1) El capítulo describe cómo el rey de Tiro se enorgulleció y se consideró a sí mismo como un dios. Dios reprende al rey y le dice que él es solo un hombre.
2) La segunda parte de la profecía se refiere originalmente a Lucifer, el querubín que se rebeló contra Dios. Lucifer fue perfecto hasta que se enorgulleció.
3) El rey de Tiro fue poseído por el orgullo de Satanás y también se enorgulleció, por lo que Dios profetizó su muerte.
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1) El capítulo describe cómo el rey de Tiro se enorgulleció y se consideró a sí mismo como un dios. Dios reprende al rey y le dice que él es solo un hombre.
2) La segunda parte de la profecía se refiere originalmente a Lucifer, el querubín que se rebeló contra Dios. Lucifer fue perfecto hasta que se enorgulleció.
3) El rey de Tiro fue poseído por el orgullo de Satanás y también se enorgulleció, por lo que Dios profetizó su muerte.
1) El capítulo describe cómo el rey de Tiro se enorgulleció y se consideró a sí mismo como un dios. Dios reprende al rey y le dice que él es solo un hombre.
2) La segunda parte de la profecía se refiere originalmente a Lucifer, el querubín que se rebeló contra Dios. Lucifer fue perfecto hasta que se enorgulleció.
3) El rey de Tiro fue poseído por el orgullo de Satanás y también se enorgulleció, por lo que Dios profetizó su muerte.
1) El capítulo describe cómo el rey de Tiro se enorgulleció y se consideró a sí mismo como un dios. Dios reprende al rey y le dice que él es solo un hombre.
2) La segunda parte de la profecía se refiere originalmente a Lucifer, el querubín que se rebeló contra Dios. Lucifer fue perfecto hasta que se enorgulleció.
3) El rey de Tiro fue poseído por el orgullo de Satanás y también se enorgulleció, por lo que Dios profetizó su muerte.
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Captulo 1
Hombre eres y no Dios
VINO A M PALABRA DE JEHOV, diciendo: Hijo de hombre, di al prncipe de Tiro: As ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto se enalteci tu corazn, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo t hombre y no Dios), y has puesto tu corazn como corazn de Dios; he aqu que t eres ms sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. Con tu sabidura y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabidura en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazn. Por tanto, as ha dicho Jehov el Seor: Por cuanto pusiste tu corazn como corazn de Dios, por tanto, he aqu yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarn sus espadas contra la hermosura de tu sabidura, y mancharn tu esplendor. Al sepulcro te harn descender, y morirs con la muerte de los que mueren en medio de los mares. Hablars delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? T, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador. De muerte de incircuncisos morirs por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehov el Seor. Vino a m palabra de Jehov, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: As ha dicho Jehov el Seor: T eras el sello de la perfeccin, lleno de sabidura, y acabado de hermosura. En Edn, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crislito, berilo y nice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el da de tu creacin. T, querubn grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, all estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el da que fuiste creado, hasta que se hall en ti maldad. A causa de la multitud de tus contra- taciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te ech del monte de Dios, y te arroj de entre las piedras de fuego, oh querubn protector. Se enalteci tu corazn a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabidura a causa de tu esplendor; yo te arrojar por tierra; delante de los reyes te pondr para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqu fuego de en medio de ti, el cual te consumi y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarn sobre ti; espanto sers, y para siempre dejars de ser. Ezeq u iel 28.1-19 Tiro era una nacin ubicada al norte de Israel, sobre la costa del mar Mediterrneo. En tiempos de esta profeca (aproximadamente el ario 570 antes de Cristo) el rey de Tiro desarrollaba, con mucha inteligencia y sabidura, una agresiva poltica de comercio exterior. Haba construido grandes y hermosos barcos mercantes. Y con esos navos impresionantes comerciaba con todas las naciones. La balanza de pagos le era muy favorable. A travs de su dominio sobre el mar, Tiro se engrandeci de manera extraordinaria, alcanzando el apogeo de su grandeza, esplendor y riquezas. Y el corazn del rey se enalteci. Para el hombre es ms difcil conducirse adecuadamente en riquezas que en pobreza. No le resulta fcil permanecer humilde una vez que ha logrado el xito, ni mantener el corazn donde corresponde en medio de la prosperidad. El problema del rey de Tiro no era la prosperidad sino su corazn, que se haba enaltecido hasta llegar a decir: "Yo soy un dios." Resulta embriagadora esa sensacin de poder, ese saber que se est en el trono, que se tiene el mando y los recursos econmicos para tomar decisiones, y que a los dems slo les queda someterse. El orgullo produce ms orgullo. Fueron la soberbia y la arrogancia los que llevaron al rey de Tiro a la blasfemia: "Yo soy un dios." Se senta omnipotente. "En el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares." Haba colocado un trono en el barco ms lujoso, y desde all diriga, gobernaba, con el corazn infatuado y la boca llena de arrogancia. "Estoy sentado en medio de los mares en el trono de Dios." Es terrible no saber ocupar el prpio lugar y confundirse! Como cuando la mujer usurpa el lugar del marido o el marido el de la Mujer. O cuando los hijos se desubican y "se sientan en la silla equivocada," es decir, asumen una postura incorrecta. Dios reprendi al rey de Tiro: "Has puesto tu corazn como corazn de Dios." Y antes de emitir juicio, el Seor le dirigi algunas frases irnicas: "T eres ms sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. Con tu sabidura y con tu prudencia has acumulado riquezas..." Resulta muy peligroso el hombre no reconozca quin le ha dado sabidura, riquezas y todo lo que tiene :
Finalmente Dios decret sentencia sobre el rey: "Por cuanto pusiste tu corazn como corazn de Dios... morirs con la muerte de los que mueren en medio de los mares. Hablars delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? T, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador." De manera concluyente el Seor le aclar las cosas: No te confundas, eres un hombre y no un dios. En la segunda parte de la profeca, Dios le mand a Ezequiel levantar endechas sobre el rey. Las endechas son lamentos, canciones f- nebres que se cantan en los funerales. Pero al leer con cuidado lo que sigue, uno se pregunta: De quin habla realmente el texto? La descripcin que se hace del rey de Tiro no parece coincidir con l. "T eras el sello de la perfeccin, lleno de sabidura y acabado de hermosura. En Edn, en el huerto de Dios estuviste... T, querubn grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios..., perfecto eras en todos tus caminos desde el da que fuiste creado, hasta que se hall en ti maldad..." A quin se refiere? Todos los estudiosos de la Biblia coinciden en sealar que la referencia es a Lucifer, el querubn grande. Lucifer, antes de convertirse en Satans, era uno de los ngeles principales en el monte de Dios, un querubn (vase Isaas 14.11-15). Probablemente l dirigiera la alabanza y la adoracin celestial. Era perfecto en santidad y en hermosura hasta que se hall en l maldad. Porque un da se enalteci. Al tomar conciencia de su hermosura y santidad y darse cuenta de que era el ngel ms cercano al trono, se envaneci y quiso ser Dios. La soberbia y el orgullo lo llevaron a la rebelin, y ya no acept ms su propio lugar. Quiso escalar y ocupar el lugar de Dios. All se encuentra el origen de toda maldad. La soberbia y el orgullo generan rebelin. Y como Lucifer se enalteci, Dios lo destituy. Quit de l su santidad y el querubn santo y bello se transform en el ser horrible, maligno, perverso, que hoy es. En Satans. Y el Seor sentenci: "Espanto sers." Ahora bien, por qu decirle todo esto al rey de Tiro? Porque l se enalteci, incitado por Satans. Y cuando uno toma esa actitud soberbia, el diablo se aduea del corazn. El rey de Tiro qued endemoniado. Satans existe, es real. l tiene una funcin que cumplir en la tierra (y Dios lo permite): potenciar la maldad del malo, potenciar la soberbia del soberbio, potenciar la rebelda del rebelde. El rey de Tiro fue posedo por Lucifer. Por - eso cuando el profeta se dirigi al rey de Tiro, en realidad le habl a aquel que estaba dentro i de l, a Satans. Un mismo final desgraciado les sobrevino tanto a Satans como al rey de Tiro. Uno fue arrojado de la presencia de Dios y el otro asesinado. Porque nada aborrece Dios ms que la soberbia y el orgullo del corazn. Por lo tanto, es importante ubicarnos, no confundirnos. Distinguir la diferencia entre Dios y nosotros. Dios le seal al rey de Tiro: "T hombre eres y no Dios." Necesitamos diferenciar las cosas. Slo nos conocemos a nosotros mismos cuando conocemos a Dios. Porque todo conocimiento de nosotros mismos parte del conocimiento de l. SIETE DIFERENCIAS ENTRE DIOS Y EL HOMBRE 1) Dios es el creador de todo, y el hombre una simple criatura "En el principio cre Dios los cielos y la tierra" (Gnesis 1.1). Dios es el nico ser con facultad creadora. El hombre apenas una simple criatura. No puede crear absolutamente nada. Compone cosas a partir de los elementos creados por Dios. Los une, los mezcla, les da forma, pero no crea. Todo lo que existe en el universo ha sido hecho por Dios. La Biblia nos declara que l lo hizo todo por medio de su palabra, partiendo de la nada. Simplemente dijo y fue hecho. En ocasiones el hombre ha intentado crear, pero siempre termin en fracaso. Puede tomar, por ejemplo, los mismos elementos contenidos en un grano de trigo y unirlos, pero no logra formar un grano que tenga vida, que pueda ser sembrado y se transforme en planta que a su vez produzca fruto. Estamos tan acostumbrados a ver vida en la naturaleza que ya ni somos conscientes de ella. Nos detenemos a contemplar las maravillas que an hoy Dios sigue creando? Nacen nios, pjaros, animales, brotan nuevas plantas, se llenan de flores, se cargan de frutos. Dios est vivo y presente, y l es creador. La tierra exhibe su gloria. Todo expresa su grandeza. Cuntas veces hemos comido un huevo frito? Cuando lo partimos sobre la sartn slo vemos una yema y una clara. Sin embargo, si una "tonta" gallina se sentara sobre ese huevo durante veintin das, dndole calor, esa yema y esa clara emergeran transformadas en huesos, cartlagos, tendones, nervios, cerebro, msculos, sangre, corazn, aparato circulatorio, aparato digestivo, piel, plumas, patas, pico, ojos, odos... un pollito! Y hasta dice "po, po"! Parece mgico! Slo Dios puede hacerlo!
