Estudio Bíblico Sobre Sanidad y Liberación
Estudio Bíblico Sobre Sanidad y Liberación
Estudio Bíblico Sobre Sanidad y Liberación
Los derechos de lo que en esta obra sea del Seor Jess, son de l, y por tanto de
su Cuerpo; si algo no es conforme a su Palabra, no se recomienda reproducir en
ningn modo por su bien, sino ms bien olvidar. En el primer caso, se permite la
reproduccin total, con la nica condicin de citar la fuente, a fin de que pueda
comprobarse y preservarse la autenticidad del texto.
Obed Ediciones
Si no se dice otra cosa, las citas bblicas usadas son tomadas generalmente de ReinaValera actualizada 2006 (RVA).
Cuando la cita provenga de la comparacin entre diversas traducciones con el texto
hebreo para el AT y el griego Nestl-Aland 27 edicin para el NT se indicar como
versin comparada (VC).
Entre las versiones usada para comparar, adems de RVA, principalmente:
- La Biblia textual (BTX);
- Nuevo Testamento versin Recobro (RCB)
- Biblia 'Castilian' (BC)
- Biblia de Jerusaln 3 edicin (BJ)
- Nueva Versin Internacional (NVI)
- Nueva Traduccin Viviente (NTV)
- Reina-valera 1960 (RV60);
- Reina Valera Contempornea (RVC).
NDICE
I. Introduccin
1. Planteamiento del problema ............
2. La senda de la restauracin ........
3. El lugar de la experiencia cristiana y la Palabra de Dios en la
senda de la restauracin ...
4. Objeciones de quienes niegan la posibilidad de que un creyente
pueda tener demonios y necesitar sanidad del alma ...
5. Preguntas persistentes ......
II. Situando el asunto de la demonizacin en el contexto de la economa
divina en general y de la guerra espiritual en particular .
1. El Plan de Dios: hilo conductor de la Revelacin divina ......
2. La economa de Dios ....
3. El Reino de Dios y la guerra espiritual ......
3.1 El Misterio del Reino de Dios .............
3.2 Aclarando algunos trminos: Tierra, tiempo, mundo .......
3.3 El Reino de Dios antes del Hombre ...........
- en la eternidad pasada .............
- la rebelin y la cada ...........
- el origen de los demonios ............
- el juicio progresivo sobre Satans ...........
3.4 Creacin y cada del Hombre .........
- los tres cielos ............
- Dios quiere traer el Cielo a la Tierra ............
- la cada de la raza humana ...........
3.5 El Reino de Dios en el mundo antiguo ...........
3.6 El Reino de Dios en el mundo presente .........
- un pueblo para Su Nombre .......
- algunas lecciones cruciales de la historia de Israel
4. La venida de Jesucristo y la irrupcin del Reino de los cielos
en el mundo presente .
4.1 Un Salvador poderoso: cumpliendo promesas ....
4.2 El Reino de los Cielos se ha acercado .....
4.3 El Reino de los Cielos y los demonios ....
4.4 Jess, Siervo de Yahveh, Pastor de Israel, y la
restauracin del Pueblo de Dios ......
4.5 La victoria del Hijo del Hombre ....
5. Qu podemos saber acerca de los demonios ..
5.1 Los demonios existen .....
5.2 Terminologa usada por la Escritura .......
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I. INTRODUCCIN
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2. La senda de la restauracin
Algunos hermanos para quienes estas prcticas no son bblicas piensan que los temas
polmicos, sobre todo cuando no afectan a las verdades centrales, deben ser evitados
y dejados a discrecin de cada uno en su esfera personal, porque nos distraen de las
cosas importantes y dividen a la Iglesia.
Ciertamente la Iglesia no debe permitir que la ltima polmica de moda la distraiga
de su misin y los asuntos centrales, y concuerdo tambin en que hay que obrar con
delicadeza, amor y sabidura, bajo la direccin del Espritu, ante cualquier asunto
polmico. Pero el hecho es que este nuevo debate se ha venido a aadir a esa lista de
cuestiones discutidas entre los hijos de Dios1, en las que posiciones opuestas son
sostenidas por hermanos que aman sinceramente al Seor, que tienen en la ms alta
estima la Palabra de Dios, y que encuentran y presentan argumentos bblicos para
fundamentar sus respectivas convicciones. Y a mi parecer hay en juego un asunto
crucial: la restauracin de la Iglesia al pleno Propsito de Dios para ella.
Porque muchos siglos de accidentada historia de la Cristiandad nos separan del
tiempo del Nuevo Testamento, de la vida prctica de la Iglesia conforme al pleno
propsito de Dios tal como Jess y sus apstoles la ensearon y establecieron en las
iglesias.
Ya en los ltimos escritos del Nuevo Testamento, el Espritu Santo hablaba de 'lobos
rapaces en medio del rebao' y 'hombres que hablan cosas perversas para arrastrar
tras s a los discpulos' (Hechos 20:29-30); falsos hermanos, es decir, creyentes no
genuinos (2Cor 11:26; Gal 2:4); personas que se apartarn de la fe, prestando
atencin a espritus engaosos y a doctrinas de demonios (1Timoteo 4,1-3);
cristianos con una conducta corrupta que 'profesan piedad, pero niegan la eficacia de
ella' (2Timoteo 3,1-5); cristianos que slo escuchan a quienes les halagan sus odos
(2Timoteo 4,3-4); falsos maestros que introducirn encubiertamente herejas
destructivas, llegando an hasta negar al soberano Seor que los compr (2Pedro
2,1-2); aparicin de 'anticristos': personas que niegan la encarnacin del Hijo de Dios
(1Juan 2,18-19); hombres perversos que bajo el nombre de cristianos se entregaban a
toda clase de iniquidades y a quienes los fieles toleraban (2Pedro 2,10-14; Judas 4 y
8-13); iglesias que han 'abandonado el primer amor y las obras del principio', que se
han unido al poder del mundo, que toleraban a los que tenan la doctrina de Balaam y
de los nicolatas y a la falsa profetisa Jezabel, que estaban en realidad muertas, o tan
tibias que iban a ser vomitadas por el Seor (Apocalipsis 2 y 3).
1 Por ejemplo: se puede perder la salvacin? estn las personas predestinadas a salvacin o
a condenacin? siguen vigentes los dones espirituales y los ministerios de apstol y profeta?
Pasar la Iglesia por la gran tribulacin?
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Iglesia y para que podamos alcanzar Su Propsito. Por tanto, si est en la Palabra, la
Iglesia debe recibirlo, esclarecerlo e incorporarlo a su vida y a su servicio.
En la senda de la recuperacin de la Iglesia conforme al pleno propsito del Seor no
cabe la iniciativa humana, todo ha de ser hecho conforme al modelo revelado (Ex
25:40; Hb 8:5), conforme a todas las disposiciones y mandamientos de Dios. Edificar
conforme la propia opinin y parecer, aadiendo o quitando a lo que el Seor ha
dispuesto, o modificndolo, es cometer iniquidad 3. Algunos consideran que esto es
legalismo, confundiendo legalismo y obediencia. El legalismo es la hereja que
impone el cumplimiento de la Ley o alguna norma como requisito adicional a la fe
para ser salvos. Pero aqu no hablamos de la salvacin, sino del servicio a Dios, de la
participacin en la Obra de Dios, en la edificacin de Su Casa, conforme a Sus
planos y disposiciones. Y en este mbito slo cabe la dependencia del Seor, la
bsqueda de la intimidad con l para conocer plenamente Su Voluntad en todo y la
obediencia escrupulosa a la misma. Somos salvos por gracia, por medio de la fe, para
obedecerle y servirle haciendo las obras que Dios prepar de antemano para que
anduvisemos en ellas (Ef 2:8-10).
Como a aquellos judos cautivos en Babilonia, el Seor ha venido llamando a sus
hijos a salir de los sistemas religiosos de hombres y despertando su espritu para
regresar al terreno dispuesto por Dios para reedificar la Iglesia conforme a lo
dispuesto por Dios (Esd 1:5). Y como entonces, slo un remanente est escuchando y
obedeciendo. Los libros de Esdras, Nehemas, Hageo, Zacaras y Malaquas nos
proveen inestimable luz acerca de la senda de la restauracin, como tambin los
ltimos escritos del Nuevo Testamento.
Esta senda requiere consagrarnos a buscar y obedecer la verdad y la voluntad del
Seor en todos los aspectos conforme estn revelados en la Palabra de Dios; con una
disposicin a hacerlo -en lo que est de nuestra parte- junto con todos los santos (Ef
3:18), sin apresurarse en los juicios ni hacer de cualquier desacuerdo un motivo de
divisin o excomunin, sino guardando la unidad del Espritu en el vnculo de la
paz (Ef 4:1-6), permitiendo que unos y otros tengan ocasin para exponer con
humildad y franqueza los argumentos y/u objeciones que honestamente ven en la
Palabra, mientras vamos creciendo hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y
del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef 4:13). Mientras llegamos a esa
meta, recorriendo la angosta senda de la restauracin de la Iglesia al pleno Propsito
del Seor, buscando luz en los temas en los que an la Iglesia no ha llegado a la
posesin pacfica y unnime de la verdad, estoy convencido de que el examen de las
3 La iniquidad es no seguir las reglas, no guardar la ley ni acatar los reglamentos. Hace
referencia a personas sin principios, ignorantes y violadores flagrantes de la norma. Es no
actuar y edificar a la manera de Dios, hacer cosas que no nos ha mandado el Seor a hacer.
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objeciones y los argumentos de unos y de otros con espritu correcto nos abre el
camino a una comprensin ms profunda e integral de la verdad bblica, y por tanto,
si obedecemos, a una vida prctica de la Iglesia llena de la plenitud de Dios (Ef 3:1419).
Hemos de reconocer que es una senda muy difcil. Mucha gracia, luz, amor y
sabidura se necesitan para mantener un equilibrio entre dos extremos con los que la
Escritura delimita esta senda: guardar la unidad del Espritu y Aprtese de
iniquidad todo aquel que invoca el nombre del Seor (2Tim 2:19). Por un lado nos
es mandado que recibamos siempre como hermanos a todos los que son de Cristo y
todo lo que es de Cristo; por otro, que nos purifiquemos y santifiquemos
apartndonos de todo lo que no es conforme a la Voluntad de Dios.
Desgraciadamente adems, la Iglesia se encuentra involucrada en una guerra
espiritual muy seria contra Satans y la propia carne presente todava en los
creyentes, de modo que al igual que ocurri con aquellas verdades fundamentales
recuperadas inicialmente (la autoridad de las Escrituras por encima de cualquier otra
autoridad humana, la justificacin por la fe, el sacerdocio de todos los creyentes),
la restauracin -y mantenimiento- de una nueva verdad o prctica bblica suele venir
acompaada de mucha lucha, conflicto e incluso divisiones, porque es preciso que
haya entre vosotros hasta hiresis (herejas, partidismos, disensiones, sectas) para
que se manifiesten entre vosotros los que son aprobados (1Cor 11:19). La unidad
bblica (divina) es aquella edificada sobre la verdad bblica (divina), por lo que a
veces paradjicamente la verdadera unidad divide y separa respecto de todo lo que
no es edificado sobre la verdad de Dios.
3. El lugar de la experiencia cristiana y la Palabra de Dios en la senda de la
restauracin.
Quienes sostienen la posibilidad de que un creyente tenga demonios suelen apelar a
la experiencia, a multitud de casos reales que lo confirmaran. Los que la niegan
responden que an en el caso de que fueran experiencias autnticas, la interpretacin
de las mismas sera equivocada, y que las experiencias deben ser juzgadas por la
Palabra de Dios.
Nos sentimos en profunda comunin con todos aquellos que tienen en alta estima las
Sagradas Escrituras. Que la consideran Palabra de Dios inspirada por Su Espritu, y
reconocen su autoridad divina como norma suprema para la fe y la vida de la Iglesia,
la medida de verdad para examinar y discernir todas las cosas. Y que la interpretan en
la comunin del Cuerpo bajo la direccin del mismo Espritu que las inspir,
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si Dios les dio el mismo don tambin a ellos, como a nosotros que hemos credo en el
Seor Jesucristo, quin era yo para poder resistir a Dios? (11:17). Estas
experiencias de los creyentes provocaron el primer gran conflicto en la Iglesia que
oblig a celebrar el concilio de Jerusaln. La cuestin se dilucid al comprobar que
esas experiencias eran confirmadas por la Escritura en algunas partes que haban
pasado desapercibidas (Hch 15:13-19).
En el terrible contexto del romano-catolicismo dominante durante tantos siglos,
Lutero no lleg a ver la verdad bblica de la justificacin por la fe sino a raz de un
conflicto interior y la angustia por su salvacin. Esa experiencia le abri los ojos para
poder ver de un modo nuevo ese precioso versculo Pero el justo vivir por la fe.
Esto abri la puerta para cuestionar la incuestionable autoridad de papas, concilios y
magisterio eclesistico y establecer la autoridad superior de las Escrituras, el
sacerdocio de los creyentes, y muchas otras verdades y prcticas que han venido
despus.
En el caso que nos ocupa, muchos hermanos se han visto envueltos en situaciones
que les han obligado a reconsiderar su teologa acerca de los demonios y la
demonizacin. Algunos misioneros se tropezaron con personas endemoniadas, y
acordndose de la Escritura comenzaron a reprender y expulsar demonios en el
Nombre del Seor con xito. Otros siervos de Dios, atendiendo pastoralmente a otros
creyentes sinceros y amantes del Seor pero con conflictos y problemas en su andar
espiritual, fueron testigos asombrados de sntomas y manifestaciones demonacas en
ellos semejantes a las que se ven en los evangelios, y movidos a imitar al Seor y sus
discpulos, comprobaron que orando por sanidad y expulsando sus demonios en el
Nombre del Seor, fueron sanados y liberados para seguir creciendo espiritualmente
y servir al Seor.
Estas experiencias les llevaron a hacer un razonamiento semejante al de Pedro: las
Escrituras nos ensean cmo identificar tanto a un verdadero creyente como a los
demonios, y nuestra experiencia nos est mostrando que verdaderos creyentes estn
atormentados por demonios y pueden ser liberados de ellos en el Nombre de Jess,
podremos negar esta realidad para mantener nuestros conceptos?. Entonces estas
experiencias les dieron una mirada nueva sobre las Escrituras
Conviene, por ltimo, no perder de vista que si bien debemos evitar acomodar la
interpretacin de la Escritura a nuestra experiencia, tambin debemos evitar
acomodarla a nuestra falta de experiencia. O dicho de otro modo: todos interpretamos
desde nuestra experiencia particular (por eso necesitamos buscar luz junto con todos
los santos). Jess dijo que podemos errar en la interpretacin de las Escrituras no
slo por desconocer las Escrituras, sino tambin por desconocer el poder de Dios (Mt
22:29). Que desconozcamos el poder de Dios para sanar y expulsar demonios
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demonios;
Otras crticas adicionales son:
- los supuestos ministros de liberacin buscan obtener informacin de los
demonios, incluso teolgica, y la toman por vlida. Esto es ilegtimo y peligroso.
- se hace ms hincapi en Satans y los demonios que en Cristo y el Espritu Santo.
- se genera demoniomana, creyentes obsesionados con los demonios, temerosos y
supersticiosos, tratando de evitar ser posedos;
- a algunos la idea de un cristiano demonizado les viene muy bien como un
escapismo de la propia naturaleza carnal: le echan la culpa a los demonios de lo que
son sus propias pasiones carnales no dominadas. Otros buscan llamar la atencin por
medio del victimismo.
- es una realidad peligrosa, que da miedo, que hay que evitar;
- la llamada sanidad interior es una mezcla de conceptos bblicos y psicologa
humanista mundana. Y lleva a la persona a tratar con los pecados pasados, que ya
fueron perdonados por la sangra de Jess, por lo tanto se menosprecia el valor de la
obra de la cruz.
Desde este entendimiento, los supuestos casos de creyentes demonizados podran
explicarse de dos modos:
a) o bien se trata de falsa demonizacin y de falsas expulsiones de demonios;
b) o no se tratara de verdaderos creyentes, y lo que hay que hacer es proclamarles el
Evangelio para que sean salvos.
5. Preguntas persistentes.
Seguramente no todo es trigo limpio, hay abusos y desvos, pero es mi conviccin
que tambin hay trigo en todo esto, y que es necesario trabajar para que sea limpio.
El hecho de que pueda haber confusin y errores, no justifica que el tema se
despache sin ms, al contrario, pienso que con ms urgencia es necesario usar de
discernimiento para comprobar la verdad bblica acerca de este tema; porque la
Escritura habla de todas esas cosas, y es necesario examinarlo todo a la luz de la
Escritura y retener lo bueno.
A pesar de las objeciones de nuestros hermanos, no podemos acallar todava ciertas
preguntas
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Si las seales de confirmacin, como sanar y echar fuera demonios, eran slo para
el tiempo de Jess y sus apstoles qu significan las palabras de Jess resucitado
cuando envi a sus discpulos a predicar el Evangelio a toda criatura en Mc 16:17-20:
Estas seales seguirn a los que creen: En mi nombre echarn fuera demonios,
hablarn nuevas lenguas, tomarn serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa
venenosa, no les daar. Sobre los enfermos pondrn sus manos, y sanarn.
Despus que les habl, el Seor Jess fue recibido arriba en el cielo y se sent a la
diestra de Dios. Y ellos salieron y predicaron en todas partes, actuando con ellos el
Seor y confirmando la palabra con las seales que seguan. Estos versculos no
incumben a la Iglesia hoy? podemos ignorarlos sin ms porque no tenemos
experiencia de lo que afirman? podemos experimentar lo que afirman si no
creemos?.
La completa salvacin y victoria lograda por Cristo en la cruz, resurreccin y
ascensin es una verdad bsica y central, pero nos preguntamos: resuelve
'automticamente' los problemas de salud fsica, emocional y espiritual que el
creyente trae de su vida pasada? Acaso resuelve automticamente el problema de
nuestra naturaleza carnal y nuestro viejo hombre, por ejemplo? Desaparece la
presencia del pecado de la vida del creyente por el hecho de nacer de nuevo?. Es
decir, la obra objetiva de Cristo pasa a la experiencia subjetiva del creyente
automtica e instantneamente?.
Nos resulta inconcebible que el Espritu Santo pueda morar juntamente con los
demonios en un creyente. Pero podemos concebir que pueda morar el Espritu Santo
juntamente con la carne, con el Pecado, con el mal? Porque la Escritura afirma que la
carne, la naturaleza pecaminosa, permanece en el creyente nacido de nuevo, y que en
nosotros mora el Pecado y el mal (Rm 7:18-21). Acaso nuestra carne, el Pecado y el
mal son ms tolerables para el Espritu Santo que los demonios?.
Qu sentido tienen las abundantes advertencias y exhortaciones del Espritu a los
creyentes frente a los engaos, ataques y maquinaciones de Satans, si estos estn
incondicional y absolutamente protegidos por Dios? permanecen bajo proteccin si
las ignoran? estn los creyentes exentos del principio No os engais; Dios no
puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechar (Gal 6:7).
Sanar las dolencias del pueblo, vendar corazones desgarrados y echar fuera demonios
form parte inseparable del anuncio del Reino de Dios en el servicio de Jess, l
comision a sus discpulos a proseguir ese servicio, y nos preguntamos si la Iglesia
puede permitirse el lujo de pasar por alto sin ms este mandato porque Satans est
trayendo confusin sobre estos aspectos. Es incluso fcil ver que si hay alguien
interesado en desactivar esta faceta del servicio de la Iglesia expresamente dirigida
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contra Satans, para deshacer sus obras, es Satans mismo, y lo hace produciendo
abusos y desviaciones, desacreditndola, trayendo confusin, temores, etc. Podemos
ceder a sus maquinaciones? y si estas facetas del servicio de Cristo y sus discpulos
forman parte del servicio normal de la Iglesia que deben ser restauradas?.
Unas reflexiones del hermano Rick Joiner en su libro acerca del ministerio proftico
son muy iluminadoras y me parecen extensibles a cualquier aspecto en esta difcil,
polmica y conflictiva senda de la restauracin de la Iglesia conforme al pleno
propsito de Dios, que es el motivo profundo que orienta nuestro inters. Parafraseo
algunas de esas reflexiones tratando de aplicarlas al asunto de la sanidad interior y la
liberacin de demonios:
Los rgidos patrones que son aplicados al servicio de sanar y liberar raramente han
sido aplicados a otros ministerios. Ser que debemos acabar con el ministerio
pastoral porque algunos pastores han cometido errores? Deberemos descartar el
ministerio de evangelizacin o el de enseanza debido a que algunos evangelistas y
maestros hayan sido deshonestos o incorrectos doctrinalmente?. Es claro que no...
debemos aprender de los errores, que deben ser eliminados. Pero tan slo los errores
deben ser eliminados, y no el ministerio... Toda provisin dada por el Seor a su
Iglesia, la ha dado porque la Iglesia la necesita para su vida y ministerio, sera un
error privarla de estar debidamente equipada... El propio Seor nos alert que
siempre que l sembrase el trigo, en el mismo campo, el enemigo se dedicara a
sembrar la cizaa... Satans tiene una falsificacin por cada aspecto de la verdad
bblica o del ministerio de la Iglesia: hay falsos hermanos, falsos profetas, falsos
apstoles, falsos obreros... Esto implica que tambin los hay verdaderos, de lo
contrario habra bastado con advertir contra cualquier hermano, profeta, apstol u
obrero... Muchos, por tener miedo de ser engaados, procuran protegerse dejando de
lado el servicio de sanar y expulsar demonios. Pero, si permitimos que nos controle
el miedo a ser engaados, eso significa que ya hemos sido engaados y que el
enemigo ya consigui lo que quera. La iglesia y las potestades malignas se estn
ahora moviendo rpidamente para la confrontacin de los ltimos das, prevista en
las Escrituras por muchos de los profetas y apstoles, si no maduramos en la
comprensin y la experiencia de la guerra espiritual, trgicamente no estaremos
preparados para esa confrontacin. Muy en breve ser imposible permanecer en
una posicin neutra en cuanto al mundo espiritual y al poder sobrenatural.
Aquellos que no conozcan la verdad acerca de nuestros enemigos y el poder de Dios
(Mt 22:29) quedarn expuestos a la confusin, el engao y la derrota... Sin el permiso
de Dios le sera imposible al enemigo sembrar cizaa en el campo del Seor; de eso
podemos concluir que el Seor tiene Sus propsitos en cuanto a la cizaa. Una de las
razones para permitir eso es que, aprendiendo a lidiar con la cizaa, eso nos ayuda a
nosotros a prepararnos para la ltima confrontacin... La iglesia ha pasado por
momentos de grandes controversias relacionadas con la restauracin de cada verdad
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Antes incluso que el Hombre cayera del Propsito divino y que necesitara de la
maravillosa Redencin, ya haba un Propsito en el corazn de Dios. La Redencin
fue dispuesta por Dios desde la eternidad previendo la cada, pero no era su Plan
original, la provey para que su Plan no quedara frustrado por el pecado y el mal,
para que Dios pudiera alcanzar su Propsito original. De modo que las riquezas y
bendiciones espirituales de Dios en Cristo no acaban ni siquiera en la gloriosa
Redencin, sino que hizo sobreabundar las riquezas de su gracia dndonos a
conocer su eterno Propsito: reunir todas las cosas debajo de Cristo como
Cabeza (Ef 1:7-10), debajo de su Gobierno, su Reino, y hacer bodas a su Hijo (Mt
22:2), es decir, darle a Cristo una esposa corporativa, carne de su carne y hueso de
sus huesos (Ef 5:30): la Iglesia, que es su Cuerpo, en la cual llega a ser todo y en
todos (Ef 2:22-23; Col 3:11).
