El Trabajo en Tomás de Aquino
El Trabajo en Tomás de Aquino
El Trabajo en Tomás de Aquino
Trabajarle para la justificacin, de la que, si se aparta, queda a oscuras como se oscurece el aire
cuando desaparece la luz. Guardarle significara preservarle de toda corrupcin y de todo mal. La
segunda, que el hombre trabajara y custodiara el Paraso. Pero esto no sera penoso como lo es
despus de aquel pecado, sino que sera agradable para ejercitar una capacidad natural. La custodia
no sera contra invasores violentos, sino contra la tentacin al pecado, que le robara el Paraso.
Todo esto redundaba en bien del hombre. As, el Paraso estaba ordenado al bien del hombre. No al
revs S.T I q. 102 art. 3
Pero sabemos que el ser humano no tard en mostrarse infiel a Dios y como consecuencia del
pecado cometido por nuestros primeros padres, Dios maldice la tierra que el hombre trabaja (cfr. Gen
3, 17). Es interesante la distincin que sobre este pasaje ofrece Santo Toms: segn l la maldicin
divina va dirigida a la tierra, pero no en s misma, sino en cuanto que el hombre precisa de ella para
vivir1:
La bendicin o la maldicin pertenecen propiamente al ser que sea susceptible de que le
sobrevenga un bien o un mal, es decir, a la criatura racional. Pero tambin se dice que sobreviene un
bien o un mal a las criaturas irracionales en cuanto guardan relacin con la criatura racional, para la
cual existen. Estas se pueden relacionar de varias maneras: primera, a modo de ayuda, esto es, en
cuanto que por las criaturas irracionales se provee a la necesidad humana, y en este sentido el
Seor dijo al hombre, en Gn 2,17: Maldita sea la tierra que t trabajas, es decir, de modo que el
hombre sea castigado con la aridez de la tierra S.T II-II q. 76 art. 2
Por eso, despus del pecado, las espinas y los abrojos que nacen de la tierra harn que el trabajo
sea para el hombre spero, fatigoso e infructuoso. Aade algn caso ms en que Dios, buscando el
bien del hombre, bendice o maldice seres irracionales, siempre en relacin a la obediencia o
desobediencia por parte del ser humano.
2. Concepcin del trabajo manual
Santo Toms distingue entre trabajos manuales y trabajos intelectuales. Como ya se vio, pone por
encima a los intelectuales, sin embargo, muchas veces los manuales son necesarios.
El trabajo manual es definido textualmente como toda ocupacin que proporciona la posibilidad de
vivir lcitamente (S.T II-II q. 187 art. 3). Comprende, por consiguiente, cualquier oficio que lleva a
cabo el hombre y que le permite vivir lcitamente.
Cfr. S.Th., II-II, q.76, a.2, co.: Respondeo dicendum quod benedictio vel maledictio ad illam rem proprie
pertinet cui potest aliquid bene vel male contingere, scilicet rationali creaturae. Creaturis autem irrationalibus
bonum vel malum dicitur contingere in ordine ad creaturam rationalem, propter quam sunt. Ordinantur
autem ad eam multipliciter. Uno quidem modo, per modum subventionis, inquantum scilicet ex creaturis
irrationalibus subvenitur humanae necessitati. Et hoc modo dominus homini dixit, Gen. 3, maledicta terra in
opere tuo, ut scilicet per eius sterilitatem homo puniretur. Et ita etiam intelligitur quod habetur Deut. 28,
benedicta horrea tua, et infra, maledictum horreum tuum.
1
Ibid.: Et ideo ille qui habet unde licite vivere possit, non tenetur manibus operari. Qui autem non habet
unde alias vivat, vel nisi aliquo illicito negotio victum acquirat, tenetur manibus laborare.
3
De ah que el reposo tenga dos acepciones: 1) Una, como cese del obrar. 2) Otra, como cumplimiento del
deseo. En ambas acepciones se dice que Dios descans en el sptimo da. Primero, porque en el sptimo da
ces de su creacin de nuevas criaturas; pues ya no hizo nada que, de algn modo, no estuviera contenido
en lo hecho, tal como dijimos (a.1 ad 3). Segundo, en cuanto que no necesitaba lo creado, pues El es feliz
disfrutndose a S mismo.
De ah que, despus de la creacin de todas las cosas, no se diga: Descans en sus obras, como si las
necesitara para su felicidad; sino que se dice: Descans de sus obras, pero descans en s mismo, porque se
basta a s mismo y colma todos sus deseos. Y aun cuando descansara en s mismo desde la eternidad, sin
embargo, el hecho de descansar en s mismo despus de haber creado, esto pertenece al sptimo da. Este
es el sentido del descansar de sus obras, como dice Agustn en Super Gen. ad litt. S.T I art. 73 art. 2
Santo Toms entiende el ocio como espacio de descanso posterior al trabajo, como cuando dice:
El ocio, el juego y otras cosas que se refieren al descanso, son deleitables en cuanto quitan la tristeza que
resulta del trabajo
S.T I-II q. 32 art. 1
Pero reconoce que quedarse solo con esta definicin es empobrecer el ocio, pues, como seala Pieper, es
ante todo, lo que permite desarrollarse una verdadera e ntegra humanidad, la libertad, la verdadera
formacin, la consideracin del mundo como un todo El ocio y la vida intelectual.