un subordinado, solamente durante el desarrollo de las funciones propias del servicio y segn tres modalidades: la superioridad jerrquica, la orgnica y la funcional.
El grado es la posicin jerrquica que ocupa el personal policial dentro del escalafn general. Cada uno debera estar conformado por distintos niveles jerrquicos, que debera tener un tiempo mnimo de permanencia, no menor a un ao. El personal policial solo debera cumplir o desarrollar tareas policiales, es decir, labores propias del policiamiento preventivo o complejo. Por tanto, y como se ha dicho, no habr de cumplir o desarrollar tareas administrativas no-policiales, que sern desarrolladas por el personal civil no-policial perteneciente al funcionariado especializado del ministerio o secretara del ramo o, en su defecto, de la propia institucin, cuyo rgimen debera ser diferente del rgimen profesional del personal policial y cuya formacin y capacitacin estar especficamente orientada al conjunto de aquellas labores propias de la administracin general del sistema. No es adecuado que el personal policial, capacitado y entrenado para el desarrollo de tareas exclusivamente policiales, sea distrado o utilizado en cualquier momento de su carrera profesional en el desempeo de tareas administrativas o de gestin no-policial para lo que no se halla formado o capacitado. En funcin de ello, en este punto de la estrategia de modernizacin de la profesin no se contempla, como existe en algunas instituciones policiales, la conformacin de un escalafn policial de carcter administrativo, tcnico o profesional.
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4. Un rgimen de promociones o ascensos jerrquicos profesionalizado de acuerdo con las aptitudes profesionales del polica basado en dos componentes: el desempeo profesional y la capacitacin profesional. 5. Cargos policiales segn la estructura orgnica, preventiva o compleja, con funciones especficas de acuerdo con actividades, y determinando el grado o grados jerrquicos y las condiciones requeridas para ocuparlos. 6. Un rgimen de ocupacin de cargos orgnicos profesionalizado, asentado en la diferenciacin entre el cargo orgnico y el grado jerrquico; y el desarrollo de concursos abiertos, internos y externos, de antecedentes y oposicin9 como mecanismos de seleccin. 7. Un nuevo rgimen de haberes que compense la responsabilidad inherente al grado jerrquico, al desempeo del cargo orgnico, a las competencias, funciones y labores especficas, y al cumplimiento de las tareas asignadas, suficiente para que el personal tenga dedicacin exclusiva sin que necesite desarrollar actividades laborales complementarias o adicionales. En este marco, el haber del personal policial deber incluir:
El sueldo bsico, haber remunerativo correspondiente al grado jerrqui-
co.
El suplemento, haber remunerativo complementario del sueldo bsico
percibido en forma continua mientras permanezcan vigentes las condiciones que llevaron a su otorgamiento, a saber:
Por antigedad de servicio. Por tiempo mnimo cumplido. Por capacitacin superior. Por actividad riesgosa. Por mayor responsabilidad. Por jefatura. Por tarea jerrquica. Por cargo o funcin intermedia. Por zona. Por presencia en el cargo.
La evaluacin de antecedentes supone el examen de la informacin proveniente del formulario de inscripcin y del curriculum vitae de cada postulante a los efectos de apreciar la adecuacin del desempeo profesional, la formacin o la experiencia profesional y laboral del mismo en relacin con los requerimientos del cargo concursado y establecer su admisin o rechazo. Asimismo, la oposicin implica la evaluacin de los conocimientos, habilidades y capacidades profesionales o tcnicas del postulante en relacin con los requerimientos del cargo orgnico concursado, la que debera comprobarse en una exposicin pblica.
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gastos originados a consecuencia del cumplimiento de comisiones o situaciones de servicio ordenadas por la superioridad, a saber:
Por movilidad. Por vitico. Por traslado. Por vivienda. Por vestimenta. Por racionamiento. Por interrupcin de licencia. Por gastos eventuales.
9. La institucionalizacin de la sindicalizacin policial mediante el reconocimiento del derecho a la organizacin y participacin de y en asociaciones sindicales, para la defensa de los intereses de los trabajadores policiales en cuanto a sus condiciones de vida y de trabajo. Ellos deben tener entonces el derecho a:
Constituir libremente y sin necesidad de autorizacin previa asociacio-
Reunirse y desarrollar actividades, y elegir democrticamente a sus representantes. ciones superiores de la institucin y negociar colectivamente con ellas.
Participar en la vida interna de las asociaciones sindicales policiales, elegir libremente a sus representantes, ser elegidos y postular candidatos.
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Si la reforma policial hace nfasis en el modelo comunitario es necesario pasar de una polica reactiva a una proactiva y capaz de generar lazos, asociarse con la comunidad, lo que obliga a introducir nuevos criterios de seleccin y adecuar los instrumentos pertinentes. Los procesos de seleccin deben profesionalizarse mediante entrevistas, desarrollo de perfiles psicolgicos, etctera, para elegir nicamente a quienes estn en capacidad de cumplir con las funciones policiales, sin perder de vista que la dignificacin de la funcin (mejoras salariales, seguridad social, carrera, etctera) mejorar la convocatoria elevando la calidad de los postulantes y cualificar las posibilidades de seleccin. Los procesos de seleccin estarn organizados segn las definiciones del estilo policial y sus unidades especializadas: los perfiles pueden ser diferenciados y obedecer a una planificacin de lo que la polica requiere o requerir a corto y mediano plazo. La institucin y su sistema de reclutamiento y seleccin deben estar abiertos a la sociedad, es decir que dentro de las policas estarn representadas todas las clases sociales, las mujeres, las minoras tnicas y las diversas orientaciones sexuales. Es necesario garantizar tambin la igualdad de gnero en todos los niveles institucionales. Los perfiles requeridos deben incluir los principales conocimientos, habilidades y actitudes que favorecen y facilitan el trabajo policial, tales como los conocimientos mnimos que el candidato ha de poseer sobre determinadas materias; las habilidades cognitivas, psicomotrices y psicosociales; y las actitudes y la disposicin, incorporando a la misma los atributos personales. Los perfiles del hombre y la mujer polica debern definirse considerando el ser y el deber ser, teniendo en cuenta:
Las habilidades y competencias. Las caractersticas personales y el estado fsico. a vocacin de servicio, que trasunta en el sacrificio, la humildad, la empaL ta y el valor. as condiciones morales y ticas, el cumplimiento de las normas, el respeto L y la disciplina. as conductas asertivas y habilidades sociales como policas en su relacin L con la comunidad, con su grupo de pares, con la delincuencia y en su desenvolvimiento personal. a capacidad para soportar las caractersticas intrnsecas de su funcin, las L exigencias laborales, el estrs y situaciones de tensin. l conocimiento de las leyes, los reglamentos y dems normas inherente a E su funcin. La habilidad estratgica y para concebir operaciones. La capacidad intelectual. La aptitud funcional. Los antecedentes y la conducta previa.
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Considerando que las funciones policiales son cada vez ms especializadas (sean preventivas, investigativas, de gestin de recursos, etctera), que la prevencin del fenmeno delictual requiere de mayor proactividad y que la actividad policial est cada vez ms sujeta al escrutinio pblico, de cuya evaluacin depende la confianza ciudadana en la institucin, es evidente la necesidad de integrar niveles de la formacin policial a instancias educativas regulares. Las exigencias y los desafos en materia de formacin estn asociadas tambin a la irrupcin de expresiones del fenmeno criminal, tales como el crimen organizado, el terrorismo, la inmigracin ilegal y los delitos informticos, entre otros. Especial mencin merece el trabajo relativo al control del orden y las manifestaciones pblicas y las tcnicas de control de masas. El hermetismo de los cuerpos policiales en la regin, asociado a la tradicin militar, y la autosegregacin de las policas respecto a las instancias civiles en materia educativa, son aspectos que no ayudan a la cercana con la comunidad para una mayor integracin con la polica. Por esto, es importante promover la apertura de las instancias de formacin policial y su integracin en instancias regulares, tales como universidades u otros institutos de educacin superior, siendo la formacin responsabilidad y competencia exclusiva de la instancia policial especializada, sea una escuela o academia de polica. Otro desafo en este mbito est dado por el sistema y los procedimientos de evaluacin, tanto de los postulantes a las instancias de formacin inicial, como de los candidatos a polica luego de cumplir con el ciclo formativo. Las habilidades y competencias adquiridas deben estar sometidas no solo a evaluaciones de conocimientos y entrevistas, y deben incorporarse metodologas que permitan evaluar su desempeo ante las situaciones y los dilemas ticos que encontrarn en el curso del trabajo.
5. Educacin y formacin
El sistema de educacin policial debera estructurarse en torno a dos aspectos fundamentales: por un lado, la formacin y capacitacin del personal policial y de los funcionarios civiles; y, por otro, la investigacin cientfica, tcnica y tecnolgica en materia de seguridad pblica en cuanto a la labor policial y a las cuestiones conexas. Este sistema debera formar parte de uno ms amplio que el establecido para su mbito, es decir ser parte de un sistema de formacin y capacitacin de la seguridad pblica donde adems de instruirse en materia de gobierno y gestin de la seguridad pblica, se producirn conocimiento y desarrollos tecnolgicos relacionados con el asunto. Sera diseado, gestionado y administrado pedaggica y curricularmente por un instituto superior de seguridad pblica, cuyo superior podra ser un organismo ministerial de gestin poltica de la seguridad o la propia cpula policial, segn los requerimientos orgnicos y funcionales (vase, un ejemplo en el Anexo 3, La integracin de la formacin policial con las instancias de educacin regular: el caso de la polica de Qubec).
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El sistema de formacin y capacitacin es una instancia de apoyo del sistema de conduccin y operacin de la polica, por lo que su currculo y mtodo pedaggico debern derivar de la doctrina y el sistema de organizacin y funcionamiento policial; de los agrupamientos y especialidades bsicos; y de las funciones y los cargos orgnicos. Y habr de brindar siempre un entrenamiento dinmico y actualizado para el desarrollo eficiente de las labores y la solucin de problemas e incidentes del trabajo policial. Es fundamental entonces que la reforma y modernizacin del sistema policial vaya acompaada por la actualizacin de su sistema educativo en relacin complementaria con los nuevos parmetros institucionales. En este marco, la formacin y capacitacin policial debe:
er continua y permanente, es decir estructurarse a lo largo de la carrera S profesional constituyendo un criterio fundamental para las promociones u ocupacin de cargos orgnicos. rientarse a la generacin de capacidades y competencias profesionales O para cumplir con las labores de los perfiles y especialidades policiales y resolver los problemas e incidentes propios del trabajo.
Sobre la base de estos dos parmetros, la educacin del personal policial se desarrollara en dos dimensiones fundamentales: La formacin inicial de base de los candidatos a oficiales mediante un 1. curso de dos aos aproximadamente y que girar en torno de cinco ncleos curriculares tericos y prcticos:
l legal-institucional, para la formacin en las bases legales e instiE tucionales de la labor policial. l social-criminolgico, para la formacin en sociologa, ciencia poE ltica y, particularmente, criminologa, aplicadas a las problemticas delictivas e institucionales referidas a la seguridad pblica. l tico-profesional: que impartir los conocimientos de la profeE sin y funcin policiales; los principios de actuacin; los derechos humanos, en sus bases legales y los tratados y la doctrina internacional; y todo lo referido a la libertad y proteccin ciudadana. l tcnico-policial, que formar en los conocimientos del ejercicio E de las labores generales y, en particular, de las relativas a la seguridad preventiva y compleja, la gestin policial estratgica y tctica, las acciones tcnicas-operacionales, de supervisin y de direccin superior, la inteligencia criminal y la logstica. l de orientacin especializada, para la formacin prctica en el deE sarrollo de las labores del agrupamiento y especialidad seleccionada durante la ltima etapa de la formacin inicial.
2. L a capacitacin del personal perteneciente al escalafn general durante su carrera profesional por medio del entrenamiento, perfeccionamiento y actualizacin, alrededor de cuatro ncleos:
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e especializacin policial, destinado a los oficiales para el desemD peo de las labores de sus agrupamientos y el desarrollo de las que requieren conocimientos, habilidades y aptitudes especiales, en cinco ncleos de especializacin: en seguridad preventiva y compleja, operaciones policiales especiales (incluyendo asalto tctico, control de explosivos y proteccin especial), inteligencia criminal y logstica policial. e conduccin policial, para capacitar y preparar a los oficiales D superiores y supervisores con responsabilidades de direccin o de supervisin, mediante un curso superior, de un ao de duracin y basado en los ncleos de conduccin operacional; de direccin operacional, para los encargados de las dependencias de seguridad preventiva y compleja; y de supervisin. e actualizacin y entrenamiento, que dar capacitacin permaD nente para actualizar la formacin de base. e promocin policial, para quienes busquen ascender al grado jeD rrquico superior de la carrera profesional o a ocupar los cargos orgnicos que correspondan.
Por su parte, la formacin y capacitacin de los funcionarios y del personal civil sin estado policial dedicados a dirigir y administrar la polica deber girar alrededor de los dos ncleos: 1. El de conduccin, dirigido a los responsables de disear y evaluar las estrategias institucionales y de planificar las acciones derivadas de ellas. 2. El de administracin, que capacitar en gestin administrativa, econmica y contable y presupuestal; gerencia patrimonial y de infraestructura; direccin de recursos humanos; asistencia y asesoramiento jurdico-legal; y gestin de las relaciones institucionales. Como se dijo, el diseo y la organizacin de la estructura pedaggica y curricular del sistema de formacin y capacitacin del personal civil sin estado policial sern establecidos por el ente creado para tal fin, con base en los requerimientos y las necesidades establecidas por la direccin de la institucin. Finalmente, el objetivo de la investigacin cientfica, tcnica y tecnolgica en seguridad pblica y, especficamente, en relacin con la labor de la institucin, es producir conocimiento de base de calidad e innovador, desarrollo tcnico y tecnolgico, y promover la transferencia de bienes y servicios. Por otra parte, el proceso de reforma estructural de la polica deber determinar el nivel de importancia de la formacin en las instituciones policiales y su impacto en una reforma; los nfasis en el contexto actual de criminalidad y violencia; los perfiles para ingresar de acuerdo con las jerarquas y especializaciones; la duracin de los procesos de formacin bsica y especializada as como la oferta de formacin continua necesaria y adecuada. La formacin debe concebirse como parte del proceso de gestin de los recursos humanos, del que son parte el reclutamiento y la seleccin, y la gestin de carreras administrativas.
