Beowulf
Beowulf
Beowulf
Y LOS CRTICOS
primitivo, pagano, teutn, una alegora (poltica o mtica) o, ms a menudo, una obra
pica, o bien al desnimo ante el descubrimiento de que era l mismo y no lo que el
estudioso hubiese querido que fuera por ejemplo, una balada pagana heroica, una
historia de Suecia, un manual de antigedades germnicas o una Summa Theoogica
nrdica.
Yo expresara toda esa diligencia con otra alegora. Un hombre hered un campo
en el que haba un montn de viejas piedras, parte de una construccin ms antigua.
Algunas de esas piedras ya haban sido utilizadas para construir la vivienda que
habitaba, cerca de la vieja casa de sus padres. Con el resto edific una torre. Pero al
llegar sus amigos, advirtieron (sin molestarse en subir los escalones) que esas piedras
haban pertenecido a un edificio ms antiguo. Entonces derribaron la torre, no sin
grandes esfuerzos, buscando bajorrelieves o inscripciones ocultas, o intentando
descubrir dnde haban hallado las piedras los remotos antepasados del hombre.
Algunos sospechaban que haba all un depsito subterrneo de carbn, y empezaron a
cavar, olvidndose incluso de las piedras. Todos haban dicho: Esta torre es
interesantsima. Pero tambin dijeron (despus de derribarla): En qu estado
desastroso se encuentra! E incluso se oy murmurar a los descendientes del hombre,
aunque de ellos se habra esperado que comprendieran por qu lo haba hecho: Es una
persona muy extraa. Por qu ha usado las piedras para construir esa torre absurda?
Por qu no restaur la vieja casa? No tiene sentido de la proporcin. Y, sin embargo,
desde la cima de esa torre el hombre haba podido mirar el mar.
Confo poder demostrar que tal alegora es justa, incluso si consideramos a los
crticos ms recientes y avisados, cuya preocupacin est, en principio, del lado de la
literatura. Para alcanzarles [17] debemos pasar en un rpido vuelo sobre las cabezas de
muchas dcadas de crticos. Mientras lo hacemos, una babel en conflicto se levanta ante
nosotros, una babel que vendra a resumirse en las siguientes opiniones:[7] Beowulf es
una pica autctona a medio hacer, cuyo desarrollo se vio truncado por la enseanza en
latn; fue inspirada por un intento de emular a Virgilio, y es un producto de la educacin
que se introdujo con el cristianismo; como narrativa resulta floja e inconsistente; las
reglas de la narrativa son inteligentemente observadas a la manera de la pica culta; es
el producto confuso de un comit de anglosajones estpidos y probablemente borrachos
de cerveza (es ste un comentario galo); se trata de una serie de baladas paganas
editadas por monjes; es la obra de un sabio aunque errado anticuario cristiano; es la obra
de un genio, extraa y sorprendente en ese perodo, si bien el genio parece haberse
manifestado en la creacin de algo que hubiera sido mejor dejar sin hacer (es sta una
voz muy reciente); es un cuento popular salvaje (coro general); se trata de un poema que
pertenece a una tradicin aristocrtica y cortesana (las mismas voces); es una confusa
miscelnea; es un documento sociolgico, antropolgico y arqueolgico; es una alegora
mtica (voces muy antiguas stas, y generalmente acalladas, aunque no tan erradas como
algunos de los ms recientes reclamos); es rudo y spero; una obra maestra del arte
mtrico; carece en absoluto de forma; es curioso, pero su estructura resulta
ridculamente endeble; es una inteligente alegora de la poltica contempornea (el viejo
John Earle, apoyado tmidamente por el seor Girvan, si bien el perodo al que se
refieren no es el mismo); su arquitectura es slida; es superficial y barato (una voz
solemne); es innegablemente algo de peso (la misma voz); se trata de una pica
nacional; es una traduccin a partir del dans; fue importado por comerciantes frisios; es
una carga para los planes de estudio ingleses; y (coro final y universal en el que
coinciden todas las voces) es digno de estudio.
Dinamarca: se marcha a casa, a su Gautlandia, hasta que el paso de los aos trae al
Dragn de fuego y su ltima aventura. As de simple. Aun as, los tres episodios
centrales estn bien estructurados y diversificados; no son exactamente repeticiones. Se
da un cambio de temperamento entre el enfrentamiento con Grendel por la noche, en
Heorot, y el descenso bajo el agua para encontrar a la madre de Grendel; mientras que el
sentimiento del Dragn es de nuevo distinto. Pero la gran belleza, el autntico valor de
Beowulf reside en la dignidad de su estilo. Es curioso, pero su estructura resulta
ridculamente endeble. Porque mientras que la historia principal es la simplicidad
personificada, el ms llano de los lugares comunes de la leyenda heroica, las constantes
alusiones histricas que la rodean remiten a un mundo de tragedia, a una temtica de
procedencia muy distinta a la de Beowulf ms prxima a la tragedia islandesa. A pesar
de este defecto fundamental, una desproporcin que coloca las irrelevancias en el centro
y desplaza los asuntos serios a la periferia, el poema de Beowulf es algo innegablemente
consistente. El asunto en s mismo es irrelevante; su moral y su espritu slo pueden
compararse con los de los ms nobles autores.[8] [20]
Este pasaje fue redactado hace ms de treinta aos, pero a duras penas si ha sido
superado. Sigue teniendo en este pas al menos una poderosa influencia. Con todo,
su efecto principal consiste en establecer una paradoja que, se me antoja, ha
desnaturalizado siempre esa opinin, incluso en el caso de aqullos que la aceptaron, y
que ha dado a Beowulf el carcter de poema enigmtico. La virtud principal del
fragmento citado (no aqulla por la que generalmente es tenido en estima) es que presta
cierta atencin a los monstruos, a pesar del gusto por lo sobrio y lo correcto. Pero el
contraste establecido entre el defecto fundamental del tema y la estructura y, al mismo
tiempo, la dignidad, la sublimidad de la conversacin, lo elaborado del desenlace, se ha
convertido en lugar comn incluso entre los mejores crticos, una paradoja cuya
extraeza casi ha quedado olvidada en el proceso de darle crdito por su autoridad. [9]
Podemos compararla con la del profesor Chambers en su Widsith, p. 79, donde aborda el
estudio de la historia de Ingeld, hijo de Froda, y su enemistad con la gran casa danesa de
los skyldingos, un relato introducido en Beowulf como una simple alusin.
Nada [dice Chambers] podra poner mejor de manifiesto la desproporcin de
Beowulf, que coloca las irrelevancias en el centro y desplaza los asuntos serios a la
periferia, que esta alusin a la historia de Ingeld. Porque en este conflicto entre la
palabra empeada y el deber de la revancha, tenemos una situacin que los viejos poetas
heroicos amaron, y que no habran cambiado por una desolacin de dragones.
Obviar por el momento el hecho de que tal alusin tiene una finalidad dramtica
en Beowulf que supone una defensa suficiente tanto de su presencia como de su talante.
El autor de Beowulf no puede ser considerado culpable por el hecho de que ahora slo
tengamos su poema y no otros que tuviesen cmo tema principal a Ingeld. l no estaba
dando gato por liebre, sino entregando algo nuevo. Pero volvamos al dragn. Una
desolacin de dragones. Se percibe un aguijn en este plural shylockiano, tanto ms
agudo por cuanto que procede de un crtico que merece el ttulo de mejor amigo del
poeta. Est dentro de la tradicin del Libro de san Alban, desde el que el poeta [21]
poda replicar a sus crticos: S, estridentes como avefras, imitadores astutos, panda de
bribones, corro de chismosas.