2) Dios es el sustentador de todo cuanto existe, y el hombre un ser sustentado por Dios l mantiene en su lugar las galaxias, las constelaciones, los astros. Sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. El hombre, en cambio, es un ser sustentado, dependiente. Nos guste o no, dependemos de Dios. Si Dios cortara nuestra respiracin, apenas aguantaramos uno o dos minutos. Cuntos millones de veces nos ha latido el corazn desde que nacimos? O el corazn de nuestro perrito? Quin nos da vitalidad, inteligencia, salud mental? Somos dependientes de Dios en todo. Es bueno reconocerlo. Algunos buscan lograr la independencia. Pobres! Menos mal que Dios no les lleva el apunte! Recuerdo que cierta vez, de nio, cuando tena unos diez arios, me enoj con mis padres. Me ofend y les dije: "De aqu en adelante no quiero nada de ustedes. Voy a vivir por m mismo, con mi propio dinero!" Yo trabajaba en el negocio de mi pap, y l me pagaba. As que ese medioda de sbado me fui a la fiambrera, compr jamn cocido, pan lactal y un poco de mayonesa. "Voy a vivir por mi propia cuenta!"
Mis padres me dejaron jugar un poco. La independencia me dur tres horas. Muchos buscan una independencia parecida. Menos mal que Dios no les presta atencin! Les tiene paciencia. 3) Dios es el nico dueo de todo cuanto existe y el hombre no es dueo de nada No le ha pedido prestado nada a nadie. El Salmo 24 declara: "De Jehov es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en l habitan." Dios es dueo por derecho inherente, ya que lo cre todo de la nada. El mismo hombre es propiedad de Dios. Nos engaamos cuando creemos poseer loque tenemos. Decimos: "Mi casa," "mi auto," "mi cuerpo," "mi familia," "mi negocio." Pensamos: "Acaso no trabaj y compr todo lo que tengo?" Nos equivocamos. Dios es el nico dueo de todo. Frente a l muchas veces el hombre se desubica. De quin es tu cuerpo? Quin lo hizo? T? No. Dios te form. De quin es tu esposa o tu marido? De quin tus hijos? Quin cre a cada uno de ellos? Todo le pertenece a Dios. Tu casa fue hecha con ladrillos fabricados con la tierra creada por Dios y cocidos con lea tomada de los rboles que Dios coloc en nuestro planeta. No hay nada que no proceda de las manos del Creador. Tal vez digas: "Un momento! Este es un planteo tramposo. A m nadie me regal los ladrillos. Yo los tuve que pagar. Tambin la arena, el cemento y el jornal del albail. Yo compr el auto y todos los otros bienes que poseo. No me fueron obsequiados. Son mos porque pagu por ellos." Muy bien, los compraste con dinero que obtuviste por tu trabajo. Con qu trabajaste? Con el cuerpo que te dio Dios. Con la salud que te dio Dios. Con la inteligencia que te proporcion Dios. Con el tiempo que l te concedi. Te das cuenta de que ninguna de las cosas que tienes es tuya sino de l? Cuando ' el hombre se siente dueo de lo que posee es como si se sentara en la silla que le corresponde a Dios. Nada es tuyo. El da en que escuches la campana sealando que se acab tu tiempo, qu te llevars? Ni las medias! Porque todo es de Dios, y tendrs que dejarlo aqu. l es el nico dueo de todo cuanto existe. 4) Dios es el rey universal, y el hombre un sbdito que le debe obedecer El universo no marcha a la deriva. Existe un trono, y hay alguien sentado sobre l reinando. Su reino es por todos los siglos y su seoro por todas las generaciones. l gobierna su creacin; todo cuanto existe responde a la autoridad de Dios. l es el rey universal. El mundo material, visible, obedece a Dios de modo inconsciente, involuntario, automtico, porque no tiene mente, ni voluntad. l gobierna sobre todo y mantiene todas las cosas en su lugar con la autoridad de su palabra. Las rbitas de los planetas han sido establecidas por Dios. l le pone lmite y trmino a todo lo creado. An en el pequeo mundo del tomo y de la molcula, Dios reina. Nada ha quedado librado al azar. Dios tambin es rey sobre el mundo invisible, sobre la esfera de los ngeles, sobre el mismo Satans, sus principados y sus potestades. El diablo no puede hacer lo que quiere sino lo que Dios le_ permite, en el lugar que Dios le permite, y en el tiempo y con los lmites sealados. Dios es rey universal por encima de los soberanos de la tierra. l pone a Faran en el trono y l lo quita. l coloca a Nabucodonosor y lo derroca tambin. l es el Rey de reyes y Seor de seores. Sobre las circunstancias. Sobre todo cuanto existe. Nada puede resistir la autoridad suprema, soberana, de un Dios que es rey universal. Y el hombre es sbdito de este rey. Le debe sumisin. Precisamente la rebelin constituye el pecado bsico del ser humano; nace de su orgullo, y atenta contra la autoridad de Dios sobre su vida.
5) Dios es la fuente de todo bien y virtud, y el hombre slo un receptor que le debe agradecer y adorar La Biblia declara que "toda buena ddiva y todo don perfecto desciende de lo alto,' del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variacin" (Santiago 1.17). Todo lo bueno procede de Dios. La vida, la salud, la sabidura, la inteligencia, la paz, la armona, la riqueza, el poder, la autoridad, la unidad, la gracia, el perdn, la salvacin, la bendicin. No existe nada bueno que no tenga su origen en Dios. l es fuente de todo bien. El hombre, en cambio, es un simple receptor del bien que viene de lo alto. Por eso Pablo pregunta: "Qu tienes que no hayas recibido?" (1a Corintios 4.7). Mustrame una sola cosa buena que tengas y no hayas recibido del Seor. La gracia de Dios, los favores de Dios, las virtudes de Dios, las bondades de Dios nos llegan de manera abundante. l nos corona de favores y misericordia (Salmo 103.4). Por lo tanto somos responsables de darle toda la gloria. Y eso es lo que el rey deliro no quiso hacer. Se sinti Dios. Crey que era su sabidura la que le haba proporcionado riquezas, prosperidad y el engrandecimiento de su reino. No glorific a Dios. Se envaneci. El rey de Tiro se sinti superior, y su enaltecimiento trajo como consecuencia la cada. Lo mismo le sucedi a Nabucodonosor rey de Babilonia. Se puso a contemplar la grandeza de la ciudad de Babilonia desde su terraza y dijo: "No es sta la gran Babilonia que yo edifiqu para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?" (Daniel 4.30). A Dios le desagrad profundamente y orden a un ngel que "le desconectara un cablecito." Nabucodonosor se volvi loco, perdi la razn. Y junto con el juicio perdi todo: su sabidura, el reino, sus riquezas. Se fue al campo a vivir entre las bestias salvajes. Dorma a la intemperie bajo el roco de la noche. Le creci pelo en todo el cuerpo como plumas. Sus uas semejaban garras como las de las aves de rapia. Por siete arios permaneci loco, vagando por el campo. "Cmo decas, Nabucodonosor? Con la fuerza de quin edificaste Babilonia?" Despus de siete aos Dios le devolvi la razn. Y Nabucodonosor se dio cuenta de su desvaro. Se arrepinti. Se humill delante del Seor y se convirti. Reconoci que Dios era la fuente de todo bien. Que la riqueza, el poder, la sabidura, la autoridad y el reino procedan de Dios y que l los daba a quien quera. Y glorific al Seor. Dios le devolvi todo. Se sent otra vez en el trono porque se humill. Entonces escribi estas palabras: Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alc mis ojos al cielo, y mi razn me fue devuelta; y bendije al Altsimo, y alab y glorifiqu al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y l hace segn su voluntad en el ejrcito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: Qu haces? En el mismo tiempo mi razn me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a m, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue aadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, por- que todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y l puede humillar a los que andan con soberbia. Daniel 4.34-37 Nabucodonosor nos dej este testimonio escrito para que no nos pase lo mismo que a l. Gracias, Nabucodonosor! Tienes alguna capacidad, algn don, alguna virtud? Hermosura o inteligencia? Tienes una buena familia? Cuidado! A quin le vas a dar la gloria? Toda le corresponde a l. 6) Dios es el nico legislador moral, y el hombre debe sujetarse a sus leyes Los legisladores establecen las leyes cvicas de una nacin. Pero existe un solo ser capaz de legislar en cuanto a la moral: Dios. El hombre muchas veces se confunde y se siente llamado a legislar. Cree que puede determinar lo que est bien y lo que est mal. Equivoca su rol. Es funcin de Dios, y slo de Dios, establecer las leyes morales. Al hombre le corresponde nicamente acatar y obedecer. Dios les prohibi a Adn y Eva comer del rbol del conocimiento del bien y del mal. El hombre no puede determinar por s mismo lo que est bien y lo que est mal. Eso le toca a Dios. Quin es el hombre para ocupar el lugar de Dios? Por ejemplo, Dios dice que "cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella" (Marcos 10.11). Quin es el hombre para decir alguna otra cosa? Dios ordena: "No fornicars," porque l ha establecido que la relacin sexual se d nicamente dentro del marco del matrimonio. "Qu tiene de malo?" puede argumentar alguien. "Si un hombre y una mujer quieren hacerlo y se piensan casar, por qu no? Para m no est mal." Quin es el hombre para decidir lo que est bien y lo que est mal? No es apropiado tomarse atribuciones que a uno no le corresponden. Si Dios dice que algo es malo, es malo. Y si l declara que es bueno, entonces es bueno. l manda a las casadas: "Estad sujetas a vuestros maridos" (Colosenses 3.18). Por qu? Acaso no somos iguales? Dios lo determina y as debe ser. En su afn por legislar sobre moral, el hombre ha ido tan lejos que dice: "Qu hay de malo en ser homosexual? Algunos han nacido con cuerpo de hombre pero con alma de mujer, y qu es ms importante, el alma o el cuerpo?" Este razonamiento parece lgico. Casi convence. Pero no nos toca a nosotros determinar entre el bien y el mal sino a Dios. Si el Seor ordena: "No hablars contra tu prjimo falso testimonio," (xodo 20.16) eso es final. No lo hagas jams en tu vida. No digas "para m no est mal." T no eres Dios, sino hombre. 