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Como se dijo, antes de estas decisiones debe estar claro el modelo de polica que se quiere, si se harn reformas parciales o estructurales, organizativas, operativas u otras. Decisiones de las que dependern los perfiles que deben buscarse en los procesos de reclutamiento y seleccin. Los cambios tienen como condicin la reforma de todos los pasos del sistema de reclutamiento y formacin, resultado del anlisis de las brechas entre lo que hay y lo que se necesita. Todo el proceso de reclutamiento, seleccin y formacin atender las necesidades preventivas y de control de los fenmenos complejos, as como a las de las investigaciones de apoyo a la persecucin penal. Las necesidades de especializacin y los perfiles requeridos debern orientar los planes y las estrategias de seleccin y formacin. La formacin debe considerar los lineamientos poltico-criminales de cada pas, para mejorar los servicios policiales, y modernizarse incorporando los elementos cientficos y tecnolgicos que fortalezcan el desarrollo de competencias en los policas. La poltica y los programas de formacin sern integrales, ampliando la formacin acadmica a entidades externas de educacin tcnica y superior, en beneficio del trabajo operativo, mediante alianzas e intercambio de conocimientos, fortaleciendo el carcter civil de la institucin policial. La formacin profesional habr de corresponder a las necesidades y expectativas esperadas en el terreno. Deber responder a las necesidades de la poblacin, la poltica pblica de seguridad, las autoridades polticas y las de la polica misma. E ir ms all de la preparacin en las funciones tradicionales y considerar el contexto social y las dinmicas de la vida comunitaria. La formacin sobre normas y derechos fundamentales a policas jvenes y novatos tendr el peso necesario y suficiente para ir cambiando el comportamiento de quienes llevan aos dentro de la institucin, e instaurar prcticas distintas de trabajo. El objetivo es que los jvenes terminen imponindose a las directrices y prcticas de los ms antiguos. El acento debe estar en los deberes y la tica, ms que en un reglamento de disciplina que aluda a las conductas prohibidas. La bsqueda de la excelencia en el servicio policial debe orientar la formacin, por lo que ella se concebir como un proceso asociado al nfasis en el servicio pblico que se presta a la comunidad; la gestin de la informacin sustento de acciones reactivas y proactivas; la seleccin de objetivos operacionales (en terreno); la incorporacin de conceptos como el accountability, la gestin orientada a los resultados, la cooperacin. La profesionalizacin en la educacin policial se relaciona con la adquisicin de los conocimientos y las herramientas para cumplir con las funciones, y de nuevas tecnologas a fin de hacer las tareas eficiente y eficazmente. La carrera debe fundarse en el mrito y la igualdad de oportunidades para perfeccionarse, mediante procesos transparentes y equitativos. Para el ingreso se dispondr de instrumentos que permitan la evaluacin diferenciada de competencias y habilidades a fin de cubrir las distintas reas de desempeo. Una
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polica profesionalizada tendr tambin requisitos ms estrictos de seleccin y mayores controles sobre la conducta y responsabilidad en el cumplimiento de las funciones. Los sistemas de formacin deben ser de conocimiento pblico, transparentes, a cargo de los rganos del Estado responsables de dirigir y definir las polticas de seguridad, generalmente dentro del poder ejecutivo. Quienes pasen por los diferentes niveles de formacin lo harn segn sus capacidades y de acuerdo con su rol y funciones. Conviene destacar que el trabajo policial requiere, adems de formacin acadmica, el desarrollo de capacidades prcticas y habilidades personales. Una vez asignados a un campo de trabajo, los policas deben permanecer en la misma rea, para evitar la prdida de los recursos invertidos en tiempos y experiencia, y en aras de la efectividad en los resultados. Conviene entonces evitar la rotacin entre reas, aun cuando s es conveniente la de lugares de asignacin o cumplimiento, ya que permanencias largas implican el riesgo de alianzas inconvenientes, corrupcin o caudillismo. El ascenso, conviene repetirlo, debe ir asociado al sistema de formacin continua, con incentivos, e incidir en los procesos de promocin y carrera. En la formacin de base debe promoverse la especializacin segn las competencias de cada participante.
6. Infraestructura y equipamiento
Toda reforma debe definir los estndares y parmetros para determinar niveles de equipamiento e infraestructura satisfactorios para la labor policial, as como los elementos que han de tenerse en cuenta. Las necesidades de equipamiento e infraestructura deben adecuarse a los objetivos y nfasis del modelo propuesto, mediante el anlisis y la evaluacin de las funciones que se vayan a cumplir. El equipamiento bsico asociado al cumplimiento de las funciones policiales (armas y otros implementos relativos al uso de la fuerza, uniformes, etctera), su uso, vara dependiendo del tipo de modelos, funciones y objetivos. As, por ejemplo, un polica comunitario, en principio, no requiere del uso de arma de fuego, aun cuando otros s. Los estndares para el equipamiento y la infraestructura deben establecerse considerando las necesidades y demandas institucionales, de la poltica criminal, la ciudadana y las autoridades polticas. En caso de optarse por un modelo comunitario, la mayor parte del contingente estar dedicado a un trabajo preventivo, de patrullaje a pie o motorizado en las calles y barrios, lo que determinar la ampliacin del parque automotriz. La infraestructura (instalacin y distribucin de unidades, nmero de policas asignados, categora de la unidad, etctera), por su parte, requiere de estndares de asignacin basados en el nmero de habitantes, el tipo de criminalidad y los niveles de violencia, las caractersticas del territorio (conecti-
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vidad, vas de comunicacin), el equipamiento comunitario, la presencia de otras policas, etctera. La informacin sobre distribucin de los efectivos policiales que no sea de carcter estratgico debe estar disponible a la ciudadana, las autoridades nacionales y locales, los medios de comunicacin y los investigadores. Como toda polica requiere de unidades especializadas (control de masas y orden pblico, investigacin, criminalidad compleja, etctera), estas contarn con el equipamiento que les posibilite y facilite cumplir con sus funciones. Como se dijo, algunas necesitarn de un equipamiento e infraestructura diferenciados, dependiendo de su especialidad y sus funciones (por ejemplo, la polica tcnico-cientfica, dedicada a las investigaciones para apoyar a la justicia criminal, debe poder realizar pruebas biolgicas como las de ADN, elaborar perfiles psicolgicos, interrogar vctimas y sospechosos, etctera). La eficiencia y eficacia son esenciales para la ciudadana y la legitimidad y confianza en las instituciones policiales y de justicia. La tecnologa policial debe ser ms que una herramienta de trabajo e incluir los mtodos y las tcnicas necesarias. Las tecnologas pueden ser la piedra angular de la transformacin de la polica, y sus efectos estn ligados directamente al entorno en donde se implementa, y a los medios y los fines. Por ello, se evaluarn su uso y los impactos financieros, culturales y de rendimiento que tendrn sobre la organizacin. Es necesario observar y evaluar tambin la relacin de los agentes con las nuevas tecnologas, as como su rendimiento y eficacia, que estarn asociados a la formacin, la capacitacin y la especializacin.
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La corrupcin policial, sea de menor envergadura o acciones de malversacin de fondos, cohecho o participacin de ciertos sectores de la institucin en actividades delictivas, valindose de facultades o recursos de la propia organizacin, es una problemtica determinada por condiciones institucionales reproducidas durante largo tiempo, derivadas del tipo de estructuras de mando, las formas de organizacin y despliegue, las modalidades de desarrollo de las operaciones, as como de la insuficiencia de fondos y del deterioro de la profesin resultante de las pauprrimas condiciones de trabajo, la ausencia de capacitacin profesional y la desmejora del salario, entre otras.
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Es necesario contar entonces con mecanismos y procedimientos eficientes de control policial, para investigar y castigar las infracciones disciplinarias y los delitos cometidos por miembros de la institucin, y a prevenirlos mediante el desarrollo de programas tendientes a actuar sobre las condiciones que favorecen esas conductas. Esos mecanismos y procedimientos de control interno garantizarn que las faltas disciplinarias se conozcan, investiguen, juzguen y castiguen, y que se identifiquen y denuncien a la justicia penal ordinaria los delitos cometidos durante el ejercicio de las funciones. Y deben ser gestionados y aplicados internamente por una instancia autrquica y autnoma en relacin con las autoridades polticas y policiales de conduccin, con base en normas procesales que garanticen el derecho a la defensa y a un juicio imparcial y la posibilidad de apelacin.
Este sistema debera basarse en los siguientes ejes: 1. Un conjunto de regulaciones del trabajo y el accionar policial asentado en: Cuatro principios bsicos de actuacin policial: de legalidad, de oportunidad, de gradualidad, y de proporcionalidad. Cuatro prohibiciones bsicas: obedecer cuando la orden sea ilegtima o ilegal; instigar a terceros a cometer actos delictivos; obtener informacin, producir inteligencia o almacenar datos por razones de raza, fe, acciones privadas u opinin poltica, o por la adhesin o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, as como por su actividad lcita desarrollada en cualquier esfera de accin; influir sobre la situacin institucional, poltica, militar, policial, social o econmica del pas, su poltica exterior, o sobre los partidos polticos, la opinin pblica, las personas, los medios de comunicacin o cualquier tipo de asociaciones o agrupaciones legales. 2. Un protocolo de actuacin policial compuesto por un conjunto de pautas y parmetros orientadores de la prctica policial, establecido explcitamente para limitar y regular las modalidades discrecionales del mando y la autonoma. Protocolo que debera articularse en torno de la siguientes prescripciones generales: Responsabilidad, imparcialidad e igualdad en el cumplimiento de la ley. Respeto por la vida, la libertad y la integridad personal y no justificar ni infligir o tolerar la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Por su parte, los abusos policiales en el uso de la fuerza derivan de las condiciones especficas de la labor: aunque el trabajo cotidiano no implique el uso exclusivo o predominante de la fuerza, la polica la usa habitualmente en el arresto de personas sospechosas de haber cometido algn delito, como respuesta a desrdenes o situaciones de violencia en manifestaciones o eventos pblicos o como reaccin armada ante agresiones violentas con armas de fuego.
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Garanta de que toda intervencin en los derechos personales es necesaria y que ser moderada y gradual. Proteccin de la integridad fsica, psquica y moral de quienes estn bajo su cuidado o custodia. No cometer, instigar o tolerar actos de corrupcin o que supongan abuso de autoridad o exceso en el desempeo de las funciones y labores. Cumplir e impedir la violacin de las normas constitucionales, legales y reglamentarias. Mantener en reserva las cuestiones confidenciales referidas al honor, la vida y los intereses privados de las personas, a menos que el cumplimiento de sus funciones o las necesidades de la justicia lo exijan. Usar la fuerza fsica o ejercer la coaccin directa solo cuando sea necesario y en funcin de la proteccin de los derechos y libertades de las personas o del resguardo de la seguridad pblica; y utilizarla como ltimo recurso, en la medida necesaria, gradual, adecuada a la resistencia del infractor y siempre que no le infligiera un dao excesivamente superior al que se quiere cesar. Usar las armas de fuego solo en caso de legtima defensa propia o de terceros o en situaciones de necesidad en las que exista peligro grave, inminente y actual para la vida de las personas protegidas, o para evitar la comisin de un delito que entrae ese mismo peligro, reduciendo al mnimo los daos y lesiones a terceros ajenos a la situacin. Anteponer la preservacin de la vida y la integridad fsica cuando exista riesgo de afectarlas. Identificarse cuando el empleo de la fuerza y de armas de fuego sea inevitable, en la medida de lo posible, y advertir claramente de su intencin de emplear la fuerza o armas de fuego, con tiempo suficiente para que la advertencia se tome en cuenta, salvo que dar esa advertencia ponga en peligro a las personas protegidas o al funcionario, o sea inadecuado o intil segn las circunstancias. 3. Un nuevo rgimen disciplinario regido por los principios de legalidad, proporcionalidad y razonabilidad, garantizando el derecho de defensa y el debido proceso. 4. Un dispositivo institucional independiente y externo de control de la corrupcin y el abuso policial, compuesto por el auditor de asuntos internos, cuyas funciones incluyen desarrollar estrategias preventivas tendientes a impedir la comisin de faltas disciplinarias, abusos o delitos por parte del personal policial, e investigar los hechos o denuncias al respecto; ante la comisin de una falta grave o delito, colectar pruebas para sustentar la acusacin, formularla y hacer la denuncia ante la autoridad judicial competente; y el tribunal de disciplina policial, encargado de juzgar administrativamente a los responsables de faltas disciplinarias graves y aplicar las sanciones correspondientes. 5. La conformacin de la defensora del polica, dependencia especial y autrquica y dedicada a: Garantizar la defensa integral de los derechos del personal. Formular y poner en funcionamiento mecanismos de salvaguarda de sus derechos. Promover el respeto de esos derechos dentro de la institucin.
En el esquema institucional de control policial, el auditor de asuntos internos es una instancia fundamental. Su labor debe comprender el desarrollo eficiente de funciones preventivas para garantizar la vigilancia y el resguardo
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del profesionalismo y la responsabilidad en el ejercicio de las tareas, mediante el desarrollo de una accin institucional tendiente a prevenir acciones negativas y promover los valores que forman parte de la nueva polica. Esto requiere de estrategias de fortalecimiento institucional para revertir o conjurar las condiciones institucionales y sociales que favorecen o determinan el deterioro del profesionalismo policial. La auditora de asuntos internos estar dirigida por un civil sin estado policial, designado por las autoridades polticas del ramo, y contar con la estructura orgnico-funcional adecuada y capacitada, el presupuesto, los medios materiales y los recursos humanos idneos y suficientes para cumplir con sus funciones. La auditora de asuntos internos debera tener dos dependencias bsicas: 1. El departamento de prevencin institucional, como unidad centralizada encargada de:
Elaborar y mantener actualizado el mapa de infracciones policiales, las
analizar las situaciones de riesgo e identificar los factores que favorecen o determinan las diferentes modalidades de corrupcin policial.
Planificar y desarrollar programas de intervencin focalizada para pre-
sos, actos de corrupcin o delitos mediante inspecciones, requerimientos de documentacin o solicitudes de informes.
Realizar investigaciones para identificar la posible comisin de faltas o
delitos en dependencias consideradas de riesgo o sobre las que existen elementos de sospecha, individualizar a los presuntos autores y recolectar elementos de prueba.
Investigar faltas o delitos denunciados o conocidos por informacin p-
blica o derivada de las auditoras preventivas o de las investigaciones preliminares, para constatar los hechos e identificar a sus responsables. Para ello el departamento debera tener un grupo especial de investigaciones, grupos operativos para jurisdicciones o temticas particulares, y oficinas locales por cada zona o dependencia para recibir, procesar y transmitir denuncias a la sede central y servir de base operativa a los diferentes grupos operativos de asuntos internos que acten en dicha jurisdiccin. Podra haber tambin un tribunal de disciplina policial, integrado por tres miembros con ttulo de abogado y sin estado policial, seleccionados por concurso pblico de antecedentes y oposicin, con diferentes salas o secretaras y personal civil idneo. El defensor del polica, por ltimo, debera ser tambin un abogado, sin estado policial, seleccionado por concurso pblico de antecedentes y oposicin.
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La instancia de control asuntos internos es definida como el mecanismo por el cual se investigan las denuncias de actividades delictivas, casos de mala conducta grave e infracciones disciplinarias que implican sus propios agentes. Debe seguir los cuatro componentes de la investigacin de hechos irregulares: admisin, procesamiento, disposicin y revisin (Varenik, 2005: 51). Puede ser centralizada o descentralizada, ad hoc o discrecional (cuerpos investigativos conformados para cada caso).
El control disciplinario puede ser ejercido por lnea de mando o por mecanismos internos especializados, como inspectoras generales, unidades disciplinarias u oficinas de responsabilidad profesional. Para su buen funcionamiento debe haber voluntad poltica, liderazgo, independencia, confiabilidad, transparencia, objetividad e imparcialidad, efectividad, principio de seguridad jurdica, personal idneo y profesional y un sistema gerencial adecuado.
