Juventud y Tribus Urbanas en Busca de La Identidad de Juan Silva
Juventud y Tribus Urbanas en Busca de La Identidad de Juan Silva
Juventud y Tribus Urbanas en Busca de La Identidad de Juan Silva
J. Claudio Silva
Juventud y tribus urbanas: en busca de la identidad
Ultima Dcada, nm. 17, septiembre, 2002
Centro de Estudios Sociales
Chile
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ULTIMA DCADA N17, CIDPA VIA DEL MAR, SEPTIEMBRE 2002, PP. 117-130.
1.
INTRODUCCIN
EN EL PRESENTE TRABAJO, nos referiremos al tema de la juventud y las tribus urbanas. Para
acometer dichas temticas hemos optado por una mirada ms conceptual y terica, que hacer un
listado de tribus y sus manifestaciones en nuestro medio. Ello, pues nos asiste la conviccin de
que no es posible entender el fenmeno tribal contemporneo sin una ubicacin en el largo
plazo. De lo contrario, caemos en la tentacin de clasificar e hipotetizar sobre este fenmeno,
quedndonos con explicaciones claramente insuficientes a la hora de intentar ahondar, algo ms
all, de la mera funcin esttica que ellas poseen, en el universo urbano de nuestro tiempo. Las
tribus, sa es nuestra conviccin, responden no slo a una cuestin esttica aunque es
innegable su componente y despliegue sino, por sobre todo, a una respuesta ingeniosa y
circunstancial que, algunos jvenes, dan al estado actual de cosas, que las sociedades
contemporneas les ofrecen. Por otra parte, salvo algunas excepciones, las tribus tienen una
clara connotacin temporal y fugaz, sobre todo en lo que se refiere a la permanencia de sus
miembros en tales agrupaciones.
De lo anterior se desprende que, nuestra aproximacin a la temtica principal: las tribus
urbanas, ser situndolas en un contexto amplio y, como parte de un proceso, de constitucin
del actor social juvenil, que transita desde el hecho social acontecido a mediados del siglo XIX
como fenmeno que irrumpe y a la vez constituye un cambio radical en la historia de la
juventud, como es la irrupcin de los hijos de la burguesa capitalista, como constituyentes
del fenmeno de la juventud, con la perspectiva y posibilidad, de un tiempo distinto y separado
de la niez y la adultez. Posteriormente, abordaremos la idea de la masividad como correlato de
la modernidad en curso y, que sume a los individuos, con ello, tambin, a los jvenes, en el
anonimato de la masa. Frente a ello, la reaccin juvenil: la tribu. Tambin abordaremos,
brevemente, la idea de que la tribu es el lugar actual en el cual el joven puede, acceder y
encontrar y, encontrarse junto a otros, en la construccin de una identidad personal y colectiva.
Finalmente abordaremos unas conclusiones que intentan ser un aporte constructivo de la
situacin y condicin actual de algunas tribus que figuran en la fauna nacional o regional.
2.
La juventud es una construccin social reciente, es decir, es una invencin social a partir
de la cual, la sociedad ha producido una nueva categora existencial y vivencial, los y las jvenes.
Los y las jvenes tal y cual los percibimos, entendemos o sufrimos hoy, son producto de la
evolucin que ha sufrido la sociedad moderna y capitalista. Slo a partir de mediados del siglo
XIX, y debido al auge de la burguesa capitalista, es que comienza a existir un tipo nuevo de
sujetos, los jvenes.
Estos jvenes, gracias a los logros econmicos de sus progenitores, que han dejado de
ser nios, y que no necesitan hacerse cargo inmediatamente de la supervivencia personal y de
sus familias, sino que han de prepararse, es decir, acumular sabidura y educacin, ensayar
*
roles, para asumir posteriormente sus obligaciones son quienes, inicialmente, dan origen a lo
que hoy conocemos como la juventud. Sin embargo, es slo hasta los fines de la dcada de los
cincuenta, cuando esta condicin de juventud comienza realmente a masificarse, extendindose
a los hijos de las clases medias (profesionales y obreros industriales). Esta juventud, como
categora ampliada, se desarrolla inicialmente en EE.UU. y posteriormente en la Europa de
posguerra, en el perodo de auge econmico que sigue a la reconstruccin de Europa devastada
y, que coincide con uno de los largos perodos de bonanza econmica del siglo XX, que se ver
interrumpido solamente con los la recesin de los aos 1973 al 1975 que golpe particularmente
a las economas europeo occidentales.
