Performática de Ravetti
Performática de Ravetti
Performática de Ravetti
contemporneos
Graciela Ravetti*
Es preciso que haya algo en el significante que resuene.
Hay que decir que uno se sorprende de que eso no se les haya
aparecido para nada a los filsofos ingleses. Yo Ios llamo
filsofos porque no son psicoanalistas. Ellos creen
frreamente que la palabra no tiene efectos. Estn
equivocados. Ellos se imaginan que hay pulsiones, y an
cuando quieren no traducir pulsin por instinto, eIlos no se
imaginan que las pulsiones, eso es el eco en el cuerpo del
hecho, de que hay un decir, pero que este decir, para que
resuene, para que consuene, para emplear otro trmino del
sinthomadaquin, para que consuene, es preciso que el cuerpo
sea all sensible, y que lo es, es un hecho. Esto es porque el
cuerpo tiene algunos orificios, de los que el ms importante,
de los que el ms importante porque no puede taparsecerrarse, de los que el ms importante es la oreja, porque no
puede cerrarse, porque es a causa de eso que responde en el
cuerpo a lo que he llamado la voz.
Lacan (El sintoma y el padre)
Me interesa encontrar el punto performtico de la escritura de ficcin
en ciertos escritores, en ciertos estilos que se implican en cruces sin
vectores predeterminados de lo personal y lo pblico, lo autobiogrfico y lo
puramente ficcional, lo propio de cada uno y lo de todos; lenguajes que
convocan otros lenguajes, otros tipos de imgenes: visuales, auditivas,
sensoriales. Ese lado performtico tiene una fuerte connotacin que podra
denominarse resistencia por la narracin o por la escritura en general.
Este matiz tiene que ver con el cuerpo de la escritura como lugar sagrado
ya que permite (la escritura) una espectacularizacin del yo en funcin de
performance, de teatralizacin y/o exposicin de algo que es mucho ms
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escuela? (p. 178). Sin embargo, en el ltimo Diario, aclara: he sido feliz
con mis insuficiencias porque senta el Per en quechua y en castellano
(p.246).
Merecen ser destacados en esos textos los momentos en los cuales la
literatura se expone como una forma de vida, en que la lucha lingstica se
hace letra al mismo tiempo en que se narran los choques de las culturas en
contacto, las agonas en la bsqueda de la/s lengua/s. Escritura
performtica que, tambin, produce lo real latinoamericano, organizando
e imprimiendo un tipo de saber posible.
La estrategia de construir una experiencia vivida y la de exhibirla
como representativa de prcticas y usos socio-culturales es esgrimida, de
forma ms o menos consciente, como legitimacin del discurso tanto por
Rigoberta como por Arguedas y por la mayora de los testimonios. Hablar
de experiencia, en estos casos, no hace referencia a simples registros de
datos sensoriales o a la relacin puramente mental con objetos y
acontecimientos, o incluso al desempeo de habilidades y competencias
por acumulacin o exposicin repetida; se trata de la experiencia de la
adquisicin de la conciencia de los procesos por los cuales se construye la
subjetividad y de las posiciones textuales asumidas y trabajadas en los
textos. Y si, paradojalmente, esa toma de distancia con respecto al mundo
vivido rescata al sujeto de su situacin de subalternidad en el exacto
momento en que asume su voz en el mundo, al mismo tiempo lo
desgarra de aquel espacio del cual se deca o se senta representante.
Sin embargo, la toma de conciencia lleva al sujeto a darse cuenta del
vnculo ntimo entre la preocupacin terica y crtica con el sujeto
latinoamericano y las indagaciones sobre su representacin lingstica,
artstica y poltica. Se trata de un vnculo performativo, ya que es posible
deducir que aquel sujeto latinoamericano que en ese espacio literario se
pretende representar, acaba siendo, al mismo tiempo, determinado en su
existencia por ese mismo discurso. Eso se hace evidente en las oscilaciones
e incertezas por las cuales pasa Arguedas a lo largo de su obra, movido por
su propia exigencia de situar al indio y al mestizo en la contemporaneidad
peruana o andina, y a la lengua quechua en el contexto de la literatura
latinoamericana. Es el mismo gesto de Rigoberta Mench que no vacila en
diferenciar el pueblo, conformado por 23 etnias y 23 lenguas, en
contraposicin con lo que no es pueblo, el grupo humano de los blancos,
de los explotadores y de los indiferentes a la causa que ella abraza.
Eso es polticamente problemtico, por un lado, cuando el sistema
produce sujetos determinados en gran parte por la incorporacin de culturas
otras, concebidas con atributos tales como: universales, cosmopolitas,
integradas, transculturadas, antropofgicas, etc. Por otro, cuando
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