Derecho de Peticion
Derecho de Peticion
Derecho de Peticion
CAPTULO TERCERO
EL DERECHO DE PETICIN
El contenido del derecho de peticin en el sistema jurdico mexicano slo puede desarr
ollarse a partir del anlisis que se haga de la labor interpretati- va de los trib
unales federales, quienes se encargan de analizar y aplicar el dispositivo const
itucional en el que se consagra este derecho. Tal reflexin queda mayormente justi
ficada por la ausencia de estudios doctrinales que aborden la institucin y preten
dan cambiar los matices con que la interpre- tacin judicial dota al derecho en es
tudio.
No debe olvidarse que el mismo Poder Judicial de la Federacin se ha
atribuido, en forma exclusiva, la facultad de interpretar el texto constitu- cio
nal, y decidir en ltima instancia sobre sus contenidos. Se trata de parcelas jurdi
cas que en el pas empiezan a ser analizadas y cuestiona- das, pero que aqu no anal
izaremos.171 Pasemos as a la revisin de los ejemplos de interpretacin judicial fed
eral mexicana respecto del derecho de peticin.
El Cuarto Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer
Circuito se ha inclinado por considerar al derecho de peticin, incluido el de res
puesta, dentro de la esfera de los derechos de seguridad jurdica al resolver:
170 Citado por lvarez Carreo, Santiago, op. cit., nota 34, p. 101.
171 Un trabajo que considero paradigmtico de tal situacin es: Crdenas Gracia, Jai
me, Remover los dogmas, Cuestiones constitucionales, Mxico, nm. 6, enero-junio de 20
02, pp. 17-48.
101
102
174 Sexto Tribunal Colegiado en materia civil del Primer Circuito, SJF8, t. Xjulio, p. 394.
175
Segunda Sala, SJF6, t. XIX tercera parte, p. 63.
104
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
hay mayor exigencia constitucional, un principio bsico de eficacia obliga- r al rga
no de la administracin o al servidor pblico a contestar al peti- cionario en exige
ncia de documentos, datos o cualquier otro material que sirva a los efectos de r
esolver sobre su peticin. Esta forma de actuar no entraa violacin del precepto cons
titucional, siempre que en forma regla- mentada est establecido tal procedimiento
.
Hecha tal aclaracin pasamos al anlisis de los requisitos y presupuestos del derech
o de peticin.176
1. En idioma espaol
De frente a las disposiciones contenidas en la Ley General de Derechos Lingsticos
de los Pueblos Indgenas, publicada el 13 de marzo de 2003, debe matizarse que el
presupuesto que nos ocupa tiene que ver precisamen- te con el reconocimiento que
se hace del espaol como lengua nacional, mientras que las lenguas indgenas quedan
sometidas a un procedimiento de reconocimiento, en virtud del cual adquirirn el
carcter de lenguas na- cionales que permitir la aplicacin de los preceptos relativo
s a la validez para cualquier asunto o trmite pblico, as como para acceder plenamente a la gestin, servicios e informacin pblica, conforme al contenido del artculo 7o.
de tal ley.
Si bien no existe disposicin constitucional que establezca el espaol
como lengua oficial en nuestro pas, resulta evidente que en toda peticin se debe u
tilizar tal idioma, dado su uso inveterado. Nos decantamos en tal sentido por co
nsiderar que el espaol s es la lengua oficial del Estado mexi- cano, pues, si bien
179 De acuerdo con datos del Conteo de Poblacin y Vivienda 1995 y de los datos
pre- liminares del Censo de Poblacin 2000 (www.inegi.gob.mx), el total de hablant
es de len- gua indgena es de 5,483,555 de un total de 97,361,711. Destacan de las
lenguas indgenas, por nmero de hablantes: nhuatl (1,325,440); maya (776,824); zapo
teco (415,247); mixteco (389,957); otom (283,260); tzeltal (283,260); tzotzil (26
3,611); totonaca (214,192); mazateco (180,130); chol (141,747); huasteco (127,50
0); mazahua (120,727); chinateco (116,906); purpecha (107,950); mixe (101,489). E
l resto, ms de 40 lenguas, tiene menos de 100 mil hablantes. Ahora bien, cabe des
tacar que la informacin seala que del total de hablantes (5,483,555) la inmensa ma
yora habla espaol (4,649,103); con lo cual la poblacin que no entiende, lee y escri
be el espaol se reduce.
180 Informacin manejada por Claudia Herrera Beltrn en La Jornada, 29 de abril de
2001.
181 Algunos sectores se han inclinado por considerar que el Convenio 169 sobre
pueblos indgenas y tribales, de la Organizacin Internacional del Trabajo, garanti
za a los miembros
182
La Constitucin espaola de 1978 menciona como lenguas espaolas tanto al caste
- llano como a los idiomas presentes en las distintas comunidades autnomas, a sab
er: cata- ln, gallego, vasco o euskera, valenciano, bable, arans, etctera. El idiom
a oficial en todo el territorio espaol es el castellano, y comparte oficialidad c
on los idiomas autonmicos que as se mencionan en los Estatutos de Autonoma. Sin emb
argo, debe sealarse que un estricto criterio lingstico lleva a distinguir el espaol
y el castellano, como lo indican las siguientes citas: Yo me siento ciudadano de
la lengua espaola y no ciudadano mexicano
deca Octavio Paz, en junio de 1980, en una entrevista que le hacan en la revista El
Viejo
Topo, por eso me molesta mucho que se hable de lengua castellana, porque el caste
llano es de los castellanos y yo no lo soy; yo soy mexicano y como mexicano habl
o espaol y no castellano, Salvador, Gregorio, Lengua espaola y lenguas de Espaa, Bar
celona, Ariel,
1987, p. 92. Y recuerdo una entrevista de hace siete u ocho aos a Julio Cortzar, en
TVE; cuando el entrevistador se dirigi a l considerndolo uno de los mximos cultivado
res de la novela en lengua castellana, el escritor argentino le cort secamente con
esta frase: si le
parece vamos a decir de lengua espaola, que es como yo prefiero llamarla, ibidem, p
. 125. El nombre de castellano tiene, por tanto, una explicacin lgica por su origen
, pero, en realidad, si se habla desde un punto de vista lingstico, sera preferible
usar espaol
equivalente a francs, ingls, italiano y reservar castellano para la variedad de Cast
illa... Lo cierto es que ambos trminos se usan como sinnimos y es frecuente encont
rarlos simultaneados en el mismo prrafo de cualquier peridico... pero aqu, para evi
tar errores
de concepto, se llamar en general espaol a la lengua y castellano a su primera eta
pa de formacin y expansin o a la actual variedad de Castilla, Garca Mouton, Pilar, L
enguas y dialectos de Espaa, 4a. ed., Madrid, Arco Libros, 2002, p. 24.
EL DERECHO DE PETICIN
109
los ciudadanos alemanes haran sus peticiones en idioma alemn, los rusos, en ruso y
as ad infinitum. No en balde se reconocen en el mundo ms de seis mil idiomas o le
nguas distintas, de las que slo en Mxico existen 62, con una treintena de variante
s que eleva el nmero hasta casi un centenar.
La jurisprudencia no se ha pronunciado al respecto, quiz por lo obvio
que puede resultar que un escrito dirigido a una autoridad o funcionario deba ir
en idioma espaol. Mxime que el contenido de la Ley General de Derechos Lingsticos d
e los Pueblos Indgenas no ha surtido totalmente sus efectos. Sin embargo, es evid
ente que podemos encontrar ciertos indi- cios en algunas tesis que hurgan entre
las exigencias implcitas en el dere- cho de peticin y que sern revisadas a continua
cin. Cabe sealar que en consonancia con este presupuesto del escrito de peticin, el
escrito en el cual el rgano o servidor pblico den a conocer el acuerdo recado debe
r ser redactado tambin en idioma espaol (y en el caso de las lenguas naciona- les t
constitucional, puede deducirse que aquel elemento representa para la au- torida
d o servidor pblico un factor importante al momento de determinar el contenido de
la respuesta que merezca la peticin.
DERECHO DE PETICIN. Ningn precepto legal impone al peticionario la obli- gacin de c
itar la ley en que se apoya, antes bien, es de explorado derecho que para la pro
cedencia de una promocin, basta que sea clara y que se citen los hechos concretos
.196
Debe tenerse en cuenta que la autoridad o servidor pblico no puede exigir que el
peticionario exponga los hechos en que considera que est sustentada la viabilidad
de ver satisfecha su peticin. Ser el peticionario quien deber valorar la inclusin d
e tales datos, pues en todo caso el rgano o servidor a quien se ha dirigido la pe
ticin cumple con la exigencia cons- titucional al recibir la peticin, dictar un ac
uerdo y hacerlo del conocimien- to del que pide.
Se trata de la versin administrativa del principio general que seala: iura novit c
uria. Aqu, si
ada una de las
os fcticos en
u inclusin en
5. Entrega de documentos
Igual comentario que el anterior merece este apartado. Es evidente que en ocasio
nes la peticin deber acompaarse de pruebas, a efecto de que una vez conocida por la
autoridad o servidor pblicos se d el trmite corres- pondiente. En aquellos casos e
n que, siendo necesario, el peticionario no acompae los documentos pertinentes, l
a autoridad acordar la peticin en el sentido de prevenir al solicitante la aportac
in de los mismos. Igual suce- der con todos los elementos probatorios distintos de
los documentos.
La Segunda Sala ha iterado tal juicio en algunas tesis:
PETICIN, DERECHO DE. CUANDO PARA RESOLVER SE NECESITEN PRUEBAS, DEBE REQUER
IRSE AL PETICIONARIO PARA QUE LAS APORTE. La garanta que otorga el
196
Primera Sala, SJF5, t. XXXI, p. 1291.
EL DERECHO DE PETICIN
117
197 Segunda Sala, SJF6, t. CXXVII, tercera parte, p. 39. Tesis relacionada con
la ju- risprudencia nmero 207/85, publicada en el ASJF 1917-1985, sexta parte, m
ateria co- mn, p. 347, de rubro PETICIN, DERECHO DE, NOTIFICACIN DE TRMITES.
198 Segunda Sala, SJF6, t. CXXVII tercera parte, p. 39.
199
Pleno, SJF5 t. XV, p. 102.