Para que los sistemas de control sean efectivos se requiere, adems de normas adecuadas, explcitas y bien informadas al personal policial, que todas las etapas de los procesos sean transparentes, se cumplan y sean pblicas, y garantizar la debida defensa y la celeridad en los procesos.
Las sanciones deben ser proporcionales al dao causado a la sociedad y no slo al quebrantamiento de la jerarqua. Las estrategias de prevencin de la conducta policial deben elaborarse teniendo a la vista la informacin sobre la realidad actual en la materia. Las prcticas corruptas, los excesos y las incapacidades suelen estar relacionados con culturas institucionales que han perpetuado malas prcticas, muchas veces vinculadas con una nocin equivocada de la obediencia y el mando.
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Los reglamentos de disciplina deben ser precisos, claros y seguros, para evitar confusiones o ambigedades en quienes deben regirse por ellos. Y deben enfatizar en los valores y principios fundamentales que sustentan y dirigen la accin policial La polica contar con mecanismos efectivos para reparar a los ciudadanos cuyos derechos han sido vulnerados. La secuencia de acciones para cumplir con la reparacin o sancin de un abuso est asociada al lugar, el tiempo y el marco jurdico en que ocurri el hecho, a las caractersticas y condiciones del agredido, etctera. Si las infracciones son perseguidas y sancionadas rpida y severamente, los policas tendrn la certeza de lo que arriesgan al transgredir la norma, y la ley tendr el efecto pedaggico de inhibir conductas. Las vas administrativas deben ser eficientes, los procedimientos simples y transparentes y ha de garantizarse el derecho a la defensa. La investigacin de las faltas disciplinarias debe estar radicada en fiscalas externas. El apego a la norma puede ser promovido fomentando el control social interno y una cultura de manos limpias. La facultad de ejercer el uso de la fuerza pblica con el fin de resguardar el respeto a las normas vigentes, el orden pblico y la proteccin de las personas, debe ajustarse a una tica que est plasmada en un documento que regule y adecue la conducta de la polica al marco tico del respeto por los derechos humanos y la garanta de las libertades individuales, en especial en su interaccin con la ciudadana. El cdigo de tica podra comenzar determinando los deberes y la conducta de los policas en sus relaciones con la ciudadana. Insistir en que el funcionario policial se debe comportar de una manera ejemplar. Y describir las normas ticas que regulan las relaciones con la comunidad y el tratamiento a los detenidos. Un mecanismo de apoyo y, a su vez, de control preventivo de la conducta policial es instaurar mecanismos internos de alerta temprana, cuya finalidad principal es apoyar a los agentes en la resolucin de problemas personales o familiares, de endeudamiento, violencia intrafamiliar, problemas de salud, que pueden afectar negativamente su accionar. La transparencia y la rendicin de cuentas es un requisito especialmente importante en la polica. El surgimiento de mecanismos de control es una medida de prevencin de los abusos policiales y la corrupcin, en un escenario de democratizacin de todas las estructuras del Estado. Los mecanismos de atencin de los problemas asociados al control policial deben considerar a los policas como sujetos y objetos partcipes de todo el proceso, desde la deteccin de la mala conducta hasta la evaluacin, la sancin y el seguimiento de su accionar, en combinacin con mecanismos externos de control o auditora, en un sistema equilibrado de controles internos y externos que los fortalezca. La rendicin de cuentas, por su parte, es un mecanismo para regularizar el ejercicio de la discrecionalidad y limitar el mal desempeo, que permite me-
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jorar la confianza ciudadana, obliga a la transparencia y le permite a la polica misma evaluar mejor su actividad. Es un proceso que requiere de la voluntad y compromiso personal e institucional de los involucrados, especialmente de la institucin Tiene tres dimensiones: los fines, relacionados con la dimensin poltica, respecto del control del orden pblico y la delincuencia; los medios: la tctica, los procedimientos y enfoques en el uso apropiado de la fuerza; y los mtodos: mbito estratgico, alternativas adecuadas para mantener la confianza pblica. Esta distincin es til a la hora de establecer indicadores para medir la actividad policial. El control policial y el inters por su conducta estn asociados a la naturaleza de su funcin. Por su rol, responsabilidad y poder, los actos de corrupcin en la polica son especialmente graves e impactan a la opinin pblica. Prevenirlos, combatirlos y erradicarlos supone la seleccin de los mejores aspirantes, una formacin de alto nivel en todos los escalafones, buenas condiciones de trabajo, salarios decentes, doctrina institucional fuerte, clara y conocida, controles internos estrictos y rendicin de cuentas.
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Los actos de corrupcin deben denominarse como tales y sancionarse de acuerdo con su naturaleza y grado, como una muestra ms de la probidad institucional. Es fundamental determinar su frecuencia y gravedad, mediante metodologas que tengan en cuenta sus motivaciones individuales e institucionales y los actos de corrupcin en s. Conviene prevenir entonces los factores institucionales y del contexto, segn tipo de funcin, que puedan facilitar o favorecer los actos de corrupcin, en los siguientes mbitos (Loree, 2006):
a (sub)cultura: ley del silencio, primaca de las lealtades internas, que L pueden jugar a favor de quienes infringen la norma, conductas que se evitarn desde los procesos de formacin, en los que debe insistirse en las nociones altruistas ligadas a la mantencin de una moral institucional y la proteccin de la reputacin. structura y procesos organizacionales: evitando que los lazos de solidariE dad sean sobre todo lazos personales, lo que facilita que los policas pueden ser fcilmente constreidos por sus pares ms antiguos a respetar los cdigos y guardar silencio. Debern evitarse las oportunidades de corrupcin creadas por la estructura jerrquica, mediante la reduccin de privilegios (chofer, etctera) que crean lites internas. Si la corrupcin proviene de los mandos, el control es prcticamente imposible y los subalternos pueden caer fcilmente en estas conductas, porque los superiores no podrn controlarlos. Las estructuras policiales muy jerarquizadas y rgidas pueden favorecer la corrupcin, porque inciden sobre el razonamiento moral de los agentes. Como se dijo, una decisin conveniente es cambiar regularmente de destinacin, aunque no de especialidad, a los policas que se desempean en reas sensibles y ms expuestas a la corrupcin: asuntos internos, narcoactividad, agentes encubiertos. Las posibilidades y estmulos para hacer carrera en la institucin, y buenas condiciones de trabajo en cuanto a salarios, dotacin e infraestructura, motivan sentido de pertenencia y previenen el apoyo de o las prcticas corruptas. A lo que muy probablemente contribuira que los incentivos y ascensos se basen en los mritos. Por la influencia que ejercen los altos mandos, deben dar ejemplo, estar atentos a los actos de corrupcin y ejercer su autoridad para controlarla. Tienen la responsabilidad de generar confianza en la jerarqua interna, mediante formas de comunicacin adecuadas. Su liderazgo transmitir integridad en todas y cada una de sus acciones, por lo que no se recibirn regalos, sus dependencias sern austeras y el servicio ser apoltico. actores relativos al personal: durante todas las etapas de seleccin del perF sonal, los controles deben ser rigurosos y se seleccionarn y ascendern los mejores. El personal que ingrese y haga carrera ser tambin el mejor, en cuanto a las habilidades, competencias y condiciones para convertirse en polica. La corrupcin depende tanto de la calidad moral de los policas
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como de las caractersticas de la organizacin y la (sub)cultura profesional e institucional. Evitarla depende de los individuos, la institucin en s y la sociedad. En la polica misma la corrupcin no deber tener posibilidades de existir mediante la solidaridad, la confianza y la transparencia. Un sistema de control y sancin efectivo, de reaccin rpida y severa, previene el incumplimiento de las normas, evita el delito y le da legitimidad a la polica. elacin de la polica con la sociedad: es una buena forma de control exterR no, mediante la ampliacin de sus contactos. Esta apertura supone trabajar y fortalecer la nocin del polica como ciudadano profesional de la seguridad pblica con los mismos derechos y deberes de los dems ciudadanos, a pesar del poder que le confiere su papel en la sociedad.
8. Evaluacin
La evaluacin del rendimiento policial puede definirse como un mtodo de anlisis que permite acercar los objetivos de un servicio o una poltica, a los medios utilizados y a los resultados observados y constatados (Centre Internationale pour la prvention de la criminalit, 2007). Los parmetros de evaluacin de la reforma policial dependern de sus caractersticas, alcances, cronograma y disponibilidad de recursos. Todas, como ocurre con la evaluacin de la actividad policial en situacin regular, deben someterse a las orientaciones metodolgicas bsicas que rigen la evaluacin de las polticas pblicas, y los anlisis se harn por rea de actividad y nivel institucional. Es fundamental decidir qu se va a evaluar: la intervencin policial o la seguridad. En el caso de la polica comunitaria, es importante tener en claro que se opta por la intervencin y las relaciones de la polica con las comunidades. Desde el principio se deben definir el objeto y los mtodos de evaluacin, prever las dificultades y proponer sugerencias metodolgicas y prcticas. Al hacerlas es necesario establecer el estilo de institucin al que se le hace y, en ese marco, evaluar los programas, que tendran que compartir ese estilo.
La evaluacin de la gestin policial puede hacerse midiendo los niveles de efectividad en el logro de los objetivos, por una parte, y el cumplimiento de las actividades esperadas sin considerar resultados. Es un proceso cada vez ms importante en un contexto donde los recursos asignados dependen de dicha gestin y su eficacia, y debera acercarse a la aplicacin de los principios de gestin de las empresas. Las evaluaciones debern incluir elementos cualitativos, en especial relacionados con la opinin de la ciudadana sobre servicios o aspectos de la actividad policial, que adquiere mayor importancia en el modelo comunitario. Dichos aspectos incluyen las condiciones materiales de prestacin del servicio, la igualdad de trato y en la orientacin ciudadana, transparencia y responsabilidad, y condiciones de detencin (Centre Internationale pour la prvention de la criminalit, 2007).
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Puede hacerse en tres mbitos: el desempeo individual; el impacto de un nuevo programa de trabajo policial; y la calidad de la organizacin en su conjunto (Cano, 2004). El primero es muy importante, porque influye sobre la carrera policial (ascensos, sanciones, destinaciones), y, al mismo tiempo, sobre el tercero, ya que mejorar el comportamiento policial ayuda tambin a la organizacin en su conjunto. Cano (2004) distingue ocho reas de evaluacin de la actividad policial, relacionadas unas con la disciplina y otras con su trato con la ciudadana (vase la tabla Indicadores de actividad policial). Se trata de tener indicadores adecuados que den cuenta, adems de la cantidad de detenciones o decomisos, es decir de actividades policiales, de su relacin con la comunidad y, ms especficamente, de cmo actan los policas en ella. La indagacin sobre la autoimagen es complementaria a la evaluacin ciudadana y puede medir el grado de pertenencia, la autoestima y la satisfaccin laboral, y muestra algo sobre la eficiencia y sobre las condiciones de trabajo. Las mediciones sobre corrupcin, por su parte, estn ntimamente ligadas con
Indicadores de efectividad policial
Indicadores de efectividad policial mbito de evaluacin Tipo de indicadores Fuentes de verificacin (frmulas de clculo)
Trabajo policial
Tasa de registro criminal: denuncias, servicios mdico-legales, encuestas de victimizacin, etctera N de arrestos acogidos; cantidad de incautaciones; n de decomisos; n de respuestas a llamadas de emergencia frente a rapidez en la atencin, entre otros Tasa de esclarecimiento; casos detectados por la polica frente a acogidos por el ministerio pblico; detenidos en flagrancia frente a condenados; rdenes de investigar con resultados positivos, definiendo esto para cada delito Encuestas de opinin; tambin puede ser parte de una encuesta de victimizacin
De actividad policial
Desempeo individual
Actividades o proceso
Esclarecimiento de delitos
Trabajo policial
Percepcin de (in) seguridad Evaluacin de la polica por la comunidad Auto imagen de la polica
Trabajo policial Calidad de la percepcin ciudadana; organizacin policial Calidad de la organizacin policial Calidad de la organizacin; actividad policial
Gerenciamiento
Encuestas de opinin dentro de la polica Denuncias oficialmente presentadas ante la polica u otros organismos; respuestas acerca de este tem en encuestas; n de actos de violencia producidos por accin policial; registros de prensa, entre otros Anlisis de documentos de la institucin (cumplimiento de metas, etctera) y entrevistas referidas a presupuesto, ingreso, formacin, disciplina, etctera
Gerenciamiento
Estructura de la institucin
Gerenciamiento
Fuente: Control, disciplina y responsabilidad policial: desafos doctrinarios e institucionales en Amrica Latina. 2008.
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sistemas de supervisin de asuntos internos, pues la denuncia de este tipo de actos tiende a ser baja, sobre todo cuando los desvos son muchos y la expectativa poca. Por el contrario, cuando la comunidad espera mucho del accionar policial los reclamos o sugerencias pueden ser frecuentes, al considerarse incluso cuestiones de poca gravedad. Una manera de medir estas dimensiones son las encuestas de victimizacin o las encuestas elaboradas para medir auto imagen. Este tipo de instrumentos han de contar con los recursos suficientes para que sean permanentes, a fin de observar cmo evoluciona la percepcin sobre dichas dimensiones. Toda medicin de la labor policial debe ser de conocimiento pblico y tomarse con cautela, ya que en ella influyen factores como la ocurrencia de un hecho de alto impacto social, las decisiones polticas, el rol de los medios de comunicacin, entre otros.
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La conducta pblica y privada de los policas puede medirse mediante encuestas de opinin peridicas y sistemticas que permitan conocer la opinin de la ciudadana y los niveles de apoyo o rechazo, encuestas que retroalimentan a la polica y al gobierno. De acuerdo con Mohor (2007), otros indicadores de la actividad policial con fuente institucional son:
ndicadores de criminalidad y violencia, para medir el comportamiento de I la criminalidad cuya disminucin es uno de los principales objetivos de la polica, con base en los delitos denunciados, segn categoras de gravedad e importancia del bien jurdico protegido, por territorios. or delito, por ejemplo, el narcotrfico, el secuestro, la trata de personas o P el trfico de inmigrantes. De percepcin de inseguridad y de victimizacin. e actividades policiales: denuncias, tasas de delitos denunciados, captuD ras, incautacin de drogas o armas. e investigacin y prevencin, para el caso en que una misma polica cumD pla con las dos funciones. e percepcin ciudadana sobre la polica y sobre la gestin en trminos de D uso de recursos, flujos de informacin, etctera. e malas prcticas policiales: uso excesivo de la fuerza, brutalidad policial, D corrupcin, detenciones arbitrarias, con base en datos internos como hojas de vida, faltas disciplinarias, procedimientos sumarios, hojas de calificacin de desempeo, notas de demrito u otras anotaciones o amonestaciones; y externos, como las encuestas de percepcin. obre la relacin entre la polica y la comunidad, por mbito de la relacin, S actividades de difusin, trabajo en unidades, desenvolvimiento en las calles.
