Tennessee Williams - No Puedo Imaginar El Mañana

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No puedo imaginar el maana


Tennessee Williams

Personajes
UNO, una mujer
DOS, un hombre

Uno y Dos son, respectivamente, una mujer y un hombre, prximos a la mediana edad: cada uno el nico amigo del otro.
No hay paredes al set, que slo contiene algunos muebles (un sof, una silla, otra silla en el rellano de una escalera de
bajo porte, una lmpara de mesa y una mesita pequea como para jugar barajas) que se necesitan para la accin de la
obra. Hay un marco de puerta apartado y a la izquierda y al frente del escenario. La iluminacin de la obra es de un
suave azul de atardecer, con seguidores color mbar sobre los actores. El sof y las sillas deberan estar tapizados en satn,
de color pastel, tal vez rosa claro y turquesa. Junto a la mesa en el rellano de la escalera debera haber una maceta grande
con una palma o un helecho. La mujer, Uno, est parada al frente del escenario, cerca del marco de la puerta, con sus
brazos extendidos como si estuviera separando cortinas para mirar por una ventana. Viste una bata blanca de satn con
una mancha de vino. El hombre, Dos, aparece ante el marco de la puerta; la mujer se retira y se cubre el rostro con sus
manos. Dos levanta un brazo como si fuera a golpear a la puerta. Esta accin se repite dos o tres veces antes de que la
mujer cruce hacia el marco de la puerta y haga el gesto de abrirla.
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UNO: Oh, eres t.
DOS: S, soy yo.
UNO: Eso pens. [Hay un extrao y prolongado silencio, durante el cual ninguno de los dos se mueve.] Tienes
puesto tu traje de heladero. [Dos risas ante esto, turbadas.] Bien, no te quedes all como un muchachito
mensajero sin nada para entregar.
DOS: No me pediste que entrara.
UNO: Pasa, pasa-entra!
DOS [entrando]: Gracias. [Hay otra extraa pausa.] Mientras vena por el camino te vi en la ventana. Luego
corriste las cortinas.
UNO: Qu hay de malo en ello?
DOS: Tuve que golpear una y otra vez antes de que-abrieras la puerta.
UNO: S, casi la tiras abajo.
DOS: Me preguntaba si-
UNO: Si qu?
DOS: No queras-
UNO: Quera qu?
DOS: -verme esta-esta tarde.
UNO: Te veo todas las tardes. No habra tarde sin ti y el juego de cartas y las noticias de la TV.
DOS: Pero...
UNO: No est mejorando, verdad?
DOS: Qu?
UNO: Dije que no est mejorando para nada, tu dificultad para hablar.
DOS: Mejorar, es-temporario.
UNO: Ests seguro? Ya ha sido temporario por un largo tiempo. Cmo le hablas a tus estudiantes
de la Preparatoria, o en verdad no les dices nada, slo escribes en el pizarrn?

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DOS: No, yo-
UNO: Qu?
DOS: He estado intentando decrtelo. Hace cinco das desde que he cumplido con mis clases de la
preparatoria.
UNO: No me resulta raro. Eso pens. Pens que habas terminado.
DOS: Siempre hay-
UNO: Qu?
DOS: Algo que sucede, en tanto-
UNO: En tanto que sigamos con vida.
DOS: Hoy. Hoy s fui.
UNO: A la clnica?
DOS: S. All.
UNO: Qu les dijiste? Qu te dijeron?
DOS: Slo habl con la muchacha, la-
UNO: Recepcionista?
DOS: S, me dio un papel, una-
UNO: Una solicitud, un-
DOS: Cuestionario para-
UNO: Llenar?
DOS: Yo-yo tuve que informarles si-
UNO: S?
DOS: Haba tenido antes-
UNO: Psiquitrico?
DOS: Tratamiento, o estado- hospitalizado.
UNO: Y t?
DOS: Contest no a cada pregunta.
UNO: S?
DOS: No.
UNO [en forma impaciente]: S, lo s, contestaste que no.
DOS: Luego la recepcionista me dijo-
UNO: Qu te dijo?
DOS: Que ahora no haba una oportunidad para m, justo ahora, pero- que se me informara tan proto
como- uno de los-
UNO: Doctores?
DOS: T- terapista pudiera- acomodarme en su- horario.
UNO: Le dijiste que eras maestro y que la situacin era desesperante porque no puedes hablarles a
tus alumnos?
DOS: Era slo la recepcionista as que- no me met en eso. Pero puse en el, el-
UNO: Cuestionario?
DOS: Que slo haba una persona con la que- poda an hablar- un poco. Subray desesperadamente y
urgente.
[l hace una pausa. Avergonzado, voltea ligeramente.]

