Trabajo Infantil y Regimenes de Gubernamen - Valentina Glockner Fagetti
Trabajo Infantil y Regimenes de Gubernamen - Valentina Glockner Fagetti
Trabajo Infantil y Regimenes de Gubernamen - Valentina Glockner Fagetti
UNIDAD IZTAPALAPA
DIVISIN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
POSGRADO EN CIENCIAS ANTROPOLGICAS
Asesores:
Mxico, D.F.
Marzo, 2014
Agradecimientos
Mi ms profundo y sincero agradecimientos para los nios y nias migrantes y
trabajadores de India y Mxico que inspiraron e hicieron posible esta investigacin. Por
supuesto tambin para sus padres y familiares que compartieron conmigo tiempo, jornadas
de trabajo y experiencias de vida.
Un agradecimiento igualmente grande para todos los activistas, funcionarios y
personal de las instituciones estatales y de las Organizaciones No Gubernamentales en
Bangalore y New Delhi por su disposicin a ayudarme a entender mejor las problemticas
de estudio y permitirme entrar en sus espacios de trabajos.
A mis profesores en la UAM-Iztapalapa, especialmente a mi directora de tesis, la
Dra. Margarita Zrate cuyo acompaamiento supo impulsarme y quien siempre tuvo una
gran disposicin hacia esta investigacin y confi en mi capacidad hasta cuando yo dudaba
de ella. Al Dr. Federico Besserer por un acompaamiento indispensable y lcido, y al Dr.
Ricardo Macip por sus comentarios enriquecedores y su apoyo en momentos de marchas
forzadas.
Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa sin cuyo apoyo econmico
a travs de las becas del programa de PNPC esta investigacin no hubiera sido posible. En
particular al proyecto CONACYT 152421 H "La ciudad transnacional" coordinado por el
Dr. Federico Besserer por el apoyo recibido para el desarrollo del trabajo de campo y la
elaboracin de este documento.
Un agradecimiento profundo a mi familia, en especial a mis padres, y una gratitud
indecible para Daniel, que goz, aprendi y tambin padeci los contratiempos de esta tesis
a la par mo. Este trabajo jams hubiera llegado a buen trmino sin su escucha, su
solidaridad y su compaa, extraordinarias e incondicionales, tan inspiradoras como l
mismo.
ndice
Introduccin
0.1. Objetivos generales de la investigacin
24
26
32
38
53
59
65
70
77
82
95
103
112
115
119
121
124
139
149
155
169
185
191
4.1.1. Introduccin
191
196
201
206
210
214
218
227
240
248
253
259
263
272
277
284
287
294
Conclusiones
307
Bibliografa
327
Anexo de imgenes
341
Introduccin
En dos lugares muy distantes del mundo dos nios se levantan apenas despunta el
sol y se preparan para otro da de trabajo. Ambos son migrantes internos, expulsados de sus
regiones de origen junto con sus familias a causa de una agricultura local en crisis,
consecuencia de dcadas de polticas neoliberales que nunca estuvieron interesadas en
proteger a los campesinos minifundistas de la voraz e inequitativa competencia impuesta
por el mercado.
Estos dos nios conocen bien qu significa una migracin impulsada por la
precariedad, la crisis alimentaria y la necesidad de encontrar mejores posibilidades para el
futuro. Conocen bien el sentimiento de ser un extrao en su propio pas y qu clase de
implicaciones esto puede tener. Para Mateo, un nio mixteco jornalero de diez aos, ser
migrante interno, expulsado de una de las regiones rurales e indgenas ms pobres de
Mxico, donde la agricultura ya no da ni para comer, ha implicado tener que recorrer el pas
trabajando por cortas temporadas en la cosecha de todo tipo de hortalizas, que a veces se
exportan y otras veces abastecen el mercado interno. Ha significado deambular por una
constelacin de campos agrcolas y sembrados que se extienden por la borrosa geografa
de un pas llamado Mxico, que a veces tambin se confunde con lo que hay ms all de la
frontera. Significa llevar una vida itinerante, precaria e inconstante, donde la subsistencia
nunca est garantizada, y muchas veces pende de un hilo. Del fino hilo de las fluctuaciones
del mercado, de las condiciones climticas, de la demanda de mano de obra y de las
condiciones de trabajo impuestas por los productores. Para Mateo todo esto ha significado
ir hacindose grande durante las largas jornadas de trabajo y con el esfuerzo cotidiano en
los surcos. Ir fortaleciendo el cuerpo y hacindose inmune al cansancio a base de
insolaciones, infecciones y un constante contacto con pesticidas y otros agroqumicos.
Crecer mientras la fuerza fsica arrecia y madurar mientras se asumen responsabilidades
cada vez ms grandes para la supervivencia familiar.
Al otro lado del mundo, para Shambu, un nio de 10 aos de origen kannadiga1,
que lleg hace varios aos junto con sus padres a la ciudad de Bangalore, el silicon valley
de la India, ser migrante interno, pobre y de origen rural implica, por ejemplo, no tener
acceso a una identidad oficial. Lo cual a su vez implica ser invisible para el estado y, por
ende, no tener acceso a sus programas de proteccin o de bienestar social, no poder acceder
a empleos ms estables y mejor pagados, tener que vivir permanentemente en
asentamientos irregulares, sin derecho a los servicios pblicos ms elementales y a ser
presa de lderes locales y autoridades corruptas que aprovechan cualquier oportunidad para
exigir dinero. Para Shambu ser migrante ha significado mudarse a un entorno social y
material completamente ajeno, donde su insercin al precario mercado laboral de la
recoleccin informal de basura es una cuestin inobjetable. Es una cuestin de
supervivencia.
Todos los das Shambu deambula por la compleja y a veces indescifrable geografa
de la ciudad ms cosmopolita y moderna de la India. Como Mateo, Shambu tambin
recorre durante largas jornadas una compleja geografa en busca del sustento cotidiano,
pero en su caso sta no est marcada por polos de desarrollo agrcola, oasis de fertilidad y
tecnologa de punta, sino por tiraderos de basura. Unos ms grandes y generosos que otros,
dependiendo de la zona donde se encuentren. Algunos son autnticas minas de materiales
reciclables que se venden sin problema; otros son slo pequeos basureros de traspatio,
terrenos baldos esparcidos en los barrios de la clase baja, donde hasta la basura tiene
menos valor.
Ambas geografas, la de Mateo y la de Shambu, conforman constelaciones
conectadas por complejas redes de transporte, almacenamiento y transacciones financieras;
controladas por una serie de intermediarios, acaparadores, mayoristas y hombres de
negocios. Ellos no son ms que el ltimo eslabn en un complejsima trama de
transacciones e interconexiones que escapan a su conocimiento y comprensin. Y sin
embargo, ambos nios son fundamentales para que esta compleja red siga funcionando.
En estas constelaciones distpicas, al cosechar una hortaliza Mateo contribuye a
producir un bien de primera necesidad que permitir la reproduccin biolgica de otras
1
Trmino que hace referencia a los hablantes nativos de la lengua Kannada, de la familia dravdica, hablada
mayormente en el estado de Karnataka, pero tambin en los estados vecinos de Andhra Pradesh, Tamil Nadu,
Kerala, Goa y Maharashtra.
personas, al tiempo que su propio cuerpo cansado, marcado por las huellas de la
desnutricin y la rudeza del trabajo -un cuerpo an en desarrollo-, se desgasta y su infancia
se torna efmera. Al recoger basura, Shambu contribuye a que aquellos bienes que han
agotado su valor de uso puedan volver a convertirse en mercancas y una ltima utilidad
pueda todava ser extrada de ellos. Mientras que a eso que el uso, el tiempo y el deterioro
han convertido en desecho se le permite una vez ms re-producirse y convertirse en objeto
de valor, consumo e intercambio; la vida an en potencia de Shambu se va agotando y su
desarrollo se va mermando mucho antes de haber alcanzado su plenitud.
Al caminar entre los surcos de las grandes plantaciones de hortalizas, Mateo recorre
la geografa de la bonanza, de la altamente tecnologizada y controlada produccin y
reproduccin de la vida. Agachado por ms de ocho horas al da, Mateo recoge con sus
hbiles manos los frutos que alimentarn a cientos, tal vez miles, de personas en su pas y
en otras naciones. Su entrenada mirada reconoce con prontitud qu frutos hay que recoger,
cules hay que dejar madurar y cules ignorar porque ya son inservibles y con gran
velocidad los arroja en el costal que pende de su cintura.
Shambu, al otro lado del mundo, recorre la geografa del desgaste, del agotamiento
y del deterioro. Cada da camina varios kilmetros recorriendo la bulliciosa Bangalore en
busca de desechos reutilizables y se agacha tambin un sinnmero de veces para, veloz y
gilmente, examinar los objetos que pueden servirle. Rpidamente distingue entre el
material reciclable que ser bien remunerado en el cada vez ms rentable mercado de la
basura y lo pone en el costal que lleva sobre la espalda, desechando aquello que no es ms
que simple y llana basura.
A diferencia de Mateo, Shambu no trabaja con su familia, sino que lo hace solo.
Algunas veces va acompaado por sus amigos que son migrantes como l, algunos incluso
originarios de la misma comunidad, pero esto no es muy rentable porque incrementa la
competencia. Es mejor separarse y trabajar solo para maximizar las ganancias. Las vidas de
ambos nios transcurren en un universo distpico donde el ser nio migrante pasa por ser
explotado y expoliado2 de todo aquello que suele considerarse una niez normal. Y sin
A lo largo del texto usar los trminos explotacin y expoliacin, pero no los planteo como sinnimos.
Como explotacin me refiero a la apropiacin y usufructo que el capitalismo hace de la plusvala creada por
los nios/as cuando se convierten en trabajadores, as como de las formas en que el modelo capitalista se
beneficia de los ingresos generados por los nios/as, por ejemplo cuando stos hacen posible la reproduccin
0.1.
sobre los nios/as migrantes y trabajadores, sus familias y comunidades, con el objetivo de
reflexionar sobre las formas en que desde estas entidades se construye subjetividad, se
crean nuevos modelos de sujecin y se ejercen nuevas formas de gobierno y de poder. Por
tanto estudiaremos distintas formas y mecanismos a travs de los cuales se busca encauzar,
moldear, conducir y gobernar las vidas, las decisiones y las subjetividades de los nios y
nias migrantes, y de las familias y comunidades a las que pertenecen.
0.2.
Scheduled Caste es una categora creada durante el periodo colonial Britnico y que hoy es el nombre oficial
que le da en India a las castas que anteriormente se denominaban Harijans o Dalits, tambin conocidas como
Intocables, pero este trmino fue declarado ilegal por la constitucin de 1949.
4
Trmino que hace referencia a los hablantes nativos de la lengua Kannada, de la familia dravdica, hablada
mayormente en el estado de Karnataka, pero tambin en los estados vecinos de Andhra Pradesh, Tamil Nadu,
Kerala, Goa y Maharashtra.
0.3.
trabajadores que han hecho posible este trabajo es, por una parte, contar la historia de los
mrgenes y desde los mrgenes. Es hablar sobre cmo en un determinado orden jurdico y
legal es frecuente encontrar una inflexin, una ruptura o una suspensin que expone a
ciertos individuos y colectivos a formas de vida marcadas por la violencia, la inseguridad,
la precariedad y la marginacin. Intentar comprender y relatar las vidas y las experiencias
de los nios y nias trabajadores migrantes y de sus familias requiere comprender, entre
otras cosas, los procesos mediante los cuales el nativo es obligado a subsistir como
extranjero, el ciudadano es orillado a vivir como paria, la vida se produce en muerte, el
potencial de un nio es explotado mucho antes de poder desarrollarse y cmo la humanidad
del trabajador es consumida sin afectar su capacidad para producir. Es contar la historia de
cmo la niez, que es potencia y comienzo, puede ser orillada a sobrevivir como desgaste y
deterioro. Es entender qu es lo que queda suspendido o invisibilizado durante ciertos
procesos de explotacin, sujecin y exclusin, y qu papel juegan la naturalizacin y
normalizacin de dichos procesos y de las problemticas que aquejan a la infancia.
Para poder entender a profundidad los fenmenos de la migracin y el trabajo
infantil es fundamental estudiar y entender no slo las experiencias y representaciones de
los nios/as, sino tambin las prcticas y representaciones de la serie de entidades,
organismos, instituciones y actores que intervienen en las vidas de estos nios/as y los
fenmenos de los que forman parte. Se tata de una amplia serie de actores pblicos y
privados, estatales y no-gubernamentales que consideran a la infancia marginada,
vulnerable o desempoderada su campo de accin e intervencin, generando mltiples
posibilidades y alternativas para intentar cambiar las circunstancias en las que los nios/as
se ven obligados a vivir y trabajar, e intentar solucionar las problemticas que ms los
afectan. Las agendas, valores, objetivos y visiones que inspiran y guan a cada uno de estos
actores son distintos y sus intervenciones generan tambin distintos impactos y reacciones.
Algunos actan guiados por la conviccin de que el estado ha abandonado sus
responsabilidades como proveedor y garante de justicia y bienestar social para los ms
desvalidos. Otros consideran que los problemas sociales y econmicos pueden o deben ser
resueltos -o por lo menos atemperados- mediante la accin individual y la movilizacin de
las habilidades y cualidades de cada individuo. Todos comparten la idea de que cada nio/a
y cada familia tiene una responsabilidad y un papel activo que jugar en la resolucin de sus
problemas y los de su colectividad.
En esta investigacin nos ocuparemos de algunas de las ideas, representaciones y
experiencias de los nios/as migrantes y trabajadores, explorando cuestiones que considero
fundamentales para poder entender los fenmenos contemporneos de la migracin y el
trabajo infantil, as como el papel que los nios/as juegan en ellos. Se trata del importante
compromiso y deber econmico y moral que los nios/as sienten de contribuir a la
reproduccin de su familia, a la solucin de sus problemas y al cumplimiento de sus
obligaciones sociales y comunitarias. Me centrar tambin en las estrategias, habilidades y
conocimientos que los nios/as trabajadores crean y construyen para poder llevar a cabo su
trabajo, adaptarse a un entorno especfico y para resolver los problemas que se encuentran
cotidianamente. Estas son dos temticas que desafortunadamente han sido escasamente
estudiadas en la literatura sobre trabajo y explotacin infantil. Mi argumento es que ambas
cuestiones: el sentido de compromiso y obligacin que los nios/as trabajadores sienten de
ayudar a sus familias, as como las complejas estrategias de trabajo y supervivencia
econmica que construyen, son cruciales para entender cmo se ha transformado el trabajo
infantil durante el ltimo siglo, por qu contina siendo tan prevalente en amplias regiones
del mundo, y cul es el papel que juega en la adaptacin de las familias y comunidades
migrantes ms depauperadas a las exigencias del capitalismo neoliberal y la economa
globalizada.
Desproporcionadamente centrada en los efectos que el trabajo infantil tiene en el
desarrollo fsico y psicolgico de los nios/as y su impacto en la escolarizacin, la literatura
no-acadmica y preocupada por analizar las polticas pblicas abunda en las consecuencias
ms negativas que este fenmeno ocasiona, pero con frecuencia carece del enfoque y el
Considero que en el mundo de hoy el fenmeno del trabajo infantil y las vidas y
experiencias de los nios/as trabajadores no pueden ser entendidas del todo sin enfocarnos
tambin a las mltiples agencias, organismos e instituciones que intervienen en sus vidas,
actividades cotidianas y subjetividades para intentar solucionar sus problemas y moldear
sus vidas. Por tanto esta investigacin se ocupa tambin de un conjunto de actores estatales
y no-gubernamentales como instituciones del estado, Organizaciones No Gubernamentales
(ONG) y asociaciones civiles, que han creado distintos programas e intervenciones para
impulsar a los nios/as migrantes y trabajadores a que se involucren y generen nuevas
formas de ser, de pensar, de trabajar, de participar y de abordar la solucin de sus
Se calcula que alrededor de 215 millones de nios y nias realizan alguna forma de trabajo infantil OIT,
Organizacin Internacional del Trabajo
2010 Intensificar la lucha contra el trabajo infantil: Informe global con arreglo al seguimiento de la
Declaracin de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Ginebra: Oficina
Internacional del Trabajo..
10
Aqu utilizar el concepto de mrgenes como lo proponen Das (2004 y 2011) y Das
y Poole (2004), para entenderlos como los sitos donde el poder, las labores de gobierno y el
estado mismo se muestran mltiples y fragmentados, en constante proceso de produccin,
negociacin y resistencia, surcados y poblados por construcciones y lenguajes alternativos,
y por espacios donde predomina la excepcin, la ilegibilidad y el inacabamiento (Das
2004).
Para los casos de los que esta tesis se ocupa, propongo que las poblaciones a las que
los nios/as migrantes y trabajadores pertenecen, as como las economas que contribuyen a
construir y sostener, los lugares que recrean y habitan, los modos de vida y de trabajo que
construyen, pueden ser pensados como elementos constitutivos y a la vez resultado de lo
que se prefigura en los mrgenes. Pensados stos como espacios de frontera, de pugna e
inacabamiento (Das and Poole 2004), que nos permiten observar el surgimiento, la
articulacin y funcionamiento de nuevas formas de construccin de lo social, pero tambin
de nuevas formas para construir y ejercer el poder que funcionan mediante la articulacin
de mltiples actores, autoridades y agendas.
Es quizs en los mrgenes y a travs de los actores que los recrean, a travs de
quienes se mueven en ellos o de quienes buscan transformarlos con determinados fines, que
podemos observar mejor los procesos mediante los cuales el estado se construye y funciona
como un aparato de produccin social y cultural (Ferguson and Gupta 2002) a partir de
determinados mecanismos simblicos y prcticos donde tambin interfieren una
multiplicidad de agencias y actores que se llaman a s mismos no-gubernamentales. Es en
los mrgenes que muchas veces podemos observar con mayor claridad los procesos
mediante los cuales se alientan y construyen nuevas subjetividades y tecnologas de
gobierno.
Pero
tambin
cmo
se
construyen
las
relaciones,
mediaciones
complementariedades entre el estado y otros actores, como por ejemplo las organizaciones
de la sociedad civil, que influyen en los procesos sociales e imaginativos a travs de los
cuales el poder y la presencia del estado se hace efectiva y legtima (Ferguson and Gupta
2002:983). Los mrgenes son espacios particularmente interesantes para observar las
interacciones y pugnas que se establecen entre lo pblico y lo privado, lo estatal y lo noestatal, lo poltico y lo humanitario, el estado y la ciudadana, y cmo distintos actores de la
11
llamada sociedad civil construyen sus agendas y reclamos articulndolas con categoras,
ideales y reivindicaciones que trascienden el espacio de lo local y lo nacional.
Considero adems que los espacios y las formas de vida que los nios/as migrantes
y trabajadores junto con sus familias y comunidades construyen, pueden ser pensados como
mrgenes mviles o concatenados que en buena medida son una respuesta a las polticas y
procesos econmicos que buscan satisfacer las necesidades del capitalismo flexible creando
nuevas formas de administrar y explotar la mano de obra de los sectores ms depauperados
de la poblacin. Siguiendo los planteamientos de Aihwa Ong (2006 y 2007) podemos
pensar a los mrgenes como resultado de las distintas y muy desiguales formas en las que el
capitalismo neoliberal se inserta, ajusta y reproduce en contextos locales, creando diversas
formas de explotacin y desarrollo, de inclusin y exclusin, as como nuevos caminos para
el ejercicio de la ciudadana y el auto-gobierno. Ms importante quizs es que los
mrgenes, vistos como el resultado de un neoliberalismo como excepcin (Ong 2006),
nos permiten ir ms all de la dicotoma de ciudadano y migrante, inclusin y exclusin,
reconocimiento y excepcin para mirar las negociaciones que se dan entre los actores
sociales, las poblaciones, la sociedad civil, las instituciones del estado y los organismos
internacionales para establecer distintas formas de soberana, de poder y de gobierno. Los
mrgenes surgen como la manifestacin de un neoliberalismo como excepcin que
favorece la construccin de distintos espacios econmicos y polticos que son regulados de
forma distinta y en los que, como veremos aqu, funcionan distintos regmenes de gobierno.
Nos permiten entender hasta qu punto stos tienen que ver con la difusin y reproduccin
de modos de sujecin y subjetivacin que llevan a los individuos a asumir nuevos niveles
de responsabilidad, autonoma y auto-gobierno.
Es un postulado de esta investigacin que los actores estatales y nogubernamentales que intervienen sobre la infancia migrante y trabajadora, as como sus
concepciones, programas y agendas deben ser pensados como parte de la problemtica
contempornea de la gubernamentalidad neoliberal. Entendiendo al neoliberalismo no
solamente como filosofa econmica, sino como tecnologa de gobierno (Ong 2006;
Wacquant 2009) y como un conjunto de artes, tcticas y prcticas que involucran a los
individuos en ciertas actividades y programas que los llevan a ejercer ciertas formas de
libertad y de accin (Larner and Walters 2004). Por tanto coincido con Macip (2009:10)
12
Retomo el marco temporal y analtico de David Harvey (2005), quien sita la aparicin del neoliberalismo
como un proyecto global durante el periodo de 1978-1980 y en la confluencia de distintos acontecimientos de
importancia mundial que constituyeron un parte aguas en la historia social y econmica del mundo: los
albores de la liberalizacin de la economa China; la transformacin radical de la poltica monetaria
internacional; y el ascenso de Margaret Thatcher como Primer ministro del Reino Unido y de Ronald Reagan
como presidente de los Estados Unidos. Dos mandatos que seran cruciales -entre otras cosas- para limitar el
poder de la clase obrera y los sindicatos de trabajadores, desregular la industria y liberar los poderes
financieros en el mbito domstico e internacional.
13
14
Parte del modelo analtico de esta investigacin gira en torno a un esfuerzo por
entender cmo ciertas formas de pensar e intervenir sobre los nios/as migrantes y
trabajadores forman parte de, o contribuyen a consolidar, determinados regmenes de
gubernamentalidad; y cmo extienden las funciones de gobierno mas all del estado hacia
otras entidades no-gubernamentales, alcanzando incluso los procesos de subjetivacin de
los propios individuos. Usaremos el concepto de gubernamentalidad en el marco de las
15
ideas de Michel Foucault (1991a), como un inters por analizar los cambios en las formas
en que se ejerce el poder en las sociedades, y de Mitchell Dean (2006), como la serie de
prcticas organizadas a travs de las cuales los nios/as (y sus familias y comunidades a
travs de ellos) son gobernados, pero tambin alentados a gobernarse a s mismos. Un
estudio sobre la gubernamentalidad es crucial para poder entender las distintas formas en
las que en las culturas y las sociedades contemporneas los individuos son convertidos en
sujetos (Foucault 1988).
Propongo entender a las acciones e intervenciones que se implementan sobre los
nios/as y sus familias en base a las ideas de Rose y Miller (2008) sobre las
racionalidades y las tecnologas de gobierno. Como racionalidades de gobierno
entenderemos a la serie de verdades, conocimientos y explicaciones que se construyen en
torno a la infancia migrante y trabajadora, y cmo son utilizadas para racionalizar, pensar y
problematizar la conducta y las subjetividades de los nios/as y las comunidades migrantes
a las que pertenecen. Como tecnologas de gobierno entenderemos a la serie de
mecanismos, herramientas, estrategias, programas, materiales y discursos que les permiten
a distintos actores actuar e intervenir sobre la conducta y las subjetividades de los nios/as
para conseguir determinados fines.
Para poder llevar a cabo un estudio y anlisis sobre las formas en que cierta
poblacin o determinado individuo es gobernado y llevado a gobernarse a s mismo se
requiere de un estudio de los regmenes de prcticas o regmenes de gobierno. Es decir
de las formas ms o menos organizadas, en un determinado lugar y momento, en que
pensamos, reformamos y practicamos aquello que hemos llamado cuidar, administrar,
aconsejar, curar, castigar, educar, etctera (Dean 2006; Foucault 1991b).
De acuerdo a Dean (2006:27), los regmenes de gobierno
pueden ser identificados donde sea que exista un campo relativamente fijo de correlacin entre
visibilidades, mentalidades, tecnologas y agencias, en el sentido de que constituyan una suerte de
punto preestablecido de referencia para cualquier forma de problematizacin. En la medida en que
estos regmenes conciernen a la direccin de la conducta, forman el objeto de un anlisis del
gobierno.
16
17
los sujetos que deben transformarse para conseguir el desarrollo social y la superacin de
los problemas econmicos de las poblaciones marginadas.
Este rgimen de gubernamentalidad coexiste con otras tecnologas que en cambio
no descartan el uso de la fuerza, la vigilancia, el control y la coercin. Especialmente sobre
quienes no estn dispuestos o preparados para someterse a las exigencias del mercado. Para
aquellos padres enfermos, viejos y empobrecidos, forzados a migrar y a depender de los
ingresos que sus hijos sean capaces de obtener trabajando en las condiciones ms
peligrosas, insalubres o explotadoras. Para los padres incapaces de garantizar el inters
superior de sus hijos estn reservados mecanismos de gobierno que parecen funcionar ms
bien mediante el castigo, el disciplinamiento y la exclusin que mediante el
empoderamiento o el desarrollo. Por otra parte estn los nios/as trabajadores que deciden
no formar parte de ningn programa de empoderamiento o desarrollo iniciado por las ONG,
o que por alguna razn han quedado fuera de su alcance (que son la mayora) y por tanto
trabajan solos, bajo sus propias reglas, riesgos, trminos y estrategias, y tienen la mala
suerte de ser demasiado visibles. Para ellos estn reservados mecanismos como las redadas,
los equipos de vigilancia callejera, las detenciones, las audiencias, los juicios, la
rehabilitacin y la consejera psicolgica que en conjunto articulan un impresionante
aparato de disciplinamiento y encausamiento de la infancia marginada.
Siguiendo los planteamientos de Aihwa Ong (2006) podemos categorizar a estos
dos tipos de regmenes de gobierno como regmenes de subjetivacin y de sujecin. Puesto
que alientan la auto-motivacin y el auto-gobierno de los individuos, pero tambin
funcionan para el control y la regulacin de las poblaciones. Regmenes que llevan a que
los individuos que poseen las cualidades y el capital humano deseado sean altamente
valorados y motivados para reclamar y ejercer sus derechos (humanos, ciudadanos), y
quienes son concebidos como carentes de tales competencias o son considerados incapaces,
reacios a adaptarse a la lgica del sistema se convierten en sujetos prescindibles y
excluibles del proyecto de gobierno (Fraser 2003; Ticktin 2011).
Aqu veremos cmo stos dos regmenes de gubernamentalidad que comparten
varios principios y racionalidades, y actan sobre objetivos comunes, se vuelven posibles
gracias a la participacin de una serie de actores y organismos privados que se llaman a s
mismos no-gubernamentales. Por lo tanto usaremos el concepto de gubernamentalidad no
18
slo como la conducta de la conducta (Foucault 1991a), sino tambin en el sentido que le
otorga Sharma (2006), para sealar la difusin de modos auto-regulatorios de gobierno que
funcionan ms all de los lmites y mecanismos del estado. Esto es, que ocurren en el
contexto del involucramiento de determinados actores privados y entidades nogubernamentales o de la sociedad civil en las funciones estatales de gobierno y en el
marco de proyectos con miras ms all de lo local, lo individual o lo domstico. Nos
ocuparemos de las formas en las que el gobierno de la infancia migrante y trabajadora se
consolida y se ejerce a travs de relaciones sociales e instituciones localmente definidas
dentro del espacio del Estado-nacin. Pero tambin a travs de toda una serie de actores,
organismos y cuerpos que no son parte del aparato formal del estado y que responden a
configuraciones de poder ms amplias.
Esta tarea requiere de un entendimiento del poder no como algo acabado y finito,
sino como un proceso que si bien tiene profundas races histricas, tambin es
comprensible a partir de sus manifestaciones empricas, como un proceso local y
provisional, disperso y fragmentado (Larner and Walters 2004). Es decir, como algo que no
necesariamente emerge ni tiene en el estado su centro lgico y preestablecido, sino como
resultado de configuraciones mltiples y ms complejas, situadas en varios niveles que
trascienden al estado-nacin. Concuerdo por lo tanto con Larner y Walters en que la
gubernamentalidad ha hecho un avance significativo en nuestra comprensin de las
racionalidades y modalidades del poder en el contexto poltico actual. No slo porque nos
permite rastrear y comprender cmo y por qu ciertas ideas y tecnologas son utilizadas
para gobernar a determinadas poblaciones de ciertas maneras, sino tambin porque nos
permite entender hasta qu punto ciertas configuraciones locales responden a
ordenamientos, intereses supra-estatales y configuraciones de poder de orden global (2004).
Partimos entonces con los postulados de Michel Foucault (1979 y 1988) acerca de
que el poder no necesariamente emana de una institucin superior como el estado, sino que
ste es negociado, producido y reproducido tambin por los individuos en las relaciones
cotidianas. Sin embargo la postura de esta investigacin va ms all del planteamiento de
Foucault para intentar ver el papel que en la produccin de las relaciones de poder y las
formas de gubernamentalidad dentro y ms all del estado juegan las entidades y actores
que son consideradas no-gubernamentales.
19
Nos interesa una nocin de poder como una fuerza productiva (Foucault 1988) de
formas especficas de sujecin y de subjetivacin que alientan a los nios/as a convertirse
en un tipo especfico de sujeto activo y a actuar sobre s mismos para auto-regularse y
auto-gobernarse, pero que tambin dan pie a mecanismos de gobierno que no descartan
formas ms violentas y coercitivas de disciplinamiento y exclusin. Se busca entonces
analizar las formas en las que los nios/as son expuestos (y cmo responden) a
determinadas relaciones de poder y regmenes de gubernamentalidad que combinan ciertas
formas de disciplinamiento y control con la creacin de nuevas subjetividades en las que el
nio/a desempoderado y vulnerable, su papel en la sociedad y su responsabilidad para
actuar, cobran nuevas dimensiones y significados. Podemos pensar entonces en relaciones
de poder que convierten a los nios/as en autores de sus propias acciones, pero al mismo
tiempo los esquemas de autonoma, empoderamiento y participacin los insertan en nuevas
relaciones de autoridad y sujecin. Buscaremos entender las relaciones productivas de
poder que funcionan entre la agencia y la autonoma, el auto-gobierno y la responsabilidad
individual y la sujecin a nuevos regmenes de gubernamentalidad.
Ser igualmente importante para esta investigacin reflexionar sobre las formas en
las que los nios/as reaccionan y responden frente a estas formas de gubernamentalidad a
las que se ven expuestos. Es importante reconocer que los nios/as no son los nicos
actores que resisten a ciertas relaciones de poder y formas de gobierno que les son
impuestas y que stas no siempre son coherentes y homogneas. Los activistas y otros
actores que componen a las organizaciones e instituciones involucradas en la construccin
y reproduccin de las formas de gubernamentalidad, tambin cuestionan y resisten ciertas
relaciones de poder en las que ellos participan y algunas veces tambin los cometidos y
resultados de sus intervenciones.
20
21
El trmino emprendedor o entrepreneur, se refiere a la persona que tiene la iniciativa para tomar decisiones
y realizar acciones que son difciles o entraan algn riesgo en busca del beneficio econmico.
22
fundamentalmente
en
dos
direcciones
que
aunque
parecen
contradictorias
no
23
24
0.4.
25
local se relaciona dialcticamente con escenarios espaciales mayores, pues as, sus
experiencias de vida y de trabajo cobran un mayor sentido como ventanas o puntos de
inflexin a partir de los cuales nos es posible comprender complejos fenmenos globales.
Se postula entonces la pertinencia de pensar a los nios/as migrantes y trabajadores
como sujetos multi-situados, puesto que si los observamos y conceptualizamos solamente
como sujetos pertenecientes a una comunidad determinada, localizada en un escenario
geogrfico especfico, fracasaremos desde un comienzo al examinar la profundidad de los
procesos en los que se encuentran inmersos. Por lo tanto, estos nios/as son originarios de
comunidades rurales, pero son tambin migrantes itinerantes, en constante movimiento
entre sus comunidades y los lugares donde encuentran empleo. Al mismo tiempo su propia
condicin de sujetos en pleno desarrollo biolgico y social hace de estos nios/as sujetos
mltiples en tanto que viven y se apropian de manera distinta de cada uno de los lugares
que visitan dependiendo tambin de la edad que tenan cuando estuvieron all y del rol que
de acuerdo a ello y al nuevo contexto sociocultural les fue asignado al interior de su
familia. Pero tambin porque estn sujetos a mltiples formas de explotacin y
subordinacin a las que deben responder haciendo uso de una amplia variedad de
conocimientos y estrategias.
No puede dejar de recalcarse la importancia metodolgica de reconocer y pensar a
la infancia y a la niez como productos y procesos socioculturales, con particularidades
sociales, histricas y culturales especficas a las que hay que atender en todo momento.
Igualmente importante para lograr una aproximacin ms productiva es deconstruir el
andamiaje terico colonial que tanto ha influido en las distintas ciencias sociales y que ha
representado a la infancia como una otredad que puede estudiarse fragmentada en la serie
de problemas que la caracterizan, para finalmente ser superada y resuelta. Retratando a
los nios/as (particularmente a los del tercer mundo), sus vidas y subjetividades, como la
materializacin de ciertas carencias o falencias de culturas menos desarrolladas o menos
socializadas en las necesidades de lo que debe entenderse por una infancia normal. En
este trabajo comparto la postura terico-metodolgica de Nieuwenhuys (2009) que llama a
no pensar a los nios/as meramente a partir de las problemticas que afectan sus vidas, pues
esto contribuye a borrar la diversidad y complejidad de sus vidas y sus experiencias. Sino a
intentar comprender la riqueza y vastedad de su vida cotidiana como una serie de procesos
26
0.5.
27
James 1993; James and Prout 1990; Jenks 1996; Platt 1982; Zelizer 1985). Fue gracias a
estas reflexiones tericas que la antropologa comenz a abrir nuevos espacios para el
anlisis de la otredad, la alteridad, el dilogo y el encuentro etnogrfico con sujetos que no
haban sido objeto de inters antropolgico.
Actualmente el desarrollo y las aportaciones de la antropologa de la infancia
destacan y se han vuelto crecientemente relevantes por su contribucin al entendimiento de
diversas problemticas fundamentales a la ciencia antropolgica. Cuestiones como la
educacin, los procesos de socializacin, la migracin, la construccin transnacional de las
identidades, el consumo, la explotacin laboral y la construccin del Estado-Nacin son
slo algunos de estos tpicos.
Desde los primeros trabajos antropomtricos de Franz Boas que rechazaban ciertas
proposiciones universalistas sobre la niez hasta los estudios contemporneos sobre las
diversas infancias alrededor del mundo, la antropologa de la infancia se ha revolucionado,
complejizado y profundizado. Con su apasionante trayectoria, sta nos habla de los retos
tericos, epistmicos y metodolgicos que la propia disciplina antropologa ha tenido que
enfrentar a lo largo de su existencia, muchos de los cuales han influenciado en el
surgimiento de esta importante sub-disciplina.
En un principio los trabajos sobre la infancia se limitaban a la descripcin
etnogrfica y se enfocaban en la niez casi exclusivamente en el contexto del parentesco o
el ritual, la educacin o la socializacin, construyendo conceptos para estudiar cmo los
nios adquieren la cultura. La infancia y los nios no se entendan todava como un reto
epistmico per se. No fue sino hasta la dcada de los 80 que el estudio de la infancia por s
misma comenz a desarrollarse y a cobrar una verdadera relevancia dentro de la disciplina
antropolgica.
Retomando algunas de las principales aportaciones de la teora feminista, la
investigacin sobre la infancia comenz a comprometerse ms a fondo con los temas
centrales de la teora social para cumplir la promesa poltica e intelectual de posicionar a
los nios como actores sociales. A partir de entonces, y apoyada en una perspectiva ms
crtica, la antropologa de la infancia comenz a explorar cuestiones como las de la
construccin sociocultural y poltica de la infancia, as como de la representatividad, la
subjetividad y la voz de los nios. Reconociendo que no se trata nicamente de dejar hablar
28
a los nios, sino de reconocer y explorar la contribucin nica que sus perspectivas hacen
para el entendimiento y la teorizacin del mundo social.
Recientemente las diversas aportaciones tericas y etnogrficas de innumerables
antroplogos trabajando en todo el mundo han servido para debatir y cuestionar la supuesta
pureza, inocencia y autenticidad atribuida a las voces y las experiencias infantiles
para construir una antropologa de la infancia ms crtica, reflexiva y poltica. Los estudios
antropolgicos sobre la infancia hoy en da se extienden a prcticamente cada mbito de la
cultura y la sociedad. Abarcando desde el aprendizaje de la lengua materna y la
socializacin temprana (de Len Pasquel, Morton), hasta el uso y reclutamiento de los
menores en conflictos armados (Rosen); pasando por la construccin poltica, cultural y
disciplinaria de la infancia (James, Le Vine, nios/as -Langer, Korbin, Toren, Mankekar,
Weiss, Gutman), la explotacin laboral (Nieuwenhuys, Weiner, Leyra), el abuso sexual de
menores y la construccin de lo (Montgomery, Pratt), los derechos de la infancia
(Ruwanpura, Roncolato, Liebel), las polticas pblicas para la infancia (Llobet, Invernizzi)
la historiografa y la representatividad (Beatty, Toren, Arora, Woodhead), la infancia en la
globalizacin (White, Polakoff, Orellana, Toor), la infancia jornalera (Snchez, Del Ro,
Chapela y Salinas, Miranda y Seplveda, Lpez Limn), educacin y socializacin
infantil/indgena (Bertely, Podest, Corona) infancia y violencia (Bernat, Parkes), infancia
y pobreza (Duncan, Brooks-Gunn), infancia y religin (Gottlieb), economa poltica de la
infancia (Bourgois, Schepper-Hughes, Sargent), por mencionar slo algunos.
En Mxico la antropologa de la infancia es todava una disciplina incipiente, pero no
por ello menos importante y prometedora. Actualmente numerosos estudiantes e
investigadores en todo el pas enfocan sus intereses hacia esta rea de conocimiento,
prometiendo importantes contribuciones para la disciplina antropolgica en general.
Partiendo del principio de que los nios son actores sociales fundamentales de
nuestras sociedades y que el trabajo con y para ellos es una labor fundamental de la
antropologa, esta tesis pretende ser un aporte para la consolidacin de esta sub-disciplina
en Mxico. Busca, empero, hacer esto estableciendo un profundo dilogo con las
reflexiones de la antropologa global y desarrollando una metodologa y un marco analtico
que nos permita entender ciertas problemticas de la infancia estableciendo puentes
tericos y etnogrficos que nos permitan enriquecer nuestro entendimiento de fenmenos
29
Las ciencias sociales nos han provisto con numerosos estudios sobre el papel que ha
jugado el bienestar de la niez como medidor de los grados de modernidad, desarrollo y
progreso de los Estado-nacin contemporneos. Hoy que los nios/as vulnerables y
marginados de los pases del Sur estn siendo colocados al centro de la accin poltica y
convertidos en actores clave para impulsar ciertas agendas por movimientos sociales
nacionales e internacionales, es fundamental reflexionar y dialogar sobre las oportunidades
e implicaciones que esto abre tanto para el desarrollo democrtico global, como para el
gobierno y adoctrinamiento de las poblaciones ms depauperadas que constituyen la
mayora en casi todos los pases den vas de desarrollo.
Hoy contamos con un importante acervo de trabajo etnogrfico, terico y una
multiplicidad de experiencias empricas en torno al tema de la infancia marginada, la
migracin y el trabajo infantil, y el empoderamiento de los nios en todo el mundo. El
trabajo de James (2007) ha sido fundamental para colocar bajo un lente crtico a aquellos
movimientos que han promovido a la niez como un espacio de pureza e inocencia apoltica, convirtiendo a las voces de los nios/as en un smbolo natural del compromiso
moderno por los valores de la libertad, la democracia y la equidad. Igualmente ha sido
cuestionada la representacin de quienes enarbolan la causa de la infancia como
organizaciones o individuos moralmente legtimos y justos por s mismos (Meyer 2007).
Cuando en realidad, apunta Nieuwenhuys (1998), varias iniciativas hegemnicas, incluida
la propia Declaracin Universal de los Derechos del Nio, legitiman una visin de la
infancia centrada en los pases desarrollados que relega a las infancias del Sur a la categora
de infancias deficientes o subdesarrolladas y se ignora su especificidad histrica.
Wall (2011) no obstante ha mostrado que en los pases del Sur se han creado
distintas iniciativas para democratizar los procesos de gobernanza y toma de decisiones que
parten de la necesidad de dar mayor cabida y protagonismo a los nios/as. Si bien
constituyen propuestas para impulsar la democratizacin desde abajo, Wall alerta sobre la
30
diferencia entre participar y tener poder poltico, pues para esto ltimo ocurra primero hay
que equilibrar las inequidades de poder.
Uno de los aportes importantes de la crtica contempornea a los estudios sobre
participacin democrtica y empoderamiento de la infancia consiste en sealar que
actualmente la tendencia ya no es la de pensar a los nios/as como ciudadanos en
potencia, sino como ciudadanos ideales, que tienen reclamos ticos y polticos ms
legtimos que los adultos (Chen 2005). La infancia y sus reivindicaciones estn siendo
usados cada vez ms para concientizar y establecer ideales de ciudadana, participacin y
democracia que pueden tener resultados contradictorios. Si antes la preocupacin por la
infancia se daba en trminos del bienestar colectivo y la prosperidad del Estado-nacin, hoy
muchas veces se utiliza para legitimar discursos sobre los nuevos niveles de
responsabilidad individual y privatizacin de la ciudadana (Chen 2005:146).
Distintos autores han reflexionado acerca de que las conquistas en el terreno de la
ciudadana y las libertades individuales de los nios/as frente a sus familias y al Estado,
principalmente en los pases desarrollados y en el contexto neoliberal, han significado
tambin una mayor transferencia de responsabilidad hacia el individuo. Cradock (2007) ha
mostrado que involucrar a los nios en la expansin de los derechos ciudadanos tambin
implica hacerlos cada vez ms auto-responsables y auto-gobernables. Una tendencia que
hoy parece cobrar fuerza tambin en los pases en vas de desarrollo y que se conjuga
fcilmente con la lgica neoliberal de gobernar a distancia y disminuir la participacin del
Estado en la provisin de bienestar. Esto muchas veces alienta, cuando no orilla, a los nios
ms vulnerables a cuidarse a s mismos y solucionar sus propios problemas. Con ello se
promueve adems el ideal neoliberal de construir individuos que participen activamente y
que no dependan del Estado.
Al mismo tiempo, debemos estar conscientes de que los nios tienen una
importancia estratgica para los gobiernos que, bajo el argumento de dar mayor libertad a
sus ciudadanos, se revelan ansiosos por equiparlos y empoderarlos para que respondan y se
adapten a los cambios econmicos globales (Lister 2006). Desde una perspectiva postcolonial centrada en el Sur, Cheney (2010) y Droz (2006) han mostrado las formas en las
que distintas iniciativas para gobernar y desarrollar a la infancia marginada desde las ONGs
y el capital privado contribuyen a legitimar el inters del Estado de controlar a la fuerza de
31
trabajo precaria frente a las exigencias del capital. O a afianzar una industria internacional
para el desarrollo que difunde la idea de que los pases en vas de desarrollo han mostrado
ser sociedades fallidas incapaces de cuidar de sus nios/as, por lo que requieren la ayuda
y la intervencin del primer mundo (Hoffman 2011).
Los estudios postcoloniales sobre la infancia que centran su reflexin en los pases
del Sur han sido fundamentales para mostrar que la infancia constituye una arena
privilegiada para mirar y comprender las formas globales de gobierno de las poblaciones
vulnerables y marginadas, que van ms all de los nios y sus familias para abarcar
pases y regiones enteras. Han mostrado tambin que estos procesos de gobernanza global
siguen manifestndose todava en trminos de una lucha entre tradicin y modernidad, y el
avance hacia el progreso. Hoy en los pases del Sur vemos a muchos movimientos e
iniciativas sumarse a la lucha democrtica y la participacin mediante el empoderamiento,
sin que quede del todo claro si se trata de iniciativas para la emancipacin socio-poltica o
para acercar a las poblaciones no socializadas en la ley y los mecanismos del Estado
(Hultqvist and Dahlberg 2001) a los valores y necesidades del capitalismo neoliberal. Si se
avanza hacia una mayor inclusin o hacia la creacin de individuos auto-regulados y
gobiernos cada vez ms pequeos y fragmentados, o hacia ambos.
32
Captulo 1. La Infancia
Del descubrimiento del cuerpo infantil al gobierno de las
subjetividades
33
34
surgieron tambin textos de inspiracin moralista que, para luchar contra los excesos de
afectividad frecuentes en la educacin privada de los impberes denunciaban a aquellos
padres que, amando tanto a sus hijos, llegaban incluso a amar sus defectos, corriendo el
riesgo de volverlos unos pillos llenos de malicia. Fue as que durante el siglo XVII se
impusieron severas reglas de comportamiento conforme al decoro y esto, explica Glis,
puede ser una de las razones que expliquen por qu la Iglesia y el Estado comenzaron a
hacerse cargo del sistema educativo, pues el paso progresivo de lo privado a lo pblico
coincidi con la voluntad del poder poltico y religioso de controlar al conjunto de la
sociedad, fin al que las nuevas estructuras educativas -en particular las de los colegios-,
respondan perfectamente (Glis 1990:322-24).
El sentimiento moderno de la infancia tuvo su origen en el siglo XVIII, como
sntoma de una profunda transformacin en las creencias y las estructuras mentales de la
poca. Signo de una mutacin sin precedentes de la conciencia de la vida y el cuerpo en
Occidente, la concepcin de la vida como la permanencia de la estirpe y la comunidad fue
sustituida por la idea de la familia nuclear, ampliando los derechos que los padres tenan
sobre los hijos. En este clima de creciente individualismo, mientras que se trataba de
favorecer el desarrollo del nio, la pareja -alentada por la Iglesia y el Estado- deleg parte
de sus poderes y responsabilidades al educador (Glis 1990:328).
Surge entonces la idea de que los nios estn siempre a merced de instintos
primarios y por lo tanto es preciso contener y de que es importante someter sus deseos al
gobierno de la Razn. Llevar a un nio a la escuela es, por tanto, sustraerle a la naturaleza.
Mas el xito de esta nueva educacin se debi sobre todo a que templaba el espritu y a que
responda a las exigencias de un individualismo creciente. No exista entonces
contradiccin entre la privatizacin del nio dentro de la familia nuclear y la educacin
pblica a la que se le confinaba. Surge una conciencia de la vida que ya no implica el
respeto de las antiguas solidaridades y que, otorgando mayor valor al individuo, obliga a
ponerlo en manos de terceros: preceptores y directores, cuya misin es la de lograr que el
nio acceda a conocimientos que no podra recibir de sus padres. stos, por otra parte,
comprenden que son incapaces de darle una formacin distinta de la que antao reciba slo
de la comunidad. Se efecta as una doble transicin: una que va de la familia troncal a la
familia nuclear, y otra que va de la educacin pblica, comunitaria y abierta, destinada a
35
integrar al nio a la colectividad para que adopte los intereses y los sistemas de
representacin de la estirpe, a una educacin pblica de tipo escolar, destinada a integrarle,
pero tambin a dominarle y formarle, guiando el desarrollo de sus capacidades y su
comportamiento (Glis 1990:324-25).
Por tanto, la modificacin de la condicin del nio no fue resultado slo de la
transformacin de las estructuras familiares durante los siglos del clasicismo. La Iglesia y el
Estado fungieron un papel clave en este cambio, pues la afirmacin de la idea y el
sentimiento de la infancia vino acompaada de toda una serie de disposiciones legales que
respondan a la vez a escrpulos de moral religiosa y a preocupaciones de carcter pblico.
Esta legislacin es, de acuerdo a Glis (1990), el testimonio de los primeros intentos de
construir una poltica de proteccin a la infancia, que requera de una intervencin ms
amplia del Estado en las cuestiones demogrficas.
Segn Phillipe Aris no fue sino hasta el siglo XVIII que en el mundo europeo
occidental comenz a hacerse una distincin entre la infancia y la adolescencia. Antes de
ello estos trminos eran utilizados indistintamente, del mismo modo que en Francia la
palabra nio era utilizada indiscriminadamente para nombrar a un cro, a un muchacho, a
un pequeo sirviente o a un hombre joven. Segn apunta el autor, este uso tan ambiguo de
la palabra se deba a la indiferencia con la que durante la poca se vea a los fenmenos
estrictamente biolgicos. En esa poca nadie hubiera pensado que la infancia culmina en la
pubertad. Dominaba la idea de la infancia como algo fuertemente vinculado a la
dependencia, y los trminos utilizados para denominarla eran los mismos que se utilizaban
en el vocabulario de la subordinacin feudal (1962:25-26).
Los trminos asociados con la infancia pervivieron durante dcadas en el lenguaje
hablado para indicar a aquellos hombres de origen humilde cuya sumisin era absoluta. De
acuerdo a Aris (1962) es posible que podamos encontrar aqu el origen del uso del trmino
infantil para definir a alguien que es inmaduro, pueril, vano, caprichoso, o incompleto,
as como de una visin que naturaliza a la infancia tomndola como una mera etapa
biolgica. Este mismo autor, menciona que durante el siglo XVII, poca que se caracteriz
ms bien por un desprecio hacia la niez, surgieron varias expresiones y frases que se usan
hoy en da, relacionndola con actitudes caprichosas, maliciosas e inadecuadas (Aris
1962:26-28).
36
37
38
Los trabajos pioneros de Aris (1962) y Demause (1974) nos hablan de la existencia
de una todava vaga nocin de niez durante la Edad Media, y postulan que no fue sino
hasta el siglo XVII cuando, gracias al inters pedaggico de Jesuitas y Jansenistas,
comenz a delinearse una conciencia sobre la naturaleza especial de la niez (Aris
1962:331). Estos autores han revelado que el nacimiento de la infancia se encuentra
estrechamente vinculado al surgimiento de las prcticas educativas y psicopedaggicas
dirigidas a los adultos jvenes en un principio, y a los individuos ms pequeos despus.
Con la introduccin de la disciplina y el control como herramientas para las prcticas
pedaggicas, se dej atrs a la escuela medieval y se abri paso al nacimiento del colegio
moderno, mismo que jug un papel fundamental en el surgimiento y consolidacin de la
categora de infancia como la entendemos hoy (Aris 1962:333). Es decir, como un periodo
que abarca los primeros aos de vida del ser humano y en el que ste es considerado
dependiente e inmaduro, por lo que requiere de una atencin experta y especializada, que lo
subordina y supedita al mundo y a las decisiones de los adultos.