118
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
... la falta de los repetidos requisitos a lo sumo conduzca a que el acuerdo rel
ativo pueda ser indicando al peticionario cules son los que le falte de llenar y
que su omisin ha sido la causa de que no se decida en cuanto al fondo su respecti
va solicitud.200
Tal criterio lo haba sustentado la misma Segunda Sala un ao antes, en marzo de 195
9, al establecer:
PETICIN, DERECHO DE. El artculo 8o. constitucional no establece en manera alguna,
que slo en los casos en que se llenen los requisitos reglamentarios, las autorida
des estn obligadas a contestar las peticiones que se les formu- len. Las autorida
des cumplen con el mandato del citado artculo constitucio- nal haciendo conocer a
l peticionario aquellos requisitos que deben llenar para obtener resolucin favora
ble a sus intereses.201
Puede advertirse fcilmente de los mltiples criterios que as lo confir- man, que no
hay obligacin constitucional de aportar tales elementos pro- batorios. Sin embarg
o, quien pretenda ver satisfecho un derecho, exigido mediante el ejercicio del d
e peticin, debe cumplir con los requisitos que establezca el ordenamiento secunda
rio a efecto de no obtener una respuesta del rgano o servidor pblico en la que se
expliciten los requisitos necesa- rios para la procedencia de su peticin.
Por otra parte, la mayora de las tesis sostienen que no existe ninguna obligacin d
e cumplir con los requisitos reglamentarios, sin embargo s advierten la consecuen
cia de tal omisin. As, la Segunda Sala seal:
PETICIN, DERECHO DE, EN CASO DE REQUISITOS REGLAMENTARIOS. Aunque es cierto que e
l derecho de peticin no releva a los particulares del cumplimiento de las exigenc
ias que la legislacin establezca en cada caso, tambin es verdad que, sea que el so
licitante satisfaga o no los requisitos reglamentarios, en todo caso debe la aut
oridad dictar acuerdo, dentro de breve plazo, respecto de la peticin, y comunicar
lo, tambin dentro de breve trmino, al solicitan- te. En el supuesto de que el quej
oso no haya cumplido las condiciones regla- mentarias correspondientes, no obsta
nte que las mismas se le hayan exigido por la autoridad, esto ser motivo para pro
nunciar una resolucin denegatoria, pero no para abstenerse de emitir acuerdo acer
ca de la solicitud.202
200 Segunda Sala, SJF6, t. XXXVIII, tercera parte, p. 87.
201 Segunda Sala, SJF6, t. XXI, tercera parte, p. 69.
202
Segunda Sala, Apndice de 1995, sexta poca, t. III, parte SCJN, tesis 129, p
. 87.
EL DERECHO DE PETICIN
119
No ha merecido mucha atencin en la doctrina nacional el establecimiento de lmites
a esta accin previsora de los rganos pblicos. Por ejemplo, ante la cuestin de cunto ti
empo dispone el peticionario para cubrir los requisi- tos exigidos por la autori
dad? No encontramos una nica respuesta. En cam- bio, s la encontramos tratndose de
procedimientos administrativos, as, el artculo 17-A de la Ley Federal de Procedimi
ento Administrativo seala:
Cuando los escritos que presenten los interesados no contengan los datos o no cu
y la proce-
Ahora bien, aunque las autoridades de una secretara de Estado pueden ac- tuar com
o autoridades con imperio, o como representantes de una persona moral sujeta al
derecho civil, en ciertas relaciones (artculo 25, fracciones I y II, del Cdigo Civ
il aplicable en materia federal), lo cierto es que el fun- cionario en ningn caso
pierde del todo su carcter de tal, como tambin es cierto que de hecho no hay la m
isma facilidad en demandar y obtener de una agencia gubernamental que de un part
icular. En consecuencia, un funciona- rio estar siempre obligado a respetar el de
207 Segunda Sala, SJF6, t. CV tercera parte, p. 55. Vase tambin SJF6, vol. XL, t
ercera parte, p. 63.
208 Segunda Sala, SJF6, t. XII, tercera parte, p. 58. Tesis relacionada con Ju
risprudencia
207/85.
209 Segunda Sala, SJF5, t. CXIV, p. 404.
210 En el caso espaol, el artculo 7.2 de la Ley que regula el Derecho de Peticin
(1960)
sealaba: Si la autoridad ante la que se deduzca una peticin se estimare incompetent
e para resolverla, la remitir a la que considere competente y comunicar haberlo he
cho al peticionario.
EL DERECHO DE PETICIN
125
giado en materia administrativa del Primer Circuito ha considerado que en los su
puestos en que la autoridad a quien se ha dirigido la peticin tenga unidades o de
termina quin es el peticionario, pues ser ste quien ostente la titularidad del dere
cho de respuesta consagrado en el segundo prrafo del texto cons- titucional. As lo
consider el Tercer Tribunal Colegiado en materia admi- nistrativa del Primer Cir
cuito, al resolver:
DERECHO DE PETICIN. LAS AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS SLO ESTN OBLIGA- DAS A CONTESTA
R LAS SOLICITUDES A LAS PERSONAS QUE LAS SIGNAN Y NO A QUIE- NES APARECEN EN EL
CONTEXTO DE DICHA SOLICITUD. De la interpretacin del artculo 8o. de la carta magna
, se obtiene que las autoridades ante las cuales se elevan peticiones, slo estn ob
ligadas a contestar en los trminos de dicho numeral, a los peticionarios o solici
tantes, entendindose por tales aquellos cuyos nombres y firmas aparecen en el esc
rito correspondiente, no bastando con que aparezca nicamente el nombre de una per
sona, pues no existiendo su firma, a pesar de que por ella se pida que se le tom
e en cuenta para determinados hechos, sino slo la del peticionario, es claro que
no hay instancia de la parte por la que se aboga, pues sta no expresa su voluntad
de
EL DERECHO DE PETICIN
127
que efectivamente est interesada en lo que se le solicita a la autoridad, en aten
cin que slo con la firma estampada en forma personal y de su puo y letra o con su h
uella digital en caso de no saber firmar o puesta a su ruego por persona diversa
de la interesada puede apreciarse la voluntad de una persona que eleva una soli
citud de que la misma le sea contestada, y por ende, la obligacin de la autoridad
ante la cual se eleva, de respetar la garan- ta individual contenida en el artcul
o 8o. constitucional.212
La firma es un elemento indispensable para que el documento o escrito que conten
ga la peticin se perfeccione jurdicamente. La firma presupone la aceptacin por part
e del peticionario de los trminos en que ha sido diri- gida la comunicacin, pero t
ambin se entiende que efectivamente asume las cargas jurdicas que pueden derivarse
de tal actividad.
El Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa del Tercer Circuito ha e
xplicitado tambin la importancia que tiene la expresin de la firma en el cuerpo de
l escrito de peticin, para hacer fehaciente la manifes- tacin de voluntad del peti
cionario. La tesis que se ocupa de tales conside- raciones es la siguiente:
PETICIN. DERECHO DE. LA LITERALIDAD O INTERPRETACIN QUE SE HAGA DEL ES- CRITO QUE
LA CONTIENE, DEBE TOMARSE HASTA ANTES DE DONDE APAREZCA LA FIRMA. No b
asta que despus de las firmas que signan un escrito de peticin, se agregue un text
o del que se haga desprender que esa misma peticin se hace a diversa autoridad de
la precisada antes de las firmas, ya que toda manifestacin de voluntad de hecha
constar por escrito (sic), si bien puede originar un derecho, tambin puede genera
r alguna obligacin o responsabi- lidad; de manera que la literalidad o la interpr
etacin que se haga de esta manifestacin de voluntad deber tomarse, en principio y s
alvo prueba en contrario, hasta antes y no despus de donde aparezca la firma corr
espon- diente, porque sta es el signo inequvoco de que lo ah expresado es, en reali
dad, la voluntad de su autor, y desde luego tambin salvo prueba en con- trario. D
e otra manera cualquier persona pudiera imputar al autor de un es- crito alguna
otra manifestacin que le pudiera perjudicar, o simplemente el propio autor del es
crito podra agregar algo ambivalente, y en caso de que le conviniera simplemente
desconocer el agregado. Un ejemplo de esto pudie- ra ser que despus de la firma d
e un escrito de peticin, se agregara algo que implicara una violencia o una falta
de respeto para la autoridad a quien se
212 Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, S
JF8, t. VI, segunda parte-1, p. 135.
128
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
dirige, y que cuando sta se negara a acordar esa peticin o inclusive inicia- ra al
gn procedimiento para imponer alguna sancin que conforme a la ley debiera imponers
e, por los trminos en que se redact el agregado, y ambos puntos o uno de ellos tuv
iera que ser juzgado por la autoridad judicial, indu- dablemente que el particul
ar podra argumentar que lo violento o lo irrespe- tuoso no form parte de la expres
in de su voluntad. De ah, pues, como ya se dijo, que en principio y salvo prueba e
n contrario, un escrito de peticin, como manifestacin de voluntad, slo debe atender
se en cuanto al texto que precede la firma respectiva.213
Adems, las peticiones hechas en materia poltica suponen que el peti- cionario admi
te tener el carcter de ciudadano mexicano. Esto es importan- te porque en los sup
uestos en que se pretenda ejercitar el derecho en mate- ria poltica, sin contar c
on las calidades exigidas constitucionalmente, se incurrir en las infracciones o
delitos que tipifique el ordenamiento federal, y la rbrica ser elemento objetivo q
ue determine la adscripcin de culpa, en la comisin del acto considerado infractor
o delictivo.
Los tribunales federales han expresado mltiples interpretaciones en relacin con el valor y consecuencias que se derivan de la firma de los docu- mentos
y promociones. El Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito ha considerado
que cualquier escrito de la naturaleza que sea, si no pre- senta firma, a nadie o
bliga, y no existiendo autor o responsable del conteni- do del mismo, sera un con
trasentido admitirlo, pues no se puede saber realmente la voluntad de la persona
a cuyo nombre se encabeza ese escrito, es la de hacer valer las pretensiones qu
e en l se deducen.214 Por su parte el Noveno Tribunal Colegiado en materia de trab
ajo del Primer Circuito con- sider que un documento carece de valor aunque su auto
r reconozca haberlo confeccionado, si no contiene la firma, huella digital o sel
lo de la persona fsica o moral a cuya orden se hizo, toda vez que aquellos signos
son los que plasman la manifestacin de la voluntad de su autor en comprometerse
con su contenido.215 El Primer Tribunal Colegiado del Octavo Circuito en el mismo
tenor resolvi que las promociones que carecen de firma no pueden expresar la volu
ntad del suscriptor, y ante tal omisin dichos escri213 Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa del Tercer Circuito,
SJF8, t. XI-enero, p. 292.
214 Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, SJF8, t. XIV, julio de 1994
, p. 593.
215 Noveno Tribunal Colegiado en materia de trabajo del Primer Circuito, SJF8,
t. XIII, mayo de 1994, p. 444.
