Fennell Jan Saber Escuchar Al Perro PDF
Fennell Jan Saber Escuchar Al Perro PDF
Fennell Jan Saber Escuchar Al Perro PDF
de Monty Roberts
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2002).
Introduccin
britnica,
de la Crueldad
II
a los Animales".
de Animales
(N. d. T)
migo. Creo que entonces ya vea a los perros, igual que ahora, como
modelos de amor incondicional y absoluta lealtad, cualidades que son
difciles de encontrar en los seres humanos. La llegada de Shane a
nuestra familia slo haba confirmado mis sentimientos.
Adiestr a Shane con mi padre, segn la tcnica que pap haba
empleado l mismo de joven para educar a sus perros. Pap era un
hombre bondadoso, pero tambin estaba decidido a que el perro hiciera lo que se le ordenara. Si Shane haca algo mal, reciba un cachete
en la nariz o un azote en las nalgas. Pero yo tambin reciba un azote en
el trasero y pensaba que estaba bien, especialmente porque Shane era
una criatura extremadamente inteligente y pareca comprender lo que
. queramos. Todava puedo recordar el orgullo que yo senta alllevarlo
a los parques de Putney Heath y Wimbledon Common en el autobs
nmerp 74. Shane se sentaba a mi lado sin correa, comportndose
impecablemente todo el tiempo. Era un perro extraordinario.
Si algo funciona, seguimos hacindolo; como suele decirse, no se
remienda lo que no est roto. As que cuando cogimos a Purdey decid aplicad e el mismo mtodo que haba empleado con Shane, ensendole la diferencia entre lo que estaba bien y lo que no con una mezcla de amor, afecto, y fuerza, cuando era necesario.
Al principio este mtodo pareca funcionar tambin con Purdey. Se
comportaba bien y congeni fcilmente con la familia en Londres.
Los problemas empezaron cuando finalmente nos trasladamos a Lincolnshire aquel septiembre. Nuestro nuevo hogar no podra haber
ofrecido mayor contraste con el ruidoso y superpoblado Londres.
Vivamos en un pueblecito aislado. No haba farolas, los autobuses slo
pasaban dos veces por semana y haba que caminar seis kilmetros y
medio hasta la tienda ms prxima. Recuerdo que cuando era muy
pequea, me llevaron por primera vez al mar. Al vedo, hu de l despavorida corriendo colina arriba. Mi expresin de nia de tres aos fue
"muy muy gande" y, si ella hubiera podido hablar, estoy segura de que
es lo que hubiera dicho Purdey sobre su nuevo hogar. Todo pareca
"muy muy grande".
A poco de llegar, Purdey empez a comportarse de un modo que en
aquel momento cre extrao y no poco preocupante. Se iba corriendo
al campo y desapareca durante horas; luego regresaba habindoselo
pasado obviamente en grande en algn sitio. Tambin estaba hiperactiva y pareca que la mnima cosa o el ruido ms insignificante la ponan
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Introduccin
Reino Unido. Tambin est presente en otros pases. Entre sus diversas actividades, forma socorristas. Cuenta en la actualidad con ms de 47.000 voluntarios, la mitad de los cuales son jvenes
menores de 18 aos. (N. d. T)
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:J
Introduccin
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Captulo 1
Ellenguaje perdido
"Elperro es un
a humanidad ha perdido muchos secretos en el curso de su historia. Entre ellos se encuentra la verdadera naturaleza de nuestra
relacin con el perro. Como muchos millones de personas de todo el
mundo, siempre he sentido que existe una especial afinidad entre nuestras dos especies. Va ms all de la mera admiracin por las capacidades atlticas del perro, su inteligencia y su belleza. Hay en ello un
vnculo intangible, algo especial que nos conecta y que probablemente
ha existido desde los ms remotos comienzos.
Durante casi toda mi vida, esta sensacin se fundaba en poco ms
que el instinto, un acto de fe, si se quiere. Hoy, sin embargo, la relacin del ser humano con el perro es el tema de un creciente conjunto
de datos cientficos fascinantes. Tales pruebas indican que el perro no
es slo el mejor amigo del hombre, sino tambin el ms antiguo.
Segn las investigaciones ms actualizadas que he ledo, las historias
de las dos especies se entrelazaron desde hace mucho tiempo: 100.000
aos a. C. Fue entonces cuando el hombre moderno, el Homo sapiens,
apareci a partir de sus antepasados los neandertales en frica y en el
Oriente Prximo. Fue tambin por esta poca cuando el perro, Canis
jamiliaris, empez a evolucionar a partir de su antepasado, el 1000,
Canis lupus. Hayal parecer pocas dudas de que los dos acontecimientos estuvieron relacionados y de que el vnculo se estableci en los primeros intentos del hombre por domesticado. Por supuesto, nuestros
antepasados fueron incorporando otros animales a sus comunidades;
los ms destacados: la vaca, la oveja, el cerdo y la cabra. Pero el perro,
no fue slo la primera, sino, con gran diferencia, la adicin ms exito.
sa a nuestra familia extendida.
Hay pruebas convincentes que sugieren que nuestros antepasados
valoraron a sus perros por encima de casi todo lo que formaba parte de
17
El lenguaje
perdido
flechas de piedra. Por la noche, poda encontrar calor alIado del fuego
del hombre y alimento en forma de sobras de comida desechadas.
Apenas sorprende que el lobo se adaptara con tanta facilidad a la
domesticacin que estaba a punto de empezar. Introduciendo alIaba
en su vida domstica, el hombre cosechaba los beneficios de un repertorio de instintos superior. En pocas anteriores de su historia, la enorme nariz del hombre de Neandertalle haba proporcionado un potente
sentido del olfato; su descendiente se dara cuenta de que, integrando
en la caza al recin domesticado lobo, poda volver a explotar aquella facultad perdida. El perro se convirti en pieza esencial de la maquinaria de caza, ayudando a levantar, aislar y, caso de ser necesario,
acabar con la presa. Desde luego, adems de todo esto, el hombre disfrutaba de la compaa y la proteccin que el perro le brindaba dentro
del campamento.
Las dos especies se comprendieron instintiva y completamente. En
sus manadas separadas, tanto el hombre como el lobo saban que su
supervivencia dependa de la supervivencia de su comunidad. Cada elemento de esta comunidad tena un papel que desempear y lo asuma.
Nada ms natural que las mismas reglas fueran aplicadas en las manadas ampliadas. As, mientras los humanos se concentraban en tareas
como la recogida de combustible, la recoleccin de bayas, las reparaciones en las viviendas, y la cocina, el principal papel de los perros consista en salir con los cazadores para prestarles su vista y su odo.
Tambin desempearan un rol parecido una vez de vuelta en el campamento, actuando como primera lnea de defensa, rechazando a los
atacantes y avisando a los humanos de su llegada. El grado de comprensin entre el hombre y el perro estaba en su plenitud. Sin embargo, en los siglos que han pasado desde entonces, el vnculo se ha roto.
No es difcilver cmo las dos especieshan seguido caminos separados. En los siglos transcurridos desde que el hombre se ha convertido
en la fuerza dominante de la Tierra, ha moldeado al perro -y a muchos
otros animales- de acuerdo exclusivamente con las reglas de la sociedad humana. El hombre no tard mucho tiempo en descubrir que
poda ajustar, mejorar y especializar las capacidades de los perros aparendolos selectivamente con propsitos de cra. Ya en el ao 7000 a.
c., en el Creciente Frtil de Mesopotamia, por ejemplo, alguien apreci las impresionantes capacidades para la caza del lobo del desierto de
Arabia, una variedad ms ligera y rpida que su pariente del norte.
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En poca de Carlos TI de Inglaterra (1660-1685), la idea haba llegado hasta este pas, donde el English toy spaniel (Spaniel enano
ingls) evolucion cruzando ejemplares de Setter cada vez ms pequeos. Con el tiempo, estos minsculos perros de caza fueron mimados
por sus pudientes amos y cruzados con razas de perros enanos trados
de Oriente. La historia de la raza todava es apreciable hoy da en los
caractersticos rasgos de la cara achatada del King Charles spaniel
(Spaniel rey Carlos). ste fue, en mi opinin, un momento transcendental de la historia de la relacin del hombre con el perro. Para el
perro nada haba cambiado, pero para su ex-compaero, la relacin era
enteramente nueva. El perro haba dejado de tener una funcin ms
all de la meramente decorativa. Era un preludio de lo que se avecinaba.
Hoy da, son escassimos los ejemplos de la antigua relacin que
hombre y perro disfrutaron. Nos vienen enseguida a la mente los perros de trabajo, como los de caza, polica o granja, aparte de los perros
gua que ya he mencionado. No obstante, son las rarsimas excepciones. En general, hoy tenemos una cultura y una sociedad en la cual
no se ha concedido consideracin al lugar del perro. La antigua lealtad ha sido olvidada. Nuestra confianza ha llegado a dar asco y con
ello la comprensin instintiva que compartieron las dos especies se ha
perdido.
De nuevo, es fcil ver por qu ha habido un fallo en las comunicaciones: las pequeas comunidades en las cuales comenz nuestra historia han sido reemplazadas por una sociedad enorme y homognea,
una aldea global. Nuestras vidas en las grandes ciudades nos han
hecho annimos, y no reconocemos a la gente que nos rodea. Si nos
hemos divorciado de,las necesidades de nuestros prjimos humanos,
con los perros hemos perdido completamente el contacto. Como nosotros hemos aprendido a abordar todo lo que te1).emosque afrontar en
nuestra sociedad, simplemente hemos supuesto que nuestros perros
han hecho lo mismo:; La verdad es que no. Hoy, el concepto que el
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hombre tiene del papel del perro y la idea que el perro tiene de su posicin estn completamente enfrentadas. Pretendemos que esta sola especie se atenga a nuestras normas de comportamiento, que viva segn
reglas que nunca impondramos a otro animal; una oveja o una vaca,
pongamos por caso. Hasta a los gatos se les permite que se rasquen
solos. Slo a los perros se les dice que no pueden hacer lo que quieran.
Es irnico -y en mi opinin, trgico- que del milln y medio de
especies conocidas de este planeta, la nica dotada de suficiente inteligencia para apreciar la belleza de otros seres no sepa respetar a los
perros por lo que son. En consecuencia, el excepcional entendimiento
que existi entre nosotros y nuestros antiguos mejores amigos casi ha
desaparecido. No es de extraar que haya actualmente ms problemas
con los perros que nunca.
Por supuesto que hay mucha gente que vive perfectamente feliz con
sus perros. El antiguo vnculo sobrevive puro en alguna parte de nuestro interior. Ningn otro animal evoca el mismo conjunto de emociones o sirve de base para relaciones de tanta ternura. Pero sigue siendo
un hecho que la gente actual que vive en armona con sus perros ha llegado a esta situacin por un accidente feliz ms que a travs del conocimiento. Nuestra conciencia del lenguaje instintivo, sin palabras, que
compartimos con nuestros perros se ha perdido.
Durante la ltima dcada, he intentado superar esta divisin, restablecer aquel vnculo que exista entre hombre y perro. Mi bsqueda de
este medio de comunicacin perdido ha sido larga y a veces frustrante.
. Pero al final ha sido la empresa ms gratificante y emocionante que
haya emprendido jams.
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Captulo 2
Una vida rodeada de perros
tancia de comenzar con algo muy ligero. La idea era ensear a la perra
a que mordiera "suavemente" los objetos que cobrara.
Decidimos usar uno de los antiguos baberos de Ellie, al que hicimos un
nudo. Una maana sacamos a Kelpie al aire libre, lanzamos el babero y
esperamos que nos lo trajera. Nos emocion mucho cuando ella dio un
brinco y fue a recoger el babero, pero nuestras expresiones pronto cambiaron cuando pas corriendo por nuestro lado y se meti en casa.
Recuerdo a mi marido dirigindome una mirada perpleja: "Y ahora, qu
dice el libro que tenemos que hacer?", pregunt. En aquel momento creo
que todos nos partimos de risa. Cometimos un montn de errores con
Kelpie, pero tambin nos divertimos mucho. Siempre que hoy se me sube
a la cabeza mi talento o me siento demasiado segura sobre la capacidad
que tengo de controlar a los perros, me acuerdo de aquel momento.
Pero Kelpie era, al fin y al cabo, la perra de mi marido. Yo estaba tan
encantada con ella y con lo bien que haba encajado en nuestra vida que
poco despus decid tener mi propia perra. Me haba enamorado sin
remedio de la raza Spaniel y compr una cachorrita de nueve semanas,
una Springer spaniel con linaje de campeones. La llam Lady, por la
perra imaginaria que haba tenido de nia.
Estaba menos interesada en la caza que en la crianza de perros y en
las exposiciones caninas. Lady fue quien me inici en ese fascinante
mundo. A mediados de la dcada de 1970, vlajaba con ella a exposiciones por todo el pas. Era una perra encantadora y tena mucho xito
con los jueces adondequiera que bamos. En 1976, Lady se haba clasificado para la exposicin canina ms prestigiosa, la de Cruft's, en
Londres. El da que viajamos hasta el famoso centro de exposiciones
Olympia fue un momento que me llen de orgullo.
Encontr el mundo de las exposiciones caninas gratificante y extraordinariamente divertido. Ante todo, era una gran red social, una
forma de conocer gente que comparta los mismos gustos. Dos de los
mejores amigos que hice fueron Bert y Gwen Green, una pareja bien
conocida en el mundillo, cuya lnea de perros, con el afijo Springfayre,
era enormemente popular. Bert y Gwen conocan mi inters por iniciarme en la cra de perros. Fueron ellos quienes me regalaron a
Donna, una perra de tres aos, que era la abuela de Lady. Donna tena
todo lo necesario para ser una buena perra de base y me ayud a empezar mi propia lnea de cra. Pronto me haba dado mi primera camada,
y me qued uno de los siete perros, al que llam Chrissy.
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Green. Recuerdo que sola decirme: "Dudo que le hagas ningn bien
a la raza; pero no le hagas ningn dao". Con esta frase quera decir
que tenamos la responsabilidad de mantenemos fieles a los principios
de la fraternidad de criadores de perros.
Para m, criar perros conllevaba su propia serie de responsabilidades,
en especial porque casi todos los pocos perros que cri iban encontrando acomodo, con todas las precauciones debidas, en hogares de
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Monty no saba que Ginger Rogers se encontraba detrs de l. Mientras hablaba, ella empez a cabecear lentamente, casi sarcsticamente,
como si asintiera a lo que estaba diciendo. Todo el mundo se parta de
rIsa.
Por supuesto, cuando Monty se dio la vuelta, Ginger se detuvo. Pero
en cuanto se volvi para dar la cara al pblico, ella volvi a comenzar.
Wendy y yo nos dirigimos una mirada de complicidad. Estoy segura de
que las dos estbamos pensando lo mismo: se est enfrentando con ms
de lo que puede soportar. Mientras Monty recoga una cincha y
comenzaba con los prolegmenos de su nmero, nos sentamos esperando que se armara la marimorena.
Precisamente veintitrs minutos y medio ms tarde, estbamos listas
para tragamos nuestras palabras. Ese fue el tiempo que tard Monty
no slo en tranquilizar a Ginger, sino tambin en que aceptase un jinete, y en que controlase con facilidad a una yegua que sabamos con total
certeza que no haba sido nunca ni ensillada ni montada en su vida.
Wendy y yo nos sentamos all en un atnito silencio. Cualquiera que
nos viera aquel da habra visto la incredulidad reflejada en nuestras
caras.Nos quedamosen un estado de shockdurante mucho tiempo despus. Hablamos sobre ello durante das y das. Wendy, que haba
hablado con Monty despus de su maravillosa demostracin, incluso
construy una rplica del corral circular de marca registrada de Monty
Roberts y empez a aplicar sus consejos.
Para m tambin era como si se hubiera encendido una luz. Haba
muchas cosas que me haban calado muy hondo. La tcnica de Monty,
como sabe hoy todo el mundo, consiste en conectar -"unirse", como l
dice- con el caballo. El tiempo que pasa en el corral circular lo emplea
estableciendo una compenetracin con el caballo, comunicndose de
hecho en el propio lenguaje del animal. Su mtodo se basa en el trabajo de una vida con los caballos y, an ms importante, en observados
en su ambiente natural. Lo ms impresionante de todo es que en su
mtodo no hay lugar para el dolor ni el miedo. Cree que si no pones al
animal de tu parte, cualquier cosa que hagas ser como una violacin,
que estars imponiendo tu voluntad a un ser reacio a aceptada. Y el
hecho de que l estuviera logrando hacer las cosas de modo distinto lo
mostraba claramente la manera en que se ganaba la confianza del caballo. Daba mucha importancia, por ejemplo, al hecho de que pudiera
tocar al caballo en su rea ms vulnerable, las ijadas. Aquel da, mien3
tras le vea trabajando al unsono con el caballo, mirando y escuchando lo que el animal le estaba indicando, pens: "Ha dado con ello".
Haba conectado con el caballo hasta tal extremo que ste le dejaba
hacer lo que quisiera. Y no haba en ello ninguna imposicin, ni violencia, ni presin: el caballo estaba hacindolo por voluntad propia.
Pens: "Cmo demonios puedo hacer esto con los perros?". Estaba
convencida de que deba ser posible dado que lqS' perros son como
nosotros cazadores-cobradores con quienes tenemos una conexin
mucho mayor histricamente. La pregunta del milln era: CMO?
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Captulo 3
Escuchar y aprender
Escuchar
y aprender
a Sasha al veterinario para ponede una inyeccin, cada vez que ella volva a casa, inmediatamente ejecutaba esta representacin. Yo no saba
cmo llamado en aquella poca, pero ahora dira que era un saludo
ritualizado. Lama mucho las caras de los dems perros con las orejas
recogidas hacia atrs: siempre suceda lo mismo.
Al principio no consegua aclararme. En el caso de Sasha, no saba si
atribuido a exuberancia juvenil, al hecho de ser nueva en el grupo o a
alguna costumbre que ella haba aprendido antes de llegar a mi casa.
Mortunadamente la inspiracin que Sasha me proporcionaba no quedaba limitada a sus acciones. En su aspecto me recordaba mucho a un
lobo. Haba ledo algo sobre manadas de lobos en el pasado; pero ella
me hizo examinado ms atentamente.
Saqu algunos vdeos sobre lobos, dingos y perros salvajes y qued
impresionada cuando vi inmediatamente este mismo tipo de comportamiento. Me fascin ver que, situacin tras situacin, ellos tambin
realizaban este mismo saludo ritualizado. Estaba segura de que era algo
que tena que ver con la posicin social. Esa intuicin fue consolidndose a medida que investigaba ms sobre la dinmica de la manada de
lobos, una comunidad en la que todo gira en torno a los lderes, o pareja Alfa.
Analizar la pareja Alfa con mayor detenimiento ms adelante. Por
ahora explicar simplemente que los dos lobos AlEason los ms fuertes, sanos, inteligentes y experimentados de la manada. Su posicin
social se mantiene por el hecho de que son los nicos miembros de la
manada que se reproducen, asegurando as que slo sobrevivan los
genes ms saludables. El punto clave aqu es que la pareja Alfa domina
y dicta cada aspecto de la vida de la manada. El resto de la manada
acepta el gobierno de la pareja Alfa y se someten a ellos sin cuestionar
nada. Por debajo de la pareja lder, cada subordinado se conforma con
conocer su propia posicin y funcin vital dentro de esta jerarqua.