Siguiendo los planteamientos de Phillippe Aris (1962), es posible decir que el
nacimiento de la infancia se da junto con el nacimiento de la escuela y, por lo tanto, con su
separacin del mundo de los adultos. Asimismo, el surgimiento de la infancia moderna se
da tambin a la par de la introduccin de la disciplina y el control al mbito de la crianza y
la educacin. Dos cuestiones que dejaron de ser eminentemente familiares y privadas para
convertirse en asuntos de elevado inters pblico, moral y social.
Con la creciente preocupacin por los nios como cuerpos separados de los de sus
padres y como individuos con valor por s mismos, se origin tambin un creciente inters
39
por preservar su salud y bienestar fsico. La separacin simblica entre el cuerpo individual
y el gran cuerpo colectivo cobr su mayor importancia y relevancia en el cuerpo del nio,
quien habra de ocupar en lo sucesivo un puesto fundamental en los intereses de los padres
y del grupo social en general. El nio abandon entonces el mbito privado de la familia y
comenz a ser una persona a la que se quera por s misma y por la posibilidad de
continuidad y perpetuacin de la estirpe y de la sociedad que en s misma representaba
(Glis 1990:317-19, Platt 2005:967).
El paso progresivo de la infancia del mbito privado al pblico coincidi con la
voluntad del poder poltico y religioso de educar y adoctrinar al conjunto de la sociedad. El
nio, concebido como una persona inacabada, deba ser moldeados para satisfacer el gusto
de los padres y el inters de la sociedad. Tarea que fue asignada a los colegios de corte
religioso y las nuevas estructuras educativas (Glis 1990). La escuela cobr as una enorme
importancia, pero no slo por su capacidad de encauzar moralmente a los nios. Cuando los
nacientes Estados-Nacin comprendieron que su posibilidad de sobrevivir y consolidarse
radicaba en su capacidad para movilizar sus recursos humanos, la escuela fue reconocida
como la institucin que permitira alcanzar esta meta, manipulando y encauzando a los
individuos para participar activamente en la vida de la nacin. La infancia se convirti as
en una parte sustancial de este proyecto, que con vehemencia se enfoc en moldear y dirigir
las habilidades y las inclinaciones de los nios (Platt 2005:965-69).
Si desde la antigedad y hasta la Edad Media el mundo de los nios no se
encontraba separado del de los adultos, como postula Aris (1962), y ambos grupos
convivan tanto en el hogar como en los lugares de trabajo, los cambios de mentalidad
originados a partir del siglo XVII y una creciente preocupacin por la educacin, la rectitud
moral y la utilidad social de los nios para el avance de las naciones, produjeron que la
escuela se instituyera como el lugar indicado e idneo para la niez. Asimismo, cuando el
bienestar de la infancia se vincul al bienestar y a la continuidad de la sociedad, la vida y la
supervivencia de los nios se convirtieron en una preocupacin nacional. Y cuando el
bienestar de la infancia comenz a estar ntimamente ligado al bienestar de la nacin; los
cuerpos, la salud, la moral y el futuro de los nios pobres, marginados y vulnerables se
convirtieron en una preocupacin del estado. Algo que se hizo patente, por ejemplo, a
inicios del siglo XX en Mxico, cuando los nios de los sectores populares cobraron un
40
alto valor econmico tanto para el Estado como para sus familias, por su importancia en el
urgente desarrollo econmico y la industrializacin del pas (Sosenski 2008:68).
El poder del soberano, nos dice Foucault, cambi de uno basado en la deduccin y
la sustraccin de la vida, a uno basado en el derecho del cuerpo social a asegurar, mantener
y desarrollar su vida: the ancient right to take life or let live was replaced by a power to
Foster life or disallow it to the point of death (1978:138). El poder sobre la muerte, o el
poder de facultar la vida se presentaron como la contraparte de un poder que ejerce una
influencia positiva en la vida, que se propone administrarla, optimizarla y multiplicarla,
sujetndola a sus controles precisos y sus regulaciones integrales. El poder se otorg a s
mismo la funcin de administrar la vida, su razn de ser y la lgica de su ejercicio. A
travs de la vida, el poder podra ejercer sus ms altas prerrogativas (Foucault 1978:13638). Un ejemplo de esto fueron la English Poor Law, que inaugur el rol protector del
Estado sobre los nios y sus vidas, y la parens patriae doctrine surgida en Inglaterra como
un mecanismo para proteger los intereses de la corona britnica (es decir los nios-futuros
ciudadanos), de padres y adultos negligentes e incompetentes (Hegar 1989:374).
A comienzos del siglo XIX se dio en Europa y Estados Unidos un rpido desarrollo
del papel protector y regulatorio del estado sobre la infancia, manifestado en el
establecimiento de cortes juveniles, escuelas pblicas, la Oficina para la Infancia (en EU) y
movimientos para regular el trabajo infantil (Hegar 1989:374). Procesos e instituciones
similares habran de surgir en Mxico un siglo despus (Sosenski 2008). No obstante, ste
proceso de apropiacin de la infancia por parte del estado no fue algo que pasara
desapercibido ni que fuera siempre bien acogido. En diversas ocasiones, nos dice Hegar,
incluso se enfrent a la resistencia y a las protestas de aquellos que tenan una visin ms
tradicional sobre el equilibro del poder entre los padres, los nios y el estado. Esto llev
inclusive a que algunas leyes que intentaban regular el trabajo infantil fueran declaradas
inconstitucionales en 1918, y a que quienes apoyaban el Childrens Bureau fueran vistos
como amenazas para el orden social. No obstante el rechazo y las protestas, el papel
protector del estado hacia la infancia qued firmemente establecido durante la primera
mitad del siglo XX (Hegar 1989:374).
Starting in the seventeenth century, this power over life evolved in two basic forms;
these forms were not antithetical, however; they constituted rather two poles of development
linked together by a whole intermediary cluster of relations. One of these polesthe first to
41
Vemos por tanto que el surgimiento de una nueva conciencia sobre la niez estuvo
estrechamente vinculado con el surgimiento de la gubernamentalidad moderna, as como
con la difusin de los modelos globales de gobernanza (Platt 2005:965-70). Las ideas de
Foucault arriba expuestas nos muestran adems cmo las vidas y los cuerpos de los nios
han sido apropiados como un espacio para la inscripcin, la construccin y la actuacinpromulgacin del Estado-Nacin. Por tanto, podemos decir que las transformaciones
fundamentales en la forma en que se conceba y buscaba conducir y gobernar a la infancia
no pueden ser pensadas fuera del contexto ms amplio de la construccin del poder
disciplinar moderno, que para Foucault constitua la clave para entender la transformacin
histrica de los modos de gobierno en las sociedades occidentales. Dentro de estas
transformaciones hay dos que son particularmente importantes: el surgimiento de prcticas
de regulacin estatal que buscaban modular al individuo, pero tambin abrir a la familia a
nuevas formas de escrutinio y vigilancia a travs de agencias normalizadoras de bienestar
social, educacin, pedagoga y cuidado infantil (Donzelot 1979; Rose 1990); y el
surgimiento de las sociedades para la prevencin de la crueldad hacia los nios, pioneras
de las prcticas institucionales modernas de filantropa, cuidado y proteccin hacia la
infancia (Ferguson 2004).
Al mismo tiempo que se promova una frrea separacin entre lo pblico y lo
privado -elemento crucial para el gobierno liberal- y la familia era representada como la
esfera privada por excelencia, que deba permanecer fuera de la regulacin del Estado y del
mercado, la aparente humanidad, benevolencia y legitimidad que inspiraba la proteccin de
los nios permiti disfrazar la extensin de la vigilancia y el control estatal hasta el mbito
familiar. Permitiendo una serie de transformaciones fundamentales en el mbito y las
responsabilidades del estado y en la organizacin del poder. Quienes apoyaron estas
42
reformas eran emprendedores morales que buscaban extender sus poderes y autoridad
sobre los otros y controlar a una juventud potencialmente peligrosa y delincuente. Pero el
crecimiento inexorable de la vigilancia sobre las familias de las clases trabajadoras surgi
de la conjuncin de las aspiraciones de los profesionales, las preocupaciones polticas de las
autoridades y las ansiedades sociales de los poderosos (Rose 1990:123-126).
Durante el siglo XIX, las concepciones locales preexistentes sobre la infancia
fueron transformadas por las ideas y las instituciones modernas asociadas al Estado-Nacin,
entre ellas dos fueron particularmente importantes: la escuela y la familia. Aunque para que
el nuevo y moderno concepto de escolarizacin emergiera fue necesario primero el
nacimiento del capitalismo industrial y el advenimiento de las profundas transformaciones
sociales que ste trajo consigo, como la explosin demogrfica, la divisin sexual del
trabajo y la creciente desigualdad social. Todo esto provoc que las lites nacionales
comenzaran a preocuparse cada vez ms por el descontento social, la posibilidad de
revueltas populares y por la necesidad de controlar y disciplinar a las clases bajas no
educadas. Es decir, de sujetarlas a su influencia y regulacin. La escuela se convirti as en
el medio ideal para socializar apropiadamente a las clases bajas y ensearles los valores
necesarios para el cumplimiento del papel que las lites haban decidido conferirles en el
progreso de la sociedad industrial emergente (Platt 2005:970).
El surgimiento del modelo moderno de escolarizacin no slo prefigur los nuevos
roles econmicos adjudicados a los sectores populares, sino tambin los nuevos roles
polticos que les exigan prepararse para participar en la vida de la nueva comunidad
nacional e impulsar el progreso del Estado-Nacin. La educacin se convirti en una
cuestin demasiado importante como para ser dejada en manos de la iglesia o las lites
locales, y asimismo la niez se convirti en una cuestin demasiado importante como para
no ser atendida y educada directamente por el Estado. La infancia se consolid como un
espacio para la preocupacin y el escrutinio pblico (Platt 2005:974). Nios y nias
comenzaron a ser pensados como la fuerza destinada a consolidar los ideales de la nueva
comunidad nacional y la va por la cual el estado podra moldear a la ciudadana y encauzar
el rumbo nacional.
En consonancia con estas ideas y siguiendo el postulado de que lo que define a la
modernidad es el comienzo de la discusin pblica de la vida privada, Platt (2005:981)
43
45
postula, que este programa dirigido principalmente a la infancia manifieste una clara
preocupacin por el desarrollo nacional.
La apropiacin simblica, discursiva y poltica del futuro de los nios, postula
Mankekar nos revela un Estado que se ha autodenominado el rbitro del futuro y el
bienestar de la infancia, y que justifica sus prcticas de control y disciplinamiento con un
discurso fundamentado en un supuesto bien comn falto de conflicto y contradicciones.
Pero tambin en un conjunto de narrativas y prcticas victimizadoras que contribuyen a
naturalizar y des-politizar las desigualdades y a objetivar a los sujetos, negndoles
voluntad e incluso subjetividad (1997:57). Bajo esta perspectiva se tiende a pensar a la
infancia como una categora homognea y a-histrica, cuyos estndares de bienestar,
idoneidad y normalidad se establecen como universales, ignorando las especificidades
culturales y polticas en las que los nios viven en distintas sociedades alrededor del
mundo. La entronizacin de un modelo ideal de infancia ha llevado, entre otras cosas, al
planteamiento de que el bienestar de la infancia debe ser considerado un parmetro global
para medir el grado de modernidad y desarrollo de las naciones (Nieuwenhuys 1996:237).
Permitiendo calificar de deficientes y subdesarrolladas a las naciones, sociedades o, en su
caso, culturas, incapaces de atenerse y alcanzar los parmetros de bienestar y normalidad
legitimados por los organismos internacionales y las lites de los pases desarrollados.
Los efectos nocivos que la industrializacin y las polticas econmicas de ajuste
estructural han tenido sobre algunas de las poblaciones ms marginadas coinciden con la
proliferacin de una gran cantidad y variedad de programas, polticas pblicas e
instituciones destinadas al cuidado, la proteccin y la rehabilitacin de la infancia
vulnerable. El hecho de que el bienestar de la niez sea considerado actualmente como un
parmetro para medir el grado de civilizacin de las naciones modernas exige una
reflexin sobre la historia de la categora misma de infancia. As como sobre la ntima
relacin que sta guarda con el nacimiento de diversas instituciones, saberes, especialistas y
prcticas educativas que nos remontan al surgimiento del Estado-Nacin moderno.
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Es en este contexto que resulta significativo retomar las palabras de Moscoso (2008)
respecto a que para poder entender a profundidad el papel que la infancia juega en la
sociedad contempornea y su papel para las ciencias sociales, es fundamental reflexionar
acerca de cules son las instancias desde las cuales se ha construido e institucionalizado el
pensamiento en torno a la niez, y qu papel juegan estas ideas en la construccin y
reproduccin de saberes y verdades que legitiman determinadas prcticas, relaciones de
poder y ejercicios cotidianos de ser, estar e interpretar el mundo en las cuales los nios son
pensados desde la otredad, reproduciendo regmenes de exclusin y sujecin.
Muchas veces la colonialidad del poder y del conocimiento se extiende hasta
nuestros das en un largo proceso que nos muestra que el poder slo ha cambiado de manos.
Es en este contexto que se produce una diferencia colonial en la que se construye al nio
pobre, victimizado, indgena, migrante como un sujeto fracturado en su identidad,
valorado negativamente por el discurso hegemnico que clasifica al mundo segn un
sistema geopoltico constituido, de configuraciones raciales y de estructuras jerrquicas de
comprensin y de conocimiento (Moscoso 2008:264) que se conjugan con un modelo
adultocntrico basado en jerarquas etreas.
En tanto que fijar los significados ha permitido naturalizar las diferencias
(Moscoso 2008:266), debemos hacer visible aquellos aparatos de pensamiento que
funcionan por medio de sistemas de exclusin. En este sentido, las reflexiones desarrolladas
por el feminismo, apunta esta autora, nos han mostrado cmo determinados conceptos y
categoras contribuyeron a la invisibilizacin de las mujeres y los mecanismos de
desigualdad a los que estaban sujetas. De igual manera, los estudios de gnero nos
ayudaran a entender por qu nios y nias no han ocupado sino un lugar invisible en la
construccin del pensamiento o, por qu, al igual que a las mujeres, durante mucho tiempo
no se les reconoci sino un estatus secundario dentro de la sociedad y las disciplinas.
Durante muchos siglos en las sociedades occidentales la niez ha sido construida
como otredad confinndola al universo nico de la escuela y la familia. Considerndolos
incompletos e inmaduros, se ha pensado en los nios slo como ciudadanos en potencia,
cuyo deber es formarse para convertirse en individuos disciplinados y productivos. Esta
concepcin de la infancia que ha empezado a ser cuestionada y a perder validez, ha estado
acompaada de prcticas, saberes y valores que han delimitado los modos de vida de la
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53
como instrumentos pasivos de la autoridad parental ni la caridad, sino animados a tomar sus
propias decisiones y a tomar su futuro en sus manos (Nieuwenhuys 2001:540).
Adems de los principios y la ideologa contenida en la Declaracin Universal de
los Derechos del Nio, el pensamiento liberal tambin ha influenciado significativamente
en la nocin de agencia infantil. Particularmente en su nfasis por construir nuevos tipos de
relaciones entre el estado y el individuo y en el establecimiento de un contrato social en el
que los nios tambin tienen la capacidad y la posibilidad de decidir cmo y cunto van a
ser gobernados (Valentine 2011). Esto ha abierto un enorme campo para la accin y la
intervencin en el que con frecuencia encontramos a los organismos internacionales, el
estado, los gobiernos locales, la sociedad civil y una enorme variedad de actores y
organizaciones privadas colaborando y creando sus propias estrategias e intervenciones
para facilitar, incrementar, potencializar y reivindicar la agencia infantil, su derecho a
participar y la necesidad de empoderar a los nios/as como nuevos tipos de ciudadanos y
actores sociales.
Con frecuencia la intervencin sobre la infancia parte de la idea de que si los
nios/as son agentes en potencia, lo nico que necesitan para convertirse en tal cosa es ser
empoderados. Los programas de empoderamiento, nos dice Dean (2006:67), son ejemplos
particularmente claros de las racionalidades de gobierno contemporneas que se esfuerzan
por operacionalizar las capacidades de auto-gobierno de los individuos y de dirigirlas hacia
determinados objetivos gubernamentales. En este caso, el ejercicio de la agencia y el
empoderamiento estn muchas veces orientados a inculcar en los nios/as la idea que si as
lo deciden, ellos pueden transformar los eventos de su vida y tomar el control de su futuro
para dirigirlo hacia situaciones distintas a las presentes. Un planteamiento problemtico en
tanto que puede ser fcilmente simplificado para sugerir que estar empoderado es en parte
un estado mental, y el empoderamiento es mayormente una cuestin de ayudar a que los
individuos adopten nuevas actitudes (Hegar 1989), con el posible efecto de transferirles
algunas de las responsabilidades que corresponden al estado (Cradock 2007) y dejando
intocadas las relaciones estructurales de desigualdad al tiempo que se despolitiza la
intervencin social (Kamat 2004; Kilby 2011). De acuerdo a Nieuwenhuys (2001), la
reflexin sobre la agencia y el empoderamiento infantil no puede llevarse a cabo sin tomar
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usando
una
serie
de
preceptos
basados
en
principios
nociones
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la nocin hegemnica de infancia normal. Por tanto, aqu se postula que es fundamental
estudiar las representaciones que los nios/as construyen sobre su trabajo y sus modos de
vida, al igual que sobre las ideas de responsabilidad, compromiso u obligacin que los
llevan a ejercer ciertas decisiones y maneras de actuar.
Los nios/as migrantes y trabajadores de los que hablaremos aqu, son los sujetos
paradigmticos del rgimen de acumulacin postfordista y del capitalismo neoliberal.
Forzados a convertirse en productores mucho antes de haber completado su desarrollo
fsico y psicosocial, estos nios/as han desarrollado muchas habilidades, estrategias y
saberes que les permiten sobrevivir, sostener a los suyos y construir una vida en medio de
un sistema econmico extremadamente violento y desigual. Inmersos en un sistema que
genera despojo, marginacin y pobreza, estos nios/as han tenido que convertirse en
trabajadores giles, creativos productores de riqueza, emprendedores resilientes,
responsables por la supervivencia y el futuro de sus familias. El reto ms grande consiste
entonces en entender cmo pensar y estudiar a la agencia infantil cuando se trata de
nios/as que estn expuestos a nociones contradictorias de dependencia y autonoma, y
cuando estn expuestos a mltiples formas de subordinacin y sujecin. Contribuyen las
acciones de quienes pretenden desarrollarlos y empoderarlos a superar estas condiciones de
sujecin o se elude su resolucin?
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Captulo 2. Bangalore
De mrgenes, clsteres y flexible slums
59
neologismo que deriva del trmino colonial para designar a los trabajadores de ms bajo
rango, empleados para desempear las labores ms duras, extenuantes y de poco
reconocimiento. A decir de Stremlau (1996:154) Bangalore fue el precursor de la nueva
fuerza de trabajo global que trabaja en el ciberespacio y que, al igual que gran parte del
mercado financiero, opera fuera del alcance y la regulacin de los gobiernos.
Bangalore, como muchas otras ciudades de India es tambin una ciudad de
mltiples influencias y complejos procesos histricos convergentes. Las bases para el
desarrollo econmico de la que es hoy un ejemplo global de desarrollo tecnolgico y boom
econmico tienen su raz no precisamente en el sector financiero global, sino en las
primeras polticas econmicas creadas durante la administracin britnica y en el impulso
econmico otorgado por el rgimen socialista del primer gobernante de la India
independiente Jawaharlal Nehru. El padre de la nacin vea en Bangalore a la ciudad del
futuro (Stremlau 1996), la vanguardia de un proyecto nacional cristalizado en la ciudad de
la ciencia, la industria y la tecnologa, la primera ciudad moderna de India (Heitzman
2004:48).
Pero Bangalore es tambin una ciudad de contrastes y contradicciones. En una tierra
de escasez y pobreza, los problemas de falta de agua y crecimiento desmedido de los
mrgenes, materializados en los slums, fueron minimizados y puestos a un lado, como
problemas y deficiencias que los gobiernos locales tendran que resolver en el avance
irrefrenable hacia el progreso (Heitzman 2004). Para poder entender a la Bangalore actual
es necesario hablar de esta historia de contradicciones y contrastes. Es decir, de los
millones de migrantes que han hecho posible su construccin y sostenimiento, tanto fsico
como econmico, pero permaneciendo siempre relegados a los mrgenes de la economa la
poltica y la ciudadana. Se trata de millones de familias que en una primera y mayoritaria
oleada llegaron de los distritos agrcolas ms depauperados de Karnataka y los estados
colindantes de Tamil Nadu y Andhra Pradesh, a quienes ms reciente se les han unido
migrantes provenientes de los estados ms depauperados de India: Bihar, Chattisgarh,
Orissa, Rajastan y West Bengal; o incluso de otros pases menos desarrollados del sur de
Asia, como Bangladesh y Nepal.
Las contribuciones que los migrantes internos aportan a la economa, el desarrollo y
el crecimiento de India ha empezado a ser reconocidas y mesuradas slo recientemente.
60
Segn datos del ltimo censo nacional la poblacin total de India es de 1,200 millones de
personas, de las cuales se estima que alrededor de 400 millones son migrantes internos. La
UNESCO ha revelado recientemente que esto significa que India posee ms de la mitad de
los migrantes internos del mundo, es decir un estimado de 740 millones de personas, y ms
del doble de los migrantes internos que hay en China (alrededor de 214 millones de
personas). Se calcula adems que entre el 70% y 80% de los migrantes son mujeres (la
porcin de la poblacin migrante que ms ha crecido), y alrededor de 15 millones son
menores de 18 aos. En India los migrantes internos contribuyen con el 20% del
crecimiento poblacional urbano, representando alrededor del 35% de la poblacin urbana,
que pas de 286 millones en 2001 a 377 millones de personas en 2011, y se cree que
aumentar a 600 millones para el 2030. A pesar de que tres de cada diez indios son
migrantes internos, esta poblacin ha recibido muy escasa atencin por parte del estado y
los gobiernos federal y local. Los migrantes internos no slo pierden acceso a la mayora de
los programas sociales porque stos se distribuyen solamente en el lugar de residencia, son
tambin foco de actitudes de rechazo y discriminacin por parte de habitantes y autoridades
de las comunidades receptoras, que los acusan de robarles el empleo, los consideran un
obstculo para el desarrollo local y hasta portadores de enfermedades (UNESCO 2013).
Con frecuencia los estudios sobre la migracin a Bangalore mencionan a la pobreza
y la bsqueda de empleo como sus causas principales (Gowda and Shivashankara 2007),
como si se tratara de causas y problemticas auto-contenidas que se explican por s mismas.
Aunque es cierto que la bsqueda de nuevas opciones de empleo es la primera causa para la
migracin del campo a la ciudad (56% de los hombres migran por esta razn (UNESCO
2013:6)). Detrs de estas cifras y aadiendo otros millones ms, se encuentra una inmensa
porcin de campesinos expulsados de sus regiones de origen por la escasez de tierra y
medios productivos, la inefectividad e insuficiencia de las polticas pblicas para el sector
agrcola, la creciente dependencia de pesticidas y fertilizantes y la baja productividad de las
tierras. Probablemente sean los trabajos de Jan Breman (1985; 1994; 2008; 2010) (Breman
1985; Breman 1994; Breman 2008; Breman 2010) los que documenten con mayor
precisin y profundidad las condiciones de vida, trabajo y migracin de la poblacin rural
que constituye la inmensa mayora de la poblacin migrante interna en India. A esta
poblacin se suman otros tantos millones de campesinos y familias rurales que se han
61
quedado sin tierra o que han sido desplazados por desastres ecolgicos, tanto naturales
como provocados por la intervencin del Estado para construir presas, hidroelctricas,
sper-carreteras y dems mega proyectos para llevar recursos a las ciudades. Se trata de un
proceso sumamente violento de despojo y desplazamiento forzado que ha afectado a
millones de personas convirtindolas en parias de su propia tierra que ha sido
detalladamente documentado por Sainath (1996) a lo largo de varias dcadas.
Estos millones de migrantes por lo general provienen de los estratos ms bajos en la
escala socioeconmica. El estudio de Deshingkar y Akter (2009) ha mostrado que la mayor
parte de la migracin rural-urbana estacional y circular est compuesta por personas que
pertenecen a las Scheduled Castes 11 y las Scheduled Tribes 12 , y que sus actividades
econmicas contribuyen con cerca del 10% del Producto Interno Bruto de India. Una cifra
nada insignificante si adems se toma en cuenta que las remesas que migrantes estacionales
generan son fundamentales para incrementar las inversiones en sus comunidades de origen,
la formacin de capital humano, as como el gasto en salud y educacin.
Un ejemplo paradigmtico en Bangalore de migracin interna como resultado de un
proceso de expulsin y desplazamiento de comunidades campesinas enteras hacia los
ncleos urbanos es el del Saktinagar slum, fundado por un grupo ambulante de campesinos
sin tierra que llegaron a la ciudad para emplearse en la industria de la construccin y que
termin asentndose en lo que hace ms de 40 aos eran las afueras de la ciudad (Dewitt
11
Scheduled Caste es una categora creada durante el periodo colonial Britnico y que hoy es el nombre
oficial que le da en India a las castas que anteriormente se denominaban Harijans o Dalits, tambin conocidas
como Intocables, pero este trmino fue declarado ilegal por la constitucin de 1949. Las Scheduled Castes
son todos aquellos grupos, razas, castas o tribus considerados social y econmicamente marginados y a los
cuales el artculo 341 de la Constitucin reconoce el derecho a ciertas polticas de proteccin y beneficios
especficos (Madhok 2013). Los Harijans o Dalits eran considerados como una poblacin que estaban fuera
(y por lo tanto eran inferiores) de la clasificacin plasmada en diversos textos del Hinduismo, que dividen a la
sociedad en cuatro castas (jati es la palabra del Hindi) y la organizan una determinada divisin del trabajo y el
poder poltico y econmico: Brahmins (sacerdotes), Kshatriyas (gobernantes, guerreros, terratenientes),
Vaishas (comerciantes) y Shudras (artesanos, agricultores). De acuerdo a esta divisin los descastados o
intocables (nombrados Harijans o hijos de Dios por Gandhi en un gesto simblico anti-discriminatorio)
tenan prohibido participar en la vida religiosa y social de la comunidad y sus actividades econmicas deban
restringirse a las tareas ms bajas y contaminantes, como el sacrificio de animales, recoleccin de basura y
cadveres, peletera, fabricacin de combustible a base de excremento de vaca y limpieza de baos, entre
otras. De acuerdo al Censo Nacional de India de 2011, hay 166,635,700 personas que pertenecen a las
Scheduled Castes y representan el 16.2% de la poblacin:
http://censusindia.gov.in/Census_Data_2001/India_at_Glance/scst.aspx.
12
Las Scheduled Tribes son las tribus reconocidas por el artculo 342 de la Constitucin de India como las
tribus o comunidades tribales social y econmicamente marginadas que tienen derecho a determinados
beneficios (Madhok 2013). Madhok, Sumi
2013 Rethinking Agency: Developmentalism, Gender and Rights. New Delhi: Routledge.
62
2001). Sus habitantes son familias originarias del vecino estado de Tamil Nadu cuyos
ancestros, siguiendo el orden social impuesto por la jerarqua de castas en su comunidad de
origen, slo podan emplearse recogiendo los cadveres de los animales muertos, en la
manufactura de objetos de piel -principalmente zapatos- o como coolies13. Luego de haber
participado a principios de los aos 30 en la construccin de la presa Mettur, una de las ms
grandes de India, fueron llevados a Tungabhadra y despus a Bangalore para trabajar en
subsecuentes obras, hasta que desterrados y sin un territorio al cual volver, terminaron
asentndose en la ciudad.
Aunque la migracin ha sido un fenmeno fundamental en la historia de Bangalore,
desafortunadamente existen todava pocas investigaciones sobre este tema, por lo que
comprender sus manifestaciones ms recientes resulta todava un reto por enfrentar. El
estudio ms antiguo al que pude tener acceso se llev a cabo a finales de la dcada de los
50, cuando los flujos migratorios a Bangalore estaban compuestos mayormente por familias
provenientes de Tamil Nadu que llegaban para trabajar en la construccin de los edificios
de gobierno y otras obras pblicas durante los primeros aos de la India independiente
(Woodruff 1960). En aquel entonces Woodruf (1960) ya daba cuenta de un periodo de
migracin intensa y continua a Bangalore durante el periodo de 1910 a 1940, mismo que al
parecer decreci en los aos de la posguerra para volver a incrementarse a finales de la
dcada de los 50. Hoy, seis dcadas despus de que este trabajo tomara lugar se pueden
observar las mismas tendencias en la migracin rural a Bangalore que fueran destacadas
por la autora como fundamentales para la continuidad del modelo sociocultural del pueblo
en los slums: la migracin de familias nucleares y extensas, con frecuencia provenientes de
la misma comunidad o regin.
Segn datos del Censo Nacional de India de 2001, Bangalore ocupa el tercer puesto
(despus de Delhi y Mumbai) en trminos de cantidad total de poblacin migrante, pues el
13.4% de su poblacin urbana responde a esta categora, un total de 761,485 personas. De
stas el 52.7% proviene del propio estado de Karnataka, el 46.3% de otros estados y el
0.8% de otros pases (COI 2001). Bangalore ha experimentado un constante crecimiento
13
Se denomina coolie a todo trabajador no calificado que puede ser empleado por jornada o a destajo.
Normalmente los coolies se emplean para desempear las labores ms duras, extenuantes y ms degradantes.
Durante el periodo colonial britnico en Asia se us para designar a los trabajadores asalariados de ms bajo
rango, pero tambin a los miles de personas que fueron llevadas a las plantaciones del caribe primero como
esclavos y que luego fueron retenidos mediante engaos y contratos laborales explotadores.
63
desde la independencia de India, en gran parte alentado por el auge econmico resultado
del establecimiento de varias de las industrias estatales ms importantes del pas.
Posteriormente, la migracin y el crecimiento demogrfico se incrementaron notablemente,
sobre todo a partir de 1991, ao de la liberalizacin econmica de India, reforma
econmica que afect al prominente sector textil y manufacturero, y favoreci el boom de
la Industria de la Tecnologa en la ciudad14.
Comparando datos de los censos nacionales de 2001 y 2011 se puede ver que la
poblacin total del distrito de Bangalore, que comprende zonas rurales y urbanas, ha
crecido en poco ms de 3 millones de personas (COI 2011). El 97% de este crecimiento
demogrfico fue aportado por la poblacin urbana, que se ha incrementado en 2,959,952
personas durante la ltima dcada. Aunque este dato nos da slo una aproximacin
superficial a la cuestin, vale destacar que este crecimiento urbano slo ha sido posible
gracias a un constante flujo de inmigrantes. Ya en la dcada de 1991 a 2001, cuando la tasa
de crecimiento urbano en Bangalore era de 28.9%, se calculaba que el 45% de sus
habitantes eran migrantes. Durante la ltima dcada, no obstante, se estima que Bangalore
ha crecido a una tasa de 46.68% (la ms alta para todas las ciudades de India)15, aunque
todava no hay datos sobre qu porcentaje de la poblacin estara conformado por
migrantes actualmente.
La inmensa mayora de la poblacin migrante de Bangalore, es decir la ms pobre que llega para emplearse en la industria de la construccin o en el enorme mercado
informal de trabajo- se ha ido asentando a lo largo de los aos en un conjunto de
comunidades altamente marginadas, caracterizadas por vivienda extremadamente precaria y
la carencia de los servicios pblicos ms elementales como agua y drenaje, por no
mencionar electricidad y recoleccin de basura. A estas comunidades se les suele
identificar con el trmino slum, vocablo ingls de origen victoriano que segn el Oxford
Dictionary se define como casa o asentamiento urbano hacinado, habitado por gente muy
pobre e inadecuado para la habitacin humana. Su equivalente en idioma Tamil es el
14
En los aos 60s cerca del 30% de los empleos urbanos provenan de ocupaciones manufactureras. Para
1991 la manufactura y la construccin empleaban a 650,000 personas en el distrito urbano, que constituan el
42% de los empleos y la base de la economa formal de Bangalore. Ms adelante la industria de servicios cre
el 45% de empleos formales con 742,000 personas (Heitzman 2004:167).
15
Population boom: at 46.68%, Bangalore tops urban districts, business standard.
Http://www.businessstandard.com/india/news/population-boom-at-4668-bangalore-tops-urbandistricts/431302/
64
trmino jopadi, que designa asentamientos conformados por casas de familias muy pobres
y hechas de barro o adobe. Hoy sin embargo este material ha sido reemplazado por el
plstico, el cartn y materiales de desecho.
En 2002 la ONU adopt una definicin muy similar que adems sealaba la
inseguridad en la tenencia de la tierra para los habitantes de estas colonizaciones (Davis
2006:23). Es importante destacar, no obstante, que en India el trmino slum se suele aplicar
a una amplia gama de colonizaciones que van desde asentamientos que albergan hasta un
par de millones de personas y constituyen centros econmicos neurlgicos de las ciudades
en las que se encuentran (como es el caso de Dharavi, en Bombay, posiblemente el slum
ms grande del sur de Asia), hasta a conjuntos de 40 50 viviendas temporales hechas de
plstico y material de desecho dispersas en la geografa urbana. En india uno de cada cuatro
urbanitas vive en slums (Bhaskara Rao 1995), pero suelen ser tan diversos en trminos
tnicos, culturales, religiosos y lingsticos que probablemente lo nico que los asemeja es
el hecho de que suelen ser considerados como poco adecuados para la habitacin humana.
65
66
por las oportunidades de empleo tanto en el sector pblico como en el privado (Nair
2005:42).
Durante la poca colonial las actividades comerciales y financieras en Bangalore
comenzaron a distinguirse y a situarse en diversos lugares de la ciudad; una divisin que en
cierta forma persiste hasta ahora. La parte antigua de la ciudad, donde se encuentran el
mercado central y los barrios de artesanos y migrantes asentados mucho tiempo atrs, haba
sido durante todo el siglo XVIII el epicentro de la actividad comercial relacionada con los
productos agropecuarios y la produccin artesanal. Entonces como hoy, esta es una parte de
la ciudad donde comercios, templos, casas habitacin, talleres, negocios y lugares de ocio
convergen en un mismo espacio, unidos por calles estrechas, abarrotadas y bulliciosas que
muchas veces en realidad fungen como una extensin de todos los espacios ya
mencionados. Un tipo de urbanizacin que a decir de Nair (2005:45-46) los colonos
encontraron poco saludable, esttico y conveniente.
Si en sus orgenes la geografa de Bangalore estuvo determinada por las necesidades
de la produccin agrcola as como por las castas y las ocupaciones de sus habitantes, la
Bangalore colonial estuvo ordenada por su carcter comercial y militar. Pero tambin por lo
que Nair (2005) ha sealado como una completamente nueva relacin entre las esferas de lo
pblico y lo privado, as como una nueva concepcin del cuerpo en el entorno urbano,
manifestada en anchas avenidas para el veloz flujo de automviles, desfiles militares y
paseos dominicales.
El acantonamiento britnico inaugur un modelo urbanstico donde si bien las
residencias de los colonos estaban distribuidas de manera que las viviendas de los nativos
que las abastecan de servicio domstico y mano de obra no se encontraran demasiado
lejos, el espacio urbano que las separaba era suficiente para manifestar geogrficamente la
distancia social que separaba a ambos grupos (Nair 2005:47-48). Los dos asentamientos
urbanos que hoy constituyen Bangalore, Bengaluru fundada en el s. XVI y Bangalore o
cantonement fundada en el s. XIX, fueron unificados en 1948 -un ao despus de la
independencia de India- bajo una sola administracin urbana. Se trata no obstante de una
integracin que dista mucho de verse completada hoy a nivel sociocultural y econmico.
Durante las dcadas posteriores a la independencia de India Bangalore experiment
una explosin demogrfica destacable, impulsada por el modelo de industrializacin y
67
urbanizacin basado en el desarrollo de las grandes empresas estatales del sector textil,
aeronutico, electrnico y manufacturero. Para principios de los 90s, Bangalore tena ya
3,437 fbricas que empleaban a 365 mil trabajadores. Fue durante esta dcada que la
migracin rural hacia Bangalore experiment un crecimiento exponencial a causa de la
amplia demanda de fuerza de trabajo (Nair 2005:85). El sector pblico marc no slo el
ritmo productivo de la ciudad, sino tambin el ritmo y el carcter del crecimiento urbano.
Sin embargo ste dist mucho de ser ordenado, pues en slo 60 aos, de 1941 a 2001,
Bangalore pas de tener 410,967 habitantes a rebasar los 5 millones de personas (Nair
2005:79).
Un buen ejemplo del tipo de urbanizacin de esta poca son los townships, que se
construyeron en las afueras de la ciudad para albergar a las compaas estatales, como la
Hindustan Aeronautics Limited (HAL), la Bharat Electronics Limited (BEL) o la Indian
Telephone Industries (ITI). En el mismo complejo arquitectnico las compaas
construyeron naves industriales, laboratorios de investigacin, oficinas y las casas de sus
trabajadores de lite. Se trat de un modelo de urbanizacin que a decir de Nair (2005:89),
pronto gan popularidad por su traza ordenada, con grandes espacios abiertos y edificios
bajos, que se integraban mejor al entorno. Con los townships surga un estilo habitacional
que buscaba convertirse en la base para la institucionalizacin de nuevos modelos de
ciudadana para los trabajadores que producan (para) la nacin, pues representaba el
eptome de la buena planeacin, ordenada y bien provista de servicios. Barrios que
reflejaran el orgullo de la actividad productiva (Nair 2005:89), como la Telephone City o
el Aircraft Township.
No obstante, a pesar de ser un esfuerzo para controlar la produccin industrial
masiva y administrar mejor los recursos de la ciudad, pocos aos despus de su
inauguracin, el espacio entre las zonas residenciales y las naves de trabajo de las
compaas ya haban sido ocupados por toda clase de asentamientos carentes de
ordenamiento y regulacin (ver imagen 1). Hay que destacar que los townships
constituyeron ms que nada intentos de crear una nueva identidad urbana ligada a la
produccin industrial, pero en realidad el flujo de migracin de mano de obra a la ciudad
excedi por mucho toda capacidad de planeacin y construccin de vivienda. Aunque se
hicieron algunos esfuerzos por alojar a la amplia clase obrera demoliendo antiguos barrios
68
69
Si la Bangalore del siglo XIX, construida por los britnicos marcaba claramente la
divisin entre gobernantes y gobernados mediante una geografa urbana definida en sus
usos y espacios (Nair 2005:48), en la Bangalore actual aquello que es total y
completamente distinguible e identificable, sobre todo por sus caractersticas fsicas y
arquitectnicas, son los dos extremos de la escala social: los ms ricos y los ms pobres.
Ambos extremos se ven materializados hoy en la geografa urbana en lo que podramos
denominar dos tipos de clsteres, distinguibles de su entorno en mayor o menor medida. Se
trata del technology park (o bien del complejo residencial) de lujo y del slum, asentamiento
habitado por familias pobres y de casta baja. Se trata de dos espacios que se hacen
distinguibles en el contexto urbano en ms de una manera. Los technology park se hacen
distinguibles tanto por elementos fsicos de seguridad como muros, accesos vigilados,
guardias y circuitos cerrados de seguridad, como por constituir espacios econmicos y de
urbanizacin cuya prosperidad, surgimiento y desarrollo se encuentran definidos y
marcados por procesos financieros y comerciales que trascienden el espacio del EstadoNacin.
En el otro extremo, los slums son claramente distinguibles de su contexto porque
constituyen aquellos espacios de urbanizacin que durante dcadas han sido relegados de
los planes de desarrollo y han sido excluidos, en su mayora, de la provisin de todo
servicio pblico bsico. Esto a su vez se debe a que su poblacin es mayoritariamente
migrante, empleada en el sector informal, carente de documentos de identificacin, del
derecho al voto y, por lo tanto ha sido invisibilizada por no constituir un beneficio poltico
inmediato para nadie. A pesar de ser centrales para la economa y la (re)produccin
material cotidiana de la ciudad de Bangalore, estos clsteres de pobreza y marginacin, as
como sus habitantes, son vistos por muchos como meros sobrantes, elementos que se han
quedado fuera del camino del desarrollo. No obstante, aqu plantear justamente lo
contrario, que tanto los slums como sus habitantes son centrales para el desarrollo y
sostenimiento de Bangalore.
Considero conveniente llamar clsteres a estos dos tipos de elementos urbanos
porque ambos constituyen espacios relativamente auto-contenidos y distinguibles en el
70
entorno urbano. Los dos son, por ejemplo, espacios en cierta medida cerrados: los parques
tecnolgicos y los complejos residenciales de lujo tienen accesos restringidos que son
guardados por distintos mecanismos de seguridad. En los slums de los que se ocupa este
estudio tambin acta una suerte de frontera que, aunque menos evidente, tambin tiene su
manifestacin fsica, pues sucede que algunas veces los slums han quedado atrapados
entre subsecuentes desarrollos urbanos que los encierran y les dejan slo una va de
entrada. Otras veces, siendo pequeos en extensin, a estos slums les es posible permanecer
en el mismo lugar sin ser desalojados gracias a que se encuentran ocultos detrs de algn
complejo industrial o algn centro comercial. En otras ocasiones estos pequeos
asentamientos se encuentran alejados a las afueras de la ciudad, en terrenos que hasta hace
poco eran agrcolas y resulta difcil identificarlos.
El caso de Electronic City (ver imagen 3) es representativo de los clsteres que la
industria de la Information Technology (IT) ha creado en Bangalore. Conocido como la
capital mundial del outsourcing es uno de los parques electrnico-industriales ms grandes
de India, localizado a un par de kilmetros al sureste de la ciudad. Cubre un rea de 1.3
Km2 y sus avenidas llevan los nombres de las compaas de la Tecnologa de la
Informacin ms importantes que alberga: Infosys Road, Hewlet Packard Avenue,
Velankani Drive, Wipro Avenue, Neeladri Road. Electronic City aloja a ms de veinte
multinacionales, 26 instituciones educativas, una decena de complejos residenciales y tres
centros comerciales16. Se trata ciertamente de una forma de urbanizacin guiada por las
necesidades del capital transnacional, que no est interesada en una democratizacin del
espacio urbano ni en una mejor distribucin de los escasos recursos.
Son desarrollos urbanos que instauran nuevas definiciones de lo pblico y lo
privado, y nuevas distancias entre las clases sociales al ofrecer a sus habitantes la
posibilidad de vivir aislados de todo aquello que representa una amenaza o un
cuestionamiento a su estilo de vida: la pobreza, la suciedad, la precariedad, el desorden, la
ineficiencia y la fealdad. Clsteres urbanos que condensan en un solo espacio la creacin y
la satisfaccin del deseo de consumo. Lo que Nair (2005:95) ha llamado una arquitectura
del miedo materializada en muros de puertas cerradas y alta seguridad que permiten a sus
habitantes distanciarse del entorno en el que viven. Un espacio habitacional que ensalza el
16
http://www.electronic-city.in
71
http://www.narayanahospitals.com/about-us/media-room/virtual-tour/exterior/
72
mercado informal de trabajo. Esta mano de obra migrante es la encargada en una primera
instancia de construir los edificios y complejos arquitectnicos que albergan a las
multinacionales, pero su labor no termina ah. Una vez establecidas las compaas y
durante los aos subsiguientes los migrantes se emplearn como personal de limpieza y
mantenimiento, como pintores y electricistas en sus oficinas, como empleadas domsticas
en las casas de la nueva clase media y la lite emergente. Se puede decir que incluso
cuando los habitantes (casi siempre los nios/as) de los slums se auto-emplean en la
recoleccin de basura en las calles, estn transfiriendo valor a estas compaas que por lo
regular tienen que contratar servicios privados de recoleccin de basura. Otra forma de
decir que los mrgenes son centrales para el capitalismo transnacional es decir que la
economa informal (que en India comprende cerca del 90% de la poblacin
econmicamente activa (Maiti 2012), el autoempleo y la precariedad laboral son centrales
para el capitalismo transnacional. Concuerdo con RoyChowdhury (2011:6) sobre que es
necesario entender al mercado de trabajo informal como una parte integral del desarrollo
del capitalismo global, as como del desarrollo de las economas locales que han florecido
durante los ltimos aos en India.
Un estudio citado por Heitzman (2004:173) realizado en 1993 sobre el empleo en
Bangalore revel que el sector informal produca ms trabajos que cualquier otro y que este
porcentaje haba ido creciendo desde principios de los 90, cuando se inici la liberalizacin
econmica. La mayora de los trabajos reportados por el estudio eran actividades de autoempleo y un gran numero de pequeos negocios involucrados en la produccin semiespecializada o el ensamblaje. Cerca del 71% de estas empresas vendan sus productos al
sector informal y 21% vendan a Organizaciones No Gubernamentales. Se encontr adems
escasa movilidad entre el sector formal e informal, y que la mayora de los trabajadores
financiaban sus actividades no a travs de bancos o cooperativas, sino de familiares y
usureros locales que cobraban entre 60% y 120% de inters anual. Asimismo, la mayora de
los trabajadores del sector informal pertenecan a las scheduled casts18 y scheduled tribes,
los estratos ms bajos en la jerarqua social y econmica.
18
En el estado de Karnataka el gobierno ha reconocido 101 Scheduled Castes, lo que lo convierte en el estado
con el mayor nmero de estas. No obstante se calcula que el nmero total para el pas podra superar el millar
(Ver: Ministry of Social Justice and Empowerment http://socialjustice.nic.in/sclist.php).
73
La promocin de Bangalore como el silicon valley de India es ms que una alegora. Mukherjee
(2008:17) muestra en su artculo una tabla comparativa preparada por el Department of Information
Technology del gobierno de Karnataka, donde se equipara a Bangalore y a California, trazando similitudes
que buscan dar a entender que el silicon valley de california y el silicon state de Karnataka, son espacios
que han tenido un desarrollo paralelo.
74
de empleo, los montos de los salarios y los derechos de los trabajadores (Mukherjee
2008:21). La disponibilidad de fuerza de trabajo altamente preparada y barata, nuevas
formas de gobernanza, una creciente infraestructura promovida por las Public-Private
Parnerships, junto con la singularidad cultural del lugar, son atributos que se han querido
convertir en la marca caracterstica de la ciudad, a pesar de que en Bangalore una
altamente avanzada sociedad de la informacin coexiste con una mitad de la poblacin
dependiente de la economa informal, pues la IT industry es responsable slo de una
mnima parte de los empleos formales de la ciudad (Heitzman 2004:287-88).
Ghosh (2005) y Nair (2005) han mostrado adems que Bangalore est signada no
slo por un desarrollo econmico desigual, una inequitativa distribucin de la riqueza y de
las oportunidades de acceder al mercado del empleo informal, sino tambin por un
profundo desequilibrio en la toma de decisiones en los procesos de gobernanza y
planeacin urbana, donde los sectores marginados han quedado casi totalmente excluidos.
Mediante las asociaciones pblico-privadas, o las Private-Public Partnerships (PPP), en las
que el gobierno estatal y el capital privado se asocian para convertirse en los accionistas y
promotores del desarrollo urbano, se han creado cuerpos extra-constitucionales de
planeacin urbana que han transformado las relaciones entre el gobierno local y el capital
privado. Mediante estas PPP se han generado nuevos parmetros y necesidades que han reorientado los objetivos del desarrollo, la administracin de los recursos y la construccin de
infraestructura urbana en beneficio de las corporaciones y las compaas multinacionales.
Al mismo tiempo los intereses y necesidades de las clases bajas quedaron relegados casi
por completo, incluso en rubros tan importantes como el de salud, educacin y bienestar
social (Ghosh 2005:4916).
Bajo este esquema en el que los sectores ms vulnerables como los migrantes, los
trabajadores informales y las familias pobres han quedado marginados, se ha promovido un
desarrollo urbano totalmente enfocado en la provisin y administracin de estructura
urbana para el sector transnacional, relegando a ltimo plano los requerimientos sociales y
econmicos de inmensa mayora de los habitantes de la ciudad. Bajo este esquema, el
desarrollo y la justicia social como responsabilidad del estado hacia los sectores populares
se reinventaron y abordaron bajo esquemas de caridad privada. Tal es el caso de la
construccin de sanitarios pblicos para los moradores de las viviendas ms precarias
75
20
En el estudio llevado a cabo por (Bhaskara 1995:140) la mayora de los lderes de los slums (94%) ms
antiguos reportaron que stos haban sido construidos en el lugar en que se encontraban principalmente por la
disponibilidad de tierra. Slo la mitad (52%) reportaron que el slum se haba formado all por el acceso a
ciertas oportunidades de empleo. Este patrn parece estar cambiando, pues los nuevos slums son cada vez ms
pequeos y tienen que ubicarse estratgicamente a los sitios en construccin que los proveen de empleo.
76
Se trata de un slum que ha existido por ms de tres dcadas y que actualmente est
habitado por aproximadamente 300 familias migrantes provenientes en su mayora del
norte de Karnataka, Tamil Nadu y Andhra Pradesh. Los idiomas predominantes son el
kannada, el tamil y en mucho menor medida el telugu, ampliamente hablados en los estados
ya mencionados. Todos orgullosamente defendidos por sus hablantes durante los conflictos
tnicos cotidianos que casi siempre comienzan por disputas familiares. En la comunidad se
practican adems tres religiones distintas: hinduismo, cristianismo e islam.
Hace treinta aos, unas cuantas familias llegadas desde comunidades rurales
cercanas a Bangalore se asentaron a las afueras de la ciudad en una porcin de terreno que
en ese entonces se encontraba vaco. En ese entonces la tierra era propiedad estatal, pero
actualmente pertenece a la compaa parcialmente privada Bharat Earth Movers Limited
(BMEL). Algunos ancianos de la comunidad relatan que eligieron ese sito porque muy
cerca de all hay dos grandes lagos gracias a los cuales se poda proveer de agua a las casas,
lavar la ropa, sembrar pequeas parcelas e incluso pescar. Lo recuerdan como un sitio que
ofreca alivio a la escasez y la sequa que predominaba en sus pueblos de origen, y un
nuevas oportunidades para familias que no posean otro medio de subsistencia que vender
su fuerza de trabajo. Las narrativas no son sin embargo homogneas pues hoy, a la luz de la
modernizacin y occidentalizacin de la ciudad, muchos lo recuerdan tambin como un
lugar sucio y peligroso. Hoy la comunidad de Krishnapa Garden ya no tiene acceso a estos
dos lagos porque stos fueron cedidos al Bagmane Tech Park (ver imagen 4b) como parte
del terreno requerido para el desarrollo de un parque tecnolgico.
