Construcción Del Grafo Del Deseo
Construcción Del Grafo Del Deseo
Construcción Del Grafo Del Deseo
Compilacin y desarrollo
Luis Carlos H. Delgado
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deseas?
D'
superyo
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Slo un esquema tal puede explicar la estructura del chiste segn Freud, que tiene la
misma estructura que el lapsus y el olvido del nombre propio, y ms en general subraya su
homogeneidad con lo que encuentra en los sntomas en tanto modelados por el proceso
primario.
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discurso comn, est constituido por semantemas, es decir por elementos significativos.
Dentro del crculo del discurso se encuentra determinado el empleo de significantes, es
decir, lo que en el uso del discurso constituyen los puntos fijos determinados por el
cdigo.
El cdigo se define como el conjunto de signos y de smbolos que permiten no slo
representar sino tambin transmitir informacin. Esta competencia slo es posible gracias
a que el conjunto de smbolos y de signos est regido por convenciones preestablecidas.
El cdigo de discurso no slo autoriza sino que tambin funda la comunicacin
intersubjetiva. Las prescripciones impuestas por el cdigo hacen que el crculo del
discurso sea un nivel de articulacin de la palabra en donde las posibilidades de creacin
de sentido son muy reducidas, ya que de alguna manera el sentido est fijado por el
cdigo. En consecuencia, el crculo del discurso es un lugar de discurso relativamente
vaco, un lugar de palabra vaca es decir del discurso concreto del ser hablante que se
esfuerza por hacerse or.
'
Se produce all un cortocircuito representado por el segmento ' que hace que un
discurso no pueda decir nada desde el punto de la verdad del Sujeto porque gira en falso
en una inagotable repeticin. A travs de este circuito el ser hablante da lo mejor de s
mismo agotndose en el registro de la palabra vaca del molino de palabras que nos
vuelve a llevar al orden del testimonio puro y simple de nuestra condicin de animales
hablantes.
En este esquema ' es el lugar donde Lacan sita al objeto metonmico, es decir al
objeto que siempre est metonmicamente delegado en lugar del objeto del deseo. En
cuanto al punto , es el que especifica al sujeto, el yo (Je) es decir al lugar en el
discurso de aquel que habla.
Pero, todo sujeto que compromete su discurso en el cortocircuito del molino de
palabras, necesariamente hace escuchar mucho ms de lo que intenta decir.
Ese acrecentamiento de sentido ser el resultado de una elaboracin significante que
se localiza en el lugar superior del grafo; esto si aceptamos un examen del
funcionamiento a partir de la aceptacin de la existencia del inconsciente.
Pero todava hay ms que decir en este primer piso.
Estamos aqu a nivel del enunciado, de lo dicho, para lo cual habr que atravesar con
la puntada el lugar del cdigo (C) para alcanzar el mensaje (M). El discurso se une con el
21
'
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Las relaciones con la imagen especular estn ligadas al habla y al lugar que asigna el nio su
madre o cuidador/ra. Pero por mucho que habla la madre, el nio no comprende el lenguaje
desde que nace. Lleva tiempo dar una significacin a los diversos elementos del habla de los
adultos cercanos. Al principio es literalmente una lengua extranjera. Esta profunda alteridad
del lenguaje se puede experimentar, quiz, al viajar a un pas donde no se hable ni una sola
palabra de la propia lengua natal. Esto nos indica cun desvalido se halla al principio el nio
respecto de lo que luego se volver su lengua materna.
Poco a poco, a medida que el nio asocia significados a los significantes emitidos por los
adultos, se van estableciendo ciertas significaciones. Que estas sean correctas o incorrectas
no viene al caso. La significacin no es transmitida por el nio, sino que le es impuesta. (Si yo
lloro, mi madre me dar el bibern. Aunque el hambre no fuera el motivo de mi llanto. Ahora
ste quedar ligado a la idea de recibir el bibern.)
As tambin se le atribuyen significados a las misteriosas palabras, gestos, ademanes y
acciones de la madre. Todo esto obra como significante, por la simple razn que no lo
entiende. (Todo lo que signifique algo que yo no entiendo es un significantePero lo ms
frecuente es que el discurso est vaco de sentido (molino de palabras) y que permanezca en
un cortocircuito.
Observemos la construccin progresiva y dismil del sentido en la siguiente sucesin
de significantes:
Ay/
[Ay]
Juan/
[Ay, Juan]
as/
[Ay, Juan, as]
no/
[Ay. Juan, as no]
se/
[Ay, Juan, as no se]
puede/ [Ay, Juan, as no se puede]
Resumiendo:
: Sujeto mtico de la necesidad, que busca la satisfaccin a partir de su estado no
formulado, emprende su camino a travs del desfiladero de la palabra (DS), para llegar en
el otro extremo (I) de la cadena intencional I, a la realizacin de un ideal, punto de la
identificacin ms primaria del sujeto como una primera marca (seing) de lo que recibi
en su relacin con el otro. Este punto de llegada, I, ilustra la huella dejada por la demanda
sobre la necesidad, da prueba de la aprehensin arcaica del lenguaje por parte del sujeto.
No puede encontrarse directamente con el objeto. Tiene ahora el obstculo del
lenguaje. El Otro, lugar del cdigo, tesoro de los significantes, compaero del lenguaje,
es el acceso obligado a los fenmenos de la metfora y de la metonimia a partir del cual
se ejerce en M los efectos del mensaje. La significacin que surge, inducida por el
carcter de necesidad que debe forzosamente volverse demanda para buscar su
satisfaccin, encuentra su unificacin gracias al circuito MC/CM que participa en la
actualizacin del mensaje y se distingue en el grafo por su carcter de unidad
representada por el trazo entero, en contraposicin con las lneas punteadas de la
discontinuidad significante (trazo DM y CS) y del estado an no formulado de la
necesidad (C)
23
'
Por otra parte el circuito CM' del molino de palabras se relaciona con el muro del
lenguaje (oo') visto en el esquema Lambda
S
o
o'
Lacan insiste en que la palabra y la conducta del adulto nunca se reducen por completo a su
significacin. Siempre hay algo que no comprendemos, aunque sea marginal. (Por qu mi madre
se queda con la mirada perdida al apoyarse en la ventana?
Por qu me dice que no toque mis rganos sexuales y cuando me baa parece disfrutar tanto al
tocarlos?)
Por ms que se asigna mucho sentido al Otro, siempre est presente el margen de su deseo, lo
que no comprendemos de l. A esto Lacan lo designa con d, el deseo del otro.
Se eleva entonces el Grafo a un nivel superior mediante dos flechas que parten de A. Una que va
a lo que comprendemos, s(A) y la otra a lo que no comprendemos, d. Por su parte designa la
pulsin. Las pulsiones se establecen cuando ciertas partes del cuerpo cobran un valor especial en
la relacin del nio con sus padres. No son biolgicas como los instintos, sino generadas por las
demandas de los padres.
El deseo del otro no es para el nio una cuestin abstracta sino una pregunta acuciante (Si debo
enfrentar el enigmtico deseo del otro sentir/ una angustia insoportable, pues no s lo que
quiere). Si la metfora paterna responde a la pregunta Qu quiere la madre? Con la significacin
del falo, resta an una pregunta: Qu soy para el otro? Es una pregunta sobre la existencia. La
respuesta a esta pregunta del nio Qu soy, qu lugar ocupo para el Otro? es lo que Lacan
llama el fantasma, Implica asumir la identidad de un objeto al que se ha dado un valor privilegiado
en relacin con la madre, el tipo de objeto que la terminologa psicoanaltica anglosajona llama
pregenital; el pecho, las heces, y aade Lacan, la mirada o la voz.
Estos objetos revisten un inters muy especial porque todos poseen un doble status o, mejor
dicho, tiene coordenadas a la vez reales y simblicas. Sealan el pasaje de lo real a lo simblico.