Viendo documentales de lobos, era obvio que los saludos rituales
que estaba contemplando estaban todos relacionados con los lobos que
eran, al parecer, la pareja Alfa. Los lobos que parecan ser los que mandaban no laman las caras de los dems lobos; todos los dems les laman a ellos la cara. Estos lametones eran tambin de naturaleza muy
concreta: eran casi frenticos y se centraban en la cara. Haba otros
indicios tambin en el lenguaje corporal. Los Alfas tenan un mayor
nivel de confianza, una superior altivez y mantenan un porte distinto;
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Escuchar y aprender
lo ms notable era que llevaban la cola mucho ms alta que los dems.
Los subordinados tambin emitan sus seales. Algunos simplemente
colocaban el cuerpo por debajo de sus lderes. Otros, se supone que los
subordinados ms jvenes y de menor rango, ni siquiera se adelantaban
tanto, simplemente se quedaban atrs. Era como si slo ciertos lobos
tuvieran derecho a lamer al lder, y otros no.
De nuevo, enseguida me di cuenta de que ya lo haba visto antes. La
Duquesa, mi perra Donna, se comportaba exactamente de la misma
forma autoritaria. Pero fue cuando volv a estudiar a mi manada cuando las semejanzas se hicieron realmente obvias. Inmediatamente empec a ver de nuevo lo mismo. Observ que era como si hubiera reyes,
caballeros y siervos. Estaba claro que los perros de menor nivel eran
colocados en su sitio por quienes estaban por encima de ellos, exactamente igual que dentro de la manada de lobos. Nunca haba establecido esta relacin. De repente, me di cuenta de que los perros eran
iguales. Represent para m un gran avance.
Tambin fue Sasha quien me propc')rcion la prueba ms poderosa.
Ya estaba claro para m, por ejemplo, que ella haba adquirido una posicin ms alta dentro de la manada. Haba aumentado de tamao y de
confianza lo suficiente para ignorar las protestas de Sandy. Al mismo
tiempo, Sandy se haba vuelto ms resignada con la situacin. Apartaba
la cabeza, agachaba el porte y bajaba la cola.
El cambio de poder era ms evidente a la hora de jugar. Cuando yo
lanzaba la pelota o el juguete que estuviramos usando, le tocaba a
Sasha cobrado. Los dems lo perseguan y brincaban alrededor de l
cuando caa al suelo, pero no haba discusin sobre a quin corresponda el papel de recoger la pelota. Y si otro perro se acercaba a ella una
vez que la haba recogido, Sasha le echaba una miradita, y todo su lenguaje corporal gritaba: "Es ma, as que retrocede".
En comparacin, el lenguaje corporal de Sandy era sumiso; a medida que esta interaccin continuaba, su cuerpo se agachaba cada vez
ms. De hecho, Sandy haba abandonado la lucha y permitido que
Sasha se impusiera como jefa de la manada. La perra ms joven haba
dado, si se quiere, un golpe de Estado incruento.
Por supuesto, mis perros no estaban exhibiendo siempre este fascinante comportamiento. Haba veses en que estaban felices uno en
compaa de otro. Empec a comprender que esta jerarqua se reforzaba slo en momentos especiales. As que el siguiente paso era averi35
guar exactamente cundo tena lugar esta comunicacin. Not que esto
suceda conmigo siempre que llegaba a casa. Pero observando a los
perros ms atentamente, vi que el mismo tipo de comportamiento se
repeta conmigo siempre que otra persona se presentaba en la puerta
de la calle. Cuando entraba el visitante, los perros se congregaban a mi
alrededor. Se ponan muy excitados, corran a la puerta, correteaban
frenticamente alrededor de los visitantes. Todo el tiempo que hacan
esto, estaban interaccionando, relacionndose, repitiendo este comportamiento ritualizado. Vi que lo mismo volva a suceder cuando sacaba las correas y nos preparbamos para dar un paseo. Todos ellos se
excitaban y agitaban, dando saltos y volviendo a interaccionar entre
ellos mientras nos preparbamos para salir de casa.
Una vez ms, estudi la manada de lobos y una vez ms volv a observar lo mismo. En el caso de los lobos este comportamiento ocurra
mientras la manada se preparaba para salir de caza. Correteaban por
todos lados y competan para ocupar determinada posicin; pero al
final era la pareja Alfa la que mantena erguida la cabeza y alta la posicin de la cola. Y eran siempre ellos quienes guiaban a la manada en
busca de la presa.
Me di cuenta de que los lobos estaban volviendo a establecer quin
era all el jefe. El lder recordaba a los dems que su papel era guiarles
y el de ellos seguirle. sta era la jerarqua y tenan que atenerse a ella
para sobrevivir. Mi manada estaba haciendo evidentemente lo mismo.
Pero lo que en realidad me interesaba en aquel momento era el hecho
de que me incluyeran a m. Por la forma en que mis perros reaccionaban a mi alrededor estaba claro que yo formaba, de algn modo, parte
de este proceso. Y de todos mis perros, ninguno se inclinaba tanto a
implicarme en el proceso como Sasha.
Si salamos de casa, Sasha se pona siempre delante de m. Se me
atravesaba, cerrndome el paso. Aunque poda atrasarla con la correa,
siempre quera ir delante. Pareca creer que era natural que ella fuera
la primera. Igualmente, si haba un ruido fuerte u ocurra algn acontecimiento inesperado mientras estbamos de paseo -la aparicin de un
perro delante de nosotros, por ejemplo-, ella se colocaba delante de m
en una postura muy protectora. Tambin ladraba con mayor furia que
los dems cuando se vea a alguen pasar junto a la casa o cuando el cartero o el lechero se acercaban a la puerta. Y; a diferencia de los dems,
no pareca haber modo de que se calmase en estas situaciones.
36
Escuchar y aprender
Si soy sincera al respecto, estaba en parte preocupada por este comportamiento. Me recordaba un poco a Purdey, que tambin tena este
hbito de corretear delante de m. Durante cierto tiempo una parte de
m tema que pudiera fallarle nuevamente a mi perra. Pero afortunadamente esta vez percib lo que estaba sucediendo. De nuevo, los recuerdos de Donna me dieron una primera pista. Record cmo se haba
comportado aos antes cuando haba acogido temporalmente a Shaun,
un nio pequeo. Siempre que l se echaba en una manta que yo le
pona en el suelo, Donna se echaba junto a l ponindole la pata encima de una de sus piernecitas. Si l se la quitaba dando una patadita, ella
la volva a poner. Estaba actuando claramente como protectora suya,
vigilndolo en todo momento. Entonces me di cuenta de que, igual
que Donna haba sentido que el nio era responsabilidad suya, de
algn modo Sasha tambin deba estar sintiendo que ella tena un papel
que desempear cuidando de m. Por qu si no me daba un trato tan
particular cuando entraba por la puerta o cuando reciba visitas? Por
qu si no se volva tan hiperactiva cuando la sacaba de paseo?
Ahora me doy cuenta de que muchos de mis errores se deban al
condicionamiento que tenemos como seres humanos. Como casi todos
los dems habitantes humanos de este planeta, yo haba dado por
supuesto que el mundo giraba en torno a nuestra especie, y que las
dems especies de alguna manera encajaban en nuestro gran plan.
Haba dado por supuesto que, siendo yo el ama de los perros, tena que
ser tambin su lder. Ahora, por vez primera, empezaba a preguntarme
si era as verdaderamente. Empezaba a preguntarme si Sasha estaba
intentando cuidar de m.
Toda la informacin que reciba de mis perros era reveladora. Pero
ste fue para m el conocimiento ms sensacional de todos. Me oblig
a volver a evaluar por completo mi forma de pensar. Y fue entonces
cuando empec a caer en la cuenta. Pens: "Espera un momento, y si
yo estuviera estudiando esta situacin desde el lado equivocado? Y si
estuviera imponiendo a esta situacin un marco ms bien arrogante,
presuntuoso -y tpicamente humano-? Y si, en cambio, trato de imaginrmelo desde el punto de vista del perro, y ste, en vez de pensar
que depende de nosotros, piensa exactamente lo contrario, que es res. ponsable de nosotros? Y si cree ser el lder de una manada en la cual
nosotros somos tambin subordinados? Y si cree que su tarea consiste en protegernos, en mantener nuestro bienestar, en vez de ser al
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Captulo 4
Tomar el mando
tena que mantener la calma. Durante generaciones se nos ha enseado a inculcar obediencia a nuestros perros 1adrndo1es las rdenes.
Todos hemos usado palabras como sitz, aus,platz, ven. Yo misma las he
usado. Los perros las reconocen bien, pero no porque comprendan el
significado de las palabras. Simplemente aprenden a establecer asociaciones con los sonidos si se emplean reiteradamente. En mi opinin, su
eficacia prueba slo el valor de la coherencia al dar informacin a tu
perro. En todos los dems sentidos, hablar a voz en grito es una forma
infalible de crear un perro neurtico.
Mientras me preparaba para dar el siguiente paso, 10 que suceda a
mi alrededor reforzaba esta sensacin. En el parque al que sola llevar
a mis perros a hacer ejercicio, recuerdo a un hombre que llevaba all a
su Dobermann con el mismo fin. Cualquier perro que se acercara al
Dobermann era recibido por los gritos del amo, que blanda al mismo
tiempo su bastn. Casi en cuanto empezaba a hacerla, su perro empezaba tambin a gruir y a querer morder. Not que, en cambio, la
gente que estaba relajada y contenta con sus perros tenda a estar a
cargo de animales que permanecan relajados y contentos mientras
jugaban. Esto me llev a pensar en la naturaleza del 1iderazgo que
deba proporcionar, y enseguida me di cuenta de que la calma pareca
ser un requisito fundamental por todo tipo de razones.
Tanto en el mundo humano como en el de los perros, la forma ms
elevada de liderazgo es la de tipo silencioso, inspirador. Pinsese en los
grandes personajes de la historia: Gandhi, Toro Sentado, Mande1a...
todos ellos hombres enormemente carismticos, pero tranquilos.
Aquel famoso verso del poema "Si..." de Kip1ing siempre se me viene
a la cabeza cuando pienso en las cualidades del lder:
"Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida... "
Cuando te 10piensas, resulta evidente. Un lder que parezca trastornado o nervioso es un lder que no inspira confianza, un lder en el que
es ms difcil creer. Desde luego, es un principio que se reconoce en las
manadas de lobos: en ellas los lobos Alfa exhiben una serenidad que
raya a veces en el desdn.
Yo saba que si iba a empezar a comunicarme en e11enguaje de mis
perros y, an ms importante, si iba a ser elegida lder, tena que empe4
1Omar el mando
zar a comportarme del modo que los perros asociaran con elliderazgo. No soy por naturaleza una persona ni fuerte ni silenciosa, as que
necesitaba adoptar un ligero cambio de personalidad en compaa de
los perros. Comparado con la transformacin que vera enseguida, se
trataba de un cambio menor.
Mis primeros intentos comenzaron una lluviosa maana de entre
semana. Recuerdo que estaba diluviando, y pensaba en lo fcil que sera
esperar un da de sol para empezar este radiante comienzo. Pero ya
estaba impaciente por empezar. Y me haba acostado la noche anterior
decidida a probar algo al da siguiente. Debo admitir que estaba llena
de dudas. No tena ni idea de si iba a funcionar. Me senta en parte
como una tonta. Me dije: "Espero que no venga nadie esta maana".
Pero segn bajaba las escaleras, supe que no tena nada que perder.
La gente se imagina que siempre he hecho que mis perros se comporten exactamente como yo quera. Nada ms lejos de la verdad. En
aquella poca, mi manada ms bien daba mucho la lata, y lo que es
peor, no tenan modales. Cuando volva a casa, daban saltos y se me
suban igual que cualquier otro perro; poda llegar a ser increblemente irritante. A veces iba cargada con la compra o llevaba puesto un conjunto bonito y se me echaban encima a todo correr. Por eso, lo primero
que decid abordar fue la reconfiguracin de la manada.
Planendolo todo mentalmente la noche antes de empezar, haba
decidido imitar el comportamiento de los Alfa e ignorarles. No era,
claro est, la cosa ms fcil del mundo. Pero enseguida me di cuenta de
que tena a mi disposicin ms instrumentos de los que haba pensado.
Como somos criaturas dotadas de habla, usamos demasiado las palabras. Olvidamos que tambin conocemos una enorme cantidad de lenguaje corporal. Si alguien se aparta de ti, por ejemplo, sabes lo que
quiere decir. Igualmente, si entras en una habitacin atestada y alguien
aparta la vista, percibes directamente un claro mensaje. Los perros
emplean tambin este mismo lenguaje, en especial el contacto ocular.
Enseguida me di cuenta de que poda usarlo eficazmente. As que cuando baj aquella maana y dej entrar a los perros en la cocina, comenc a comportarme de modo diferente. Cuando empezaron a subrseme
dando saltos no les dije que se bajaran, cuando se portaban mal no les
castigaba haciendo que se fueran a echar a su rincn. Durante los primeros pocos minutos de aquel da me asegur de no entrar ni siquiera
en contacto ocular con ellos. Simplemente los ignor.
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TOmar el mando
TOmar el mando
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la cuenta de que de algn modo era realmente as de simple. Si me concentraba slo en la forma de ser y obrar del perro en vez de en la forma
de ser y obrar de las personas, iba a tener mucho ms xito; era as de
evidente: cundo se ve a un perro usando collares o correas o clickers
con otro perro? A partir 'de entonces, decid que iba a intentar hacer
todo esto sin recurrir a ningn medio humano artificial.
Ya haba estado aplicando los principios con gran xito durante dos
o tres meses, pero una parte de m todava segua convencida de que
an me faltaba algo para tner una visin completa. Mis propios perros
me estaban suministrando informacin a diario, y a medida que lo
hacan, yo poda ir refinando con pequeos detalles las tcnicas que
estaba desarrollando: e,n realidad, a veces era cuestin de ensayo y
error. Pero el siguiente gran avance no vino a travs de los perros que
entonces tena. Una vez ms, fueron mis recuerdos de La Duquesa,
Donna, los que me inspiraron.
Siempre he credo en la conveniencia de dar a mis perros huesos de
caa una vez a la semana. Cuando Donna viva, el momento de poner
los huesos en el suelo marcaba el inicio del mismo pequeo ritual. A su
manera siempre autoritaria, Donna entraba caminando en silencio y
los dems se apartaban inmediatamente. Entonces Donna olisqueaba
despacio los huesos hasta elegir los que quera, y luego se los llevaba.
Slo entonces los dems cogan aquellos que deseaban. Me daba cuenta de que era el mismo principio de liderazgo con el que yo ahora estaba tan familiarizada. El que no haca nada aparentemente se llevaba
todo lo que quera. Y me hizo pensar en emplear la hora de la comida para volver a establecer la estructura de liderazgo. No se trataba de
una idea enteramente nueva. La importancia de comer delante del
perro era algo que haba ledo mientras estudiaba a los conductistas.
Los perros lo reconocan como una simple forma de mostrar que eres
el lder. De nuevo, esto tena sentido para m al haber observado otros
animales, en especial leones y -otra vez ms- lobos: siempre es el Alfa
quien se alimenta primero en las especies que comen en grupo.
Pero aunque estaba de acuerdo con la idea de los conductistas,
disenta con el mtodo que se derivaba de ella. El enfoque conductista
consista en imponer una jerarqua durante la comida de la noche.
Siguiendo este sistema, la persona acababa su comida a la vista del
perro antes de dejade comerse despus la suya propia. Era un procedimiento que produca sin duda resultados, pero haba muchos aspectos
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TOmar el mando
Captulo5
El primer test
49
!I
1I
ciando; no era nada ms que puro pnico; yo saba que me habra quedado petrificada de terror si alguien me hubiera tratado como le haban
tratado a l.
No me haba quedado con l para hacer un experimento, pero enseguida pens que iba a ofrecerme una gran oportunidad. Hasta entonces haba estado trabajando con perros comparativamente bien
equilibrados, animales que estaban acostumbrados a que siempre les'
trataran con amabilidad. Y all tena uno que no haba conocido ms
que malos tratos. Durante las semanas siguientes, Barmie me dara la
oportunidad de comprobar los conocimientos que haba estado adquiriendo tan rpidamente con mis propios perros, la oportunidad de
ensamblar todas las piezas. A cambio, confiaba en tener ocasin de ayudar a aquel perrillo afligido a superar su pasado.
Ya entonces haba empezado a tomar forma una regla de oro: fuera
lo que fuera lo que recomendasen los mtodos tradicionales de adiestramiento, yo necesitaba hacer lo contrario. As que resist la tentacin
de arrojarme sobre Barmie, de colmade de amor y afecto. Era una criatura tan vulnerable que a veces era casi imposible resistirse. Haba das
en los que slo me apeteca acariciado y deeide que estaba todo bien;
pero en cambio decid no invadir su espacio y conformarme con dejarle en paz. As que se sentaba all, bajo la mesa de la cocina, observando
con una mirada intensa. Y yo segua con mis habituales tareas domsticas como siempre.
En todo lo que haba ledo y visto, se estaba de acuerdo en que un
perro tarda 48 horas en entender un ambiente distinto, y unas dos semanas en aclarar cul es su sitio en su nuevo hogar. Es como lo que le
pasa a cualquiera cuando est empezando un nuevo trabajo: tardas ms
o menos un par de das en ordenar tu mesa, y otras dos semanas en descubrir el puesto que ocupas en la empresa. As que durante las primeras dos semanas continu as, dejndole de hecho que se las arreglase
por su cuenta. Siempre que le hablaba, lo haca lo ms amablemente
posible. De vez en cuando le miraba desde el otro lado de la habitacin
y slo le deca; "Hola, bonito". Y vea cmo mova la colita, casi contra su voluntad, como si no pudiera evitado. Era como si quisiera saber
lo que se quera de l; pero volva a dejade tranquilo.
Lo primero que prob con l fue la tcnica de la "comida simulada".
En esta etapa todava estaba experimentando con esa teora. Era una
oportunidad ideal para probada de verdad, porque le daba cuatro
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El primer test
comidas muy pequeas al da en un intento de fortalecerlo. El pobrecillo haba pasado, valga la expresin, un hambre canina, y pesaba
aproximadamente dos tercios de lo que debera. Respondi inmediatamente. Se sentaba all observndome con las orejas echadas hacia atrs.
Luego su colita empezaba a menearse, como diciendo: "S, lo he entendido". Entonces le pona su comida en el suelo y me iba. Me observaba mientras me alejaba y despus atacaba la comida.
Comenz a ganar peso y, poco a poco, a relajarse. Dej de gruilir y
empez a salir sigilosamente al jardn cuando yo tenda la colada. A
veces cuando estaba sentada se me acercaba con mucha indecisin. Al
llegar, no le tocaba, slo le dejaba que me conociera. Todava estaba
muy sensible. Cuando saqu una correa, casi se muere del susto: si te
atan a una correa, pierdes la posibilidad de escapar. Pero no iba a forzarle en ningn sentido, as que lo dej. Mi principio general sigui
siendo que iba a dejarle en paz, para darle tiempo a decidirse.
El gran avance se produjo un mes despus, ms o menos, cuando yo
estaba fuera en el jardn jugando a la pelota con Sasha. Era ya primavera y recuerdo que Sasha estaba cobrando una pelota para trarmela.
De repente, Barmie apareci en' el jardn con un aro de goma en la
boca, uno de esos que se utilizan para jugar a ensartarlos. Haba decidido unirse a nosotros. Estaba viendo que Sasha consegua atencin
porque estbamos jugando a este juego y se acerc con el aro. Le ped
que lo dejara y as lo hizo. Lo recog y se lo tir, y l fue a buscarlo, lo
cogi y luego volvi a meterse a toda prisa en la casa para esconderse
bajo la cama.
Saba que sta era una oportunidad para establecer algn tipo de
patrn de conducta, as que decid no perseguirle. Quera que jugase
segn nuestras reglas, de manera que segu jugando con Sasha.