Las primeras familias que llegaron a asentarse en esta zona de Bangalore, que sola
ser conocida como Krishnapa Garden, provenan de comunidades rurales de Tamil Nadu,
expulsadas de sus regiones de origen por la falta de tierra, apoyo para las labores agrcolas,
las sequas o la presin de pagar deudas adquiridas a causa de estos mismos motivos.
Kalamma una mujer probablemente ya en su sptima dcada de vida que trabaja todava,
77
cuando la emplean, acarreando pesadas cargas de arena sobre su cabeza en las obras de
construccin me habl sobre aquella poca:
- Kalamma: Yo llegu aqu la primera, vine con tres familias hoy estoy as. Esto era como un
bosque, ahora ya no queda nada. Todo esto era verde. Vine aqu y par tres hijos aqu. Despus otros
me vieron y la gente comenz a llegar. Hoy no me queda nada. Soy una hurfana. Algunas veces
tengo comida y a veces tengo que sobrevivir con el estmago vaco. En ese entonces yo trabajaba
como coolie en la construccin, acarreando lodo. As cri a mis hijos. Seis rupias ganbamos las
mujeres y ocho los hombres 21. Esos eran los das cuando yo llegu aqu. Por favor calcula hace
cuntos das y cuntas noches fue eso, y cuntos aos esta mujer ha pasado aqu, para que pueda ir a
decirle al gobierno que nos quiere echar de este lugar.
Varios aos despus de que las primeras familias llegaran a Bangalore y luego de
que muchas ms provenientes de los distritos rurales del norte de Karnataka y Andhra
Pradesh se les unieran, una enorme porcin de 21 hectreas de terreno adyacente al rea
donde se haba asentado esta comunidad, fue vendida a la compaa inmobiliaria Bagmane
Developers para la construccin del Bagmane Tech Park. Se trata de un complejo que
rene diez edificios corporativos que alojan a varias de las firmas globales ms prominentes
de la software technology como Motorola, Yahoo!, Oracle, HP, Lenovo, Texas
Instruments, LinkedIn, Samsung India, Sasken, Novell, Ogilvy, Volvo, Dell y Tecnotree,
entre otras.
El parque tecnolgico cuenta con un suministro de agua y energa elctrica
garantizado las 24 horas del da, algo con lo que la gran mayora de los habitantes de
Bangalore pueden apenas soar. Cuenta adems con 19 rutas de transporte privado para los
empleados de las corporaciones, casas de cambio, guardera, restaurantes de comida rpida,
cafetera, estacionamiento subterrneo, bancos, cajeros automticos, seguridad privada,
circuito cerrado de vigilancia, reas verdes y prstinos lagos que le ofrecen a los
empleados la posibilidad de relajarse, refrescarse y recargar sus bateras22. Se trata de los
mismos lagos que dcadas atrs los habitantes del Krishnapa Garden slum usaban para
sembrar algunas hortalizas, recolectar y pescar alimentos que en ciertas pocas del ao les
permitan complementar sus magros ingresos y sobrellevar la precariedad econmica. Pero
a pesar de estar a no ms de cien metros de distancia de este enclave de modernidad y
desarrollo, el Krishnapa Garden slum no ha tenido nunca ninguno de los servicios pblicos
21
Seis y ocho rupias hoy equivaldran a 1.4 y 1.9 pesos. Este era el pago por jornada para los coolies, o
trabajadores no calificados. Por lo general las mujeres y los nios coolies acarrean los materiales de
construccin, mientras que los hombres construyen los muros de ladrillo.
22
http://bagmanegroup.com/projects/bagmane-tech-park/features/#tab4
78
23
La compaa Bharat Earth Movers Limited (BEML) naci en 1964 como empresa estatal, pero actualmente
el gobierno posee solo el 54% de sus acciones y el resto est dividido entre el sector publico, instituciones
financieras, compaas extranjeras, bancos y los propios empleados. Hoy opera bajo el nombre de BEML.
Http://www.bemlindia.nic.in/company_profile.php
79
probablemente significa que el terreno ser vendido a alguna desarrolladora privada para la
construccin de otro parque tecnolgico o conjunto residencial de lujo. Desde la apertura
del Bagmane Tech Park el precio de la tierra en la zona se ha disparado. Los activistas no
dudan de que as ser, pero no saben cundo podra ocurrir. Lo que s saben es que ser
difcil que las familias obtengan otra casa a cambio de la que perdern, pues el de
Krishnapa Garden nunca fue un slum declarado, es decir, nunca ha sido reconocido por
el Karnataka Slum Development Board a pesar de tener varias dcadas de antigedad. Por
lo tanto sus habitantes son considerados invasores ilegales que no tienen derechos sobre la
tierra en la que han vivido y criado a sus hijos, ni sobre el rea urbana que han ayudado a
construir, desarrollar y sostener. Si logran obtener algo a cambio de su cooperacin en el
desalojo sera slo gracias a la intervencin de polticos o activistas dotados de una
importante capacidad de negociacin.
A pesar de que la poblacin migrante y marginada de los slums se esfuerza por
adaptarse y disciplinarse de acuerdo a los nuevos ritmos de la ciudad y a las nuevas
exigencias de su mercado laboral, lo ms probable es que sea desplazada a la nueva
periferia de la ciudad. Cuenta poco el hecho de que esta nueva expulsin provocara que
muchas familias perdieran todo lo que poseen: techo, empleo, estrategias que les permiten
conseguir trabajo, relaciones sociales, escuela para los nios, entre otros. Ninguna de las
familias de Krishnapa Garden con las que tuve la oportunidad de hablar dijeron que volver
a sus pueblos de origen sera una opcin. La razn es simple: no poseen tierras y adems de
la agricultura no hay prcticamente ninguna otra fuente de empleo. Adems, sus hijos no
podran continuar la educacin que tanto esfuerzo econmico les ha requerido a las
familias, por no decir que para muchos jvenes mudarse de la ciudad al campo no
representa ms que un retroceso.
Visitar el Krishnapa Garden slum se antoja una experiencia digna de alguien que es
capaz de desdoblarse en el tiempo y el espacio. Cuando se ha pasado ya suficiente tiempo
como para familiarizarse con el lugar y las personas que lo habitan; cuando el ritmo de los
quehaceres, los sonidos y el ir y venir de la gente comienza a ser conocido, es difcil no
sentir que se est en alguna de las aldeas rurales de donde provienen las familias migrantes.
Las conversaciones de las mujeres, los nios que juegan y corren incesantemente entre las
viviendas, los hombres sentados a la sombra bebiendo t. Gallinas y perros paseando por
80
ah, ofrecen una atmsfera que se antojara a la de una pequea y apretada comunidad rural.
Por algunos instantes es casi imposible no olvidar que en realidad se encuentra una en
medio de una ciudad de 10 millones de habitantes. Luego de visitar varios das la
comunidad y se comienza a comprender mejor el funcionamiento de la comunidad, los
ritmos, las distribuciones y las dinmicas cotidianas va emergiendo tambin la coherencia
en el trazo de las pequeas callecitas y la lgica detrs el esmerado cuidado y la sencilla
decoracin de las casas, de los vanos de las puertas, de los diminutos sitios que las familias
arrebatan al estrecho espacio de la va pblica para conseguir el sitio mnimo
indispensable para el desarrollo de la vida cotidiana. Es a partir de todos y cada uno de
estos espacios que se puede ir, finalmente, descubriendo y comprendiendo mejor la
particularidad de la vida en el slum.
Pero basta con levantar la mirada ms all del horizonte que delinean los irregulares
techos de lmina y cartn de las viviendas, para descubrir que en realidad est uno inmerso
en un contexto totalmente distinto al de una comunidad rural. Enormes edificios y
gigantescas gras dominan el trasfondo. Siluetas geomtricas, superficies regulares, colores
uniformes y grandes construcciones de lneas rectas contrastan con la anarqua de colores,
formas y texturas que componen la geografa del slum. Metal, vidrio polarizado, concreto
reforzado, todos los servicios y todas las facilidades disienten grandemente de los
materiales reciclados que conforman las viviendas del slum, cuyas familias, incluso despus
de treinta aos, siguen siendo todava consideradas migrantes sin tener acceso, en su
propio pas, a buena parte de los beneficios de la ciudadana. A pesar de tres dcadas de
hablar el idioma local y contribuir a la economa de la ciudad, el drenaje sigue siendo una
pequea zanja en la tierra. El sanitario sigue siendo un tema recurrente en los anhelos y
reivindicaciones de las nias. Quienes deben esperar hasta el anochecer para internarse
entre los secos matorrales que crecen cerca del slum para poder obedecer las necesidades
del cuerpo, siempre asediadas por muchachos de comunidades vecinas, y de vez en cuando
imprecadas por los habitantes de clase media de los edificios aledaos que les gritan
sucias desde sus ventanas. El agua sigue siendo un recurso precioso en el cual se deben
invertir buena parte de los recursos familiares. Por si esto fuera poco, mientras que las
multinacionales de la tecnologa de la informacin instaladas a escasos 100 metros del
Krishnapa Garden slum recibieron toda clase de facilidades y subsidios gubernamentales,
81
estas familias son constantemente acosadas por caciques locales, lderes, polticos y
autoridades que les cobran una renta mensual por ocupar un terreno del que tampoco stos
son dueos, las obligan a pagar exageradas cuotas por proveerles ilegalmente de
electricidad y/o proteccin de otros potenciales extorsionadores.
Por la noche el asombro y la fascinacin se repiten con la misma intensidad. El
interior de las casas es tenuemente iluminado por las velas, y la vida en el slum se adivina
slo por las siluetas humanas que titilan proyectadas sobre las mantas de plstico que
conforman las paredes. Rodeando el slum, los edificios corporativos brillan con una
resplandeciente aura de tonos nen. Durante una de nuestras visitas nocturnas de pronto el
grito desgarrado de una mujer interrumpe la calma. Nos quedamos petrificados por la
intensidad del dolor que aquel grito acaba de proyectar hacia la noche y sin atreverme a
preguntar present algo terrible, pero el temor se disipa tan pronto vemos a los nios correr
y espiar a travs de la desvencijada puerta de triplay de una vivienda cercana. Unos cuantos
segundos de silencio, la penumbra, el trmulo brillo de las velas al otro lado de los viejos
muros de cartn. Gemidos. Y de improviso, el llanto desenfrenado de un beb que llega al
mundo. En medio de la ciudad cosmopolita, la ciudad tecnolgica, a unos cuantos metros
de uno de los conos de prosperidad y modernizacin de la primera ciudad de clase
mundial de India, una mujer acaba de dar a luz bajo el resplandor de una vela, recostada
sobre trozos de cartn en el suelo de tierra. Una navaja de afeitar, un cubo de agua y viejos
retazos de tela componen el resto del instrumental que una de las ancianas de la comunidad
utiliza para cumplir con su labor de matrona24.
24
82
2006:25), no todos los pobres urbanos viven en los slums y no todos los slums son pobres25.
Aunque la mayora de las definiciones oficiales de slum, incluida la del Human
Settlements Programme de la Organizacin de las Naciones Unidas, destacan que se trata
de reas urbanas densamente pobladas, el trmino comienza a extenderse para incluir
los mltiples asentamientos informales que estn rpidamente convirtindose en la
expresin ms visible de la pobreza urbana (UN-HABITAT 2003:9). El censo nacional de
India no obstante requiere que al menos 300 familias en 60 casas vivan en un asentamiento
para poder reconocerlo como tal (UN-HABITAT 2003:11).
En este apartado hablar sobre cierto tipo de slums que han surgido durante la
ltima dcada en la periferia de Bangalore y que perteneceran a la categora de pocketsized slums del reporte mundial del Human Settlements Programme de la ONU. Se trata de
asentamientos mucho ms pequeos de los que normalmente son pensados cuando se usa el
trmino slum, y que se encuentran dispersos sobre todo en la periferia Este de la ciudad.
Como se mencion antes, algunas veces son difciles de identificar porque han quedado
encerrados entre casas y edificios ms altos, ocultos detrs de algn complejo residencial o
centro comercial, o bien se encuentran en terrenos baldos alejado de las calles principales y
las zonas transitadas (ver imagen 7 a, b y c). Todo esto sin embargo no hace que sean
escasos. Bhaskara Rao (1995) reporta que cerca del 31% de los slums oficialmente
reconocidos de Bangalore tienen una poblacin menor a las 100 casas, mientras que el 70%
tienen ms de 300 casas, y que slo una de cada cuatro familias viven en pucca houses, es
decir, casas de concreto o algn otro material duradero.
Para el caso de Bangalore, Bhaskara Rao (1995) ha propuesto la categora de young
slums, no slo para sealar a aquellos conformados por menos de 15 casas, sino tambin
para denotar a aquellos surgidos posteriormente a 1981 y que de acuerdo al Karnataka Slum
Clearance Act, no sern reconocidos por el Slum Clearance Board y otras agencias del
estado, por lo cual no podrn ser elegibles para programas de mejoramiento o legalizacin
de la vivienda. Por tanto, sus habitantes no sern reconocidos como habitantes de los slums,
sino como invasores. De acuerdo a datos citados por RoyChowdhury (2011:14), existen
cerca de 680 slums no declarados en Bangalore y cada vez un mayor nmero de estos estn
25
Este autor calcula adems que existen alrededor de 200 mil slums en el mundo que albergan a una
poblacin que excede los 20 millones de personas, por lo que ciertamente hay importantes variaciones entre
ellos.
83
situados en propiedad privada. Mrgenes que se crean dentro de los mrgenes, donde el
estado y sus instituciones ofrecen una ciudadana de segunda o tercera clase para algunos
de sus habitantes y el franco desconocimiento de poblaciones enteras.
Estas comunidades muchas veces no superan el medio centenar de construcciones y
guardan caractersticas muy similares. Por ejemplo, en que la variedad de fuentes de
ingreso es menor que en la de otros slums y que sus habitantes, casi siempre de casta baja,
suelen ser empleados en las labores ms extenuantes y de menor prestigio (Ramachandran
and Sastri 2001) 26 . La ocupacin principal pero no la nica- en estos slums es en la
construccin. Los hombres son contratados como peones de albail (slo a quienes llevan
muchos aos viviendo y trabajando en Bangalore les es posible convertirse en maistrie o
maestro de obra27) y las mujeres y los nios como coolies que acarrean material y agua28.
Hay que destacar que la divisin del trabajo lleva adems una diferencia de salarios por
gnero. Mientras los hombres ganan entre 200 y 250 rupias (entre 47 y 59 pesos) diarias
por construir los muros, las mujeres y los nios ganan entre 150 y 180 (entre 35 y 42 pesos)
rupias por realizar labores todava ms pesadas, peligrosas y comprometedoras para la
salud.
Otra caracterstica comn a estos slums es que las viviendas que los componen
suelen ser mucho ms pequeas que las de otros slums ms antiguos cuyos habitantes han
podido construir con cemento, block y lmina. Estas en cambio estn hechas de materiales
an ms inestables y perecederos como plstico, cartn, triplay y materiales desechados.
Muchas de las viviendas del Krishnapa Garden slum comparten estas caractersticas,
aunque varias se distinguan por ser ms grandes y tener una divisin interna que separa el
espacio para cocinar y para descansar, y suelen medir entre 15 y 20 metros cuadrados.
26
El estudio llevado a cabo por estos autores en Bangalore arroj que el 70% de los slums de su muestra
estaban habitados por una poblacin mayoritariamente integrada por las scheduled casts o castas bajas.
27
Maistrie es el trmino con el que se nombra al brker que se encarga de reclutar a los trabajadores en el
pueblo de origen y trasladarlos a la ciudad, no slo en sectores como la construccin, sino tambin para
algunas manufacturas y en las ladrilleras (Bhukuth, 2005). En el caso de la construccin el maistrie tambin
es el maestro de obra, es decir quien comanda y coordina a un grupo de albailes y coolie workers durante
el tiempo que dure la construccin.
28
Ramachandran y Subramanian (2001) han mostrado en un estudio comparativo entre 1973 y 1992 que la
ocupacin prevalente en los slums de Bangalore (de todos los niveles de ingreso) es la de albail y coolie
worker en las construcciones, con el 32% y 38% de la poblacin de los slums encuestados ocupada en este
sector. Veinte aos despus es probable que en buena parte de los slums de ingreso medio y alto el trabajo en
la construccin no sea el mayoritario, pero en cambio las observaciones de campo y los testimonios de los
activistas indican que s lo es en los slums de migrantes ms recientes y con menos capital social y educativo.
84
Incluso se pueden encontrar en este slum varias construcciones de adobe e incluso ladrillo o
block con techos de lmina, cosa que no se ve en los slums ms nuevos y pequeos. En
estos ltimos las viviendas ms humildes pueden medir tan slo diez metros cuadrados y
son mucho ms bajitas. Cuentan con el espacio apenas suficiente para que los miembros de
la familia duerman extendidos en el suelo, uno al lado del otro. Por lo general estas
viviendas son una minora o se encuentran slo en los asentamientos temporales donde los
migrantes trabajan en Bangalore por periodos de algunos meses para luego regresar a sus
comunidades por dos o tres meses.
En estas casas por lo regular no existe mobiliario alguno, todas las tareas se realizan
sobre el suelo y se duerme sobre esteras de plstico o fibras vegetales que se doblan y
guardan cada maana para dejar espacio para las actividades del da. Las pertenencias de la
familia por lo general se alinean contra las paredes, la ropa y otras pertenencias se cuelgan
sobre cuerdas amarradas a los postes de las esquinas o se guardan en bolsas y costales que
se amarran al techo o sobre tablas que se colocan a modo de repisas. Por lo general una
esquina de la casa se reserva para la cocina, donde algunas veces se construye un pequeo
montculo de barro que resguarda el fuego y que sirve adems para colocar los recipientes
calientes. Al igual que el espacio, el fogn aqu tambin es restringido y pequeo. El fuego
generoso y voraz que cuece los alimentos con rapidez y calienta todo el hogar est ausente.
No obstante, por pequeo que sea el espacio siempre hay un lugar reservado a las imgenes
de los dioses venerados por la comunidad y/o la casta, junto con algunas deidades
preferentes para la familia.
En el hogar de Methu, donde al menos cinco personas trabajan en distintas
ocupaciones, un reloj de pared viejo y maltratado que Methu encontr en la basura hace
tiempo ha sido colocado en lo ms alto de la pared y preside el mbito domstico con una
presencia que ningn otro objeto parece poseer. Cada miembro de la familia tiene horarios
y turnos distintos de trabajo, sus jornadas diarias comienzan en distintos momentos de la
maana o de la madrugada, y cada uno regresa a casa para comer o cenar a distintas horas,
me explica la madre de Methu. Un objeto que en el pueblo parece superfluo, en la ciudad es
una herramienta importante para ayudar a la familia a adaptarse a los nuevos ritmos de
trabajo. La primera cosa que una ve al entrar a la casa, encogiendo el cuerpo para caber por
la pequea puerta, el reloj preside el hogar e inviste al espacio domstico de un orden y un
85
carcter particular, revelando que no slo la precariedad y la carencia rigen la nueva vida
domstica en la ciudad. Se le suman adems nuevos ritmos que organizan la rutina
cotidiana y estructuran el tiempo para construir la vida en familia.
Los flexible slums son los que tienen, adems de las peores condiciones de vivienda,
las peores condiciones de sanidad y provisin de servicios. Las familias dependen de tomas
pblicas de agua para poder abastecerse, y muchas veces esto significa hacer varios
recorridos que al final del da suman varios kilmetros, as como esperar durante horas en
las largas filas. Esto adems pocas veces es visto con buenos ojos por los residentes de la
zona, que se quejan de que las mujeres y las nias, que son quienes realizan la tarea de
recolectar el lquido, (aunque algunas veces tambin lo hacen los nios) obstruyen la calle,
desperdician el agua y son muy ruidosas. Las nias en lo particular suelen ser reprendidas
por los vecinos por jugar, correr y gritar en la calle, lo cual es sealado como un
comportamiento poco decoroso.
En mi experiencia de campo pude confirmar que en los slums ms pequeos suele
haber una mucho mayor homogeneidad en cuanto al lugar de origen, la casta y, por lo tanto
tambin en la lengua hablada y la religin. Casi siempre estn habitados por los miembros
de varias familias extensas provenientes de la misma comunidad. Muchas veces esto se
debe a inicialmente algunas familias son enganchadas en su lugar de origen por contratistas
para trasladarse a Bangalore a trabajar en alguna construccin, y una vez que han ganado
algo de dinero vuelven a sus comunidades y la noticia se dispersa, luego de lo cual otras
familias se les unen.
Ahora bien, hay que decir que no son slo las caractersticas materiales y
demogrficas las que hacen que estos pequeos slums, ocupados en su mayora por
migrantes originarios de los distritos rurales del estado de Karnataka, resulten sumamente
interesantes. Sus dinmicas sociales y econmicas invitan a reflexionar sobre el papel que
la migracin rural a Bangalore juega en la actualidad, pues las familias que los componen
representan la ltima oleada de trabajadores de reemplazo para el mercado de mano de obra
barata, poco calificada, desorganizada y con escaso capital social y educativo. Son tambin
una fuerza de trabajo dispuesta a realizar las labores ms extenuantes, explotadoras y
consideradas poco honrosas, sin que por ello reciban reconocimiento por parte del Estado ni
acceso a los servicios de la ciudad. Pero estas familias migrantes son, adems, creadoras de
86
nuevas formas de trabajo que se definen no slo por la precariedad y la incertidumbre, sino
tambin por su habilidad y capacidad para adaptarse y sobrevivir en un mercado de trabajo
eventual, altamente inestable y explotador.
Como sealan (Hewison and Kalleberg 2012), no es suficiente con entender el
funcionamiento del mercado informal de trabajo para comprender a las actividades
econmicas de las poblaciones urbanas ms marginadas y depauperadas que habitan en los
slums. Al mismo tiempo, entender y definir a su trabajo nicamente como trabajo
precario, es decir altamente inseguro, inestable e incierto (Maiti 2012:509) resulta
claramente insuficiente. En primer lugar porque ste es un concepto que ha sido utilizado
para referirse a una enorme variedad de trabajos mal pagados y temporales en diversos
sectores de la economa que incluye a un nmero cada vez mayor de trabajadores en el
mundo. Pero tambin porque corremos el riesgo de simplemente categorizar una
inseguridad laboral que tan vieja como el capitalismo mismo, siempre ha caracterizado a
sustantivos mrgenes de la economa, con las mujeres y los oprimidos como sus ms
notables representantes (Seymour 2012), sin necesariamente estar entendiendo lo que sta
prefigura. Debemos, por lo tanto, poner atencin no slo en la forma en la que el trabajo
que estas familias y nios llevan a cabo se crea y se reproduce como precario. Sino en la
manera en que esto influye y contribuye a transformar, adems de sus actividades
econmicas, sus modos de vivir en la ciudad transnacional. O incluso, como habremos de
ver ms adelante, de hacerse sujeto de las prcticas del Estado y las Organizaciones No
Gubernamentales.
Puesto que los conceptos de trabajo precario y precariat son principalmente
conceptos negativos que hablan solamente de lo que se pierde y est ausente (Seymour
2012), mas no de lo que se posibilita o produce, propongo llamar a este tipo de
comunidades flexible slums para hacer visibles los modos de vida y las dinmicas de trabajo
que las familias que los componen desarrollan para incorporarse y lidiar con el mercado de
trabajo urbano, dominado preponderantemente por la economa informal, pero tambin en
constante transformacin debido a la reestructuracin econmica neoliberal. Al tiempo que
las compaas transnacionales llegan a Bangalore buscando y contribuyendo a construir una
nueva fuerza de trabajo transnacional y flexible, adaptada a las necesidades de la industria
de la tecnologa de la informacin, desde los mrgenes los trabajadores migrantes, los ms
87
empobrecidos y descalificados del mercado laboral urbano, han ido construyendo sus
propias estrategias de trabajo y modos de vida. No slo contribuyen, a travs de la enorme
economa informal al sostenimiento y reproduccin de millones de familias en la ciudad de
Bangalore, tambin satisfacen buena parte de la demanda de trabajo barato y descalificado
que las empresas transnacionales requieren para abaratar sus costos y obtener servicios
secundarios como limpieza y mantenimiento de las oficinas, recoleccin de basura,
limpieza de calles y drenajes, jardinera, venta callejera de comida, etctera.
Nada de esto es en realidad nico de Bangalore, como no lo es de otras ciudades
globales de los pases en vas de desarrollo. Pero los flexible slums nos ayudan a ver y
comprender mejor dos cosas: la primera es que los regmenes de trabajo precarios,
explotadores e inestables que el rgimen econmico neoliberal ha globalizado contribuyen
a generar formas de exclusin que se materializan en espacios urbanos y modos de vida
especficos. En segundo lugar que los mrgenes no necesariamente son perifricos al
sistema, sino inherentes a l y necesarios para su existencia y funcionamiento.
El trmino flexible slums nos permite ir ms all de la precariedad y las carencias de
estas comunidades y hacer visibles las prcticas y estrategias que las familias crean para
adaptarse al mercado laboral capitalista, pero sin dejar de reconocer el enorme grado de
vulnerabilidad y perjuicio que esto conlleva. Los flexible slums encarnan cualidades y
capacidades que otros colectivos de migrantes difcilmente pueden mostrar. Me refiero, por
ejemplo, a la capacidad para moverse de lugar a otro cuando las familias han terminado de
construir un edificio y van a emplearse en la construccin de otro en un lugar distinto de la
ciudad. A la capacidad para fragmentarse y adaptarse si la nueva obra es ms pequea y se
requieren menos trabajadores. A su disposicin para establecerse de manera permanente en
un sitio y proveer de trabajo barato (servicio domstico, pintores, choferes y coolies) a los
nuevos habitantes del complejo residencial de lujo que antes ayudaron a edificar. O a su
habilidad de ajustar los periodos de visita a las comunidades de origen con los periodos de
desempleo. Se trata, en suma, de una gran capacidad para adaptarse al ritmo y las
exigencias del mercado de trabajo, pero tambin del proceso de urbanizacin y de
transformacin de la ciudad. Al mismo tiempo, con la creciente presin que las polticas
pblicas de embellecimiento y gentrificacin estn ejerciendo sobre los habitantes ms
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depauperados de la ciudad, los slums de gran tamao como Ejipura 29 (imagen 10),
Bannerghata Road (imagen 11) o Krishnapa Garden, parecen ya no ser viables y muchos
de ellos estn siendo removidos. De hecho, la estrategia utilizada en India para la
rehabilitacin de los slums, que implica la participacin de compaas privadas, est
siendo tambin utilizada en Sel y Bangkok (Bapat 1985), lo cual podra ser un ejemplo de
cmo se construyen estrategias globales para el manejo y administracin de los mrgenes
en las ciudades transnacionales. Es por ello que aqu argumento que las comunidades
migrantes que han llegado ms recientemente a la ciudad se ven obligadas a asentarse en
nuevos tipos de slums que a su vez permiten y son resultado de nuevas dinmicas de trabajo
y nuevas formas de habitar la ciudad.
Los llamo flexible slums pensando tambin en las estrategias generadas por las
familias migrantes que se mantienen como unidades productivas ya no enfocadas a la
produccin agrcola, sino a la acumulacin de ingresos para pagar deudas y costear la vida
en el pueblo de origen. Para esto, las familias llevan a cabo una divisin del trabajo que les
permite diversificar las ocupaciones de sus miembros en los trabajos urbanos donde son
fcilmente contratados pero que son considerados los ms pesados (como la construccin,
donde se emplean la mayora de los adultos 30 ) y los ms bajos y denigrantes (como
recoger basura, limpiar los drenajes y barrer las calles) y con ello minimizar los momentos
de desocupacin y la prdida de ingresos.
Hay que sealar que para muchas familias que habitan los flexible slums tener
trabajo permanente en la construccin es posible slo gracias a un desplazamiento
29
Ejipura es un declared slum, es decir un slum que se cre en tierras que son propiedad del gobierno y, por
lo tanto ha sido reconocido como un asentamiento no ilegal por el Karnataka Slum Development Board. Este
es el primer paso para que la comunidad pueda recibir apoyo para la construccin y mejora de vivienda,
provisin de servicios pblicos y, eventualmente, la rehabilitacin o sustitucin de sus viviendas precarias
por otras de menor calidad de las cuales los dueos originarios y con mayor antigedad sern propietarios.
Este proceso no est sin embargo exento de conflictos y pugnas, pues cada vez ms la rehabilitacin de los
slums es dejada en manos de compaas privadas de bienes races que, a cambio de comprar terrenos urbanos
a precios muy bajos se comprometen a construir viviendas para los habitantes de los slums.
Desafortunadamente las soluciones de rehabilitacin que las empresas ofrecen a estas familias suelen ser
muy pequeas y de muy mala calidad, por lo que los habitantes ms marginados de la ciudad continan
siendo marginados an cuando el gobierno decide atender a sus demandas. Igualmente importante es que las
estrategias privadas de rehabilitacin significan reubicar a las familias en edificios que se convierten en
slums verticales donde stas pierden el uso del espacio pblico que resulta vital para la reproduccin de la
vida cotidiana y el trabajo, y pierden asimismo la capacidad de reparar sus viviendas con materiales y
alternativas baratas (Bapat 1985).
30
Ramachandran y subramanian (2001:72) compararon estudios realizados en bangalore en 1973 y 1992, y
encontraron que el 32% y 38%, respectivamente, de la poblacin de los slums encuestados se ocupaba en la
construccin, convirtindola en la principal fuente de empleo.
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91
residencias.
Lo que no es posible saber an es si podrn permanecer ah hasta consolidarse como
un slum con la suficiente organizacin y cohesin interna como para resistir el desalojo, o si
sern expulsadas en cuanto el desarrollo del rea requiera ocupar los terrenos en los que se
encuentran, que muy probablemente sean ya privados. Lo que s es cierto es que otra
caracterstica de los flexible slums adems de su tamao, sus caractersticas materiales, su
capacidad de moverse dentro de la ciudad y los traslados itinerante de sus habitantes entre
el campo y la ciudad, es que por lo general son slums donde no han podido surgir
organizaciones ni sindicatos y, por lo que pude observar, a las ONG les es ms difcil
trabajar ah de manera consistente y continua. En L.B. Shastri Nagar, la zona donde se
ubican dos de las ONG con las que ms tuve contacto y pude colaborar, existen tambin
mltiples asentamientos que podran ser calificados como flexible slums (ver imagen 9c y
9d), pues estn formados por familias que se trasladaron a principios y mediados de 2011
desde otras partes de Bangalore para construir distintos conjuntos de departamentos de
clase media. Hoy la mayora de estas obras parecen estar concluidas, por lo que varias de
las comunidades han desaparecido y otras, segn me contaron los activistas de APSA, al
parecer se trasladaron al terreno vaci que hay cerca de sus oficinas, incrementando el
tamao del pequeo slum que haba inicialmente en 2011.
Quisiera hablar ahora de otra caracterstica que me parece muy importante de los
flexible slums: la capacidad que tienen los integrantes de las familias para adoptar una
flexibilidad laboral que les permita disminuir los periodos de desempleo y maximizar los
ingresos. Empleando a cada miembro de la familia en una ocupacin distinta no slo se
disminuye el riesgo de perder por completo la percepcin de ingresos en caso de
desempleo, sino que tambin se busca incrementarlos al hacer que ciertos miembros se
dediquen a actividades ms remunerativas que otros no pueden realizar; por ejemplo,
recoger basura en la calle, como veremos ms adelante.
Ya mencionamos que el trabajo en la construccin es la ocupacin predominante en
la mayora de los flexible slums. Esto no es distinto a lo que Ramachandran y Subramanian
(2001:72) encontraron para una muestra de 300 slums en Bangalore en 1973 y 1992 cuando el 32 y 38 por ciento de su poblacin, respectivamente, se ocupaba en la
92
Motocicleta adaptada para transportar a varios pasajeros y que funciona como taxi.
Cigarros hechos a mano ampliamente consumidos en India que consisten en tabaco envuelto en hojas de
tendu o de nuez de betel.
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tambin hay una divisin de gnero en el trabajo y una diferencia en los salarios, pues
mientras los hombres estn encargados de entrar en los canales del drenaje para limpiarlos
ganando 150 rupias diarias (35 pesos) -aunque varias veces vi a las mujeres hacer esto
tambin sin recibir ms dinero-, las mujeres son responsables de barrer las calles y
recolectar la basura, ganando 120 rupias diarias (28 pesos). No obstante esta inequidad, los
salarios en la ciudad son significativamente ms altos que en la zona rural de la que
provienen estas familias donde la nica fuente de empleo remunerado, segn testimonios de
los migrantes, es emplendose como coolies o peones para trabajar la tierra de las familias
ms pudientes. En esta tarea las mujeres suelen ganar 50 rupias al da y los hombres 100
rupias. La nica otra alternativa para obtener ingresos en las zonas ms depauperadas es el
programa de empleo rural implementado por el Mahatma Gandhi National Rural
Employment Guarantee Act (MGNREGA) 33 , del que los activistas y polticos hablan
mucho pero que la mayora de las familias entrevistadas desconocan.
Todas las personas que conoc en estos slums que trabajaban para el BBMP lo
hacan por contratos temporales de tres meses y no tenan derecho a ninguna prestacin.
Esta situacin ha llevado ya en varias ocasiones a los pourakarmikas, como se les
denomina a los trabajadores de limpieza empleados por el sector pblico, a organizar
huelgas y manifestaciones, pero an as sus condiciones laborales han mejorado muy poco.
No obstante, entre los logros se cuenta que el gobierno los haya provisto de guantes y palas
para desempear su trabajo (Mohan 2012).
Una tercera alternativa para obtener ingresos para estas comunidades es la de autoemplearse recogiendo basura en las calles. Se trata, como veremos en el siguiente apartado,
de una actividad que por lo general llevan a cabo los nios de ambos sexos, aunque las
nias en menor proporcin y dejan de hacerlo generalmente en torno a los 11 12 aos,
cuando alcanzan la pubertad. Los adolescentes varones por lo general abandonan esta
ocupacin cerca de los 13 14 aos, cuando ya es ms fcil que sean contratados en la
construccin y sobre todo porque sus familias deben comenzar a pensar en su matrimonio.
En las comunidades que pude conocer y que he caracterizado como flexible slums, rara vez
33
Is the indian government job guarantee scheme, enacted by legislation on august 25, 2005. The scheme
provides a legal guarantee for one hundred days of employment in every financial year to adult members of
any rural household willing to do public work-related unskilled manual work at the statutory minimum wage
of 120 rupees (28.5 pesos) per day in 2009 prices. If they fail to do so the government has to pay the salary at
their homes. Http://nrega.nic.in/netnrega/home.aspx
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los adultos se dedicaban a este trabajo y si lo hacan era slo por temporadas cortas,
mientras encontraban otro trabajo. Pero en otros slums mucho ms grandes y antiguos,
como el Rajika Nagar slum o los estudiados por RoyChowdhuri (2011), habitados
mayormente por poblacin Tamil, haban familias donde varios de sus miembros se
dedicaban a esto.
reproducirse sin aquellos sectores o mrgenes que han sido excluidos de los beneficios y
prerrogativas de este modelo econmico. Los parques tecnolgicos, los centros comerciales
y los complejos residenciales de lujo que representan el eptome de los beneficios de la
liberalizacin econmica no podran existir ni funcionar sin los slums que los proveen de
una reserva permanente de mano de obra descalificada, desorganizada y extremadamente
barata, que adems es subcontratada, desprovista de toda garanta laboral y retenida como
parte del mercado informal de trabajo.
Ciertamente en la ciudad los migrantes ms empobrecidos, los exiliados del campo
y los desplazados por el desarrollo urbanizador encuentran nuevas oportunidades de trabajo
pero stas no necesariamente garantizan una movilidad social, sino un simple
desplazamiento de los estratos ms bajos en la escala de castas hacia los estratos ms bajos
de la jerarqua urbana de clases. Esto se evidencia en el hecho de que buena parte de los
migrantes ms pobres, que provienen de las castas ms bajas, con frecuencia son quienes
realizan las labores ms desgastantes, denigrantes y peor remuneradas en la ciudad. Aunque
hay quienes argumentan que el trabajo en la ciudad ya no est ordenado en base a preceptos
de casta (Paulus 1968), lo cierto es que estos migrantes son los nicos dispuestos a vender
su mano de obra por tan poca remuneracin y en tan malas condiciones. Siendo as, ocupan
los escaos ms bajos del mercado de trabajo, por lo que el origen de casta termina
determinando o al menos influyendo en la posicin de clase. Es importante sealar sin
embargo que la migracin a la ciudad muchas veces trae tambin importantes beneficios
para los migrantes, para quienes representa un distanciamiento de las fuertes restricciones
sociales de las castas, principalmente para las mujeres quienes consiguen una mayor
libertad y capacidad de acceder al mercado de trabajo de que lo que les era posible en sus
regiones de origen.
Asimismo, al migrar y conseguir empleo en la ciudad, las familias que habitan los
flexible slums consiguen obtener ms ingresos de los que ganaran en sus comunidades,
pero esto no necesariamente se traduce en mayor bienestar o mejores condiciones de vida.
Su trabajo y su esfuerzo est caracterizado por una transferencia de valor hacia los estratos
mejor posicionados en la escala econmica y social: hacia las corporaciones o las lites de
la nueva ciudad transnacional que se benefician de los servicios baratos que proveen. El
desarrollo neoliberal que genera nuevos mercados de trabajo y atrae a la mano de obra
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el entendimiento sobre las variadas maneras en las que una inmensa porcin de la
humanidad se adapta, transforma, sostiene y reproduce un modelo econmico cada vez ms
globalizado. Pero tambin las mltiples dimensiones en las que el neoliberalismo como
rgimen econmico y de poder se adapta, ajusta y adeca a los contextos polticos y
socioculturales locales contribuyendo a crear y a redefinir los fundamentos y
funcionamientos de los gobiernos, los mercados de trabajo, la ciudadana, la sociedad civil
y las instituciones del estado. Generando nuevas tecnologas para la administracin de los
territorios, el gobierno de las poblaciones y el auto-gobierno de los individuos.
Siguiendo los postulados de Das (2011 y 2012), planteo que los slums deben ser
pensados fundamentalmente no como espacios de carencia, sino como espacios dinmicos
donde son producidas y recreadas nuevas estrategias econmicas y nuevas subjetividades.
As como nuevas formas de apropiarse, habitar y construir el espacio urbano que, como esta
autora muestra (Das 2011), tambin llevan a generar nuevos espacios para la negociacin
poltica y nuevas relaciones con de poder que algunas veces consiguen impactar en la forma
en la que el estado se relaciona con los pobres.
En continuidad con las ideas de Das y Poole (2004) podemos decir que los slums,
entendidos
como
mrgenes
territoriales
y conceptuales,
constituyen
espacios
98
99
Similar a lo que plantean Das y Poole (2004) sobre la labor que el estado lleva a
cabo sobre las poblaciones que habitan en los mrgenes para socializarlas en sus
mecanismos, funcionamientos, aparatos y poderes, las ONG que intervienen en los slums -y
en los nios/as y las familias que los habitan- tambin se dirigen a los mrgenes con una
mayor o menor conviccin de que los problemas de los pobres y los marginados estn
relacionados con su escaso o inadecuado entendimiento sobre el funcionamiento del estado,
del gobierno, las instituciones y la sociedad moderna, as como con una incapacidad para
lidiar y operar dentro de estos sistemas. Algunas de estas organizaciones y/o actores
plantean incluso que los problemas de los nios/as migrantes y trabajadores y de sus
comunidades estn relacionados con una precaria o nula socializacin en los valores,
beneficios y responsabilidades de la ciudadana, la democracia, los derechos de la infancia
o, como veremos en la tercera seccin, el principio universal del inters superior del nio.
Los slums, pensados a partir del concepto de mrgenes no son slo territorios, sino
sitios de prcticas (Das and Poole 2004:8) desde donde se crean, recrean, transforman y
resisten distintas relaciones de poder, modos de gobierno, formas de ciudadana y
regmenes de gubernamentalidad. Mi propuesta busca ampliar los planteamientos de Das
(2004 y 2011) y Das y Poole (2004) para pensar como estos procesos suceden no solamente
de cara al estado y la ley, sino tambin de cara a las ONG y los activistas que funcionan
tambin como generadores de determinadas formas de regulacin y gobierno de las
poblaciones y los individuos. Por lo general las acciones de estos actores estn orientadas y
delimitadas en base a fines y problemticas especficas, por lo que sus intervenciones
pueden funcionar como complemento, punto de partida, sustitucin, continuacin o rechazo
a las acciones del estado. Por tanto, los slums nos interesan no slo como sitios que pueden
ser pensados como los mrgenes del estado o de la economa, sino tambin como mrgenes
donde se crean y ponen en prctica nuevas formas de gubernamentalidad que no
necesariamente emanan del estado, pero que pueden guardar una estrecha relacin con sus
racionalidades de gobierno.
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101
102
A pesar de que no existe un consenso acerca de cul es la cifra exacta, las fuentes no
oficiales coinciden en que India cuenta con el mayor nmero de nios/as trabajadores en el
mundo, aunque hay quienes argumentan que esto se debe en parte a que se desconocen las
cifras de nios trabajadores en China. Segn Mishra (2000:23) el censo de 1971 report
que en India haban 10.75 millones de nios trabajadores, cifra que aument a 13.64
millones para 1981, aunque en 1981 la National Sample Survey Organization (NSSO)
estim esta poblacin en 17.36 millones. Posteriormente, el censo de 1991 report una
supuesta cada de 17.3%, registrando un total de 11.28 millones de nios trabajadores. En
1996 la Organizacin Mundial del Trabajo dio a conocer su estimacin en 23.17 millones
de nios trabajadores, de los cuales 12.67 millones eran empleados de tiempo completo
(Bajpai 2003:151). En 2001 la cifra oficial del gobierno indio reconoca un total de 12.6
millones de nios/as trabajadores y tambin que India es el pas con la mayor incidencia de
trabajo infantil en el mundo (SRCCLK 2009).
Las estimaciones no-oficiales que arrojan cifras significativamente mayores a la
aceptada por el gobierno han sido una a una rechazadas y descalificadas por considerarse
exageradas
poco
acertadas.
Sin
embargo
la
abundancia
de
estimaciones
104
105
Legislacin
En India existen al menos una veintena de leyes que prohben y regulan el trabajo
infantil en los ms diversos tipos de ocupaciones e industrias como la minera, las fbricas
(dos de las ms antiguas), las plantaciones, los puertos, entre otros. Las primeras leyes que
regularon el trabajo infantil en India datan del periodo colonial britnico: Children
(Pledging of Labour) Act de 1933 y The Employment of Children Act de 1938. Con la
independencia de India en 1947 se crearon muchas otras leyes para prohibir el empleo de
los menores de 14 aos en las ocupaciones peligrosas antes mencionadas. Por cuestiones de
espacio no podemos revisarlas aqu, pero nos detendremos en el la ley ms reciente que es
tambin la ms relevante por ser la ms comprensiva y uniforme (Bajpai 2003), pero que al
mismo tiempo es vista por algunos especialistas como un reconocimiento del fracaso para
frenar la perpetuacin del trabajo infantil (Ramanathan 2000). Se trata del The Child
Labour (Prohibition and Regulation) Act de 1986, una ley que ha sido ampliada un par de
veces desde su promulgacin. Lo ms importante a decir sobre esta ley es que parte del
principio de que no todo el trabajo infantil es explotacin infantil. Por lo tanto no lo prohbe
en su totalidad, sino que estipula una serie de ocupaciones e industrias en las que los
menores de 14 aos tienen completamente prohibido trabajar por ser consideradas
peligrosas. Esta misma ley establece ciertos procedimientos y normas para regular el
empleo de los menores de 14 aos en aquellas ocupaciones que no se consideran nocivas,
as como para el empleo de los mayores de 14 aos y de 16 aos en distintas industrias, en
trminos de duracin de las jornadas, periodos de descanso, condiciones de empleo,
etctera.
Las crticas ms relevantes que se han hecho a esta ley son: a) que aunque prohbe
el empleo de menores de 14 aos en una enorme variedad de industrias, la prohibicin no
se aplica a los talleres donde los nios/as trabajan ayudando a sus familias, lo cual ha
dejado abierta una enorme ventana para la violacin de la ley. b) No ofrece una definicin
clara del papel que los subcontratistas y enganchadores juegan en la produccin y
reproduccin del trabajo infantil, dejndolos por tanto, fuera del alcance para su regulacin
y sancin (Bajpai 2003). c) Al permitir que los nios/as trabajen el estado se libra de una
parte de la responsabilidad de mejorar las condiciones de explotacin en las que son
106
Condiciones de trabajo
Investigar las condiciones en las que los nios trabajan en India es una tarea difcil.
Es difcil en trminos empricos porque una gran proporcin de los nios trabaja en talleres
domsticos, fbricas clandestinas o en sus propios hogares y, por lo tanto su trabajo es
invisibilizado. Tambin porque al existir una legislacin que prohbe el trabajo de los
menores de 14 aos en un amplio nmero de oficios e industrias, es lgico que los
contratistas, los padres y los empresarios se muestren reacios a informar sobre la existencia
de nios en sus instalaciones y a hablar sobre sus condiciones de contratacin y de trabajo.
107
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Al leer los distintos reportes e investigaciones sobre el trabajo infantil uno puede ver
que la gran mayora de los oficios realizados por los nios se desenvuelven en entornos
sumamente sucios, hacinados y contaminados, con iluminacin y ventilacin muy precaria
(Burra 1995; Burra 2005; Coursen-Neff, et al. 2003; DN 2012; Gayathri 2002; ICN 2011;
Lieten, et al. 2004; Mishra 2011b; NDTV 2011; Pati 1991; Singh 1990; Tripathy 1997). A
esto se suma que en muchos casos los nios estn en permanente contacto con sustancias y
agentes qumicos, y que las actividades que desarrollan son sumamente montonas y
sedentarias. En ocasiones los nios permanecen sentados, hincados y/o doblados en la
misma posicin durante toda la jornada de trabajo que, como hemos visto, puede durar
incluso ms de doce horas. Todo esto les genera constantes y peligrosos daos a la salud.
Las afecciones ms frecuentes reportadas son tuberculosis, asma, bronquitis, catarro,
pleuresa y otras afecciones respiratorias, dolor de cabeza, mareos, dolor de espalda, de
articulaciones y de cuerpo, hinchazn de las piernas, dolor de ojos, prdida de la
visibilidad, cortes y rasguos en manos y extremidades, decoloracin, descamacin y
erupciones de la piel, e incluso cncer (Burra 1995; Singh 2002). A estas afecciones se
suma el grave estado de desnutricin y anemia que padecen la inmensa mayora de los
nios/as, lo cual los hace todava ms vulnerables a contraer enfermedades o desarrollar
padecimientos crnicos a causa de la exposicin constante a diversas sustancias txicas.
Los ingresos que los nios obtienen por su trabajo son muy variables, dependiendo
de la industria en la que se encuentren trabajando, si la paga es por pieza o por jornada, si
se trabaja en un taller familiar o para un contratista, etctera. Segn lo reportado por Mishra
(2000:133) para la industria textil de exportacin, los nios aportan entre el 30% y el 40%
de los ingresos familiares cuando sus padres tambin trabajan, y entre un 50% y 80%
cuando sus padres no se encuentran empleados.
En India el abuso y la perpetuacin del trabajo infantil est ntimamente relacionada
con la idea de que si los nios no aprenden un oficio desde pequeos, despus les ser muy
difcil encontrar trabajo o desarrollar un oficio (Bajpai 2003:178). Esta concepcin es
compartida tanto por padres de familia, como por empleadores y polticos permisivos, y
muchas veces tambin por los propios nios, que consideran que tienen que soportar toda
clase de maltratos e incluso estar dispuestos a trabajar sin recibir paga con tal de recibir ese
preciado aprendizaje y una somera esperanza de movilidad social. Empero, especialistas en
109
el tema como Burra (1995) y Woodhead (1999) han comprobado que esto no es as, pues
los nios suelen ser empleados como aprendices y ayudantes en las tareas menos complejas
que no requieren ni alientan mayor aprendizaje, pero que son las peor pagadas, las ms
desgastantes, repetitivas y demandantes fsicamente.
Es importante sealar que las condiciones de abuso y explotacin son todava
peores para los nios trabajadores que han sido traficados de otras regiones para conseguir
empleo, que han migrado por su cuenta, escapado de su casa o que han sido entregados por
sus propias familias a los empleadores a cambio de prstamos y adelantos de dinero, todo lo
cual los somete a condiciones de vida y de trabajo que pueden considerarse como
manifestaciones modernas de esclavitud (Breman, et al. 2009; Coursen-Neff, et al. 2003;
ICN 2011; Mishra 2011b). Casi siempre son obligados a vivir en las mismas instalaciones
donde trabajan, en condiciones tan precarias e inhumanas y recibiendo salarios tan
pauprrimos que a muchos les es imposible escapar de esta situacin. A esto contribuye el
hecho de que no cuentan con ninguna red de apoyo en las localidades donde son
empleados, lo que hace todava ms invisible su explotacin a ojos de la comunidad
receptora y de sus propias familias.
110
benficas para que los empleadores puedan ocultar el trabajo infantil o negar su
implicacin directa. A esto se suma que el trabajo infantil subcontratado no est
regulado por la ley (Mishra 2000:109). A esto debemos sumar una hbil
combinacin de las actividades productivas con las actividades cotidianas y
reproductivas del hogar al emplear a la familia entera, uno de los mecanismos
ms efectivos de precarizacin e invisibilizacin del trabajo infantil.
112
rupias por una jornada o ms de trabajo (Vinita 2001). Los distritos con mayor incidencia
de trabajo infantil son los de Gulbarga, Bellary, Dharwar, Raichur, Belgaum y Bijapur, al
norte de Karnataka. Los nios/as migrantes trabajadores hablantes de kannada que
participaron en este estudio provienen todos de alguno de estos distritos, los cuales han sido
categorizados en la ltima cohorte del ndice de Desarrollo Humano calculado por el
gobierno de Karnataka.
