Perfect Elu
Perfect Elu
Perfect Elu
XIV.
Gran Elegido,
SUBLIME MASON.
PERFECTO, Y
altos grados del Rito Escocs Antiguo y Aceptado. Ese rito plantea una punta del
velo, incluso en el Grado de Aprendiz; para ello hay declara que la masonera es
un culto.
Albailera trabaja para mejorar el orden social al iluminar las mentes de los
hombres, calentando sus corazones con el amor del bien, inspirndoles con el
gran principio de la fraternidad humana, y que requiere de sus discpulos que su
lenguaje y acciones se con-forma a ese principio, que han de iluminar a los
dems, controlar sus pasiones, aborrecer el vicio, y lstima el hombre vicioso
como uno padece una enfermedad deplorable.
Es el, eterno, inmutable religin universal, como Dios lo plant en el corazn de la
humanidad universal. Ningn credo nunca se ha vivido largo que no fue construido
sobre este fundamento. Es la base, y son la superestructura. "La religin pura y sin
mcula delante de Dios el Padre es sta: visitar a los hurfanos ya las viudas en
sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo." "No es ste el ayuno que
yo escog, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas pesadas, y dejar ir
libres a los oprimidos, y que rompis todo yugo?" Los ministros de la religin son
todos los masones que entienden y se dedican a la misma; sus sacrificios a Dios
son buenas obras, los sacrificios de la base y las pasiones desordenadas, la
ofrenda de su propio inters en el altar de la humanidad, y los esfuerzos perpetuos
para alcanzar a toda la perfeccin moral de la que el hombre es capaz.
Para hacer honor y el deber de las balizas-luces fijas que orientarn su vaso vida
en los mares tormentosos de tiempo; a hacer lo que es correcto, no porque va a
asegurar que el xito, o traer consigo una recompensa, o ganar el aplauso de los
hombres, o sea "la mejor poltica", ms prudente o ms conveniente; sino porque
es lo correcto, y por lo tanto se debe hacer; a la guerra sin cesar contra el error, la
intolerancia, la ignorancia y el vicio, y sin embargo, a la piedad los que yerran, a
ser tolerantes incluso de intolerancia, para ensear a los ignorantes, y al trabajo
para recuperar el vicioso, son algunos de los deberes de un masn.
Un buen Mason es uno que puede mirar a la muerte, y ver su cara con el mismo
semblante con el que oye su historia; que puede soportar todas las labores de su
vida con su alma que apoyan su cuerpo, que puede despreciar por igual riquezas
cuando l los tiene y
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cuando l no los tiene; es decir, no ms triste si se encuentran en la Hacienda de
su prjimo, ni ms alzaron si brillan alrededor de sus propios muros; una que no
Es filantrpica; pues reconoce la gran verdad de que todos los hombres son del
mismo origen, tienen intereses comunes y deben cooperar juntos para el mismo
fin.
Por lo tanto, ensea a sus miembros a amarnos unos a otros, para dar a
asistencia mutua y el apoyo en todas las circunstancias de la vida, de compartir
penas y dolores de los dems, as como sus alegras y placeres; para proteger la
reputacin, respetar las opiniones, y ser perfectamente tolerantes con los errores,
de la otra, en materia de fe y creencias.
Es filosfica, porque ensea las grandes verdades sobre la naturaleza y la
existencia de una Deidad Suprema, y la existencia y la inmortalidad del alma.
Revive la Academia de Platn, y las sabias enseanzas de Scrates. Reitera las
mximas de Pitgoras, Confucio y Zoroastro, y hace cumplir con reverencia las
lecciones sublimes de Aquel que muri en la cruz.
Los antiguos pensaban que la humanidad universal, actu bajo la influencia de
dos principios opuestos, el Bien y el Mal: de que los hombres buenos empujado
hacia la Verdad, la Independencia y La dedicacin; y el Mal hacia falsedad, el
servilismo y el egosmo. Albailera representa el Principio Bien y constantemente
guerras contra el maligno. Es el Hrcules, el Osiris, el Apolo, el Mitra, y el Ormuz,
en el feudo eterno y mortal con los demonios de la ignorancia, la brutalidad, la
bajeza, la falsedad, el servilismo del alma, la intolerancia, la supersticin, la tirana,
la mezquindad, la insolencia de la riqueza, y el fanatismo.
