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Leccin 24 y 25 La Virginidad y la Castidad

Autor: Marta Arrechea Harriet
Curso: Las 54 virtudes atacadas
Autora y asesora del curso: Marta Arrechea Harriet de Olivero
Leccin 24 y 25 La Virginidad y la Castidad
LA VIRGINIDAD
La virtud de la virginidad es una virtud especial, distinta y ms perfecta que la castidad que consiste en el propsito
firme de conservar perpetuamente la integridad de la carne por un motivo sobrenatural (1)
Dicho en otras palabras, es la persona que no ha tenido experiencia sexual, pero slo ser virtud cristiana cuando se
guarda por amor al Reino de los cielos. Est compuesta por dos aspectos, el fsico y el espiritual.
El aspecto fsico es cuando la persona no ha tenido ningn acto sexual. El aspecto espiritual es la resolucin de
abstenerse de todo acto sexual hasta el matrimonio o la vida consagrada y va ms all de la integridad corporal porque
es un acto de la voluntad. La virginidad es un estado natural. Se nace virgen, se debe crecer virgen y se puede vivir
virgen toda la vida. Se puede ser siempre virgen y feliz? Absolutamente. Ejercer la sexualidad no es obligatorio como
nos quieren hacer creer ahora.
La virginidad no es ignorancia, es pureza. Pureza fsica y espiritual, libremente elegida. Para ser virgen hay que saber
lo que yo protejo. La Santsima Virgen era virgen pero no ignorante. Saba que para concebir un hijo haca falta una
mujer y un varn. Por eso le contest al ngel en la Anunciacin: Cmo podr ser eso si yo no conozco varn. En
pocas ms cristianas la inocencia y la pureza tenan su espacio. Dios, los padres y todos los adultos que queran a la
infancia, la protegan. Es y fue desde siempre de orden natural el proteger la inocencia que implicaba pureza. Se
cuidaban hasta las conversaciones en la mesa, las imgenes, se vigilaban a las personas que estaban cerca de los
nios, evitando situaciones de peligro. An los adultos ms licenciosos y desordenados moralmente respetaban este
mbito sagrado de la inocencia de los nios. Hoy, la violencia pornogrfica es casi inmanejable porque nos bombardea
constantemente y penetra por ley an desde los mbitos de la educacin.
Las leyes que impulsan la educacin sexual obligatoria en los colegios desde la primaria estn hechas para pervertir la
pureza y arrasaran con la virginidad espiritual de millones de nios y adolescentes que tenan el derecho a no saber
a no presenciar actos sexuales en afiches y videos, a que no le bajaran el velo del misterio y de la pureza espiritual en
clases de pornografa que los incentivarn a perder luego la virginidad fsica desde la adolescencia, sin saber siquiera
que tenan derecho a conservarla .
Porque debemos recordar que para Dios, el acto sexual fue pensado para dos, varn y mujer, en completa intimidad.
Segn el plan natural y divino, el exponerlo y compartirlo con un tercero es, no slo inmoral, sino enfermo. A esto se
sumar adems, la exposicin de todas las perversiones sexuales que se les explicarn con la excusa de prevenirlos
de los abusos sexuales de los mayores. Imgenes perversas darn vueltas en sus tiernas cabezas con un mundo de
adultos que les es ajeno, que no les pertenece, que no les interesa, que los violenta, que los convulsionar de por vida,
(an cuando fueran nios normales y sanos). Nada puede llegar a compararse con el dao criminal que esta ley en
contra del derecho natural de los padres y de la ley divina har en nuestra Patria. Una hecatombe moral y espiritual en
la vida de millones de nios y adolescentes vendr despus.
Tenemos una naturaleza sexuada y est ordenada a la procreacin dentro del legtimo matrimonio. Hay que batallar
para conservar la virginidad y ser virtud cuando yo, libremente, elija defenderla para entregarla por amor en el
matrimonio, (y no perderla sin saber bien por qu ni con quin en el camino), o entregarla por amor a Dios,
conservndola para y por l en la vida consagrada. La virginidad debe compararse a la persona que se posee en
plenitud, as como un cntaro lleno de agua, que no se derrama, est listo para ser entregado. Las personas que tienen
vocacin al matrimonio tambin estn llamadas por Dios a permanecer vrgenes hasta casarse por el sexto
mandamiento: No cometer actos impuros. No es un mandamiento caprichoso, como no lo es ninguno. Dios sabe que
las pasiones obnubilan y manejan al hombre. Mientras que la persona se mantenga virgen ver con ms claridad, ser
ms libre para elegir y tomar un compromiso de por vida como es el matrimonio. Las relaciones prematrimoniales
estn mal en s mismas, y, si bien, no puede negarse que los novios se amen, s puede afirmarse que la relacin sexual
no es una manifestacin autntica del amor en esa etapa de sus vidas. Por qu? Fundamentalmente porque la
relacin sexual es la manifestacin plena y exclusiva de la conyugalidad, (la conyugalidad es la unin fsica, psquica
y espiritual entre personas de distinto sexo unidas en matrimonio indisoluble), y los novios carecen de la conyugalidad
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aunque se ordenen a ella y se estn preparando para ella. La relacin sexual es la manifestacin plena del amor
conyugal, porque es en ella en donde los esposos alcanzan la mxima unin fsica y, a travs de ella, fomentan la
mxima unidad afectiva y espiritual. All son una sola carne y mediante este acto tambin un solo espritu. Pero es
tambin la manifestacin exclusiva de la conyugalidad porque slo dentro del matrimonio es lcito realizar la sexualidad.