Por lo que respecta al poema, un dragn, aun caliente, no es capaz de hacer un
verano; ni siquiera una hueste. Y un hombre bien podra cambiar por un buen dragn lo
que no vendera por una tierra vasta y desolada. Y los dragones, los dragones reales,
esenciales tanto para la maquinaria como para las ideas de un poema o cuento, son de
hecho raros. En la literatura del Norte tan slo hay dos significativos. Si dejamos aparte
al inmenso e impreciso Migarsormr, El que Rodea el Mundo, ruina de los grandes
dioses y no digamos de los hroes, no tenemos sino al dragn de los vlsungos, Ffnir,
dao de Beowulf. Cierto es que ambos estn en Beowulf, uno en el relato principal, el
otro mencionado por un trovador que alaba al propio Beowulf. Pero no es sta una
desolacin de dragones. Efectivamente, la alusin al ms renombrado gusano matado
por el wlsingo resulta indicacin suficiente de que el poeta seleccion un dragn con
un propsito bien definido (o que vio su carcter significativo en la trama una vez
empez a trabajarla) incluso mientras pona todo su cuidado en comparar a su hroe,
Beowulf hijo de Ekto, con el prncipe de los hroes del Norte, el wlsingo matador de
dragones. Estimaba a los dragones, tan raros como horrendos, como an lo hacen
algunos. Le gustaban como poeta, no como zologo; y tena un buen motivo.
Pero nos topamos con este tipo de crtica una vez ms. En la obra de Chambers
Beowulf and the Heroic Age, el ensayo ms significativo que conozco sobre el poema,
an est presente. El acertijo todava est sin resolver. El motivo del cuento se aparece
como el espectro de una vieja tarea de investigacin, muerto aunque inquieto en su
tumba. Se nos dice de nuevo que la historia principal de Beowulf es un salvaje cuento
popular. Bastante cierto, desde luego, como lo es de la historia principal de El Rey Lear,
aunque en este caso prefiera sustituirse salvaje por absurdo. Pero hay ms: se nos
dice que el mismo tipo de materia prima se encuentra en Homero, si bien all est a buen
recaudo, en el lugar que le corresponde. El cuento popular es un buen sirviente,
afirma Chambers; y quiz no se da cuenta la importancia de tal admisin, hecha para
salvar la fama de Homero y Virgilio, puesto que contina: pero un mal seor, se ha
[22] permitido su incursin en Beowulf donde ha usurpado el lugar de honor, y ha
arrasado en episodios y digresiones los elementos que deberan constituir la materia
principal de una pica bien llevada.[10] No me acaba de quedar claro por qu la pica
bien llevada depende nicamente de esa materia principal. Pero, por el momento, me
limitar a sealar tan slo que, de ser as, Beowulf no es evidentemente una pica bien
llevada. Y hasta puede parecer que ni siquiera es pica. Pero el rompecabezas contina
en pie. En el discurso ms reciente sobre este tema an hace acto de presencia, atenuado
su tono casi al nivel de una interrogacin melanclica, como si esta paradoja, por fin,
hubiera comenzado a afligir con su hasto el pensamiento que se esfuerza en apoyarlo.
En la peroracin final de su notable conferencia sobre Folk-tale and History in Beowulf
pronunciada el ao pasado, el seor Girvan deca:
Hay que reconocer que existe materia para el asombro y campo para la duda,
pero tal vez podramos responder con absoluta satisfaccin a algunos de los
interrogantes que surgen sobre el modo en que el poeta presenta a su hroe, si tambin
pudisemos responder con certeza a la pregunta de por qu escogi precisamente ese
tema, cuando, para nuestra mentalidad moderna, otros muchos, ms elevados, estaban al
alcance de la mano, cargados con el esplendor y la tragedia de la humanidad, ms
dignos, desde todos los puntos de vista, de un genio tan asombroso y raro para la
Inglaterra anglosajona.
Hay algo que est de ms en todo esto, de una forma casi irritante. Uno casi se
atrevera a preguntar si no habr algo que falle en nuestra mentalidad moderna,
suponiendo que est representada de una manera justa. Difcilmente podramos
encontrar una mayor alabanza del poema que la de los crticos entendidos, cuya
erudicin les capacita para apreciar este tipo de cosas, el detalle, el tono, el estilo y, por
supuesto, el poema como un todo. Sin embargo, este talento potico, segn podemos
deducir, ha sido despilfarrado en un tema de nulo provecho: como si Milton hubiese
vuelto a narrar la historia de Juanito y las judas mgicas en verso noble. Aun cuando
Milton lo [23] hubiera hecho (y podra haber hecho cosas peores), quiz deberamos
paramos a considerar si su maestra potica no habra tenido cierto efecto sobre un tema
tan trivial; qu tipo de alquimia habra actuado sobre el metal de baja ley; y si en efecto
ste continuara siendo bajo o trivial una vez que hubiese terminado con l. El tono
elevado, el sentido de dignidad, evidencian por s solos la presencia de una mente
excelsa y solcita en Beowulf.Es improbable, podra decirse, que un hombre tal
escribiera ms de tres mil versos (elaborados hasta alcanzar un final elevado) sobre un
asunto que realmente no fuera digno de una seria atencin y que siga siendo endeble e
insulso una vez el autor ha terminado con l. O bien que a la hora de seleccionar su
material y decidir qu haba de tener prioridad y qu deba quedar subordinado,
mostrara una simplicidad que estara muy por debajo del nivel de los personajes que
traza en su poema. Parecera ms probable cualquier teora que al menos nos dejara
creer que lo que hizo responda a un propsito, y que para tal propsito existe una
defensa que an puede tener fuerza.
Muy pocas veces se ha cado en la cuenta de que la maquinaria de la dignidad
tiene que buscarse en otras partes. Cynewulf, o el autor de Andreas, o de Guthlac (con
ms razn), poseen una disposicin especial para dignificar el verso. En ellos
encontramos un lenguaje elaborado, palabras graves, sentimiento sublime, precisamente
eso que se nos ha dicho es la autntica belleza de Beowulf. No obstante, creo, no se
puede discutir que Beowulf es ms hermoso, que cada uno de sus versos est ms
cargado de significado (incluso cuando, como ocurre en ocasiones, se trata del mismo
verso) que en los otros poemas extensos del ingls antiguo. As pues, dnde reside la
virtud especial de Beowulf si dejamos a un lado el elemento comn, que se debe en gran
medida al idioma, as como a la tradicin literaria? Cabra pensar que reside en el tema
y en el espritu que ste ha infundido en el todo. Porque, de hecho, si hubiera una
discrepancia real entre tema y estilo, tal estilo no sera percibido como hermoso, sino
como incongruente o falso. Y esa incongruencia est presente en cierta medida en todos
los poemas extensos del ingls antiguo, salvo en uno: Beowulf. El contraste paradjico
que se ha trazado entre el fondo y la forma en Beowulf contiene, as pues, una inherente
improbabilidad literaria. [24]
Por qu, entonces, los grandes crticos discrepan? Debo pasar con bastante
premura sobre las respuestas a esta pregunta. Pienso que las razones son variadas, y
llevara mucho tiempo su examen. Creo que una de ellas es que la sombra de la
investigacin se ha proyectado sobre la crtica. Por ejemplo, la costumbre de pensar en
una trama resumida de Beowulf, desnuda de todo lo que le concede una particular fuerza
o vida propia, ha hecho surgir la nocin de que su historia principal es salvaje, o trivial,
o tpica, incluso despus de su estudio. Sin embargo, todas las historias, grandes o
pequeas, son una o ms de esas tres cosas si las desnudamos de ese modo.