EL DERECHO DE PETICIN
129
tos no tienen ningn valor, puesto que todo escrito debe de ir avalado me- diante
el nombre y firma del suscriptor, y en esta forma responsabilizarse l mismo de su
contenido para que slo en esa hiptesis se pueda acordar conducentemente.216
En relacin con el tema de la firma y de las consecuencias jurdicas que
se derivan del cumplimiento de tal formalidad encontramos una tesis que recalca
su importancia:
RECURSOS ADMINISTRATIVOS, FIRMA AL MARGEN. DEBE REQUERIRSE SU RECONOCI- MIENTO S
I EXISTE LA DUDA SOBRE LA VOLUNTAD O LA IDENTIDAD DEL FIRMANTE. Cuando el escrit
o por el cual se interpone un recurso administrativo no pre- senta la firma al c
alce del promovente, sino nicamente firmas al margen de las hojas que lo componen
, no debe desecharse de plano la instancia si no existe un precepto legal que as
lo autorice, pues aunque la suscripcin es la forma usual de presentacin de los doc
umentos dirigidos a una autoridad e inclusive de los propios del trfico privado,
tratndose de un procedimiento administrativo de impugnacin, la conducta de las aut
oridades debe estar regida no slo por la ley escrita sino tambin por los principio
s generales del derecho, particularmente los relativos a la buena fe segn el cual
debe presumirse que en las relaciones entre la administracin y los particulares
prevalece una disposicin de nimo que les lleva a proceder leal y sincera- mente, s
in malicia y sin dolo, de manera que la rectitud y honradez sean sus normas de c
.
EL DERECHO DE PETICIN
131
fases: 1) que la autoridad ante la cual se haya elevado una solicitud la acuerde en derecho como corresponda; y 2) que haga saber al gobernado en breve trmino
el contenido de su resolucin. Para esto ltimo, es necesario que el peticionario, e
n su escrito relativo, seale el domicilio donde se le enve la comunicacin relativa,
pues de otra manera, la autoridad se encuentra impe- dida para cumplir su oblig
acin de hacer saber lo acordado, en breve trmi- no, al peticionario.219
Ahora bien, en los supuestos en que el peticionario no satisfaga tal re- quisito
, algunos autores consideran que se entender prefiere acudir perso- nalmente a la
oficina de la autoridad respectiva a informarse del resultado de su peticin.220
Adelantamos que con la utilizacin de nuevas tecnologas se abre una puerta para que
los rganos y servidores pblicos puedan realizar la notifi- cacin va telefnica o elec
trnica. Sin embargo, la perfeccin de estos medios de comunicacin administrativa y s
u utilizacin en determinados supuestos deber atender entre otros principios al de
certidumbre y oportu- nidad. Los peticionarios que en la actualidad incluyen un
telfono en el que se les puede localizar o agregan una direccin de correo electrnic
o, estn admitiendo la posibilidad de que la notificacin sea realizada por tales me
dios. Al revisar el derecho de respuesta revisaremos los problemas que suscitan
estas nuevas tecnologas y las probables soluciones a la luz de algunas prcticas ad
ministrativas, y ms adelante nos ocuparemos de la peticin hecha por va electrnica.
Debe sealarse sin embargo, que en los casos que as lo permitan, puede seguirse el
criterio que la Segunda Sala de la Corte Suprema adopt en mayo de 2002, tratndose
del juicio de amparo en los casos en que no se haba sealado por parte del quejoso
un domicilio para efectuar las notifi- caciones. Sin embargo, esto depender siemp
re del caso concreto, dado que se entiende que las peticiones entraan (o pueden h
acerlo) un aspecto privado que merece ser reservado. La solucin adoptada por el rg
ano co- legiado indica:
DEMANDA DE AMPARO. LA OMISIN DEL QUEJOSO DE SEALAR SU DOMICILIO PARTI- CULAR, NO E
S MOTIVO PARA TENERLA POR NO INTERPUESTA. El artculo 116, frac- cin I, de la Ley d
e Amparo establece que la demanda deber formularse
219
54.
220
132
rve.
Resulta claro entonces que el texto constitucional condiciona el ejerci- cio del
derecho de peticin a que la presentacin del escrito no altere la
224
Bazdresch, Luis, op. cit., nota 136, p. 123.
EL DERECHO DE PETICIN
137
225 Cabe traer a colacin el texto del Reglamento de la Asamblea Nacional france
sa, citado lneas atrs que seala que no podr ser recibida por el presidente ni entreg
ada a la mesa peticin alguna trada o transmitida por una manifestacin de personas r
eunida en la va pblica. En nuestro pas es comn que el derecho de manifestacin, expres
ado en marchas, plantones y dems expresiones de tal tipo, tengan como consecuenci
a que la auto- ridad reciba las peticiones de quienes realizan la manifestacin (y
que se supone motiva la misma).
138
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
y lugar de la asamblea y que no seran ms de 20 ciudadanos los que pre- sentaran las
peticiones.226 Colom Pastor seala que no es casualidad que la primera enmienda d
e la Constitucin de los Estados Unidos de Amrica, junto con el derecho de peticin,
reconozca el derecho a la libertad de pren- sa y el derecho de reunin.227
226 Les citoyens actifs ont le droit de se reunir, paisiblemente et sans armes,
en assembles particulires por rdiger des adresses et petitions, soit au Corps Muni
cipal, soit lAdministration du dpartement de Paris, soit au Corps Lgislatif, soit a
u Roi, sous la condition de donner aux officiers municipaux connaissance du temp
s et du lieu de ces assembles, et de ne pouvoir dputer que 20 citoyens actifs pour
aporter et prsenter les adresses et petitions. Richard, Marcel, op. cit., nota 69
.
227 Colom Pastor, Bartomeu, op. cit., nota 8, p. 20. Este autor enumera otros
ejemplos histrico legislativos para hacer visible la relacin que ha tenido el dere
cho de peticin con
el de reunin y de prensa.
228 Ya en los debates que mereci el proyecto de Constitucin encontramos una refe
rencia a la posibilidad de que la peticin fuere oral. El martes 12 de diciembre de 1
916, durante la discusin del artculo 8o., el diputado Pastrana Jaimes hizo la sigu
iente advertencia: Yo quisiera saber qu razn hubo para decirse que toda peticin deba
ser hecha por escrito,
EL DERECHO DE PETICIN
139
En nuestro pas algunas de las instituciones que estn obligadas por nor- ma legal a
aceptar peticiones formuladas oralmente son aquellas orientadas a la proteccin d
el consumidor o a la defensa de los derechos humanos. Son casos paradigmticos la
Defensora de los Derechos Universitarios en la Universidad Nacional Autnoma de Mxic
o, creada en 1985; las Comi- siones estatales y la Comisin Nacional de Derechos H
umanos; y la Procu- radura Federal del Consumidor. Estas instituciones reciben pe
ticiones ver- bales con el objeto de facilitar el trmite de los asuntos.
Cabe destacar en tal sentido que una vez instaurado tal procedimiento
debe entenderse que el rgano o servidor pblico estn obligados a actuar con motivo d
e la peticin y que su omisin o la atencin indebida es su- puesto para incurrir en r
esponsabilidad.
2. En situaciones de emergencia
Se ha mencionado que por un principio de certeza y seguridad jurdica es que el te
xto constitucional consagra la exigencia de que las peticiones sean formuladas p
or escrito. Sin embargo, en ciertas ocasiones el goberna- do enfrenta circunstan
cias de emergencia que impiden que la peticin se formule por escrito, y entonces
la simple peticin verbal o la comunicacin telefnica debe ser atendida.
Este principio es el que asiste la prestacin de diversos servicios pblicos: polica, bomberos, asistencia sanitaria, rescate. En ellos por supuesto
porque en la Repblica hay muchos que no saben escribir. El mismo diputado constitu
yen- te ms adelante retom este debate al sealar: Al pedir la palabra para atacar est
e artculo he tenido en cuenta a la clase pobre. Se impone aqu la obligacin de que l
os que no tengan cincuenta centavos para papel, los que no tengan un peso, no te
ndrn el derecho de peti- cin. Ms adelante lanzara dos cuestiones: Las peticiones verba
es no sern atendidas?
Los pobres no tendrn justicia nunca? El diputado Recio puntualiz en su intervencin: ..
.es verdaderamente laudable el celo puesto por el seor Pastrana, al mostrarse en
esta
honorable asamblea, decidido defensor de la clase pobre; pero debemos tomar en c
uenta que las autoridades no van a estar conservando apuntes en la memoria. La p
eticin por escrito no quiere decir que el ciudadano deba hacer precisamente por e
scrito su peticin ante la
autoridad; puede presentarse ante ella, y sta levantar un acta sobre un asunto, t
eniendo la obligacin de contestar en los trminos que crea prudente. As es que no es
preciso que lleve solicitud escrita. Si no sabe firmar, puede buscar quien firm
e por l. Debe comparecer
ante la autoridad y la autoridad debe tomar en consideracin el motivo de la petic
in de aquel ciudadano, a quien deber contestarse en breve trmino. Vase Los derechos d
el pueblo mexicano. Mxico a travs de sus Constituciones, pp. 913 y 914.
140
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
quedan incluidos los programas de emergencia establecidos por las entida- des pbl
icas, como pudiera ser el Plan DN-III, a cargo principalmente de la Secretara de
la Defensa Nacional.
Los fenmenos que originan la necesidad del servicio pblico son de tal naturaleza q
ue hara irracional exigir que la peticin se presente por escri- to. Incluso, en ta
les casos, cuando la situacin impide que el afectado soli- cite el servicio, el rg
ano o servidor pblico estn obligados a actuar. Se exige que tales servicios atiend
an cualquier peticin, incluso aqullas an- nimas o que incluyan palabras altisonante
s o insultos.229
Es preciso sealar que en algunas circunstancias, es probable que quie- nes ven am
enazados sus ms preciados bienes dirijan palabras altisonantes e incluso insultos
a los servidores pblicos. Aqu debe ponderarse que en tanto la situacin de peligro
(la emergencia propiamente dicha) no sea con- trolada, no puede hacerse ningn rep
roche a quien profiere tales palabras. Ser la autoridad administrativa encargada
de sancionar tales faltas o in- fracciones quien ponderar los hechos y, en especi
al, las circunstancias, puesto que estas ltimas pueden explicar tal actuacin de lo
s particulares, aunque no necesariamente la justifiquen.