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EL SEGUNDO PISO
La segunda etapa de la generacin del grafo duplica la estructura en funcin de la
enunciacin y el inconsciente. El sujeto, en la verdad de su deseo, es considerado como
sujeto del inconsciente y su triunfo como expresin a travs de los tropos, silencios y
lapsus del lenguaje. Habla en el discurso sin que el hablante lo sepa. El sujeto del deseo
debe ser localizado al nivel del sujeto de la enunciacin.
Qu deseas?
S'
Ad
S(A)
'
s(A)
El sujeto que interroga su deseo pasa al segundo piso y eso depende del buen azar del
psicoanalista. El sujeto que interroga su deseo cuestiona al otro: qu me quiere el otro?
El otro no da respuesta porque no tiene con que darla. No dispone de significantes
suficientes, tambin est barrado. El significante de la falta del Otro es el gran secreto del
psicoanlisis. El analista tampoco da respuestas, de hacerlo estara dando consistencia al
otro (Je) y lo mantendra en la ilusin. El inconsciente aparece en el decir, mientras que
en lo dicho la verdad del sujeto se pierde. Estas oposiciones enunciado/enunciacin o
dicho/decir actualizan la estructura dividida del sujeto; de ello resulta una conclusin
lgica, incluso en lo que respecta a la prctica de la cura. La atencin flotante y los
elementos de ambigedad que plantea, favorecen la actividad inconsciente del analista en
la medida en que no otorgara a priori ninguna importancia particular a los diversos
elementos del discurso del paciente. Correlativa a ella es la asociacin libre. Como el
inconsciente sale a la luz en el discurso por medio del proceso de la enunciacin, la
atencin flotante resulta flotante sobre el nivel del enunciado y la agudeza de la escucha
debe aplicarse al registro del decir.
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D'
S'
Ad
S(A)
'
s(A)
El vector D'S' introduce un segundo piso que duplica simtricamente la estructura del
primero al introducir la dimensin del inconsciente. Se trata de mostrar que la demanda
persiste en el sujeto sin que la sostenga ninguna intencin consciente. En otras palabras,
al afirmar que el inconsciente est estructurado como un lenguaje Lacan significa que el
inconsciente hace subsistir el discurso del Otro dentro del discurso del Sujeto. El vector
DS est representado con trazo entero hasta el lugar del cdigo para materializar la
sucesin discreta de los elementos significantes que intervienen en la organizacin del
enunciado, exigidos por la exigencia racional del sujeto. Por el contrario la cadena D'S'
est representada en trazos interrumpidos para metaforizar la cadena de significantes
inconscientes.
El encuentro de la demanda del sujeto con esa cadena significante inconsciente se
produce en el punto Ad que designa lo que el sujeto no sabe porque all, justamente,
experimenta su deseo con respecto al deseo del Otro. Queda claro entonces que el deseo
se separa forzosamente de la necesidad al interrogar sobre el deseo del Otro en el punto
de interseccin Ad
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Qu deseas?
S(A)
S'
Ad
'
s(A)
En este intervalo, en esta abertura se encuentra una experiencia que es la del deseo, que
es aprehendida en principio como la del deseo del otro y en el interior de la cual el sujeto
debe situar su propio deseo. Su propio deseo como tal no puede situarse en otro lugar
que no sea ese espacio
El deseo del sujeto se identifica en primer lugar con los imperativos del deseo del
Otro que le otorga todo el alcance significante de la demanda del sujeto, por medio del
retorno del significante dado por el Otro S(A) en el lugar del mensaje.
La distancia entre S(A) y s(A) materializada por el vector en trazos interrumpidos
expresa la posibilidad de la conmutacin de los significantes y sustituciones metafricas.
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EL TERCER ESQUEMA
El Che vuoi? inaugura el problema
fundamental que el sujeto encuentra
con respecto a su deseo. Al apoyarse
en ese qu deseas? el proceso de una
realizacin semejante |del deseo deja
D'
al sujeto, en principio, sin recursos,
tan opaca y oscura le resulta la presencia
primitiva del deseo del Otro. Esta
opacidad convoca al sujeto al orden de
una soledad angustiante en su relacin
con el deseo del otro; angustia que
tratar de neutralizar por intermedio
de la dimensin imaginaria de la
D
relacin de su yo con el otro.
'
S(/A)
S/D
(S/a)
d
superyo
s(A)
i(a)
m
I ideal del Yo
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imaginaria slo se instituye en el seno de una dependencia con el otro, la madre. Una
prueba de esto sera el rol de la mirada del Otro (la madre) como sostn de la instalacin
de ese proceso de identificacin. La identificacin primaria se insina en una relacin a
las necesidades y, en consecuencia, a las demandas que esas necesidades convocan. De
acuerdo con esto m y su correlativo i (a) se sitan en la cadena intencional I
Hay all tambin un circuito que puede funcionar retrospectivamente y una referencia
al Ideal del Yo y al Superyo, este ltimo como el principal instrumento represor al
servicio del primero, que hace pasar al inconsciente este discurso y en el que podemos
identificar su rasgo caracterstico bajo la forma de un imperativo categrico.
En el piso superior y en una relacin de ocultacin el deseo [d] de opone
simtricamente a la fantasa S/a. El vector que los une patentiza la articulacin entre el
deseo y la fantasa. La estructura de la fantasa est convocada como aquello que
mediatiza la relacin del sujeto con el objeto de su deseo, de tal manera que dirigirle a
otro un yo la deseo ser siempre formularle Yo la implico a usted en mi fantasa
fundamental.
El deseo se relaciona con la fantasa como el yo (m) con sus objetos [i(A)]
D'
S(/A)
S/ a
S/D
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Ad
II - EL ESQUEMA LAMBDA
S
o'
Eje imaginario
inconsciente
El sujeto que habla a otro siempre le dirige un mensaje a ese otro o'
suponiendo que ese otro es un verdadero sujeto, un Otro absoluto O
Pero en realidad no lo conoce como tal
Veamos:
Con respecto al sujeto que habla S: slo aparece en el discurso y por el
discurso. El Yo es el lugar donde el sujeto se produce como aqul que habla.
En un lugar se origina el discurso y en otro lugar se produce al reflejarse.
Oigo hablar:
S
o'
(Je) o
El sujeto se percibe a s mismo (una vez significado) bajo la forma de su Yo
en o.
La forma de su yo que constituye su identidad depende estrechamente del
otro especular o', tal como lo indica el estadio del espejo:
S
o'
(Je) o
La relacin que mantiene el sujeto consigo mismo y con los otros siempre
est mediatizada por el eje imaginario o'o en relacin de incidencia recproca.
Por qu recproca?
En lo que atae al otro su comprensin obra como reflejo del sujeto y a su
vez se proyecta en la escucha prisionero de la significacin obtenida por
retroaccin sobre los significantes
o'
S
(Je)
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Todo esto ocurre como si cuando S habla, algo le llegara de ese Otro
absoluto por el simple hecho de presuponerlo. Llega de dos maneras segn el
esquema lambda: OS y Oo
De all postula Lacan la marca de referencia al inconsciente. Un OS que no
llega pleno al sujeto porque se interrumpe y fragmenta a partir del muro del
lenguaje. Un Oo que llega al sujeto sin que l mismo lo sepa, aunque est
implcitamente determinando su discurso.
Si la palabra fuera plena, y as la escucha y respuesta del Otro, nos
haramos conocer en la medida en que ya lo reconocimos como tal. Pero este
reconocimiento est ms all de lo conocido. De reconocerlo debera ser como
un absoluto irreducible.
Vimos al sujeto preso de la estructura de mensajes especulares que
entraan una forma de inversin. Hay otra forma de inversin que tiene que ver
con la suposicin de que el otro est all como Otro absoluto. Es la siguiente:
Para que el sujeto expresara algo como: eres mi maestro, esta certeza
debiera estar fundada ms all de sus palabras. Palabra de certeza en tanto
no slo la seguridad en ella, sino la verdad objetiva y real que la inspira. Algo
debi llegarle para reconocerse como discpulo. Desde dnde?
Eres mi maestro
Ests seguro?
o'
O: Eres mi discpulo
La alocucin se constituye como una respuesta. Hablar sera hacer hablar al otro
como tal.