El sistema de indicadores debe cruzar sistemtica y permanentemente las fuentes de informacin con las que cuente, as como los estudios, las encuestas y los informes peridicos de las instituciones acadmicas y las organizaciones que estudian la seguridad y los derechos humanos. Las encuestas de victimizacin, contrastadas con datos de denuncias y justicia, permiten estimar la cantidad de delitos que no se denuncian, por tipo y zonas. Evaluar esta rea es muy importante a partir de la centralidad de la comunidad a la hora de valorar los servicios policiales, por los desafos que representa para la polica y el gobierno en materia de gestin, eficiencia y eficacia, y de relacin con la ciudadana. Los sistemas de gestin y evaluacin deben adecuarse, junto a las modalidades operativas y la distribucin de los recursos, para conocer las prioridades y la calidad de las relaciones con la comunidad de acuerdo con las percepciones y expectativas sobre la conducta policial. La polica comunitaria hace ms visible la actividad policial, lo que puede hacer ms necesaria la evaluacin.
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Por ltimo, las evaluaciones policiales deben tener en cuenta si las funciones policiales son las propias o se relacionan con otro actor; las que se cumplen al servicio y demanda de otro actor estatal, como la investigacin; las que realizan en asociacin con otras entidades pblicas y privadas. Y se harn segn se trate de actividades preventivas o de control de criminalidad compleja.
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Autores
Patricia Arias
Licenciada en criminologa por la Universidad Catlica de Lovaina (Blgica) y master por la misma Universidad. Investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo, con una trayectoria de ms de veinte aos en polticas pblicas y desarrollo de investigacin. Ha dirigido reas de estudios en organismos del Estado y como asesora en entidades como el Servicio Nacional de la Mujer, la Subsecretara de Interior y Carabineros de Chile. Ha sido investigadora de Flacso-Chile y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Ha hecho investigaciones sobre violencia y delincuencia, gnero, infancia y adolescencia vulnerables, poblaciones criminalizadas, terrorismo, seguridad privada y mercenarios, instituciones policiales, mediacin comunitaria, entre otras, materias en las que cuenta con diversas publicaciones y consultoras. Es miembro del Grupo de trabajo sobre el uso de mercenarios como forma de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinacin, de ACNUDH.
Hctor Rosada-Granados
Guatemalteco, investigador social, analista poltico, y consultor internacional en seguridad y justicia. Doctor en ciencias sociales con especializacin en sociologa y antropologa poltica. Maestro en docencia universitaria y licenciado en sociologa, antropologa y ciencias polticas. Es miembro del Centro de Estudios Estratgicos y de Seguridad para Centroamrica (Ceesc). Consultor nacional en la redaccin del Informe sobre derechos humanos para Amrica Central 2009-2010, del PNUD. Primer secretario de la Presidencia de la Repblica para la Paz; y representante del gobierno de Guatemala en las negociaciones de paz durante el periodo 1993-1996.
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do de Dinero (2000-2002), interventor de la Polica de Seguridad Aeroportuaria (2005-2009), asesor del Ministerio de Seguridad (2011) y miembro del Consejo Acadmico del Instituto Nacional de Estudios Estratgicos de la Seguridad (Inees). Actualmente es diputado de la Cmara de Diputados de la provincia de Buenos Aires (2011-2015). Autor de libros, captulos y artculos, entre ellos, Seguridad, democracia y reforma del sistema policial en la Argentina (2002); Seguridad ciudadana: concepciones y polticas (Nueva Sociedad, 2005); El leviatn azul: polica y poltica en la Argentina (2008); La reforma policial en Amrica Latina. Una mirada desde el progresismo (2010); Los votos y las botas. Estudios sobre la defensa nacional y las relaciones civiles-militares en la democracia argentina (2010).
Circa 1990 4,8 s. i. 19,7 3 89,5 4,1 10,3 138,2 s. i. s. i. s. i. 17,8 s. i. 10,9 4 11,5 s. i. 4,4 15,2
2000 7,18 37,01 26,46 5,69 63,8 6,33 14,89 39,38 19,29 s. i. 50,95 14,14 9,33 10,13 18,8 5,01 12,96 6,48 33,12
2001 8,17 34,83 27,11 5,95 64,5 6,52 13,3 37 20,02 15,7 54,85 14 10.37 10,18 24,06 4,9 12,37 6,59 35,14
2002 9,16 30,13 27,71 4,64 67,3 6,37 15,1 33,76 23,69 19,7 55,92 13,14 10,55 12,41 24,63 4,3 14,38 6,98 42,18
2003 7,56 29,03 28,08 3,71 52,4 7,18 12,6 36,1 27,78 21,3 33,59 12,55 11,94 10,84 22,62 4,85 17,9 5,96 49,16
2004 5,89 41,6 21,21 1,69 44,6 6,23 18,5 45,85 36,36 14,5 31,9 11,42 11,99 9,7 20,87 5,55 25,44 5,88 37,19
2005 5,46 9,54 22,02 3,5 40,2 7,81 16,24 62,37 42 s. i. 35,06 10,92 13,36 11,3 15,02 10,98 22,25 5,69 37,49
2006 5,25 29,12 20,95 3,6 37,5 7,92 18,06 64,57 45,17 12 44,34 11,3 12,42 11,04 12,34 11,15 21,78 6,13 45,34
2007 5,25 10,46 20,36 3,7 37,2 8,28 17,04 57,23 43,29 5,1 50,01 9,74 12,76 13,28 14,79 10,32 21,32 5,84 47,87
2008 5,78 12,53 22,73 3,5 34,3 11,33 14,22 51,83 45,97 5 61,11 12,4 13,02 19,24 15,1 11,55 26,19 6,63 52,21
2009 3,38 11,46 21,69 3,5 39,4 10,57 13,82 70,57 46,32 6,1 66,29 15 13,96 23,68 13,36 10,18 26,02 6,76 49,27
2010 5,5 10,81 20,97 3,7 38,4 11,36 19,15 64,66 41,46 6,9 81,88 18,6 13,48 21,58 11,47 s. i. 25,8 6,08 s. i.
12,6 4,12 25
Fuentes: Tasas de homicidio: OEA. Datos de seguridad pblica por pas. http://www.oas.org/dsp/Observatorio/database/indicatorsdetails.aspx?lang=es&indicator=17 Worldbank Homicide rate dataset. http://siteresources.worldbank.org/EXTCPR/ Resources/407739-1267651559887/Homicide_Rate_Dataset.pdf Worldbank Intentional homicides per 100.000 people. http://data.worldbank.org/indicator/VC.IHR.PSRC.P5?page=3
UNODC Intentional homicide, count and rate per 100.000 population (1995-2011). http://www.unodc.org/documents/data-
and-analysis/statistics/Homicide/Globa_study_on_homicide_2011_web.pdf Interamerican Development Bank. http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=1186239 Arriagada, Irma, Loreno Godoy. 1999. Seguridad ciudadana y violencia en Amrica Latina: diagnstico y polticas en los aos noventa. Cepal-ONU. http://www.eclac.org/publicaciones/xml/7/4657/lcl1179e.pdf
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30 25 20 15 10 5 0
Circa 1990 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
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Venezuela
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Costa Rica
El Salvador
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Nicaragua
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Costa Rica
El Salvador
Guatemala
Honduras
Nicaragua
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Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Hait Honduras Mxico Nicaragua Panam Paraguay Per Repblica Domin. Uruguay Venezuela
913,6 40,05 s. i. 210,99 147,6 259,4 33,48 s. i. s. i. s. i. s. i. s. i. 274,24 s. i. 18,5 214,24 s. i. 2.719,9 286
858,6 44,19 909,42 531,11 129,92 248 36,53 s. i. 41,72 s. i. s. i. 81,47 286,67 373,84 23,6 209,41 s. i. 2.980,5 245
183,72 41,79 718,32 952,75 162 242,4 45,59 177,2 83,86 s. i. s. i. 82,29 266,03 433,96 22,9 188,37 s. i. 3.173,3 222
s. i. 56,46 617,03
1009,21 1045,27 1126,12 186,82 276,5 s. i. s. i. 30,93 s. i. s. i. 162,94 s. i. s. i. 136,2 34,84 s. i. s. i. 99,1 350,94 488,61 s. i. 164,06 s. i. 526 s. i. 169,65 s. i. 203,99 104,04 s. i. s. i. 43,02 s. i. s. i. 129,19
519,25 s. i. s. i. s. i.
Fuentes: OEA. Datos de seguridad pblica por pas. http://www.oas.org/dsp/Observatorio/database/indicatorsdetails.aspx?lang=es&indicator=34 Fundacin Paz Ciudadana. http://www.pazciudadana.cl/publs.php?show=CAT&idCat=8
3500
3000
2500
2000
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2005
Chile
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0 2000 2001
Costa Rica
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120 100 80 60 40 20 0
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Mxico
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Repblica Dominicana
2001
1.032,8 114,1 s. i. s. i. s. i. 409,7 396,72 120,7 152,87 s. i. s. i. 537 396,5 s. i. 84,1 s. i. s. i. 185,82 123
2002
1.252,5 97,52 s. i. s. i. s. i. 366,2 378,45 81,8 153,65 s. i. s. i. 510 401,14 s. i. 83,8 s. i. s. i. 256,36 153
2003
1.145,7 95,89 s. i. 608,95 s. i. 422 357,76 69 158,02 s. i. s. i. 505 404,89 s. i. 42,7 142,21 s. i. 209,9 149
2004
926,01 81,75 489,05 555,86 129,92 468,9 360,85 199,97 136,12 s. i. s. i. 500 395,99 156,17 31,4 156,1 556,34 211,99 111
2005
917,06 93,35 418,07 456,91 161,94 499,3 360,38 181,34 114,04 s. i. s. i. 496 391,9 162,96 29,2 163,8 556,36 252,63 103
2006
904,62 93,31 474,99 475,2 209,41 535,8 391,13 150,51 70,26 s. i. s. i. 520 440,69 177,71 43,1 163,25 952,68 267,56 103
2007
858,32 113,88 446,24 561,81 189,65 518,5 399,32 157,11 71,79 s. i. s. i. 577 498,07 190,01 83,9 145,94 817,83 275,99 106
2008
973,26 139,97 439,77 333,4 164,78 s. i. s. i. 159,42 71,44 s. i. s. i. 616 591,35 231,27 116,43 148,87 s. i. 321,28 s. i.
2009
s. i. 138,68 454,18 541,56 206,43 s. i. s. i. 155,02 67,99 s. i. s. i. 632,8 s. i. 235,81 140,46 167,27 s. i. 340,54 s. i.
2010
s. i. 128,23 415,36 190,98 s. i. s. i. s. i. s. i. s. i. s. i. s. i. 670,4 488,3 270,29 s. i. s. i. s. i. 410,11 s. i.
Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Hait Honduras Mxico Nicaragua Panam Paraguay Per Repb. Domini. Uruguay Venezuela
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Argentina
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2010 Panam
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los permisos del servicio, de fiscalizar y sancionar, de registrar a los prestadores y de dictar y adoptar las resoluciones. Estos esquemas de control son necesarios pero resultan insuficientes para gobernar el sector. Si para el sector privado la inseguridad es una oportunidad para obtener rditos econmicos, una competencia restringida nicamente por requisitos legales habilitantes es perniciosa para la seguridad pblica. La deficiencia ms importante de las regulaciones proviene de la ausencia de criterios que orienten la lgica de funcionamiento del sector hacia una competencia por brindar un mejor servicio. El incremento de la demanda, que multiplica la cantidad de oferentes, desata la competencia entre los proveedores de servicios de seguridad privada por una mayor clientela, que puede ser positiva si se sustenta en la motivacin empresarial por brindar el mejor servicio posible, o negativa si se origina en una lgica de boicot de las acciones de los competidores para evitar su contratacin y promover la propia. Las legislaciones no han previsto recursos tendientes a evitar la competencia negativa, presente en gran parte de los pases latinoamericanos, en donde las empresas son contratadas no por la calidad de sus servicios sino por los malos resultados de los otros. Las falencias en la provisin del servicio, adems de ser un problema de los contratantes, redundan en el incumplimiento de la obligacin del Estado de garantizar la seguridad pblica. Gobernar efectiva y eficientemente la seguridad privada es clave para que el Estado provea, como le corresponde, seguridad a toda la ciudadana y, a la vez, administre mejor sus recursos. A algunos sectores les brindar seguridad directamente, por medio de sus instituciones, y a otros en forma indirecta, con el control de legalidad y calidad del servicio privado. El buen funcionamiento de este esquema implica que, una vez verificada la calidad del servicio brindado por privados, las agencias gubernamentales de la seguridad pueden reorientar los recursos pblicos hacia los otros sectores sociales, complementndose en una mayor y mejor cobertura. La actividad y la direccin de este sector se han caracterizado por un alto grado de independencia respecto del sistema de seguridad pblica. La falta de iniciativas gubernamentales de coordinacin y planificacin de las tareas de las agencias pblicas y privadas en una estrategia nica de seguridad, responde a una concepcin de la seguridad privada como una seguridad distinta de la estatal, siendo el resultado de esas actividades responsabilidad exclusiva de los privados. A consecuencia de esta concepcin hay un desgobierno del sistema de seguridad privada que lleva al incumplimiento de la obligacin estatal de proveer seguridad a todos los habitantes. El gobierno de la seguridad privada debe tender a armonizar la pretensin de lucro del sector privado con la necesidad de garantizar los derechos de todos los habitantes. Para alcanzar este objetivo se requiere controlar la calidad del servicio y definir, en el marco de la estrategia de gobierno de la seguridad, la coordinacin operacional de las agencias de ambos sectores.
El diseo actual de los sistemas de seguridad privada parte de presupuestos conceptuales falsos que legitiman un modelo deficiente en el que sus agencias, bajo estricto control estatal, actan autnomamente y con un alto grado de independencia del accionar de las instituciones policiales o de seguridad pblica. Este fenmeno, se dijo,
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se sustenta en el entendimiento de que existen dos tipos de seguridad distintas, una a cargo del Estado y otra de los privados, con mbitos de actuacin especficos. Las actividades estatales destinadas a garantizar la preservacin y el goce de los derechos humanos se engloban, todas, dentro de algn servicio pblico: la educacin, la salud, la justicia. Lo que define a determinadas actividades como servicios pblicos es su esencialidad para la comunidad, brindarlos es una de las razones de ser del Estado y la imposibilidad de hacerlo eficientemente para todos ha determinado que conceda permisos a instancias o agentes privados para prestarlos. El ser la seguridad un servicio pblico ms, y permitir el Estado que sea prestada tambin por agentes privados, no implica que existan dos tipos de seguridad con regulaciones distintas: esta es un solo servicio pblico cuya titularidad siempre corresponde al Estado, que por diferentes razones permite desarrollar actividades vinculadas con ese servicio a algunos agentes privados. Entender la seguridad como un servicio pblico implica que el Estado es responsable por todas las acciones que se enmarcan en l, debiendo entonces gobernar todas las instancias relacionadas con las polticas y las acciones correspondientes.