Por qu slo dentro del matrimonio? Por el lenguaje del cuerpo. El acto sexual es parte del lenguaje humano; tiene un
significado nico, irrepetible e irrenunciable; y lo que ese acto dice solo es verdad cuando hay de por medio un
compromiso matrimonial definitivo. Qu es lo que dice ese acto? Dice donacin total. Una donacin es total cuando
incluye:
Todo cuanto se tiene.
De modo exclusivo.
En el estado ms perfecto en que puede estar lo que se dona.
Para toda la vida.
Ahora bien, la donacin entre esposos es total cuando incluye todo cuanto se tiene (cuerpo, alma, afectividad, presente
y futuro); de modo exclusivo (es decir, a una sola persona con exclusin de todas las dems); en estado perfecto (no
disminuido o deteriorado, como ocurre cuando las capacidades han sido anuladas previamente por medio de
anticonceptivos o esterilizantes); para toda la vida, (lo cual es garantizado slo tras el compromiso pblico que se da en
el consentimiento matrimonial). Estos elementos slo pueden ser vividos en el matrimonio vlidamente celebrado.
En la relacin prematrimonial, en cambio: no se da todo lo que se tiene porque no ha dado todo quien an no ha
pronunciado pblicamente el s matrimonial ante la sociedad: no ha dado su futuro, no ha dado su nombre, no ha
dado su compromiso: de hecho el verdadero amor es un acto oblativo, un don total de s al otro; en cambio, en la
relacin sexual prematrimonial (y lo mismo se diga de la extramatrimonial) lo que prima psicolgicamente no es la
oblatividad sino la bsqueda egosta del placer: el otro no es aquel a quien se da sino aquello que se toma para uno.
No es exclusivo o al menos no es necesariamente exclusivo: pues la falta del compromiso matrimonial lleva muchas
veces a la ruptura del noviazgo, (incluso los ms serios), y a la instauracin de nuevos noviazgos; de este modo las
relaciones prematrimoniales se tienen con distintas mujeres o distintos hombres. No se da generalmente en el estado
ms perfecto las ms de las veces excluyen la prole; No es para toda la vida pues falta rubricarlo por el nico acto que
hace irretractable el compromiso, el cual es la celebracin vlida del matrimonio. (2) Esta costumbre tan inmoral y
hasta suicida (por el dao fsico y moral) al que se exponen los jvenes de convivir o tener relaciones ni bien se
conocen, (que ha impuesto y propagado la revolucin anticristiana), hace que las personas no lleguen ni siquiera a
conocerse. Se queman todas las etapas previas naturales.
El noviazgo es precisamente para conocerse, para compartir un proyecto de vida, para comunicarnos espiritualmente y
psquicamente. Debiera existir, en el noviazgo, una personalidad que me atrae por sus proyectos, por sus intereses, por
la manera en que resuelve las situaciones, por la forma en que toma las decisiones de su vida, por los principios que
defiende y por lo que se niega a s mismo. Es, primeramente, de toda esta personalidad que me atrae que yo me
enamoro. Las relaciones prematrimoniales detienen, cortan, interrumpen este proceso natural de conocerse que es
indispensable para proyectar formar una familia.
Las consecuencias de las relaciones prematrimoniales abarcan: en el orden biolgico (frigidez, lesbianismo u
homosexualidad por haber sufrido decepciones con el sexo opuesto). En el orden psicolgico crea temor. Como por lo
general las relaciones tienen lugar en la clandestinidad, crean un clima de temor: temor a ser descubiertos, temor a ser
traicionados despus, temor a la fecundacin, temor a la infamia social. Adems crea otra alteracin pasional que es el
temperamento celoso: la falta de vnculo legal hace siempre temer el abandono o desencanto del novio o la novia y la
bsqueda de satisfaccin en otra persona; de hecho no hay ningn vnculo que lo pueda impedir; por eso la vida sexual
prematrimonial engendra en los novios un clima de sistemtica sospecha de infidelidad. Da excesiva importancia al
sexo, al instinto sexual, al goce sexual. Esto produce un detrimento en las otras dimensiones del amor: la afectiva y la
espiritual. Normalmente esto resiente el mismo noviazgo y luego el matrimonio. Asimismo, esta centralizacin del amor
en el sexo frena el proceso de maduracin emocional e intelectual. (3)
El pecado contra el sexto mandamiento como pecado es igual para el hombre que para la mujer, slo que en la mujer
las consecuencias son ms graves. Nadie puede negar que en la prctica de las relaciones prematrimoniales quien
lleva la peor parte es la mujer. sta en efecto: pierde la virginidad; se siente esclavizada al novio que busca tener
relaciones cada vez con mayor frecuencia; no puede decirle que no, porque tiene miedo que l la deje, reprochndole
que ella ya no lo quiere; vive con gran angustia de que sus padres se enteren de sus relaciones; participa de las
molestias del acto matrimonial, sin tener la seguridad y la tranquilidad del matrimonio, vive en el temor de quedar
embarazada; si queda embarazada es presionada para que aborte por el novio que la deja sola ante los problemas del
embarazo, por familiares y amigos e incluso por instituciones internacionales, fundaciones y asociaciones que luchan
por la difusin del aborto en el mundo. (4)
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La naturaleza femenina est hecha de manera que la mujer en el acto sexual se involucra fsicamente (porque puede
quedar embarazada), psquicamente (porque quedar marcada para siempre por su primera relacin), afectivamente,
(porque puede enamorarse y ser abandonada) y espiritualmente (porque cometer un pecado mortal que
probablemente le har cometer muchos otros como mentir o abortar). En su naturaleza, segn fue creada, todo en ella
tiende a la interioridad, de ah que quede ms marcada. Ella lleva adems, la responsabilidad de transmitir la certeza
de la paternidad, de ah que para la mujer lo que ocurre en este plano tenga consecuencias mayores.