7) Dios es el juez supremo, y todo hombre un da ser juzgado por l Un da tendremos que rendir cuentas ante Dios. "Est establecido para los hombres que mueran una sola vez, y despus de esto el juicio" (Hebreos 9.27). Y no se salvar nadie! Habr un juicio, y la Biblia dice que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Entonces los secretos de los hombres sern sacados a la luz por Dios. El hombre puede creerlo o no, pero habr un da de juicio final. Nadie podr decir: "Un momento, yo no cre en Dios en toda mi vida; no es justo que ahora se me juzgue." Toda lengua callar. Toda rodilla se doblar. Y todos compareceremos en aquel da. As lo ha establecido el soberano Seor del universo. Hay una palabra que resume en s estas siete caractersticas de Dios: Seor, en el hebreo Adonai, en el griego Kyrios. Sintetiza todo lo que Dios es: creador, sustentador, dueo, rey, fuente de todo bien, legislador, y juez. Si Dios es Seor, nosotros no podemos ser otra cosa que siervos. No somos dueos de nada. Estamos sujetos a obediencia, bajo su autoridad, y un da seremos juzgados por l. Satans les lanz a Adn y Eva una propuesta: "Seris como Dios" (Gnesis 3.5). La intencin era desubicar al hombre y llevarlo a sentarse en la silla de Dios, y a arrogarse atribuciones que no le correspondan. Y l codici ser como Dios. "Yo soy dueo de mi vida y de mis cosas; a m nadie me manda. Yo determino lo que est bien y lo que est mal." Cuidado! Quien desarrolla tal actitud est intentando sentarse en la silla de Dios. Jesucristo, en cambio, siendo Dios se hizo hombre. El creador tom forma de criatura. Dependi en todo del Padre. Siendo dueo de todo, se volvi pobre. El rey se hizo siervo, se sujet, obedeci hasta la muerte y muerte de cruz. Y a travs de su ejemplo nos ense a comportarnos. l se humill y Dios lo exalt hasta lo sumo. Orden que todos los seres del universo doblaran sus rodillas ante l, y confesaran que su hijo Jesucristo es el Seor (vase Filipenses 2.5-11). Ese Jess Seor es el mismo hoy. Y nosotros somos sus siervos. La voluntad del Padre es que doblemos nuestras rodillas ante l. Captulo 2 La ideologa que envenen a occidente
i OH, PROFUNDIDAD de las riquezas de la sabidura y de la ciencia de Dios! Cun insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque, quin entendi la mente del Seor? O quin fue su consejero? O quin le dio a l primero, para que le fuese recompensado? Porque de l, y por l, y para l son todas las cosas. A l sea la gloria por los siglos. Amn. As que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conformis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento, para que comprobis cul sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 11.33 12.2 Todas las cosas son de l, por l y para l. A fin de que slo l sea glorificado. El universo entero fue hecho por l. Es creador de todo cuanto existe y su sustentador; la fuente de todo bien. A l le pertenecen todas las cosas, sin ninguna excepcin. Todo es de l porque todo fue hecho por l y para l. A l sea la gloria eternamente! Como consecuencia de esta declaracin, el apstol les dice a los romanos (y el Espritu Santo nos lo dice a nosotros): "Ya que todo es de l, por l y para l, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios." Sacrificio vivo indica una entrega continua, permanente de nuestro cuerpo. Santo significa separado de, y separado para, consagrado. Algo santo es una cosa apartada para Dios, consagrada a l. Cuando habla de presentar el cuerpo incluye todo el ser. Nuestro cuerpo y la totalidad de nuestra persona han de ser continuamente entregados al Seor, continuamente apartados del pecado y del mundo, y continuamente consagrados a l porque todo es de l, por l y para l. A Dios le agrada que nos entreguemos a l en una accin constante, con todo lo que somos y tenemos. La traduccin literal de "vuestro culto racional" es "vuestro culto lgico." Si todo es de l, por l y para l, resulta lgico que permanentemente, momento tras momento, nos entreguemos a l y vivamos nicamente para su gloria. Culto no es lo que ofrecemos en el templo cuando alabamos y adoramos a Dios. Eso es slo una parte pequea, ya que son pocos los minutos que pasamos all. La mayor parte de nuestro tiempo lo vivimos fuera de las reuniones, y si todo es de l, por l y para l, lo lgico es que continuamente nos entreguemos a l. Luego viene una expresin negativa: "No os conformis a este siglo." Lo que significa: "No tomen las formas de este siglo, el estilo de este siglo, la manera de vivir de este siglo, el modo de pensar de este siglo, la forma de razonar de este siglo." Tiene que haber en nosotros una clara y enrgica actitud de renuncia, un definido NO! a las caractersticas de esta poca. La advertencia es clara: no se conformen, no se acomoden, no se parezcan, no tomen el estilo de vida la mentalidad la forma de hablar, la forma de comportarse, la forma de razonar, la forma de conducirse que tienen los hombres de hoy, porque ustedes son diferentes. Han conocido a Dios y l se les ha revelado. Por eso deben ser transformados. 34 Hombre eres y no Dios Conformarse es tomar las mismas formas que este mundo. Transformarse es desecharlas, cambiar de forma. La palabra clave es metamorfosis. Tiene que producirse una transformacin en nuestra vida, en nuestra conducta, en nuestra manera de ser, de actuar, de hablar, de sentir, de ver las cosas; un cambio total. Cmo? Pablo seala: "por medio de la renovacin de vuestro entendimiento." La mente juega un papel decisivo en nuestra manera de vivir y ser. Satans es el prncipe de las tinieblas. Andar en tinieblas significa vivir en ignorancia. Esto implica acomodamos al mundo, seguir la co- rriente, hacer como hacen todos, vivir como los dems, volvemos pasivos. Pablo declara enfti- camente: "Ustedes deben decir NO! a la forma de vivir de este siglo. Tienen que cambiar, trans- formarse por medio de la renovacin del enten- dimiento." Necesitamos entender la voluntad de Dios, el propsito de Dios, la verdad de Dios. Y es precisamente el or la verdad y conocerla ntimamente lo que nos libera de las formas de este mundo y nos transforma. Precisamos ser transformados para poder comprobar (la versin antigua lo traduce experimentar) "la buena voluntad de Dios." Tenemos que experimentar la voluntad de Dios, no la del diablo, no la de este siglo, sino aquella que nos es revelada por su verdad. Al conocerla, entenderla, creerla, abrazarla, hacerla nuestra, vivirla, proclamarla y ensearla a otros somos transformados y podemos experimentar, comprobar cul es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. No hay nada ms hermoso que vivir en la voluntad de Dios. Nada en esta tierra lo supera. Teniendo como referencia estas verdades absolutas de la palabra de Dios y la exhortacin del apstol a no conformarnos a este siglo, analicemos ahora las ideologas que envenenan nuestra sociedad occidental y "cristiana," y que lamentablemente an se infiltran en las iglesias. CORRIENTES IDEOLGICAS PREDOMINANTES El humanismo Hace aproximadamente quinientos aos hizo su aparicin en Europa, centro de occidente, un veneno mortal y muy sutil: el humanismo. Durante cuatro siglos y medio esta ideologa permaneci dentro del crculo de las lites intelectuales, en los niveles ms altos. Pero en los ltimos cincuenta arios este veneno se ha desparramado por todo occidente. Hoy ya no est circunscrito exclusivamente a las esferas intelectuales. Se ha esparcido a travs d toda la sociedad occidental. Los dos canales principales por medio de los cuales ha alcanzado difusin son los centros de educacin y los medios masivos de comunicacin. Cincuenta arios atrs pocas personas llegaban a cursar estudios secundarios. Tampoco eran muchos los que completaban la escuela primaria. Exista un gran nmero de analfabetos. La mayor parte de la gente concurra durante algunos aos a la escuela primaria, donde bsicamente aprenda a leer, escribir, sumar y restar y adquira algunas nociones generales de geografa, historia, etc. En los ltimos tiempos la enseanza media se ha popularizado. Tambin se est generalizando la enseanza terciaria y universitaria. Los conceptos filosficos lanzados por el humanismo a travs de los centros de educacin de nivel medio y terciario inculcan una filosofa totalmente anti- cristiana. Y eso es lo que hoy predomina en los principales centros educacionales. El segundo canal a travs del cual se ha desparramado el humanismo es an ms efectivo: los medios masivos de comunicacin (en especial la televisin). Ellos presentan este veneno no ya como ideologa sino como propuesta prctica. De tal modo que la mayor parte de los hombres del mundo occidental, an sin saber nada de humanismo a nivel ideolgico, se ha convertido en humanista a nivel prctico. Hoy en el pueblito ms lejano y en el rancho ms pobre hay un aparato de televisin. Y las propuestas del humanismo y del materialismo inundan las mentes y continan infectando cada poblacin. Los efectos que esto produce en la sociedad deberan preocuparnos: 1) Niega que Dios se haya revelado Si bien el humanismo no combate de frente la creencia en Dios, sin embargo sostiene lo si- guiente: Si Dios existe o no, no lo sabemos. Tam- poco podramos saberlo. Aun si existiera, nada cambiara, porque no se nos ha revelado con la suficiente claridad como para que podamos fun- damentar nuestra vida en l. El humanismo niega a nivel ideolgico lo que constituye la piedra fundamental de la fe cristiana: que Cristo es la revelacin de Dios. La realidad es que Dios se ha dado a conocer a todos los hombres slo a travs de su hijo Jesucristo. A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que est en el seno del Padre, l le ha dado a conocer. Juan 1.18 El humanismo niega esa revelacin de Dios en Jesucristo. Como ideologa, esto no ha trascendido demasiado, pero s en su propuesta prctica.