Lo que le llega al sujeto le llega del otro sin que l lo sepa (en forma implcita a su
determinacin de hablar) de all la mencin inconsciente que aparece a lo largo
de esta direccin simblica que va de O hacia S.
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Con el otro vector Oo se simboliza que ese mensaje que proviene del Otro no es
captado por el sujeto a pesar de estar all. El sujeto S que se dirige al Otro, se
escucha decir en el punto o, que es el punto de la representacin imaginaria del
sujeto que habla. Eres mi maestro. El soy tu discpulo, mensaje constituido
originariamente en O, slo le llega en su forma invertida eres mi maestro a causa
de la mediacin del eje imaginario o'o (de all el trazado discontinuo a parir de la
interseccin con el eje) Se ve con toda claridad que en el lugar del Yo (o) la
articulacin del mensaje est totalmente sobredeterminada por el mensaje que
proviene de O.
En consecuencia se puede representar al inconsciente como ese discurso del
otro en el que el sujeto recibe en forma invertida, como conviene para el caso de
una promesa, su propio mensaje olvidado. Para el sujeto su palabra es un
mensaje porque se produce en el lugar del Otro.
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o yo. Tal la crtica que Lacan le plantea a Hegel en la dialctica del amo y el
esclavo. La analoga de este anlisis con la conceptualizacin hegeliana de la
relacin de servidumbre marcar profundamente a Lacan, y la definicin del
deseo atestiguar que surge necesariamente de la relacin especular, en una
tentativa de reapropiacin por el sujeto de sus propios rasgos, que la imagen del
doble, habitada por el otro, haba capturado originalmente.
En la lucha a muerte por puro prestigio, por miedo a morir, uno de los dos
puede renunciar a la lucha, puede rendirse. El primero que bajara las armas para
rendirse sera asesinado por el otro, por lo que, para que se pueda renunciar a
esta lucha a muerte es necesario un pacto previo, y este se da por la va de lo
simblico. Esto permite otra salida que no sea la exclusin recproca. Fue
necesario entonces incluir lo simblico en el puro imaginario del estadio del
espejo; un simblico que preexiste al sujeto, fundamentado en todo lo que
acompaa la crianza del nio: se nombra lo nombra antes que nazca, se le
habla, se le canta, etc. Es en 1953 que Lacan incluye lo simblico duplicando la
alienacin primera de la imagen del cuerpo propio a imagen del otro, por otra,
segn la cual el inconsciente es el discurso del Otro. Hasta ese momento haba
en Lacan una primaca de lo imaginario. (Ver esquema ptico)
En su efecto de fase, el Estadio del Espejo constituye el registro de lo
imaginario y lo imaginario del Sujeto prefigura la pre-existencia de lo Simblico
como la Paternidad, la Ley y la Muerte, y define lo Real para dicho Sujeto.
En este juego identificatorio en el que el sujeto se ve captado por una
imagen extraa y suya a la vez, se descubre la funcin del proceso de
proyeccin que organiza el modo de percepcin del sujeto y atribuye a la
realidad su estabilidad aparente. Este modo de aprehensin del Umwelt, que
caracteriza la tendencia general del conocimiento, se basar entonces, segn
Lacan, en una organizacin paranoica constitutiva de la emergencia del yo, que
dara testimonio de la gnesis mental del hombre, as como de los momentos
clave de la identificacin objetivante. Uno de tales momentos se anunciar en
el transitivismo infantil observado por Charlotte Blher y retomado por Wallon y
Lacan, que consiste en que nios de edad semejante, puestos en presencia
recproca, confunden sus gestos y los continan en una captacin especular que
pone an ms de manifiesto la anticipacin respecto de la coordinacin completa
de los aparatos motores. De modo que la funcin de la agresividad y la
naturaleza paranoica del conocimiento aparecen como proviniendo directamente
de la experiencia especular, y participan de la constitucin de un yo al que la
virtualidad del modelo hace ilusorio para siempre.
El autor tiene el cuidado de oponer su doctrina a toda filosofa que reivindique
el cogito y, una vez denunciada la virtualidad del yo y su pretensin de ocupar el
lugar de los que algunos llaman el ncleo duro d la personalidad, se
comprende fcilmente esta advertencia. En la perspectiva lacaniana, el yo,
portado por esa Gestalt constituyente en la que se ha interesado la
experimentacin biolgica, seguir inaccesible al sujeto y determinar en l la
aspiracin de una imagen ideal (yo ideal) detrs de la cual se reconoce todava
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Estructura
Edipo no saba. Hamlet, s. Atender Edipo en Colona. Efectos de la declinacin. Ser el falo a
dejar de ser el falo. Pasar al tema de tener el falo. La castracin.
Complejo es aquello que se cierra. Subjetivamente, lo que tiene alguien. Estructurante del
sujeto. Freud lo entrev como una consecuencia de la sexualidad. Incesto; hostilidad,
dominan al parlete. Sentimientos repugnantes porque son antiguos. Generadores de culpa.
Lo centra en el nio. De all surge la represin y la censura estructurante. Lo que funda el
inconsciente es la represin primaria.
La sexualidad aparece dando origen a las exclusiones, segregaciones, retorno de lo
reprimido.
De la salida del Edipo se da la identidad sexual.
Pertenece al inconsciente el deseo de quedarse con la madre y asesinar al padre instinto
de muerte.
Freud seala una lgica de oposicin: el individuo jugando en el pleno de la ambivalencia.
No hay algo que pre-exista, se determina en el interjuego familiar.
1920 aparece en la obra de Freud el complejo de castracin.
La idea de lo que fue falo fue castrado. El varn identifica su rgano con el falo,
reconocimiento del obstculo que lo introduce en la privacin femenina. Intervienen la
percepcin y algo que se diga en torno a esto.
Para todo x todos tienen falo:
Todos nos constituimos a partir de la parte flica.
Freud habla el goce a partir del padre de la horda. Existe 1 que goza de todas las mujeres.
Es aqul que funda la regla. Es la razn por la que fue asesinado. Se introyecta la ley y se
puede hablar.
Existe un x que dice no a la cuestin flica:
La estructura es una organizacin caracterizada por lugares vacantes.
X es funcin de y
Y es funcin de x
X depende o concierne a y (ejemplo del cuadrante cartesiano)
El objetivo de llevarlo a la matemticas es que tiene que cumplir como una ley. Se trata de la
funcin y como se la indica an en la ausencia.
Partiendo de lo que circula es el falo, los tiempos del Edipo constituyen la metfora paterna.
La metfora paterna va a inscribir el nombre del padre. Si no hay metfora paterna no est
constituido el Nombre del Padre.
Primer tiempo: El nio la madre y el falo. El nio est sometido al capricho de la madre.
Esto va a hacer que el nio se identifique con el objeto del deseo de la madre.
Dependencia de amor.
La madre busca la completud narcisista y el nio se da cuenta que hay algo ms all cuando
la madre lo mira.
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La madre es la que arma la demanda. El nio juega en ello el papel de falo imaginario; el
falito. Al alcanzar el falo imaginario a la madre toma el lugar del Otro (del cdigo). Constituye
sus necesidades. Tambin ocupa el lugar de a semejante.
[Transitivismo en la obra de Winicott. El tiempo de las fobias. Fetichismo.]
El jbilo del espejo - yo ideal- tiene que caer. All est la prdida del goce.
[Aqu est el origen de las psicosis]
La madre lo sustituye por el falo simblico.
Se complementa y disimilan ser el falo imaginario el falo simblico. [La figura del toro] 1
La mujer entra al Edipo desde el lugar de una decepcin. Ella esperaba algo que la madre
no le dio. Reconoce la falta. Entonces recurre al padre en la fantasa que le de el falo, un
hijo.
Con el hijo se constituye la madre flica (la que lo tiene todo). El nio est sometido al
capricho de la madre. Ser necesario que caiga la madre flica, la que lo tiene todo.
