Tema 15.2 El Desarrollismo
Tema 15.2 El Desarrollismo
Tema 15.2 El Desarrollismo
INTRODUCCIÓN
Desde finales de los años cincuenta España sufre dos cambios fundamentales; el desarrollo económico
y la transformación social. El tercero, el político, no se produjo pese a ciertas transformaciones
sufridas. Si en la etapa azul la idea fundamental era la instauración de un régimen de corte fascista y
en la segunda etapa; el nacional-catolicismo todo giro en torno al intento de reconocimiento
internacional; esta tercera etapa va a estar marcada por los intentos de preparar el régimen para el
futuro. Así, temas como un cierto pluralismo político y la sucesión de Franco se van a convertir en el
eje del periodo, ante los que aparecen dentro de las familias del régimen posturas diferenciadas. Pese
al dominio de los tecnócratas, apareció una corriente proveniente del movimiento, la antigua falange,
que era partidario de un mayor aperturismo. Esta lucha entre tecnócratas y aperturistas va a ser otra
de las claves del periodo.
Mediante referéndum se aprobó la séptima y última de las leyes fundamentales del Estado; la ley
orgánica del Estado. Ésta abordaba el tema central del periodo; el intento de asegurar el futuro del
régimen. Separó los cargos de Jefe de Estado y de presidencia del gobierno, asentó la institución
monárquica, pero sobre todo abrió las Cortes a una cierta participación popular, creándose la figura de
los procuradores representantes de la familia, elegidos de forma directa por los cabezas de familia y
las mujeres casadas. No obstante, la mayoría de los procuradores seguían siendo miembros natos
designados por Franco o indirectamente por las corporaciones.
Una de las cuestiones más importantes del periodo fue la Ley de sucesión de Franco, ya que afrontaba
las dos grandes cuestiones del periodo; la preparación del futuro y las distintas posiciones políticas
existentes. Entre los distintos pretendientes que optaban al cargo, Franco optó por el candidato de
Carrero Blanco y los tecnócratas; Don Juan Carlos de Borbón. La elección fue muy madurada y lenta e
implicaba saltarse la línea dinástica con el objetivo de garantizar el funcionamiento de las instituciones
después de la muerte del dictador, naciendo el sucesor de las mismas entrañas de la dictadura. Ambos
llegan a ser ministros e intentan a través de sus leyes y disposiciones hacerse con un lugar político en
el régimen para preparar la sucesión e imponer sus ideas. Solís intento imponer su idea de que el
desarrollo económico y social demandaban cambios políticos importantes. Así, intenta sacar hacia
adelante una ley de asociaciones políticas que permitiera un pluralismo limitado y la denominada
"democracia sindical" que consistía en la integración en los sindicatos oficiales del nuevo movimiento
obrero. Ambas disposiciones aunque tuvieron ciertos resultados, estos fueron muy limitados debido a
la oposición de los tecnócratas que eran más partidarios de la burocratización y no de los cambios
políticos.
Algo parecido ocurrió con la ley de Prensa de 1966 promovida por el ministro de Información y
Comunicación Manuel Fraga. La nueva ley abolió la censura previa y concedió una cierta libertad de
prensa con la que la oposición incrementó su capacidad de expresarse. Pero también tenía bastantes
limitaciones como la contemplación de delito cuando se "atentase" contra el Jefe del Estado, los
principios del Movimiento, las Leyes Fundamentales, la seguridad nacional y el orden público. Además
se controlaban las noticias extranjeras a través de la agencia EFE, se podía cerrar medios de
comunicación y se controlaban la mayoría de los medios informativos. En definitiva, la prensa que se
había configurado con la ley de Fraga no era una prensa libre, pero tampoco la de los primeros tiempos
de la dictadura.
