La Ciudad en Sus Redes y Sus Tramas
La Ciudad en Sus Redes y Sus Tramas
La Ciudad en Sus Redes y Sus Tramas
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Conclusiones
Las tramas centrpetas y las redes centrfugas
Verdades y espejismos
La red abandona la trama
La trama como escenario de la cultura
Bibliografa
por ellas. Una vez que el tren pasa por sus vas estas adquieren una cierta melancola bastante
utilizada en la cinematografa. Por eso, quizs, sus tramos se llaman durmientes.
La red opera en el tiempo y el tiempo es infinito, tarde o temprano la red realiza su funcin
para dar paso al silencio, a una suerte de ausencia, como un bombillo apagado, como un chorro
seco, como una autopista en una maana de domingo. A estos sistemas los llamamos redes;
decimos red de autopistas o red elctrica, y nunca trama de autopistas o trama elctrica.
A las tramas, en cambio, les gusta ser reconocidas, ledas, recordadas; digamos que tienden
a la legibilidad y a la permanencia. Vemos tambin que las tramas pueden aceptar varias
funciones a la vez. Este es el caso en una trama de calles y plazas donde ocurren diferentes
actividades a un mismo tiempo: comercio, conversaciones, paseos, ornamento, crimen,
sorpresas, estampidas, revueltas. Incluso, cuando nada sucede, la calle, la verdadera calle, tiene
el privilegio de su forma, de haber sido concebida como un espacio finito, lleno de s mismo.
Digamos entonces que en las tramas la forma predomina sobre la funcin y el espacio sobre el
tiempo. En resumen, ellas son uniformes y multifuncionales. Uniformes porque en ellas son las
circunstancias las que se adaptan a su planteamiento, a su uniformidad, a las secuencias
previsibles, a los dibujos reproducibles. Decimos que son multifuncionales porque en ellas
pueden incluso ocurrir actividades imprevistas. Un arquelogo espaol llama a las calles,
espacios de la desesperacin y de la soledad, pero tambin de la emancipacin y del amor.
En resumen:
En las tramas predomina:
Lo legible
La eficiencia basada en lo evidente
Lo permanente
Lo uniforme
Lo multifuncional
Un orden espacial
La prefiguracin
La definicin de un espacio
Demarcar un territorio
Una figura capaz de localizar
Formas que alimentan una funcin
Acta ocupando el espacio
Prefigura el espacio
El primer plano que conocemos de Caracas fue dibujado en 1578; describe una criatura de
11 aos. Es un dibujo a pluma de 43 x 60 cm. Estamos ante una incipiente ranchera que no
tiene mas de tres casas con tejas; pero, al mismo tiempo, se trata de una ciudad prefigurada e
idealizada en un damero de 25 cuadras (fig. l.l). Estn presentes el tablero y sus piezas: la calle,
la casa, la cuadra y la plaza (fig. 1.2). Al este de la trama encontramos una norma escrita: "De
esta suerte va todo el pueblo edificndose". Esta es una de las reglas de un juego que, como el
ajedrez, con principios simplsimos y finitos puede generar infinitas y complejas combinaciones.
Figura 1.1
figura 1.2
Esta idea de trama ordenada surge en la historia de lo urbano desde sus ms remotos
comienzos. Los ejemplos realizados por Grecia y por Roma al ocupar nuevos territorios
presentan abrumadoras similitudes con los modelos utilizados muchos siglos despus por
Espaa en America. No queremos ahondar en estas referencias histricas, solo pretendemos
sealar su extraordinaria continuidad y universalidad.
Centrndonos en nuestro tema, ntese la precisa expresin formal de nuestra primera trama,
su uniformidad, su simetra y, tambin, vanse las mltiples funciones que ya se esbozan:
iglesia, plaza, casa, calle; y, por ltimo, reflexionemos sobre su permanencia: esas mismas
cuadras estn an en su sitio, con idntica forma y similares propsitos. Si alguien hiciera hoy un
croquis para guiarnos en el centro de Caracas, hara un esquema muy similar al de 1576.
Plano de 1775: La ciudad de los siglos XVI y XIX
La Caracas Colonial
familia y el patio, el trnsito y la retcula. Veamos como se refleja esta simbiosis en los planos de
la ciudad dos siglos despus de su fundacin.