Segundo tiempo: Aparece la prohibicin: No reintegrars tu producto (final de la clase)
1 LA FIGURA DEL TORO
La demanda del nio hacia la madre vuelve a rearmarse porque al no ser satisfecha se relanza
hasta que llega un momento en que se cierra como una vuelta de ms. Arma entonces el agujero
central. El deseo se desprende de la demanda y all pone el objeto a
Desde all se marca la salida del otro toro, porque se trata de no slo el deseo del nio sino de la
demanda de la madre. La madre articula la demanda del nio. Resulta as que el deseo de uno es
el lugar de la demanda del otro
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METFORA PATERNA
Cuando, en 1956, Lacan comenz a abordar detalladamente los tropos metfora y
metonimia, el ejemplo que tom para ilustrar la estructura de la metfora fue un verso del
poema e Vctor Hugo titulado Booz endormi. Este poema vuelve a narrar la historia
bblica de Ruth y Booz: mientras Ruth duerme a los pies de l, Booz suea que de su
abdomen crece una gavilla, como revelacin de que iba a ser el fundador de una raza. En
el verso que cita Lacan (Su gavilla no era avara ni rencorosa) la sustitucin metafrica
de Booz por su gavilla produce un efecto potico de significacin. La paternidad es
entonces el tema de este poema (su contenido) y tambin es intrnseca a la estructura de la
metfora en s. Toda paternidad involucra una sustitucin metafrica y viceversa.
La frase metfora paterna es introducida por Lacan en 1957. En 1958 contina
elaborando la estructura de esta metfora; ella supone la sustitucin de un significante (el
deseo de la madre) por otro (el Nombre del Padre).
De modo que la metfora paterna designa el carcter metafrico (es decir, sustitutivo)
del propio Complejo de Edipo. Es la metfora fundamental de la que dependen todas las
significaciones: por esta razn, toda significacin es flica. Si el Nombre del Padre est
forcluido (como en la psicosis) no puede haber metfora paterna, y por lo tanto tampoco
ninguna significacin flica.
Nombre del Padre
Deseo de la madre
.
Deseo de la Madre
A
Nombre del Padre
Falo
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con respecto a Freud reside en la forclusin: Si el Nombre del Padre est forcluido en el
lugar del Otro (este significante es negado en el discurso de la madre), la metfora
paterna ha fracasado siendo este fracaso la carencia que le da a la psicosis su condicin
esencial con la estructura que la separa de las neurosis. La forclusin del Nombre del
Padre, que neutraliza el advenimiento de la represin originaria, hace fracasar, al mismo
tiempo, la metfora paterna y compromete grandemente el acceso del nio a lo simblico
e incluso se lo impide. El nio queda estancado en una organizacin arcaica en relacin
dual imaginaria con la madre.
Por otro lado, la cuestin de la circulacin del falo en la genealoga materna no deja
ningn lugar al padre simblico y por ende la posibilidad de simbolizar la ley del padre
instituyendo la castracin simblica.
Sobre lo que queremos insistir, s que no slo hay que ocuparse del modo en que la madre
se adapta a la persona del padre, sino de la importancia que le da a su palabra, digamos
la palabra justa, a su autoridad, es decir, el lugar que ella reserva al Nombre del Padre en
la promocin de la ley.
(Queda por desarrollar lo relativo a la spaltung.)
La metfora del Nombre del Padre permite advenir al nio como Sujeto al acceder a
lo simblico (y a la prctica de la lengua materna). Establece en el sujeto un estructura de
divisin psquica (spaltung) irreversible. El principio que gobierna la metfora del
Nombre del Padre se sustenta exclusivamente en un efecto significante, particularmente
en una sustitucin significante. El orden significante es, precisamente, el que hace que el
sujeto llegue a su estructura de divisin. Esto equivale a decir que el sujeto est dividido
por el orden mismo del lenguaje. Por otra parte, la metfora paterna se apoya en la
represin originaria, es decir, en el advenimiento del inconsciente; por lo tanto, el
inconsciente como tal, est tambin sujeto al orden del significante.
En Freud: ichspaltung, traducido como escisin del yo. Se trata de una escisin
intrasistmica, o sea, interna del Yo. Sin embargo el concepto es ambiguo, por ejemplo
desde la segunda tpica.
En Bleuler, spaltung, se traduce como disociacin, y se refiere a sndromes
esquizofrnicos. (Discordancia)
Para Lacan es la caracterstica ms inaugural que define la subjetividad porque es
precisamente lo que permite al sujeto estructurarse de acuerdo con cierto modo psquico.
Aparece como aquello que convierte el aparato psquico en un sistema plurisistmico:
Divisin inaugural del sujeto que proviene del propio vinculo del sujeto con un tercer
orden que es el orden simblico, o ms exactamente el orden que va a mediatizar la
relacin del sujeto con lo Real. Esta operacin se realiza con la instalacin del proceso de
la metfora paterna despus de la cual un smbolo del lenguaje (el Nombre del Padre S2)
designar metafricamente al objeto primordial del deseo que se ha vuelto inconsciente
(significante del deseo de la madre, significante flico S1):
Inconsciente
S1
S2
s1
S3
s3
Represin originaria
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La evolucin del nio en los misterios del Edipo puede fijarse eventualmente en un
punto de equilibrio inestable alrededor de la encrucijada que constituye la pregunta ser o
no ser el falo. Lacan seala de este modo un punto de anclaje favorable a las
identificaciones perversas en la suspensin de este interrogante que perpeta una
oscilacin en el lugar de la castracin si sta se apoya en un mensaje equvoco sobre el
papel de la funcin simblica del Padre. Una ambigedad sostenida a ese nivel
movilizarla nio hacia una estrategia defensiva para evitar la castracin. Pero el perverso
se equivoca en cuanto a la posicin subjetiva que lo une a la supremaca de lo imaginario
flico: cultiva su singularidad paradjica con respecto a la castracin de tal modo que
puede medir una incidencia con bastante precisin. Todo su talento sintomtico y tambin
toda su angustia consistirn en reproducir y conservar la ilusin subjetiva en la que se
encuentra capturado. Hay que sondear sin cesar la medida de la castracin si se la quiere
evitar cada vez con ms destreza. En otros trminos, la identificacin perversa provoca en
negativo la doble, pero solidaria cuestin de la privacin materna de su objeto flico y la
separacin del nio de su identificacin con tal objeto.
47
luego como el supuesto poseedor del falo. El nio ha elaborado entonces una relacin
significante ya que puede designar / nombrar la causa de las ausencias de la madre al
convocar la referencia del Padre que tiene el falo, es decir, el padre simblico. Aqu es
donde interviene especialmente el Nombre del Padre asociado a la Ley simblica que
encarna. El nombre del Padre es una designacin del reconocimiento de una funcin
simblica circunscripta al lugar en el que se ejerce la ley. Esta designacin es producto de
una metfora. El Nombre del Padre es el nuevo significante (S2) que reemplaza, para el
nio, al deseo de la madre. Durante la sustitucin significante, el significante del deseo de
la madre S1 es objeto de una represin (represin originaria) y se hace inconsciente,
producindose el efecto habitual de la metfora.
Al nombrar al Padre, el nio sigue nombrando, de hecho, al objeto fundamental de su
deseo. Pero ahora lo nombra metafricamente porque ha sido desplazado al inconsciente.
La vocacin del smbolo del lenguaje es expresar la perennidad del objeto fundamental
del deseo con una designacin que se efecta a espaldas del sujeto. Tal el automatismo de
repeticin. El lenguaje permite eternizar su expresin al socializarla en el registro
simblico de la comunicacin intersubjetiva. Tambin se esclarece lo que se pone en
juego intrnsecamente en el complejo de Edipo en donde la metfora del nombre del
Padre da prueba de la actualizacin de la castracin que interviene en el nico modo en
que es inteligible: la castracin simblica. En efecto, al trmino del Edipo, el falo aparece
como la prdida simblica de un objeto imaginario.