Cuando el despotismo y la supersticin, twin-poderes del mal y la oscuridad,
reinaron en todas partes y pareca invencible e inmortal, que invent, para evitar la
persecucin, los misterios, es decir, la alegora, el smbolo y el emblema, y
transmiti sus doctrinas por el modo secreto de iniciacin. Ahora, conservando sus
antiguos smbolos, y en parte de sus antiguas ceremonias, muestra en todos los
pases civilizados su bandera, en la que con letras de luz viva sus grandes
principios estn escritos; y sonre a los esfuerzos insignificantes de reyes y papas
para aplastar a cabo por la excomunin e interdiccin.
Puntos de vista del hombre en relacin a Dios, contendrn nicamente tanta
verdad positiva como archivo de la mente humana es capaz de recibir; si esa
verdad se alcanza mediante el ejercicio de la razn, ni comunicados
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por revelacin. Se debe ser necesariamente limitado y aleado, para ponerla dentro
de la competencia de la inteligencia humana finita. Ser finito, no podemos
formarnos una idea correcta o adecuada del Infinito; siendo el material, no
podemos formarnos una concepcin clara de lo espiritual. Nosotros creemos y
sabemos lo infinito del espacio y el tiempo, y la espiritualidad del alma; pero la
idea de que el infinito y la espiritualidad nos elude. Incluso Omnipotencia no puede
infundir concepciones infinitas en mentes finitas; ni puede Dios, sin primero
enteramente cambiar las condiciones de nuestro ser, vierta un conocimiento
completo y lleno de su propia naturaleza y atributos en la capacidad limitada de un
'alma humana. La inteligencia humana no poda comprenderlo, ni el lenguaje
humano expresarlo. El visible es, necesariamente, la medida de la invisible.
La conciencia del individuo se revela por s solo. Su conocimiento no puede pasar
ms all de los lmites de su propio ser. Sus concepciones de otras cosas y otros
seres son slo sus concepciones. No son las cosas o de los propios seres. El
principio viviente de un universo viviente debe ser infinita; mientras que todas
nuestras ideas y concepciones son finitos, y aplicable slo a los seres finitos.
As, la Deidad no es un objeto de conocimiento, sino de la fe; de no ser abordado
por el entendimiento, sino por el sentido moral; de no ser concebido, pero a
sentirse. Todos los intentos de abrazar el infinito en la concepcin de lo Finito son,
y deben ser slo los alojamientos a la fragilidad del hombre. Cubierto de la
comprensin humana en una oscuridad de la que una imaginacin escarmentado
se asombr de nuevo, y se retira del Pensamiento en la debilidad consciente, la
naturaleza divina es un tema sobre el que el hombre es poco derecho a
dogmatizar. Aqu el intelecto filosfico se vuelve ms dolorosamente consciente de
su propia insuficiencia.
Y sin embargo, es aqu que el hombre la mayora dogmatiza, clasifica y describe
los atributos de Dios, hace salir su mapa de la naturaleza de Dios, y su inventario
de Dios cualidades, sentimientos, impulsos y pasiones; y luego cuelga y se quema
su hermano, quien, como dogmticamente como l, hace un mapa y el inventario
diferente. El entendimiento comn no tiene humildad. Su Dios es una divinidad
encarnada. Imperfeccin impone sus propias limitaciones en el Ilimitable, y ropa
del Espritu Inconcebible del Universo en formas que vienen dentro del alcance de
los sentidos y el intelecto, y se derivan de que la naturaleza infinita e imperfecto
que no es sino la creacin de Dios.
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Somos todos nosotros, aunque no todos por igual, equivocado. Los dogmas
preciados de cada uno de nosotros no son, como cariosamente suponemos, la
pura verdad de Dios; sino simplemente nuestra propia forma especial de error,
nuestras conjeturas en verdad, los rayos refractados y fragmentarias de luz que
han cado en nuestras propias mentes. Nuestros pequeos sistemas tienen su da,
y dejan de ser; no son ms que las luces rotas de Dios; y l est ms que ellos. La
verdad perfecta no es alcanzable en cualquier lugar. Nos estilo este grado que de
la perfeccin; y sin embargo, lo que ensea es imperfecto y defectuoso. Sin
embargo, no estamos para relajarnos en la bsqueda de la verdad, ni contento
consentimos error. Es nuestro deber siempre de seguir adelante en la bsqueda;
pues aunque la verdad absoluta es inalcanzable, pero la cantidad de error en
nuestros puntos de vista es capaz de disminucin progresiva y perpetua; y por lo
tanto la Masonera es una lucha continua hacia la luz.
