El Mundo Vegetal en La Mitología Clásica y Su Representación Artística
El Mundo Vegetal en La Mitología Clásica y Su Representación Artística
El Mundo Vegetal en La Mitología Clásica y Su Representación Artística
Abstract: The artistic representation of the content of classical mythology offer innumerable subjects for
study, among which is the prominence of plants. Taking as its starting point literary references from Antiquity, references that were enriched and interpreted with particular attention in the sixteenth century and
afterwards, this article explains how a substantial number of trees, plants and flowers become associated
with the attributes of gods and heroes, either as symbols of their virtues or of their exploits.
Key words: Classical mythology / Painting / Literature / Symbolism / Emblematica.
Resumen: La representacin artstica de los contenidos de la mitologa clsica ofrece innumerables temas de
estudio entre los que se encuentra la presencia del mundo vegetal. A partir de las referencias literarias de la
Antigedad, enriquecidas e interpretadas especialmente desde el siglo XVI, el presente artculo explica cmo un buen nmero de rboles, plantas y flores se convirtieron en atributos de dioses y hroes, bien como
smbolo de sus virtudes o de sus actividades.
Palabras clave: Mitologa clsica / Pintura / Literatura / Simbolismo / Emblemtica.
Dmeter
Dmeter, la Ceres romana, era la diosa de la agricultura, de la fecundidad de la tierra cultivada y,
en particular, del trigo. De hecho, sus leyendas
fueron desarrolladas en todas las regiones del
mundo helnico donde prosperaba el cereal.2 Esta
asociacin explica que las espigas de trigo sean su
atributo ms caracterstico, y prcticamente invariable, desde la Antigedad.3 La generosa funcin
de Dmeter est ligada a la leyenda del hroe
ateniense Triptlemo, a quien la diosa regal el
primer grano de trigo, confindole la misin de
1
El presente artculo es una elaboracin de la conferencia que form parte del ciclo dedicado a las Leyendas y smbolos en la
Historia del arte (Valencia, 21-25 de febrero de 2005) organizado por el Departamento de Historia del Arte de la Universitat
de Valncia. Me gustara dedicar este texto a la Profesora Asuncin Alejos Morn de la que tantas cosas hemos aprendido y
seguimos aprendiendo.
2
Como seala Grimal, Pierre. Diccionario de mitologa griega y romana. Paids, Barcelona, 1991, p. 131, sus lugares preferidos
fueron los llanos de Eleusis y Sicilia, pero se encuentra tambin en Creta, en Tracia y en el Peloponeso. Entre las numerosas
fuentes que aluden a la funcin de esta diosa, pueden citarse los versos de Ovidio en la Metamorfosis V, 341-343: Fue Ceres la
primera que hendi los terrones en el ganchudo arado, la primera que dio al mundo cosechas y alimentos maduros. La traduccin que se cita pertenece a la edicin bilinge de Antonio Ruiz de Elvira, 3 vols., Barcelona, ediciones Alma Mater, 1964.
3
Aghion, Irene; Barbillon, Claire; Lissarrague, Franois. Gua iconogrfica de los hroes y dioses de la Antigedad. Alianza,
Madrid, 1997, p. 96, indican que las espigas de trigo ya figuraban en las numerosas representaciones de Dmeter que se depositaban como ofrendas en los santuarios griegos. Este atributo tiene, asimismo, numerosas referencias literarias. A l hacen
mencin, entre otros, Ovidio, Fastos, IV, 616: adorna sus cabellos con una corona de espigas y Tbulo (Elegas, I, 15-16: rubia Ceres, te ofrecemos una corona hecha de espigas de nuestros campos. Sobre estas fuentes, ver Tervarent, Guy de. Atributos y smbolos en el arte profano. Diccionario de un lenguaje perdido. Ediciones del Serbal, Barcelona, 2002, pp. 195-196.
27
cen ms claramente destacados en otras composiciones de esta misma poca, como el tapiz de Giulio Pippi (Ceres, finales del siglo XVII, Chteau de
Pau). En este caso, el aciano se dispone en ramos
junto al trigo y las adormideras a ambos lados de
la diosa y como motivo principal de su vestido. La
relacin del aciano con Dmeter o Ceres se justifica por su presencia en los trigales en el tiempo de
la siega y, en este contexto, se convierte en una
seal de cosecha prspera y abundante.5 Algo similar ocurre con la amapola y la adormidera, las
ms populares y extendidas representantes del
gnero papaver que participan, muchas veces, de
las mismas connotaciones simblicas. La amapola,
originaria del Mediterrneo oriental, parece que
se extendi y naturaliz por el resto de pases mediterrneos a partir de las exportaciones de cereales que comenzaron hace unos ocho mil aos con
la expansin de la naciente cultura neoltica. Es
una de las plantas medicinales y comestibles ms
antiguas, cuyos usos se han mantenido vivos a lo
largo de los aos. La adormidera, por su parte,
fue apreciada desde la Antigedad por el opio
que se extrae de sus cabezuelas, adems de su valor ornamental, especialmente el de las formas de
flores dobles, as como por los diversos usos industriales y culinarios del aceite que se extrae de sus
semillas. Los antiguos griegos consagraron ambas
plantas a Dmeter. En los ritos sagrados de la diosa, se ofrecan semillas de adormidera para asegurar la prosperidad de los campos y se crea que la
presencia de amapolas en los sembrados era esencial para conseguir una buena cosecha.6 En su relacin con la diosa, la amapola y la adormidera se
convirtieron en smbolos de la fecundidad, del renacimiento y la renovacin, fundamentalmente
por su presencia en los campos de trigo y por la
cantidad de semillas que encierra su cpsula. As
aparece, por ejemplo, en la descripcin del Carro
de Ceres que realiz Ripa en su clebre Iconologa: La corona de espigas de trigo significa que
Ceres favorece la plenitud de la tierra mediante
las cosechas, representndose su fertilidad me-
4
Segn la tradicin que ofrece Ovidio en los Fastos, IV, 559-560, Triptlemo recibi este regalo de la diosa en recompensa
por la hospitalidad con que la acogi en Eleusis su padre Cleo, durante la bsqueda de su hija Persfone, siendo el primero
en arar, sembrar y recoger el fruto de la tierra cultivada. Edicin de Manuel Antonio Marcos Casquero, Universidad de Len,
Len, 1990.
5
Kuscar, Lidia. Una flor para ti. Tradiciones y secretos, lenguaje y normas de la ofrenda floral. Mondibrica, Madrid, 1986, pp.
67-68.
6
Segn Levi DAncona, Mirella. The Garden of Renaissance. Botanical symbolism in Italian painting. Leo S. Olschki editore, Firenze, 1977, p. 321, se supona que Dmeter haba sido la primera en descubrir la adormidera en la isla de Mecona, por lo
que los griegos llamaron Mekon, mekon a esta planta. Sin embargo, Grimal, 1991, p. 132, afirma que la diosa transform en
adormidera al ateniense Mecn, al que amaba, por lo que la planta tom su nombre. Este ltimo autor cita como fuente los
comentario de Servio a Virgilio, Gergicas, I, 212.
28
Ripa, Cesare. Iconologia, overo descrittione dellImagini universali cavate dallAntichit et da altri luoghi, da Cesare Ripa.
Opera non meno utile che necesaria Poeti, Pittori et Scultori, per rappresentare le Virt, Vitii, Affeti, et Passioni humane,
Roma, 1593. La edicin consultada corresponde a la traduccin de la edicin sienesa de 1613, con introduccin de Adita Allo
Manero. 2 vols., Akal, Madrid, 1987, vol. I, p. 179. Como es sabido, esta obra fue el catlogo de imgenes y personificaciones
de conceptos abstractos ms divulgado entre los artistas desde el siglo XVII.
8
Valeriano Bolzani, Giovanni Pierio. Hieroglyphica sive de sacris Aegyptiorum aliarumque gentium literis, comentarii Joannis
Valeriani Bolzanii Bellunensis. Basileae, Michael Isingrinus, 1556. Edicin consultada: Lugdini, Sumptibus Pauli Frellon, 1610.
Captulo LVIII, De papavere. Ceres.
9
Sobre este tema y sus representaciones, pueden verse los trabajos de Gonzlez de Zrate, Jess Mara. Mitologa e Historia
del Arte. Instituto Ephialte, Vitoria-Gasteiz, 1997, p. 155 y el ya citado de Aghion et al., 1997, p. 298.
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
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29
10
Como explica Graves, Robert. Los mitos griegos. 2 vols., Alianza, Madrid, 1989, vol. I, p. 115: Las semillas de adormidera
eran utilizadas como un condimento del pan y las adormideras estn asociadas naturalmente a Dmeter, pues crecen en los
sembrados, pero Core [Persfone] recoge o acepta adormideras a causa de sus cualidades soporficas y de su color escarlata,
que promete la resurreccin despus de la muerte. Est a punto de retirarse para el sueo anual. Otras fuentes, como el
Himno homrico a Ceres (1, 19) sealan, sin embargo, que la flor que despert la atencin de Persfone fue un narciso o un
lirio creado por Jpiter, tan llamativo que atraa a cuantos lo vean.
11
Ovidio, Metamorfosis V, 533-538: No obstante, Ceres tiene decidido recuperar a su hija. No lo permiten as los hados, porque
la doncella haba roto el ayuno, y mientras en su ingenuidad andaba errante por un huerto de frutales, haba cogido de un rbol
que se inclinaba por el peso una granada, y arrancando de la amarilleante corteza siete granos, los haba exprimido en su boca.
12
Segn la informacin recogida por Graves, 1989, vol. I, p. 114, una antigua prohibicin griega recaa sobre los alimentos de
color rojo, que slo podan ofrecerse a los muertos. Para el simbolismo posterior de la granada, ampliamente desarrollado
por la literatura emblemtica, pueden verse los trabajos de Levi DAncona, 1977, pp. 312-318 y Garca Mahiques, Rafael. Flora
Emblemtica. Aproximacin descriptiva del cdigo icnico. Tesis de la Universitat de Valncia, Facultad de Geografa e Historia, Valencia, 1991, pp. 275-290.
13
Battistini, Matilde. Smbolos y alegoras. Electa, Barcelona, 2003, p. 200; Aghion et al., 1997, p. 68. Sobre la representacin
conjunta de Ceres y Baco, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p. 160, que informa de los largos viajes realizados por estas divinidades para difundir la agricultura.
30
14
15
Eurpides, Bacantes, 278-283. Versin de Rosa Garca Rodero, Clsicas, Madrid, 1995.
MARA JOS LPEZ TERRADA
16
Covarrubias Orozco, Sebastin de. Tesoro de la Lengua Castellana o Espaola. Luis Snchez, Madrid, 1611. Edicin facsmil
de Martn de Riquer de la Real Academia Espaola. Alta Fulla, Barcelona, 1993, p. 1010.
17
Laguna, Andrs. Pedacio Dioscrides Anarzabeo acerca de la materia mdica y de los venenos mortferos. Anvers, en casa
de Juan Latio, 1555. Edicin crtica de C. E. Dubler, Tip. Emporium, Barcelona, 1955, V, 1.
18
Vitoria, Baltasar de. Theatro de los dioses de la gentilidad En casa de Antonia Ramrez, Salamanca, 1620, II, XXIX. Por
otra parte, Laguna, 1555, III, p. 170, ya haba precisado que: Llmase la yedra Cissos, Cittos y Dionysia en griego, los cuales
tres nombres antiguamente significaban Baco. Sobre las fuentes clsicas de esta leyenda, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p.
308 y Levi DAncona, 1977, pp. 189-190. Esta autora recoge tambin otra leyenda que justifica la vinculacin de la hiedra con
Baco. Segn la narracin de Ovidio, Fastos III, 767-770, las ninfas de Nisa ocultaron la cuna del dios con hojas de hiedra para
que el nio, fruto de la unin ilcita de Jpiter y Smele, no fuera descubierto por la celosa Juno.
19
Ripa, 1593, vol. I, pp. 454-455, coloca una guirnalda de hiedra en la cintura del Furor potico, que aparece tambin con la
tradicional corona de laurel, explicando que la fama por mantenerse verde y bella a lo largo de los siglos se asemeja a las
frondas del laurel y la hiedra, que se mantienen perpetuamente verdes. Dioniso comparte con Apolo esta funcin inspiradora, pero la apolnea se distingue de la dionisaca por su carcter ms mesurado.
20
As se explica, por ejemplo, en las Etimologas de San Isidoro, XVII, 9, 22-23. Sobre esta cuestin, aade Gubernatis, Angelo
de. La Mithologie des plantes ou les lgendes du rgne vegetal. 2 vols., Reinwald, Pars, 1878-1882. Edicin facsmil, Arch,
Miln, 1976, pp. 195-196: La semejanza de las hojas de hiedra con las de la vid, su cualidad comn de plantas trepadoras,
han podido hacer aproximar la hiedra y la vid en el mito; slo que se ha pretendido que la hiedra neutraliza la vid y preserva
de la embriaguez. Por eso, se dice coronaba de hiedra la cabeza y el tirso de Baco.