2) Coloca al hombre en el centro El trmino humanismo proviene de la palabra humano. Hasta hace unos siglos, en la sociedad occidental prevaleca la idea de que Dios constitua el centro de todas las cosas. El humanismo ha quitado a Dios del centro y ha colocado en su lugar al hombre. Hoy declara que todo es del hombre, por el hombre, y para el hombre. Seala que el ser humano es quien debe solucionar sus problemas por s mismo y no esperar ayuda de afuera. La concepcin actual del mundo occidental tiene al hombre como centro, como fin de todas las cosas. Por eso la vida del ser humano gira en torno a s mismo. Lamentablemente esta propuesta ha afectado tambin a la iglesia, y ms all de lo que imaginamos, pues muchas veces an invade el plpito sin que los predicadores siquiera se den cuenta. Hoy tenemos cristianos que en la teora declaran a Dios como el centro, el dueo de todo, pero que en la prctica son humanistas. Ellos ocupan el centro y todo gira a su alrededor. 3) Ha llevado a la iglesia a predicar un evangelio centrado en el hombre Segn Jess, debemos predicar el evangelio del reino de Dios, del gobierno de Dios. La- mentablemente en la mayor parte de occidente ha cundido un evangelio de ofertas en el que el hombre y sus necesidades constituyen el punto central: "Cristo te ofrece paz, felicidad, salvacin, vida eterna, sanidad, liberacin, prosperidad." Todo se enfoca pensando en el beneficio del hombre. Para muchos, Cristo ha llegado a ser su mejor adquisicin. Tienen lm- paras que les proporcionan luz. Un ventilador que los refresca en verano y un calefactor que los preserva del fro en invierno. Una cocina donde elaboran sus alimentos y una heladera para conservarlos. El panadero les hace el pan, el sastre la ropa, el tintorero les limpia los trajes, el plomero les arregla los desperfectos de las caeras de agua y gas. Y Cristo les da paz, los guarda, los sana, los protege, los gua, los ayuda! Es verdad que Cristo da paz, sana, salva, bendice y guarda. Pero la cuestin gira en torno a quin Constituye el centro de la vida. Nosotros o Cristo? En la prctica, para muchos Cristo es el siervo y ellos los seores. Le piden, y "el siervo" les da. La oracin puede llegar a ser nada ms que una forma de comunicacin entre el hombre (el seor) y Jess (su siervo). Le pedimos que nos guarde al salir de viaje, que proteja nuestra casa, que cuide de nuestra familia, que nos d salud, que nos prospere, que nos bendiga; Cristo es nuestro servidor. Y si nos llega a negar alguna cosa, 40 Hombre eres y no Dios hasta somos capaces de protestar y enojarnos! Algo se ha desfasado. Quin vive para quin? Cristo existe para m o yo existo para l? Pablo al momento de convertirse le dijo a Jess: "Kyrios, qu quieres que haga?" Esto es conversin: reconocerlo a l como Seor y considerarse a uno mismo como esclavo. Nuestra vida es para l, estarnos a su disposicin. Eso es lo que Dios demanda de nosotros a travs del evangelio del reino. Yo nac en un hogar cristiano en Haifa, Palestina, actualmente Israel. Desde nio concurr a las reuniones de la iglesia y a la Escuela Dominical. En mi casa siempre se ley la Biblia y se or. Escapando de la guerra rabe-israel llegamos a la Argentina en el ario 1948, cuando yo tena siete aos. Seguimos reunindonos aqu, tanto en la iglesia armenia como en congregaciones de los hermanos libres. Me convert a los quince arios en una campaa que dur seis meses. Tenamos reuniones todas las noches en una de las dos iglesias armenias. Un ario despus comenc a predicar, junto con un grupo de jvenes, en plazas, calles, crceles, hospitales. Tambin mnibus, tranvas y trenes. Siguieron siete u ocho aos de intensa actividad evangelstica. Realiza- mos muchas campaas. Recorrimos el pas. Presenci grandes cruzadas en estadios. Escuch a los predicadores ms famosos del mundo. Estudi cuatro arios en el Instituto Bblico de la Alianza Cristiana y Misionera. O y prediqu muchas veces el evangelio hasta la edad de veintisis aos. Pero en todo ese tiempo nunca escuch predicar el evangelio del reino de Dios. Ni siquiera saba lo que era el reino de Dios. En el seminario, en escatologa (materia que trata de los acontecimientos futuros) estudi algo acerca de l, pero sinceramente no entend demasiado. Porque en occidente el nico evangelio que se haba predicado hasta entonces era un evangelio de ofertas, que le hablaba al hombre sobre todos los beneficios de la salvacin sin presentarle juntamente las demandas del reino de Dios. Evangelio con el hombre y no Dios en el centro. Cmo agradecemos a Dios por el viento fresco de su Espritu que empez a soplar en Argentina a partir del ario 1967! Poco tiempo despus el Seor nos revel sus verdades en la Biblia, abri nuestros ojos por el Espritu Santo y nos llev a comprender el evangelio del 42 Hombre eres y no Dios reino de Dios, que presenta a Jesucristo como el Seor, como el centro de todo.
El racionalismo El humanismo gener otra corriente llamada racionalismo. El trmino proviene de la palabra razn. Al quitar a Dios del centro y poner al hombre, hubo que exaltar su razn, su intelecto. Se coloc entonces la razn por encima de la fe. Se relativizaron la fe y la revelacin de Dios. Se redujeron la grandeza y el poder de Dios. Se comenzaron a mirar las sagradas escrituras y las enseanzas apostlicas con ciertas reservas. El hombre creci y su razn se convirti en la corte suprema de apelaciones. La verdad estaba en lo que la razn del hombre deca. El racionalismo fue matando la fe en Dios, apagando el Espritu, creando escepticismo. Hoy tenemos muchos cristianos racionalistas, sin vida, sin poder, sin fe en un Dios vivo, presente, poderoso, que habla, que obra, que hace milagros, cuya revelacin y palabras siguen siendo vigentes y supremas. La razn ocup el lugar de la palabra de Dios. Y el hombre se consider a s mismo capaz de legislar en asuntos morales. En la actualidad occidente est dominado por el ra- cionalismo. Cada uno declara su verdad; determina qu est bien y qu est mal, qu es lo que se debe hacer y qu no. A causa de este racionalismo hay padres que aparecen por televisin diciendo: "Consideramos bueno que nuestra hija de diecisis arios mantenga relaciones sexuales con un amigo; eso forma parte de su desarrollo emocional y afectivo. Como padres, la instruimos para que sepa qu hacer y cmo cuidarse." El hombre dictamina qu es bueno y qu es malo. Poco tiempo atrs, en Inglaterra, se arrib a esta conclusin: "La familia ha muerto." Proclamar la muerte de la familia es ms daino para la sociedad que declarar la muerte de Dios, porque a Dios no se lo puede destruir, pero a la familia s. Hoy, a causa del racionalismo, los hogares se deshacen. Hombres jvenes, inteligentes, se plantean: "Para qu casarme? Puedo trabajar tranquilamente durante la semana y buscar una chica para los fines de semana. Si me gusta, sigo con ella. Si no, no tengo compromiso." Hoy el racionalismo aprueba la homosexualidad. La considera una opcin de vida legtima. Y seala: "Lo malo es ser homosexual y esconderlo. Hay que vivir abiertamente; no es vergenza ser homosexual." Ay de nuestros hijos en este siglo que termina y en el que viene! Todava no nos damos cuenta cabal de lo que ha sucedido en occidente en estos ltimos cincuenta arios. El veneno del racionalismo lo ha infectado todo. Se desparrama a travs de la televisin, que no realiza propuestas ideolgicas, no discute sobre religin, no presenta argumentos. Slo extiende propuestas prcticas: una vida como la de Hollywood, riquezas, fama, placer, sexo libre. Cualquier persona opina sobre cualquier tema. Sea un jugador de ftbol, un escritor, una actriz o un deportista, tiene acceso a decir lo que se le antoje, y su opinin pesa dentro de la sociedad.