Efectivamente, reapareci pocos minutos despus. Vena otra vez con
el aro. Se lo volv a tirar y l lo recogi de nuevo. Pero esta vez me lo
devolvi. Le recompens con un "buen chico!" y repet el ejercicio.
Volvi a hacer lo mismo.
Cada perro, como cada ser humano, aprende a su propio ritmo. En
este caso se trataba de un animal que necesitaba rehabilitacin, un
perro maltratado, y saba, por tanto, que iba a ser un proceso lento.
Pero, al final, haba ocurrido el gran adelanto. Ahora saba que era un
perrillo ms confiado. Haba aprendido que nadie le hara dao. Se
senta seguro y yo poda adelantar con l.
SI
Le haba mostrado que jugara con l, pero slo segn mis reglas. As
que empec a llamarle para que se me acercara. Algo que tena presente era que los perros son, como los seres humanos, criaturas egostas
por naturaleza, lo cual puede servir como medio de supervivencia o
simplemente para divertirse, pero a los perros les mueve la pregunta
"Por qu debo hacerlo?". Mi idea se basaba en la nocin de estmulo
y recompensa, que haba aprendido del conductismo y, ms concretamente, de B. F. Skinner, pero a estas alturas estaba aadiendo a esta
nocin los principios de la manada de lobos y la primaca del lder.
Saba que el lder no era slo el miembro de la manada que ejerca la
autoridad, sino tambin el que provea al suministro, as que yo tambin tena que atender ambos aspectos. Por consiguiente, cuando llam
a Barmie para que acudiera a m, tena un trocito de comida en la
mano. Esto empez a funcionar realmente bien, tan bien que pas a
acariciarle. Dado lo susceptible que haba estado cuando lleg a casa,
ste era un momento mucho ms significativo de lo habitual. Casi se
me cayeron las lgrimas cuando respondi a mis muestras de afecto.
Me preguntaba cunto tiempo haba pasado desde que le haban mostrado una cordialidad as.
Fue mientras empezaba a acariciarle cuando me di cuenta de cunto
haba conseguido avanzar. N at que Barmie agachaba la cabeza antes
de que le acariciara en la nuca. Yo haba pasado bastante tiempo con
otros perros en el refugio y haba observado que all todos ellos hacan
lo mismo, agachaban la cabeza. Mis perros no lo hacan y me pregunt por qu este perro actuaba de esta manera. Cuando investigu ms,
descubr que sta es la zona ms vulnerable en la mayora de las especies, incluido el ser humano. A cuntas personas les deja usted que le
toquen la cabeza o el cuello? Slo a aquellas en quienes cona. Cuando
los perros se pelean, la violencia comienza cuando uno de ellos se coloca por encima del cuello del otro. Fue en este momento cuando record algo que Monty Roberts haba dicho. Explicaba que si el animal cree
en ti, puedes tocar 'su zona ms vulnerable. Es, en cierta forma, la
expresin definitiva de tu liderazgo. Ests diciendo a tu subordinado
que sabes cmo destruirle. El hecho de que no lo hagas refuerza an
ms tu autoridad. Me hizo darme cuenta de hasta qu punto haba
ganado su confianza, lo eficaz que haba conseguido llegar a ser persuadiendo a mis perros de que era un lder a quien podan confiar sus
vidas. Fue un momento conmovedor.
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El primer test
~---
Poco a poco, la noticia se extendi y la gente empez a preguntarme si podra funcionar mi mtodo con sus perros problemticos.
Empec a hacer visitas, aplicando las tcnicas que haba aprendido con
mis propios perros a sus mascotas con problemas. Ver para creer. Casa
tras casa de las que visit, el comportamiento de los perros cambiaba
enseguida. Observ que los perros se sentan libres y contentos de cambiar, que queran hacerla. Eran tcnicas muy potentes, y me sent muy
humilde, muy privilegiada.
Hasta ahora, he trabajado con cientos de perros. La tcnica de
comunicacin que he desarrollado ha servido para mejorar el comportamiento de todos ellos. He llegado a un punto en el que, si un propietario hace lo que le digo, su perro tendr que hacer lo que su
propietario quiera. Los principios que establec durante aquellos emocionantes das de los comienzos forman actualmente la base de mi trabajo. Con ellos debemos empezar la siguiente parte de este libro.
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Captulo 6
La Vinculacin Amichien:5
el establecimiento delliderazgo de la
manada
adie podra tener ms respeto por la inteligencia del perro que yo.
Todava hay veces en que me pregunto seriamente si no son criaturas ms sensatas que algunas de las personas con las que trato! Pero
hasta yo he tenido que aceptar que hay algo que queda fuera de su alcance. Los perros no van a aprender nuestro lenguaje. Lo malo es que para
comunicamos con xito con nuestros perros, somos nosotros quienes
tendremos que aprender su lenguaje. Es una tarea que requiere una actitud abierta y respeto por el perro. Nadie que considere inferior a su perro
conseguirnada.Debe ser respetadoen todo momento por ser como es.
Lo bueno, sin embargo, es que, mientras que los seres humanos
hablan en una desconcertante variedad de lenguas y dialectos, los
perros comparten un lenguaje universal. Es un lenguaje silencioso y
extremadamente potente, pero en el fondo depende de una sencilla
serie de principios que, con unas pocas variaciones sutiles, determinan
el comportamiento de todos los perros. Para comprender los principios de este lenguaje, antes tenemos que entender la sociedad en la que
todos nuestros perros creen estar viviendo. Y el modelo de esta comunidad es la manada de lobos.
La apariencia y el estilo de vida del perro actual estn, por supuesto,
muy alejados de los de su antiguo antepasado. Pero los siglos de evolucin no han borrado sus instintos bsicos. Al perro se le podr haber
5
El nombre que dio la autora a su tcnica es Amicbien Bonding. Amicbien no es voz inglesa,
sino un neologismo
en ingls que Jan Fennell tom del francs: ami, amigo, y cbien, perro.
Bonding, que tambin puede significar "unin", "conexin", "adherencia", etc., se refiere aqu a la
vinculacin, al proceso de establecimiento
de vnculos (bonds). En el resto de la obra, emplearemos exclusivamente "Vinculacin Amichien~. (N. d. T.)
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La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
de la manada ms fuertes, inteligentes y con mayor experiencia, la pareja Alfa toma el mando durante la bsqueda de nuevos territorios de
caza. Cuando se descubre la presa, guan la cacera y dirigen la matanza. La posicin social de la pareja Alfa como miembros que toman las
decisiones clave en ningn momento resulta tan evidente como durante este proceso. Las presas del lobo van desde ratones a bfalos y alces.
Una manada puede pasarse horas acechando, acorralando y matando su
presa, recorriendo hasta 80 kilmetros de una vez. La organizacin de
estas operaciones requiere una combinacin de habilidades de decisin,
direccin y tctica. Corresponde a la pareja Alfa proporcionar este liderazgo, y a los subordinados seguirles y apoyarles.
Cuando la matanza ha terminado, la pareja Alfa tiene la precedencia
absoluta en la consumicin de la presa. Despus de todo, la supervivencia de la manada depende de que ellos se mantengan en inmejorables condiciones fsicas. Slo cuando estn satisfechos e indican que
han acabado de comer se permite alimentarse al resto de la manada, y
siguiendo estrictamente la jerarqua, con los subordinados de mayor
rango primero y los de menor en ltimo lugar. De vuelta: en el campamento, los cachorros y las lobas que los cuidan sern alimentados
regurgitando los cazadores su comida. El orden es absoluto e inquebrantable. Un lobo actuar agresivamente hacia cualquier animal que
intente comer antes que l. Incluso eI,hecho de que la manada est formada por sus parientes consanguneos no detendr al Alfa de atacar a
cualquier animal que rompa el protocolo y se atreva a colarse.
La pareja Alfa corresponde al respeto que le es conferido asumiendo una responsabilidad total por el bienestar de la manada. Siempre
que aparece la mnima amenaza de peligro, es nuevamente papel de la
pareja Alfa proteger a la manada. sta es la tercera situacin en la que
se refuerza el orden natural de la manada. Los dos miembros de la
pareja Alfa desempean su papel de lderes sin pestaear, y en primera lnea. Reaccionarn ante el peligro de tres. formas posibles, eligiendo entre la huida, la inmovilidad o la lucha, y saldrn corriendo,
ignorarn la amenaza o se defendern. Sea cual sea la respuesta que
elija la pareja Alfa, la manada volver a respaldar a sus lderes incondicionalmente.
La cuarta clave ritual tiene lugar siempre que una manada se reencuentra despus de estar separados. Cuando la manada vuelve a reunirse, la pareja Alfa elimina toda confusin volviendo a reafirmar su
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.-..
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
1. La reunin
minutos
El primer requisito de la Vinculacin Amichien es establecer elliderazgo durante la vida diaria en el hogar. Hacerlo supone abordar esos
momentos en que el perro y su dueo se renen tras una separacin.
La mayora de la gente se imagina que estas reuniones ocurren en contados momentos del da, cuando salen a trabajar o a la compra, por
ejemplo. En realidad, la separacin ocurre en incontables ocasiones a
lo largo de la jornada.
En todo lo que se expone a continuacin, debe contemplarse al
perro, no como una encantadora mascota casera, sino como el lder
profundamente protector y fieramente leal de una manada de lobos.
Por tanto, al margen de si su amo se va de casa o simplemente sale de
la habitacin para ir al jardn o al cuarto de bao, el perro lo ve como
un caso en el que alguien bajo su responsabilidad o un nio sale de su
custodia protectora. Aunque la persona probablemente sepa cunto
tiempo estar ausente, el perro no. Por lo que a l respecta, el sujeto
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//
La Vinculacin Amichien:
1
I
l'
1'
iI
1'
I
1
- Acudir a la llamada Una vez que hayan transcurrido los cinco minutos, el amo puede
empezar a interaccionar con su perro segn las nuevas reglas. Y la primera tarea que les pido que practiquen es conseguir que el perro acuda
a su llamada cuando el amo quiera. Los principios rectores en esta
situacin son peticin y recompensa. Empleo la palabra "peticin" en
vez de "orden" a propsito, porque de 10que se trata aqu es de un proceso recproco. Recuerde siempre que estamos intentando crear una
situacin en la que el perro haga cosas siguiendo su libre albedro.
Queremos que et perro elija a su amo como lder por voluntad propia.
Los puntos clave que pido a la gente que recuerde mientras va avanzando son que siempre deben establecer contacto ocular y siempre deben llamar al perro por su nombre. Lo ms importante de todo: deben
siempre acordarse de recompensar su buen comportamiento cuando
acuda como se le ha pedido. La eleccin de la recompensa queda enteramente a la propia eleccin del amo. Yo encuentro muy eficaces
como golosinas los trocitos de queso o de hgado o las tiras de carne;
pero esto depende deccada amo: cualquier cosa que le guste a su perro.
Una mujer me pregunt una vez si poda dar a su perro una lata entera de comida. Dada la cantidad-de recompensas que deben prodigarse
en las primeras etapas del proceso, el perro acabara estando bastante
gordo.
Lo importante es que, en el segundo mismo que el perro acuda, se
le ofrezca la recompensa en la boca y se le diga "buen chico" o "buena
chica", o "muy bien". Asimismo, recomiendo que los dueos acaricien
suavemente la cabeza y el cuello del perro. Desde el mismo comienzo
estn estableciendo un principio importante: el perro ha hecho 10 que
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La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
63
2. Seales de peligro
Uno de los mensajes que recalco cuando estoy trabajando con los propietarios es que los cuatro elementos de la Vinculacin Amichien
deben actuar conjuntamente. Mientras inician la primera parte del
proceso de establecimiento de vnculos, deben tambin empezar a ocuparse de una segunda rea clave, que clasifico como momentos de peligro aparente. En casa suele manifestarse habitualmente cuando llegan
visitas. Todos hemos presenciado escenas de perros que pierden los
estribos en cuanto suena el timbre o la aldaba. No hay ni un solo cartero o lecherd que no haya sido vctima de este tipo de atenciones no
deseadas. De nuevo, la clave para comprender este comportamiento se
halla en la manada. Si un perro cree ser el lder de su manada, considerar que le corresponde defender la guarida. Por tanto, en casos
como ste, el perro est respondiendo a una amenaza no identificada.
Alguien o algo est a punto de entrar en su comunidad y est ansioso
por conocer con precisin quin o qu es. Luego, cree que es responsabilidad suya tratar con el intruso.
Hay dos elementos en el proceso que pido a los dueos que realicen
en este caso. El primero implica al dueo; el segundo, al visitante.
Cuando el perro empiece a ladrar o se ponga en pie de un' brinco al
orse ruidos de-alguien que est en la puerta, la tarea del dueo es agradecrselo al perro. La idea clave aqu es que el amo, como lder que es,
6 En los pases anglosajones
es habitual
el reparto
64
(N. d. T)
111
Mi padre, con
su perro Gyp.
Haciendo
amigos: a los
cuatro aos
de edad,
en una
merienda
familiar
en el Parque
Norman,
de Fulham
(Londres).
Ganador de
concursos:con ml
Springer spaniel
Khan.
La familia.
Mi hijo TOny
(derecha) y mi
hija Ellie, con
Kelpie, nuestra
perra de caza.
..
Dan Broughton montando a
Ginger Rogers, la yegua que
Monty Roberts transform en
veintitrs memorables minutos.
Lu JJ.rifW.rifb.rifn
B.rif?'weic ("cbifl.r;rdo")...
Aqu
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el Jack
Russell
rescatado
Sasha enseando a
Barmie ajugar a tira
y afloja.
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Igual que los lobos dan vueltas en torno a su presa, mis Spaniels demuestran
el mismo instinto.
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El parecido entre los lobosy los
perros puede ser asombroso.
Arriba, un cachorro de
lobopide comida;
derecha, el cachorro
de Molly hace
otro tanto.
Juegan a
inmovilizar
a su presa.
I!;
-..-
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
dueos que se concedan por lo menos una quincena para acoplar todos
los elementos de mi mtodo.
Por supuesto, el proceso para conseguir que el perro acuda a la llamada de su dueo cuando ste lo desee ya ha empezado durante el trabajo de establecimiento de vnculos que sigue a la regla de los cinco
minutos. En esta primera etapa, el perro ha empezado a darse cuenta
de que ciertos comportamientos son recompensados con comida y
otros no. Enseguida elige el comportamiento del que ms provecho
obtiene. El principio seguir siendo fundamental ~n todas las partes del
adiestramiento de cada una de las etapas.
Al pasar a la prxima fase, lo primero que recomiendo a los propietarios que enseen al perro es a sentarse. Para la mayora de los propietarios de perros normales, es el medio ms importante de conseguir
que un perro ejercite su derecho a quedarse inmvil. Es til -y a veces
vital- disponer de esta medida de control. En ciertas situaciones peligrosas, puede salvarle la vida a un perro.
En todo lo que hago es fundamental la idea de que los perros empiecen a tomar decisiones por su propia voluntad. A cada paso quiero que
realicen asociaciones positivas con ciertos comportamientos. Quiero
que reconozcan las situaciones en las que saben instintivamente que algo
les espera, que sern recompensados si actan correctamente. Como ya
he dicho, no hay instrumento ms poderoso a este respecto que lacomida. Para ensear a un perro a sentarse, pido al dueo que llame al perro
para que acuda, y que luego acerque un trocito de comida al perro, casi
tocndole la nariz y lo mueva sobre la cabeza del perro. Como el perro
arquea instintivamente la cabeza hacia atrs p::iraseguir el olor, su cuerpo tambin se inclinar hacia atrs. Cuando "esto suceda, las nalgas del
perro tocarn el suelo. En cuanto lo hagan, debe meterse la golosina en
la boca del perro, acompaada contemporneamente por una confirmacin verbal: la palabra "sitz" o "sintate". La seal est clara, la accin
del perro es correcta y recibe la correspondiente recompensa.
Si el perro se mueve hacia atrs al seguir el trozo de comida, puede
colocarse una mano detrs de l para evitado. Nunca deben utilizarse
las manos para forzar la grupa del perro a bajar al suelo. Si, por cualquier razn, el perro se aparta, pido a los dueos que, simplemente,
retiren la comida de delante del perro y vuelvan a empezar. Si se repite, el perro aprender enseguida las realidades de la vida: si hace bien
la tarea recibir su paga; si la hace mal, no. Pronto se sentar natural67
mente. Pero los perros son, sin duda, criaturas muy inteligentes: si un
perro empieza a sentarse delante de su amo sin habrselo pedido, no
debe premirsele de ninguna forma; el perro est intentando volver a
disponer del control sobre la toma de decisiones.
A partir de aqu, recomiendo a los dueos que pasen al trabajo de
adiestramiento de las pautas junto al amo. Entiendo por ello conseguir
que el perro comprenda que la mejor posicin para l es estar alIado
de su dueo en todo momento. Nuevamente, recomiendo que esto se
ensee sin correa; al perro le quedar as abierta la posibilidad de huir
si se asusta; de este modo se sentir cmodo y seguro. Tambin aqu la
comida es el medio ideal para comunicar este mensaje. Pido a los dueos que animen a su perro a acudir para ponerse a su lado usando la
golosina preferida de su mascota. Como en el resto del trabajo, pido a
los propietarios que refuercen con caricias el mensaje que estn transmitiendo al perro. La clave vuelve a ser que las caricias se restrinjan al
rea primordial de la cabeza, el cuello y la cruz. La seal es inequvoca: soy el lder, conozco tus puntos dbiles, pero estoy aqu para protegerte. El perro no tendr ms alternativa que confiar en alguien que
presenta credenciales tan formidables.
En la mayora de los casos, hastan la capacidad de sentarse y permanecer junto al amo. Pero soy partidaria de conseguir que el perro tambin se eche a peticin del dueo. La razn es sencilla. La calma es de
suma importancia en cada elemento de mi mtodo y sta es la posicin
ms relajada que puede adoptar un perro. Nuevamente, animo al perro
a hacerlo mediante recompensa y estmulo, pero en este caso conduciendo al perro debajo de un mueble no muy alto, una mesa o una silla,
para conseguir que se eche. Una vez ms, estoy manipulando la situacin, consiguiendo que el perro haga algo por una buena razn en vez
de usando la fuefza. Y de nuevo, es una idea que los perros captan con
increble rapidez.
Un aspecto que merece la pena destacar en esta etapa es que e[ perro
no necesita ser recompensado con una golosina cada vez que completa satisfactoriamente una accin meritoria. La comida es un poderoso
medio de transmitir el mensaje inicial. Pero, a medida que el proceso
se desarrolla satisfactoriamente, sugiero a los dueos reducir poco a
poco la frecuencia de recompensas de comida. Pueden empezar bajando a una vez s y otra no que el perro hace lo correcto; luego a una vez
cada seis, y as hasta que se d comida una vez cada veinte. Pero este
68
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
instrumento nunca debe desaparecer totalmente del proceso. Es importante mantener vivo el inters.
Como en tantos casos, es adecuado traer aqu a colacin la analoga
con los nios. Recuerdo una vez con mi nieta, Ceri, cuando sus padres
le estaban intentando ensear buenos modales. Haba aprendido a
decir las palabras mgicas "por favor", pero en una ocasin no las us.
"Se me ha olvidado, slo tengo cuatro aos", dijo con una sonrisa
angelical. Los perros no son muy distintos. Tambin les lleva su tiempo captar las cosas cabalmente. Pero si se les da el tiempo, el afecto y
el nimo debidos, lo conseguirn.