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UNO [Amablemente]: En esta luz mortecina, podras pasar por uno de tus estudiantes, con tu traje de
heladero, recin salido de la tintorera.
[Se se aparta de l.]
DOS: En mi camino hasta aqu, pas por un jardn, el parque de una casa, y sta estaba oscura y el
parque lleno de grullas blancas. Creo que haba por lo menos veinte grullas blancas pasendose
majestuosamente por el parque.
UNO: Oh? Y entonces?
DOS: Al principio cre que estaba viendo visiones.
UNO: Lo estabas. Estabas viendo grullas blancas.
DOS: Supongo que estaban de paso en su migracin ms al sur.
UNO: S, y se pararon en el parque de una casa oscura, quizs para elegir un nuevo lder porque el
viejo, el anterior, tom una direccin equivocada, un poco desorientado o perdiendo altura, aha? De
modo que se detuvieron en el parque de la casa oscura para modificar su plan de vuelo o slo para
sentir el frescor del pasto del atardecer bajo sus patas antes de continuar su viaje.
DOS: Es a slo una cuadra de aqu. No querras darte una vuelta y verlas?
UNO: No, la descripcin que has hecho de ellas es ms que suficiente, pero si t quieres volver y
echarles otro vistazo, hazlo, adelante. Creo que te aceptaran, con tu adorable traje blanco.
DOS: Hoy no vino la mucama?
UNO: Vino pero no pudo entrar, la puerta estaba con cerrojo.
DOS: Por qu?
UNO: No quera que estuviese fastidiando por la casa. Golpe y llam, y por fin desisti y- se fue...
DOS: Todo est como ayer por la tarde. Las cartas an sobre la mesa. An tienes puesta la bata blanca
con la mancha de vino.
UNO: He estado recostada desde anoche. No he subido. Acab el vino y me dorm en el sof. Oh.
Nada de cena esta anoche. Nada para m. Por cierto, entr en la cocina y abr el refrigerador, pero, la
visin y el olor de su contenido me hicieron sentir enferma. De modo que ve a la cocina y preprate un
sandwich o lo que se te antoje mientras reparto las cartas.
DOS: Preparar algo para los dos.
UNO: Oh, no, para ti slo! Me oyes? Y cmelo fuera de aqu, en la cocina. [l sale del rea iluminada.
Ella ambula de regreso a la ventana y aparta sus manos como si corriera las cortinas.] El Pas del Dragn, el pas
del dolor, es un pas inhabitado, no obstante. Cada uno que atraviesa ese pas enorme, yermo, tiene su
propio recorrido, para seguirlo solo. Si los habitantes, los exploradores del pas del dragn, miraran a su
alrededor, veran otros exploradores, pero en este pas de dolor perdurable pero insoportable cada uno
est tan absorbido, ensordecido, cegado por su propio viaje a travs de l, mira, busca, nadie ms
arrastrndose a travs de l. Est colina arriba, subiendo la montaa. El ascenso es muy escarpado: te
lleva a la cima de las Sierras desnudas.-No cruzar un pas donde ya no hay ms alternetivas. Me parar
al borde de las Sierras, me niego a ir ms all. -Cierta vez le acerca de una anciana esquimal que saba
que su tiempo haba llegado a su fin y pidi ser llevada lejos del hogar, del igl, y que la dejaran sola
sobre un bloque de hielo que se estaba separando del resto de un tmpano, de modo que pudiese irse
con la corriente, separada-de-todo...
[Dos regresa con un plato de sanwiches.] Regrsalo, regrsalo, o te voy a echar!
DOS: Me vas a-?
UNO: S, lo voy a hacer, te lo dije!
DOS: Si no vas a comer, yo tampoco lo har, no tengo hambre esta noche.
UNO: Yo no puedo!
DOS: Qu?