La represin originaria y la metfora paterna le imponen al deseo la mediacin del
lenguaje. El que inaugura la alienacin del deseo en el lenguaje es el significante Nombre
del Padre. Al hacerse palabra el deseo se transforma en reflejo de s mismo. El deseo de
ser reprimido a favor del deseo de tener obliga al nio a dirigir su deseo hacia el campo
de objetos sustitutivos del objeto perdido. Para lograrlo, la nica posibilidad del deseo es
hacerse palabra y ponerse de manifiesto en una demanda. Pero al hacerse demanda, el
deseo se pierde cada vez ms en la cadena de los significantes del discurso. El deseo
queda para siempre insatisfecho porque tuvo la necesidad de hacerse lenguaje. Por eso es
que renace continuamente puesto que siempre est en otro lugar, fundamentalmente fuera
del objeto designado o del significante susceptible de simbolizarlo. En otras palabras, el
deseo ha tomado el camino de la metonimia. La metfora del Nombre del Padre obliga al
nio a tomar la parte (objeto sustituto) por el todo (objeto perdido). As como una vela
en el horizonte designa el todo (la nave) por la parte (la vela), as tambin el deseo
insiste en designar al deseo del todo (objeto perdido) por la expresin del deseo de la
parte (objetos sustitutos).
En conclusin, la metfora paterna constituye un momento profundamente
estructurante de la evolucin psquica del nio. Adems de introducirlo en la dimensin
simblica y desprenderlo de su atadura imaginaria con la madre, le confiere la categora
de sujeto deseante. El beneficio de esta adquisicin slo se obtiene por medio de una
nueva alienacin. En efecto, cuando se transforma en sujeto deseante el deseo del ser
parlante (parltre) se vuelve cautivo del lenguaje en el que se pierde como tal, para ser
representado solamente por significantes sustitutos que imponen al objeto del deseo la
calidad de objeto metonmico. Crease de esta manera una estructura de divisin subjetiva
(Spaltung) que lo separa irreversiblemente de una parte de s mismo y produce el
advenimiento del inconsciente.
48
NOTAS
1. El juego del fort-da: relacionado con los importantes resultados de ndole cultural obtenidos
por el nio, con el renunciamiento pulsional que haba realizado (renunciamiento a la satisfaccin
de la pulsin) para permitir la partida de la madre sin manifestar oposicinponiendo en escena,
con los objetos que poda tomar, la misma desaparicin-regreso. El nio se ha adueado de la
ausencia gracias a una identificacin: la madre lo echaba al ausentarse y ahora es l quien la echa
al arrojar el carretel. El fort-da nos indica que desde ahora logra dominar el hecho de no ser el
nico objeto del deseo de la madre, es decir, el objeto que satisface la falta del Otro; es decir, el
falo. El nio puede entonces movilizar su deseo como deseo de sujeto hacia objetos que
reemplacen el objeto perdido.
2. El acceso al lenguaje (acceso a lo simblico) constituye el signo indiscutible del dominio
simblico del objeto perdido por medio de la realizacin de la metfora del Nombre del Padre que
se afirma en la represin originaria. Qu supone una simbolizacin de esta ndole? En primer
lugar, la experiencia subjetiva por la cual el nio va a sustraerse a una vivencia inmediata para
darle un sustituto. La cosa debe pederse para ser representada.
3. La posibilidad de este pasaje est supeditada a la capacidad de acceder a la dimensin del
tener en lugar de la de ser: [De ser el falo (el objeto del deseo del Otro) a descubrir que no lo es, y
de all, en la medida que la idea del objeto persiste, otro lo es, o si no lo es, lo tiene] Al encontrar
el Nombre del Padre es capaz de distinguirse a s mismo de la vivencia y del sustituto simblico
llamado a representarlo; por este pasaje el nio llega a ponerse como sujeto y no solamente
como objeto del deseo de otro.
4. Mecanismo de sustitucin metafrica:
Inconsciente
cadena hablada
S2.S3..S4..S5..
S1
Represin
S1 : objeto del deseo de la madre (falo imaginario)
S2 : Nombre del Padre, nuevo significante que reemplaza, para el nio, el deseo de la madre.
S1
s1
s2
S2
S1
s1
S2
s2
El proceso metafrico consiste en introducir un nuevo significante (S2) que hace pasar
bajo la lnea de significacin al viejo significante y en consecuencia queda provisoriamente en el
inconsciente.
49
DECLARACIN DE SEXO
La bisexualidad en la esfera psquica es un punto que de entrada pone en juego
nuestra incapacidad para decir lo que sea sobre las nociones de masculino y
femenino. Con todo, Freud no abandona su consideracin de que se trata de un
componente ineliminable de sus concepciones. Gracias a ella pudo plantearse las
pulsiones parciales sumergidas en esta dualidad y evolucionarlas hasta hacerlas
converger en una finalidad genital que, en lugar de poner de manifiesto que los
sexos en realidad son dos, los bordea.
Lacan admiti en 1975 que el inters fundacional de su vocacin fue el gran
enigma de la sexualidad y su sospecha de que las relaciones entre hombre y
mujer desempeaban un papel determinante en los sntomas de los seres
humanos.
Primera etapa:
Desde lo simblico, hombre y mujer son dos significantes distintos. Operan la
identificacin a ciertos trazos unarios que los separan. Tareas, funciones, roles,
son relativas como elementos de segregacin, se afirman, oscilan, tienden a
desaparecer, segn las pocas; pero la diferencia no se atena. No hay lgica
complementaria de las predicaciones a hombre y mujer. El significante es lo que
se asume y aprende. Ni an en el psiquismo hay algo que pueda situarse como
macho y hembra. Luego ser la oposicin estructural entre los significantes lo que
demarque la cuestin. Pero an all, surge la expresin de Lacan: la verdad
ltima, la verdad verdadera es que entre hombre y mujer eso no anda. Desde all,
no se trata de hacer que esto ande all donde eso no anda, sino demostrar el
eso no anda. Se sirve como exergo del poema de Antoine Tunal:
Entre el hombre y el amor,
Hay la mujer.
Entre el hombre y la mujer,
Hay un mundo.
Entre el hombre y el mundo,
Hay un muro
La declaracin de sexo:
Puesto que slo hay identificacin al significante y esto pone al hombre y la mujer
en la segregacin, cada uno de su lado: Qu ocurre con la relacin de uno con el
otro?
Slo hay acto sexual para hacer relacin ya que no hay relacin inscripta.
Cada uno, cada una, debe confesarse al otro como afectado por un sexo,
en un decir Yo, revelndose como macho o como hembra. As, un hacerse
hombre se instaura para hacer signo a la joven que se ama, as como un
hacerse mujer para hacer signo al joven que se ama.
sta es declaracin en negativacin del autoerotismo. En s misma
castracin. El reverso de una positivacin del cuerpo del Otro como
50
teniendo valor de goce ms all del placer del autoerotismo. As para los
hombres, la joven es el falo, y esto los castra; y para las mujeres el varn
es el falo, y esto las castra ya que ellas slo conseguirn el pene. Dicho de
otro modo, lo real del goce sexual es el falo, o sea lo que no se tiene.
No hay acto sexual en el sentido que este acto unira al ser del hombre y el
ser de la mujer bajo una forma de reparticin simple (llave y cerradura). No
hay acto sexual que constituya el acto inaugural de donde se engendrara la
subjetividad como tal, macho o hembra.
Hay falta, escamoteo simblico de la representacin del rgano de la
copulacin (menos phi minscula: -) Para el hombre se formula: yo no
tengo a ttulo de smbolo el pene; no es el rgano el que como significante
de mi virilidad me califica. La castracin proviene de que no se dispone del
conjunto de los significantes, lo que vuelve imposible el enunciado de la
bipolaridad sexual.
Hay separacin irreductible entre el cuerpo percibido del otro del que yo
gozo y el goce del Otro. De ah que sea posible, felizmente preguntarse (lo
que est ausente en la perversin):
se del que uno goza, goza?
Hay una respuesta posible?
Hay un saber sobre el goce del otro?
No hay saber sobre si hay o no simulacin. A pcaro, pcara y media.