Las cifras censales muestran sucesivas etapas de incremento y descenso en el
nmero de nios/as trabajadores entre 1961 y 1991, que de acuerdo a Gayathri (2002)
pueden deberse no a las modificaciones que la definicin de trabajo infantil ha sufrido
durante las ltimas dcadas, as como a un cambio en la metodologa y, posiblemente
tambin en el aumento de la migracin de los nios. De hecho esta autora reporta una
disminucin en la tasa de participacin laboral tanto de nios como de nias en el medio
rural consustancial a un incremento de ambas en el medio urbano para ciertos distritos. Ha
sido en el distrito de Bangalore donde esta tendencia ha sido ms clara, sobre todo a partir
de la dcada de los 80s, habiendo disminuido el trabajo infantil en el sector agrcola y
aumentado en el urbano, donde principalmente los nios encuentran una mayor variedad de
ocupaciones y posibilidades de empleo.
Result sumamente difcil encontrar cifras sobre trabajo infantil en los distritos
urbano y rural de Bangalore, pues ni siquiera el rgano oficial encargado de documentar y
erradicar el trabajo infantil en el estado, el Karnataka State Child Labour Eradication
Project ofrece datos concretos. Solamente se encontr una encuesta realizada en 198
sectores del distrito urbano de Bangalore, donde se encontraron 11,516 nios/as
trabajadores con edades entre los 9 y los 14 aos (Mutharayappa 2012). Las estimaciones
no oficiales de algunas de las principales ONG que trabajan en el sector desde hace varios
aos apuntan a un par de centenares de miles de nios/as y enfatizan en que lejos de
disminuir, en la ciudad el problema se ha agravado debido a la migracin y el trfico
infantil.
Adems de la encuesta se pudo encontrar un estudio cuantitativo que no debe ser
extrapolado para comprender el panorama actual por el tipo de muestra y su antigedad,
pero que resulta valioso por ofrecer la posibilidad de trazar comparaciones y notar las
tendencias que continan hasta el da de hoy. Se trata del trabajo de Krishnakumari (1985)
113
114
En esta seccin hablar sobre el trabajo y las vidas de los nios que han migrado
junto con sus familias a la ciudad de Bangalore y se emplean en distintas actividades
econmicas. La mayora de los nios con los que pude trabajar se auto-emplean en la
recoleccin de basura en las calles, pero tambin pude conocer y entrevistar a nios que
trabajaban como coolies en la construccin, como vendedores callejeros o pidiendo
limosna. El trabajo de las nias por lo general consiste en hacerse cargo de las labores
domsticas de su casa y varias de ellas trabajan adems como empleadas domsticas en
casas cercanas a su slum.
La intencin de este apartado es mostrar el papel y la importancia del trabajo de
estos nios y nias en el contexto familiar. Reflexionar sobre el papel que juega en la
adaptacin de las familias y la comunidad migrante a la ciudad y lo que la enorme
capacidad de estos nios/as para adaptarse y generar estrategias para poder desarrollar su
trabajo y enfrentar distintos contratiempos nos dice sobre sus formas de adaptarse a la
115
sociedad y la vida urbana, y el lugar que sta les reconoce. Un primer objetivo es situar y
entender a estos nios en el contexto de las dinmicas socioeconmicas y laborales que
expulsan a sus familias del campo y hablar de las causas que los llevan a trabajar. Empero,
lo que se busca no es simplemente describir un caso ms de migracin interna rural-urbana
impulsada por la pobreza, sino mostrar cmo estos nios/as, el trabajo que desempean, las
funciones y responsabilidades que adoptan dentro de su familia, as como las estrategias
que ellos mismos crean para trabajar y obtener ingresos, nos permiten ver cmo
contribuyen a generar nuevos modos de subsistencia que ayudan a sus familias a superar las
crisis que por distintos motivos enfrentan y a sobrevivir en el sistema econmico en el que
se insertan. Al hacer esto, los nios/as generan nuevos modos de vida y nuevas estrategias
de trabajo y supervivencia que ciertamente les permiten adquirir importantes habilidades,
pero stas no siempre los hacen felices ni los satisfacen.
Entre los retos ms importante de esta seccin est el ofrecer una descripcin
etnogrfica lo ms profunda y reflexiva posible sobre las experiencias y las formas en que
estos nios/as conciben sus vidas y sus trabajos. Pero sobre todo construir un relato
etnogrfico que nos permita entender a los nios/as migrantes y trabajadores no como
sujetos victimizados, sino destacar los mltiples matices y claroscuros que definen sus
experiencias de vida y de trabajo. Es por tanto un inters de esta seccin (sin por ello querer
minimizar ni pasar por alto en lo ms mnimo los retos, el sufrimiento y los problemas a los
que en mayor o menor medida estos nios/as se enfrentan), centrar el enfoque analtico y la
reflexin, en cmo estos nios/as migrantes y trabajadores cumplen con un rol que sus
familias y ellos mismos han construido, generan estrategias que los convierten en
trabajadores enormemente creativos, emprendedores y resilientes, pero tambin altamente
flexibles, auto-explotados y marginados. Se abordar por lo tanto dos aspectos
fundamentales para entender el trabajo infantil: cmo se construye y qu papel juega la
responsabilidad que los nios/as trabajadores sienten de contribuir econmicamente a la
reproduccin de sus familias; y en qu manera su trabajo incluye en la construccin de sus
identidades individuales y colectivas.
La mayor parte de mis observaciones y entrevistas con los nios y nias
trabajadores fueron realizadas en tres slums: Krishnapa Garden, RajaRajika, Konena
Agrahara y Rama Temple puesto que en el primero los activistas de The Concerned For
116
117
realizar las historias de vida de Rajika y Bala, dos jvenes que durante toda su infancia
trabajaron como pepenadores y en otros oficios, fue de crucial importancia para poder
entender mejor las dinmicas de vida y de trabajo de los nios pepenadores o wastepickers.
Rajika34, una jovencita brillante y tenaz de 18 aos que al momento de mi trabajo de
campo cursaba el primer ao de estudios en la universidad, apoyada por la Organizacin
No Gubernamental The Concerned For Working Children (TCFWC), naci en Bangalore
de padres migrantes de origen tamil. Durante toda su infancia Rajika trabaj recogiendo
basura en las calles cercanas a su slum. Cuando le pregunt cul era su opinin sobre el
hecho de que los nios trabajaran, ella me dio una respuesta que a mi parecer engloba los
elementos fundamentales para entender el fenmeno: la acuciante precariedad econmica
que agobia a las familias, el sinsentido de un Estado que responde a un problema estructural
con soluciones autoritarias, un sistema educativo totalmente desvinculado de las
necesidades de los nios/as ms pobres y que termina expulsndolos de sus aulas, y la
profunda brecha que separa a un nio/a pepenador de todos aquellos individuos cuyo
estatus, poder econmico, capital cultural y educacin les proporcionan la legitimidad, las
herramientas y los conocimientos necesarios para ascender en la escala social.
- Rajika: A nadie le gusta trabajar, todos preferiran estudiar, pero su situacin econmica no es
buena y por eso tienen que trabajar. Al gobierno se le hace fcil decir los nios no deberan de
trabajar, si trabajan los arrestaremos, pero eso no es bueno, porque nosotros no lo hacemos por
gusto y no basta que simplemente nos obliguen a ir a estudiar. Tienen que darnos algo para que
mejore la situacin de nuestras familias. Si hicieran eso definitivamente voy a dejar de trabajar e ir a
la escuela. Nosotros tambin pensamos en nuestro futuro y queremos una buena vida, no es que no
nos importe. Por ejemplo en mi caso mi mam no tiene marido, tengo varios hermanos y si ella se
enferma y no puede trabajar cmo vamos a vivir? Cmo puedo decir que no voy a trabajar, que
slo voy a ir a la escuela? Si todos tuviramos dinero y viviramos en una buena situacin, nadie
trabajara. Pero tambin a los nios no les gusta la escuela, no les gusta el ambiente. Los nios tienen
que estar ah, sentados, callados, desde las 8 de la maana hasta las 4 de la tarde, simplemente
escuchando, escribiendo, no pueden hacer nada ms. Eso es algo muy difcil de hacer (estar quietos
tanto tiempo), as no estn aprendiendo nada. A muchos nios no les gusta ese tipo de escuelas,
queremos aprender distintas cosas de formas diferentes, con muchos mtodos. No slo estamos
interesados en lo que pas en el pasado, tambin nos interesa el presente, nos interesa el futuro y
cmo es el mundo ahora, no slo el pasado, no es til todo el tiempo y para todo. Queremos saber
sobre el pasado, pero no podemos estudiar eso todo el ao! No es bueno. Si dejo la escuela en
sptimo grado y no puedo regresar, qu voy a hacer con eso? Cmo puedo vivir en la sociedad,
34
Quiero aclarar que a pesar de caer dentro del rango de edad que la Convencin Internacional Sobre los
Derechos del Nio (todos aquellos menores de 18 aos) no tomo los testimonios y reflexiones de Rajika como
los de una nia, sino como los de una jovencita que fue nia trabajadora. Ella y otros adolescentes que
entrevist se refieren a s mismos como nios solamente cuando se incluyen en la colectividad que las ONG
con las que ha tenido contacto han denominado nios, pero cuando hablan a ttulo propio y sobre el
presente en realidad no se reconocen como tales.
118
saber cmo funciona, cmo es la gente si no tengo conocimiento de cmo moverme, no tengo coraje,
no tengo valor, no tengo otros conocimientos, entonces cul es el uso de la educacin para m? Esa
es una gran pregunta.
119
120
temporalmente, prestndoles un espacio para que puedan clasificar los desechos y bicicletas
para transportarlos, aplicndoles una estricta disciplina para asegurar que al terminar
dejarn todo limpio.
121
Shambu comprenda 2.7 km, la de Ganesha 3.8 y el ejemplo que Methu dio de un recorrido
cotidiano con el camin de la basura del BBMP era de 4.89 kilmetros. Cuando los nios
hacen ms de un recorrido al da stos por lo general van de las seis o siete de la maana
hasta las diez u once, un segundo de las doce o una hasta las tres o cuatro de la tarde y
algunas veces realizan todava un tercer recorrido ms corto de las cuatro a las cinco o seis
de la tarde. Los recorridos estn intercalados con periodos de juego y descanso para comer
algo, normalmente cuando los padres regresan de trabajar. Por las tardes, durante la ltima
hora de luz del da y a veces ya durante la noche, los nios separan y clasifican los
desechos y cuando han acumulado suficiente de algn material: plstico, metal, cartn,
PET, madera, etc., lo llevan a la tienda local de reciclaje donde intermediarios les pagan
una cierta cantidad por kilo, dependiendo de la fluctuacin de los precios en el mercado del
reciclaje. Desde luego, los abusos y las arbitrariedades no se echan en falta y varias veces
los nios regresan a casa con menos dinero del que deberan porque los intermediarios han
decidido que el precio de el material est devaluado, o porque su basura no es de suficiente
calidad, pues a decir de stos se encuentra sucia, mojada o mal separada.
Methu y Lingappa, que decan tener 11 12 aos35, son los nios de mayor edad y
ms pericia dentro del grupo de ragpickers. Cuando los conoc, haca algunos meses que
haban reemplazado a otros dos chicos ms grandes que haban conseguido trabajo en la
construccin pero solan realizar rondas de recoleccin de basura junto con el camin y el
equipo de hombres contratados por el BBMP durante la madrugada, en el barrio donde se
encuentra su slum. El trabajo de estos dos chicos consista en caminar junto al camin de la
basura y acarrear los botes o las bolsas que las familias depositan fuera de sus casas y
edificios hasta ste para que los empleados del BBMP las pusieran dentro, as como
recolectar la basura que haba sido desperdigada por perros callejeros u otros pepenadores.
Una vez terminado el recorrido o durante el trayecto final, su labor era abrir las bolsas y
realizar una clasificacin parcial de la basura. Methu y Lingappa no reciban una paga por
este trabajo, su recompensa consista en que al final de la jornada de recoleccin los
empleados del BBMP les dejaban llenar sus costales con los desechos reciclables que
pudieran encontrar luego de que stos hubieran retirado ya las cosas en buen estado que
35
Fue muy difcil conocer la edad precisa de los nios pues sobre todo en el medio rural una enorme porcin
de la poblacin carece de registros de nacimiento, y porque el recordatorio o celebracin del cumpleaos no
es una costumbre.
122
pudieran ser reutilizadas en sus casas y los desechos de mayor valor en el mercado del
reciclaje, tales como objetos de metal, placas grandes de cartn, paquetes de peridicos o
piezas de plstico slido.
Por lo general la venta de los desechos que Methu y Lingappa recolectaban del
camin del BBMP les generaba ingresos suficientes para cubrir su cuota diaria, es decir,
entre 200 y 300 rupias dependiendo de la calidad de la basura recolectada. Cuando sus
ingresos eran menores a estas cantidades ambos recurran a la recoleccin en las calles para
complementar sus ingresos. Tener acceso a esta forma de trabajo confera a estos dos nios
un mayor estatus, en primer lugar porque su colaboracin con los empleados del BBMP
les permita evitar varios das a la semana el cansancio de tener que caminar grandes
distancias para poder recolectar los desechos suficientes y despus cargar los pesados
costales de regreso a casa, as como evitar los peligros y encuentros desafortunados que se
dan cotidianamente con los residentes de las zonas que los nios visitan. Pero sobre todo
porque esta dinmica permita que la gente de los vecindarios los asociara con los
empleados de la municipalidad y no los identificara nicamente como nios pobres o de la
calle. Esto a su vez les permita pensarse a s mismos como nios menos sucios y con una
mejor posicin que los nios que trabajaban todos los das recorriendo las calles por su
cuenta. Para Methu principalmente, el hecho de haber comenzado a trabajar junto con el
camin de la basura significaba haberse colocado en una posicin tan distinta a la de
quienes van caminando por las calles, que l se llamaba a s mismo trabajador del BBMP
y muy ufano nos contaba cmo llegaba en la madrugada a la oficina de los pepenadores del
BBMP para compartir t y galletas con ellos. Relat adems que recientemente se haba
enamorado de una nia hind que viva en uno de los departamentos de la zona que sola
recorrer y que ahora poda atreverse a mirarla a los ojos.
Los motivos de este comportamiento nos abren una esfera de reflexin de suma
importancia: el significado que trabajar como recogedor de basura cobra en una sociedad
extremadamente desigual, signada todava en muchas esferas de la vida socioeconmica y
poltica por la jerarqua de castas. A esto deben aadirse las implicaciones de un modelo
econmico en el que las inequidades socioeconmicas, nacionales y regionales han podido
ser capitalizadas para reproducir regmenes de trabajo altamente explotadores y
excluyentes.
123
su hermana mayor no haban podido encontrar otro trabajo que no fuera limpiando las
calles, como empleados temporales del BBMP. El trabajo de su padre consista en
introducirse en los canales de drenaje para limpiarlos y desobstruirlos, sacando toda clase
de basura y desechos en descomposicin, mientras que su madre y hermana deban barrer y
recoger la basura tirada en las calles. Sin duda una experiencia dura para una familia que
hasta haca algunos aos cultivaba su propia tierra e incluso posea algunas cabezas de
ganado. Que viva en una casa de adobe totalmente distinta al refugio de plsticos y
materiales reciclables en el que vivan en Bangalore, bastante ms espaciosa, fresca y
cmoda, con electricidad y una toma de agua cercana. No es que fuera una subsistencia
exenta de dificultades, pero la calidad de vida que Shambu y su familia tenan en su pueblo
de origen era notablemente mejor a la que caracteriza la vida en los slums de la ciudad y
este era el caso para la mayora de las familias de Rama Temple. Afortunadamente las cosas
cambiaron tiempo despus y los padres y la hermana de Shambu pudieron encontrar trabajo
en una construccin. Los ingresos familiares incrementaron apenas un poco, pero lo ms
importante es que haban podido dejar de realizar un trabajo que es percibido como sucio
y denigrante.
En una ocasin que nos encontrbamos en el Rama Temple slum, una de las
activistas de TCFWC retom una discusin que se haba presentado durante visitas
anteriores: la posibilidad de que los nios dejaran de trabajar para asistir a la escuela. Les
dijo a los nios que el da anterior haba hablado con la maestra de una escuela muy
cercana y que sta le haba dicho que admitiran a los nios; y que incluso varios de ellos se
haban inscrito haca varios meses y luego dejaron de asistir. La maestra incluso revel que
tenan un buen nivel acadmico y que se notaba que haban asistido a clases en sus lugares
de origen. La activista comparti con los nios/as la conclusin a la que haba llegado la
maestra: que dejaron de ir a la escuela porque les interesaba ms ganar dinero que aprender.
Las reacciones de los nios/as no se hicieron esperar. Ribhu, que es uno de los mayores y
trabaja en la construccin como coolie, dijo que este no era el momento para estudiar, que
en este momento haba que ganar dinero y cuando fueran ms grandes, entonces podran ir
a la escuela. Pero no todos pensaban igual que l y algunos dijeron que la haban dejado
porque tuvieron que ir a su pueblo. Lingappa tena una opinin contraria a la de Ribhu:
125
ahora somos jvenes, tenemos que ir a la escuela para aprender. Ya que seamos grandes
vamos a trabajar.
Pero la cuestin es mucho ms compleja que esta simple discordancia de lo que los
nios deben hacer o no y en qu momento, pues cuando la activista les dijo que podran
intentar trabajar en la madrugada y luego ir a la escuela a partir de las 9 de la maana
(propuesta que no entusiasm particularmente a los nios), Lingappa explic que no sera
as de simple:
- Lingappa: No, akka 36 , djame explicar. Nosotros tendramos que ir a recoger el papel (los
desechos), luego llevar la bolsa a la casa, baarnos y alistarnos y despus ir a la escuela. Pero qu
hay de la otra gente? Nosotros recogemos basura, no? No podemos mostrarle nuestra cara a otros.
Nos sentimos avergonzados.
- Activista: Por qu?
- Lingappa: Porque somos ragpickers. Y sabes lo que pasa? La gente nos seala y lo dice, que
recogemos basura.
- Harish: Se burlan de nosotros.
- Activista: hay muchos nios que trabajan en el campo antes de ir a la escuela, que tambin se
ensucian y tienen que baarse antes de ir a la escuela.
- Lingappa: Akka, eso no es lo mismo. Eso es diferente y esto es diferente.
- Activista: Pero no debera de ser visto diferente.
- Lingappa: Akka, no ests entendiendo.
- Activista: Qu quieres decir con que es diferente?
- Lingappa: Que nosotros recogemos lo que est tirado. No puedes hacer eso e ir a la escuela. Es
una cosa o la otra.
Los nios nos explicaron que no slo los nios se burlaban de ellos y los miraban
mal por el trabajo que realizan, tambin los maestros los discriminaban. Los nios hablaron
de maltratos fsicos y psicolgicos de maestros que los regaaban por llegar sucios y con
retraso por estar trabajando, o que los humillaban dicindoles que ellos no servan para
estudiar, slo para hacer el trabajo que estaban haciendo. Porque en la sociedad, el
ragpicking es visto como el trabajo manual ms sucio y bajo que puedas hacer me explic
la activista. No se trata simplemente de administrar el tiempo entre el trabajo y el estudio, la
cuestin es que haber trabajado recogiendo basura ha marcado a los nios sealndolos
como diferentes al resto, excluyndolos de la posibilidad de gozar y acceder a los mismos
espacios que los nios que por no trabajar o tener otras ocupaciones podan no ensuciarse.
Methu habra de dejar las cosas claras cuando, siguiendo el argumento de Lingappa,
explic:
- Methu: Sir, we have been spoiled (hemos sido daados). Antes iba a la escuela (en el pueblo de
origen), pero ahora no podemos. Trabajamos recogiendo basura y arruinamos nuestra vida.
36
126
La aseveracin de Methu es crucial porque revela la idea de que mientras los nios
estn realizando ese trabajo hay una consecuencia ineludible, que mancha, los asla y
excluye, equiparable quizs solo a la percepcin que las nias que se ven obligadas a
prostituirse tienen sobre su trabajo (Woodhead 1999). Hay que sealar que esta exclusin
no ocurre slo respecto de la gente de su pueblo, como veremos ms adelante con el
testimonio de Lingappa, sino tambin respecto de la comunidad urbana en la que se
encuentran viviendo, donde pasan a ocupar el estatus ms bajo de la escala social, ya no
determinado por la casta necesariamente, sino por la clase y la ocupacin. Esto nos lleva a
recuperar las ideas de Lindn (2003) acerca de la importancia de pensar a la precariedad
laboral ms all de las condiciones de trabajo, como una experiencia vivida que permea
casi todas las dimensiones de la vida de los sujetos. Por lo que es importante entenderla
como un conjunto de prcticas y esquemas de sentido que interfieren en la construccin y
reconstruccin de su identidad. La precariedad laboral impone a los individuos la necesidad
de negociar su identidad constantemente, pues cada experiencia laboral le implica al sujeto
un reposicionamiento frente a los otros y en consecuencia, una reconstruccin de su s
mismo (Lindn 2003:337). Entender cmo afectan las concepciones y experiencias
vividas del trabajo y de la precariedad las vidas y la construccin de las subjetividades de
los nios trabajadores es un elemento central para poder entender cmo funciona y se
perpeta el trabajo infantil. Pero tambin nos permite entender cmo las experiencias de
precariedad y explotacin pueden ser vividas como plataforma para la resistencia ante las
circunstancias, que llevan a los nios a cuestionar su cotidianidad y buscar otras
alternativas. Tal es el caso de Shambu, que a raz de las duras experiencias de trabajo en
Bangalore eventualmente confront a su padre para establecer un acuerdo que le permitiera
aportar ingresos de manera eventual sin perder la oportunidad de ir a la escuela.
Gangamma, una nia de unos once aos, volva una tarde al slum despus del
primer da de salir sola a recoger basura (fue la nica vez que vi que una nia de esta
comunidad recogiera basura en la calle), yo me acerqu entusiasmada porque das antes nos
haba platicado que haba estado observando y aprendiendo de los nios y ella tambin
quera probar a hacer ese trabajo y ver cunto dinero poda ganar, as que le pregunt cmo
se senta. Me respondi que su mam la haba regaado y le haba dicho que su prestigio
se ira, y que no volviera a hacerlo. De manera muy similar, cuando durante semanas
127
enteras intent convencer a los nios de que nos dejaran acompaarlos en una jornada de
trabajo, ellos se negaban rotundamente, alegando que se perdera mi respeto37. Pero poco
importaba que yo les explicara que eso no me preocupaba o que en mi familia nadie me
regaara, y que yo prefera aprender de ellos la forma en la que trabajaban. Aunque poco
despus habra de darme cuenta que si bien mi prestigio haba sido una preocupacin
inicial, en realidad no era el nico ni el ms importante impedimento para que yo rondara
las calles a su lado. A Methu, por ejemplo, le preocupaba mucho ms la forma en la que yo
me vesta y lo que la gente pensara de m y, por consecuencia de l si nos vean juntos. A
pesar de estar casada no llevaba conmigo ningn smbolo que lo mostrara, como anillos en
los dedos del pie, un bindi en la frente o una lnea rojo carmes sobre la raya del pelo.
Explorar las ideas acerca del buen/mal trabajo y la suciedad/limpieza con algunos
nios/as y adolescentes de origen tamil del Krishnapa Garden slum, algunos de los cuales
representan la primera generacin que ha podido estudiar en sus familias (que no
contemplan ya la posibilidad de volver a su pueblo de origen a vivir), permiti comprender
mejor los significados de la precariedad laboral. En esta comunidad los nios/as consideran
un buen trabajo a aqul que les permite estar limpios, no tener que esforzarse demasiado, y
adems aprender buenas palabras y comportamientos, u otros posibles oficios de mayor
estatus. Pero un buen trabajo es adems el que algn da, apuntaba Shankara, les permitira
vivir fuera del slum. Para l, el trabajo de vendedor en alguna tienda o bazar, de chofer,
ayudante o mensajero en alguna multinacional eran algunos ejemplos de este tipo de
trabajos. Las nias y adolescentes como Gouranji, Lakshmi o Mownika preferan trabajos
como el de secretaria o cajera, aunque tambin reconocan que a veces haba que trabajar en
lo que se pudiera. Cuando el activista cuestion la postura de Shankara diciendo que en
esos trabajos no se ganaba un buen sueldo, ste le contest:
Antes que el sueldo est el descanso, estos no son trabajos pesados. Y podemos estar limpios,
todo el da estamos fuera del slum y podemos permanecer limpios. Adems vamos a estar con otra
gente y vamos a aprender buenas palabras. Si aprendemos a hacer un buen trabajo tambin
aprenderemos eso y podemos hacer algo. Por ejemplo, si l trabaja en una tienda despus tal vez l
tambin podr abrir una tienda. Si aprendemos a hacer buenos trabajos ahora nos ayudar para en el
futuro tener buenos trabajos. Por eso los nios deben buscar ese tipo de trabajos.
37
Respeto y prestigio fueron las palabras que segn los activistas mejor traducen los trminos del kannada
mannisu y gaurava, utilizados por los nios.
128
Pero qu pasa, inquir, con los nios que no podan estudiar para conseguir despus
esos buenos trabajos porque sus paps estn muy endeudados y ellos sienten que tienen
que ayudar.
- Shankara: Si los nios estn en esa posicin pues tienen que trabajar, pero tienen que ser limpios y
hablar buenas palabras y tienen que juntarse con gente buena/correcta. Porque ahora que son
pequeos y empiezan a ganar dinero aprenden a fumar, aprenden a tomar y a ir al cine todos los das.
Est bien que vayan al cine, no digo que no, pero slo una vez al mes. Pero cuando son pequeos lo
que quieren es fumar y tomar, y cuando hacen ese tipo de trabajo (el trabajo que no es bueno y que
no te permite estar limpio), entonces aprenden esos hbitos. Por eso si tienen un buen trabajo no van
a aprender nada de eso. Cuando no tienen otra alternativa tienen que trabajar en eso que hacen, pero
no deben de aprender malos hbitos, eso es todo. No podemos decirles que no (trabajen).
129
a los centros manufactureros para ser empleados en talleres, obrajes y traspatios que pueden
permanecer ocultos durante dcadas38.
La cuestin es que el desprestigio y la vergenza que este trabajo les provoca a
estos nios no es un asunto solamente de burlas en la escuela, a donde en todo caso han
dejado de asistir. Lingappa, que es el mayor del grupo de nios pepenadores y quizs el
ms reflexivo explic que desde que lleg a vivir a Bangalore y empez a trabajar como
ragpicker su situacin en su pueblo ha cambiado mucho. Relat que antes tena ms amigos
y que cada vez que alguien se burlaba de l, l poda defenderse y tener el apoyo de ellos.
Pero ahora tambin en el pueblo las cosas se han vuelto difciles para l porque los
muchachos ya no lo saludan como antes.
- Lingappa: ya no me dan respeto como antes porque saben que estoy aqu y cul es mi trabajo, que
hago este trabajo. Nosotros no lo decimos cuando vamos, pero mucha gente viene del pueblo y nos
ve. Cuando pasan cerca de m y los saludo ellos no me saludan, aunque cuando estoy all me puedo
baar todos los das y me pongo ropa limpia. Cuando pasan cerca de m dicen: por qu saludas a un
pepenador.
Human Rights Watch y UNICEF han estimado el nmero de nios/as trabajadores en India entre los 60 y
115 millones. Se estima que al menos 15 millones de stos trabajan en condiciones de semi-esclavitud como
bonded labourers (Coursen-Neff et al. 2003) y por lo menos 200,000 de stos son traficados cada ao desde
otras regiones de India (Chamberlain 2012). Por otra parte, recientemente, India ha sido reconocido como el
pas con el mayor nmero de el mayor nmero de personas en condicin de esclavitud moderna, pues aqu se
encuentran 13,956,010 de los 29.8 millones de personas a nivel mundial, es decir casi la mitad estn en India
(GSI 2013). Close, Paul
2009 Making sense of child labour in modern society. Sociological Studies of Children and Youth 12:167194.
130
no tenan otra opcin que trabajar como pepenadoras, pero tambin porque hace diez aos,
mucha ms gente de su slum se dedicaba a lo mismo, incluidos varios adultos
(principalmente mujeres), lo cual les permita no sentirse tan estigmatizados. Esto est
relacionado adems con el hecho de que las familias migrantes que habitan en su slum eran
considerablemente ms pobres que las familias del norte de Karnataka. Procedentes de
comunidades rurales de campesinos sin tierra en Tamil Nadu y de casta baja, muchas de
ellas Dalits (intocables), Rajika explica que ella y sus paisanos no tienen miedo a hacer
trabajos duros pues al final cualquier trabajo es bueno, porque lo estamos haciendo por
nosotras, por nuestra comida, entonces ningn trabajo puede ser malo.
- Rajika: Cuando trabajbamos alguna gente tambin nos deca: ustedes son nias, este trabajo no
es bueno para ustedes, por qu hacen este trabajo, deberan hacer trabajo domstico o trabajar en la
construccin. Pero no bamos a esos otros trabajos porque el trabajo de pepenadores es bueno, eso
sentamos, porque siempre estbamos juntos entre amigos y porque cuando eres nia no es fcil que
te den otro trabajo. En el trabajo domstico a veces no te aceptan y en la construccin es un trabajo
muy difcil, no podemos hacerlo. Pero el trabajo de pepenadores era fcil para nosotras y cuando
queremos descansar podemos hacerlo, no tenemos que pedirle permiso a nadie. Si queremos trabajar,
trabajamos, si no queremos trabajar no lo hacemos, es por eso que nos gustaba ese trabajo. Pero la
gente, la sociedad nos vea mal por hacer ese trabajo. Para los nios varones es todava ms difcil,
por el prestigio, porque cuando crecen sus amigos les dicen que no es bueno que hagan ese trabajo y
cuando salen la gente los ve muy mal, despus no les dan otro trabajo, entonces trabajan en eso slo
cuando son nios, cuando crecen lo dejan de hacer porque se sienten avergonzados de que los vean
trabajando as, las muchachas los van a ver que estn sucios y despus no van a querer casarse con
ellos. Cuando estamos trabajando como pepenadores no estamos limpios, estamos muy sucios, no?,
y la gente nos ve muy mal. Las nias tambin nos sentimos avergonzadas cuando crecemos, pero
nosotras no tenemos otra opcin. Y cuando s tenemos otra opcin a veces no podemos tomarla
porque ya le pedimos un prstamo al dueo del gujri y si nos vamos a otro trabajo l va a venir y nos
va a golpear y nos va a regaar. Tenemos miedo de eso.
Cabra retomar aqu la aseveracin hecha antes sobre que las implicaciones
simblicas que este trabajo tiene en la vida de los nios derivan no slo de que ste sea
considerado un oficio sucio que incluso hoy, en la India democrtica, sigue estando
reservado para las castas ms bajas o los intocables. Considero que se puede pensar
tambin en trminos de un trabajo que mancha, en el sentido de que marca a quienes lo
realizan como individuos que han roto con el orden sancionado y socialmente aceptado de
su casta (jati) y que esto amenaza con excluirlos de la comunidad a la que pertenecen.
Sudhir Kakar (1981:37), explica que en India hasta cierto punto la actividad ocupacional
de un individuo o los actos sociales en s son buenos o malos en la medida en que stos
se conforman con los patrones tradicionales prevalentes en su grupo de parentesco o casta.
Por lo tanto, actuar como lo hicieron los ancestros y como lo hace en el presente el grupo
social al que se pertenece es fundamental para consolidar la nocin de que un individuo
131
est cumpliendo con la accin correcta que su cultura y el tiempo histrico en el que vive
prescriben para l (Kakar, 1981:37). Esto a su vez, nos dice Kakar, tiene que ver con la
nocin Hind de que cada individuo tiene un lugar y una funcin digna y legtima en la
sociedad, una creencia que trasciende los patrones formales de deferencia hacia la casta, la
clase y la jerarqua familiar, aunque no conlleva la promesa de una sociedad igualitaria
(1981:40).
- Rajika: Pero ahora a mucha gente ya no le gusta hacer este trabajo, les da vergenza, prefieren ir a
la construccin y a trabajar en las casas. Es porque la situacin ha cambiado, en mi rea antes todos
hacamos este trabajo, as que nadie tena por qu sentirse avergonzado, lo disfrutbamos mucho,
pero ahora las cosas han mejorado para algunas familias, algunos han empezado a ir a trabajar a otras
partes. Cuando bamos en grupo lo disfrutbamos mucho, pero ahora la gente va sola y tambin
antes la gente no nos vea mal, pero ahora s, por eso a la gente ya no le gusta. Antes no haba ms
opciones, pero ahora s, los nios van a trabajar en el hotel, pero antes no nos daban trabajo a la gente
del slum, porque somos pobres. No nos daban buenos trabajos, por ejemplo en las compaas y las
tiendas no nos contrataban. En mi rea antes slo podamos hacer ragpicking (recoleccin de basura)
y construccin, pero ahora la gente consigue trabajo en los centros comerciales, en fbricas,
empresas, en muchos trabajos. Porque ahora la gente puede vivir un poco mejor, se ven ms limpios,
antes estbamos siempre sucios. Despus nos unimos a Bhima Sangha y ah nos dieron informacin
y empezamos a lavarnos las manos, la cara, a cambiarnos la ropa todos los das. Antes no lo
hacamos porque no sabamos que haba que hacerlo, que por eso te enfermabas, no nos importaba
tampoco que la gente nos viera mal, porque en nuestra rea no era as. Slo cuando tuvimos
informacin empezamos a pensar en esas cosas. No es que en Bhima Sangha nos dijeran: tu tienes
que ser as, pero nos daban diferente informacin y discutamos sobre eso, qu es lo que es bueno,
qu es malo, as, sobre cmo nos ve la gente, discutamos sobre eso y si nos pareca bien lo hacamos
y si no, no lo hacamos. Antes de todo eso cuando bamos a algn lugar la gente nos vea mal y no
nos hablaban, slo nos miraban de lejos y decan cosas de nosotros, pero cuando bamos limpios sus
caras cambiaban, incluso nos sonrean, algunos hablaban con nosotros, la gente cambiaba. Antes
cuando nos vean sucios inmediatamente pensaban son intocables, es lo que pensaban.
Sindicato de nios trabajadores apoyado por la ONG The Concerned For Working Children (TCFWC) del
que hablaremos con mayor detenimiento ms adelante.
132
como hablo con mi familia. En la escuela tambin tengo que hablar y comportarme de manera
distinta. En mi casa tengo libertad de hablar de lo que quiera, de hacer lo que quiera. Con mis amigos
tengo libertad, con mis amigos puedo compartir todo, comida y cuestiones personales. Con la gente
rica no podemos decir lo que queramos, no podemos decirles nuestros problemas, ellos no pueden
resolver nuestros problemas, no quieren escuchar nuestros problemas. A veces vamos y les contamos
nuestros problemas y les pedimos dinero, pero despus tenemos que devolvrselos. Y el dinero es la
nica relacin que la gente pobre tenemos con los ricos. Tengo una amiga en las familias ricas y ella
me ayuda con dinero o con consejos, me ayuda porque es mi amiga, con mis amigos puedo compartir
todo, pero con el resto de la gente rica no es as, ellos me ven de manera distinta, no me permiten
entrar a su casa por ejemplo, porque somos pobres, no? Porque no tenemos dinero, pero tambin por
nuestra casta ellos son de casta alta y yo soy de casta baja, de una Scheduled Caste. Por eso no
puedo ir a su casa, hay restricciones. Porque la cultura as lo dice, porque sus padres hicieron as y
as les ensearon a sus hijos y ellos lo tienen que seguir. Mayormente se fijan en que ellos pertenecen
a una casta alta, a una casta superior: yo soy superior, t perteneces a una casta baja, por eso puedes
venir en mi casa, pero tienes que quedarte afuera, puedes venir a platicar pero no entres, te quedas en
la puerta. La gente rica se fija en la casta a la que perteneces, en la intocabilidad, en la suciedad. Si
yo soy pobre yo me veo a mi misma como normal, pero ellos se fijan en la casta a la que pertenezco,
en lo que como, y no nos permiten entrar a sus casas. Se fijan en cosas culturales, muchas cosas. Eso
no pasa cuando estoy en mi rea, porque todos nos conocemos bien y sabemos nuestra situacin,
pero cuando voy a otro lugar ellos slo se fijan en la pobreza y la suciedad.
Es importante entonces entender que para estos nios el trabajo ocurre como
consecuencia de la precariedad econmica y marginacin, pero es tambin una experiencia
que causa y origina otros tipos de exclusin y empobrecimiento. Con frecuencia la
migracin a la ciudad es pensada como una oportunidad para trascender las duras fronteras
impuestas por la jerarqua de casta, muchas veces la realidad es que los migrantes se
reagrupan en la ciudad en asentamientos donde estas divisiones siguen prevaleciendo y
cuando esto no es as, es la posicin de clase la que permite reproducir o revivir la divisin
de castas.
Como vimos antes, la idea de que el trabajo de pepenador es deshonroso y
vergonzante porque ensucia y mancha/marca a los nios como individuos que han quedado
fuera de las normas y cnones de su sociedad, est relacionada y es influida por
determinadas ideas sobre lo que es un buen trabajo.
- Methu: Un buen trabajo quiere decir quedarse en el pueblo y cuidar la cosecha. Asegurarte que las
vacas no la destruyan, cuidarla de los ladrones. Construir una casita en el campo de arroz y quedarte
ah para cuidar durante la noche.
- Shambu: Este es un mal trabajo (el de pepenador). Cuando estamos en el pueblo vamos a cuidar el
campo, llevamos la comida y dormimos ah. Trabajamos con los abuelos, cuidamos sus animales. Yo
ayudo a mi pap a sembrar y tambin cuido al cerdo. A veces hay que dormir en el campo porque en
la noche va a llegar el agua y tenemos que encender el motor para poner agua en cada planta. Cada
planta necesita mas agua o menos agua. Yo no s mucho cmo sembrar, pero mi pap y mi mam
saben ms. Antes sembrbamos algodn, lenteja, trigo y jowar (una variante de sorgo). Yo slo
cuidaba los granos y los animales.
- Ainesh: Me gusta el trabajo de la construccin, yo quiero ser maistrie un da. El trabajo de la
construccin es bonito. Recoger basura tambin es fcil pero a veces nos da fiebre. El olor es malo y
133
tenemos que tocar las cosas sucias y a veces ni siquiera nos lavamos las manos, comemos con las
manos mientras estamos trabajando. Siempre tenemos problemas de enfermedad. Por eso el trabajo
en la construccin es mejor, aunque gane 150 rupias.
Las ideas sobre lo que puede considerarse un buen o un mal trabajo desde el
punto de vista de los nios est profundamente relacionada con una serie de constructos
culturales vinculados a aquello que en sus sociedades es considerado fuente de prestigio,
honor, bienestar y prosperidad y esto con frecuencia subordina u oculta cualquier reflexin
acerca de si dicho trabajo es explotador o nocivo. Como ha mostrado Woodhead (1999),
adems de la ayuda econmica, el orgullo que puede significar para la familia y la enorme
esperanza de que en el futuro su trabajo pueda llevarles hacia una mejor vida, suele
impulsar a los nios a soportar toda clase de vejaciones. Incluso a considerar que el abuso
que ellos sufren es menos grave que el que sufren otros nios/as en otras ocupaciones y
por lo tanto, deben soportarlo. Eso suscede sobre todo cuando los nios consideran que su
ocupacin es una fuente de respetabilidad para su familia y una forma de continuar con las
tradiciones de sta. De manera opuesta, para muchos nios/as un mal trabajo suele ser
aquel que constituye una fuente de estigma y vergenza para ellos y sus familias y no
necesariamente aqul que los coloca en circunstancias de riesgo y/o abuso. Pero tambin
mal trabajo es aqul que representa un mayor nivel de esfuerzo fsico y un menor grado de
sofisticacin, de uso de conocimientos y de oportunidades para colaborar con y aprender de
los mayores, como nos muestran los testimonios de Methu y Shambu, quienes comparan el
mal trabajo de pepenador con el buen trabajo en la agricultura.
Aunque el tema del prestigio y desprestigio en el trabajo infantil no ha sido
estudiado ampliamente, el estudio de Woodhead en Bangladesh muestra que la humillacin
y el abuso son la segunda mayor preocupacin de los nios para calificar a un trabajo
como malo, despus de las condiciones peligrosas en las que ste se desarrolla. Para las
nias esta es la tercera preocupacin, despus de peligrosidad y riesgos para la salud
(1999:37). Por lo tanto, las opiniones de los nios acerca del trabajo que realizan deben ser
contextualizadas tomando en cuenta la poderosa influencia de la cultura.
El caso que nos ocupa aqu puede ser un buen ejemplo de esto, pues para los nios
pepenadores el buen trabajo es el agrcola, porque es el que inviste a su sentido de
identidad personal, participacin y responsabilidad con significados socialmente positivos y
ampliamente valorados por ellos y su comunidad. Aunque estos no son, desde luego, los
134
nicos factores que hacen a los nios apreciar el trabajo que desarrollaban en sus
comunidades, pues ellos otorgaron tambin gran valor a las caractersticas que hacen del
trabajo agrcola ms deseables: el lugar donde se lleva a cabo, la compaa de familiares y
amigos con quienes se comparte el esfuerzo, la comida, las noches de vigilia y la
preocupacin por proteger el patrimonio. Por otra parte, cuando hablan del trabajo de
pepenador como un mal trabajo, el ncleo de su discusin giraba en torno a la prdida de
prestigio que les ocasionaba, en segunda instancia mencionaban los perjuicios que traa
para la salud, y en tercer lugar algunos nios discutan las desventajas que traa al impedir
su escolarizacin.
Methu no obstante seal un punto clave para esta discusin: aunque el trabajo
agrcola fuera bueno, no permita ganar lo suficiente para vivir, pues por un da de trabajo
en los campos de algodn o de arroz los hombres ganan un jornal de 60 rupias y las mujeres
50 rupias. Debera ser suficiente, deca l, pero les alcanza slo a los ricos. Methu
apuntaba que slo los ricos pueden permitirse ganar esas cantidades por un da de trabajo
en el campo, pues estas familias poseen lo que se llama riqueza ancestral (propiedades,
terrenos y herencias), as como otras fuentes de ingresos complementarias en negocios o
talleres. Se trata adems de familias que poseen mayores extensiones de tierra que algunas
veces ni siquiera trabajan ellos mismos, sino que contratan peones y jornaleros. En cambio,
una buena parte de las familias de estos nios se encuentran en Bangalore precisamente
porque no tienen tierra o porque la han perdido a manos de algn usurero o familiar por
diversos motivos. Otras tantas familias han llegado a la ciudad porque deben pagar las
enormes deudas contradas por diversas razones: la compra de insumos agrcolas, pago de
dotes, festejos matrimoniales, o a causa de la enfermedad o deceso de algn miembro. En
esto profundizaremos ms adelante.
No obstante, los nios reconocen que en la ciudad existen tambin oportunidades de
tener buenos trabajos. Aunque en el fondo la situacin es mucho ms compleja, pues los
buenos trabajos tambin estn inmersos en complejas relaciones de sujecin y
subordinacin.
- Ainesh: Dganles a esos nios de Bhima Sangha que lean bien. Que cuando los nios pueden
estudiar deberan de estudiar. En el trabajo de la construccin hay buenas oportunidades, pueden
convertirse en maistrie y pueden ganar ms. Pero si ahora aprendo algo (sobre el trabajo) despus
ser ms fcil cuando crezca, si no despus es difcil aprender un trabajo. Cuando me convierta en
maistrie ser muy feliz y mis paps van a estar muy felices. Pero ahora ese trabajo est cancelado
para m, ahora tengo que trabajar recogiendo basura, porque el maistrie con el que trabajaba me
135
golpe as que ahora ese trabajo est cancelado, ahora voy a ir de ragpicking. Porque haba una bolsa
de arena y l me dijo que la moviera y se fue, pero era arena mojada y pesaba mucho y no la pude
levantar. Cuando regres me dijo qu ests haciendo, por qu ests ah parado? y me peg.
137
sociedad, hasta el punto que a veces pareciera un sujeto a-histrico y aislado de un contexto
sociocultural especfico (Huijsmans 2011). Bajo esta corriente se han desarrollado ideas
muy especficas de agencia, preponderantemente eurocntricas, que algunas veces ignoran
completamente las formas de participacin y agencia que los nios/as estn construyendo y
definiendo para s mismos en el marco de sus propias sociedades y culturas. Por otra parte,
tenemos literatura que reconoce la capacidad de los nios/as para construir agencia y
ejercer ciertos grados de autonoma, que sin embargo advierte sobre la importancia de
entender esto en el marco de la precariedad y la opresin en la que los nios/as estn
inmersos (Leinaweaver 2007). La respuesta a la pregunta sobre hasta qu punto los nios/as
pueden construir y ejercer su capacidad de agencia en contextos de extrema marginacin y
mltiples formas de opresin, me parece, no es nica ni definitiva. Pero debe
necesariamente partir de un anlisis capaz de trascender las dicotomas entre pasividad y
agencia, dependencia y autonoma, victimizacin y empoderamiento. La respuesta puede
slo esbozarse analizando con cuidado cada caso y, sobre todo, tomando en cuenta lo que
los propios nios/as piensan acerca de estas cuestiones.
Lo que en este trabajo se busca mostrar es que los nios/as migrantes y trabajadores
-quizs an ms los que trabajan por su cuenta- se encuentran en una posicin
particularmente compleja, pues por una parte son vistos como el epteto de aquello que es
considerado fallido, atrasado y subdesarrollado: las culturas y sociedades a las que
pertenecen, la pobreza de la que provienen, las familias que los obligan o les permiten
trabajar y vivir en ciertas condiciones. Su condicin de infantes los coloca adems como
individuos dependientes, incompletos e inmaduros, no completamente racionales y por lo
tanto constituyen el paradigma del sujeto subalterno, explotado, expoliado y victimizado.
Pero al mismo tiempo estos nios/as son el resultado ms acabado del desarrollo
econmico postfordista y de la expansin del rgimen neoliberal pues, como veremos ms
adelante, las formas en que se adaptan al nuevo contexto laboral urbano y generan sus
propias estrategias de trabajo y supervivencia los convierten en individuos altamente
resilientes y emprendedores, capaces de tomar decisiones y actuar dentro de determinados
marcos de autonoma para asumir los costos y los riesgos que su ocupacin conlleva. De
modo que estos nios/as se convierten tambin, aunque por razones y con consecuencias
que no pueden considerarse del todo benficas ni favorables para ellos, en el epteto del
138
139
Harish: Queremos hacer otro trabajo, pero lo tenemos que hacer cuando seamos grandes. Como
somos nios nadie nos quiere dar otro trabajo.
Pero quizs la razn ms poderosa es que la gran mayora de las familias del Rama
Temple slum se encuentran en Bangalore porque deben grandes cantidades de dinero en sus
comunidades que deben terminar de pagar cuanto antes y en un buen da de trabajo un nio
pepenador puede ganar hasta 200 300 rupias. Esto depende tanto de la suerte, como de la
experiencia y la habilidad del nio para encontrar nuevos depsitos de desechos, as como
de su capacidad para caminar lejos, explorar y desafiar los peligros que acechan: vecinos
que se enojan porque desperdigan la basura, perros callejeros que reaccionan con ferocidad
a sus enormes costales o tenderos que indefectiblemente asumen que por ser nios pobres
que trabajan en la calle son ladrones o tienen malos hbitos. Cuando la suerte ha sido
muy favorable y los nios encuentran algn desecho pesado y de mayor valor, como una
pieza de cobre, algn trozo de metal o ropa en buen estado que se pueda vender, ese da se
pueden ganar unas 300 rupias. Si se llegan a tener un par de estos das a la semana y el
precio de los desechos en el mercado es alto41, los nios pueden llegar a ganar la misma
cantidad de dinero que sus paps y algunas veces ms. Empero, el esfuerzo que se requiere
es grande, pues adems de tener que recorrer grandes distancias, los nios tienen que
encontrar estrategias para minimizar la competencia y evitar los mltiples riesgos que su
40
En otros slums ms grandes y diversificados de India y de Bangalore es comn que los nios se empleen en
talleres mecnicos, de costura o donde se fabrican beedis, joyas, dulces, calzado (por mencionar algunos) que
hay en su interior y que muchas veces pueden emplear incluso decenas de nios.
41
Las fluctuaciones en los precios de los materiales reciclables dependen tanto del mercado global y la
demanda de ciertos componentes, como de las condiciones locales. Por ejemplo durante el monzn el precio
decrece porque los objetos estn mojados y esto los hace pesar ms o porque la lluvia los perjudica y esto
hace ms difcil el proceso de reciclaje, como sucede con el papel, el cartn y el metal. El trabajo de (Gill
2010) documenta ampliamente estas cuestiones.
140
oficio conlleva. Ellos son los que mejor ganan en la familia me deca un da
Ramachandrappa, el padre de Shambu, cuando discutamos por qu los nios no dejaban el
trabajo para ir a la escuela:
En el pueblo un muchacho estudi hasta 10th standard42 y encontr un buen trabajo, pero
Shambu no quiere ir No podemos obligarlo, porque los dems nios tampoco van a la escuela y
sus paps no quieren mandarlos. Aunque mucha gente viene y les dice que manden a sus hijos a la
escuela ellos no hacen caso. Si los padres mandaran a los nios a la escuela ellos iran, pero prefieren
que sigan ganando dinero. Ellos son los que ms ganan en la familia, todos los das ganan 200 rupias
o ms.
En Mxico equivaldra al ltimo ao de secundaria, cuando los nios tienen entre 15 y 16 aos.
141
intereses a los que se encuentran sujetas sus familias con frecuencia empujan a los nios/as
a insertarse en esquemas de trabajo esclavo o bonded labour. El State Resource Centre on
Child Labour del estado de Karnataka reconoce que al menos una cuarta parte de los
nios/as que trabajan lo hacen para pagar las deudas de sus padres (SRCCLK 2009).
