Expresionismo Texto

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Expresionis

mo
un viaje hacia el confinamiento
del color

Los comienzos del siglo veinte y en especial el ao 1895 parecen ser un eptome del triunfo de la
jerarqua cientfica sobre los oscurantismos teolgicos o metafsicos que deploraba Augusto
Compte. El francs haba visto en las matemticas, en la fsica y en la qumica, pero sobre todo
en la sociologa, una respuesta a los problemas del hombre y la sociedad. Una especie de nueva
religin que estaba destinada a llevar a la humanidad a una nueva etapa de progreso.
En 1895 Freud funda el Psicoanlisis y se inventa el cinematgrafo. El 13 de febrero del mismo
ao los hermanos Lumire patentaron el antecedente de la cmara de cine. El fsico alemn
Wilhem C. Roentgen descubre una radiacin invisible que denomina rayos X; ya en 1900 Max
Plank haba sentado las bases de la teora cuntica; en 1899 Hugo Marie Vries postula que ciertas
unidades, a las que denomina pangenes, son responsables de transmitir los rasgos hereditarios. El
mismo ao Marconi realiza una transmisin a travs del ocano Atlntico entre Gran Bretaa y
Canad. El 17 de diciembre de 1903 los hermanos Wright realizan el primer vuelo pilotado en
una nave propulsada por motor. Y en 1901 asume la presidencia de Estados Unidos Theodore
Roosevelt. En el otoo de 1905 los fauvistas realizan su primera exposicin.
No obstante si este fuese un modelo tridimensional y pudiramos observarlo desde todos los
lados posibles, veramos que otra serie de acontecimientos estaban interactuando como una
fuerza quizs contraria y, a la vez, complementaria, a estos que acabamos de mencionar.
En 1898 ocurre la guerra hispano-estadounidense. El enfrentamiento entre Espaa y Estados
Unidos concluye con la emancipacin de Cuba, Puerto Rico y Filipinas respecto del dominio
espaol.
A partir de 1894 y hasta 1895 se desarrolla la guerra chino-japonesa en la que China hubo de
pedir la paz y firmar el Tratado de Shimonoseki en abril de 1895. China tuvo que ceder Taiwn,
la pennsula de Liaodong y el archipilago Pescadores a Japn a perpetuidad.
En 1899 ocurre la guerra Ber. El conflicto blico entre Gran Bretaa y los aliados afrikners del
Transvaal y el Estado Libre de Orange comenz en 1899 y se prolong hasta 1902.
El Tratado de Portsmouth, que fue firmado con la mediacin estadounidense, supuso el final de
la Guerra Ruso-japonesa, iniciada en 1904. Rusia se vio obligada a entregar Liaoyang y Port
Arthur, a ceder la mitad sur de la isla de Sajaln, a abandonar Dongbei Pingyuan (Manchuria) y a
reconocer la influencia japonesa sobre Corea. Pocos meses antes del acuerdo, cuando la derrota
rusa ya era evidente, haba estallado en Rusia la Revolucin de 1905.
El 19 de mayo de 1895 a los 42 aos de edad, muere combatiendo a las tropas coloniales
espaolas el escritor cubano Jos Julin Mart.
Cabe sealar que el Expresionismo superpone el ltimo tercio de su duracin con el de la
primera guerra mundial (1914-1918).
La aureola doctrinaria y exitista del positivismo que signaba el desarrollo burgus ms
prepotente haba comenzado a opacarse. Es en este contexto y como un arte de reaccin que
surge el Expresionismo como una de las llamadas vanguardias histricas.
2