La gente a menudo se pregunta si mi mtodo elimina el placer de
poseer un perro. Siempre lo encuentro desconcertante: de hecho, sucede exactamente lo contrario. Al eliminar la responsabilidad de la vida
del perro, el propietario le asegura una existencia ms feliz y despreocupada. Y, al crear un ambiente en el que el amo puede relacionarse con
su perro a las horas que l o ella elija, al perro se le ofrecen perodos de
verdadera calidad con su lder. Ese tiempo de calidad puede emplearse
para construir una relacin incluso ms profunda y gratifican te.
Dos actividades especficas, el juego y el cepillado, son particularmente agradables al cimentar la relacin que los amos buscan en este
sentido. Los juguetes ofrecen un medio perfecto tanto para establecer
vnculos con el perro como para reforzar, al mismo tiempo, el orden
jerrquico. Asimismo, al dueo puede resultarle muy placentero cepillar a su perro. Y vuelve a aplicarse el principio de la recompensa. Si el
perro se deja cepillar suavemente sin protestar, se le puede elogiar y
recompensar con comida. Todas ellas son las piezas con las que se ir
preparando la futura vida en comn. Ms adelante considerar ambas
reas con algo ms de detalle.
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
sin del paseo. El mensaje crucial que tiene que transmitirse ahora es
que el perro debe permanecer cerca del amo, no delante de l, sino a
su lado. Cualquier desviacin provoca un retorno a la guarida.
Este principio no tiene nunca tanta importancia como en la siguiente etapa crucial: cuando el amo sale por la puerta de casa. Para el perro,
es un prtico que conduce a otro mundo, una salida de la guarida a un
lugar que alberga un milln de peligros potenciales. Es absolutamente
fundamental que el amo atraviese primero la puerta. Esto significa que
es el lder y que est realizando la tarea de asegurarse de que no hay
moros en la costa. De nuevo se trata de una seal inmensamente poderosa. Si el perro, de alguna manera, consigue salir primero, hay que
volver a empezar.
Los temas establecidos bajo techado deben mantenerse establecidos
cuando el perro sale al exterior. As, por ejemplo, cuando comienza el
paseo, nunca debe permitirse que el perro camine delante. Una vez
ms, esa posicin queda reservada al lder. Si el perro siente que esta
posicin es aceptable, quedar establecida su creencia de que est lideranda la cacera. Debe permanecer junto al amo en todo momento.
Naturalmente, en esta etapa los perros pueden excitarse considerablemente. Tirar de la correa es uno de los problemas ms comunes que
afrontan los propietarios de perros en todas partes. Es imprescindible
que los amos no entren en un forcejeo a ver quien tira ms. Incluso los
perros ms pequeos pueden tirar con mucha fuerza. No debe consentirse este juego. El perro debe jugar segn las reglas del amo, no segn
las suyas propias. Si un perro tira continuamente, hay que aflojar la
correa, sealando que el paseo queda suspendido. A muchas personas
esto les puede parecer muy severo, pero no durar mucho tiempo.
Cuando el perro aprende que tirando de la correa el paseo se suspende, no tarda mucho en caer en la cuenta.
Por supuesto, hay personas que argirn que negar al perro su paseo
diario es cruel. Sin embargo, en mi opinin, es ms importante que
el perro establezca una confianza total en ti antes de introducirse en el
mundo exterior. De otro modo, el perro puede verse proyectado a un
medio que no comprende y en el que se le pide que desempee un
papel de lder para el que, simplemente, no est preparado. En mi opinin, esto s es mucho ms cruel. Y adems, por muchos sacrificios que
el amo haga a corto plazo en este perodo, le parecern minsculos en
comparacin con los enormes beneficios que se derivarn de ellos.
(
71
Las peticiones
de "quieto" y "ven"-
Pasear al perro es, por supuesto, uno de los grandes placeres de la vida.
Ningn amo puede dejar de disfrutar del momento en que suelta a su
perro para que corra a sus anchas, libre para expresar su personalidad
i'sus capacidades atlticas naturales. Pero al pasar a esta etapa pido a
los amos que aadan dos habilidades adicionales a su repertorio: las
peticiones de "quieto" y "ven".
Los perros deben permanecer siempre de la correa en zonas urbanas
y en las proximidades de carreteras. Nunca deja de sorprenderme
cunta gente no se da cuenta del riesgo intrnseco de dejar a un perro
correr en libertad en estas situaciones tan peligrosas. Pero una vez en
campo abierto, puede prepararse al perro para soltado. La primera vez
que se intente, recomiendo a los amos seguir una rutina que, nuevamente, refuerza los principios establecidos en casa.
La primera disciplina es ensear al perro a quedarse quieto. Se consigue fcilmente manteniendo al perro atado con la correa. Primero
debe pedirse al perro que se siente del modo habitual. Entonces el
amo debe girarse para colocarse frente al perro, dar un paso atrs
mientras levanta al mismo tiempo la palma de la mano y pronunciar la
peticin: "Quieto". Luego debe pedirse al perro que acuda. El proceso debe repetirse, alejndose el amo cada vez un poco ms. Sin embargo, si el perro se mueve, hay que volver a colocarlo en el punto en que
el proceso empez la primera vez. Nuevamente, el perro debe aprender las consecuencias de sus acciones. Las reglas de este juego deben
permanecer bajo el control del lder.
Una vez establecido este control adicional, el propietario est listo
paf~ (J}tilf{l}{Jt=llO.L~ pljm~HYSlt$}}!~
~~~~~e la correa; recomiendo
72
La Vinculacin Amichien:
el establecimiento delliderazgo
de la manada
4. El poder de la comida
Los controles que las manadas de lobos aplican en la naturaleza quedan, por supuesto, fuera de nuestro alcance. Aunque quisiramos,
seramos fsicamente incapaces de reproducir la agresividad y el extraordinario lenguaje corporal mediante los cuales el Alfa ejerce su liderazgo. Pero, aadiendo un poco de ingenuidad y de sutileza humanas,
creo que uno de los instrumentos ms poderosos de que se vale el Alfa
queda dentro de nuestras posibilidades. Lograr el control de la hora
de la comida es un elemento de enorme importancia en la Vinculacin
Amichien.
Por razones que luego explicar, llamo a este elemento de la tcnica
"comida simulada". Pido a la gente que lo aplique slo durante las dos
primeras semanas, ms o menos. Si es posible, prefiero que todos los
miembros (humanos) de la familia participen. Actuando como un equipo, esto les permitir comunicar una inmensa cantidad de informacin
y colocarse cada uno de ellos en un nivel superior de la jerarqua familiar. De nuevo el requisito primordial es ser coherente; por eso es esencial que se repita en todas las comidas del perro durante este perodo.
Muchas personas, por razones prcticas que puedo entender, dan de
comer a sus perros slo por la noche. Para conseguir un mayor efecto,
prefiero que se d de comer a los perros dos veces al da, una por la
maana y otra por la noche.
La tcnica es sencilla. Antes de preparar la comida del perro, pido a
los dueos que coloquen un pequeo tentempi -uno por cada persona
de la casa- en un plato situado en una superficie elevada. Sirve cualquier
cosa, una galleta, una pastita, una tostada... Luego les pido que colo73
..
Captulo 7
Vidas separadas:
la ansiedad por separacin
District nurse:una enfermera del National Health Service (Servicio Nacional de Salud) que
75
(N. d. T.)
/'
111
111:
111
ba la de San Quintn. Bruce corra como un loco por la casa, agarrando desesperadamente todas las prendas de Sally que pudiera encontrar.
A! volver a casa, muy a menudo vea que Bruce se haba hecho con ellas
una especie de cama en la que haba estado echado. Ni que decir tiene,
la cuenta de la tintorera era astronmica. Muchos de sus vestidos favoritos haban quedado inservibles.
Pero, con gran diferencia, el aspecto ms inquietante del comportamiento de Bruce era la forma en que haba empezado a atacar fsicamente la puerta principal de la casa. Haba empezado por morder
el marco. Sus ataques haban ido arrancando poco a poco la madera
hasta dejar al descubierto la pared. Cuando Sally me llam, haba conseguido atravesar, royendo, royendo, el papel pintado y la yesera, y se
vean los ladrillos. La puerta tena un aspecto lamentable. Sally se
mora de ganas de llamar al carpintero, pero saba que tena poco sentido arreglar el marco hasta que Bruce no corrigiera su comportamiento.
En estos aos, he visto estos sntomas en innumerables ocasiones. El
comportamiento de Bruce era un ejemplo clsico de uno de los problemas ms comunes que trato: la ansiedad por separacin. No hay
duda de que estar separado de su amo puede perturbar terriblemente a
un perro. La angustia que el perro siente puede ser la causa de algunos
comportamientos muy destructivos. He visto perros que se coman
muebles y cortinas, ropa y peridicos. Recuerdo uno que se comi una
casete; tuvieron que operarle para sacarle la cinta que, como si fuera un
espagueti, se haba desenrollado en el estmago. Huelga decir que los
perros pueden matarse en estas situaciones.
Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que la causa de la
ansiedad del perro no es porque se sienta triste como un nio abandonado, sino porque se considera un padre, y est angustiado porque no
ve a su hijo. No tard mucho en darme cuenta de que esto era precisamente lo que crea Bruce, el perro. de Sally. Tambin qued claro
enseguida que la vida que ambos llevaban juntos slo serva para enconar ms esta situacin. Lo primero que not cuando visit a Sally
fue que Bruce corri hasta m dando brincos nada ms verme. Estaba
claro que Sally lo consideraba un comportamiento normal en un perro.
Por tanto, l no tena ni nocin de lo que era el espacio personal. Para
rematarlo, el perro la segua adondequiera que fuera, frecuentemente
caminando junto a ella de habitacin en habitacin. Su compaerismo,
76
a primera vista, era bastante encantador, dado que, adems, Sally haca
poco que haba roto con su pareja. Pero yo saba que esto estaba exacerbando los problemas que se haban desarrollado.
Cuando pregunt a Sally por su rutina, enseguida me qued claro
que no tena prcticamente ninguna. Al ser enfermera de zona, la llamaban a cualquier hora del da, sin seguir ningn patrn coherente.
Normalmente sala por la maana, pero a veces se pasaba por casa para
comer; otras veces no volva hasta entrada la noche. Era evidente que
esto le produca una cierta sensacin de culpabilidad. Por ejemplo, la
casa estaba llena de juguetes de todos los tipos concebib1es. Haba tambin un cubo lleno de galletas cerca de la puerta de entrada. Cuando le
pregunt para qu serva, Sally me explic que era parte de la rutina
que segua al salir de casa: al irse por la maana daba unas pa1maditas
a Bruce, le deca que le vera ms tarde y segn sala le daba una galleta. No guardaba las galletas, para que Bruce pudiera servirse mientras
ella estaba fuera. No haba ninguna duda acerca del cario que ella
profesaba a Bruce; pero ese cario estaba mal encauzado. Era necesario que ella reorientara su afecto.
No tard mucho en formular un diagnstico. Estaba segura de
encontrarme ante un perro que se senta responsable de su ama. Bruce
senta que Sally era su hija, y no al revs, de modo que cuando ella se
levantaba para moverse por la casa l -como cualquier buen padre- la
segua para asegurarse de que no le pasara nada. Sus ataques al marco
de la puerta eran expresiones de puro pnico por su parte. El rea en
que l se concentraba era aquella en la que haba tenido lugar la separacin. Morda la puerta en un intento de escapar de casa y recuperar
a su cra. Cuando expliqu a Sally 10 que ocurra, entendi la reaccin
de Bruce perfectamente. No se volvera usted loco de preocupacin si
su beb se fuera de ese modo? Y, en cualquier caso, qu otra cosa
poda hacer Bruce? (Se ha demostrado recientemente que los niveles
de endorfinas de los perros aumentan cuando mastican, atenuando el
dolor como una descarga de adrenalina.)
Adems, Sally estaba haciendo muchas cosas que slo empeoraban la
situacin. Para empezar, le seal que la forma que tena de salir de
casa agitaba a Bruce. El ritual que segua antes de irse por la maana
reforzaba la posicin del perro como lder de su pequea manada. A
medida que l haba empezado a entender el ritual, poda anticipar 10
que iba a ocurrir. El perro senta que era el responsable y no quera que
77
viene hacer.
78
que mi perro cree que ya no le quiero". A esto respondo que, una vez
ms, estamos obsesionados por una idea humana del mundo, en concreto por nuestra idea del amor. Si realmente amamos a alguien o apreciamos algo, nuestra nica motivacin debera ser desearles 10 mejor.
En circunstancias como stas, pido a los amos que piensen menos en 10
que ellos necesitan y ms en las necesidades del animal. Y adems, una
vez que se haya completado el proceso de vinculacin, se es libre de
colmar al perro co~ tantas atenciones como se quiera: es afecto en una
distinta direccin.
Bruce tena cuatro aos, y llevaba mucho tiempo haciendo esto, as
que definitivamente se trataba de 10 que llamo un perro "de rehabilitacin". Para afrontar el problema concreto de salir de casa, yo necesitaba profundizar el proceso. Lo primero que hice fue conseguir que Sally
dejara de dirigirse al perro al salir. Quera que ella se comportara como
una lder y se moviese como quisiera. Tambin le ped que realizara
una transformacin menos drstica en el ambiente de la casa cuando
saliera. Mientras ella estaba all sonaban la radio o la televisin a todo
volumen y ella hablaba con Bruce o por telfono. En cuanto sala por
la puerta, todo aquel ruido desapareca. Bruce se quedaba all soportando el silencio. La casa se transformaba de un lugar en el que haba
ruido y actividad en otro en el que nada ocurra. Para el perro era obvio
que ella estaba a punto de salir.
Tambin le ped que no le dejase comida. La seal que estaba transmitiendo era completamente errnea. Reforzaba la sensacin que el
perro tena de ser el lder. Adems, era un prctica completamente sin
sentido. El perro no se coma las galletas. Qu padre va a sentarse a
comer cuando no sabe dnde est su hija? En cambio, consegu que
Sally diese ella misma de comer al perro, simulando que coma para
destacar su 1iderazgo. Le ped que continuase as durante las siguientes
dos semanas.
~in embargo, desde mi punto de vista, la clave era que Sally tena
que quitarle dramatismo a la salida y la llegada, para que parecieran
sucesos normales. Para ayudar a Bruce a comprender que las idas y
venidas de Sally eran normales, le ped que probase una tcnica que
llamo "salida simulada". Debo admitir que Sally me mir de forma
extraa la primera vez que le expliqu 10 que quera que hiciera, pero,
a pesar de todo, sigui adelante. Quera que saliera sin que Bruce se
agitase. No poda salir por la puerta por obvias razones: era donde
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Captulo 8
Mucho temperamento:
cmo abordar la agresin por dominancia
medida que se iba extendiendo mi reputacin con perros problemticos, cada vez me invitaban a tomar parte en ms programas de
radio en los que el pblico participaba por telfono. Ms adelante, en
la primavera de 1999, fui invitada por Yorkshire TV; la cadena regional
de televisin, a aplicar mis mtodos con seis perros problemticos. Los
perros haban sido elegidos entre las seiscientas cartas recibidas, y constituan una muestra representativa del tipo de dificultades que se me
pide que solvente en mi trabajo. Entre ellos haba lo que pareca ser una
perra con muy mal genio, una Cocker spaniel dorada, llamada Meg.
Sus amos, Steve y Debbie, me contaron que sufra repentinos cambios de humor; rompa a ladrar en un tono muy estridente siempre que
se acercaban extraos y rasgaba las cartas cuando el cartero llegaba por
la maana. Lo peor de todo es que morda a la gente; de hecho, haba
mordido a la hija pequea de una amiga de la pareja. Incluso los amos,
que tenan tres hijos, admitan que tenan miedo cuando Meg se
encontraba en "una de sus rachas de mal humor". Confesaron que les
haban aconsejado elegir entre darle una soberana paliza o sacrificarla
antes de que hiciera dao a alguien de verdad.
Incluso antes de conocer a Meg, estaba segura de que era un clsico
ejemplo de perro que sufra del problema ms comn, con mucho, que
me piden que trate: la agresin por dominancia. Puede manifestarse en
una enorme gama de posibilidades de q)mportamiento. Se encuentra
en el ncleo de los problemas que muchsima gente tiene con perros
que muerden, ladran o saltan sobre quienes visitan sus casas. Es la
causa bsica de los ataques sobre las especies de seres humanos en
mayor peligro de Inglaterra: el cartero, el lechero y el repartidor de
peridicos. Pero en toda su infinidad de manifestaciones, la agresin
por dominancia puede ser vencida introduciendo un solo cambio fundamental: quitndole al perro su posicin como lder de su manada.
82
Mucho temperamento:
reaccin normal a esas alturas era estar aterrada siempre que un recin
llegado entraba en contacto con Meg.
Mi reto ahora era conseguir que los amos de Meg fueran capaces de
comportarse de la misma forma autoritaria. As que lo primero que
hice fue pedir a Steve y Debbie que salieran de la habitacin sin prestarle atencin. Luego les ped que volvieran a la habitacin y continuaran ignorando el comportamiento de Meg, fuese el que fuese.
Como la mayora de los amos, al principio les pareci poco natural. Era
adentrarse en lo desconocido. Haban visto a su perra exhibir un comportamiento tan excntrico que una parte de ellos, estoy segura, tena
miedo de cmo reaccionara ella ante este repentino desaire. Pero
cuanto ms les explicaba, ms comprendan que su constante deferencia en Meg estaba prolngando su rgimen de terror. Cada vez que la
reconocan -de cualquier modo que fuera-, estaban reafirmando su
posicin como lder. Y hacindolo, nada iba a cambiar.
Como tantos de mis clientes, Steve y Debbie estaban sinceramente
decididos a afrontar el problema y accedieron a continuar como les
haba explicado. Meg, por supuesto, estaba extraordinariamente agitada. Me miraba fijamente, con los ojos casi fuera de las rbitas. Iba de
un lado a otro, rezongando por lo bajo; era perceptible su temblor.
Cuando se calm un poco, ped a Steve y a Debbie que empezaran a
llamarla para que se acercara a ellos, usando pequeos trozos de hgado seco para recompensar su buena disposicin. Antes de una hora, sus
dueos estaban sentados junto a una perra que estaba tangiblemente
menos estresada que nunca. Lo ms importante de todo es que la mirada intensa con el ceo fruncido haba sido reemplazada por lo que me
gusta llamar "ojos tiernos". En los aos que he estado usando mi mtodo, he llegado a reconocer los ojos tiernos como la seal ms clara de
que se ha establecido un contacto, de que me he comunicado con el
perro. En cuanto vi los ojos de Meg, supe que habamos superado lo
peor y el cambio haba comenzado.
Continu trabajando con Steve y Debbie durante dos semanas, asegurndome de que ellos siguieran afirmando su liderazgo durante ese
perodo de tiempo. Captaron bien los principios de la Vinculacin
Amichien. Ignoraban a Meg siempre que se acercaba sin ser invitada.
Hacan caso omiso de todos los intentos de ella por establecer contacto. Siempre que responda positivamente era recompensada con un
trozo de comida.
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Captulo 9
El apaciguamiento:
perros que muerden
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.
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un Pastor alemn de color blanco que tena dos amos, unos hermanos
llamados Steve y Paul, que vivan en las afueras de Manchester. Me
haban llamado con la esperanza de que pudiera quitarle a Spike el
hbito que tena de atacar y morder a quienes visitaban su casa. Los
ataques de Spike se haban hecho cada vez ms virulentos. As, por
ejemplo, haba empezado a atacar a cualquiera que intentara salir de la
casa. En cuanto alguien, incluidos los hermanos, colocaba la mano en
el picaporte de la puerta principal, Spike le saltaba encima y le propinaba un desagradable mordisco. Los familiares haban cogido tanto
miedo que haban dejado de visitarles. Steve y Paul estaban seriamente preocupados con la posibilidad de tener que deshacerse de Spike si
la situacin no mejoraba.