En 1969 estalla el escándalo Matesa, un tema de corrupción financiera e industrial en que estaban
implicados personas pertenecientes a los tecnócratas y al Opus. El enfrentamiento entre los
aperturistas y los tecnócratas estalló definitivamente. Fraga y Solís maniobraron para que el asunto se
conociera a través de la prensa, desprestigiando a sus adversarios políticos. Estaba Franco no tenía la
capacidad de maniobrar entre las distintas familias políticas. Formó un nuevo gobierno, pero en este
caso Monocolor, con personas adictas a Carrero Blanco. La división entre las familias franquistas era
ya un hecho consumado
A este periodo también se le denomina la crisis del franquismo. Asistimos a una doble crisis; política y
económica. La crisis política viene dada por la incapacidad física de Franco de controlar la situación y
el intento de las distintas familias del régimen de prepararse para la nueva etapa que se avecinaba, con
las consiguientes disputas entre ellos. A ello hay que unirle el papel de la oposición, que en estos
momentos ya es más fuerte y está mejor organizada. La crisis económica aparecerá en 1973 tras la
crisis del petróleo. La confluencia de ambas crisis va a ser el contexto en el que se de la transición
española hacia la democracia.
Pero la práctica diaria fue todo lo contrario. El Bunker o los inmovilistas fueron imponiendo sus
posturas. El aparato represivo que se había relajado durante los años sesenta volvió a emplearse con
dureza y no solo no se dieron pasos hacia un aperturismo sino que ocurrió todo lo contrario. A todo ello
debemos añadir la crisis económica, la presión de ETA y la oposición. El 20 de noviembre de 1975
moría Franco, la crisis se agravaba aun más si cabe
No obstante, la oposición va a presentar algunas características invariables a lo largo del periodo. Por
un lado, la división y las tensiones internas son muy frecuentes, al igual que había pasado en la época de
la república, estableciéndose dos grupos diferenciados claramente, uno liderado por el PCE que intenta
aglutinar a toda la oposición y otro liderado por el PSOE que intenta excluir al PCE y restarle
protagonismo. Por otra parte, desde el principio se va a establecer una dicotomía clara entre la
oposición del interior y la del exterior, triunfando la primera.
I.3.- EL FIN DE LA AUTARQUÍA
A principios de los años 50 comenzó una fase de lenta recuperación económica coincidiendo con el
inicio del fin del aislamiento, la obtención de ayuda norteamericana y un cambio lento en la
orientación de la política económica. La liberalización de la economía y la apertura al exterior fue, en
esta etapa, muy lenta, ya que se encontraba con la oposición del núcleo duro del régimen que pensaba
que ello significaba romper con los privilegios económicos que aportaba a ciertos sectores y con los
principios ideológicos que la inspiraban.
Tras una breve recesión, el plan de estabilización posibilitó la etapa de mayor crecimiento en la
historia de España en un corto periodo de tiempo. Este éxito fue inseparable de dos factores. En
primer lugar, y sobre todo, de la fase expansiva dominante entonces en la Europa más desarrollada. En
segundo lugar, de la base industrial interna consolidada a lo largo del siglo.
En 1959 se aprueba el Plan de Estabilización considerada la operación económica más importante del
franquismo. Se trataba de hacer funcionar nuestra economía dentro de los mecanismos del mercado,
limitando la intervención del gobierno en economía.
LIBERALIZAR
Se trataba de acabar con las restricciones a las exportaciones e importaciones, permitir la entrada de
inversiones extranjeras y eliminar las trabas al comercio interior, así como reducir el intervencionismo
del Estado. Es decir, otorgarle el protagonismo al mercado, continuando con la economía mixta y el
proteccionismo comercial.
RACIONALIZAR Y SANEAR Se estableció como objetivo el ajustar el gasto público a los ingresos,
para lo que se aumentaron los impuestos indirectos y se restringieron los gastos. Se subieron los tipos
de interés y se fijo un techo al crédito bancario. Se fijo un tipo de cambio único y realista para la
peseta. Todas estas medidas iban dirigidas a reducir la inflación y por tanto racionalizar y sanear la
economía española.
B.- CONSECUENCIAS
A CORTO PLAZO
Los efectos del plan de estabilización fueron inmediatos, provocando una crisis y paralización de la
economía. Mejoró la balanza de pagos, se estabilizaron los precios bajando la inflación y se contrajo el
gasto y la inversión. Ello provoco una disminución de la actividad y un aumento considerable del paro.
A MEDIO PLAZO Esta recesión, que duró poco, permitió sanear la economía española y ponerla en
condiciones para tener un gran desarrollo económico. Ahora bien, eso no solo fue posible por el plan de
estabilización, sino también por la buena coyuntura económica internacional por la que se atravesaba.