Vale la pena reflexionar acerca de la irrupcin o la deriva del Expresionismo en el discurso


esttico de la poca. Cuando digo irrupcin me refiero a la interseccin discursiva que plantea el
movimiento dentro de un discurso que ya viene dado y que proseguir despus del
expresionismo. Por esta misma razn me interesa la idea de deriva o desplazamiento, pues si
bien el movimiento abjura del naturalismo como estilo y se opone al impresionismo, es cierto
que toma de estos varios de sus elementos y tiene entre sus padres directos a Van Gogh, Ensor,
Munch y Gauguin. Y, por otra parte, se apropia de la excitacin cromodinmica del fauvismo
que provoca esa novedosa tensin-emocional-del-color.
Si tuviera que definir sin ms el Expresionismo dira que es el ms surrealista de los estilos y
dira, adems, que como estilo pictrico (no como vanguardia) inicia en el paleoltico superior en
las cuevas de Altamira.
El tono de felicidad y de sensible hedonismo que y, por qu no, de cierta ligereza, presente en la
obra de los impresionistas irritaba a los expresionistas. Estos acusaban a los primeros de un
mutismo constitutivo, de una imposibilidad de expresin hacia el mundo; o de una actitud
contemplativa aptica. El Expresionismo deseaba apoderarse de la performtica del habla, esa
cualidad en el decir de Judith Butler que es capaz de crear aquello que nombra. Estos artistas
vean el arte impresionista como un arte de la contemplacin exterior, un arte de la superficie.
Los expresionistas deseaban plasmar la realidad desde el interior. As se expresaba al respecto el
escritor y dramaturgo Hermann Bahr.
El ojo del impresionista solo oye, no habla. Recibe la pregunta pero
no responde; en vez de ojos, los impresionistas tienen dos pares de
orejas, pero no tienen boca. Ya que el hombre de la edad burguesa
no es ms que odo, escucha el mundo, pero no le lanza su aliento.
No tiene boca: es incapaz de hablar del mundo, de expresar la ley
del mundo. Y aqu el expresionista le vuelve a abrir la boca al
hombre. Demasiado ha escuchado el hombre el silencio: ahora
quiere que el espritu responda.1

Esta necesidad de hablar el mundo, de decirlo, explica en gran medida el desborde discursivo,
la vehemencia y la potencia de la gramtica visual; es en este sentido que evoco la obra sobre la
angustia de Edvard Munch y su icnica pintura El grito (fig. 1).
En esta necesidad de internarse en el objeto-instancia realidad uno no puede dejar de pensar en
el razonamiento de Foucault acerca del cogito y lo pensado cuando expresa: Si el hombre
es, en el mundo, el lugar de una duplicacin emprico-trascendental, si ha de ser
esta figura paradjica en la que los contenidos empricos del conocimiento
entregan, si bien a partir de s, las condiciones que los han hecho posibles, el
hombre no puede darse en la transparencia inmediata y soberana del cogito pero
tampoco puede residir en la inercia objetiva de lo que, rectamente, no llega, y no
llegar nunca, a la conciencia de s2

1 De Micheli, Mario. Las vanguardias artsticas del siglo XX. 2da edicin. Madrid, Alianza Forma, 2006,
p. 70.
2 Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. 2 edicin. Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2002, p. 335.
3

La dificultad de establecer una nueva modulacin en el discurso de la poca atiende a la misma


gnesis constitutiva de este. Como dice otra vez Foucault [] el discurso no es
simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominacin, sino
aquello por lo que, y por medio de los cual se lucha, aquel poder del que quiere
uno aduearse.3

Pero, por otra parte, si bien el Expresionismo parece cumplir con el sino de la modernidad esa
carrera encadenada en que lo nuevo rompe y continua en una suerte de paradojal tradicin de lo
nuevo tambin es cierto que instaura un permanente tambaleo de toda seguridad, tanto
la de la identidad del objeto como la del sujeto 4.