Ni siquiera necesit entrar en su casa para darme cuenta de que
Spike era un animal formidable. Por la profundidad, el tono y la potencia del ladrido y el furioso ritmo con que lo emita, mientras me diriga por el sendero hacia la puerta principal de la casa, adivin que se
trataba de un perro que estaba sumamente seguro de s mismo y de su
posicin en la manada.
Fue una impresin que pude confirmar en cuando me hall dentro
de la casa. Dentro de la seguridad de su propia guarida, Spike simplemente irradiaba autoridad. Haba un aura casi tangible alrededor del
perro. Mientras paseaba pavonendose, su lenguaje corporal era inconfundible. Se trataba de un animal robusto y muy consciente de su
potencia. Era el macho Alfa de aquel hogar, decidido a que todo el
mundo lo supiera. Segn entraba yo, me mir fijamente a los ojos,
ladrando amenazadoramente a un metro de m.
Como ya he dicho antes, el respeto es absolutamente capital en todas
las relaciones con perros. Si se lo demuestras, te correspondern mostrndotelo a ti. En el caso de Spike, saba que sera especialmente
importante. Como siempre, mi primera tarea consista en convencer a
Spike de que yo tambin era una Alfa. En este caso, tena que persuadirle, adems, de que no representaba para l ninguna amenaza.
Empec, como siempre, por ignorar inmediatamente al perro. En esta
ocasin, sin embargo, tambin tuve buen cuidado de evitar cualquier
movimiento repentino que hubiera suscitado probablemente la ansiedad de Spike. La experiencia tambin me ha enseado que incluso el
movimiento ms inofensivo, cruzar las piernas; por ejemplo, puede
provocar una respuesta en un perro de naturaleza fuerte ~y agresiva
87
ellos eran alumnos bien dispuestos y adoptaron mis mtodos con entusiasmo. Me llamaron de vez en cuando durante la siguiente quincena,
normalmente para consu1tarme sobre el modo de actuar en situaciones
concretas. En la mayora de los casos estaban haciendo exactamente 10
correcto, haban entendido mis ideas a la perfeccin.
Cuatro meses despus de visitarles, recib una llamada telefnica de
un pariente suyo pidindome ayuda en un problema que se estaba
encontrando con su perro. Me cont que el comportamiento de Spike
haba mejorado enormemente. Los hermanos eran ahora capaces de
controlar cualquier situacin que ocurriera dentro de la casa. Su familia haba vuelto a visitarles.
se ech a rer. Jazzie haba vuelto a comportarse del mejor modo posible, me cont. Aplicando el mtodo, slo haban tardado cuatro horas
en allanar todos sus problemas.
La segunda razn es ms obvia todava: los nios estn, en el sentido literal de la expresin, ms cerca del nivel del perro. Por esta razn
el animal tiende a vedes o como una amenaza o como seres que merecen mayor proteccin. Lo primero, por supuesto, es una dificultad a la
que muchos amos encuentran dicil enfrentarse. Desde mi punto de
vista, est claro: los nios muy pequeos y los perros deben estar separados siempr~tue sea posible, o si no, vigilados. Tant'-unos como
otros necesitan espacio para desarrollarse y se les debe dar ese espacio.
En cambio, contemplar la escena de un perro protegiendo a un nio
es de lo ms enternecedor. No creo que exista vnculo ms mgico. Es
una unin increblemente poderosa y que yo haba visto aos antes con
mi propia perra Donna. Pero hasta en este caso el vnculo puede traer
problemas, como descubr cuando me llamaron para tratar a Ben, un
dominante perro mestizo de color negro que viva con sus amos, Carol
y John, y su hijo de nueve aos, Danny, en Salford (Lancashire).
Estaba claro que Ben adoraba a Danny y se haba vuelto fieramente
protector con l. Su comportamiento ms agresivo se diriga hacia el
padre de John, el abuelo de Danny. Naturalmente, no era dicil ver
por qu. El abuelo viva a unos ciento sesenta kilmetros, en Gales, y
vea con poca frecuencia a la familia. Siempre que llegaba a la casa,
colmaba al nio de afecto. Ben no tena idea alguna de qu relacin
sostena aquello, simplemente vea a aquel anciano miembro de la
familia como una amenaza y haba empezado a atacar sicamente al
abuelo. La situacin haba empeorado tanto que el abuelo a veces quedaba confinado a un silln, incapaz de hacer el mnimo movimiento sin
que Ben gruera y fijara en l la mirada amenazadoramente.
La tensin que este tipo de situaciones puede generar en una familia
es inmensa. Las lealtades se vuelven confusas. Los amos son acusados de
preocuparse ms por sus animales que por los de su propia sangre. Todo
ello puede resultar muy perjudicial. Afortunadamente, tambin en este
caso estaba tratando con una familia lo bastante madura para afrontar el
problema. Con lo!, adultos empec haciendo frente a la situacin del
modo habitual. Adoptaron el proceso de Vmculacin Amichien bastante bien; pero saba que la clave del xito era implicar a Danny.
Implicar a los nios puede ser una de las partes ms diciles del proceso que practico. Resulta de lo ms comprensible que muchos no sean
capaces de entender lo qu~ se est intentando llevar a cabo. Como ya he
explicado, en el caso de nios muy pequeos, recomiendo separados de
94
los perros si se alborotan mucho estando juntos. Pero cuando los nios
tienen tres o cuatro aos, son capaces de entender gran parte de lo que
est sucediendo y podrn participar en el proceso, especialmente si se
les presenta como un juego. Segn mi experiencia, ensear a un nio
pequeo a ignorar a un perro si se acerca a l puede funcionar bastante
bien. Dicho esto, aunque se presente como un juego, los nios pueden
aburrirse, como les pasa con la mayora de los juegos; por eso, al fin y a
la postre es asunto que debe quedar al buen juicio de los padres.
Pero en el caso de Danny, no tuve ninguna duda en implicarle en el
proceso. Ante todo, en este caso su ayuda iba a ser fundamental para
tratar con Ben. Comprensiblemente, a Danny le resultaba realmente
muy difcil dejar de acariciar a Ben. Cuando le ped que dejara de hacerla, me dijo que la tarea de ignorar a su compaero de juegos le pareca
increblemente dura. Pero -con permiso de los padres, claro est- le
expliqu las posibles consecuencias. Con delicadeza le cont que si no
hacamos bien aquello, era posible que Ben no siguiera siendo su amigo
por mucho tiempo. No estaba intentando asustar al cio, sino simplemente que entendiera el mensaje. Mortunadamente funcion, y durante el resto de la sesin Danny afront la situacin metindose las manos
en los bolsillos siempre que se encontraba cerca de Ben.
La sesin dur dos horas, durante las cuales Ben hizo todo lo que
pudo para atraer la atencin de la familia. Debo confesar que, al final,
todo el mundo estaba empezando a perder la paciencia. Pero fue precisamente en ese momento cuando Ben les demostr el valor de lo que
estaban haciendo. Para aquel entonces, Ben haba agotado su repertorio de formas de atraer la atencin y se ech en uno de sus sitios favoritos frente a la chimenea. Cuando vi esto, supe que se haba dado
cuenta de que el tiempo y las energas que haba empleado haban sido
en vano. Con el ambiente ms relajado, el abuelo se levant de su silln
y cruz la habitacin. Sin pensar en ello, al pasar junto a su nieto, puso
de forma automtica las manos en los hombros del nio. Ben permaneci en la alfombra de la chimenea, imperturbable. Al acabar mi visita, la tensin que rodeaba a Ben se haba disipado a ojos vistas. Cuando
volv a hablar con la familia pocas semanas despus, me contaron con
orgullo que no haba vuelto a haber enfrentamientos. Danny esperaba
con impaciencia que su abuelo le visitara con ms frecuencia.
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Captulo 10
Los guardaespaldas:
perros hiperprotectores
lngemoso.
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le rascase, algo que tambin resultaba ser parte habitual de la vida diaria en aquella casa.
Evidentemente, Zack estaba forzando a Susie a adoptar una rutina que
l haba elegido. Mientras seguan sentados en el suelo, lo primero
que ped a Susie fue que dejase de rascarle. Se mostr reacia. "Se enfadar y empezar a gruir", me dijo. As fue: en cuanto ella dej de rascarle, l empez a hacer ruidos sordos. Sin embargo, ella comprendi
lo que se le peda y dio el siguiente paso: liberarse de la presa a la que
la tena sometida con el cuerpo. Lo nico que hizo fue sacar las piernas
de debajo del perro, levantarse y marcharse. A partir de all empez a
practicar los fundamentos de la Vinculacin Amichien, teniendo, en
este caso concreto, especial cuidado de liberarse siempre que Zack
intentaba imponerse a ella fsicamente. Cada vez que l lo haca, ella se
desasa. En poco tiempo, Zack empez a aprender las consecuencias de
sus acciones,
-,- y Susie pudo echarse en el suelo junto a l.
rida". Para ello, ped a Mary que volviera a emplear los principios de
peticin y recompensa que haba estado aplicando dentro de la casa.
Tess se encontraba en tal estado que apenas not que Mary se le iba
acercando. Sabiendo yo que esto sucedera, haba pedido a Mary que
tocase ligeramente el collar de Tess para atraer su atencin y que luego
le ofreciera un trocito de comida. En casos como ste, en los que los
amos estn tratando de resolver situaciones profundamente arraigadas
y muy preocupantes, les pido que den a sus perros premios de comida
que reflejen la especial naturaleza de las circunstancias. Por supuesto,
queda reservad al amo la eleccin de 16 que conviene dade. Yo personalmente prefiero el queso, algo que les encanta a mis perros pero que
slo reciben en contadas ocasiones. El premio especial recalca el mensaje de que ciertas acciones traen certas, agradables, consecuencias.
Mary utiliz su premio para atraer la atencin de Tess. Una vez que
lo consigui, emple las tcni~as que haba aprendido para llevrsela
dentro de la casa, apartndola de la situacin conflictiva. Hizo lo
mism,o al da siguiente, volviendo a animar a Tess a apartarse del
enfrentamiento. No se trataba de un caso de fcil arreglo y llevara su
tiempo. Mary persever y, al cuarto da, la ansiedad de Tess se haba
reducido hasta tal punto que, antes de que Mary llegase a la valla, la
perra ya notaba que se acercaba. Poco tiempo despus, Mary slo tena
que caminar las tres cuartas partes de la distancia hasta la valla antes de
que Tess se le lcercara buscando su premio. Era evidente que Tess estaba captando perfectamente el mensaje.
Al cabo de una semana, la situacin haba progresado tanto que
Mary slo tena que quedarse de pie en el umbral de la puerta, a quince metros de la valla. Tess todava segua ladrando al otro perro, pero
ni remotamente con la misma intensidad ni con tanta furia. Cuando
vea a Mary en el umbral, volva a la casa y la situacin se calmaba.
Despus de unos cuantos das ms, ya no iba ni siquiera hasta la valla.
Se quedaba ladrando en medio del jardn. Con el tiempo, Tess, igual
que el otro perro, siguieron tranquilamente con sus vidoas.El ritual
matinal haba terminado.
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Captulo 1L
Cuando te tiene en el bote:
perros que te saltan encima
lgunos propietarios de perros soportan que stos les salten encima; algunos incluso lo encuentran simptico (suelen ser propietarios de perros pequeos!). Sin embargo, en muchos casos, convierte
la vuelta a casa en un suplicio: toda la rop,! llena de huellas de barro y
la compra por el suelo son slo dos de los resultados que puede provocar que el perro te salte encima. El peor aspecto de este problema
desde mi punto de vista es la falta de entendimiento entre el perro y su
dueo; ninguno comprende lo que el otro est intentando decide; y ah
es donde, por as decido, puedo echar una mano como "traductora".
Todos los perros con los gue trato son memorables a su modo, pero
ninguna de las mascotas de las que me he ocupado es tan inolvidable
como Simmy, un cruce color canela entre un Whippet y un Terrier,
ambos de pedigr. Los dueos de Simmy, una pareja, Alan y Kathy, de
Scunthorpe, en Lincolnshire Septentrional, me llamaron completamente desesperados. Me contaron que el problema con Simmy era que
saltaba delante de la gente que visitaba su casa. Yo saba que suoirse a
las personas era una costumbre especialmente molesta, pero no hasta
qu punto. Lo descubr cuando me encontr por primera vez con
Simmy.
En cuanto entr en casa de sus dueos, Simmy empez a dar botes
sobre las patas traseras haciendo todo lo posible por llegarme a los
ojos. Se lo haba visto hacer a muchsimos perros anteriormente, por
supuesto. Lo que marcaba la diferencia con Simmy eran las asombrosas capacidades atlticas que demostraba. No meda ms de 35 cm de
altura, pero poda saltar con facilidad hasta metro y pico del suelo
intentando llegarme a los ojos. Lo que era an ms impresionante era
el hecho de que poda seguir hacindolo sin parar (era, en este sentido,
un perfecto ejemplo de cruce: una a la elasticidad del Whippet la ina13
-~
17
Captulo 12
Lo primero que tena que hacer Heidi era abrumar a Beau de seales, empezando con los cuatro elementos principales del programa de
vinculacin. Slo afirmando el control de su perro en casa era como
podra conseguir que se comportara como ella quera al aire libre. Beau
era bsicamente un perro bondadoso y cogi las cosas al vuelo. A
mucha gente este rgimen les resulta muy duro de mantener. Pero
durante este perodo pido a los propietarios que se abstengan de sacar
a sus perros hasta que estn preparados. Sin embargo, en menos de dos
semanas, Beau responda a las llamadas de Heidi dentro de la casa y del
jardn. Ella haba aprendido a alabar su comportamiento y l, a cambio, haba llegado a establecer una asociacin positiva con este procedimiento. Lo crucial ahora era que Heidi reafirmase el mensaje que
haba estado transmitiendo dentro de la casa. Tena que afirmarse
como miembro de la manada que iba a liderar la cacera. No era una
tarea nada fcil.
. Beau se puso muy excitadocuando ella sac la correa. As que ped
a Heidi que calmase la situacin inmediatamente. Le indiqu que dejara la correa en una mesa y se fuera. La seal era ntida: el perro se haba
equivQcado de medio a medio y la cacera se haba suspendido. Beau
tena que darse cuenta de las consecuencias de sus acciones. Cuando al
final Beau se calm, Heidi le at la correa al collar y, tomando la delantera, lo llev a la puerta. En esta etapa era fundamental que ella consi-
Lo que quera que Heidi hiciese entonces era practicar 10que haba
estado haciendo con la correa, pero ahora sin ella. As que le indiqu
que volviera a pasar por el proceso de llamar a Beau para que acudiera. En poco tiempo estaba recogiendo los frutos del duro trabajo que
haba hecho en casa. De nuevo, el aliciente de la comida atraa a Beau
a acudir a la llamada de Heidi cada vez que ella ampliaba la distancia.
Poco tiempo despus, acuda a sus llamadas desde ms de 50 metros.
En menos de un mes, los paseos de Heidi con Beau se haban convertido en la experiencia enormemente agradable que ella siempre haba
deseado. Sus das de perseguirle por todas partes haban acabado.
Acuda a su llamada sin falta. El desenlace no podra haber sido mejor.
y adems, Beau se haba convertid<,>en un perro mucho ms en forma,
ms saludable y ms feliz.
--
dura en el campo y les dej a sus anchas para que disfrutaran. Pero
cuando lleg la hora de volver a casa, Daisy se neg en redondo a volver a subirse al coche conmigo. Me qued de pie junto al coche, llamndola; pero no hizo nada ms que retozar interminablemente,
negndose a entrar. Evidentemente, llegados a este punto, yo tena la
sencilla opcin de cogerla y forzarla a entrar en el coche. Pero como
ya he explicado anteriormente, quiero que los perros tomen las decisiones por voluntad propia. Quiero que establezcan asociaciones positivas con las situaciones y que acten de manera consecuente. Si me
hubiera limitado a meter a Daisy May en el coche a empujones habra
establecido una asociacin completamente negativa. As que decid
probar con otra cosa. Mientras ella segua jugando, me sub al coche y
arranqu sin ella. Al hacerlo le estaba presentando una eleccin. Todo
su interior le deca que su lugar estaba con la manada. Su supervivencia dependa de ello. Estaba dispuesta a vivir ahora sin esa manada?
Despus de unos veinte metros, me detuve, sal y la volv a llamar.
Daisy May fue corriendo hasta el coche, pero continu retozando por
ah. Estaba claro que quera seguir jugando a este juego. De nuevo se
neg a venir. Y una vez ms volv al coche y arranqu, pero esta vez
conduje a mayor velocidad y una distancia ms grande. La pregunta
que yo le estaba haciendo ahora era: "Realmente quieres quedarte
sola?". Vi inmediatamente a Daisy May por el espejo retrovisor. Corra
detrs de m como alma que lleva el diablo. Esta vez, cuando me detuve, se meti de un salto con los dems perros. Recompens su comportamiento con un elogio.
Mi trabajo con los perros de otras personas me ha enseado que las
lecciones importantes como stas hay que recalcarlas lo ms pronto
posible. As que al da siguiente intent repetido y regres al mismo
lugar. De nuevo, Daisy May se neg a entrar al coche la primera vez
que se lo ped. Pero en esta ocasin no iba a jugar con ella. En cuanto
empez a juguetear decid mostrarle que sus acciones iban a tener consecuencias. Inmediatamente me alej con el coche a buena velocidad,
internndome unos doscientos metros en campo abierto. En ningn
momento, debo aadir, estuvimos a menos de cuatrocientos metros de
ninguna arretera. Nuevamente, Daisy May me pisaba los talones. En
cuanto abr la puerta del coche, se subi de un salto. Fue la ltima vez
que tuve que emplear este procedimiento. Despus de aquello, Daisy
May era siempre la primera en subirse al coche.
112
~,
Captulo 13
111
instinto de morder no puede desaprenderse: forma parte de la personalidad del perro. A veces comparo a los perros con Rambo en su primera pelcula. Si se le hubiera dejado en paz, Rambo era capaz de vivir
su vida como cualquier persona equilibrada; pero forzado a defenderse, retrocedi a un conocimiento que le permita volverse ultraviolento. Debe quedar bien claro: hay perros que son capaces de infligir
daos terribles a seres humanos en una situacin de enfrentamiento.
Razas como los Pitbull, por ejemplo, se criaron especficamente con el
propsito de pelear: si se les instiga a hacerlo, recurrirn al mximo a
esa naturaleza salvaje. Mi mtodo no puede eliminar estos instintos
bsicos de ningn perro, sea cual sea su raza; pero lo que s puede hacer
es permitir a la gente controlar a sus mascotas para que los enfrentamientos que sacan a relucir esta naturaleza salvaje no tengan nunca
lugar.
r--Desgraciadamente, yo no era libre de ayudar a Reggie, porque
Christine no poda conseguir el permiso de su amo para que yo pudiera trabajar con l. El dueo de la propiedad quera simplemente un
perro de guarda que estuviera en su puesto las 24 horas del da. Basil,
sin embargo, era un caso distinto. En cuanto lo conoc, me result obvio
que se trataba de un caso patente de Alfa no elegido, tan claro como la
luz del da. La primera vez que me encontr con l exlbi todos los sntomas clsicos: tiraba de la correa, se te suba encima y ladraba. Crea
evidentemente que era el jefe de la casa. Incluso haba cogido la costumbre de subirse a la encimera de la cocina para poder vigilar por la
ventana.