El paro aceleró la emigración exterior, que se estimuló. Las inversiones extranjeras aumentaron
considerablemente, al igual que el turismo. Estaban puestas las bases para que se produjera la época
de mayor crecimiento económico en la historia de España.
A partir de 1962 se creó la Comisaría del Plan de Desarrollo, para planificar el crecimiento económico,
al mando de López Rodó. La finalidad de esta planificación, a imitación de lo que se estaba haciendo en
Francia, era conseguir el apoyo exterior, incrementar el crecimiento económico y paliar los
desequilibrios territoriales. A este fin se crearon los polos de desarrollo, lugares donde el
establecimiento de las empresas tenían bonificaciones y rebajas fiscales. Los tres planes de desarrollo
que se hicieron tuvieron dos partes; una de carácter orientativo y otra de carácter vinculante. La
planificación centró su interés en el sector industrial y propició una serie de actuaciones para mejorar
la estructura de las empresas y solucionar los desequilibrios sectoriales y regionales. Pese a cierto
crecimiento del tejido industrial, los planes no tuvieron mucha trascendencia ya que no corrigieron los
desequilibrios territoriales y no se cumplió lo previsto con carácter vinculante.
Las medidas establecidas por el Plan de estabilización ponen de manifiesto que, tras un breve periodo
de recesión, permitieron, en una coyuntura internacional muy favorable, un crecimiento intenso y
prolongado de la economía española. Como dice Rostow "España consiguió todo a la vez" en referencia a
la industrialización completa, a la modernización de la economía, a la aparición de la sociedad
consumista y al acercamiento en el desfase con respecto a Europa. Todo eso se produjo a la vez y , la
gran característica, en un corto periodo de tiempo - una década aproximadamente- España se situó
entre las diez potencias industriales del mundo y conoció tasas de crecimiento superiores al resto de
los países, situándose dentro de los cinco países del mundo con mejores resultados económicos
durante la década. A este gran crecimiento se le denominó "El milagro español". El cambio de la
estructura de la población activa, del PIB, del aumento de la balanza de pagos indican que España se
instaló en una década en la sociedad desarrollada postindustrial.
La industria fue el motor del crecimiento económico, encontrándonos ante el principal esfuerzo
modernizador de toda la historia contemporánea española. El crecimiento industrial se explica a la vez
por la existencia de una gran demanda en el mercado interior y por la apertura al exterior de la
economía española. Siderurgia, metalurgia, cemento, química, fabricación de automóviles, construcción
naval y fabricación de electrodomésticos y aparatos electrónicos se situaron a la cabeza de la
industria. También aumentó el
peso de los sectores
productores de bienes de
equipo, una de las carencias
tradicionales de la industria
española hasta la fecha. Pero
a diferencia de la primera o la
segunda revolución industrial,
en este caso se va a producir
una industrialización completa; además de los núcleos tradicionales - País Vasco, Madrid, Cataluña y
Asturias - la industrialización se extendió por el Valle del Ebro (Zaragoza y Navarra), el levante
(Tarragona, Valencia...) y enclaves concretos como Valladolid, Burgos, Sevilla, Málaga... No obstante,
persistieron los desequilibrios territoriales. El continuado avance de la productividad (propiciada por
las importaciones en tecnología) hizo posible el aumento de las exportaciones. Por primera vez en la
historia de España, los productos industriales arrebataron el primer lugar a los agrícolas. Al mismo
tiempo que las exportaciones aumentaban por seis.
El sector servicios también sufrió una importante transformación a la vez que tuvo un intenso
crecimiento. En dicho crecimiento predominaron los sectores tradicionales, especialmente los que
conllevaban un uso intensivo del factor trabajo (comercio, bancos, administración pública...), los
cambios en este sector se producirán más tarde. El sector transporte y de las comunicaciones también
creció bastante. Se electrificó el ferrocarril y aumentaron espectacularmente las carreteras,
siguiendo la estructura radial. En estos años se dio una asociación entre el aumento del nivel de vida, el
proceso de urbanización y el acceso de amplios sectores a la posesión de un automóvil. En torno a este,
no sólo se desarrolló gran parte del crecimiento industrial, sino también gran parte de las
transformaciones sociales. Pero el subsector que más creció fue el turismo.
