Capitulo 3
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Capitulo 3
Capitulo Tres
EL DON DE LA VOZ
Djame or tu voz. Catares 2:14
AQUEL QUE QUIERE SU CORAZN tambin quiere tu voz.
Orar en voz alta es una manera natural de darle ms a Dios, de amarle ms... orar a l
no solo con nuestro corazn y nuestra mente, sino tambin con nuestra energa vocal.
Al igual que ayunar o arrodillarse, clamar es la manera que las Escrituras aprueban a
fin de orar con intensidad y dedicacin.
RODEADO DE SONIDO
Los antiguos santos queran asegurarse de utilizar sus voces para lo ms importante.
En los tiempos antiguos, no solo la oracin, sino aun la lectura se haca casi siempre en
voz alta. Vemos un ejemplo de eso en Hechos 8, con el etope en su carro, al cual
Felipe escuch leyendo en voz alta del profeta Isaas mientras viajaba en el camino del
desierto.
Sabas que aun la meditacin era un ejercicio vocal?
Pensamos que meditar es sentarse en silencio bajo un rbol, o junto a una chimenea
encendida, con una Biblia abierta ante nosotros. En el Antiguo Testamento, sin
embargo las palabras hebreas para meditar y meditacin (de la raz
hagah) en realidad se refieren a un murmullo en voz baja. Es ms, la palabra se utiliza
en las Escrituras para expresar
el gruido de un len despus de atrapar a su presa (Isaas 31:4),
el quejido de una paloma (Isaas 38:14-Isaas 59:11)
y el sonido del lamento humano". (Isaas 16:7-Jeremas 48:31
Algunas veces en los Salmos y en Proverbios esta palabra hagah se traduce como
hablar:
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H1897
jag (hagah)
raz primaria [Comprese con H1901]; murmurar (en placer o ira); por implicacin meditar:-gemir, hablar, imaginar, lasti
(Diccionario Strong en espaol)
Lo que en verdad saba que tena que hacer era pronunciar con su boca las Escrituras
(lo cual enfocaba su atencin mental.
Lo mismo es cierto para la persona a la que se le promete bendicin en el primer
deleite en una voz baja, pero intensa, las Escrituras que amaba.
Sin duda, esta mayor bendicin tambin puede ser nuestra si meditamos con la misma
demostracin de intensidad, al igual que la mayor bendicin que acompaa la oracin
hablada.
EN UN MUNDO RUIDOSO
Nuestro mundo es estridente y ruidoso, y el volumen va en aumento.
Nuestro mundo de estruendos, de sonidos de claxon, gritos, alaridos, chchara y
estrpito compite con las palabras genuinas de oracin pronunciadas a nuestro
amoroso Dios. Sin embargo, una vez que se hacen esos bellos sonidos, nada logra
impedir que lleguen hasta sus odos. El ruido spero y constante del mundo nunca los
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Cuando clamamos en voz alta nuestras oraciones, somos capaces de reconocer con
ms facilidad la condicin de nuestros corazones delante de Dios. Al escuchar nuestras
propias palabras, detectamos enseguida cualquier falta de fervor, humildad o
reverencia. Escuchndonos, nos vemos obligados a examinar nuestros corazones. Y
esto es bueno.
EL CLAMOR SILENCIOSO
Es obvio que Dios no tiene dificultad en escuchar. Es capaz de escuchar el ms ligero
clamor silencioso del corazn. Aun si es un simple pensamiento pasajero. Aun si solo
es un gemido sin palabras (Romanos 8:26-27). Escucharas un anhelo? Dios lo
escucha. Y sus odos no pierden ni un solo suspiro que escapa de nuestros labios
(Salmo 38:9). Aunque nos estamos centrando en los clamores que se expresan a Dios,
tambin en las Escrituras vemos ejemplos de oraciones en silencio.
Quin puede olvidar, por ejemplo, la mujer desesperada que se arrastr cerca de Jess
en la multitud que lo apretaba y oprima. Toda su oracin fue tan sencilla y silenciosa
como tocar el borde de su manto. Cuando lo hizo, creyendo que sanara de su
hemorragia crnica, recibi el verdadero deseo de su corazn. (Lucas 8:43-48)
Algunas veces una persona ora con sus lgrimas, aun cuando las palabras estn
ausentes. Ana fue con una carga en su corazn al tabernculo del Seor: Con gran
angustia comenz a orar al SEOR y a llorar desconsoladamente. El, el sacerdote del
Seor, la vio orando all.
Como Ana estuvo orando largo rato ante el SEOR, El se fij en su boca. Sus labios
se movan pero, debido a que Ana oraba en voz baja, no se poda or su voz. Cuando
El la cuestion, ella respondi: Soy solo una mujer angustiada que ha venido a
desahogarse delante del SEOR. (1 Samuel 1:10,12-13, 15)
Aunque la voz fsica de Ana estaba silenciosa, Dios escuch su ferviente oracin
derramada en aquel lugar y le concedi un hijo. El pequeo Samuel creci para
volverse uno de los ms dedicados siervos del Seor, y un poderoso guerrero de
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