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UNO: Juega a las cartas. No puedo, no puedo. Lo siento, perdname, no puedo.
DOS: -Creo que t-
UNO: Qu?
DOS: -quieres que me vaya...
UNO: Adnde, adnde te iras?
DOS: Podra-irme a mi cuarto.
UNO: Dices que no tiene aire acondicionado, que no hay TV, que es tan pequeo que te sientes
sofocado all dentro.
DOS [con tristeza]: Hay una TV en el vestbulo del hotel.
UNO: Me dijiste que no puedes soportar el vestbulo del hotel, que est lleno de mujeres moribundas
que se arremolinan en torno a la TV como si obtuvieran su sangre y oxgeno del aparato. El vestbulo
de ese hotel, slo atravesarlo, su atmsfera se te penetra y t vienes aqu cargando con ella, vienes aqu
como un perro enfermo despus de pasar por ese vestbulo, est en tus ojos, en tu voz, tus, tus-
ademanes. Cuando golpeas a la puerta y yo te abro, tienes una mirada enferma, de terror, como si
pensaras que yo te cerrara la puerta en la cara. Tu, pobre y querido hombrecillo! [Ella repentinamente se
agarra de l con una inspiracin sollozante.] Yo ya no tengo fuerzas para intentar hacer que te salves de tu -
paralizante-depresin! Por que no paras de verte como un muchacho de mediana edad que est
perdido? Se me hace tan difcil hablarte con sinceridad! [Ella toma un fuerte aliento y lo empuja, voltendose
hacia la mesa.] Todas las tardes tienes una expresin de espanto, de culpa. Siempre digo, Oh, eres t, y
t siempre dices, S, soy yo. Y luego pones esa mueca dolorosa, falsa, enfermiza, poniendo tus ojos
en blanco, tus manos embutidas en tus bolsillos. Enseas en la escuela, pero nunca has salido de ella,
an ests en-los primeros grados de-la escuela primaria, o an en el kinder. Oh, eres t, s , soy yo. Oh,
por Dios, no puede haber otro saludo entre nosotros? Sera mejor que entraras y te sentaras a comer y
luego repartieras las cartas o encendieras la televisin. Pero, no. Tenemos que repetir el ritual, oh, eres
t, s, soy yo, nunca se dijo otra cosa, al menos algo que valga la pena decirse. Me forc en llevar
adelante cierto tipo de monlogo, con unas pocas interjecciones de parte tuya, tales como Mmmmm
o Mmm-hmmm. Y te digo cosas que te he dicho tan a menudo antes que estoy avergonzada de
repetirlas. Pero tengo que repetirlas o slo nos sentaramos juntos en un silencio insoportable, s,
intolerable. S, y en verano, dices, Est tan agradable y fresco aqu dentro, y en invierno comentas
Est tan agradable y clido aqu dentro. Oh, por Dios, por Dios... [Ella toma los hombros de l, presiona su
cabeza contra la espalda de l por un instante, luego lo aparta de s.]
DOS: Nunca fue fcil para m-
UNO: Hablar?
DOS: -Poner en palabras lo que creo y siento.
UNO: E incluso mirar a otra persona a los ojos?
DOS: S. Mirar a otra persona a los ojos, tambin.
UNO: Siempre miras un poco de lado, con expresin culpable. Qu te hace sentir culpable? Es
simplemente el estar vivo?
DOS: -Yo-
UNO: T?
DOS: -en verdad no lo s.
UNO: Toma este trozo de papel y este lpiz y escrbeme lo primero que te venga en mente. Rpido.
No te detengas a pensar. [Dos garabatea algo en el papel.] Bien. Djame ver lo que escribiste. Te amo y
tengo miedo. -De qu tienes miedo? Rpido. Escrbelo. [l vuelve a garabatear algo en el papel. Ella le
arrebata el papel.] Cambios. -Quieres decir cambios en ti mismo o en m, en circunstancias que puedan
afectar nuestras vidas? Rpido, escrbelo, no pienses. [l vuelve a escribir.] Todo. Todo. -S, bien, saba
eso de ti desde el comienzo. Ahora, yo lo har; escribir lo primero que me venga a la mente. El lpiz.