Un nuevo sistema de seguridad privada
Engloba al conjunto de empresas privadas que prestan servicios de seguridad, y a las actividades llevadas a cabo por los organismos gubernamentales responsables de la regulacin y el control de los servicios que stas prestan, que incluyen una amplia gama de actividades, como la vigilancia de lugares o establecimientos pblicos o privados, la custodia personal, la proteccin de bienes y valores fijos o en trnsito, la vigilancia con medios electrnicos, pticos y electropticos, las labores de investigacin, la fabricacin y administracin de sistemas de alarmas, vigilancias y hasta de armas o artefactos de defensa, y otras actividades anlogas. Las agencias estatales de control de la seguridad privada son responsables de las siguientes labores de control fundamental: 1. El establecimiento de la regulacin de los servicios de seguridad privada legalmente establecidos. 2. La concesin y administracin de permisos a las entidades y empresas prestatarias del servicio de seguridad privada. 3. La fiscalizacin y supervisin de dichas entidades y empresas, de sus actividades y de su funcionamiento, de su personal y de la capacitacin y entrenamiento del mismo. 4. La administracin del rgimen de infracciones y sanciones. La interaccin con el sistema de seguridad pblica se refiere al conjunto de relaciones entre: 1) las empresas de seguridad privada y el sistema policial en cuanto al desempeo de las labores de seguridad preventiva o policiamiento complejo, que puede suponer tareas de coordinacin, accin conjunta, asistencia recproca, apoyo comunicacional, etctera; y 2) entre esas empresas y las agencias gubernamentales de seguridad pblica en cuanto a la coordinacin estratgica para la reorganizacin de los recursos estatales. Hasta ahora la concepcin tradicional del sistema de seguridad privada se orienta casi exclusivamente hacia el control de las empresas y no contempla el gobierno efectivo de la seguridad privada ni una interaccin estratgico-operativa con las agencias del sector. El gobierno efectivo de la seguridad privada requiere:
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1. Orientar la competencia mediante un modelo de concesiones pblicas. La conjugacin de la ausencia o ineficacia estatal en la provisin de seguridad, una alta demanda de seguridad y el permiso legal de ofertar el mismo servicio a distintas empresas en el mismo espacio geogrfico favorecen el predominio de la lgica de la inseguridad. El sistema de seguridad pblica debe dirigir el mercado por medio del diseo de un modelo de concesiones que permita superar las deficiencias del modelo actual y, adems, depurar las empresas, para que funcionen solo las que estn en condiciones de garantizar la capacitacin y el control de su personal.
2. Controlar la legalidad, la calidad del servicio y el cumplimiento de las condiciones de la concesin. El modelo desregulado o de libre accin territorial, vigente en todos los pases, dificulta en forma extrema el trabajo de fiscalizacin de las actividades de los prestadores. El esquema de control, adems de sancionar las actividades clandestinas de parte de los prestatarios y las irregularidades en la prestacin, debe desmotivar ese tipo de actividades, mediante inspecciones rigurosas, intensivas y permanentes, en el marco de procesos administrativos expeditos y actividades de fiscalizacin eficaces y eficientes. Los sistemas de control deben establecer formas de calificar la calidad de los servicios prestados por las empresas de seguridad privada, verificando el cumplimiento de los deberes y obligaciones. Los controles se disearn considerando las necesidades de los ciudadanos y las necesidades del Estado, para controlar fuertemente un servicio que le corresponde brindar y cuya gestin ha cedido a los privados. 3. Que el Estado controle rigurosamente esta actividad no quita que la seguridad sigue siendo una obligacin propia, por lo cual debe regular y vigilar cuidadosamente este tipo de servicio y su prestacin. Los controles deben elevar los estndares de exigencia de las empresas de seguridad privada, enfocndose en la legalidad del servicio y su calidad. En el rgimen de las concesiones pblicas por zona geogrfica, las tareas de control se simplifican enormemente. Al existir una sola empresa habilitada su accionar es ms transparente, permitiendo un control de calidad y legalidad gil, estandarizado y con consecuencias inmediatas (vgr. prdida de la concesin). El primero depender del organismo de fiscalizaciones, cuyos inspectores no podrn ser agentes de las fuerzas de seguridad pblicas, para no disminuir y distraer los recursos policiales de sus tareas y evitar, como es frecuente en muchos pases, actos de corrupcin. El segundo de los controles se puede verificar fcilmente mediante encuestas regulares y estandarizadas a los usuarios, dirigidas por la direccin de fiscalizaciones. Este rgimen de concesiones permite, adems, controlar eficazmente el denominado mercado negro o de servicios clandestinos de seguridad, y permitir a los habitantes de la zona conocer a quienes pueden brindar servicios privados de seguridad en su barrio. Este modelo requiere de un ente de regulador de los servicios de seguridad privada que, siguiendo los fundamentos de los sistemas republicanos, debe regirse por el principio de que el que concede u otorga un monopolio no debe controlarlo, como principio, actualizado, de la divisin de poderes y el sistema de frenos y contrapesos. El ente debe contar entonces con autoridades administrativas independientes del poder central, elegidas por concurso pblico y con la garanta de inamovilidad de los cargos. Y deber controlar el cumplimiento de todos los compromisos asumidos
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conforme el pliego del concurso pblico y aplicar el rgimen sancionatorio correspondiente. 4. El gobierno de la seguridad privada incluye una agencia encargada del control de la legalidad de las actividades del sector y de la garanta de la calidad del servicio de los prestatarios, que se lograr mediante controles efectivos y por medio de un sistema de seguridad privada cuyos objetivos deben coincidir con los de la seguridad pblica. La complementariedad de los dos servicios de seguridad requiere de la interaccin permanente entre las agencias de gobierno de ambos sistemas (dependientes ambas del Ministerio de Seguridad), que podr estar a cargo de una unidad de enlace o direccin de coordinacin estratgica con la seguridad pblica. Esta funcin requiere adems de una unidad de sistematizacin y anlisis de la informacin referente al funcionamiento de las agencias de seguridad privada. De la correcta utilizacin de esa informacin depende la buena coordinacin con las fuerzas de seguridad pblica, posibilitando la reasignacin racional de los recursos. La unidad debe contar con una base de datos centralizada e interconectada con las diversas agencias estatales, por ejemplo, la de control de armas. Un sistema de concesiones con una interaccin organizada invierte la lgica de financiamiento actual de utilizacin de los recursos pblicos, por ejemplo, agentes de polica entrenados por el Estado que trabajan para empresas de seguridad privada, para financiar a las empresas privadas, por un esquema en el que el sector pblico aproveche las inversiones privadas. El modelo de concesiones permite as ordenar la participacin de agentes pblicos en el sistema de seguridad privada, que en muchos pases es el nico modo de resolver el problema de financiamiento del sector pblico y los bajos salarios.
El establecimiento de una nueva polica se trat detalladamente en los Acuerdos de paz de 1992. En la Constitucin se separaron las labores de defensa nacional, a cargo del Ejrcito, y de seguridad pblica, como responsabilidad de la nueva Polica Nacional Civil (PNC). Segn los acuerdos, la PNC estara formada sobre todo por civiles y tendra
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Esta seccin es una sntesis de partes del documento Proteger y servir? El estado de los procesos de reforma policial en Centroamrica, publicado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), en diciembre de 2009.
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poca participacin de ex combatientes tanto de la antigua polica (20%) como del Frente Farabundo Mart para la Liberacin Nacional (FMLN) (20%). Se determin tambin que deba ser muy descentralizada, y para establecer controles se cre una Academia Nacional de Seguridad Pblica (ANSP) como institucin separada de la PNC, y mecanismos de control interno. La reforma enfrent muchas dificultades y el gobierno debi ser presionado constantemente para que cumpliera los compromisos. Las viejas estructuras policiales se resistieron a ser disueltas y hubo intentos para permitir que sus miembros entraran a la nueva institucin. Paralelamente, la ola de criminalidad y violencia asociada al posconflicto llev a hacer nfasis en una mayor presencia policial en el territorio y a descuidar asuntos claves como la seleccin rigurosa que permitiera excluir a personas con antecedentes, la formacin del personal o el establecimiento de un sistema disciplinario, que solo comenz a funcionar un ao y medio despus del despliegue inicial de la PNC.
Reclutamiento y formacin
La capacidad de la ANSP para reclutar y formar personal idneo ha sido limitada por fallas en los mecanismos de convocatoria y en los procesos de seleccin e ingreso. La verificacin de la informacin de los aspirantes, que debera incluir visitas a sus centros educativos y lugares de residencia, no cumple con ese requisito. Organizaciones como el Comit de Derechos Humanos de las Naciones Unidas han sealado la incapacidad de la PNC para evitar el acceso de personas que puedan tener vnculos con violaciones de derechos humanos. Otra queja constante son los reclutamientos y ascensos por recomendacin de funcionarios, incluso de personas que no llenan los requisitos. En cuanto a la formacin, aunque los policas deben aprobar los cursos bsicos correspondientes a cada categora y los obligatorios para ascensos, no hay un plan para actualizacin o capacitacin intermedia. Ha habido avances en la inclusin de formacin en derechos humanos y polica comunitaria, que no se traduce en una nueva cultura institucional, dado que existe una brecha entre la formacin y la prctica. Se est trabajando en cerrar esa brecha, con limitaciones de presupuesto.
Liderazgo y procesos de ascenso
El ingreso y ascenso son regulados por la ley de la carrera policial. Quienes estn en el nivel bsico no pueden escalar directamente al ejecutivo, sino que deben iniciar el proceso regular para ingresar al mismo, aunque en principio se quera que los ascensos fueran posibles tras cumplir los requisitos de antigedad, experiencia y formacin. El esquema de ascensos ha sido criticado desde adentro y afuera de la institucin, por la manipulacin e injerencia poltica para beneficiar a miembros de los antiguos cuerpos de seguridad o a personas de menor rango o que no cumplen los requisitos; y por las quejas sobre el uso de las rotaciones y transferencias de personal como polticas de castigo. La falta de claridad sobre las reglas de juego que rigen los procesos de ascenso genera dudas sobre su transparencia, lo cual ha afectado el sentido de pertenencia y la tasa de retencin de los miembros de la polica.
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El primer sistema de control interno entr en funcionamiento ao y medio despus del despliegue inicial de la nueva polica, y desde el comienzo tuvo serios problemas de falta de recursos y de coordinacin, que lo hicieron fracasar. En 2001 se aprob una nueva ley orgnica de la PNC, que aun cuando estableci la posibilidad de depurar a los miembros de la institucin, limit la independencia de la instancia encargada y dej espacios de posible manipulacin. En 2007 se aprob una nueva ley disciplinaria, cuyo modelo cuenta con una Unidad de Auditora Interna, responsable de hacer cumplir el marco legal interno, y una Inspectora General, que vigila y controla la actuacin de los policas. A pesar de que este modelo asign presupuesto para el funcionamiento de la Inspectora, en 2009 esta tena muy poco personal para cumplir con sus labores. A pesar de los esfuerzos de modernizacin, los controles internos parecen dirigirse sobre todo al personal de nivel bsico, y no alcanzar a los mandos. Peor an, faltan investigaciones serias sobre las acusaciones de violaciones a los derechos humanos, a pesar de que la Polica es una de las entidades pblicas ms denunciada.
Mecanismos de control externo
En 1996 se cre el Consejo Nacional de Seguridad Pblica (CNSP), con cinco miembros designados por el presidente, para analizar la situacin de seguridad pblica y proponer polticas de mediano y largo plazo al respecto. Esas propuestas nunca fueron consideradas seriamente. Luego, en 1999, se le encarg tambin la implementacin de proyectos de prevencin y participacin ciudadana. Sin embargo, a pesar de las responsabilidades que le asigna la legislacin, el Consejo ha sido excluido de las grandes decisiones y ha tenido profundas diferencias con las actuaciones del gobierno, como en la implementacin del Plan Mano Dura y la ley antimaras. Sus tareas se han limitado a la prevencin social de la violencia y no ha tenido incidencia sobre las polticas o el funcionamiento de las instituciones de seguridad pblica. En 2001 se cre el Consejo de tica Policial, presidido por el ministro de Seguridad Pblica y conformado por cuatro miembros nombrados por el presidente, que representan a los sectores empresarial, social y acadmico. Sus funciones son la supervisin de la aplicacin de las polticas de seguridad pblica y el uso de los recursos asignados para ello, y verificar el comportamiento y la gestin policial. No obstante, el Consejo solo comenz a funcionar en 2004, y aunque ha logrado avances significativos, como la formulacin de indicadores de desempeo, sus informes y recomendaciones no son de conocimiento pblico, dado que son de uso exclusivo del presidente, por lo que su nivel de cumplimiento no se puede verificar.
Polica comunitaria
La unidad de polica comunitaria de la PNC ha creado los comits de seguridad ciudadana, en los que participan miembros de la comunidad, identificando los problemas y proponiendo soluciones; adems, en algunas regiones se hacen patrullajes a pie o en bicicleta. No obstante, la falta de personal y las dificultades logsticas no han permitido la sistematizacin de estas prcticas. El programa polica comunitaria de ms amplio alcance ha sido el patrullaje policial orientado a la comunidad, iniciado en 1999 con el objetivo de reducir la criminalidad aumentando la presencia policial en las calles y mejorando la obtencin
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de informacin para orientar ms eficazmente las acciones. En 2005 el programa era implementado en todo el pas. Sin embargo, desde sus inicios se ha discutido si es un programa de polica comunitaria, dado que no promueve la participacin ciudadana en la direccin y seguimiento del trabajo policial. Y aunque en algunas regiones las evaluaciones fueron positivas, las limitaciones de recursos y la falta de visin estratgica hicieron que el programa se abandonara en algunas comunidades. Otro programa piloto, basado en el modelo japons de polica comunitaria, se lanz en 2008 en el departamento de La Unin, buscando un mayor contacto directo entre los agentes y las comunidades, e identificando aquellas que requieren ms presencia policial. Sin embargo, aun no hay una poltica institucionalizada de relacin con la comunidad y no hay lineamientos claros sobre cmo abordar la polica comunitaria. Esto lleva a interpretaciones distintas al respecto: mientras hay quienes lo consideran una forma de mejorar el servicio policial, otros lo limitan a un asunto de relaciones pblicas o de consecucin de recursos.
La investigacin criminal
Los altos niveles de impunidad son una evidencia de la poca capacidad investigativa de la PNC; muy pocos delitos llegan a juicio y menos an a una condena. La falta de credibilidad en la polica y en el sistema de justicia tambin se refleja en el bajo nmero de denuncias hechas por las vctimas. La falta de coordinacin y de mecanismos permanentes de comunicacin y apoyo mutuo entre la Fiscala y la polica es uno de los problemas de fondo que impiden una mejor investigacin criminal. Una excepcin que ha permitido resultados un poco mejores es el vnculo interinstitucional en asuntos como el narcotrfico y el crimen organizado, que debera intentar replicarse en otras reas. La dbil formacin que reciben los policas de investigacin es otro problema. Algunos estudios han sealado que existen deficiencias en tcnicas bsicas como la proteccin de la escena del crimen, la recopilacin de evidencias y la identificacin y entrevista de testigos, entre otras. No obstante, se ha intentado que los agentes de investigacin se mantengan en esta rea de trabajo a lo largo de su carrera, lo que ayuda a desarrollar algn nivel de especializacin. El otro asunto problemtico es el exceso de trabajo y la precariedad de recursos presupuestales, en especial en las unidades dedicadas a la investigacin de delitos comunes, los que afectan a la mayora de los ciudadanos. Las unidades especializadas, como las que se dedican a la lucha contra el narcotrfico, son ms eficaces, pues han tenido apoyo poltico lo que se ha traducido en asignacin de presupuesto y personal. Se requiere entonces de mejores recursos y de agentes bien seleccionados y formados para fortalecer las capacidades investigativas de la polica.