Todos los errores no son igualmente inocuo. Lo que es ms perjudicial es para
entretener concepciones indignos de la naturaleza y atributos de Dios; y esto es lo
que la Masonera simboliza por la ignorancia de la Palabra Verdadera. La
verdadera palabra de un masn es, no todo el, perfecto, la verdad absoluta en lo
que se refiere a Dios; pero la concepcin ms alta y ms noble de lo que nuestras
mentes son capaces de formar; y esta palabra es inefable, porque un hombre no
se puede comunicar a otro su propia concepcin de la Deidad; desde la
concepcin de cada hombre de Dios debe ser proporcional a su cultivacin mental
y capacidad intelectual, y la excelencia moral. Dios es, como hombre l, la imagen
reflejada del hombre mismo concibe.
Para la concepcin de cada hombre de Dios debe variar con su cultivacin mental
y poderes mentales. Si alguno se contenta con cualquier imagen ms baja que su
intelecto es capaz de agarrar, entonces se contenta con lo que es falso a l, as
como falso, de hecho. Si es menor de lo que puede llegar, le era necesario sentir
que es falsa. Y si nosotros, del siglo XIX, despus de Cristo, adoptamos las
concepciones del siglo XIX ante l; si nuestras concepciones de Dios son los de
los ignorantes, de mente estrecha, y vengativo israelita; entonces pensar peor de
Dios, y tienen una vista inferior, ms malo y ms limitada de su naturaleza, de las
facultades que les ha hecho son capaces de comprender. El punto de vista ms
alto que podemos formar es la ms cercana a la verdad. Si consentimos en
cualquier otro inferior, consentimos en una falsedad. Creemos que es una afrenta
y una indignidad a l, para concebir de l como cruel, miope, caprichoso e injusto;
como un celoso, enojado, un ser vengativo.
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son frescos y fuertes. Dios todava est en todas partes en la naturaleza. Cada
vez que un corazn late con amor, donde Fe y Razn pronuncian sus orculos, all
est Dios, como en otro tiempo en los corazones de los videntes y profetas. No
suelo en la tierra es tan santo como el corazn del hombre bueno; nada es tan
lleno de Dios. Esta inspiracin no es dado a los sabios solo, no solo a la grande y
sabio, pero a cada hijo de Dios fiel. Cierto que las bebidas de los ojos abiertos a la
luz, lo hacen los puros de corazn vern a Dios; y el que vive de verdad, l se
siente como una presencia dentro del alma. La conciencia es la voz misma de la
Deidad.
Albailera, alrededor de cuyos altares el cristiano, el hebreo, el musulmn, el
brahmn, los seguidores de Confucio y Zoroastro, puede montar como hermanos
y unirse en oracin al nico Dios que est por encima de todos los baales, deben
necesariamente dejar que cada uno de sus Iniciados a buscar el fundamento de
su fe y la esperanza de las Escrituras escritas de su propia religin. Por s que
encuentra esas verdades definitivas suficientes, que estn escritas por el dedo de
Dios en el corazn del hombre y en las pginas del libro de la naturaleza. Puntos
de vista de la religin y el deber, forjado por las meditaciones de la estudiosa,
confirmados por la lealtad de los buenos y sabios, estampada como la libra
esterlina por la respuesta que encuentran en cada mente incorrupto, encomiendan
a los masones de todos los credos, y bien pueden ser aceptado por todos.
El masn no pretende certeza dogmtica, ni en vano imaginar tal certeza
alcanzable. Considera que si no existiera la revelacin escrita, pudo descansar de
forma segura la esperanza de que le animan y los principios que lo guan, sobre
las deducciones de la razn y las convicciones de instinto y la conciencia. Se
puede encontrar un fundamento seguro para su creencia religiosa, en estas
deducciones del intelecto y las convicciones del corazn. Por razn le demuestra
la existencia y atributos de Dios; y esos instintos espirituales que se siente son la
voz de Dios en su alma, infundir en su mente una idea de su relacin con Dios,
una conviccin de la beneficencia de su Creador y Conservador, y una esperanza
de vida futura; y su razn y conciencia por igual infaliblemente apuntan a la virtud
como el bien supremo, y el objetivo destinado y el propsito de la vida del hombre.