21
Para Laguna, 1555, III, 170, la hiedra se asoci a Baco porque bebido su zumo y olido, perturbaba la razn ni ms ni menos que el vino, por el cual respecto, a mi parecer, se coronaban con ella los sacerdotes de Baco: de do tambin ha venido a
colgarse en las tabernas. Como explica Graves, 1989, vol. I, p. 134, las Mnades se embriagan masticando hojas de hiedra,
por lo que tambin se convirti en uno de sus atributos.
31
Atenea o Palas, la Minerva romana, encarna efectivamente la prudencia y la sabidura, por lo que
goz de numerosas y variadas asociaciones. Entre
ellas, figuran sus ttulos de diosa de la guerra, de
la paz o protectora de las ciencias y las artes, en el
sentido ms amplio del trmino. Este ltimo aspecto explica que, desde poca alejandrina, se la
relacionara con las Musas, como ilustra, por ejemplo, el lienzo de Jacques Stello (Minerva en casa
de las Musas, hacia 1649, Pars, Louvre). En l, vemos a la diosa en compaa de las deidades de la
inspiracin en el monte Helicn bajo la sombra de
frondosos olivos.24 No obstante, la razn por la
que el olivo fue consagrado a Atenea guarda relacin con su papel como diosa de la Paz, alusin
simblica que, desde la Antigedad, asumi la
planta.25 Su origen se remonta al enfrentamiento
que mantuvo con Poseidn por convertirse en la
deidad soberana del tica. Cada uno trat de
ofrecer al pas el regalo ms valioso. El dios del
mar golpe la tierra con su tridente, de manera
que, segn la versin ms difundida, brot un lago salado o una fuente de agua marina. El obsequio de la diosa, que le vali la victoria, fue un
olivo cultivado que hizo florecer en lo alto de la
Acrpolis.26 Desde entonces se le atribuy la introduccin de su cultivo y la invencin de la elabora-
23
Alciato, Andrea. Emblemata liber Augsburgo, 1531. Edicin y comentarios de Santiago Sebastin Lpez. Akal, Madrid,
1985. Emblema XXIII, pp. 54-55.
24
El motivo de la visita de Atenea al hogar de las Musas se inspir en un pasaje de la Metamorfosis de Ovidio, V, 256-259,
donde el poeta describe este encuentro. La razn fue la aparicin de una nueva fuente en el lugar que haba sido golpeado
por la pezua de Pegaso, el caballo alado. Buxton, Richard. Todos los dioses de Grecia. Oberon, Madrid, 2004, pp. 182-183.
25
Segn Gonzlez de Zrate, 1997, p. 148, como diosa de la Paz se la conoca como Ergane (obrera) y bajo su proteccin se
encontraban desde los arquitectos y escultores a los tejedores, protega a los animales y tena al olivo como fruto caracterstico. Por su parte, Impelluso, Lucia. La naturaleza y sus smbolos. Plantas, flores y animales. Electa, Miln, 2003, p. 43, opina que
el olivo de Atenea se convirti en un smbolo de la paz porque, como divinidad guerrera y figura opuesta a Marte, luchaba
por mantener el orden y las leyes. La rama de olivo aparece ya como atributo de la paz y de la prosperidad en numerosas medallas antiguas que sirvieron como fuente de inspiracin a los artistas del Renacimiento. Para las fuentes clsicas de este simbolismo, ver Levi DAncona, 1977, pp. 261-263.
26
Revilla, Federico. Diccionario de Iconografa. Ctedra, Madrid, 1990, p. 280 seala que el olivo sagrado de la diosa se conserv en la Acrpolis como su ms preciado tesoro, probablemente en un costado del Erecteion, donde actualmente se ha
plantado otro espcimen, aadiendo que generalmente recuerda los valores ms caractersticos de la propia Atenea: sabidura, prudencia, civilizacin. Con las ramas del rbol sagrado de la Acrpolis se realizaban las coronas que reciban los vencedores de las Panateneas y de los Juegos Olmpicos que simbolizaban la victoria y la paz.
32
amor, y a Dafne con la flecha de plomo que irremediablemente lo aleja. El dios persigui a la joven incansablemente, pero sta no quera acceder
a sus deseos. Cuando ya no le quedaban fuerzas
para seguir huyendo, suplic a su padre que le
ayudase y, entonces, fue convertida en laurel. En
este momento, Apolo exclam: Est bien, puesto
que ya no puedes ser mi esposa, al menos sers mi
rbol; siempre te tendrn mi cabellera, mi ctara y
mi aljaba.29 La metamorfosis de Dafne, convertida en smbolo del triunfo de la castidad sobre el
amor sensual desde la Edad Media, ha gozado de
gran popularidad entre los artistas de todas las
pocas.30 Lo ms habitual es representarla durante su huida en el momento en que Apolo le da alcance, con los brazos levantados, comenzando ya
su transformacin. Entre las interpretaciones ms
conocidas del tema se encuentra la de Antonio
Pollaiuolo (Apolo y Dafne, ca. 1460, Londres, National Gallery), que sustituye los brazos de la joven por dos frondosas ramas de laurel. En algunos
casos, Dafne busca refugio en su padre, el dios-ro
Peneo, como vemos en la versin de Ren-Antoine Houasse (Chteaux de Versailles et du Trianon)
y en la de Giovanni Battista Tipolo (1743-1744,
Pars, Museo del Louvre). Esta ltima incluye tambin a Cupido, el causante de esta desigual relacin amorosa. Algunas obras del siglo XX, como la
de John William Waterhouse (Apolo y Dafne,
1908, coleccin particular), siguen ilustrando fielmente los versos de Ovidio en los que se narra la
transformacin de Dafne: Apenas acab su plegaria cuando un pesado entorpecimiento se apodera de sus miembros; sus suaves formas van siendo envueltas por una delgada corteza, sus cabellos crecen transformndose en hojas, en ramas
sus brazos; sus pies un momento antes tan veloces, quedan inmovilizados en races fijas; una arbrea copa posee el lugar de su cabeza; su esplendente belleza es lo nico que de ella queda.31
27
Solrzano Pereira, Juan de. Emblemata centum regio poltica Madrid, Garca Morras, 1653. Edicin de Jess Mara Gonzlez de Zrate. Emblemas regio-polticos de Juan de Solrzano, Tuero, Madrid, 1987, pp. 79-80.
28
Ripa, 1593, vol. II, pp. 281-282. Sobre las riqusimas connotaciones simblicas del olivo desarrolladas por la emblemtica,
ver Garca Mahiques, 1991, pp. 556-599.
29
Ovidio, Metamorfosis I, 557-559. El discurso de Apolo contina (560-566): t acompaars a los caudillos alegres cuando
alegre voz entone el Triunfo y visiten el Capitolio los largos desfiles. Tambin t te erguirs ante la puerta de la mansin de
Augusto, como guardin fidelsimo, protegiendo la corona de encina situada entre ambos quicios; y del mismo modo que mi
cabeza permanece siempre juvenil con su cabellera intacta, lleva t tambin perpetuamente el ornamento de las hojas. Entre los numerosos tipos de coronas que, durante la Antigedad, se utilizaron en toda clase de actos religiosos, cvicos y sociales, las de laurel eran las que se otorgaban a los vencedores de los juegos pticos de Delfos en honor a Apolo. En Roma, coron a los generales y a los soldados romanos durante los desfiles triunfales y a los emperadores.
30
Tervarent, 2002, pp. 210-211. Salazar Rincn, Javier. Sobre los significados del laurel y sus fuentes clsicas en la Edad Media y el Siglo de Oro. Revista de literatura 2001, nmero 126, pp. 333-368.
31
33
32
La personificacin alegrica de la Poesa de Ripa, 1593, vol. II, p. 219, se corona de laurel porque esta planta se mantiene
siempre verde, sin temor a la fuerza de los rayos celestes; del mismo modo, la Poesa hace a los hombres inmortales, protegindoles del azote del tiempo, el cual generalmente destruye toda cosa relegndola al olvido. Para las numerossimas connotaciones simblicas de la corona de laurel desarrolladas por la literatura emblemtica, ver Garca Mahiques, 1991, pp. 362-399.
33
Ovidio, Metamorfosis X, 106-143. Este relato fue el ms citado por los autores modernos. Sin embargo, otras versiones de
la leyenda explicaron este pasaje haciendo de Ciparisos el amante del dios Cfiro o de Silvano, el dios romano de los bosques.
De este modo se interpretan los versos de Virgilio, Gergicas I, 20: Y t, Silvano, llevas cipreses desarraigados.
34
Como explica Grimal, 1991, p. 106 existen dos hroes mitolgicos con el nombre de Cipriso. Uno de ellos era hijo de Minia
y hermano de Orcmeno, mientras que el joven amado por Apolo era hijo de Tlefo y viva en Ceos. Existen adems otros relatos mitolgicos cuyos protagonistas llevan el nombre de este rbol y que tienen una connotacin funeraria. Uno de ellos
contaba que Ciprisos, los cipreses, hijas del rey Eteocles y Orcmeno, se cayeron en una fuente mientras bailaban en honor a
Dmeter y Persfone y se ahogaron. Gea, la diosa de la Tierra, se apiad de ellas y las transform en cipreses hermosos y esbeltos como haban sido las muchachas (Geoponicas XI, 4). La leyenda de Ciparisa, cuyo nombre es el de ciprs puesto en femenino, es bastante similar. La leyenda, que aparece en los Comentarios de Probo a Virgilio (Gergicas II, 84), contaba que esta princesa haba muerto muy joven y sobre su tumba se haba levantado un ciprs, cuya esencia era entonces desconocida.
Por esta razn, el rbol se consagr a los difuntos y tom su nombre.
34
notacin fnebre del ciprs, repetida con insistencia por los poetas antiguos, explica que fuera el
rbol consagrado a Hades en Grecia y a Plutn en
Roma y referido desde entonces a los emplazamientos sepulcrales como smbolo de la tristeza y
la muerte.35
Apolo am tambin a Jacinto, un hermoso prncipe de Esparta.36 Segn la versin de Ovidio que
representa el lienzo de Giambattista Tipolo (La
muerte de Jacinto, 1752-1753, Madrid, Museo
Thyssen-Bornemisza), el dios se encontraba jugando con el joven al disco, cuando su trayectoria se
desvi y golpe a Jacinto en la cabeza, matndolo
en el acto.37 Apolo qued profundamente afligido
y decidi inmortalizar el nombre de su amado
transformando la sangre que haba brotado de su
herida en una nueva flor, el jacinto, que se convirti en un smbolo de su lamento. En las Metamorfosis, Ovidio precisa: la sangre que, derramada
por tierra, haba marcado la hierba, deja de ser
sangre y, ms resplandeciente que la prpura de
Tiro, surge una flor que adopta la forma de los lirios, si no fuera porque aqulla tiene color rojo y
stos blanco. No es esto bastante para Febo (pues
l era quien haba otorgado la gracia): en sus ptalos escribe l mismo sus quejidos, y la flor lleva
la inscripcin Ay, ay y en ella se han trazado las
letras de duelo. Y no se avergenza Esparta de
haber procreado a Jacinto; su veneracin se mantiene todava, y todos los aos retornan las Jacintias, para ser celebradas segn la solemnidad de
antao y con esplendor preferente.38 En conmemoracin de este suceso se celebraba efectivamente en Lacedemonia cada ao la fiesta de las
Jacintias. En ella se recordaba con tristeza la
muerte del joven, pero tambin la alegra de saberlo inmortal. En este sentido, la leyenda de Ja-
cinto guarda, como veremos, paralelismos evidentes con el mito de Adonis. Por otra parte, la descripcin que ofrece Ovidio de esta flor indica que
la especie aludida en el relato mitolgico no es
el jacinto oriental de flores dobles (Hyacinthus
orientalis L.) que se represent en las composiciones pictricas desde la poca moderna. Las letras
AI que se crean leer en sus ptalos relacionaron tambin al jacinto con Ayax, hijo de Telamn
y la flor que naci de su sangre.39
35
Segn la descripcin que hace Homero en la Odisea, XI, 572-575, a la izquierda del palacio de Hades y Persfone, en el Trtalo, un ciprs blanco daba su sombra al estanque de Lete. El ciprs se plantaba efectivamente sobre las tumbas, se colocaba
en las piras funerarias y se situaba ante la puerta de las casas en las que haba un difunto. Entre los poetas que ms claramente se refirieron al ciprs como rbol sombro y fnebre se encuentra Horacio. En una de sus Odas (II, 14, 22-24) referidas a la
fugacidad de la vida, dice: ningn rbol de cuantos cultivas te seguir, seor efmero, salvo el odioso ciprs.