Este Plan est esbozado en Gnesis, donde vemos a Dios edificando una esposa
para Adn, figura de Cristo (Rm 5:14), sacada de su costado (Gn 2.18-23), para
reinar sobre la Tierra (Gn 1:26); es realizado en el Calvario donde Dios saca del
costado abierto de Cristo a la Iglesia; y culminar en los cielos nuevos y la tierra
nueva, a los cuales descender de junto a Dios la Iglesia perfeccionada y gloriosa (la
nueva Jerusaln) para las bodas del Cordero (Ap 21 y 22:1-5), a cuya luz andarn las
naciones, habiendo Cristo entregado el Reino al Padre para que sea todo en todos
(1Cor 15:28). Cristo y la Iglesia, pues, trayendo el Reinado de Dios a esta tierra, es el
centro del Plan divino y de su economa para llevarlo a cabo.
7 En l (Cristo, el Amado) tenemos redencin por medio de su sangre, el perdn de
nuestras transgresiones, segn las riquezas de su gracia 8 que hizo sobreabundar
para con nosotros en toda sabidura y entendimiento. 9 habindonos dado a conocer
el Misterio de su Voluntad, conforme a su buen Propsito que de antemano se
propuso en S mismo, 10 para la economa (oikonoma) de la plenitud de los
tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las
que estn en los cielos como las que estn en la tierra (Ef 1:7-10 VC).
2. La economa de Dios
La palabra griega 'oikonoma', de 'oikos' (casa, hogar) y 'nomos' (ley o norma), es
decir, la norma del hogar, la ley de la casa, tiene un significado muy rico que necesita
varias palabras en espaol para traducirla: dispensacin, administracin,
mayordoma, encargo, edificacin. Dependiendo del contexto, los traductores usan
una u otra acepcin en los lugares donde aparece:
- la oikonoma (dispensacin o administracin) del misterio (Ef 3:9)
- la oikonoma (dispensacin o administracin) de la plenitud de los tiempos (Ef
1:9)
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son echados en el lago de fuego al final de la era del Milenio, como se revela en los
ltimos captulos de Apocalipsis (20:10-15); por ms que en Jesucristo, su vida, y
sobre todo su obra en la cruz, la victoria sobre el mal en todas sus formas fue
anticipada y sentenciada judicialmente, como estaba profetizado (Gn 3.15; Jn 12:31;
16:11), lo cual marca un antes y un despus en esta batalla de los siglos.
La guerra espiritual, pues, no es un tema ms al lado de los dems, es un elemento
'transversal' que afecta no slo a la entera historia de la salvacin, sino a
prcticamente todos los asuntos. El aspecto edificante (positivo) y el aspecto blico
(negativo) de la economa divina para alcanzar el Propsito de Dios son inseparables.
No podemos ni debemos evitar el aspecto 'blico' de la vida y el servicio del
cristiano. Obviar las cosas referentes al mundo espiritual maligno por nuestros
temores es el error del avestruz y una infidelidad al Seor: volvieron las espaldas
en el da de la batalla (Sal 78:9). Dejar de tratarlas con el argumento de que no
queremos darle protagonismo a Satans, sino a Cristo, puede sonar muy
espiritual, pero no lo es. No es espiritual pasar por alto que Dios mismo est
interesado en que conozcamos y aprendamos la guerra (Jue 3:1-2) y en
adiestrarnos para la batalla (Sal 18:32-42); no es espiritual (ni sabio) ignorar la
importancia que Dios mismo ha dado a este asunto en su Revelacin, y no prestar
cuidadosa atencin a todo lo que nos ha revelado acerca del enemigo y sus
maquinaciones (2Cor 2:11), pues es presuncin esperar proteccin si no hay
atencin a las instrucciones y advertencias divinas; no es espiritual pasar por alto
que es Cristo mismo el que equipa a sus discpulos con su poder y autoridad para
traer el Reino de Dios a esta tierra confrontando el reino de Satans por medio de la
expulsin de demonios y las sanidades, obligndolo a retroceder en la tierra y en los
aires (Mt 12:28; 10:1.7-8; Lc 10:17-19); no es espiritual pasar por alto que es Cristo
mismo el que arma y fortalece a su Iglesia como un guerrero espiritual para una
guerra contra potencias espirituales malignas contra las que defender su gloriosa
posicin en Cristo (Ef 6:10-20), y aplicar Su victoria en sus propias vidas para que
sea dado a luz por la Iglesia aquel 'hijo varn', la vanguardia de los vencedores que
portan el estandarte de la victoria hasta el final, causando que Satans y sus huestes
sean desalojadas de los cielos para que venga el Reino de Dios y su Cristo a esta
tierra y la Voluntad del Padre se haga en la tierra como en el cielo (Ap 12:1-11).
Ser espiritual ignorar que Dios mismo desea aplastar a Satans debajo de nuestros
pies (Rm 16:20), es decir, por medio de nosotros?. Es porque queremos ver a
Cristo exaltado al lado de su esposa gloriosa reinando sobre todo el universo
para siempre que queremos responder al llamado divino a involucrarnos en este
ineludible aspecto de la Obra de Dios: hasta poner a todos sus enemigos debajo
de sus pies (1Cor 15:25)... empezando por nosotros mismos.
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del Reino de Dios con sus etapas, tan slo unas pinceladas que nos sigan ayudando a
situar y responder la cuestin que nos ocupa: puede un creyente tener demonios?.
***
La Escritura nos revela que en esta Tierra se suceden varios 'mundos' (kosmos),
varios sistemas u rdenes sociales. Se nos habla de:
- el 'kosmos antiguo' prediluviano castigado por Dios con el diluvio por su total
corrupcin (2Pe 2:5; Gn 6:5-7);
- el kosmos presente gobernado por Satans,
- el reino mesinico venidero, un kosmos en el que Satans estar atado y Cristo
gobernar las naciones con sus santos;
- y de aquel otro kosmos en el cual Dios har nuevas todas las cosas (Ap 21:5), en los
cielos cielos nuevos y la tierra nueva;
- pienso que adems el Espritu ha ido abrindonos los ojos a la evidencia bblica de
un mundo 'pre-admico', en esa eternidad pasada, la creacin original salida de
las manos de Dios, en la cual, en algn momento, ocurri la rebelin y apareci el
mal en la Creacin de Dios. Veamos brevemente estos kosmos en relacin al
Reinado de Dios.
3.3 El Reino de Dios antes del Hombre
Acordaos de las cosas del pasado que son desde la antigedad,
porque yo soy Dios, y no hay otro.
Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a m (Is 46:9).
En la eternidad pasada
Antes de la Creacin, antes que el tiempo fuera creado, ya era El Olam, el Eterno
(Gn 21:33), Aquel que es desde antes de todos los siglos (eones), ahora y por todos
los siglos (eones) (Jud 1:25): el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, tres Personas
distintas compartiendo la misma y nica Esencia divina: En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. El era en el principio con Dios
(Jn 1:1-2). El Padre engendrando eternamente al Hijo al entregarle toda su insondable
Deidad, y el Hijo respondiendo recprocamente entregndose plenamente al Padre,
haciendo suya completamente la Voluntad del Padre y correspondiendo eternamente
a ella, en una eterna Corriente de Amor mutuo: El Espritu Santo que procede
eternamente de ambos. Dios es Amor, un Reino de amor.
Al interior de la Deidad, el Hijo libremente hace completamente suya la Voluntad del
Padre, el Hijo es la esfera en la que su Voluntad es perfectamente recibida. El Hijo es
36
la esfera del Reinado de Dios. La caracterstica que constituye a la Persona del Hijo
es ser engendrado por el Padre, recibir su ser del Padre, recibir todo del Padre.
Cuando Jess vino a nuestra Tierra, nos mostr que esa relacin suya con el Padre
traducida en los trminos de una vida humana como la nuestra se llama obediencia,
completa sujecin a la autoridad del Padre, identificacin total con Su Voluntad:
"Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre (Mt 11:27), El Padre ama
al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano (Jn 3:35), el Hijo no puede hacer
nada de s mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que l hace, esto
tambin lo hace el Hijo de igual manera (Jn 5:19), Porque as como el Padre tiene
vida en s mismo, as tambin dio al Hijo el tener vida en s mismo (Jn 5:26), nada
hago de m mismo; sino que estas cosas hablo, as como el Padre me ense (Jn
8:28), Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envi y que acabe su
obra (Jn 4:34), yo hago siempre lo que le agrada a l (Jn 8:29). Esto es lo que
significa el Hijo es la esfera del Reino, la esfera en la cual Dios el Padre reina, en la
cual su Voluntad es perfectamente cumplida.
Y nosotros hemos sido llamados a ser hijos en el Hijo, a entrar en esa esfera donde
Dios reina!. En su eterno amor al Hijo, el Padre quiso 'ampliar' ese Reino, de modo
que EN el Hijo, POR el Hijo y PARA el Hijo, cre los cielos y la tierra con todos los
que los habitan para que ese Reino apareciera en la Creacin, y entregarlo al Hijo, y
el Hijo tambin quiso devolver al Padre ese Reino que recibira de l, y as lo har:
Despus el fin, cuando l (Cristo) entregue el Reino al Dios y Padre (1Cor 15:24).
As Dios el Padre hizo del Hijo 'el Primognito de toda la creacin', el prototipo
conforme al cual cre todas las cosas, las que estn en los cielos y las que estn en la
tierra, las visibles y las invisibles, constituyndolo 'heredero de todo' (Jn 1:3; Col
1:15-17; Hb 1:2); estableci su Trono eterno en los cielos recin creados (Sal 103:19;
Sal 93:1-2), y lo entreg a su Hijo como Cabeza de todas las cosas:Desde la
eternidad tuve el principado, desde el principio, antes que la tierra (Prov 8:23).
Y as comienza a revelarse nuestro bendito Dios: En el principio cre Dios los
cielos y la tierra (Gn 1:1).
Pero tan pronto pasamos al versculo 2, algo nos desconcierta, cmo es que cuando
Dios cre los cielos y la tierra, la tierra estaba 'tju' (sin orden, desolada) y 'boj'
(vaca), es decir, un caos total, y haba un abismo cubierto de oscuridad y tinieblas
(Gn 1:1-2)? No resulta extrao que de las manos de Dios salga caos y oscuridad?
No dice la Escritura que Dios no es Dios de desorden (1Cor 14:33)? Este contraste
extrao entre el versculo 1 de Gnesis y el 2 levant la sospecha de que entre ambos
versculos algo debi ocurrir para que apareciera en la Creacin el caos y la
oscuridad5.
5
La contribucin ms notable a este entendimiento es la teora del intervalo de C.H. Pember expuesta
37
1 En un principio cre (bar) Elohim los cielos y la tierra. 2 Pero la tierra lleg a
estar (jay) desolada (tju) y vaca (boj), y haba tinieblas sobre la faz del
abismo... (Gn 1:1-2a BTX).
En hebreo el verbo 'estar' suele ser elptico; el verbo 'jay' usado aqu aparece varias
veces en el mismo libro de Gnesis en el sentido de 'tornarse', 'volverse', 'convertirse';
por ejemplo, cuando Dios sopl en la nariz de Adn 'lleg a ser' (jay) alma viviente
(Gn 2:7); y cuando la mujer de Lot mir atrs, se convirti (jay) en estatua de sal
(Gn 19:26). Es la traduccin ms apropiada.
En Is 45:18 se dice que Dios no cre (bar) la tierra para que estuviera 'toj'
(desolada), sino para que estuviera habitada, luego si la tierra no estaba conforme el
propsito de Dios cuando cre, es que algo provoc ese estado.
Por otra parte, el verbo usado en Gen 1:1 para 'crear' es 'bar', creacin absoluta, de la
nada, la Creacin inicial, perfecta; mientras que a partir de Gn 1:3 la obra que Dios
realiza es primordialmente de restauracin, de re-composicin, a partir de materia
pre-existente y en confusin. Antes del primer da de la 'semana de creacin', ya Dios
haba creado los cielos y la tierra, el primer da en Gn 1:3 no es la Creacin absoluta,
sino una obra de restauracin despus que apareci el caos, la confusin y la
oscuridad. En Isaas 45 se usan varios verbos al hablar de la Creacin adems de
'crear': 'hacer', 'formar', 'componer': As dice YHVH, que cre los cielos: l es
Ha-Elohim, que form la tierra, la hizo y la compuso; No la cre para que
estuviera desolada, la form para que fuera habitada. Yo, YHVH, y no hay ningn
otro (Is 45:18). Estos verbos ya presuponen una materia, una creacin previa.
Desolacin, vaco, tinieblas, abismo. Son trminos que la Escritura relaciona
siempre con el reino del mal. Podemos deducir que la rebelin de Lucero, de la que
nos habla la Escritura (Is 14:12-15; Ez 28:11-19) debi suceder antes de la creacin
de Adn, pues en el jardn de Edn Lucero ya aparece como 'la serpiente antigua', ya
se haba producido la cada de aquella criatura perfecta que fue y se haba
transformado en 'Satans', el Adversario. Por tanto, tuvo que haber un tiempo anterior
en el que Satans fue aquel Lucero, perfecto en todos sus caminos hasta que pec
introduciendo el mal en el universo, arrastrando a otros seres creados con l, y
provocando el primer juicio de Dios. Todo apunta a que son esos acontecimientos
los que causaron el caos, la vanidad y la oscuridad que aparecen el Gn 1:2.
Jeremas 4:23-28 (y otros pasajes, como Is 34:11) nos confirma que las palabras 'tju'
y 'boj' aparecen en la Biblia para describir el estado de la tierra despus del juicio de
Dios: Mir la tierra, y he aqu que estaba sin orden (tju) y vaca (boj). Mir los
cielos, y no haba en ellos luz. Mir las montaas, y he aqu que temblaban; todas
38
las colinas se estremecan. Mir, y he aqu que no haba hombre, y todas las aves del
cielo haban huido. Mir, y he aqu que la tierra frtil era un desierto. Todas sus
ciudades haban sido devastadas ante la presencia de Yahveh, ante el ardor de su
ira. Porque as ha dicho Yahveh: Todo el pas ser desolado, aunque no lo
consumir del todo. Por esto se enluta la tierra, y se oscurecen los cielos arriba;
porque he hablado, lo he planeado y no cambiar de parecer, ni desistir de ello.
2Pe 3:3-7 confirma: Primeramente, sabed que en los ltimos das vendrn
burladores con sus burlas, quienes procedern segn sus bajas pasiones, y dirn:
"Dnde est la promesa de su venida? Porque desde el da en que nuestros padres
durmieron todas las cosas siguen igual, as como desde el principio de la creacin.
Pues bien, por su propia voluntad pasan por alto esto: que por la palabra de Dios
existan desde tiempos antiguos los cielos, y la tierra que surgi del agua y fue
asentada en medio del agua. Por esto el mundo de entonces fue destruido,
inundado en agua. Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora
existen estn reservados para el fuego, guardados hasta el da del juicio y de la
destruccin de los hombres impos. Como respuesta a los burladores que creen que
todas las cosas siguen igual como desde el principio de la creacin, sin rastro de
juicio ninguno, Pedro revela el juicio del mundo pre-admico. Se distingue aqu
claramente entre 'el mundo de entonces' y 'los cielos y la tierra que existen ahora', lo
cual no deja lugar para pensar que se refiere al diluvio del tiempo de No, porque en
esa ocasin no hubo una modificacin de cielos y tierra, tan slo una inundacin
terrquea para acabar con los seres vivientes que la habitaban.
Aquel mundo primitivo inundado en agua es el que encontramos en Gn 1:2: Pero la
tierra lleg a estar (jay) desolada (tju) y vaca (boj), y haba tinieblas sobre la
faz del abismo (tejm).... 'Tejm' es definido por Vine como abismo, aguas
profundas, ocano, aguas, diluvios y torrentes. La 'semana de creacin' a partir de
Gn 1:3 comienza haciendo la luz y separndola de la oscuridad (primer da),
haciendo la expansin para separar las aguas arriba y abajo (segundo da), y
reuniendo las aguas de abajo en un solo lugar para hacer aparecer la tierra seca
(tercer da). En resumen, lo que se viene llamando 'la semana de creacin' es en
realidad la obra de restauracin de los cielos y la tierra despus del juicio divino con
agua contra el mundo antiguo a causa de la rebelin de Satans. Es el mundo recreado.
Esto nos muestra que ms all de los sucesivos kosmos, los cielos y la tierra
iniciales pasan por dos modificaciones radicales. Al decir los cielos y la tierra que
ahora existen se indica que anteriormente existieron otros cielos y otra tierra, los de
Gn 1:1; los de ahora son resultado del juicio a la rebelin satnica y la re-creacin
posterior. Ms drstico parece el cambio de cielos y tierra al final del Milenio,
cuando Dios haga nuevas todas las cosas (Ap 21:5): Vi un cielo nuevo y una tierra
39
nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe ms.
Porque he aqu que yo creo (bar) cielos nuevos y tierra nueva. No habr ms
memoria de las cosas primeras, ni vendrn ms al pensamiento (Ap 21:1; Is 65:17).
No entramos ahora en la cuestin sobre cmo se conjugan esos cambios con la otra
afirmacin bblica sobre la Tierra: El fund la tierra sobre sus cimientos; no ser
jams removida (Sal 104:5; 78:69). Pero debemos caer en la cuenta de la extrema
gravedad del Pecado, que contamin todo el universo, empezando por el Santuario
celestial (Ez 28:18a), para cuya purificacin Cristo muri en la cruz (Hb 9:23-24);
finalmente, toda la Creacin tendr su pascua, su paso purificador por la muerte
(2Pe 3:7), para dar lugar a unos cielos nuevos y una nueva tierra totalmente
purificados de todo rastro de mal.
La Escritura nos abre en diversos lugares una ventana a aquella primera creacin, a
aquel mundo antiguo, anterior a Adn. El gusto de Dios por la biodiversidad que
apreciamos en el mundo natural se aprecia igualmente en el mundo sobrenatural,
poblado de criaturas que no alcanzamos a imaginar: ngeles, llamados tambin 'hijos
de Dios' que gritaban de jbilo cuando Dios fundaba la tierra (Job 38:7); tronos (Ap
4:4), dominios, principados, o autoridades (Col 1:16); serafines (Is 6:1-6); los
'cuatro seres vivientes llenos de ojos (Ap 4:6); los querubines que guardan la
santidad de Dios alrededor del Trono (Is 37:16; Hb 9:5)...
Y por detrs del rey de Tiro, que a pesar de ser hombre y no Dios se enalteci a s
mismo diciendo 'yo soy un dios' (Ez 28:2.6), el Espritu santo nos revela la historia
inicial de Satans:
12 Oh hijo de hombre, entona un lamento por el rey de Tiro, y dile que as ha dicho
el Seor Yahveh: " T eras el sello de la perfeccin, lleno de sabidura y de
completa hermosura! 13 Estabas en el Edn, el jardn de Dios. Tu vestidura era de
toda clase de piedras preciosas: rub, topacio, diamante, crislito, nice, jaspe,
zafiro, turquesa y berilo. Y de oro era la hechura de tus encajes y de tus engastes. En
el da que fuiste creado fueron preparadas. 14 Cuando fuiste ungido, yo te puse
junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios, y andabas
en medio de piedras de fuego. 15 Eras perfecto en tus caminos desde el da en que
fuiste creado hasta que se hall en ti maldad. 16 A causa de tu gran comercio te
llenaron de violencia, y pecaste. Por eso, te expuls del monte de Dios, y un
querubn protector hizo que desaparecieras de en medio de las piedras de fuego. 17
Tu corazn se enalteci debido a tu hermosura; a causa de tu esplendor se
corrompi tu sabidura. Yo te he arrojado en tierra; te he puesto como espectculo
ante los reyes. 18 Por tus muchos pecados y por la iniquidad de tu comercio,
profanaste tu santuario. Yo, pues, hice que en medio de ti se desatara y te devorase
el fuego. Te convert en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos te
observaban. 19 Todos los que te conocen entre los pueblos se horrorizan a causa de
40
ti. Eres objeto de espanto, y dejars de ser para siempre (Ez 28:12-19).
Tambin por detrs del rey de Babilonia, el opresor, el prepotente que golpeaba y se
enseoreaba de las naciones (Is 14:4-6):
12 Cmo has cado del cielo, oh Lucero (Jeill), hijo de la maana! Has sido
derribado al suelo, t que debilitabas a las naciones. 13 T has dicho en tu
corazn: Subir al cielo en lo alto; hasta las estrellas de Dios levantar mi trono y
me sentar en el monte de la asamblea, en las regiones ms distantes del norte. 14
Subir sobre las alturas de las nubes y ser semejante al Altsimo. 15 Pero has sido
derribado al Seol, a lo ms profundo de la fosa. 16 Los que te vean te contemplarn;
reflexionarn ante ti diciendo: Es ste aquel hombre que haca temblar la tierra,
que sacuda los reinos, 17 que convirti el mundo en un desierto, que destrua sus
ciudades y que a sus prisioneros nunca les abri la crcel? (Is 14:12-17).
En el centro de aquel mundo primigenio vemos 'el Edn, el jardn de Dios', diferente
del de Adn en Gen 2; este Edn es de carcter mineral, ms que vegetal; en l est
'el santo monte de Dios', y all un santuario donde Dios puso su Trono en medio de
querubines. Como 'sello' de la perfeccin de aquella Creacin aparece una criatura
especial, Jeill (Lucero), probablemente nica en su gnero, lleno de sabidura y de
completa hermosura; el hecho de haber sido ungido para estar ante el Trono de Dios,
movindose en el santuario, y su vestidura, hablan de la ms alta dignidad real y
servicio sacerdotal, una posicin de 'intermediario' entre la Creacin y el Trono de
Dios, probablemente como sumo sacerdote de la adoracin universal, de la que a
partir de algn momento abus 'comerciando' para su malvado propsito.
Esos pasajes nos hablan de reyes y naciones (Ez 28:17.19; Is 14:12.16-17), una
civilizacin que habit la Tierra en aquel en primitivo, obviamente una civilizacin
no humana, pues todava no haba sido creado Adn, el primer hombre, el
cabeza del Gnero Humano.
Todo aquel mundo primitivo era gobernado por Dios en perfecta armona. Pero
recordemos: Dios concedi libre albedro a algunas de sus criaturas para que
pudieran entrar en una relacin de amor con l en la esfera de su Autoridad, que es el
Hijo, lo cual conlleva la posibilidad de hacer otro uso del libre albedro y rebelarse.
Toda criatura moral venida a la existencia se enfrenta a esta prueba.
La rebelin y la cada.