Todas las virtudes se conectan y, si bien la virginidad y la castidad no son las nicas, el saber conservar la pureza es
un entrenamiento para adquirir otras virtudes que nos harn dueos de nosotros mismos como la paciencia y la
tolerancia durante los aos de matrimonio. El no consentir en tener relaciones prematrimoniales ayuda a una futura
fidelidad; lo contrario puede ser un signo de infidelidad. La prudencia es la virtud que debe regir a la virtud del pudor
para cuidar a la virginidad, porque la prudencia detectar los peligros y evitar que ella se exponga a situaciones
peligrosas de pecado.
Los novios, en el tema de la pureza, tienen el mismo compromiso que los solteros, pero a muchos jvenes les han
hecho creer que la esencia del noviazgo es la convivencia o el andar colgados como ventosas. Una de las ms
funestas costumbres que se han ido imponiendo en el noviazgo, es la gran frecuencia con que se encuentran. Ello es
generalmente nocivo porque, muchas veces, hace perder frescura al amor, los somete a la rutina y va matando la
ilusin. En gran parte se debe a que los hombres nos hemos olvidado del sentido profundo de los ritos y del sentido
profundo de la fiesta. Sobre el primero escribe admirablemente Saint - Exupry:
- Hubiese sido mejor venir a la misma hora - dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzar a
ser feliz desde las tres. Cuanto ms avance la hora, ms feliz me sentir. A las cuatro me sentir agotado e inquieto:
descubrir el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabr a qu hora preparar mi coraznlos
ritos son necesarios. Qu es un rito?- dijo el principito.
- Es tambin algo demasiado olvidado - dijo el zorro -. Es lo que hace que un da sea diferente de los otros das; una
hora, de las otras horas. ..
Respecto de la fiesta, dice, tambin magistralmente Hans Wirtz: El hbito, la costumbre, es la escarcha del amor. Lo
que vemos, lo que omos y tenemos a diario, pierde su matiz de inusitado y raro, deleitoso. Al final llegamos a beberlo
sin apreciarlo, sin sentir su sabor, como si fuera agua. Los novios no pueden cometer mayor error que el estar juntos
con excesiva frecuencia. Cuanto ms escaso, tanto ms apreciado. Pensar siempre uno en el otro; anhelar
continuamente la presencia del otro, pero... estar juntos lo menos posible. El encuentro ha de ser siempre una fiesta. Y
no pueden celebrarse fiestas todos los das. Cmo aburren esos pretendientes de todos los das, a todo el resto de la
familia! Muchas veces se pierde la intimidad del hogar.(5)
En el orden social las relaciones prematrimoniales engendran casamientos apurados, precipitados. Disgustos y
humillaciones familiares. Abortos o hijos naturales que llegan al mundo sin las condiciones naturales a las cuales tenan
derecho para crecer en salud mental, psquica y espiritual que es en el seno de una familia estable con padre y madre.
La familia no fue pensada por Dios para solos y solas.
La revolucin anticristiana ha hecho de la corrupcin de las costumbres especialmente en materia sexual su bandera
preferida (donde Freud con su liberacin sexual trabaj y trabaja junto y para Marx subvirtiendo el orden natural),
porque el sexo es la parte por donde los jvenes caen con mayor facilidad. Las consecuencias de este derrumbe
muchas veces son un camino sin retorno. Los jvenes hoy en da son incitados a perder su virginidad de una manera
brutal y superficial, sin haberles permitido tan siquiera saber que tenan el derecho a conservarla.
Lo que el marxismo quiere destruir en realidad es la espiritualidad del sexo ya que la importancia del sexo no est slo
en la parte moral sino en toda la persona en su fase ms profunda: la espiritual. De la mano de la promiscuidad sexual
va la tumba del dilogo entre los jvenes, (que ya no intentan ni conocerse, ni profundizar en lo que piensan), la carga
de tensiones, nervios y preocupaciones que traen aparejados el temor constante del embarazo, las malas caras, las
peores contestaciones, la amenaza sobre la posibilidad de un aborto, las mentiras, las traiciones, la falta de propsitos
serios y objetivos claros a lograr en la vida, las frustraciones, los quiebres emocionales que llevan al alcoholismo, a las
drogas etc. Pero Satn, que odia al hombre, lo sabe y como lo que quiere es llevarlo a la infelicidad...