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Rpido! [Escribe rpidamente en la hoja de papel y la arroja hacia l al otro lado de la mesa de barajas.] Lelo, lelo
en voz alta.
DOS [leyendo en voz alta]: Si no existiese algo llamado tiempo, el paso del tiempo en el mundo en que
vivimos, podramos ser capaces de contar con que las cosas se mantuvieran iguales, pero el tiempo
comparte el mundo con nosotros y tiene una gran escoba y nos est barriendo del camino, ya sea que lo
enfrentemos o no.
UNO: Y bien? Por qu no dices algo? -Nada? Toma el lpiz y el papel, escribe cualquier cosa, algo,
rpido, no te detengas a pensar. [l escribe.] Te amo y tengo miedo. -Eso fue con lo que empezaste.
DOS: Me dijiste que no me detuviera a pensar.
[Ella se mueve para acariciar su cara a travs de la mesa. l toma su mano y la aprieta contra su boca, luego circunda la
mesa para besarla. Ella aferra la cabeza de l contra su cuerpo por un momento, luego lo aparta.]
UNO: Vuelve a sentarte dnde estabas. No hay camino de retorno hasta all, creme. [l deja caer su
cara entre sus manos.] -Ests llorando? [l sacude su cabeza.] Djame ver. Levanta la vista. [l deja caer su
rostro entre sus manos.] No parezcas tan torturado. -Comiste en la cocina? -No? -Entonces, detente en la
tienda de camino a tu funerario hotel y come un sandwich u otra cosa. Podra ser un buen cambio para
ti, mejor que nada. La gente necesita pequeos cambios ahora y siempre, y debe hacerlos o aceptarlos.
S que a ciertas personas les aterran los cambios, se cuelgan de las rutinas repetidas. Creo que les da un
sentido de estar protegidos. Pero la repeticin no genera seguridad, slo da ese sentimiento. No se
puede confiar en esa sensacin. Puede que todos los das camines por la misma calle y te sientas seguro
en ella, y entonces un da se hunde bajo tus pies y el cielo se ennegrece.
DOS: -Tenemos que-
UNO: Tenemos qu?
DOS: -intentar no-
UNO: Qu?
DOS: -ayudar a-
UNO: Qu?
DOS: -pensar en eso, es mejor-
UNO: Qu?
DOS: -sentirse-
UNO: Qu?
DOS: -protegido, aun cuando-
UNO: Qu?
DOS: -el sentimiento no sea digno de-
UNO: Qu?
DOS: -confianza.
UNO: Completaste una frase. No te result fcil, pero lo conseguiste. Ahora, por favor alcnzame un
vaso de agua para mis gotas. [Dos se aparta de la mesa hacia la zona de penumbra.]
DOS [A s mismo]: No puedo imaginarme el maana. [Regresa con un vaso con agua.] Te pongo las gotas
en el agua?
UNO: S. Gracias.
DOS: En la botellita dice cinco gotas.
UNO: Esta noche tendrn que ser ms.
DOS: Ests-
UNO: Qu?
DOS: -segura?