En estos supuestos prima el derecho a la vida, a la integridad corporal, a la pr
opiedad personal, a la salud pblica, ante la inminencia del riesgo o afectacin, y
as debe entenderse la obligacin del ente pblico de actuar diligentemente, aun ante
una falsa alarma. Esta circunstancia, la presencia del riesgo, es una causa evid
ente para soslayar el principio constitucional de que la peticin se formule por e
scrito.
3. Por existencia de formularios
En ocasiones el ejercicio del derecho de peticin queda sujeto a la exi- gencia de
presentar la peticin en una forma elaborada ex profeso por el
229 Y aqu no entramos a la consideracin de los casos que se han suscitado en nue
stro pas. Debe recordarse que por desgracia es frecuente or de accidentes en los q
ue pierden la vida o se lesionan servidores pblicos, socorristas y voluntarios, a
l dirigirse a prestar ayuda en presuntos accidentes cuyo aviso, luego se descubr
e, ha pretendido ser una broma inocente. Es la buena fe que caracteriza a las in
stituciones de servicio pblico y que por desgracia son objeto en ocasiones de la
incultura de unos cuantos. En fechas recientes, los eventos geolgicos que culmina
ron con la erupcin del volcn Popocatpetl, cerca de la ciudad de Mxico, pusieron de m
anifiesto la obligacin de las autoridades de actuar, sin necesidad de la peti- cin
individual o colectiva de los grupos afectados (o que, incluso, pudieron ser af
ectados).
EL DERECHO DE PETICIN
141
rgano o servidor pblico. Son prolijos los ejemplos, y nicamente vale la pena mencio
nar que la jurisprudencia se ha decantado por considerar tal circunstancia como
no violatoria del texto constitucional.
Nosotros consideramos que se trata de una excepcin, que sin estar con- templada e
n una norma legal ni estar justificada por alguna circunstancia de urgencia, per
mite que se soslaye (aunque slo parcialmente) la condi- cin de que sea el peticion
ario quien redacte en sus propios trminos la solicitud, quedando en estos casos ni
camente la labor de relleno de los datos solicitados en el formulario. Por supue
sto, no puede negarse que tal prctica permite agilizar la labor de los entes esta
tales, y en algunos casos permite hacer ms efectivo el derecho de peticin y de res
puesta, pues exis- ten servidores pblicos que se encargan de orientar a los petic
ionarios y de verificar que se cumpla con los requisitos necesarios para que la
respuesta pueda ser dada en plazos razonables.
Respecto de las disposiciones relativas al uso de formularios, podemos
anotar las contenidas en el Cdigo Fiscal de la Federacin. Adelantamos que este ord
enamiento slo es aplicable a los asuntos de carcter fiscal. En este cuerpo normati
vo encontramos que en el ttulo segundo, dedicado a los derechos y obligaciones de
los contribuyentes, el artculo 18 establece los requisitos inherentes a las prom
ociones que se presenten ante las autorida- des fiscales: a) estar firmada por e
l interesado o por quien est legalmente autorizado para ello, a menos que el prom
ovente no sepa o no pueda firmar, caso en el que imprimir su huella digital; b) l
as promociones debern pre- sentarse en las formas que al efecto apruebe la Secret
ara de Hacienda y Crdito Pblico, en el nmero de ejemplares que establezca la forma o
fi- cial y acompaar los anexos que en su caso sta requiera.230
Cuando no existan formas aprobadas, el documento que se formule de- ber presentar
se en el nmero de ejemplares que sealen las autoridades fiscales y tener por lo me
nos los siguientes requisitos: 1) constar por escri- to; 2) el nombre, la denomi
nacin o razn social y el domicilio fiscal mani- festado al Registro Federal de Con
tribuyentes, para el efecto de fijar la competencia de la autoridad, y la clave
que le correspondi en dicho registro;
3) sealar la autoridad a la que se dirige y el propsito de la promocin; 4) en
su caso, el domicilio para or y recibir notificaciones y el nombre de la persona
autorizada para recibirlas.
230
142
http://info4.juridicas.unam.mx.
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
Se prev en el mismo numeral que cuando no se cumplan tales requisi- tos, las auto
ridades fiscales requerirn al promovente a fin de que en un plazo de diez das cump
la con el requisito omitido. En caso de no subsanarse la omisin en dicho plazo, l
a promocin se tendr por no presentada; si la omisin consiste en no haber usado la f
orma oficial aprobada, las autorida- des fiscales debern acompaar al requerimiento
la forma respectiva en el nmero de ejemplares que sea necesario. Quedan excluido
s de este proce- dimiento: las declaraciones, solicitudes de inscripcin o avisos
al Registro Federal de Contribuyentes.
En el numeral 18-A se seala que las promociones que se presenten ante las autorid
ades fiscales en las que se formulen consultas o solicitudes de autorizacin o rgim
en en los trminos de los artculos 34231 y 36-bis del mismo ordenamiento, para las
que no haya forma oficial, debern cumplir, en adicin a los requisitos establecidos
en el artculo 18 ya mencionado lneas atrs, con lo siguiente: 1) sealar los nmeros te
lefnicos, en su caso, del contribuyente y el de los autorizados legalmente para r
ecibir las notifi- caciones; 2) sealar los nombres, direcciones y el Registro Fed
eral de Con231
El texto del artculo 34 es el siguiente: Las autoridades fiscales slo estn ob
ligadas a contestar las consultas que sobre situaciones reales y concretas les h
agan los interesados individualmente; de su resolucin favorable se derivan derech
os para el particular, en los casos en que la consulta se haya referido a circun
stancias reales y concretas y la resolucin se haya emitido por escrito por autori
dad competente para ello. // La validez de las resolu- ciones que recaigan sobre
las consultas aplicables a residentes en el extranjero podrn estar condicionadas
al cumplimiento de requisitos de informacin que se soliciten por las autori- dad
es fiscales en las citadas resoluciones. // La Secretara de Hacienda y Crdito Pblic
o publicar anualmente las principales resoluciones favorables a los contribuyente
s a que se refiere el prrafo anterior, debiendo cumplir con lo dispuesto en el ar
tculo 69 de este Cdigo.
El artculo 34-A establece: Las autoridades fiscales podrn resolver las consultas qu
e formulen los interesados relativas a la metodologa utilizada en la determinacin
de los pre- cios o montos de las contraprestaciones, en operaciones con partes r
elacionadas, en los trminos del artculo 64-A de la Ley del Impuesto sobre la Renta
, siempre que el contribu- yente presente la informacin, datos y documentacin, nec
esarios para la emisin de la resolucin correspondiente. Estas resoluciones podrn de
rivar de un acuerdo con las auto- ridades competentes de un pas con el que se ten
ga un tratado para evitar la doble tributacin.
// Las resoluciones que en su caso se emitan en los trminos de este artculo, podrn
surtir sus efectos en el ejercicio en que se soliciten, en el ejercicio inmediat
o anterior y hasta por
los tres ejercicios fiscales siguientes a aquel en que se soliciten. La vigencia
podr ser mayor cuando deriven de un procedimiento amistoso, en los trminos de un
tratado internacional de que Mxico sea parte. // La validez de las resoluciones p
odr condicionarse al cumplimiento de requisitos que demuestren que las operaciones objeto de la resolucin, s
e reali- zan a precios o montos de contraprestaciones que hubieran utilizado par
tes independientes en operaciones comparables.
EL DERECHO DE PETICIN
143
tribuyentes o nmero de identificacin fiscal tratndose de residentes en el extranjer
o, de todas las personas involucradas en la solicitud o consulta plan- teada; 3)
describir las actividades a las que se dedica el interesado; 4) indi- car el mo
nto de la operacin u operaciones objeto de la promocin; 5) sealar todos los hechos
y circunstancias relacionados con la promocin, as como acompaar los documentos e in
formacin que sustenten tales hechos o cir- cunstancias; 6) describir las razones
de negocio que motivan la operacin planteada; 7) indicar si los hechos o circunst
ancias sobre los que versa la promocin han sido planteados ante una autoridad fis
cal distinta a la que recibi la promocin o ante autoridades administrativas o judi
ciales y, en su caso, el sentido de la resolucin; y 8) indicar si el contribuyent
e se en- cuentra sujeto al ejercicio de las facultades de comprobacin por parte d
e la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico o por las entidades federativas coordina
das en ingresos federales, sealando los periodos y las contribu- ciones objeto de
la revisin.
En forma similar al artculo 18 se advierte en el texto legal que cuando no se cum
plan tales requisitos se requerir al promovente a fin de que en un plazo de diez
das cumpla con el o los requisitos omitidos. En caso de que el promovente no subs
anare la omisin en dicho plazo, la promocin se tendr por no presentada.
Aqu debe atenderse que en el texto legal comentado utiliza el vocablo
promocin, que tiene una connotacin ms amplia que peticin. As, se entiende que promove
r es iniciar o impulsar una cosa o un proceso, procu- rando su logro; pero tambin
significa tomar la iniciativa para la realizacin o el logro de algo.232 Podemos
pues considerar que tratndose de peticio- nes, los dispositivos mencionados estab
lecen algunos de los requisitos que deben contener.
La Segunda Sala de la Suprema Corte consider, en el caso de los for- mularios hac
endarios, que stos no contravenan el texto constitucional:
FORMAS OFICIALES EXPEDIDAS POR LA SECRETARA DE HACIENDA Y CRDITO P- BLICO. EL ARTCUL
O 18 DEL CDIGO FISCAL DE LA FEDERACIN QUE LAS AUTORIZA NO VIOLA LA GARANTA DE PETIC
IN CONSAGRADA EN EL ARTICULO 8O. DE LA CONS-
232 Diccionario de la lengua espaola, 22a. ed., Madrid, Real Academia Espaola, 2
001, p. 1251. Cabe advertir que no se recoge la voz promovente, siendo reconocid
as nicamente promovedor(a): que promueve; y promotor(a): que promueve algo, hacie
ndo las diligen- cias conducentes para su logro.
144
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
TITUCIN. De conformidad con el artculo 8o. constitucional los particulares gozan d
el derecho de formular peticiones por escrito ante todo tipo de auto- ridades, y
los funcionarios y empleados pblicos tienen la obligacin corre- lativa de dictar,
por escrito, el acuerdo que corresponda a la peticin del gobernado y hacrselo sab
er en un trmino breve. La garanta constitucional de mrito no puede interpretarse en
el sentido de que el peticionario pueda dejar de cumplir las formalidades y req
uisitos que establezcan las leyes, ni tampoco en el sentido de que no est obligad
o a utilizar los formatos que ex profeso se elaboren, como en el caso del artculo
18 del Cdigo Fiscal de la Federacin que exige que las promociones se presenten en
las formas que elabore y apruebe la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico. As se ha
pronunciado esta Suprema Corte de Justicia de la Nacin en la tesis de ju- rispru
dencia nmero 1318, visible en la pgina 2140 de la segunda parte, volumen V, del Apn
dice al Semanario Judicial de la Federacin de 1917 a
1988, de rubro: PETICIN, DERECHO DE. FORMALIDADES Y REQUISITOS. Por tanto, el artculo 18 del Cdigo Fiscal de la Federacin no viola la garanta constituciona
l de peticin al establecer la obligacin de que los contribu- yentes formulen sus p
eticiones en las formas impresas que elabora y aprue- ba la mencionada secretara.