Sencillamente, la comparacin de las tramas esquemticas no es un proceso propio de la
crtica literaria, si bien se ha visto favorecida por el estudio comparado del folklore,
cuyo objetivo es principalmente de carcter histrico o cientfico. [11] Otra razn es,
pienso, la curiosidad que han sentido los estudiosos de lo antiguo ms que los crticos
por elucidar las alusiones que se encuentran en el poema; y esto exige tanto estudio e
investigacin, que la atencin ha quedado desgajada del poema como un todo, as como
de la funcin de las alusiones en la economa potica de Beowulf. No obstante, esta
funcin se aprecia claramente al margen de tales investigaciones.
Pero supongo que en cierta manera se trata tambin de una cuestin de gusto: la
idea de que la historia trgica o heroica en un plano estrictamente humano es, por
naturaleza, superior. El destino se considera menos literario que la [culpa, error
en el sentido moral]. Tal proposicin parece haber pasado por ser una tautologa. No
estoy de acuerdo, incluso ante el riesgo de que se me acuse de estar equivocado o de ser
poco serio. Pero no entrar aqu en el debate, ni intentar una defensa por extenso de la
tradicin de los mitos, as como de la tarea de desembrollar la confusin entre mito y
cuento popular dentro de la que estos juicios parecen haber cado. El mito posee otras
formas aparte de la alegora mtica de la naturaleza (ahora en descrdito): el sol, las
estaciones, el mar y cosas por el estilo. El trmino cuento popular es engaoso; su
mismo tono de desprecio lo demuestra claramente. Los cuentos populares en s, como
son contados puesto que el tpico cuento popular, por supuesto, es simplemente
una concepcin abstracta de la investigacin, [25] que no existe en ninguna parte,
contienen a menudo elementos que son endebles y ftiles, e incluso pueden carecer de
toda virtud potencial; pero condenen tambin algo mucho ms importante, que no se
puede separar estrictamente del mito, esto es, derivan del mito o pueden llegar a
convertirse en mito en manos de un poeta, algo enormemente significativo, siempre y
cuando lo aceptemos como un todo, renunciando al anlisis. La carga significativa de un
mito no es fcil de fijar sobre el papel por medio del razonamiento analtico. Como
mejor se manifiesta es a travs del poeta, pues su misin implica sentir lo que se
esconde en el tema que ha elegido, no hacerlo explcito, y presentarlo encarnado en el
mundo de la historia y la geografa, como ha hecho nuestro poeta. Su defensor est as
en desventaja: a menos que tenga cuidado y hable en parbolas, matar aquello que est
estudiando por medio de la viviseccin, y se quedar con una alegora formal o
mecnica y, lo que es peor, probablemente con una alegora que no funcionar. Porque
el mito est vivo a la vez y en todas sus partes, y muere antes de poder ser diseccionado.
Es posible, pienso, quedar conmovido por la fuerza del mito y sin embargo no llegar a
comprender la sensacin, adscribirla a algn otro rasgo del poema: al arte de la mtrica,
el estilo o la habilidad para jugar con las palabras. Un gusto sobrio y correcto puede
negarse a admitir que para nosotros el orgulloso nosotros que incluye a todos los
seres humanos inteligentes puedan tener inters alguno ogros y dragones. Nos damos
cuenta entonces de su consternacin ante el singular hecho de que un gran placer haya
seguido a la lectura de un poema que trata sobre criaturas tan poco dignas. Aun cuando
atribuya el genio, como hace el seor Girvan, al autor, no puede admitir que los
monstruos sean otra cosa que un triste error.
No parece tan claro que el gusto de los antiguos coincida con el moderno tanto
como se ha pretendido. Tengo al autor de Beowulf y de todos modos, de mi lado: un
hombre ms grande que la mayora de nosotros. Y no soy capaz de recordar ningn
perodo en el Norte en el que fuese estimado tan slo uno de estos dos elementos: haba
sitio para el mito y la leyenda heroica, y para sus combinaciones. Por lo que respecta al
dragn, hasta donde nuestro pequeo saber sobre estos viejos poetas [26] nos lo
permite, una cosa podemos decir: el prncipe de los hroes del Norte, memorable en
grado sumo hans nafn mun uppi mean verldin stendr [su nombre perdurar tanto
como el mundo], fue un matador de dragones. Y su hazaa ms renombrada, de la
que deriv su ttulo en noruego de Ffnisbani, fue la muerte del prncipe de los gusanos
Yo sugerira, pues, que los monstruos no son un inexplicable disparate del gusto;
son esenciales en el poema y tienen una estrecha relacin con las ideas subyacentes en
l, que le confieren su tono excelso y su elevada seriedad. La clave para encontrar el
punto de fusin que en la imaginacin dio lugar a este poema reside, por tanto, en
aquellas mismas referencias a Can que con frecuencia se han empleado para azuzar al
ignorante, signo evidente (no eran en absoluto necesarias) de la confusin que reinaba
en las cabezas de los primitivos anglosajones. Se deca que no podan mantener sus
duendes escandinavos separados de las Escrituras en sus perplejos cerebros. El Nuevo
Testamento quedaba ms all de su comprensin. Como he confesado, no soy un
hombre tan diligente como para leer debidamente todos los libros sobre Beowulf, pero
hasta donde alcanza mi ciencia, la aproximacin ms sugerente a este punto aparece en
el ensayo Beowulf and the Heroic Age al que ya me he referido.[15] Citar un fragmento.
En la poca de Beowulf una Edad Heroica ms salvaje y primitiva que la de
Grecia toma contacto con la Cristiandad, con el Sermn de la Montaa, con la Teologa
catlica y las ideas de un Cielo y un Infierno. Vemos la diferencia si establecemos [30]
la comparacin entre las cosas ms salvajes el elemento folklrico en Beowulf con
las paralelas de Homero. Tmese por ejemplo la historia de Ulises y el Cclope el
ardid del No-hombre. Ulises est luchando contra un enemigo monstruoso y perverso,
pero no se considera exactamente que se enfrente a los poderes de la oscuridad.