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UNO: Psame el vaso, la botellita. Lo har yo misma. [Dos cuenta las gotas en voz alta. Uno contina, l le
quita la botellita y la coloca sobre la mesa, fuera del rea iluminada.] De acuerdo, regresa, sintate. [l vuelve a la
mesa.] Te voy a contar un cuento. [Ella bebe el vaso de agua mientras habla.] -Es acerca de un hombre
pequeo. Bien? No te vas a sentar. [l toma asiento a la mesa.] -Un hombre pequeo lleg a la casa de la
Muerte y el guardin uniformado en la puerta le pregunt qu quera. l le respondi que quera la
Muerte. El guardin uniformado le dijo: sa es una orden muy grande de parte de un hombre pequeo
como t. El hombrecito dijo que s, que saba que era una orden muy grande, pero que era lo que l
quera. El guardin le solicit sus documentos. El nico documento que l tena era su acta de
nacimiento. El guardin mir la fecha en el certificado de nacimiento y dijo: Demasiado pronto, has
llegado demasiado temprano, regrsate montaa abajo y no vuelvas a subir por aqu hasta dentro de
veinte aos. El pequeo hombre comenz a llorar. Dijo: Si no me permites entrar hasta dentro de
veinte aos, aguardar veinte aos aqu, a las puertas, no puedo regresar montaa abajo. No tengo un
lugar all abajo. No tengo a nadie a quien visitar por las tardes, no tengo a nadie con quien conversar,
nadie con quien jugar a las cartas, no tengo a nadie, nadie. Pero el guardin se alej, le dio la espalda al
hombrecito y se alej, y el pequeo hombre, que tena miedo de hablar, comenz a gritar. Grito muy
fuertemente para ser un hombre pequeo, y la Muerte lo escuch y se aperson para ver a qu se deba
tal revuelo. El guardin de las puertas dijo que el pequeo hombre se haba adelantado veinte aos, y
que no quera deshacer el camino montaa abajo, y la Muerte dijo: S, comprendo, pero bajo ciertas
circunstancias, especialmente cuando se desgaitan gritando a las puertas, se los puede dejar entrar
antes, de modo que djalo entrar, cualquier cosa para parar este desorden. Bien? Qu te parece el
relato?
DOS: Es, uh-
UNO: Es uh qu?
DOS: T inventaste esa historia?
UNO: No. T la inventaste. Desde hace un buen tiempo que la has estado inventando. Ya es hora de
presentarla para su publicacin. No te parece?
DOS: Yo, uh-
UNO: Yo uh qu?
DOS: Hagamos-
UNO: Hagamos qu?
DOS: Esta noche t-
UNO: Esta noche yo qu?
DOS: -pareces-
UNO: Qu?
DOS: -no tan bien como t-
UNO: No tan bien como yo qu?
DOS: -no tan bien como, no tan bien como- [l estalla en un grito apagado, torturado.]
UNO: S. Lo s. Lo s. No comiste nada, no es as? No. De camino de regreso debes parar en la
tienda y comer algo en la fuente de sodas. Sirven toda clase de cosas all, y es un sitio popular. Incluso
hasta podras trabar amistad con alguien all. Cuando yo voy all por mis recetas, observo que
generalmente hay mucha gente comiendo all en la fuente de sodas. Los he odo platicando. Parecen
conocerse entre ellos. Es ms fcil relacionarse con alguien en una fuente de sodas que en una mesa de
restaurante porque ests sentado al lado de ellos, y las mesas de los restaurantes estn separadas. Y creo
que es importante que entables nuevas relaciones. Porque es posible que cierta tarde yo no te escuche
cuando golpeas a la puerta. Podra estar arriba y no querer bajar hasta la puerta cuando golpees, y en
esa- [Ella cierra sus ojos y aprieta sus dientes en un espasmo de dolor.] -en esa-posible-eventualidad-deberas-
tener-otras-amistades-para apoyarte, en ese caso, si sucede.
DOS: Creo que an ests dolorida, no es as?