A causa de su hermosura, perfeccin y dignidad, surgi en Lucero el deseo de
autoexaltarse hasta el grado de rebelarse contra la Autoridad de Dios y querer usurpar
el Trono a Dios. Lucero conspir entre los moradores de los cielos y los de la Tierra
41
para liderar un asalto a los cielos: Subir al cielo en lo alto; hasta las estrellas de
Dios levantar mi trono y me sentar en el monte de la asamblea, en las regiones
ms distantes del norte. 14 Subir sobre las alturas de las nubes y ser semejante al
Altsimo (Is 14:13-14); para ello practic algn tipo de 'comercio' inicuo
('contrataciones', conspiracin), hizo pactos con las naciones, y se llen de violencia,
ejerci un dominio tirnico sobre aquel mundo: debilitaba las naciones, haca
temblar la tierra, sacuda los reinos, convirti el mundo en un desierto, destrua sus
ciudades y a sus prisioneros nunca les abri la crcel (Is 14:12.16-17), de modo que
consigui arrastrar y embaucar en su rebelin a parte de aquellas criaturas. Es
exactamente el mismo patrn de comportamiento que ha seguido reproduciendo en
el Edn terrenal en el pasado, hoy engaando a todo el mundo (Ap 19:9) y
conducindolo a la guerra de Armagedn contra Cristo (Ap 16:13-16), y tambin al
final de la era mesinica (Ap 20:2-3). De modo que toda una coalicin de criaturas
encabezadas por Lucero rechazaron sujetarse al Hijo conforme al Propsito
divino, desligndose de la Cabeza del universo, para quien todos han sido
creados:
a) Es claro que una parte de los ngeles de Dios le sigui: 'el diablo y sus ngeles'
(Mt 25:41), parece que la tercera parte de ellos (Ap 12:9; 12:4a). Por un lado,
ngelos significa mensajero, enviado, no habla de naturaleza, sino de funcin;
por otra parte, a veces aparece como una categora de seres celestiales, formando
parte de una lista junto a otras categoras de seres: Ahora l (Cristo), habiendo
ascendido al cielo, est a la diestra de Dios; y los ngeles (ngelos), las autoridades
(exousion) y los poderes (dinameon) estn sujetos a l (1Pe 3:22; ver tambin Rm
8:38; 2Pe 2:10-11). Es probable que a veces el trmino se use de manera inclusiva
para abarcar a toda clase de seres celestiales, y a veces se refiera a un tipo especfico.
b) El caso es que juntamente con los ngeles y distinguidos de ellos, se nombran
tambin otras criaturas celestiales, algunas de las cuales ya hemos mencionado:
querubines, serafines, tronos (zronos), seoros o dominios (kyriotes), poderes o
potestades (dinamis), principados (arjs), autoridades (exousas), los gobernantes
mundiales de la oscuridad (kosmkratores tou sktos), seres espirituales perversos en
los lugares celestes (pneumatikos tes poneras en tois epouranios), e incluyendo a
otros muchos: todo nombre (onomatos) que sea nombrado (1Cor 15:24; Ef 1:20-21;
3:10; 6:11-12; Col 1:16; 2:10-15).
Pero si observamos con atencin esos textos vemos que no todos estos seres
espirituales siguieron a Satans y formaron parte de su reino maligno, sino slo
principados (arjs), autoridades (exousas), los gobernantes mundiales de la
oscuridad (kosmkratores tou sktos), seres espirituales perversos en los lugares
celestes (pneumatikos tes poneras en tois epouranios).
De los principados (arjs) sabemos que gobiernan para Satans las naciones e
42
imperios terrenales (Dn 10:13.20). Como hemos mencionado, el Espritu Santo nos
descorre el velo para ver actuando por detrs del rey de Tiro y de Babilonia al
prncipe de la potestad del aire (Ef 2:2), Satans, bajo cuyas rdenes estn todos los
principados que sustentan los diversos imperios que se suceden en la historia. Esos
principados son las diversas cabezas de la ltima bestia/imperio, el reino del
Anticristo, a quien el Dragn (Satans) le dio su poder y su trono y grande
autoridad (Ap 13:1-2; Dn 7:1-7). Tras bambalinas de la poltica terrenal mueve sus
hilos el diablo por medio de sus principados y dems ngelos (enviados,
mensajeros).
Tambin sabemos del arjngelo (arjs + ngelo) Miguel, un jefe de ngeles, uno de
los principales prncipes (Dn 10:13), el prncipe del Pueblo de Dios (10:21; 12:1), el
nico que pelea contra los dems principados cados (10:21), contra el dragn y sus
ngeles (Ap 12:7). Pero incluso Miguel es de un rango inferior a Satans y respeta su
autoridad (Jd 1:9).
c) finalmente, parece que aquellos reyes y naciones que habitaron la tierra tambin
siguieron la rebelin y fueron castigados en aquel juicio, puesto que toda aquella
civilizacin no humana pereci completamente: Por esto el mundo de entonces fue
destruido, inundado en agua (2Pe 3:6).
El origen de los demonios.
Son los seres de aquella raza no humana cada, pecaminosa e impa, los que
vinieron a ser los demonios, seres que en aquel juicio perdieron sus cuerpos y por
eso no hallan descanso si no es ocupando cuerpos ajenos, por medio de los cuales
pueden de algn modo seguir expresando sus deseos perversos?: Cuando el espritu
inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y al no
hallarlo, dice: Volver a mi casa de donde sal. Y cuando regresa, la halla barrida
y adornada. Entonces va y trae otros siete espritus peores que l. Y despus de
entrar, habitan all; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el
primero (Lc 11:24-26).
La Biblia no nos habla claramente acerca del origen de los demonios, por lo que
respetamos todas las opiniones, y no necesitamos dedicar demasiado tiempo a ello.
Para la creencia habitual, ngeles cados y demonios son lo mismo. Otros piensan
que son los espritus de los nephilim, los hijos que nacieron de la unin de los hijos
de dios (ngeles cados) y las hijas de los hombres (Gn 6:1-4), por tanto,
engendros antinatura; esta posicin se basa en el testimonio del Libro de Enoc, un
libro extra-bblico, pero que se puede tomar como un libro histrico, del cual la
Biblia confirma algunas cosas al citarlo, como la profeca de Enoc recogida en Judas
1:14-15. Personalmente veo algunos hechos que cuestionan la creencia de que
43
ngeles y demonios son la misma clase de seres, y me inclino por las teoras que
proponen que los demonios son los espritus descarnados de aquella civilizacin preadmica y/o los nephilim:
- la terminologa usada para unos y otros es demasiado especfica y diferenciada.
- que los seres celestiales sean espritus no significa que sean incorpreos; existe
el cuerpo espiritual (Flp 3.21; Lc 24:39), est escrito que los hijos de la
resurreccin (los creyentes resucitados en la era mesinica) sern semejantes a
ngeles (Lc 20:35). Los ngeles tienen cuerpos espirituales, no tienen motivo para
necesitar otros cuerpos para su reposo, en la Biblia siempre aparecen con sus propios
cuerpos en forma humana, comunicndose con los hombres, pueden tocar y agarrar
(Gn 19:10.16; Hch 12:7), y comer (Gn 18:8) como Jess resucitado: Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, pues un espritu no tiene carne
ni huesos como veis que yo tengo. Al decir esto, les mostr las manos y los pies. Y
como ellos an no lo crean por el gozo que tenan y porque estaban sombrados, les
dijo: Tenis aqu algo de comer? Entonces le dieron un pedazo de pescado asado.
Lo tom y comi delante de ellos (Lc 24:39-43); vemos su morada habitual en las
regiones celestes, y nunca vemos ngeles o principados dentro de los hombres,
nunca se expulsa de un ser humano a un ngel o un principado;
- en cambio a los demonios o espritus inmundos los presenta la Escritura
merodeando por la tierra, ansiosos por ocupar cuerpos humanos para encontrar
reposo (Lc 11:24-26), aunque sea el de los cerdos (Mr 5:11-13); nunca se dice que
suban o bajen de las regiones celestes; y no hay testimonio de ninguna manifestacin
visible, corporal, de los espritus inmundos, fuera de los cuerpos ajenos que ocupan.
Los mismos fariseos, en contraposicin a los saduceos que no crean en la
resurreccin ni el mundo espiritual, distinguan entre ngeles y espritus (Hch
23:9), en este aspecto Jess y Pablo coincidan con los fariseos;
- Las culturas antiguas saben de la existencia y actividad de espritus malos, aunque
dentro de una cosmovisin errada respecto de lo que ensea la Escritura. Como
seala el erudito en griego bblico Derek Prince 6, las mitologas paganas son como
una memoria ancestral de los pueblos que se hacen eco, aunque deformado, de
ciertos acontecimientos de los orgenes, como el caos original, la creacin, el
diluvio En la memoria ancestral de los pueblos perduran, aunque deformados. El
Nuevo Testamento fue escrito en griego, de donde toma la terminologa para hablar
de los demonios.
La palabra griega para demonio (daimonion) se deriva de una palabra primaria:
daimon. En la mitologa griega, que en el mejor de los casos es un espejo
fracturado, representa dos principales rdenes de dioses que habitan en las
6 En su libro Echarn fuera demonios.
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levant, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea proclamado por toda
la tierra (Rm 9:17). He aqu un primer motivo de Dios para permitir la oposicin de
Satans.
b) Dios en su soberana desea que nosotros participemos en el juicio a Satans!:
Las alabanzas de los nios de pecho son tu mejor defensa contra tus enemigos;
ellas silencian a tus vengativos adversarios (Sal 8:2). Por medio de insignificantes
criaturas de barro, puestas en medio de una atmsfera maligna adversa, Dios
silenciar las pretensiones de Satans y justificar su juicio sobre l, para mayor
gloria de Dios y de sus siervos (Rm 16:20; Ap 9:12-11);
c) la oposicin satnica sirve para probarnos y para que conozcamos la guerra (Jue
2:22-23; 3:1-4; Lc 22:31-32), porque es as como lo que hay en los corazones queda
expuesto, y cmo maduramos como criaturas de barro llamadas a ser piedras vivas,
ms an, piedras preciosas para la edificacin de la gloriosa Ciudad de Dios.
Veamos esas fases o etapas del juicio divino sobre Satans:
a) la primera fase es esta que acabamos de citar, expulsado de delante del Trono de
Dios por su rebelin;
b) la segunda se produjo en el Edn terrenal, despus tentar con xito a la mujer de
Adn, y que esta reconociera su pecado: Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente:
Porque hiciste esto, sers maldita entre todos los animales domsticos y entre
todos los animales del campo. Te arrastrars sobre tu vientre y comers polvo todos
los das de tu vida. Y pondr enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y
su descendencia; sta te herir en la cabeza, y t le herirs en el taln (Gn 3:14-15)
.
c) la tercera y crucial por medio de la obediencia de Cristo hasta su muerte en la cruz,
en cumplimiento de la promesa de Gn 15: Ahora es el juicio de este mundo. Ahora
ser echado fuera el prncipe de este mundo (Jn 12:31); y en cuanto a juicio,
porque el prncipe de este mundo ha sido juzgado (Jn 16:11);
d) la cuarta, al final de esta era, por medio de los vencedores, gracias a los cuales
Miguel y sus ngeles podrn expulsar a Satans y sus ngeles de las regiones celestes
a la tierra: Estall entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ngeles pelearon
contra el dragn. Y el dragn y sus ngeles pelearon, pero no prevalecieron, ni fue
hallado ms el lugar de ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragn, la serpiente
antigua que se llama diablo y Satans, el cual engaa a todo el mundo. Fue
arrojado a la tierra, y sus ngeles fueron arrojados junto con l. O una gran voz en
el cielo que deca: "Ahora ha llegado la salvacin y el poder y el reino de nuestro
Dios, y la autoridad de su Cristo! Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros
46
hermanos, el que los acusaba da y noche delante de nuestro Dios. Y ellos lo han
vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos,
porque no amaron sus vidas hasta la muerte. Por esto, alegraos, oh cielos, y los que
habitis en ellos. Ay de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a
vosotros y tiene grande ira, sabiendo que le queda poco tiempo (Ap 12:7-12).
e) la quinta, despus que el mundo haya sido probado por la Gran Tribulacin, al
regreso de Cristo para iniciar la era mesinica, el Milenio, en la cual Satans ser
atado por mil aos: Vi a un ngel que descenda del cielo y que tena en su mano la
llave del abismo y una gran cadena. El prendi al dragn, aquella serpiente antigua
quien es el diablo y Satans, y le at por mil aos. Lo arroj al abismo y lo cerr, y
lo sell sobre l para que no engaase ms a las naciones, hasta que se cumpliesen
los mil aos. Despus de esto, es necesario que sea desatado por un poco de tiempo
(Ap 20:1-3).
f) la sexta y definitiva, al final del Milenio, despus que ser soltado para probar a las
naciones que entraron en el Reino, y haya engaado y capitaneado una parte de ellas
una vez ms en la ltima batalla contra Cristo: Cuando se cumplan los mil aos,
Satans ser soltado de su prisin y saldr para engaar a las naciones que estn
sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de
congregarlos para la batalla. El nmero de ellos es como la arena del mar. Y
subieron sobre lo ancho de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la
ciudad amada, y descendi fuego del cielo y los devor. Y el diablo que los
engaaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde tambin estn la bestia y el
falso profeta, y sern atormentados da y noche por los siglos de los siglos (Ap
20:7-10).
Todas estas revelaciones bblicas nos van a ayudar a responder el asunto que
tratamos. Los pasajes que nos hablan de la victoria de Jess en la cruz sobre Satans
no suprimen la guerra de Satans contra los santos, l todava sigue actuando,
engaando y oprimiendo.
47
imagen y la gloria de Dios (1Cor 11:7), y quiso darle una ayuda idnea, adecuada,
semejante a l, la cual sac y form del costado de Adn durante su sueo profundo:
Esta ser llamada varona (ishah), porque fue tomada del varn (ish) (Gn 2:23
VC). Ella fue creada para l, y es su gloria (1Cor 11:7-9).
Sabemos que Adn era figura del que haba de venir (Rm 5:14), y que el misterio
del matrimonio entre el hombre y la mujer es una figura del misterio de Cristo y la
Iglesia (Ef 5:32). El Hombre fue creado en dualidad sexual para representar el
misterio de Cristo y la Iglesia; en el Plan de Dios el prototipo es la pareja formada
por Cristo y la Iglesia, y a imagen del prototipo fue establecido el matrimonio: la
mujer fue creada para el varn y es la gloria del varn porque la Iglesia es para Cristo
y la gloria de Cristo. El Padre quiso dar al Hijo una ayuda idnea, para lo cual
Cristo tuvo que dormir el sueo de la muerte en la cruz para que de su costado
abierto manaran las fuentes de las que nace su esposa, la Iglesia;
- con un ser compuesto de tres elementos: todo vuestro ser: espritu, alma y
cuerpo (1Tes 5:23). Necesitamos detenernos un poco aqu porque se trata de una
clave muy importante para responder a la pregunta de este estudio: puede cohabitar
el Espritu Santo con los demonios en el creyente?.
El Templo de Dios (y antes el tabernculo) tena tres compartimentos: el atrio
exterior, el Lugar Santo, y el Lugar Santsimo o Santo de los Santos donde habitaba
la presencia de Dios. Del mismo modo, nuestro ser tiene tres mbitos: No sabis
que sois templo de Dios, y que el Espritu de Dios mora en vosotros? (1Cor 3:16; y
6:19):
a) el cuerpo (basar en hebreo, soma en griego), es el atrio exterior del templo
humano; el asiento de los sentidos, los diferentes sistemas, aparatos y rganos
biolgicos, los instintos y pasiones naturales necesarios para la reproduccin y
supervivencia. Es por medio del cuerpo que el Hombre se desenvuelve en el mundo
fsico y visible;
b) el aliento o espritu (nesham y ruaj en hebreo, pneuma en griego) es el
Lugar Santsimo, creado (Zac 12:1) por el mismo aliento de Dios, el Padre de los
espritus (Hb 12:9), y con l es dada la vida; es el rgano que nos capacita para la
comunicacin y comunin con Dios, que es Espritu, y para contenerlo a modo de
vaso. Sus funcin principal es la conciencia, la voz de Dios en el interior del hombre.
Pero en el texto la expresin aparece en plural aliento de vidas...
c) el alma (nefesh en hebreo, psij en griego) es el Lugar Santo, por el que se
accede al Lugar Santsimo desde el atrio; result del contacto del espritu con la
materia, del aliento de vidas insuflado en la nariz de la figura hecha con el polvo de
la tierra. Es el asiento de la personalidad del hombre, su carcter, el yo, dotado de
51
52
Cuando Satans cay de su posicin delante del Trono de Dios, baj a ocupar una
parte de los cielos, y el abismo y la tierra (Ez 28:17-18; Is 14:15). Y Dios abri un
espacio en el centro de ese entorno maligno y plant un jardn, una especie de
embajada en territorio hostil, para que lo guardara y para que seoreara sobre
cielos, mares y tierra!! Dios deleg en el Hombre el Reino, le has coronado de
gloria y de honra; le has hecho seorear sobre las obras de tus manos; todo lo has
puesto debajo de sus pies (Sal 8:5-6), le encarg seorear todos aquellos mbitos
ocupados por Satans. Dios quiere contar con el Hombre para aplastar la rebelin
satnica y recuperar el mundo para Dios. Lo quiso al principio, y no ha variado su
Propsito: Y el Dios de paz aplastar en breve a Satans debajo de vuestros pies
(Rm 16:20).
La Cada de la raza humana
9 Yahveh Dios hizo brotar de la tierra toda clase de rboles atractivos a la vista y
buenos para comer; tambin en medio del jardn, el rbol de la vida y el rbol del
conocimiento del bien y del mal 15 Tom, pues, Yahveh Dios al hombre y lo puso
en el jardn de Edn, para que lo cultivase y lo guardase. 16 Y Yahveh Dios mand
al hombre diciendo: "Puedes comer de todos los rboles del jardn; 17 pero del
rbol del conocimiento del bien y del mal no comers, porque el da que comas de
l, ciertamente morirs (Gn 2:9.15-17) ."
Dramticamente, en Gen 3 vemos que Adn (varn y mujer) no super la prueba, no
permaneci en el Propsito de Dios, que qued temporalmente frustrado. La mujer
actu por cuenta propia sin permanecer bajo la cobertura de su cabeza, y Adn no
cumpli su encargo de guardar el huerto, ponindose en evidencia que no haba
enseado bien a su mujer el mandato recibido de Dios, sino que ms bien obedeci la
voz de su mujer en lugar de la Palabra de Dios.
Adn cay en el engao y la trampa tendida por Satans, y comi del fruto del rbol
de la ciencia del bien y del mal, cuya esencia no es otra que el en-diosamiento y la
rebelin satnica: Entonces la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriris.
Es que Dios sabe que el da que comis de l, vuestros ojos sern abiertos, y seris
como Dios, conociendo el bien y el mal (Gn 3:4-5).
Dnde estaba el engao? Dios hizo al hombre a su imagen y le ofreca participar de
la misma Vida (zo) eterna de Dios - el nico que tiene vida en s mismo - a la
manera de Dios: comiendo del fruto del rbol de la vida, es decir, por medio del
Hijo. Por un lado, Satans minti acerca de la buena voluntad de Dios, suscit dudas
acerca de la verdad de Su Palabra (Gn 3:1.4-5), y propuso un camino diferente y
prohibido por Dios: comer del rbol del conocimiento del bien y del mal.
53
Si comer del rbol de la vida representa la aceptacin del Plan de Dios, reconociendo
su Autoridad para vivir en obediencia y dependencia de l, el rbol del conocimiento
del bien y del mal representa su rechazo, la rebelin e independencia de Dios, el endiosamiento propio, la pretensin de sentarse uno en su propio trono como dios.
Por otro lado, distorsion la apariencia del rbol prohibido hacindolo aparecer
como bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era rbol codiciable
para alcanzar sabidura (Gn 3:6). Esto nos lleva a 1Juan 2:15-16 donde se nos
descubre la esencia del kosmos gobernado por Satans: No amis al mundo ni las
cosas que estn en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est en
l; porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, los deseos de los
ojos y la soberbia de la vida- no proviene del Padre sino del mundo. Las
apariencias engaosas, la mentira, la soberbia, la rebelin, la independencia,
constituyen el kosmos maligno, el sistema generado por el prncipe de este
mundo. El rechazo del amor del Padre.
No es casual que Satans se presentara en Edn bajo la forma de una serpiente. l
'encant' a su presa, la Raza humana representada en Adn y su mujer, y la mordi
inyectndole su veneno: la rebelin, el Pecado, dndoles as muerte. Cuando ellos
escucharon la voz de la serpiente y dudaron de la buena Palabra de Dios
(incredulidad), fueron arrastrados a la rebelin satnica: 'seris como dioses,
conociendo el bien y el mal' (Gn 3:5), sucumbiendo a la satnica ambicin de endiosarse (idolatra) para vivir independientes de Dios, en lugar de vivir por l
(comer del fruto del rbol de la vida). En realidad, al obedecer la palabra de la
serpiente por encima de la Palabra de Dios, pusieron en sus vidas a Satans por
encima de Dios, lo convirtieron a l en su propio dios, lo adoraron a l!. La falta de
confianza en la buena voluntad de Dios conduce a la desobediencia y la rebelin de
la idolatra, que en el fondo es satanismo: adoracin a Satans.
E inexorable vino el fruto del pecado: la muerte, tal como haba advertido Dios,
porque no puede ser otra la consecuencia de rechazar la vida zo, la vida eterna de
Dios. Desconectarse de Aquel que es la Fuente de la Vida verdadera, conduce
lgicamente a la muerte. Por medio del pecado de Adn entr la muerte en el mundo
(Rm 5:12), porque la paga del pecado es muerte (Rm 6:23a). Aquel que fue
creado para vivir eternamente, qued a merced del poder de la muerte. Primero muri
su espritu humano, hasta que finalmente la muerte se extendi a todo su ser
consumndose con la muerte corporal, regresando al polvo.
El veneno del Pecado que Satans inyect en Adn y su mujer da, alter, pervirti
la estructura de la naturaleza humana, que vino a ser una naturaleza 'carnal',
pecaminosa, vendida al poder del Pecado (Rm 7:14), que como una ley le empuja
54
simiente de la mujer!!.
56
Escritura son: los refatas, de los cuales era Og rey de Basn, cuya cama meda unos
4 metros (Dt 3:11.13); algunos entre los filisteos, el ms famoso de los cuales era
Goliat, de unos 3 metros (1Sam 17:4); los geteos, descendientes de Harafa (2Sam
21:15-22; 1Cr 20:4-8); los anaceos (Anakin, los de cuello largo), hijos de Anac
(Nm 13:33); los amorreos (Ams 2:9); los emitas o terrores (Dt 2:10). Todos los
muertos resucitarn algn da (Jn 5:29) pero los gigantes y sus descendientes no
resucitarn (Is 26:14; Sal 88:10b), sus cuerpos vinieron a la existencia fuera del
propsito divino. Este hecho es otro indicio a favor de la teora que ve aqu el origen
de los espritus descarnados que llamamos demonios.