36
Jacinto se considera generalmente como el hijo de Amiclas y de Diomedes y, por lo tanto, nieto de Lacedemn y de Esparta. Conforme a esta genealoga, es to de balo o de Perieres, segn los autores. No obstante, los poetas lo presentan en ocasiones como hijo de balo. Otra tradicin, referida por Atenodoro, hace de Jacinto el hijo de la musa Clo y de Pero. Sobre esta cuestin, ver Grimal, 1991, pp. 265-266.
37
Otros autores sealan como verdadero responsable de la tragedia a Cfiro o a Breas. El viento del oeste, rival desafortunado de Apolo en sus amores con Jacinto, consumido por los celos, habra desviado intencionadamente el disco para vengarse de ambos.
38
39
As se menciona tambin en las Metamorfosis, XIII, 382-398 de Ovidio y se recuerda por autores como Covarrubias, 1611,
p. 709: En esta misma planta cuentan los poetas haberse convertido Ayax Telemonio sealando la flor las mismas dos letras
funestas, y que daba principio a su nombre. La cuestin se complica porque, en ocasiones, como hace por ejemplo Graves,
1989, vol. II, p. 412, la nueva flor que comparten el mito de Jacinto y de Ayax se ha identificado con la espuela de caballero
(Delphinium ajacis L.).
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
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35
cias que rodearon su nacimiento. Desde la Antigedad, la palmera ha sido considerada como un
smbolo de la victoria. Para los griegos y romanos,
fue la insignia del triunfo y de la grandeza, por lo
que coronaban con sus ramos a los vencedores.
Segn cuentan Plutarco y Pausanias, fue Teseo el
introductor de la costumbre de coronar a los vencedores con hojas de palma y entregarles una de
sus ramas cuando fund en Delos los juegos celebrados en honor a Apolo.43 Por esta razn, la hoja
de palma figura como uno de los atributos principales de Nike, la personificacin alegrica de la
Victoria, que la entregaba como premio a los vencedores de cualquier tipo de certamen junto a la
corona de laurel. Con estos dos atributos aparece,
por ejemplo, en La apoteosis de Homero de Ingres
(1827, Pars, Museo del Louvre). Esta alusin simblica se hizo mucho ms explcita durante el cristianismo, cuando se otorg la palma a los mrtires para expresar el triunfo sobre la muerte, desarrollndose ampliamente a travs de la emblemtica renacentista y barroca y sus correspondientes
proyecciones artsticas, desde la pintura hasta las
arquitecturas efmeras.44 Este simbolismo estuvo
asociado a las caractersticas de la palmera, que
resiste duras condiciones climticas y vive muchos
aos sin alterar su aspecto. Durante la Antigedad se destac especialmente la longevidad de la
palmera de Delos,45 a cuya sombra alumbr Leto a
rtemis y a Apolo. Alexandre Abel de Pujol fue
uno de los pintores encargados de inmortalizar
este acontecimiento (Nacimiento de Diana y Apolo, 1822-1825, Chteau de Fontainebleau). En su
lienzo se aprecia que la palmera era el nico rbol
Para las fuentes de esta identificacin y su representacin artstica, ver Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 170-174.
41
Ovidio, Metamorfosis IV, 256-271: En cuanto a Clitie, aunque su amor podra disculpar su resentimiento, y su resentimiento la delacin, el autor de la luz no volvi a visitarla y se impuso trmino a sus relaciones amorosas con ella. Desde entonces
se consumi ella entregndose locamente a su pasin; incapaz de soportar a las ninfas, y a la intemperie lo mismo de noche
que de da, permaneci sentada en el suelo desnudo, y con los cabellos desnudos y en desorden, y durante nueve das se abstuvo de agua y de comida, sin alimentar su hambre con otra cosa que con roco puro y con sus lgrimas, y sin moverse del
suelo; lo nico que haca era mirar el rostro del dios conforme ste avanzaba y volver su cara hacia l. Dicen que sus miembros se adhirieron al suelo, y una espectral palidez convirti en hierbas cetrinas; y una parte de su color natural; en otra parte
hay un tinte rojo, y una flor en todo semejante a la violeta le cubre el rostro; y ella, aunque por la raz est sujeta, se vuelve
hacia su Sol y aun despus de transformada conserva su amor.
42
Philotheus (seudnimo de Karl Ludwig), Philothei Symbola Christiana Quibus idea hominis christiani exprimitur, 1677, LXIII,
pp. 125-126. Citado por Garca Mahiques, 1991, p. 258.
43
Plutarco, Teseo, 21; Pausanias, Descripcin de Grecia, VIII, 48, 2-3. Citados por Graves, 1989, vol. I, p. 428. La costumbre de
entregar ramas de palma a los vencedores fue introducida en Roma, donde, segn Tito Livio, Ab Urbe Condita, X, 47, 3, se
us por primera vez en el ao 292 antes de Cristo, quedando tambin asociada a los generales victoriosos. Los poetas latinos
se refirieron muy frecuentemente a la palmera como smbolo del triunfo y de la victoria.
44
Sobre este tema, pueden verse los artculos de Daz de Bustamante, Jos Manuel. Onerata resurgit. Notas a la tradicin
simblica y emblemtica de la palmera, Helmantica 1980, nmero 94, pp. 27-88 y Galera Andreu, Pedro A. La palmera, arbor victoriae. Reflexiones sobre un tema emblemtico, Goya 1985, nmeros 187-188, pp. 63-67.
45
Teofrasto. Historia de las plantas. Edicin con introduccin, traduccin y notas de Jos Mara Daz-Regan Lpez. Gredos,
Madrid, 1988, IV, 13, 2: Las consejas transmitidas por los versados en mitologa testimonian la longevidad de algunas plantas, as cultivadas como silvestres, tal, por ejemplo, la del olivo en Atenas, la de la palmera en Delos, la del acebuche, del que
se hacen coronas, en Olimpia, o tambin la del roble de escamas grandes en Ilin, existente en la tumba de Ilo.
36
46
Como recoge Gonzlez de Zrate, 1997, p. 165, en los Himnos homricos, concretamente en el dedicado a Apolo (III, 1718), se dice: Leto rode con sus brazos el tronco de la palmera, dobl sus rodillas sobre la hierba del prado y el nio sali a la
luz.
47
Anacreonte, Odas, 51. Levi DAncona, 1977, pp. 330-331 ha recogido diversas leyendas sobre el origen mitolgico de la rosa y sus fuentes clsicas.
48
Francisco de Rioja (ca. 1583-1659), A la rosa, 15-20. En: Blecua, Jos Manuel. Poesa de la Edad de Oro II. Barroco. Clsicos
Castalia, Madrid, p. 251. Entre las numerossimas alusiones literarias a la rosa como flor de Venus tambin pueden citarse
los versos de la poetisa del siglo XVII Leonor de Cueva y Silva: rosas, s, carmeses,/ de la purprea sangre ms perfectas/ de la
Ericina diosa,/ que su color os dio su planta undosa.
49
50
Ripa, 1593, vol. II, p. 213. Corona tambin de rosas a la diosa del Amor en el Carro de Venus (vol. I, p. 166), al Amor contento (vol. I, pp. 86-87) y a la Musa Erato (vol. II, p. 113), que trata de cosas amorosas.
51
Picinelli, por ejemplo, utiliz la rosa blanca, que no ha sido manchada con la sangre de la Dea lasciva para proponerla como imagen del amor casto y virtuoso. Picinelli, Filippo. Mondo Simbolico, Milano, per lo Stampatore Archiepiscopale, 1653.
Edicin consultada: Mundus symbolicus, Coloniae, 1681, XI, 18, n 195. Pero lo ms habitual, especialmente en la emblemtica amorosa, fue utilizar la rosa con espinas para referirla al dolor y sufrimiento que van inseparablemente unidos al amor.
Para los mltiples significados simblicos de la rosa y sus fuentes, ver Levi DAncona, 1977, pp. 330-348 y Garca Mahiques,
1991, pp. 685-737.
37
cando una disputa entre ambas que tuvo que solucionar el propio Zeus, determinando que vivira
un tercio del ao con Afrodita, otro con Persfone y el tercero, con quien quisiera. Esta parte del
mito del nio nacido de un rbol que permanece
durante el invierno bajo tierra para reunirse en
primavera con la diosa de la fecundidad simboliza
claramente el misterio de la regeneracin del
mundo vegetal.52
El origen mtico de la anmona es otra leyenda ligada a la historia de Adonis, en este caso a su
muerte. El tema fue ilustrado por numerosos pintores, entre los que se encuentran Poussin (Adonis llorado por Venus, 1626, Caen, Museo de Bellas Artes) y Domenichino (La muerte de Adonis,
ca. 1629-1631, Gnova, Palazzo Durazzo Pallavicini). Segn la versin que Ovidio propone en las
Metamorfosis, el joven amante de Afrodita fue
mortalmente herido por un jabal furioso:53 y
desde el alto cielo [Afrodita] vio el cuerpo sin vida y revolcado en su propia sangre, salt a tierra
y se rasg el regazo a la vez que los cabellos, y
quejndose al destino, dijo: Por siempre subsistir el recuerdo de mi dolor, Adonis, y la representacin reiterada de tu muerte realizar una
imitacin anual de mi pesar; en cuanto a tu sangre, se transformar en una flor (). Despus de
hablar as, salpic de fragante nctar la sangre
que, al contacto con aquel, se hinch a la manera
como suelen levantarse en un cielo arrebolado
una burbuja transparente, y no tard ms de una
hora justa en surgir de la sangre una flor del mismo color, como suelen producirla los granados,
que bajo correosa corteza ocultan el grano; sin
embargo, es efmera la vida de aquella flor, pues,
mal sujeta y caediza por su excesiva ingravidez, la
arrancan los mismos vientos que le dan nombre.
Aunque Ovidio no menciona el nombre de la planta, lo ms habitual fue identificarla con la anmona cuyo nombre deriva precisamente de la
palabra griega anemo, viento. La denominacin
flor del viento, utilizada desde la Antigedad,
alude a la rapidez con que se marchita y a la fu-
52
Como seala Grimal, 1991, pp. 7-9, el mito de Adonis fue posteriormente embellecido y completado. Se precis la causa del
castigo de Afrodita haciendo que fuera Cencreis, madre de Esmirna y esposa de Cniras, en lugar de Tas, la que ofendi a la
diosa al pretender que su hija fuera ms hermosa que ella. El castigo por esta falta fue la pasin incestuosa que se despert
en la joven que, al comprender su culpa, intent ahorcarse. Pero Afrodita se apiad de su vctima y la convirti en rbol. Segn algunas versiones fue la espada de su propio padre o los colmillos de un jabal los que hicieron posible que la corteza se
abriera para que Adonis naciera. Para las mltiples representaciones artsticas de este mito y sus interpretaciones simblicas,
ver Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 240- 241 y Aghion et al., 1997, pp. 3-5.
53
Ovidio, Metamorfosis X, 345-358. Para algunos autores, fue la clera de rtemis la que hizo dirigir contra Adonis el jabal
que lo mat durante una cacera, mientras que otros sealan que fue Ares, el amante celoso de la diosa, el que se metamorfose en este animal. Existen, sin embargo, otras versiones sobre la catstrofe que ocasion su muerte en las que participa
Apolo, que se vengaba de esta forma de la diosa por la ceguera que haba provocado en su hijo Erimanto por haberla visto
desnuda mientras se baaba.
38
gacidad de su floracin.54 El poeta idlico Bin enriqueci este relato, afirmando que la diosa derram tantas lgrimas como Adonis gotas de sangre, y que de cada lgrima, naci una rosa, y una
anmona de cada gota de sangre.55 Desde este
momento, la anmona se convirti en un smbolo
del dolor y la muerte, como muestra la fiesta fnebre celebrada en honor a Adonis a la que alude Ovidio, pero tambin de la resurreccin, lo
que explica su presencia en sarcfagos desde la
poca romana.56 Durante los siglos XVI y XVII, se
enriquecieron las connotaciones simblicas de este mito, de manera que la anmona se convirti
en imagen de la fugacidad del amor lascivo e incluso de la brevedad de la vida. Con este ltimo
sentido, como imagen de la fugacidad de la vida,
la present Camerarius en uno de sus emblemas,
llamndola precisamente flos Adonis.57 No obstante, la literatura europea utiliz ms frecuentemente la muerte de Adonis para hacer referencia
a la brevedad del amor.58
Las referencias de otros atributos tradicionales de
Afrodita, como el mirto, el membrillo o la manzana son mucho ms amables. Todos ellos acompaaron a las representaciones de la diosa desde la
Antigedad. El mirto fue consagrado a varias divi-
nidades, aunque desde la poca romana se convirti en una planta especialmente referida a Venus
como diosa del amor. Con este sentido aparece en
varias composiciones renacentistas que ilustran
sus relaciones con Ares, como la de Piero di Cosimo (Venus, Marte y Amor, ca. 1505, Berln, Gemldegalerie). Las razones que se dieron para justificar esta relacin fueron muy diversas. Algunos
autores antiguos cuentan que Venus se protegi
con ramas de mirto para cubrir su desnudez y librarse de las miradas de los stiros.59 Otros explicaron que la diosa llevaba una corona de mirto
durante el juicio de Paris que le ayud a vencer en
la contienda.60 Se aludi tambin a su crecimiento
en las proximidades del mar, de donde haba nacido la diosa, y a las numerosas virtudes medicinales
de la planta que eran utilizadas para remediar las
dolencias propias de las mujeres.61 Los autores
modernos, por su parte, convirtieron al mirto fundamentalmente en un smbolo del amor, tanto
del lujurioso como del casto. As, para Vincenzo
Cartari: el mirto estaba consagrado a Venus porque se le atribua el poder de compartir y de mantener el amor, mientras que Ripa, en su descripcin del Carro de Venus, explicaba que el mirto y
las rosas estn consagradas a esta diosa por la correspondencia que con Venus tienen dichos olo-
54
Plinio, Historia natural, XXI, 23. Edicin consultada: Caius Plinius Secundus, Naturalis historiae. Histoire naturelle..., 36 vols.,
Socit ddition Les Belles Lettres, Paris, anotado por J. Andr, 1950-1981. El trmino ya fue empleado por Teofrasto, Historia de las plantas, VII, 8, 3. Entre las especies identificadas como la flor de Adonis se encuentra la amapola, que figur tambin entre los atributos tradicionales de Afrodita. As aparece, por ejemplo, en los comentarios al emblema LXXVII de Alciato,
1531, pp. 112-113. Es posible que esta asociacin estuviera relacionada con el nombre de la flor. Durante la poca moderna,
la amapola se llam papaver erraticum o reas, porque sus flores se despegan con facilidad y vuelan por el aire, como la flor
del viento del relato mitolgico.