El artculo 8o. de la Constitucin impone al gobernado la obligacin de formular por
escrito su peticin; sin que el texto de ese precepto constitucional establezca ad
icionalmente en su beneficio, el derecho a no utilizar determinados formatos par
a la formulacin de sus so- licitudes. Consecuentemente, que el artculo 18 del Cdigo
Fiscal de la Fe- deracin disponga que las peticiones se formulen en formatos ela
borados por la Secretara de Hacienda en modo alguno contrara la garanta de peti- cin
constitucional, puesto que con ello no se obstaculiza el derecho del gobernado
ni tampoco impide que la autoridad respectiva cumpla con la obligacin correlativa
de comunicar al interesado en breve trmino, el acuerdo que recaiga sobre su peti
cin.233
Aunque los casos se pueden multiplicar: peticin de pasaporte, solicitud de permis
o para constituir una sociedad, peticin de copias de registros pblicos, etctera. En
tales supuestos debe entenderse que prima la celeri- dad en la actuacin administ
rativa y all encontramos la razn de que en muchas ocasiones se rechacen las petici
ones por considerarse que faltan requisitos para que sea procedente. Ello no obs
ta para que se trate en todo
233
Pleno, GSJF8, t. 53, mayo de 1992, p. 14, tesis P./J. 19/92.
EL DERECHO DE PETICIN
145
caso de una vulneracin al derecho constitucional de peticin,234 puesto que la obl
igacin que impone el precepto constitucional al servidor pblico consiste en la rec
epcin de la peticin, misma que no se juzga apriorstica- mente, sino que requiere la
adopcin de un acuerdo que se haga del conoci- miento del peticionario, en breve
trmino.
236 Segundo Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, SJF8, t. VI, segunda parte
-2, julio a diciembre de 1990, p. 556.
237 Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, S
JF8, t. V
segunda parte-1, enero a junio de 1990, p. 252.
EL DERECHO DE PETICIN
147
o comprobado por alguna ley y de jurdico dice que es lo que est o se hace segn forma
de juicio o de derecho. Se admite que no son las defini- ciones gramaticales la ni
ca base con la que cuenta el juez para decir el derecho, las palabras que forman
parte de una disposicin legal deben inter- pretarse y aplicarse acordes al conte
xto de esa norma jurdica, y es en ese contexto que este tribunal no encuentra dif
erencia, aparte de la semntica entre una palabra y otra; cabe precisar que los ar
tculos 33 y 71, fraccin V, de la Ley Orgnica del Tribunal de lo Contencioso Adminis
trativo del Dis- trito Federal ya derogada, aludan a la necesaria existencia de u
n inters jurdico para acudir al juicio ante dicho tribunal y que el juicio sera imp
ro- cedente contra actos que no afectaran el inters jurdico del actor; en tanto que
la ley vigente hace referencia a un inters legtimo lo que nos lleva a afirmar que ba
sta que se consideren afectados quienes acuden al juicio para que ste sea procede
nte.238
El Tercer Tribunal Colegiado en materia administrativa del Tercer Cir- cuito del
ine los elementos que conforman el inters jurdico al distinguir- lo del inters legtim
o o de grupo y el inters simple:
INTERS JURDICO. SUS ACEPCIONES TRATNDOSE DE RECURSOS E INSTANCIAS ADMI- NISTRATIVAS
. Para examinar la procedencia de los medios de impugnacin previstos en las leyes
administrativas, debe examinarse el concepto de in- teresado frente a una triple
distincin: el inters como derecho subjetivo, el inters legtimo o de grupo y el inters
simple. La primera de tales catego- ras ha sido frecuentemente delineada por los
tribunales de amparo, para quienes resulta de la unin de las siguientes condicio
nes: un inters exclusi- vo, actual y directo; el reconocimiento y tutela de ese i
nters por la ley, y que la proteccin legal se resuelva en la aptitud de su titular
para exigir del obligado su satisfaccin mediante la prestacin debida. La segunda
catego- ra, poco estudiada, ya no se ocupa del derecho subjetivo, sino simplement
e del inters jurdicamente protegido (generalmente grupal, no exclusivo, lla- mado
legtimo en otras latitudes) propio de las personas que por gozar de una posicin ca
lificada, diferenciable, se ven indirectamente beneficiadas o perjudicadas con e
l incumplimiento de ciertas reglas de derecho objetivo, bien porque con ello vea
n obstaculizado el camino para alcanzar ciertas posiciones provechosas, bien por
que sean privadas de las ventajas ya logra- das; diversas normas administrativas
conceden a estos sujetos instancias,
Ibidem, p. 37.
Segunda Sala, SJF6, t. XIII, tercera parte, p. 65.
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
na licencia para instalar una industria, a fin de que llenen los requisitos indi
spensables y no dictar rdenes terminantes que hagan imposible el cumplimiento de
los reglamentos gubernativos.248
En una amplia serie de tesis, la Primera Sala seal el carcter del Mi- nisterio Pblic
o como institucin de buena fe,249 y el Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuit
o agreg que goza de fe pblica.250 En tal tesi- tura, el Segundo Tribunal Colegiado
del Sexto Circuito reiter tal condi- cin de institucin de buena fe con facultades
constitucionales para practicar las averiguaciones previas necesarias al esclare
cimiento de los hechos po- siblemente delictuosos.251
En otros criterios jurisprudenciales los rganos jurisdiccionales federales han considerado al amparo como una institucin de buena fe.252
2. La conducta de buena fe
Es precisamente este principio de buena fe el que debe obrar en la rela- cin que
resulte del ejercicio del derecho de peticin, y cuya funcin ser la
247 Segunda Sala, SJF5, t. CXXVII, p. 283.
248 Segunda Sala, SJF5, t. CXXVI, p. 591.
249 Primera Sala, SJF5, t. XCII, p. 2244.
250 Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, SJFG9, t. III, junio de 1996
, p. 855, tesis VI.3o.20 P.
251 Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, SJF8, t. XIV, julio de 1994
, p. 666.
252 Pleno, GSJF8, t. 86-2, febrero de 1995, p. 9, tesis: P./J 2/95, contradicc
in de tesis
12/93. Primer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, SJF8, t. X, octubre de 1992
, p. 315.
Amparo directo 232/92. Vase GSJF, nmero 86-2, p. 19, tesis por contradiccin P./J.2/
95. Primer Tribunal Colegiado del Dcimo Noveno Circuito, SJFG9, t. IV, septiembre
de 1996, p. 632, tesis: XIX.1o.3 K, improcedencia 269/96.
EL DERECHO DE PETICIN
153
de eliminar la desconfianza que pueda darse entre el peticionario y el rga- no o
servidor al que se dirige. No me resisto a transcribir la idea que plantea Gonzle
z Prez a este respecto:
La aplicacin del principio de la buena fe permitir al administrado recobrar la con
fianza en que la administracin no va a exigir ms de lo que estricta- mente sea nec
esario para la realizacin de los fines pblicos que en cada caso concreto persiga.
Y en que no le va a ser exigido en el lugar, en el momento ni en la forma ms inad
ecuados, en atencin a sus circunstancias personales y sociales, y a las propias n
ecesidades pblicas. Confianza, leg- tima confianza de que no se le va a imponer un
a prestacin cuando slo superando dificultades extraordinarias podr ser cumplida. Ni
en un lugar en que, razonablemente, no caba esperar. Ni antes de que lo exijan l
os inte- reses pblicos, ni cuando ya no era concebible el ejercicio de la potesta
d administrativa. Confianza en fin, en que en el procedimiento para dictar el ac
to que dar lugar a las relaciones entre administracin y administrado no va a adopt
ar una conducta confusa y equvoca que ms tarde permita eludir o tergiversar sus ob
ligaciones. Y en que los actos van a ser respetados en tanto no exijan su anulac
in los intereses pblicos.
La aplicacin del principio de la buena fe, por otra parte, comportar la confianza
de la administracin en que el administrado que con ella se rela- ciona va a adopt
ar un comportamiento leal en la fase de constitucin de las relaciones, en el ejer
cicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus obli- gaciones frente a la pro
pia administracin y frente a otros administrados. Como ha dicho Sanz Moreno, la b
uena fe de la administracin frente al ciuda- dano consiste en la confianza de que
los que destacan la afirmacin de lealtad hacia el Estado o comunidad poltica que o
torga este estatus, el pago de impuestos y el servicio militar.259
En nuestro ordenamiento constitucional, el artculo 34 seala que son ciudadanos los
varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, renan adems los siguient
es requisitos: haber cumplido 18 aos y tener un
258 Witker, Jorge, Derechos de los extranjeros, Mxico, Cmara de Diputados, UNAM,
2000, p. 3.
259 Voz ciudadana, Enciclopedia Multimedia Micronet, edicin clsica 2001, http://
www.micronet.es.
EL DERECHO DE PETICIN
157
modo honesto de vivir. Las prerrogativas de tal condicin se expresan en el artculo
35, entre las que destacan: votar en las elecciones populares; poder ser votado
para todos los cargos de eleccin popular y nombrado para cual- quier otro empleo
o comisin teniendo las calidades que establezca la ley; asociarse libre y pacfica
mente para tomar parte en los asuntos polticos del pas; y ejercer en toda clase de
negocios el derecho de peticin. En el 36 se describen las obligaciones del ciuda
dano, y el 38 seala los supuestos en que los derechos o prerrogativas de los ciud
adanos se suspenden, entre los que destacan: por estar sujeto a un proceso crimi
nal por delito que merezca pena corporal, a contar desde la fecha del auto de fo
rmal prisin; durante la extincin de una pena corporal; por estar prfugo de la justi
cia, desde que se dicte la orden de aprehensin hasta que prescriba la accin penal;
y por sentencia ejecutoria que imponga como pena esa suspensin.