El secularismo El humanismo ha dado origen an a otra corriente predominante en occidente: el secularismo. El trmino secularismo viene de la palabra sculo, que en latn significa siglo. Debido a su tradicin cristiana, occidente siempre haba tenido una visin global del hombre, de la vida, dela historia: Todo era de Dios y l era el centro de todas las cosas. Pero con el advenimiento del humanismo eso cambi. El secularismo propone una visin humana natural y racional de todas las cosas, un dualismo. Una divisin entre lo sagrado y lo secular. Tal divisin nunca haba existido antes porque se consideraba que Dios gobernaba sobre todas las cosas. Pero el secularismo hoy seala: "Si alguien quiere creer en Dios, est bien; es asunto suyo, de su intimidad personal." Se crea as en la vida del hombre un pequeo departamento, el "departamento religioso." A ese departamento pertenecen Dios, la fe, la oracin, el perdn de pecados, el ir a la iglesia, y algunas cositas ms. Ese es el terreno religioso. Y Dios tiene que ver exclusivamente con l. El resto de la vida, el resto de las actividades, es secular, pertenece a este siglo. "No mezclemos lo sagrado con lo secular." A este "sculo" pertenecen la economa, los negocios, las finanzas, la poltica, la sociedad, el gobierno, la familia, el sexo, la crianza de los hijos, las ciencias, las artes, el estudio, la educacin, la sociologa, la psicologa, etc., segn la concepcin del secularismo. Yo fui pastor durante varios arios antes de experimentar la renovacin del Espritu. En ese entonces nunca se me hubiera ocurrido predicar desde el plpito acerca del sexo. Cmo iba a hablar de eso! Sera mezclar lo profano con lo sagrado. Tampoco pens jams en ensear sobre el trabajo, sobre la administracin del dinero, sobre la economa, sobre el gobierno, la poltica, los estudios, el oficio, la profesin, la crianza de los hijos. Acerca de qu predicaba? Del cielo, del perdn de los pecados, de la oracin, de la iglesia. Los mensajes eran devocionales, de esos que no le hacen mal a nadie y s un poquito de bien a todos. De all no sala. Y lo mismo los dems pastores. Pero, bendito sea el Seor!, el Espritu Santo nos visit y abri nuestros ojos. Nos mostr el evangelio del reino. Por no entender sus principios existen tantos cristianos domingueros, aquellos que no mezclan a Dios con "su semana" ni con sus negocios. Cristianos religiosos, de una fe secreta, personal, reservada para los domingos. Y con una vida que manejan segn sus propios criterios, segn pautas seculares. Se ha reducido el evangelio a una dimensin mnima, y limitado a Dios al departamento espiritual. Sin embargo, la palabra de Dios declara: "porque de l, por l y para l son todas las cosas." Todas las cosas son de Dios, son por Dios y son para Dios. Ese es el evangelio del reino. Nuestra familia es de Dios, nuestra casa es de Dios, nuestro trabajo, nuestra empresa, nuestro dinero, nuestras finanzas, nuestra profesin, nuestros hijos, todo cuanto existe le pertenece. Por lo tanto, debemos devolverle a Dios todo lo que le corresponde. Vamos a escuchar predicar este evangelio por todas partes durante los prximos arios. "Y ser predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr el fin" (Mateo 24.14). Oiremos acerca de l en nuestra propia casa, en nuestro propio barrio, en nuestro propio pueblo o ciudad. En nuestra nacin y en todas las naciones del mundo. La palabra no puede fallar. Jesucristo lo ha anunciado y l lo har. "De Jehov es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en l habitan" (Salmo 24.1). El materialismo Hay una cuarta corriente tambin producida por el humanismo: el materialismo. En el hombre encontramos dos dimensiones: una material y otra espiritual. Ambas han sido creadas por Dios. El materialismo exalta la dimensin material del hombre por sobre la espiritual. A tal punto, que en la mayora de los casos lo espiritual queda relegado a un lugar mnimo, o absolutamente ignorado. Para el hombre moderno, lo importante es comer bien (los argentinos sabemos mucho de esto!), vestir bien, tener una buena casa y un buen automvil. Tambin se preocupa por su salud. Busca una buena cobertura mdica y asiste a clubes o gimnasios para mantener su estado fsico. Y procura alcanzar todo el confort moderno que la sociedad de consumo le pueda brindar. Realmente no hay nada de malo en comer o vestir bien. Tampoco en tener un buen auto o una buena casa. Ojal todos pudiramos! Pero lo malo es que lo material ocupe el primer lugar en nuestras vidas, y a veces el nico. El hombre llena su mente slo con lo material. Piensa en sus vacaciones, en la jubilacin, y hasta en adquirir una tumba en un cementerio jardn. Se preocupa an por el lugar donde ser enterrado despus de muerto. Tonto! Slo muestra inters por el cuerpo, que al final se va a pudrir y acabar comido por gusanos. Pero a lo espiritual no le dedica ni un pensamiento. La gente cada vez se concentra ms en el aspecto material. Muchos viven pendientes del cuerpo: la dieta, el peso, los alimentos de bajas caloras, la gimnasia. Se cuida la higiene del cuerpo y la limpieza de la casa. Tenemos jabones y champs de todas las marcas. Nos baamos, nos lavamos el pelo y le ponemos acondicionador. Y qu de lo que hay debajo del pelo? Cundo nos lavamos los pensamientos sucios? Comemos para alimentar el cuerpo. Pero nos olvidamos de que "no slo de pan vivir el hombre." En casa desayunamos, almorzamos y cenamos todos los das. Pero, hay comida espiritual con la misma frecuencia? Hoy encontramos muchos cristianos materialistas cuya primera preocupacin es el progreso econmico. Hasta se escucha predicar el evangelio de la prosperidad material! Y la propuesta de Jess dnde queda? Y qu del Sermn del Monte? El Seor nos ha dicho: Por tanto os digo: No os afanis por vuestra vida, qu comeris, ni por el cuerpo, qu vestiris. Porque todas esas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenis necesidad de estas cosas. Lucas 12.22,30 Y si l alimenta a las aves, y viste a las flores, no cuidar de nosotros? Dios sabe que necesi- tamos lo material. Su propuesta no es que nos volvamos hippies o abandonados. Quiere orde- nar nuestra vida. Por eso nos dice: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas. Mateo 6.33 No podemos ser cristianos tericos que viven un materialismo prctico. "No os conformis a este siglo." Es decir, no tomemos las caractersticas de este siglo. Nuestra primera preocupacin como individuos, como familias, como iglesia, como nacin tiene que ser el reino de Dios y su justicia. Lo otro vendr tambin, pero en segundo lugar. El hedonismo Quiero mencionar una corriente antigua hecha resurgir en occidente por el humanismo: el hedonismo. El trmino proviene de una palabra griega, hedon, que significa placer. Propone el placer como valor supremo de la vida. Puede adquirir dos distintas modalidades: un hedonismo inmoral o un hedonismo moral. El hedonismo inmoral seala que el placer es el valor supremo de la vida sin importar lo que se haga para obtenerlo. Sea que se incursione en adulterio, homosexualidad, drogas o sexo libre. Sea que se destruya la familia, que se provoque un divorcio o un aborto. Sea que se cometa un crimen, un robo, una estafa, un engao. Todo vale. Lo nico que importa es obtener placer. Y como en nuestra sociedad moderna se accede a muchas cosas por dinero, el dinero se constituye entonces en el medio a travs del cual se alcanza todo el placer posible. Hoy muchos se han enrolado en esta corriente de hedonismo inmoral. No les importa de Dios, ni de la religin, ni de las leyes de Dios, ni de la moral, ni de la tica. Slo cuenta el placer. Gracias a Dios, los cristianos estamos lejos de la prctica del hedonismo inmoral (aunque con deshonrosas excepciones). Pero existe un hedonismo moral, que tambin es peligroso. Muchas veces no lo detectamos por ser menos obvio. Este postula el placer como valor supremo de la vida, pero "sin pecar." Por eso tenemos cristianos egostas, individualistas, avaros, cmodos, que buscan su propio bienestar y placer y el de su familia, sin importarles nada de los dems. Se han colocado a s mismos en el centro, y procuran obtener todo lo que pueden para su propio placer, comodidad y bienestar. Muchos cristianos no miran hoy la avaricia como un pecado. Sin embargo, la Biblia declara que la avaricia es idolatra. Es egolatra, o sea colocar el ego en lugar de Dios. Por haber escuchado un evangelio de ofertas, algunos que eran hedonistas inmorales antes de convertirse, ahora se han transformado en hedonistas morales. Han dejado el adulterio, la fornicacin. Han desechado el divorcio, el aborto, la mentira, la estafa. Pero siguen siendo hedonistas. Viven la cultura del confort. Jess vino a predicar otra cosa: el evangelio del reino. Y l dijo: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo. Mateo 16.24 Necesitan dejar de ser el centro. Buscan comodidad, placer? "Tome su cruz" es la orden de Cristo. No hay mucho placer en una cruz. Todo lo contrario. "El discpulo no es ms que su maestro" (Mateo 10.24), declar Jess, y: "Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discpulo" (Lucas 14.33) Renunciar a cunto? A todo! Cierta vez le prediqu el evangelio del reino a un joven. l me dijo: - Pero Jesucristo pide mucho! - Creo que todava no has entendido le respond. Jesucristo no pide mucho; l pide TODO. Se puede ser un cristiano egosta, un cristiano avaro, un cristiano materialista, un cristiano hedonista? Segn Jess, NO. El que ama a padre o madre ms que a m, no es digno de m. Mateo 10.37 Si alguno... no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun tambin su propia vida, no puede ser mi discpulo. Lucas 14.26 Si yo, el Seor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros tambin debis lavaros los pies los unos a los otros. Juan 13.14 Si alguno quiere ser el primero, ser el postrero de todos y el servidor de todos. Marcos 9.35 Esto no tiene nada que ver con el hedonis- mo. Constituye la propuesta radical de Jess, el reino de Dios. NUESTRA RESPUESTA No nos conformemos a este siglo; la pro- puesta es engaosa. El humanismo parece muy bueno. El racionalismo resulta atractivo. El secularismo inteligente, el materialismo lgico y agradable el hedonismo. Pero todo no es ms que un burdo engao de Satans. No existe nada ms hermoso, ms agradable, ms maravilloso que vivir y experimentar la vo- luntad de Dios. Qu es mejor, guardar rencor o perdonar? Ser avaro o ayudar a los pobres? Ser servido o servir? Qu preciosa es la voluntad de Dios! Por eso Pablo exhorta: No os conformis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento, para que comprobis cul sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12.2 Para que esta transformacin se produzca son necesarias dos cosas: una, la renovacin de nuestro entendimiento, y la otra, el presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios.