Prcticamente todos los pueblos que el Seor mand a Israel en Canan estaban
contaminados por aquella unin impa (Nm 13:28-29.32), llevando a sus habitantes al
colmo de maldad que justific el juicio divino (Gn 15:16).
Podemos sospechar que detrs de esto estuvo Satans intentando contaminar la
simiente de la mujer para impedir la llegada de la descendencia que le aplastara la
cabeza (Gn 3:15). Y es significativo que la tierra que Dios quera dar en herencia a su
pueblo, estaba tambin tomada por los gigantes.
El recuerdo ancestral de los pueblos en sus mitologas paganas registra la existencia
de estos hroes que desde la antigedad fueron hombres de renombre, como los
Giborim (poderosos) de la mitologa griega llamados titanes.
Es tambin ilustrativo comparar el pasaje bblico con el mencionado Libro de Enoc 8,
en los captulos 7 y 8:
En aquellos das, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedi que les
nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los ngeles, los hijos de los cielos, las
desearon y se dijeron:
-Ea, escojamos de entre los humanos y engendremos hijos.
Semyaza, su jefe, les dijo:
-Temo que no queris que tal accin llegue a ejecutarse y sea yo slo quien pague por
tamao pecado. Le respondieron todos:
-Juremos y comprometmonos bajo anatema entre nosotros a no cambiar esta
decisin y a ejecutarla ciertamente. Entonces juraron todos de consuno y se
comprometieron a ello bajo anatema. Eran doscientos lo que bajaron a Ardis, que es
la cima del monte Hermn, al que llamaron as porque en l juraron y se
comprometieron bajo anatema. Estos eran los nombres de sus jefes: Semyaza, que
8 Moiss cit varios libros al escribir la historia antigua de Gnesis, aunque quedaron fuera del
canon. Una de esas fuente muy antiguas que cita la Biblia es este Libro de Enoc; a parte de lo
citado en la Escritura, su contenido no es inspirado, pero podemos tomarlo como un testimonio
histrico de mucho valor.
58
era su jefe supremo; Urakiva, Rameel, Kokabiel, Tamiel, Ramiel, Daniel, Ezequiel,
Baraquiel, Asael, Armaros, Batriel, Ananel, Zaquiel, Samsiel, Sartael, Turiel, Yomiel
y Araziel: stos eran sus decuriones. Estos y todos los dems, en el ao 1170 del
mundo, tomaron para s mujeres y comenzaron a mancharse con ellas hasta el
momento del cataclismo. stas les alumbraron tres razas. La primera, la de los
enormes gigantes. stos engendraron a los Nefilim, ya stos les nacieron los Eliud.
Aumentaron en nmero, manteniendo el mismo tamao y aprendieron ellos mismos
y ensearon a sus mujeres hechizos y encantamientos.
Azael, el dcimo de los jefes, fue el primero en ensearles a fabricar espadas,
escudos y toda clase de instrumentos blicos; tambin los metales de la tierra y el oro
-cmo trabajarlos y hacer con ellos adornos para las mujeres- y la plata. Les ense
tambin a hacer brillantes (los ojos), a embellecerse, las piedras preciosas y los tintes.
Los hombres hicieron tales cosas para s y para sus hijas; pecaron e hicieron errar a
los santos. Hubo entonces una gran impiedad sobre la tierra y corrompieron sus
costumbres. Luego, el gran jefe Semyaza les ense los encantamientos de la mente,
y las races de las plantas de la tierra. Farmars les ense hechiceras, encantos,
trucos y antdotos contra los encantos. El noveno les ense la observacin de los
astros. El cuarto, la astrologa; el octavo, la observacin del aire; el tercero les ense
los signos de la tierra; el sptimo, los del sol; el vigsimo, los de la luna. Todos ellos
comenzaron a descubrir los misterios a sus mujeres e hijos.
Todo esto encaja con la pretensin del ocultismo, que reivindica que su sabidura
oculta proviene de dioses venidos del cielo, extraterrestres que trajeron los
conocimientos para las misteriosas pirmides egipcias o mesoamericanas, la
mitologa de los dioses sumerios y acadios llamados annunakis, etc
La consecuencia de todo esto fue: 5 Yahveh vio que la maldad del hombre era
mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazn era de
continuo slo al mal. 6 Entonces Yahveh lament haber hecho al hombre en la
tierra, y le doli en su corazn. 7 Y dijo Yahveh: "Arrasar de la faz de la tierra los
seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del
cielo; porque lamento haberlos hecho. 8 Pero No hall gracia ante los ojos de
Yahveh La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia. 12
Dios mir la tierra, y he aqu que estaba corrompida, porque toda carne haba
corrompido su camino sobre la tierra (Gn 6:5-12).
Por medio de No, pregonero de justicia, Dios estuvo contendiendo con la
humanidad para frenar la corrupcin, hasta que qued patente su ruina total:
Entonces Yahveh dijo: "No contender para siempre mi espritu con el hombre, por
cuanto l es carne (Gn 6:3). Y reservndose un resto, la familia de No, mand el
diluvio para arrasar con aquel kosmos perverso: tampoco dej sin castigo al
59
mundo antiguo, pero preserv a No, pregonero de justicia, junto con otras siete
personas, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impos (2Pe 2:5).
Infunden respeto las palabras profticas del Seor Jess acerca de que en los ltimos
das, antes de su regreso, acontecer como en los das de No (Mt 24:37).
60
medio de Moiss los sac de la casa de esclavitud con brazo poderoso para que le
rindieran culto en el desierto, al margen de los imperios del mundo, y llevarlos a la
tierra de la promesa para establecer un Santuario, una Ciudad y un Reino para Dios,
dndoles leyes santas para mostrar al mundo la justicia y la paz del Reino de Dios.
Liberados del dominio de faran, ahora es el Seor Dios el que ha ganado un pueblo
sobre el que reinar, por eso el cntico de liberacin de Moiss termina diciendo: T
los hars entrar, y los plantars, en el monte que te pertenece; en el lugar donde t,
SEOR, habitas; en el santuario que t, Seor, te hiciste. El SEOR reina por
siempre y para siempre! (Ex 15:17-18 NVI). El monte Sin en Jerusaln iba a ser la
contrapartida terrenal del monte celestial donde Dios tiene su Trono, en su Santuario
(Ez 28:14). Dios quera, por medio de Israel, traer el Cielo a la tierra.
Es altamente significativo lo que dijo Moiss despus que vencieron contra el ataque
de Amalec, en el desierto: Y dijo: Por cuanto alz la mano contra el trono de
Yahveh, Yahveh tendr guerra contra Amalec de generacin en generacin (Ex
17:16). Ahora Dios tiene un lugar en la tierra donde ha establecido su trono: su
pueblo santo.
Pero en la tierra de la promesa les esperaba ms guerra, una territorio ocupado por
pueblos perversos contaminados por la raza de los gigantes, haban llenado la tierra
con sus abominaciones, y en su idolatra extrema ofrecan en sacrificio a sus nios al
dios Moloch. Llegados al colmo de la maldad, fue dictada la sentencia divina que
Israel deba ejecutar. Recuperar aquel pedazo de tierra para Dios requera desalojar a
todos los enemigos. Esto es una figura de la guerra espiritual que debe librar la
Iglesia.
Pero la misin qued inconclusa. Tras las primeras victorias, vinieron grandes
fracasos, porque el pueblo no obedeci las instrucciones divinas, no escuch las
advertencias del Seor, no permanecieron santos (separados) para Dios, sino que se
contaminaron con la idolatra de los pueblos que deban terminar, y abandonando al
Dios vivo cayeron en manos de sus enemigos. Esta experiencia del Pueblo de Dios
relatada sobre todo en el libro de Jueces tambin es una figura que nos ensea acerca
de la guerra espiritual de la Iglesia.
Con todo, por medio de su siervo David, el Seor conquist la tierra, tom la
fortaleza de Sin en Jerusaln, la Ciudad del Gran Rey, estableci el Reino de Dios, y
su hijo Salomn edific all el Templo de Dios, el lugar de su morada en medio de su
pueblo: Porque Yahveh ha elegido a Sin y la ha deseado como morada suya: Este
es mi lugar de reposo para siempre. Aqu habitar, porque lo he deseado (Sal
132:13-14). Grande es Yahveh y digno de suprema alabanza, en la ciudad de
nuestro Dios, en el monte de su santuario! Qu hermosa altura! El gozo de toda la
tierra es el monte Sin por el lado norte, la ciudad del Gran Rey (Sal 48:1-2).
63
Por fin, en un lugar de la tierra, se haca la voluntad de Dios como en el cielo. David,
el mesas o rey ungido de Dios, es figura del verdadero Cristo de Dios, Jess, que
ganar la tierra para Dios estableciendo su Reino; Salomn tambin es figura de
Jesucristo, el que edifica el verdadero Templo de Dios: su Cuerpo, la Iglesia.
Pero Israel no pudo mantener el Reino de Dios. Una y otra vez el Reino de Dios
tropezaba con un grave obstculo: el corazn idlatra e impo del hombre. A pesar de
las advertencias de los profetas que Dios les envi una y otra vez, siguieron a las
dems naciones en su idolatra e injusticia hasta que el Seor, una vez ms, los
entreg a sus torcidos caminos, o lo que es lo mismo, los entreg en manos de sus
enemigos (Sal 106), primero Asiria, despus Babilonia. Puesto que Israel am la
idolatra, Dios los entreg en manos de la ciudad de la idlatra, Babilonia, con miras
a curarlos de esa tendencia.
Escucha, oh pueblo mo, y testificar contra ti. Oh Israel, si me oyeras ! No
haya dios extrao en medio de ti, ni te postres ante dios extranjero. Yo soy Yahveh tu
Dios, que te hice venir de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca, y la llenar. Pero mi
pueblo no escuch mi voz; Israel no me quiso a m. Por eso los entregu a la dureza
de su corazn, y caminaron segn sus propios consejos. Oh, si mi pueblo me
hubiera escuchado; si Israel hubiera andado en mis caminos! En un instante
habra yo sometido a sus enemigos, y habra vuelto mi mano contra sus adversarios.
Los que aborrecen a Yahveh se le habran sometido, y su castigo habra sido eterno
(Sal 81:8-15).
Pero sobre ese fondo oscuro, resplandeca en el horizonte la esperanza de la
salvacin de Dios: el Cristo de Dios, que como el siervo de Yahveh traer la
redencin de los pecados y un corazn y un espritu nuevo en el que habitar el
Espritu de Dios (Is 53; Jr 31:31-34; Ez 36:24-28), y que edificar la Casa de Dios y
cuyo Reino no tendr fin (2Sam 7:12-16; Is 9:6-7). Dios no renuncia a su Plan.
El Pueblo de Dios y el Nombre de Dios estn estrechamente unido. El fracaso de
Israel como pueblo de Dios expone el Nombre de Dios a ser blasfemado: Oh hijo
de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminaban con su
conducta y sus obras. Su conducta delante de m fue como la inmundicia de una
mujer menstruosa. Y yo derram mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaron
sobre la tierra y porque la contaminaron con sus dolos. Los dispers por las
naciones, y fueron esparcidos por los pases. Los juzgu conforme a su conducta y a
sus obras. Pero cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi
santo nombre cuando se deca de ellos: Estos son el pueblo de Yahveh, pero de la
tierra de l han salido! He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la
casa de Israel en las naciones adonde fueron (Ez 36:17-21) .
64
Pongamos atencin a estas importantes lecciones que nos van dando elementos para
a nuestra pregunta: puede un cristiano tener demonios?.
68
Dios dijo hagamos a Adn a nuestra imagen y semejanza, y seoree, pero Adn
fall, toda la Raza humana fue arruinada, y el Plan de Dios qued aparentemente
frustrado. Despus llam a Israel con el mismo Propsito, pero tambin fallo. Sin
embargo Dios sigui trabajando para conseguir ese Hombre conforme a su Propsito,
de modo que encarg una misin a su Hijo: Hijo mo, quieres descender a la tierra,
despojndote de tu gloria para hacerte hijo del hombre, hijo de Adn, hijo de
Abraham, hijo de David, y como hombre realizar la vida humana conforme a mi
Propsito, venciendo al diablo, y poner tu vida para salvar a mi pueblo de sus
pecados y de todos sus enemigos de modo que mi Reino pueda ser establecido en la
Tierra? Qu respondi el Hijo?: Por eso dije: Aqu me tienes como el libro dice
de m. Me agrada, Dios mo, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de m (Sal
49:7-8 NVI).
Si Satans, siendo criatura, quiso hacerse Dios, el Hijo comenz a recorrer el camino
inverso de la rebelin: esta manera de pensar que hubo tambin en Cristo Jess:
existiendo en forma de Dios, l no consider el ser igual a Dios como algo a qu
aferrarse; sino que se despoj a s mismo, tomando forma de siervo, hacindose
semejante a los hombres; y hallndose en condicin de hombre, se humill a s
mismo hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz! (Flp 2:6-8).
Jess no poda llevar adelante el Plan del Padre si l mismo no superaba la prueba de
toda criatura: sujetarse a la Autoridad de Dios o vivir por s mismo siguiendo la
rebelin de Satans. Por eso Jess fue probado en todo igual que nosotros (Hb 4:15).
Si el diablo lograra apartar a Jess tan slo un milmetro de la voluntad del Padre,
todo quedara irremediablemente frustrado. El nico modo en que Jess poda
introducir el Reino de Dios en medio de este kosmos dominado por Satans era
por la perfecta obediencia al Padre.
No podemos extraarnos del recibimiento que dio Satans al Seor Jess tan pronto
entr en este mundo: trat de matarlo por medio de Herodes (Mt 2:1-18).
Jess tena que traducir a una vida humana su relacin con el Padre en la Deidad, por
lo que como hombre tuvo que aprender la obediencia sufriendo (Hb 5:8). Jams
desobedeci al Padre, nunca resisti su autoridad. Desde nio obedeci
diligentemente a las autoridades delegadas, por ms que ya estaba consagrado a los
asuntos de su Padre (Lc 2:49-51). Aunque no tena pecado, cuando lleg el tiempo
determinado por el Padre fue a Juan para ser bautizado y cumplir as toda justicia
(Mt 3:15).
Despus que Jess fue bautizado, el Espritu lo llev al desierto para ser probado en
una confrontacin directa con el diablo, el prncipe de este mundo, bajo cuyo poder
70
estn todos los reinos del mundo (Mt 4:1-11; Lc 4:1-13). Puesto que era el Hombre
verdadero lo que Dios estaba buscando, el Hijo deba actuar como hombre,
permanecer en su misin como hombre (el Hijo del Hombre), por eso al iniciar su
servicio pblico el diablo lo tent para apartarlo de esa posicin: si eres el Hijo de
Dios (Lc 4:3.9), y conducirlo a cumplir su misin por otros caminos diferentes al
que Dios haba establecido: sentarse en el trono sin pasar por la cruz (4:5-7).
Gracias a Dios, en esta ocasin Jess tambin venci! Al obedecer perfectamente y
permitir que la autoridad de Dios rigiera en forma absoluta, el Seor Jess estableci
el Reino de Dios en la esfera de su propia obediencia 9. Como consecuencia de
someterse perfectamente a la autoridad de Dios, Jess recuper la autoridad
delegada por el Creador al Hombre para 'seorear' la tierra, los aires y el mar, y
todo lo que se mueve en ellos, incluso la serpiente que se arrastra sobre la tierra,
y estuvo cualificado para cumplir su misin como el Cristo de Dios representando Su
Autoridad e introduciendo Su Reino con poder:
Entonces Jess volvi en el poder del Espritu a Galilea, y su fama se difundi por
toda la tierra de alrededor. l enseaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado
por todos. Fue a Nazaret, donde se haba criado, y conforme a su costumbre, el da
sbado entr en la sinagoga, y se levant para leer. Se le entreg el rollo del profeta
Isaas; y cuando abri el rollo, encontr el lugar donde estaba escrito: El Espritu
del Seor est sobre m, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los
pobres; me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazn, para proclamar
libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y
para proclamar el ao agradable del Seor (el jubileo, el perdn de todas las
deudas). Despus de enrollar el libro y devolverlo al ayudante, se sent. Y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en l. Entonces comenz a decirles: Hoy se ha
cumplido esta Escritura en vuestros odos (Lc 4:14-21), desde entonces Jess
comenz a predicar y a decir: "Arrepentos, porque el reino de los cielos se ha
acercado! (Mt 4:17).
Su obediencia le cualific para proclamar la llegada del Reino de los cielos con
palabras y con hechos que revelaban la autoridad divina del Reino:
14 Despus que Juan fue encarcelado, Jess vino a Galilea predicando el evangelio
de Dios, 15 y diciendo: "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado. Arrepentos y creed en el evangelio! 21 Entraron en Capernam. Y en
seguida, entrando l en la sinagoga los sbados, enseaba. 22 Y se asombraban de
su enseanza, porque les enseaba como quien tiene autoridad y no como los
escribas. 23 Y en ese momento un hombre con espritu inmundo estaba en la
sinagoga de ellos, y exclam 24 diciendo: Qu tienes con nosotros, Jess de
9 Watchman Nee en Autoridad espiritual, pag 55, ed. Vida.
71
Nazaret? Has venido para destruirnos? S quin eres: el Santo de Dios! 25 Jess
le reprendi diciendo: Cllate y sal de l! 26 Y el espritu inmundo lo sacudi con
violencia, clam a gran voz y sali de l. 27 Todos se maravillaron, de modo que
discutan entre s diciendo: Qu es esto? Una nueva doctrina con autoridad!
Aun a los espritus inmundos l manda, y le obedecen (Mr 1:14-15).
4.2 El Reino de los cielos se ha acercado.
"La Ley y los Profetas fueron hasta Juan.
A partir de entonces son anunciadas las buenas nuevas del Reino de Dios,
y todos se esfuerzan por entrar en l
(Lc 16:16 NVI)
Desde los das de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre
violencia, y los violentos se apoderan de l.
Porque todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta Juan (Mt 11:12-13).
Hemos venido haciendo un recorrido por las diferentes etapas de el Misterio del
Reino de Dios (Mr 4:11), conforme avanzan las eras; etapas a las que se refiere la
Escritura como los misterios del Reino de Dios (Lc 8:10). Mateo introduce una
expresin particular en su evangelio que nos muestra una nueva fase en el avance el
Reino de Dios hacia su consumacin: el Reino de los Cielos (Mt 3:2). Cuando
estudiamos todas las ocurrencias de esta expresin en Mateo, descubrimos que es
usada en referencia a dos eras especficas: el tiempo entre las dos venidas de Cristo
(la era de la Iglesia, el tiempo de la gracia), y el reino mesinico venidero (el
Milenio). Con Jess el Reino de los Cielos aterriza, por as decir, en la tierra, sobre el
espacio creado primero por la obediencia de Jesucristo, y despus por la comunidad
de sus discpulos, el Pueblo de Dios restaurado y redimido. En esta era el Reino de
los Cielos es una semilla sembrada en la tierra, pequea, rechazable; cuando Cristo
regrese por segunda vez con gloria y poder ser una realidad manifiesta sobre esta
tierra, Cristo y sus santos reinarn visiblemente en la tierra sobre las naciones
supervivientes del juicio (Mt 25:31-46).
Los misterios relacionados con estas dos etapas del Reino de Dios, revelados
especialmente en las parbolas de Jess, son llamados por l los misterios del
Reino de los Cielos (Mt 13:11)10. La Voluntad de Dios comienza a hacerse en la
tierra como en el cielo. Los cielos comienzan a gobernar la tierra... y el reino de la
tinieblas comienza a ser quebrantado y obligado a retroceder.
10 Recomiendo aqu la lectura del libro Los misterios del Reino de los cielos en las parbolas
del Seor Jesucristo, de Gino Ianfrancesco, en http://www.cristiania.net/LECTURAS_1.html
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nos sujetan en tu nombre! El les dijo: Yo vea a Satans caer del cielo como un
rayo (Lc 10:17-18).
Todo el servicio pblico de Jess tuvo como una de sus caractersticas eminentes
sanar y liberar al pueblo de sus demonios: En la misma hora llegaron ciertos
fariseos y le dijeron: Sal y vete de aqu, porque Herodes te quiere matar. El les dijo:
Id y decid a ese zorro: "He aqu echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y
maana, y al tercer da termino (Lc 13:31-32).
4.4 Jess, el Siervo de Yahveh, el Pastor de Israel, y la restauracin del Pueblo
de Dios
El concepto bblico de salvacin abarca todas las dimensiones del ser humano. La
salvacin que Jess vino a traer era integral: por un lado, sanar, liberar y redimir de
todas las cosas negativas que afectan al cuerpo, el alma y el espritu: enfermedades y
dolencias del cuerpo, quebrantos y heridas del corazn, los pecados y la muerte
espiritual; por otro lado, impartir todas las cosas positivas dando la Bendicin de
todas las bendiciones: el Espritu.
Esta obra no se consum hasta la muerte y resurreccin de Jess, pero comenz ya en
la vida y el servicio de Jess: perdonar pecados, sanar, liberar, devolver la vida
Jess recorra toda Galilea enseando en las sinagogas de ellos, predicando el
evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su
fama corri por toda Siria, y le trajeron todos los que tenan males: los que
padecan diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, los lunticos y los
paralticos. Y l los san () Al atardecer, trajeron a l muchos endemoniados. Con
su palabra ech fuera a los espritus y san a todos los enfermos, de modo que se
cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaas, quien dijo: El mismo tom nuestras
debilidades y carg con nuestras enfermedades (Mt 4:23-24; 8:16-17; Is 53:4).
Este pasaje es sumamente importante para nuestro propsito. El pasaje de Isaas
citado por Mateo para explicar el significado del servicio de Jess habla
profticamente de la obra de la cruz. Jess, como el Siervo de Yahveh, al expulsar
demonios y sanar enfermos, estaba llevando a cabo la obra vicaria de restauracin y
redencin del Pueblo de Dios: todas las sanidades realizadas por Jess o en el
Nombre de Jess son el resultado de la redencin del Seor, en la cruz l tom
nuestras debilidades o dolencia y carg con nuestras enfermedades, realizando as
una sanidad completa para nosotros: por sus heridas fuimos nosotros sanados. Y
segn la exgesis que el Espritu Santo hace de Isaas 53:4, estar endemoniado es
algo incluido en las enfermedades, dolencia y debilidades del pueblo, el ser sanados
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Jess enseaba en una de las sinagogas en el sbado. Y he aqu una mujer que
tena espritu de enfermedad desde haca dieciocho aos; andaba encorvada y de
ninguna manera se poda enderezar. Cuando Jess la vio, la llam y le dijo: Mujer,
quedas libre de tu enfermedad. Puso las manos sobre ella, y al instante se enderez
y glorificaba a Dios. Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que
Jess hubiese sanado en sbado, deca a la gente: Seis das hay en la semana en
los cuales se debe trabajar. Venid, pues, en estos das y sed sanados, y no en el da
de sbado. Entonces el Seor le respondi diciendo: Hipcrita! No desata cada
uno de vosotros en sbado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a sta,
siendo hija de Abraham, a quien Satans ha tenido atada por dieciocho aos, no
deba ser librada de esta atadura en el da de sbado?.