Podemos observar que Caracas no ha tenido grandes cambios, simplemente ha crecido
segn lo establecido en la citada frase del primer plano: "De esta suerte va todo el pueblo
edificndose".
En el plano de 1775, llamado "Plan de la Ciudad de Caracas, con divisin de sus barrios",
podemos ver a una ciudad colonial de unas 256 cuadras. El permetro de este damero ya es
irregular, el crecimiento empieza a definirse por la topografa y por las rutas que entran y salen a
la ciudad. La ciudad ya se divide en barrios: Altagracia, Candelaria, San Pablo, Santa Rosala y
Catedral. Cada uno con un centro definido por plaza e iglesia, manteniendo todas las mismas
proporciones, funciones y leyes de crecimiento que el resto de la trama. Existe una continuidad
entre las partes, una homogeneidad, una totalidad visible; pero, al mismo tiempo, el ciudadano
encuentra una unidad vecinal, de menor escala, a la cual referirse.
Comienzan a aparecer una mayor variedad de tipolgicas, pero siempre delimitadas y
referidas a la idea de cuadra. El edificio no existe como ente autnomo, la trama sigue siendo
omnipotente, todava incluso es idealizada: ntese como todas las cuadras son del mismo
tamao y forma, cuando en la realidad presentan variaciones.
Plano de 1874: La Caracas que cierra el siglo XIX.
La visin de Guzmn Blanco
Este plano de 1874, llamado "Plano topogrfico de Caracas", fue levantado por Esteban
Ricard y encomendado por Guzmn Blanco. La importancia que da el gobernante a la estructura
de la ciudad esta reflejada en esta lmina. Caracas es presentada como la manifestacin de una
obra de gobierno, como el evento principalsimo de una poltica. Ya no se trata tan solo de un
episodio mas de la historia urbana, estamos ante la consecuencia de una estrategia especfica
aplicada a una realidad concreta. Ntese que ya no se dibuja una trama ideal de cuadras
uniformes, ahora se expresa una topografa fidedigna, una trama real de cuadras con formas y
tamaos verdaderos. Caracas ya no es parte de aquella inmensa gramtica colonial de dameros
ideales, ahora la ciudad comenzara a buscar un estilo propio.
Guzmn Blanco parte del modelo urbano que lo precede, pero comienza a introducir
cambios arquitectnicos y urbanos importantes, bsicamente de influencia francesa. Se da el
caso notorio de una edificacin que se independiza de la trama original. Vemos como el Capitolio
no se ajusta a los bordes estipulados en la retcula, sino que conscientemente genera entrantes
y salientes, lo cual introduce nuevas posibilidades al concepto de cuadra y de calle.
Las fachadas tambin adquieren ms autonoma (fig. 3.1). Sobre el permetro de las cuadras
se superponen una serie de propuestas neoclsicas. Si antes la trama se lea en las calles como
un sistema de muros continuos con portales y ventanas; ahora la cuadra colonial pasa a servir
de soporte a nuevos estilos formales plasmados en fachadas con principio y final.
Figura 3.1
Figura 3.2
Guzmn Blanco reforzar esta tendencia a una diferenciacin entre las edificaciones que
forman la cuadra, con edictos que obligan a pintar las fachadas en colores de aceite y a sustituir
los aleros por cornisas. Esta variedad de colores y de cornisas permite leer fcilmente los lmites
de cada lote. Al mismo tiempo se realiza un catastro de las propiedades que esta expresado en
el plano de 1874 con una especie de pespunteado en el borde de las cuadras (fig. 3.2).
En estas dcadas la plaza Bolvar dejar de ser mercado pblico, gora abierta. Cambia
totalmente su sentido y se convierte en un parque arbolado alrededor de la estatua de Bolvar,
con la funcin y forma que tiene hoy en da.
Figura 3.3
En el plano aparece tambin
el parque El Calvario (fig. 3.3). Ya
no existe la marcada oposicin
entre la trama sacra y una
naturaleza profana, entre la
ciudad y su exterior. La
naturaleza, modificada, pasa a
formar parte de la textura urbana.
Entre los siglos XIX y XX, y por influencia de las polticas de Guzmn se levantan una serie
de planos dedicados exclusivamente a las redes de servicio: 1870, Proyecto del puente de
Curamichate; 1873, Plano general del acueducto Guzmn Blanco; 1883, Plan del ferrocarril de
La Guaira a Caracas y de Caracas a El Valle; 1884, Plano de Caracas de la compaa de Gas;
1895, Plano de las aguas por los tubos; 1911. Planos para la compaa "Luz elctrica".