Polifemo, al devorar a sus invitados, acta de un modo que resulta odioso para Zeus y
los dems dioses; y sin embargo, el Cclope ha sido engendrado por los dioses y est
bajo proteccin divina, y el hecho de que Ulises le haya mutilado es una equivocacin
que Poseidn tarda en perdonar. Pero los enemigos gigantescos a quienes Beowulf ha de
enfrentar se identifican con los enemigos de Dios. A Grendel y el dragn se hace
siempre referencia en un lenguaje que se quiere evoque a los poderes de la oscuridad
por los que los cristianos se sentan cercados. Ellos [16] son los habitantes del Infierno, los
adversarios de Dios, la estirpe de Can, enemigos de la humanidad. Por lo tanto, la
materia de la historia principal de Beowulf, monstruosa como es, no est en absoluto tan
alejada de la comn experiencia medieval como nos parece que lo est de la nuestra
() En poco se diferencia Grendel[17] de los demonios del abismo que estaban siempre
al acecho para perder a un hombre justo. E igualmente Beowulf, puesto que se mueve
en el mundo de la primitiva Edad Heroica de los germanos, y sin embargo es casi un
caballero cristiano.[18]
Hay en este punto ciertos indicios que, pienso, son dignos de una consideracin
ms profunda. Lo ms importante es considerar cmo y por qu los monstruos llegan a
ser adversarios de Dios, y comienzan de ese modo a simbolizar (y, en ltima
instancia, a identificarse con) los poderes del mal, aun cuando, como sucede todava en
Beowulf continan habitando como mortales el mundo material, viviendo en l y
dependiendo de l. Acepto sin discusin, de principio a fin, la atribucin de Beowulf a la
edad de Beda, una de las ms firmes conclusiones de uno de los campos ms
claramente proclives a la tarea crtica: el que se dedica a la investigacin sobre la
posible fecha de la redaccin definitiva del poema tal y como lo conocemos. Si lo
consideramos desde este punto de vista, Beowulf es [31] desde luego un documento
histrico de primer orden para, el estudio del talante y el pensamiento del periodo, muy
poco utilizado quiz para tal propsito por supuestos historiadores. [19] Pero es el talante
del autor, la naturaleza esencial de su percepcin del mundo, lo que me importa, no la
historia por s misma; estoy interesado en aquel tiempo de fusin tan slo en cuanto que
nos puede ayudar a entender el poema. Y en el poema creo que lo que observamos no es
confusin, ni falta de entusiasmo, sino una fusin que ha tenido lugar en un momento de
contacto entre lo viejo y lo nuevo, un producto del pensamiento y de una profunda
emocin.
Uno de los elementos ms poderosos de esa fusin es el coraje del Norte: la
teora del coraje, que es la gran contribucin de la primitiva literatura nrdica. No es
sta una aseveracin de carcter militar. No estoy afirmando que si los troyanos
hubieran podido contar con un rey del Norte y sus compaeros, habran hecho
retroceder a Agamenn y Aquiles hasta el mar con la misma contundencia con la que el
hexmetro griego derrota al verso aliterado (aunque no es improbable). Me refiero ms
bien a la posicin central que el credo de la inflexible voluntad mantiene en el Norte.
Con la debida reserva podemos volvemos a la tradicin de la imaginacin pagana tal y
como sobrevivi en los territorios de Islandia. De la mitologa inglesa precristiana no
sabemos prcticamente nada. Pero el temperamento heroico fundamentalmente
semejante de la antigua Inglaterra y de Escandinavia no puede proceder (o quiz ms
bien, no puede haber surgido) de mitologas divergentes en este punto esencial. Dice
Ker: Los dioses del Norte poseen una extravagancia exultante en su arte de guerrear
que les hace ms parecidos a los titanes que a los olmpicos; la nica diferencia es que
ellos estn en el lado bueno, aun cuando no sea el lado que venza. El bando vencedor
es el Caos y la Sinrazn mitolgicamente, los monstruos pero los dioses, que
son derrotados, no consideran esa derrota una refutacin.[20] Y sus guerreros humanos
son los aliados que han elegido, capaces a la hora del herosmo de compartir esta
absoluta resistencia, perfecta por cuanto carece de esperanza. Al menos en esta visin
de la derrota final de lo humano (y de lo divino hecho a su imagen), y en la hostilidad
esencial de dioses y hroes por una parte, y de los monstruos [32] por otra, podemos
suponer que la tradicin pagana inglesa y noruega coincidan.
Pero en Inglaterra esta tradicin entr en contacto con el cristianismo, y con las
Escrituras. El proceso de conversin fue largo, pero algunos de sus efectos fueron, sin
duda alguna, inmediatos: una alquimia de cambio (que dio lugar en definitiva a lo
medieval) se puso en seguida en funcionamiento. No se ha de esperar que todas las
tradiciones autctonas del mundo antiguo hayan sido sustituidas u olvidadas; porque las
mentes que an las retienen han cambiado, y los recuerdos aparecen vistos desde una
perspectiva diferente: se hacen a la vez ms antiguos y remotos y, en cierto sentido, ms
oscuros. Es a travs de una mezcla tal que se hizo posible la aparicin de un poeta que
escribiera un poema y en el caso de Beowulf sa es precisamente la palabra que
hemos de utilizar a una escala y con una intencionalidad muy distintas a las de las
baladas de los trovadores, un poema para cuya composicin cont a la vez con la nueva
fe y el nuevo saber (o educacin) y con el cuerpo de la tradicin autctona (que tambin
haba de ser aprendida), y que permitira a la nueva mentalidad contemplarlas juntas. [21]
La presencia de un saber autctono no se puede negar en el caso de Beowulf. Su
manifestacin ha perturbado enormemente a los crticos, puesto que el autor recurre a
voluntad a la tradicin para sus propios propsitos, como un poeta de tiempos
posteriores podra escoger entre la historia o los clsicos, y esperar que sus alusiones
fuesen comprendidas (entre una cierta clase de oyentes). Fue de hecho, como Virgilio,
lo bastante versado en el apartado de lo vernculo como para disponer de una
perspectiva histrica, incluso de una curiosidad de anticuario. Proyecta su ubicacin
temporal en el hace mucho tiempo, porque ya entonces esa frmula posea una
atraccin potica especial. Saba mucho de las pocas antiguas, y aunque sus
conocimientos de cosas tales como ritos funerarios en el mar y de la pira funeraria,
por ejemplo eran ricos y poticos antes que precisos, en el sentido de la moderna
arqueologa, una cosa la saba con certeza: que aqullos eran los tiempos del paganismo:
paganismo, nobleza y desesperanza.
Pero si bien lo especficamente cristiano fue suprimido, [22] tambin lo fueron los
viejos dioses. En parte porque no haban existido realmente, y haban sido siempre
segn la visin cristiana [33] tan slo ilusiones o mentiras fabricadas por el maligno,
el gastbona [azote, enemigo de las almas], a quien los desesperados se volvan
especialmente en momentos de necesidad. Y en parte porque sus antiguos nombres
(ciertamente no olvidados) haban sido poderosos, y en la memoria aparecan
conectados, no slo a la mitologa o cosas de cuentos de hadas como las que
encontramos, por decir algo, en Gylfaginning [la burla de Gylfi], sino al paganismo
activo, la religin y el wigweorung [idolatra]. Pero sobre todo porque de hecho no
eran esenciales para el tema.