La beneficiaria del servicio de Jess era una hija de Abraham, una persona de fe
que asista a la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios, un miembro del Pueblo del
Pacto. De nuevo aqu vemos que sanar y liberar estn identificados como la misma
cosa. Y algo ms: que Satans ata a las personas por medio de espritu malignos.
Tener un espritu de enfermedad era estar atada por Satans, y viceversa.
b) Para el segundo relacionamos dos pasajes:
Jess recorra todas las ciudades y las aldeas, enseando en sus sinagogas,
predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y
cuando vio las multitudes, tuvo compasin de ellas; porque estaban acosadas y
desamparadas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discpulos: "A
la verdad, la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Seor de la
mies, que enve obreros a su mies." Entonces llam a sus doce discpulos y les dio
autoridad sobre los espritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apstoles son stos: primero
Simn, llamado Pedro, y su hermano Andrs; tambin Jacobo hijo de Zebedeo, y su
hermano Juan; Felipe y Bartolom; Toms y Mateo el publicano; Jacobo hijo de
Alfeo, y Tadeo; Simn el cananita y Judas Iscariote, quien le entreg. A estos doce
los envi Jess, dndoles instrucciones diciendo: "No vayis por los caminos de los
gentiles, ni entris en las ciudades de los samaritanos. Pero id, ms bien, a las
ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayis, predicad diciendo: El reino
de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos,
echad fuera demonios. De gracia habis recibido; dad de gracia (Mt 9:35 - 10:8)
.
Entonces vino a m la palabra de Yahveh, diciendo: "Oh hijo de hombre, profetiza
contra los pastores de Israel No fortalecis a las ovejas dbiles ni curis a las
enfermas. No habis vendado a la perniquebrada, ni habis hecho volver a la
descarriada, ni habis buscado a la perdida. Ms bien, las habis dominado con
dureza y con violencia. Ellas se han dispersado por falta de pastor, y estn
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expuestas a ser devoradas por todas las fieras del campo. Han sido dispersadas;
mis ovejas han andado descarriadas en todos los montes y sobre toda colina alta.
Mis ovejas han sido dispersadas por toda la faz de la tierra, y no ha habido quien se
preocupe de ellas ni quien las busque. Por eso, oh pastores, od la palabra de
Yahveh: "Vivo yo, dice el Seor Yahveh, que por cuanto mis ovejas fueron expuestas
a ser robadas o a ser devoradas por las fieras del campo, por no tener pastor, y mis
pastores no se preocuparon por mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a s
mismos y no apacentaron a mis ovejas; por eso, oh pastores, od la palabra de
Yahveh. As ha dicho el Seor Yahveh: He aqu yo estoy contra los pastores, y
demandar mis ovejas de sus manos! Har que dejen de apacentar a las ovejas, y
ellos dejarn de apacentarse a s mismos. Librar a mis ovejas de sus bocas, y no les
servirn ms de comida." Ciertamente as ha dicho el Seor Yahveh: "He aqu, yo
mismo buscar mis ovejas y cuidar de ellas. Como el pastor cuida de su rebao
cuando est entre las ovejas dispersas, as cuidar de mis ovejas y las librar en
todos los lugares a donde han sido dispersadas en el da del nublado y de la
oscuridad (Ez 34:1-12, Leer todo el captulo).
Estas dos porciones de las Santas Escrituras son sumamente reveladoras.
Entresaquemos algunas enseanzas ms relevantes para nuestro propsito.
- En primer lugar confirma que el Seor vino para servir al Pueblo de Dios, a las
ovejas perdidas de Israel, no a las naciones paganas; los trminos pastor y ovejas
se usan siempre en referencia al Pueblo/Rebao de Dios.
- En segundo lugar, revela que la sanidad y la liberacin forman parte notable del
oficio de pastoreo del Pueblo de Dios.
- En tercer lugar, el descuido o abuso en el pastoreo debilita al rebao de Dios y lo
expone a ser robadas, devoradas y/o dispersadas por las fieras del campo, todo lo
cual es traducido por Jess como enfermedad, dolencia, demonizacin y muerte.
- En cuarto lugar, que Jess es Dios mismo pastoreando a su pueblo, el cual enva
obreros pastores a su mies para llevar a cabo esa misin de reunir, sanar, liberar y dar
vida a las ovejas de Dios.
Cuando Jess constituy a Doce, estaba realizando un gesto proftico que todo el
pueblo entendi perfectamente: Jess estaba re-fundando entorno a su propia Persona
al Pueblo de Dios (las doce tribus) restaurado y redimido. Un nuevo Pacto estaba por
consumarse, y desde la aparicin pblica de Jess pertenecer al Pueblo de Dios
pasaba por reconocer a Jess como el Hijo de David esperado, el Cristo de Dios,
creyendo en l. Jess comenz a reunir al rebao de Dios disperso en el da del
nublado y de la oscuridad, comenz a restaurarlo de todas sus dolencias, a perdonar
sus pecados y darle vida, les llam a entrar en el Reino, les dio la nueva Ley del
Reino para ensearles la vida en el Reino (Mt 5-7), y les revel los misterios del
Reino de los cielos (Mt 13:11) dicindoles: No temis, manada pequea, porque a
vuestro Padre le ha placido daros el Reino (Lc 12:32).
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para esta accin es exorkizo, aplicado no a lo que hacan Jess y sus discpulos,
sino a lo que 'trataban de hacer' otras personas ajenas a la autoridad de Jess (Hch
19:13). Podramos decir que Jess expulsaba demonios con la autoridad de su
palabra, y sus discpulos con esa autoridad que Jess les deleg; los 'exorcistas', en
cambio, 'intentan' echar demonios por medio de oraciones, rdenes y ritos religiosos.
5.3 Naturaleza y caractersticas de los demonios.
- son seres espirituales incorpreos: '... un espritu no tiene carne ni huesos...' (Lc
24:39), malos y sucios (contaminados y contaminantes);
- con inteligencia, emociones y voluntad: responden, conversan, negocian (Mt 8:31;
Mc 5:10; Lc 8:31- 32), gritan... (todo ello usando el cuerpo que habitan), generan
conceptos, son capaces de engaar: Mr 1:23-24; Mt 8: 29-31; Hch 8:7; 19:15; 1Ti
4:1;
- son agentes de Satans: Mt 9:34; 12:24-29; Mc 3:22-23; Lc 11:15-18; Ap 16:13;
- hay diversos gneros: Mc 9:29; Mt 12:45/ Lc 11:26; algunos son peores que otros
(Mt 12:45);
- necesitan un hbitat hmedo: Mt 12:43; Lc 11:24, especficamente tienen urgencia
por habitar (endemoniar) cuerpos preferentemente humanos, aunque tambin de
animales: Mt 8:31-32 / Mc 5:11-13 / Lc 8:32-33; Mt 12:43-45 / Lc 11:24-26;
- pueden cohabitar en gran nmero en una misma persona: Mc 5:9 / Lc 8:30; Mc
16:9 / Lc 8:2;
- algunos tienen gran fuerza o son violentos en extremo: Mt 8:28; Mc 5:3b-4; Lc
8:29; Hch 19:16;
- parecen de algn modo, o por alguna razn, territoriales: Mc 5:10;
- tienen nombres funcionales: Mc 5:9; Lc 8:30; Lc 13:11; Hch 16:16;
- reconocen a Jess como el Hijo de Dios y el Cristo, y tambin quines son sus
discpulos: Mt 8:29 / Mc 5:6 / Lc 8:28; Mc 1:24.34 / Lc 4:34.41; Mc 3:11; Hch
16:17;
- saben que Dios existe y le temen: Stg 2:19;
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5:5.15;
b) por medio del engao pueden influir en mayor o menor grado en los pensamientos,
las emociones y el comportamiento de la persona, ganando as dominio y control
sobre la persona.
5.5 Cmo entran los demonios en las personas.
La Escritura no habla de ello expresamente, simplemente da por supuesto que de
hecho entran. Pero s da algunas pistas, y pienso que basados en principios bblicos es
posible afirmar que los demonios entran en las personas 'cuando se les da lugar',
cuando se les da permiso o derecho para hacerlo, lo cual acontece cuando se
transgrede la Ley que Dios en su benevolencia y misericordia ha dado para
proteger al hombre del reino de las tinieblas. Y Yahveh Dios mand al hombre
diciendo: "Puedes comer de todos los rboles del jardn; pero del rbol del
conocimiento del bien y del mal no comers, porque el da que comas de l,
ciertamente morirs (Gn 2:16-17)". La buena Palabra de Dios indica el camino
segura a la vida, fuera del cual slo hay tinieblas, enemigos destructores y muerte.
Cuando el Hombre se aparta de los caminos de Dios, se expone al mundo de las
tinieblas, Dios mismo respeta su voluntad rebelde y lo entrega en manos de sus
enemigos. Es este un principio bblico insistentemente reiterado: si no me
escuchis y no ponis por obra todos estos mandamientos... "Yo pondr mi rostro
contra vosotros, y seris derrotados ante vuestros enemigos; los que os aborrecen
se enseorearn de vosotros... No podris resistir ante vuestros enemigos (Lv
26:14.17.37); Abandonaron a Yahveh, y sirvieron a Baal y a las Astartes. El furor
de Yahveh se encendi contra Israel, y los entreg en mano de saqueadores que los
saqueaban. Los abandon en mano de sus enemigos de alrededor, y ellos no
pudieron resistir ms ante sus enemigos (Jue 2:13-14); "Pero mi pueblo no escuch
mi voz; Israel no me quiso a m. Por eso los entregu a la dureza de su corazn, y
caminaron segn sus propios consejos. Oh, si mi pueblo me hubiera escuchado; si
Israel hubiera andado en mis caminos ! En un instante habra yo sometido a sus
enemigos, y habra vuelto mi mano contra sus adversarios (Sal 81:11-14).
El consentimiento dado al enemigo puede ser voluntario o involuntario, las buenas
intenciones no protegen contra peligro, traspasar los lmites seguros de la vida por
ignorancia no libra de las consecuencias, por eso Jess dice la verdad os har
libres (Jn 8:32)! La ignorancia mata: Mi pueblo es destruido porque carece de
conocimiento (Os 4:6); por eso nos es tan necesario atender cuidadosamente la
enseanza bblica acerca de nuestros enemigos y sus maquinaciones (2Cor 2:11).
Tentamos a Dios cuando esperamos su proteccin sin atender a sus advertencias
e instrucciones (Mt 4:6-7). Es similar a lo que ocurre en el derecho humano cuando
establece que 'el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento', ni de las
consecuencias de quebrantarla; o lo que ocurre en el mundo natural, cuando se
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'entrar en nosotros'.
Ahora bien, esta es la nica vez en la Escritura que se habla de 'el diablo entrando en
alguien', y no significa necesariamente que Satans mismo en persona entr en Judas,
o que lo hace en otras personas. Puesto que Satans no es omnipotente, omnisciente
ni omnipresente, para tener el mundo bajo su dominio necesita el servicio de sus
principados y potestades rebeldes en los aires y de sus demonios en la tierra; el diablo
dirige los reinos del mundo por medio de sus prncipes, y 'entra' en las personas por
medio de sus emisarios demonacos, los cuales estn tan identificados con su seor a
quien sirven, que para Jess era equivalente decir 'Satans' y decir 'demonios':
Pero al orlo, los fariseos dijeron: Este no echa fuera los demonios sino por
Beelzebul, el prncipe de los demonios. Pero como Jess conoca sus pensamientos,
les dijo: ...si Satans echa fuera a Satans, contra s mismo est dividido... (Mt
12:24-26). Echar demonios es echar a Satans, y echar a Satans es echar a sus
demonios.
Y he aqu una mujer que tena espritu de enfermedad desde haca dieciocho aos;
andaba encorvada y de ninguna manera se poda enderezar... a quien Satans ha
tenido atada por dieciocho aos, no deba ser librada de esta atadura en el da de
sbado? (Lc 13:11-16). Satans la ataba por medio de un espritu de enfermedad,
estar atado por Satans es estar atado por uno o varios de sus demonios.
Me refiero a Jess de Nazaret, y a cmo Dios le ungi con el Espritu Santo y con
poder. El anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con l (Hch 10:38). Es obvio que la liberacin de los
endemoniados est incluida en la expresin 'sanando a todos los oprimidos por el
diablo', as resume el Espritu Santo toda la actividad de Jess expulsando demonios,
lo cual demuestra lo que venimos diciendo: no es necesario mencionar los
demonios o la expulsin de demonios expresamente para referirse a ellos, estn
implcitos en la operacin de Satans o en la guerra contra l. Este pasaje
confirma tambin lo ya dicho: la liberacin de demonios est incluida en la
actividad de sanar, liberarse de los demonios es una cuestin de salud.
De modo que a medida que la Humanidad fue dando lugar a Satans, este ejerci su
dominio por medio de sus servidores, controlando desde los aires los reinos del
mundo, y ganando terreno 'dentro' de las personas por medio de sus huestes
demonacas, por eso se le describe como el espritu que ahora acta 'en' los hijos
de desobediencia (Ef 2:2). Mientras el mundo viva en la oscuridad, no apreciaba las
cadenas de su esclavitud, pero aleluya!!: cuando lleg la plenitud de los tiempos, el
pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; a los que habitaban en la tierra de
sombra de muerte, la luz les resplandeci (Is 9:2), porque vino Aquel que es la luz
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verdadera que alumbra a todo hombre (Jn 1:9) anunciando e introduciendo el Reino
de los Cielos en medio de este mundo dominado por el reino de las tinieblas,
provocando un choque de poder entre los dos reinos que haca saltar chispas a su
alrededor, y poniendo en evidencia las actividades de las tinieblas (Ef 5:11-13).
Cuando Cristo apareci quedaron expuestas a la luz las 'cucarachas' que hasta
entonces pululaban a sus anchas en la oscuridad!. Porque Cristo vino, entre otras
cosas, para deshacer las obras del diablo (1Jn 3:8), lo cual comienza siempre
diciendo: 'hgase la luz' (Gn 1:3). Tanto la sanidad como la liberacin comienzan
cuando el Seor como Luz viene a nuestras vidas.
Por cierto, esto sigue ocurriendo a la vida de muchas personas. Mientras estn en el
mundo sin Dios y sin Cristo, viven ignorantes de estar bajo la potestad de Satans (Ef
2:1-3; Hch 26:18; Col 1:13), muertos en sus delitos y pecados, andando conforme a la
corriente de este mundo y al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora
acta en ellos como hijos de desobediencia, viviendo en las pasiones de la carne y
haciendo la voluntad de la carne y de la mente, por lo cual son hijos de ira por
naturaleza (Ef 2.1-3); les parece que las cosas les van ms o menos bien, y ni se les
ocurre pensar que ciertos problemas que soportan puedan tener una causa espiritual.
Pero un da entran en contacto con Jess y parece que todo comienza a ponerse peor,
fuera y dentro de ellos, todo parece volverse un conflicto, y pareciera que el culpable
de su empeoramiento es Jess: Pensis que he venido a dar paz en la tierra? Os
digo que no, sino a causar divisin! Porque de aqu en adelante cinco en una casa
estarn divididos: tres contra dos y dos contra tres. El padre estar dividido contra
el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la
suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra (Lc 12:51-53). Pero en realidad
lo que est ocurriendo es que el reino de las tinieblas comienza a revolverse dentro y
fuera de ellos, el diablo no est dispuesto a soltar a sus cautivos as como as. Son
como los dolores de un parto en el que uno est siendo arrancado de la potestad de las
tinieblas para ser trasladado el glorioso Reino de la libertad en Cristo Jess (Col
1:13).
Concluyendo. La maldad y depravacin de la humanidad cada tiene grados, la
conciencia (una de las funciones del espritu humano) todava funciona en el hombre
no regenerado, hay lmites que no todos traspasan, existen comportamientos que
exponen ms directamente a la demonizacin, hay grados de corrupcin y
depravacin que tiene su lmite en 'el colmo' establecido por Dios, traspasado el cual
interviene juicio directo (Gn 6:5-6.11-12; 15:16). Con todo, si Jess puso en
evidencia cun infestado de demonios estaba el pueblo escogido, a pesar de estar
bajo el Pacto y la protectora Ley de Dios, podemos intuir cmo estn las dems
naciones..: el mundo entero est bajo el maligno (1Jn 5:19). Es por contraste con
lo que trae Jess que podemos apreciar la condicin del hombre cado: yo te envo
para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de
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El sistema mundial satnico, el 'orden' conforme al cual est configurado este mundo
bajo su poder (1Jn 5:19b; Gal 1:4). Sistemas polticos y econmicos, sistemas de
trabajo y consumo, religiones, ideologas y filosofas, culturas y modas, ciencia y
tecnologa, medios de comunicacin, formas de ocio y distraccin, multimedia... son
realidades secuestradas o creadas por el dios de este mundo y trenzadas por l como
una sutil red para tener cautiva a la gente, para estimular nuestra naturaleza
pecaminosa, y distraernos y ocuparnos con el fin de alejarnos de Dios y su propsito.
Est constituido en su esencia tambin por 'epidsuma', es decir, codicia,
concupiscencia, deseo, pasiones desordenadas (Tit 2:12), que la Escritura resume en:
los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida (1Jn 2:16).
El Anticristo y su imperio bestial.
El mundo tiene aspecto de 'civilizacin', con diferentes formas epocales, pero a los
ojos de Dios (que ve la realidad de las cosas) no es ms que una sucesin de 'bestias'
(Dn 7), de regmenes imperiales de dominacin tras los cuales operan los diferentes
prncipes satnicos (Dn 10) por medio de los cuales Satans busca acabar con el
Pueblo de Dios y el control total del mundo para recibir adoracin. A esto se refiere
la Escritura cuando dice: ya est obrando el misterio de la iniquidad (2Tes 2:7).
Los creyentes no pelean contra sangre ni carne, sino contra enemigos espirituales.
Pero esos enemigos espirituales s usan personas de carne y hueso contra los
creyentes, como usaron a los judos contra Jess y los apstoles, o a los emperadores
romanos contra la iglesia primitiva, o a la iglesia romana contra los santos desde el s.
IV, o a tantos regmenes ateos o religiosos que han seguido persiguiendo a los
cristianos hasta hoy
La ltima generacin de cristianos de la presente era (muy probablemente nosotros)
tendr que enfrentarse a la ltima manifestacin de este misterio de iniquidad: un
imperio 'bestial' sntesis de todos los anteriores (Ap 13:1-4), encabezado por el
hombre de iniquidad, el hijo de perdicin; este se opondr y se alzar contra todo lo
que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentar en el templo de Dios
hacindose pasar por Dios... El advenimiento del inicuo es por operacin de
Satans, con todo poder, seales y prodigios falsos (2Tes 2:3-4.9; Ap 13:2),
llamado por Juan 'el Anticristo' (1Jn 2:18), al cual, adems de subyugar todas las
naciones, 'le fue permitido hacer guerra contra los santos y vencerlos' (Ap 13:7a;
Dn 7:21.25).
Sin entrar en ms detalles, y aunque otros hermanos sostienen que la Iglesia no estar
en la tierra cuando reine esta 'bestia', personalmente concuerdo con los hermanos que
piensan que los datos bblicos van en otra direccin, y prefiero mantener esta
advertencia para la seria consideracin de mis hermanos, porque las seales de los
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Por su obediencia hasta la muerte Jess avergonz a los rebeldes, y recuper los
derechos legales sobre el mundo (la tierra, los aires y el mar) que Adn perdi, por
eso el status de Satans ahora no es de dueo, sino de usurpador sentenciado al
desahucio, sentencia cuya ejecucin el Seor quiere llevar a cabo por medio de Su
Iglesia.
Vale la pena deleitarse un momento en la victoria de nuestro gran Dios y Salvador,
nuestro Precursor en la gloria:
Yahveh me ha pagado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos
me ha recompensado. Porque he guardado los caminos de Yahveh, y no me he
apartado impamente de mi Dios. Porque delante de m han estado todos sus juicios,
y no he apartado de m sus estatutos. Fui ntegro para con l, y me guard de mi
maldad. Por tanto, Yahveh me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a
la limpieza de mis manos ante sus ojos (Sal 18:20-24).
Oh Yahveh, el rey se alegra en tu poder! Cunto se goza en tu salvacin! Le has
concedido el deseo de su corazn, y no le has negado la peticin de sus labios.
(Selah) Le has salido al encuentro con las mejores bendiciones; corona de oro fino
has puesto sobre su cabeza. Te pidi vida, y se la concediste; vida extensa,
eternamente y para siempre. Gloria grande halla en tu liberacin; honra y esplendor
has puesto sobre l. Porque le has dado bendiciones para siempre, y le has colmado
con la alegra de tu rostro (sal 21:1-6).
Yahveh dijo a mi seor: Sintate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos
como estrado de tus pies. Yahveh enviar desde Sin el cetro de tu poder; domina en
medio de tus enemigos (Sal 110:1-2).
Sepa, pues, con certidumbre toda la casa de Israel, que a este mismo Jess a quien
vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Seor y Cristo (Hch 2:36).
Cristo Jess, existiendo en forma de Dios, l no consider el ser igual a Dios como
algo a qu aferrarse; sino que se despoj a s mismo, tomando forma de siervo,
hacindose semejante a los hombres; y hallndose en condicin de hombre, se
humill a s mismo hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz! Por lo
cual tambin Dios lo exalt hasta lo sumo y le otorg el nombre que es sobre todo
nombre; para que en el nombre de Jess se doble toda rodilla de los que estn en los
cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese para gloria de Dios
Padre que Jesucristo es Seor (Flp 2:5-11).
El descenso de Jesucristo no termin en la cruz, durante su muerte todava descendi
ms, hasta el ms profundo abismo, para arrebatar a Satans las llaves de su poder:
100
Yo soy el primero y el ltimo, el que vive. Estuve muerto, y he aqu que vivo por los
siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades (Ap 1:17-18);
9 ... para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. 14para destruir
por medio de la muerte al que tena el dominio sobre la muerte (ste es el diablo), 15
y para librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a
esclavitud (Hb 2:9.14-15).
Tambin tus redimidos nos gozamos grandemente en tu victoria, Seor Jess, y
doblamos voluntariamente nuestras rodillas ante ti, oh Rey de reyes y Seor de
seores!.
1.4 La cruz y el mundo.
Ahora es el juicio de este mundo.
Ahora ser echado fuera el prncipe de este mundo (Jn 12:31).
Mientras el mundo, representado por las autoridades de Israel y el poder imperial
romano, condenaban a Jess a la muerte, estaba siendo expuesta su maldad y el juicio
correspondiente: negasteis al Santo y Justo; pedisteis que se os diese un hombre
asesino, y matasteis al Autor de la vida (Hch 3:14-15). En la cruz fue expuesta la
maldad y perversin de este mundo que clav en una cruz a Dios mismo hecho
hombre. En la cruz fue crucificado este kosmos perverso (Gal 6:14) y sentenciado su
prncipe.
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la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que
se arrepientan (Hch 17:30). Si Dios ordena algo es porque espera obediencia, y si
espera obediencia es porque es posible obedecer. Dada la depravada condicin del
hombre cado, si es posible obedecer es porque Dios capacita por su gracia para
obedecer. Veamos cmo.