Mas en Amrica Latina, se deber esperar prcticamente hasta fines de los 60 y
principios de los 70 para que se haga extensiva, esta categora, a los sujetos juveniles populares,
pues hasta ese momento, la juventud como categora social responda exclusivamente al
perfil de estudiante universitario. Es gracias a la masificacin de la educacin bsica y posterior
ampliacin del acceso a la secundaria, al crecimiento de las urbes, con su poderosa atraccin
sobre la vida tradicional campesina, junto a la masificacin de los medios de comunicacin,
especialmente la radio y muy posteriormente la televisin, que se puede comenzar a hablar, de
los y las jvenes como categora social amplia. Sin embargo, en esta construccin social de la
juventud, como histricamente se ha dado, han permanecido ausentes, hasta hoy, los jvenes
rurales, y tambin las mujeres jvenes. Ellos no son parte an, en su totalidad, de este concepto
de juventud, tal y como se lo entiende en las grandes ciudades urbanas, y que responde ms bien
al modelo de varn, urbano y en gran medida estudiante.
3.
DE LA DESPERSONALIZACIN A LA PERSONALIZACION:
LAS TRIBUS
En este proceso, por el cual se ha ido construyendo la categora social de juventud, tienen
fuerte presencia dos elementos: la dimensin de proceso (evolucin), y la dimensin de masividad.
En la primera, es posible reconocer que es indispensable separar el paso (evolucin) biolgico,
que conlleva para los y las jvenes el dejar de ser nios, y adaptarse a su nueva condicin de
sujetos aptos para la procreacin, paso que, los habilita, como reproductores biolgicos de la
especie; de la posibilidad, cierta y efectiva, de su evolucin social, es decir, como sujetos aptos
para la reproduccin de la sociedad en la que se encuentran insertos. Esta tarea, en sociedades
modernas como las nuestras, requiere de un perodo ms largo y extendido en comparacin con
las sociedades tradicionales y rurales en las que ese proceso estaba bastante acotado y que se
entenda, a veces, como simultneo.
Zinnecker (1987) lo expresa claramente al afirmar que con la aparicin de la juventud
burguesa, se produce una ruptura del concepto tradicional corporativista: La concepcin de la
juventud pre-burguesa es corporativista. Cada corporacin profesional tiene su propia juventud,
o sea, expectativas de participacin crecidas autnomamente. Esta concepcin corporativista
que tiene su correlato en estructuras sociales claramente definidas, se hace trizas con la
aparicin de la juventud en el sentido actual, y que a diferencia de los modelos pretritos, se
produce y rearticula, en las actuales condiciones, en sociedades altamente complejas y
masificadas.
De ah la necesidad histrica de definir una juventud en esta dimensin de proceso. En
este sentido, compartimos la afirmacin de Brito, que sostiene:
La pubertad responde ms directamente a la reproduccin de la especie humana; en tanto que, la juventud,
apunta de manera ms directa a la reproduccin de la sociedad. En otras palabras, la juventud se inicia con
la capacidad del individuo para reproducir a la especie humana y termina cuando adquiere la capacidad para
reproducir a la sociedad (Brito, 1996).
Es en este contexto, de proceso evolutivo, tanto biolgico como social, donde debemos
insertar el segundo elemento de nuestra reflexin: la masividad. Como resultado del cambio,
demogrfico y geogrfico, experimentado a partir de los aos cincuenta en las sociedades
latinoamericanas, y que vienen a emular la tendencia de pases desarrollados, el crecimiento de la
poblacin comienza a darse principalmente en las grandes ciudades, sta, que es una tendencia de
la modernidad, tiene a su vez un impacto profundo en las subjetividades de las personas que viven
en estas sociedades, cada vez ms urbanizadas.