Los monstruos haban sido los enemigos de los dioses, capitanes de los hombres;
y, dentro de los lmites del Tiempo, los monstruos venceran. En el asecho heroico y en
la postrera derrota, hombres y dioses haban sido imaginados en la misma hueste. Ahora
las figuras heroicas, los hombres de antiguo, hle under heofenum, permanecan y
continuaban luchando hasta la derrota. Porque los monstruos no se retiran, tanto si los
dioses van como si vienen. Un cristiano era (y es) todava como sus antepasados, un
mortal cercado en un mundo hostil. Los monstruos continuaron siendo los enemigos de
la humanidad, la infantera del antiguo arte de la guerra, y se convirtieron
inevitablemente en los enemigos del nico Dios, ece Dryhten, el Capitn eterno de lo
nuevo. Aun as la visin de la guerra cambia. Porque comienza a disolverse, incluso
cuando el torneo sobre los campos del Tiempo adquiere de ese modo su aspecto ms
vasto. La tragedia de la gran derrota temporal persiste por un momento, punzante, pero
finalmente deja de ser importante. No es derrota, puesto que el fin del mundo es parte
del plan de Metod, el Arbitro que est por encima del mundo mortal. Ms all se atisba
una posibilidad de victoria eterna (o eterna derrota), y la batalla real se plantea entre el
alma y sus adversarios. De ese modo los antiguos monstruos se convirtieron en
imgenes del espritu o espritus malignos; o, mejor, fueron los espritus malvados
quienes entraron en los monstruos y tomaron apariencia visible en los horrendos
cuerpos de los pyrsas [gigantes] y sigelhearwan[23] [demonios de fuego] de la tradicin
pagana. [34]
Pero esa trasposicin no es completa en Beowulf, caso de que haya sido cierta de
su perodo en general. Su autor an est preocupado principalmente por el asunto del
hombre sobre la tierra, retomando desde una nueva perspectiva un tema antiguo: ese
hombre, cada hombre y todos los hombres, y todas sus obras, perecern. Un tema que
ningn cristiano debe despreciar. Aun as el tema no habra sido tratado de este modo,
de no ser por la cercana de una poca pagana. La sombra de su desesperacin, aun a
modo de simple talante, como una intensa emocin de pesar, todava est presente. La
dignidad del valor derrotado es sentida profundamente en este mundo. Mientras el poeta
vuelve sus ojos al pasado, deslizando su mirada sobre la historia de los reyes y guerreros
de las antiguas tradiciones, ve que toda gloria (o, podramos decir, cultura o
civilizacin) se diluye en la noche. La solucin de tal tragedia no es tratada, no surge
del material. De hecho, lo que tenemos es un poema fruto de un momento de fecundo
equilibrio, de reflexin, mientras se mira atrs, hacia el abismo, de manos de un hombre
versado en antiguos relatos y que luchaba por conseguir una visin general de todos
ellos, que adverta la tragedia de ruina inevitable comn en ellos y, sin embargo, la
senta de un modo ms potico, pues l no sufra la presin directa de esa desesperacin.
l poda contemplar el antiguo dogma desde fuera, y sin embargo sentirlo muy prximo
a l: la desesperacin del hecho concreto, combinada con la fe en el valor de la
resistencia frente al destino fatal. Estaba abordando tambin la gran tragedia temporal; y
con todo, no era una homila alegrica lo que pretenda escribir. Grendel habita en el
mundo visible y se alimenta de la carne y la sangre de los hombres; penetra en sus casas
por la puerta. El dragn esgrime un fuego fsico, y codicia el oro, no las almas; es
abatido con hierro en su vientre. El byrne de Beowulf fue fabricado por Weland, y el
escudo de hierro que esgrimi frente a la serpiente, por sus propios herreros: no se
trataba an de la coraza de la justicia, ni del escudo de la fe que extingua todos los
dardos encendidos de los malvados.
Casi podramos decir que este poema fue inspirado (en un sentido) por el debate
que tanto tiempo haba durado, y que seguira an despus de la composicin del
poema, y que l mismo fue una de las principales contribuciones a la controversia: [35]
condenaremos a la perdicin a los antepasados paganos, o no? Qu bien har a la
posteridad leer las batallas de Hctor? Quid Hinieldus cum Christo? [Qu tiene
Hinieldo que ver con Cristo?] El autor de Beowulf puso de manifiesto el valor de esa
pietas que atesora el recuerdo de las luchas del hombre en el oscuro pasado, el hombre
cado y todava no redimido, desgraciado pero no destronado. Casi parecera que fue
cosa del temperamento ingls, por su fuerte sentido de la tradicin (ligado
invariablemente a las dinastas, las casas nobles y su cdigo de honor), reforzado tal vez
por el ms inquisitivo y menos severo acervo del saber celta, que pudiera, al menos en
algunos aspectos y a pesar de las graves voces galas que se alzan en contra, conservar
gran parte del pasado del Norte para armonizarlo con el saber del Sur, y con la nueva fe.
Se ha pensado que la influencia de la pica latina, especialmente la de la Eneida,
es perceptible en Beowulf y da adems una explicacin necesaria, aunque no sea ms
que de la apasionante emulacin que hace, del largo y estudiado poema en la primitiva
Inglaterra. Desde luego, podemos encontrar una semejanza entre estas cosas ms y
menos excelsas, la Eneida y Beowulf, si las leemos conjuntamente. Pero los puntos
menores en los que se podra percibir la imitacin o la reminiscencia no son
concluyentes, mientras que la semejanza real es ms profunda y se debe a ciertas
cualidades que se dan en los autores, independientemente de la cuestin de si el
anglosajn haba o no ledo a Virgilio. Es. esta semejanza ms profunda la que hace que
sintamos que estas cosas, que o bien son inevitables en la poesa o son congruencias
accidentales de todos los cuentos populares, parezcan formar parte de un todo. Tenemos
al gran pagano en el umbral del cambio del mundo; y al gran (aunque menor) cristiano
justo al otro lado del umbral del cambio, en su tiempo y su lugar: la visin retrospectiva:
multa putans sortemque animo miseratus iniquam.[24]
Pero volveremos ahora una vez ms a los monstruos, y consideraremos
especialmente la diferencia de su estatus en las mitologas del Norte y del Sur. De
Grendel se dice: Godes yrre br [l portaba la clera de Dios]. Pero el Cclope es de
estirpe divina y su mutilacin es una ofensa contra quien le engendr, el dios Poseidn.
Esta radical diferencia en el estatus mitolgico [36] se manifiesta de un modo an ms
evidente por la semejanza de su concepcin (en todo, salvo en el tamao), cosa que
podemos ver si comparamos Beowulf 740 y ss., con la descripcin del Cclope que
devora a los hombres en la Odisea, ix, o, ms an, con la Eneida, iii. 622 y ss. En
busca hechos y cronologa, esto habra sido algo fantstico, un poema heroico-elegaco
ms grande que la historia. Sera mucho mejor que una simple narracin, en verso [46]
o en prosa, por muy lgica que fuera la secuencia que siguiera. Esta simple disposicin
le dara en seguida ms significacin que un relato de principio a fin de la vida de un
rey: el contraste entre el ascenso y la decadencia, la proeza y la muerte. Pero incluso as,
no estara a la altura de Beowulf. Desde el punto de vista potico quedara enormemente
realzado si el poeta se hubiera tomado libertades con la historia y hubiera engrandecido
el reino de Oswald, hacindole anciano y lleno de aos de cuidado y gloria cuando
march decidido y con funestos presagios a enfrentarse al pagano Penda: el contraste
entre la juventud y la vejez dara al tema principal una enorme fuerza, y lo dotara de un
significado ms universal. Pero incluso as, an estara lejos de alcanzar a Beowulf. A
fin de conseguir que su tema pudiera estar a la altura del ascenso y la cada de la simple
figura de cuento de hadas que es Beowulf, el poeta se habra visto obligado a convertir a
Cadwallon y Penda en gigantes y demonios. Es precisamente porque los principales
enemigos en Beowulf son inhumanos que la historia tiene una grandeza y una
significacin mayores que este poema imaginario sobre la cada de un gran rey.
