Guerra Fria y Peru
Guerra Fria y Peru
Guerra Fria y Peru
Claudio VKz
72
tradicionales, aun cuando pierden terreno a ojos vistas, conservan todava suficiente poder especialmente dentro del
Partido Republicano. Los nuevos grupos de presin, aun
cuando crecen muy rpidamente, no son lo suficienieiiienlc
fuertes como para desplazar totalmente a los otros. Este
empate parece estar tras la extraa vacilacin du la nueva
administracin estadounidense en formular una poltica latinoamericana, y es tambin posible que resulte en una
actitud conciliatoria frente al problema con el Per.
Los aspectos econmicos del problema son imprtame*
pero no debera sorprender si los aspectos polticos resultan ms sintomticos de la nueva situacin que empieza
a dibujarse en las relaciones entre Amrica Latina y la
potencia mundial.
Ahora ya es aceptado generalmente que el fin de la
Guerra Fra trajo consigo ya sea como causa o efeclu
una notable fluidez a los asuntos internacionales, tanto polticos comu econmicos. Las anejas rigideces doctrinarias
que tanlo entorpecieron el manejo de las relaciones nter
nacionales desde 1947, empezaron a desaparecer y con ello
acaeci aquella rpida proliferacin de centros de decisin
poltica que a la vez ha complicado y hecho ms interc
sanie d estudio de las cuestiones internacionales. Asi, hoy
da es evidente que la Unin Sovitica se siente ms de
saltada politicamente por China que por los Estados
Unidos, mientras que tas alianzas occidentales fraguados
en aras de la confrontacin con le URSS estn, si no desmoronadas, totalmente desprestigiadas u obsoletas. Ms an.
hasta las fricciones ocasionadas por el desafo francs ya
estn desapareciendo bajo la enorme ola de pragmatismo
poltico que invade las cancilleras del mundo. La "relacin especial" de los EE. UU. con Gran Bretaa nene apenas inters histrico mientras que el claro y prctico entendimiento del Presidente Nixon con el General de Gaulle
pasa a dominar la escena occidental.
Amrica Latina pareca estar ausente de estas nuevas
situaciones hasla que las decisiones del rgimen militar peruano la han despertado con sobresalto. He aqu que una
nacin pequtmu, apoyada por sus vecinas especialmente
por aquellas asociadas con ella en el Tratado Andino se
enfrenta con los Estados Unidos defendiendo con vigor io
que ella considera son sus mejores y muy legtimos intereses nacionales y sin el menor atisbo de trinchera ideolgica o doctrinaria por ninguna parte. Si a esto se agrega
que el gobierno peruano lleva las de ganar, podr comprenderse que no ser despreciable el nmero de pases latinoamericanos que ya estarn reflexionando sobre e! modo de pasar por la brecha que dejarn abierta.
Durante los aos de ta Guerra Fra, los movimiento;
de izquierda tenan un control prcticamente monopolice
sobre las actitudes nacionalistas y antiestadounidenses. Ln
el futuro prximo, es muy posible que esto cambie en forma importante. Desde luego, es poco probable que el nuevo desafo nacionalista latinoamericano tenga su base en
estos movimientos por la sencilla razn que son muy pocos
los pases donde la extrema izquierda tiene posibilidades
reales de alcanzar el poder a corto plazo. Adems, desvanecido el mito del peligro comunista y la inevitabilidad funcional de sobrevivir sin el apoyo decidido de la potencia
del norte, no escasearn grupos de centro y de derecha que
intentarn con xito cosechar los frutos polticos de actitudes nacionalistas. El Gobierno peruano ha pulsado suavemente la cuerda del nacionalismo y la meloda resultante
ha sido particularmente grata a sus intereses polticos. Parece difcil concebir que una leccin ten elemental decidora pasara desapercibida en el resto del continente.