En el plano de 1906, realizado por Ricardo Razetti, encontramos las primeras pistas de un
fenmeno que se va a acelerar a lo largo del siglo XX: la creacin de modelos urbanos
definitivamente opuestos al modelo colonial. Hasta entonces el elemento principal del damero
caraqueo fue una vivienda que ocupaba un cuarto de cuadra: con el tiempo esta casa, ansiosa
de ser ciudad y poseedora de la frmula para hacerlo, comenz a crecer y subdividirse. La casa,
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con el patio y el muro, tena los recursos para desarrollarse en armona con su cuadra, con su
calle y su trama urbana.
A comienzos de 1900 la ciudad va a sacar un primer brazo hacia el sur cruzando el ro
Guaire. Mediante un puente y un tranva se crea una urbanizacin al suroeste de Caracas que ya
anunciaba un pretencioso espejismo: El Paraso. Esta propuesta no es una continuacin de la
trama urbana, sino una unidad separada de esta. Ha cesado la formula "De esta suerte va todo
el pueblo edificndose". Ya no se trata de un sistema de cuadras, calles, plazas y patios, con o
sin variantes; ahora la meta consiste en separarse de la trama urbana continua. Desde los
comienzos del siglo XX lo ms deseable no es ya el estar cerca de la plaza Bolvar; los
ciudadanos con mayores recursos ahora anhelan vivir aislados, rodeados de jardines, en lotes
contiguos. Si antes la vivienda con su patio era un microcosmos de la ciudad y su plaza, ahora la
quinta representa un anhelo de campo, una negacin de lo urbano; con la pretensin evidente,
casi agresiva, de jams ser ciudad. La variedad estilstica de estas casas de El Paraso celebra
esta condicin de diversidad y autonoma.
Las tierras de Caracas seran sembradas con esta nueva especie. Con el tiempo, el
urbanismo, la arquitectura contempornea, la legislacin urbana y hasta algunos boleros ("yo
tengo ya la casita, que tanto te promet"), celebraran cada vez ms esta actitud de aislamiento.
Este tranva que traspasa la frontera del Guaire representa un ejemplo de como la red determina
el desarrollo de la trama, o mas bien, como permite al ciudadano alejarse de su rigor. En el plano
de 1906 aparecen las salidas de ferrocarril hacia Petare, Catia, Antmano, El Valle. Esta red de
ferrocarriles esta interconectada a una red de tranvas. La ciudad comienza a desprenderse de
su ncleo y a conquistar territorio con una mentalidad distinta.
Aumentan los ejemplos de edificios pblicos como grandes obras que se destacan dentro de
la trama: Aparte del Congreso, el Teatro Municipal, el Hospital Vargas y la Estacin del
Ferrocarril Caracas.
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San Agustn del Norte plantea una interesante modificacin en la retcula originaria, al dividir
esta en una trama de cuadras ms pequeas (cuatro de sus cuadras equivalen a la cuadra tpica
del damero original). Esta propuesta da continuidad a las calles existentes y no interrumpe la
uniformidad del tejido. Se plantean, no obstante, algunos cambios importantes: se trata de una
trama con nfasis en usos de vivienda y con calles ampliadas para el automvil. Esta
preponderancia de la vivienda y del automvil en los desarrollos urbanos caraqueos va a tener
importantes consecuencias.
San Agustn del Sur
El xito de San Agustn del Norte lleva a su promotor a construir un desarrollo similar al sur
del Guaire: San Agustn del Sur. De nuevo tenemos una trama, pero esta vez mas adaptada a la
geografa, con forma y orientacin propia, autnoma y morfolgicamente desligada del resto de
la ciudad.
Los Chorros
Un caso aparte es Los Chorros. Ya tena tiempo funcionando este urbanismo similar a El
Paraso, pero en este caso concebido, al menos inicialmente, como sede para una segunda
vivienda por Io alejado de la ciudad.