Tres fueron los motores del gran crecimiento económico; las inversiones extranjeras, el turismo y la
emigración exterior. Las divisas aportadas por estos sectores financiaron las importaciones necesarias
y aseguraron el equilibrio de la balanza de pagos. El peso del exterior fue básico. Además de estos
tres sectores tenemos que tener en cuenta que del extranjero llegaron las importaciones que trajeron
la tecnología y la maquinaria.
La importancia económica de la emigración fue tremenda; las divisas enviadas por los emigrantes
contribuyeron a financiar las importaciones, actuó de válvula de escape ante la presión demográfica y
el paro y provocó la modernización de la agricultura. En el otro lado hay que situar las penalidades de
los inmigrantes en su proceso de adaptación.
Es indudable que "el milagro español" produjo la verdadera revolución industrial en España, pero ello
hay que contextualizarlo y analizar sus aspectos negativos. En primer lugar, partíamos de unos niveles
muy bajos y con un retraso significativo debido a la política autárquica, y en segundo lugar, la
coyuntura internacional era muy favorable, asistiendo a una etapa de expansión económica dentro del
mundo occidental. En cuanto a los aspectos negativos además del excesivo peso extranjero, debemos
reseñar el aumento de los desequilibrios sectoriales y, sobre todo, territoriales, el excesivo
proteccionismo que todavía quedaba perjudicando la productividad y la competitividad, la incapacidad
de generar abundante empleo y escasa inflación, la dependencia de las importaciones en materias
primas, fuentes de energía y tecnología... eso hizo que la crisis del 73 fuera más fuerte en España y,
sobre todo, que siguiéramos a la cola de los países occidentales. Es decir, se perpetuaba el modelo de
desarrollo de país mediterráneo. En palabras de Julián Marías "España había dejado de ser un país
subdesarrollado y se había convertido en un país mal desarrollado"
En 1973 estalla la crisis mundial debido a la subida vertiginosa de los precios del petróleo. Si la crisis
del 29 iba a afectar poco a la economía española debido a su grado de protección, la del 73 los efectos
si fueron muy importantes, ya que el crecimiento anterior se había basado en el turismo, las
inversiones extranjeras y la emigración; tres variables internacionales que se interrumpieron con la
crisis internacional. Hasta tal punto, que España fue uno de los países del mundo que más se vio
afectado por esta crisis. La situación económica que se produjo fue la estanflación; es decir, cuando
coinciden paro e inflación. Además esta crisis económica se unió con la crisis política que estaba
viviendo el franquismo.
CONTEXTO
Son los años de la autarquía, de la miseria, la pobreza, el estraperlo , las cartillas de razonamiento y de
la brutal represión. Franco somete a la oposición a una represión durísima con un carácter militar, de
tal forma que Paul Preston llama a esta etapa la del "terror estatal". Por otra parte, la oposición tiene
la esperanza que primero la segunda guerra mundial y después el aislamiento internacional sean las
circunstancias propicias para acabar con el régimen. Es delito no sólo participar en un partido o
asociación que no estuviera integrado en el movimiento, sino también la crítica a la iglesia, al régimen o
la participación en huelgas o manifestaciones. Estos delitos políticos son juzgados por los tribunales
militares.
OPOSICIÓN INTERIOREn el interior aparecen "Los Topos" y guerrilleros que huyen de la represión
del régimen y albergan la esperanza de su derrota, refugiándose en la montaña; los maquis. Estos
maquis van a sufrir posteriormente un proceso de degeneración acercándolos a formas de
bandolerismo. A partir de 1951 fueron erradicados pero entre 1939 y 1951 hubo unos 10.000 maquis en
España fundamentalmente en las zonas montañosas de Asturias, León, Sistema Ibérico y Andalucía. En
1944 el PCE organizó una especie de ejercito con maquis y guerrilleros que pretendían invadir y
"liberar" a España entrando por los Pirineos desde Francia. La operación fracasó y fueron derrotados
en el Valle de Aran . Fundamentalmente, comunistas y anarquistas fueron las fuerzas que en los años
cuarenta tomaron parte en la resistencia armada al régimen franquista.