Vislumbra lo csmico y se mueve con el pensamiento de todos los hombres con
respecto a la fatalidad del destino de la vida y los sufrimientos de los humanos. Se
queda a medio camino, aunque por encima, de las mezquinas guerras de prncipes, y
sobrepasa las fechas y lmites de los perodos histricos, no obstante su importancia. Al
principio y durante su proceso, y ms que nunca al final, como si lo hicisemos desde
una altura de ensueo, miramos abajo, a la casa del hombre en el valle del mundo. Una
luz prende lixte se leoma ofer landa fela [la luz brill sobre numerosas tierras] y se
oye el sonido de una msica; pero la oscuridad exterior y su hostil descendencia se
extienden a la espera de que las antorchas se apaguen y cesen las voces. Grendel
enloquece por el sonido de las arpas.
Y un ltimo punto, que sentirn aqullos que hoy conservan la antigua pietas
hacia el pasado: Beowulf no es un poema primitivo; es un poema tardo, que emplea
los materiales (entonces an profusos) que se conservaban de una poca que estaba
pasando, de un tiempo que ahora se ha desvanecido para siempre, tragado por el olvido;
que los emplea con un nuevo propsito, con una mayor imaginacin, si bien con una
fuerza menos [47] amarga y concentrada. Porque Beowulf ya era antiguo entonces, en el
buen sentido de la palabra, y ahora produce un efecto singular. Es antiguo para nosotros;
y no obstante su creador estaba hablando de cosas ya antiguas y cargadas de aoranza, y
emple todo su arte para conseguir que ese toque de profunda tristeza que embarga el
corazn, punzante y lejana, se hiciera ms intenso. Si el funeral de Beowulf conmovi
otrora como el eco de una antigua endecha, inalcanzable y desesperado, es para nosotros
un recuerdo Mado sobre las colinas, el eco de un eco. No hay mucha poesa en un
mundo como ste; y aunque puede que Beowulf no est entre los ms grandes poemas
de nuestro mundo occidental y su tradicin, tiene su propio carcter individual, y una
peculiar solemnidad; an tendra poder si hubiera sido escrito en algn tiempo o lugar
desconocido y sin historia posterior, si no contuviese nombre alguno que ahora pudiera
ser reconocido o identificado por la investigacin. No obstante est de hecho escrito en
un lenguaje que despus de muchos siglos posee todava un parentesco esencial con el
nuestro: fue compuesto en esta tierra, y se mueve en nuestro mundo del Norte, bajo
nuestro cielo norteo, y para aqullos que han nacido en esta tierra y que poseen este
idioma, tendr siempre un enorme atractivo hasta la llegada del dragn.
APNDICE
Los cambios que produjo (antes de 1066) el diablo medieval no estn completos
en Beowulf, pero en la figura de Grendel el cambio y la fusin son, desde luego, ya
manifiestos. Tales cosas no admiten clasificaciones ni claras distinciones. Sin lugar a
dudas, la antigua tradicin precristiana reconoca de manera genrica las diferencias de
materialidad entre los monstruos slidamente fsicos, concebidos como productos de la
tierra y la roca (a las que la luz del sol les hara volver), y los elfos, los espritus y los
duendes. Los monstruos de apariencia ms o menos humana eran por naturaleza
susceptibles de experimentar una evolucin al entrar en contacto con las ideas cristianas
del pecado y de los espritus del mal. Su parodia de la forma humana (earmsceapen on
weres wstmum) se convierte en algo que simboliza, de manera explcita, [48] el
pecado; o quiz deberamos decir, ms bien, que el pecado, ese elemento mtico
implcito, hasta ahora sin solucin posible, recibe nfasis: vemos esto ya en Beowulf,
reforzado por la teora de la descendencia de Can (y, por tanto, de Adn) y de la
maldicin de Dios. Por lo tanto, Grendel no est solamente bajo esta maldicin
heredada, sino que l mismo es tambin pecador: manscaa, synscaa, synnum
beswenced [salteador, criminal; criminal pecador; afligido por muchos pecados]; l es
fyrena hyrde [guardin de crmenes]. La misma idea (en combinacin con otras) aparece
tambin cuando es llamado (por el autor, no por los personajes del poema) hen, en
852 y 986, y helle hfton [prisionero del infierno], feond on helle [demonio en el
infierno]. Como imagen del hombre alejado de Dios, no slo se hace referencia a l con
todos los nombres aplicables a los hombres normales, tales como wer, rinc, guma,
maga, sino que es concebido como alguien que posee un espritu, distinto de su cuerpo,
que ser castigado. As, alegde hene sawle: r him hel onfeng, [muri en su fangal,
y llevse el infierno su alma pagana] en 851; mientras que el propio Beowulf dice r
abidan scial miclan domes, hu him scir Metod scrifan wille [as ha de aguardar el
sangriento enemigo la dura sentencia que el Dios luminoso le quiera imponer], en 978.
Pero esta visin est mezclada o confundida con otra. Debido a su incesante
hostilidad contra los hombres y al odio que le produce la felicidad de stos, as como
por su talla y fuerza sobrehumanas y su amor a la oscuridad, se aproxima a la figura de
un demonio, aunque no es todava un verdadero demonio en cuanto al propsito. Las
autnticas cualidades diablicas, el engao y la destruccin del alma (aparte de las que
son smbolos apenas esbozados, tales como su aspecto monstruoso o su tendencia a
habitar en lugares oscuros y solitarios), apenas aparecen. Pero l y su madre son de
hecho llamados deofla en 1680; y de Grendel, cuando huye para esconderse, se dice que
se dirige a deofla gedrg [horda, muchedumbre de demonios]. Es importante notar que
la palabra feond no entrara dentro del campo semntico especfico que describe a
muerto por el solo valor, y se convierte as en una contrapartida real del dragn.
(Cuando se habla de la madre de Grendel por separado, se alude a ella en
trminos similares: es wif, ides, aglc wif; y elevndose al plano de lo inhumano:
merewif, brimwylf, grundwyrgen [mujer, dama, mujer monstruosa mujer del mar, lobo
crestado, loba del abismo]. El ttulo de Grendel, Godes andsaca [enemigo de Dios], ha
sido estudiado expresamente en el texto. Por contra, se han omitido otros ttulos, como
por ejemplo aqullos que podran hacer referencia a su outlawry [condicin de
proscrito], pero que desde luego podran aplicarse tanto a un descendiente de Can como
a un demonio: as, heorowearh, ddhata, mearcstapa, angengea [exiliado salvaje,
perseguidor, caminante solitario].)
Acerca de las creencias paganas, poco o nada nos ha quedado en ingls. Pero
pervivi el espritu. Y as, el autor de Beowulf supo captar plenamente la idea de lof o
dom, el noble deseo pagano de la alabanza merecida del noble. Porque si esta limitada
inmortalidad del renombre convive como un poderoso motivo con las prcticas y las
creencias paganas, tambin es cierto que puede prolongarse tras su muerte durante
mucho ms tiempo. Es el residuo natural cuando los dioses son destruidos, sea que la
falta de fe venga de dentro o de fuera. La preponderancia del motivo del lof en Beowulf
sealada hace mucho tiempo por Earle se puede interpretar, entonces, como un
signo de que no estaba lejos del poeta una poca pagana, y quiz tambin de que el final
del paganismo ingls (al menos entre las clases nobles, para quienes y por quienes se
conservaban tales tradiciones) vino marcado por un perodo de declive, semejante al que
se observara ms adelante en Escandinavia. Los dioses se desvanecieron o
retrocedieron, y el hombre tuvo que cargar l solo con su guerra. Deba confiar en su
propio poder y voluntad, y su recompensa era la alabanza de sus iguales durante su vida
y despus de su muerte.