Christine empez siguiendo el normal proceso de vinculacin con
Basil. Durante este perodo, le ped que extremase la vigilancia para
mantenerlo alejado de la parte del patio que ocupaba Reggie. Los dos
perros no deban verse. Cuando sent que Basil estaba preparado, lo
sacamos al patio. Lo tena sujeto no slo con una correa sino tambin
con un arns. Saba lo agitado que probablemente se pondra y no quera arriesgarme a la posibilidad de que se soltara de la correa. En preparacin por lo que estaba a punto de suceder, habamos metido a
Reggie en un cobertizo.
Pero en cuanto llevamos a Basil a la zona de su viejo enemigo, volvimos a sacar a Reggie. Permaneca sujeto a su cadena. Al mismo tiempo, me arrodill, manteniendo, en silencio y con calma, a Basil sujeto
a una distancia de unos seis metros desde el final de la cadena. Ni
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II7
..
otro que yo haya conocido. Miss Artley viva en una preciosa casita en
Bridlington, un centro de veraneo en la costa de Yorkshire. Comparta
all su vida con dos maravillosos Bobtails llamados Ben y Danny.
Desgraciadamente, se haban vuelto muy agresivos hacia otros perros
durante su paseo diario. Sobrepasaban ampliamente los 45 kilos de peso
y eran muy grandes. La diminuta Miss Artley no pesaba ms de 44.
Apenas poda controlar a Ben y a Danny cuando estaban atados con la
correa y recogerlos una vez sueltos quedaba desde luego fuera de sus
posibilidades. Por consiguiente, ella se encontraba cada vez ms incapaz de detener cualquier posible ataque.
Para cuando el ama me llam, la situacin se haba deteriorado tanto
que la pobre mujer haba recurrido a pasear a los perros a las horas ms
inslitas del da. Me contaba que sala a medianoche y luego a las cinco
de la maana para evitar que hubiera enfrentamientos desagradables.
Estoy segura de que, como mucha gente, ella tena sus reservas acerca
de mis habilidades antes de conocerme. Puedo entenderlo perfectamente. Por fortuna, la convenc en menos de cinco minutos.
Miss Artley tena a sus perros en el jardn porque eran demasiado
bulliciosos. La vivienda estaba impecable y las exuberantes carreras de
los perros por toda la casa acababan por tirar todos sus preciados tesoros. En menos de cinco minutos despus de mi llegada haba conseguido tranquilizarlos. Como siempre, yo haba entrado a la casa
empezando como pensaba continuar: transmitiendo fuertes seales de
que yo era la lder y de que mi autoridad era absoluta. Los dos perros
no tardaron mucho en estar echados de buena gana en el saln por primera vez en los seis aos que haban pasado con su ama.
Sin embargo, el principal problema del ama era el paseo. Mi solucin al respecto era sencilla. Me haba propuesto asegurar que ella evitara aquellas situaciones en las que los perros se enfrentaran con otros
animales. Para ello, le ped que emplease recompensas de comida para
conseguir que los perros se acostumbraran a apartarse siempre que
entraran en contacto con otros perros. As que le indiqu, por ejemplo,
que si iba por una calle y vea acercarse a otro perro, evitara un enfrentamiento directo cruzando
la calzada. Y le ped que, una vez que estuI
viera ya segura en la otra acera, premiase a los dos perros con un
trocito de comida. Esta sencilla accin no slo eliminaba la negativa
posibilidad de un enfrentamiento, sino que tambin demostraba a los
perros que su ama haba tomado aquella decisin de actuar como lder
120
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Captulo 14
Relatos de lo inesperado:
el miedo a los ruidos
/-
La noche de las hogueras: se celebra, corno su nombre indica, con grandes fogatas y fuegos
artificiales.
(N. d. T.)
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10
Gris azulado con motas o rayas negras. Merle en ingls. Es un trmino muy preciso,que se
I25
En este caso, el amo entendi bien las principales partes del proceso de vinculacin; pero era evidente que el rea clave con Minty iba a
ser el paseo. El plan que conceb se basaba en una idea muy sencilla:
cuando Minty saliera a la calle, quera que fuera una experiencia con la
cual estableciera una asociacin positiva en vez de negativa, como hasta
entonces. As, despus de cosa de una hora estableciendo la relacin
con Minty, y habiendo ya asentado mi posicin como lder, le puse la
correa y la saqu a dar un paseo.
El trfico en la calle era intenso, justo como yo quera que fuera.
En cuanto la perra empez a reaccionar ante el primer coche que
pasaba, dije: "Minty, ven", ofrecindole a la vez un trocito de queso.
Hice lo mismo con cada coche que pasaba. Si Minty no acuda a mi
llamada y continuaba ladrando al coche, la ignoraba: no estaba dispuesta a tratar positivamente el comportamiento indeseable. Pero si
Minty acuda, la recompensaba con queso y amables elogios. Segu
as mientras continuamos paseando a lo largo de la calle. Estaba muy
concurrida y no caminamos mucho antes de que Minty estuviera
ms pendiente de m que de la calzada cuando se oa un coche acercarse. Despus de unos doce coches, pude dejar de asociar la situacin con la comida. Habamos estado fuera duran~ slo un cuarto
de hora. Era sencillo: yo haba establecido una buena asociacin a
partir de otra mala. Devolv a Minty a aquel seor y poco despus se
diriga a la residencia para ancianos a compartir con su mujer la
buena nueva.
Por supuesto no hace falta un coche que petardee para sacar a un perro
de quicio. En casos como el de Bonnie, un cruce de Welsh corgi y
Border collie de color negro y marrn claro que viva con su familia en
Revesby (Lincolnshire), incluso un telfono que suena puede provocar
una enorme ansiedad., Como sucede a menudo, el ama de Bonnie, Pat,
me llam por diversas razones. Bonnie estaba sufriendo muchos de los
sntomas de la agresin por dominancia: tirar de la correa, saltarte
encima empinndose y ladrar. Hablando con Pat me enter de algo
muy especfico de Bonnie, su reaccin al telfono. Pat me cont que
siempre que sonaba, Bonnie se pona frentica, jadeando, corriendo
arriba y abajo e incluso aullando. Su reaccin haba llegado a ser tan
extremada, que haba empezado a realizar un extrao ritual en el que
126
Fueron tres de mis propios cachorros los que me ayudaron a establecer de una vez por todas la idea de las buenas asociaciones. Mi
Pastora alemana Sadie, hija de Sasha, tena casi un ao mientras que
Molly, una pequea Springer spaniel, y su hermanastro Spike Milligan
tenan siete y cinco meses respectivamente. Se acercaba su primer 5 de
noviembre, la Noche de las Hogueras, y haba hecho todos los preparativos que pude para asegurar que no se angustiasen. Les haba dejado dentro de casa y haba encendido un pequeo televisor que haba en
la cocina, donde estaban comiendo y descansando. La idea era que el
ruido de la televisin actuara como distraccin til cuando empezaran
los fuegos artificiales.
Pero estaba tan absorta en otras cosas que se me olvid cerrar la
puerta cuando sal al jardn a ver los fuegos artificiales. Antes de que
me diera cuenta, los tres cachorros corran dando brincos hacia m. No
podan haber elegido peor (jO mejor!) momento. Casi inmediatamente, silbaba el primer cohete subiendo hacia la negra noche y explotando en una cascada de color.
No tuve tiempo ni de quedarme admirada; en cuanto sucedi la
explosin, Spike en especial se dej llevar por el pnico. Se tir al suelo
y se hizo un ovillo alrededor de mis pies. Al mismo tiempo, las otras
dos se quedaron all de pie, agachadas casi hasta tocar el suelo y mirndome con los ojos muy abiertos como pidiendo instrucciones. En aquel
entonces tena ya suficiente experiencia para saber que tena que actuar
con decisin. As que simplemente sonre y dije: "Ese era de los grandes, verdad?", con un tono de voz natural, y segu con lo que estaba
haciendo. Fue suficiente para que los perros se relajasen. Momentos
despus, los tres se haban alzado del suelo y empezado a apartarse de
m. Se pasaron la siguiente media hora contemplando el resto de la
exhibicin. El ao siguiente, cuando empezaron los fuegos artificiales,
escarbaban en la puerta tratando de salir. Ahora creo que es su noche
favorita
del ao.
~.
128
~
~
respeto.
"'1
"
i"
~
Reformar el
carcter: Dylan,
el peligroso Akita
ya completamente
rehabilitado.
En el aire:
intervencin en
un programa de
radio de la BBC en
el que los oyentes
participan llamando
por telfono.
En imagen:
filmacin para
Yorkshire 7elevision
con el cmara
Charlie Flynn.
--~
,/
Otra clienta satisfecha: con Rachel Keys, cuyos dos perros rescatados,
Keeny y Peggy, se transformaron gracias a mi mtodo en una demostracin
para el diario Daily Mail.
Captulo 15
""
129
Para hacerse cargo de un cachorro, hay algunas reglas de oro. La primera es que el perro no debe tener menos de ocho semanas al abandonar su primer hogar. Las razones que tengo para pensar as se
relacionan de nuevo con la naturaleza del perro. Todos los cachorros
nacen en un ambiente familiar natural, la camada. Es aqu donde deben
aprender las realidades fundamentales de la vida. Tienen que desarrollar habilidades sociales en el seno de la camada y aprender el lenguaje
de su grupo de iguales. Separar a un perro del ambiente de la camada
antes de acabar estas primeras ocho intensas semanas creo que es enormemente daino para l.
13
~--
131
,
cilla razn de que los cachorros no estn todava preparados para salir
al mundo. Mi experiencia me dicta que es mucho mejor insertados en
un buen grupo de juego formado por cachorros, donde pueda corretear en una situacin parecida al alegre ambiente de' juego natural,
comn en las camadas.
Pero al mismo tiempo es importante que desde los primeros
momentos se establezcan los principios de las pautas junto al amo y
recomiendo adiestrar al cachorro en casa o en el jardn. Lo importante es ensear al cachorro que el mejor lugar en el que puede estar es
junto a su amo. De nuevo, debe hacerse mediante comida y recompensas. Si el perro quiere ir delante, la correa debe relajarse y hacerse
volver al perro a donde debe estar. Hay que evitar a toda costa las disputas a ver quin estira ms, como en el juego de la cuerda. No hay
nada que le encante ms a un cachorro que un juego. Ya habr suficiente tiempo para juegos ms adelante. Por ahora, debe aprender las
reglas de un juego distinto. Si no establece usted esas reglas en este
mom~nto, crame, el cachorro elaborar las suyas propias.
En mi opinin, el tono de voz que el dueo emplea con un nuevo
perro es de suma importancia. Pido a la gente que no grite ni chille,
sino que hable con lo que llamo una hermosa voz. Les recuerdo que se
supone que el perro es el mejor amigo del hombre. Cmo hablaran
con su mejor amigo? Le chillaran y le gritaran o hablaran q)ll l con
amabilidad y con calma? Una vez que el perro est respondiendo a las
rdenes amables, la voz puede reducirse casi a un susurro, algo que
rendir sus frutos ms adelante. Un perro que sintoniza con rdenes
suaves prestar realmente atencin cuando el amo alce la voz.
Respecto a la toma de decisiones en la puerta, el cachorro debe ser
ignorado cuando entre la gente. Se puede trabajar en esta situacin de
dos maneras: en cierto sentido es ms fcil ignorar a un perro de corta
edad; por otro lado, no hay nada que despierte tanto el lado sentimental de la gente como la vista de un cachorro precioso. Sin embargo, es
imprescindible respetar los principios en todo momento. Cuntas
veces no habremos odo decir que "un cachorro no es para Navidad,
Lema de muchos anuncios contra el abandono de perros en el Reino Unido. (N. d. T.)
133
134
Captulo 16
Gremlins:
cachorros problemticos
para la limpieza. Los dos tipos de problemas estn causados por amos
que adoptan un mtodo inadecuado al comienzo de la vida del perro.
De todos los problemas que la gente experimenta con cachorros, los
ms comunes con mucho son los relacionados con la denticin. Una
vez ms, antes de estudiar este tema es til entender un poco las fuerzas naturales que estn operando. Los cachorros desarrollan un arsenal
de dientes como pequeas agujillas a una edad temprana. No tienen
una verdadera funcin, aparte de permitir al perro poner a prueba la
potencia de sus mandbulas. Los cachorros, en gran medida igual que
los nios pequeos cuando les salen los dientes de leche, hacen estas
comprobaciones mordiendo todo lo que puedan llevarse a sus jvenes
bocas. En el seno de la camada, muerden a sus hermanos. Estos lo
resuelven con una seal muy sencilla: chillan y luego se apartan de la
situacin. Pero, a falta de hermanos, un cachorro criado en un ambiente domstico morder alegremente lo que pueda echarse a la boca,
incluyendo los dedos de su amo.
Desde mi punto de vista, la mejor manera de tratar con este problema es a travs del juego. El dolor no forma parte del mtodo de adiestramiento que empleo. Todo lo contrario: prefiero con mucho ensear
a los perros las lecciones importantes de sus jvenes vidas mediante la
diversin y el juego. Los cachorros ofrecen una oportunidad ideal para
hacerla, siempre que se lleve a cabo del modo correcto. Siempre recomiendo a los amos de cachorros que cuenten con una abundante provisin de juguetes y objetos que el cachorro pueda mordisquear. Son el
equivalente de los mordedores de nuestros bebs. Los cachorros tardan
en echar los dientes unos catorce meses, as que necesitan algo de
ayuda. La eleccin de juguetes queda enteramente a la decisin del
dueo; pueden incluirse objetos como barritas masticables y nudos
para morder o incluso una toalla anudada hmeda. Lo nico que pido
al respecto es que los juguetes sean de tamao razonable: los objetos
pequeos pueden introducirse con facilidad en la garganta de un
cachorro, e incluso en la de un perro adulto.
Estos juguetes demuestran tener un valor inapreciable cuando el
cachorro empieza a masticar un objeto inadecuado; las borlas que cuelgan de los tiradores de los muebles, pongamos por ejemplo. En este
caso, recomiendo distraer al cachorro con uno de sus juguetes y arrojrselo a otro sitio para que siga jugando. Lo importante aqu es no castigar la natural exuberancia del cachorro. El amo est desviando el
136
~~
El segundo problema ms comn que me piden que afronte con cachorros es la educacin para la limpieza, o sea, las evacuaciones; puede acabar resultando algo muy estresante tanto para los amos como para los
perros. En el verano de 1997, me pidieron que visitase a una familia
que tena problemas con D'Arcy, su cachorro de Setter Gordon negro
y fuego. D'Arcy era tan aristocrtico como su nombre sugiere. Incluso
a la tierna edad de cinco meses, era un perro precioso, de noble porte.
Era evidente que iba a ser un adulto magnfico. Pero, para extremo
embarazo de sus amos, D'Arcy haba empezado a comerse sus propias
heces. La familia lo haba intentado todo para quitarle este hbito, pero
cuanto ms lo intentaban, ms se esforzaba D'Arcy en evitar que le des138
al azar. No iban a poder pillarle cada vez. Les ped que se concenrnsen en los momentos de deposicin ms probables, a primera hora ~
la maana, al despertarse tras un sueecito y despus de las comidas
Lo ms importante, sin embargo, era que calmaran todo el proceso
que se le quitase drama. En vez de aturullarse y correr nerviosos de aci
para all, les ped que se mantuvieran relajados y contentos. y, com~
siempre, quera que fueran coherentes en lo que hicieran, para que
D'Arcy entendiera qu era lo que ms le convena.
La primera tarea fue evitar que siguiera comindose sus heces. As que,
siempre que uno de ellos se encontraba cerca cuando l estaba evacuando, les ped que le dejaran terminar y luego le hicieran acudir a ellos con
una recompensa. Les hice que le alabaran expresamente de forma coherente, dicindole "muy bien, qu perro ms limpio" mientras le acariciaban y le daban su recompensa. Mientras D'Arcy digera su recompensa,
ellos quedaran libres para deshacerse de los excrementos.
Vale la pena mencionar en este punto que la educacin para la limpieza es una de las raras ocasiones en las que el amo puede acercarse al
perro para llevarle la recompensa. Segn mi experiencia, no confunde al
perro; de hecho, refuerza el poderoso mensaje que se transmite cuando se le recompensa por el comportamiento correcto. Convierte la
ocasin en algo especial que, a su vez, hace que el perro se esfuerce en
hacerlo mejor. Esta prctica normalmente necesita continuarse slo un
poco de tiempo hasta que el cachorro comprende.
D'Arcy reaccion bien a la rutina y enseguida dej de comerse las
heces. (Por cierto, este proceso puede mejorarse aadiendo calabacines o pia tropical a la dieta del perro. Por alguna razn, estos alimentos hacen que las heces resulten desagradables al gusto.) Animada por
este xito, hice que la familia empezase a conducirle~a lugares apropiados cuando tena que deponer. De nuevo, les ped que se mantuvieran
en calma y que fueran coherentes, que mantuvieran el pulso sin alteraciones. Cuando iba al lugar equivocado, simplemente retiraban los
excrementos y no decan nada. Tenan que hacer lo mismo si se perdan el momento en que l no se comportaba bien. Les expliqu que castigar al perro despus era ms intil an; habra olvidado lo que haba
hecho y le desconcertara la ira repentina. De nuevo D'Arcy respondi
a sus amos y en menos de dos semanas haca sus necesidades siempre
en el mismo sitio y despus dejaba all sus excrementos. La familia no
caba en s de alegra.
14
Captulo 17
El Rincn de Pup:
perros que dejan huella
pesar de haber sido correctamente educados respecto a la limpieza, algunos perros adultos empiezan a tener problemas y hacen sus
necesidades en casa. Mientras que el estrs se manifiesta en los seres
humanos de muchas formas, desde enfermedades fsicas hasta alcoholismo, los perros demuestran el problema a su manera. El sntoma
menos agradable es indudablemente ensuciar la casa, una contrariedad
qu~ a ningn propietario de perro le gusta tener que afrontar. Con los
aos, he tenido que tratar docenas de casos relacionados con perros
que ensuciaban sus casas: me ha llamado gente con perros que se orinaban cuando un extrao entraba en la vivienda, o que evacuaban en
los muebles, en las cortinas o incluso en sus propios amos. Es un problema profundamente angustioso y debemos, una vez ms, observar el
mundo natural para encontrar una explicacin.
Los lobos y los perros salvajes son especies muy territoriales. En
libertad en su ambiente natural, orinan y defecan para marcar los lmites de sus reas. Los olores transmiten una seal muy clara a otros animales: cualquier violacin de este espacio encontrar resistencia. Es
invariablemente una tarea realizada por perros que toman decisiones,
es decir, por los lderes Alfa. Dicho sea de paso, es por esta razn por
la que la evolucin ha dotado a los perros de la capacidad de orinar en
pequeas cantidades. La facultad de mantener orina en la vejiga les
permite marcar el rea ms amplia posible.
Aunque ste sea el comportamiento ms aceptable en la naturaleza,
sucede exactamente lo contrario en el ambiente domstico. Y cuando
un perro instintivamente empieza a ensuciar la casa, puede ser tremendo para los amos. Dos casos en los que me he visto envuelta ilustran cmo puede abordarse el problema rpida y, an ms importante,
limpiamente.
141
Uno de los primeros casos con los que tuve que enfrentarme fue el
de Callie, un cruce tipo Labrador que viva con una pareja en la ciudad
de N ewcastle. La perra, en gran medida como sus dueos, era muy
bondadosa. Al principio haba empezado dejando pequeas manchas
hmedas en la moqueta, pero la situacin haba empeorado enormemente. Se suba al sof de la pareja y all orinaba en abundancia. El problema se haba agudizado tanto que se haban visto forzados a cubrir
los muebles con hules.