Las parroquias forneas
En un borde del piano de 1929 se encuentra un pequeo mapa titulado: "Caracas, las
parroquias forneas". En este recuadro aparecen los pueblos que rodean a Caracas, con
dameros basados en las mismas normas de la Caracas colonial: Petare, Antimano, El Valle. Este
mapa parece anunciar la inclusin de estas tramas en un con-junto metropolitano.
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del mismo nombre. De las patas traseras vemos poco; el plano corta gran parte de las reas del
sureste hacia donde Caracas an esta por desarrollarse, parece que Rohl no previ un
crecimiento en esa direccin. El caballo tiene a Petare en los testculos y la cola se alza
sealando el camino a Guarenas. Justo en su corazn reside la vieja trama colonial y la plaza
Bolvar. Como buen herbvoro el caballo guarda en el estmago al Parque Los Caobos.
Entre los relieves de las montaas y colinas, gran parte de las tierras de los valles estn en
blanco, como vacos que esperan el impacto urbano. Los cascos coloniales del centro, los
pueblos de Petare y Chacao, y los desarrollos urbanos del XIX y comienzos del XX, se
representan en retculas de cuadras en negro. En cambio las nuevas urbanizaciones hacia el
este, como Los Caobos, La Florida, el Country Club, Campo Alegre, Los Palos Grandes y
Sebucn, aparecen en tonos de gris, mostrando las vas y resaltando las edificaciones aisladas
en negro.
Este plano revela la nueva tendencia que caracterizara la "Conquista del este". Los
urbanizadores como Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi desarrollan en haciendas aledaas
a Caracas, urbanizaciones que estn supuestas a permanecer para siempre al margen del
centro de la ciudad. En estas nuevos propuestas predomina lo que se va a llamar "vivienda
unifamiliar aislada". Como su nombre lo indica, "unifamiliar" y "aislada", esta ser una difcil
semilla para cultivar una ciudad. Ni siquiera esta planteado que estos nuevos urbanismos se
comuniquen entre si; las quebradas norte-sur, que los definen, les sirven tambin de separacin.
Se comunican solo en su extremo sur, a lo largo de lo que ser la avenida Francisco de Miranda.
El aislamiento propuesto por estas urbanizaciones es parte de una estrategia, de una intencin
consciente. Se esta pasando de la ciudad congregada a una ciudad disgregada.
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En el plano de 1954, "Plano de Caracas y sus alrededores", elaborado por Walter Troiani y
Gustavo Pastorelli, se amplia la visin de los valles, especialmente hacia el sur. Si lo
comparamos con el plano del 36, elaborado por Rohl, notamos que la diferencia entre el valle y
el sistema de montanas y colinas ya no es tan notoria, tan visible grficamente. La ciudad va a
ocupar todo el sistema de colinas al sudes-te del gran valle; si en el piano del 36 la ciudad ha
dejado de urbanizarse siguiendo la receta histrica del damero, adaptndose a la geografa con
formas mas o menos uniformes y simtricas, en este plano del 54 la geografa deja de ser gua y
referencia y se convierte en simple contexto de un urbanismo avasallante que ejerce importantes
modificaciones topogrficas sin pretender crear formas urbanas legibles. Se trata de una red vial
que se extiende obteniendo de la topografa el mximo beneficio. El smbolo de esta nueva
posibilidad ser el Hotel Humboldt, torre solitaria ubicada en la cima del vila, revelando la
presencia de la ciudad hasta en los lugares ms inaccesibles.
Ntese que casi todos los urbanismos
del sureste presentes en este plano, se
encuentran en etapa de desarrollo, con las
calles apenas planteadas; otros estn
simplemente esbozados. Se trata, sin
embargo, de un territorio equivalente al que
ocupaba la ciudad en los anos 20. Esta
expansin que arranca en Las Mercedes y
termina en Baruta, y mas tarde en El Hatillo,
comprende el futuro Chuao, Prados del Este,
Cafetal, Charallavito, Club Hipico, La
Trinidad.
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En este piano se evidencia la fuerza con que irrumpe una nueva visin del urbanismo. Al
igual que en los pianos de Caracas de los tiempos de Guzmn Blanco, y de los recientes del
periodo de Medina, esta dcada del cincuenta esta copada por la obra y el estilo del gobierno de
Prez Jimnez, decidido a crear una ciudad distinta.