La interseccin de las dos faltas del slo hay acto sexual y del no hay
acto sexual produce por su recubrimiento recproco un nico lugar vaco.
Ahora bien, a ese lugar vaco que es la hiancia de la no-relacin sexual
subsiste el objeto a minscula causa del deseo y ganancia de un plus-degozar en el fantasma.
Toda realizacin de la relacin sexual apunta al fantasma.
51
hombre en tanto hombre y por lo tanto castrado (por ejemplo, para Dora, la seora
K, o la madona de Dresde, en relacin con el padre impotente de Dora).
En cuanto a la verdad presente de ese discurso est en el hacer desear al Otro
por el juego del objeto a minscula segn la alternancia reglada de la seduccin
(+a) y de la sustraccin (-a), ante el primer signo del deseo del Otro. En cuanto al
deseo del sujeto, ste puede ser insatisfecho. Este lazo social se escribe as:
S/ S
S
a
El S est en el lugar de la produccin y el objeto a minscula en el lugar de la
verdad.
Ahora bien, este discurso es exactamente aquel que retoma todo analizante
gracias a la toma de palabra que permite el descubrimiento freudiano del proceso
analtico, es decir la asociacin libre segn la regla fundamental. El analizante se
histeriza suponiendo una relacin ideal entre el hombre y la mujer (y no una
mujer). Desde entonces, toda la bsqueda de Lacan en el curso de esos aos ha
de consistir en encontrar el lmite a la histerizacin de artificio, mediante la
desuposicin de la mujer gracias al cuarto discurso: el del analista.
La lgica aristotlica no sirve para inscribir este lmite, sta instaura una negacin
que slo cae sobre el atributo, de tal suerte que lo que del predicado no es
atribuible a lo masculino es llamado femenino, e inversamente. Esta negacin es
exactamente del orden de la esperanza histrica; habra relacin de
complementariedad entre dos universales, el hombre y la mujer.
Lacan intentar demostrar que no hay equivalencia entre estos dos universales
fundando otra lgica que por medio de los cuantificadores permita la introduccin
de otra negacin que recaiga sobre el sujeto.
52
Gnero
Ex. x
Ex. x
Ax. x
Ax. x
Existe un individuo
Un hombre existe
No existe
Una mujer no existe
La mujer es no toda
Al hombre le concierne
El hombre existe
El, existe
No existe un x
No existe un universal
"La" no existe como universal
53
No hay conjunto que pueda funcionar sin un elemento exterior a, o eyectado del
conjunto.
Hace lmite al universal, cerca al para todos, hace borde.
Es el UNO, sino seguro, al menos con el cual es necesario contar.
Cuando nombramos un conjunto, ese nombre no forma parte de l, est
necesariamente fuera del conjunto.
"El uno surge de una negacin que tiene valor fundador, valor de afirmacin del
conjunto. Es un creador que tiene el valor de nombre" (Sibony)
Del lado De la mujer no hay excepcin que pueda cercar un todo. Estando negada
la excepcin no hay universal posible.
Ex. x es el lugar del goce de la mujer.
El falo es el punto lmite entre el significante y el goce. Entre el goce flico y el
deseo.
Sptima emisin
Creo que el retorno a los textos freudiano me ha dado la idea cada
vez ms certera de que la captacin ms global de la realidad humana
es la realizada por la experiencia freudiana.
Las categoras de lo simblico de lo imaginario y lo real son deducidas de
modo progresivo en la obra de Lacan. La interaccin de estas tres instancias se
revela estructuralmente isomorfa a la dialctica implcita en el complejo de Edipo,
tal como Lacan la especifica a partir del estadio del espejo, de la funcin flica,
del complejo de castracin, y de la metfora del Nombre del Padre. El desarrollo
de su teorizacin, manifiesta la disparidad intrnseca de la constitucin del
sujeto, o sea su separacin irreductible del objeto del deseo por mediacin del
fantasma.
El principio, ha consignado desde el montaje de esta estructuracin subjetiva
mediante el esquema R, muestras de una singular economa explicativa en el
comentario que le dedica. De all la necesidad de desplegar de manera lgica
las diferentes fases que concurren a su construccin.
54
METFORA PATERNA
Por el deseo de la madre un bebe entra al mundo
DM
NP
Cae bajo la barra por el efecto del nombre del padre
DM
DM
DM
NP (1/s)
x
Figura 1:
Madre
Nio
La figura 1 esquematiza la relacin originaria madre hijo, designada
habitualmente como indistincin fusional. No obstante, la interaccin dinmica
del deseo entre la madre y el nio slo es coherente en relacin con la falta. En
efecto, el presentimiento de lo que le falta a la madre se puede colmar
imaginariamente con el objeto que no tiene, el del deseo. Por esa razn, de
modo igualmente imaginario, el nio se identificar de buena gana con el objeto
de lo que le falta al Otro (la madre). El nio queda comprometido en una
dinmica deseante alienada al deseo de la madre, puesto que est
expresamente identificado con su falo. Por lo tanto, el espacio de esta relacin
no traduce la experiencia de una pura y simple dualidad, y menos se trata ah de
simbiosis. La indistincin fusional slo se funda porque le preexiste un tercer
trmino: la falta y la existencia imaginaria de un objeto susceptible de colmarla,
el falo (Falo imaginario: )
En consecuencia: lo que moviliza y alimenta la dinmica de la relacin
fusional es sin duda el objeto de la falta como tal. Esto plantea la necesidad de
modificar el esquema originario, dando lugar a la intercesin del falo imaginario.
Al objeto flico imaginario, que se supone colma la falta del Otro, responde la
identificacin imaginaria del nio con tal objeto de la madre: Ese primer tringulo
madre-nio-falo, que representa el registro imaginario, constituye la clula
bsica del esquema R. Al identificarse de modo imaginario con el objeto de
deseo de la madre, el deseo del nio se realiza ya como deseo de deseo.
(Deseo de deseo del Otro)
55
Figura 2:
Madre
Objeto de
La falta
Madre
imaginario
Hijo
Hijo (asujeto)
Madre
Madre
Imaginario
Realidad
Nio
asujeto
Padre
Madre
Madre
Imaginario
Realidad
Simblico
Nio
asujeto
Nio
Padre
57
Madre
I
R
S
m
Padre
58
Figura 6:
S S
I
R
S
ma'
A
S S
I
R
S
ma'
A
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61
62
63
64
65
nace tambin la envidia por lo que creo que el otro tiene, se sita a los tres
aos.
Con l concluye el estadio del espejo y representa el paso del JE es decir
el Yo nicamente especular es decir imaginario al Yo social, es decir simblico,
esto es lo que Lacan llama intrusin simblica es una matriz simblica en al
que se precipita el yo.
El falo imaginario es pues cualquier cosa que pueda completar una falta en
la subjetividad (pene, dinero, heces...) atribuyndole un lugar de preferencia
para el deseo del Otro.
En cambio el falo imaginario negativizado es el que falta en la imagen
especular, toda la carga libidinal del sujeto no pasa a la imagen especular, una
parte queda investida en el propio cuerpo. La imagen del yo est marcada por
una falta que se escribe ( ), el falo imaginario. El resto que no pasa a la
imagen especular () da consistencia a la imagen. En ese espacio es donde
se aloja el objeto a con sus representantes seno, heces, voz, mirada.
Entonces el falo imaginario negativizado es la reserva libidinal operatoria
del lado del sujeto, es un agujero en lo imaginario, no-toda la libido pasa a la
imagen especular, ese agujero es () garanta de una ausencia necesaria
para el funcionamiento de la castracin.
CONCLUYENDO Primer Aporte de la fase del Espejo
La imagen que el espejo le devuelve produce efectos estructurantes, pero
ilusorios. Sus efectos son la inauguracin de lo imaginario en el sujeto, all se
constituye una falsa unidad, que inaugura un modo de sujeto, sujeto que est
predeterminado por lo simblico que le antecede, como la Paternidad, la Ley;
inscribe una marca, esa marca ser el rasgo unario, ese lugar de omnipotencia
puntual dar origen al Yo-Ideal y una dialctica de identificaciones alienante de
ser en el otro.