Guatemala
La reforma a la polica solo se plante de modo general en los acuerdos de paz y su implementacin fue muy dbil. El gobierno de lvaro Arz (1996-2000), encarg a la Guardia Civil Espaola, una institucin policial muy militarizada, la formacin de la nueva Polica Nacional Civil (PNC), y prioriz su despliegue rpido, por lo que esta se constituy ante todo con elementos de la antigua polica, que haba sido un instrumento de fuerte represin durante el conflicto armado. Adicionalmente, las funciones del Ejrcito y la Polica no se separaron.
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Aunque a comienzos de 2000 la PNC tena presencia nacional, contaba con equipamiento adecuado y sus miembros con mejores salarios, el proceso de reforma institucional tena profundas deficiencias en cuanto al reclutamiento, la formacin y los controles a la disciplina interna, que afectaron su calidad y profesionalismo.
Reclutamiento y formacin
Estos procesos son responsabilidad de la Academia de la Polica Nacional Civil (APNC), que forma parte de la polica y que histricamente ha sido muy dbil. En 2002 estuvo a punto del cierre por una drstica reduccin presupuestal. En 2004, un diagnstico seal dificultades en la convocatoria, verificacin de antecedentes de los aspirantes (en algunos casos no se haca) y seleccin de los nuevos miembros, debidas a la falta de recursos humanos, tcnicos y financieros y a la poca coordinacin dentro de la institucin para llevar a cabo estas tareas. Adems, la imagen negativa de la polica y los bajos salarios que ofrece no generan mucho inters en ingresar a sus filas. As mismo, la reduccin en el tiempo de formacin de agentes de polica (la presin por alcanzar la meta numrica establecida en los acuerdos de paz), llev al descuido en la calidad. Hubo periodos en los que los cursos de preparacin no llegaban al semestre de duracin, cuando ya haba sido disminuido el requisito de ingreso en cuanto al nivel educativo requerido. Otro elemento es la carencia de una academia especfica para la formacin de oficiales de polica. Desde 2004 se han hecho esfuerzos para mejorar los procesos fortaleciendo a las instancias encargadas de realizarlos y ampliando las convocatorias para atraer a ms poblacin indgena y mujeres, con lo que se han obtenido algunos resultados positivos, aunque parciales. La formacin policial sigue un modelo por competencias, con nfasis en el desarrollo de habilidades prcticas. Aunque incluye los derechos humanos como un eje transversal, en la prctica se asigna mayor carga en crditos a la formacin en aspectos prcticos tales como manejo de armas. La filosofa de proteccin no es la esencia en la formacin policial. Tambin se da capacitacin sobre el reglamento disciplinario, fundamentos sobre recoleccin y proteccin de evidencias y algunas tcnicas bsicas de investigacin criminal. Los cursos de ascenso de los mandos superiores incluyen formacin en derechos humanos y tica, aunque son criticados por su poca duracin y su falta de continuidad y evaluacin rigurosa. Tampoco existe un proceso de actualizacin permanente del personal durante su carrera de servicio. Situacin que se agrava con la presencia, en calidad de docentes, de viejos mandos pertenecientes a la desarticulada Polica Nacional. Aunque en 2007 se inici un intento de reestructuracin del proceso de seleccin y el modelo de formacin, es evidente que sus alcances han sido muy limitados dados los enormes problemas de corrupcin, participacin en actividades del crimen organizado y abusos de derechos humanos que tiene hoy la polica guatemalteca.
Liderazgo y procesos de ascenso
En 2009 Guatemala no contaba con una ley de carrera policial que regulara las promociones y ascensos. De hecho, ascender es opcional y se ha sealado que algunos miembros prefieren no hacerlo porque el aumento de responsabilidades no se corres-
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ponde con el aumento salarial. Amn del control que los viejos mandos ejercen sobre el proceso, lo cual ha dado pie para denuncias de corrupcin en el mismo. La falta de un sistema que d claridad a esos procesos ha llevado a que ocasionalmente haya vacos de oficiales subalternos y superiores, lo que ha obligado a ascender a personas que no cuentan con los requisitos necesarios. Adems, los constantes cambios en el alto mando generan mucha inestabilidad institucional, lo cual afecta la planificacin y el desarrollo de la carrera policial. De hecho, el cambio a la ley orgnica de la PNC, realizado por el Congreso en 2000 (situacin que posteriormente fue rectificada), abri la puerta para el rompimiento del sistema de carrera. Desde su promulgacin y hasta dicho cambio, la Direccin de la PNC deba estar en manos de un oficial de carrera dentro de la misma. Al introducirse el cambio mencionado, se permiti que el director fuese nombrado directamente por el ministro de Gobernacin, sin que la pertenencia institucional fuese un requisito. De esa cuenta, durante todo el gobierno de Alfonso Portillo (2000-2004) y el de scar Berger (2004-2008), la direccin de la PNC estuvo en manos de personas ajenas a la misma, dando lugar a que dicha posicin fuera considerada como el pago de favores polticos. Al rompimiento del sistema de carrera le acompa el comprometimiento de la entidad en acciones fuera de la ley, tal el caso de las ejecuciones extrajudiciales1.
Mecanismos de control interno
El sistema disciplinario establecido siguiendo el modelo de la Guardia Civil espaola permiti los abusos de los superiores contra sus subordinados dentro de la polica, y fracas en el intento de canalizar las denuncias ciudadanas sobre los abusos policiales. En 2003 se ajust el reglamento disciplinario para fortalecer la investigacin y facilitar la remocin de policas involucrados en abusos graves, y en 2005 se cre la Inspectora General, que dirige el sistema de control interno, que a pesar de estar formalmente establecido, no ha logrado enfrentar eficazmente la penetracin de la criminalidad organizada ni reducir los altos niveles de corrupcin y los abusos de derechos humanos, tan generalizados que, en 2007, el relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, seal que aun cuando esos actos no se podan calificar como una poltica oficial, s iban mucho ms all de las actuaciones de unos pocos miembros e implicaban una responsabilidad institucional. La enorme debilidad de las instancias de control interno, que adems no cuentan con un verdadero apoyo de los altos mandos policiales, les impide supervisar y controlar efectivamente a las fuerzas encargadas de la seguridad pblica. As, aunque a veces se inician investigaciones que incluso llegan al ministerio pblico, estas casi nunca llegan a los tribunales. Aun cuando sucesivos gobiernos han hecho esfuerzos para depurar la PNC, no han sido suficientes para mejorar el desempeo de la institucin ni para procesar penalmente a los policas involucrados en actos criminales, que simplemente son despedidos. Adems de la necesidad de depuracin y de fortalecimiento de los mecanismos
A fines de agosto, el ex director de la PNC durante el gobierno de scar Berger, Erwin Sperissen, fue capturado en Ginebra, y ligado a proceso por ejecuciones extrajudiciales.
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internos de control, es necesario desarticular las estructuras criminales dentro de la institucin si se quiere lograr que sea profesional y preste los servicios para los que fue creada.
Mecanismos de control externo
Los acuerdos de paz de 1996 incluan la creacin de un Consejo Asesor de Seguridad (CAS), que solo se estableci en 2004. Cuenta con una participacin importante de las organizaciones de la sociedad civil y debe, entre otras, vigilar el accionar de las instituciones de seguridad y proponer estrategias en la materia. Lamentablemente, sus logros han sido pocos, debido a la falta de apoyo a sus propuestas por parte del alto gobierno y a su falta de personal, infraestructura y presupuesto.
Polica comunitaria
El Viceministerio de Polica Comunitaria tiene a cargo la formulacin e implementacin de las polticas en la materia, y la Subdireccin General de Prevencin del Delito, creada en 2005, debe atender las relaciones comunitarias y la prevencin del delito, entre otras. Aunque la PNC ha desarrollado programas de visitas domiciliarias diurnas y nocturnas, reuniones entre comunidades y polica y vecinos, y patrullajes en reas vulnerables, el eje central del trabajo comunitario han sido las Juntas Locales de Seguridad (JLS), instituidas en 1999, para facilitar la participacin y promover la confianza y el acercamiento entre los ciudadanos y la polica. Las juntas han tenido resultados diversos en las diferentes comunidades: en algunas han facilitado que los miembros de la comunidad se renan, identifiquen los problemas de su entorno, debatan las posibles soluciones, y as mejoren sus relaciones con la polica. Sin embargo, a menudo han terminado remplazando a la fuerza pblica, convirtindose en ocasiones en operadores de la justicia, ejercindola por mano propia y, en no pocas ocasiones, cometiendo abusos contra la poblacin2. Hace falta una estrategia clara de supervisin para asegurar que las juntas no se conviertan en mecanismos de control ilegales o sean utilizadas para cometer delitos. Otro proyecto piloto, puesto en marcha desde 2005 por Estados Unidos en una zona de la capital con ndices alarmantes de violencia y criminalidad, busca promover mayor participacin entre la comunidad y la polica, alrededor de tres ejes bsicos: capacitacin en patrullajes con perspectiva comunitaria, una comisara modelo y un sistema de inteligencia civil. El propsito de los patrullajes era mejorar la presencia
En los hechos ms recientes, los tribunales han emitido sentencias condenatorias contra las juntas locales de seguridad en San Juan Cotzal, Quich y en Panajachel, Solol, entre otros, por ejecucin extrajudicial, desaparicin forzada, amenazas y tortura. En el municipio de San Juan Sacatepquez, departamento de Guatemala, la Junta Local de Seguridad ha sido sindicada de desaparicin forzada y ejecucin extrajudicial. Estas juntas a nivel nacional, realizan patrullajes e imponen toque de queda comunitario, detienen y registran a las personas y cobran multas en efectivo a las familias que se niegan a participar. De acuerdo con la asociacin Seguridad en Democracia (Sedem), la base social de estas juntas son las anteriores estructuras de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) y los Comisionados Militares, que funcionaron bajo el control militar durante la accin contrainsurgente del Estado.
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policial en las escuelas, en las que haba altos niveles de extorsin contra los estudiantes; el modelo logr un uso ms eficiente de los recursos y el personal y tuvo xito en reducir los niveles de victimizacin en las escuelas. El sistema de llamadas para hacer denuncias annimas, Cunteselo a Waldemar, que se extendi al nivel nacional en 2008, ha sido muy controversial: aunque las autoridades del programa lo niegan y aseguran que los policas son analizados rigurosamente, algunas personas han sealado que en ciertas ocasiones los denunciados han aparecido muertos. Esta problemtica tiene que ver con la percepcin social al respecto de dicha iniciativa. La poblacin consideraba que el programa en s mismo permita identificar a posibles delincuentes a fin de lograr su ejecucin (Samayoa 2007)3. Es importante investigar esos rumores para evitar daos a la credibilidad del sistema. De modo ms general, se ha cuestionado si el programa es de polica comunitaria, dado que su enfoque es ms la represin del delito y la mejora de las capacidades de investigacin de las comisarias, aun si incorpora elementos para mejorar las relaciones entre polica y comunidad. Al igual que en El Salvador, una parte del problema es la falta de una perspectiva clara e integral de polica comunitaria, integrada de modo explcito en una poltica de gobierno.
La investigacin criminal
La investigacin de los delitos corresponde a la polica, la cual acta bajo la direccin del ministerio pblico. Aqu la impunidad es tambin un problema grave y los casos que llegan a condenas son una enorme minora. A eso se suma la disminucin constante de personal asignado a esta tarea a lo largo de los aos, lo que da cuenta de la poca importancia que los sucesivos gobiernos le han dado al asunto. Esto ha generado una sobrecarga de trabajo y una limitada cobertura. Un problema que se relaciona tambin con que la investigacin como tal est incorporada como una labor de la misma PNC, asignada a un pequeo departamento dentro de la misma. La formacin de los policas de investigacin tambin es deficiente y es tan poco prioritaria que incluso en 2004 y 2005 no se form personal en esta especialidad, dado que la escuela de investigadores de la Academia estuvo cerrada durante ese tiempo. Adems, la coordinacin entre polica y Fiscala ha sido muy poca y la comunicacin muy limitada y distante, y aunque se han hecho algunos esfuerzos por mejorar la estructura organizacional encargada de la investigacin criminal, los problemas son de fondo y no solo de cuestiones de estructura. En julio de 2012 se aprob la ley que da vida a una Polica de Investigaciones, cuyo propsito es, precisamente, cumplir con esta funcin de auxilio al ministerio pblico. Hay sin embargo mucho escepticismo puesto que durante el conflicto armado interno la Polica Judicial o Cuerpo de Detectives, convertida luego en Departamento de Investigaciones Tcnicas y desaparecida a finales de los aos 80, tuvo un rol determinante en graves violaciones a derechos humanos. La Direccin General de Investigaciones
Samayoa, Claudia, et al. 2007. Las ejecuciones extrajudiciales de jvenes estigmatizados. Dimensin juridica, social y humana del fenmeno y la responsabilidad del Estado de Guatemala sobre la mal llamada limpieza social. CALDH-ICCPG-Sedem. Guatemala: 69.
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Criminalsticas (Digicri), creada en 2012, contempla en su normativa mecanismos de control interno y externo y es una iniciativa que ha sido apoyada tambin por la Comisin Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y el ministerio pblico.
Honduras
El proceso de reforma policial en Honduras tuvo su origen en las protestas ciudadanas generadas por la incapacidad de la Fuerza de Seguridad Pblica, que estaba bajo control militar, para enfrentar la creciente criminalidad y por las numerosas acusaciones de la participacin de sus miembros en la comisin de delitos, abusos de derechos humanos y actos de corrupcin. As, en 1993 una comisin ad hoc para el asunto recomend separar las funciones de prevencin y las de investigacin, que quedaran a cargo de un departamento especfico bajo el mando de la Fiscala General, establecida en 1995. Sin embargo, en 1998 se aprob la nueva ley orgnica de la Polica Nacional que separ al Ejrcito de las tareas de seguridad pblica y estableci la Polica Nacional como organismo civil que volvi a unir esas dos funciones, a pesar de los esfuerzos de la sociedad civil para evitarlo. Uno de los efectos de esta decisin fue el debilitamiento de las labores de investigacin, que haban logrado mejoras importantes, dada la prioridad que se dio a las funciones de prevencin. Adems, la depuracin de la nueva polica tampoco se dio, dado que la mayora de los antiguos oficiales fue incorporada sin mayor capacitacin o revisin de sus antecedentes. El Consejo Nacional de Seguridad Interior (Conasin), en el que la sociedad civil haba logrado importante participacin y que contaba con poderes para controlar externamente varias de las funciones de la polica, no fue efectivo debido a la falta voluntad poltica por parte del gobierno y al desconocimiento de sus miembros de la sociedad civil.