An dentro de nuestros hogares, a travs de la televisin, internet, libros y revistas, las imgenes de todo tipo de sexo
nos invaden y se nos imponen, nos alteran las conversaciones de las reuniones y comidas familiares. Se agravan con
lo que se lee, con lo que se mira, con los temas de conversaciones, con las modas totalmente provocativas que han
arrasado con el pudor, con el trato irrespetuoso con cualquiera, la excesiva familiaridad, con la falta de mortificacin en
la comida, en la bebida y las formas de divertirse. Se puede decir sin temor a exagerar que toda la propuesta moderna
de vida es totalmente revolucionaria y anticristiana.
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La virginidad en la vida consagrada y su valor nace porque la persona se priva de algo que es humanamente legtimo,
(como ejercer la sexualidad dentro del matrimonio), para ofrecerlo por algo superior, que es el amor incondicional e
indiviso a Dios. Es cuando la persona se enamora de Dios y decide libremente entregarle todo su ser, fsica y
espiritualmente. Los consagrados no renuncian al amor humano para quedarse vacos. Renuncian al amor humano
porque estn enamorados con un Amor Superior que sacia, que llama, que posee en exclusivo y que invita a una
milicia sobrenatural. La doctrina constante de la Iglesia sostiene que el sacerdote est revestido de un carcter sagrado
indeleble: T eres sacerdote para siempre. Y ante los ngeles y ante Dios continuar siendo sacerdote para toda la
eternidad. Esa condicin no se alterar nunca por ms que el sacerdote cuelgue la sotana, que lleve un pulver
colorado o que cometa los peores crmenes. El sacramento del orden sagrado lo modific en su naturaleza. Asimismo
el sacerdote, por las palabras que pronuncia en la Consagracin, hace descender a Dios a la tierra. El sacerdote tiene
una proximidad tal con Dios, ser espiritual, espritu ante todo, que es bueno, es justo y eminentemente conveniente que
tambin sea virgen y permanezca clibe. La naturaleza humana est hecha para la complementariedad, para
complementarse con el otro. De ah que, una persona renuncie a lo que es legtimo y que lo que complementa
naturalmente, (como el hombre a la mujer o la mujer al varn) por algo superior que es lo que da valor a esta eleccin.
Dios, que conoce la naturaleza humana, sabe que las mujeres consagradas podrn desposarse con Cristo, y a los
consagrados varones les puso a la Santsima Virgen como su Dama a venerar. Solamente quien lo valora puede
ofrecer semejante renuncia de por vida. Nuestro Seor en el Evangelio ya dijo que muy pocos lo entenderan: Hay
eunucos que se hicieron tales a s mismos por el Reino de los cielos. El que pueda entender que entienda. (Mat,
19,11). De ah que no sea un tema para todos, es una instancia superior de vida y no puede estar sujeta a discusiones
comunes ni vulgares. La Iglesia siempre consider el estado virginal superior al estado del matrimonio, porque el
estado virginal no slo habla de plenitud, de dominio de s, de seoro sobre la propia vida sino que todo esto se ofrece
para el mejor servicio a Jesucristo y a su Iglesia. El que no tiene un corazn dividido ac abajo, tiene mayores fuerzas
para entregarse a un amor divino.
Jess eligi tener a su lado y ofrecerle la distincin de recostarse sobre su pecho escuchando las palpitaciones de Su
corazn a Juan, el discpulo virgen, porque sera quien mejor penetrara en los secretos profundos de su alma, envuelta
esa noche en los misterios la tristeza, la desazn y el dolor de la traicin. Era l quien ms sintonizaba con el corazn
de Cristo, porque era el corazn ms puro, el del discpulo virgen.
Los fieles con fe sentimos que esto slo, esta ofrenda de la propia virginidad de por vida para dedicarse a extender el
Reino de los Cielos, constituye una de las perlas ms preciosas de la corona de la Esposa de Cristo y que han dado
mayor gloria a la Iglesia Catlica. Ha hecho que, durante siglos, los fieles nos inclinramos con respeto antes quienes
han sido capaces de hacerlo para vivir un estado superior de vida, para transmitirnos a Jesucristo, para que nosotros
entendiramos el Evangelio y nos salvsemos. Este caudal de gracias que atesoran los consagrados con sus votos, es
los que luego la Iglesia distribuye a los que las necesitan. Una persona virgen puede ser peor que una casada, menos
virtuosa, pero la experiencia ensea que los frutos espirituales producidos por los hombres y mujeres que han
renunciado a todo por amor a Dios y han permanecido vrgenes son superiores. En la antigedad, los paganos no
exigan a las vestales (doncellas romanas consagradas a la diosa Vesta) la virginidad de por vida y en el Antiguo
Testamento se exiga la virginidad hasta el matrimonio. La virginidad perpetua naci en el cristianismo y fue predicada
por Cristo con su propia vida. El lugar que Dios da a la virginidad est marcado por las primeras palabras que se
conocen de la Santsima Virgen en el Evangelio, en el momento ms trascendental para la historia de la humanidad, el
da de la Encarnacin del Hijo de Dios, que son un cntico a la virginidad: No conozco varn.