Compromiso con el reino
DESPUS QUE JUAN fue encarcelado, Jess vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado: arrepentos, y creed en el evangelio. Andando junto al mar de Galilea, vio a Simn y a Andrs su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jess: Venid en pos de m, y har que seis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de all un poco ms adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, tambin ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llam; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le si- guieron. Marcos 1.14-20 Despus volvi a salir al mar; y toda la gente vena a l, y les enseaba. Y al pasar, vio a Lev hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos pblicos, y le dijo: Sgueme. Y levantndose, le sigui. Aconteci que estando Jess a la mesa en la casa de l, muchos publicanos y pecadores estaban tambin a la mesa juntamente con Jess y sus discpulos; porque haba muchos que le haban seguido. Marcos 2.13-15 Y llamando a la gente y a sus discpulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y sgame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder; y todo el que pierda su vida por causa de m y del evangelio, la salvar. Marcos 8.34,35 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Seor, te seguir adondequiera que vayas. Y le dijo Jess: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dnde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sgueme. l le dijo: Seor, djame que primero vaya y entierre a mi padre. Jess le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y t ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces tambin dijo otro: Te seguir, Seor; pero djame que me despida primero de los que estn en mi casa. Y Jess le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrs, es apto para el reino de Dios. Lucas 9.57-62 Grandes multitudes iban con l; y volvindose, les dijo: Si alguno viene a m, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun tambin su propia vida, no puede ser mi discpulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de m, no puede ser mi discpulo. Porque quin de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que despus que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de l, diciendo: Este hombre comenz a edificar, y no pudo acabar. O qu rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra l con veinte mil? Y si no puede, cuan- do el otro est todava lejos, le enva una embajada y le pide condiciones de paz. As pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discpulo. Lucas 14.25-33
EL EVANGELIO DELREINO DE DIOS Una de las cosas ms importantes que Dios ha hecho por nosotros en este movimiento de restauracin de la iglesia ha sido revelarnos el evangelio del reino de Dios. Anteriormente, segn el estilo generalizado dentro del mundo evanglico, predicbamos un evangelio de ofertas, una salvacin sin sujecin a Dios. Ofrecamos las bendiciones que Cristo da sin acompaarlas con las demandas del reino de Dios. Habamos ensanchado un poco la angosta puerta de salvacin, y en nuestro deseo de ayudar a los pecadores a entrar, habamos ampliado y facilitado el camino. Dios entonces abri nuestros ojos, nos mostr que la condi- cin bblica para experimentar la verdadera conversin es reconocer a Jesucristo como Seor, como Kyrios, como el dueo de nuestra vida, como la autoridad absoluta. Bien lo seal el apstol Pablo en Romanos 10.9: Si confesares con tu boca que Jess es el Seor, y creyeres en tu corazn que Dios le levant de los muertos, sers salvo. Cuando el carcelero de Filipos les pregunt a Pablo y Silas: " Que debo hacer para ser salvo?", Pablo inmediatamente le respondi: "Cree en ; el Seor [Kyrios] Jesucristo, y sers salvo." Los apstoles eran muy cuidadosos de presentar a Jesucristo como Seor. Recin cuando alguien confesaba su nombre y lo reconoca como Seor, lo consideraban salvo. Slo entonces Cristo se converta en su salvador. Los pasajes incluidos al principio del captulo ilustran la manera en que Jess predicaba el reino de Dios. l proclamaba a Dios como dueo de todo cuanto existe: los cielos, el mundo, los hombres, las familias. Lo declaraba rey universal. Al escuchar esa buena noticia los seres humanos deban arrepentirse, cambiar de actitud, entender que no eran dueos, de s mismos y dejar de manejar su propia vida para someterse a la autoridad de Jesucristo El mensaje ms corto del evangelio del reino que jams se haya escuchado dur apenas un segundo. Constaba de una sola palabra, y fue pronunciada por Jess. Se par delante de ciertas personas y le dijo a cada una: "Sgueme." Qu sermn tan breve! Pero en esa sola palabra estaba resumido y condensado todo el evangelio del reino. Esos hombres, que hasta entonces haban vivido a su antojo y haban hecho con sus vidas lo que les haba parecido, ante la autoridad de Cristo tuvieron que tomar una definicin: seguir y sujetarse definitivamente a Jess o rebelarse. Segn el evangelio del reino, conversin significa el reconocimiento de Cristo como Seor, la decisin de seguirlo sin ningn tipo de condicionamientos. Implica someterse totalmente a su autoridad, llevar su yugo sobre uno, transformarse en su discpulo, en un alumno, un aprendiz. Alguien que aspira a ser como Jess, manso y humilde de corazn. Conversin significa, segn lo expresara Cristo, negarse a uno mismo, salir del centro, tomar la cruz, renunciar a todo lo que uno posee y perder la vida. Cristo seal claramente: Todo el que quiera salvar su vida, la perder; y todo el que pierda su vida por causa de m y del evangelio, la salvar. Marcos 8.35 Para poder salvarse hay que perder la vida, hay que entregarlo todo, hay que renunciar a manejar uno las cosas. As se convirtieron Pedro y Andrs. Eran pescadores, y mientras pescaban Jess se par y les dijo: "Venid en pos de m, y os har pescadores de hombres" (Mateo 4.19). Seguramente no entendieron mucho. Pero comprendieron que tenan que dejar lo que estaban haciendo, seguir a Jess y ponerse a su disposicin completamente. Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, tambin recibieron este llamado. Mateo (o Lev) escuch un "sgueme", y dej lo suyo para ir en pos de Jess. l era cobrador de impuestos y abandon sus funciones. Al joven rico Cristo le dijo: "Vende lo que tienes y dalo a los pobres... y ven y sgueme" (Mateo 19.21). l no quiso. No se convirti porque decidi no sujetarse a la autoridad de Jesucristo. Conversin es entregarlo todo, renunciar a todo, someterse al Seor en todo y seguir a Jess. PORQU NOS PIDE TODO JESS? Porque todo es de l. l es el dueo. l nos hizo. Y a nuestros hijos tambin. La casa que tenemos no es nuestra, ni el auto, ni el tiempo, ni el cuerpo. Nada nos pertenece. Cuando l nos pide todo, no est demandando que le regalemos lo que es nuestro sino que le devolvamos lo que es suyo. Contraponiendo su propuesta a la del humanismo, que ha colocado al hombre en el centro, Jess exige: "Niguese a s mismo." Tenemos que renunciar a ocupar el centro. Tampoco nuestra familia puede ser central. Slo Jess. Porque todo es de l, todo es por l, y todo es para l. La nica forma de salvacin es a travs de la verdad. Y la gran verdad es que nosotros no somos dueos de nada, y l es el dueo de todo. Parecera que est llegando l ao del jubileo, cuando se le devuelve al antiguo dueo lo que le pertenece. Es el ario de la buena voluntad de Dios! Tenemos que predicar y vivir este evangelio. Cuando comprend estas realidades, hice un inventario de todo lo que tena y le dije a Dios: "Seor, dime lo que debo hacer con todo lo que tengo, porque en verdad es tuyo, y yo soy slo tu siervo." Cambi mi actitud ante la vida, ante las cosas, ante los planes y proyectos que tena. Finalmente me haba dado cuenta de que todo era de l. "Conoceris la verdad, y la verdad os har libres" (Juan 8.32). El Seor me dijo entonces: "Tienes mucha ropa en tu ropero y hay hermanos a los que les falta." Empec a regalar. Haba trabajado y ahorrado dinero durante diez arios, de los diecisis hasta los veintisis, y lo haba colocado en el negocio de mi pap. Yo era soltero. Viva en la casa de mis padres y no tena gastos. El Seor me dijo: "Quiero que me entregues todo el dinero que has ahorrado." Ha- bl con mi padre. l hizo la liquidacin de todo lo ahorrado, con sus intereses, y me lo dio. Yo entregu la totalidad a la tesorera de la iglesia. No era mo sino de l. Yo le preguntaba a Dios: "Seor, con quin me voy a casar ahora? Pobre la chica que me toque... no tengo un peso!" Un da el Seor me dijo: "Nunca me preguntaste si te tenas que casar..." Tambin eso? Pero yo siempre haba soado con casarme, tener una familia, hijos...! Me cost ms que entregar mi dinero. Luch un poco, pero lleg el momento en que le dije al Seor: "Tambin eso te entrego. Si es tu voluntad que me case, me casar. Si no, mi vida te pertenece. Slo quiero hacer tu voluntad." Despus de dos arios el Seor me autoriz a casarme y me mostr con quin. Pero primero tuve que pasar por .la entrega. El Seor pide todo para luego guiamos a su voluntad. l es el Seor. PARA QU NOS PIDE TODO? El por qu nos lleva a la causa, el para qu al propsito. Para qu entregamos todo? Algunos de los pasajes que inclu parecen un poco exagerados. Un muchacho se acerc a Jess y le dijo: "Seor, te seguir a donde quiera que vayas; dnde vives?" Jess le respondi: "las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos; mas el hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza." Seguirle significa estar dispuesto a no tener ni siquiera donde reclinar la cabeza. Jess continu su camino y vio a otro joven. Entonces le dijo: "Sgueme." El muchacho le contest: "Seor, me puedes esperar un poco? Tengo que enterrar primero a mi padre, y des- pus te seguir." Esto se puede interpretar de dos maneras: Una, que recin hubiera muerto su padre y como la ceremonia de sepultura duraba algunos das, que l estuviera pidiendo un poco de plazo para ir a enterrarlo. La otra, que el padre fuera muy viejito y el muchacho sintiera su responsabilidad con respecto a l. Como si dijera: "Seor, una vez que pap se muera, entonces te voy a seguir." Cualquiera sea el caso, la respuesta de Jess parece terrible. Le dijo al muchacho: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; y t ve y anuncia el reino de Dios." Por qu le pidi tanto Jess? Porque l es el Seor, el dueo, quien manda. Y si el dueo de ese joven, de su padre, de la muerte y de la vida, le dijo: "Deja que otros hagan ese trabajo," era porque otros podan realizarlo. Pero l tena que hacer lo que otros no podan: anunciar el reino de Dios. All estaba el para qu. A Andrs y a Simn, su hermano, les dijo: "Venid en pos de m y har que seis pescadores de hombres." Tenan que dejar sus redes; tenan que dejar su oficio. Por qu? Porque l era el Seor. Para qu? Para pescar hombres. Existe un para qu, un propsito. Para qu perder la vida? Para el avance del evangelio. Compromiso con el reino 67 Hay una urgencia mayor que la de enterrar a un padre. Hay una necesidad mayor que la de pescar. Lo verdaderamente importante no es nuestra propia vida nuestra propia familia, sino el cumplimiento del propsito de Dios. De lo dems se encarga l. Los hombres se hunden y es necesario ir en su rescate. Es urgente. La sociedad se pierde. Por eso es preciso entregar todo, aligerarnos del peso excesivo y quedar libres y disponibles para hacer lo que l nos indique. Y qu nos manda hacer? Anunciar el evangelio a toda criatura, "pescar hombres," salvar a los que se estn ahogando, a los que se estn hundiendo. Los individuos, las familias, la sociedad, la nacin nos necesitan.