Estudia las maravillas de los cielos, el marco de trabajo y de las revoluciones de la
Tierra, las misteriosas bellezas y adaptaciones de la existencia animal, la
constitucin moral y material de la criatura humana, por lo hechos formidables,
maravillosas; y est satisfecho
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que Dios es; y que un ser sabio y bueno es el autor de los cielos estrellados por
encima de l, y del mundo moral dentro de l; y su mente se encuentra un
fundamento adecuado para sus esperanzas, su culto, sus principios de accin, en
el Universo lejano se extiende, en el firmamento gloriosa, en lo profundo, alma
llena, llena de pensamientos indecibles.
Estas son verdades que cada mente reflectante sin vacilar recibir, como para no
ser superado, ni susceptible de mejora; y equipado, si obedecido, para hacer tierra
de hecho un paraso, y el hombre slo un poco menor que los ngeles. La
inutilidad de las observancias ceremoniales, y la necesidad de la virtud activa; la
aplicacin de la pureza de corazn como la seguridad de la pureza de la vida, y
del gobierno de los pensamientos, como los creadores y precursores de la accin;
filantropa universal nos requiera amar a todos los hombres, y para hacer a los
dems de que y que slo lo que debemos pensar es correcto, justo y generoso
para que lo hagan a nosotros; perdn de las ofensas; la necesidad de la
abnegacin en el cumplimiento del deber; la humildad; sinceridad genuina, y ser lo
que parece que somos; todos estos preceptos sublimes necesitan ningn milagro,
ninguna voz de las nubes, en recomendar a nuestra lealtad, o para asegurarnos
de y su origen divino. Ordenan la obediencia en virtud de su rectitud inherente y la
belleza; y han sido, y son, y ser la ley en todas las edades y todos los pases del
mundo. Dios les revel al hombre en el principio.
Para el masn, Dios es nuestro Padre en el Cielo, para ser quin especial los
nios es la recompensa suficiente de la paz, para ver quin es esta imagen la ms
alta esperanza de los puros de corazn; Quin est siempre a su disposicin
para fortalecer sus verdaderos adoradores; a quien nuestro amor ms ferviente es
debido, nuestra sumisin ms humilde y paciente; De quin ms aceptable la
adoracin es un corazn puro y compasivo y una vida benfica; en cuya constante
presencia vivimos y actuamos, a cuya disposicin misericordioso nos resignamos
por esa muerte que, esperamos y creemos, no es sino la entrada a una vida
mejor; y cuya sabia decretos prohibir a un hombre para lamer su alma en un
elysium de mero contenido indolente.
En cuanto a nuestros sentimientos hacia l y nuestra conducta para con el
hombre, la Masonera ensea poco acerca de lo que los hombres pueden ser
diferentes, y muy poco de la que pueden disentir. l es nuestro Padre; y todos
somos hermanos. Esta cantidad se encuentra abierto a los ms ignorantes y
ocupado, tan plenamente como a los que tienen ms tiempo libre y ms se
aprende. Esto no necesita Sacerdote para ensearlo, y ninguna autoridad para
endosar ella; y si
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cada uno haca lo nico que est en consonancia con ella, lo hara barbarie exilio,
la crueldad, la intolerancia, la falta de caridad, la perfidia, la traicin, la venganza,
el egosmo y todos sus vicios afines y malas pasiones ms all de los confines del
mundo.
El verdadero Mason, sosteniendo sinceramente que un Dios Supremo cre y
gobierna este mundo, cree tambin que l gobierna por leyes, que, aunque sabio,
justo y benfico, an firme, inquebrantable, inexorable. l cree que sus agonas y
sufrimientos son ordenados por su disciplina, su fortalecimiento, su elaboracin y
desarrollo; porque son el resultado necesario de la operacin de las leyes, lo mejor
que podra ser concebido para la felicidad y la purificacin de la especie, y para
dar ocasin y oportunidad para la prctica de todas las virtudes, desde el ms feo
y ms comn, a la ms noble y sublime; o tal vez ni siquiera eso, pero el mejor
adaptado para trabajar en los vastos horribles gloriosos, diseos,, eternos del
Gran Espritu del Universo. l cree que las operaciones ordenadas de la
naturaleza, que han llevado a la miseria a l, han, desde la tranquilidad muy
inquebrantable de su carrera, se duch bendiciones y sol de muchos otro camino;
que el carro implacable del tiempo, que ha aplastado o mutilado l en su curso
asignado, est presionando hacia adelante a la realizacin de esos fines serenos y
valientes, que han contribuido a que, incluso como una vctima, es un honor y una
recompensa. Toma esta visin del tiempo y la naturaleza y de Dios, y sin embargo
lleva su mucho sin murmullo o desconfianza; porque es una parte de un sistema,
la mejor posible, porque ordenado por Dios. l no cree que Dios lo pierde de vista,
mientras supervisando la marcha de las grandes armonas del Universo; ni que
ste no estaba prevista, cuando se cre el universo, sus leyes promulgadas, y la
larga sucesin de sus operaciones de pre-ordenados, que en la gran marcha de
los acontecimientos, sufrira dolor y sufrir la calamidad. l cree que su buen
individuo entr en la consideracin de Dios, una, as como los grandes resultados
cardinales a los que el curso de todas las cosas est tendiendo.