Esta Imago estructura ortopdicamente al sujeto.
Instaura una relacin dual consigo mismo y en la forma de dependencia.
Matriz simblica, marca todas las posteriores identificaciones del yo. El
desarrollo del Yo escindido depende de esta matriz y esta ortopedia y
asegurar como forma primer al ideal del Yo contra la dispersin psictica.
Esta relacin a su propio cuerpo, cuerpo que le es dado al sujeto con las
marcas del Otro, marcar sus relaciones de objeto y su deseo. Su cuerpo es
imaginario, sus objetos tambin lo son porque no hay un ltimo objeto, porque
el deseo empuja, los objetos siempre sern sustitutos de ese primer objeto
faltante, entonces la forma del sujeto ser la falta, la falla, intentando hacerse
representar entre dos significantes.
Vemos aqu sencillamente trenzados los tres registros, lo imaginario, lo
simblico con lo real del cuerpo.
PASEMOS AL ESQUEMA L
El nio al identificarse, lo hace en un proceso de simultneo
66
Deseo de la Madre
significado del sujeto
67
68
Privacin
Castracin
de un
objeto
Frustracin
69
MOMENTOS EL EDIPO
El nio tras la fase identificatoria del espejo sigue manteniendo una relacin de
indeferenciacin cercana a la fusin con su madre, producto de la posicin particular que
el nio alimenta con respecto a su madre: tratar de identificarse con lo que l supone que
es el objeto de su deseo. Esta identificacin se ve ampliamente facilitada e inducida por la
relacin de inmediatez entre ambos aunque ms no se a por los cuidados y la satisfaccin
de las necesidades. En otros trminos, la proximidad de estos intercambios pone al nio
en la situacin de hacerse objeto de lo que se supone le falta a la madre. Este objeto es
justamente , el falo imaginario, considerado como el objeto de completud.
El nio encuentra la problemtica flica en su relacin con la madre al querer
constituirse a s mismo como falo materno. Es este el primer momento del Edipo, en el
cual el deseo del nio permanece totalmente sujeto al deseo de la madre. Slo puede
haber una relacin de fusin con la madre en la medida en que no aparezca ningn tercer
elemento que mediatice la identificacin del nio al falo de la madre; pero asimismo, la
simple naturaleza de esta identificacin que elude la mediacin de un corte o
intermediacin, la convoca en el terreno de una oscilacin dialctica entre ser o no ser el
falo. Anuncia entonces el segundo momento del complejo de Edipo en el que el nio es
introducido inevitablemente en el registro de es intermediacin por la intrusin de la
dimensin paterna.
La mediacin paterna va a representar un papel preponderante en la configuracin de
la relacin madre-hijo-falo al intervenir en registros aparentemente diferentes, como
privacin, prohibicin y frustracin. Las cosas se complican an ms cuando se
evidencia que la accin conjugada del padre tiende a catalizar su funcin fundamental de
padre castrador.
70
FALOCENTRISMO
Ficha Extractada:
E. Roudinesco M. Plon: Diccionario de Psicoanlisis. Paids. 1998.
J. Laplanche J.B. Pontalis: Diccionario de Psicoanlisis. Labor. 1971.
En la Antigedad designaba la representacin figurada, pintada, esculpida, etc. del rgano viril, objeto de
veneracin que desempeaba un papel central en las ceremonias de iniciacin. El falo en ereccin
simbolizaba la potencia soberana, la virilidad trascendente, mgica y sobrenatural, y no la variedad pripica
del poder masculino, la esperanza de la resurreccin y la fuerza que puede producirla, el principio luminoso
que no tolera sombras ni multiplicidad y mantiene la unidad que eternamente emana del ser Los dioses
itiflicos Hermes y Osiris encarnaban esta inspiracin esencial.
3
La organizacin flica sostenida por Freud como fase de evolucin de la libido en ambos sexos, corresponde
al complejo de castracin e impone el planteamiento y resolucin del complejo de Edipo. La alternativa que
se ofrece al sujeto en esta fase consta de dos trminos: tener el falo o estar castrado. La oposicin no es entre
dos trminos que designan dos realidades anatmicas, como son el pene y la vagina, sino entre la presencia o
la ausencia de un solo trmino. Aunque el complejo de castracin adopte diferentes modalidades en el nio y
en la nia, en ambos casos contina centrado alrededor del nico flico, el cual es concebido como separable.
En esta perspectiva el rgano masculino se inscribe en una serie de trminos sustituibles unos por otros en
ecuaciones simblicas (penes = heces = nio = regalo, etc.), trminos que tienen en comn la propiedad de
ser separables del sujeto y poder circular de una persona a otra.
Pero destaquemos que esta primaca del falo para los dos sexos corresponde, para Freud, al hecho de que la
nia ignorara la existencia de la vagina y le atribuira al cltoris el papel de homlogo del pene.
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4
5
72
EL COMPLEJO DE EDIPO
EDIPO Y EL ENIGMA
Jorge Luis Borges
(El libro de Los seres imaginarios)
Cuadrpedo en la aurora, alto en
el da
y con tres pies errando por el vano
mbito de la tarde, as vea
la eterna esfinge a su inconstante,
hermano, el hombre
y con la tarde un hombre vino
que descifr aterrado en el espejo
de la monstruosa imagen, el reflejo
de su declinacin y su destino.
La larga y triple bestia somos, todo
lo que seremos y lo que hemos sido.
Nos aniquilara ver la ingente
forma de nuestro ser: piadosamente
Dios nos depara, sucesin y olvido.
La formulacin del Complejo consiste en la atribucin de deseos amorosos y hostiles
del nio hacia sus padres. En su forma llamada positiva se presenta como deseo sexual
hacia el progenitor del sexo opuesto y deseo de la muerte del rival, que es el progenitor del
mismo sexo. En su forma negativa consiste en sentimientos inversos, pero de hecho estas
dos formas se encuentran en diferentes grados combinados siempre. Su perodo de
aparicin corresponde, segn Freud, entre los tres y cinco aos, durante la fase flica, su
73
74
REELABORACIONES EDIPIANAS
Freud estableci expresa analoga entre sus conflictos infantiles y el mito de Edipo.
Atribuido a Cinetn, citado por Homero, fue Sfocles quien lo desarroll en sus
tragedias.
Edipo era hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas. El orculo haba anunciado que Layo
habra de morir de un hijo de Yocasta, por lo que al nacer se orden a un criado que lo
abandonase en el monte Citern. El sirviente atraves con un hierro los pies del nio y
as trabado lo llev y colg de un rbol. Habiendo odo su llanto otro pastor lo rescat y
llev a Corinto donde fue adoptado por los reyes del lugar, que no podan tener hijos.
Polibo y Merope fueron sus padres adoptivos; con ellos creci hasta que llegado a
mayor edad, la indiscrecin de un comensal en una fiesta le hizo dudar de su
legitimidad. Para aclararla se dirigi al orculo, pero ste slo le respondi que habra
de ser asesino de su padre y esposo de su madre y que engendrara una raza maldita de
los dioses. Horrorizado se desterr voluntariamente para evitarlo. En la ruta de su xodo
tropieza con Layo en una encrucijada estrecha, disputaron sin conocerse por la prioridad
en el camino, Layo result muerto as como el resto de la comitiva, salvo uno de los
servidores que logr huir, Edipo llega al fin a Tebas donde
vence a la Esfinge,
75
- Fue Layo soberano nuestro, o rey antes que t tomaras las riendas de la ciudad
- Lo se de odas, porque verle nunca le vi
La renegacin es el mecanismo sobresaliente en Edipo, mecanismo ntimamente
relacionado con el acting out, al cual corresponde el parricidio.
Layo, hijo de Labdaco, hijo a su vez de Polidoro como ste del
viejo Cadmo y ste del padre de todos Agenor.
Genealoga de los labdacidas, progenie intensamente filicida.