En lo que respecta a la fuerzas que apoyan al régimen hubo poca disidencia. Algunos brotes en los
falangistas que se oponían a su absorción dentro del "movimiento nacional" que fueron cortado de raíz
y el intento de los monárquicos agrupados en torno a D. Juan de Borbón de volver a una monarquía
constitucional, opción apoyada por las potencias internacionales y hecha pública a través del
Manifiesto de Laussana, en 1945.
EXILIO En Agosto de 1945 se nombra en México un nuevo gobierno republicano. Pero pronto
surgieron divisiones internas, el tema central de discusión era si la oposición al general Franco debía
plantearse desde unas premisas estrictamente republicanas o no. La estrategia del PSOE llegaba,
incluso, a contemplar la posibilidad de una colaboración con los monárquicos, como querían las potencias
democráticas.
EL APOYO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA A FRANCO
Durante el franquismo la mayoría de la sociedad española lo apoyó, siendo la oposición una opción
minoritaria. Para entender este proceso hay que diferenciar la década de los cuarenta del resto del
periodo. En la primera etapa, se puede decir que la guerra no había terminado, la represión fue
durísima y los fusilamientos, encarcelamientos, el exilio, los topos y el maquis consiguieron eliminar de
la política española la parte de la sociedad que había optado por la república. A partir de 1950, la
represión se hace más legal - se eliminan por ejemplo los tribunales militares y se sustituyen por el
TOP- y, sobre todo, se incide más en los aparatos de propaganda y en el encuadramiento y
adoctrinamiento que llevó a cabo la falange y la iglesia española. El régimen consiguió su objetivo de
"despolitizar" a la mayoría de la sociedad española. El miedo a la represión, los efectos de la
propaganda, la búsqueda de una seguridad en tiempos tan inseguros y el deseo de ascender en la
escala social contribuyeron a ello, además de la conciencia, de los sectores que habían apoyado a la
república, de que habían perdido la guerra, sobre todo a raíz del reconocimiento internacional logrado
por el régimen. No obstante, hubo una minoría que se opusieron, de una u otra forma al franquismo. Al
principio esa minoría estaba representada por el exilio exterior, los representantes legales de la
república, y por el interior - algunas cédulas comunistas y anarquista, maquis y topos. Progresivamente
se les van uniendo algunas facciones que al principio apoyaron al régimen como falangistas
desencantado - como Dionisio Ridruejo-, antiguos miembros de la CEDA - Gil Robles, por ejemplo-
católicos próximos al mundo intelectual - Ruiz Giménez- o monárquicos partidarios de D. Juan. A
partir de la década de los sesenta el protagonismo lo obtienen los movimientos sociales - Iglesia,
universitarios, obreros y nacionalistas- quedando el papel de los partidos políticos tradicionales
opositores en un segundo lugar. A partir de 1973, con la crisis del franquismo, volvió el protagonismo
de los partidos políticos, pero para preparar ya el nuevo régimen. Las mayoritarias clases medias que
formó el desarrollismo tuvieron un carácter bastante conservador y si al final del franquismo
mayoritariamente optaban por un sistema democrático, lo hacían desde posiciones de orden y
tranquilidad; todo lo contrario que las clases medias que apoyaron a la República. De hecho hasta 1982
optaron por UCD, un partido de centro derecha que había surgido del Movimiento Nacional.
La oposición del exterior va perdiendo fuerza en detrimento de la interior, que a su vez empieza a
sufrir transformaciones, teniendo más importancia el carácter social que político.
CONTEXTO
Las circunstancias internacionales cambian bruscamente la situación interior. La guerra fría hace que
progresivamente se vaya acabando el aislamiento internacional de España y por tanto la esperanza de
que las potencias internacionales obligaran a Franco a abandonar la dictadura militar. La represión
también se relaja, los tribunales militares son sustituidos por tribunales de orden público (TOP). La
hegemonía de falangistas y católicos tradicionales dejan paso a los tecnócratas del Opus Dei.
Debilidad del exilio, inicio de nuevas formas de oposición en el interior
El año de 1956 se considera como el punto de inflexión en la oposición al régimen. A partir de ese
momento se evoluciona hacia formas más sociales, centrándose en la movilización de sectores
católicos, el mundo universitario, además de la participación de los intelectuales, los trabajadores, y
algunos sectores del nacionalismo periférico, por este orden. En 1956 ocurren disturbios y
manifestaciones en el mundo universitario. El movimiento obrero expresará su disconformidad con el
régimen por medio de la actividad huelguística. El plan de estabilización empeoró las condiciones de
vida de los trabajadores y en 1962 hay un rebrote de huelgas mineras en Asturias; la lucha obrera
iniciaba su andadura. En Cataluña y en el País Vasco fueron las zonas donde la oposición fue más activa.