A la revolucin anticristiana hay que agregarle la claudicacin de gran parte del clero en las enseanzas firmes y claras
de la moral cristiana y de los mandamientos. A la confusin reinante en las mentes y en los corazones porque
desconocen el catecismo bsico y sus enseanzas, se suman en general la falta de sacramentos en los jvenes, (como
la confesin y la comunin) que les impide tener el alimento sobrenatural para combatir las tentaciones). A esto se
suma la falta de devocin a la Virgen y el sentido que tienen para la persona humana el defender los principios que
arman toda la arquitectura del orden moral que derivan de la ley de Dios.
Notas
(1) Teologa de la perfeccin cristiana. Rvdo P. Royo Marn. Editorial BAC. Pg 608.
(2) Los hizo varn y mujer. Miguel Angel Fuentes. V. E. Ediciones V. Encarnado. Pg. 11
(3) Los hizo varn y mujer. Miguel Angel Fuentes. V. E. Ediciones V. Encarnado. Pg 13.
(4) Los hizo varn y mujer. Miguel Angel Fuentes. V. E. Ediciones V. Encarnado. Pg. 14.
(5) El noviazgo catlico. Rev. Padre Carlos Miguel Buela. Revista Mikael N 15. Pg. 7

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LA CASTIDAD
La castidad es la virtud que robustece la voluntad para resistir las concupiscencias desordenadas muy vehementes
(1)
Dicho en otras palabras, es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual segn los principios de la ley
natural, de la ley de Dios y del respeto hacia el otro. Es el hbito de usar del sexo correctamente, moderando y
ordenando las apetencias sexuales para que sean razonables. La lujuria es el goce desordenado de las mismas,
separndolas de las finalidades de la procreacin y de la unin dentro del matrimonio, (nico mbito lcito de la
sexualidad segn la ley de Dios).
Por medio de la castidad, (hija de la templanza y de la fortaleza), la persona adquiere dominio de su sexualidad,
integrndola a una personalidad sana, equilibrada y madura y la prepara para el amor. La castidad no es la negacin de
lo sexual sino el dominio de s, de la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo al
desarrollo de la persona. Supone un esfuerzo que fortalece el carcter y la voluntad, entrena a la persona en el
sacrificio y el renunciamiento y forma su personalidad en el sentido del deber, purificando el amor y elevndolo,
aumentando la energa fsica y moral y dando mayor rendimiento a la persona en el deporte, en el trabajo y en el
estudio, preparndolo para el amor conyugal.
Es un trabajo eminentemente personal, e implica una educacin desde la niez a la cual toda persona tiene derecho.
En la vida hay que entrenarse a hacer esfuerzos cuando no hace falta para saber esforzarse cuando haga falta. El que
no aprende a privarse de lo lcito, no sabr privarse de lo ilcito cuando le sea necesario. Le faltar carcter, porque no
habr entrenado su espritu para el combate. La maduracin psicolgica es un trabajo de toda la vida. Consiste en
forjar una voluntad capaz de aferrarse al bien a pesar de las grandes dificultades. As como los padres se preocupan de
ayudar a sus hijos a lograr esta maduracin, tambin el novio debe ayudar a su novia, (y viceversa), y el esposo a su
esposa. El trabajo sobre la castidad es esencial para ello; porque es una de las principales fuentes de tentaciones para
el hombre; consecuentemente es uno de los principales terrenos donde se ejercita el dominio de s. Quien no trabaja en
esto no slo es un impuro sino que puede llegar a ser un hombre o una mujer despersonalizados, sin carcter. (2) Ya
vimos en su momento los planes de Dios respecto al hombre y a la mujer. Una vez creados a su imagen y semejanza,
hombre y mujer, y de unirlos en matrimonio, les da un encargo preciso: Creced y multiplicaos (Gn,1,28) revelndose
as el sentido, la finalidad, el por qu de la sexualidad humana. De la unin marital, del amor humano, nacen todas las
generaciones humanas. Este es el dato no solo biolgico, real, histrico, sino tambin revelado. Las cosas son as,
desde el hombre - desde la naturaleza- y desde Dios. Todo bautizado est llamado a la castidad. La castidad implica un
aprendizaje del dominio de s - obra que dura toda la vida y est orientada al don de s mismo- que es una pedagoga
de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por
ellas y se hace desgraciado. (3)
La castidad, (ayudada desde la infancia por la educacin de las virtudes menores de la modestia y del pudor en el
lenguaje, en la vestimenta y en los usos y costumbres de la vida diaria), tiene que ver con lo que se lee, con lo que se
ve, con lo que se habla, con lo que se ensea, con lo que se corrige y lo que no, sindonos necesaria en todos los
estados de la vida.
Los solteros estn llamados a practicar la castidad en la continencia mutua, rechazando cualquier placer sexual
desordenado y consentido, defendiendo y educando el propio corazn, ayudndose y cumpliendo el sexto
mandamiento: No cometer actos impuros y el noveno: No codiciar la mujer de tu prjimo. Los novios especialmente
deben abstenerse de las relaciones prematrimoniales como una preparacin para lograr la madurez y la castidad en el
matrimonio. Deben a su vez hablar profunda y seriamente estos temas durante el noviazgo, para que el matrimonio
despus no sea una guerra.