En la lectura atenta del artculo 35, pareciera que el ejercicio del derecho
de peticin queda reservado al ciudadano mexicano. Sin embargo, creemos que lo que
debe entenderse es que nicamente se reafirma en forma general el derecho de peti
cin en materia poltica, dado que una lectura reflexiva del contenido de las prerro
gativas nos arrojar como resultado que todas tienen una ndole cvica, un contenido p
oltico. Si en el 8o. se limita el ejercicio de peticin y se reconoce slo a los ciud
adanos mexicanos, el 35 reafirma tal limitacin y establece como prerrogativa de l
os ciudadanos mexicanos el ejercicio del derecho de peticin en toda clase de nego
cios.
Debemos recordar que el texto constitucional es tajante al sealar en su
numeral 33 que los extranjeros no podrn de ninguna manera inmiscuirse en los asun
tos polticos del pas. Este mismo principio ha quedado plasma- do en diversos instr
umentos internacionales de los que Mxico es parte.260
La limitacin opera claramente en materia poltica y la doctrina se ha inclinado por
considerar lo poltico, lo cvico, como todo aquello que tenga relacin con los proce
sos de eleccin de autoridades, formacin y funcio- namiento de partidos polticos y o
rganizaciones que pretendan influir en la toma de decisiones por parte del poder
pblico. Se ha considerado den- tro de lo que puede entenderse como materia poltic
a lo relativo a los pro- cesos de formacin de leyes y la adopcin de medidas ejecut
ivas que corres260 Por ejemplo, en la Convencin sobre condiciones de los extranjeros (DOF, 20
de agosto de 1931) se estableca que los extranjeros no deban inmiscuirse en las ac
tividades polticas privativas de los ciudadanos del pas en que se encuentre, si lo
hacan, quedaban sujetos a las sanciones previstas legalmente.
158
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
pondan a las facultades discrecionales del presidente de la Repblica, sin embargo
, en nuestra opinin, esto es discutible.
Witker ha sealado que los derechos polticos, es decir aquellos reser- vados a quie
nes cumplen con la calidad de ciudadanos, les faculta para participar en la toma
de decisiones relativas al gobierno de su pas (cues- tiones polticas), ya sea en l
261
Witker, Jorge, op. cit., nota 258, p. 26.
262
Hemos revisado que en ningn momento los reclusos pierden el derecho a diri
gir
peticiones. En trminos limitativos as lo sealan las Reglas Mnimas para el Tratamient
o de los Reclusos, adoptadas en Ginebra en 1955 y el Conjunto de Principios para
la Protec- cin de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detencin o Pr
isin adopta- do por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1988. Considera
mos que en forma extensiva el recluso puede enviar peticiones a los representant
es legislativos con alguna peticin que est referida a una nueva legislacin penitenc
iaria.
Se ha sealado que la proteccin dispensada a los internos en virtud de su situacin d
e encierro se traduce en derechos internos preventivos e internos ejecutivos. En
el segundo grupo se ubican los derechos de comunicacin con el exterior, as como e
l acceso a instan- cias internas o externas. Pelez Ferrusca, Mercedes, Derechos d
e los internos del sistema penitenciario mexicano, Mxico, Cmara de Diputados, UNAM
, 2000, p. 10.
263 Y para muestra basta revisar la Ley para la Proteccin de los Derechos de Nia
s, Nios y Adolescentes que en sus artculos 30, 32, 38, 39 40, 41 y 42 establece me
canismos
de participacin de estos sectores de la poblacin. Destacan las siguientes disposic
iones:
Artculo 39. Nias, nios y adolescentes tienen derecho a ejercer sus capacidades de o
pinin,
anlisis, crtica y de presentar propuestas en todos los mbitos en los que viven, trte
se de familia, escuela, sociedad o cualquier otro, sin ms limitaciones que las qu
e establezca la Constitucin y dicte el respeto de los derechos de terceros. Artcul
o 41. El derecho a expre- sar opinin implica que se les tome su parecer respecto
de: A. Los asuntos que los afecten y el contenido de las resoluciones que les co
nciernen. B. Que se escuchen y tomen en cuenta sus opiniones y propuestas respec
to a los asuntos de su familia o comunidad.
EL DERECHO DE PETICIN
159
Pero en todo caso, la limitacin constitucional no debe entenderse tajan- temente,
en el sentido de no permitir el ejercicio del derecho de peticin, ni el de sosla
yar el derecho de respuesta que asiste al peticionario, aun en aquellos asuntos
de ndole cvica. As lo considera el siguiente criterio ju- risprudencial:
PETICIN, DERECHO DE. TAMBIN EN MATERIA POLTICA PROCEDE. El artculo 8o. constituciona
l establece en su primer prrafo: Los funcionarios y emplea- dos pblicos, respetarn e
l ejercicio del derecho de peticin, siempre que ste se formule por escrito, de man
era pacfica y respetuosa; pero en materia poltica slo podrn hacer uso de ese derecho
los ciudadanos de la Repbli- ca. Conforme al precepto en comento, la nica excepcin
que se consigna, es la de que en materia poltica sean solamente los ciudadanos de
la Rep- blica Mexicana quienes podrn ejercer el derecho de peticin. Por tanto, si
a las autoridades sealadas como responsables en la demanda de amparo se les atrib
uye no haber dado respuesta a las solicitudes planteadas, y pese a que puede con
siderarse que encierren aspectos polticos as como las posibles respuestas, tal hipt
esis no queda excluida en el precepto constitucional; por ende, es incorrecto qu
e el a quo haya desechado, por notoriamente improce- dente, la demanda de amparo
por estimar que la no respuesta reclamada encierra derechos polticos y respecto
de los cuales, la autoridad judicial no debe intervenir.264
Es interesante encontrar que lo que se establece en este criterio es la certeza
de que, aun tratndose de cuestiones que encierran cuestiones pol- ticas, el petici
onario tendr siempre derecho a obtener una respuesta al ejercer el derecho de pet
icin. Es decir, ciertamente se limita el derecho de peti- cin en materia poltica, p
ero la limitacin se refiere principalmente al con- tenido de la respuesta y no al
ejercicio mismo del derecho de peticin, tal y como lo deduce el Segundo Tribunal
Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito en el criterio anterior
.
Esto resulta importante si revisamos la doctrina, misma que ha sostenido que en
los supuestos en que el derecho de peticin en materia poltica sea ejercitado por m
enores de edad o por ciudadanos extranjeros, no existe un derecho de respuesta.
As, Andrade Snchez al comentar el artculo 8o. constitucional ha sealado:
264 Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito,
SJF7, t.
205-216, sexta parte, p. 359.
160
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
Si un extranjero o un menor de edad formularan una peticin a la que no tienen der
echo por carecer de ciudadana, no incurren, por ese solo hecho, en una violacin a
la ley, pero la autoridad no est obligada a responder. Eventualmente, la intromis
in a los asuntos polticos del pas por parte de los extranjeros podra dar lugar a la
aplicacin de sanciones legales o la expulsin basada en el artculo 33 de la propia C
onstitucin.265
Consideramos entonces que la limitacin constitucional debe entender- se como una
disposicin disuasoria que justifica en todo caso que el acuer- do que recaiga a l
a peticin tenga por objeto la comprobacin de la calidad especfica de ciudadano al p
eticionario, a efecto de mejor proveer a la satis- faccin o cumplimiento de la pe
ticin hecha. El texto constitucional al es- tablecer la limitacin en materia poltic
a nicamente expresa el nimo del constituyente, por la satisfaccin de las peticiones
que provengan de ciuda- danos mexicanos, pero ello no implica la prohibicin de e
jercitar el derecho de peticin ante las autoridades de ndole poltica. As, la idea ex
presada por Andrade Snchez es un poco desacertada: el rgano pblico debe res- ponder
siempre, no hay posibilidad legal de que la obligacin desaparezca; el derecho de
respuesta siempre se garantiza por la Constitucin, hasta en tales casos. Sin emb
argo, tal afirmacin debe verse matizada por la inter- pretacin en contrario que da
la Segunda Sala en el siguiente criterio:
ELECCIONES PARA DIPUTADOS FEDERALES, LA FALTA DE CONTESTACIN A LA SOLICI- TUD DE
NULIDAD DE, NO DA LUGAR AL AMPARO. Es correcta la decisin del Juez de Distrito re
spectivo que tuvo por no interpuesta la demanda de amparo, por estimarlo improce
dente, si fue promovido contra la Cmara de Diputados del Congreso de la Unin, en f
unciones de Colegio Electoral, por no haber contestado el memorial del quejoso,
solicitando se declararan nulas las elec- ciones para diputado al Congreso Feder
al, por un distrito; pues aunque dicho quejoso manifiesta en su demanda, que no
se queja de violaciones de derechos polticos, sino de la del derecho de peticin, g
arantizado por el artculo 8o. de la Constitucin Federal, y en su escrito de revisin
, sostiene que para que el amparo sea procedente, segn la fraccin VII, del artculo
73, de la ley orgnica relativa, se necesita que se trate de una resolucin o declaracin del Colegio Electoral, en materia de elecciones, de all se infiere que el a
mparo es procedente contra una resolucin o declaracin de un Colegio
265 Comentario al artculo 8o. constitucional, Derechos del pueblo mexicano. Mxic
o a travs de sus Constituciones, pp. 905-909.
EL DERECHO DE PETICIN
161
Electoral que no sea en materia de elecciones; y que mucho ms clara apare- ce la
procedencia del juicio de garantas, cuando, como en el caso, no se promueve contr
a resolucin o declaracin del Colegio Electoral, sino sim- ple y sencillamente cont
ra el hecho de no haber acordado el ocurso del que- joso, ni menos notificado el
acuerdo; porque hay que considerar que al ha- ber solicitado el quejoso aquella
nulidad de elecciones, no cabe duda de que ejercit un derecho esencialmente polti
co, y la omisin en dar respuesta a esa solicitud no es ms que un acto derivado del
ejercicio de ese derecho, y tiene aplicacin la jurisprudencia de la corte que di
ce que la violacin de derechos polticos no da lugar al amparo, porque no se trata
de violacin de garantas individuales; pues si la proteccin federal se pide contra a
ctos de un Colegio Electoral, en ejercicio de funciones polticas, como es no cont
estar a una solicitud para que hiciera una declaracin relacionada direc- ta y exc
lusivamente con la realizacin de derechos de la misma ndole, es notoria e indudabl
e la improcedencia de la demanda de garantas.266
Finalmente, hay que sealar que el nico criterio en que se ha dado el sealamiento de
que el derecho de peticin est relacionado con el carcter de ciudadano del peticion
ario, lo emiti en mayo de 1996 el Segundo Tri- bunal Colegiado del Dcimo Octavo Ci
rcuito:
MINISTERIO PBLICO. EST OBLIGADO A NOTIFICAR EL NO EJERCICIO DE LA ACCIN PENAL. Si e
l representante de la sociedad omite notificar al ofendido su de- terminacin de n
o ejercitar la accin penal, incurre en violacin a lo precep- tuado en el artculo 8o
. constitucional; lo anterior, no es ms que el recono- cimiento al derecho del ci
udadano de que se le haga saber el acuerdo recado a su solicitud de procuracin de
justicia; sin que esto signifique injerencia alguna al monopolio de la accin pena
l.267
Consideramos que se trata de un uso desafortunado del trmino ciuda- dano, dado qu
e se trata de la nica referencia que se encuentra en la juris- prudencia nacional
. Adems como hemos mencionado debe atenderse a que la universalizacin que hace el
artculo 1o. constitucional es suficiente criterio para considerar que el ejercici
o del derecho de peticin, salvo el relativo a la materia cvica, no corresponde nica
mente a los ciudadanos
ta, mismo que se encuentra reservado, conforme al ar- tculo 1o., a todos los habi
tantes de los Estados Unidos Mexicanos.