Hemos dicho que los hombres no son salvos automticamente por el hecho de que
Cristo haya muerto por todos, pero es un hecho claramente establecido por la
Escritura la voluntad salvfica universal de Dios: Dios nuestro Salvador, quien
quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la
verdad (1Tim 2:3-4). Dios no envi a su Hijo al mundo para salvar a unos pocos,
Cristo Jess vino al mundo para salvar a los pecadores (1Tim 1:15), es decir, a
todos, porque todos somos pecadores. El don (gracia, regalo) de la salvacin no fue
dispuesto para unos pocos, porque la gracia salvadora de Dios se ha manifestado a
todos los hombres (Tit 2:11). Jess muri no slo por los pecados de los creyentes,
l es la expiacin por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino
tambin por los de todo el mundo (1Jn 2:2), se dio a S mismo en rescate por
todos (1Tim 2:6).
Puesto que la salvacin fue dispuesta para todos los hombres, Dios manda
proclamarla a todos los hombres: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura (Mc 16:15), (Dios) manda a todos los hombres, en todos los
lugares, que se arrepientan (Hch 17:30), Por tanto, id y haced discpulos a todas
las naciones (Mt 28:19).
Cuando el Evangelio, la Palabra de Dios, la Palabra de Cristo, la Palabra de la
salvacin, es anunciada a todos los hombres, Dios les est dando (don) la fe: Por
esto, la fe es por el or, y el or por la palabra de Cristo (Rm 10:17); mientras el
Espritu Santo sobre ellos les convence de pecado, justicia y juicio: Y cuando El
venga, convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por
cuanto no creen en M; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veris ms; y de
juicio, por cuanto el prncipe de este mundo ha sido ya juzgado (Jn 16:8-11). El
arrepentimiento es tambin un don de Dios a judos y gentiles por medio de la
exaltacin de Cristo (Hch 5:31; 11:18).
De modo que la gracia salvadora de Dios fue manifestada a todos, la salvacin fue
dispuesta para todos, fue proclamada a todos regalando a todos el don de la fe al orla
para que puedan creer el Evangelio y ser salvos, convencidos por el Espritu que
viene en su ayuda para que puedan arrepentirse Slo queda que el pecador
aproveche tanta gracia ofrecida a l para recibir la salvacin ejercitando la fe que le
es dada: Y as nosotros, como colaboradores (sinergoi), os exhortamos tambin que
no recibis en vano la gracia de Dios; porque dice: En tiempo favorable te escuch,
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1Pe 1:23; Stg 1.18): l nos salv (sozo), no por las obras de justicia que
nosotros hubisemos hecho, sino segn su misericordia; por medio del
lavamiento de la regeneracin y de la renovacin del Espritu Santo, que l
derram sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro
Salvador (Tit 3.5-6);
- recibe la vida divina, eterna (Jn 3:15; 1Jn 5:13...);
- participa de la naturaleza divina (2Pe 1:4);
- es hecho hijo en el Hijo (Jn 1.12-13; Ef 1:5...), familiar de Dios (Ef 2:19);
- es hecho heredero de Dios y co-heredero con Cristo (Rm 8:17; Col 1:12);
- es bautizado (sumergido) por el Espritu Santo en el Cuerpo de Cristo, incorporado a Cristo, hecho miembro de Su Cuerpo (1Cor 12:12-13.27).
Pero el que se une con el Seor, un espritu es (1Cor 6:17), dice el texto griego a
secas. Comparando las diversas traducciones podemos comprender lo que significa:
el que se une con el Seor, un espritu es con l, se hace un solo espritu con l, se
vuelve uno con el Seor en espritu.
Esta es una novedad absoluta y radical respecto a la condicin del hombre en
Adn. En el Antiguo Testamento Dios derramaba su Espritu sobre algunos
miembros del Pueblo santo, como Moiss, los jueces, los reyes, los profetas, como
revestimiento de poder para llevar a cabo su misin. Pero el Espritu les poda ser
retirado (1Sam 16:14; Sal 51:11), y todava no poda morar en ninguno de ellos,
porque todava no haba Espritu, pues Jess no haba sido an glorificado (Jn
7:39 BTX, siguiendo literalmente el texto griego). Obviamente no es que no existiera
el Espritu Santo, que es Dios eterno, sino que como Cristo todava no haba
consumado su obra, todava no poda ser dado para morar en el hombre regenerado
como portador de las riquezas de Cristo y su Obra. La sangre de Cristo despej el
problema del pecado para que el Espritu del Seor pudiera venir a habitar en el
espritu regenerado del creyente.
Antes de Pentecosts, el Seor resucitado sopl su Espritu en sus discpulos para
hacer morada permanente en ellos (Jn 20:22); en Pentecosts, el Espritu fue
derramado sobre toda la Iglesia como poder para ser sus testigos y llevar a cabo la
misin encomendada (Hch 1:8) y para ser bautizados (sumergidos) por l en el
Cuerpo de Cristo (1Cor 12:13). Son dos aspectos del mismo y nico Espritu que
ahora reciben los creyentes.
Y con el Espritu, el Seor Jess glorificado viene a morar en el espritu del creyente:
Y yo rogar al Padre y os dar otro Consolador, para que est con vosotros para
siempre. Este es el Espritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no
lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocis, porque permanece con vosotros y est en
vosotros. No os dejar hurfanos; volver a vosotros (Jn 14:16.18). Y no slo el
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Seor Jess, sino el Padre tambin. Puesto que Dios es uno, donde est el Espritu
Santo, est el Seor Jess y el Padre: Respondi Jess y le dijo: Si alguno me
ama, mi palabra guardar. Y mi Padre lo amar, y vendremos a l y haremos
nuestra morada con l (Jn 14:23). Aleluya!!.
Cuando creemos en el Seor Jess nos hacemos uno con l en nuestro espritu.
Nuestro espritu humano queda tan unido a su Espritu que mora en nosotros, que en
la Escritura a menudo es muy difcil discernir si se est hablando de nuestro espritu
o del Espritu Santo. Esta realidad es la que hace que el ms pequeo en el Reino de
los Cielos sea mayor que el mayor entre los nacidos de mujer, incluidos los santos del
Antiguo Testamento (Mt 11:11).
Con la etapa inicial de la salvacin, pues, el Espritu trae a nuestro espritu al Seor
Jess con todas las bendiciones de Dios en Cristo. Es en nuestro espritu que ya
estamos resucitados, ascendidos y glorificados en los lugares celestiales en Cristo (Ef
2:5-6; Rm 8:30).
Pues bien, todo esto es irreversible. Todos los dones recibidos en esta etapa de la
salvacin son para siempre y no se pueden perder: Porque irrevocables son los
dones de gracia y el llamamiento de Dios (Rm 11:29), estando convencido de
esto: que el que en vosotros comenz la buena obra, la perfeccionar hasta el da de
Cristo Jess (Flp 1:5-6); Adems, l os confirmar hasta el fin, para que seis
irreprensibles en el da de nuestro Seor Jesucristo. Fiel es Dios, por medio de quien
fuisteis llamados a la comunin de su Hijo Jesucristo, nuestro Seor (1Cor 1:89);Y sta es la voluntad del que me envi: que yo no pierda nada de todo lo que me
ha dado, sino que lo resucite en el da final. Esta es la voluntad de mi Padre: que
todo aquel que mira al Hijo y cree en l tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el
da final (Jn 6:39-40); Yo les doy vida eterna, y no perecern jams, y nadie las
arrebatar de mi mano. Mi Padre que me las ha dado, es mayor que todos; y nadie
las puede arrebatar de las manos del Padre (Jn 10:28-29); As que no es la
voluntad de vuestro Padre que est en los cielos que se pierda ni uno de estos
pequeos (Mt 18:14).
Cuando Dios escoge a alguien, lo predestina, lo llama, lo redime, lo justifica, le da su
Espritu, lo adopta como hijo, lo incorpora a Cristo lo hace para siempre. Dios no
se equivoca, ni falla, ni se vuelve atrs. Incluso en el plano natural puede acaso
alguien dejar de ser hijo de su padre?. Sobre este hecho se asienta la seguridad de la
salvacin que trae la paz verdadera y el gozo permanente al creyente para afrontar su
carrera cristiana
b) La salvacin del alma (recordemos: mente, emocin, voluntad, carcter).
113
pensar, nuestro sentir, nuestro querer y nuestro carcter estn alineados con el pensar,
el sentir, el querer y el carcter de nuestro Seor Jesucristo. Porque una cosa es
nuestra posicin en Cristo, y otra es nuestra trans-formacin para ser con-formados
a Cristo, individual y corporativamente como Iglesia. Por otro lado, se trata de colaborar con Dios en Su obra sobre la base de la gracia: Pero por la gracia de Dios
soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano. Ms bien, he trabajado
con afn ms que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido
conmigo (1Cor 15:10).
Se trata de la fe en accin, la fe que opera por el amor (Gal 5:6), las obras de la fe
que brotan de la salvacin (Ef 2:10; Hb 11), la obras que demuestran la fe viva que
salva (Stg 2:14-26), la obediencia de la fe (Rm 1:5; 16:26).
Cristo, en la etapa inicial de la salvacin, viene a morar por el Espritu en nuestro
espritu (el hombre interior); pero l quiere habitar tambin en nuestro corazn, en
cada facultad y rincn de nuestra alma: (El Padre) os conceda ser fortalecidos
con poder por su Espritu en el hombre interior, para que Cristo habite en vuestros
corazones por medio de la fe (Ef 3:16-17). El corazn en la Escritura incluye
al alma ms la conciencia, que es una facultad de nuestro espritu; es el centro del ser
del hombre, la sede de su personalidad y libertad, aquello que hace tan valioso y
precioso el hombre a los ojos de Dios y que anhela ganar con ardiente deseo: O
suponis que en vano dice la Escritura: El Espritu que l hizo morar en nosotros
nos anhela celosamente? (Stg 4:5). Ya mora en nuestro espritu, pero anhela llenar
tambin nuestro corazn.
La tipologa veterotestamentaria del Templo nos confirma esto. Ya vimos que el
creyente es templo de Dios, del Espritu Santo, y esto est tipificado en la estructura
tambin tripartita del Templo. En Apocalipsis 22:1 se nos muestra un ro de agua viva
fluyendo del Trono de Dios y del Cordero. Ezequiel 47 ya lo vio profticamente, y
describe cmo ese ro que nace del Lugar Santsimo, donde esta el Trono de Dios, va
fluyendo de dentro hacia afuera dando vida a su paso. Del mismo modo, el Espritu,
que es el Ro de Agua Viva, quiere fluir desde nuestro espritu hacia afuera, hacia
nuestra alma, a toda nuestra manera de pensar, sentir y querer, hacia nuestra vida
entera y nuestro entorno, para transformar y dar vida: El que cree en m, como dice
la Escritura, ros de agua viva corrern de su interior. Esto dijo acerca del Espritu
que haban de recibir los que creyeran en l (Jn 7:38-39).
Con la salvacin inicial Cristo vino a morar en el espritu del creyente, pero desde
all l desea conquistar el resto de su ser, y ser formado en su alma (Gal 4:19) y que
tambin su alma sea con-formada a Su imagen (Rm 8:29). Porque a fin de cuentas
Dios no desea salvarnos apenas de nuestros pecados, del Pecado, sino tambin de
nosotros mismos!, de nuestro yo independiente.
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Como hijos de Adn, aunque seamos salvos seguimos llevando dentro de nosotros
da y noche, todos los das de nuestra vida en esta tierra, un enemigo formidable:
nuestra propia naturaleza cada y pecaminosa habitada por el Pecado. El cuerpo de
pecado', el 'viejo y almtico hombre' todava est presente, todava es posible pecar y
hacerse esclavo del pecado, todava es posible andar en la carne... Y no podemos
pasar por alto que aunque seamos salvos, si andamos en la carne, si vivimos
conforme a la carne, en algn sentido, y no slo el obvio, hemos de morir (Rm
8:13a). Contra eso el creyente debe aplicar el poder de la cruz a su vida,
considerndose muerto al pecado y presentndose vivo para Dios (Rm 6), llevando a
la cruz (negando) por el Espritu la carne con sus pasiones y deseos (Rm 8:13; Gal
5:24); y andar en el Espritu para disfrutar de la Ley del Espritu de vida en Cristo
Jess que nos libra de la ley del pecado y de la muerte (Rm 8:1-2; Gal 5:16-25),
dejndose guiar por l (Rm 8:14)
La mente del creyente no debe conformarse a este kosmos maligno, sino
transformarse por la renovacin de su entendimiento (Rm 12:2), de su manera de
pensar, por medio de la Palabra de Dios, para que tener la mente de Cristo (1Cor
2:16). Con respecto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre
que est viciado por los deseos engaosos; pero renovaos en el espritu de vuestra
mente, y vestos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en
justicia y santidad de verdad (Ef 4:22-24). Por un lado, ya fue hecho por Cristo, por
otro lado, el creyente debe aplicarlo a su vida.
El que ha entrado en su reposo, tambin ha reposado de sus obras, as como Dios
de las suyas. Hagamos, pues, todo esfuerzo para entrar en aquel reposo, no sea
que alguien caiga en el mismo ejemplo de desobediencia. Porque la Palabra de
Dios es viva y eficaz, y ms penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta
partir el alma y el espritu, las coyunturas y los tutanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazn. No existe cosa creada que no sea
manifiesta en su presencia. Ms bien, todas estn desnudas y expuestas ante los ojos
de aquel a quien tenemos que dar cuenta (Hb 4:10-13). Cristo es el reposo del
creyente, para entrar en el cual paradjicamente el creyente debe hacer todo
esfuerzo, permitiendo que la Palabra de Dios separe alma y espritu de modo que
podamos distinguir lo que procede de nosotros (para negarlo) y lo que procede del
Espritu, para andar en el Espritu: As que, amados, ya que tenemos tales
promesas, limpimonos de toda impureza de cuerpo y de espritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios (2Cor 7:1). La impureza de espritu es estar mezclado
con el alma, de modo que no se puede distinguir lo que proviene del Espritu y lo que
proviene de uno mismo, o de uno mismo engaado por el maligno.
En fin, aunque Cristo ya obr nuestra salvacin en la cruz, el creyente es exhortado a
cargar la cruz y negarse a s mismo, la vida independiente del alma (Mt 16:24-25), y
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a trabajar en la edificacin del Cuerpo y en el Reino de Dios (Ef 4:12; Mt 6:33; Col
4:11).
En cuanto a Satans y el reino de las tinieblas, aunque fueron juzgados en la cruz, l
todava sigue rondando como len rugiente buscando a quin devorar, y todas sus
huestes siguen activas a su servicio... Todava le es necesario al creyente resistir al
tentador, al engaador, al acusador Todava le es necesario fortalecerse en el Seor
y tomar (activamente) toda la armadura de Dios para hacer frente a las intrigas del
diablo por medio de sus principados, potestades, gobernadores de las tinieblas y
espritus de maldad en las regiones celestes; todava debe estar alerta para no ser
desviado de la fe por espritus engaadores y doctrinas de demonios y perseverar
en este combate hasta el fin: Por vuestra perseverancia ganaris vuestras almas
(Lc 21:19).
O sea, Cristo ya hizo todo, pero al creyente todava le queda apropiarse y aplicar la
obra y la victoria de Cristo a su alma.
Entonces, si conforme a la Escritura vemos que la lucha contra todos los enemigos
sigue activa, por qu pensamos que ya no es as con los demonios?. Si el creyente
nacido de nuevo debe seguir tratando todava con el pecado, con la carne, con el
mundo y con Satans, y eso no menoscaba la suficiencia de la obra de Cristo en la
cruz, por qu motivo vamos a pensar que ya no es necesario tratar con los demonios
en la forma y manera que Jess ense, y que hacerlo s menoscaba la obra de
Cristo?. Si conforme a la Escritura vemos que la obra completa de Cristo en la cruz
no elimina automticamente de la vida y la experiencia del creyente los problemas
del pecado, de la carne, del mundo y de Satans, por qu motivo pensamos que s
elimina automticamente los quebrantos del corazn y los demonios de las personas
que vienen al Seor?.
Porque cul es la manera normal de tratar con los demonios segn Jess?
Identificarlos, identificar y deshacer sus engaos y sus obras, y expulsarlos en Su
Nombre (con Su autoridad) all donde los encontremos. Esta es la manera apropiada
enseada por Cristo.
La salvacin del alma, la disciplina divina y el Reino
Entonces Jess dijo a sus discpulos:
Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, tome su cruz y sgame.
Porque el que quiera salvar su vida la perder,
y el que pierda su vida por causa de m la hallar.
Pues, de qu le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su alma?
O qu dar el hombre en rescate por su alma?
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Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ngeles, y
entonces recompensar a cada uno conforme a sus hechos (Mt 16:24-27)
Con la salvacin inicial nos fue imputada la justicia de Cristo, pero ahora es
necesario que nos apropiemos de Cristo justicia nuestra (1Cor 1:30), para que la
justicia de Cristo se reproduzca en nuestra vida: Porque os digo que a menos que
vuestra justicia sea mayor que la de los escribas y de los fariseos, jams entraris en
el reino de los cielos (Mt 5:20). Tambin fuimos santificados, apartados para Dios,
pero ahora necesitamos apropiarnos de Cristo santidad nuestra (1Cor 1:30), para que
su santidad se reproduzca en nosotros, a fin de confirmar vuestros corazones
irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro
Seor Jess con todos sus santos (1Tes 3:13), porque sin la cual nadie ver al
Seor (Hb 12:14).
S, nacimos de nuevo en un momento cuando cremos, pero es preciso que a travs
de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios (Hch 14:22), siempre
debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto
vuestra fe va creciendo sobremanera y abunda el amor de cada uno para con los
dems; tanto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios,
a causa de vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y aflicciones
que estis soportando. Esto da muestra evidente del justo juicio de Dios, para que
seis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual tambin estis padeciendo
(2Tes 1:3-59), por eso, hermanos, procurad aun con mayor empeo hacer firme
vuestro llamamiento y eleccin, porque haciendo estas cosas no tropezaris jams.
Pues de esta manera os ser otorgada amplia entrada en el reino eterno de nuestro
Seor y Salvador Jesucristo (2Pe 1:10-11).
Multitud de pasajes como los anteriores nos muestran que la salvacin del alma y la
entrada en el reino mesinico (el Milenio) como recompensa estn ligadas. Cuando
Cristo vuelva, las naciones sern juzgadas en el juicio de las naciones (Mt 25:3146), y los creyentes en el Tribunal de Cristo, para determinar disciplinas,
recompensas y la posicin en el Reino, porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba segn lo que
haya hecho por medio del cuerpo, sea bueno o malo (2Cor 5:10).
Sobre la base de la gracia, el creyente tiene ahora una responsabilidad por la
salvacin de su alma, y si falla, sufrir prdida. No la prdida de todo lo que recibi
por la fe en su salvacin inicial, pero s una prdida disciplinaria, temporal, ms o
menos grave segn el caso: Porque el Seor disciplina al que ama y castiga a todo
el que recibe como hijo () l nos disciplina para bien, a fin de que participemos
de su santidad Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero despus da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han
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sido ejercitados Mirad bien que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios (Hb
12:4-15).
El mundo protestante, por reaccin al catolicismo, ha descartado algunos elementos
de verdad yndose al otro extremo, como es el caso de la disciplina divina para
salvacin del alma. La doctrina catlica del purgatorio est desenfocada y carece
del entendimiento bblico acerca de todo lo que hemos expuesto acerca de la
salvacin inicial, pero responde a algo que s ensea la Escritura: que Dios
disciplina a sus hijos, incluso en la era venidera, para salvacin de sus almas.
El Nuevo Testamento est lleno de exhortaciones a la fidelidad y la perseverancia, a
ser vencedores, para ser recompensados y entrar en el Reino, y de avisos y
advertencias de castigo y prdidas para los infieles y negligentes, especialmente
contra los que se vuelven atrs (apostasa), al mundo, para vivir como los
incrdulos13. Dios comenz la obra buena en cada uno de sus hijos, y est
comprometido a llevarla a trmino (Flp 1:6), pero en la medida que un hijo falla en la
responsabilidad de su llamado y se aparta, su Padre ejercer disciplina: pero siendo
juzgados, somos disciplinados por el Seor, para que no seamos condenados con el
mundo (1Cor 11:32). Puede ser una enfermedad, o debilitamiento, o incluso una
muerte prematura (1Cor 11:30); o cuando el Seor vuelva, puede ser la prdida de la
recompensa y la corona de vencedor en la era venidera (Mt 5:46-47; Lc 6:35; 1Cor
3:8.14; 1Cor 9:25-27; 2Tim 4:9; 2Jn 1:8; Stg 1:12; Ap 2:10; 3:11), unos azotes (Lc
12:47), ser echados fuera del Reino como siervo intil (Mt 5:25-26; 8:11-12; 24:4551; 25:1-30; Ef 5:5; Gal 5:21), o incluso gustar temporalmente del dao de la
segunda muerte para los que vivieron como los incrdulos (Lc 12:45-48 con Ap
2.11; Mt 5:22.29-30): hijo mo, puesto que quisiste vivir como los impos, debers
gustar disciplinariamente el destino de los impos, para que puedas participar de mi
santidad.
La parbola de Jess sobre las diez vrgenes (25:1-13) ensea claramente acerca de
los creyentes que no se ocupan en su salvacin, que no aplican por el Espritu las
provisiones de la cruz y la resurreccin a su alma, conformndose a Cristo. Hay
creyentes prudentes que no slo tienen aceite (el Espritu) en la lmpara (el espritu
regenerado y habitado por el Espritu -Prv 20:27) sino tambin en la 'vasija' (el alma
-2Cor 4:7), y hay creyentes necios que aunque fueron regenerados, se durmieron en
los laureles y no se esforzaron en la gracia (2Tim 2:1) ejercitando su fe para que el
Espritu llenara y transformara su corazn. Este aceite en la vasija (el alma
transformada por el Espritu) no es gratuito, requiere esfuerzo, es personal e
intransferible, debe ser comprado (25:9-10).
13 Para profundizar en esta distincin bblica entre salvacin y Reino, y la disciplina paternal
a los creyentes, recomiendo el libro El Evangelio de Dios, de Watchman Nee.
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juicio de Dios profetizado por Jess: destruccin del templo y dispersin del pueblo,
que se cumpli el ao 70 a manos de los romanos. As Israel, de nuevo, perda el
Reino, esta vez a favor de otro pueblo que iba a nacer -a partir de un remanente- del
costado de Cristo y el don del Espritu: la Iglesia. Por esta razn os digo que el
Reino de Dios ser quitado de vosotros y ser dado a un pueblo que producir los
frutos del Reino (Mt 21:43). A partir de Cristo, la Iglesia es el Pueblo del Reino de
Dios, el mbito donde
El rechazo de Israel pospuso el establecimiento del Reino mesinico en gloria y
poder, pero fue usado por Dios, en su insondable sabidura, para abrir un parntesis
entre la semana 69 y la semana 70 y cumplir as su Propsito eterno: la inclusin
de los gentiles en el Pueblo de Dios redimido, la Iglesia: El les respondi: A
vosotros no os toca saber ni los tiempos ni las ocasiones que el Padre dispuso por su
propia autoridad. Pero recibiris poder cuando el Espritu Santo haya venido sobre
vosotros, y me seris testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria y hasta lo
ltimo de la tierra (Hch 1:7-8), y les dijo: "Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que cree y es bautizado ser salvo; pero el que no cree
ser condenado (Mc 16:15-16), Jess se acerc a ellos y les habl diciendo:
"Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced
discpulos a todas las naciones, bautizndoles en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espritu Santo, y ensendoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he
aqu, yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo (Mt 28:18-20).