Esta nueva visin formal y funcional, al no poder cambiar la totalidad de Caracas, se
manifiesta creando aislados prototipos urbanos. Estos nuevos esquemas de ciudad se
establecen con un orden propio. No estn concebidos para integrarse al resto de la ciudad, son
ncleos aislados interconectados por autopistas. Los ejemplos ms notables son:
La ciudad financiera: Centra Simon Bolvar
La ciudad habitacional: Bloques del 23 de Enero
La ciudad educacional: Ciudad universitaria
La ciudad militar: Circulo Militar y paseo Los Prceres
La ciudad comercial: El Helicoide
La ciudad del azar: El hipdromo La Rinconada
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A partir de estos aos resulta imposible identificar a la ciudad con una visin, un discurso, un
estilo, una misin. La ciudad pasa a ser la sumatoria de muchos rumbos, contradicciones,
tiempos, texturas. En el ltimo cuarto de este siglo disminuye la fuerza de las propuestas
urbanas, o por lo menos no se dan con la escala y la proporcin que en tiempos de Guzmn
Blanco, Medina o Prez Jimnez. La ciudad se dedica a crecer sin un verdadero espritu de
renovacin.
Vamos a citar algunos ejemplos que tienen que ver con nuestro tema central, las redes y las
tramas. En algunos se muestra como se puede crear un equilibrio entre ambas; otros, en
cambio, favorecen la desaparicin de la trama permitiendo el dominio absoluta de la red.
La red de autopistas
La red de autopistas que comienza con el plan vial de 1951, en 1975 ya ha transformado la
estructura de la ciudad. Esta red vial comienza en los anos sesenta a convertirse en el aspecto
ms caracterstico y significativo de nuestro urbanismo. Las autopistas se superponen a la
ciudad con esttica y leyes propias, ocupando terrenos valiosos y limitndolos a una sola
funcin. La tendencia uni-funcional (solo vialidad) comienza a ocupar la columna vertebral de la
ciudad.
La marginalidad
En la segunda mitad del siglo XX la ciudad ya haba olvidado el concepto de trama, haba
perdido la idea de un lenguaje urbano propio, tradicional, popular, comn, y en consecuencia,
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todo aquello que se desarrolle, al margen de las nuevas leyes y de la economa formal, ocurrir
desordenadamente, sin ninguna tradicin que lo estructure.
Por un lado existe una legislacin urbana, un catastro, y unas normas arquitectnicas que
pretenden organizar la ciudad. Pero al mismo tiempo se desarrolla una ciudad paralela, una
ciudad campamento que no esta ni siquiera reflejada en los nuevos pianos. Poco a poco esa
segunda ciudad se ira haciendo mayor, e ira ocupando mas territorio, albergando mas gente que
la ciudad legalizada. Los asentamientos de los ciudadanos de menores recursos fueron
abandonados a su suerte, como si ellos constituyeran una minora, una excepcin. A la larga se
convirtieron en lo preponderante, en lo que ha ido definiendo la personalidad de esta ciudad.
La ciudad marginal ha configurado una verdadera red multiforme y uni-funcional. Un sistema
de veredas, caminos y escalinatas que conforman verdaderos laberintos que alimentan viviendas
en emergencia. La proporcin entre el uso de vivienda y las otras funciones propias de una
ciudad, no solo es muy deficiente, sino que, al no existir un orden en la concepcin, resulta cada
vez ms costoso introducir servicios y espacios cvicos.
Figura 11.- Plano de 1996
El Metro de Caracas
Los sistemas tipo Metro usualmente ejemplifican las caractersticas usuales de la red: no
tienen forma legible, son uni-funcionales, no generan una geometra. El Metro de Caracas ilustra
un recurso extraordinario: como una red puede alimentar una trama. Los arquitectos encargados
de disear las estaciones entendieron las posibilidades que ofrecan los accesos al sistema, y en
cada una de las estaciones supieron configurar verdaderos espacios cvicos que le han dado
identidad y estructura a varios sectores de la ciudad. Hoy en da el sistema metro ha servido
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para estructurar y alimentar una serie de bulevares y plazas a lo largo de los ejes ms
importantes de la ciudad.
El Parque Vargas
El Parque Vargas constituye otro ejemplo interesante de como puede cambiar la visin de un
espacio de circulacin. Donde antes funcionaba una avenida (avenida Bolvar) que haba tornado
caractersticas de autopista, se plantea un gran eje cvico acompaado de parque, paseo
peatonal y edificaciones institucionales. Tambin se reteje la trama sobre un territorio, que haba
dejado de ser ciudad, rehaciendo los ejes de la retcula original.