Layo sedujo y rapt a Crisipo, hijo de Plope, y por esto se lo seala como
introductor de la homosexualidad en Grecia. Pesa sobre l la maldicin de Plope
que confirma el orculo. Por esa razn evita relaciones sexuales con Yocasta sin
darle explicacin, cosa que la irrita hasta tal punto que, despus de haberlo
emborrachado consigui atraerlo a sus brazos quedando embarazada.
Preguntndome con terror si tu respuesta pide algo nunca visto o algo con los aos
repetido.
Esta cuestin remite a la universalidad del complejo edipiano.
Tiresias, el ciego adivino
La aparicin de este personaje, dotado de Visin interior y privado de visin
exterior, ejemplifica la contradiccin entre visin y ceguera de las que padecen los
seres humanos en tanto creen conocer cuando en realidad desconocen su propio
inconsciente. El adivino tiene, como compensacin de su ceguera el poder para
conocer lo oculto, la videncia no se alcanza ms que al precio de cierta ceguera.
(Segn el mito, Tiresias, en cierta ocasin, habra visto, en el monte Cilene, a dos
serpientes cuando estaban copulando. Al atacarlo las dos serpientes las golpe con un
bastn, matando a la hembra. Por esa razn fue transformado en mujer y lleg a ser
famosa ramera; pero siete aos ms tarde acert a ver la misma escena en el mismo
lugar, y en esta a ocasin recobr su virilidad dando muerte a la serpiente macho.
Otra historia cuenta que fue llamado por Zeus para dirimir una discusin con Hera,
sobre quin, hombre o mujer, gozaba ms durante el acto sexual.
Tiresias, basado en su doble experiencia, afirm que el placer de la mujer era el
mayor. Hera, contrariada, ceg a Tiresias; pero Zeus lo compens con la visin
interna y con una vida extendida a siete generaciones)
Le he enviado ya dos avisos y cierto que me maravilla su tardanza. Se refiere
Edipo a quien encargara averiguaciones.
La demora es un el elemento caracterstico de la accin dramtica y un
componente inevitable y necesario del tratamiento psicoanaltico relacionado con la
gestin y afloramiento de la verdad.
77
Jams descorrer el velo de mis pesares, por no decir los tuyos. Del dilogo entre
Edipo y Tiresias cargado de acusaciones e insinuaciones.
Se trata de mecanismos de identificacin introyectiva y proyectiva.
Muy libre estoy; llevo en mi seno a la verdad como un baluarte.
Seris libres por la verdad.
Quieres que siga diciendo, para que t sigas rabiando.
La revelacin a destiempo.
Vives un vergonzoso consorcio con los tuyos y no ves los males en que vives.
Incesto.
Cegatn, tanto tapiado de ojos como de odos y de entendimiento Vives envuelto
en perpetua noche, no atinar tu golpe, no conmigo ni con nadie que tenga ojos.
Se debaten en procesos de negacin y proyeccin.
Aunque eres rey, hemos de ser iguales, por lo menos en el derecho de contestar.
Democracia: igualdad de derechos en la bsqueda y formulacin de la verdad.
T: No te pagas tu de diestro en desembrollar enigmas?
E: Motjame por ah; en eso precisamente hallars mi grandeza.
T: Precisamente es esa la gloria que te ha arruinado.
El verdadero triunfo de la Esfinge fue que por haber sobreestimado Edipo su
inteligencia, cay en su trampa de un modo genuinamente masculino y sin saberlo
cometi sacrlego incesto. El enigma de la Esfinge era ella misma, esto es la imagen
de la madre terrible.
Entonces, voime. (Al lazarillo) T, nio guame.
El nio guiando al hombre es tambin una metfora de la importancia de los
recuerdos infantiles para desentraar el conflicto neurtico y psicoptico adulto.
Porque ciego el que ahora ve y mendiga, el que es ahora opulento, saldr a
recorrer tierras extraas y a tantearlas con su bastn de ciego.
Los golpes del destino.
78
Y aparecer que es para sus hijos hermano a un mismo tiempo y padre; y para la
mujer que le dio la vida, hijo a la par, y marido, y para su padre cnyuge de su
mujer y matador de l.
Las relaciones sexuales en vnculo de consanguinidad trastornan el orden
simblico y lo imposibilitan.
Con terribles, con horrendas ideas me ha desconcertado el sabio agorero, y ni
aprobarlas s ni acierto a negarlas. No encuentro qu decir. Juguetes de mis
pensamientos ni leo el presente ni leo el pasado.
Aparece en Edipo una intensa ansiedad confusional.
Corifeo: Mientras no me salten a los ojos las pruebas no asentir a los que le
condenan
Incredulidad que se paga.
Creonte: ms quiero reinar que ser llamado rey pues bien: ahora yo en t lo
tengo todo sin sobresalto alguno Y cmo ha de ser para m el mando mismo ms
dulce que esta amable e inofensiva soberana? ".
Creonte, hermano de Yocasta y sucesor del trono ha preferido la alianza y
sumisin a Edipo, como alianza y sumisin al padre o Superyo paterno. A su vez,
simultneamente, Layo internalizado como conciencia moral que invita al hijo a
deponer su hostilidad y rebelda, y aceptar una ventajosa alianza con l.
Creo haber odo decir que Layo muri en un cruce de tres carreteras.
Es en una encrucijada en donde segn nuestras decisiones se define el destino.
No soy yo un vil? No soy yo la hez de la impureza?
Llega al fin la culpa como asuncin melanclica.
El palacio ste es; l est dentro, oh, extranjero!; esta seora es su esposamadre de sus hijos.
La percepcin inconsciente e inminencia del insight.
Y tanto supo amarme habindome recibido de otros?
Reconocimiento y gratitud.
Yocasta.- Y qu, que sea cualquiera? djalo estar, no des ni un slo pensamiento
a lo que se ha dicho, todo es en vano.
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3.
EL PAR MOSTRUO ESFINGE; el mundo se presenta catico, lleno de
misterio, es preciso ordenarlo; de otra manera nos devora.
4.
EL PAR SIMBIOSIS-FUSIN; el regazo materno abriga, prolonga la vida
intrauterina. No slo es difcil abandonarlo sino que es grato retornar a l en el
incesto. Para ser hombre es preciso, imperiosamente, abandonarlo, separarse de la
madre. El incesto significa la tendencia inconsciente a no evolucionar, a
inmovilizarse en la condicin fetal.
5.
EL PAR INICIATIVA-SEGURIDAD; la incesante curiosidad, la indagacin y
el peligro que entraa; los sistemas de seguridad.
6.
EL PAR INDIVIDUACIN-ASESINATO; explicado en Ttem y Tab.
7.
EL PAR VISIN CEGUERA; todo desvelamiento supone una ocultacin.
8.
EL PAR INTELIGENCIA-SOBERBIA; el carcter prometeico del mito edpico.
9.
EL TEMOR A LA DISOCIACIN.
10. EL MITO DEL CAMINANTE; los pies hinchados.
11. EL MODELO DE LA ENCRUCIJADA.
12. EL MITO DE LA PESTE; objetos malos exteriores
13. LA ASPIRACIN A CONOCERSE A S MISMO.
14. EDIPO, MITO INAGOTABLE ...
Vaciamiento
Letargo
Purificacin
El hilo de la trama
El lazarillo
La profeca
* COMENTARIOS
Arnaldo Rascovsky
Edipo desciende de una progenie intensamente filicida que se remonta hasta Urano,
el que mataba a sus hijos para que no lo sucedieran. (El filicidio aparece aqu como
consecuencia de una depositacin en los hijos de los contenidos persecutorios
propios de los padres)
En la relacin Urano y Gea surge el odio y Gea trama con sus hijos una venganza.
(Padres afectivamente separados en pugna latente o manifiesta. La alianza con los
hijos es una consecuencia del Superyo lacunar)
Cronos realiza la venganza. Sucesor de Urano, repetir el estilo paterno devorando
a las horas, el tiempo: sus hijos. (tica consustanciada con los impulsos destructivos
que le anteceden sin trabas en la agresin)
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