DECLINACIN DE LA SOCIEDAD ACTUAL Durante los ltimos veinticinco a treinta arios, nuestras naciones han experimentado el ms grande descenso moral y espiritual registrado en su historia. En realidad, la sociedad occidental toda ha entrado en una declinacin. La corrupcin, la degradacin moral y espiritual ya haban comenzado en los pases del 68 Hombre eres y no Dios norte hace unos cincuenta aos. En Amrica latina se produjo algo despus. Pero en los ltimos veinticinco arios se ha vuelto evidente. La corrupcin es terrible, tanto a nivel del pueblo como del gobierno. Las familias experimentan una destruccin como nunca antes. El sexo libre se ha generalizado y vuelto aceptable. Presenciamos un avance arrasador de la droga, del SIDA, del crimen, de la violencia en las calles, del aborto, de los divorcios (ya legalizados en casi todos los pases), de los recasamientos, de la homosexualidad. Ya no se habla de matrimonio sino de pareja. La inseguridad ha aumentado en forma alarmante. Los nios son destruidos; los adolescentes animados e inducidos a una prctica sexual temprana. Se ha incrementado el nmero de chicos abandonados en las calles y de madres solteras. Adems, ni siquiera podemos imaginar todo lo que sucede detrs de las cosas aparentes o visibles. Nos encontramos ante una sociedad pos-cristiana en la que todava se celebran la Navidad y la Pascua, pero no por autntica espiritualidad sino por una conveniencia comercial. "Conviene" que haya Navidad. "Conviene" que se celebren las Pascuas. Se Compromiso con el reino 69 sigue sustentando la celebracin de esos das sin conviccin y sin fe; y sus sustentadores son el comercio y la industria. Hoy la tabla de valores se ha invertido. A lo malo se lo llama bueno y a lo bueno malo. No existen ideales. El materialismo y la sociedad de consumo han hecho estragos en todos los valores tradicionales que sostenan a la sociedad y casi los han destruido. La generacin actual marcha sin rumbo, sin caminos ciertos, sin esperanza, sin soluciones. En los padres se nota resignacin. Se cruzan de brazos, impotentes, ante esta degradacin, y no hacen nada. Slo acompaan ese estilo de vida, porque ponerse en contra de la sociedad moderna y de los hijos podra resultar peor. Hacia dnde vamos? La hora nos demanda con urgencia. La situacin se ha vuelto dramtica. De no ocurrir un cambio fundamental, dentro de veinticinco o treinta arios esta sociedad estar en una situacin de destruccin inimaginable para nosotros hoy. Con gran celeridad, lo que ocurre ya en los pases centrales comenzar a suceder tambin en los pases perifricos. Esta aceleracin impresionante se produce mayormente a causa de los medios de comunicacin. 70 Hombre eres y no Dios o UNA IGLESIA VOLCADA o HACIA AFUERA
Y nosotros como iglesia qu hacemos? El Espritu Santo nos est visitando en estos das. Siento que Jesucristo se para de nuevo delante de nosotros y nos dice: "Sgueme. Deja tus redes. Deja de preocuparte por ti mismo y de ser el centro de tu propia vida. Sgueme. Renuncia a todo lo que posees. Toma tu cruz. Dispnte a sufrir, a trabajar, a anunciar el evangelio. Haz del reino de Dios lo primero de tu vida. No te preocupes tanto por lo que come- rs y vestirs; el Padre sabe que lo necesitas y suplir todo lo que te haga falta. No te aflijas. Pero t v y anuncia el reino de Dios. Sea tu preocupacin principal salvar hombres. Pescar almas a travs de anunciarles el evangelio del reino de Dios." En general nuestras comunidades estn volcadas hacia adentro. Nuestro tiempo, nuestros ministerios, nuestros dones, nuestras actividades, nuestros programas, nuestros retiros, nuestras agendas, nuestra ocupaciones, en un 90 o 95 % de los casos apuntan hacia adentro. Y Dios hoy nos dice: Eso tiene que cambiar. Compromiso con el reino 71 Hay un mundo, una sociedad, que an no hemos tocado. Todos los avivamientos autnticos han impactado a su generacin y ala siguiente. Qu nos ha pasado a nosotros? Ni siquiera hemos impactado a nuestra propia generacin. Las verdades preciosas que recibimos acerca del reino, del seoro de-Cristo, del propsito eterno de Dios, del discipulado, de la familia, del carcter cristiano, de la formacin de vidas, han quedado escondidas en minsculos grupos dentro de nuestras comunidades. En realidad toda esa riqueza nos fue confiada para que anunciramos el reino de Dios a toda la nacin y a toda nuestra generacin. Algo fundamental tiene que cambiar en nuestra vida, en nuestro ministerio, y en nuestras comunidades. Basta de apuntar hacia adentro! La iglesia se est sirviendo a s misma, en tanto que debera estar aqu en la tierra con una misin: servir al mundo, ser el instrumento de Dios para la salvacin de los hombres. Jess nos pide todo para que quedemos libres y disponibles para l. Para que nos entreguemos a su servicio con todo lo que somos y tenemos. Si queremos evangelizar a nuestra generacin tenemos que entregarle todo al Seor. La 72 Hombre eres y no Dios vida, el tiempo, y hasta nuestro derecho al descanso. Necesitamos tomar la cruz, disponernos a sufrir, a trabajar para la extensin del reino de Dios. l debe poder contar con nuestra casa, nuestro dinero, nuestro auto, nuestra profesin, nuestros dones, nuestras capacidades. Con todo lo que somos y tenemos. Conoc en San Pablo, Brasil a un joven llamado Ulises. l haba heredado de su padre una pequea industria qumica que estaba en bancarrota. Le dijo al Seor: "Yo me har cargo de la qumica de mi padre, pero quiero que sea para tu reino. Todo lo que gane lo dar a tu reino, a tu causa." Tom aquella pequea qumica en quiebra y la empez a levantar. Se impuso a s mismo dos condiciones, que a la vez seran una seal: 1) Que una vez salido de las deudas, no comprara nada al fiado, sino al contado, porque a causa de las deudas se haba hundido su padre. 2) Que pagara todos los impuestos, porque entenda que un cristiano nunca debe decir que no se puede ganar con un negocio que paga los impuestos. El Seor lo prosper. Y l empez por darle al Seor el 0,1 % del total de su facturacin, Compromiso con el reino 73 cuando an estaba en quiebra. Pronto comen- z a subir el porcentaje y lleg al 1 %, no de las E ganancias sino del total de la facturacin. Hoy da el 10 % del total de la facturacin. Todos los meses entrega a la iglesia miles de dlares! Y Dios lo sigue prosperando! Algunos me preguntan: "Usted cree en la prosperidad del creyente?" S, claro que creo! La pregunta es para qu querernos prosperar. Para nosotros mismos o para Dios? A algunos Dios les dice: "Reduce tus horas de trabajo y srveme ms intensamente." A otros: "Mejora tu trabajo para servirme ms intensamente." Sea en un caso o en el otro, el Seor quiere que bajo cualquier circunstancia, llamamiento o vocacin, entreguemos todo lo que somos y tenemos al reino de Dios. Hay mucho por hacer. Ulises vive sencillamente, tiene una casa como la tuya o la ma. Tiene una esposa y tres hijos. Y da la mayor parte de sus ingresos para la obra del Seor. 74 Hombre eres y no Dios LOS OBJETIVOS DE DIOS PARA NUESTRA GENERACIN Cul es la voluntad de Dios con respecto a nuestra generacin? Precisamos conocer los objetivos que persigue Dios, y hacer de ellos nuestros objetivos. Bsicamente son cuatro: 1) Que todas las personas del mundo se conviertan en discpulos de Jess Toda la gente de todas las naciones. Jess nos orden: Id y haced discpulos a todas las naciones. Mateo 28.19 No dijo: en todas las naciones, sino a todas las naciones. No significa que todas las personas se vayan a convertir, pero ese tiene que ser nuestro objetivo. Tenemos el deber de predicar el evangelio del reino a toda criatura. Jess no nos dijo que convirtiramos a las personas en evanglicos. Dios no es evanglico. l nos mand a hacer discpulos. Y la nica forma de hacer discpulos es predicar el evangelio del reino, no un evangelio de ofertas. Compromiso con el reino 75 2) Que cada discpulo sea como Jess Hasta que todos lleguemos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (vase Efesios 4.13). Pablo declar: yo anuncio a Cristo "amonestando a todo hombre, y enseando a todo hombre en toda sabidura, a fin de presentar perfecto en Cristo Jess a todo hombre" (Colosenses 1.28). 3) Que todos los discpulos formemos en la tierra una verdadera hermandad. Sin divisiones, sin diferencias denominacionales. Una verdadera hermandad en cada barrio, en cada ciudad, en cada nacin, y aun en el mundo entero. Esto tiene que ver con la calidad de nuestras relaciones como hermanos. Implica la unidad de la iglesia, el amor, el servicio, la comunin. Para que todos sepan cmo es el pueblo de Dios. 4) Que la comunidad de Jesucristo sea factor de transformacin dentro de la sociedad. Dijo Jess: "Vosotros sois la sal de la tierra... vosotros sois la luz del mundo" (Mateo 5.13,14). Si el mundo se ha corrompido y se sigue co- rrompiendo ms es porque le falta sal. Anti- 76 Hombre eres y no Dios guamente la sal era el nico medio de conservar las carnes. Si el mundo est en tinieblas, y las tinieblas se vuelven cada vez ms densas, es a causa de que falta luz. Si en tu barrio hay oscuridad es porque las luces estn apagadas. La culpa no la tiene la oscuridad sino la luz que ha dejado de alumbrar. Nuestra sociedad est en oscuridad y los respon- sables somos nosotros. Tenemos que evangelizar a toda nuestra generacin. No debemos saltear ni a uno solo. Todos deben escuchar el evangelio; es una orden del Seor. Pero si cada uno est muy involucrado, preocupado, y enredado consigo mismo y con sus cosas, esta misin nunca se va a realizar. Jess nos envi a predicar el evangelio a toda criatura, y no podemos dejar a nadie afuera porque la orden es "a toda criatura." Es necesario alcanzar a todo el barrio. Cada persona tiene que or el evangelio del reino y decidir si se va a convertir o no. Nuestro estilo de vida y nuestra unidad como iglesia tiene que ser tal que anime a la gente a convertirse. Necesitan ver en nosotros que lo que predicamos es real. Evangelizar a toda nuestra ciu- dad, a todos los habitantes de nuestra nacin Compromiso con el reino 77 y del mundo es un mandato, y por tanto nuestra consigna. Como todos los mandamientos, esta no es una orden fra, insensible. Dios nunca nos da una carga ms pesada de la que podemos llevar. "Sus mandamientos no son gravosos" (l a Juan 5.3). Si l nos enva a predicar a toda criatura, a todo el mundo, es porque resulta posible hacerlo. Cada generacin de cristianos es responsable de evangelizar a toda su generacin. Y es posible! La iglesia primitiva en poco tiempo llen Jerusaln de la doctrina de Jesucristo. La gente ya casi haba quedado saturada de tanto escuchar el mensaje del evangelio. Y cuando el tiempo fue suficiente, Dios envi una persecucin que los desparram por todas partes. Porque era necesario qu no slo Jerusaln sino toda Judea, Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra fuesen evangelizados. Pablo declara en Romanos 15.19: Desde Jerusaln, y por los alrededores, hasta Ilrico [al norte de Grecia, cerca de Italia] todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Le result posible! Pablo fue a feso, capital de Asia Menor, y se encontr con doce semi- discpulos. Empez todo de nuevo con ellos. 