008 Programa Diario de Actividades
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Programa Diario de
Actividades
LEVANTARSE TEMPRANO
"La piedra superior da vueltas en derredor de un pivote de madera en el Centro de la de abajo. El agujero
de la piedra superior para el pivote está en forma de embudo para recibir el maíz, el que es puesto por
ambas mujeres dentro, según se requiere. La harina que va saliendo de entre las piedras se recoge en una
piel de oveja puesta bajo el molino".
Job habla de un corazón "fuerte como una piedra, y fuerte como la muela de abajo" (Job
41:24). El Dr. Thompson dice que la piedra inferior del molino no siempre es más dura que la
superior pero él ha visto la muela hecha de una lija muy compacta y gruesa, mientras que la
piedra superior era de lava, sin duda, porque siendo muy ligera, es más fácil hacerla girar en
derredor con la mano.
Las mujeres judías fabricaban las telas para la familia. La lana que usaban se obtenía de
los rebaños. Tenía que hilarse sin el USO de telares modernos. Referente a este proceso, el libro
de los Proverbios en su tributo a la madre ideal lo describe así: "Aplicó sus manos al huso, y sus
manos tomaran la rueca" (Prov. 31:19). Los antiguos egipcios y babilonios, eran expertos en
tejer, tenían grandes telares, pero la mayoría del pueblo común palestino usaba telares muy
primitivos, y el proceso de tejido era de necesidad, era lento y tedioso. Por supuesto que no había
máquinas de coser o agujas de acero. Las agujas eran muy toscas y hechas de bronce, y algunas
veces de astillas de hueso que se afilaban de un extremo y con un agujero en el otro. Se dice que
actualmente la mayor parte del hilado en Siria es hecho por mujeres ancianas. Da ocasión a las
tejedoras de unirse. Así ellas hilan mientras platican, y algunas veces mientras comen en un
modo informal. Cuando dice la Escritura, "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la
rueca” (Prov. 31:19), es lo mismo que decir, "Ella nunca está ociosa", o como dirían los sirios,
"Su huso nunca está fuera de sus manos".
LAVADO DE TELAS
Las mujeres árabes, al lavar su ropa actualmente, van a los manantiales, corrientes de
agua, piscinas o canales de riego. Sumergen su ropa, luego la sacan poniéndola sobre piedras
planas, las cuales abundan en Palestina, la golpean con una cachiporra de medio metro de largo.
Acarrean el agua en recipiente de piel de cabra Y tienen una vasija para enjuagar la ropa.
Qué proceso se usó en tiempos de David, seguramente indica en su oración de su salmo
penitencial: "Lávame más de mi maldad" (Sal. 51:2). Este cuadro viene del proceso del lavado de
la ropa. Alejandro McLaren dice a este respecto:
“La palabra empleada es significativa; probablemente quiere decir lavar amazando y golpeando, no
simplemente enjuagando. El salmista esta listo a someterse a una disciplina dolorosa, con objeto de ser
limpiado. "Lávame, golpéame, hóyame, golpéame con malletes, arrójame contra las piedras, haz
conmigo cualquier cosa, si acaso estas sucias manchas son quitadas de los tejidos de mi alma”.
El jabón que se usaba para lavar está muy claro en las Escrituras. La palabra se encuentra
en las traducciones comunes de libros de Jeremías y Malaquías (Jer. 2:22 y Mal. 3:2). Este jabón
era indudablemente un alcalí vegetal. Job dijo: "Aunque me lave aguas de nieve, y limpie mis
manos con la misma limpieza" ( 9:30). Este era un alcalí vegetal. Hay en la Biblia dos referencias
al alcalí mineral, el que era llamado nitrato (Prov. 25:20 y 2:22). Esto era probablemente el
"natrón" tan ampliamente usado en Egipto.
Entre los árabes beduinos donde los camellos requieren la atención de los hombres, la
tarea de cuidar las cabras es asignada a jóvenes de la casa. Estas pastorcitas algunas veces tienen
dificultades para dar agua a sus ganados, si acaso los pastores de los rebaños de camellos vienen
en uno de sus períodos de cinco días de pasto sin agua. Las mujeres no son consideradas, a pesar
de su sexo, por estos hombres. La Historia Sagrada nos relata cómo Moisés protegió a las hijas
de Jetro cuando ellas buscaban una oportunidad dar agua a sus ganados. Una de estas hijas vino a
ser después esposa de Moisés (Ex. 2:15-21).
CONVERSACION DIARIA
Tarea es de las mujeres el ir a traer el agua de los pozos, y manantiales para los
quehaceres hogareños. En la actualidad lo ha en muchas partes en Oriente, de la misma manera
que lo hace cuando los relatos del Génesis hablan de "la hora de la tarde, la hora en que salen
las mozas por agua" (Gen. 24:11) - Las mujeres entrenan para este trabajo desde la niñez, pues
Saúl y su siervo “hallaron unas mozas que salían por agua" (1 Sam. 9:11). El mejor tiempo
para este trabajo era por la tarde, aun cuando algunas veces se hacía temprano por las mañanas.
Cántaros de barro (Lam. 4:2), se usaban para este trabajo, los que tienen a veces una o dos asas.
Ha sido una costumbre entre las mujeres siriacas, llevar el cántaro de agua en su hombro,
aunque algunas lo llevan sobre la cabeza. La mayoría de las mujeres árabes en Palestina lo llevan
sobre su cabeza. La Escritura nos dice que Rebeca llevaba su cántaro en el hombro (Gen. 24:15).
El llevar un cántaro al agua era costumbre universal de las mujeres. Debe haber sido un
cuadro pintoresco verlas ir y venir con su cántaro graciosamente puesto en su cabeza o su
hombro. Cuando Jesús dijo a dos de sus discípulos "Id a la ciudad y os encontraréis un hombre
que lleva un cántaro de agua; seguidle" (Marc. 14:13), ese era un modo fácil de identificar a una
persona, porque no es nada común ver a un hombre llevar un cántaro con agua, porque esta es
tarea de las mujeres. Cuando grandes cantidades de agua se necesitan, los hombres usan grandes
sacos de piel de oveja o cabra para llevarla. Los cántaros se reservan para uso de las mujeres.
No se deja nada en el pozo que pueda servir para sacar agua de lo profundo. Cada una de
las mujeres que van a traer el agua además de Su cántaro, lleva una cubeta de cuero y una soga,
suficientemente larga para bajarla hasta el nivel del agua. La mujer samaritana a quien Jesús
encontró en el pozo de Jacob, había traído todo esto, pero Jesús no tenía un equipo igual. De allí
que ella le dijera: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo" (Jn 4:11). En respuesta
a su solicitud de que le diese de beber, ella la sacó del pozo y la dio a él.
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