Prcticamente todas las familias que conoc en los slums y que haban migrado
recientemente a Bangalore, lo hicieron agobiadas por deudas contradas en el transcurso de
los ltimos aos y que resultaban imposibles de pagar con los ingresos obtenidos del
trabajo asalariado en el medio rural, pues la mayora de estas familias estaban compuestas
por campesinos sin tierra. Singh (2010) ha mostrado que en Punjab un gran nmero de
campesinos se han visto forzados a endeudarse debido a las recurrentes sequas y a la baja
productividad de sus tierras y que los pagos anuales de las deudas contradas representan
ms de un tercio de sus gastos de consumo. El nivel de presin y detrimento que el ciclo de
empobrecimiento y endeudamiento puede alcanzar ha llevado a miles de campesinos al
suicidio. Karnataka se encuentra entre los estados con mayor nmero de suicidios de
campesinos agobiados por las deudas y las condiciones impuestas por el mercado
internacional, contndose ya un cuarto de milln en los ltimos 16 aos (Sainath 2011).
Mientras viven en la ciudad, la alimentacin de estas familias suele ser deficiente y
es comn percibir en los nios algn grado de desnutricin. Sus condiciones de higiene,
salud y vivienda, como describimos ya, son extremadamente precarias e inestables. An
as, hay familias en las que la pobreza y el endeudamiento puede ser todava ms acuciante
que para el resto. Se trata de las familias en las que alguno de los padres ha muerto o ha
terminado por quitarse la vida, el padre ha abandonado a la madre y a los hijos, o alguno de
stos -o incluso ambos- son demasiado viejos como para trabajar, se encuentran enfermos o
tienen problemas de adicciones que les hacen gastar importantes cantidades de dinero.
Durante mi trabajo de campo conoc a varias familias en situaciones de suma
precariedad, tornadas todava ms complejas por las deudas acumuladas. Algunas de stas
aos antes haban tenido una vida menos precaria y la pobreza, aunque presente, no era
extrema y lacerante. Varias de ellas solan mandar a sus hijos a la escuela y podan todava,
aunque sus ganancias eran mnimas, permitirse invertir en el cultivo de sus tierras. Esto
mostr que muchas de las familias migrantes vivan en tal estado de inestabilidad y
fragilidad econmica, que cualquier calamidad o percance las empujaba de inmediato a una
142
situacin de extrema miseria. Ya fuera para curar alguna enfermedad, enfrentar la sequa,
comprar abono o pesticidas para la parcela o pagar la dote de la hija, todas las familias
deban sumas de dinero que iban desde 10 mil rupias ($2,400) hasta las 200 300 mil
rupias ($47,000 y $70,000). Entre las familias ms pobres, las deudas ms comunes eran las
que iban de diez a cincuenta mil rupias ($2,400 a $11,700) y stas casi siempre eran para
cubrir gastos de emergencia (enfermedades y decesos) o compromisos ineludibles como
matrimonios y rituales de todo tipo. En cambio, las deudas de 200 300 mil rupias eran
casi siempre para enfrentar gastos maysculos como la compra de tierra, de algn vehculo,
la construccin de un negocio o vivienda o varios de estos combinados y sumados a algn
gasto ritual.
Ya en 1935 Naidu, Venkata y Venkataraman advertan sobre la seriedad y la
gravedad del endeudamiento de los campesinos en India, apuntando con preocupacin que
la mayora de los campesinos indios nacen endeudados, viven endeudados, mueren
endeudados y no heredan ms que deuda (1935:7). En pocas recientes los estudios de
Breman (2010) han sido importantes para entender las dimensiones y pormenores
contemporneos del endeudamiento rural. Por su parte el trabajo de Sainath (2000) permite
explorar los mecanismos de un mal que est profundamente relacionado con las prcticas
abusivas de los usureros, los terratenientes y los lderes locales, pero tambin con las
polticas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Lo ms impactante es que a las familias con la peor posicin econmica podra bien
tomarles varios aos pagar una deuda de diez mil rupias (alrededor de $2,400), en buena
parte debido a los altsimos intereses exigidos por los usureros. Este era precisamente el
caso de Nalamma, una mujer viuda cuya edad oscilaba entre los 45 y 50 aos, que viva en
el Rama Temple slum con sus tres hijos ms pequeos y quien hace diez aos tuvo que
pedir prestada esta cantidad de dinero cuando su esposo cay gravemente enfermo y luego
falleci. La condicin del prstamo era que ella deba pagar intereses mensuales del 5%, es
decir 500 rupias adicionales cada mes (aproximadamente $116). Una cantidad exorbitante
para una mujer sola, que haba trabajado toda su vida en labores extenuantes y que haba
dejado atrs sus aos de juventud. A esta cantidad hay que sumar las 300 rupias que cada
mes las familias migrantes deben entregar a un sujeto que vive muy cerca del slum y que
dice ser el dueo del terreno donde ste se encuentra. Las familias del Rama Temple slum
143
se mostraron en general muy renuentes a hablar sobre las cantidades de dinero que ganan y
que gastan pues -me dijo despus una activista de otra ONG- tienen miedo a que esta
informacin pudiera revelar que perciben ingresos superiores a los estipulados por el
umbral de la pobreza43 y ser despojadas de los subsidios a los que la Below Poverty Line
Card les da derecho (subsidios para compra de granos y combustible y posibilidad de
acceder a algunos programas de vivienda).
Nalamma llevaba alrededor de diez aos en Bangalore con estancias de variable
duracin en su pueblo, trabajando para subsistir y pagar esta deuda. Cuando la conoc
llevaba un periodo largo sin ir a su pueblo y le pregunt qu pasara si simplemente dejaba
de pagar una deuda que, luego de pagar intereses del 5% durante diez aos, poda
considerarse ms que cubierta. Nalamma me contest que eso no era posible, porque si
dejaba de pagar su deuda y despus suceda algn infortunio y ella necesita algn prstamo
nuevamente, nadie en su comunidad le iba a querer prestar porque su prestigio se habra
arruinado y ella se encontrara totalmente desvalida. Sin duda un riesgo demasiado grande
un pas donde ser viuda puede catapultar a las mujeres a la pobreza y el abandono o incluso
condenarlas a una vida de ostracismo y abuso. Adems de privarse de toda posibilidad de
recibir ayuda ante alguna eventualidad futura, Nalamma se mostraba ms preocupada de las
consecuencias que el incumplimiento de su palabra tendra en su honor y, por lo tanto, en el
de sus hijas, quienes seran juzgadas por los actos de su madre al momento de buscar
marido. Era un riesgo que de ninguna manera poda tomar.
Al parecer la situacin de endeudamiento de las familias del Rama Temple slum era
tan grave o, en algunos casos tan comprometedora y delicada, que stas no podan darse el
lujo de prescindir de los abundantes ingresos que aportaban los nios. Algunas porque les
urga terminar de pagar pues estaban siendo acosadas por los usureros y otras porque no
saban si pronto tendran que volver a pedir otro prstamo. Varias otras familias haban
contrado deudas mucho ms grandes para capitalizarse o cubrir onerosos gastos
relacionados a su estatus dentro de la comunidad, como ceremonias y una amplia variedad
43
Diversos acadmicos y activistas han criticado los parmetros establecidos por la lnea de la pobreza del
gobierno indio y su Planning Commission por seguir una definicin limitada de la pobreza basada en una
norma nutricional del consumo calrico diario y que no incluye otras necesidades bsicas como nutricin,
acceso a agua potable, vivienda, higiene, vestido y educacin (Guruswamy y Abraham 2006). Ciertamente es
criticable que se utilice a la lnea de la pobreza para separar a quien es y quien no es pobre, cuando ste es
un ndice que se construye en base al nivel de gasto y de consumo para cubrir el requerimiento calrico
mnimo (Sivakumar y Sarvalingam 2010).
144
145
Las conclusiones a las que este y otros estudios similares nos llevan es que no se
puede entender y mucho menos reducir o eliminar los costos y consecuencias del trabajo
infantil sin comprender a profundidad el contexto sociocultural en el que este se origina y
reproduce. Pero limitarnos nicamente a este mbito de anlisis, concluyendo que el trabajo
infantil se reproduce de la mano de las jerarquas y las estructuras tradicionales de
dominacin sera igual de limitado y contraproducente. La clave consiste en entender que el
trabajo infantil no se reproduce y emigra del campo a la ciudad meramente como una
estructura cultural o tradicional que se empea en persistir entre familias y comunidades
marginadas o, peor an, que algunos consideran sub-desarrolladas, ignorantes o
moralmente fallidas como postula la obra editada por Pati (1991). Sino que el trabajo
infantil surge, se transforma, adapta y reproduce tambin como un medio, una herramienta
y una de las pocas estrategias que las poblaciones migrantes tienen para adaptarse a las
condiciones de precariedad laboral y econmica impuestas por el capitalismo. Para
44
Normalmente esta cantidad no es reunida cada da, sino al cabo de dos o ms das de trabajo.
146
entender esto hay que saber que para muchas familias ste no se vuelve una necesidad hasta
que se migra a la ciudad, o que la naturaleza del trabajo que los nios/as realizan en sus
comunidades rurales junto con sus familias (aunque ste los ocupe todo el da y tenga una
carga considerable de actividad fsica), rara vez los explota y perjudica como el trabajo que
se da bajo el rgimen de produccin capitalista. Es decir que el trabajo infantil no es en s
mismo el problema ni la fuente de la explotacin, sino las condiciones y los ritmos en los
que los nios/as se ven obligados a realizarlo.
Pero la expoliacin de la energa vital, el desarrollo y la salud de los nios/as no
slo es el precio que millones de familias migrantes endeudadas tienen que pagar para
asegurar la mera supervivencia o financiar la continuidad de la vida en su comunidad de
origen. Es tambin el precio que decenas de pases en el tercer mundo con altas tasas de
endeudamiento pagan para poder lidiar con las medidas de austeridad y ajuste estructural
impuestas por las entidades financieras globales. Directa e indirectamente, stas medidas
han provocado el crecimiento en las tasas de mortandad infantil, pues ocasionan
importantes recortes en los programas de vacunacin, atencin prenatal, salud y nutricin
infantil, desarrollo urbano y otros programas que benefician a la infancia (Bradshaw, et al.
1993). Cuando millones de nios/as alrededor del mundo estn pagando un inequitativo
rgimen econmico global y el endeudamiento de sus pases con sus vidas o con una
existencia marcada por la desnutricin y la enfermedad, se vuelve fundamental reflexionar
a dnde pueden llevarnos los esfuerzos de accin e intervencin que se centran
primariamente en el desarrollo del capital humano, la autoestima y el empoderamiento de
los miembros ms vulnerados de la sociedad. O, peor an, que culpan al supuesto atraso
cultural, la fragmentacin familiar, la ignorancia y la inestabilidad moral o psicolgica de
los padres y las familias.
Un tema crucial de estudio, adems de cmo el trabajo infantil se genera como
respuesta a los problemas de endeudamiento de las comunidades agrcolas y migrantes, es
la forma en que los nios/as y adolescentes trabajadores usan los sistemas de prstamo para
asegurar su propia subsistencia cotidiana, as como para financiar gastos imprevistos y
compromisos econmicos mayores en los que sus familias quieren o se ven obligadas a
incurrir. Para Rajika y para varios de sus amigos que como ella recolectaron desechos en la
calle de nios, la experiencia del trabajo infantil estuvo estrechamente relacionada con la
147
148
y las personas tienen que dar 100 200 rupias a la semana, durante dos o tres aos y todo lo que
ahorras te lo devuelven, pero toman un poco de dinero por haberte guardado el dinero. A veces, si
esta semana no pude trabajar y tengo que pagar el dinero del chitty, no tengo forma de dar el dinero,
as que voy y le pido dinero a alguien ms para poder pagar el chitty, pero as pedimos un prstamo y
otro y otro, y la deuda se vuelve muy grande. Es muy duro, muy difcil. Las deudas se van haciendo
grandes porque le pedimos al chitty y lo tenemos que pagar de vuelta, y si no tenemos le pedimos al
dueo del gujri y tambin a veces al usurero de nuestra rea y luego al Self-Help Group (organizado
por la ONG local) y as se van haciendo ms grandes las deudas y se vuelve un dolor de cabeza, pero
as es cuando tenemos que sacar adelante una familia.
45
Los testimonios que se presentan en esta seccin derivan de discusiones colectivas y han sido condensados
en un solo prrafo para poder exponer de manera ms inteligible las opiniones de los nios, pues de otra
manera habra que reproducir aqu pginas enteras de conversaciones. Como se explic en la introduccin, las
entrevistas han sido traducidas dos veces: del kannada al ingls y del ingls al espaol. Se han hecho todos los
esfuerzos para preservar el tono y los conceptos usados por los nios a pesar de la gran cantidad de
entrevistas.
46
Methu se refiere al thinner u otro tipo de solventes que se venden en casi cualquier papelera o tlapalera por
slo 20 30 rupias y que los nios y jvenes de Islampur usan para drogarse. El uso de estas sustancias est
creciendo rpidamente y aunque inicialmente era asociado a nios pobres o que viven en la calle, actualmente
cada vez un mayor nmero de nios y adolescentes de clase media comienzan a usarlas por la influencia de
otros compaeros de escuela GSI, Global Slavery Index
2013 Global Slavery Index 2013. www.globalslaveryindex.org: Walk Free Foundation..
149
La violencia fsica a la que los nios migrantes que llegan a vivir en comunidades
ajenas estn expuestos no es sino una posibilidad entre muchas otras. Desafortunadamente
esta no fue la nica vez que escuch que nios hinds, cuya religin les prohbe comer
carne de vaca, fueran atormentados por miembros de alguna comunidad musulmana que
intentaban obligarlos a romper esta importante prohibicin. No obstante, lo que ms me
llam la atencin fue que nos enteramos de esta situacin cuando los activistas de The
Concerned For Working Children estaban planeando poner en marcha un programa de
proteccin para la infancia vulnerable a peticin de una de sus instituciones
patrocinadoras ms importantes, Child Hope47, pero hasta donde he podido saber no se ha
hecho nada explcitamente para intentar resolver esta situacin.
La situacin podra ser menos complicada si los nios del Rama Temple slum
pudieran hacer sus recorridos para buscar desechos en otras reas lejos de esta comunidad,
pero esto no es as de simple. Los muchachos de Islampur no son la nica amenaza que los
nios pepenadores tienen que enfrentar:
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150
- Harish: No hay otro lugar al que podamos ir porque la gente de Geeta Madam 48 viene tras nosotros
y nos agarran.
- Lingappa: Cuando vamos en otra direccin los hombres que trabajan para ella controlan esa rea y
no nos dejan trabajar, dicen que nos van a llevar para ponernos en una shelter home 49, pero las
mams no van a poder encontrarnos. Dicen que no deberamos trabajar porque somos nios
pequeos. Por eso no tenemos otro lado ms que ir a Islampur, por eso vamos all aunque nos
peguen.
- Pero entonces no hay otro lado a donde puedan ir que no sea Islampur o hacia la casa de Geeta
Madam?
- Ainesh: Pero cuando vamos al otro lado ah estn las personas de la otra oficina (se refiere a otra
ONG denominada APSA que tiene sus oficinas muy cerca al Rama Temple slum), y si estamos ah
mucho tiempo o nos acercamos mucho nos agarran. A mi y a Ribhu nos agarraron una vez y nos
pusieron ah y tuvimos que escapar.
- Lingappa: Tenemos que ir en esa ruta, no podemos hacer nada. Es mejor si cuando alguien nos da
problemas no le prestamos atencin. Si nos mostramos dbiles nos van a atacar. Hay que dejarlos,
esta es su ciudad, no? No debemos portarnos arrogantes en su ciudad. En el pueblo tenemos fuerza,
somos alguien. Podemos hacer lo que queremos. Aqu no podemos ser as, tenemos que rendirnos.
Cuando conoc a los nios del Rama Temple slum, Ribhu y Ainesh haban tenido un
par de experiencias desafortunadas con la ONG Association for Promoting Social Action
(APSA) que les generaron un gran impacto y que han quedado fuertemente grabadas en la
memoria colectiva del grupo de nios pepenadores, ocasionando que incluso quienes no
han tenido un encuentro directo con estos activistas manifiesten recelo y desconfianza. De
hecho la primera vez que nosotros intentamos establecer contacto con los nios dos de ellos
salieron corriendo pensando que bamos a atraparlos.
Por su parte Geeta Madam, ha intentado aprovechar lo ocurrido con APSA para
tratar de disuadir a los nios de que trabajen o, al menos, infundirles cierto temor para que
no lo hagan en el rea que ella regula, pues ha recibido ya un par de veces reproches de los
vecinos y sanciones de otras autoridades por nios que, en sus palabras, representan un
public nuisance, es decir, un problema o una molesta pblica. Es, por tanto, de gran
importancia entender este tipo de encuentros y desencuentros con las ONG y las
autoridades para poder comprender mejor, por una parte, la manera en que estos nios
migrantes y trabajadores son percibidos por la sociedad y desde el poder; y por la otra, para
poder entender cmo estos nios pepenadores construyen y moldean sus estrategias de
trabajo y de supervivencia en la ciudad.
48
Geeta es una mujer poltica local que en el momento de la investigacin ocupaba el cargo de corporator
(jefe del cuerpo local de gobierno ms pequeo de la ciudad) del rea donde viven los nios. Su
responsabilidad es coordinar la provisin de los servicios pblicos en la zona bajo su jurisdiccin.
49
Las shelter homes pueden ser del gobierno o de las ONG y es ah a donde, como veremos ms adelante, se
lleva a los nios y nias que son encontrados trabajando supuestamente para protegerlos, aunque esto suele
constituir una experiencia sumamente traumatizante para ellos.
151
152
reciprocidad (Nieuwenhuys 2005) con sus padres quienes, desde su perspectiva, han tenido
que sufrir y enfrentar muchas dificultades por ellos.
Se puede decir que para estos nios trabajar implica tambin una forma de ejercer
agencia y de ejercer su libertad, si entendemos su trabajo como la oportunidad de
desarrollar sus propios medios para contribuir al bienestar de su familia, como una forma
de participar en lo que la comunidad considera socialmente aceptable y como una va para
desarrollar una identidad reconocida y aceptada por el grupo social que les permitir
acceder a otro tipo de reconocimiento y opciones en el futuro. Aunque hay que tener claro
que la relacin de responsabilidad/reciprocidad que se establece entre el nio/a y los frutos
de su trabajo por una parte y el grupo social y las presiones y expectativas que se colocan
sobre ellos por otra no son necesariamente equilibrada y justas, pues como ha mostrado
Nieuwenhuys (1994) los nios/as toman parte en el proceso productivo como individuos
sin propiedad y sin estatus y las relaciones de reciprocidad en contextos de dominacin
nunca son neutrales. Sin embargo esta no es razn para ignorar por completo los
significados y la importancia que la accin de trabajar y su trabajo en s tienen para estos
nios/as en el contexto de sus comunidades. Toda poltica o programa que pretenda
intervenir sobre el trabajo infantil tiene que tener esto en cuenta, pues en una enorme
cantidad de casos el trabajo de los nios/as no es la mera consecuencia de la pobreza50, y
existen casos en los que la precariedad econmica resultara ms daina que las propias
consecuencias que el trabajo tendra sobre el bienestar de los nios/as.
- Methu: A nosotros tambin nos gusta ir a la escuela. En mi pueblo yo iba a la escuela. All estuve
dos o tres aos y estudi hasta 2 grado. Despus nos fuimos de un lugar a otro y luego construimos
una casa. Tuvimos que pedir un prstamo de 2 lacks51. Era un prstamo muy grande, pero no nos
sentimos asustados, pensamos: tenemos que pagar este dinero. Ahora tenemos un lugar donde
podemos vivir tranquilos. Mi padre encontr una muchacha para mi hermano y arreglaron el
matrimonio, la boda fue en Ugadi, por eso ahora mi pap y mi mam estn trabajando, al ver eso yo
tambin siento que tengo que trabajar, hay mucho que trabajar.
Autores como Lieten (2008) y Nieuwenhuys (2005) han documentado, por ejemplo, los casos en los que los
nios/as se incorporan al trabajo para cubrir los gastos que les exige el sistema escolar. Lieten, Georges
2008 Children, Structure, and Agency: Realities Across the Developing World. New York: Routledge.
51
200,000 rupias 45,500 pesos aproximadamente.
153
occidentales y urbanos, que colocan a las necesidades de las familias pobres y los derechos
del nio en una posicin antagnica (Abebe 2009). La escolarizacin se ha sacralizado y
legitimado como la nica va para la eliminacin del trabajo infantil en gran parte por el
apoyo irrestricto y la promocin de las agencias internacionales como la OIT y UNICEF.
sta es actualmente la va ms socorrida y menos cuestionada no slo por oficiales de
gobierno que en regiones devastadas por la pobreza, la sequa y los suicidios de campesinos
han llegado a proponer planes de desarrollo para que en 2020 hayan slo knowledge
workers (trabajadores del conocimiento) y no campesinos (Arora 2008:74). Sino por
activistas y ONG que condenan el trabajo infantil en base a la coercin que ste representa
para la agencia y la libertad de los nios/as, sin tomar en cuenta que en determinados
contextos y situaciones la escuela constituye un espacio ms autoritario y represivo que
algunos tipos de trabajo infantil.
An ms, Arora (2008) y Burra (2005) han mostrado que la poblacin rural y ms
empobrecida de India valora enormemente la escolarizacin e incluso la buscan
encarecidamente como medio de movilidad social, pero tambin que sta rara vez cumple
con sus anhelos y que a estas familias difcilmente les es posible sobrevivir sin los ingresos
que aportan sus hijos. Por tanto una enorme cantidad de nios/as se ven forzados a trabajar
algunas horas cada da para poder cubrir los gastos que la escuela exige (Woodhead
1999:39). Muchas veces no se toma en cuenta que la escolarizacin representa un valor
inmediato para la clase trabajadora, pero no para la poblacin ms depauperada cuya
supervivencia depende del mercado informal, que impone regmenes de vida y de trabajo
que difcilmente son compatibles con la escolarizacin exclusiva. Como consecuencia, los
nios/as ms pobres son expulsados casi automticamente de las aulas y esta poblacin
queda excluida de los beneficios que la escuela representa (Schlemmer 2000), y su supuesta
incapacidad para escolarizarse se convierte en la justificacin de su pobreza y atraso (Illich
1978; Illich 1984).
Un indicador clave est en que la inmensa mayora de los nios/as de los estratos
ms marginados asisten a las escuelas de gobierno y son precisamente stas las que
presentan las mayores tasas de desercin, probando la incapacidad del modelo para retener
a los nios/as y convertirse en un proyecto viable para las clases marginadas. Pero tambin
probando que para los sectores ms empobrecidos, la familia y la escuela no son los nicos
154
Para comprender el trabajo infantil debemos antes entender el papel y el valor que
en su cultura y su comunidad se le da al trabajo realizado por los nios/as. Pero tambin las
formas en que la nocin hegemnica de la infancia normal o deseable se ha construido
en base a la consideracin de la participacin de los nios/as en el trabajo como un
155
problema que hay que erradicar (Abebe 2009). De aqu la importancia de aterrizar
etnogrficamente el estudio y la discusin sobre el trabajo infantil, como un fenmeno que
posee sus propios significados y constructos culturales, pero que tambin se encuentra
ntimamente relacionado con procesos ms amplios, locales y transnacionales, de
transformacin econmica y sociopoltica, y anclado a un contexto histrico y geogrfico
dinmico.
Los nios y nias entrevistados reconocieron que en su pueblo de origen realizan
cotidianamente un variado nmero de tareas que son necesarias para la reproduccin
econmica de su familia, pero slo reconocieron a algunas de ellas como trabajo (kelasa en
kannada). Hay que aclarar que el reconocimiento de lo que es y no es trabajo por parte de
los nios est fuertemente influenciado por los discursos de los activistas y la retrica
utilizada por ciertas ONG con determinadas posturas sobre el trabajo infantil. Muchas
veces la diferencia entre lo que es y no es trabajo para los nios pareca depender de si
dichas actividades permitan obtener un ingreso o no, excluyendo por lo tanto a las
actividades domsticas de la categora trabajo. Por otra parte una buena parte de las nias
reconocan que ellas trabajaban ms que los nios pues su trabajo en la casa nunca
termina, mientras que los nios pueden cumplir solamente con las tareas que les
corresponden y luego irse a jugar, y saban que su trabajo (domstico) no reciba el
mismo reconocimiento y valor. Estas opiniones fueron emitidas en su mayora por nias
que asistan a la escuela, que haban participado en los programas de las ONG en los slums
o que asistan a las reuniones y actividades del sindicato infantil Bhima Sangha.
En el caso del Rama Temple slum los nios que recolectaban desechos reciclables
parecan no tener duda de que sus actividades eran kelasa, es decir trabajo, pues mediante
stas aportaban ingresos al hogar y cumplan con el compromiso y responsabilidad de
ayudar a sus familias a pagar las deudas contradas y a regresar lo ms pronto posible a sus
comunidades. Esto sin embargo debe entenderse no slo en el marco de las presiones
financieras a las que las familias migrantes estn sometidas sino, principalmente, de cara a
las relaciones de reciprocidad y a la participacin que los nios tienen dentro de la unidad
productiva formada por la familia migrante, donde las relaciones de trabajo se reflejan en
las relaciones intrafamiliares y la disciplina del trabajo se convierte en la disciplina de la
familia (Mamdani 1976:1143).
156
Una de las aportaciones de este trabajo consiste en mostrar que el trabajo de los
nios/as pepenadores que han migrado del campo a la ciudad se debe entender no slo
atendiendo al papel sociocultural y al funcionamiento econmico de la familia campesina
migrante, sino poniendo atencin a cules son las transformaciones a las que el trabajo
infantil se somete cuando ste deja de desarrollarse en el marco de la economa agrcola. Es
decir, cuando se produce lo que Mamdani llamara la apropiacin sin proletarizacin del
campesinado ms pobre, gracias a la cual un grupo social enteramente nuevo emerge en la
ciudad: las masas apropiadas, que viven en los mrgenes de la sociedad respetable y
emplendose, en el mejor de los casos, de manera precaria y temporal (1976:1145).
En el nuevo mercado laboral se les exige a los nios y a su familia no slo
determinados conocimientos y habilidades fsicas, sino tambin ciertas prcticas de
disciplinamiento laboral, construccin de subjetividades y estrategias de trabajo. Debemos,
por lo tanto, entender qu es lo que sucede con los nios/as trabajadores y el trabajo infantil
cuando su trabajo ya no est directamente organizado por la familia ni se lleva a cabo en
colectividad, y sin embargo la dominacin parental y la jerarquizacin familiar siguen
siendo elementos esenciales para entenderlo. Aqu nos interesa reflexionar sobre qu
sucede cuando la familia campesina migrante deja de ser primordialmente una unidad
productiva unificada para convertirse en una unidad de acumulacin de capital que tiene
que diversificar sus estrategias productivas para enfrentar de mejor manera al mercado
laboral urbano.
En este contexto los nios/as pepenadores se convierten en individuos que compiten
solos en su propio mercado laboral, lo cual los obliga a desarrollar y poner en marcha sus
propias habilidades y tecnologas para sobrevivir a un modelo econmico extremadamente
inequitativo y a asumir una serie de riesgos y costos que su trabajo conlleva de manera casi
siempre aislada. En este nuevo contexto la labor socializadora que el trabajo infantil cumple
en la sociedad rural/campesina: a saber, que los nios/as aprendan los conocimientos y las
prcticas socio-culturales y econmicas propios de su grupo para convertirse en miembros
plenos de su sociedad, es reemplazada por una serie de procesos de sujecin que empujan al
nio/a trabajador a aprender no slo a trabajar por su cuenta, sino a trabajar ms y mejor.
Para ello debern crear y poner en marcha sus propias estrategias, con el fin de utilizar de la
mejor manera posible sus capacidades fsicas, sus recursos sociales y redes de apoyo, as
157
como para optimizar sus ingresos y capacidades de ahorro, como veremos ms adelante.
Como consecuencia de esto, es ms frecuente encontrar entre estos nios/as la concepcin
de sus actividades econmicas como trabajo y no como mera ayuda al ncleo familiar.
Aunque coincido con el postulado de Mamdani (1976:1143) acerca de que en el
mercado laboral capitalista el productor no es tanto un miembro de la familia como un
trabajador asalariado, considero que esta aseveracin debe matizarse en el caso de los
nios migrantes de Bangalore que trabajan en la recoleccin informal de basura.
Ciertamente, al insertarse en la economa informal urbana el trabajo de los nios
pepenadores pierde el sentido y la utilidad que tena dentro de la unidad productiva
constituida por la familia campesina, donde su funcin era contribuir a completar las tareas
ms demandantes de mano de obra y/o liberar la fuerza de trabajo adulta para la realizacin
de las actividades productivas ms importantes y pesadas. En cambio en la ciudad, los
nios pepenadores se insertan en el mercado laboral como trabajadores individuales con
metas econmicas proias. Esto sin embargo no quiere decir que los nios y su trabajo dejen
de ser una parte fundamental de las estrategias familiares de reproduccin, pues la familia
sigue necesitando la participacin econmica de todos sus miembros para poder subsistir y
cumplir con los roles asignados por su comunidad, y el trabajo de los nios/as sigue
estando fuertemente enlazado a la familia mediante rigurosas relaciones de reciprocidad.
Por tanto no desaparecen las relaciones de lealtad y jerarquizacin que Mamdani (1976)
define como la base ideolgica tanto de la familia campesina como de la autoridad
parental sobre los nios. Lo que ha cambiado es ms bien la forma en la que el trabajo
infantil es utilizado por la familia para lograr la reproduccin de la vida y la subsistencia en
la localidad de origen, bajo un orden econmico muy distinto al basado en la economa de
subsistencia.
Con la migracin de las familias y la insercin de los nios/as a las actividades
generadoras de ingresos, la funcin del trabajo infantil se vuelve cada vez ms la de
asegurar que la familia campesina sea capaz de adaptarse a las nuevas condiciones de vida
y de trabajo en el contexto urbano y pueda ser competitiva en el mercado informal de
trabajo. El trabajo infantil contribuye as a que la familia campesina pase de ser una unidad
primordialmente productiva a una unidad familiar maximizadora de ingresos, capaz de
adaptarse y adaptar las habilidades, los horarios y los cuerpos de todos sus miembros a
158
159
160
161
fraternal son la base fundamental de la familia extensa, consolidada sobre una misma
residencia as como actividades sociales, econmicas y rituales comunes.
Entender el proceso mediante el cual los nios se convierten en actores
econmicos responsables (Cain, 1977) nos permite entender mejor la construccin
social/familiar/personal del sentido de responsabilidad y compromiso en los nios
trabajadores. Para entender la transformacin de los nios/as en actores econmicos
responsables se deben tomar en cuenta tres elementos que determinan qu actividades y
responsabilidades pueden stos asumir y en qu momentos: la fuerza y su capacidad fsica,
el desarrollo cognitivo y el nivel de madurez alcanzado por el nio/a. Observando las
diferentes labores con las que los nios/as tienen que cumplir durante distintas etapas de su
infancia podemos entender cmo se van concibiendo y construyendo la nocin de
responsabilidad a travs de la sucesin de una serie de tareas y actividades que les van
adjudicando crecientes grados de control y compromiso sobre actividades clave para la
reproduccin familiar o sobre los bienes que sta posee. Por ejemplo, a cierta edad un
nio/a empieza a hacerse cargo del ganado o de cuidar cierta porcin de la cosecha. Una
vez que el nio/a ha asumido esta responsabilidad y la ha cumplido, su lugar y papel dentro
de la familia se va transformando y fortaleciendo hasta alcanzar el estatus de alguien que
puede proveer a su propia familia. Segn Cain, alrededor de los 12 13 aos un nio varn
ha alcanzado ya la eficiencia productiva de un individuo adulto en las labores agrcolas y
alrededor de los 15 aos de edad es ya un productor neto (1977:223).
De acuerdo a Mamdani (1976) es justamente debido a la enorme utilidad que el
trabajo de los nios representa para la familia (que puede incluso a cubrir su presupuesto
total (Abebe & Kjrholt, 2009), que su tiempo y su vida son tan cercanamente regulados,
sobre todo cuando han crecido y su capacidad productiva incrementa. Podemos decir
entonces que las ideas en torno a la lealtad y la solidaridad que los hijos deben a los padres
se ven reforzadas no slo por preceptos rituales o reglas sociales, sino por imperativos
econmicos que afectan la naturaleza misma de la infancia, pues hacen de la adolescencia
-categora especfica del capitalismo avanzado- una etapa superflua. En este orden de
cosas, los nios pasan de la infancia directamente a la adultez temprana, etapa marcada por
responsabilidades an ms grandes y una rigurosa jerarqua etrea y de gnero que domina
a la familia extensa tradicional y en la cual los roles y obligaciones de cada individuo son
162
afirmados constantemente (Mamdani 1976:1144). Aqu hay que aadir un punto que est
ausente en el anlisis de Mamdani, y que es que los nios, su capacidad de trabajo y sus
ingresos, permanecen totalmente subordinados a las necesidades de la familia mucho
despus de que stos hayan alcanzado una capacidad productiva plena y an cuando sus
ganancias seran suficientes para emanciparse. Esto se debe no slo al contrato social que
gobierna las relaciones de reciprocidad y dependencia entre los nios/as y la familia (Abebe
and Kjrholt 2009), sino tambin a la facilidad y aceptacin con la que las relaciones
patriarcales de dominacin se superponen y confunden con las relaciones laborales dentro
de la unidad productiva familiar (Morice 2000). Ahora bien, esto no implica, como
muestran Abebe y Kjrholt (2009), que no exista espacio para la negociacin y mediacin
que permita a los nios posicionarse frente a determinadas circunstancias, forjar nuevas
relaciones con su entorno y expresarse de manera distinta. La subordinacin al sistema
patriarcal-adultocntrico no implica una falta de capacidad para actuar con autonoma, lo
que implica es la falta del reconocimiento colectivo al derecho de esa autonoma, y la falta
de medios pblicos para sostenerla y ampliarla (Elson 1982:492). Es cuando adquieren el
estatus de adultos que los nios/as son reconocidos como trabajadores plenos y preparados,
listos para participar en los compromisos sociales. Es por ello que es tan importante, sobre
todo para los varones, dejar de trabajar al momento en que son considerados listos para
casarse. No se puede ya permitir que su honor, pero tampoco su trabajo, sean manchados o
pierdan valor. Es por eso que no importa tampoco si a esta edad los nios dejan el trabajo
ms lucrativo de pepenadores para trabajar como coolies en la construccin, pues lo que
importa no es tanto cunto dinero genera su trabajo, sino si ste puede considerarse una
inversin en el futuro de quien lo realiza (Schlemmer 2000).
Sin embargo el compromiso, la responsabilidad y el sentido de colaboracin que los
nios/as pepenadores desarrollan para con sus familias no se puede explicar solamente en
base a imperativos econmicos o a las construcciones socioculturales. Juegan tambin un
papel determinante el proceso de subjetivacin que cada nio/a construye durante sus
experiencias de migracin, de insercin al mercado laboral urbano y en sus interacciones
con determinados actores (como maestros, vecinos migrantes y activistas de las ONG) y
con las normas y valores de la sociedad urbana a la que se insertan. Pero, dado que la
familia extensa constituye la nca red de seguridad que la mayora de los indios tienen
163
(Kakar, 1981:121), sta representa no slo el sistema y el medio de socializacin sin el cual
no es posible vivir, sino la institucin a partir de la cual se define la reputacin de los
padres (especialmente del padre) y se basa el reconocimiento de su identidad. Las acciones
e iniciativas individuales, nos dice Kakar (1981), tienen sentido slo en el contexto de la
familia, pero hay que decir que son reconocidas y valoradas como contribuciones al
bienestar del grupo como un todo y al tiempo que se convierten tambin en fuentes de
autoestima, respetabilidad y autoridad social para los nios/as (Gailey, 1999).
- Rajika: Trabajar es bueno, y slo trabajar puede ser til para nuestra familia, pero en el futuro el
mundo va a cambiar y para vivir en ese mundo necesitamos educacin. Si no estudiamos no vamos a
poder ir a ningn lado distinto, ni hablar ingls. En el futuro si queremos mejor trabajo tenemos que
tener educacin, pero slo estudiar tampoco sirve para la familia [] Es difcil porque si voy a la
escuela no puedo ayudar a mi familia, pero si trabajo no puedo estudiar. Qu es lo que voy a elegir?
Obviamente que voy a elegir a mi familia. Estudiar es importante, pero lo ms importante en la vida
es mi familia. Cuando nos llega esa presin tenemos esas dos opciones, pero siempre vamos a darle
ms importancia a la familia porque aunque yo estudie, mientras tanto mi familia est sufriendo por
la pobreza y por la falta de dinero. Y cuando yo alcance la posicin ms alta en la sociedad de nada
me va a servir porque le di la espalda a mi familia, cuando yo est ah mi familia no va a estar all
conmigo, entonces de qu me va a servir esa posicin y todo ese dinero si mi familia no va a estar
conmigo. Obviamente si buscamos dinero es para dar a nuestra familia, para qu queremos dinero si
estamos solos? Estudiar es importante pero mi familia es todava ms importante. Si mi familia est
conmigo yo puedo hacer cualquier cosa en el futuro, pero si pierdo a mi familia no puedo hacer nada.
La sociedad me va a identificar, me va a marcar principalmente como una persona que est sola,
hurfana, abandonada. Cuando perdemos a la familia no tenemos nada. Cuando crecemos buscamos
nuestro compaero, pero nada nos garantiza que no vamos a sufrir, por eso nuestra familia es muy
importante. La principal razn por la cual un nio va a trabajar es la situacin econmica de su
familia.
164
Una posible respuesta a esta pregunta es que al cobrar el trabajo cada vez ms
importancia como algo que los nios/as pueden llevar a cabo de manera individual y no
necesariamente en el contexto de un proceso productivo familiar, su contribucin a la
familia y su ayuda a la subsistencia es definida cada vez ms por criterios monetarios y no
tanto por un sentido de participacin en un proyecto comn o en base a una relacin de copertenencia. El trabajo infantil se convierte en un objeto de explotacin mercantil (Morice
2000), pero esto permanece muchas veces invisibilizado puesto que lo que impele a los
nios/as a trabajar en primer lugar es una obligacin o una responsabilidad o compromiso
moral con su familia, aunque esto se vaya despus transformando en una necesidad
econmica que puede incluso llegar a ser crucial para la supervivencia individual del
nio/a. En este contexto, el sentido original que el trabajo infantil ha tenido
tradicionalmente como una estrategia de reciprocidad hacia los mayores y como un factor
de creacin de riqueza que se transmite entre generaciones puede estar funcionando cada
vez ms como un mecanismo de naturalizacin o normalizacin de la explotacin infantil, a
medida que el nio/a y sus actividades econmicas cobran un valor econmico mayor y
ms inmediato en el mercado.
No obstante, dado que la infancia ha sido construida como un mbito de la vida
humana artificialmente separado del mercado, los nios/as no deben ser productores sino
solamente portadores de valor. De forma similar a lo que sucede con el trabajo femenino,
las labores que los nios/as realizan para el mercado son vistas como menos importantes o
suplementarias no porque no produzcan valor, sino porque han sido construidas como
secundarias, no especializadas o producto de habilidades inherentes o naturales. Fuera
del mercado, las actividades econmicas de los nios/as sufren una demeritacin y desvalorizacin todava mayor, pues simplemente son consideradas como ayuda o producto
de la reciprocidad. Pero tambin porque son llevadas a cabo por individuos subordinados
que no tienen un estatus propio (Elson 1982).
De esta manera, apunta Nieuwenhuys (2005), en el primer mundo los nios/as son
pensados como sujetos separados de las preocupaciones materiales y deben solamente
interesarse por su desarrollo, mientras que en los pases del sur global los nios/as y la parte
de su trabajo que es socialmente aceptada (trabajo domstico o para la reproduccin
familiar) son pensados primordialmente en base a las relaciones de reciprocidad que
165
166
167
transformacin del trabajo infantil a una participacin econmica individual, aunque est
destinada a subsidiar un proyecto o una deuda familiar, va de la mano con una
transformacin igualmente importante en la percepcin que los nios/as tienen sobre s
mismos, sus capacidades y responsabilidades, como trabajadores y como miembros de una
colectividad. En este sentido la experiencia de trabajo, aunque precaria y explotadora, para
estos nios/as puede tambin tener un significativo sentido de empoderamiento, en tanto
que les permite darse cuenta y valorar -e incluso medir en trminos monetarios- la
importancia que sus ingresos tienen para la supervivencia familiar. En algunos casos y en
mayor o menor medida, esto les permite reconocer que su lugar en la familia es importante
o incluso crucial y a partir de all llevar a cabo demandas o entablar negociaciones sobre su
papel en la familia y su poder de decisin en los asuntos familiares.
- Shankara 52 : Yo iba a trabajar porque estar sentado en casa solamente no sirve de nada,
simplemente consumir la comida de la familia y estar paseando. Lo que mis padres ganan es muy
poco y tienen que mantener a la familia, gastar dinero en todos nosotros. En cambio, si trabajo puedo
ganarme mis propias cosas y ahorrar un poco, eso es lo que yo pienso y por eso voy a trabajar.
Todava ahora me dicen en mi casa que no trabaje, pero simplemente estar sentado en casa qu me
va a dar? [] Al principio en mi casa me regaaron porque iba a trabajar, me decan que me quedara
en casa, que ellos ganaran el dinero, pero yo vea que haban dificultades. Cuando era ms chico y
todava iba a la escuela usaba el dinero para comprar el uniforme, pagar el transporte. Mis padres me
daban algo de dinero y yo pona la otra mitad.
Pero este cambio hacia una subjetividad como trabajador individual con una
actividad independiente a la del resto de la familia tambin contribuye a enfatizar y llevar
hasta nuevos niveles de responsabilidad econmica la obligacin moral que los nios/as
sienten de retribuir a sus padres los esfuerzos y gastos que stos han hecho para criarlos. De
hecho provee a esta responsabilidad econmica de un equivalente monetario y a medida
que el nio/a crece, se vuelve ms diestro y tiene la capacidad de aumentar sus ingresos,
esta responsabilidad de retribuir a los padres se vuelve incluso una responsabilidad igual a
la que los padres tienen de sostener a los hermanos menores. Puede llegar a transformarse
en una responsabilidad y obligacin moral de subvencionar la incapacidad de los padres
para encontrar empleo o de seguir trabajando cuando, sometidos a una vida de explotacin,
pobreza y desnutricin, stos caen enfermos o incapacitados a edades sumamente
tempranas, o su capacidad de proveer a la familia queda anulada por problemas de
adicciones, desintegracin familiar o depresin.
52
Shankara (15 aos) es de origen Tamil, trabaja en la construccin desde hace ya un par de aos.
168
Gangappa, es un nio migrante originario del norte de Karnataka, tiene alrededor de 11 aos de edad y
trabaja en la construccin todas las tardes desde que su padre muri hace un par de aos.
169
170
entender que los nios/as toman las decisiones que toman y actan como lo hacen porque
sus respuestas y acciones estn totalmente estructuradas y dirigidas hacia un fin concreto y
ellos actan todo el tiempo de acuerdo a un propsito deliberado. Muchas de sus respuestas
o estrategias son circunstanciales, formas de lidiar con sucesos o problemas inmediatos y
en ocasiones momentneos. El argumento es que las formas en que responden a los retos
cotidianos que su trabajo les impone nos dicen mucho sobre la forma en que los nios/as
perciben sus actividades, se perciben a s mismos como individuos, afectan el modo en que
entienden su papel y responsabilidades dentro de sus familias y tambin nos hablan de
cmo ellos y su trabajo son percibidos y construidos por la sociedad en la que viven.
Hay que comenzar diciendo que en el caso de los nios/as pepenadores que se autoemplean o trabajan por su cuenta la relacin de dominacin patronal puede simplemente ser
sustituida por una relacin patriarcal o parental, lo cual no necesariamente la hace menos
explotadora o inocua. sta puede incluso volverse ms constrictiva al volverse la nica que
regula el trabajo de los nios/as, pues la explotacin que tiene lugar dentro de los lazos de
reciprocidad y cooperacin familiar puede llegar a ser tan grave como la explotacin
patronal, solo que sta es ms fcilmente naturalizada y normalizada.
En segundo lugar hay que decir que aunque estos nios/as trabajan por su cuenta,
deciden sus propios ritmos de trabajo y en cierto sentido son auto-empleados, la relacin
que establecen con el gujri (intermediario que les compra los desechos) sigue siendo muy
importante. Si bien los nios/as pepenadores no estn siendo monitoreados de cerca por un
empleador que supervisa su produccin o por un patrn que recompensa su trabajo con la
enseanza de su oficio y es responsable de su manutencin, el gujri juega un papel en
ocasiones crucial, como ya hemos visto, para establecer relaciones de dependencia que les
permiten a los nios obtener adelantos de dinero en tiempos de crisis. La diferencia entre el
gujri y un empleador es, por supuesto, que el gujri no asume ninguno de los costos del
trabajo de los nios/as y slo ocasionalmente debe preocuparse por presionarlos para que se
mantengan productivos, pero sus ingresos en realidad no dependen del trabajo de los
nios/as, pues tiene una enorme cantidad de proveedores informales de desechos.
La relacin de dominacin y dependencia con este actor se naturaliza en tanto que
los nios/as perciben al gujri como un amigo, una persona en la que pueden confiar o
como alguien que puede ayudarlos cuando se encuentran en apuros. Pero tambin se
171
invisibiliza porque al mismo tiempo se construye como una relacin menos directa y
personal, en tanto que el gujri no los presiona directamente para que trabajen, no los vigila
cotidianamente y rara vez comete un abuso fsico, slo econmico cuando los engaa sobre
el precio de los productos y el peso de sus costales. La dominacin-explotacin del gujri se
vuelve entonces menos personal y ms circunstancial a la vez que la capacidad de los
nios/as para auto-regularse, auto-disciplinarse y encontrar mecanismos para trabajar ms o
mejor cobra una mayor importancia. Es pues, una relacin de dominacin-dependencia ms
flexible y en la que el poder no es ejercido necesariamente por el gujri sobre el nio/a, sino
por los nios/as sobre s mismos, compelidos por la necesidad econmica y la
responsabilidad moral. La cuestin a analizar es entonces qu sucede con el trabajo de los
nios cuando ste no se efecta ni en el mbito de la unidad productiva familiar ni bajo el
control o la direccin de un empleador? Qu transformaciones experimenta? Cmo se
motiva, regula y administra?
Una preocupacin constante entre los nios/as pepenadores es la de poder aportar de
manera constante y estable un mnimo de ingresos a su familia, y para ello es necesario
minimizar la competencia y maximizar las posibilidades de obtener ms y mejores
desechos. Por tanto los nios/as usan dos estrategias fundamentales. La primera consiste en
explorar nuevos terrenos que otros pepenadores no conocen caminando cada vez ms lejos
o accediendo a lugares donde otros no pueden entrar. Por ejemplo, saltando las bardas de
terrenos baldos que sirven como depsitos de basura para los edificios cercanos,
introducindose a los drenajes para sacar la basura que se que se acumula all o incluso
entrar furtivamente a los edificios de quienes poseen servicio de recoleccin de basura para
extraer de los contenedores que sern vaciados ms tarde por el camin recolector los
desechos ms valiosos. La segunda es despertndose ms temprano que los dems y
caminando ms rpido y ms lejos no slo para adelantarse a otros pepenadores que
compiten por los mismos desechos, sino tambin para recogerlos antes de que lo hagan los
barrenderos o pourakarmikas contratados por la municipalidad. En este sentido los nios
pepenadores del Rama Temple slum compiten no slo entre s y con los pepenadores de
otras reas vecinas, sino con sus propios padres y adultos de su comunidad que han sido
contratados por el BBMP como personal de limpieza urbano. As, cuando los nios/as
pepenadores tienen mayor presin de aumentar sus ganancias por varios das de
172
inactividad, por haber encontrado pocos desechos o porque existe la urgencia de ganar ms
dinero ante la proximidad de un viaje o un gasto, ellos deciden levantarse alrededor de las 3
4 de la maana para hacer una primera ronda de recoleccin, cuando el resto de la familia
y la ciudad todava duermen.
Los primeros lugares que los nios del Rama Temple slum suelen visitar al inicio de
una jornada de trabajo son los tiraderos y terrenos donde saben que las familias tiran su
basura, pues ah se encuentran la mayor cantidad de bolsas de leche54 y botellas de PET
(ambas suelen ser vendidas sin problema y pagadas a buen precio por ser completamente
reciclables). Shambu suele visitar los mismos lugares cada da, pero cuando llega y ya hay
alguien ms en el lugar que no es de su comunidad, considera a ese sitio tomado y se va al
siguiente, sobre todo si se trata de un adulto, pues cuando l intenta recoger en el mismo
sitio se arriesga a recibir gritos y regaos. En ocasiones los adultos que estn recogiendo en
la misma rea les dicen que la gente de la oficina (la ONG) se los van a llevar. Otras
veces, cuenta Shambu, otros pepenadores que encuentran en el camino de vuelta cuando
llevan su costal lleno sobre la espalda se vuelven celosos y le preguntan por qu l pudo
encontrar ms cosas que ellos.
- Rajika: Cuando haba mucha competencia pues tenamos que empezar antes, a las cuatro de la
maana, antes de que alguien ms lo hiciera. Tambin empezamos a ir ms y ms lejos. Cuando la
situacin era normal slo bamos a los basureros y las orillas de las calles y ah podamos conseguir
todo, pero cuando la situacin empeor tenamos que meternos a los drenajes. Ah a veces
encontrbamos las monedas que se caen. Pero el drenaje no est bien, est muy sucio, es muy duro
trabajar ah, pero no tenamos otra opcin. En ese entonces yo iba con mi hermano y mis amigos y
amigas, porque a veces tenamos problemas, a veces no era seguro y por eso bamos en grupo.
Cuando los nios/as buscan y recogen los desechos en las calles ms concurridas del
barrio la rapidez es un factor fundamental, pues muchas veces la gente de las casas y los
negocios de la zona no los quiere ver rondando cerca. Piensan que les vamos a robar
algo, explica Shambu. As que hay que saber identificar y recoger los desechos valiosos
con velocidad. Pero ante la amenaza de un vecino enfurecido o cualquier otro problema la
estrategia contundente es correr. Corro, corro fuerte hasta que llego a mi casa. Pero
cuando el peligro es permanente y proviene de otros nios, la solucin es salir en grupo y
protegerse unos a otros dndose consejos y avisos: A veces me encuentro con otros nios
y platicamos de lo que encontramos y dnde hay buena basura. Avisamos dnde estn los
54
En India la leche (sobre todo la ms barata) se vende envasada en bolsas de plstico de 500 y 1000 ml. y no
en tetra pack.