Reclutamiento y formacin
La ley de la Polica Nacional, aprobada en noviembre de 2008, estableci cambios en el organigrama de las instituciones a cargo de la formacin de los policas, agentes de investigacin, guardias penitenciarios, suboficiales y oficiales (la Universidad Nacional de Polica de Honduras, bajo el mando del ministro de Seguridad, est a cargo del Liceo Politcnico Policial, el Instituto Tecnolgico Policial, la Escuela de Suboficiales y la Academia Nacional de Polica), aunque los cambios fueron ms administrativos que basados en la evaluacin del modelo anterior. Cada uno de los centros de formacin debe verificar los requisitos, pero este proceso se ha reducido a comprobar que los aspirantes no tengan antecedentes penales y no incluye anlisis de sus formas de vida o sus relaciones personales. Por otra parte, la reduccin que se hizo en aos anteriores del tiempo bsico de formacin, incluso hasta tres meses, para contar rpidamente con personal para enfrentar la creciente criminalidad, ha tenido impactos muy negativos en la calidad del trabajo policial, a lo que se suma la falta de mecanismos de evaluacin y de procesos de formacin continua.
Liderazgo y procesos de ascenso
En 2008, la ley orgnica de la Polica estableci formalmente la carrera policial. Aunque al parecer los procesos de ascenso funcionan relativamente bien, hay debilidades en las
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evaluaciones, que se hacen de modo bastante subjetivo. El otro punto complejo es la injerencia poltica en el nombramiento de los altos mandos policiales, que suelen cambiar con los cambios de gobierno y que, en general, pertenecen al partido en el poder.
Mecanismos de control interno
La Unidad de Asuntos Internos (UAI), principal mecanismo de control interno, fue creada en 1998 por medio de la ley orgnica de la Polica. Desde su establecimiento, ha sido una entidad dbil, sin recursos ni presencia territorial, ni polticas y procedimientos de accin claros, que adems tampoco ha contado con independencia o apoyo por parte de las autoridades para llevar a cabo su trabajo. Al mismo tiempo, la creciente criminalidad ha llevado a la aplicacin de polticas de mano dura que han hecho ms violenta la accin policial. As, la polica es una de las instituciones pblicas ms denunciadas por abusos de autoridad y de derechos humanos. A pesar de los procesos de depuracin que se han realizado, la participacin de policas tanto en esos abusos como en actividades delictivas es una preocupacin en aumento.
Mecanismos de control externo
El Consejo Nacional para la Seguridad Interior es uno de los mecanismos de control externo ms innovadores. Presidido por el secretario de Seguridad, incluye, entre otros, al fiscal general, al comisionado de Derechos Humanos y a representantes de la sociedad civil (sector privado, sindicatos, organizaciones campesinas, de mujeres, de derechos humanos y a la asociacin de alcaldes). Algunas de sus funciones son elaborar estrategias de seguridad, evaluar el desempeo de la polica, revisar los manuales de procedimientos y el presupuesto, y hacer el seguimiento a las denuncias contra la institucin. Aunque su creacin buscaba evitar una posible politizacin de la polica y asegurar la rendicin de cuentas, el Conasin ha sido ms bien un obstculo para las autoridades por lo que no ha habido voluntad poltica para respetar su labor y poner en prctica sus recomendaciones. A esto se suman la falta de coordinacin entre sus miembros y las diferencias de visin entre los representantes de la sociedad civil, que han dificultado an ms la institucionalizacin del Conasin. Todas esas dificultades llevaron a que en la nueva ley orgnica de la Polica Nacional se limitaran y reestructuraran sus funciones. En todo caso, el xito que el Consejo pueda tener en su carcter de ente de control externo depender de la voluntad de las autoridades para utilizarlo como tal.
Polica comunitaria
En 2002 se estableci el programa Comunidad ms segura, con tres componentes: la mejora de las relaciones polica-comunidad, el desarrollo de seminarios educativos sobre distintos aspectos y la organizacin de comits locales. El programa hace parte de la Subdireccin de Polica Comunitaria, de la Direccin de Polica Preventiva, y cubre los dieciocho departamentos del pas, aunque su personal se concentra en las ciudades con mayores ndices de violencia. Las actividades de polica comunitaria incluyen patrullajes a pie, en moto o bicicleta, visitas a las casas y charlas en iglesias, escuelas y clubes. La estrategia ms extendida es el programa de las Mesas ciudadanas de seguridad, en las que participan
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la polica, la comunidad y el gobierno local, y cuyo objetivo es mejorar la relacin policacomunidad y facilitar que la ciudadana exprese sus preocupaciones de seguridad y defina, en conjunto con la institucin encargada, planes de accin para enfrentarlas. Estos programas han beneficiado a algunas comunidades (mejora de servicios como el trmite de iluminacin o limpieza de baldos) y a la polica misma, que ha logrado apoyo para la construccin o reparacin de estaciones y la compra o arreglo de motos y patrullas. Las experiencias de polica comunitaria han funcionado mejor en los lugares en los que la comunidad ha tenido un papel ms activo y en los que la polica local ha tenido ms independencia para definir las estrategias a adoptar en su respectiva comunidad. Los resultados diversos por regiones tienen que ver con la falta de claridad en la definicin de los mecanismos de participacin ciudadana. Tambin ha habido limitaciones de recursos logsticos, humanos y financieros y resistencias dentro de la polica a adoptar modelos de polica comunitaria.
La investigacin criminal
Como en los otros pases, es una de las reas ms deficientes de la polica. La estructura de la institucin en esta materia es muy desagregada: la Direccin Nacional de Investigacin Criminal se encarga de los delitos comunes; la de Servicios Especiales de Investigacin del contrabando, la evasin fiscal, el lavado de dinero, el crimen organizado y el narcotrfico, entre otros; y dentro del ministerio pblico est la Direccin de Lucha contra el Narcotrfico; lo que ha llevado a la duplicacin de funciones y a la competencia por recursos ya de por s limitados. La falta de personal ha llevado a la polica preventiva participe cada vez ms en labores de investigacin, lo que afecta la calidad de las mismas, situacin que se agrava por la escasez de material y equipo. Esto indica la necesidad de dar alguna formacin bsica en investigacin a los agentes que van a trabajar en prevencin. De hecho, para ser agente de investigacin no es necesario ser miembro de la polica. La formacin bsica, que dura seis meses, entrena para hacer investigaciones sencillas, pero no hay especializaciones ms avanzadas, como balstica o lavado de activos, por ejemplo. Existen posibilidades de hacer cursos de actualizacin, pero solo para unos pocos agentes, que adems pueden ser trasladados a otras reas de trabajo. Eso a pesar de que no hay investigadores suficientes para atender el nivel creciente de criminalidad, lo que frecuentemente lleva a investigaciones deficientes que terminan archivadas. Aqu la impunidad tambin es un problema serio, aunque al parecer menos grave que en Guatemala. En todo caso, hay estudios que sealan que la mayor parte de los casos que se investigan son los ms simples.
Nicaragua
En Nicaragua la reforma fue el resultado de dos grandes transformaciones. La primera se inici con una de las primeras acciones del Frente Sandinista de Liberacin Nacional una vez triunf la revolucin en 1979, que fue disolver la Guardia Nacional del derrocado rgimen de Anastasio Somoza y fundar la Polica sandinista como un rgano civil, a cargo del Ministerio del Interior y compuesto por estudiantes, campesinos y trabajadores que no tenan ninguna capacitacin policial. En los aos siguientes se avanz en construir un modelo de polica enfocado en el servicio comunitario y en la prevencin,
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y hubo una reduccin significativa de los abusos a los derechos humanos. Sin embargo, pronto comenz a haber denuncias sobre la politizacin de la polica. La segunda comenz con el gobierno de Violeta Chamorro (1990-1997), que intent cortar los vnculos entre el Frente Sandinista y la polica. En ese periodo se defini la estructura de mando de la polica, se diferenciaron claramente las funciones policiales de las militares y se aprob la ley de la Polica Nacional, en la que se garantiz su subordinacin a las autoridades civiles. Sin embargo, ese gobierno fue tambin de mucha violencia por parte de la polica: en cuatro aos se sumaron mil quinientas muertes de ex contras, campesinos, sandinistas, policas y militares. Adicionalmente, los fuertes recortes de presupuesto llevaron a disminuciones salariales que generaron un aumento de la corrupcin y los sobornos.
Reclutamiento y formacin
La Academia de Polica Walter Mendoza Martnez est a cargo de seleccionar y capacitar a los aspirantes y miembros activos de la Polica Nacional y de supervisar el entrenamiento de los cuerpos de seguridad privada. En los ltimos aos se ha buscado fortalecer a la instancia encargada de la seleccin para que adems del anlisis inicial sobre las relaciones y entorno de los aspirantes, haga reuniones semestrales con sus familiares y conocidos. Con respecto a la formacin, la Academia es reconocida como una institucin de educacin superior y ofrece los grados de tcnico superior en ciencias policiales y licenciatura en ciencias policiales. El sistema educativo incluye tres subsistemas: el de formacin, a cargo de dar la formacin inicial a los nuevos policas y suboficiales; el de capacitacin, responsable de capacitar a los policas activos y al personal auxiliar para ascensos y promociones; y el de preparacin continua, encargado de garantizar la actualizacin de los conocimientos. Los oficiales y oficiales superiores pueden hacer cursos de posgrado cortos o carreras profesionales. En sntesis, la Academia ha logrado elevar la calidad de los nuevos policas por medio de una formacin ms integral y un aprendizaje ms permanente, que incluye avances importantes en materia de capacitacin en derechos humanos y trabajo comunitario.
Liderazgo y procesos de ascenso
La ley de la Polica regula la carrera y los ascensos, procesos que en general funcionan y son respetados, si bien ha habido algunos casos de manipulacin poltica que han generado problemas internos. Sin embargo, en los ltimos aos ha crecido la preocupacin por los supuestos intentos del gobierno del presidente Daniel Ortega (2006-2012; 2012-) para obtener algn control sobre la polica, lo que ha generado crisis entre esta y el ejecutivo y pone en riesgo el profesionalismo y la estabilidad de la institucin.
Mecanismos de control interno
La Polica Nacional de Nicaragua tiene una Inspectora General, a cargo del comportamiento de sus miembros, y con una Unidad de Asuntos Internos, que investiga las denuncias de autoridades. Dado que si cometen un delito comn, los policas estn sujetos a la legislacin ordinaria, estos casos se dirigen a los tribunales correspondientes. Las faltas administrativas son procesadas por el rgimen disciplinario.
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Aqu tambin la polica es la institucin ms denunciada por violaciones de derechos humanos. Adems, algunos casos de corrupcin ocurridos desde comienzos de 2000 han afectado la imagen institucional de modo significativo. Sin embargo, desde 2006 se ha trabajado en combatir la corrupcin y en mejorar la confianza ciudadana en la polica; en 2008 se cre la Divisin de Supervisin y Control, a cargo de tomar medidas de prevencin para evitar los abusos. A pesar de los avances, hace falta ms transparencia sobre las investigaciones.
Mecanismos de control externo
A diferencia de los otros tres pases, en Nicaragua no hay un organismo con participacin de la sociedad civil para fiscalizar la labor policial.
Polica comunitaria
La participacin de la comunidad en los asuntos de seguridad ciudadana se inici desde el comienzo de la Polica Nacional, que se cre con un enfoque en la prevencin y la educacin, y uno de cuyos pilares era el fortalecimiento de las relaciones con la comunidad, por dos razones: por un lado, esa relacin era un principio doctrinario; y por otro, gran parte del xito del trabajo policial dependa de la colaboracin con la ciudadana. Por ello, desde finales de los noventa se establecieron foros pblicos en todo el pas, patrullajes vecinales y comits barriales para atender los problemas locales de seguridad. En 2001 se formul la Poltica integral polica-comunidad y derechos humanos, para integrar lineamientos de derechos humanos y relaciones polica-comunidad a todas las especialidades de la polica y promover la participacin ciudadana en la lucha contra el crimen. Aunque por problemas de presupuesto, entre otros, el modelo no se implement en ese momento, en 2007 se impuls decididamente su relanzamiento. Su fundamento es la sectorizacin o establecimiento de un espacio geogrfico asignado a un agente que estar a cargo de controlar el delito, identificar las amenazas a la seguridad y establecer relaciones con los vecinos para desarrollar planes preventivos, en esa zona especfica. Los Comits de Prevencin Social del Delito (CPSD), que han sido el eje de la estrategia, estn compuestos por policas, lderes comunitarios, padres de familia y miembros de la sociedad civil y el sector privado, y sus tareas son, entre otras, hacer planes de prevencin junto con la polica, trabajar con las instituciones locales en la solucin de los problemas de la comunidad y atender a nios, jvenes y ancianos, con una perspectiva de gnero. Aunque hay algunas crticas sobre la poca atencin que la polica presta a los comits en algunos lugares o las diferencias internas con respecto al papel que debe tener la ciudadana en los asuntos de seguridad, en general el balance sobre los programas de polica comunitaria y la voluntad poltica frente a ellos es bueno.
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En 1998, Carabineros realizo en forma experimental una nueva modalidad de servicios policiales en la Regin Metropolitana, que se transformara en el Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva (PCSP), que fue implementado gradualmente en comunas del pas. Esta estrategia operativa, definida por Carabineros, estaba orientada a satisfacer la demanda por servicios policiales en el contexto urbano, para contribuir a la disminucin del delito y mejorar la percepcin de seguridad. Se trataba de mejorar la eficacia y eficiencia de la accin policial, mejorando el conocimiento del carabinero respecto al territorio bajo su responsabilidad y de sus habitantes. Para esto, el territorio jurisdiccional de la comisara fue dividido en cuadrantes. En 2007, una evaluacin del Plan realizada por la Direccin de Presupuesto (Dipres), del Ministerio de Hacienda, indic las falencias, sealando que: el diagnstico del problema que dio origen al Programa no especificaba su contribucin a la solucin de los dos problemas claves identificados como fin: la victimizacin y sensacin de temor. Para solucionar esos problemas era necesaria la interaccin de otros actores institucionales y sociales, y para ello deba ampliarse el concepto de prevencin. El Plan requera modificaciones para fortalecer la integracin polica-comunidad, mediante la definicin de mecanismos que permitieran la participacin ciudadana en el diagnstico y la solucin de los problemas de seguridad. Las recomendaciones para mejorar el Plan, fueron: revisar el diseo del programa y ampliar el concepto de prevencin, destacando el accionar preventivo como una intervencin sobre los factores situacionales que inciden positiva o negativamente en los problemas de victimizacin e inseguridad; desarrollar metodologas orientadas a la resolucin de problemas; contar con indicadores de eficacia del trabajo policial de acuerdo con las nuevas definiciones; modificar la poltica de recursos humanos para responder a los requerimientos; hacer una evaluacin de la operacin; y, desde el punto de vista contable, se propuso estructurarlo como un centro de gastos de la institucin. En 2008 se hizo una Encuesta de percepcin y evaluacin del Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva, encargada por el Ministerio del Interior, en cinco regiones del pas. En ella Carabineros aparece como la institucin en que 76% de los entrevistados confa; lo mismo ocurre con la evaluacin de desempeo en seguridad pblica, donde Carabineros es evaluado como bueno o muy bueno por 60% de los encuestados. Por su parte, el Plan es evaluado como bueno por 49%, y 40% lo consider regular; 82% seal conocerlo y 62% saba de su aplicacin en su comuna. Sin embargo, tratndose del trabajo de Carabineros con la comunidad, slo 36% lo calific como bueno, y 21% lo consider malo;
Texto basado en: 1) Ministerio de Hacienda-Direccin de Presupuesto. Programa Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva. Minuta ejecutiva, 2007. En http://centroestudios.carabineros.cl/docs/Minuta_Evaluacion_PCSP_DIPRES.pdf 2) Ministerio del Interior y Collect-GFK. Encuesta de Percepcin y Evaluacin del Plan Cuadrante deSeguridad Preventiva de Carabineros de Chile en comunas de las regiones I, II, III, VII y IX, 2009. En http://centroestudios.carabineros.cl/docs/Evaluacion_PCSP_Ministerio_Interior.pdf 3) Modelo de integracin Carabineros-Comunidad (MICC). En http://www.seguridadpublica.gov.cl/ integracioncarabineros.html
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similar evaluacin recibi la labor preventiva de carabineros. Otro estudio indica que el alto nivel de confianza en Carabineros como institucin no se refleja en la confianza como unidad policial en la localidad (Universidad del Desarrollo, 2012).