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UNO: Si lo estoy, es mi dolor, no el tuyo, y tengo el derecho de no discutirlo, o no? Creo que una
persona dolorida tiene el privilegio de guardar su dolor. Pero intenta la tienda esta noche, y no vayas all
con cara larga, entra con una actitud radiante y sintate junto a alguien que parezca tener un aire
extrovertido con los dems. Di algo t primero, no esperes que te digan algo pues podran no hacerlo.
S que detestars hablar, pero a veces tienes que hacer cosas que te son difciles, as que entra all y
sintate en la fuente de sodas y toma un licuado y conversa, habla, abre tu boca, inclusive si slo la
abres para decir que viste un bho anoche, imitando tu voz desde una palmera. Por supuesto que no te
creern, pero eso puede conducir a una conversacin interesante.
DOS: Creo que lo que intentas decir es-
UNO: Lo que quiero decir es- que las cosas deben cambiar en la vida.
DOS: Los cambios no tienen que ser sbitos.
UNO: Es mucho ms sencillo aceptar los cambios cuando ya te has preparado para ellos. Por eso es
que mencion la fuente de sodas de la tienda.
DOS: Es demasiado luminosa y ruidosa y nunca podra entablar una amistad en una fuente de sodas
resplandeciente y ruidosa, no sabra cmo y tampoco quiero intentarlo.
UNO: Hasta hace un ao atrs-
DOS: Qu?
UNO: Qu estaba diciendo? Oh. Hasta hace un ao-
DOS: Qu?
UNO: No tiene importancia. Lo que fuera que estaba diciendo se escurri de mi cabeza.
DOS: Quieres que me esfume ahora?
UNO: Esfumarse es un modo de decir morirse. [Ella se incorpora en la silla.] He cambiado mis planes
para esta noche. Voy a subir, despus de todo. An los puedo poner en marcha si me tomo un tiempo y
me apoyo en la balaustrada. Puede subir hasta el rellano y descansar all por un rato y luego subir el
resto. Y en cuanto a ti, no olvides mi consejo de entablar algunas relaciones nuevas. No tiene por qu
ser en la fuente de sodas, puede ser en un bar. Di algo a alguien. se es mi consejo, pero puedo ver que
se desperdicia.
DOS: Una relacin no es un amigo.
UNO: Quin es un amigo? Libralo. Pero come algo en la tienda cuando regreses.
DOS: Te ayudo a subir antes de-
UNO: ltimamente he estado durmiendo aqu abajo en el sof. Las escaleras se me han hecho muy
empinadas. Pero esta noche creo que las subir. Primero trepar hasta el rellano y luego descansar all
antes de continuar. Hay una silla bastante cmoda en el rellano para poder descansar hasta que me
sienta capaz de subir el segundo tramo. [Ella sube tres o cuatro escalones hasta la plataforma y una silla.] S,
aqu puedo descansar por un momento.
DOS: Me quedar hasta que te hayas ido a tu cuarto. Luego me esfumar.
UNO: No, no esperes. Esfmate ahora. Me gusta hablar un poco conmigo misma antes de dormir.
DOS: No te debes dormir en el rellano, no puedes dormirte en el rellano.
UNO: Har lo que quiera hacer!
DOS: Lo siento, no tuve la intencin de decirte lo que-
UNO: Contina, esfmate ya. Asegura el pestillo de la puerta.
DOS: El pestillo est de la parte de adentro.
UNO: Oh. -S. Tienes razn. Eso cambia un poco mis planes, s, yo misma tendr que asegurar la
puerta.
DOS: No creo que debas quedarte aqu sola por la noche.
UNO: Esa es tu opinin, no la ma. Buenas noches, adelante, vete ya, la tarde ha sido un esfuerzo.

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DOS: Lo-siento, yo-siento como si hubieras perdido todo sentimiento hacia m...
UNO: Eso no es verdad. No te habra dejado entrar a la casa esta noche si an no te amara. Te am y
an te amo. Pero nos hemos adentrado en pases diferentes, t has ingresado en un pas extrao y yo lo
he hecho en otro.
DOS: Podra quedarme en el sof?
UNO: No, no, lo lamento, no. Te tienes que ir, ahora.
DOS: T eres-
UNO: Soy qu?
DOS: -mi vida: todo en ella; no hay nada ms. Ir a la clnica, regresar a la escuela, yo-
UNO: No lo hagas tan difcil para m.
DOS: Por favor! Djame quedar en el sof!
UNO: No.
DOS: Pero-
UNO: No, dije no! Abre la puerta, vete!
DOS: Cuando vuelva maana, me dejars-
UNO: Qu?
DOS: Entrar?
UNO: Si te vas ahora, s, pero si te-
DOS: Me voy ya. [Abre la puerta.] El aire est- el cielo est-
UNO: Cmo estn?
DOS: -extraamente ligeros esta noche. Como un agua superficial muy cristalina, como, como-
UNO: Los gallos cantarn toda la noche porque pensarn que el alba est prxima. Buenas noches.
Qu tengas una bonita caminata de regreso. Tal vez las grullas blancas an estn en el parque que
pasaste al venir. Qu descanses. Nunca dudes que me preocupo por ti, pero recuerda que vamos a
pases diferentes. [l cierra la puerta silenciosamente desde dentro y regresa al sof.]
UNO [a s misma]: Se fue-mejor sola. Es difcil porque l no tiene a nadie ms que yo, y yo a nadie ms
que a l, pero en el Pas del Dragn, dejas atrs a tu ltimo amigo y continas sola. -Oh-La puerta. -Sin
seguro-Sera mejor que bajara y la asegurase o la mucama entrar maana. Levntate, levntate, dije
arriba! [Se levanta con gran dificultad y desciende las escaleras, aferrada a la balaustrada. No ve a Dos en la mesita de
las barajas. Cruza hacia la puerta y pone el pestillo: luego va hacia el marco de la ventana y mira hacia afuera. Dos
levanta una carta como si se cubriera el rostro con ella. Ella voltea hacia el saln y ve al hombre junto al sof.] OH.-Te
quedaste, no te fuiste.-No puedo imaginarme el maana.-Aydame a regresar a las escaleras, por favor,
aydame a volver a mi silla del rellano.[l la toma mientras parece que ella se va a caer y la acompaa hasta el
rellano.] Djame descansar aqu, por favor. Me ir a mi cuarto en un rato, an cuando tenga que subir
arrastrndome el resto de las escaleras...
DOS: Djame ayudarte a subir ahora.
UNO: No. Aqu. Imposible-ms lejos-ahora mismo. [Ella se sienta en la silla del rellano.] Bien. Vuelve a
bajar.
DOS: Permteme-
UNO: No, no, regresa abajo, abajo, abajo!
DOS: -Yo-t-
UNO: Perdn. Tengo que estar sola aqu. [Dos regresa a la mesa de barajas.] Si me despierto y bajo
maana, no me sorprender encontrarte an aqu. Creo que siempre has querido quedarte en mi casa.
Bien, ahora es tu oportunidad, de modo que nete a la casa. Ya sabes dnde est todo: el aparato de
TV, los licores, el refrigerador, la recmara de abajo y el bao. Te dejo todas esas delicias. Me voy a
dormir en un minuto. Supongo que es posible que maana hagas tu mejor esfuerzo y cumplas con tus