173
perros y si despus van para all y los muerde, es su culpa. No todos los consejos tienen
que ver con los posibles peligros, Shambu aprendi que hay otros factores de cuidado para
evitar perder la posibilidad de ganar ingresos. Por ejemplo, hay que evitar cortarse los pies,
pues las heridas son dolorosas y difciles de curar y cuando se infectan esto provoca que no
se pueda trabajar durante varios das. Al final de la ruta que Shambu recorre, se extiende
una enorme lona de plstico con el rostro de Geeta Madam que bien podra salvar a una
familia entera de las inclemencias del monzn. Shambu la seala y dice mi consejo para
los nios es que no recojan cerca de su casa porque los va a atrapar.
El consejo que Methu dara a otros nios es una maniobra de significativa
importancia para todos los nios pepenadores:
Que encuentren una auntie (ta) que sea buena con ellos. Que les de un poco de comida, que les
permita beber. La auntie que vive cerca de mi casa es muy buena conmigo, cuando tengo fiebre me
da leche. Cuando tenemos dolor en las piernas nos da algo para embarrar. Si le pedimos ropas a
veces nos da. No encuentras este tipo de auntie en cualquier parte. Ella nos da agua. Esta es buena y
es linda.
Al igual que Methu, Shambu tambin planea su ruta de modo que pasar por lugares
especficos donde hay gente amigable que le permite descansar en la sombra, que le regala
sobras de comida o le permite tomar agua de la llave de su patio. Construye su recorrido no
slo en base a dnde y cmo se puede ganar ms dinero, sino tambin conforme a dnde es
ms seguro ir y cundo se puede hacerlo. Por ejemplo evitando las zonas donde hay perros
agresivos que lo persiguen, lo cual a su parecer se debe a que su costal es muy grande y l
se ve muy sucio. O arreglando sus horarios para poder recolectar los desechos en la calle
donde vive el hombre enojado a la hora en que ste est trabajando.
La habilidad para encontrar gente que les brinde ayuda en casos de urgencia o de
peligro es un factor crucial, no slo para los nios/as pepenadores, sino para los nios/as
que trabajan en la calle en general. Sabiendo esto, una de las iniciativas de The Concerned
For Working Children ha sido identificar a las personas en los slums donde los nios/as
viven y las reas de la ciudad donde trabajan que han mostrado inters y simpata hacia
stos y les ha distribuido tarjetas informativas sobre sus derechos y con nmeros
telefnicos a donde llamar en caso de los nios/as sean aprehendidos por la polica,
maltratados o abusados por sus empleadores o cualquier otra persona, un programa llamado
Makkala Mitra (amigo de los nios), aunque ha funcionado ocasionalmente y slo en
algunas zonas. Irnicamente varias llamadas han sido de parte no de los nios, sino de los
174
Por su parte las nias, para quienes protegerse del acoso y el potencial abuso de los
hombres que encuentran en la calle es tan importante como obtener ingresos suficientes,
por lo que ellas crean estrategias de acompaamiento a distancia durante sus recorridos que
les permitan cuidarse mutuamente sin tener que competir por los mismos desechos.
- Rajika: ir sola no es seguro. Queremos dinero pero tambin queremos seguridad. Por eso bamos
dos o tres al menos, no podemos ir solas. A veces tenemos que separarnos y yo voy por una calle y tu
vas por otra y nos encontramos al final, porque si vamos juntas no podemos recoger suficiente las
dos, as que tenemos que dividirnos las calles. Otras veces, cuando bamos a un rea donde la gente
ya nos conoca en algunas casas nos dan la comida que sobra, ya nos conocan as que preparaban las
sobras para drnoslas. A veces eso era lo nico que comamos. A veces conocamos los dueos de
algunas fruteras y a cambio de limpiar su negocio ellos nos regalaban la fruta que ya est medio
175
echada a perder. Cortbamos la parte que est mala y nos comamos el resto. Experimentamos
muchas cosas! A veces no tenamos dinero pero estbamos hambrientos y queramos comida. A
veces alguna familia nos daba sus sobras, y nosotros tenamos hambre as que comamos eso. Otras
veces limpibamos las fondas y ellos nos regalaban las sobras. De por s ganbamos dinero para
poder comer, as que igual daba que nos dieran la comida. A veces cuando bamos a recoger cosas
las personas ricas nos daban las sobras de su comida, otras veces pedamos las sobras de las fiestas,
los matrimonios. Otras veces algunas personas nos corran de los lugares y nos regaaban as que a
veces no conseguamos nada.
176
Algo tan relevante como conmovedor es constatar que las tcticas de los nios/as no
siempre involucran dinero. Ms importantes todava resultan algunas veces la ayuda y
solidaridad que se prestan compartiendo comida con quien no ha tenido alimentos en casa
desde hace varios das, prestando las mejores prendas a la amiga que va a celebrar algn
ritual familiar y, por supuesto, compartiendo secretos y preocupaciones.
- Rajika: Algunas veces nos prestbamos vestidos para usarlos en las fiestas. A veces en la casa nos
regaaban y por eso lo hacamos a escondidas en el bao pblico. Nos prestbamos los aretes, nos
regalbamos calcomanas, pasadores, ligas para el cabello. Pequeas cosas, pero compartamos todo.
Muchas veces no tenamos suficiente dinero para comer, slo 5 rupias ($1.10) y con eso
comprbamos un plato y de ah comamos dos, tres, cuatro nios. No era suficiente para llenarnos,
pero era como compartir tambin la felicidad con los amigos. [] A veces en las casas nos regalaban
comida y siempre la estbamos compartiendo, siempre la repartamos entre todos los que estbamos
ah, hasta que te quedabas con slo un poquito en la mano, apenas un bocado. Es as como
pensbamos. [] Siento que es distinto que con los nios que van a la escuela, que muchas veces se
sienten celosos unos de otros. Pero los nios trabajadores, aunque nos pelebamos, si alguien
regaaba a mi amiga, yo nunca dejaba de defenderla. Siempre peleaba por mis amigos y ellos hacan
as. Si alguien me regaaba ellos me defendan. An cuando estbamos peleados y sin hablarnos,
nunca dejbamos de ayudarnos y defendernos unos a otros. Nos unamos para protegernos, no nos
quedbamos callados cuando alguien ms vena a regaarnos o pegarnos. Los nios trabajadores nos
ayudamos ms porque tambin trabajbamos juntos. Estbamos solos slo en la noche, el resto del
da estbamos siempre juntos.
Cuando los nios/as tienen asegurada la alimentacin en su casa pues los padres
tienen ingresos regulares o la situacin familiar no es extremadamente precaria, algunas
veces pueden permitirse ahorrar pequeas cantidades de dinero para sus propios gastos.
Segn las observaciones de campo los nios ahorran cantidades menores porque tienen ms
posibilidades de gastar su dinero a corto plazo al tener ms tiempo libre (que las nias
ocupan en las labores domsticas) y porque es ms aceptado que permanezcan en la calle
an cuando no estn trabajando. Las nias por el contrario suelen ahorrar cantidades
mayores y por periodos ms prolongados para comprarse cosas ms caras y duraderas como
joyas de fantasa, maquillaje o ropa. Ahorrar puede ser algo sumamente difcil de hacer
para un nio/a que tiene la presin de entregarle dinero a su madre o cubrir su propia
alimentacin. Por tanto, cuando se necesita gastar o invertir cantidades ms grandes de
dinero los nios/as acumulan los desechos recogidos durante varios das para as obtener
una mayor cantidad de dinero al venderlos, evitando la tentacin de gastar durante esos
das. Otras veces entregan parte de sus ganancias al gujri para que ste las guarde hasta que
hayan reunido una cantidad importante, algo que tambin suelen hacer los adultos con sus
177
empleadores o con los dueos de las tienditas de abarrotes que existen dentro del slum,
quienes muchas veces son adems prestamistas.
Algunos nios encuentran adems formas alternativas de obtener ingresos. Algunos
se emplean como ayuda domstica en casas cercanas o como coolies en negocios y talleres,
casi siempre tambin para realizar tareas de limpieza. Otros, que tienen un gran
conocimiento de las zonas que frecuentan en busca de desechos, han ubicado distintas
negocios y talleres que con cierta periodicidad desechan sobrantes, productos defectuosos y
caducos. As, los nios recogen desde chocolates y yogurts caducos, hasta cartones y
desechos metlicos. Su habilidad para reutilizar, intercambiar y vender a otros nios/as los
objetos que han encontrado entre la basura ms que una fuente de ingresos es una fuente de
entretenimiento, pero sobre todo, una oportunidad para presentar regalos a sus hermanos y
hermanas. El hallazgo de un bien tan preciado como un par de zapatos es con frecuencia
celebrado por el nio/a y todos sus amigos, y quien se convierte en el orgulloso portador
del calzado no perder la ocasin para comunicar los mritos de su hermano/a.
Las estrategias que los nios/as crean e implementan para ayudarse, compartir,
complementar, maximizar y administrar sus desechos y sus ganancias nos hablan de una
enorme capacidad para lidiar con una economa sumamente precaria y un flujo de ingresos
familiares variable y contingente. Adems de esto, la eleccin misma del trabajo pepenador
por sobre otras ocupaciones posibles nos revela decisiones, deliberadas o no, que
privilegian ciertas necesidades, formas de trabajo y modos de vida que hacen posible la
supervivencia en una ciudad regida por un modelo socioeconmico extremadamente
desigual y excluyente. El trabajo como pepenador es en s mismo una ocupacin que les
permite a los nios/as convertirse en trabajadores extremadamente eficientes y adaptables a
las contradicciones e inequidades de la ciudad de Bangalore donde los migrantes rurales, y
ms an los de las castas ms bajas, rara vez tienen acceso a otras fuentes de empleo que no
sean las ocupaciones informales ms demandantes fsicamente, menos reconocidas y peor
pagadas.
Los nios eligen una ocupacin que, como sealan Methu y Ganesha, les permite
independizarse de intermediarios que regulan el mercado de trabajo (aunque no de los que
controlan la compra/venta de los desechos), minimizar el abuso de los adultos involucrados
en el negocio, incrementar o disminuir sus cargas de trabajo cuando as lo quieran y hasta
178
cierto punto determinar cules son las condiciones favorables para realizar su trabajo.
Varios nios del Rama Temple slum parecan valorar, ms que cualquier otra cosa, la
ventaja de que el trabajo como pepenadores no los obligaba a depender de un empleador
que los regaara y golpeara. A esto se suma la posibilidad de aumentar la intensidad del
trabajo y el monto de las ganancias segn las necesidades de su familia:
- Methu: En este trabajo tenemos muchos problemas pero es un muy buen trabajo, porque tu trabajas
cuando quieras, si te sientes mal descansas y nadie te regaa. No tienes que usar (invertir) tu dinero
tampoco, por eso nos gusta. [] En este trabajo puedes descansar y parar cuando quieras. Tambin
ganas ms cuando trabajas mucho, si quiero ganar ms puedo trabajar ms puedo ganar 500 rupias
($104) si trabajo de la maana a la noche, pero en la construccin (los nios) ganan menos de 200.
179
dispuesto a utilizar las ventajas que su trabajo precario le ofrecen para auto-explotarse,
asumiendo los riesgos y los costos de sus actividades econmicas.
En contextos de sujecin y marginacin social, poltica y econmica, la capacidad
de los nios/as de desarrollar y ejercer agencia no puede ser entendida fuera de los efectos
que estas circunstancias infunden en ellos y su entorno. Pero al mismo tiempo estas
consideraciones no deben hacernos perder de vista o subestimar el poder que los deseos y
las elecciones de los nios/as tienen para modificar, influenciar o moldear en distintas
formas y magnitudes el curso de sus vidas, llevndolos incluso a manipular o a valerse del
estatus de subalternidad que su entorno les confiere o a confrontarlo directamente, como
nos muestran los trabajos de Leinaweaver (2007), Surez-Navaz y lvarez (2011) y
Faulstich Orellana (2001). Esta reflexin sobre hasta qu punto la agencia infantil puede
considerarse tal en un contexto de opresin y sujecin es igualmente relevante para los
casos en que los nios/as se consideran a s mismos agentes, mientras que su grupo social
y/o el estado los ven meramente como individuos subalternos o dependientes. As como en
los casos, como veremos en el siguiente captulo, en los que actores externos intentan
generar en los nios/as formas especficas de agencia que en buena medida ignoran las
concepciones, deseos, formas de actuar y participar que los nios/as y sus comunidades han
construido y reproducido dentro de contextos histricos, socioculturales y econmicos
especficos.
El siguiente punto a reflexionar es si los regmenes de trabajo que alientan a los
nios/as a asumir importantes grados de auto-regulacin con fines econmicos y de autoexplotacin pueden y deben considerarse agencia, o si son nicamente la manifestacin de
una capacidad de actuar con cierta autonoma e independencia de su familia y entorno para
alcanzar determinados fines y objetivos. En otras palabras, es posible decir que al trabajar,
al generar sus propias estrategias productivas y de supervivencia, al asumir
responsabilidades econmicas y morales hacia su familia e incluso al hacerse cargo de su
propia supervivencia los nios/as pepenadores estn ejerciendo su capacidad de agencia,
pero estn tambin explotndose a s mismos?
El trabajo de estos nios/as es una forma de auto-explotacin cuando el compromiso
moral se convierte en una obligacin econmica que los lleva a asumir los costos de su
propia manutencin en un contexto de extrema desigualdad y precariedad que no les deja
180
otras opciones. Cuando crean para s mismos regmenes de trabajo y estrategias productivas
que no privilegian su bienestar sino la obtencin de ingresos para cubrir deudas y gastos
que no necesariamente mejorarn sus condiciones de vida. Cuando sus ritmos y formas de
trabajo hacen dispensable la vigilancia y la coercin de una entidad externa y los llevan a
interiorizar y reproducir sobre s mismos distintas formas de extraccin de valor que actan
en detrimento de sus cuerpos y su desarrollo. No obstante, aqu hemos visto que las formas
de trabajo y que los nios/as pepenadores generan al auto-emplearse y crear sus propias
estrategias para lidiar con los problemas que se les presentan contienen tambin varios
elementos y aspectos positivos (como la amistad, la solidaridad y el apoyo mutuo) que los
nios/as aprecian mucho y que con frecuencia son fundamentales tanto para su
supervivencia, como para la valoracin de su identidad y la cohesin grupal.
Pero para responder a la pregunta de si al crear sus propias estrategias de trabajo y
hacer de la solidaridad y el apoyo mutuo importantes mecanismos de sobrevivencia los
nios/as estn creando agencia o se estn auto-explotando es necesario volver a al papel
que los nios/as juegan -dentro y fuera del mercado- en la produccin de riqueza. As como
al papel que ellos mismos desempean en el proceso de creacin antroponmica
mediante el cual los nios/as de un colectivo son convertidos en adultos plenamente
socializados y que implica tanto su nutricin y desarrollo fsico, como la gestacin de su
energa cultural y psquica (Bertaux and Thompson 1997).
En el apartado anterior discutimos cmo el trabajo infantil que se da no ya en el
contexto de la socializacin y la (re)produccin del ncleo domstico y la economa
familiar/rural sino de la acumulacin capitalista, se convierte en un endeudamiento a futuro
y en una forma de subsidiar las falencias del estado y del mercado. Hemos afirmado
tambin que lo fundamentalmente problemtico del trabajo infantil no es el trabajo en s
mismo, sino las condiciones en que se lleva a cabo. Falta entonces reflexionar sobre el
papel que los nios/as juegan en la produccin y reproduccin de las personas, dentro de
sus familias y sus sociedades.
Hemos discutido ya que los nios/as fungen como productores de riqueza llevando a
cabo actividades tanto dentro como fuera del mbito del mercado. Que su trabajo
contribuye a producir valor simblico y material para la familia que idealmente ser
transmitido a futuras generaciones, y cmo los nios/as participan en la produccin y
181
182
energas invertidas por los adultos sern transmitidas a las siguientes generaciones, los
nios/as empean su bienestar en el presente y su capacidad para producir en el futuro en el
pago de deudas que han sido creadas por un capitalismo flexible capaz de extraer valor
hasta de los ms depauperados. En este contexto, su trabajo ha pasado de ser un elemento
para la produccin y reproduccin familiar de fuerza de trabajo y de nuevos sujetos
sociales, a ser una estrategia de flexibilidad laboral y maximizacin de ganancias para una
unidad familiar cuya supervivencia depende de la acumulacin de capital. Por tanto los
nios/as y su trabajo han pasado de tener valor y sentido como elementos (aunque
subordinados) de un proyecto comn con metas que se comparten y distribuyen segn las
capacidades y posibilidades de cada miembro, a convertirse en trabajadores individuales
que pertenecen a una familia en la que cada quien debe tener su propia fuente de ingresos.
Este proceso est ntimamente relacionado con la transformacin del papel del
trabajo en las sociedades contemporneas que ha propiciado, como ilustra el trabajo de
Fishburne Collier (2010), que las mujeres y los hijos hayan pasado de ser entidades
econmicas fundidas en un ncleo familiar representado y administrado por el padre, a
ser entidades autnomas que participan en una sociedad igualitaria que les reconoce
derechos y obligaciones a todos los miembros de la familia. Sin embargo, en un contexto de
extrema desigualdad econmica, precariedad laboral y complejas jerarquas socioculturales
esto est lejos de ser una realidad, pues el trabajo femenino tiene un valor menor que el de
los hombres y los nios/as se ven obligados a ocuparse en labores explotadoras y sin ser
siquiera reconocidos como trabajadores. Por tanto, el contrato de igualdad que las sociedad
liberales y democrticas prometen queda incumplido, pero con frecuencia las entidades
desarrollistas y los organismos humanitarios no encuentran la causa en el mercado o en el
fracaso del estado, sino en la cultura. Como si los padres fueran los responsables primarios
de hacer cumplir las promesas lanzadas por las sociedades igualitarias, cuando stas no se
hacen vlidas y el trabajo infantil se vuelve una de las pocas estrategias que las familias
ms depauperadas tienen para sobrevivir en el capitalismo neoliberal, a los padres se les
culpa de ser negligentes, retrgradas, ignorantes, fracasados o explotadores. Cuando en
realidad las familias que se ven obligadas a depender del trabajo de sus nios/as se han
convertido en un sofisticado ejemplo de la familia neoliberal, en la que cada miembro
183
genera su propia fuente de ingresos y genera capital de forma independiente, haciendo del
ncleo domstico una unidad altamente flexible.
En realidad estas familias s estn cumpliendo con la extensin de los padres a los
hijos del contrato de co-responsabilidad de las sociedades igualitarias, en las que cada
individuo es poseedor de derechos y obligaciones. La diferencia es que en las familias ms
pobres la igualdad y la co-responsabilidad se han manifestado primordialmente en la
extensin de las responsabilidades econmicas, y dado que no poseen los recursos para que
sus hijos se desarrollen plenamente antes de sumarse al mercado laboral, stos se ven
obligados a trabajar inmediatamente. El problema con las transformaciones en las
relaciones que la familia sostiene de cara a la sociedad y al mercado de trabajo, y del
trabajo como componente fundamental de las relaciones domsticas y parentales, es que las
responsabilidades econmicas se han hecho extensivas a los hijos, pero en general los
nios/as siguen siendo concebidos como individuos que se encuentran naturalmente
aislados del mercado y como sujetos con un estatus menor o sin un estatus propio. Por tanto
podemos decir, siguiendo a Fraser (2004), que la lucha contra la explotacin infantil debe
ser primordialmente una lucha por la redistribucin, pero sta no rendir frutos si no es
adems una lucha por el reconocimiento en trminos de estatus. Mientras a los nios/as que
viven en los pases en vas de desarrollo las inequidades del sistema econmico global los
han obligado a tomar mayores responsabilidades econmicas, esto no ha estado
acompaado con el reconocimiento social de su estatus como trabajadores ni de una
equidad de estatus al interior de sus familias.
As, el trabajo infantil se reproduce como explotacin, como auto-explotacin y
como estrategia de supervivencia en tanto que es uno de los pocos mecanismos que las
familias tienen para responder a lo que Philipe Bourgois (1988) ha denominado opresin
conjugada, en la que las relaciones de explotacin econmica se superponen y
retroalimentan con las relaciones de sujecin a las jerarquas tradicionales de poder y las
estructuras locales de dominacin, generando una experiencia de opresin mucho ms
compleja. Se trata de una opresin conjugada tambin en el sentido de que la subordinacin
que los nios/as experimentan dentro de las estructuras patriarcales tiene un correlato ms
amplio en la sujecin que sus familias viven en trminos de casta, clase y etnicidad. Y
porque la explotacin econmica de su fuerza de trabajo se produce y reproduce en
184
185
como mujeres. Porque en la casa incluso son las nias las que hacen todo el trabajo, cocinar, limpiar,
lavar, todo. Y ella es la que toma toda la responsabilidad mientras los nios juegan y juegan y se van
al cine. Los padres les dan libertad a los hombres pero no a las nias, pueden ir a donde quieran. Pero
las nias tienen siempre que estar cuidando sus cuerpos, sus sentimientos, todo! Entonces hay ms
responsabilidad y presin para las nias, siempre para las nias. Entonces muchas veces sentamos
eso, que no quisiramos volver a vivir como nias. [] Imagina que somos dos nias pequeas que
vamos solas por la calle por primera vez, no conocemos el lugar no conocemos a nadie, no s
cmo pedir ayuda, no s cmo responder a los hombres. Entonces me quedo callada esa es la
situacin que nos paraliza, no sabemos qu es lo que va a pasar. Tenemos mucho miedo, siempre
tenamos miedo. Nunca me voy a olvidar de esa situacin, en el futuro se lo diremos a nuestros hijos,
yo tuve que pasar por eso. Trabajar es muy difcil para las nias, trabajar en las noches todava ms.
[] Muchas veces discutimos entre nosotras mismas las ropas que tenemos que usar para no llamar
la atencin, tiene que ser ropa discreta, que nos quede grande. Si vamos a usar el churidar55 tenemos
que ponernos una camisa de hombre encima y abotonarla hasta arriba, para que cuando nos
agachemos no se nos vean los pechos. As que siempre usamos esas camisas.
Cuando nos ven sucios inmediatamente piensan que somos intocables me deca
un da Rajika, quien gracias a un coraje admirable y a las herramientas adquiridas a travs
de los talleres que TCFWC llev a cabo en su slum durante varios aos, tena un capacidad
-quizs excepcional- para hacer frente a quienes las humillaban con sus propuestas e
insinuaciones. Sin embargo ella reconoca que cuando lo que estaba en riesgo era la
posibilidad de continuar trabajando, no era la confrontacin lo que le permita resolver la
situacin, sino seguir las reglas del decoro y la decencia femenina.
- Rajika: Cuando estaba de mal humor les deca cosas, me burlaba de ellos, pero hablbamos slo
entre nosotros, muy bajito. Sin que nos escucharan. En esa poca tenamos mucho miedo y tambin
no queramos cerrarnos la oportunidad de seguir yendo a ese lugar, no? Tenamos que poder seguir
yendo todos los das a recoger, tenamos que poder seguir sentndonos en el mismo lugar a
descansar. Entonces tenamos que hablar bajito entre nosotros. Tambin porque a veces esas familias
nos regalan agua y comida, entonces tenemos que tener buenas relaciones con ellos. Durante el
verano tenemos que tener lugares donde descansar del sol y del calor, y tenemos que tener su
permiso para sentarnos en su rea.
55
Pantalones tpicos del sur de Asia que, a diferencia del salwar, son ms estrechos y ajustados a la forma de
la pierna.
186
rompen con las fronteras que separan a lo pblico de lo privado, segn las cuales todo
nio/a debe desarrollarse sujeto a un espacio cerrado como el hogar y a una disciplina
familiar (Nieuwenhuys 1998). Al salirse de los espacios considerados legtimos para la
infancia, estos nios/as son considerados como fuera de la infancia, transgresores de una
supuesta naturaleza de la infancia.
- Rajika: Cuando trabajamos recogiendo basura la regla principal es no hablar con nadie, para no
ponernos en peligro. Despus con el tiempo vamos conociendo a alguna gente y viendo quines son
buenas personas y quines no. Cuando vamos a trabajar en otras zonas, por ejemplo donde hay
oficinas, sabemos que tenemos que comportarnos ms seriamente, no podemos hacer demasiado
ruido y jugar en la calle. Aprendimos que no tenemos que gritar. Aprendimos que no tenemos que
desperdigar la basura y que tampoco les gusta que abramos las bolsas de basura enfrente de su casa,
tenemos que llevarnos las bolsas a otras partes y revisarlas ah. [] Con el trabajo domstico
tenemos que aprender a comportarnos bien, a no hablar demasiado, a no platicar todo con ellos, a ser
ms reservadas. Hay que aprender cmo debes hablar con la gente de esas casas, no puedes portarte
igual que con tus amigos, no puedes pedirles todo, tienes que comportarte ms tmida, no hablar
demasiado alto. Ellos piensan que los nios que trabajan son nios muy pobres, que sus padres no
pueden cuidarlos y enviarlos a la escuela. Es lo que piensan.
Los nios/as van aprendiendo que deben trabajar sin transgredir determinados
ordenes, que no solamente se refieren a los espacios pblicos, sino a las formas de
conducirse y comportarse. A las fronteras que deben necesariamente permanecer entre las
castas y las clases sociales, es decir, entre los cuerpos.
- Rajika: Piensan que no tienen que tocarnos, entonces tenemos que portarnos bien. A veces cuando
nos sentamos en algn lugar nos dicen que no nos sentamos ah, que no hablemos demasiado. O que
no nos metamos en los asuntos de los dems, que no lleguemos simplemente por curiosidad a querer
hablar con la gente, que nos vayamos ms all y nos sentemos ah. As nos decan. Que no nos
sentemos en su lugar, donde ellos se sientan, nos tenemos que ir a otro lugar distinto. No hablan con
nosotros, no nos tocan porque estamos sucios, se sienten mal de tocarnos, se sienten avergonzados de
tocarnos. A nosotros los nios nos gusta hablar y rer entre nosotros, pero por ser intocables nos
dicen no hables, no hagas as, tienes que ir calladito.
No slo con su trabajo como pepenadores estos nios/as rompen con los esquemas
establecidos de la infancia. Con su mera presencia en las calles, realizando una actividad
econmica independiente y desplegando su capacidad como proveedoras, las nias
pepenadoras transgreden no slo los lmites de la moralidad, sino las pautas legtimas de la
socializacin que garantizan la reproduccin de los roles de gnero. As cmo el trabajo
infantil es considerado explotador principalmente bajo preceptos morales cuando constituye
una amenaza para la continuidad del orden social establecido (Nieuwenhuys 1995), el
trabajo de estas nias de casta baja, que constituye una irrupcin desordenada y desregulada de la separacin que debe existir entre los espacios ocupados por las distintas
castas y clases, es objeto de una frrea y generalizada condena que no se da, por ejemplo,
187
cuando estas mismas nias se emplean como trabajadoras domsticas en los mismos
hogares de clase media, donde sus labores estn estrictamente vigiladas por la seora de la
casa y reguladas por un conjunto de normas y prohibiciones basadas en su condicin de
intocables.
- Rajika: Yo tengo una amiga de casta ms alta y a veces voy a su casa y su madre dice que me d
comida pero que yo no toque el plato. Cuando estoy sola con ella me da de todo, puedo hasta ir a la
cocina y cocinamos juntas, pero cuando la madre est en casa, la hija tiene que darme todo, yo no
puedo tocar nada. La ta es igual. No dicen nada directamente, pero su expresin lo dice todo: que yo
soy una intocable y tengo que estar lejos de ellas. De pronto llegan a la casa y estn muy normales,
pero apenas me ven se ponen serias o enojadas. Me hacen sentir que soy intocable, me hacen saber
que no quieren que yo est ah. Ahora es un poco mejor, cuando yo era nia era peor. Algunas gentes
en mi slum hacen as. Muchas veces los que son de casta alta. Pero a veces no es fcil distinguir
quines son de casta alta porque a veces te hablan muy bien. Una amiga de mi hermana era muy
buena con ella, pero su familia es de Brahmins (la casta ms alta en la jerarqua), entonces nunca
invitaba a mi hermana a su casa cuando eran nias. Esa amiga nos quera mucho pero tena miedo de
invitarnos a su casa por su familia, as que nos quedbamos platicando y jugando en la calle. A veces
bamos a su casa a ver la tele, pero nosotras nos sentbamos afuera de la casa, la veamos desde la
puerta. Mi hermana entr dos veces porque la madre la invit, pero slo dos veces. Pero cuando
somos nios eso no nos importa, nosotros nos queremos entre nosotros y no pensamos en nada ms,
pero tenemos miedo de lo que los padres dirn, as que no podemos entrar en las casas as noms,
que no podemos tocar a su madre, por ejemplo [] Te das cuenta y vas aprendiendo porque cuando
llegas te dicen que no entres, que te quedes afuera. Porque tienes miedo, porque a veces te regaan,
te golpean, por eso tienes miedo. Cuando era pequea pensaba pues por qu dios hace as, somos
nios pequeos, pero no podemos ir a preguntar a nuestros paps sobre eso, no podemos
cuestionarlos. Slo tenemos a Dios para preguntarle a l. Por qu Dios nos dio esta vida? Porqu
nos diste una vida y nos diste amigos y por qu ests haciendo esto? Pero despus crecemos y nos
damos cuenta, que alguna gente hace as pero no todos. En mi rea algunas familias son ms
amigables.
A la regulacin que se da sobre los movimientos y los cuerpos de las nias que se
encuentran solas en la calle, colocndose a s mismas fuera de lugar y realizando adems
una actividad econmica independiente, provocando reacciones chocantes entre los
vecinos, se suma tambin una regulacin cotidiana, ms ntima y algunas veces ms sutil.
- Rajika: Cuando llegas a la pubertad ya no puedes seguir jugando con los nios, tampoco
en tu casa, ya no puedes salir a la calle despus de las 4 5 de la tarde. Apenas se pone un poco
oscuro ya no puedes salir porque los padres temen por su seguridad, porque alguien las puede violar
o secuestrar. Tampoco puedes seguir hablando con los nios. Porque tambin cuando hablas con un
hombre la gente siempre piensa que tienes una mala relacin, siempre piensan mal. Por eso los
padres tienen miedo, de lo que piensen los dems. Mi abuela siempre me regaaba o me pegaba si
me vea hablando o jugando con los nios. T eres una nia, por qu haces como los nios?, me
deca y yo me pona a llorar. [] Cuando alcanzas la pubertad y tienes que seguir trabajando todos te
dicen que tienes que sentirte apenada, pero yo no haca caso. Yo no me sent as, porque cualquier
trabajo que puedas hacer es bueno para ti, as que no me senta avergonzada. Despus de trabajar iba
a la escuela y tena mis amigos ah tambin. Pero yo no tena opcin, si no iba a trabajar no tena
dinero para comer. Pero mis amigas s se sentan avergonzadas, siempre escondan su costal cuando
bamos a trabajar porque siempre haba muchachos en el camino y ellas se sentan apenadas. Si los
muchachos estaban parados enfrente del basurero ellas no recogan nada. Pero yo no, yo s iba y lo
recoga todo. Acaso por sentirnos apenadas vendra alguien a darnos de comer? No! Pero en India
las mujeres tienen que sentirse avergonzadas de todo lo que hacen, tienen que siempre ser tmidas y
188
cuando alcanzas la pubertad tienes que ser todava ms tmida. A veces no nos gusta ser as, pero de
todas formas tenemos que portarnos as.
- Y cmo aprendes a ser tmida?
No se aprende, viene natural. Porque la gente siempre te est diciendo que tienes que ser
tmida, que la timidez es un regalo de Dios. As como dios nos da el cuerpo de mujer, nos da la
timidez. Le da la timidez a las mujeres y el coraje a los hombres. Son reglas que ves todos los das,
aprendes porque los dems lo hacen, pero tambin a veces la gente te dice directamente, no hagas
esto, no te pongas esta ropa, no hables as, no hagas este tipo de cosas, no son buenos
comportamientos, no son gestos de mujer. Cuando ests entre adultos no puedes hablar, tienes que
ser como una nia. Todos los das lo vemos y poco a poco lo aprendes.
189
190
Captulo 4. Regmenes de
gubernamentalidad de la infancia
4.1. Primera parte: ONG, estado y la construccin de la infancia en
la India contempornea
4.1.1. Introduccin
En este ltimo captulo describir y analizare un conjunto de intervenciones que tres
de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) ms importantes de Bangalore que
trabajan con la infancia dirigen a los nios/as migrantes y trabajadores de los que hablamos
en el captulo anterior. Se trata de Bangalore Oniyavara Seva Coota (BOSCO), Association
for Promoting Social Action (APSA) y The Concerned For Working Children (TCFWC).
Se eligieron estas tres ONG por la relevancia y notoriedad de su trabajo con la infancia en
Bangalore, aunque las posibilidades de acercamiento y el grado apertura de cada una
result muy distinto. Har tambin referencia a los datos obtenidos en una estancia de
campo mucho ms breve en Nueva Delhi, donde pude conocer y observar algunos de los
programas de la ONG Bachpan Bachao Andolan (BBA) y el Childrens Development Bank
(banco de desarrollo destinado para los nios/as trabajadores). Hablar tambin de las
iniciativas que implementa actualmente el estado a travs del Child Welfare Committee (el
comit para el bienestar de la infancia) con el fin de cuidar y proteger a la infancia
vulnerable, que funciona gracias a la estrecha colaboracin entre el Women and Child
Welfare Department y alguna(s) de las ONG ya mencionadas.
Desarrollando cada una sus mtodos y estrategias, estas tres ONG persiguen uno o
varios de los siguientes objetivos: a) Proveer a los nios/as de recursos y servicios que sus
familias y el estado no les han brindado (educacin, alimentacin, refugio y cuidado). b)
Rescatar y proteger de situaciones peligrosas y explotadoras para 'rehabilitarlos' y
reinsertarlos en la sociedad. c) Empoderarlos para incentivar su participacin en la
promocin de sus derechos y la toma de responsabilidad en la solucin de sus propios
problemas.
191
192
56
Usar el trmino gubernamentalidad retomando las definiciones de Cruikshank (1999) y Dean (2006),
para referirme al conjunto de prcticas, instituciones, programas, discursos o estrategias que intentan alterar o
moldear las acciones de los otros o las que un individuo ejerce sobre s mismo.
193
Aqu postulo que las diferencias entre estas dos posturas nos revelan dos tipos de
regmenes de gubernamentalidad, y el hecho de que coexistan y se contradigan, pero
tambin se superpongan y se complementan entre s, nos habla de los procesos de
transformacin y produccin del gobierno, la sociedad y el ejercicio del poder ms all de
los principios e intereses particulares de las ONG o el estado. Partir retomando dos
postulados de Mitchell Dean acerca de que el gobierno se logra a travs de una
multiplicad de actores y agencias ms que a partir de un aparato centralizado de estado
(2006:26); y de que ste comprende no slo a la forma y los mecanismos mediante los
cuales ejercemos autoridad sobre los otros o gobernamos entidades abstractas como los
estados y la poblacin, sino tambin la forma en que nos gobernamos a nosotros mismos.
Por lo tanto, entender las formas contemporneas mediante las cuales se gobierna a la
infancia migrante y trabajadora requiere de analizar aquellas prcticas puestas en marcha
por distintos actores estatales y no-estatales que buscan moldear, esculpir, movilizar y
trabajar a partir de los deseos, las elecciones, las aspiraciones, las necesidades y los estilos
de vida de los individuos y los colectivos. As como las formas en que se alienta a que los
nios/as se gobiernen a s mismos mediante prcticas del yo (Dean, 2006:12-13).
Un punto central a tomar en cuenta a lo largo de este captulo es que los
mecanismos y formas de gobierno no son totales o absolutos, por lo que siempre se pueden
vislumbrar formas en las que los sujetos resisten o se apartan de ciertas formas e gobierno.
Puesto que el gobierno presupone la existencia de sujetos libres, nos dice Dean, en el
sentido primario de seres vivientes y pensantes, dotados de capacidades corporales y
mentales, el gobierno no puede existir sin individuos capaces de actuar. Es decir que
gobernar es tambin estructurar el campo de la accin posible, de actuar segn nuestras
capacidades o estructurar las capacidades de los otros para actuar. El gobierno se refiere
entonces tambin a la conformacin de la conducta humana, y por lo tanto implica la
posibilidad de que los gobernados sean capaces de actuar y pensar de manera distinta a
como lo hacen (2006:14-15).
En los apartados siguientes expondr una serie de posturas e intervenciones a travs
de las cuales ciertas ONG e instituciones del estado responden al fenmeno de la migracin
y el trabajo infantil en Bangalore, para mostrar que contribuyen a formar ciertos regmenes
de gobierno de la infancia marginada. Estas posturas e intervenciones pueden ser pensadas
194
195
tecnologas de gobierno a partir de las cuales stos se manifiestan y algunos de los efectos e
implicaciones que generan las formas de gubernamentalidad que contribuyen a construir.
No pretendo en absoluto afirmar que existen slo dos formas de aproximarse al fenmeno
de la infancia migrante y trabajadora, ni que estos dos regmenes de gobierno que aqu
busco delinear son la nica manifestacin de las relaciones de poder que se establecen entre
los nios/as (sus familias y comunidades) y las agencias estatales y/o las ONG. Pero
considero que estos dos regmenes especficos que he denominado 'regmenes de cuidado y
proteccin de la infancia' y 'regmenes de ciudadanizacin infantil' nos permiten entender
de manera muy clara las formas en que hoy se problematiza y se intenta gobernar no slo a
los nios/as migrantes y trabajadores, sino tambin a las comunidades a las que stos
pertenecen.
Antes de discutir los hallazgos hechos en campo y para poder comprender la serie
de programas, iniciativas y mecanismos de participacin y empoderamiento infantil que las
ONG de Bangalore han creado es necesario entender cmo se ha entendido y construido la
relacin con la infancia y el papel que sta jug en la consolidacin del estado indio y su
proyecto democrtico. El trabajo de Balakrishnan (2011) es particularmente significativo en
este sentido, pues nos permite entender la evolucin de las relaciones entre el estado y la
infancia, as como las transformaciones en la construccin de la niez desde el poder y las
instituciones.
Balakrishnan (2011:13) postula que en los albores de la India como nacin
independiente, la niez fue visualizada como un grupo dependiente de los adultos y como
el objeto de las funciones de bienestar del estado. El nio era pensado como un adjunto de
la institucin social primaria constituida por la familia y sobre todo como un anexo de la
madre. Con la instauracin del programa de desarrollo modernizador de Nehru esta visin
de la infancia fue sustituida por la idea del nio como un adulto en construccin o un adulto
en potencia. Una idea que fue utilizada como estrategia para expandir la inversin estatal en
la niez, pero que al mismo tiempo perpetu la visin de la niez como producto y objeto
de la accin estatal. Por tanto, durante aquellos aos el estado se enfoc mayormente en los
196
197
reconoca al nio/a como un actor individual, este deba ser objeto de ayuda y desarrollo
siempre tomando en cuenta su papel dentro de la familia y las estructuras comunitarias
existentes. El proyecto Gandhiano no plante una ruptura o una transformacin de las
relaciones entre el nio/a y la familia o el orden social existente, ni cuestion su soberana o
prevalencia. Esta visin, como veremos ms adelante, contina vigente y reproducindose a
travs de las acciones y discursos de algunas ONG, como es el caso de The Concerned For
Working Children, quienes promueven ideas muy similares y han sabido adaptar el discurso
Gandhiano a la reivindicacin moderna de los derechos de la infancia.
Ms adelante, con la consolidacin del gobierno encabezado por el Congress Party
y el ascenso en 1951 de Jawaharlal Nehru -el principal aliado poltico de Gandhi- como el
primer Primer Ministro de India, la construccin del Estado-nacin moderno y la
consolidacin del proyecto democrtico adquirieron un rumbo nuevo y claramente distinto
al visualizado por Gandhi. Bajo el rgimen nehruviano la planeacin centralizada, la
industrializacin y el desarrollo modernizador al estilo occidental jugaron un papel
preponderante. Fue gracias a Nehru y su enorme inters por la infancia que la niez cobr
una importancia indita en el nuevo proyecto nacional. Mientras que en el pasado los nios
haban sido considerados primordialmente como propiedad y responsabilidad de la familia,
despus de la independencia se concibi un nuevo rol del estado en la vida de la infancia.
Se comenz a ver al estado como elemento fundamental en la vida de los nios y como una
entidad que habra de formar un consenso ideolgico con la familia, respetando su
autonoma y enfatizando sus responsabilidades, pero asegurando su presencia en las vidas
de los nios y el rol de stos en la construccin de la nueva nacin.
Especialmente cercano a los nios, Nehru promovi el papel y las responsabilidades
de la infancia en la construccin de la nacin india, pensando a los nios como los adultos
en potencia y los ciudadanos del maana. Fue bajo su mandato que comenz a delinearse
un programa nacional de desarrollo para la infancia y a materializarse la idea de la infancia
como un insumo y un recurso humano que deba desarrollarse y explotarse. Pronto habra
de ganar legitimidad la visin de que la infancia tena que dejar de ser vista como un sector
dependiente, de la familia y del estado, para ser reconocida como una inversin en el
futuro, en el adulto y ciudadano del maana. Comenz a impugnarse tambin la legitimidad
de otras formas de dependencia del estado y el apoyo que ste prestara a la infancia se
198
deline como una estrategia econmica y una inversin que dara frutos en el mediano
plazo.
A finales de la dcada de los 50, se impuls con firmeza la visin de que los nios
deban dejar de ser objetos de caridad y receptores pasivos de los beneficios de un
incipiente estado de bienestar para comenzar a ser vistos como un recurso nacional que
deba ser desarrollado, pero se trataba de una idea demasiado adelantada a sus tiempos. En
aqul entonces los trabajadores sociales se opusieron mayoritariamente y la propuesta de la
niez como capital humano encontr apoyo slo entre algunos crculos de la burocracia. En
el siguiente plan nacional prevaleci nuevamente la perspectiva de que el estado deba ver y
aproximarse a la infancia principalmente a travs de la familia, aunque con el tiempo la
idea del nio como recurso para el desarrollo nacional fue ganando terreno poco a poco
(Balakrishnan 2011:105-110). Hasta que encontr un eco y legitimidad mayor con la
promulgacin de la Declaracin Universal de los Derechos del Nio en 1959 y comenz a
ser ampliamente aceptada y la poltica nacional sobre la infancia comenz a rechazar la
idea del nio como dependiente para centrarse en un enfoque de desarrollo. Como veremos
en este captulo, estas son hoy todava dos posturas que coexisten y algunas veces se
encuentran en pugna, pues la familia sigue ocupando un rol central en la forma en que el
estado y la sociedad civil concibe e interviene sobre la infancia, al tiempo que se busca
reconocerle al nio/a un rol ms acentuado en la vida social y promover su responsabilidad
individual.
Lo fundamental dentro de esta transformacin y en coexistencia de las visiones a
veces antagnicas, a veces complementarias, es que esta evolucin en la concepcin de la
infancia y su relacin con el estado nos sealan un cambio en las mentalidades de gobierno
y las estrategias de gubernamentalidad. Nos ayudan a entender el surgimiento de la
gubernamentalidad moderna en India, en tanto que nos permiten identificar y entender el
momento en el que el bienestar de la poblacin, la optimizacin de sus capacidades y su
productividad se volvieron parte del inters y el objetivo del gobierno (Gupta 2001).
Pensada como un elemento fundamental en el bienestar y mejoramiento de la poblacin,
esta nueva conciencia sobre la infancia se volvi un componente central en la construccin
de la experiencia de la modernidad, la construccin de la nacin y el estado desarrollista.
199
200
con una relacin propia con el estado, como ciudadanos del presente con derechos y
reivindicaciones propias. Iniciando su trayectoria con los nios trabajadores de Bangalore,
TCFWC por primera vez enmarc sus argumentos sobre la niez en el lenguaje de los
derechos econmicos y civiles de los ciudadanos, rechazando por completo el
planteamiento que haba dominado la poltica institucional de los nios/as como ciudadanos
en potencia y exigiendo su reconocimiento como actores autnomos e individuos
soberanos.
201
las ONG en India, que hoy se cuentan entre uno y dos millones de organizaciones
registradas formalmente ante el estado (Kilby 2011). De entre stas, se estima que
alrededor de 80,000 se dedican a actividades de desarrollo, pero la nica cifra de la que se
tiene certeza es la de 32,144 ONG registradas en el 2006 para recibir financiamiento
extranjero. Es interesante notar que antes del 2003 el 90% del financiamiento para las ONG
dedicadas a actividades de desarrollo provena del extranjero, y fue a partir de este ao que
esa forma de financiamiento tambin empez a ser sustituida por el financiamiento estatal,
principalmente para las ONG seculares y en los estados sureos de India, como Karnataka
(Kilby 2011:6). Hasta el punto que es posible afirmar que casi todas las ONG estn en
sociedad con el Estado y esto se ha visto reflejado en un crecimiento en el control del
estado durante la ltima dcada sobre estas organizaciones (Alikhan 2007:74).
Kilby postula que actualmente las ONG en India funcionan en buena medida como
apoderadas del estado que sostienen asociaciones formales e informales para el beneficio
mutuo en las que funcionan como mediadoras entre las comunidades y el estado. En esta
dinmica, varios autores argumentan, algunas ONG terminan convirtindose en pequeas
versiones del estado, en un shadow state (Alikhan 2007; Kilby 2011) que lleva a cabo
funciones y provee de servicios gubernamentales sin estar obligado a rendir cuentas ante
nadie habindose postulado como entidades privadas que buscan el bien pblico, y con
excepcin tal vez de sus donantes (DeMars 2005; Sen 1999). De acuerdo a Sen (1999), las
ONG de India que trabajan en el rea de desarrollo tienen dos caractersticas
fundamentales: cumplen un papel de intermediacin y son organizaciones norepresentativas, es decir que trabajan para los pobres pero no son organizaciones formadas
por los pobres. Un resultado de esto, de acuerdo a Kilby (2011) es que su base tica es
profundamente altruista y estn inspiradas en la mejora de las condiciones de vida de los
grupos victimizados, en la construccin y promocin de la solidaridad comunitaria, pero no
en alcanzar la emancipacin poltica.
Ahora bien es importante, como advierte Kamat (2002), no generalizar ni
estandarizar todos los esfuerzos polticos que han surgido desde las organizaciones de base
y saber diferenciar entre las ONG, el sector voluntario y los nuevos movimientos sociales.
Para entender el papel y la importancia de las organizaciones civiles y no-gubernamentales
en India es necesario pensarlas por una parte en el marco de la construccin de la
202
modernidad, que involucr a una serie de procesos como la creciente centralidad del estado
moderno, la individualizacin de la sociedad, la industrializacin capitalista y el
surgimiento del nacionalismo y la democracia (Kaviraj en Menon y Nigam 2007:69). Y por
la otra en el contexto de los movimientos de oposicin y resistencia a un estado que se
converta en el principal promotor de las necesidades del mercado y el capital, pues como
postulan Menon y Nigam (2007), el proceso de transformacin neoliberal en India se ha
dado al mismo tiempo que el proceso de democratizacin.
Las ONG contemporneas ms combativas y propositivas, como TCFWC, han
abrevado e intentan emular o continuar con las ideas de los grupos que durante los 90s se
distanciaron de la izquierda partidista para construir una crtica ms slida al modelo estatal
de desarrollo y un movimiento de resistencia contra el neoliberalismo. Estas iniciativas
ciudadanas y ONG iniciaron las primeras movilizaciones en torno a temas de gnero,
casta, medio ambiente, comunitarismo, sexualidad y los derechos econmicos y territoriales
de los marginados (Menon y Nigam 2007). Paradjicamente, fue la liberalizacin
econmica y la reforma poltica iniciada con las reformas neoliberales de 1991 que las
ONG empezaron a gozar de mayor libertad, habiendo sufrido un considerable acoso por
parte del estado en dcadas anteriores (Sharma 2008).
Algunos autores proponen que esta apertura y tolerancia por parte del estado,
aunada a la globalizacin del modelo democrtico, han llevado a las ONG a acomodarse a
los objetivos del neoliberalismo y a convertirse en agentes democrticos de facto, ms que
productos de una cultura democrtica. Pues sus funciones e intervenciones moldean a la
democracia de maneras que favorecen los intereses capitalistas, contribuyendo a la
reestructuracin de las relaciones entre el estado y la sociedad civil al postular sus propias
agendas polticas y los intereses de los organismos internacionales que las financian como
asuntos del bien comn y despolitizando la esfera privada al implementar soluciones
tcnicas y paliativas a problemas estructurales mediante arreglos como las Public-Private
Partnerships en los que no se distingue entre corporativos, industrias, lites, clase media y
poblaciones marginadas. De manera que, desde la perspectiva de Kamat (2004), hoy en da
las ONG son toleradas e incluso alentadas por el estado porque juegan un rol fundamental
en la realizacin de las funciones gubernamentales de desarrollo y bienestar social, y
porque crean mecanismos y relaciones sociales fuera del estado que le permiten a ste des-
203
centrar y matizar su papel como representante nico y legtimo del bienestar social,
restndole responsabilidad sobre lo que sale mal en las funciones y procesos de desarrollo.
Al mismo tiempo, crean un discurso y un campo de accin que es visto como independiente
y por tanto ms legtimo, eficiente y objetivo que el del estado.
Por su parte (Kumar 2012) postula que el estado tolera y alienta las actividades de
las ONG pero slo en aquellas reas del desarrollo social en las que ya no est dispuesto a
invertir esfuerzo y recursos, consiguiendo en realidad una capacidad de influencia muy
limitada -y totalmente orientada hacia metas y contextos especficos- en la formulacin de
las polticas pblicas y la gobernanza. Este fue de hecho un comentario recurrente entre los
activistas de mayor rango en las ONG de Bangalore durante mi trabajo de campo, quienes
reconocan que con frecuencia eran invitados por los burcratas e instituciones estatales
para formar parte de los procesos de planeacin y discusin de las polticas pblicas pero
rara vez sus ideas y propuestas eran tomadas en cuenta o llevadas a trmino en la
construccin y aplicacin de las mismas. Kumar (2011 y 2012), con una amplia experiencia
en Karnataka y Bangalore, afirma incluso que para poder superar este impasse algunas
veces ONG y activistas optan por acomodar a miembros de la burocracia entre sus filas y a
su vez, formar parte de comits de gobierno en una relacin de intercambio mediante la
cual se influencian mutuamente. Con contadas excepciones de algunas de las ONG ms
grandes y con mayor poder de obtener financiamiento extranjero la mayora de las ONG,
postula Kumar (2011), en realidad tienen un rango de accin muy limitado y pocas
posibilidades de cambiar las estructuras de dominacin y desigualdad, pues lejos de haber
una confrontacin directa con el estado, terminan actuando dentro del espacio que ste les
concede. Por una parte porque el estado se ha vuelto el principal financiador de las ONG,
porque cuenta con numerosos instrumentos legales y burocrticos para limitar su campo de
accin, influencia y financiamiento, y porque al fin del da las ONG no pueden cuestionar
los principios bsicos de la poltica pblica gubernamental ni tampoco cuestionan los
principios del libre mercado que moldean muchas de estas polticas. Terminan
construyendo su crtica al sistema dentro de los lmites aceptados por el estado en distintos
niveles y el tipo de oposicin que pueden mostrar ante el avance y los efectos nocivos del
libre mercado es precario y restringido.