A lo largo de todo el libro de Hechos, vemos que el Evangelio es siempre ofrecido
primero a los judos, y es despus que ellos lo rechazan que el Evangelio es
predicado a las naciones. El martirio de Esteban y la conversin de Pablo son el
punto de inflexin.
Traemos aqu todo este asunto para seguir la lnea de los misterios del Reino y por la
importancia de comprender quin es el Pueblo de Dios, la Familia de Dios, los hijos a
quienes el Padre de familia sirve el pan de la sanidad y la liberacin. Para lo cual es
necesario comprender la relacin correcta entre Israel y la Iglesia, el misterio acerca
del endurecimiento parcial y temporal de Israel (Rm 9-11) y el misterio de Cristo.
Dios no rechaz a su Pueblo Israel para sustituirlo por la Iglesia, porque como tantas
otras veces Dios levant un remanente que alcanzara su Propsito (Rm 11:1-5). Jess
reconoca a Israel como los hijos del Reino (Mt 8:11-12, como a nosotros: 13:38),
Israel sigue siendo el buen olivo (el nico Pueblo de Dios), algunas ramas fueron
desgajadas, y otras ramas del olivo silvestre (las naciones) hemos sido injertadas
siendo hechas partcipes de la raz santa y la abundante savia del olivo (11:17),
porque la salvacin procede de los judos (Jn 4:22).
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Jess no poda sanar ni realizar sus obras de poder donde no haba fe en l (Mt
13:58), era necesario ver, or, entender y convertirse para ser sanados (Mt 13:15.23),
lo mismo que pasa hoy, por cierto!. Generalmente todos aquellos que fueron sanados
y liberados lo fueron porque se acercaron con fe a Jess, aunque en su profunda
compasin a veces era Jess mismo el que buscaba y salvaba al que estaba preso de
Satans y sus demonios (Lc 8:36), a menudo es necesaria la liberacin para que
alguien pueda creer. Ellos fueron salvos al recibir a Jess en sus vidas, como Zaqueo:
Jess le dijo: Hoy ha venido la salvacin (sotera) a esta casa, por cuanto l
tambin es hijo de Abraham (Lc 19:9).
Tu fe (pistis) te ha salvado (sozo), repeta Jess constantemente a aquellos que
eran restaurados por su poder14. La salvacin todava no haba sido consumada, pero
la fe con que aquellos judos se acercaban a Jess no era de una calidad diferente a la
nuestra: 10 Respondi Jess y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quin es el
que te dice: "Dame de beber", t le hubieras pedido a l, y l te habra dado agua
viva 14 Pero cualquiera que beba del agua que yo le dar, nunca ms tendr sed,
sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida
eterna. 15 La mujer le dijo: Seor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni
venga ms ac a sacarla. Le dijo la mujer: S que viene el Mesas -que es llamado
el Cristo-. Cuando l venga, nos declarar todas las cosas. Jess le dijo: Yo soy,
el que habla contigo 39 Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en
l a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo: "Me dijo todo lo
que he hecho." 40 Entonces, cuando los samaritanos vinieron a l, rogndole que se
quedase con ellos, se qued all dos das. 41 Y muchos ms creyeron a causa de su
palabra. 42 Ellos decan a la mujer: Ya no creemos a causa de la palabra tuya,
porque nosotros mismos hemos odo y sabemos que verdaderamente ste es el
Salvador del mundo (Jn 4:1-42).
La fe es por el or, y el or por la palabra de Cristo (Rm 10:17). Aquellos
samaritanos, mezcla de judos y paganos, oyeron y creyeron la palabra de Cristo, el
Salvador del mundo. Fueron salvos? Por supuesto. Jess es la salvacin, el Rey del
Reino de Dios, y aquellos que crean en l eran salvos e introducidos en su Reino,
sus nombres estaban inscritos en el Libro de la vida (Lc 10:20), y eran considerados
hijos15 y hermanos entre ellos (5:22-24). Cmo, si todava Jess no haba muerto,
resucitado y enviado el Espritu? Aunque an no disfrutaban de todos los beneficios
de la obra que Jess iba a completar con su muerte y resurreccin, ya estaban en la
relacin correcta con l: la fe y la obediencia a su Palabra: Pero Jess respondi al
que hablaba con l y dijo: Quin es mi madre y quines son mis hermanos?
Entonces extendi su mano hacia sus discpulos y dijo: He aqu mi madre y mis
hermanos! Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que est en los
14 Mt 9:22; Mr 5:34; 10:52; Lc 7:50; 8:48; 17:19; 18:42...
15 Mt 5:16.45.48; 6:1.4.6.8-9.14-15.18.26.32; 7:11.21; 10:20.29...
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guerras de Canan-, slo para que las generaciones de los hijos de Israel
conociesen la guerra y la enseasen a los que antes no la haban conocido (Jue
3:1-2). Es as como lo que hay en los corazones queda expuesto y cmo maduramos
como criaturas de barro llamadas a ser piedras vivas, ms an, piedras preciosas para
la edificacin de la gloriosa Ciudad de Dios.
c) Dios usa la oposicin satnica para disciplinar a su pueblo de modo que participe
de su santidad (Prv 3:11-12; Hb 12:5-13), y la usa especialmente para disciplinarlo
cuando se aparta de l lo hace permitiendo que caiga en manos de sus enemigos. Ya
mencionamos varios ejemplos de esto en la Escritura.
Puesto entonces el asunto en su debido lugar, podemos darle un tratamiento
equilibrado. No podemos dar a Satans y sus demonios ms nfasis y protagonismo
que al Seor y la edificacin de la Iglesia, pero no podemos ignorar que los intereses
del Seor y la edificacin de la Iglesia pasan por aprender y pelear la guerra
espiritual con estrategia (Prv 20:18; 24:6), lo cual requiere conocer bien la abundante
revelacin que Dios nos da acerca de nuestros enemigos y sus instrucciones acerca de
cmo llevar a cabo la guerra. Como dijimos, es precisamente porque queremos ver a
Cristo exaltado al lado de su esposa gloriosa reinando sobre todo el universo para
siempre que queremos responder al llamado divino a involucrarnos en este ineludible
aspecto de la Obra de Dios: hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies
(1Cor 15:25).
Cerrar los ojos al tema de los demonios porque es peligroso y da miedo no es una
manera bblica de afrontar el tema. Como dijera Corrie Ten Boon, el temor a los
demonios procede de los demonios. A las fieras del zoo no tenemos porque tenerles
miedo, pero s respeto, a nadie se le ocurrir exponerse temerariamente a ellas. En
Cristo tenemos la victoria: En su amor inagotable, mi Dios estar a mi lado y me
dejar mirar triunfante a todos mis enemigos (Sal 59:10 NTV). Pero como hemos
dicho, las buenas intenciones solas no protegen contra peligro, traspasar los lmites
seguros de la vida por ignorancia no libra de las consecuencias, por eso Jess dice
la verdad os har libres (Jn 8:32)! La ignorancia mata: Mi pueblo es destruido
porque carece de conocimiento (Os 4:6); por eso nos es tan necesario atender
cuidadosamente la enseanza bblica acerca de nuestros enemigos y sus
maquinaciones (2Cor 2:11). Esperar proteccin divina sin atender a sus advertencias
e instrucciones es tentar a Dios (Mt 4:6-7).
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Y es que es tambin una verdad bblica que el creyente regenerado todava debe
apropiarse responsablemente de las riquezas de Persona y la Obra de Cristo para
salvacin de su alma, para la santificacin de su alma y de su cuerpo, pues la obra de
santificacin y transformacin es progresiva y larga. El creyente est en Cristo y
puede andar en el Espritu, pero el viejo hombre todava est en l, y puede andar en
la carne, y tanto el uno como la otra son territorio afn a Satans. La victoria de
Jess sobre Satans rige en el nuevo hombre, no en el viejo. La demonizacin
tiene que ver con el cuerpo y el alma de la persona (mente, emocin y voluntad), los
cuales como hemos visto siguen siendo todava un campo de batalla en el creyente.
Esto pertenece a la segunda etapa de la salvacin.
Por tanto, decir que en un creyente nacido de nuevo el Espritu Santo puede cohabitar
todava con algn demonio es tan bblico como decir que en un creyente nacido de
nuevo el Espritu Santo puede cohabitar todava con el Pecado, con la naturaleza
humana corrupta y pecaminosa, con el mal, con una enfermedad, con un cncer
maligno. El cuerpo es considerado templo del Espritu Santo (el atrio) a pesar de
que es un cuerpo de pecado (Rm 6:6), habitado por el Pecado, y un cuerpo de
muerte (Rm 7:24).
Comparemos tambin estas dos afirmaciones:
- El viejo hombre es una personalidad malvada, enemiga de Dios, que mora en el
creyente.
- Un espritu maligno o demonio es una personalidad malvada, enemiga de Dios, que
puede estar morando en un creyente (en su cuerpo). Por qu aceptamos la primera y
no la segunda, si dicen prcticamente lo mismo?.
Cuando nacemos de nuevo, el Espritu viene a morar en nuestro espritu (el hombre
interior), e instantneamente recibimos todos los dones y bendiciones que
enumeramos ms arriba. Ahora, desde nuestro espritu regenerado hacia afuera
comienza la obra de santificacin del Espritu, que consiste en aplicar la cruz a lo
viejo en nosotros (el hombre exterior y viejo) y despojarnos de ello, y someter cada
rea de la vida al seoro de Cristo, para ser llenos de su Espritu. La mente no
renovada, la memoria manchada, la imaginacin descontrolada, las heridas
emocionales no resueltas, las conductas no transformadas Es en estas reas o
terrenos no limpiados, no sanados y no entregados al seoro de Cristo, donde el
creyente puede todava estar bajo la influencia de Satans a travs de los demonios
que operan desde fuera y pueden operar tambin desde dentro de la vida del creyente
en base a derechos legales adquiridos por medio de consentimiento voluntario o
involuntario. Los demonios pueden tener puntos de apoyo para sus operaciones
(fortalezas) tanto en la mente como en las emociones y voluntad del creyente,
adems de ocupar y tener control sobre alguna parte de nuestro cuerpo. Entonces
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como vimos ms arriba al considerar esta cita de Isaas en Mateo, el tener demonios
est incluido en nuestras enfermedades y dolencias.
Insistamos un poco ms en esto:
- Resolvi la obra de Cristo en la cruz el problema de nuestros pecados? S.
siguen teniendo pecados en sus vidas los creyentes salvos? S. La Escritura afirma
que si alguien dice que no peca, miente (1Jn 1:10), y exhorta: Limpiaos, pues, de la
vieja levadura, para que seis nueva masa, sin levadura como sois (1 Corintios
5:7). Los hijos de Israel, despus de comer la Pascua, tenan que comer durante los
seis das siguientes panes sin levadura, eliminando toda clase de levadura de sus
casas. Una cosa es salir de Egipto y otra distinta eliminar de nosotros la levadura. En
la iglesia en Corinto, es decir, en creyentes regenerados, persista la vieja levadura de
malicia y maldad.
- Resolvi la obra de Cristo en la cruz el problema de nuestra carne? S.
Sigue estando la carne presente y operando en los creyentes salvos? S. Y la
Escritura da testimonio de la lucha mortal que acontece en el creyente entre el
Espritu y su naturaleza pecaminosa carnal (Gal 5:15-26), y se advierte al creyente
del peligro mortal que implica andar en la carne (Rm 8:13; Gal 6:7-8).
- Resolvi la obra de Cristo en la cruz el problema con el mundo? S.
Es posible que los creyentes salvos sean seducidos por el mundo, amen el mundo,
caigan en mundanalidad o vuelvan al mundo? S. La Escritura da tambin testimonio
de ambas cosas: de que en Cristo el mundo est crucificado para nosotros y nosotros
para el mundo (Gal 6:14), y de que el mundo sigue siendo un peligro real para el
creyente regenerado (Stg 4:4-5; 1Jn 2:15-17; Rm 12:2; 2Tim 4:10; 2Pe 2:20).
Sabemos que todo esto es as, y que sin embargo no resulta menoscabada la
suficiencia de la obra de Cristo. Por qu no? Porque la Escritura da cuenta de ambas
verdades: la suficiencia de la obra de Cristo y la presencia de todas esas realidades en
la vida y la experiencia de los creyentes regenerados. Es preciso afirmar ambos
extremos incluso antes de que sepamos cmo pueden darse ambos a la vez. Entonces,
cuando escudriamos ms a fondo la Palabra, descubrimos otras verdades bblicas
que nos explican cmo pueden ser verdad ambas cosas: la salvacin objetiva
obrada por Cristo ha de ser apropiada subjetivamente por el creyente en su
experiencia, y esto ocurre progresivamente y conforme a la constitucin tripartita de
su ser.
Ahora continuemos la serie de preguntas un poco ms all:
- Resolvi la obra de Cristo en la cruz el problema Satans y sus huestes? S.
Es posible que un creyente o la Iglesia sufra todava ataques de Satans y sus
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principados y potestades? S.
Es posible que en un creyente hayan todava presentes y operantes herencias
malignas, maldiciones, quebrantos del corazn y demonios, que le afectaron antes de
ser salvo? NOOO!!! -responden muchos horrorizados-.
Pero preguntamos: por qu aqu ser rompe la lgica que aceptamos en todos los
dems casos?.
Todos vemos claramente que el nuevo nacimiento no elimina automticamente de la
experiencia del creyente ni los pecados, ni la carne, ni el viejo hombre, ni la atraccin
al mundo, ni el ataque de Satans y sus principados, dnde est escrito que s quita
automticamente las maldiciones, las herencias malignas, los quebrantos de corazn
o los demonios?.
Todos podemos comprender que los pecados, las carne, el viejo hombre y el mundo
requieren echar mano de las provisiones disponibles en Cristo por el Espritu en un
proceso de santificacin, renovacin y transformacin que dura toda la vida. Por
qu si aplicamos lo mismo a las maldiciones, las herencias malignas, los quebrantos
de corazn o los demonios pensamos que se atenta contra la suficiencia de la obra de
Cristo?.
A mi parecer la respuesta es que algo no nos deja pensar con claridad en este punto.
Y sospecho que Satans tiene algo que ver en el asunto. l est encantado de que los
creyentes sean privados de algunas provisiones bsicas de la rica y completa obra
salvfica de Cristo gracias a este cortocircuito en la comprensin que los creyentes
tienen de la dinmica bblica de la salvacin.
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Pero el choque de verdad no excluye 'el choque de poder': confrontar y expulsar los
demonios con la autoridad delegada del Seor. As es como el Seor lo haca y cmo
nos ense a hacerlo. Sanar y liberar no sustituye al ministerio de la Palabra, ni el
ministerio de la Palabra sustituye el servicio de sanar y liberar.
Y en cuanto a usar la demonizacin como excusa, puede ocurrir que alguien pretenda
huir de la responsabilidad de tratar su carne por medio de la cruz echando la culpa de
sus concupiscencias a los demonios. Pero eso no quiere decir que no pueda haber
problemas reales provocados o reforzados por demonios. La operacin de la carne no
excluye la operacin de Satans por medio de sus demonios, ambos enemigos son
reales, y junto con el mundo, operan conjuntamente alimentndose unos a otros.
Debe hacerse un buen discernimiento para identificar correctamente los problemas y
su causa, distinguir si es la carne, si son los demonios, o si son ambos, y tratar a cada
enemigo adecuadamente: la carne deber ser crucificada, los demonios
desenmascarados y expulsados.
Adems, un ejercicio bblico del servicio de sanar y liberar no se limita a la mera
expulsin de los demonios, sino que busca identificar, tratar y remover todas las
causas y puertas abiertas que les dan derecho a estar en la persona.
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4:23...), anunciado con poder, es decir, con las seales que confirman su poder.
Y les dijo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
cree y es bautizado ser salvo; pero el que no cree ser condenado. Estas seales
seguirn a los que creen:
- En mi nombre echarn fuera demonios,
- hablarn nuevas lenguas (para poder comunicar el Evangelio a todos),
- tomarn serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa venenosa, no les
daar (proteccin sobrenatural),
- Sobre los enfermos pondrn sus manos, y sanarn (Mr 16:15-18).
Los que creen no necesitan las seales, las seales no son para ellos, son para los
incrdulos (1Cor 14:22), pero las seales siguen a los que creen como una estela.
Donde hay fe, lo normal es que se manifiesten y disfruten los poderes del aion
venidero (Hb 6:5), los poderes de la era mesinica, de los cuales la Iglesia tiene ya
un anticipo. Para quienes no estn dispuestos a creer, las seales que siguen a los
creyentes no servirn sino para endurecerse ms, como ocurri a los fariseos y
dirigentes de Israel. Y donde no hay fe, no hay seales (Mr 6:5-6; Mt 13:58), ni en
tiempos de Jess ni hoy.
El patrn sigue siendo el mismo de Cristo, el que ense a sus discpulos: predicar el
Evangelio del Reino con las seales que lo confirman, principalmente sanar y echar
demonios: Y ellos salieron y predicaron en todas partes, actuando con ellos el
Seor y confirmando la palabra con las seales que seguan (Mr 16:20). Hch 4:2930 y 14:3 confirman que este sigue vigente en el servicio de la Iglesia, o mejor
dicho, debera estar vigente; el hecho de que las seales ya no siguen a los que creen
no demuestra que terminaron en la era apostlica, demuestra nuestra incredulidad.
No hay nada en la Escritura que lleve a pensar en su caducidad, ms bien todo lo
contrario: estas seales son poderes del reino venidero (Hb 6:5), y su presencia da
testimonio de que el Reino venidero se ha acercado y est ya entre nosotros (Lc 10:9;
17:21), por ms que todava no en su plena manifestacin (por eso no todos son
sanos todava). As lo ense Jess: Pero si por el Espritu de Dios yo echo fuera los
demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios (Mt 12:28). Esto
contrarresta la obra del diablo, el dios de la edad presente, que ha cegado el
entendimiento de los incrdulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio
de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios (2Cor 4:4). Es una misericordia
de Dios para que ayudar a su fe. Veamos cmo el modelo evangelstico que enseo
Jess es continuado en la vida de la Iglesia:
Y Felipe descendi a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo () Pero
cuando creyeron a Felipe mientras anunciaba el evangelio del reino de Dios y el
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sanidad interior, es decir, del alma, del corazn, y la liberacin de toda influencia y
atadura demonaca.
Nuestra alma es ahora un vaso de Dios para Su servicio 18. Si el vaso est ocupado,
manchado o agrietado, toda provisin de vida servida por la Palabra de Dios no
encontrar lugar, o ser contaminada, o sencillamente se escurrir y se perder por
los resquicios sin reparar. Esto nos es confirmado por la parbola del sembrador,
donde se nos muestra que siendo tan poderosa la Palabra, el fruto depende del estado
de la tierra en la que cae, hay muchos obstculos para que la Palabra fructifique
adecuadamente (Mt 13:1ss). Cuando el Seor manda hacer discpulos, esto incluye
acompaar y guiar al nuevo creyente a someter al Seor Jess cada rea de su vida
para que sea sanada, limpiada y liberada de toda atadura espiritual, fsica y
emocional, de modo que pueda vivir y experimentar el seoro de Cristo, la llenura
del Espritu y el pleno disfrute de la vida abundante del Seor. Esta obra de
restauracin que el Espritu del Seor realiza en l, lo va a disponer para ser
edificado en la iglesia, para llevar una vida apropiada de iglesia, y para servir al
Seor en santidad y justicia el resto de sus das.
As pues, en este proceso de nuestra transformacin, lo normal es que comencemos
pasando por las manos de nuestro Mdico celestial para ser restaurados. Cristo es
todo lo que necesitamos para cada una de nuestras necesidades, el Gran Yo Soy:
nuestro Salvador, nuestro Camino, nuestro Pan de vida, nuestra Luz, nuestro Rey,
nuestro Maestro, nuestro Compaero y Hermano mayor, nuestro Abogado, nuestro
Sumo Sacerdote, el que nos suministra el Espritu, nuestro Dios y Seor, nuestra Vida
y nuestro Todo Cada uno de sus nombres nos habla de lo que l es para cada una
de nuestras necesidades. Y Jess es tambin nuestro Mdico, nuestro Libertador,
nuestro Buen Pastor. El Seor nos ha rescatado, nos ha comprado a precio de su
sangre, ya somos de su propiedad, pero cuando el Seor nos encuentra, la mayora de
nosotros estamos en un estado lamentable, como aquel hombre de la parbola del
buen samaritano que cay en manos de unos ladrones, quienes le despojaron de su
ropa, le hirieron y se fueron, dejndole medio muerto (Lc 10:30). Nuestro bendito
Salvador, movido a misericordia, se acerc a nosotros, vend nuestras heridas
despus de echarles aceite (su Espritu) y vino (su sangre), nos carg sobre s
mismo como el Buen Pastor carga con la oveja herida, y nos llev al mesn (la
Iglesia), dando a la Iglesia las provisiones necesarias para terminar el trabajo de
restauracin: sac dos denarios y los dio al mesonero dicindole: "Cudamelo, y
todo lo que gastes de ms, yo te lo pagar cuando vuelva (10:35).
El Seor comienza el proceso de restauracin con el poder regenerador de su Espritu
y el poder limpiador de su sangre, pero quiere que sea la Iglesia la que complete ese
trabajo, y cuando el Seor vuelva espera que est terminado. Est la Iglesia, cual
18 Ver 2Cor 4:7; Rm 9:23; 2Tim 2:20-21; Is 64:8; Jer 18:1-6; Lam 4:2
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siervo fiel y prudente, distribuyendo adecuadamente el pan de los hijos (Mt 24:4547).
La resucitacin de Lzaro es otra ilustracin de esto: Habiendo dicho esto, llam a
gran voz: Lzaro, ven fuera! Y el que haba estado muerto sali, atados los pies y
las manos con vendas y su cara envuelta en un sudario. Jess les dijo: Desatadle y
dejadle ir (Jn 11:43-44). Despus que Jess le dio vida, todava estaba atado y
envuelto por las ligaduras propias de sus das en la muerte; entonces Jess da una
orden a sus discpulos (a la Iglesia): desatadle y dejadle ir, liberadle de todas las
ataduras que trae de su vida pasada.
Ser sanado de dolencias corporales y/o psquicas, de quebrantos del corazn o
heridas del alma, y ser liberado de herencias malignas, de maldiciones y/o de
demonios, no es todo lo que un creyente necesita para crecer hasta la madurez
espiritual, pero son bendiciones bsicas. Si los creyentes son privados de ellas, su
capacidad de crecimiento espiritual se ver obstaculizada y mermada, y muchos
problemas y conflictos se aadirn a los que ya conlleva de por s la edificacin de la
iglesia.