Por lo tanto creer, que ha alcanzado una eminencia en la virtud, la ms alta, en
medio de la excelencia pasivo, lo que la humanidad puede alcanzar. l encuentra
su recompensa y su apoyo en la reflexin que l es un cooperador fundamentar la
ineludible y abnegada con el Creador del Universo; y en la noble conciencia de ser
dignos y capaces de una concepcin tan sublime, sin embargo, tan triste destino.
l es entonces verdaderamente
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precio que la justicia debe asignar a cada uno segn su produccin especial,
nunca se puede determinar con exactitud. Tal vez algunos de los que nunca han
trabajado, en la paciencia de secreto y el silencio, para lograr un cambio poltico o
social, que se sentan convencidos de que en ltima instancia resultar de gran
servicio a la humanidad, vivi para ver el cambio efectuado, o el bien esperado de
ella se derivan. Menos an de ellos fue capaz de pronunciar qu peso apreciable
contribuyeron con sus varios esfuerzos para el logro del cambio deseado. Muchos
dudarn, si, en verdad, estos esfuerzos tienen influencia alguna; y, desanimado,
cesar todo esfuerzo activo.
Para no ser as desalentado, el masn debe trabajar para elevar y purificar sus
motivos, as como cuidar diligentemente la conviccin, seguramente verdadera,
que en este mundo no hay tal cosa como el esfuerzo tirado; que en toda labor hay
fruto; que todo esfuerzo sincero, en una causa justa y desinteresado, es
necesariamente seguido, a pesar de todas las apariencias en contrario, por un
xito apropiada y proporcionada; que no hay pan echado sobre las aguas puede
ser completamente perdido; que ninguna semilla plantada en el suelo puede dejar
de acelerar en tiempo y medida; y que, sin embargo es posible que, en los
momentos de desaliento, ser apto para poner en duda, no slo si nuestra causa
triunfar, pero si, si lo hace, habremos contribuido a su triunfo - todo es Uno,
Quin tiene no slo visto todos el esfuerzo que hemos hecho, pero Quin
puede asignar el grado exacto en que cada soldado ha ayudado a ganar la gran
victoria sobre el mal social. Ningn buen trabajo est hecho totalmente en vano,
El Gran Elegido, Perfecto y Sublime Masn sern de ninguna manera merecen
que honorable ttulo, si no tiene esa fuerza, esa voluntad, esa energa
autosustentable; que la Fe, que se alimenta de la esperanza terrenal, ni nunca
piensa en la victoria, pero, contenido en su propia consumacin, combate, ya que
debe combatir, regocijndose peleas, y todava regocijo cadas.
El establos de Augas del Mundo, la inmundicia acumulada y la miseria de siglos,
requiere un poderoso ro para limpiar a fondo de distancia;
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aguas; mucho menos de que, en aras de la distincin, que debe fluir con sencillez
ineficaz de distancia.
El verdadero masn no tener cuidado de que su nombre debe ser inscrito en el
caro que l echa en el tesoro de Dios. Le basta con saber que si l ha trabajado,
de la ciudad de Petra. No hay ninguna palabra hebrea antigua para designar una
pirmide.
La montaa simblica Meru fue ascendido por siete pasos o etapas; y todas las
pirmides y tmulos artificiales y lomas planteados en los pases fiat eran
imitaciones de esta montaa fabulosa y mstico, con fines de culto. Estos fueron
los "lugares altos" tan a menudo mencionados en los libros hebreos, en la que los
idlatras ofrecan sacrificios a dioses extranjeros.