55
Bin de Esmirna, Llanto por Adonis, I, 72. Citado por Grimal, 1991, p. 9. Levi DAncona, 1977, p. 44, recogi una versin un
poco distinta de la misma historia.
56
Esta fiesta, conocida como jardines de Adonis, era celebrada cada primavera por las mujeres sirias que plantaban semillas en vasijas o fragmentos de cermica llenos de tierra y las regaban con agua caliente para que brotasen rpidamente. Las
flores, as forzadas, moran al poco tiempo de germinar, simbolizando de esta manera la suerte de Adonis. Para la representacin artstica de este tema, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p. 241.
57
Camerarius, Joachim. Symbolorum & Emblematum, Johannis Hofmanni & Huberti Camoxii, Norimbergae, 1590-1604. Edicin consultada: Joachimi Camerarii Symbolorum et emblematum centuriae quatuor: quarum prima stirpium, secunda animalium quadrupedium, tertia volatilium et insectium, quarta aquatilium et reptilium, rariores proprietates. Historias ac sententias memorabiles non paucas breviter exposit. Christophorus Kuchlerus, Maguntiae, 1668, I, emblema 59, p. 139.
58
Entre otros ejemplos, puede citarse el mencionado por Mendoza, Carlos. La leyenda de las plantas. Mitos, tradiciones,
creencias y teoras relativos a los vegetales. Establecimiento Tipogrfico Editorial de Ramn Molinas, Barcelona, s. f. Edicin
facsmil de Alta Fulla, Barcelona, 1993, p. 190, que relacion la presencia de la anmona en el Sueo de una noche de verano
de Shakespeare con el mito de Adonis. Como la flor nacida del amante de Afrodita deba poseer incuestionables virtudes erticas, Obern encarga a Puck que busque una anmona para que Titania se enamore del primer objeto que vea, una vez despierte del sueo en que la sumir el zumo de esta planta dispuesto sobre sus prpados.
59
60
De esta forma aparece en la obra del mdico y poeta griego Nicandro de Colofn (200-130 a. C.), Alexipharmaca, 616-621 y
posteriormente en Ovidio, Ars Amatoria, III, 53. Entre los autores modernos que recogieron esta historia se encuentra Valeriano, 1556, L: quienes peinan a Venus le imponen gustosamente una corona de mirto porque la llevaba consigo en el momento del juicio de Paris.
61
Servio a Virgilio, Gergicas II, 64. Esta alusin fue la que predomin durante la Edad Media.
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
[nm. 14-15, 2005-2006]
39
sin a la fidelidad y al amor eterno, mientras Cupido esparce las rosas del amor y la diosa se dispone a arrancar un membrillo.65
La manzana es otro de los atributos vegetales con
los que suele representarse a Venus. En la pintura
moderna, aparece en los contextos ms variados,
como podemos comprobar en la obra de Lucas
Cranach (Venus y Cupido, ca. 1529, Londres, National Gallery), que presenta indudables afinidades con la Eva pecadora, o en la compleja alegora
de Bronzino (Alegora de Venus y Cupido, ca.
1545, Londres, National Gallery), donde la diosa
lleva la manzana en la mano. Aunque en ocasiones se alude a la belleza y suavidad de esta fruta
para justificar su relacin con Venus, la razn fundamental de esta asociacin parece encontrarse
en la recompensa del famoso juicio de Paris.66 Este
episodio fue recreado por numerosos artistas, entre los que se encuentra Rubens (El juicio de Paris,
1607, Madrid, Museo del Prado). El pastor troyano, acompaado por Hermes, se representa en el
momento de decidir cul de las tres diosas mereca la manzana de la discordia que le otorgara el
ttulo de la ms bella. Con el fin de sobornar a
Paris para conseguir el apreciado fruto, Hera le
prometi la soberana sobre Asia; Atenea, la victoria en todos los combates y Afrodita, a la que
otorg el triunfo, el amor de Helena, hecho que
desencaden la guerra de Troya. No obstante, durante la poca moderna, el juicio de Paris fue utilizado como imagen de varios emblemas en los
que predomin el simbolismo positivo de la manzana. As sucede, por ejemplo, en el emblema de
62
Cartari, Vincenzo. Le Immagini colla sposizione degli Dei Antichi. Venecia, 1556, p. 343. Ripa, 1593, vol. I, p. 166. Esta planta aparece tambin relacionada con Venus en el Placer (vol. II, p. 214), aunque figura en otras muchas personificaciones, como el Amoroso contento (vol. I, pp. 86-87), la Musa Erato (vol. II, p. 113), la Alegra (I, p. 77), la Amistad (vol. I, p. 84), la Unin
civil (II, 372) o el Suspiro (vol. II, p. 348), pues: Los amantes suspiran entre los bosques de Mirto, que simbolizan el pensamiento amoroso. Para un anlisis ms amplio de todas estas fuentes referidas al mirto, ver Tervarent, 2002, pp. 368-370 y
Garca Mahiques, 1991, pp. 492-504.
63
Plutarco, Preceptos conyugales I. Segn Talegn, Juan Gualberto. Flora bblico-potica o historia de las principales plantas
elogiadas en la Sagrada Escritura. Imprenta de la viuda e hijo de D. E. Aguado, Madrid, 1871, p. 411, el decreto de Soln consagr por ley una costumbre ya existente, pues este autor seala la posibilidad de que esta tradicin fuera tomada de los
egipcios para quienes el membrillo era el smbolo preferido de las bodas.
64
En el emblema CCIII que Alciato, 1531, pp. 246-247, dedic a este frutal se refiri a l precisamente como smbolo del matrimonio: Se dice que el antiguo Soln instituy el deber de regalar membrillos en las bodas de jvenes, porque son buenos
para la boca y el estmago y dulcifican el aliento, que permanece suave y grato en la boca. La misma referencia aparece
cuando Ripa, 1593, vol. II, pp. 47-48 explica las razones por las que la alegora del matrimonio lleva un membrillo en la mano:
El membrillo se presentaba a las esposas, en Atenas, por mandato de Soln, estando consagrado a Venus en razn de su fecundidad. Por lo dicho se puede ver frecuentemente grabado a este propsito en numerosas medallas, indicio y confirmacin
del amor prometido. Dice tambin Piero [Valeriano] que en algunos lugares se sola arrojar estos membrillos a las seoras nobles, dando muestra con ello del amor que se senta [...] Tambin se haca como smbolo de que el hombre, cuando se encamina a este fin, persigue el fruto que lcitamente se consigue por mediacin del matrimonio, pues siendo de otra forma se vendra a incurrir en un pecado grave, que nos segrega y aparta de alcanzar el Reino de los Cielos.
65
Panofsky, Erwin. Estudios sobre Iconologa. Alianza, Madrid, 1979, p. 220. Esta lectura es una buena muestra de la importancia que tiene una correcta identificacin botnica en la pintura.
66
40
67
Soto, Hernando de. Emblemas Moralizadas, por Hernando de Soto, Madrid, por los herederos de Iuan Iiguez de Lequerica, 1599. Edicin e introduccin de Carmen Bravo-Villasante. Fundacin Universitaria Espaola, Madrid, 1983, p. 36 v. El emblema lleva como lema: El amor todo lo vence y su epigrama dice: De Venus, en la manana,/ Dio Paris bien a entender,/
Que con Supremo poder/ El amor todo lo allana./ A do est, no hay competencia,/ pues es cosa averiguada,/ Que pueden muy
poco, o nada/ La riqueza, armas y ciencia.
68
Ovidio, Fastos V, 193-214. Para las fuentes clsicas del mito de Flora, ver Grimal, 1991, pp. 204-205 y Levi DAncona, Mirella.
Botticellis Primavera. A botanical interpretation including Astrology, Alchemy and the Medici. Leo S. Olschki editore, Firenze,
1983 que, adems, ha identificado todas las especies vegetales que aparecen en La Primavera de Botticelli.
41
Como castigo, el joven se enamor tan perdidamente de su propia imagen reflejada en el agua,
que olvidndose del resto del mundo, muri. Su
cuerpo fue transformado en la flor que lleva su
nombre, una flor amarilla con ptalos blancos alrededor del centro, como seala Ovidio.71
Vertumno y Pomona
Las ltimas divinidades vegetales que gozaron de
fortuna artstica son Vertumno y Pomona. El primero, de origen probablemente etrusco, es el dios
que rige el cambio de las estaciones y protege la
vegetacin, especialmente los huertos y jardines.72
Entre sus representaciones pictricas ms conocidas se encuentra la especialsima interpretacin
69
Ovidio, Metamorfosis IV, 283, slo menciona en una ocasin a estos jvenes: y a Croco, convertido, lo mismo que Esmlace, en pequeas flores. Para las fuentes de esta historia mitolgica, ver Grimal, 1991, p. 120, que identifica a Esmlax con la
Smilax aspera L.
70
Ver la nota 39. Como seala Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 410-411, durante la poca moderna la historia de Ayax recibi
muchas interpretaciones simblicas. Entre ellas se encuentra la propuesta por Juan Prez de Moya en su Filosofa Secreta, Madrid, 1585, II, VI, 7, que, inspirndose en la Genealoga de los dioses de Boccaccio, utiliz su muerte y transformacin en flor
para aludir a los que no saben dominarse a s mismos: porque Ayax no supo vencer sus apetitos, aunque venci a muchos
con su espada, fingieron los antiguos que fue convertido en flor, frgil y caduca, que por la maana nace y a la tarde se marchita. Amonstanos con esto que aprovecha poco uno vencer a otros, si no sabe vencerse a s mismo.
71
Ovidio, Metamorfosis III, 339-510. Para las distintas versiones de la leyenda de Narciso y sus fuentes, ver Graves, 1989, vol. I,
pp. 356-359 y Grimal, 1991, pp. 369-370.
72
42
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73
Como explica Schneider, Norbert. El arte del retrato. Las principales obras del retrato europeo 1420-1670. Benedikt Taschen, Colonia, 1995, p. 123, lo que desde el punto de vista actual parece una parodia del gnero del retrato es, en realidad,
un homenaje al emperador Rodolfo II de Habsburgo.
74
Ovidio, Metamorfosis XIV, 624-695. Snchez de Viana, Pedro. Las Transformaciones de Ovidio traduzidas del verso latino en
tercetos y octavas rimas por el licenciado Viana en lengua vulgar castellana, con el comento y explicaciones de fbulas, reduziendolas a philosophia natural y moral y astrologia e Historia, Valladolid, Diego Fernndez de Crdova, 1589. Edicin, introduccin y notas de Juan Francisco Alcina. Planeta, Barcelona, 1990, XIV, 1138-1149. Como informa Grimal, 1991, pp. 445-446,
los poetas atribuyeron a Pomona otras relaciones amorosas, como la mantenida con Pico, el legendario rey del Lacio. Para sus
representaciones pictricas, ver Aghion et al., 1997, p. 292.
43
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dimprese scelte, spiegate, ed illustrate con sentenze, ed eruditioni sacre, e profane. Studiosi diporti
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Scrittura e Predicatore privilegiato. Che somministrano gli Oratori, Predicatori, Accademici, Poeti,
etc. infinito numero di concetti. Con indici copiosissimi, Milano, per lo Stampatore Archiepiscopale,
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44
Abstract: The artistic representation of the content of classical mythology offer innumerable subjects for
study, among which is the prominence of plants. Taking as its starting point literary references from Antiquity, references that were enriched and interpreted with particular attention in the sixteenth century and
afterwards, this article explains how a substantial number of trees, plants and flowers become associated
with the attributes of gods and heroes, either as symbols of their virtues or of their exploits.