Al principio del poema, al final de la primera seccin del exordio, la nota es
contundente: lofddum sceal in mga gehwre man geeon [Por medio de generosas
hazaas prosperar un hombre en cualquier pueblo]. La ltima palabra del poema es
lofgeornost, el summum [51] de la alabanza del hroe muerto: fue, desde luego,
lastworda betst [la mejor de las palabras del recuerdo]. Porque Beowulf haba vivido de
acuerdo con su propia filosofa, que l reconoca explcitamente: ure ghwylc sceal
ende gebidan worolde lifes; wyrce se e mote domes r deae: t bi dryhtguman
fter selest, en 1386 y ss. El poeta, como comentarista, recurre de nuevo a esto: swa
sceal man don, onne he t gue gegan pence longsumne lof: na ymb his lif ceara,
en 1534 y ss.
Lof es en ltima instancia y desde el punto de vista etimolgico, valor,
valoracin. Dom significa juicio, evaluacin, y segn cierta acepcin, justa
estima, renombre merecido. La diferencia entre estos dos trminos no es importante
en la mayora de los pasajes. As, al final de Wtdsith, donde se alude al papel que juega
corazones]. Pero no existe prcticamente ninguna referencia clara [53] al cielo como su
opuesto; al cielo, esto es, como un lugar o estado de recompensa, de bienaventuranza
eterna en la presencia de Dios. Desde luego que heofon, en singular y plural, as como
sus sinnimos, tales como rodar, son frecuentes; pero se refieren por lo general bien al
paisaje particular o al cielo bajo el que habitan todos los hombres. Aun cuando estas
palabras son empleadas con las que designan a Dios, que es Seor de los cielos, tales
expresiones son sobre todo paralelas a otras que describen Su gobierno general de la
naturaleza (p. ej., 1609 y ss.), y Su reino, que incluye la tierra, el mar y el cielo.
Por supuesto, no se mantiene aqu ms bien al contrario que el poeta
ignorara la existencia del cielo teolgico, o del uso cristiano de heofon como
equivalente de caelum en las Escrituras: simplemente, este uso fue excluido adrede (si
no en la prctica, si de modo bastante rgido) de un poema que trataba sobre un pasado
pagano. Hay una clara excepcin en los versos 186 y ss.: wel bi m e mot fter
deadge Drihten secean, ond to Fder fmum freoo wilnian. Si esto y el pasaje en
que aparece es algo autntico esto es, si proviene, sin adicin o alteracin, del poeta
que escribi Beowulf en su totalidad y no es, como yo creo, un aadido posterior, la
argumentacin no tiene por qu verse necesariamente destruida. Porque el pasaje
permanece an como un aparte, una exclamacin del autor cristiano, que saba del cielo,
y que neg expresamente que los daneses tuvieran tal conocimiento. Los personajes
dentro del poema no comprenden el cielo ni tienen esperanza en l. Se refieren al
infierno una palabra pagana en su origen. [39] Beowulf lo predice como el destino de
Unferth y Grendel. Incluso el noble Hrothgar, monotesta as es descrito, dejando
aparte la cuestin de la autenticidad del grueso de su sermn desde el verso 1724 al
1760, no hace referencia a bienaventurados en el cielo. La recompensa de la virtud
que l predice para Beowulf es que su dom vivir awa to ealdre, una suerte tambin
dispensada a Sigurd en Noruega (que su nombre mun ui [perdurar por siempre]).
Esta idea de un dom duradero es, como hemos visto, susceptible de ser cristianizada;
pero en Beowulf no lo est, seguramente de modo deliberado, cuando los personajes
estn hablando por s mismos, o cuando se reproducen sus pensamientos.
Es cierto que el autor dice de Beowulf que him of hrere gewat sawol secean
sofstra dom [el alma parti desde su pecho al encuentro del juicio de los justos]. No
hay necesidad de indagar aqu qu punto de vista teolgico tena l respecto a las almas
de los paganos hallados justos. No lo sabemos; l se limita nicamente a decir que el
espritu de Beowulf parti hada cualquiera que fuese el juicio que aguarda a tales
hombres justos, si bien resulta evidente que semejante comentario implica que no estaba
destinado al ardiente infierno del castigo, pues se contaba entre los buenos. No hay duda
en este punto, en cualquier caso, [54] sobre la trasposicin de palabras originariamente
paganas. Sofstra dom podra por s sola haber significado sencillamente la estima
del juicio verdadero, aquel dom que Beowulf, siendo joven, haba declarado era el
primer motivo de la conducta noble; pero aqu, combinada con gewat secean debe de
significar la glora que pertenece (en la eternidad) a los justos, o bien el juicio de Dios
sobre los justos. No obstante el propio Beowulf, aunque atormentado por oscuras dudas,
y aunque ms tarde declare tener la conciencia limpia, piensa al final nicamente en su
tmulo y en el recuerdo entre los hombres, en los hijos que no ha tenido, y en Wiglaf,
nico superviviente de su estirpe, al que lega sus armas. Su funeral no es cristiano, y su
recompensa es la virtud reconocida de su realeza y la pena y desesperanza de su pueblo.
La relacin entre el pensamiento y la diccin cristiana y pagana en Beowulf ha,
sido mal entendida con frecuencia. Lejos de ser un hombre tan simple o tan confundido
que enredaba cristianismo con paganismo germnico, probablemente el autor esboz, o
intent esbozar distinciones, y representar talantes y actitudes de personajes concebidos
dramticamente como habitantes de un pasado noble pero pagar no. Aunque pueda
haber una o dos cuestiones dudosas en lo referente a la tradicin del poema y la
posibilidad de que haya sufrido, aqu y all, retoques posteriores de otras personas, [40] no
podemos hablar en general de confusin (en la mente de un poeta o en la de todo un
perodo), o de una revisin a base de parches que habra conducido a la confusin. Ms
senado se puede sacar del poema si comenzamos ms bien con la hiptesis, que no es en
s misma descabellada, de que el poeta intent hacer algo definitivo y difcil, que haba
cierta razn y sentido tras ello, aunque su ejecucin pueda no haber sido del todo
satisfactoria.