Me dirs: Estos mandamientos estn en sexto y noveno lugar, Son tan importantes?. Te contesto: Es verdad que
estn en el sexto y noveno lugar por razn de la gravedad de los mismos. Es ms grave la apostasa y la blasfemia que
la impureza. Pero tambin hay que leer los mandamientos de abajo para arriba, no atendiendo a la gravedad moral sino
al sustento, o al cimiento de los ms importantes. Los mandamientos que estn ubicados numricamente despus son
los que sostienen a los principales. No se da el orden sobrenatural sin el orden natural. No se dan, o se dan muertas,
las virtudes teologales sin las morales. (4)
Este combate tiene una raz de error profunda, como lo explica muy bien en las Cartas del diablo a su sobrino el
experimentado diablo a su inexperto sobrino para perder a las almas: Gran parte de la resistencia moderna a la
castidad procede de la creencia de que los hombres son propietarios de sus cuerpos... Es como si un infante a quien
su padre ha colocado, por cario, como gobernador de una gran provincia, bajo el mando de sabios consejeros, llegase
a imaginar que realmente son suyas las ciudades, los bosques y los maizales, del mismo modo que son suyos los
ladrillos del suelo de su cuarto. (5) Contrariamente a este concepto, la Iglesia ensea que los hombres son templos del
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Espritu Santo y deben tratarlo como tal. La educadora natural de la castidad debiera ser la familia. Pero la legislacin
del divorcio ha contribuido a debilitar el vnculo matrimonial y su consistencia social, alentando de hecho las conductas
de infidelidad. Los jvenes y hasta los nios son iniciados e impulsados a comportamientos erticos o sexuales
prematuros y perversos. La familia ha visto disminuida su autoridad y su capacidad formativa y educativa de las nuevas
generaciones por mltiples factores: laboral, social, econmico, legal, (recortes de la patria potestad y adelanto de la
mayora de edad), escolar, cultural. Los educadores sexuales son hoy, de hecho, los medios de comunicacin y hasta
la escuela, (laica y atea desde 1884 por la ley 1420 del gobierno de Roca), que quiere convencer a los padres de que
ellos no saben lo necesario para ensear a sus hijos y que deben delegar el ejercicio de ese derecho natural e
inalienable.
En cuestiones sexuales la adolescencia y preadolescencia son las edades de la curiosidad, ms que de la pasin, y
mucho menos del amor verdadero, que es el generoso, el amor que es capaz de olvidarse de s mismo para pensar y
buscar el bien del otro. El resultado de esto es que las relaciones prematrimoniales entre adolescentes no son actos de
amor, sino la mayor parte de las veces de curiosidad y de instrumentacin del otro a la bsqueda de s mismo, en la
que est embarcado el adolescente y el joven debido a su edad y al proceso de descubrimiento de s mismo. Son
tambin actos de irresponsabilidad respecto de su propio cuerpo, y del hijo que ya son capaces de engendrar, pero an
no son capaces de recibir ni de educar ni de sostener y sustentar. El que peca contra uno solo de los mandamientos
est, en realidad, pecando contra todos... As, por ejemplo, la joven que permite que se inflame la pasin de su novio,
contribuye a encenderla y por fin condesciende. As el novio que induce a su novia a mantener relaciones sexuales
prematrimoniales pretextando que debe darle una prueba de amor. Faltan directamente contra la virtud de la castidad y
contra el sexto mandamiento, pero tambin faltan, indirectamente, contra los dems mandamientos y virtudes.
Pecan contra la piedad familiar porque generan enormes sufrimientos a sus padres y familiares, pecan contra el quinto
mandamiento porque incitan a otros al pecado mortal, pecan contra la justicia porque arriesgan de traer al mundo una
criatura cuyo derecho natural de tener una familia estable con padre y madre no se respetar etc. (6) A veces, las
relaciones prematrimoniales dan amargos frutos, a largo plazo, dentro del matrimonio. Cuando surgen las tensiones y
conflictos de pareja, las relaciones sexuales mantenidas antes del matrimonio pueden ser fuente de rencores o
reproches. Unas veces puede ser ella la que le reprocha a l que le haya exigido la prueba de amor antes de tiempo.
Otras veces puede ser l quien reprocha a ella que se le entreg para atarlo. Con los aos, las semillas de mentira o de
insinceridad que se mezclaron con el trigo del noviazgo, crecen como cizaa que infecta la amistad matrimonial y
puede llegar a sofocarla.