Esta prctica es muy comn en los supuestos en que se solicita una visa
o permiso para entrar en territorio nacional. El principio es simple: se reci- b
en solicitudes, pero en ningn momento se expide al peticionario constan- cia de r
ecibo de la misma, con el resultado de que si el peticionario no tiene constanci
a de que se le ha negado la aceptacin de una solicitud de visado, tampoco puede i
niciar el juicio constitucional por vulneracin o acudir en el recurso administrat
ivo que proceda.
Por supuesto, tal excepcin no se entiende en los supuestos en los que se
trata de ejercer bajo la forma de una peticin, el derecho a la administracin de ju
sticia. Tal postura la podemos derivar de la decisin del Tribunal Co- legiado en
materia penal del Primer Circuito que en noviembre de 1971 seal:
GARANTAS INDIVIDUALES, GOCE DE LAS, POR TODOS LOS QUE CAEN BAJO LA ESFERA JURDICA
DEL ESTADO MEXICANO AUN CUANDO SE ENCUENTREN EN TERRITORIO EX- TRANJERO. PROCEDE
NCIA DEL AMPARO. De conformidad con el artculo 1o. cons- titucional, en los Estad
os Unidos Mexicanos todo individuo gozar de las garantas que otorga la Constitucin.
Sostener que una demanda de amparo debe desecharse porque fue presentada cuando
se encontraba el quejoso en territorio extranjero, es interpretar el mencionado
precepto constitucional con un criterio fsico-geogrfico, lo cual es equivocado, p
ues la correcta interpretacin de la ley fundamental debe descansar en un criterio
jurdico. De acuerdo con este ltimo, cuando una persona por cualquier razn cae dent
ro de la esfera jurdica del Estado mexicano, de manera tal que los actos emanados
del mismo producen efectos jurdicos en la persona o en su patri- monio y ella lo
s estima atentatorios de las garantas individuales, tiene dereEL DERECHO DE PETICIN
163
cho a combatirlos mediante la va consagrada por la misma Constitucin, aunque fsicam
ente su persona no se encuentre dentro del territorio nacio- nal. La postura con
traria se opone al espritu mismo de la carta magna, que consagrando la dignidad d
el individuo trata de protegerla, mediante el juicio de amparo, contra la arbitr
ariedad estatal. As constituye aberrante contradic- cin pretender, por una parte,
que los actos del Estado mexicano engendran consecuencias jurdicas en relacin con
un individuo y por la otra impedir que ste los impugne con los medios que el mism
o Estado ha establecido con vista a cumplir, en beneficio de los particulares, u
na tarea de autocontrol.268
b) Los mexicanos269 en cualquier caso gozarn tanto del derecho de pe- ticin como d
el de respuesta ante los funcionarios o servidores pblicos adscritos a representa
ciones mexicanas en el exterior.
Las interpretaciones hasta aqu revisadas pueden concretarse en la afirmacin de que en el sistema jurdico mexicano el ejercicio de un derecho de peticin s
e extiende universalmente a todos los individuos, con la ex- cepcin de la materia
poltica, que se reserva a los ciudadanos mexicanos.
En todo caso, seguimos a Garca Cuadrado cuando afirma que
las legislaciones que reconocen el derecho de peticin nicamente a los nacio- nales
es porque lo consideran como forma de participacin poltica del ciuda- dano, como
modalidad del derecho a la participacin, quiz porque se da por sobreentendido el d
erecho a no ser perseguido por las peticiones realizadas a los poderes pblicos co
mo una simple concrecin de la libertad de opinin.270
Aunque habramos de matizar la utilizacin de los conceptos nacionales y
ciudadanos, que plantean figuras cercanas pero jurdicamente diferenciadas.
268 Tribunal Colegiado en materia penal del Primer Circuito, SJF7, t. 35, sext
a parte, p. 37.
269 Y en nuestra opinin, esta expresin debe comprender tanto a quienes son ciuda
da- nos y adems a quienes posean la calidad de mexicanos sin ser ciudadanos. Sobr
e la crtica entre la utilizacin del vocablo ciudadano y no el de mexicano o nacion
al, se ha expresado:
...se critica el que el artculo 8o. hable de que en estos casos slo puedan hacer us
o del derecho los ciudadanos, en vez de utilizar el trmino de nacionales, que es co
ntrapuesto al de extranjeros. Pero la observacin no es justa, ya que el inters en ma
teria poltica slo
puede existir en los titulares de derechos polticos, y es bien sabido que stos cor
responden al ciudadano y no al nacional, habiendo nacionales como son el menor de
edad y el que tiene suspendidos sus derechos polticos, que carecen de los derecho
s que examinamos
correspondientes nicamente a los ciudadanos. Castro, Juventino V., op. cit., nota
20, p. 106.
270
Garca Cuadrado, Antonio, op. cit., nota 9, p. 148.
164
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
VII. LA PETICIN HECHA POR CORREO ELECTRNICO
Puede advertirse que en la actualidad muchos rganos estatales presen- tan informa
cin sobre sus actividades en pginas web271 y a la vez exhiben las direcciones elec
trnicas a las que los usuarios pueden hacer llegar co- mentarios, aclaraciones o
peticiones. Este fenmeno, reciente en la praxis poltica y administrativa, plantea
serias interrogantes en relacin con el correcto funcionamiento de las institucion
es en estudio.
Por cuanto hace al derecho de peticin ser preciso determinar cundo
efectivamente debe considerarse que quien presenta una peticin es real- mente qui
en dice ser. En este supuesto, debe atenderse que la multiplicidad de ofertas de
servicios gratuitos en Internet permiten que cualquiera pueda obtener una cuent
a de correo electrnico utilizando el nombre o datos que ms le interesen.272
Ciertamente la funcin pblica goza de un principio de buena fe, y otro tanto supone
la actuacin de los gobernados. Sin embargo, la bondad de tales principios queda
entredicha cuando nos percatamos de que en ocasio- nes los peticionarios actan en
perjuicio evidente de tales presupuestos. Caso distinto ser el supuesto de notif
icacin por esta va electrnica del acuerdo recado a la peticin, y que revisaremos en e
l siguiente apartado dedicado al derecho de respuesta.
Mientras en otras latitudes los rganos o servidores pblicos tienen una probada prct
ica en la presentacin de peticiones en va electrnica, en nuestro pas an deben perfecc
ionarse algunos tpicos. Seguramente en un futuro prximo las comunicaciones electrni
cas otorgarn un estado de
271 La voz web es abreviatura de world wide web, y es definido como un sistema
lgico de acceso y bsqueda de la informacin disponible en Internet, cuyas unidades
informati- vas son las pginas web, documentos interconectados creados por un usua
rio de Internet y accesibles a todos los dems. Fue creado en Suiza por investigad
ores del CERN (Centre Europen de la Recherche Nuclaire) al investigar un sistema d
e hipertexto e hipermedia.
La Internet (International Net) se define como la red informtica de computadoras
que se conectan entre s en un mbito mundial para participar de informacin (servicio
s de noticias, correo electrnico, transferencia de ficheros, etctera). Es conocida como red
de redes.
Para una visita a las pginas de las dependencias e instituciones mexicanas se rec
omienda
el uso del portal del Instituto de Investigaciones Jurdicas de la Universidad Nac
ional Autno- ma de Mxico, uno de los ms completos y actualizados del pas: http://www
.juridicas.unam.mx
272 Para muestra basta acudir a cualquier pgina de las que ofertan cuentas de c
orreo
electrnico gratuitas y abrir una con los ms variados datos, sin mayor restriccin qu
e aqullas que pudieran derivarse del uso de ciertos elementos tipogrficos o la pre
via utiliza- cin del nombre con que pretende abrirse la nueva cuenta.