Key words: Classical mythology / Painting / Literature / Symbolism / Emblematica.
Resumen: La representacin artstica de los contenidos de la mitologa clsica ofrece innumerables temas de
estudio entre los que se encuentra la presencia del mundo vegetal. A partir de las referencias literarias de la
Antigedad, enriquecidas e interpretadas especialmente desde el siglo XVI, el presente artculo explica cmo un buen nmero de rboles, plantas y flores se convirtieron en atributos de dioses y hroes, bien como
smbolo de sus virtudes o de sus actividades.
Palabras clave: Mitologa clsica / Pintura / Literatura / Simbolismo / Emblemtica.
Dmeter
Dmeter, la Ceres romana, era la diosa de la agricultura, de la fecundidad de la tierra cultivada y,
en particular, del trigo. De hecho, sus leyendas
fueron desarrolladas en todas las regiones del
mundo helnico donde prosperaba el cereal.2 Esta
asociacin explica que las espigas de trigo sean su
atributo ms caracterstico, y prcticamente invariable, desde la Antigedad.3 La generosa funcin
de Dmeter est ligada a la leyenda del hroe
ateniense Triptlemo, a quien la diosa regal el
primer grano de trigo, confindole la misin de
1
El presente artculo es una elaboracin de la conferencia que form parte del ciclo dedicado a las Leyendas y smbolos en la
Historia del arte (Valencia, 21-25 de febrero de 2005) organizado por el Departamento de Historia del Arte de la Universitat
de Valncia. Me gustara dedicar este texto a la Profesora Asuncin Alejos Morn de la que tantas cosas hemos aprendido y
seguimos aprendiendo.
2
Como seala Grimal, Pierre. Diccionario de mitologa griega y romana. Paids, Barcelona, 1991, p. 131, sus lugares preferidos
fueron los llanos de Eleusis y Sicilia, pero se encuentra tambin en Creta, en Tracia y en el Peloponeso. Entre las numerosas
fuentes que aluden a la funcin de esta diosa, pueden citarse los versos de Ovidio en la Metamorfosis V, 341-343: Fue Ceres la
primera que hendi los terrones en el ganchudo arado, la primera que dio al mundo cosechas y alimentos maduros. La traduccin que se cita pertenece a la edicin bilinge de Antonio Ruiz de Elvira, 3 vols., Barcelona, ediciones Alma Mater, 1964.
3
Aghion, Irene; Barbillon, Claire; Lissarrague, Franois. Gua iconogrfica de los hroes y dioses de la Antigedad. Alianza,
Madrid, 1997, p. 96, indican que las espigas de trigo ya figuraban en las numerosas representaciones de Dmeter que se depositaban como ofrendas en los santuarios griegos. Este atributo tiene, asimismo, numerosas referencias literarias. A l hacen
mencin, entre otros, Ovidio, Fastos, IV, 616: adorna sus cabellos con una corona de espigas y Tbulo (Elegas, I, 15-16: rubia Ceres, te ofrecemos una corona hecha de espigas de nuestros campos. Sobre estas fuentes, ver Tervarent, Guy de. Atributos y smbolos en el arte profano. Diccionario de un lenguaje perdido. Ediciones del Serbal, Barcelona, 2002, pp. 195-196.
27
cen ms claramente destacados en otras composiciones de esta misma poca, como el tapiz de Giulio Pippi (Ceres, finales del siglo XVII, Chteau de
Pau). En este caso, el aciano se dispone en ramos
junto al trigo y las adormideras a ambos lados de
la diosa y como motivo principal de su vestido. La
relacin del aciano con Dmeter o Ceres se justifica por su presencia en los trigales en el tiempo de
la siega y, en este contexto, se convierte en una
seal de cosecha prspera y abundante.5 Algo similar ocurre con la amapola y la adormidera, las
ms populares y extendidas representantes del
gnero papaver que participan, muchas veces, de
las mismas connotaciones simblicas. La amapola,
originaria del Mediterrneo oriental, parece que
se extendi y naturaliz por el resto de pases mediterrneos a partir de las exportaciones de cereales que comenzaron hace unos ocho mil aos con
la expansin de la naciente cultura neoltica. Es
una de las plantas medicinales y comestibles ms
antiguas, cuyos usos se han mantenido vivos a lo
largo de los aos. La adormidera, por su parte,
fue apreciada desde la Antigedad por el opio
que se extrae de sus cabezuelas, adems de su valor ornamental, especialmente el de las formas de
flores dobles, as como por los diversos usos industriales y culinarios del aceite que se extrae de sus
semillas. Los antiguos griegos consagraron ambas
plantas a Dmeter. En los ritos sagrados de la diosa, se ofrecan semillas de adormidera para asegurar la prosperidad de los campos y se crea que la
presencia de amapolas en los sembrados era esencial para conseguir una buena cosecha.6 En su relacin con la diosa, la amapola y la adormidera se
convirtieron en smbolos de la fecundidad, del renacimiento y la renovacin, fundamentalmente
por su presencia en los campos de trigo y por la
cantidad de semillas que encierra su cpsula. As
aparece, por ejemplo, en la descripcin del Carro
de Ceres que realiz Ripa en su clebre Iconologa: La corona de espigas de trigo significa que
Ceres favorece la plenitud de la tierra mediante
las cosechas, representndose su fertilidad me-
4
Segn la tradicin que ofrece Ovidio en los Fastos, IV, 559-560, Triptlemo recibi este regalo de la diosa en recompensa
por la hospitalidad con que la acogi en Eleusis su padre Cleo, durante la bsqueda de su hija Persfone, siendo el primero
en arar, sembrar y recoger el fruto de la tierra cultivada. Edicin de Manuel Antonio Marcos Casquero, Universidad de Len,
Len, 1990.
5
Kuscar, Lidia. Una flor para ti. Tradiciones y secretos, lenguaje y normas de la ofrenda floral. Mondibrica, Madrid, 1986, pp.
67-68.
6
Segn Levi DAncona, Mirella. The Garden of Renaissance. Botanical symbolism in Italian painting. Leo S. Olschki editore, Firenze, 1977, p. 321, se supona que Dmeter haba sido la primera en descubrir la adormidera en la isla de Mecona, por lo
que los griegos llamaron Mekon, mekon a esta planta. Sin embargo, Grimal, 1991, p. 132, afirma que la diosa transform en
adormidera al ateniense Mecn, al que amaba, por lo que la planta tom su nombre. Este ltimo autor cita como fuente los
comentario de Servio a Virgilio, Gergicas, I, 212.
28
Ripa, Cesare. Iconologia, overo descrittione dellImagini universali cavate dallAntichit et da altri luoghi, da Cesare Ripa.
Opera non meno utile che necesaria Poeti, Pittori et Scultori, per rappresentare le Virt, Vitii, Affeti, et Passioni humane,
Roma, 1593. La edicin consultada corresponde a la traduccin de la edicin sienesa de 1613, con introduccin de Adita Allo
Manero. 2 vols., Akal, Madrid, 1987, vol. I, p. 179. Como es sabido, esta obra fue el catlogo de imgenes y personificaciones
de conceptos abstractos ms divulgado entre los artistas desde el siglo XVII.
8
Valeriano Bolzani, Giovanni Pierio. Hieroglyphica sive de sacris Aegyptiorum aliarumque gentium literis, comentarii Joannis
Valeriani Bolzanii Bellunensis. Basileae, Michael Isingrinus, 1556. Edicin consultada: Lugdini, Sumptibus Pauli Frellon, 1610.
Captulo LVIII, De papavere. Ceres.
9
Sobre este tema y sus representaciones, pueden verse los trabajos de Gonzlez de Zrate, Jess Mara. Mitologa e Historia
del Arte. Instituto Ephialte, Vitoria-Gasteiz, 1997, p. 155 y el ya citado de Aghion et al., 1997, p. 298.
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
[nm. 14-15, 2005-2006]
29
10
Como explica Graves, Robert. Los mitos griegos. 2 vols., Alianza, Madrid, 1989, vol. I, p. 115: Las semillas de adormidera
eran utilizadas como un condimento del pan y las adormideras estn asociadas naturalmente a Dmeter, pues crecen en los
sembrados, pero Core [Persfone] recoge o acepta adormideras a causa de sus cualidades soporficas y de su color escarlata,
que promete la resurreccin despus de la muerte. Est a punto de retirarse para el sueo anual. Otras fuentes, como el
Himno homrico a Ceres (1, 19) sealan, sin embargo, que la flor que despert la atencin de Persfone fue un narciso o un
lirio creado por Jpiter, tan llamativo que atraa a cuantos lo vean.
11
Ovidio, Metamorfosis V, 533-538: No obstante, Ceres tiene decidido recuperar a su hija. No lo permiten as los hados, porque
la doncella haba roto el ayuno, y mientras en su ingenuidad andaba errante por un huerto de frutales, haba cogido de un rbol
que se inclinaba por el peso una granada, y arrancando de la amarilleante corteza siete granos, los haba exprimido en su boca.
12
Segn la informacin recogida por Graves, 1989, vol. I, p. 114, una antigua prohibicin griega recaa sobre los alimentos de
color rojo, que slo podan ofrecerse a los muertos. Para el simbolismo posterior de la granada, ampliamente desarrollado
por la literatura emblemtica, pueden verse los trabajos de Levi DAncona, 1977, pp. 312-318 y Garca Mahiques, Rafael. Flora
Emblemtica. Aproximacin descriptiva del cdigo icnico. Tesis de la Universitat de Valncia, Facultad de Geografa e Historia, Valencia, 1991, pp. 275-290.
13
Battistini, Matilde. Smbolos y alegoras. Electa, Barcelona, 2003, p. 200; Aghion et al., 1997, p. 68. Sobre la representacin
conjunta de Ceres y Baco, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p. 160, que informa de los largos viajes realizados por estas divinidades para difundir la agricultura.
30
14
15
Eurpides, Bacantes, 278-283. Versin de Rosa Garca Rodero, Clsicas, Madrid, 1995.
MARA JOS LPEZ TERRADA
16
Covarrubias Orozco, Sebastin de. Tesoro de la Lengua Castellana o Espaola. Luis Snchez, Madrid, 1611. Edicin facsmil
de Martn de Riquer de la Real Academia Espaola. Alta Fulla, Barcelona, 1993, p. 1010.
17
Laguna, Andrs. Pedacio Dioscrides Anarzabeo acerca de la materia mdica y de los venenos mortferos. Anvers, en casa
de Juan Latio, 1555. Edicin crtica de C. E. Dubler, Tip. Emporium, Barcelona, 1955, V, 1.
18
Vitoria, Baltasar de. Theatro de los dioses de la gentilidad En casa de Antonia Ramrez, Salamanca, 1620, II, XXIX. Por
otra parte, Laguna, 1555, III, p. 170, ya haba precisado que: Llmase la yedra Cissos, Cittos y Dionysia en griego, los cuales
tres nombres antiguamente significaban Baco. Sobre las fuentes clsicas de esta leyenda, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p.
308 y Levi DAncona, 1977, pp. 189-190. Esta autora recoge tambin otra leyenda que justifica la vinculacin de la hiedra con
Baco. Segn la narracin de Ovidio, Fastos III, 767-770, las ninfas de Nisa ocultaron la cuna del dios con hojas de hiedra para
que el nio, fruto de la unin ilcita de Jpiter y Smele, no fuera descubierto por la celosa Juno.
19
Ripa, 1593, vol. I, pp. 454-455, coloca una guirnalda de hiedra en la cintura del Furor potico, que aparece tambin con la
tradicional corona de laurel, explicando que la fama por mantenerse verde y bella a lo largo de los siglos se asemeja a las
frondas del laurel y la hiedra, que se mantienen perpetuamente verdes. Dioniso comparte con Apolo esta funcin inspiradora, pero la apolnea se distingue de la dionisaca por su carcter ms mesurado.
20
As se explica, por ejemplo, en las Etimologas de San Isidoro, XVII, 9, 22-23. Sobre esta cuestin, aade Gubernatis, Angelo
de. La Mithologie des plantes ou les lgendes du rgne vegetal. 2 vols., Reinwald, Pars, 1878-1882. Edicin facsmil, Arch,
Miln, 1976, pp. 195-196: La semejanza de las hojas de hiedra con las de la vid, su cualidad comn de plantas trepadoras,
han podido hacer aproximar la hiedra y la vid en el mito; slo que se ha pretendido que la hiedra neutraliza la vid y preserva
de la embriaguez. Por eso, se dice coronaba de hiedra la cabeza y el tirso de Baco.