204
205
complejas y delicadas en un lenguaje y un tono a-poltico que permite obtener mayor apoyo
y solidaridad, pero tambin resulta en una des-politizacin del conflicto social y las
responsabilidades de los actores involucrados.
Organizaciones como TCFWC han tenido un gran xito planteando a los nios/as
como ciudadanos del presente con los mismos derechos y la misma legitimidad que los
adultos, pero al contextualizar sus planteamientos sola y pobremente en una crtica limitada
a la expansin del neoliberalismo y el debilitamiento del estado desarrollista, sin ms
propuesta que un empoderamiento centrado en la participacin del nio/a-ciudadano
liberal, queda prcticamente inexistente una discusin de fondo sobre cmo ha sido el
devenir y reproduccin de las relaciones estructurales de poder y sujecin en el entorno
local y regional que explican la marginacin de los nios/as migrantes y sus comunidades.
Los intentos ms cercanos a este tipo de reflexin terminan siendo, casi siempre, una crtica
y un velado rechazo a los componentes que se consideran nocivos de la cultura de dichas
comunidades y un intento por re-socializar a los nios/as como va de transformacin
social. De esto hablaremos en los siguientes apartados.
definiciones que sustentan las intervenciones de las diferentes ONG sobre la infancia con el
objetivo de mostrar y explicar el papel que juegan en un determinado rgimen de
gubernamentalidad. Argumentar que las intervenciones, concepciones, discursos y
programas implementados para promover distintas formas de empoderamiento y
participacin de los nios/as en las esferas poltica y econmica, pueden ser pensados como
componentes de un 'rgimen de ciudadanizacin neoliberal de la infancia que se manifiesta
y hace inteligible a partir de una serie de objetivos como la construccin de nuevas
subjetividades infantiles apegadas a las necesidades del mercado, el mejoramiento del
capital social y emocional de los nios/as, su involucramiento en actividades de gobierno,
la potenciacin de sus habilidades y responsabilidades econmicas, y el impulso de un
modelo de democracia participativa que tiene a los nios/as como ciudadanos ejemplares.
He acuado el concepto de 'rgimen de ciudadanizacin neoliberal de la infancia
retomando las ideas de Brbara (Cruikshank 1999) sobre la gobernanza democrtica liberal
y las tecnologas de ciudadana como modos para construir y regular a los ciudadanos,
buscando que aquellos cuyos problemas se quieren resolver pasen de ser individuos
desempoderados, apticos y en riesgo -es decir, costosos para el estado-; a sujetos activos
capaces de gobernarse a s mismos, de actuar en su propio inters y en solidaridad con los
dems. He buscado poner en dilogo a las ideas de Cruikshank con el trabajo de Ong (2006,
2007 y 2008) y Read (2009) sobre el neoliberalismo como tecnologa de gobierno y de
Madhok (2013) sobre la creacin de subjetividades en el contexto del discurso desarrollista
y la consolidacin democrtica en India para poder tener una comprensin ms acabada de
cmo estos discursos influyen en los procesos de construccin de subjetividades al tiempo
que generan nuevas formas de coercin y opresin.
Postulo que lo que veremos aqu forma parte de un rgimen de ciudadanizacin
neoliberal de la infancia porque las iniciativas para promover el empoderamiento y la
participacin de la niez trabajan a travs de la construccin del sujeto como un
instrumento para el desarrollo y de nuevas subjetividades infantiles sensibles a los valores y
principios de las democracias liberales y a la lgica del mercado. Los esfuerzos por hacer
de los nios/as migrantes y trabajadores sujetos activos, que se responsabilizan y participan
en la resolucin de sus propios problemas algunas veces llevan, como veremos aqu, a la
construccin de estrategias que ms bien parecen estar contribuyendo a hacer de los
207
208
difundidos y legitimados por la declaracin universal de los derechos del nio, las ONG
transnacionales y sus contrapartes locales.
Otro de los objetivos que persiguen algunas ONG que trabajan en Bangalore en
base al empoderamiento y la participacin tiene que ver con convertir a los nios/as en
emprendedores. Por ejemplo fomentando en ellos el hbito del ahorro y ensendoles a
planear para el futuro y a construir ciertas habilidades para la vida como el trabajo en
equipo, la moderacin en sus gastos, la autoestima, habilidades comunicativas y manejo de
proyectos. Con ello se espera que los nios/as mejoren sus capacidades empresariales y
puedan dirigirlas hacia oportunidades para generar sus propias fuentes de empleo e ingresos
en el presente y en el futuro (ChildHope 2011).
En el captulo anterior vimos que las estrategias de trabajo que los nios/as
pepenadores crean y ponen en marcha para sobrevivir en la ciudad de Bangalore revelan
una enorme capacidad para lidiar tanto con la precariedad econmica, como con las
dificultades que su oficio conlleva. Pero esto tambin nos deja ver que al adaptarse a su
entorno social y econmico y usar las posibilidades que ste les ofrece, estos nios/as se
convierten en emprendedores considerablemente apegados al ideal del individuo
neoliberal que no depende del estado sino que enfrenta los retos que se le presentan,
resuelve sus problemas y cuida de s mismo creando sus propias oportunidades laborales.
En el captulo anterior se plante que los nios/as pepenadores se insertan en un entorno
laboral donde tendrn mayor xito quienes estn dispuestos a asumir mayores riesgos y
responsabilidades por su trabajo, poniendo en marcha mecanismos y estrategias que les
permitan maximizar sus ganancias y minimizar algunos riesgos, asumiendo los costos de su
trabajo y auto-regulndose para prevenir y sobrellevar momentos de crisis. A continuacin
veremos que en un contexto global en el que el empoderamiento ha ganado reconocimiento
y legitimidad mundial como la estrategia neoliberal hegemnica para el desarrollo y ha sido
convertido en una categora de gobernanza (Sharma 2006), la capacidad de los nios/as
migrantes y trabajadores para generar sus propias fuentes de trabajo en un contexto
socioeconmico sumamente desigual y su papel como importantes motores econmicos
para el sustento familiar y comunitario, no pasan desapercibidas para las distintas agencias
locales e internacionales de desarrollo o interesadas en moldear a los ciudadanos
emprendedores que la modernizacin y la economa de mercado necesitan.
209
211
212
213
215
Esta visin se traduce en uno de los principios rectores de TCFWC: los nios/as
tienen el derecho moral y legal de participar en la toma de decisiones y los procesos de
gobernanza de aquellos asuntos que los conciernen. Pero, dado que la mayora de las veces
los nios/as terminan teniendo que depender de defensores adultos como los activistas o sus
padres (Ratna 2009) o siendo excluidos de los procesos de toma de decisiones y tratados
como receptores pasivos de las intervenciones (Lolichen 2006), ellos mismos deben
organizarse para convertirse (ayudados por adultos colaboradores y facilitadores) en
defensores del cambio social y la transformacin. Es decir, en los protagonistas de los
procesos de gobernanza con el fin de lograr que los gobiernos rindan cuentas de sus
acciones57. Se plantea adems que quienes intervengan en los procesos de organizacin y
participacin de los nios/as deben ser slo los adultos mejor intencionados,
comprometidos a tener el mximo cuidado de no manipular las opiniones de los nios
(Lolichen 2006).
Para esta ONG el empoderamiento es un requisito para que los nios/as puedan
incrementar y mejorar su protagonismo y participacin en los procesos de gobernanza.
Por ello, TCFWC acta sobre tres ejes principales a travs de los cuales declara haber
tocado las vidas de 60 mil nios (TCFWC 2013d):
1)
2)
El sindicato infantil Bhima Sangha, fundado en 1990 para ayudar a los nios a organizarse y luchar
por el reconocimiento y cumplimiento de sus derechos laborales. En distintos documentos TCFWC
ha postulado que este sindicato infantil cuenta con una membresa de 13 mil, 16 mil o 20 mil
nios/as en el estado de Karnataka .
La participacin de los nios en los mecanismos y procesos de gobernanza a travs de los Makkala
Panchayats (consejos infantiles que funcionan a nivel del Panchayat) 58, los Makkala Grama Sabhas
57
216
(juntas infantiles en los pueblos a los que pertenecen los nios) 59 y Makkala Ward Sabhas (juntas
infantiles urbanas)60, ver: (TCFWC 2013b).
3) Ayudando a los nios a tomar la iniciativa y llevar a cabo censos, proyectos de investigacin y a
manejar la informacin para resolver los problemas que los aquejan (TCFWC 2013c). Esto parte
del postulado de que los nios como tantos otros grupos marginados han sido dejados fuera de los
procesos de planeacin y toma de decisin y tratados como meros objetos de investigacin y
receptores pasivos de las intervenciones diseadas por la privilegiada lite desarrollista,
ocasionando un distanciamiento entre la poblacin marginada y los procesos polticos (Lolichen
2006).
identifies problems facing children, works to create solutions and, and where necessary, demands action from
adult representatives.
59
Although decentralized government is often associated only with Panchayats, it is Grama Sabhas
biannual meetings of all the people of a village that form the basis of the Panchayati Raj system, making
decisions over budgets and selecting the beneficiaries of benefits and services. Similarly, we have found
Makkala Grama Sabhas childrens village meetings to be the most powerful force in childrens
participation in governance.
60
Ward Sabhas are broadly the urban equivalents of Grama Sabhas, and similarly, a Makkala Ward Sabha
fulfils a similar function to a Makkala Grama Sabha: enabling local children to identify problems and present
proposals and requests to adult elected officials.
61
Debo omitir hacer aqu una descripcin detallada del segundo y tercer eje por razones de espacio, pero
tambin porque durante mi estancia de trabajo de campo las actividades de TCFWC en Bangalore estuvieron
centradas sobre todo en los diferentes grupos que el sindicato infantil Bhima Sangha tiene en los slums y en
dar seguimiento a las acciones que el Child Welfare Committee estaba llevando a cabo en esos momentos para
cuidar y proteger a los nios/as vulnerables. No obstante, puesto que estos tres ejes estn ntimamente
relacionados dado que comparten varios de sus planteamientos y fundamentos, al hablar de Bhima Sangha y
de otros programas y actividades que pude presenciar con los nios/as que viven en los slums, har referencia
a los otros dos ejes, o al menos a sus principios y objetivos fundamentales.
217
momento quizs en el mundo y a travs del cual esta ONG ha logrado reconocimiento
mundial.
Posteriormente y llevando an ms lejos el principio de que los nios necesitan
poltica, TCFWC inici una serie de programas para involucrar a los menores en los
procesos locales de gobernanza y as contribuir al proceso de descentralizacin
gubernamental. Se argument que si queremos que nuestros nios crezcan en un ambiente
democrtico y que experimenten la democracia, tienen que ganar una posicin poltica y
gubernamental, un reconocimiento poltico y un espacio para la participacin poltica, slo
as sern capaces de crear una memoria poltica de un alto calibre (TCFWC 2004).
Llama la atencin que a pesar de que esta ONG ha criticado duramente las reformas
estructurales impuestas por el Banco Mundial en India y las consecuencias que la poltica
econmica neoliberal ha tenido en los ms pobres, al mismo tiempo apoya el proyecto de
descentralizacin poltica. A pesar de que la reduccin de la presencia estatal, la agilizacin
de sus funciones y la descentralizacin del gobierno con el fin de hacerlo ms eficiente y
menos proclive a la corrupcin son dos de los objetivos prioritarios de la reforma poltica
neoliberal y dos de las principales metas impulsadas por el Banco Mundial en India (Joseph
2007).
219
Lo primero que hay que sealar en este punto es lo sumamente problemtico que
resulta enarbolar argumentos tan categricos y que dejan tan poco espacio para la discusin
y la crtica. Esto no slo logra naturalizar e instituir como verdadero, tal y como lo hicieran
antes quienes postulaban a la infancia como un estado de dependencia e irracionalidad, algo
que debera estar abierto al debate y la reflexin permanente: el enormemente diverso papel
que la inmensa diversidad de infancias y sus definiciones culturales juegan en sus
respectivas sociedades. Tambin lleva a mirar y pensar a los nios/as y a la infancia como
constructos estticos y sujetos a-histricos exentos de conflictos y que son capaces de
actuar (o que pueden ser interpretados) sin falibilidad, pues estn caracterizados por una
naturaleza nica y universal. Se oscurece de este modo el entendimiento de la niez en
trminos no slo de especificidad histrico-cultural, sino tambin poltica. Al adscribir a la
niez cualidades naturales o instintivas, no slo se la naturaliza, sino se cancela adems la
posibilidad de entenderla como construida por distintas formas de poder y tecnologas de
gobierno (Holmen 2010).
La segunda gran problemtica que nos revelan los planteamientos de TCFWC,
compartidos por muchas ONG y en plena concordancia con las reivindicaciones sobre los
derechos de la infancia y el reconocimiento de los nios/as como actores sociales, es que no
dejan espacio para que la participacin infantil pueda ser determinada culturalmente y
definida en otro marco conceptual que no sea el de la democracia liberal. Algo todava ms
relevante en el caso de nios/as migrantes y trabajadores, cuya identidad individual slo
puede ser entendida a profundidad atendiendo a las configuraciones identitarias colectivas
en trminos de etnia, lengua, clase, casta y comunidad de origen. Por tanto, planteamientos
como los de TCFWC consiguen ms bien instaurar una mirada imperialista sobre una
categora que no ha sido todava despojada de sus implicaciones colonialistas: la infancia
contina siendo definida mayormente como un fenmeno descontextualizado y esttico
(Canella and Viruru 2004). Lo que se plantea como sus voces, necesidades y
reivindicaciones se ha convertido en el smbolo de facto del compromiso moderno por los
valores de la libertad, la democracia y el cuidado y consideracin por una niez que sin
embargo sigue entendindose en trminos a-histricos y despolitizados (James 2007).
Existe adems una dimensin en la que dejar atrs la nocin de infancia como
periodo de subdesarrollo y dependencia para reivindicar el papel de los nios/as como
220
actores polticos y ciudadanos del presente sigue revelando una visin esencialmente
moderna de la infancia, en tanto que se sigue pensando que sta debe cumplir con la
responsabilidad fundamental de contribuir al progreso de la sociedad y del Estado-nacin.
En consonancia con este planteamiento ya no se piensa a los nios/as como quienes deben
todava desarrollarse y progresar, sino como sujetos que debe ser reconocidos en el presente
como parte activa del desarrollo y el progreso colectivo, ideas que muchas veces son,
adems, enmarcadas en un discurso nacionalista. Por tanto, la visin imperialista de la
infancia se articula no slo en trminos de un adultocentrismo hegemnico, sino de un
nacionalismo que moviliza a los individuos para que se conviertan en ciudadanos
productivos y participen activamente en el progreso del Estado-Nacin (Platt 1982). Hoy en
da, este inters en el progreso y el desarrollo se plantea mayormente en el lenguaje de la
democracia, particularmente en un pas que se ha auto-declarado la democracia ms
grande del mundo, como es el caso de la India.
Todo esto est adems ntimamente relacionado con la valoracin de una infancia
definida en trminos de estndares modernos y occidentales como un bien cultural global
(Nieuwenhuys 1998) y con la postulacin, a mediados de los 90s, del bienestar infantil
como el ms claro indicador del progreso nacional y el grado de desarrollo de las naciones
(Nieuwenhuys 1996; UNICEF 2011). Siguiendo esta lnea de argumentacin y planeacin
de polticas pblicas, encabezada y promovida principalmente por entidades internacionales
como UNICEF y el Banco Mundial, se ha llegado a establecer una relacin directa entre
bajas tasas de mortandad infantil y una menor incidencia de corrupcin; o entre la firmeza y
aplicabilidad de los marcos legales y la supervivencia infantil (STC 2010; UNICEF 2011).
No solamente se plantea que la buena gobernanza62 es fundamental para la supervivencia
infantil y que los derechos de la infancia constituyen un parmetro para medir su calidad,
sino tambin que una buena sociedad es aquella que es capaz de cuidar y reconocer a sus
nios/as en los trminos planteados por la Declaracin Universal de los Derechos del nio,
pero tambin en los parmetros que marca la democracia liberal, pues se postula que la
buena gobernanza es participativa por naturaleza, pues busca acercar al gobierno y a los
gobernados. Y que toda gobernanza permanecer incompleta si no incluye a los
62
Good governance has been progressively recognized as central to development work by a wide array of
actors, namely governments (including donors), development agencies, global and regional organizations,
academics, and civil society organizations (UNICEF 2011:1).
221
nios/as, y si es buena entonces implica empoderar a los portadores de derechos para que
los reclamen y hagan al gobierno responsable de sus acciones (UNICEF 2011:5-6). Por lo
tanto, los nios/as comparten la responsabilidad de tomar un papel activo en la construccin
de formas adecuadas de gobernanza y, por ende, en la transformacin de sus pases en
naciones desarrolladas.
En India la utilizacin nacionalista de este discurso ha llevado a establecer una
sincdoque entre la pureza de la infancia y la pureza de la patria (Mankekar 1997). Al
mismo tiempo, a nivel global la sacralizacin de la niez como uno de los bienes supremos
de las naciones modernas (Zelizer 1985) y la entronizacin de su proteccin y bienestar
como la mxima expresin de las sociedades avanzadas o desarrolladas (Nieuwenhuys
1998), a menudo ha servido para calificar de salvajes, atrasadas y retrgradas a otras
culturas (Cheney 2010; Mutua 2001). O para pensar como deficientes o subdesarrolladas a
otras formas de ser nio/a y de lidiar con la infancia. El reconocimiento y papel que se da a
la especificidad cultural de la niez y a la de los pases subdesarrollados en los que viven
buena parte de los nios/as vulnerables y marginados tiene por lo tanto una enorme
importancia poltica.
Aunque TCFWC en general busca reflejar una postura de aceptacin de la
diversidad cultural de las comunidades con las que trabaja, sta parece darse sobre todo
respecto a las manifestaciones ldicas y artsticas de las que los nios/as se consideran
portadores. Pero otras manifestaciones, tambin socio-culturalmente definidas, como el
matrimonio y el trabajo infantil, la dote, los roles de gnero y la jerarquizacin social, no
slo no son bienvenidas ni alentadas, sino que muchas veces son objeto de reprobacin y se
convierten en el blanco del proceso de transformacin que se persigue.
Si bien TCFWC se ha pronunciado a favor de una definicin culturalmente neutra
de participacin en la que los principios son comunes, aunque las manifestaciones puedan
variar de acuerdo a la situacin de los nios (TCFWC 2002b:4), cuando seala la ruta y
los resultados que espera de dicha participacin se revela que los principios que la sustentan
parecen finalmente no ser tan neutros. En el documento A Journey in Children's
Participation, la organizacin define a la participacin como: abogar por uno mismo, estar
en control y ser parte de la toma de decisiones (TCFWC, 2002:2). Aqu se apunta que la
participacin es un fin en s mismo y que debe servir para fortalecer la personalidad,
222
223
y que sta habra de ser desarrollada por el estado a partir de la planificacin centralizada y
la provisin de bienestar. Pero ante el fracaso del estado de bienestar indio y lo que ciertas
ONG como TCFWC consideran el consecuente abandono de los sectores ms marginados
de la poblacin, los grupos organizados de la sociedad civil buscan inaugurar un nuevo
rgimen de ciudadana social, movindose de una poltica de caridad a un bienestar
expresado en el vocabulario de los derechos. Pero en un escenario tan complejo como el
indio, marcado por un neoliberalismo creciente, la bsqueda del crecimiento ilimitado y
con poca evidencia de un inters por los pobres en la poltica pblica, el conflicto de clase
va quedando relegado y el reconocimiento de los derechos sociales para ciertos grupos
identificados selectivamente como merecedores de ayuda, corre el riesgo de legitimar las
inequidades (Gopal Jayal 2013).
De acuerdo a TCFWC la situacin de los nios/as y las poblaciones marginadas se
ha visto agravada por el hecho de que el estado ya no se hace responsable, ha abdicado de
su deber y en algunos casos se ha convertido en el violador de los derechos de la gente [por
lo que] no hay ms redes de seguridad, ni proteccin para los dbiles y el tejido social se
est deshaciendo (TCFWC, 2002:5). Es en este contexto que la organizacin considera
que los nios/as que subsisten en situaciones de marginalidad, explotacin y pobreza, deben
ser empoderados y provistos de las herramientas, conocimientos y capacidades para poder
participar. El ciudadano pasa a ser, preeminentemente, un portador de derechos que tiene la
obligacin de actuar. Este es un modelo en el que el individuo a quien se busca desarrollar
debe rechazar la pasividad de la dependencia para convertirse en un participante activo que
se involucra, investiga, busca soluciones y le exige al estado que se responsabilice. Es
responsabilidad del estado y de la sociedad civil de facilitar este proceso, coadyuvando al
involucramiento de los sujetos en las actividades de desarrollo. Lo que ms llama la
atencin es que este momento en que la nacin se ha dado cuenta que debe de ayudar a los
pobres y marginados a ayudarse a s mismos es tambin el momento en el que la
responsabilidad de la asistencia social ha sido transferida y difuminada entre una
multiplicidad de agencias que no necesariamente son parte del estado (Gopal Jayal
2013:176).
A pesar de haberse postulado a la participacin como el instinto natural de todo ser
humano (TCFWC 2012), en el discurso y la prctica TCFWC deja ver que sin embargo
224
hay formas de participar que son mejores que otras. Hay formas de participacin que son
positivas, como la participacin democrtica, porque sta es: justa, rinde cuentas,
transparente, inclusiva, descentralizada, fomenta el respeto mutuo, secular, se hace en
asociacin y discrimina positivamente (TCFWC, 2002:9). Al mismo tiempo se apunta que
el trabajo infantil es una participacin negativa o una ilusin de participacin e identidad,
porque no alienta la inclusin de los nios/as en los procesos democrticos. El
planteamiento contina diciendo que para que los nios/as puedan participar de manera
significativa, requieren de una organizacin o plataforma donde puedan unirse,
compartir experiencias y desarrollar una identidad (TCFWC, 2002:5-7). Como postula
Gopal Jayal, existen pocos conceptos tan envueltos en el fulgor de la virtud moral como el
de ciudadana y es mediante la comn preferencia normativa por el buen ciudadano que
suele expresarse el juicio moral que se decanta por quienes muestran una virtud cvica al
involucrarse en la poltica y apartarse de la pasividad. La distincin entre una ciudadana
tenue como un mero estatus legal y una ciudadana densa como un rol o una actividad
deseable nos habla del enorme valor que le concedemos a esta ltima (2000:2-3).
Resulta entonces que la participacin no es ni tan neutral ni tan natural como se
haba planteado, pues no basta con que los nios/as ejerzan su capacidad de agencia para
ser, actuar y participar de la manera que a ellos les parece la ms adecuada o necesaria, o
que es socioculturalmente sancionada por sus familias y comunidades. Para que su
participacin sea reconocida como positiva y productiva, sta debe darse dentro de un
determinado rgimen de ciudadana que indica quin merece ser considerado ciudadano y
cules son los trminos en que se dar la inclusin y la exclusin de esta categora, as
como cul ser la identificacin de la ciudadana con una identidad cultural o nacional
particular. Aunque en uno de sus documentos TCFWC argumenta que la participacin
puede manifestarse de distintas maneras en ningn momento se habla de la posibilidad de
que sta pueda estar fundamentada en principios, medios o valores culturalmente distintos a
los que la propia ONG enarbola. Se limita a sealar que stas distintas maneras pueden
ser el activismo, la negociacin, los pactos colectivos y dar el ejemplo con las propias
acciones y que la situacin determinar qu es lo que los nios eligen como su enfoque
para cada ocasin (TCFWC 2002b:11). Es decir que en realidad s hay formas de
participacin ms deseables que otras y stas son precisamente las formas de la democracia
225
participativa, que es positiva en s misma pues segn esta perspectiva, conlleva y representa
los valores de la inclusin, la justicia y la equidad. Esto no slo contribuye a la
reproduccin de la segmentacin del universo social en vctimas merecedoras de ayuda,
beneficiarios, clientes, ciudadanos y una vastedad de individuos invisibles cuyas acciones y
dinmicas no los colocan en ninguno de los grupos anteriores. Sino que nos revela adems
uno de los conflictos y ambivalencias cruciales de la nocin de ciudadana, la cuestin de si
es posible crear una comunidad cvica con individuos que permanecen fieles a su propia
comunidad cultural (Gopal Jayal 2013). Una disyuntiva que TCFWC falla en reconocer y
resolver.
De acuerdo a los planteamientos de TCFWC para que la participacin infantil sea
una accin legtima, positiva y deseable, y no una ilusin, es algo que debe ocurrir dentro
de las organizaciones, estructuras y mecanismos que los organismos que se consideran
expertos o experimentados en la cuestin han determinado que son los ms adecuados y
legtimos, porque son los ms democrticos. Sin embargo, para poder construir estas
estructuras y mecanismos democrticos es necesario llevar a cabo una tarea ms compleja y
profunda que va ms all de la simple participacin. Se requiere una tarea de resocializacin de los nios/as y los adultos que les ofrezca experiencias alternativas, pues
los nios/as con frecuencia son socializados en sociedades discriminatorias. Y porque
los nios, debemos admitir, no siempre son naturalmente inclusivos. Por ello es
importante involucrarse con nios y jvenes para fomentar los valores de la inclusin y el
reconocimiento y para trabajar hacia una visin de la democracia participativa. Esta resocializacin, plantea TCFWC no debe ser una tarea de brain washing, sino de
empoderamiento (TCFWC, 2002:7-8).
Llegado este punto, la participacin y el empoderamiento (que en ocasiones es
usado como sinnimo de re-socializacin) se vuelven mecanismos no solamente para
lograr que los nios/as sean escuchados y reconocidos en la esfera poltica de sus
comunidades, sino para que ellos lleven a cabo el proceso de transformacin social y
cultural de las mismas. Al plantear al empoderamiento infantil como forma de resocializacin (TCFWC, 2002:7-9), la participacin se convierte en la forma legtima de
intervenir y transformar, mediante los mecanismos de la democracia participativa, aquellos
aspectos que se consideran negativos o poco favorables de la vida social y cultural de las
226
comunidades de las que provienen los nios/as. Bajo esta narrativa, que se convierte en un
discurso de verdad acerca de las capacidades y cualidades intrnsecas de la infancia, las
estrategias que de acuerdo a TCFWC los propios nios/as disean para participar son
legitimadas por dos vas. Por estar sustentadas en los valores y principios de la democracia,
y porque son los nios/as -a quienes, como ya vimos, se les considera actores a-polticos e
imparciales- quienes las idean e implementan y por tanto son fidedignas por s mismas. De
modo que las estrategias que los nios adoptan y disean ms comnmente son win-win
strategies, estrategias en las que todos ganan, pues ellos parecen instintivamente saber que
stas son ms efectivas y sustentables para obtener los cambios que buscan sin generar
confrontaciones que puedan herir los sentimientos y el honor de los adultos (TCFWC,
2002:12).
227
empleador y a otro que haba migrado para trabajar y haba perdido contacto con su madre;
para promover la equidad de gnero instaurando cuotas para las nias y los menores con
discapacidades en sus rganos electos; y para definir el trabajo que los nios/as pueden y
no pueden hacer. Organizando una obra de teatro para analizar el desempeo de las
autoridades locales, exhibir su negligencia y presionarlos pblicamente para responder a las
quejas de la gente. Interviniendo para informar a los funcionarios de gobierno sobre la
existencia de familias que no haban sido incluidas en el programa de subsidios para
erradicar la pobreza y actuando como intermediarios entre las familias y el estado para que
stas recibieran las credenciales que los acreditaban como poblacin viviendo bajo la lnea
de la pobreza. Han intercedido tambin en el proceso mediante el cual el Panchayat
distribuye prstamos para la vivienda, o para reemplazar doctores que no atendan
adecuadamente a la comunidad (TCFWC 2002b:26, 33).
Podramos pensar en estas estrategias como formas de participar mediante las cuales
las organizaciones infantiles vigilan que el gobierno local cumpla con su responsabilidad
de proveer servicios e infraestructura a la comunidad y que tambin constituyen estrategias
que buscan convertir a las organizaciones infantiles, y por ende a la ONG que las apoya, en
intermediarias y copartcipes de los procesos de gobierno y desarrollo comunitario.
Promueven agendas de gobernanza y desarrollo que buscan instrumentar lo que se
considera como el producto inequvoco de las decisiones, intereses y necesidades de los
nios/as y con frecuencia esto se extrapola a decisiones que sern necesariamente benficas
para el resto de la comunidad. Al mismo tiempo varias de estas iniciativas para promover la
participacin de los nios/as, intervienen en problemticas que no se limitan a las esferas de
la gobernanza o el desarrollo comunitario, sino que interfieren en cuestiones que desdibujan
las fronteras entre lo pblico y lo privado, lo moral y lo poltico.
Un ejemplo es lo acaecido en un pequeo poblado del Keradi Panchayat, donde
segn TCFWC (2002b) el alcoholismo era una forma de vida y un gran problema, y los
nios/as lo identificaron no slo como un problema individual y familiar, sino
comunitario, que afectaba al pueblo entero. Intervinieron entonces para informar a las
autoridades del Panchayat que haba demasiados establecimientos donde se venda alcohol
pero sin obtener reaccin alguna. No fue sino hasta que las organizaciones infantiles
llevaron a cabo una investigacin y basndose en sus hallazgos demostraron las
228
cuantiosas prdidas econmicas en las que las familias incurran a causa del alcohol y
documentaron las distintas experiencias vergonzosas y potencialmente peligrosas a las que
los adultos se haban expuesto que las autoridades y los habitantes reaccionaron para
prohibir su venta en la comunidad (TCFWC 2002b:13-16). La reforma comunitaria se logr
en base a argumentos morales y exponiendo los daos que el alcoholismo causaba a la
economa y el honor de los adultos y las familias. En un caso en el que la leccin se
invierte, una de las nias que en ese momento era la presidenta de Bhima Sangha, tom el
caso del matrimonio infantil en su comunidad y decidi que antes de reclutar apoyo local,
deba acudir a la polica. De acuerdo con TCFWC esta fue una ptima estrategia pues ella
estableci la violacin de la ley antes de buscar apoyo local contra una prctica tradicional
profundamente arraigada (2002b:12). Este episodio en cambio sugiere que la ley debe
prevalecer sobre la cultura y antes de intentar apelar a lo que desde su perspectiva sera
moralmente correcto y pedir a los habitantes de la comunidad que se declaren en contra del
matrimonio infantil, la nia decide mostrarles que la ley est por encima de sus tradiciones.
Dado que mi papel aqu no es el de juzgar si estas iniciativas e intervenciones
fueron apropiadas o efectivas ni opinar sobre si lo que se reporta sucedi o no de dicha
manera puesto que yo no estuve presente, mi inters y posibilidades se limitan a analizar la
forma en la que la organizacin percibe, representa y comunica estas experiencias. El
objetivo es poder entender qu discursos y verdades se construyen en torno a la
participacin de los nios/as y su papel en las esferas de la vida comunitaria que TCFWC
considera dignas de intervencin y transformacin, y qu papel juegan estas formas de
pensar y verbalizar en el rgimen de ciudadanizacin de la infancia migrante y trabajadora.
Menciono por tanto otro ejemplo de participacin infantil que me parece que
conjuga prcticamente todas las bondades y agendas de emancipacin que las ONG y los
organismos internacionales atribuyen al protagonismo, el empoderamiento y la
participacin infantil. Se trata del caso de una nia de 17 aos que, por iniciativa personal
y sabiendo utilizar los recursos que TCFWC pona a su disposicin, complet un
entrenamiento laboral gracias al cual pudo tomar en sus manos la solucin de los problemas
econmicos y materiales de su familia (TCFWC, 2002b). Ms adelante, esta misma nia
encabezara una lucha para evitar el desalojo de un conjunto de familias, incluida la suya,
que no posean tierras donde vivir para ganar una ardua la batalla contra un estado abusivo
229
y represor. Es pues, un ejemplo exitoso de una nia que se empodera y logra desafiar las
estructuras tradicionales y paternalistas que subyugan a las mujeres en su comunidad. Su
caso es expuesto como un ejemplo de empoderamiento, valenta y desafo de aquello que
representa un obstculo para la vida democrtica y la justicia social en su comunidad.
Ella consigue librar esta batalla tanto en el plano personal como en el colectivo,
defendiendo la libertad y los derechos de los desempoderados de su comunidad y luchando
desinteresadamente por el bien comn. Mejor an, encuentra los medios apropiados en el
marco de la pugna democrtica, haciendo uso del derecho a la protesta, enrolando a otras
organizaciones civiles y a la opinin pblica. Usando las leyes a su favor para entablar con
xito demandas contra aquellas autoridades que actuaron mal y consiguiendo un
resarcimiento que obliga al estado a rectificar y a ponerse al servicio de los ms dbiles. Al
final, esta nia que es retratada como una herona local y que pareciera instintivamente
saber qu recursos movilizar y lo hace por cuenta propia, consigue triunfar evitando incluso
el conflicto, pues al trmino de la pelea legal logra hacer las paces con las autoridades
implicadas invitndolas a la inauguracin de las nuevas casas que haban tenido que
construir para las familias que haban desalojado antes (TCFWC 2002b:20-21).
Sin nimo alguno de demeritar o minimizar los logros de esta jovencita, que
tambin fueron plasmados en un cortometraje, me parece sin embargo importante
reflexionar sobre la forma en que esta experiencia es visualizada y reportada. La nia que
sola encabez esta proeza y venci es convertida en un ejemplo a seguir de cmo, sabiendo
utilizar las opciones de empoderamiento que se han puesto a disposicin de quien quiera
aprovecharlas, es posible re-socializarse a uno mismo, a las autoridades y a las
estructuras patriarcales y tradicionales que impiden a las mujeres participar,
instaurando un nuevo orden democrtico en la comunidad. La experiencia ha sido tan
exitosa y benfica que no slo se ha dirimido toda posibilidad de conflicto, sino que
posiblemente haya generado nuevo tipo de lder para la comunidad, pues
Es muy posible que le pidan que se postule para las prximas elecciones y que gane. Ella
dice que ha logrado probar que quien no tena ningn derecho ha sido capaz de pelear y procurar sus
derechos. Puede ser que sea joven y nia, pero ha probado que la lucha por la justicia no tiene edad
(TCFWC 2002b:21).
Intervenciones como sta, y la forma en la que la ONG las representa, deben ser
colocadas en su justa dimensin y ser entendidas en un contexto socio-econmico y poltico
230
231
ejerce y manipula dentro de una sociedad o en detrimento de los nios/as y las poblaciones
marginadas.
Afirmar que es necesario garantizar que los nios/as sean capaces de contrarrestar y
oponerse a los aspectos negativos y discriminatorios de su socializacin que estn
profundamente enraizados y que gozan de aprobacin y que puedan, al mismo tiempo
mantener los aspectos positivos de su socializacin (TCFWC 2002b:22), es una forma de
decir que no todos los problemas de la comunidades son polticos, algunos de ellos, o las
races de algunos de ellos son culturales. De acuerdo a un planteamiento como este, crear
nuevas formas de gobierno ms democrticas y ms justas requiere no slo de construir
nuevos mecanismos de gobierno, sino tambin nuevas subjetividades, y culturas resocializadas en base a otros principios y valores.
Resulta por lo tanto sumamente problemtico que esto no sea expuesto de manera
clara y abierta, y que en cambio numerosas veces se insine o asuma que los nios/as por la
razn que sea, constituyen sujetos situados fuera de las influencias nocivas de la poltica, la
cultura, los intereses individuales y la tradicin. Estas concepciones que caracterizan a los
nios/as como sujetos natural, intrnseca o instintivamente distintos a los dems
individuos de la sociedad, no se diferencian de otras concepciones que en el pasado
representaron a los nios/as como individuos subdesarrollados, inmaduros, irracionales o
incompletos, citando una diferencia inherente para justificar su sujecin, subordinacin,
dominacin e invisibilizacin. En la base de ambos argumentos contina estando el
postulado de que la infancia constituye un periodo de pureza e inocencia que diferencia a
los nios/as del resto de la sociedad y por una razn u otra, los mantiene separados.
Aunque actualmente muchas ONG buscan distanciarse de los planteamientos ms
sentimentalistas y asistencialistas del movimiento de salvacin de la infancia, pasando de
un enfoque basado en las necesidades y a uno basado en los derechos, estas organizaciones
siguen basando la legitimidad de los nios/as como actores y su derecho a participar en una
supuesta naturaleza o pureza moral que se traduce en una inocencia e imparcialidad
poltica. Esto representa una transformacin significativa en el discurso de los derechos
humanos y de la infancia que permite conceptualizar a los derechos vinculados a la
participacin no como algo inherente a las personas en virtud de su propia humanidad, sino
como algo que debe ganarse mediante la lucha poltica y la construccin de una
233
234
Cuando los nios queran abordar el problema de las adicciones al alcohol y el tabaco [] decidieron
revivir una vieja costumbre tradicional para la resolucin de conflictos llamada el Katte Panchayat, que es la
reunin de los ancianos del pueblo bajo el rbol de la plaza central. De modo que los nios/as convocaron al
Katte Panchayat y la suma de la presin de los nios/as, que ilustraron sus demandas con vergonzosos
ejemplos con el apoyo de mujeres y adultos que estaban hartos del estancamiento poltico sobre la
cuestin, hicieron que el Katte Panchayat no tuviera ms alternativa que la de ordenar el cierre de todos los
negocios que vendan alcohol en el pueblo. La reunin de ancianos decidi tambin que las personas que se
embriagaran tendran que dormir fuera del pueblo y prohibi el consumo de tabaco en todas sus formas en
todo el pueblo.
235
TCFWC de la mano de las organizaciones infantiles que ha contribuido a crear ha intercedido no slo en la
aplicacin de polticas de desarrollo y programas gubernamentales, sino tambin en la planeacin a nivel
distrital de los planes quinquenales de gobierno. En 2004 el estado de Karnataka pidi a ciertas
organizaciones privadas de desarrollo que asistieran a los gobiernos locales para crear estos planes
quinquenales. TCFWC acept participar con la condicin de que los nios/as fueran incluidos en el proceso
de planeacin, algo al que los Panchayats o gobiernos locales aceptaron inmediatamente admitiendo que
carecan de las habilidades para involucrar a los nios en dicho proceso (Ratna 2009:13).
236
Los Gram Sabha son juntas de gobierno constituidas por todos los adultos votantes en un pueblo. Su papel
es apoyar o remover de sus funciones al Gram Panchayat, el gobierno local. Se realizan como mnimo dos
veces al ao.
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238
239
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A Bhima Sangha, creado y apoyado por TCFWC y al Bhima Sangha, creado y apoyado por APSA.
240
241
- Harish: Tenemos que decirles que no trabajen, que vayan a la escuela, que despus de diez o veinte
aos el gobierno les va a dar un trabajo.
- Activista: Pero eso no es seguro... Qu debera el gobierno de hacer? Qu es lo que el gobierno
necesita hacer para ayudar a todos los nios?
- Harish: La gente pobre no tiene ninguna riqueza, deberan de ayudarlos. Los campesinos tienen
que tener ayuda.
- Activista: Pero en cambio el gobierno, en nombre de hacer el bien, manda a APSA a perseguir a
los nios que estn trabajando (para llevarlos a vivir a alguna de sus instituciones).
- Methu: S, porque los nios deberan de estar estudiando
El activista inici entonces una disertacin sobre las personas que son elegidas
mediante el voto y como eso les confiere responsabilidades hacia los pobres.
- Activista: Quin piensas entonces que debe resolver los problemas de los nios?
- Methu: Dios!
- Activista: Ests seguro que Dios?
- Methu: Es el Panchayat, los grandes oficiales.
- Activista: S, es el gobierno, y los oficiales
- Ribhu: los que ganaron los votos.
- Activista: S, esos que ganaron obteniendo los votos tienen la autoridad de dirigir el gobierno. ellos
tienen que ayudarlos a ustedes con sus problemas, con las casas y el agua. Tienen que ayudarlos con
todo.
exclam entonces que si ellos iban a hacer una obra nosotros tenamos que ayudarlos y
todos asentimos.
Methu volvi a plantear su inters en la obra de teatro, pues quera que se
representara la pedida de una nia en matrimonio. El activista cont que los nios/as de
Bhima Sangha haban representado antes una obra de teatro sobre el matrimonio infantil, y
les pregunt si saban qu era eso y por qu era importante reflexionar sobre ese tema, pero
los nios/as no se mostraron interesados y cambiaron el tema. La activista les dijo que
deberan de hacer obras de teatro sobre los distintos problemas que enfrentan los nios/as
para comunicarle al gobierno sus problemas a travs de ellas y pedirles que los resolvieran,
y que a travs de Bhima Sangha podan convocar a los ministros y a oficiales importantes
para que vinieran a verlos. Pero los nios no se mostraron muy interesados, lo que queran
era jugar. Las nias haca ya rato que haban empezado a abandonar la conversacin y
Lingappa argument que la obra de teatro era algo que podran hacer en su pueblo, pero no
en Bangalore. El activista trat de hacerlos cambiar de parecer explicando que los nios de
Bhima Sangha lo haban hecho antes y que podran juntarse con los nios/as de Rajika
Nagar, Gulbarga Colony y Krishnapa Garden y as hacer una obra grande y ms llamativa
para los ministros.
Entonces sucedi algo muy interesante. Dada la insistencia de los activistas Methu
intuye que nuestra preocupacin va ms all de la obra de teatro:
- Methu: Akka, Anna68, escuchen. Ustedes nos ensearon juegos, nos ensearon todo. Ahora el chief
minister (gobernador) va a venir. Cuando nos pregunte quin nos ense todo esto, yo le voy a decir
que fueron ustedes, Apoorva Akka, Valentina Akka, Daanish Anna. Ustedes van a tener ms respeto y
as les van a tener que pagar ms. Les van a pedir que se sienten en la silla y les van a dar cinco mil
rupias al mes, ms que suficiente!
Al escuchar esto los tres soltamos a rer pero el activista, ligeramente compungido,
intent explicarle que el dinero no es la razn por la que estbamos ah, que eso no era lo
que nos interesaba, a lo que Methu respondi que seguramente el gobierno nos daba dinero
por hacer lo que hacamos. Entonces el activista intent explicarles que el gobierno no le
daba dinero a TCFWC, al menos no directamente:
- Activista: Ellos [el gobierno] ayudan a distintas organizaciones como nosotros que quieren trabajar
con nios como ustedes con algunas donaciones. Nosotros trabajamos con ese dinero. El gobierno no
nos da dinero directamente. Lo que estoy diciendo es que ustedes tienen muchos problemas y quin
es el que tiene que encontrar la solucin a esos problemas?
68
243
- Methu: Ustedes!
- Activista: Nosotros? Pero quines son los que tienen la responsabilidad de cuidar a los pobres y
de cuidar la ciudad y el estado? Si sus problemas son resueltos a quin va a beneficiar, a ustedes o a
nosotros?
- Ribhu: A nosotros.
- Methu: Bueno, est bien lo vamos a hacer. La prxima vez que vengan nos escriben una obra.
- Activista: No, ustedes son los que tienen que escribir la obra.
En ese punto los activistas reanudaron la explicacin sobre la importancia de que los
nios tomaran las riendas del proyecto para solucionar sus problemas y la importancia de
que ellos se involucraran y participaran, pues si no lo hacan ellos nadie lo hara en su
lugar. Pero estaba resultando difcil que ellos asimilaran los planteamientos y pronto
comenzaron a desanimarse al ver que una idea que haba surgido como un juego tomara
proporciones tan grandes.
- Lingappa: No estbamos pensando en cosas tan grandes. Nosotros dijimos una obra para hacerla
entre nosotros.
- Activista: Hacer una obra pequea est bien, vamos a hacer las dos cosas. Pero es un intento de
encontrar soluciones para sus problemas. Hemos intentado encontrar soluciones antes? No verdad?
Pero el otro da ustedes dijeron que el gobierno hace sus cosas y ustedes siguen sufriendo, entonces
quieren que las situaciones sigan iguales o quieren que cambien? Nosotros estamos aqu para
apoyarlos. Si hay un problema inmediato vamos a tratar de arreglarlo. Pero ustedes tienen que pesar
cmo hacer para que el problema no siga y tratar de reducirlo, no?
Los activistas retomaron el tema del agua para explicarles a los nios que deban
presionar al gobierno local (en este caso representado por Geeta Madam) para que
solucionara dicho problema, dicindoles que si ella enviaba pipas a los ricos que viven en
los edificios, tena que enviarles a ellos tambin.
- Methu: Eso sera muy bueno. Hemos decidido hacer algo sobre eso.
- Harish: Tenemos que decirle a Geeta Madam.
- Lingappa: Ya es hora!
- Harish: Si cada quien pagamos 10 rupias podemos obtener un tanque.
- Activista: No, no! Ustedes no tienen que pagar nada. Harish, escchame, ustedes no tienen que
dar dinero. Geeta Madam tiene que darles agua gratis.
- Harish: Pero el chofer nos pega! Si no le damos dinero no nos va a dar agua.
- Activista 2: Eso es justamente lo que decimos, el chofer les pega cuando el servicio tiene que ser
gratis. Acaso le va a pegar el chofer a Geeta Madam?
- Lingappa: No!
- Activista: Entonces, a quin le tienen que decir?
- Lingappa y Harish: A Geeta Madam!
Llegado ese punto la charla se convirti en una oportunidad para que los activistas
explicaran a los nios que las disparidades econmicas entre las familias que habitaban la
zona no eran razn suficiente para que la representante electa les diera recursos y servicios
a unos y a otros no, y que ellos tambin deban reclamar si esto no era as. Sin embargo, en
244
cierto punto las emociones y la indignacin sobre lo que el activista intentaba explicarles a
los nios para motivarlos a organizarse y a unirse a Bhima Sangha parecieron desbordarse.
- Activista: Cuando todos tienen llaves de agua en sus casas por qu a ustedes no les dan agua?
- Methu: Porque ellos son gente rica, por eso!
- Activista: Lo que tu dices es cierto, pero acaso eso significa que slo los ricos tienen derecho a
vivir en este mundo? Los pobres tambin tienen derecho a vivir. Pero a los pobres no les dan
servicios. Y quin tiene que drselos? Pues el gobierno! Recuerden esto, el que tienen la
responsabilidad de hacerlo y no lo est haciendo. Por qu? Es porque ustedes no lo estn pidiendo,
no es as?
- Lingappa: S! No les estamos diciendo ni les estamos pidiendo.
- Activista: Piensen sobre esto para ellos ustedes son gente sucia y esto es basura. Qu es lo que se
hace con la basura? Se tira lejos! Ellos quieren que Bangalore se vea bonito y limpio. Pero ustedes
cmo se ven a los ojos del councilor, APSA y otros? Ustedes se ven como basura para ellos. Y qu
se tiene que hacer con los desechos? Pues ponerlos en el bote y tirarlos lejos. Cierto? Los estn
considerando como seres humanos?
- Methu: No!
- Activista: Y eso no es bueno, cierto? Ellos les dan tantas comodidades hasta a sus mascotas. Pero
respetan a la gente como ustedes?
- Harish: El perro atrapa a los ladrones como nosotros!
- Activista: Pero ustedes no son ladrones! El perro los muerde
- Methu: Por eso el perro es tan querido para ellos.
- Activista: Ellos tratan tan bien a su perro, pero los tratan a ustedes igual? Los tratan a ustedes
con el mismo amor y respeto?
- Methu: No.
- Activista: Si ustedes siguen trabajando en esto y no hacen nada al respecto, es posible que ellos
cambien su actitud?
- Methu: No, les tenemos que decir.
- Activista: Entonces, tenemos que pedir lo que sea, tenemos que hablar y actuar sobre las cosas. Es
suficiente si ustedes continan trabajando 365 das al ao? No tenemos que estar libres al menos un
da y poder ir a las reuniones?
245
- Activista: A los ricos? Crees que los ricos te van a conseguir comida? Es el gobierno. Para qu
est el gobierno?
- Harish: Para cuidarnos.
- Activista: Los que son dbiles, los que estn desamparados, a ellos deben de darle ayuda. Los que
tienen que ayudar son los que ganaron con los votos, el MLA, el councilor, ellos tienen que darles,
que ayudarlos. Entendido? Ustedes no deben pensar que ste es su destino, ni deben sentir lstima
de ustedes mismos. No basta con que alguien les tenga lstima. Piensen en los nios de la pelcula
que vimos (sobre un grupo de nios pepenadores), y por qu estn as. Porque quienes tienen que
tomar la responsabilidad, la gente en el gobierno, acaso estn ayudando a los pobres? Esa es la
razn por la que los pobres siguen pobres y los ricos son ms ricos Pero ya se ven cansados,
maana seguimos hablando.
A diferencia del Krishnapa Garden slum, donde el comit local de Bhima Sangha
est conformado por un grupo de seis nias de entre 12 y 16 aos (de las cuales una trabaja
y el resto asisten a la escuela) y dos nios que se involucran ocasionalmente en las
reuniones y tareas, en el Rama Temple slum todos los nios/as trabajaban cotidianamente,
como vimos en el captulo anterior. Esto complicaba sobremanera las labores de los
activistas, pues los nios/as estaban ocupados la mayor parte del da en distintas tareas
relacionadas con su trabajo y con labores del hogar que son su responsabilidad (cocinar,
lavar la ropa, recolectar madera y agua, limpiar la casa, cuidar de los hermanos menores,
etctera). Cuando no se encontraban ocupados en estas tareas los nios/as (especialmente
los ms grandes y emancipados como Methu, Lingappa, Ganesha y Ribhu) muchas veces
preferan gozar de su tiempo libre y gastar la parte del dinero ganado que les corresponda.