Las pirmides eran a veces cuadrado, y, a veces ronda. La torre de Babilonia
sagrado [ ? G? D? L, Magdol], dedicado al gran Padre Bal, era una colina
artificial, de forma piramidal, y siete etapas, construida de ladrillo, y cada etapa de
un color diferente , en representacin de las siete esferas planetarias por el color
adecuado de cada planeta. S Meru se deca que era una sola montaa, que
termina en tres picos, y por lo tanto un smbolo de la Trimurti. La gran Pagoda en
Tanjore era de seis pisos, coronados por un templo como el sptimo, y en esto tres
agujas o torres. Una antigua pagoda en Deogur estaba coronada por una torre,
sosteniendo el huevo mstico y un tridente. Herodoto nos dice que el Templo de
Bal en Babilonia era una torre compuesta de siete torres, que descansa sobre un
octavo que sirvi como base, y disminuyendo sucesivamente en tamao desde el
fondo hasta la parte superior; y Estrabn nos dice que era una pirmide.
Faber cree que la escalera Mithriac era realmente una pirmide con siete etapas,
cada una provista de una puerta o abertura estrecha, a travs de cada una de las
puertas que el aspirante pas, para llegar a la cumbre, y luego descendi a travs
de puertas similares en el lado opuesto de la pirmide ; el ascenso y descenso del
Alma quedando as representadas.
Cada cueva Mithriac y todos los templos ms antiguos tenan la intencin de
simbolizar el Universo, que s mismo fue habitualmente llamado el templo y
morada de la Deidad. Cada templo era
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un mundo en miniatura; y lo que todo el mundo era una gran templo. Los templos
ms antiguos eran sin techo; y por lo tanto, los persas, los celtas, y escitas
Desacuerdo edificios cubiertos artificiales. Cicern dice que Jerjes quem los
templos griegos, en la planta expresa de que todo el mundo era el Templo
Magnfico y Vivienda de la Deidad Suprema. Macrobio dice que el Universo entero
se juiciosamente considerado por muchos como el Templo de Dios. Platn
pronunci el verdadero templo de la deidad a ser el mundo; y Herclito declar
que el Universo, abigarrado con los animales y las plantas y las estrellas fue el
nico autntico templo de la Divinidad.
Cmo completo el templo de Salomn fue simblica, es manifiesto, no slo
desde la reproduccin continua en el mismo de los nmeros sagrados y de los
smbolos astrolgicos en las descripciones histricas de la misma; sino tambin, y
an ms, de los detalles del edificio reconstruido imaginario, visto por Ezequiel en
su visin. El Apocalipsis completa la demostracin, y muestra los significados
cabalsticos del conjunto. El Symbola Architectonica se encuentran en los ms
antiguos edificios; y estas figuras matemticas e instrumentos, adoptada por los
templarios, y idnticos a los de los sellos gnsticos y abrax, conectan su dogma
con el caldeo, sirio, y la filosofa oriental egipcia. Las doctrinas pitagricas secretos
de los nmeros fueron preservados por los monjes del Tibet, por los Hierofantes
de Egipto y Eleusis, en Jerusaln, y en los captulos circulares de los druidas; y
estn especialmente consagrados en ese misterioso libro, el Apocalipsis de San
Juan.
Todos los templos estaban rodeados de pilares, registrando el nmero de las
constelaciones, los signos del zodaco, o los ciclos de los planetas; y cada uno era
un microcosmos o el smbolo del Universo, teniendo por techo o en el techo de la
bveda estrellada del cielo.
Todos los templos eran originalmente abierta en la parte superior, teniendo por
techo el cielo. Doce columnas describen el cinturn del zodiaco. Sea cual sea el
nmero de los pilares, que eran mstica en todas partes. En Abury, el templo
druida reproduce todos los ciclos de sus columnas. En torno a los templos de
Chilminar en Persia, de Baalbeck y de Tukhti Schlomoh en Tartaria, en la frontera
de China, resistido cuarenta pilares. A cada lado del templo de Paestum eran
catorce, registrando el ciclo egipcio de los lados oscuros y claros
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de la luna, como se ha descrito por Plutarco; el conjunto de treinta y ocho que les
rodeaba el registro de los dos ciclos metericas tan a menudo se encuentran en
los templos druidas.
El teatro construido por Escauro, en Grecia, estaba rodeado de 360 columnas; el
templo de la Meca, y que en Iona en Escocia, por 360 piedras.