Al creciente grado de tecnologizacin, se suman fenmenos mundiales como la
globalizacin e internacionalizacin de los mercados, la libre circulacin de mercancas y
mensajes, el nacimiento de bloques comerciales continentales, la ausencia de contrapesos
poltico-ideolgicos al neoliberalismo, la tensin derivada de cuestiones relativas al manejo
sustentable del ecosistema, las oleadas de desplazados econmicos.
En las condiciones actuales de acumulacin en el marco del nuevo modelo
transnacionalizado, el empleo ha pasado de ser una preocupacin por mejores condiciones de
ingreso y participacin de la fuerza de trabajo en el control de los factores de produccin, a ser
una cuestin que no est ni con mucho asegurada. Pues, las denominadas ventajas comparativas
de los mercados del trabajo, se han convertido gracias a la llamada tercera revolucin
tecnolgica o de la informacin en una seria amenaza para la produccin y mantencin de los
niveles de empleo que, por cantidad y calidad, se requieren en la actualidad.
As pues, en este contexto mundial, los y las jvenes de las grandes urbes han
comenzado a desarrollar, casi paralelamente a los cambios mencionados ms arriba,
mecanismos de respuesta alternos al modelo imperante. Estas respuestas no son nuevas, ni
tampoco de ltima hora, son expresin de la realidad juvenil que han acompaado estas ltimas
dcadas que son, a la vez, de desarrollo y, homogeneizacin y anonimato.
La intuicin que emerge como respuesta, resulta de una paradoja. La idea de la modernidad asimilada a la
aldea global, del predomino de una sola cultura, en el fondo, de una cultura hegemnica, encuentra su
respuesta en la aparicin de microculturas o microsociedades; de nuevas sociedades primitivas en el
sentido durkheimniano de elementales que empiezan a emerger en las grandes ciudades alterando el
mapa urbano en lo que la escuela etnogrfica de Chicago llamara las zonas intersticiales de la ciudad y
el orden metropolitano. En el fondo, lo que se intentaba destruir (la variedad cultural) acaba
reconstruyndose o recrendose en nuevas formas de culturas urbanas, en algunos casos contestatarias y
resistentes a la cultura dominante (Zarzuri, 2000).
Es por ello que como un recurso, como una reaccin al anonimato y despersonalizacin
de las relaciones sociales inherentes al sistema y la sociedad en curso, los y las jvenes
responden con tribalizacin, con apego a los viejos mecanismos de identificacin de los que
pueblan un territorio comn, con cdigos ticos y sociales propios, ajenos al sentido de la
funcionalidad caractersticas de las sociedades industrializadas, con fisicalidad proveniente del
encuentro y a veces, tambin, de la agresin de los cuerpos, con emocionalidad
desarrollada en el encuentro cercano, inmediato, festivo con otros que, como l o ella, recorren
la ciudad en busca de sus pares, de sus iguales, de los que son parte del mismo clan, de la misma
tribu de pertenencia simblica.
4.
Campo que, por lo dems, podemos definir como de experticia para cada uno de los
involucrados, puesto que en l construyen sus saberes y estrategias cotidianas para mejorar su
calidad de vida, de acuerdo a sus propios parmetros de convivencia y estatus, los que casi
siempre no coinciden con los de la sociedad adulta.
Vemos entonces, cmo l o la joven, en este proceso que hemos descrito, de bsqueda y
de afirmacin de su propio yo, abandona su familia, el grupo inicial de referencia, por otro que
est fuera de su hogar, que se constituye a partir de otros que como l o ella, se encuentran en la
intemperie, a la caza de elementos y rostros que les d una identidad, es decir, una seguridad
mnima sobre la cual armar su propia visin de los que son y lo que desean ser.
En este movimiento de bsqueda individual, interior, tan irremediablemente necesario,
el joven busca a otros, de ah que la conformacin de la identidad, al menos en un primer
momento se haga en referencia a los otros. Es decir, que la identidad personal, paradojalmente,
se edifica a partir de conocer y reconocerse en otros. Es lo que Machado define como las
revueltas de la vida: donde se exalta la sociabilidad juvenil y las culturas juveniles. Y en
este punto adquiere fuerza el grupo de pares o el de referencia, los que en la actualidad, estn
fuertemente dominados por la presencia y la esttica de la tribu urbana, que constituye la
versin ms contempornea de socializacin grupal. Es, en palabras de Aguirre y otra, un modo
de vivir junto a otros en la seguridad que da un modo particular de cultura simblica.
