Hacia Una Psicología de La Liberación Martín Baro
Hacia Una Psicología de La Liberación Martín Baro
Hacia Una Psicología de La Liberación Martín Baro
Ignacio Martn-Bar
El aporte social de la Psicologa en Latinoamrica
El aporte de la Psicologa, como ciencia y como praxis, a la historia de los pueblos latinoamericanos es extremadamente
pobre. Cuyos esquemas resultan inoperantes para responder las necesidades populares latinoamericanas.
.me refiero a la psicologa en su conjunto, la terica y la aplicada, la individual, la social, la clnica y la educativa. Mi tesis es
que el quehacer de la Psicologa latinoamericana, salvadas algunas excepciones, no slo ha mantenido una dependencia
servil a la hora de plantearse problemas y de buscar soluciones, sino que ha permanecido al margen de los grandes
movimientos e inquietudes de los pueblos latinoamericanos. Cuando se trata de sealar algn aporte latinoamericano al
acervo de la Psicologa universal se suelen mencionar, entre otros, la tecnologa social de Jacobo Varela (1971) o los
planteamientos psicoanalticos de Enrique Pichon-Riviere, en Argentina. Sin embargo, es significativo que la obra de Varela
fuera publicada originalmente en ingls y que se inscriba en la lnea de los estudios norteamericanos sobre actitudes, como
si para aportar algo universal un latinoamericano tuviera que abdicar de su origen o de su identidad.
La precariedad del aporte de la Psicologa latinoamericana se aprecia mejor cuando se lo
Compara con el de otras ramas del quehacer intelectual, nuestra novelstica, no resulta exagerado afirmar que se aprende
bastante ms sobre la Psicologa de nuestros pueblos leyendo una novela de Garca Mrquez o de Vargas Llosa que
nuestros trabajos tcnicos sobre el carcter y la personalidad.
De lo que se trata es de preguntarnos si con el bagaje psicolgico que disponemos podemos decir y, sobre todo, hacer algo
que contribuya significativa a dar respuesta a los problemas cruciales de nuestros pueblos.
La esclavitud de la psicologa Latinoamericana
Una de las justificaciones que se puede dar a la pobreza del aporte histrico de la Psicologa
Latinoamericana estriba en su relativa juventud. La miseria de la Psicologa latinoamericana hunde sus races en una
historia de dependencia colonial. El garrotazo cultural que diariamente reciben nuestros pueblos con frecuencia
encuentra en la Psicologa un instrumento ms entre otros para moldear las mentes y un valioso aliado para tranquilizar
conciencias. Podemos sintetizar en tres las principales causas de la miseria histrica de la Psicologa latinoamericana:
1. Mimetismo cientista: A la Psicologa latinoamericana le ha ocurrido algo parecido a lo que le ocurri a la psicologa
norteamericana a comienzos de siglo: su deseo de adquirir un reconocimiento cientfico y un status social les ha hecho dar
unos serios traspis. S es claro es que la casi totalidad de sus esquemas tericos y prcticos ha sido importada de los
Estados Unidos. Hoy muchos psiclogos
Latinoamericanos han descartado el conductismo y se han afiliado a una u otra forma de Psicologa cognoscitiva, no tanto
por haber sometido a crtica los esquemas psicoanalticos o conductistas cuanto porque se es el enfoque de moda en los
centros acadmicos norteamericanos, cuanto en el mimetismo que nos lleva a aceptar los sucesivos modelos vigentes en
los Estados Unidos.
2. Carencia de una epistemologa adecuada: Los modelos dominantes en la Psicologa se fundan en una serie de
presupuestos que rara vez se discuten y a los que todava con menos frecuencia se proponen alternativas. Mencionar
cinco de esos presupuestos que han lastrado las posibilidades de la Psicologa latinoamericana:
el positivismo: el conocimiento debe limitarse a los datos positivos, a los hechos y a sus relaciones empricamente
verificables, descartando todo lo que pueda ser caracterizado como metafsica suponiendo una parcializacin de la
existencia humana que le ciega a sus significados ms importantes.
El individualismo: El problema radica en su insistencia por ver en el individuo lo que a menudo no se encuentra sino en la
colectividad.
El hedonismo: El pretender que detrs de todo comportamiento hay siempre y por principio una bsqueda de placer o
satisfaccin.
Visin homeosttica: nos lleva a recelar de todo lo que es cambio y desequilibrio, a valorar como malo todo aquello que
representa ruptura, conflicto y crisis.
El ahistoricismo: es quiz el ms grave, considerar que la naturaleza humana es universal. Asumir modelos transculturales
y transhistricos, elaborados en circunstancias distintas a las nuestras, puede llevarnos a una grave distorsin de lo que en
realidad son nuestros pueblos.
3. falsos dilemas: La dependencia de la Psicologa latinoamericana le ha llevado a debatirse en falsos dilemas.
Falsos no tanto porque no representen dilemas tericos sobre el papel, cuanto porque no responden a los
interrogantes de nuestra realidad. Tres dilemas caractersticos, que todava en algunas partes levantan ampollas,
son: Psicologa cientfica frente a Psicologa con alma; Psicologa humanista frente a Psicologa materialista, y
Psicologa reaccionaria frente a Psicologa progresista. Estos tres dilemas denotan una falta de independencia
para plantear los problemas ms acuciantes de los pueblos latinoamericanos.
fcil incluso dejar nuestro papel de superioridad profesional o tecncrata y trabajar mano a mano con los grupos
populares. Pero si no nos embarcamos en ese nuevo tipo de praxis, que adems de transformar la realidad nos
transforme a nosotros mismos, difcilmente lograremos desarrollar una Psicologa latinoamericana que contribuya a
la liberacin de nuestros pueblos. El problema de una nueva praxis plantea el problema del poder y, por lo tanto, el
problema de la politizacin de la Psicologa. polica. Por ello, coincido con Fals Borda (1985) quien mantiene que el
conocimiento prxico que se adquiere mediante la investigacin participativa debe encaminarse hacia el logro de
un poder popular, un poder que permita a los pueblos volverse protagonistas de su propia historia y realizar
aquellos cambios que hagan a las sociedades latinoamericanas ms justas y humanas.
Hay una gran tarea por delante si pretendemos que la Psicologa latinoamericana realice un aporte significativo a la
Psicologa universal y, sobre todo, a la historia de nuestros pueblos. A la luz de la situacin actual de opresin y fe, de
represin y solidaridad, de fatalismo y de luchas que caracterizan a nuestros pueblos, esa tarea debe ser la de una
Psicologa de la liberacin. Pero una Psicologa de la liberacin requiere una liberacin previa de la Psicologa, y esa
liberacin slo llega de la mano con una praxis comprometida con los sufrimientos esperanzas de los pueblos
latinoamericanos.