Como tantos de los autnticos amantes de los perros que me piden
ayuda, Susie y Tom no estaban enfadados con su perra. Simplemente
no comprendan lo que estaba pasando y les pareca que la nica forma
de poder ayudarla era entendiendo mejor su problema. Durante nuestra conversacin inicial por telfono, la pareja se haba concentrado en
la costumbre que la perra tena de mojar el sof. La gente a menudo se
ciega tanto con un problema abrumador que no ven la relacin que
guarda con muchos otros. se era el caso. Charlando con Susie y Tom
en su casa, descubr que la miccin no era ni con mucho el nico sntoma que la perra estaba manifestando. allie tambin se pona nerviosa si tena que salir sola al jardn, por ejemplo. No sala nunca si
estaba oscuro. Me pareci evidente que se trataba de un ejemplo de
perro completamente estresado. Y lo estaba a causa de la responsabilidad que inadvertidamente le haban otorgado sus dueos.
En este caso concreto, mis esfuerzos para explicar el proceso se vieron facilitados por el hecho de que Tom era bombero. A menudo he
comparado la forma de proceder de una manada de lobos con el modo
en que trabajan los bomberos. La analoga les ayud a l y a su mujer
a entender rpidamente los principios. El respeto del perro por la mentalidad de manada es tal que desempear su papel, sea ste el que sea,
al mximo de su capacidad, para mantener la supervivencia de esa
manada. La forma de pensar predominante es "todos para uno y uno
para todos"; nada que se parezca ni remotamente a "aqu me las den
todas". Es exactamente igual que en un equipo de bomberos. En
momentos de peligro, trabajan unidos de una manera que raramente
podemos ver en nuestra sociedad clI1-petitivae inherentemente egosta. Por supuesto, se trata de un grupo jerrquico; sin embargo, desde el
jefe de bomberos hasta el recin ingresado, hay un respeto mutuo y por
la comunidad en la que operan: tiene que haberlo, porque cada una de
sus vidas depende de ello. Nos encontrbamos ante una perra que esta142
primera tarea cada maana consista en tirarse al suelo e inspeccionarlo atentamente para buscar los aadidos nocturnos. Ni siquiera esta
medida resultaba infalible. Una maana baj descalza y pis precisamente algo que Derek haba dejado detrs. Me confes que se haba
gastado una fortuna en guantes de goma y en leja. En una de las salidas tpicas del humor de Georgie, haba rebautizado la casa llamndola El Rincn de Pup. Pero en realidad no tena ninguna gracia.
Cuando fui a la casa, lo primero que vi fue que Derek segua a
Georgie a todas partes. Y en cuanto Georgie se sentaba, ceda a los
deseos del perro y se lo suba a la falda. Estaba incurriendo, por supuesto, en todos los errores clsicos, rindindole homenaje en cuanto ella.
entraba en casa. Tambin era evidente que las evacuaciones de Derek
estaban relacionadas con la ansiedad por separacin. Me enter de que
Derek estaba concentrando sus actividades en la puerta principal, marcando nuevamente la entrada a la guarida.
'
Como muchas personas, Georgie acogi mi mtodo con leves muestras de horror. La perspectiva de retirar atencin del perro le pareca
terrible. Su reaccin natural era mimario a la menor oportunidad.
Creo que en parte se deba a la culpa que senta por dejarle solo los das
laborables. Crea que tena que compensarle de algn modo. Pero
enseguida vio los frutos de hacer las cosas a mi manera.
Como de costumbre, entr en el ambiente de la casa exhibiendo
todo el repertorio de seales necesarias para persuadir a aquel perro
de que yo era su lder. As, despus de los habituales intentos de conseguir que yo le prestase atencin, Derek se puso a deambular por all y
a entretenerse solo, yndose a la cocina, donde empez a jugar con una
barrita masticable. Fue slo unos minutos ms tarde cuando Georgie
se dio cuenta de que el perro nunca haba hecho eso antes. Le dije que
era porque haba sentido, por mis acciones, que yo era la lder y l
haba podido cederme su papel de "canguro". El trabajo de Georgie
consista en convencerle de la misma manera.
Volvimos a pasar por el proceso de vinculacin concentrndonos en
las tcnicas que empl~ para ensear a los cachorros los hbitos de limpieza. Recuerdo que di a Georgie otro til consejo: "Usa siempre
detergente biolgico en vez de desinfectan!~ al limpiar las deposiciones del perro: es la nica forma de descomponer las enzimas grasas de
las heces". Si no, el perro todava podr reconocer el orar y, casi con
toda seguridad, volver al mismo sitio a repetir el proceso.
144
con calma, y, de este modo, l haca sus necesidades en el sitio correcto. No haba habido ms sorpresas en su moqueta. Yo no caba en m
de alegra por recibir aquella carta, pero an me alegr ms ver la fotografa que la acompaaba. Era una instantnea de Derek con los guantes de goma favoritos de su ama junto a las patas. Yano eran necesarios
para limpiar la casa y se haban convertido en su juguete ms querido.
14.6
Captulo 18
Puestos vacantes:
los problemas de ampliar la manada
Todas las personas que me llaman se preocupan por su perro lo suficiente para querer solucionar el problema que tiene, cualquiera que
ste sea. No le sacrifican porque muerda ni le ingresan en una perrera
porque no pueden arreglrselas con l. Ernest y Enid estaban tan decididos a solucionar el problema que estaban dispuestos a aceptar que yo
me ocupara de l. El problema era que Kerry protega a Enid y Gypsy
a Ernest. Ambas perras se perciban a s mismas como lderes de sus
respectivas manadas. Y ahora se estaban disputando el puesto vacante
dentro de la nueva manada ampliada. Lo que yo quera era conseguir
que las dos perras dependieran la una de la otra para que se sintieran
cmodas y ofrecerse compaerismo, que formasen su propia manada.
Luego las afirmara como subordinadas del mismo rango en aquella
manada.
Lo primero que ped a la pareja que hiciera fue dejar a las dos perras
en la residencia canina, que estaba cerca de la casa de Enid. Durante un
par de das las pusimos en sendas casetas contiguas, de manera que
mientras estaban privadas de la presencia de sus amados dueos, sintieran la presencia de la otra. Al tercer da, fui all y me las llev a una
zona grande de ejercitacin. La razn era que quera que las perras
tuvieran espacio para separarse la una de la otra, pero, al mismo tiempo, estuvieran en un ambiente comn. Ambas tenan su propio espacio
desahogado.
Se esquivaron todo lo que pudieron, como si no quisieran tomarse
en serio la una a la otra. Me hizo concebir muchas esperanzas. Hice lo
mismo durante tres das seguidos y al tercer da parecan querer conocerse. Meneaban la cola y se hacan gestos invitndose a jugar. Era la
seal que necesitaba para dar con ellas el prximo paso. Al da siguiente las met en la misma caseta. Haba dos camas y dos cuencas -todo
estaba separado si ellas lo queran as- y tambin haba mucho espacio,
era una caseta doble muy grande. Aquella tarde recib una llamada telefnica de la amiga ma que diriga la residencia canina. Me cont que
ya sobraba una de las camas: estaban durmiendo juntas. Yo estaba
encantada.
Resist a la tentacin de decide a Enid que todo iba bien porque no
hay nada peor que hacer concebir esperanzas a la gente y que despus
algo salga mal. En cambio, pas a intentar el siguiente paso. Dejamos
a las perras as una semana larga, durante la cual se llevaron estupendamente.
148
Como Ernest estaba en Irlanda, ped a Enid que viniera ella a la residencia en primer lugar. La tarea importante entonces era situar a ambas
perras por debajo de los dos amos en la jerarqua de la manada ampliada, con el fin de mostrarles que no tena sentido maniobrar para colocarse en mejor posicin para el rol de lder, porque ese puesto no
estaba vacante. Ped a Enid que las ignorase totalmente cuando las
viera. Yo crea que Kerry pensara automticamente: "sta es mi nia,
vamos a divertirnos", y que Gypsy se sentira marginada. Quera que
Enid las dejara a las dos sintindose marginadas, para que se volvieran
de nuevo la una a la otra. Tuvimos una agradable sesin de media hora
aproximadamente, durante la cual Enid no demostr a las perras ningn afecto: no acarici a ninguna de ellas y ni siquiera estableci contacto ocular. Esto puede parecer muy duro, pero quera dejar bien
establecido para las perras que no tena sentido retarse mientras Enid
estuviera presente. Hicimos lo mismo en varias ocasiones y Enid fue
mostrndose paulatinamente amistosa con las perras, acaricindolas,
dndoles recompensas, pero siempre con mucha tranquilidad. Ella
saba que la calma y la coherencia seran la clave para todo lo que estbamos haciendo.
En su siguiente visita a Inglaterra, ped a Ernest que repitiese lo que
Enid haba hecho. Quera que, al igual que ella, lo hiciera solo. Cuando
Gypsy lo vio, se puso excitadsima y gru a Kerry ms de una vez. Si
Ernest la hubiera colmado de atenciones en aquel momento, es muy
probable que Gypsy se hubiese vuelto bastante agresiva con Kerry, que
era lo ltimo que queramos. De nuevo Ernest estaba decidido y, aunque era dificil, lo hizo. Volvimos a repetir el proceso durante los dos
das de su estancia, con mucho xito.
Antes de que Ernest regresase a Irlanda, decid que podamos intentar una vez ms, pero en esta ocasin todos juntos, los cinco. Lleg el
gran da y all estbamos de pie en la zona de ejercicios relajados y contentos. No tengo palabras para expresar la alegra que sent en esta ocasin, porque aquellas personas haban puesto su fe en m para
conseguir hacer algo que cambiara decisivamente sus vidas a mejor. Y
estaba funcionando.
Poco tiempo despus, fui invitada a la boda de Enid y Ernest.
Despus de la ceremonia, para mi sorpresa, me invitaron al convite y,
al pasar al comedor, me indicaron que me sentase en la mesa principal.
Ernest empez su alocucin agradecindome todo lo que yo haba
149
I
hecho por ellos. Decir que me sent abrumada es decir poco. Fue
entonces cuando ca en la cuenta de lo que esta tcnica poda significar
para la gente. Era una de lis experiencias ms humildes de mi vida.
Saba que para que ellos pudieran estar realmente satisfechos en su vida
en comn, aquellas perras que tanto amaban tenan que conseguir llevarse bien. No me haba dado cuenta de cunto significaba para ellos
hasta aquel da.
La semana siguiente, qued arreglado que las perras iran a reunirse
con Ernest y Enid en su nuevo hogar. Hubo algunas llamadas telefnicas, pero slo problemas menores. La nueva familia congeni maravillosamente bien. Aproximadamente un mes despus recib una llamada
telefnica de Enid, que estaba muy angustiada. Me cont que haban
ido de compras a Dubln aquel da y que de alguna manera Kerry se
haba salido del coche y se haba perdido. Haba desaparecido en las
calles. Enid y Ernest haban ido a la comisara de polica, hecho un llamamiento por la radio, puesto psteres en las calles, de todo, y todo en
vano. Estaban anonadados, como yo lo estaba por ellos.
Despus de diez das haban perdido prcticamente la esperanza
cuando recibieron una llamada telefnica de alguien de Dubln que se
haba encontrado una perra perdida que encajaba con su descripcin y
la haba recogido. Fueron all en su coche a todo correr y, efectivamente, era Kerry. Enid crea que se alegr de volver a verlos; pero lo
que realmente les conmovi fue que Kerry pas de largo junto a ellos
y ech a correr hasta el coche donde Gypsy estaba esperando. Cuando
abrieron la puerta, Gypsy sali de un brinco, gimoteando y dando volteretas con absoluta delicia por ver a su amiga. Todava sigo recibiendo felicitaciones de Navidad de los cuatro -"Ernest, Enid y las chicas"y siempre que veo la felicitacin, me imagino aquel momento.
IS
Captulo 19
primera vista, la hora de la comida debera ser la parte ms sencilla de la vida diaria de un pefro. Comer, despus de todo, es el instinto ms elemental. Algo tan sencillo aparentemente como poner un
cuenco de comida en el suelo y dejar que el perro se ocupe de lo dems,
verdad? Bueno, pues s y no. Siempre que se cumplan las reglas respecto al modo de servirla, las horas de la comida no deberan represent~r el ms mnimo problema. La dificultad, como he descubierto en
diversos casos que he debido tratar, es que los perros tienen la costumbre de dictar esas reglas ellos mismos, excelente frmula para no crear
ms que anarqua.
Jamie.
Como ya he explicado, fue estudiando la vida en el seno de las manadas de lobos cuando observ por primera vez el papel tan sumamente
importante que desempeaba la comida. Siempre me viene a la cabeza
un episodio concreto que vi en un documental. Se vea a un coyote
mientras daba vueltas en torno a los restos de un alce que haba sido
abatido y devorado por una manada de lobos. Los lobos estaban reposando despus de haber comido hasta saciarse aproximadamente tres
cuartas partes del alce. Sin embargo, era evidente que la presencia del
forastero no era apreciada y fue la hembra Alfa la que lo espant. Lo
que era interesante era lo que suceda despus. Tras ahuyentar al coyote, la hembra Alfa volva a los restos del alce y casi de manera ritual
arrancaba un poco de carne. El mensaje que transmita al coyote era
ntido: ella tena el poder de decidir quin coma y cundo. Estaba reafirmando su liderazgo con el lenguaje ms potente que cabe imaginar.
He visto este comportamiento reproducido casi con toda precisin
en los perros. Muchos amos han sonredo dulcemente al contar cmo
su perro aparece regularmente con una "galleta en la boca. En parte
-estoy segura- sufren una decepcin al enterarse de que el perro no va
a ensearles la galleta porque tenga hambre, sino ms bien para reafirmar su puesto como principal distribuidor de comida de la casa.
Cuando viaj para visitar a Jamie y a sus amos, result enseguida
obvio que su comportamiento tambin estaba arraigado en esta idea.
En cuanto llegu a la casa, percib los clsicos signos de un perro que
crea llevar la voz cantante. Al llegar, me salt alrededor y me ladr
furiosamente, con el evidente deseo de ponerme en mi sitio.
Naturalmente, yo le ignor. Cuando me sent con sus amos, se subi a
su regazo, y estuvo presente durante todo el encuentro. No me sorprendi nada descubrir un cuenco con comida en un rincn de la cocina. Ni tampoco me inmut cuando los amos de Jamie me contaron que
la comida se quedaba all las 24 horas del da y era sustituida tres veces
cada jornada. Me result evidente que la comida tena un significado
especial para Jamie. Pero para asegurarme al cien por cien, me acerqu
al cuenco. En cuanto lo hice, se puso a corretear ladrando an ms
furiosamente.
,,~
Expliqu a los amos lo que estaba sucediendo. La razn por la que
no coma del cuenco no tena nada que ver con falta de apetito. Cada
perro reacciona de modo distinto al descubrir que no est a la altura del
puesto de lder. La reaccin de aquel cachorrillo haba sido desarrollar
152
una fijacin por la comida, algo que l consideraba como smbolo definitivo de su poder. Por eso la vigilaba como un guardia de servicio en
Fort Knox,rz casi desafiando a sus amos a que se atrevieran a comrsela. Y por eso nunca coma del cuenco. En apariencia se trata de algo
completamente irracional. Su actuacin iba a acabar con su vida. Y no
tengo ninguna duda de que este perrillo habra ayunado hasta la muerte. Pero por qu tiene un perro que comportarse de acuerdo con la
lgica de otra especie? Visto desde esta perspectiva, a sus amos les
pareci que todo encajJlba perfectamente. Por qu iba a comerse un
lder el contenido mismo de lo que constitua la base de su poder?
La solucin con la que la familia haba intentado montar el problema haba sido exactamente lo contrario de lo que se requera. Por
supuesto, comprend perfectamente por qu la familia haba hecho lo
que haba hecho, colocando comida por toda la casa. Para m estaba
claro que su decisin de dar de comer a Jamie con la mano haba sido la
causa principal del deterioro. Al perro aquello le haba parecido como
arrastrarse, como humillarse vilmente. Era la confirmacin de lo que ya
crea: su manada dependa de hotalmente. Mi tarea consista en explicar a la familia la necesidad de alterar el equilibrio de poder de la casa a
favor de ellos, y muy especialmente el poder de las horas de la comida.
Les ped que aplicasen las habituales tcnicas de vinculacin; pero en
ese caso tambin les ped que se concentrasen en la hora de la comida,
realizando cuidadosamente el proceso de "comida simulada" tres veces
al da. No obstante, si Jamie abandonaba el cuenco, tenan que recogerlo y no volvrselo a poner hasta el siguiente momento establecido
para comer. Esto no dejaba a Jamie ninguna escapatoria: o comer cuando se le daba comida o pasar hambre.
El estmago de Jamie haba llegado a encogerse bastante, as que les
ped que le dieran slo pizcas de comida. Adems, le iban a ofrecer,
naturalmente, muchas recompensas por sus acciones como parte del
resto del proceso. El primer da apenas comi nada, debido en parte al
delicado estado en que se encontraba, pero tambin porque sus amos
le estuvieron transmitiendo seales que no haba visto nunca, pero que
comprenda perfectamente. Necesitaba tiempo para pensar. Sin
12
153
Es el smbolo mximo
155
Captulo 20
Viajes de perros:
el caos en los coches
Como los seres humanos, los perros pueden llevar las cicatrices de
experiencias previas. A alguien que se haya visto envuelto en un accidente de coche, por ejemplo, le resulta muy duro volver a subirse despus a un automvil. A los perros tambin les pasa lo mismo, como
descubr cuando me llamaron para que tratase un caso especialmente
penoso. La experiencia que este Dobermann haba sufrido haba sido
horrible; hasta apareci en un peridico local. Lo encontraron herido
y profundamente angustiado al borde de una autopista. Por increble
que pueda parecer, lo que supuestamellte haba sucedido era que sus
amos lo haban arrojado literalmente de.un coche que circulaba a toda
velocidad. Las heridas del perro eran tan horrendas que hubo que
recluido en una Unidad de Cuidados Intensivos. Hasta el punto de
suponer que morira con casi total seguridad. Sin embargo, se fue recobrando poco a poco. Pasado un cierto tiempo, lo acogi una pareja que
viva en la pequea localidad de Barnetby (Lincolnshire). No tardaron
mucho en darse cuenta de que, no obstante, segua teniendo un gran
bloqueo mental.
Los Dobermann no son precisamente muy tmidos que digamos,
pero la mera vista de un coche era suficiente para que le entrara el
pnico ms absoluto. Cuando sus amos lo haban conseguido meter a
la fuerza en el coche, se haba orinado por todo el interior del vehculo. Lo ms fcil habra sido considerar a aquel perro como una causa
perdida, tan grave era su trauma. Pero, de nuevo, trataba con personas
que se preocupaban autnticamente por el bienestar del perro. Estaban
decididos a probar todo lo posible.
Durante el da que pas con ellos, les expliqu que se enfrentaban
con un largo camino. Se trataba de un perro que iba a necesitar mucho
consuelo antes de volver a acercarse voluntariamente a un coche.
Mortunadamente eran excelentes estudiantes. Despus de dos semanas
o as, haban establecido elliderazgo como de costumbre. Entonces les
1S8
ped que concentrasen tanta actividad como pudieran sobre y alrededor del coche.
As empez otro mes de trabajo. Comenzaron colocando un cuenco
de comida en el camino de entrada de la casa a plena vista del coche.