El pertenecer a una determinada tribu le permitir pensar de una manera, vestir de una forma determinada, y
actuar segn el resto del grupo. El yo individual se sustituye por un yo colectivo: nosotros somos, nosotros
pensamos, nosotros hacemos. As la adolescente busca fuera en el grupo lo que no puede configurar
interiormente, y una vez instalado psicolgicamente en la grupalidad se sentir seguro. Esta identidad tribal
se organizar en torno a unas coordenadas de espacio y de tiempo, dentro de las cuales los miembros del
grupo manifiestan y desarrollan una cultura propia y diferencial: lenguaje, smbolos, rituales y ceremonias
(Aguirre y Rodrguez, 1996).
blanco predilecto de sus ataques a inmigrantes tercermundistas. En este marco, en que parece
moverse la reflexin sobre las tribus, queda claro que en ellas, los y las jvenes pueden
encontrar respuestas provisorias a sus necesidades existenciales y afectivas, por lo que son, en
cierto modo, necesarias para alcanzar una mejor insercin funcional en la sociedad. En este
punto de la reflexin, considero importante hacer referencia, a uno de los prrafos, tal vez el
menos explicado, del texto de Machado, cuando hace la distincin entre la corriente
generacional y la corriente de clase, para interpretar el fenmeno de la juventud.
Mientras en el paradigma generacional la reproduccin social se limita al anlisis de las relaciones
intergeneracionales, el paradigma clasista considera la reproduccin social esencialmente como la
reproduccin de las clases sociales (y tambin de sexo, raza, etc.). La investigacin llevada a cabo bajo la
influencia de estas ideas (como las del Centro de Estudios Culturales Contempraneos) est en contra de la
representacin de la juventud como una etapa de vida. Para estos pensadores, las culturas de la juventud son
siempre culturas de clase, culturas de resistencia en un contexto determinado por las relaciones de clase
(Machado, 2000).
Este parece ser un punto, que de acuerdo a las investigaciones e informacin disponible,
no parecen tocar otros autores. Sin embargo, parece claro, como se desprende de algunas
investigaciones ms clsicas sobre el tema y, de lo que es posible observar desde la experiencia
ms directa, que el paso por una tribu no es algo permanente, sino temporal, aunque existen
algunas tribus que tienen un comportamiento ms duradero, al incorporar el componente
poltico reivindicativo en su universo cultural y simblico, a esta categora, ms cercana a los
postulados de Machado, perteneceran los jvenes que adscriben al movimiento okupas, que
est constituido por sujetos algo mayores para la media de las otras tribus urbanas (15 a 20
aos). No obstante, las referencias a esta tribu en particular, en nuestro medio han sido escasas;
baste recordar una de las apariciones protagonizadas durante al ao 2000, en la cual un conjunto
de okupas, realiz una recuperacin de una casa abandonada en Santiago, accin que no dur
ms de cuatro das, hasta que fueron desalojados por las fuerzas de orden. Este tipo de acciones,
al parecer, en los medios latinoamericanos no son muy frecuentes. Seguramente en ello tienen
clara diferencia las tendencias represivas policiales, entre los fuerzas europeas y las
latinoamericanas, estos ltimos con bastante adhesin a los efectos especiales y pirotcnicos.
Parafraseando a Machado, las policas tercermundistas, parecen adscribir fuertemente a la
cultura escnica.
El comportamiento neotribal tambin tiene sus propias reglas. De ah que, segn
Maffesoli, los rasgos bsicos del proceso de neotribalizacin contemporneo estn asociados
con los siguientes tpicos.
Comunidades emocionales: que se fundamentan en la comunin de emociones intensas,
a veces efmeras y sujetas a la moda. Son agrupaciones constituidas por individuos que se
renen y visten una esttica para compartir una actividad y una actitud que genera sensaciones
fuertes y confiere sentido a una existencia en donde en su cotidiano hay falta de contacto y
contagio emocional.