Centros comerciales
En Caracas la formula comercial que ha ido adquiriendo mas fuerza es la del "Mall
suburbano". En su definicin ms simple se trata de un paseo cubierto. Hoy se asocia a una caja
cerrada en su exterior que contiene un largo eje central donde ocurren todas las actividades
comerciales. Ubicados a lo largo de autopistas y rodeados de grandes estacionamientos los
"malles" ya son parte del paisaje suburbano norteamericano. Gradualmente esta topologa del
"mall" ha ido penetrando en nuestras ciudades; esto significa que el comercio tradicional de la
ciudad comienza a competir con modelos cerrados y aislados donde se intenta reproducir la
vitalidad y la variedad de la calle.
Estas cajas cerradas, lejos de revitalizar las posibilidades del contexto urbano donde se
ubican, las deprimen. Su esencia introvertida la obliga a limitar sus entradas, a rodearse de
fachadas sin ningn tipo de simbiosis, a generar depsitos y servicios en su periferia. El usuario
de la ciudad solo disfruta los beneficios de la caja si decide acceder a ella. Cuando simplemente
recorre las calles de su ciudad se enfrenta a un muro ciego con extractores y algn evento
publicitario. Si esta formula continua reproducindose en la ciudad, se habr extrado de sus
espacios pblicos la vida comercial para encerrarla en centros privados.
Las redes de comunicacin
A finales del siglo XX aparecen tecnologas como la red de telefona celular y la red de
Internet, que vienen a darle un nuevo significado a las redes: la posibilidad de la invisibilidad
absoluta. Si al principio el ciudadano participaba ubicndose en la trama, ahora celebra su
desubicacin.
Tanto el celular como la red de Internet recuerdan las cualidades del fetiche. Al igual que en
los primeros intentos que realizaron los hombres para recrear la presencia divina, en estas
nuevas redes la forma esta subyugada por la funcin de recrear lo invisible. La fuerza del
sistema no radica en ser visto, sino al contrario, en permanecer oculto, apartado del publico. Se
trata de servicios que no intentan formalizar un orden espacial, no se apoderan de un lugar, no
intentan fijar su imagen a la tierra, existen mas como acto que como figura capaz de localizar
una accin en el espacio. Donde quiera que estos sistemas se encuentren le confieren al
poseedor, a aquel que los alberga, el privilegio y la exclusividad de ciertos poderes. Participar del
sistema consagra una relacin personal, exclusiva, excluyente, que estructura y define,
transitoriamente, un espacio privado, no un epicentro colectivo.
La marginalizacin del centra y la ciudad poliperimetral
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Conclusiones
Las tramas centrpetas y las redes centrifugas
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un centro urbano a una cultura que se disgrega en periferias suburbanas? Cuanto de nuestro
drama desorientado, inconexo, inoperante y desarraigado, no se debe precisamente al escenario
urbano en que se esta representando?
Es tiempo de asomarnos a una paradoja terrible, a la posibilidad de que nuestra arquitectura,
nuestra legislacin urbana, nuestros modelos de desarrollo, e incluso nuestro concepto de
vivienda, estn en contra, rechacen, hagan imposible, incluso destruyan la ciudad que
heredamos, la trama legible que an esta vigente en el corazn, en la semilla, en la idea
originaria del 97 por ciento de nuestros pueblos y ciudades.
Y por herencia urbana no nos referimos solo al damero hispanoamericano, a la retcula,
incluimos conceptos que formaban parte de todas las ciudades hispanoamericanas: la idea de
orden en la gnesis y en el proceso de poblamiento, la preconcepcin de la forma y no solo de la
funcin, el espacio publico como ordenador del espacio privado, la escala entre cuadras y
plazas, la escala entre habitantes y autoridades civiles. Los beneficios de aislarse han
comenzado a ser mayores que los de congregarse, y de persistir esta tendencia, la base
pragmtica de la ciudad clsica va a desaparecer.
Verdades y espejismos
Consideramos que gran parte del problema radica en una falta de revisin y de reflexin
sobre el impacto de las redes en las tramas de nuestras ciudades. Ests no deben considerarse
solo como parte de un proceso tecnolgico, o como una realidad inevitable que la ciudad
contempornea debe aceptar; se trata de algo mas complejo y profundo, parte de una dualidad
que persiste incluso en el alma de los hombres.