78 Hombre eres y no Dios Puso un buen fundamento. Les predic el evangelio del reino, fueron bautizados y recibieron el Espritu Santo. Entonces, junto con ellos, comenz a trabajar intensamente. Se meti tres meses en la sinagoga. Predic el reino de Dios, el reino de Dios, el reino de Dios. Hasta que explot la bomba! El reino de Dios define las cosas. As que a los tres meses se arm un gran lo. Echaron a Pablo de la sinagoga y l sali con los discpulos y se meti en la escuela de uno llamado Tiranno. As continu por espacio de dos arios, de manera que todos los que habitaban en Asia, judos y griegos, oyeron la palabra del Seor Jess. Hechos 19.10 Todos? S, todos. Y aclara, por las dudas, tanto judos como griegos. Todos los habitantes de Asia oyeron el mensaje. Y Pablo no se haba movido de feso! feso era la capital de Asia Menor, centro de rutas, centro comercial, centro religioso, y estaba ubicada cerca del puerto. Toda Asia escuch. Porque Pablo predicaba el evangelio del reino, y los que respondan no se convertan en evanglicos sino en discpulos. Se entregaban totalmente. Las personas que estaban de paso se convertan y eran dis- Compromiso con el reino 79 cipuladas. Luego volvan a sus ciudades y predicaban. Por eso toda la regin de Asia Menor escuch la palabra de Dios. Es posible o no? Creemos que todo nuestro barrio puede ser evangelizado? Toda la ciudad? Toda la regin? Para eso hace falta que nos entreguemos totalmente al Seor. Que perdamos la vida por causa de Cristo y del evangelio para que muchos puedan ser salvos y conocer al Seor. TIEMPOS DE GUERRA Hermanos, estamos en tiempos de guerra. Hace unos arios el Seor me dio esta palabra: "No se puede vivir en tiempos de guerra como en tiempos de paz." Si nuestro pas hoy estuviera en guerra, cmo sera nuestra vida? Seguiramos comiendo, cocinando, limpiando la casa, trabajando, pero todo sera diferente. Estaramos comprometidos en la lucha en cada ciudad, en cada pueblo, en cada lugar. Se modificara nuestra manera de movernos, de actuar. Quizs nunca hemos vivido una guerra dentro de nuestro territorio, pero hay naciones que la han sufrido durante arios. Y algunas la experimentan continuamente. 80 Hombre eres y no Dios Hermano: Estamos en guerra! Y esto va a continuar hasta el final de nuestros das. Las vacaciones sern despus que Cristo venga. Entonces tendremos tiempo para descansar. Ahora no. Es momento de lucha y de trabajo. Qu caractersticas tiene esta guerra? Desde nio me ensearon que Satans nos presenta batalla y nosotros contamos con la armadura de Efesios 6 para protegernos. Yo pensaba que en la guerra debamos mantener una actitud defensiva. Pero he descubierto que en realidad Satans no quiere guerra; l quiere paz. Porque l controla al 95 ">/o de las personas. Tiene el dominio sobre la nacin. Ha introducido el humanismo en las universidades, en los centros educacionales. Controla los medios masivos de comunicacin, maneja las leyes, el comercio, las multinacionales, la mente de los hombres. l no quiere guerra! Si tiene dominio sobre todo! Satans es un defensor del status quo. Quiere que todo permanezca como est, ya que es l quien gobierna. Entonces, quin le va a declarar la guerra al diablo? Jesucristo ya se la ha declarado. Despus de morir y resucitar, Jess apareci a sus discpulos y como comandante general dio la orden de guerra: Compromiso con el reino 81 Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo; ensendoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo. Mateo 28.19,20 Satans tena el dominio sobre el mundo, pero Jess lo venci en la cruz y a travs de la resurreccin. Ahora la orden es guerra. Nosotros le declaramos la guerra a Satans. No una guerra defensiva, de proteccin, sino ofensiva. Tenemos que salir y anunciar el evangelio a toda criatura. Somos los participantes directos de una guerra ofensiva. Cmo hacer la guerra Hay dos formas, y se utilizan simultneamente. Una es la oracin y la otra la predicacin del evangelio. En una guerra espiritual, las armas deben ser espirituales. Jess nos ense a orar. Cuando habla de la armadura que tenemos que tomar, Pablo con- cluye su instruccin con esta frase: 82 Hombre eres y no Dios Orando en todo tiempo con toda oracin y splica en el Espritu, y velando en ello con toda perseverancia y splica por todos los santos. Efesios 6.18 No podemos distraernos. Esta guerra es per- manente, continua. No podemos vivir sin orar porque nuestra lucha no es contra personas sino contra principados y potestades espirituales. Una vez Vestidos con toda la armadura de Dios, tenemos que orar al Padre en el nombre de Jess, por medio del Espritu Santo. Debemos orar en todo tiempo. A travs de la oracin entramos en la guerra de forma indirecta. Oramos al Padre, y el Padre que_oye__ la oracin mandaa sus ngeles y arcngeles a librar batalla espiritual contra principados y potestades. Esto nos ensean los libros de Daniel y el Apocalipsis. Oramos a un Dios que responde la oracin. Pedimos que nuestra nacin sea visitada, oramos para que venga su reino, para que los ojos sean abiertos y el Seor traiga luz a los hombres que andan en tinieblas. Y el Seor contesta la oracin. Pero hay que orar en todo tiempo, y con toda oracin. Es decir, con toda clase de oracin. Tiene que haber accin de Compromiso con el reino 83 gracias, alabanza, amor a Dios, adoracin, in- tercesin, peticin, clamor, gemido, expresiones en lenguas, rendicin, guerra espiritual, proclama; toda clase de oraciones tiene que subir permanentemente delante de Dios. La televisin y otras distracciones Miramos mucha televisin. Apaguemos el televisor y vayamos a orar, que es ms importante. Satans, adems de contaminamos con la televisin, nos mantiene anestesiados, entretenidos, enajenados. Mientras que estamos en guerra, coloca un televisor para que los soldados nos quedemos en casa haciendo nada. Ni oramos, ni salimos a predicar. Hemos retrocedido en nuestra vida espiritual desde que ese "maldito" aparato ha entrado en nuestras casas. Perdernos el tiempo, en vezdeorar y leer la palabra. Gastamos ms horas mirando televisin que ocupados con el reino de Dios. Qu hay de malo en la televisin? Aun- \ que no tuviera nada de malo, nos entretiene, nos saca de la militancia y nos coloca fuera del combate. Y no slo la televisin sino muchas otras cosas que ocupan nuestra atencin, nuestro tiempo, que nos absorben. Que se convierten 84 Hombre eres y no Dios en pasin, en entretenimiento. "Donde est vuestro tesoro, all estar tambin vuestro corazn" (Mateo 6.21). Dnde est nuestro corazn? Qu es lo que ms deseamos? Ese es nuestro tesoro; aquello que consideramos como valor supremo. Debemos renunciar a todo y entregarnos a la oracin y a la predicacin de la palabra de Dios. Precisamos ordenar nuestro tiempo de oracin. Hacer cambios. Establecer un momento _ todos los das para orar. Disciplinarnos. Debe- mos tomar dominio sobre el cuerpo y no darle el gusto. El cuerpo nos tiene que obedecer, y _ _ _ no nosotros al cuerpo. Entregumonos en sa- crificio vivo, santo, agradable a Dios. Para entrar en esta guerra necesitamos apartar un tiempo para la oracin todos los das, y luego orar todo el da, velando, porque estamos en guerra. Pablo dice: "Orando en todo tiempo con toda oracin y splica por todos los santos; y por m." Para qu? Qu pide Pablo para todos los santos y qu pide para s mismo? Un apstol solicita oracin por si mismo? Todos somos necesitados. l explica: ... a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el Compromiso con el reino 85 misterio del evangelio.., que con denuedo hable de l, como debo hablar. Efesios 6.19,20 Oracin y evangelizacin. "Oren por m", dice Pablo, "para que cuando est delante de un pecador Dios me d justo la palabra que necesita; para que pueda dar a conocer el misterio del evangelio." Comunicar el evangelio no es cosa sencilla. Le hablamos a la gente y la gente no nos entiende. Les hablamos del amor de Dios y no lo alcanzan a comprender. Les hablamos del reino de Dios y no les queda claro. Tenemos que orar para que en el momento en que les prediquemos Dios nos d la palabra justa. Para comunicar el evangelio no podemos depender de nuestros conocimientos bblicos. Ni de nuestra experiencia. Porque cada persona es diferente. Cada persona est atada por una mentira distinta. Necesitamos que Dios nos d gracia y denuedo para dar a conocer el misterio del evangelio. Tenemos que predicarle a todo el barrio, a todos los compaeros de la facultad o de la escuela, a quienes trabajan con nosotros en la fbrica, en la oficina, etc. 86 Hombre eres y no Dios Oramos por todos ellos? Pablo insisti a su joven colega: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres. la Timoteo 2.1 Nuestra oraciones pueden ser especficas, con nombre y apellido, o genricas. Oremos todos los das: "Padre, que sea santificado tu nombre, que venga tu reino a mi barrio, a mi vecindario, a mi universidad, a mi fbrica, a mi comercio, al lugar donde trabajo, donde vivo, donde acto." Para eso es necesario que perdamos la vida por causa de Cristo y del evangelio. Sgueme Jess entreg su vida, toda su vida, hasta la ltima gota de sangre, por nosotros. l pide que le entreguemos toda nuestra vida, hasta la ltima gota de sangre si fuera necesario. Esto significa: "Seor, de aqu hasta que me muera, voy a vivir para ti. Voy a vivir slo para tu reino, para orar y predicar la palabra. Te entrego mi vida. Te entrego mi casa, mi tiempo, mi descanso, mis legtimos derechos, mis bienes, el dinero que tengo o pueda tener. Para que tu reino se acerque a todos los hombres." Compromiso con el reino 87 Cuando leo el Evangelio segn San Marcos me maravillo al ver que Jess se mova por las casas. A Mateo le dijo: "Sgueme", y l le sigui. Al poco tiempo Jess ya se haba metido en la casa de Mateo. Estams dispuestos a que Jess entre en nuestra casa? Con Jess entraron tambin los doce discpulos. Estamos dispuestos a que los doce discpulos se metan en nuestra casa? Pero detrs de los discpulos llegaron los publicanos y pecadores. Estamos dispuestos a que nuestra casa se llene de publicanos y pecadores? De quin es la casa despus de todo? Cuando Jess entraba a alguna casa, el lugar se colmaba. Estamos dispuestos a que nuestra casa se colme de gente, se rayen los muebles, se ensucie todo? En una casa donde entr Jess abrieron el techo para bajar una persona y ser sanada. Estamos dispuestos a entregarlo todo? Toma la decisin, delante de Dios, de vivir para servirlo hasta el ltimo instante de tu vida. Dile ahora a Jess: Seor, cuenta conmigo en la causa de tu reino. Amn.