Ser de extraar el inters del diablo en desacreditar y desactivar estos elementos
del servicio y la vida de la Iglesia creando confusin y temor acerca de ellos?
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20 Recomiendo la lectura los libros Echarn fuera demonios y La Palabra de Dios sana,
de Derek Prince, ed. Whitaker House.
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6. Los demonios todava son una amenaza real para los creyentes y las iglesias.
Para poder ver lo relativo a los demonios en la vida de las iglesias
neotestamentarias necesitamos recordar algunos principios que hemos comprobado
en varios textos bblicos:
- Satans opera por medio de sus siervos: principados y potestades en los aires, y
demonios en la tierra. Satans y sus demonios estn tan identificados que para Jess
son trminos intercambiables (Mt 12:24-26). Satans ata a sus vctimas por medio
de sus demonios, los que tienen demonios estn atados por Satans (Lc 13:10-16).
Satans oprime a las personas por medio de sus demonios, los que tienen demonios
estn oprimidos por Satans, la opresin puede incluir demonizacin (Hch 10:38).
Satans engaa por medio de sus espritus engaadores y sus demonios (1Tim 4:1).
- Por tanto, decir Satans incluye a sus huestes que le sirven, no es necesario que
los demonios estn mencionados explcitamente, el Espritu Santo resume en Hch
10:38 toda la obra sanadora y liberadora de Jess diciendo El anduvo haciendo el
bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo.
Con esto en mente, tomemos en consideracin algunos pasajes y versculos.
6.1 Satans y su demonios pueden oprimir a los creyentes desde fuera.
Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el diablo, como len rugiente, anda
alrededor buscando a quin devorar. Resistid al tal, estando firmes en la fe,
sabiendo que los mismos sufrimientos se van cumpliendo entre vuestros hermanos en
todo el mundo. Y cuando hayis padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda
gracia, quien os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jess, l mismo os
restaurar, os afirmar, os fortalecer y os establecer (1Pe 5:8-10).
La imagen del diablo como len rugiente y devorador acechando a los creyentes
aparece en el contexto de las persecuciones, las cuales eran una experiencia normal
en la vida de las iglesias neotestamentarias21, y es una amenaza bien real que se debe
resistir con paciencia y perseverancia, no amando tanto la propia vida como para
temer la muerte (Ap 12:11c). l levanta persecucin contra la Iglesia para daarla y
matar a los santos si puede (Dios controla), o atacar en diversas formas. Por medio de
sus demonios puede usar para ello gobiernos, turbas u hombres malvados, simples
vecinos, elementos naturales, enfermedades, quebrantos econmicos, incluso la
propia familia (Job 1-2; Lc 12:51-53).
Como hemos visto, Dios tiene sus motivos por los que en su soberana y sabidura
21 Ver Mt 5:10-11; 10:16-42; 2Cor 1:3-11; Gal 6:12; Flp 1:27-30; 1Tes 2:13-16; 2Tes 1: 3-7;
2Tim 3:12; Hb 10:32-34; 13:3; 1Pe 1:6-7; 2:19-23; 3:9-18; 4:1-2.12-19.
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cumplido el anatema contra Jeric, se dej llevar por los deseos de los ojos y no
juzg las cosas atractivas de Babilonia (la apariencia externa) y del mundo (el
dinero), y encubri su pecado: Yahveh dijo a Josu: Levntate. Por qu te
postras as sobre tu rostro? Israel ha pecado. Han quebrantado mi pacto que yo les
haba mandado. Han tomado del anatema, han robado, han mentido y lo han
escondido entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrn prevalecer ante
sus enemigos. Ms bien, volvern la espalda ante sus enemigos, porque se han
convertido en anatema. Yo no estar ms con vosotros, si no destrus el anatema de
en medio de vosotros (10-12). Si no juzgamos nuestros pecados, ni nuestra carne,
damos a nuestros enemigos poder sobre nosotros. Todos ellos trabajan juntos.
Lo vemos reiteradamente en Jueces. No expulsaron del todo a los pueblos cananeos,
se contaminaron con ellos y los imitaron en su idolatra, abandonando al Seor y
provocndolo a ira, entonces: El furor de Yahveh se encendi contra Israel, y los
entreg en mano de saqueadores que los saqueaban. Los abandon en mano de
sus enemigos de alrededor, y ellos no pudieron resistir ms ante sus enemigos.
Dondequiera que salan, la mano de Yahveh estaba contra ellos para mal, como
Yahveh les haba dicho y como Yahveh les haba jurado. As los afligi en gran
manera (Jue 2:14-15). Esta disciplina forma parte de la misericordia del Seor con
nosotros, para que reaccionemos y nos apartemos de nuestros pecados; si no nos
juzgamos nosotros, si no quitamos todo dolo de nuestro corazn, lo har el Seor
retirando su proteccin contra nuestros enemigos, porque nos ama, y no puede
permitir que seamos condenados con el mundo, y lo hace entregndonos en manos
del enemigo.
La manera como Dios quit del corazn de Israel su tendencia idlatra fue
entregndolos al poder de Babilonia, la madre de todas la rameras y abominaciones
de la tierra, la madre de la idolatra, para que el Pueblo de Dios se atiborrara de
idolatra y probara realmente lo que es estar bajo el poder de los dolos, es decir, los
demonios.
Lo vemos en tantos lugares..: Oh Yahveh, Dios nuestro, otros amos aparte de ti se
han enseoreado de nosotros; pero slo reconocemos tu nombre, el tuyo (Is
26:13); Los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero
clamaron a ti en el tiempo de su tribulacin, y t los escuchaste desde los cielos. Por
tu gran misericordia les diste libertadores que los librasen de mano de sus enemigos.
Pero apenas obtenan comodidad, volvan a hacer lo malo delante de ti, por lo cual
los abandonabas en mano de sus enemigos, que se enseoreaban de ellos. Pero
volvieron a clamar a ti, y t les escuchaste desde los cielos y los libraste muchas
veces por tu misericordia (Neh 8:27-28). Vea la historia de Israel en el salmo 78:
Entreg su podero a la cautividad; y su gloria, en manos del enemigo (v. 61).
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Recordemos: Estas cosas les acontecieron como ejemplos y estn escritas para
nuestra instruccin, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades
(1Cor 10:11), Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra
enseanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortacin de las Escrituras
tengamos esperanza (Rm 15:4), no sea que alguien caiga en el mismo ejemplo de
desobediencia (Hb 3:11b). Es decir, todo eso va con nosotros, los creyentes y la
Iglesia, nos incumbe, nos puede pasar a nosotros. Y ya hemos visto quines son
nuestros enemigos ahora segn las Escrituras, y que todos ellos conforman una
confederacin maligna que actan sinrgicamente contra nosotros.
Usted cree de veras que si no atiende a las advertencias del Seor o no obedece sus
instrucciones, la mera buena intencin va a librarle de las consecuencias de sus
hechos? enviar el Seor sus ngeles para que su pie no tropiece en la piedra si se
lanza desde el pinculo del templo? saldr indemne si tienta al Seor?.
De nuevo aqu el rey Sal es un ejemplo. Como hemos visto, Amalec en la Biblia
tipifica la carne, nuestra naturaleza pecaminosa. Sal fall en juzgar la parte buena
de la carne conforme a la orden de Dios (1Sam 15-16), y Dios le desech como rey
y ungi a David. Como consecuencia de su desobediencia en juzgar la carne, un
espritu malo de parte del Seor le atormentaba (1Sam 16:14).
La vida carnal, andar en la carne, llama a los demonios. La carne es a los demonios
lo que la basura a las ratas: su alimento!!. En la medida en que permitimos en
nuestras vidas alimento para los demonios, estaremos facilitando su presencia en
nosotros.
Si sembramos para la carne, cosecharemos corrupcin. Si andamos en la carne y
vivimos conforme a la carne, hemos de morir (Rm 8:13). Si ignoramos las
instrucciones de Dios y las maquinaciones de Satans, seremos engaados y hechos
cautivos por l. Si mantenemos dolos en nuestro corazn, entraremos en connivencia
con los demonios: Y yo no quiero que vosotros participis con los demonios (Lea
atentamente a esta luz 1Cor 10:1-22). Si damos lugar al diablo, l lo ocupar. No os
engais!!.
Contradice esto los pasajes que hablan de la proteccin divina del creyente?
Repetimos: la Palabra de Dios no se contradice a s misma, aunque todava no
veamos cmo se articulan dos afirmaciones que parecen contrarias. Hay que afirmar
las dos verdades. Nada de lo anterior significa perder la salvacin, es seguro que
nuestro espritu ser salvo en el da del Seor, pero seremos disciplinados conforme a
la gravedad de nuestros hechos, podemos ser entregados en las manos de Satans
disciplinariamente, y sufriremos prdida cuando pasemos por la prueba del tribunal
de Cristo. El Seor puede castigarnos y disciplinarnos duramente por nuestros
168
170
- Guerra contra los santos, de la seora Jessie Penn-Lewis. La versin que hay
disponible en espaol, en la editorial Clie, est completamente censurada a causa de
los prejuicios teolgicos, de modo que al eliminar o manipular el texto para quitar
toda referencia a la demonizacin de los creyentes, ha quedado irreconocible
(Satans ha ganado una gran batalla aqu). Hay una versin integral publicada en
portugus por Editora dos Clssicos, a partir de la cual he traducido el libro al
espaol, que puede encontrarse aqu:
https://drive.google.com/file/d/0B_mL73lQv__hVEpLeTJNLUJUWXc/view
Por otra parte, lo esencial est recogido y desarrollado en una obra fundamental
acerca de la vida espiritual:
- El Hombre espiritual, de Watchman Nee, editorial Clie; especialmente en:
> el captulo 4 (Oracin y combate) de la primera parte (El espritu), del Libro
II (Anlisis del espritu);
> el captulo 1 (Los peligros de la vida espiritual) de la tercera parte (Andando
segn el Espritu) del Libro II;
> las partes 1 y 2 (El anlisis del alma: la mente, y la voluntad) del Libro III
(Anlisis del alma y el cuerpo)
171
enfermos. Y le rogaban que slo pudiesen tocar el borde de su manto, y todos los
que tocaron quedaron sanos (Mt 14:35-36), Entonces se acercaron a l grandes
multitudes que tenan consigo cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros
enfermos. Los pusieron a los pies de Jess, y l los san; de manera que la gente se
maravillaba al ver a los mudos hablar, a los mancos sanos, a los cojos andar y a los
ciegos ver. Y glorificaban al Dios de Israel (Mt 15:30-31). Es por medio del
servicio de sanar y liberar que se sigue trayendo a los enfermos y endemoniados a los
pies de Jess para recibir la palabra del Reino y experimentar su toque sanador y
liberador.
Algunos principios bblicos orientativos.
Me interesa aqu entresacar slo algunos ejemplos y principios por causa de las
objeciones.
a) Comenzaremos por uno de los pocos pasajes que hablan explcitamente de sanidad
en las cartas del Nuevo Testamento, Santiago 5:14-16:
Est enfermo alguno de vosotros? Que llame a los ancianos de la iglesia y que
oren por l, ungindole con aceite en el nombre del Seor. Y la oracin de fe dar
salud al enfermo, y el Seor lo levantar. Y si ha cometido pecados, le sern
perdonados. Por tanto, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por
otros de manera que seis sanados. La ferviente oracin del justo, obrando
eficazmente, puede mucho .
En primer lugar, vemos confirmado que impartir sanidad forma parte prctica del
servicio pastoral de la iglesia (unos a otros), en especial por parte de los pastores de
la iglesia local (los ancianos).
Y encontramos tres elementos prcticos en la forma de hacerlo:
- La oracin de fe. Debemos practicar la oracin de fe para sanidad de los hermanos
enfermos; aqu pueden entrar en juego, adems de los ancianos, los hermanos con
dones de fe, sanidades y hacer milagros.
- Un gesto de sanidad. En este caso se trata de la uncin con aceite en el nombre del
Seor, Jess mand a sus discpulos ungir a los enfermos con aceite (Mr 6:13); pero
no podemos tomar esto como una frmula rgida, porque tambin Jess practic y
ense otros gestos de sanidad, como la imposicin de manos (Lc 4:40; Mr 16:18...),
tocar con la mano (Mt 8:1-3.14-16...), la palabra sola (Mt 8:5-13...), ser tocado
(Jess) por la fe (Mt 9:18-22...), pedir un gesto de obediencia y fe al afectado (Mc
2:11-12; 3:1-5...), expulsar el espritu maligno que causaba la enfermedad si es el
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Pedro, me amas?, por eso se entristeci la tercera vez, pero Jess, con mucha
delicadeza y ternura, hizo aflorar el recuerdo doloroso para sanarlo, al darle la
oportunidad de contrarrestar las tres negaciones con tres confesiones de su amor por
Jess. Porque los quebrantos del corazn, las heridas del alma, no se curan por el
mero hecho de dejar pasar el tiempo, sino sacndolos a la luz y exponindolos a la
palabra sanadora y restauradora del Seor.
Es muy significativo considerar los trminos para el verbo amar que Jess y Pedro
usaron en ese dilogo, durante las tres preguntas:
1: Pedro, me amas (agapeo); Si, te tengo afecto entraable (fileo)
2: Pedro, me amas (agapeo); Si, te tengo afecto entraable (fileo)
3: Pedro, me tienes afecto entraable (fileo); S, tu sabe que te tengo afecto
entraable (fileo).
El Nuevo Testamento aprovecha el rico idioma griego para distinguir tres tipos de
amor: eros (ertico), fileo (amor natural, humano, fraternal, paternal o maternal,
de amistad), y agapeo (amor sacrificial, desinteresado, de naturaleza divina). Pedro
haba cado porque se enalteci a s mismo por encima de sus compaeros y porque
siempre se fi de s mismo: Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos sern
escandalizados a causa tuya, yo nunca ser escandalizado. Jess le dijo: De cierto te
digo que en esta noche, antes que cante un gallo, me negars tres veces. Pedro le
dice: Aunque tenga que morir contigo, no te negar (Mt 16:33-35), Antes del
quebrantamiento viene la soberbia, y antes de la cada, la altivez de espritu (Prov
16:18). Ahora Pedro tena la oportunidad de humillarse, de reconocer que su amor no
tena todava la calidad del amor gape, y de poner la confianza no en s mismo,
sino en el Seor: t sabes. Qu tratamiento tan completo y maravilloso recibi del
Mdico de nuestras almas!!24.
c) No toda la psicologa es humanismo mundano.
Al igual que con otras disciplinas cientficas humanas, muchos elementos son fruto
del sano ejercicio de la razn, la capacidad de observacin o el buen sentido dados
por Dios, o de descubrimiento de leyes naturales establecidas por Dios, y que estn
en armona con la Revelacin bblica. La ciencia mdica tampoco est revelada en la
Biblia, pero no por eso la desechamos por principio. Es necesario examinar todo,
desechar los elementos ideolgicos del mundo, purificar o completar lo deficiente, y
retener lo bueno, sin echar el nio junto con el agua sucia.
La Escritura ensea que las tinieblas deben ser expuestas a la luz (Mt 6:23; Rm
13:12; Ef 5:11-14). Los traumas, los conflictos, los pecados no se resuelven
24 Un clsico en esta rea es el libro La curacin de los recuerdos de D.A. Seamands, ed.
Clie.
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Personalmente no veo que eso contradiga ningn principio bblico, ms bien est en
armona con la enseanza bblica acerca de la guerra espiritual. En alguna ocasin
Jess tambin requiri el nombre del demonio e incluso acept cierta negociacin
con miras a la liberacin del oprimido (Mr 5:1-20). La prctica habitual de Jess de
mandar callar a los demonios era porque le conocan y revelaban su identidad divina
y mesinica, y Jess quera mantener el secreto mesinico provisionalmente para
que resultara perjudicada su misin (Mr 1:34; 3:11-12).
- A veces, algunos de estos hermanos, tentados por la autoridad que experimentan
sobre los demonios, pretenden obtener ciertas informaciones teolgicas de los
demonios, o tratar de confirmar as sus puntos de vista teolgicos sobre alguna
cuestin. En mi opinin se extralimitan, no me parece legtimo ni prudente entrar en
conversacin con ellos fuera de lo estrictamente necesario bajo la direccin del
Espritu para el xito del servicio.
e) Este servicio requiere fe, y es susceptible de crecimiento y perfeccionamiento.
Como venimos diciendo, si no creemos la Palabra de Dios cuando nos revela que los
demonios existen y que siguen actuando hoy igual que en tiempos de Jess, ni
creemos que en el Seor tenemos discernimiento para identificarlos y autoridad para
confrontarlos y expulsarlos, las seales del Reino no nos seguirn, esta faceta del
servicio del Seor quedar anulada para nosotros.
Es necesario salvar dos extremos: ver demonios por todos lados, y no verlos por
ningn lado.
Necesitamos permitir que la Palabra de Dios acerca de este asunto despierte nuestra
fe, y disponernos de corazn a obedecer las instrucciones del Seor: anunciar y
ensear el Evangelio del Reino con poder, porque en la medida en que seamos fieles
en esto, el mundo de las tinieblas va a ser expuesto, y nos veremos obligados a
confrontarlo, y a ejercitar nuestro discernimiento hacia una mayor sensibilidad.
Un discpulo no llega enseguida a servir sanidad y liberacin con la rapidez y
eficacia del Seor Jess, como un servidor de la Palabra no llega enseguida a
predicar con la claridad, profundidad y poder que lo haca el Seor. Se aprende con el
ejercicio, poco a poco, incluso de los errores. Cuando estamos en actitud de
obediencia, el Seor provee ocasiones para el entrenamiento, y a medida que vamos
superando pruebas, madurando en el servicio, ir encomendando retos mayores.
Por otra parte, el ejercicio de la autoridad y el poder del Seor deben ir en
proporcin a la santidad y obediencia. Hemos visto ms arriba que fue la sujecin
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de Jess al Padre la base de su autoridad para traer el Reino de los cielos a la tierra.
El principio es: Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y l huir de vosotros
(Stg 4:7). Como el Seor Jess fue empujado por el Espritu para ser probado por el
diablo, y debido a su victoria fue que volvi en el poder del Espritu para la
proclamacin poderosa del Reino (Lc 4:14), el Espritu tambin nos va a suministrar
ocasiones para que nuestra sumisin a Dios y dependencia de l sean puestas a
prueba. Y ser nuestra sumisin a la autoridad del Seor la que nos capacitar con la
uncin y el poder del Espritu para seguir proclamando el Reino con poder. Dije a
tus discpulos que lo echasen fuera, pero no pudieron () Cuando l entr en casa,
sus discpulos le preguntaron en privado: Por qu no pudimos echarlo fuera
nosotros? El les dijo: Este gnero con nada puede salir, sino con oracin (y
ayuno) (Mr 9:14-29). Esto nos muestra que los discpulos no siempre tuvieron
xito, a veces fallaron; fallaron por su incredulidad, fallaron por falta de comunin
con el Seor (oracin) y negacin de s mismos (ayuno). Pero el Seor suple lo que le
falta al discpulo que depende de l, no hay que temer a equivocarse.
Pero debemos saber que no siempre el ejercicio de los dones y de la autoridad
delegada del Seor est asentado sobre la base de la obediencia y una vida santa. Los
dones son irrevocables (Rm 11:29), y la persona que los ha recibido puede no llevar
una vida digna de su llamamiento. Veamos algunos ejemplos. Los corintios no
carecan de ningn don (1Cor 1:6-7), pero eran carnales (3:1-4), enredados en
partidismos y muchos problemas y desrdenes, como pone de manifiesto esa primera
carta. Al terminar el sermn del monte, la carta magna del Reino de los cielos, una
descripcin de la vida apropiada del Reino bajo la soberana de Cristo, un reflejo del
carcter de Cristo mismo, el Seor advirti claramente que habr muchos discpulos
que profetizaron en su nombre, que en su nombre echaron demonios, que en su
nombre hicieron muchas obras poderosas, y sin embargo no entrarn en el Reino de
los cielos venidero, no sern reconocidos ni aprobados, sino apartados del Seor,
porque no obedecieron esas palabras del Seor en el sermn del monte que son
la voluntad del Padre, sino que fueron hacedores de iniquidad (Mt 7:21-27).
Dios, en su misericordia, puede seguir usando a un mal siervo para hacer el bien a
otros, pero la obras poderosas no son necesariamente seal de una vida obediente y
santa, de un carcter transformado a imagen del Seor. Sansn es un tipo de esta
clase de siervos, fue un santo ungido poderosamente por el Seor, pero se contamin
con una vida impura que le llev a perder su consagracin. De hecho hasta Judas
Iscariote expuls fuera demonios y san enfermos!.
Esto nos debe poner alerta para discernir las obras poderosas que el Seor por amor a
su pueblo puede hacer por medio de un mal siervo, examinndolo todo y reteniendo
lo bueno, y tener claro lo que el Seor est buscando: que los dones espirituales y el
poder sean ejercidos sobre la base de la obediencia, la santidad y el carcter
transformado.
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que no es contra nosotros, por nosotros es. Cualquiera que os d un vaso de agua en
mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que jams perder su
recompensa (Mc 9:37-41). Malo es recibir un obrero falso, pero malo es tambin no
recibir un obrero enviado por el Seor, porque estaramos rechazando al Seor. De lo
que no cabe duda es de que un buen discernimiento es imprescindible.
Tampoco ofendamos a un hermano (y al Seor) diciendo que si tiene algn problema
con demonios no es creyente, aumentando as su afliccin y cerrndole la puerta del
remedio que el Seor gan para l en la cruz.
Es mi conviccin que, como ha ocurrido tantas veces en la historia del Pueblo de
Dios respecto de otras verdades y prcticas, la experiencia que muchos hermanos han
tenido y tienen con los demonios y con cristianos demonizados nos han abierto los
ojos para ver esta prctica bblica que se haba perdido y que est siendo restaurada
a la vida y el servicio normal de la Iglesia. Aunque no hay nada como tener una
experiencia personal de esto
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Conclusin.
Satans est muy interesado en ocultar sus obras a los creyentes para ganar ventaja, y
ha suministrado un buen arsenal de argumentos para ello. Esto forma parte de la
guerra espiritual en la que nos guste o no estamos involucrados, y no podemos ceder
a sus maquinaciones.
Espero que este estudio, con la ayuda del Seor, ayude a esclarecer este asunto a los
hijos e hijas de Dios. Encomiendo en las manos del Seor este estudio bblico. Mi
oracin es para que sea la Palabra y el Espritu mismo del Seor quien nos muestre la
verdad y nos convenza, de este aspecto importante del servicio de la Iglesia y de
nuestra santificacin. Que l confirme en el espritu y el corazn de los lectores lo
que en esta obra de l provenga, y disipe el resto.
Permanecemos abiertos a las observaciones o crticas de los hermanos para examinar
y revisar todo a la luz de la Palabra, porque no podemos nada contra la verdad,
sino a favor de la verdad (2Cor 13:8).
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