El poeta W.H. Auden examina esta dualidad cuando nos revela que los ciudadanos nos
unimos al reconocer una verdad comn, pero al mismo tiempo esta verdad visible, establecida,
eterna, fija, ptrea (es decir la trama), puede distraernos de nuestra realidad cambiante, puede
escondernos esas tareas histricas imposibles de predecir, esas felicidades y esperanzas tan
obvias como sorpresivas (que ofrecen las redes). Es necesario examinar lo que acontece en la
ciudad como parte de este dialogo, de estas tensiones que se compensan. Nuestra labor debe al
menos imaginar la posibilidad de un equilibrio entre ambas fuerzas.
Revisemos un fragmento de Cien aos de soledad que describe la llegada de nuevas redes
a Macondo: "Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y
mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivn entre el alborozo y el
desencanto, la duda y la revelacin, hasta el extremo de que ya nadie poda saber a ciencia
cierta donde estaban los limites de la realidad" Esta descripcin sobre los efectos de la
electricidad y del ferrocarril en Macondo, no se limita a los pueblos suramericanos, ni a esa
poca o a esas invenciones en particular; se trata de algo que ocurre siempre. Bien sea que se
reciban con ingenuidad o con cinismo, toda absorcin de una nueva red trae consigo "un
intrincado frangollo de verdades y espejismos".
La peculiar incertidumbre que vivimos se suma a un desconcierto universal. Ahora las
ciudades estn bajo el impacto de la llamada tercera ola. Despus de la ciudad agrcola,
despus de la ciudad industrial ahora aparece la ciudad de la informacin. En el nuevo modelo
no se elaboran ni intercambian bienes concretes sino informacin sobre estos bienes, por lo que
es posible participar a distancia. La participacin individual predomina sobre la participacin
comunitaria. El disgregarse sobre el congregarse, la ciudad de la red efmera, invisible, uni-
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BIBILIOGRAFA
DE SOLA RICARDO, IRMA (1967): Contribucin al Estudio de los Pianos de Caracas. La Ciudad
y la Provincia 1576-1967, Ediciones del Comit de Obras Culturales del Cuatricentenario de
Caraca, Caracas.
DAZ SANCHEZ, RAMN (1966): Caracas cuatricentenaria, Homenaje de la Mobil de
Venezuela, Cromotip, Caracas.
PLANOS
Plano nmero 1
1578 - Primer Plano de Santiago de Len de Caracas 60x42 cm Pg. 31
Plano numero II
1775 - Plano de la Ciudad de Caracas con divisin de sus Barrios 1/2 x 18 1/2 cm Pg. 44
Plano nmero III
1874 - Plano Topogrfico de la Ciudad de Caracas, Pg. 76
Plano nmero IV
1906 - Plano de Caracas. Ricardo Razetti. Enero 1906. Escala 1:10.000 66 x 48. Blanco y negro,
Pg. 106
Plano nmero V
1929 - Plano de Caracas. Ricardo Razetti. 4" edicin Escala 1:10.000 81 x 59. Blanco y negro,
Pg. 141
Plano nmero VI
1934 - Plano de Caracas Eduardo Kohl Escala 1:30.000 188x145. Blanco y negro. Pg. 154
Plano numero VII
1941- Caracas y sus alrededores. Plano Plegable. Escala 1:10.000 92x42. Pg. 166
Plano nmero VIII
1951 - Piano Regulador de Caracas. Estudio preliminar julio 1951. Usos propuestos de la tierra.
Comisin Nacional de Urbanismo.
Plano nmero IX
1954-Plano de Caracas y alrededores. Ministerio de Obras Pblicas, Direccin de Cartograma
Nacional. Escala 1:20.000. 1,28x90.
Plano nmero X
1956 - Piano de Caracas. Preparado por la ingeniera Municipal julio 1956. Escala 1:5.000
290x280.
Plano nmero XI
1996 - Ortofotomapa de la Repblica de Venezuela. Escala 1:50.000. Caracas y alrededores.
Planimetra Ortofotogrfica realizada a partir de fotografa area en color. Escala 1:60.000.
Edition marzo 1996.
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