Las relaciones sexuales entre adolescentes, a veces pberes, tienen lugar por curiosidad ms que por pasin, ni que
digamos por amor altruista. Otras veces el motivo es de orden social, para hacer lo que todos o para no ser el nico
que an no lo hizo. Hay, a esa edad, un uso o instrumentacin del otro y de su cuerpo. Y no siempre lo que se
averigua movido por la curiosidad, contribuye a hacer feliz. La promesa del conocimiento funciona aqu como tentacin,
a semejanza de la tentacin del paraso... la desilusin y las frustraciones de este tipo se mantienen en secreto,
mientras que la propaganda para inducir a los jvenes a las relaciones prematrimoniales, se bocinea. Los pedazos se
recogen en secreto o se barren bajo la alfombra. Para los que estn habituados a recoger los pedazos y enterrar a los
muertos, el mtico: est bien con tal de que sea por amor, hara rer si no fuese porque hace llorar. Y lo ms triste es
que ese mito lo repiten en forma irresponsable algunos padres, muchos educadores, religiosas y hasta sacerdotes en el
confesionario. No hay peores ciegos que los que no quieren ver. Y stos arrastran consigo a la fosa a los que guan y
pretenden conducir. ( 7)
Los casados. Las personas casadas tambin estn llamadas a vivir la castidad matrimonial usando correctamente el
sexo con su propio cnyuge, rechazando placeres sexuales individuales y con personas distintas del propio cnyuge.
El estado matrimonial no significa una patente de libre curso para relaciones egostas de lujuria de una parte o de
ambas. El matrimonio debe precisamente contribuir, por la gracia del sacramento, a curar la herida de la
concupiscencia en la naturaleza. Siendo el hombre el que padece ms fuertemente el embate del deseo sexual y ms
expuesto est a la lujuria, (tanto en el noviazgo como en el matrimonio), es la mujer la llamada a ayudarlo a lograr el
autodominio que lo hace verdaderamente hombre, y le permite integrar su personalidad de varn mediante la virtud de
la castidad. La regulacin de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad
responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el recurso a medios moralmente
reprobables, (la esterilizacin directa, la contracepcin). Aqu tiene su lugar la virtud de la castidad matrimonial que,
dominando la pasin, libra de la lujuria y profundiza an ms la amistad matrimonial. ( 8)
La prctica de la castidad nos har falta como entrenamiento ya que, en casos extremos de la vida tal vez nos tocar
vivir situaciones que nos sern impuestas, como una enfermedad o accidente de un cnyuge que lo confine a una silla
de ruedas y el otro deba permanecerle fiel en total abstinencia, por un viaje por motivos de trabajo en el caso de un
marino, aos de crcel etc.
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En los consagrados la virginidad o celibato apostlico es la manera de dedicarse a Dios slo con el corazn indiviso,
como la perla y una de las mayores glorias de la Iglesia Catlica, por parte de quienes estn dispuestos a ofrecerlo en
favor de una entrega superior a Jesucristo y a su misin en la Iglesia. Este lenguaje no puede someterse al comn de
los mortales ya que Nuestro Seor Jesucristo anunci en el Evangelio que slo que unos pocos lo entenderan. Hay
eunucos que se hicieron tales a s mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender que entienda. (Mat 19,11).
Estamos hablando de una instancia superior de la vida. El voto de castidad nace de la entrega voluntaria a Dios y
dedicarse a extender Su Reino con un corazn indiviso. Es un amor que implica servir a los hijos de Dios y no a los
propios. La castidad le dar una comunin ms plena con l, le asemejar a Cristo clibe. y su amor se potenciar
liberndolo de los problemas que trae aparejado la formacin de una familia. Por ejemplo, la renuncia a tantos
compromisos, hasta del sustento material de los suyos. Si las preocupaciones desvelan a los padres, esto demuestra la
cantidad de tiempo y preocupaciones que absorberan al sacerdote y religiosas y que tendran que quitrselo al rebao
que Dios les ha encargado. Los consagrados por lo tanto tienen mayor responsabilidad para velar por su castidad.
Todo su estilo de vida debe ser guiado especialmente por la prudencia para no exponerse a tentaciones cuyas cadas
tendrn mayores consecuencias morales y de escndalo, ya que su consagracin a Dios es pblica.
San Agustn (siglo IV) tuvo en su juventud una dependencia desordenada con una mujer con la que conviva. El amor a
la mujer con quien tuvo un hijo era natural, slo que ilegtimo porque viva en concubinato. Mientras la lujuria lo tena
preso, era simplemente Agustn, pero potencialmente tambin era San Agustn. Una vez que venci el llamado de la
carne y respondi al llamado que Dios le hizo a una vida superior, se convirti en el santo que todos conocemos.
El amor cristiano tiene dos vocaciones, dos llamadas de Dios: uno a la vida consagrada y el otro al matrimonio. En la
vida consagrada la sexualidad no se expresa genitalmente, sino que permanece como fuente de energa afectiva al
servicio del amor a Dios y al prjimo, que se expresa en el apostolado y el servicio. Este amor engendra nuevas vidas
en el sentido espiritual, pues a travs del testimonio evanglico logra ganar nuevas almas para Cristo y Su Iglesia. En la
vida matrimonial nuestra sexualidad s se expresa genitalmente, adems de espiritualmente, ya que los valores
inherentes a ella son la expresin y renovacin del amor conyugal, as como la transmisin generosa de la vida
humana, vida que luego debe ser educada con esmero por los padres para que alcance la madurez humana y
cristiana...De todo ello se deduce que la castidad no es simplemente una virtud
privada, sino que tiene evidentes implicaciones sociales. Si en una sociedad no se vive la castidad, antes y dentro del
matrimonio, entonces aumentarn las fornicaciones, los adulterios, la anticoncepcin, el aborto y, en consecuencia, los
casos de enfermedades de transmisin sexual, incluyendo el SIDA, los corazones rotos (para los cuales no hay ningn
preservativo que sirva, aunque a decir verdad, ninguno sirve tampoco para proteger del SIDA) as como nios sin
paps.