El argumento de que el lenguaje del poema no es en general el producto de la
estupidez ni del acaso hay que encontrarlo en el hecho de que se puede observar una
diferenciacin. Es decir, podemos, en el aspecto filosfico y de sentimiento religioso,
distinguir, por ejemplo: a) al poeta como narrador y comentarista; b) Beowulf; y c)
Hrothgar. Tal diferenciacin no podra elaborarla un hombre que estuviese l mismo
confuso, y menos an una edicin posterior, hecha al azar. Donde el acaso s puede
haber tenido un papel es en casos como el de drihten wereda, seor de los huspedes,
una expresin cristiana familiar que aparece en el verso 2186, y que es claramente una
alteracin de drihten Wedera, seor de los gautas. Esta alteracin se debe obviamente
a alguna otra persona, el escriba de tal verso, o a algn predecesor, ms familiarizado
con Dominus Deus Sabaoth que con Hrethel y la casa Weder-Gauta. Pero creo que nadie
ha aventurado la idea de atribuir esta confusin al autor. [55]
No intento demostrar aqu por medio del anlisis de todos los versos relevantes
del poema que tal diferenciacin se d. Dejo el asunto para aqullos que se dedican a
examinar a fondo el texto; slo querra insistir una vez ms en que es esencial prestar
una mayor atencin de la que viene siendo habitual a las circunstancias en que las
referencias a la religin, el Destino [Fate] o la mitologa aparecen por separado, y a
distinguir particularmente aquellas cosas que el personaje dice oratio recta de las que
son reproducciones de lo dicho o pensado por ellos.
Se ver entonces que el poeta narrador y comentarista queda evidentemente
aparte. Pero los dos personajes que llevan la voz cantante, Beowulf y Hrothgar, son
tambin bastante distintos. Hrothgar es retratado de manera coherente como un sabio y
noble adorador de un solo Dios, moldeado extensamente, segn se ha sugerido, sobre el
texto de los patriarcas y reyes del Antiguo Testamento; atribuye todas las cosas al favor
de Dios, y nunca olvida dar las gracias explcitamente por los favores recibidos.
Beowulf hace referencia a Dios de modo parco, excepto como rbitro de los
acontecimientos trascendentales, y en esos casos su figura se identifica bsicamente con
la de Metod, que implica sobre todo la idea del Destino [Fate]. Encontramos en el
lenguaje de Beowulf escasa diferenciacin entre Dios y el Destino. Por ejemplo, dice
g a wyrd swa hio scel [el destino siempre va adelante; se cumple], e inmediatamente
contina diciendo que dryhten mantiene el equilibrio en su combate (441); o de nuevo
definitivamente equipara wyrd y metod (2526 y s.).[41] Es Beowulf quien dice wyrd oft
nere unfgne eorl, onne his ellen deah [con frecuencia el destino perdona al hombre
que no est condenado, hasta que su coraje le sostiene] (inmediatamente despus de
llamar al sol beacen Godes), lo cual contrasta con el comentario del propio poeta sobre
el hombre que escap del dragn (2291): swa mg unfge eae gedigean wean ond
wrcsi, se e Wealdendes hyldo gehealdep. Beowulf da gracias explcitamente a Dios
o reconoce Su ayuda slo en dos ocasiones: en los versos 1658 a 1661, donde reconoce
la proteccin de Dios y el favor de ylda Waldend [Regidor de los hombres] en su
combate bajo el agua, y en su ltimo discurso, donde agradece Frean Wuldurcyninge
() ecum Dryhtne [al Seor, el Rey de la gloria () el Seor eterno] por el tesoro, y
por ayudarle a conseguirlo para su gente. Generalmente no hace tales referencias.
Atribuye su conquista de los nicors a la suerte hwre me geslde, en 570 y ss.
(comprese con lo similar de las palabras empleadas sobre Sigemund, en 890). En su
narracin a Hygelac la nica explicacin que da de su proteccin en la morada bajo el
agua es ns ic fge a gyt (2141). No alude en absoluto a Dios en el relato de esta
hazaa.
Beowulf conoce, por supuesto, el infierno y el juicio: le habla de l a Unferth;
declara que Grendel permanecer midan domes [el da del [56] gran Juicio] y el juicio
del scir metod [el luminoso Regidor]; y, finalmente, en su postrero examen de
conciencia dice que el Waldend fira [Regidor de los hombres] no puede acusarle de
mororbealo maga [matar impunemente a su estirpe]. Pero los crmenes que proclama
haber evitado encuentran un estrecho paralelismo con el pagano Vlusp, donde la
siniestra estancia, Nstrndu [en la playa de los muertos; se trata de una referencia
al infierno noruego], contiene especialmente menn meinsvara ok morvarga (perjuros y
asesinos).
Otras referencias que hace son casuales y formales, como beorht beacen Godes,
referida al sol (571). Un caso excepcional es Godes leoht geceas, en 2469, donde se
describe la muerte de Hrethel, abuelo de Beowulf. Palabras que parecen hacer referencia
al cielo. Ambas expresiones, como sola ocurrir, han escapado de la poesa cristiana. La
primera, beacen Godes, es quizs admisible incluso por un pagano en este poema
concreto, en el que la teora que parece transmitirse en conjunto es que los buenos
paganos, cuando no eran tentados o engaados por el demonio, conocan al nico Dios.
Pero la segunda, especialmente debido a que es el propio Beowulf quien habla en ese
momento, resulta un elemento de diccin poco apropiado, aunque creo que puede ser
descartado como una alteracin posterior. Una persona que hubiese llevado a cabo una
revisin con pretensiones didcticas difcilmente habra aadido este detalle a la
descripcin de la muerte del rey pagano: ms bien, habra eliminado al pagano o bien lo
haba enviado al infierno. La historia a la que se alude es pagana, no deja lugar para la
esperanza, y vuelve sobre el tema de los odios que se transmiten a travs de la sangre,
de generacin en generacin, y sobre el motivo del dolor del padre cuando uno de sus
hijos mata a su hermano, un dolor si cabe ms intenso, porque no hay venganza posible.
La explicacin de tales fallos ocasionales no hay que buscarla en la revisin cristiana,
sino en el hecho de que antes que Beowulf fuera, escrito, la poesa cristiana ya estaba
desarrollada y le era conocida al autor. De hecho, el lenguaje de Beowulf ha sido en
parte re-paganizado por el autor con una intencin especial, y no cristianizado (por l
o bien ms tarde) sin un propsito coherente. A lo largo de todo el poema el lenguaje se
hace ms inteligible, si admitimos que la lengua potica ya estaba cristianizada y
familiarizada con los temas y motivos del Antiguo y Nuevo Testamentos. Existe una
diferencia, importante y efectiva, entre la poesa de Cdmon y la del poeta que escribi
Beowulf, al margen del tiempo que medie entre ambos. De modo que tenemos en ingls
antiguo no solamente el arcaico lenguaje heroico, con frecuencia forzado o maltratado
en su aplicacin a la leyenda cristiana (como en Andreas o Elene), sino el lenguaje, en
pueblo tan cristiano, quien, segn la descripcin, no parece haber perpetrado ningn
crimen merecedor de ninguna calamidad como castigo. Pero de hecho Dios facilit un
remedio para Grendel, Beowulf, y esto lo reconoce el poeta en boca del propio Hrothgar
(381 y ss.). Podemos absolver al creador de Beowulf de la culpa apuntada, pensemos lo
que pensemos de la Inkonsequenz. Difcilmente habra podido estar l menos avisado
que nosotros sobre el hecho de que en la historia (en Inglaterra y en otras tierras) y en
las Escrituras, la gente poda apartarse del Dios nico para adoptar otras servidumbres
en tiempos de prueba precisamente porque ese Dios nunca ha garantizado a Sus
servidores la inmunidad ante la calamidad temporal, antes o despus de la plegaria.
Es a los dolos a quienes los hombres se volvan (y se vuelven) en busca de respuestas
rpidas y prosaicas.