Si bien es muy difcil determinar una plataforma homognea de actuacin para las distintas
intervenciones de los autores que posteriormente dimos en agrupar en una especie de
movimiento de vanguardia, s es patente el intento por introducir un discurso a contrapelo de
todo arte o influencia anterior. La dificultad de establecer un discurso homogneo radica en los
distintos mdulos de recepcin y las distintas personalidades de los artistas, as como tambin de
los particulares procesos creativos.
La intencionalidad de decir el mundo no es otra cosa que pugnar por una esfera de poder que
ya vena estableciendo sus pretensiones desde 1848. Su posterior revalorizacin a escala
universal est directamente relacionada con su capacidad de proveer un quantum de energa al
proceso revolucionario alguien podra decir, de uno de los ltimos y ms fecundos procesos revolucionarios
no solo poltico sino esttico. Pues si bien el fenmeno expresionista abarca escasos quince
aos, su influencia se revelara perdurable.
Ya en 1920 Wilhelm Worringer hablaba de la crisis del expresionismo y en 1919 los dadastas
proclamaban la muerte del Expresionismo. Debemos esperar al surgimiento del
nacionalsocialismo alemn para que al menos su retrospectiva condenatoria vuelva a colocar al
Expresionismo en un sitial de importancia, uno, al menos, al que vala la pena denostar.
A propsito seala Paul Vogt, refirindose a los nacionalsocialistas y al expresionismo alemn.
[] su odio le dio al expresionismo por segunda vez en la historia la
dignidad de smbolo de la libertad contra la tutela estatal, del
espritu creador independiente contra la coaccin ideolgica. Su
validez universal con posterioridad a 1945 se produjo a causa de
una constelacin epocal que volvi a situar en el centro del esfuerzo
artstico el sentimiento y la accin expresivos.5

Si bien el expresionismo francs y el alemn tienen caractersticas particulares, que no voy a


determinar en la breve extensin de este trabajo. Vale decir acaso que no es comparable el primer
3 Foucault, Michel. El orden del discurso. 5ta edicin. Barcelona, Fbula Tusquets, 2010, p.15.
4 Achgar, Hugo. Trampas y escenas de la representacin. Prlogo a Sara Kofman. La melancola del
arte. 1 edicin, Montevideo, Trilce,1995, p12.
5 Vogt, Paul. El expresionismo. Pintura alemana entre 1905 y 1920. Colonia, Repblica Federal de Alemania.
DuMont Buchverlag, 1979, pp, 9, 10.

periodo de Rouault, el periodo (1902-1914) el pintor social, que desconoce por voluntad propia
el color vociferado de los fauvistas, al Rouault posterior a 1930 (un pintor ganado por el
misticismo catlico de Len Bloy) con el delirio colorista de Vlaminck, un fauvista consumado.
Podramos agregar que el Expresionismo francs siendo el ms vital es el menos conceptual,
pues adhiere fundamentalmente al vitalismo formal heredado de Czanne y a la esttica
consagrada de los colores.
Por otra parte el Expresionismo alemn tampoco presenta un discurso homogneo. La
constitucin y los fines expresivos del grupo Der Blaue Reiter (Munich, 1911) tropieza
abiertamente con el de Die Brcke. Mientras el primero con Macke, Mnter, Paul Klee y Wassily
Kandinsky, entre sus ms importantes ejemplos, exhiba un expresionismo ms optimista, casi
aristocrtico, dinmico, poderoso y orientados a un arte pattico, en el que los ritmos jugaban un
papel importante, sostenidos, especialmente, en los vectores esenciales de la composicin. (fig.
insertar Kandinsky, klee, macke

Die Brcke con Kirchner, Schmidt-Rottluff, Heckel, Max Pechstein, Nolde y Mueller como sus principales
exponentes mostraba, en el decir de De Micheli, un Expresionismo salvaje que se traduce en
formas tensas y agudas, en colores cidos, en descomposiciones de la figura []
todo nervios a flor de piel y estremecimientos, elctrico y contrado.6

(insertar Kirchner autorretrato y calles berlinesas)


El Expresionismo alemn como dice Vogt no conceba la forma como smbolo inherente a
las leyes superiores del organismo del cuadro, sino como soporte de la expresin,
como posibilidad de comunicar por medio de la imagen y en ella el mundo
interior.7 Es decir, la tensin entre la realidad y el hombre, entre la naturaleza humana y
aquellas fuerzas que estn ms all de una realidad visible. Lo cual, sostiene Vogt, no se
comprenda ms que como seudorrealidad8