Energa subterrnea: oponer energa a la pasividad e hiperreceptividad del individuo de
la sociedad de masas, constituyendo una fuente fragmentada de resistencia y prcticas
alternativas, una energa subterrnea que pide canales de expresin. En este sentido el uso y la
creacin de eventos deportivos, recitales, espacios festivos, etc. Algunos de los cuales han sido
convocados con una finalidad diversa, pero que es copado por la tribu o varias de ellas.
Nueva forma de sociabilidad: donde lo fundamental es vivir con el grupo, alejarse de lo
poltico para adentrarse en la complicidad de lo compartido al interior del colectivo (cdigos
estticos, rituales, formas de escuchar msica, lugares propios). La sociabilidad neotribal opone
una actitud emptica, donde las relaciones intersubjetivas se mueven en una cuestin de
ambiente ms que de contenidos especficos; de feeling ms que de una racionalidad
medios/fines. A diferencia del individuo que tiene una funcin en la sociedad, la persona juega
un papel dentro del grupo.
Fisicalidad de la experiencia: surge la necesidad de contraponer a la fragmentacin y
dispersin de lo global, la necesidad de espacios y momentos compartidos en los que se
desarrolle una interaccin fuerte, pero no continua, un sentimiento de pertenencia y proximidad
CONCLUSIONES APROXIMATIVAS
SOBRE LA FAUNA TRIBAL NACIONAL
i) Hemos dicho que una posible interpretacin de las tribus urbanas, de su surgimiento y
ms o menos consolidacin, obedecera, en nuestra mirada, ms bien a un fenmeno que viven
todos los sujetos (sean o no jvenes) y que dice relacin con el proceso de diferenciacin. Ser
diferente o distinto al otro, no ser igual a l, o que se me confunda con l. Este proceso estara,
efectivamente, operando en la representacin juvenil, sobre manera en la adolescencia. Y como
lo afirman Costa y otros, para ser diferente acepto mansamente parecerme a los que componen
mi tribu.
ii) Que ste proceso de diferenciacin al que hacemos alusin, adquiere en los y las
jvenes un marcado tinte esttico, escnico segn la terminologa utilizada por Machado.
Hay pruebas evidentes para afirmar que las culturas juveniles contemporneas son marcadamente escnicas
porque, en la realidad, los jvenes no siempre encajan en las culturas prescriptivas que la sociedad les
impone (Machado, 2000).
Pero tampoco debemos olvidar en esta crtica, que los metarelatos, esos grandes
discursos sociales unificadores, que guiaron las imgenes del futuro a lo menos durante varios
decenios del siglo pasado, han sucumbido no slo para los jvenes, sino tambin, y esto es quiz
ms complejo, para todos los habitantes del planeta y donde vemos a las culturas juveniles
haciendo y construyendo sus alternativas, ms all de las que ofrece, a modo de sublimacin, el
gran orden social mundial.
Tambin existen otras miradas posibles en este ambiente tribal. Hay grupos, para
quienes la esencia de esta diferenciacin provendra de una crtica ms establecida y
contundente hacia lo social, en esta corriente parecen encontrarse los punkies, y en cierta
medida algunos grupos de raperos o hiphoperos, quienes desde letras furiosas y vociferantes,
declaman escnicamente, sobre el escenario social y cultural y tambin sobre el de la
cotidianeidad que viene en sus acciones, gustos, preferencias musicales, miradas del mundo,
etc., sobre aquello que les molesta y oprime. Un caso aparte implicaran los cabeza rapada,
quienes de algn modo mezclan contenidos diversos con identificaciones deformadas. Es decir,
por una parte, tienen un discurso agresivo e intolerante con todos aquellos a quienes consideran
inferiores: gays, prostitutas, pobres, indgenas, extranjeros pobres (una cierta idea de pureza de
la raza), y, sin embargo, sus cdigos estticos personales (genotipo) corresponden en parte a
mezclas que ellos persiguen.