21
Para Laguna, 1555, III, 170, la hiedra se asoci a Baco porque bebido su zumo y olido, perturbaba la razn ni ms ni menos que el vino, por el cual respecto, a mi parecer, se coronaban con ella los sacerdotes de Baco: de do tambin ha venido a
colgarse en las tabernas. Como explica Graves, 1989, vol. I, p. 134, las Mnades se embriagan masticando hojas de hiedra,
por lo que tambin se convirti en uno de sus atributos.
31
Atenea o Palas, la Minerva romana, encarna efectivamente la prudencia y la sabidura, por lo que
goz de numerosas y variadas asociaciones. Entre
ellas, figuran sus ttulos de diosa de la guerra, de
la paz o protectora de las ciencias y las artes, en el
sentido ms amplio del trmino. Este ltimo aspecto explica que, desde poca alejandrina, se la
relacionara con las Musas, como ilustra, por ejemplo, el lienzo de Jacques Stello (Minerva en casa
de las Musas, hacia 1649, Pars, Louvre). En l, vemos a la diosa en compaa de las deidades de la
inspiracin en el monte Helicn bajo la sombra de
frondosos olivos.24 No obstante, la razn por la
que el olivo fue consagrado a Atenea guarda relacin con su papel como diosa de la Paz, alusin
simblica que, desde la Antigedad, asumi la
planta.25 Su origen se remonta al enfrentamiento
que mantuvo con Poseidn por convertirse en la
deidad soberana del tica. Cada uno trat de
ofrecer al pas el regalo ms valioso. El dios del
mar golpe la tierra con su tridente, de manera
que, segn la versin ms difundida, brot un lago salado o una fuente de agua marina. El obsequio de la diosa, que le vali la victoria, fue un
olivo cultivado que hizo florecer en lo alto de la
Acrpolis.26 Desde entonces se le atribuy la introduccin de su cultivo y la invencin de la elabora-
23
Alciato, Andrea. Emblemata liber Augsburgo, 1531. Edicin y comentarios de Santiago Sebastin Lpez. Akal, Madrid,
1985. Emblema XXIII, pp. 54-55.
24
El motivo de la visita de Atenea al hogar de las Musas se inspir en un pasaje de la Metamorfosis de Ovidio, V, 256-259,
donde el poeta describe este encuentro. La razn fue la aparicin de una nueva fuente en el lugar que haba sido golpeado
por la pezua de Pegaso, el caballo alado. Buxton, Richard. Todos los dioses de Grecia. Oberon, Madrid, 2004, pp. 182-183.
25
Segn Gonzlez de Zrate, 1997, p. 148, como diosa de la Paz se la conoca como Ergane (obrera) y bajo su proteccin se
encontraban desde los arquitectos y escultores a los tejedores, protega a los animales y tena al olivo como fruto caracterstico. Por su parte, Impelluso, Lucia. La naturaleza y sus smbolos. Plantas, flores y animales. Electa, Miln, 2003, p. 43, opina que
el olivo de Atenea se convirti en un smbolo de la paz porque, como divinidad guerrera y figura opuesta a Marte, luchaba
por mantener el orden y las leyes. La rama de olivo aparece ya como atributo de la paz y de la prosperidad en numerosas medallas antiguas que sirvieron como fuente de inspiracin a los artistas del Renacimiento. Para las fuentes clsicas de este simbolismo, ver Levi DAncona, 1977, pp. 261-263.
26
Revilla, Federico. Diccionario de Iconografa. Ctedra, Madrid, 1990, p. 280 seala que el olivo sagrado de la diosa se conserv en la Acrpolis como su ms preciado tesoro, probablemente en un costado del Erecteion, donde actualmente se ha
plantado otro espcimen, aadiendo que generalmente recuerda los valores ms caractersticos de la propia Atenea: sabidura, prudencia, civilizacin. Con las ramas del rbol sagrado de la Acrpolis se realizaban las coronas que reciban los vencedores de las Panateneas y de los Juegos Olmpicos que simbolizaban la victoria y la paz.
32
amor, y a Dafne con la flecha de plomo que irremediablemente lo aleja. El dios persigui a la joven incansablemente, pero sta no quera acceder
a sus deseos. Cuando ya no le quedaban fuerzas
para seguir huyendo, suplic a su padre que le
ayudase y, entonces, fue convertida en laurel. En
este momento, Apolo exclam: Est bien, puesto
que ya no puedes ser mi esposa, al menos sers mi
rbol; siempre te tendrn mi cabellera, mi ctara y
mi aljaba.29 La metamorfosis de Dafne, convertida en smbolo del triunfo de la castidad sobre el
amor sensual desde la Edad Media, ha gozado de
gran popularidad entre los artistas de todas las
pocas.30 Lo ms habitual es representarla durante su huida en el momento en que Apolo le da alcance, con los brazos levantados, comenzando ya
su transformacin. Entre las interpretaciones ms
conocidas del tema se encuentra la de Antonio
Pollaiuolo (Apolo y Dafne, ca. 1460, Londres, National Gallery), que sustituye los brazos de la joven por dos frondosas ramas de laurel. En algunos
casos, Dafne busca refugio en su padre, el dios-ro
Peneo, como vemos en la versin de Ren-Antoine Houasse (Chteaux de Versailles et du Trianon)
y en la de Giovanni Battista Tipolo (1743-1744,
Pars, Museo del Louvre). Esta ltima incluye tambin a Cupido, el causante de esta desigual relacin amorosa. Algunas obras del siglo XX, como la
de John William Waterhouse (Apolo y Dafne,
1908, coleccin particular), siguen ilustrando fielmente los versos de Ovidio en los que se narra la
transformacin de Dafne: Apenas acab su plegaria cuando un pesado entorpecimiento se apodera de sus miembros; sus suaves formas van siendo envueltas por una delgada corteza, sus cabellos crecen transformndose en hojas, en ramas
sus brazos; sus pies un momento antes tan veloces, quedan inmovilizados en races fijas; una arbrea copa posee el lugar de su cabeza; su esplendente belleza es lo nico que de ella queda.31
27
Solrzano Pereira, Juan de. Emblemata centum regio poltica Madrid, Garca Morras, 1653. Edicin de Jess Mara Gonzlez de Zrate. Emblemas regio-polticos de Juan de Solrzano, Tuero, Madrid, 1987, pp. 79-80.
28
Ripa, 1593, vol. II, pp. 281-282. Sobre las riqusimas connotaciones simblicas del olivo desarrolladas por la emblemtica,
ver Garca Mahiques, 1991, pp. 556-599.
29
Ovidio, Metamorfosis I, 557-559. El discurso de Apolo contina (560-566): t acompaars a los caudillos alegres cuando
alegre voz entone el Triunfo y visiten el Capitolio los largos desfiles. Tambin t te erguirs ante la puerta de la mansin de
Augusto, como guardin fidelsimo, protegiendo la corona de encina situada entre ambos quicios; y del mismo modo que mi
cabeza permanece siempre juvenil con su cabellera intacta, lleva t tambin perpetuamente el ornamento de las hojas. Entre los numerosos tipos de coronas que, durante la Antigedad, se utilizaron en toda clase de actos religiosos, cvicos y sociales, las de laurel eran las que se otorgaban a los vencedores de los juegos pticos de Delfos en honor a Apolo. En Roma, coron a los generales y a los soldados romanos durante los desfiles triunfales y a los emperadores.
30
Tervarent, 2002, pp. 210-211. Salazar Rincn, Javier. Sobre los significados del laurel y sus fuentes clsicas en la Edad Media y el Siglo de Oro. Revista de literatura 2001, nmero 126, pp. 333-368.
31
33
32
La personificacin alegrica de la Poesa de Ripa, 1593, vol. II, p. 219, se corona de laurel porque esta planta se mantiene
siempre verde, sin temor a la fuerza de los rayos celestes; del mismo modo, la Poesa hace a los hombres inmortales, protegindoles del azote del tiempo, el cual generalmente destruye toda cosa relegndola al olvido. Para las numerossimas connotaciones simblicas de la corona de laurel desarrolladas por la literatura emblemtica, ver Garca Mahiques, 1991, pp. 362-399.
33
Ovidio, Metamorfosis X, 106-143. Este relato fue el ms citado por los autores modernos. Sin embargo, otras versiones de
la leyenda explicaron este pasaje haciendo de Ciparisos el amante del dios Cfiro o de Silvano, el dios romano de los bosques.
De este modo se interpretan los versos de Virgilio, Gergicas I, 20: Y t, Silvano, llevas cipreses desarraigados.
34
Como explica Grimal, 1991, p. 106 existen dos hroes mitolgicos con el nombre de Cipriso. Uno de ellos era hijo de Minia
y hermano de Orcmeno, mientras que el joven amado por Apolo era hijo de Tlefo y viva en Ceos. Existen adems otros relatos mitolgicos cuyos protagonistas llevan el nombre de este rbol y que tienen una connotacin funeraria. Uno de ellos
contaba que Ciprisos, los cipreses, hijas del rey Eteocles y Orcmeno, se cayeron en una fuente mientras bailaban en honor a
Dmeter y Persfone y se ahogaron. Gea, la diosa de la Tierra, se apiad de ellas y las transform en cipreses hermosos y esbeltos como haban sido las muchachas (Geoponicas XI, 4). La leyenda de Ciparisa, cuyo nombre es el de ciprs puesto en femenino, es bastante similar. La leyenda, que aparece en los Comentarios de Probo a Virgilio (Gergicas II, 84), contaba que esta princesa haba muerto muy joven y sobre su tumba se haba levantado un ciprs, cuya esencia era entonces desconocida.
Por esta razn, el rbol se consagr a los difuntos y tom su nombre.
34
notacin fnebre del ciprs, repetida con insistencia por los poetas antiguos, explica que fuera el
rbol consagrado a Hades en Grecia y a Plutn en
Roma y referido desde entonces a los emplazamientos sepulcrales como smbolo de la tristeza y
la muerte.35
Apolo am tambin a Jacinto, un hermoso prncipe de Esparta.36 Segn la versin de Ovidio que
representa el lienzo de Giambattista Tipolo (La
muerte de Jacinto, 1752-1753, Madrid, Museo
Thyssen-Bornemisza), el dios se encontraba jugando con el joven al disco, cuando su trayectoria se
desvi y golpe a Jacinto en la cabeza, matndolo
en el acto.37 Apolo qued profundamente afligido
y decidi inmortalizar el nombre de su amado
transformando la sangre que haba brotado de su
herida en una nueva flor, el jacinto, que se convirti en un smbolo de su lamento. En las Metamorfosis, Ovidio precisa: la sangre que, derramada
por tierra, haba marcado la hierba, deja de ser
sangre y, ms resplandeciente que la prpura de
Tiro, surge una flor que adopta la forma de los lirios, si no fuera porque aqulla tiene color rojo y
stos blanco. No es esto bastante para Febo (pues
l era quien haba otorgado la gracia): en sus ptalos escribe l mismo sus quejidos, y la flor lleva
la inscripcin Ay, ay y en ella se han trazado las
letras de duelo. Y no se avergenza Esparta de
haber procreado a Jacinto; su veneracin se mantiene todava, y todos los aos retornan las Jacintias, para ser celebradas segn la solemnidad de
antao y con esplendor preferente.38 En conmemoracin de este suceso se celebraba efectivamente en Lacedemonia cada ao la fiesta de las
Jacintias. En ella se recordaba con tristeza la
muerte del joven, pero tambin la alegra de saberlo inmortal. En este sentido, la leyenda de Ja-
cinto guarda, como veremos, paralelismos evidentes con el mito de Adonis. Por otra parte, la descripcin que ofrece Ovidio de esta flor indica que
la especie aludida en el relato mitolgico no es
el jacinto oriental de flores dobles (Hyacinthus
orientalis L.) que se represent en las composiciones pictricas desde la poca moderna. Las letras
AI que se crean leer en sus ptalos relacionaron tambin al jacinto con Ayax, hijo de Telamn
y la flor que naci de su sangre.39
35
Segn la descripcin que hace Homero en la Odisea, XI, 572-575, a la izquierda del palacio de Hades y Persfone, en el Trtalo, un ciprs blanco daba su sombra al estanque de Lete. El ciprs se plantaba efectivamente sobre las tumbas, se colocaba
en las piras funerarias y se situaba ante la puerta de las casas en las que haba un difunto. Entre los poetas que ms claramente se refirieron al ciprs como rbol sombro y fnebre se encuentra Horacio. En una de sus Odas (II, 14, 22-24) referidas a la
fugacidad de la vida, dice: ningn rbol de cuantos cultivas te seguir, seor efmero, salvo el odioso ciprs.
36
Jacinto se considera generalmente como el hijo de Amiclas y de Diomedes y, por lo tanto, nieto de Lacedemn y de Esparta. Conforme a esta genealoga, es to de balo o de Perieres, segn los autores. No obstante, los poetas lo presentan en ocasiones como hijo de balo. Otra tradicin, referida por Atenodoro, hace de Jacinto el hijo de la musa Clo y de Pero. Sobre esta cuestin, ver Grimal, 1991, pp. 265-266.