En 1959 y 1960 hubo protestas en Barcelona; Jordi Pujol fue detenido y se convirtió en la figura más
destacada del catalanismo. En el País Vasco apareció ya en estas fechas una actitud contestaria en el
clero y el nacionalismo se radicalizó profundamente, en 1959 nace ETA como una escisión del PNV.
Pero, insistimos, la novedad más importante en lo que se refiere a la oposición durante estos años fue
la aparición de nuevos grupos en la segunda mitad de los años cincuenta, como consecuencia de los
sucesos universitarios de 1956, empezando a ganar protagonismo la oposición interior de carácter
social y perdiéndolo los partidos políticos y, sobre todo, la oposición en el exilio.
RECONCILIACIÓN NACIONAL
Este término significa que había que superar el franquismo y tras un gobierno provisional, llegar a una
democracia con la participación de todas las fuerzas y superando el enfrentamiento surgido en la
guerra civil. Esta idea es expresada por Azaña en su famoso discurso de Barcelona en 1938; el de las
tres "P"; paz, piedad y perdón. Luego el PSOE en la década de los cuarenta intentó llevarlo a cabo y
llegó a establecer conversaciones con los monárquicos de D. Juan, pero también fracaso. El PCE lanzó
esta idea a partir de la década de los cincuenta y la quiso plasmar en una llamada jornada de
Reconciliación nacional que tuvo lugar el 5 de mayo de 1958. La iniciativa resultó un rotundo fracaso.
Habría que esperar hasta la llegada de la transición para que esta idea se impusiera en la sociedad y en
la política española.
EL PCE DURANTE EL FRANQUISMO El partido comunista, surgido de una escisión del PSOE en la
década de los veinte, empezó a tener protagonismo en la guerra civil, gracias a sus relaciones con la
URSS y al apoyo que ésta le prestó a la República española. Durante la dictadura fue el partido
hegemónico, el más activo y el que consiguió movilizar a un número mayor de ciudadano. Las adhesiones
venían no solo del mundo comunista, sino de casi todos los sectores opositores al franquismo. Su
predominio fue tal que durante la última etapa del franquismo, se le llamaba "El partido". Durante la
transición jugó un papel muy importante y su concepto de "reconciliación nacional" lo llevó a la práctica.
No se puede entender la transición española sin el apoyo y la moderación del PCE. No obstante, en esta
transición perdió la batalla por la hegemonía de la izquierda con el PSOE. Ello se explica entre otras
causas, por la pérdida de influencia y de prestigio del comunismo en la escena internacional, por la
mayor moderación del PSOE y por el mayor acercamiento de este a las clases medias. En la actualidad
es el partido hegemónico de IU; la segunda fuerza de izquierdas en la política española.
CONTEXTO
Es la década del gran desarrollo económico, pero también de los grandes cambios sociales, culturales y
políticos. El régimen que cambia el lastre del nacionalismo católico por el desarrollismo no está
dispuesto a abrirse políticamente a formas más acorde con este desarrollo económico, social y
cultural. La oposición, por tanto, conoce un desarrollo espectacular. Las tendencia que se apuntaron en
los años cincuenta se consolidan. El protagonismo de la oposición interior es abrumador. El régimen se
hace más permisivo, más seguro como está en esta época de bonanza económica, pero sobre todo se
pasa definitivamente de una oposición de carácter político a otra con un carácter más social. Una
oposición cuyos miembros no tenían nada que ver con los vencidos en la guerra civil.