El Expresionismo establece una vuelta al mejor naturalismo, a un naturalismo vital, primitivo,


desenfrenado. Un naturalismo que hunde sus races en Cranach y Beham, los maestros
medievales, e incurre en experiencias vitales que lo llevan de la litografa al grabado en madera,
la xilografa y el batik. Un recorrido esttico que abreva en el arte etrusco, en la escultura negra y
en las tallas del pacfico.
En este punto me permito realizar una interpretacin personal con la intencin de adelantar las
posibles influencias del Expresionismo en los aos posteriores a 1945 y, sobre todo, sobre la
poca actual.
El Expresionismo, como discurso esttico, no puede menos que parecerme un ejemplo del mejor
surrealismo. La marcada intencin emotivo-transposicional establece una instancia de orden
fenomenolgico perseguida por el surrealismo en todas sus expresiones. Una operacin
psicolgica que no permanece en la superficie de la percepcin sino que hunde sus races en la
6 De Micheli, Mario. o. cit, p.88.
7 Vogt, Paul. o.cit, p. 24
8 I.cit
5

ms profunda complejidad psquica. Al respecto se expresa Vygotsky de la siguiente manera


refirindose a la teora de la empata (Einfhlung) de Herder y Lipps.
[] Un elemento artstico no introduce su tono emocional en
nosotros. Somos nosotros quienes introducimos emociones en una
obra artstica, emociones brotadas de las mayores profundidades de
nuestro ser y producidas no en el nivel superficial de los receptores
sino en las actividades ms complejas de nuestros organismos. 9

Me es dado pensar que el intenso voltaje de las imgenes poticas de una poeta como Marosa Di
Giorgio exponen en toda su expresin un intento no solo de sub-versin de la realidad sino
tambin de revelar una realidad-otra, introduciendo al lector dentro de la obra, hacindolo
partcipe, apresndolo como en una telaraa de la cual no existe escapatoria.
Si bien como seala el crtico literario Hebert Bentez Pezzolano: pese a que an no ha
sido correctamente estudiada la recepcin de surrealismo en Uruguay10, siento que
la obra de Marosa es expresionista en cuanto a que abreva en una instancia de transposicin que
obliga al lector a no permanecer en la epidermis de la obra.
El expresionismo de Marosa construye textos de goce para referirme a la calificacin de
Roland Barthes. Ese tipo de texto que propende al frenes, a la furia, a la violencia; al desorden
que provoca la confinacin del color, para regresar a la expresin del ttulo de este trabajo. El
goce del texto no es precario, es peor, es precoz; no se produce en el tiempo justo,
no depende de ninguna maduracin [] todo se juega, se goza, en la primera
mirada.11
A veces, en la madrugada, llova dulcemente, y pareca
que un enjambre caa del cielo, que los muertos volvan a la
vida, que todo estaba bien.
Yo me asomaba a la ventana, y a la media luz, ya todas
las hojas eran granates y amarillas, livianas y fragantes; como
uvas o amapolas.
Y entre los grandes rboles, los monjes en sus casetas,
pequeas, entre las ramas. El nuestro sala a mirar la lluvia,
los relmpagos, anotar en su Cuaderno del Tiempo, el monje
de astas largusimas y sedosa pelambre.
Y yo volva al lecho, a dormirme sobre la blanca almohada,
a soar que Mario estaba all.
Volva a mi antiguo y escondido mundo en llamas. 12
9 Vygotsky, Lev. Psicologa del arte. Barcelona. Paids, 2006, p. 255.
10 Pezzolano, Heber Bentez. Mundo, tiempos y escritura en la poesa de Marosa Di Giorgio. 1
edicin. Montevideo. Estuario editora, 2012, p. 60.
11 Barthes, Roland. El placer del texto y Leccin inaugural. 2da edicin. Argentina, Siglo XXI editores,
2003, p. 69.
12 Di Giorgio, Marosa. La flor de Lis. 3a edicin. Buenos Aires, El Cuenco de plata, 2005, p. 7.
6

Algo similar pero de otra lnea del expresionismo, ms vinculada al modelo alemn, es la obra
del cubano Reinaldo Arenas. Cuando Arenas fracciona el tiempo no solo se introduce en la
corriente ms psicolgica del surrealismo sino que lleva hasta el lmite esa tensin entre la
realidad y el hombre, entre la naturaleza humana y aquellas fuerzas que estn ms all de una
realidad visible, a las cuales ya hemos hecho referencia a propsito de Vogt.
Venimos del corojal. No venimos del corojal. Yo y las dos Josefas
venimos del corojal. Vengo solo del corojal y ya casi se est
haciendo de noche. Aqu se hace de noche antes de que amanezca
[]13

Deseara poder establecer algunos nexos ms cercanos a nuestra poca.