EL DERECHO DE PETICIN
165
certidumbre total, derivado del uso cada vez ms generalizado de la firma electrnic
a y del uso de elementos personales en las comunicaciones.273 Sin
273
La utilizacin del correo electrnico en la actividad jurisdiccional ha sido
probada por la reciente admisin de un amparo por el Tribunal Supremo de Justicia
de Venezuela, solicitado por el retraso excesivo de la Sala Poltico-Administrativ
a del mximo rgano jurisdiccional del pas en decidir sobre unos expedientes. La nota
informativa, del 29 de abril de 2001, seala: Para sorpresa de muchos, el TSJ acep
t la solicitud, aunque poste- riormente la desech por no haber sido ratificada dent
ro de los tres das siguientes a la fecha de interposicin de la solicitud electrnica
, conforme lo dispone el artculo 16 de la Ley Orgnica de Amparo sobre Derechos y G
arantas Constitucionales, segn reza la senten- cia. En opinin de juristas consultados
, esta situacin pudo ser posible por la modifica- cin del Cdigo de Procedimiento Civ
il, en el que se aplica una definicin de documento (sustento en el que se entrega
n las pruebas en los juicios) que es bastante amplia. Con este sistema, cualquier
medio puede servir de prueba, y esto incluye a los faxes, las fotos, mate- rial
es audiovisuales y las nuevas tecnologas como Internet. Consulta en la pgina http://
noticias.eluniversal.com/2001/04/29/29607AA.shtml
La sentencia 523, del 9 de abril de 2001, dictada por la Sala Constitucional seal
a: Mediante correo electrnico dirigido en fecha 9 de julio de 2000 a la pgina web d
e Internet
de este Tribunal Supremo de Justicia, el ciudadano Oswaldo lvarez, titular de la
cdula de
identidad nmero 4.454.621, actuando en su propio nombre, ejerci accin de amparo con
stitucional por la omisin de pronunciamiento respecto a dos expedientes que cursan
ante este alto tribunal, siendo el primero de ellos llevado ante la Sala Poltico
Administrativa bajo el nmero 13.765 y el segundo, llevado ante la Sala Plena baj
o el nmero 843, por la supuesta violacin de su derecho de peticin. // El 3 de agost
o de 2000, se dio cuenta en sala del presente expediente y se design ponente al m
agistrado Ivn Rincn Urdaneta, quien con tal carcter suscribe el presente fallo. // n
ico // Esta sala por interpretacin progresiva del artculo 16 de la Ley Orgnica de A
mparo sobre Derechos y Garantas Constitucionales admite que, dentro del medio tel
egrfico a que hace alusin dicho articulado, est incluido el Internet como medio pos
ible de interposicin de la peticin de amparo constitucional, limitndola a casos de
urgencia y a su ratificacin, personal o mediante apoderado, dentro de los tres (3
) das siguientes a su recepcin. Ello es as con el fin de no limitar el derecho al a
cceso a la justicia del accionante, por constituir no slo un hecho notorio la exi
stencia del Internet como medio novedoso y efectivo de transmisin electrnica de co
municacin, sino que, adems, dicho medio se encuentra regulado en el ordenamiento j
urdico venezo- lano por el reciente Decreto Ley nm. 1204 sobre Mensajes de Datos y
Firmas Electrni- cas, publicado en la Gaceta Oficial de la Repblica de Venezuela,
nm. 37.148 del 28 de febrero de 2001, en donde se le da inclusive valor probator
io a dichas transmisiones. // Ahora bien, reza el artculo 16 de la Ley Orgnica de
Amparo sobre Derechos y Garantas Constitucionales: // La accin de amparo es gratuit
a por excelencia. Para su tramitacin no se emplear papel sellado ni estampillas y
en caso de urgencia podr interponerse por va telegrfica. De ser as, deber ser ratific
ada personalmente o mediante apoderado dentro de los tres (3) das siguientes. Tam
bin procede su ejercicio en forma verbal y, en tal caso, el juez deber recogerla e
n un acta (subrayado aadido). // Ahora bien, visto que no consta en autos que la a
ccin de amparo a que se ha hecho referencia y que fuere inter- puesta por va de In
ternet haya sido ratificada en la forma prevista en la norma supra transcrita, n
i tempestivamente ni fuera del lapso prescrito al efecto, la precitada solicitud
debe decla- rarse inadmisible, y as se decide. // Decisin // En razn de lo antes e
xpuesto, esta Sala
166
embargo, la posibilidad de que en la actualidad se haga una peticin por este medi
o no debe entenderse como obstculo al respeto que le merece al rgano o servidor pbl
ico en trminos del precepto constitucional. No puede alegarse esta incertidumbre
en cuanto a la identidad del peticiona- rio, pues la respuesta puede evidenciar
la necesidad de que el peticionario se identifique a satisfaccin o en su defecto
acuda personalmente para concretar el contenido de la peticin. Es decir que el ac
uerdo puede ser vlidamente dado a conocer sin que represente mayor perjuicio para
la funcin pblica. Debe recordarse que en algunos supuestos el ejercicio del derec
ho de peticin o la respuesta del rgano o servidor pblico determi- nan temporalmente
el ejercicio de acciones de ndole jurisdiccional, y la solucin que se pretende da
r a las comunicaciones electrnicas choca con tales supuestos. Cmo garantizar seguri
dad jurdica a los involucrados? Los tribunales pronto empezarn a conocer de litigi
os que tengan tales ca- ractersticas y habrn de inclinarse por alguna solucin, aqu,
como en muchos mbitos jurdicos se hace camino al andar.274
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombr
e de la Repblica por autoridad de la ley, declara inadmisible la accin de amparo c
onstitucional interpuesta por el ciudadano Oswaldo lvarez, por la omisin de pronun
ciamiento respecto a dos expedientes que cursan ante la Sala Poltico Administrati
va y Sala Plena de este alto tribunal. // Publquese y regstrese. Archvese el expedi
ente. // Dada, firmada y sellada en el Saln de Despacho de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, a los 09 das del mes de marzo del ao dos mil un
o. Aos: 190 de la Independencia y 142 de la Federa- cin. // El presidente-ponente, /
/ Ivn Rincn Urdaneta // El vicepresidente, // Jess Eduar- do Cabrera Romero // Jos M
anuel Delgado Ocando // magistrado // Antonio Garca Garca
// magistrado // Pedro Rondn Haaz. // magistrado // El secretario, // Jos Leonardo
Requena
// Exp. 00-2317. Tomado de http://www.tsj.gov.ve/Decisiones/scon/Abril/523-09040
1-002317%20.htm
274 Internet brinda oportunidades nicas para acercar los rganos y servidores pbli
cos a los ciudadanos, y no tan slo a ellos sino a todos los que accedan a las pgin
as web. En ellas las entidades pblicas pueden transmitir informacin sobre sus acti
vidades; pueden contar con foros de discusin para escuchar las opiniones de la po
blacin; crear listas de suscrip- cin con temas de inters que transmitan con mayor f
acilidad los avances de las instituciones del Estado; y ms interesante todava, permitiran realizar operaciones como pagos
de
tasas, aranceles y otros tributos, as como solicitar informacin de las institucion
es. Eso sin contar el desarrollo de los derechos polticos: sufragio o derecho de
iniciativa legislativa. En los Estados Unidos de Amrica, el vicepresidente Al Gor
e anunci la puesta en marcha de dos proyectos: uno denominado directiva E-Governm
ent que pretende acercar toda la infor- macin gubernamental a los ciudadanos a tr
avs de Internet. El segundo es la directiva E- Society que busca mejorar la vida
y educacin de los ciudadanos mediante el uso de la red.
Tampoco debe soslayarse la denominada Declaracin de Derechos de Internet, aprobada en diciembre de 1999 por la Comisin de Redes Informticas del Senado Espaol, tam
EL DERECHO DE PETICIN
167
En Espaa, la Ley de Rgimen Jurdico de las Administraciones Pbli- cas y del Procedimi
ento Administrativo Comn seala en su artculo 45.2: Cuando sea compatible con los med
ios tcnicos de que dispongan las ad- ministraciones pblicas, los ciudadanos podrn r
elacionarse con ellas para ejercer sus derechos a travs de tcnicas y medios electrn
icos, informticos o telemticos con respecto de las garantas y requisitos previstos
en cada procedimiento.
El mismo ordenamiento establece que los procedimientos que se tra- miten y termi
medio).
Propsito o razn para escribir el mensaje (destacan entre las opcio- nes a escoger
: 1) felicitaciones o agradecimientos, 2) opinar a favor de una posicin, 3) opina
r en contra de una posicin, 4) ofrecer un co- mentario neutral, aviso o sugerenci
a, 5) preguntar acerca de una pol- tica administrativa, 6) extender una invitacin,
7) otro, y 8) hacer una propuesta).
Tema general del mensaje (las opciones a escoger son: 1) Agricultura, ganadera o
pesca, 2) Ambiente, 3) Asuntos indgenas, 4) Asuntos
EL DERECHO DE PETICIN
169
internacionales, 5) Defensa del consumidor, 6) Asuntos sociales, 7) Cien- cia y
tecnologa, 8) Comercio, 9) Comunicaciones, 10) Constitucin,
11) Crditos, 12) Cultura, 13) Defensa nacional, 14) e-Mxico, 15) Eco- noma, 16) Ter
cera edad, 17) Educacin, 18) Energa, 19) Gobierno,
20) Impuestos, 21) Justicia y crimen, 22) Juventud, 23) Legislacin,
24) Mexicanos en el extranjero, 25) Migrantes, 26) Mujer, 27) Seguro social (IMS
S), 28) Personas con discapacidad, 29) Salud, trabajo,
30) Transporte, 31) Tratados internacionales, 32) Vivienda, 33) Otro,
34) Denuncia de servidores pblicos, 35) Corrupcin, 36) Plan Nacio- nal de Desarrol
lo).
Afiliacin o carcter en que se escribe a la presidencia (a escoger entre: 1) Analista poltico(a), 2) Ciudadano(a), 3) Ciudadano(a) extran- jero(a), 3)
Ciudadano(a) mexicano(a) en el extranjero, 4) Empleado,
5) Estudiante de preparatoria o universidad, 6) Indgena, 7) Joven - menor
de 18 aos, 8) Jubilado(a), 9) Militar, 10) Persona de la tercera edad,
11) Profesional, 12) Propietario(a) de pequeo negocio, 13) Servidor(a)
pblico(a)).
Asunto principal del mensaje.
Texto del mensaje en menos de 10,000 caracteres.
Sin embargo, recalcamos que en estricto sentido no se consideran los mensajes re
cibidos por este medio como peticiones a tenor del contenido del artculo 8o. cons
titucional, sino simplemente como comunicaciones que no merecen la proteccin del
dispositivo constitucional.
En el caso de esta dependencia federal, su pgina web ofrece informa- cin sobre la
forma en que se puede hacer llegar una peticin ciudadana a la presidencia de la R
epblica:
a) Personalmente: acudiendo a las oficinas de la Coordinacin de Aten- cin Ciudada
na. Se seala que en tales oficinas se ofrece asesora y se puede entregar por escri
to una peticin.
b) Por comunicacin telefnica: con la Coordinacin de Atencin Ciudadana, podrs comentarnos tu solicitud por este medio y enviarla por fax.
c) Por correo tradicional: en cuyo caso deber dirigirse al titular del
Poder Ejecutivo o a la Coordinacin de Atencin Ciudadana.
d) En una manifestacin pblica: en tal supuesto se seala que deber acudir a ella un
representante de la Coordinacin de Atencin Ciuda170
EL DERECHO DE PETICIN EN MXICO
dana, y podr efectuarse la peticin de manera verbal y entregarla por escrito al re
presentante de esta coordinacin.
e) Por audiencia: ante la Coordinacin de Atencin Ciudadana. Para obtener una audi
encia es preciso solicitarla con anterioridad por al- guna de las vas ya citadas.
Vale agregar que para la presidencia de la Repblica, el derecho de peticin permite
solicitar a los funcionarios pblicos, de los poderes Ejecu- tivo, Legislativo y J
udicial atencin a cualquier asunto de su competencia y le garantiza al ciudadano
una respuesta por escrito a la brevedad. Asimis- mo, se expresa que el presidente
de la Repblica como jefe del Poder Ejecutivo, atiende tu peticin a travs de la Coor
dinacin de Atencin Ciu- dadana, quien te da respuesta y te informa de las gestione