Por lo que se refiere a las fuerzas políticas siguen destacando el PCE y el PSOE. El PCE, el más activo,
utilizó a CCOO y las huelgas obreras como elemento desestabilizador del sistema y la estrategia de
"reconciliación nacional"; unir a todo el país bajo un gobierno provisional que convocase elecciones para
decidir el sistema de gobierno. En 1963 su militante Julian Grimau fue ejecutado, sería la última
víctima mortal de la represión, a partir de aquí la represión se hizo más legal como el proceso 1001 en
el que numerosos dirigentes de CCOO fueron condenados a la cárcel. La desestalinización en Rusia, la
invasión de Hungría, el eurocomunismo... provocaron una profunda división en su seno y la expulsión de
destacados dirigentes, siguiendo Santiago Carrillo como líder claro. El PSOE también sufrió una
profunda división. La dirección del partido, residente en el exterior, mantenía posiciones ancladas
políticamente en la Segunda República y en la guerra Civil. El sector del interior era más realista
propugnando la colaboración con todos los grupos políticos y la monarquía parlamentaria como opción
más viable. El triunfo del sector del interior (Felipe González, Guerra, Redondo...) sobre el del
exterior (Llopis) se producirá en en 1974, en el Congreso de Surennes. Los nacionalismos periféricos,
sobre todo el catalán y vasco, unieron sus reivindicaciones nacionalistas con las demandas
democráticas. En el centro político aparecieron partidos como los democristianos de Gil Robles, los
liberales de Dionisio Ridruejo, los monárquicos de D. Juan, los socialdemócratas de Ruiz Giménez...Por
otra parte, empezaron a aparecer grupos terroristas que cometían acciones de ese tipo como ETA,
FRAP, GRAPO...La clase media en un proceso denominado "fascismo de consenso" por Renzo, mezcla de
conformismo y adaptación que la caracterizó desde mediados de los cincuenta, no se sumó a ninguno de
los partidos de la oposición.
CONTEXTO
Es la etapa de la crisis del franquismo, donde la crisis económica y la política (Franco se encontraba
anciano y enfermo) coinciden. El fin del franquismo se ve cerca y toda la oposición se prepara y realiza
movimientos para estar preparados para la llegada del nuevo sistema que la sociedad demandaba. ETA
asesina a Carrero Blanco en 1973 con lo que se corta la posible continuidad del régimen, éste reacciona
endureciendo su postura y volviendo a una represión durísima. Dentro del régimen aparecen dos
posturas claramente diferenciadas; los aperturistas y el bunker.
CONFLICTIVIDAD SOCIAL La situación de protesta se generalizó alcanzando desde la Universidad a
las fábricas, y las manifestaciones y las huelgas se sucedieron por doquier. Además de conflictos
obreros -la represión fue más dura, como el Proceso 1001 contra CCOO-, hubo un incremento de los
atentados terroristas y de lucha callejera de extrema derecha protagonizada por el Bunker, y sobre
todo, por Fuerza Nueva. El terrorismo de izquierdas de ETA, FRAP o el GRAPO aparece con mucha
fuerza.La sociedad dominada por las clases medias, desarrollada y culta demandaba cambios
democráticos.
LAS PLATAFORMAS En Junio de 1974 se constituyó la Junta Democrática que estaba liderada por el
PCE de Santiago Carrillo e integró al partido socialista popular de Tierno Galván, Comisiones Obreras
y otros partidos de menor importancia y personas independientes (carlistas, García Trevijano...). Poco
después se creo la plataforma para la convergencia democrática que estuvo liderada por el PSOE y en
ella se integraron también el PNV, algunos partidos regionalistas, Izquierda Democrática de Ruiz
Giménez y Unión Social Demócrata del antiguo falangista Dionisio Ridruejo. Las reivindicaciones eran
las mismas, salvo que la Plataforma tenía un carácter más federalista y sus reivindicaciones
nacionalistas eran más profundas. Al final se unieron en "la Platajunta" Doc 7.- . Pero no dio tiempo a
nada, porque Franco moría el 20 de noviembre de 1975.
El 20 de noviembre de 1975 murió Franco, dos días mas tarde era coronado don Juan Carlos I como
rey de España. En esas circunstancia la transición española va a resultar especialmente difícil, pero se
va a llevar a buen puerto gracias al espíritu de consenso que caracterizó a esta etapa, como lo prueba
por ejemplo los pactos de la Moncloa o la misma Constitución. Por un lado, los cambios sociales y
económicos producidos en la década de los sesenta con la aparición de una mayoritaria clase media
demandaban un sistema democrático, por otro, la memoria histórica de los españoles recomendaba que
ese cambio o transición se hicieran de una forma pacífica y basado en el consenso para no repetir los
errores del pasado.