En 1972 Bob Fosse estrena Cabaret, una pelcula estadounidense basada en la novela de Christopher
Isherwood Adis a Berln (Goodbye to Berlin, 1939) que en su primera escena despliega una
escenografa y una puesta en escena que recrea el mejor expresionismo. Una secuencia de
cuadros dentro de los cuales podemos identificar, incluso, el retrato de la periodista Sylvia von
Harden (1926) y al mejor Otto Dix, en la decadencia deformada de los cristales del escenario.
El 17 de abril de 1991 la dupla Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro estrenan la pelcula francesa de
ciencia ficcin, terror y humor negro, Delicatesen. En ella se pueden observar las lneas de
tensin y los planos de Grosz y el delirio psicologista de Robert Wiene en Das Cabinet des Dr.
Caligari.

En el espacio que resta me gustara referirme a la influencia expresionista alemana en la


arquitectura de nuestro pas. Si bien este es un ejercicio de referenciacin, pues existe un
excelente trabajo de la arquitecta Ana M. Apud al respecto, no quiero dejar pasar la oportunidad
de mencionarlo.
Hubo distintos factores que propiciaron esta incidencia, por un lado el impulso desarrollista que
inicia el pas en 1915, principalmente de Montevideo, y que ver su apogeo hacia las dcadas del
cuarenta, cincuenta y sesenta, en lo que Yvette Trochn dio en llamar La ciudad vertical; y por
otro la fundacin de la facultad de arquitectura y la sociedad de arquitectos.
En este sentido es importante mencionar el trabajo fermental de arquitectos como Vilamaj
Cravotto, Scasso, Muoz, Surraco, Cabriot, Lorente y muchos otros; as como tambin la
presencia de arquitectos alemanes invitados, tal el caso del urbanista alemn Werner Hegemann
que visitara el pas en 1931. Otro aporte fue el de los trabajos crticos de Mendelsohn, Bonatz,
los hermanos Luckhardt y el modelo que desarroll F. Schumacher para Hamburgo.
Hegemann incluy en su exposicin los planes regionales para Berln, Londres y la regin del
Ruhr. Cabe recordar que en 1929 Le Corbusier haba visitado Uruguay.
Los principales componentes de la arquitectura Expresionista alemana que se pueden constatar
en nuestra ciudad refieren tanto a elementos estructurales como compositivos. (imgenes x-x)

13 Arenas, Reinaldo. El mundo alucinante. 1 edicin. Barcelona, Fbula Tusquets, 2001, p. 27.
7

As podemos apreciar el tratamiento de los volmenes, el cuidado en los detalles, el


trabajo sobre las superficies y la implantacin de la obra en el contexto urbanstico.
Se destaca tambin la intencin de provocar el efecto, el impacto, lo llamativo. 14

No quiero dejar de citar a De Micheli cuando dice que el Expresionismo tal como se articul
dentro de la historia del arte moderno, aparece como el movimiento ms rico y
complejo de todos. En un movimiento que va ms all de los lmites programticos
que cualquier artista o grupo de artistas haya querido marcarle 15

Pienso en las xilografas uruguayas del sesenta y setenta, en los batiks de Martn Arregui y en
todas aquellas expresiones del arte donde la necesidad por sacudir la alienacin sea o haya sido
una preocupacin del hombre. En este sentido cun expresionista nos puede parecer la obra de
Nebreda, Jan Saudek, Joel-Peter Witkin o Hirst.

14 Apud, M. Ana. La arquitectura Expresionista alemana y su influencia en la arquitectura uruguaya.


Edicin de autor. Impreso en Zonalibro. Beca DAAD/UDELAR, 1966, p. 62.
15 De Micheli, Mario. o. cit, p.134.

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