La idea era quitar al perro de la cabeza que el coche era algo que slo
tena asociaciones negativas. A partir de aqu les ped que fueran acercndose cada vez ms al coche. De nuevo les insist en la importancia
de la calma y la coherencia. Tatdaron 10necesario, llegando incluso a ponerse a cenar en sillas plegables en el camino de entrada para recalcar
el mensaje que queran transmitir. Con el tiempo su trabajo dio su
fruto. El momento decisivo tuvo lugar cuando le persuadieron a comerse su cena en la parte posterior del coche inmvil. A partir de aquel
momento, empezaron a practicar juegos de recuperacin de juguetes
que le echaban dentro y fuera del coche.
El progreso fue minuciosamente lento, pero los amos estaban decididos a que funcionara. Poco tiempo ms tarde haban conseguido progresa:t hasta encender el motor mientras coma en la parte trasera.
Luego recorran en el coche el camino de entrada mientras el perro
ingera su comida. Las cicatrices mentales eran tan terribles que tardaron ocho semanas en conseguir sacar el coche a la carretera. Pero me
alegra poder decir que ahora viajan muy unidos con toda libertad. Su
miedo a viajar es agua pasada.
159
Captulo 21
ada perro tiene su propio carcter. Al igual que los seres humanos,
unos son juguetones y otros, apacibles; los hay extrovertidos y los
hay introvertidos. sa es la razn que explica por qu se enfrentan de
manera distinta con el estrs que tienen que afrontar cuando se les da
el puesto de lder. Mientras unos arremeten contra el mundo, otros se
revuelven contra s mismos, a menudo en las formas ms autodestructivas. Durante el tiempo que llevo trat~ndo perros problemticos, he
visto un repertorio de sntomas que superan toda posibilidad de descripcin.
Me he topado con perros que se encogen de miedo ante los ruidos
ms leves e inocentes. Una suave llamada telefnica es suficiente para
que busqu~n refugio a toda prisa. Algunos perros son tan crnicamente nerviosos que considero un gran logro si al final del tiempo que paso
con ellos han conseguido acercrseme un metro. He visto perros que
se quedan paralizados ante cualquiera vestido de uniforme. En muchas
ocasiones he presenciado cmo algunos manifiestan la seal definitiva
de sumisin y sencillamente se echan de bruces y se orinan. Estoy
segura de que continuar encontrndome nuevas manifestaciones de
este problema mientras siga trabajando con perros. Sin embargo, la
raz de este comportamiento es siempre la misma: el perro est simplemente abrumado por su responsabilidad como lder. Lo manifiesta
a travs de su nerviosismo y de un comportamiento obsesivo.
Riby era un Labrador negro de cuatro aos que llevaba el nombre
de un pueblecito cercano a Grimsby (Lincolnshire), la localidad en la
que viva. Sus amos me llamaron porque Riby haba adquirido la costumbre especialmente desagradable de morderse los pies. El problema
haba empezado como una pequea mana, pero se haba ido haciendo
cada vez ms obsesivo. Cuando me llamaron, haba llegado a un nivel
160
en el que se los morda de continuo. Obviamente, no era sano en absoluto y Riby presentaba una serie de desagradables heridas abiertas. Si
continuaba as, lo ms probable es que se acabaran infectando, quiz
gangrenndosele y habra que sacrificarle. Sus amos estaban comprensiblemente desesperados por encontrar una solucin. Haban probado
todo tipo de tratamientos, incluidos los sedantes. Cuando les visit,
Riby llevaba un "collar isabelino", una especie de embudo de plstico
blanco sobre la cabeza. El collar estaba diseado para impedirle que se
--
Lo
Empec siguiendo el habitual proceso de vinculacin. Riby respondi bien. Con bastante rapidez sent que se trataba de un perro tmido
que estaba listo para renunciar a su liderazgo en cuanto fuera posible.
Despus de hora y media aproximadamente, ped a sus amos que le
quitaran el collar isabelino. En cuanto lo hicieron, empez a roerse los
pies. El problema de Riby era una variante del comportamiento que
entre los humanos se conoce como automutilacin. Lo importante era
demostrar a Riby que no tena necesidad alguna de comportarse as;
que sera recompensado por otra actividad.
As que me arrodill y le llam con una recompensa para que acudiera a m. Cuando se me acerc, cubr sus pies con mi mano izquierda, puse la derecha bajo el mentn y le acarici la barbilla. Lo hice sin
decir palabra. Quera que el proceso no fuese en absoluto estresante,
sino lo ms tranquilo posible. Permaneci distrado durante breves instantes, pero ensegrnda empez a comerse los pies. En cuanto lo hizo,
volv a distraerle. Esta vez le ped que se pusiera a mi lado, de nuevo
recompensndole con comida. Y nuevamente era una asociacin positiva. Continu as durante un buen rato. Cada vez que parbamos y l
volva a sus pies, yo volva a empezar a trabajar con l. Slo le mantena activo. Trabajamos de este modo durante unos veinte minutos.
Como se estaba comportando mucho mejor al cabo de este tiempo, me
161
162
Sus amos nunca se haban fijado en lo que suceda. Les expliqu que
la causa de aquel comportamiento era que la nia jugaba con la cola.
Como ya he dicho antes, puede ser difcil ensear a un nio pequeo
la forma correcta de comportarse con un perro. En este caso, ped a los
padres que mantuvieran a los dos separados cuando no hubiera nadie
presente. Tambin les indiqu que jugasen a juegos que atrajeran la
atencin de la nia apartndola de la cola del perro. Asimismo les suger jugar a cobrar objetos, algo que hiciera que la nia se concentrase en
la zona de la cabeza del perro en vez de en su parte posterior. Poco
tiempo despus, Rusty haba sido redimido de su costumbre. Su rutina
de giros de derviche desapareci y qued liberado para pasarse la vida
persiguiendo en el parque juguetes en vd de su cola.
163
Captulo 22
El efecto yoy:
los problemas de los perros adoptados
!-
"
por atacar a algn ser humano slo se estaban defendiendo. En general se han visto acorralados en situaciones en las que no se les ha dejado la opcin de huir. En el mundo humano, la autodefensa constituye
un principio legal perfectamente aceptable. Sin embargo, los perros
tienen que soportar las consecuencias, aunque no haya sido culpa suya.
He visto de primera mano el efecto traumtico que pueden tener los
malos tratos en un perro cuando recog a mi propio perro adoptado,
Barmie, el pequeo compaero que tanto me ense cuando estaba
desarrollando mi mtodo. Si aprend alguna leccin fundamental trabajando con l, fue que el vnculo de confianza entre perro y amo es
an ms importante en casos como ste. Barmie, con toda la razn,
desconfiaba profundamente de cualquier ser humano. Como todos los
perros recogidos, tena que aprender que las manos que le haban producido tanto dolor pueden tambin ofrecer afecto y alimento.
Igual que en medicina, prevenir en mucho mejor que curar. Durante
el rodaje de mi serie de programas para la televisin, me pidieron que
ayuda"sea preparar a un ama para la legada de una perrita especialmente perturbada. Tara haba sido recogida por un amigo mo, Brian, que
diriga un refugio en Leeds. Haba descubierto que le quedaba un da
para ser sacrificada. Lo que haca su caso an ms desgarrador era el
hecho de que presentaba en aquellos momentos una preez avanzada:
sus cachorros tambin habran muerto. Brian haba asistido al parto de
Tara y estaba entonces preparado para encontrarle un buen amo. Lo
haba hallado en la figura de Hilary, una autntica amante de los
perros, que necesitaba desesperadamente encontrar una nueva mascota con la que compartir su vida.
Como suele suceder con los perros recogidos, no se saba exactamente por qu haba sido abandonada Tara. Se haba portado perfectamente en el refugio y pareca una perra normal, bien equilibrada.
Suelo decir a la gente que no se preocupe por el historial de un perro.
El pasado tie todo lo que hace un perro, pero es raro que nadie pueda
proporcionarte el historial completo en ningn caso. Es mucho mejor,
a mi parecer, concentrarse en cambio en su futuro.
Por supuesto, Hilary quera hacer todo lo que le fuera posible por
esta pobre perra. As, por ejemplo, haba preparado comida para su llegada; pero despus de explicarle por qu esto no era conveniente, la
retir. La experiencia me dice que suelen pasar dos semanas hasta que
las cosas se ponen realmente feas. Es en ese momento cuando el perro
165
..!
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167
Captulo 23
Juguetes~iy
trofeos:
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da. Cuando lanz la pelota sobre la cruz del perro, el terrible animal de
un momento antes se haba transformado en un cachorrillo bullicioso
que daba saltos de alegra. Naturalmente, el cuidador del perro le haba
enseado a responder as al estmulo de la pelota al comienzo mismo
de su adiestramiento. Desde entonces, haba seguido siendo un poderoso medio para indicar al perro que haba hecho algo que mereca la
aprobacin de su cuidador. Era una forma de recompensa que reconoc perfectamente bien: jugar.
El perodo de juego proporciona quiz la perfecta oportunidad para
combinar la diversin con el aprendizaje: no hay mayor placer. Pero es
precisamente porque desempea un papel tan importante en la relacin entre seres humanos y perros por lo que jugar tiene que ser dirigido del modo correcto. Es posible que no parezca un problema
especialmente grave; pero que el perro dicte las reglas al amo Jluede
tener funestas consecuencias. Estoy segura de que todos nos hemos
visto en una situacin como sta: nada ms ponemos cmodos al final
de un. duro da de trabajo, aparece nuestro perro con una expresin lastimera en el rostro y uno de sus juguetes favoritos colgndole de la
boca. El perro quiere jugar y quiere jugar ahora, ya. Aunque a la mayora de los amos les resulte difcil percibido al principio, la situacin se
carga de problemas potenciales.
El hecho de tirar la pelota e ir a cobrada debe contemplarse desde
dos perspectivas. Para nosotros, estos objetos son meros juguetes. Para
el perro, en cambio, representan algo mucho ms precioso: son trofeos,
medallas honorficas, si se quiere, que ganar -y perder- en el seno del
ambiente de la manada. Los grupos de cachorros, en especial, luchan
continuamente por la posesin de los objetos. Los ganadores se pavonean como si acabaran de ganar la Copa del Mundo.
De nuevo, se trata de un principio que se remonta a la manada de
lobos. En la naturaleza, la supervivencia de la manada depende de que
sus lderes estn a la altura de su tarea. Por consiguiente, la pareja Alfa
debe demostrar con regularidad que merecen ser los lderes. Los perros
ponen constantemente a prueba el valor de sus lderes del mismo modo,
y la hora de juego ofrece una perfecta oportunidad para llevar a cabo esta
evaluacin. Si se permite que los perros crean que tienen control de los
juguetes "trofeo" que sus amos les lanzan, tambin desarrollarn la creencia de su posicin superior dentro de su manada: es imprescindible que
el amo se imponga como lder durante estos perodos dejuego.
169
.,
Juguetes y trofeos: el poder del juego
que, para que as sea, la pelota debe volver a mis manos; como quieren
seguir jugando, se comportan de forma que asegure que eso suceda.
Se me ha pedido que afronte todo tipo de problemas en este campo.
Ninguno fue tan interesante como el de Benji, un encantador "Westie"
o West Highland terrier. Benji tena un problema muy original. Su
ama, Mavis, me llam para decirme que se estaba comportando de
forma muy extraa siempre que ella le traa una nueva pelota sonora.
A Benji siempre le haba encantado el perodo de juego y le atraa jugar
especialmente con este tipo de juguete. Pero la visin de esta nueva
pelota lo transformaba. Efectivamente, cuando visit a Mavis, vi la
reatcin de primera mano. Se echaba, colocaba la cabeza en el suelo y
no paraba de temblar.
No tard mucho en descubrir cul era el problema. Mavis me cont
que Benji siempre haba conseguido pinchar cualquiera de los muecos sonoros a los pocos minutos de drselos. Pero aquel ms grande
haba permanecido intacto porque no le caba en la boca. Los Terriers
son e.specialmente bien conocidos por sus habilidades como cazadores de ratas. Sospech que la costumbre de Benji de pinchar las pelotas
para que dejaran de sonar se relacionaba con esto. De hecho, no haba
podido "matar" al Rey de las Ratas que era su pelota gigante, algo que
le haba dejado aterrorizado.
Me arrodill junto a Benji y, asegurndome de que vea lo que yo
estaba haciendo, pinch la pelota con un destornillador. Me mir atentamente mientras yo comprobaba que el aire haba sido expulsado y se
haba eliminado el ruido chilln. Su reaccin fue increble. En cuanto
se elimin el ruido, Benji agarr la pelota, la levant del suelo sacudindola y empez a dar saltos en el aire con ella. Tena la~ orejas
levantadas, todo su cuerpo volva a temblar, pero esta vez de excitacin.
Su enemigo mortal haba dejado de existir. Cuando le volv a tirar la
pelota, corri alrededor con ella triunfalmentc=. Sigui siendo su juguete favorito durante muchos meses.
-1
171
Captulo 24
"Cmo lo ha conseg;uido,seora?"
ese tipo de situacin de enfrentamiento". El magistradotena, natural- mente, la libertad de ignorado. Pero mi opinin era que el comportamiento de Dylan haba sido modificado.
Siempre me siento protectora con los perros con los que trabajo, a
veces creo que demasiado. Debo admitir que alguna vez me quit el
sueo preguntarme qu les iba a pasar a Helen y Dylan. La maana de
la audiencia, Helen me llam desde el tribunal. Estaba conteniendo las
lgrimas y slo pudo articular tres palabras antes de echarse a llorar.
"Se ha salvado", dijo.
Al magistrado le haba llevado diez minutos examinar el caso, tras lo
cual, su veredicto fue dictar una orden de control sobre Dylan.
Significaba que ella podra conservado. Siempre que no volviera a atacar a nadie, podran seguir con su vida juntos. Hasta ahora he intervenido en cinco casos como ste, y me complace decir que en cada uno
de ellos he ayudado a salvar la vida del perro.
(.
"Cmo lo ha conseguido,seora?"
J-
experiencia desde el lado positivo, como ~a oportunidad para aprender. N o lo vaya negar -realmente creo en considerar la vida como una
botella medio llena en vez de medio vaca-. Por eso result de lo ms
irnico que, cuando mi mtodo demostr su validez en circunstancias
bastante dramticas un da de 1998, yo fuera la ltima en juzgada una
experiencia positiva.
Una clida tarde de verano, haba llevado a mis perros a dar un paseo
por uno de mis sitios favoritos, un pintoresco paraje de la campia del
condado de Lincolnshire. Los haba metido en el coche y me haba
dirigido hacia un sendero que corre paralelo a un arroyuelo precioso.
Recuerdo vivamente que, mientras pasebamos juntos, iba pensando
qu tarde tan maravillosa haca. El resplandor del sol brillaba desde
poniente, los pjaros cantaban y una adorable brisa muy suave me acariciaba la cara. Los perros tampoco podan quejarse; corran libremente, entrando y saliendo del agua. Sinceramente, la vida pareca casi
perfecta.
Fue ms adelante donde la idlica situacin se transform en una
pesadilla. Los perros, como a menudo hacen, se me haban adelantado,
algo perfectamente aceptable porque saba que acudiran a m si los llamaba. Durante un breve instantg, desaparecieron de mi vista en un
recodo a la derecha del sendero. Fue entonces cuando o un repentino
aullido. Al correr en direccin del sonido, casi tropec con Molly, una
de los Spaniels, que estaba revolcndose, gimiendo y mordisqueando
desesperadamente. Cuando mir hacia delante, vi al resto de los perros
ladrando como posesos y tambin dando saltos. Slo tard un segundo
en darme cuenta del problema: delante de m haba una hilera de colmenas. Los perros estaban siendo atacados por sucesivas oleadas del
enjambre de abejas que las habitaban.
Durante los segundos siguientes, todo pareci suceder a cmara
lenta. Mientras todava trataba de recuperarme, yo tambin fui atacada. Fue una de las experiencias ms aterradoras de mi vida. Realmente
no puedo explicar el miedo que senta. Con las abejas arremolinadas
alrededor de la cara, no vea lo que tena delante. No consegua or ms
que su zumbido y los gaidos y alaridos de mis perros en algn lugar
delante de m.
Reaccion instintivamente y empec a dirigirme lo ms rpidamente que pude hacia el coche, aparcado a unos quinientos metros. Me
result horriblemente largo. Prob moviendo los brazos, pero fue in175
tiL Entonces empec a dar latigazos en el aire con las correas ligeras de
cuerda d~ mis perros que llevaba en torno al cuello. Con sinceridad,
estaba completamente ajena a las picaduras que me llovan sobre la
cal)eza, el cuello y las manos. Slo segu adelante como mejor pude,
cayendo de bruces cada dos por tres. Nunca me han parecido tan largos quinientos metros.
Al final consegu llegar al coche. Me temblaban tanto las manos que
me pareci una eternidad lo que tard en meter la llave en la cerradura. Lo primero que hice fue abrir la puerta del maletero e indicar a mis
perros por seas que entraran. Luego me met de un salto en el asiento del conductor, puse el motor en marcha y abr las ventanillas y el
techo corredizo para que pudieran salir las abejas. Los perros haban
entrado todos en lo que pareci un instante. Entonces pis el acelerador tan a fondo como pude y sal a toda velocidad. Para mi asombro,
las abejas que haba fuera del coche siguieron pegadas a nosotros persiguindonos durante casi dos kilmetros por el estrecho camino. Pero
al final, salimos a la carretera y las dejamos atrs.
Apenas recuerdo el camino de vuelta. Llegados a casa, met a los
perros y empec a evaluar los daos. Barmie se haba llevado la mejor
parte, quiz porque levanta tan poco del suelo. Los Spaniels, Molly y Spike Milligan, haban recibido picaduras, pero slo aqu y all por lo
que pude ver. Sus orejas peludas y colgantes les haban protegido la
cara, aunque los dos haban recibido muchas picaduras en los labios.
Irnicame~te fueron los ms grandes y poderosos de mis perros, los
Pastores alemanes, quienes se llevaron la peor parte.
El que peor estaba era Chaser, el hijo de Sadie, que tena seis meses.
Vi que el ojo derecho lo tena completamente cerrado. El prpado
inflamado era de un rojo vivo. Cuando llam al veterinario, estuvo de
acuerdo en que convena llevarlo al consultorio de inmediato. Los
dems perros estaban asustados, pero sanos y salvos, as que me pareci que poda dejarlos en casa mientras ayudaba a la vctima en peores
condiciones.
En la consulta nos atendi Simon, uno de nuestros veterinarios
habituales. Nada ms reconocer a Chaser, le inyect un antihistamnico y volvi a reconocerlo buscando ms picotazos. Una vez acabado el
tratamiento, pude relajarme por vez primera en una hora. Creo que fue
slo entonces, al empezar a bajar mis niveles de adrenalina, cuando
comenc a ser consciente del dolor palpitante en mi cabeza y de las
176
"Cmolo ha conseguido,
seora?"
178
bles con perros. Slo despus, cuando la gente pareca haber entendido lo que yo haba dicho, es cuando me di cuenta de lo claras que haba
llegado a tener las ideas.
En aquel momento debo reconocer que toda la situacin me result
ms bien borrosa. Es decir, aparte de una imagen. Al devolver el micrfono a Kelly, escuch el ruido de los aplausos sonando alrededor de la
pista. Y al darme la vuelta, vi que era el mismo Monty quien los haba
empezado. El camino que he recorrido durante los ltimos nueve aos
ha sido inspirado por su obra. Su creencia en la posibilidad de que
hombre y animal trabajen juntos en armona apuntala todo lo que he
hecho. Y ahora all estaba l aceptando -y aprobando muy pblicamente- mi trabajo. Fue uno de los momentos de mi vida en que me
he sentido ms orgullosa y ms humilde al mismo tiempo, un momento que no podr olvidar mientras viva.
180