El SIDA y las dems enfermedades de transmisin sexual, adems de las secuelas de sufrimiento y muerte, traen
consigo un enorme gasto social y econmico (por supuesto a ningn enfermo se le debe dejar de atender). Los nios
sin paps pueden llegar a convertirse con ms facilidad en drogadictos y pandilleros. Ms sufrimientos y ms gastos
(por supuesto, a los drogadictos y a los pandilleros tambin hay que ayudarlos). (9).
Conocemos una ancdota ilustrativa sobre lo que acabamos de decir. Un campesino que encontr un huevo de cndor
en la montaa. Lo llev a su casa y lo puso en el nido de las gallinas que estaban cluecas. Una vez nacidos los pollitos,
el pichn de cndor se criaba entre ellos, pero cada vez que vea volar aves a gran altura, el pichn de cndor senta
una nostalgia infinita. Su gentica le deca que haba sido creado para volar a grandes alturas y no como las gallinas...
Esto explica que, cuando se nos lleva a pensar que hemos sido creados nada ms que para tener sexo desde la
adolescencia sin parar y hasta el hartazgo, se nos est tratando como a los pollitos, nacidos para dar apenas saltitos, y
no como a los cndores, nacidos para volara grandes alturas. El amor humano es noble, lcito y maravilloso pero
dentro del marco pensado por Dios.
Hoy los jvenes nos transmiten en su mayora esa aoranza del haber podido volar a grandes alturas como haban sido
llamados y a lo cual tenan derecho. As como al cndor se lo impidi el estar dentro del gallinero, la revolucin
anticristiana les corta las alas a millones y ahora, (con la educacin sexual integral obligatoria en las escuelas), desde
la infancia.
Paradjicamente la Iglesia, que es la nica que acusa los malos comportamientos de la sociedad, luego se ocupa Ella
sola de recoger los saldos que el pecado ha dejado en el alma y en el cuerpo de las personas y las cuida, pero primero
les advirti que no corresponda el comportamiento.
Notas
(1) Teologa de la perfeccin cristiana. Rvdo P. Royo Marn. Editorial BAC. Pg 608.
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(2) Los hizo varn y mujer. Miguel Angel Fuentes. V.E. Ediciones V. Encarnado. Pg 17.
(3) Educar la conciencia. Jos Luis Abrasturi y Martnez. Ediciones palabra. Pg.185.
4) Pureza y juventud. Monseor Tihamr Toth. Ediciones Gladius. Pg.6.
(5) Cartas del diablo a su sobrino. C.S Lewis. Editorial Andrs Bello. Pg. 106
(6) El lazo se rompi y volamos. Horacio Bojorge. Editorial Lumen. Pg. 43.
(7) El lazo se rompi y volamos. Horacio Bojorge. Editorial Lumen. Pg.39
(8) El lazo se rompi y volamos. Horacio Bojorge. Editorial Lumen. Pg.42
9) La castidad como virtud social. Adolfo Castaeda.
Ejercicio y tarea (para publicar en los foros del curso)
En relacin a la Virginidad
1.Explica cundo y por qu la virginidad se convierte en virtud.
2.Por qu esta virtud es la defensora de la virtud de la pureza?
3.Por qu slo dentro del matrimonio es lcito realizar la sexualidad? Cules son las consecuencias negativas de las
relaciones prematrimoniales?
4.Cules son las expresiones concretas (fsicas y espirituales) de una persona virgen?
6.Por qu intentan eliminar el valor espirital dela sexualidad?
5.Algn comentario o sugerencia?
En relacin al Castidad
1.Qu es la castidad?
2.Por qu educar en la virtud de la castidad prepara a la persona para el verdadero amor?
3.En qu consiste el pudor interno y externo?
4.De qu manera los solteros, los casados y los consagrados estn llamados a practicar la castidad?
5.Qu cosas cambiaran si hoy se educara en esta virtud? Por qu?
6.Algn comentario o sugerencia?

Para reflexin personal

1.Es mi pureza la expresin ms delicada de mi amor a Jesucristo?
2.Siempre procuro estar ocupado? Tengo el hbito del trabajo? Necesito que siempre me empujen para poder
arrancarme de la pereza?
3.Busco el sacrificio? Se dominar mi tendencia al placer de la carne? De los ojos? Del olfato?
4.Hay lugares en los cuales puedo naufragar en mi castidad? Me aparto de ellos? Me considero no necesitado de
huir de ellos? Tengo excesiva confianza en mi mismo, considerndome inmunizado contra el pecado?
5.Rechazo con energa lo que puede simplemente aumentar mi sensualidad? Le resto importancia, para poder
complacerme con ello? Con la excusa de que no es pecado, o de la buena intencin, acepto estmulos que excitan mi
pasin?
6.Cmo guardo los sentidos externos? En la vista, miro todo cuanto alcanzo a ver?
7.Tengo un respeto habitual de mi cuerpo?
Si tienes alguna duda sobre el tema puedes consultar a Marta Arrechea Harriet de Olivero en su consultorio virtual
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