37
Otros autores sealan como verdadero responsable de la tragedia a Cfiro o a Breas. El viento del oeste, rival desafortunado de Apolo en sus amores con Jacinto, consumido por los celos, habra desviado intencionadamente el disco para vengarse de ambos.
38
39
As se menciona tambin en las Metamorfosis, XIII, 382-398 de Ovidio y se recuerda por autores como Covarrubias, 1611,
p. 709: En esta misma planta cuentan los poetas haberse convertido Ayax Telemonio sealando la flor las mismas dos letras
funestas, y que daba principio a su nombre. La cuestin se complica porque, en ocasiones, como hace por ejemplo Graves,
1989, vol. II, p. 412, la nueva flor que comparten el mito de Jacinto y de Ayax se ha identificado con la espuela de caballero
(Delphinium ajacis L.).
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
[nm. 14-15, 2005-2006]
35
cias que rodearon su nacimiento. Desde la Antigedad, la palmera ha sido considerada como un
smbolo de la victoria. Para los griegos y romanos,
fue la insignia del triunfo y de la grandeza, por lo
que coronaban con sus ramos a los vencedores.
Segn cuentan Plutarco y Pausanias, fue Teseo el
introductor de la costumbre de coronar a los vencedores con hojas de palma y entregarles una de
sus ramas cuando fund en Delos los juegos celebrados en honor a Apolo.43 Por esta razn, la hoja
de palma figura como uno de los atributos principales de Nike, la personificacin alegrica de la
Victoria, que la entregaba como premio a los vencedores de cualquier tipo de certamen junto a la
corona de laurel. Con estos dos atributos aparece,
por ejemplo, en La apoteosis de Homero de Ingres
(1827, Pars, Museo del Louvre). Esta alusin simblica se hizo mucho ms explcita durante el cristianismo, cuando se otorg la palma a los mrtires para expresar el triunfo sobre la muerte, desarrollndose ampliamente a travs de la emblemtica renacentista y barroca y sus correspondientes
proyecciones artsticas, desde la pintura hasta las
arquitecturas efmeras.44 Este simbolismo estuvo
asociado a las caractersticas de la palmera, que
resiste duras condiciones climticas y vive muchos
aos sin alterar su aspecto. Durante la Antigedad se destac especialmente la longevidad de la
palmera de Delos,45 a cuya sombra alumbr Leto a
rtemis y a Apolo. Alexandre Abel de Pujol fue
uno de los pintores encargados de inmortalizar
este acontecimiento (Nacimiento de Diana y Apolo, 1822-1825, Chteau de Fontainebleau). En su
lienzo se aprecia que la palmera era el nico rbol
Para las fuentes de esta identificacin y su representacin artstica, ver Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 170-174.
41
Ovidio, Metamorfosis IV, 256-271: En cuanto a Clitie, aunque su amor podra disculpar su resentimiento, y su resentimiento la delacin, el autor de la luz no volvi a visitarla y se impuso trmino a sus relaciones amorosas con ella. Desde entonces
se consumi ella entregndose locamente a su pasin; incapaz de soportar a las ninfas, y a la intemperie lo mismo de noche
que de da, permaneci sentada en el suelo desnudo, y con los cabellos desnudos y en desorden, y durante nueve das se abstuvo de agua y de comida, sin alimentar su hambre con otra cosa que con roco puro y con sus lgrimas, y sin moverse del
suelo; lo nico que haca era mirar el rostro del dios conforme ste avanzaba y volver su cara hacia l. Dicen que sus miembros se adhirieron al suelo, y una espectral palidez convirti en hierbas cetrinas; y una parte de su color natural; en otra parte
hay un tinte rojo, y una flor en todo semejante a la violeta le cubre el rostro; y ella, aunque por la raz est sujeta, se vuelve
hacia su Sol y aun despus de transformada conserva su amor.
42
Philotheus (seudnimo de Karl Ludwig), Philothei Symbola Christiana Quibus idea hominis christiani exprimitur, 1677, LXIII,
pp. 125-126. Citado por Garca Mahiques, 1991, p. 258.
43
Plutarco, Teseo, 21; Pausanias, Descripcin de Grecia, VIII, 48, 2-3. Citados por Graves, 1989, vol. I, p. 428. La costumbre de
entregar ramas de palma a los vencedores fue introducida en Roma, donde, segn Tito Livio, Ab Urbe Condita, X, 47, 3, se
us por primera vez en el ao 292 antes de Cristo, quedando tambin asociada a los generales victoriosos. Los poetas latinos
se refirieron muy frecuentemente a la palmera como smbolo del triunfo y de la victoria.
44
Sobre este tema, pueden verse los artculos de Daz de Bustamante, Jos Manuel. Onerata resurgit. Notas a la tradicin
simblica y emblemtica de la palmera, Helmantica 1980, nmero 94, pp. 27-88 y Galera Andreu, Pedro A. La palmera, arbor victoriae. Reflexiones sobre un tema emblemtico, Goya 1985, nmeros 187-188, pp. 63-67.
45
Teofrasto. Historia de las plantas. Edicin con introduccin, traduccin y notas de Jos Mara Daz-Regan Lpez. Gredos,
Madrid, 1988, IV, 13, 2: Las consejas transmitidas por los versados en mitologa testimonian la longevidad de algunas plantas, as cultivadas como silvestres, tal, por ejemplo, la del olivo en Atenas, la de la palmera en Delos, la del acebuche, del que
se hacen coronas, en Olimpia, o tambin la del roble de escamas grandes en Ilin, existente en la tumba de Ilo.
36
46
Como recoge Gonzlez de Zrate, 1997, p. 165, en los Himnos homricos, concretamente en el dedicado a Apolo (III, 1718), se dice: Leto rode con sus brazos el tronco de la palmera, dobl sus rodillas sobre la hierba del prado y el nio sali a la
luz.
47
Anacreonte, Odas, 51. Levi DAncona, 1977, pp. 330-331 ha recogido diversas leyendas sobre el origen mitolgico de la rosa y sus fuentes clsicas.
48
Francisco de Rioja (ca. 1583-1659), A la rosa, 15-20. En: Blecua, Jos Manuel. Poesa de la Edad de Oro II. Barroco. Clsicos
Castalia, Madrid, p. 251. Entre las numerossimas alusiones literarias a la rosa como flor de Venus tambin pueden citarse
los versos de la poetisa del siglo XVII Leonor de Cueva y Silva: rosas, s, carmeses,/ de la purprea sangre ms perfectas/ de la
Ericina diosa,/ que su color os dio su planta undosa.
49
50
Ripa, 1593, vol. II, p. 213. Corona tambin de rosas a la diosa del Amor en el Carro de Venus (vol. I, p. 166), al Amor contento (vol. I, pp. 86-87) y a la Musa Erato (vol. II, p. 113), que trata de cosas amorosas.
51
Picinelli, por ejemplo, utiliz la rosa blanca, que no ha sido manchada con la sangre de la Dea lasciva para proponerla como imagen del amor casto y virtuoso. Picinelli, Filippo. Mondo Simbolico, Milano, per lo Stampatore Archiepiscopale, 1653.
Edicin consultada: Mundus symbolicus, Coloniae, 1681, XI, 18, n 195. Pero lo ms habitual, especialmente en la emblemtica amorosa, fue utilizar la rosa con espinas para referirla al dolor y sufrimiento que van inseparablemente unidos al amor.
Para los mltiples significados simblicos de la rosa y sus fuentes, ver Levi DAncona, 1977, pp. 330-348 y Garca Mahiques,
1991, pp. 685-737.
37
cando una disputa entre ambas que tuvo que solucionar el propio Zeus, determinando que vivira
un tercio del ao con Afrodita, otro con Persfone y el tercero, con quien quisiera. Esta parte del
mito del nio nacido de un rbol que permanece
durante el invierno bajo tierra para reunirse en
primavera con la diosa de la fecundidad simboliza
claramente el misterio de la regeneracin del
mundo vegetal.52
El origen mtico de la anmona es otra leyenda ligada a la historia de Adonis, en este caso a su
muerte. El tema fue ilustrado por numerosos pintores, entre los que se encuentran Poussin (Adonis llorado por Venus, 1626, Caen, Museo de Bellas Artes) y Domenichino (La muerte de Adonis,
ca. 1629-1631, Gnova, Palazzo Durazzo Pallavicini). Segn la versin que Ovidio propone en las
Metamorfosis, el joven amante de Afrodita fue
mortalmente herido por un jabal furioso:53 y
desde el alto cielo [Afrodita] vio el cuerpo sin vida y revolcado en su propia sangre, salt a tierra
y se rasg el regazo a la vez que los cabellos, y
quejndose al destino, dijo: Por siempre subsistir el recuerdo de mi dolor, Adonis, y la representacin reiterada de tu muerte realizar una
imitacin anual de mi pesar; en cuanto a tu sangre, se transformar en una flor (). Despus de
hablar as, salpic de fragante nctar la sangre
que, al contacto con aquel, se hinch a la manera
como suelen levantarse en un cielo arrebolado
una burbuja transparente, y no tard ms de una
hora justa en surgir de la sangre una flor del mismo color, como suelen producirla los granados,
que bajo correosa corteza ocultan el grano; sin
embargo, es efmera la vida de aquella flor, pues,
mal sujeta y caediza por su excesiva ingravidez, la
arrancan los mismos vientos que le dan nombre.
Aunque Ovidio no menciona el nombre de la planta, lo ms habitual fue identificarla con la anmona cuyo nombre deriva precisamente de la
palabra griega anemo, viento. La denominacin
flor del viento, utilizada desde la Antigedad,
alude a la rapidez con que se marchita y a la fu-
52
Como seala Grimal, 1991, pp. 7-9, el mito de Adonis fue posteriormente embellecido y completado. Se precis la causa del
castigo de Afrodita haciendo que fuera Cencreis, madre de Esmirna y esposa de Cniras, en lugar de Tas, la que ofendi a la
diosa al pretender que su hija fuera ms hermosa que ella. El castigo por esta falta fue la pasin incestuosa que se despert
en la joven que, al comprender su culpa, intent ahorcarse. Pero Afrodita se apiad de su vctima y la convirti en rbol. Segn algunas versiones fue la espada de su propio padre o los colmillos de un jabal los que hicieron posible que la corteza se
abriera para que Adonis naciera. Para las mltiples representaciones artsticas de este mito y sus interpretaciones simblicas,
ver Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 240- 241 y Aghion et al., 1997, pp. 3-5.
53
Ovidio, Metamorfosis X, 345-358. Para algunos autores, fue la clera de rtemis la que hizo dirigir contra Adonis el jabal
que lo mat durante una cacera, mientras que otros sealan que fue Ares, el amante celoso de la diosa, el que se metamorfose en este animal. Existen, sin embargo, otras versiones sobre la catstrofe que ocasion su muerte en las que participa
Apolo, que se vengaba de esta forma de la diosa por la ceguera que haba provocado en su hijo Erimanto por haberla visto
desnuda mientras se baaba.
38
gacidad de su floracin.54 El poeta idlico Bin enriqueci este relato, afirmando que la diosa derram tantas lgrimas como Adonis gotas de sangre, y que de cada lgrima, naci una rosa, y una
anmona de cada gota de sangre.55 Desde este
momento, la anmona se convirti en un smbolo
del dolor y la muerte, como muestra la fiesta fnebre celebrada en honor a Adonis a la que alude Ovidio, pero tambin de la resurreccin, lo
que explica su presencia en sarcfagos desde la
poca romana.56 Durante los siglos XVI y XVII, se
enriquecieron las connotaciones simblicas de este mito, de manera que la anmona se convirti
en imagen de la fugacidad del amor lascivo e incluso de la brevedad de la vida. Con este ltimo
sentido, como imagen de la fugacidad de la vida,
la present Camerarius en uno de sus emblemas,
llamndola precisamente flos Adonis.57 No obstante, la literatura europea utiliz ms frecuentemente la muerte de Adonis para hacer referencia
a la brevedad del amor.58
Las referencias de otros atributos tradicionales de
Afrodita, como el mirto, el membrillo o la manzana son mucho ms amables. Todos ellos acompaaron a las representaciones de la diosa desde la
Antigedad. El mirto fue consagrado a varias divi-
nidades, aunque desde la poca romana se convirti en una planta especialmente referida a Venus
como diosa del amor. Con este sentido aparece en
varias composiciones renacentistas que ilustran
sus relaciones con Ares, como la de Piero di Cosimo (Venus, Marte y Amor, ca. 1505, Berln, Gemldegalerie). Las razones que se dieron para justificar esta relacin fueron muy diversas. Algunos
autores antiguos cuentan que Venus se protegi
con ramas de mirto para cubrir su desnudez y librarse de las miradas de los stiros.59 Otros explicaron que la diosa llevaba una corona de mirto
durante el juicio de Paris que le ayud a vencer en
la contienda.60 Se aludi tambin a su crecimiento
en las proximidades del mar, de donde haba nacido la diosa, y a las numerosas virtudes medicinales
de la planta que eran utilizadas para remediar las
dolencias propias de las mujeres.61 Los autores
modernos, por su parte, convirtieron al mirto fundamentalmente en un smbolo del amor, tanto
del lujurioso como del casto. As, para Vincenzo
Cartari: el mirto estaba consagrado a Venus porque se le atribua el poder de compartir y de mantener el amor, mientras que Ripa, en su descripcin del Carro de Venus, explicaba que el mirto y
las rosas estn consagradas a esta diosa por la correspondencia que con Venus tienen dichos olo-
54
Plinio, Historia natural, XXI, 23. Edicin consultada: Caius Plinius Secundus, Naturalis historiae. Histoire naturelle..., 36 vols.,
Socit ddition Les Belles Lettres, Paris, anotado por J. Andr, 1950-1981. El trmino ya fue empleado por Teofrasto, Historia de las plantas, VII, 8, 3. Entre las especies identificadas como la flor de Adonis se encuentra la amapola, que figur tambin entre los atributos tradicionales de Afrodita. As aparece, por ejemplo, en los comentarios al emblema LXXVII de Alciato,
1531, pp. 112-113. Es posible que esta asociacin estuviera relacionada con el nombre de la flor. Durante la poca moderna,
la amapola se llam papaver erraticum o reas, porque sus flores se despegan con facilidad y vuelan por el aire, como la flor
del viento del relato mitolgico.