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clases. Sin embargo, no apostara por ello. De todas formas, es probable que hayas sido reemplazado en
la Preparatoria. Puede que te hayan expulsado de la Preparatoria como a un estudiante-incorregible.
Slo que no se han molestado en notificrtelo, o has estado asustado para levantar el telfono para ver
si te han llamado al funerario hotel. No has querido siempre mudarte aqu? Siempre elogiaste tanto el
lugar, las tardes que venas del mortuorio hotel donde vives. Siempre me dices lo adorable que algo es,
el aire clido en invierno, el aire fresco en verano, el jardn con palmeras, incluso hasta el cielo, como si
ste perteneciera a la casa. De acuerdo, bien, te puedes quedar aqu si quieres. T no interferiras en mi
camino, ni yo en el tuyo. Despus de un par de das, apenas notaramos la presencia del otro. Sera
como si hablramos con nosotros mismos, o escuchar un pjaro o un grillo en algn sitio por all fuera.
Por supuesto tienes la alternativa de egresar a esa morgue llamada hotel, pero hay un lmite de tiempo,
un tiempo bastante limitado, para que te acepten all en tus presentes circunstancias. Probablemente ya
saben que ests sin trabajo. Bien, tales cosas le suceden a la gente, a todo el mundo, sin excepciones, el
corto lmite de tiempo se agota, corre para ellos y los deja en lo alto y secos-[Hay una pausa. Dos recoge las
cartas, las pone en su paquete. Entonces, Uno contina.] Si esta noche duermo bien, maana estar mejor, y si
an ests aqu, conduciremos o tomaremos un taxi hasta el mercado de alimentos y surtiremos el
refrigerador para ti, luego iremos a tu hotel y recogeremos tus cosas y pagaremos la cuenta de esa
horrible morgue. Despus qu? No puedo pensarlo. Quizs no es necesario pensar ms all de eso
ahora. Ya es bastante para pensar y planear el futuro. As que acomdate en casa. Toma un trago
afuera, en el panorama del prtico, disfruta del cielo, y el mar que pertenecen a la casa. Voy a seguirme
hasta arriba ahora. [Pero ella se vuelve a sentar.] No todava. Seguir subiendo es como escalar un pico de los
Alpes.
DOS: Qudate sentada un poco ms.
UNO: Est bien, slo un ratito ms...
DOS [suavemente, despus de una pausa]: Ya ests dormida? Ya ests dormida?
UNO: -No puedo imaginarme el maana.

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