El Modelo de Integracin Carabineros Comunidad (MICC)
Este viene a corregir y fortalecer la dimensin comunitaria del Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva. Su objetivo es atender de forma oportuna y colaborativa (Carabineros-comunidad) los problemas de seguridad que afectan a la poblacin local, por medio de estrategias sociopoliciales participativas, focalizadas y preventivas. El Modelo se enmarca en el modelo de la polica orientada a la resolucin de problemas; busca impulsar la solidaridad, participacin y cooperacin comunitaria en la prevencin e identificar y promover soluciones a los problemas que ponen en riesgo la seguridad de las personas en el contexto territorial, focalizando servicios de patrullaje y vigilancia. Intenta favorecer la confianza y credibilidad de las personas en Carabineros de Chile. Se basa en la experiencia internacional y en los resultados de una investigacin realizada sobre las percepciones de los actores involucrados en la relacin Carabineros-comunidad. A partir de esta investigacin, se propuso una metodologa de trabajo que busca optimizar la respuesta policial de orden preventivo y la relacin entre Carabineros-comunidad, y lograr una mayor especializacin del recurso policial en esta relacin, favoreciendo la sensacin de seguridad de las personas. El Modelo se puso a prueba mediante la ejecucin de la experiencia piloto en cuatro comunas del pas. El pilotaje supone el funcionamiento de un Equipo de Servicios de Integracin Carabineros-Comunidad (ESICC) dentro de las Comisaras, a cargo de un jefe de asuntos comunitarios, los delegados de Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva dentro del territorio de la comisara; y un administrativo con dedicacin exclusiva para la funcin preventiva. Los recursos para su desarrollo los entrega a Carabineros la Subsecretara de Prevencin del Delito, del Ministerio del Interior y Seguridad Pblica, con el fin de que se adquiera el material (tecnolgico, de difusin, etctera) y equipamiento necesario para la ejecucin del modelo en condiciones ptimas. El Equipo supone una relacin permanente con diversos actores de la comunidad, instituciones pblicas y privadas. Un Manual de actuacin orienta a Carabineros al trabajo comunitario enfocado en la integracin y seala algunos protocolos de actuacin. Las actividades refieren a la definicin de problemas por intervenir y las respuestas adecuadas: el examen para la identificacin y definicin de los problemas con base en informacin recolectada con participacin de la comunidad; anlisis de las informaciones con evaluacin del dao en la comunidad; elaboracin de la respuesta considerando alternativas segn costo-beneficio; evaluacin para verificar si lo diseado fue implementado segn la planificacin, con base en distintas modalidades como entre las que se considera la consulta ciudadana (mtodo SARA, segn la sigla en ingls). La experiencia de Carabineros muestra las dificultades que una polica de carcter militar, de jerarqua estricta y bastante hermtica, enfrenta cuando intenta desarrollar un modelo de carcter comunitario. Las observaciones realizadas por la Dipres mostraron las debilidades del Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva a las que se busca dar respuesta con el diseo del MICC. Sin embargo, resta por saber si este modelo permitir, efectivamente, la participacin ciudadana en la definicin de los problemas y soluciones en materia de (in)seguridad. En este punto se deben reforzar los elementos de la cultura organizacional y la capacidad de cambio y adaptabilidad institucional a una
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nueva filosofa y formas de trabajo, para lo cual es esencial una formacin que permita el desarrollo de competencias y habilidades ad hoc. El tradicional hermetismo de Carabineros, as como su autonoma tcnica y educativa, no se condicen con los actuales desafos que plante el fenmeno criminal y los requerimientos de la ciudadana.
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Para mejorar el control civil y armonizar las estrategias de manejo de la institucin con las necesidades locales en materia de seguridad pblica, se cre el Consejo Nacional de Polica y Seguridad Ciudadana, que no ha funcionado bien.
Participacin ciudadana
Se cre el Sistema Nacional de Participacin Ciudadana, que tiene una comisin nacional y otras en los departamentos y municipios; sin embargo, las comisiones son tan grandes que no funcionan. Se instalaron, as mismo, oficinas de quejas y participacin, con lo que se ha logrado mayor participacin ciudadana, aunque sea burocratizada.
Control interno
La Inspeccin General se fortaleci, y se est buscando fortalecer la figura del Comisionado Nacional de Polica, creada en el marco de la reforma como ente disciplinario superior, externo a la cadena de mando y dirigido por civiles, pero que luego se fragment y perdi su razn de ser. Adems, se desarroll el Cdigo de tica policial, como parte del reglamento de disciplina, lo que implica que las infracciones a ese cdigo son objeto de procesos disciplinarios.
Este texto se redact con base en Armando Borrero. 2012. La Polica Nacional: dos dcadas de historia y de cambios. 14 de mayo. En Razn Pblica. www.razonpublica.com
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Profesionalizacin
Se ha avanzado, y aunque no se cuenta an con un escalafn nico, existe uno mixto durante el proceso de transicin, en el que los grados de suboficiales se han desmilitarizado (los de oficiales siguen teniendo grados militares) y prima el nuevo sistema. Dos tareas pendientes son la reduccin de grados (las comisiones plantearon dejar solo cinco, de quince existentes), y el replanteamiento de la escala salarial que permita que quienes no ascienden permanezcan en la institucin, desvinculando los aumentos de salario de los ascensos, situacin que ha generado presiones insostenibles para una estructura piramidal.
Especializacin
Al principio se crearon cuatro especialidades (polica urbana, rural, judicial y el cuerpo administrativo), que determinan tanto la formacin como la carrera, lo que ha mejorado los servicios en cada una. Los esfuerzos iniciados hace veinte aos para mejorar sustancialmente la formacin de los policas estn mostrando resultados muy positivos. Se ha trabajado tambin para evitar dar prioridad a las tareas de contrainsurgencia y lucha contra el narcotrfico, por encima de las de proteccin y vigilancia. Tambin se ha buscado desmilitarizar el servicio policial en las ciudades de ms de 50.000 habitantes, dando prioridad a tareas ms acordes con las necesidades en estos contextos: enfrentar la delincuencia comn y organizada, controlar el espacio pblico y regular la convivencia.
Una nueva cultura policial
En 1995, la Polica inici un proceso de transformacin de la cultura institucional, con lo que pudo asumir asuntos que prefera manejar internamente y que se incluyeron en seis programas: transparencia, participacin ciudadana para el cambio, potenciacin del conocimiento, bsqueda de la vocacin y del talento policial, una nueva cultura del trabajo, y desarrollo gerencial. En todos se observaron efectos positivos: el programa de transparencia dio la posibilidad de despedir discrecionalmente a policas, sin necesidad de procesos disciplinarios o penales, lo que permiti reconstruir la imagen de la institucin y promover el rechazo a la corrupcin dentro de ella. Los otros programas permitieron mejores relaciones con la comunidad, la profundizacin de la educacin policial, la seleccin de personal ms idneo y el fortalecimiento de los mecanismos de proteccin de derechos humanos.
Panorama actual
Aunque hoy existen crticas con respecto a la actuacin y comportamiento de la polica, el cambio con respecto a la situacin hace veinte aos es muy notable. Los controles contra la corrupcin son mejores, aun cuando todava no son suficientes. Existen problemas disciplinarios y de eficiencia (hay muchos casos sin solucin), pero en todo caso hoy la polica es ms profesional y ms representativa del pas: el nmero de mujeres ha aumentado significativamente, y ellas estn en todas las especialidades. Las labores de inteligencia e investigacin criminal dan cuenta de los avances en educacin y recursos tecnolgicos.
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El desafo
Para seguir mejorando, la polica requiere que otras instituciones estatales tambin avancen. Esto es especialmente importante en el caso del sistema de administracin de justicia. Si no hay una reforma efectiva y eficiente en ese terreno, los progresos van a frenarse. Un factor decisivo en estos procesos es la participacin de la sociedad, que debe hacer seguimiento de la labor de las instituciones pblicas para criticarlas o apoyarlas cuando sea el caso.
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La integracin de la formacin policial con las instancias de educacin regular: el caso de la polica de Qubec*
Un aspecto central en la calidad de la actividad policial y donde la reforma puede hacer una diferencia sin generar gran oposicin de parte de las instituciones policiales, ni en las instancias del legislativo y ejecutivo, es en el mbito del reclutamiento y la formacin. Considerando la recurrencia de las propuestas de reforma policial para Amrica Latina de parte de expertos y la literatura especializada, fundadas en los ndices de criminalidad y violencia y los magros resultados en materia del combate a la delincuencia, la corrupcin y la falta de confianza que expresa la ciudadana respecto a dichas instituciones en la regin, es importante observar los procesos implementados en otras latitudes donde dichos problemas no se acercan a los niveles de la regin y donde la prctica es una permanente revisin y adecuacin de los procesos de reclutamiento y formacin, entre otros aspectos, en consideracin a los cambios y nuevos desafos que la realidad y la ciudadana van planteando. En el caso de la polica de Qubec destacan aspectos que pueden orientar la reforma en materia de formacin de las policas, especialmente en cuanto a su integracin con instancias regulares de formacin, como las universidades, tanto en el proceso de formacin inicial como en el perfeccionamiento profesional.
Formacin inicial
La ley de polica de Qubec establece que pueden postular a la Escuela Nacional de Polica quienes cuenten con un diploma de estudios en tcnicas policiales, obtenido en una de las diez instituciones de educacin pos secundaria sealadas para ello, que son parte del sistema educacional de Qubec, y cuya duracin es de tres aos. Luego, en la Escuela Nacional de Polica (ENP), los candidatos a polica deben aprobar el programa de formacin inicial en patrullaje-gendarmera (434 horas), que corresponde al modelo de polica profesional de tipo comunitario y prepara a los postulantes movilizando e integrando conocimientos y habilidades para intervenir adecuada y eficazmente en el contexto de operaciones propias de la funcin policial. Obtenido este diploma, entregado por la ENP, pueden postular al programa de investigacin (285 horas) o de gestin policial (900), que son parte de la formacin inicial (Loi sur la Police y Rglement sur le rgime des tudes de lcole nationale de police du Qubec, puestos al da el 01.08.12). Los postulantes a la ENP, para ser admitidos como tales, deben someterse a dos test de entrada, que buscan evaluar saberes relacionados con el ejercicio de la funcin policial. Uno es el test psicomtrico (M-Pulse), que mide factores ligados al sentido de responsabilidad y respeto a las normas, y permite evaluar comportamientos contraproducentes para las relaciones con la ciudadana. El otro es un instrumento que pone a los candidatos en diversas situaciones ligadas a un contexto de intervencin o de
Texto est basado en: 1) cole Nationale de Police du Qubec. 2004. Police et socit: Les cahiers de la recherche en scurit publique. tude sur la socialisation professionnell des policieres qubcois. Vol. 1 (2). En http://www.enpq.qc.ca/pdf/police_societe_volume2.pdf 2) Loi sur la Police. Puesta al da el 01/08/12. En http://www2.publicationsduquebec.gouv.qc.ca/dynamicSearch/telecharge.php?type=2&file=/P_13_1/P13_1.htm 3) Rglement sur le rgime des tudes de lcole nationale de police du Qubec. Puesto al da el 01/08/12. En http://www2.publicationsduquebec.gouv.qc.ca/dynamicSearch/telecharge.php?type=2&file=//P_13_1/ P13_1R4.htm
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formacin policial, donde deben evaluar las alternativas de intervencin propuestas. Estos, entre otros exmenes y certificaciones comunes en los cuerpos policiales, tales como examen mdico y test de aptitud fsica, y otros menos comunes como haber aprobado previamente un curso de cuidados de urgencia o reanimacin en organismos de la red de estudios pos secundarios.
La prctica durante la formacin inicial
La ENP ha optado por una formacin inicial que permite a los aspirantes integrar un puesto de polica/escuela, que simulan un puesto de polica real, tanto por su estructura, organizacin y jerarqua como por sus operaciones, y permiten entrenarse y aprender mediante la prctica. Esta experiencia de trabajo simulado corresponde a casi la mitad de las actividades del programa, y permite fijar o internalizar mejor los conocimientos y el aprendizaje de las formas de intervencin policial, as como del uso de tcnicas especficas. En algunas disciplinas tcnicas, como el uso del arma de fuego, la conduccin de vehculos de emergencia y las tcnicas de intervencin fsica, incluyendo las de mantencin del orden en manifestaciones y disturbios pblicos, los aspirantes deben enfrentar situaciones simuladas bajo la supervisin y gua de los instructores. El programa de formacin ofrece tambin seminarios de formacin que se agregan a las otras actividades, los que buscan favorecer la estandarizacin de algunas tcnicas de intervencin como por ejemplo en materia de violencia domstica, intercepcin riesgosa de un vehculo, poderes y deberes en las detenciones, problemticas del uso de la fuerza, intervenciones tcticas, etctera.
La formacin inicial en investigacin policial
Las disposiciones de la ley de polica en esta materia fueron influenciadas por tres informes especializados que recomendaron subir el nivel de formacin de los investigadores. As, la ENP, que tiene la exclusividad en la formacin inicial de las policas, dispone de un programa de formacin en investigacin en asociacin con algunas universidades. De esta manera, la formacin tiene aprobacin universitaria dentro de algunos programas como el bachillerato en seguridad pblica. El programa de formacin busca desarrollar las competencias bsicas para intervenir eficazmente en situaciones propias de la investigacin policial, tales como derecho penal aplicado a la investigacin y etapas del proceso judicial, anlisis de la criminalidad, planificacin y organizacin del trabajo, resolucin de problemas, tica y deontologa, y mtodos de investigacin.
La formacin inicial en gestin policial
Tiene por objeto formar policas en gestin segn el plan de desarrollo de recursos humanos y su organizacin, desarrollando las competencias requeridas en los distintos niveles de gestin para intervenir eficazmente en situaciones tales como la supervisin de las actividades de un equipo de policas, la movilizacin de un equipo, la evaluacin del rendimiento de los policas y del respeto a la disciplina y la deontologa policial. Este programa est integrado al bachillerato en seguridad pblica, elaborado en colaboracin con una universidad.