55
Bin de Esmirna, Llanto por Adonis, I, 72. Citado por Grimal, 1991, p. 9. Levi DAncona, 1977, p. 44, recogi una versin un
poco distinta de la misma historia.
56
Esta fiesta, conocida como jardines de Adonis, era celebrada cada primavera por las mujeres sirias que plantaban semillas en vasijas o fragmentos de cermica llenos de tierra y las regaban con agua caliente para que brotasen rpidamente. Las
flores, as forzadas, moran al poco tiempo de germinar, simbolizando de esta manera la suerte de Adonis. Para la representacin artstica de este tema, ver Gonzlez de Zrate, 1997, p. 241.
57
Camerarius, Joachim. Symbolorum & Emblematum, Johannis Hofmanni & Huberti Camoxii, Norimbergae, 1590-1604. Edicin consultada: Joachimi Camerarii Symbolorum et emblematum centuriae quatuor: quarum prima stirpium, secunda animalium quadrupedium, tertia volatilium et insectium, quarta aquatilium et reptilium, rariores proprietates. Historias ac sententias memorabiles non paucas breviter exposit. Christophorus Kuchlerus, Maguntiae, 1668, I, emblema 59, p. 139.
58
Entre otros ejemplos, puede citarse el mencionado por Mendoza, Carlos. La leyenda de las plantas. Mitos, tradiciones,
creencias y teoras relativos a los vegetales. Establecimiento Tipogrfico Editorial de Ramn Molinas, Barcelona, s. f. Edicin
facsmil de Alta Fulla, Barcelona, 1993, p. 190, que relacion la presencia de la anmona en el Sueo de una noche de verano
de Shakespeare con el mito de Adonis. Como la flor nacida del amante de Afrodita deba poseer incuestionables virtudes erticas, Obern encarga a Puck que busque una anmona para que Titania se enamore del primer objeto que vea, una vez despierte del sueo en que la sumir el zumo de esta planta dispuesto sobre sus prpados.
59
60
De esta forma aparece en la obra del mdico y poeta griego Nicandro de Colofn (200-130 a. C.), Alexipharmaca, 616-621 y
posteriormente en Ovidio, Ars Amatoria, III, 53. Entre los autores modernos que recogieron esta historia se encuentra Valeriano, 1556, L: quienes peinan a Venus le imponen gustosamente una corona de mirto porque la llevaba consigo en el momento del juicio de Paris.
61
Servio a Virgilio, Gergicas II, 64. Esta alusin fue la que predomin durante la Edad Media.
EL MUNDO VEGETAL EN LA MITOLOGA CLSICA Y SU REPRESENTACIN ARTSTICA
[nm. 14-15, 2005-2006]
39
sin a la fidelidad y al amor eterno, mientras Cupido esparce las rosas del amor y la diosa se dispone a arrancar un membrillo.65
La manzana es otro de los atributos vegetales con
los que suele representarse a Venus. En la pintura
moderna, aparece en los contextos ms variados,
como podemos comprobar en la obra de Lucas
Cranach (Venus y Cupido, ca. 1529, Londres, National Gallery), que presenta indudables afinidades con la Eva pecadora, o en la compleja alegora
de Bronzino (Alegora de Venus y Cupido, ca.
1545, Londres, National Gallery), donde la diosa
lleva la manzana en la mano. Aunque en ocasiones se alude a la belleza y suavidad de esta fruta
para justificar su relacin con Venus, la razn fundamental de esta asociacin parece encontrarse
en la recompensa del famoso juicio de Paris.66 Este
episodio fue recreado por numerosos artistas, entre los que se encuentra Rubens (El juicio de Paris,
1607, Madrid, Museo del Prado). El pastor troyano, acompaado por Hermes, se representa en el
momento de decidir cul de las tres diosas mereca la manzana de la discordia que le otorgara el
ttulo de la ms bella. Con el fin de sobornar a
Paris para conseguir el apreciado fruto, Hera le
prometi la soberana sobre Asia; Atenea, la victoria en todos los combates y Afrodita, a la que
otorg el triunfo, el amor de Helena, hecho que
desencaden la guerra de Troya. No obstante, durante la poca moderna, el juicio de Paris fue utilizado como imagen de varios emblemas en los
que predomin el simbolismo positivo de la manzana. As sucede, por ejemplo, en el emblema de
62
Cartari, Vincenzo. Le Immagini colla sposizione degli Dei Antichi. Venecia, 1556, p. 343. Ripa, 1593, vol. I, p. 166. Esta planta aparece tambin relacionada con Venus en el Placer (vol. II, p. 214), aunque figura en otras muchas personificaciones, como el Amoroso contento (vol. I, pp. 86-87), la Musa Erato (vol. II, p. 113), la Alegra (I, p. 77), la Amistad (vol. I, p. 84), la Unin
civil (II, 372) o el Suspiro (vol. II, p. 348), pues: Los amantes suspiran entre los bosques de Mirto, que simbolizan el pensamiento amoroso. Para un anlisis ms amplio de todas estas fuentes referidas al mirto, ver Tervarent, 2002, pp. 368-370 y
Garca Mahiques, 1991, pp. 492-504.
63
Plutarco, Preceptos conyugales I. Segn Talegn, Juan Gualberto. Flora bblico-potica o historia de las principales plantas
elogiadas en la Sagrada Escritura. Imprenta de la viuda e hijo de D. E. Aguado, Madrid, 1871, p. 411, el decreto de Soln consagr por ley una costumbre ya existente, pues este autor seala la posibilidad de que esta tradicin fuera tomada de los
egipcios para quienes el membrillo era el smbolo preferido de las bodas.
64
En el emblema CCIII que Alciato, 1531, pp. 246-247, dedic a este frutal se refiri a l precisamente como smbolo del matrimonio: Se dice que el antiguo Soln instituy el deber de regalar membrillos en las bodas de jvenes, porque son buenos
para la boca y el estmago y dulcifican el aliento, que permanece suave y grato en la boca. La misma referencia aparece
cuando Ripa, 1593, vol. II, pp. 47-48 explica las razones por las que la alegora del matrimonio lleva un membrillo en la mano:
El membrillo se presentaba a las esposas, en Atenas, por mandato de Soln, estando consagrado a Venus en razn de su fecundidad. Por lo dicho se puede ver frecuentemente grabado a este propsito en numerosas medallas, indicio y confirmacin
del amor prometido. Dice tambin Piero [Valeriano] que en algunos lugares se sola arrojar estos membrillos a las seoras nobles, dando muestra con ello del amor que se senta [...] Tambin se haca como smbolo de que el hombre, cuando se encamina a este fin, persigue el fruto que lcitamente se consigue por mediacin del matrimonio, pues siendo de otra forma se vendra a incurrir en un pecado grave, que nos segrega y aparta de alcanzar el Reino de los Cielos.
65
Panofsky, Erwin. Estudios sobre Iconologa. Alianza, Madrid, 1979, p. 220. Esta lectura es una buena muestra de la importancia que tiene una correcta identificacin botnica en la pintura.
66
40
67
Soto, Hernando de. Emblemas Moralizadas, por Hernando de Soto, Madrid, por los herederos de Iuan Iiguez de Lequerica, 1599. Edicin e introduccin de Carmen Bravo-Villasante. Fundacin Universitaria Espaola, Madrid, 1983, p. 36 v. El emblema lleva como lema: El amor todo lo vence y su epigrama dice: De Venus, en la manana,/ Dio Paris bien a entender,/
Que con Supremo poder/ El amor todo lo allana./ A do est, no hay competencia,/ pues es cosa averiguada,/ Que pueden muy
poco, o nada/ La riqueza, armas y ciencia.
68
Ovidio, Fastos V, 193-214. Para las fuentes clsicas del mito de Flora, ver Grimal, 1991, pp. 204-205 y Levi DAncona, Mirella.
Botticellis Primavera. A botanical interpretation including Astrology, Alchemy and the Medici. Leo S. Olschki editore, Firenze,
1983 que, adems, ha identificado todas las especies vegetales que aparecen en La Primavera de Botticelli.
41
Como castigo, el joven se enamor tan perdidamente de su propia imagen reflejada en el agua,
que olvidndose del resto del mundo, muri. Su
cuerpo fue transformado en la flor que lleva su
nombre, una flor amarilla con ptalos blancos alrededor del centro, como seala Ovidio.71
Vertumno y Pomona
Las ltimas divinidades vegetales que gozaron de
fortuna artstica son Vertumno y Pomona. El primero, de origen probablemente etrusco, es el dios
que rige el cambio de las estaciones y protege la
vegetacin, especialmente los huertos y jardines.72
Entre sus representaciones pictricas ms conocidas se encuentra la especialsima interpretacin
69
Ovidio, Metamorfosis IV, 283, slo menciona en una ocasin a estos jvenes: y a Croco, convertido, lo mismo que Esmlace, en pequeas flores. Para las fuentes de esta historia mitolgica, ver Grimal, 1991, p. 120, que identifica a Esmlax con la
Smilax aspera L.
70
Ver la nota 39. Como seala Gonzlez de Zrate, 1997, pp. 410-411, durante la poca moderna la historia de Ayax recibi
muchas interpretaciones simblicas. Entre ellas se encuentra la propuesta por Juan Prez de Moya en su Filosofa Secreta, Madrid, 1585, II, VI, 7, que, inspirndose en la Genealoga de los dioses de Boccaccio, utiliz su muerte y transformacin en flor
para aludir a los que no saben dominarse a s mismos: porque Ayax no supo vencer sus apetitos, aunque venci a muchos
con su espada, fingieron los antiguos que fue convertido en flor, frgil y caduca, que por la maana nace y a la tarde se marchita. Amonstanos con esto que aprovecha poco uno vencer a otros, si no sabe vencerse a s mismo.
71
Ovidio, Metamorfosis III, 339-510. Para las distintas versiones de la leyenda de Narciso y sus fuentes, ver Graves, 1989, vol. I,
pp. 356-359 y Grimal, 1991, pp. 369-370.
72
42
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73
Como explica Schneider, Norbert. El arte del retrato. Las principales obras del retrato europeo 1420-1670. Benedikt Taschen, Colonia, 1995, p. 123, lo que desde el punto de vista actual parece una parodia del gnero del retrato es, en realidad,
un homenaje al emperador Rodolfo II de Habsburgo.
74
Ovidio, Metamorfosis XIV, 624-695. Snchez de Viana, Pedro. Las Transformaciones de Ovidio traduzidas del verso latino en
tercetos y octavas rimas por el licenciado Viana en lengua vulgar castellana, con el comento y explicaciones de fbulas, reduziendolas a philosophia natural y moral y astrologia e Historia, Valladolid, Diego Fernndez de Crdova, 1589. Edicin, introduccin y notas de Juan Francisco Alcina. Planeta, Barcelona, 1990, XIV, 1138-1149. Como informa Grimal, 1991, pp. 445-446,
los poetas atribuyeron a Pomona otras relaciones amorosas, como la mantenida con Pico, el legendario rey del Lacio. Para sus
representaciones pictricas, ver Aghion et al., 1997, p. 292.
43
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dimprese scelte, spiegate, ed illustrate con sentenze, ed eruditioni sacre, e profane. Studiosi diporti
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Scrittura e Predicatore privilegiato. Che somministrano gli Oratori, Predicatori, Accademici, Poeti,
etc. infinito numero di concetti. Con indici copiosissimi, Milano, per lo Stampatore Archiepiscopale,
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44