iv) Sostenemos que, en general, la presencia/ausencia de manifestaciones estticas de
tribu est fuertemente condicionada por las condiciones objetivas y de insercin de los y las
jvenes, pues hasta donde podemos observar, ellos y ellas, han de renunciar, al menos
estticamente, sobre todo para aquellos que son formalmente y consistentemente ms crticos a
la sociedad, a sus atuendos o elementos diferenciadores cuando interactan o permanecen en los
marcos institucionales normativos, como son el sistema escolar y el trabajo. En el caso del
sistema escolar, est supeditado especficamente al sistema escuela/liceo diurno, no as a
instituciones de estudios pos enseanza media o aquellos de sistema vespertino. En cuanto al
trabajo, la mayora de los jvenes que acceden a un trabajo, ms o menos formal, han de
guardarse, en general, sus estilos personales sobre todo en aquellos ms rupturistas. Quedando
stos reducidos a los espacios informales laborales, de convivencias, salidas de fin de semana,
etc. Incluso es posible apreciarlo en aquellas autoocupaciones que implican mayor contacto con
personas, o clientes y donde tambin se guardan estos estilos; por ejemplo: choferes de
colectivos, vendedores de lo que sea. La salvedad estara signada por aquellas ocupaciones que
por cuestiones de moda o de influencias culturales es un signo de distincin o de ambiente;
por ejemplo: las vendedoras de artesanas, cuentos esotricos, tiendas de ropa exclusiva u
otras similares. La anttesis de estas ocupaciones las encontramos en los locales de comida
rpida, normalmente atendidos por jvenes, donde hasta los gestos estn pautados y normados
universalmente.
v) En cierto modo, reconocemos en las tribus un movimiento, una traslacin plural. Es
decir, percibimos en gran medida que la existencia de tribus permite dos tipos de movimiento.
El que viene dado por la necesidad de movilidad, y que implica para sus adherentes el tener que
desplazarse de uno o varios puntos de la ciudad, hacia el sector/es donde la tribu especfica se
junta, se encuentra. Esto no es menor, dado que aun hoy, hay numerosos jvenes que no se
desplazan ms all de las fronteras que le impone la localidad o la comuna, entonces, para
algunos de ellos, el tener que recorrer la ciudad tras los pasos de su tribu los lleva a tener que
recorrerla y conocerla. Toda vez que, salvo algunos casos excepcionales, las tribus con su
pluriesttica particular normalmente no existen en cada barrio o localidad, siendo ms bien un
hecho no masivo, por lo que una tribu, que puede contar con varios miembros hasta una
cincuentena (en ciudades pequeas), normalmente se compone de sujetos que provienen de
diversos lugares geogrficos, especialmente de comunas cercanas al punto de reunin, y que
deben desplazarse por las rutas de la ciudad para encontrarse.
El segundo, es aquel que tiene que ver con la integracin pluriclasista. En general,
tendemos a apreciar el movimiento de tribus entre jvenes que pertenecen a los sectores medios
de la sociedad. Ni tan pobres, que no puedan disponer a una capacidad mnima de consumo,
aunque sea simblico, pues la esttica implica aunque sea en montos pequeos un nivel de
adquisicin de ropa y otros elementos decorativos, aun en los grupos que podemos considera
como los ms pobres, como son los raperos o hiphoperos. Ni tan ricos, porque stos, tienen el
tema de la diferenciacin resuelto desde la superestructura, no necesitan diferenciarse del resto,
porque siendo pocos numricamente, constituyen por s ya una tribu, si queremos ampliar el
sentido del concepto, stos estn ms identificados o establecen parmetros de
identidad/diferenciacin por el factor ingreso y poder adquisitivo, que el grueso de los triberos
no pueden exhibir. De ah que la integracin pluriclasista, en el sentido de jvenes provenientes
de diferentes esferas socioeconmicas, sea un hecho. Es posible encontrar tribus conformadas
por jvenes que trabajan, por jvenes que estudian en secundaria o educacin superior, otros
que permanecen en condicin de moratoria social y econmica, otros que son profesionales y se
desempean en diferentes mbitos laborales, etc. En este caso de la integracin tribal o de
grupos de pares identificados a partir de cuestiones estticas, el elemento de clases sociales se
supedita al recurso de identidad, de ser y pertenecer a la tribu.
VIA DEL MAR (CHILE), MAYO DEL 2001
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