Esto haca an ms notable algo que tambin suceda en otros slums donde el comit del
sindicato tena varios aos de existir: que en la prctica rara vez las actividades de
organizacin, participacin y empoderamiento sucedan sin que los activistas estuvieran
presentes para alentarlas, guiarlas o incitarlas, da con da y paso a paso.
Esto hizo que las tareas de convencimiento, educacin y promocin que los
activistas llevaban a cabo en el Rama Temple slum para educar a los nios/as migrantes
pepenadores sobre las obligaciones del gobierno y convencerlos de formar su propia clula
de Bhima Sangha, resultaran una de las vas ms interesantes y elocuentes para entender la
forma en que las ONG buscan movilizar las capacidades, la agencia y las subjetividades de
los nios/as para alentarlos a convertirse en sujetos determinados a actuar en su propio
beneficio. Dispuestos y preparados no slo para intervenir en la esfera pblica, sino
tambin para transformarla. De acuerdo a la perspectiva y objetivos de TCFWC los
nios/as seran capaces de evidenciar el mal funcionamiento del gobierno, llamarlo a
cuentas y enmendar la parcialidad e injusticia con la que se considera acta cotidianamente.
246
Aunque los conceptos que fundamentan y legitiman este tipo de iniciativas, como
derecho a la participacin, protagonismo y empoderamiento son relativamente nuevos,
stas son en realidad muy similares a otras iniciativas llevadas a cabo ya desde el siglo XIX
en los pases desarrollados. Un ejemplo cercano es la New York Juvenile Street Cleaning
League, una asociacin voluntaria de nios de la clase trabajadora creada por George
Edwin Waring para alentar a los habitantes de la ciudad a responsabilizarse por la
eliminacin de la basura del espacio pblico. A decir de Cruikshank esta iniciativa
consigui no slo limpiar la ciudad, sino construir una serie de tecnologas de ciudadana
para ensear a los habitantes de la urbe que cada individuo deba contribuir a llevar a cabo
el propsito del gobierno, convirtindose en inspector de su propia ciudad y un voluntario
que buscara la solucin de los problemas colectivos (1999:8).
La semejanza de este proyecto que busc convertir a los nios pobres y migrantes
de Nueva York en buenos ciudadanos y al mismo tiempo expandir los lmites y maximizar
los poderes el gobierno de la ciudad haciendo de sus habitantes individuos autogobernables (Cruikshank 1999:9), y lo que algunas ONG intentan hacer hoy con los
nios/as migrantes y trabajadores en Bangalore, es notable. En ambos casos el objetivo
central es hacer de los nios/as ciudadanos participativos que se involucran activamente y
toman responsabilidad por la solucin de problemas colectivos, se trate de la limpieza de
las calles o de la eliminacin de la pobreza. Pero las diferencias son tambin elocuentes. En
el caso que aqu nos ocupa, adems de buscar que los nios/as conozcan e identifiquen las
responsabilidades del gobierno, se busca que ellos formen parte del gobierno, obligndolo a
ser ms democrtico, ms eficiente y ms responsable, y que adems sean capaces de
vigilarlo, auditarlo, sancionarlo y reformarlo. Es decir, que los nios/as consigan que el
gobierno sea ms y mejor gobierno. Que logren traer de vuelta a un estado desarrollista que
haba establecido su compromiso con los pobres y marginados, pero al mismo tiempo que
se busca alentar al estado a reconocer la existencia de grupos de ciudadanos y de la
sociedad civil y a incluirlos en los procesos de gobernanza.
Para conseguir esto la nocin de responsabilidad se vuelve central. Tanto la
responsabilidad que el gobierno tiene hacia sus ciudadanos, como la responsabilidad que
los nios/as tienen de convertirse en ciudadanos y ejercer su papel como tales exigiendo y
vigilando que el gobierno cumpla con sus obligaciones. Aqu hablar sobre las formas en
247
las que desde las organizaciones como TCFWC se entiende la responsabilidad que les
corresponde a los nios/as para impulsar la transformacin social y del estado y cmo sta
es promovida. Por ejemplo, a partir del imperativo de buscar y proponer las soluciones a
sus propios problemas, de participar y de tomar en sus manos la solucin de las
dificultades que afectan a sus comunidades. Nos interesa por tanto comprender las formas
en las que las organizaciones intervienen, influyen y organizan la manera en que los
nios/as son alentados a pensarse y actuar como individuos con responsabilidades y
posibilidades de cambiar su entorno y condiciones de vida, la forma en que moldean y
organizan sus encuentros y experiencias con distintas autoridades y los mecanismos
mediantes los cuales las ONG moldean las capacidades de los nios/as para actuar por s
mismos.
Quedaba claro que las becas no seran ni remotamente suficientes para reemplazar
los ingresos que los nios aportaban a sus familias. El activista inici entonces una leccin
acerca de que no era suficiente que el gobierno diera dinero simplemente por dar, sin que
eso resolviera el problema, y que por lo tanto los nios deban hacrselo ver y exigir
respuestas claras y de acuerdo a sus necesidades mediante determinadas acciones a travs
de Bhima Sangha, como escribir y entregar memorndums y cartas de solicitud a las
248
autoridades. El activista planteaba que los nios deban actuar frente a esta situacin que
era una grave omisin del gobierno, ejerciendo su poder de agencia a travs de su derecho a
participar y ser escuchados para cambiar la situacin. O, en pocas palabras, que los nios
tomaran la responsabilidad (junto con Bhima Sangha y el apoyo de TCFWC) de hacerle ver
al gobierno su error y hacerlo rectificar. Esto es algo que a opinin de los activistas ya se
haba logrado antes, gracias a la intervencin de Bhima Sangha, llevando a los funcionarios
locales a donar tiles, uniformes o desayunos para los nios/as con dificultades econmicas
que asisten a la escuela. Un ejemplo de nios que tomaban las riendas del problema para
hacer al gobierno responsable. No me quedaba claro sin embargo en qu modo la donacin
circunstancial de tiles poda tener un beneficio ms prolongado o un impacto ms
profundo que una beca de 100 rupias al mes.
Sin embargo lo que a mi parecer ni los activistas ni la ONG estaban contemplando
en absoluto es que los nios ya haban asumido una responsabilidad previamente que
resultaba todava ms apremiante para ellos, la de ayudar a sus padres a reunir el dinero
suficiente para pagar las deudas contradas en el pueblo de origen. Se buscaba que los nios
ejercieran un poder de agencia y participacin sobre un asunto en el ellos en realidad no
podan tomar una decisin individual en tanto que ellos no son sujetos autnomos y el
endeudamiento es un asunto que afecta a la familia como un todo. Para estos nios antes de
sus intereses personales, como dejar de trabajar para educarse, estn los intereses de sus
padres, a quienes ellos consideran que han sufrido mucho, y el bienestar de toda su familia.
Los activistas seguan discutiendo sobre la importancia de que los nios/as hicieran
ver al estado la ineficacia e inutilidad de algunos de sus programas y cmo no resuelven sus
problemas de fondo:
- Activista: Muchos campesinos se suicidan porque no son capaces de pagar sus prstamos. Est
bien si tu padre se suicida pero a ti te dan una beca? (Puesto que la beca no ser suficiente para
ayudarlo a pagar el prstamo).
- Harish: S, est bien.
- Activista: Por favor piensa.
- Harish: Sir, yo no quiero ir a la escuela. Lo que quiero es que mi pap sea feliz. Por qu habra de
ir si me van a dar 100 rupias?
- Activista: Por eso tenemos que hablar con los padres.
- Harish: Si mi padre dice que vaya, ir.
- Activista: Bien, y entonces quin deber pagar los prstamos? (Se insina que el gobierno).
- Harish: Yo tengo que pagarlos. Por eso no voy a la escuela.
- Activista: Pero el gobierno dice que no puedes pagar los prstamos porque no puedes trabajar. El
gobierno dice que eres muy pequeo y no deberas de trabajar.
- Harish: Por qu?
249
- Activista: Es por eso que a veces se los llevan (se refiere a APSA y la polica) y les dicen que
ustedes deberan estar en un albergue, estudiando.
- Harish: Pero para eso nos tienen que atrapar primero.
- Activista: Y cuntos das vas a escapar?
- Harish: Escapar todos los das.
- Activista: No puedes hacer eso. Ellos no lo han querido hacer en serio todava. Cuando quieran
venir por ustedes ninguno se va a escapar. Van a pedir la ayuda de la polica para buscarlos. Lo han
hecho antes, y nosotros hemos hablado con ellos muchas veces. Les hemos pedido muchas veces que
no los traten como ladrones, y hemos peleado y discutido con la polica muchas veces tambin.
- Harish: Ellos nos van a golpear.
- Activista: Y qu puedes hacer en ese caso?
- Harish: Pues entonces vamos a ser golpeados.
- Activista: Cmo que van a ser golpeados?
- Harish: Porque si no, los que prestan el dinero le van a pegar a mi padre. Mi padre nunca ha sido
golpeado. As que es mejor que nos peguen a nosotros aqu, al menos ser por una buena razn (la de
intentar trabajar a pesar de que est prohibido). Si mi padre es golpeado all, ser por una mala
razn.
- Activista: Si no pagan el prstamo les van a pegar en tu pueblo?
- Harish: S.
Aunque no es una decisin fcil o que necesariamente los deja satisfechos, varios de
los nios pepenadores han asumido que este no es el momento de ir a la escuela, sino de
trabajar. Consideran que esa es la manera ms fcil de resolver el mayor problema que
preocupa a sus padres y aqueja a sus familias: las deudas. Por lo tanto, para nios como
Harish el no poder trabajar por el hecho de ser menor, que el gobierno haya determinado
que su lugar est exclusivamente en la escuela y que organizaciones como APSA lo
persigan por estar trabajando es un sinsentido que no ha logrado desentraar y que desde
su perspectiva slo trae ms problemas. Los nios/as entienden bien los beneficios de poder
estudiar, pero tambin saben que pueden haber repercusiones incluso peores si no ganan
dinero, como el que sus padres sean castigados y deshonrados en sus comunidades por no
pagar sus deudas.
Por su parte, las organizaciones y sus activistas intentan desalentar el trabajo infantil
promoviendo la posibilidad de que los nios/as reclamen y luchen por becas, y de que tanto
ellos como sus familias reconozcan que es el gobierno quien tiene la responsabilidad de
garantizar la supervivencia familiar que ahora mismo es posible slo gracias a los nios/as
y su trabajo. Para esto buscan que los nios/as cambien la responsabilidad de trabajar por la
responsabilidad de participar dentro de las estrategias democrticas que las ONG
consideran adecuadas y luchar para hacer responsable al gobierno. Pero, desde mi punto de
vista, sin haber entendido y reconocido primero la complejidad y las profundas
implicaciones del vnculo de (co)responsabilidad que los nios/as han establecido con sus
250
familias por pagar las deudas y solucionar todos juntos los problemas. En el Rama Temple
slum los esfuerzos de los activistas por que los nios/as formaran su propio sindicato y se
escolarizaran parecan no estar dando frutos por una parte porque el lazo de responsabilidad
econmica que los nios/as trabajadores honran al llevar dinero a sus hogares, no poda
romperse sin que existiera un ingreso suficiente y permanente que reemplazara este dinero
que aportan. Por la otra, porque los nios/as han asumido la responsabilidad de ayudar a sus
padres a pagar sus deudas pues consideran que sus padres han sufrido mucho, que han
llevado vidas duras y porque si ellos no fueran capaces de cumplir con esta obligacin
econmica y moral que ha sido contrada pensando en el bienestar y el futuro de toda la
familia, estaran exponiendo a sus padres a mayores sufrimientos o simplemente dndoles
la espalda en un momento de grandes apuros. Y esto es algo que resulta inconcebible.
De modo que al buscar que los nios/as dejen de trabajar para escolarizarse
nicamente, se pretende que tomen decisiones y acten como individuos, que piensan en su
bienestar y lo que ms les conviene en el presente y el futuro, y no como miembros de una
colectividad en la que la reciprocidad, la solidaridad y el cuidado mutuo son fundamentales.
Lo que estos nios/as trabajadores nos muestran es que ellos no pueden pensarse a s
mismos, sus necesidades y sus responsabilidades, ms que como miembros de un colectivo
que enfrenta sus buenos y malos momentos como un todo. Y que en la familia, como en los
problemas, existen ciertas jerarquas y un determinado orden de cosas, que sin embargo las
ONG consideran autoritarias y arbitrarias. Al mismo tiempo, en la otra cara de la cuestin,
los nios/as no encuentran sentido al llamado de romper con la responsabilidad que tienen
hacia sus padres dedicndose solamente a ir a la escuela, cuando el estado y las ONG
imponen lo que para ellos tambin constituye una determinacin y jerarquizacin
igualmente autoritaria y arbitraria de los roles y responsabilidades que corresponden a los
nios/as, estableciendo que su lugar legtimo es la escuela y que al trabajar, ellos mismos y
sus padres estn rompiendo la ley.
Al final pareciera que las ONG intentan, algunas veces torpemente o mediante
discursos cargados de emociones, reemplazar la fe en los designios divinos y la
emancipacin de la sujecin parental y familiar por una fe y una dependencia del estado y
de las oportunidades que la participacin democrtica pueda abrir para ellos. Pero
experiencias previas les han enseado a muchos nios/as que no pueden hablar con el
251
gobierno porque adems de que perciben a sus oficiales como individuos inalcanzables y
autoritarios, que incluso cuando han logrado exponerles sus necesidades y apelar por su
intervencin, han sido ignorados o hasta recibido golpes y humillaciones como nica
respuesta. Esta es una situacin que TCFWC est intentando cambiar al promover a travs
de Bhima Sangha y otras instancias encuentros, dilogos y acciones para que los nios/as
puedan interpelar a funcionarios y burcratas, empoderndolos para que experimenten los
beneficios y virtudes de asumir un rol proactivo y de encarar a las autoridades. Aqu las
estrategias como los resultados pueden ser muy dismiles e incluso contradictorios, pues en
ocasiones se alienta a los nios/as a exponer obras de teatro que dejan en evidencia el mal
funcionamiento del gobierno y otras veces se organizan encuentros (por ejemplo con la
polica) que ms bien terminan siendo oportunidades para disciplinar a los nios/as y
reforzar los prejuicios que desde el poder se tienen de las poblaciones marginadas.
La educacin es el ejemplo idneo para entender las contradicciones entre la
responsabilidad y la obligacin de reciprocidad que los nios/as tienen hacia sus familias y
las intervenciones del estado para intentar dar solucin los problemas de los grupos
marginados. En India no fue sino hasta el 2009 que la educacin se declar universal,
gratuita y obligatoria. No obstante, con frecuencia cuando de los nios/as ms pobres se
enrolan en las escuelas de gobierno son instados a comprar uniformes, tiles y zapatos para
los cuales no tienen dinero. Otras veces se les piden cuotas que no estn establecidas
legalmente y que los nios/as no tienen forma de cubrir ms que trabajando. Por si esto
fuera poco, los nios/as pepenadores o trabajadores callejeros suelen tener que enfrentarse a
la discriminacin de maestros y compaeros, que los rechazan por asistir sucios a clases o
llegar tarde despus de una jornada matutina de trabajo. Al responder con estos relatos de
humillacin y dificultades econmicas a quienes los instan a asistir a la escuela, los
nios/as trabajadores apuntan hacia la clara contradiccin que existe entre lo que el
gobierno dice y establece como adecuado, y lo que sucede en la prctica y la vida cotidiana
de las poblaciones ms marginadas. Haciendo an ms evidentes las dificultades de hacer
al estado responsable por solucionar sus problemas.
La situacin de familiar y econmica de los nios/as trabajadores suele ser tan
apremiante que les resulta difcil asimilar el planteamiento de que ellos deben tomar en sus
manos la solucin de sus problemas (algo que ya estn haciendo) proponiendo sus propias
252
Muchos de los activistas y varias ONG que pude conocer trabajan inspirados por un
compromiso social que trasciende el inters de simplemente proveer beneficios y
proteccin a los nios/as migrantes y trabajadores. Los motiva un anhelo de transformacin
que impulsa a ensear a los nios/as que su situacin no se debe a un designio divino o a un
destino predeterminado, y a abatir la idea de que las diferencias de clase responden a un
estado inmutable de las cosas, y que ellos pueden tomar un papel activo para conseguir
reconocimiento para que su vida y el contexto en el que viven cambie. Parte de esta labor
consiste tambin en ensear a los nios/as formas ordenadas y adecuadas de abordar los
problemas y enfrentar los conflictos. Mostrarles que el estado actual de las cosas puede ser
desafiado, y que esto se debe hacer mediante formas democrticas de participar y exigir la
solucin de sus problemas. Que frente al abandono del estado y la acuciante condicin de
marginacin en la que las familias se encuentran, la organizacin y la presin colectiva es
uno de los mayores poderes que poseen. As, los nios/as deben participar en la
reivindicacin de los derechos ciudadanos y humanos fundamentales como vivienda, agua,
alimentacin y educacin organizndose y empoderndose a travs de Bhima Sangha.
Durante mis observaciones en el Krishnapa Garden slum, pude ver que esta
agrupacin que se ha definido como sindicato infantil, funciona como espacio y va para
la discusin, organizacin y reivindicacin de las necesidades, problemticas y derechos de
las familias migrantes (en los casos ms cruciales en asociacin y con la presencia de los
253
adultos del slum), pero tambin como un espacio y va para la educacin y socializacin de
los nios/as y sus familias en los principios, mecanismos y funcionamiento de la
democracia participativa. A travs de las actividades que los activistas organizan, asesoran
e impulsan bajo el sello de Bhima Sangha, los nios/as son educados, por ejemplo, sobre
cul es el papel de ciertos oficiales e instituciones de gobierno y cules son sus
responsabilidades. Cmo se logra acceder a ellos, en qu lenguaje y usando qu formas, por
ejemplo elaborando que tipo de solicitudes y memorndums, citando qu leyes y usando
qu tipo de trminos. Cundo un documento debe aparecer suscrito por Bhima Sangha o
por TCFWC. Sobre qu tipo de peticiones y de qu dimensiones se pueden hacer, como por
ejemplo, no solicitar cosas que uno de los activistas calific de imposibles, como la
construccin de viviendas cuando el slum ni siquiera ha sido reconocido por la autoridad
como un asentamiento legal, y en cambio conformarse con la posibilidad de solicitar la
construccin de baos pblicos o la provisin de agua potable. Estas no slo son peticiones
ms fciles de resolver a nivel de la burocracia local, sino que tambin pueden ser
formuladas en el lenguaje de los derechos humanos. Esta fue una solicitud que finalmente
no prosper, pues la autoridad local a la que un grupo de cuatro nias de Bhima Sangha y
varios hombres adultos del Krishnapa Garden slum se dirigieron, explic inmediatamente
su total incompetencia para sancionar una obra en un terreno privado que adems se
encontraba en disputa por invasin. Al parecer los esfuerzos por hacer al gobierno
responsable tuvieron que culminar ah.
Dos preocupaciones eran siempre concomitantes a las estrategias promovidas por
los activistas: que la comunidad y las familias deban tomar responsabilidad para lograr
ciertos objetivos y poder responder ante los acontecimientos que esto generara, y que para
ello deban aprender a evitar el conflicto y la discordia interna para unirse como
colectividad y sumar fuerzas. Esto responda a una preocupacin por los constantes pleitos
y peleas que ocurran en el slum entre los dos grupos tnicos mayoritarios, tamils y
kannadas, que a ojos de los activistas y de algunos de los habitantes era una de las razones
por las que la comunidad no consegua que se les proporcionaran los servicios pblicos, o
que los haran perderlos cuando estos fueran aprobados.
Enfocadas hacia los nios/as estas preocupaciones se traducan, por una parte, en la
imparticin de capacity building trainings (entrenamientos para formar capacidades) para
254
los cuales se deban elegir candidatos que tuvieran entre 12 y 16 aos y que mostraran
ganas de aprender y de participar, y un inters y habilidad para tomar responsabilidad.
El fin era que los nios/as incrementaran su autoestima y obtuvieran las capacidades y
liderazgo necesarios para entender las problemticas que se deban resolver, lidiar con las
autoridades y tomar responsabilidad por el proceso. La otra dimensin de esta preocupacin
por la responsabilidad y el conflicto se vea reflejada en las enseanzas personales que,
segn la explicaron las nias, Bhima Sangha les haba aportado:
- Gouranji: Nos ha enseado cmo debemos ser y comportarnos. Nos pelebamos seguido entre
nosotros y el sindicato nos ense que debemos estar unidos, y que si tenemos unin podemos hacer
cualquier cosa [] Antes yo tena mucho miedo de ir sola, hasta para salir de mi casa, pero anna l
activista] nos ense. Yo no poda hablar para nada y ahora s y gracias a Bhima Sangha ahora puedo
hasta hablar un poco de ingls.
Visitas de mdicos y pasantes voluntarios, usualmente organizados en colaboracin por varias ONG,
destinados a brindar consultas mdicas gratuitas a los habitantes de los slums. Algunas veces se consiguen
tambin donacin de medicinas y stas se reparten entre los habitantes que no cuentan con seguro de salud ni
recursos para asistir a mdicos privados.
70
Calculando que en el Krishnapa Garden slum hay un aproximado de 400 viviendas, este sujeto reciba un
ingreso mensual total de alrededor de 120,000 rupias, unos 25,000 pesos.
255
Las adolescentes de Bhima Sangha relataron que Jairam haca mucho ms que
abastecerlos de agua o pactar con la polica y otros potenciales extorsionadores. Tambin
dictaba las normas de comportamiento y los estndares morales para regular un slum
habitado por familias pertenecientes a tres religiones y alrededor de doce castas distintas.
No permita, por ejemplo, que los jvenes mostraran que eran pareja o se cortejaran dentro
del slum, que se casaran por su propia decisin, o que los jvenes ajenos a la comunidad
visitaran a las jovencitas. Lakshmi, Vidya, Gouranji, Lalitha y Mownika coincidan en que
71
72
Vocablo anglicanizado que proviene de del Hindustani y que significa maleante o granuja.
Maleante, rufin.
256
desde que haban roto lazos con Jairam las restricciones sobre los jvenes se haban
ablandado y que especialmente las mujeres tenan ms libertades, para hablar con los
muchachos y entablar amistades. No obstante
- Vidya: Ahora los muchachos molestan mucho, se burlan y nos acosan y nadie les dice nada. Antes
la esposa de Jairam vena a resolver esos problemas, hablaba con los muchachos y les preguntaba por
qu hacan esas cosas. En ese tiempo los muchachos no molestaban a las muchachas y cuando los
regaaban s escuchaban, antes s respetaban y escuchaban a los paps, pero ahora no. Alguna vez la
mujer corri a uno de los muchachos de la comunidad y los dems dejaron de portarse mal. Pero
ahora sus paps los regaan y no sirve de nada. Ahora la gente dice yo tengo derechos, no me
puedes hacer nada, y siguen haciendo lo que quieran.
Vidya argumentaba que lo que la comunidad necesitaba era un Natami, nombre que
se le da a la autoridad en sus pueblos en Tamil Nadu. Una persona mayor, de casta un
poco ms alta y un nivel educativo superior a la mayora de la gente, capaz de guiar a la
comunidad porque todos lo respetan y escuchan, y siempre usa buenas palabras.
- Vidya: ahora ya no tenemos a esa persona que cuide a la comunidad y que todos lo respeten,
porque dejaron de pagarle a Jairam. Ahora tenemos que ir a la polica para arreglar los problemas,
pero no funciona porque la polica no nos respeta, la gente simplemente les da dinero y ellos los
ayudan aunque hayan hecho mal. La polica no funciona porque nadie los respeta ni confa en ellos.
- Mownika: la polica no respeta a la gente pobre, cuando nosotros ponemos una queja nunca nos
hacen caso inmediatamente, slo le hacen caso a los ricos.
Cuando inquir a uno de los activistas de TCFWC sobre esto, l me contest que
Bhima Sangha estaba organizando encuentros en las estaciones de polica correspondientes
para acercar a los oficiales y los nios/as de los distintos slums buscando mejorar las
relaciones y el entendimiento mutuo. Pero que tambin las familias tenan que aprender a
resolver los conflictos y tomar medidas para evitarlos. El problema de la basura ofreci la
ocasin para entender como se aplicaba esto ltimo en la prctica. A pesar de que varios de
los habitantes de Krishnapa Garden se empleaban como pourakarmikas (barrenderos y
empleados pblicos de limpieza) y varios de los nios/as trabajaban regularmente como
pepenadores en las calles de Bangalore, el slum estaba siendo desbordado por la basura,
pues los servicios pblicos y privados de recoleccin obviaban la zona. A pesar de que lo
haban solicitado varias veces, los oficiales locales no haban enviado a los trabajadores
pblicos a recoger los desechos, que las familias haban estado acumulando durante aos en
un espacio vaco junto al slum. Las nias declararon que la gente tena que dejar de tirar
basura dentro de la comunidad, porque provocaban moscas y enfermedades, y que frente a
la indolencia de las autoridades los nios/as de Bhima Sangha deban tomar la
responsabilidad de limpiar el slum y ensear a las familias a no tirar ms basura. Puesto que
257
la ayuda gubernamental no llegara las nias, que eran las nicas participantes realmente
activas de Bhima Sangha, deban alentar a las familias a tomar responsabilidad por este
problema.
Poco tiempo despus tuve la oportunidad de acompaar a los nios/as de un slum en
HBR Layout a su encuentro con la polica de la zona. En esta reunin se les explic a los
nios/as qu sucedera y cmo seran tratados si eran detenidos y las maneras en que la
polica ayuda a los nios/as que se han perdido o han escapado de sus casas. Pero sirvi
tambin para que los policas sacaran a relucir los prejuicios ms comunes contra las
comunidades pobres y sermonearan a los nios/as sobre su responsabilidad de trabajar muy
duro, en la escuela y en el hogar, porque sus padres haban venido del pueblo a trabajar
por su bien y a ellos corresponda esforzarse para mejorar y no seguir haciendo el
mismo trabajo que sus padres. Se instruy a los nios/as para que se portaran bien y no
tomaran las cosas que no les pertenecen. Y que ellos y sus padres tenan que denunciar
cualquier robo y problema y la polica los ayudara: seremos amigable con los que no han
hecho nada, slo seremos fuertes con los culpables, as que ustedes no tienen que temer a la
polica.
Finalizada esta leccin uno de los nios que haba levantado la mano pidiendo
permiso para hablar dijo que ellos le tenan miedo a los policas porque ellos muchas veces
atrapaban y golpeaban a sus paps y se los llevan a la crcel. Y porque a veces tambin
agarraban a los nios/as que se encontraban solos en la calle, trabajando o vendiendo algo,
y se los llevaban a la comisara, donde los tenan un rato para despus soltarlos si nadie los
reclamaba, lo que ocasionaba que los nios se desorientaran y no pudieran regresar a su
casa, por lo que a veces sus paps tenan que ir por ellos y dar dinero a la polica. La oficial
respondi: No tengan miedo, tambin somos sus amigos, hoy los hemos recibido. Ahora
que ya nos conocemos y ustedes han venido aqu, nos hemos presentado, pueden venir sin
miedo, el miedo ya desapareci. La activista entusiasmada enfatiz diciendo que ahora
podan estar contentos porque ya conocan a la polica y podan acercarse a ellos.
Al terminar la charla los nios fueron invitados a recorrer la pequea estacin. En
realidad lo nico que haba para ver eran dos cuartos oscuros al final del pasillo. En uno
haba decenas de cajas y pilas de papeles enmohecidos y en el otro, cerrado con una reja,
tres hombres muy delgados sentados en el suelo, mirndonos con una expresin lnguida,
258
Se trata del Child Labour (Prohibition and Regulation) Act 1986, cuyo primer borrador refleja varios de los
principios y perspectivas de TCFWC sobre el trabajo infantil. Sin embargo, al final de las negociaciones este
borrador fue desechado, pues legislaba sobre una visin ms moderada del trabajo infantil, es decir, no
prohibicionista ni erradicacionista.
259
74
Esto pude presenciarlo slo en una ocasin y la mayora de los comits hicieron entrega de colectas no
mayores a las 5 rupias (1 peso), algunas monedas extradas en ese mismo momento de los bolsillos. Excepto
el comit encabezado por la fervorosa Rajika que, deseosa de dar una leccin a los dems, colect en ese
momento la cantidad de 21 rupias (4.50 pesos).
260
una reunin seria y ordenada. Pero por lo general el sosiego y la atencin de los nios/as,
sobre todo de los ms pequeos, duraba poco. Durante las reuniones que pude observar slo
unos tres o cuatro integrantes mayores de 15 aos solan seguir las discusiones y participar.
En una de estas reuniones, cuando se delinearon los objetivos futuros, la organizacin
pareca haber retrocedido a lo bsico, pues los propios adolescentes manifestaron que
queran saber ms de Bhima Sangha, qu era y para qu les poda servir. Uno de los
activistas por su parte sugiri que haba que saber ms sobre los nios/as trabajadores,
identificar a quienes trabajaban para conocer ms sobre ellos y los problemas que tenan
que enfrentar. Por ejemplo, si la polica los molestaba y/o arrestaba.
En Bangalore pude conocer adems a varios adolescentes y jvenes que haban
participado en la fundacin de Bhima Sangha o formado parte del sindicato durante varios
aos durante la primera dcada de existencia de ste. A pesar de que durante las dos ltimas
dcadas TCFWC ha promovido a Bhima Sangha como una organizacin autnoma y un
slido bastin para la accin social y la intervencin poltica, mi experiencia fue la de una
organizacin en la que la mayor parte de los ahora jvenes y adolescentes haban perdido la
fe o estaban perdiendo el inters. Un sindicato que muchos nios/as de los slums donde
supuestamente llevaba activo varios aos no conocan, no estaban seguros para qu serva
o, an siguiendo sus actividades, no saban si los beneficiara y en qu. Cuando cuestion
acerca de esto a una de las directoras de TCFWC, ella me contest que era normal y que se
deba a que el sindicato estaba peridicamente perdiendo a sus miembros porque los
nios/as crecan y dejaban de interesarse.
El panorama me pareci muy distinto a lo que se representaba en los documentos y
narrativas sobre los primeros aos de Bhima Sangha que, de acuerdo a TCFWC, fue pieza
clave para la formacin del Movimiento Internacional de Nios Trabajadores en 1996 y el
Movimiento Nacional de Nios Trabajadores en 1999 (TCFWC 2013a). A esto se aada
que en los slums donde Bhima Sangha pareca estar ms fuerte, prcticamente todos sus
integrantes activos asistan nicamente a la escuela y no eran nios/as trabajadores. En
otros, los comits estaban encabezados por adolescentes o jvenes que se haban formado
durante la poca de oro del sindicato, pero los nios/as trabajadores nuevos estaban
ausentes. Y all donde los nios/as trabajadores eran mayora, como en el Rama Temple
261
slum, al menos durante el tiempo que yo estuve, no se haba logrado organizar ningn
comit del sindicato.
Despus de varios meses en Bangalore las razones que explicaban la ausencia de los
nios/as trabajadores de Bhima Sangha, me parecieron contundentes. Los nios/as que
asistan a la escuela tenan mucho ms tiempo libre y mostraban ms inters en participar
que los nios/as trabajadores. Al mismo tiempo, para los activistas resultaba mucho ms
fcil organizar y orientar a estos nios/as para las movilizaciones, declaraciones, citas con
las autoridades, escritura de memorndums y asambleas peridicas que hacer lo mismo con
nios/as trabajadores que tenan otras preocupaciones y as como deciden trabajar por su
cuenta, hacen lo mismo con su tiempo libre. En cambio, los nios/as que asistan a la
escuela eran mucho ms disciplinados, ordenados, conocan bien la dinmica de las
discusiones y estaban dispuestos a participar bajo las reglas establecidas. Los activistas les
haban pedido a estos nios/as que ya formaban parte del sindicato que identificaran y
reclutaran a los nios/as trabajadores de sus slums, pero eso no estaba dando resultados.
Los nios/as que tenan que trabajar todos los das y durante largas jornadas, como en el
Rama Temple slum, no estaban listos para anteponer las necesidades y demandas del
sindicato a las de sus propias familias y ocupaciones.
Las estrategias y mecanismos de participacin y liderazgo hacia las cuales se
encauzaba a los nios/as no estaban siendo capaces de atraer a los nios/as trabajadores.
Esto se deba a distintas razones. Una era que en varios slums como Krishnapa Garden y
Rajika Nagar se haba dejado en manos de los nios/as integrantes del sindicato la
identificacin, monitoreo y reclutamiento de los nios/as trabajadores. Pero tambin a
que cuando stos se aparecan en las reuniones, se sentan tmidos y desanimados a hablar
frente a los dems o a participar en el modo en que los nios/as escolarizados, ms
confiados de s mismos, lo hacan. Que los nios/as trabajadores lograran este nivel de
participacin y protagonismo era justamente el objetivo del sindicato, pero en el tiempo que
mi estancia dur, pareca estar lejos de lograrse. Ms an porque los activistas asistan a los
slums en los horarios que a ellos les convenan y no necesariamente cuando los nios/as
trabajadores estaban en sus casas.
La pregunta era entonces si las exigencias y condiciones impuestas por los
mecanismos de la democracia participativa que los activistas impulsaban y enseaban,
262
Los nios trabajadores muchas veces no son escuchados dentro de sus propias
familias y comunidades cuando exigen mayor reconocimiento, la oportunidad de decidir o
recibir un trato distinto. Esta situacin se hace ms difcil de superar por el hecho de no
contar con un estatus social que les permita hablar por s mismos y exigir. Muchas veces
son tratados como subalternos dentro de sus propias familias, por los adultos de la
comunidad o por sus empleadores. En cambio, cuando sus voces son valoradas,
reconocidas y respaldadas por una ONG e incorporadas al marco de los derechos de la
263
infancia y a un discurso que tiene una enorme legitimidad ms all del mbito local las
cosas pueden cambiar. Cuando los nios/as se incorporan a Bhima Sangha no slo
encuentran activistas interesados y preocupados por lo que tienen que decir, se inscriben,
identifican e insertan en una organizacin que respalda y legitima sus voces.
Conocer a profundidad la vida y experiencia de Rajika con Bhima Sangha me
permiti entender una dimensin mucho ms profunda de esta organizacin y sus impactos.
Gracias a Bhima Sangha, ella haba aprendido a responder al prejuicio, el abuso y la
discriminacin de quienes, por ser nias pepenadoras pensaban que eran ladronas o
accederan a prostituirse: cuando nos unimos a Bhima Sangha nos volvimos mucho ms
valientes. Antes de eso no ramos capaces de hablar porque ellos son ricos, nosotros somos
muy pobres.
La gente rica piensa que la gente pobre siempre es ladrona. Si yo tengo un celular la gente
piensa que lo rob. [] Por eso cuando con Bhima Sangha nos reunimos con la gente rica, como el
councilor, fue muy bonito porque ellos nos vean de manera muy diferente, entendieron que somos
nios que quieren su afecto, que necesitamos hablar bien con ellos, ser escuchados y que ellos tienen
que entender nuestros problemas. Pero hay diferentes tipos de gente rica. Cuando nos organizamos
en una Sangha la gente rica empez a vernos de manera muy distinta. La gente rica con la que nos
reunamos es educada [se refiere al councilor] y sabe que los nios pobres tenemos problemas y
entonces queran entrevistarnos y empezaron a vernos como personas importantes, pero la gente rica
de mi rea no estudi y nos ve muy mal, se fijan en nuestras ropas... Slo los ricos que son nuestros
amigos nos ayudan.
Haba aprendido a defenderse sola, es decir, a ser capaz de tener una voz y una
opinin propia, y a tomar sus propias decisiones:
Ahora cada vez que alguien me dice algo puedo enfrentarlos, reclamarles, decirles que no
tienen derecho a decirme esas cosas. Antes yo tena miedo de hablar, ahora puedo hablar porque s
que no he hecho nada. Puedo saber que yo estoy bien y que la gente slo est difamndome. Yo s
todo sobre m misma, la gente no sabe sobre m. Ahora soy capaz de hablar, antes no poda. Este es
el coraje que Bhima Sangha me enseo. Ahora puedo hablar con la gente con valor. [] Tengo
amigas que todava no son capaces de tomar sus propias decisiones, siempre me preguntan a m. Por
264
eso el poder de tomar decisiones es tan importante para m, y eso vino de mi propia experiencia con
Bhima Sangha y de mis experiencias en la vida.
Adems, Bhima Sangha haba logrado unir a la gente de su comunidad para que
luchara por las mejorar su slum:
Muchas cosas han cambiado con Bhima Sangha. Antes no tenamos botes de basura, ni
drenaje, ni un camino de cemento, tenamos slo caminos de tierra. No tenamos electricidad ni agua.
Tenamos todos los problemas porque somos gente de los slums, no? pero cuando nos unimos a
Bhima Sangha entendimos que tenemos derechos, que podemos pedir las cosas, que tenemos lderes
y podemos ir a pedir lo que necesitamos, podemos exigir que nos construyan el camino, que nos den
agua y electricidad y otros servicios. Nos dieron todo eso gracias a Bhima Sangha.
Hace tres o cuatro aos, el councilor vino a un festival y le dijimos que la gente del BBMP
no estaba limpiando ni llevndose la basura, y l nos dijo que se ocupara de eso. Al da siguiente la
gente de la corporacin vino, limpi todo y coloc un bote de basura. As hemos cambiado muchas
cosas, por eso la gente nos ha dado tanto respeto a nosotros y Bhima Sangha. Una vez en mi rea
algunos nios no estaban yendo a la escuela y no podan ni siquiera poner su nombre, as que los
nios que bamos a la escuela y los trabajadores decidimos trabajar juntos, sentarnos y discutir las
cosas juntos. Los nios que van a la escuela dijeron que muchas veces no pueden comprar los libros
que necesitan para la escuela, muchos iban a escuelas privadas. Entonces hicimos un memorndum
para el councilor y l nos dio 75 libros. l supo que nosotros somos la gente pobre, la que ms los
necesita.
Esa vez fuimos slo los nios. Nosotros conocemos nuestros problemas, no? Nosotros
podemos ir. Al principio los activistas venan con nosotros, pero despus, cuando nosotros ya
sabamos cmo hacerle, nos llambamos unos a otros y empezamos a ir solos. Antes los nios de
Bhima Sangha no tenan juguetes, as que el councilor nos dio pelotas, bates y cosas para jugar.
Antes tampoco tenamos un lugar para reunirnos y platicar, porque nuestras casas son muy pequeas
y en el anganwadi [guardera] no nos lo permitan. Nos decan [los adultos] que nios y nias no se
deben sentar juntos a platicar, as que le pedimos permiso al councilor y l nos dio permiso de usar el
anganwadi y que si alguien nos deca algo furamos y le avisramos a l. Hace tiempo el councilor
que estaba cuando nosotros ramos nios se volvi Mayor as que lo fuimos a visitar y nos dijo: Oh,
ustedes son la gente de Rajika Nagar. Por qu vienen tan lejos?, yo voy a ir a su rea.
265
Cuando estbamos en Bhima Sangha los mayores retos es que los adultos no dejaban a las
nias salir de nuestra rea, no nos dejaban ir lejos. En esa poca haba problemas de secuestro as
que tenan miedo de que nos llevaran. Cuando ramos nios a los adultos no les importaba lo que
nosotros dijramos. Nosotros tenamos muchos problemas, pero los adultos no nos escuchaban, nos
pegaban, nos regaaban. Cuando nos unimos a Bhima Sangha no nos daban permiso de ir a las
reuniones y as. Tenan mucho miedo por sus hijos, por eso. Pero luego se dieron cuenta del valor de
la Sangha nos empezaron a dar nimos.
Una vez iban a casar a una nia y Bhima Sangha, junto con la gente de TCFWC trataron de
impedirlo, pero los padres golpearon a la gente de Bhima Sangha. Luego la nia qued embarazada y
se muri, slo as se dieron cuenta. As los adultos se fueron dando cuenta de lo que estbamos
haciendo y poco a poco nos dieron ms apoyo. En nuestra rea al principio no nos daban permiso de
salir pero luego, cuando se dieron cuenta que habamos conseguido agua, electricidad, el depsito de
basura se dieron cuenta y empezaron a darnos ms permiso y respeto, apoyo, aliento, todo.
Sin embargo no todas las conquistas han sido duraderas, varias se han desvanecido
en cuanto los polticos locales con los que haban cabildeado dejaron sus puestos. El agua
dej de ser gratuita y la recoleccin de basura par. Se construyeron baos pblicos, pero
como se tiene que pagar cada vez, poca gente los usa. Parecera que buena parte de las
estructuras de corrupcin e inequidad siguen funcionando en detrimento de los migrantes
que habitan los slums, y que muchas de las batallas deben comenzar de nuevo.
En mi rea nos iban a construir nuevas casas, pero ya llevamos trece meses de retraso, as
que yo no s si realmente nos las van a construir o no. No s si el gobierno nos est engaando o no.
Se supone que para 2010 habran terminado pero ya estamos en 2011 y ni siquiera han empezado.
Fui a hablar con alguien de los encargados y me dice que hablar con la gente del gobierno, pero
slo dice eso y no va. En mi rea adems la gente rica est engaando a la gente pobre. Estn
diciendo que son dueos de ms casas para que cuando las construyan salgan a su nombre. Por
ejemplo en mi casa est el nombre de otra persona. Nos dieron nmeros para las nuevas casas, pero
nuestro nmero se lo dieron a otras personas. Hicimos una carta y ahora tenemos los nombres
correctos. Es bueno conocer y tener buenas relaciones, porque antes tenamos que ir con los ricos y
ellos no nos respondan, ahora nosotros resolvemos nuestros propios problemas.
Para Rajika ha sido una gran conquista aprender que su opinin y sus percepciones
son tan vlidas como las de cualquier otra persona, y que no tiene que esperar a que la
gente rica y poderosa de su slum hable e interceda por ella para resolver sus problemas.
Este es sin duda un aprendizaje sumamente valioso para nios/as que han crecido en un
contexto de complejas y mltiples desigualdades, en comunidades altamente jerarquizadas
donde prcticamente toda nueva empresa o problemtica que deba ser resuelta requiere del
beneplcito o la intervencin de un brker o algn lder poltico o religioso local, as como
del constante desembolso de dinero. Es precisamente este orden de cosas lo que muchas
ONG buscan transformar mediante la difusin de los valores democrticos y la
construccin de una ciudadana participativa y empoderada.
266
267
es Bhima Sangha. Pero al discutir y reflexionar sobre aquello que haba cambiado en la
comunidad desde los tiempos en que Rajika era una nia pepenadora, descubrimos que el
reto era ms complejo que esto.
Antes los padres no dejaban a los nios ir a las reuniones de Bhima Sangha y nosotros
tenamos muchas ganas de ir. Ahora ya les dan permiso, pero los nios han perdido el inters. Por
una parte porque no saben qu es lo que estamos haciendo, por otra porque ahora tienen muchas
distracciones, quieren ir al cine, quieren ir a jugar a las maquinitas, quieren ver televisin. Antes no
haba todo eso. Otros no vienen porque tienen mucho trabajo, tienen muchas responsabilidades. Los
padres no les dicen que tienen que ir a trabajar, pero los nios entienden los problemas y van a
trabajar solitos. Ahora con el trabajo del chowdhri75 no tenemos opcin de horario, antes podamos ir
a trabajar cuando quisiramos, pero ahora no, porque vamos muy lejos, ellos nos llevan, no podemos
decidir.
Los nios nos relataron que desde que los dueos del gujri son hostigados por la
polica se ven obligados a llevarse los desechos a sus casas para extenderlos y separarlos en
las estrechas callecitas del slum. Antes haba ese espacio libre, pero ahora est ocupado
por los nios que se drogan con solucin, y algunas veces queman todo lo que juntamos,
75
Es una forma de empleo temporal e informal muy popular sobre todo entre las mujeres, nias y jvenes de
los slums. Se les contrata por periodos de dos, tres o hasta cuatro das para limpiar, cocinar y preparar las
instalaciones donde se llevarn a cabo festejos matrimoniales. Aunque es una actividad mejor remunerada que
otras, la duracin de las jornadas, las horas de descanso y la carga de trabajo no estn establecidas y los
abusos son prcticamente infaltables. Por lo general quienes se emplean en esta labor no regresan a su casa a
dormir, sino que lo hacen en el lugar donde se lleva a cabo la celebracin. Son los primeros en llegar y los
ltimos en marcharse.
268
apunt uno de los ms pequeos. Como consecuencia los nios deben llevarse lo que han
recolectado a sus casas, pero con el calor y la humedad el olor se vuelve insoportable, la
basura atrae animales y provoca enfermedades. Cuando dejan sus bultos afuera de sus casas
alguien ms los roba o la lluvia los moja y ya no pueden vender el contenido. Algunas
veces los vecinos regaan a los nios y se inician peleas entre las familias.
Lo que Rajika defina como apoyo y cooperacin que antes haba entre los
mayoristas, dueos del gujri y los nios pareca haberse disuelto. En parte porque ahora
emplear nios/as puede algunas veces acarrear consecuencias, pero tambin porque el
negocio de la basura se ha vuelto ms redituable y la competencia ha incrementado. Cada
vez hay ms adultos migrantes que recolectan desechos en la zona y los mayoristas
prefieren evitar lidiar con nios/as que se organizan y estn respaldados por activistas. Los
nios/as pepenadores estaban perdiendo una relacin laboral que constitua adems sistema
de apoyo para conseguir prstamos que, aunque posiblemente beneficiaba ms a los
mayoristas
que
los
nios/as,
les
permita
enfrentar
momentos
de
crisis.
269
270
las carencias ms apremiantes o ejerciendo el poder y las facultades de quien genera sus
propios ingresos, preferan disfrutar de sus prerrogativas y haban desarrollado otros
intereses y gustos.
En Krishnapa Garden los mecanismos de la democracia participativa dejaban fuera
a la gran mayora de los nios/as trabajadores, porque stos no se sentan identificados con
la forma en que las problemticas estaban siendo encauzadas, y porque no tenan las
mismas herramientas y la confianza que los nios/as escolarizados para discutir, apelar a las
autoridades e involucrarse en las negociaciones. En el Rama Temple slum la mayor o menor
reticencia que los nios/as pepenadores mostraban frente a algunos discursos de los
activistas y ante la insistencia de organizar un comit del sindicato me parece que se deba,
en cambio, a que la nocin de responsabilidad y participacin que los activistas promovan
fallaba en reconocer y se contrapona directamente con las formas de responsabilidad y
participacin que los nios/as pepenadores ya ejercan como individuos miembros de una
colectividad con necesidades e imperativos especficos. En Rajika Nagar por otra parte,
muchos nios/as trabajadores estaban ausentes del sindicato porque ste (y los activistas
que lo promovan y sostenan en buena medida) haban fallado en ver que sus dinmicas de
trabajo se haban transformado y esto no slo les impeda disponer de su tiempo para
organizarse y asistir a las reuniones, sino que les impeda tambin conocerse y apoyarse
entre s, saber de los problemas de sus vecinos y reconocerse en ellos. Cada vez ms, los
nios/as trabajadores ms pequeos se empleaban en labores realizadas en mbitos
privados y menos visibles, como la construccin o el trabajo domstico. Los adolescentes
escolarizados con gusto cambiaban el desprestigio y el cansancio del trabajo pepenador por
la limpieza, el orden y el estatus del trabajo en un centro comercial o del chowdhri.
Aunque la experiencia de Rajika, Bala, Gouranji y otros jvenes que se haban
convertido en lderes infantiles probaban lo sumamente beneficiosas y emancipadoras que
podan llegar a ser las enseanzas, experiencias y capacidades construidas gracias a la
participacin en Bhima Sangha, no quedaba tan claro que estas se haban hecho o se haran
extensivas a la colectividad, ni que permitiran terminar con las relaciones de dominacin y
sujecin a las que los nios/as migrantes y trabajadores estaban sometidos dentro de sus
propias comunidades y grupos de casta y clase. Rajika y Gouranji (18 y 16 aos) probaron
que no es tan sencillo trascender las estructuras de gnero, clase y casta cuando intentaron
271
elegir por s mismas a sus compaeros sentimentales, llevar a buen trmino una carrera
universitaria en medio de fuertes penurias econmicas, las habladuras y la envidia de sus
vecinos, o tener un poco ms de libertad para decidir sobre sus vidas siendo mujeres
solteras en un contexto patriarcal extremadamente restrictivo. Al intentar ejercer su derecho
a decidir y a construir una vida ligeramente apartada de la pauta, ambas fueron
incomprendidas y juzgadas tanto por sus padres, familiares y vecinos.
272
Por una parte parecen haber cada vez ms casos de denuncia de explotacin y
trabajo infantil lo cual, a decir de los activistas, indica una mayor concientizacin de la
sociedad respecto de las consecuencias individuales, sociales y legales de emplear nios/as.
Tambin se postula que se est dando una mejor aplicacin de la ley, aunque esto con
frecuencia ocurre solamente en los casos ms evidentes y fciles de encausar (Nayak and
Rajesh 2009). Finalmente, el trabajo infantil parece haber disminuido considerablemente
pero cuando se analizan la cuestin a fondo se encuentra que esto se refiere a las
ocupaciones ms visibles (como hoteles, comedores populares, talleres mecnicos) y slo
para el rea conurbada de Bangalore. Al mismo tiempo, algunos activistas y acadmicos en
Bangalore y Nueva Delhi coincidan en que se haba estado dado un proceso de expulsin
de la mano de obra infantil hacia las afueras de la ciudad que invisibilizaba el trabajo
infantil y permita su clandestinizacin. Ningn activista o director de las ONG
entrevistadas estaba seguro de si la aparente disminucin del trabajo infantil en las ciudades
se deba a sus operaciones para redar centros de trabajo, rescatar a los nios/as trabajadores
y concientizar a la sociedad, o si esto se deba a un proceso de adaptacin que haba
desplazado los nichos de trabajo hacia las afueras de la ciudad, a las urbanizaciones
surgidas como satlites y a las zonas colindantes todava semi-rurales. Por lo tanto, si se
pudiera afirmar que el trabajo infantil ha disminuido, probablemente ha sido slo en las
ocupaciones y los sectores ms visibles. Es decir, ha disminuido en el mbito pblico que
est y ms expuesto a la vigilancia policial y ciudadana. Desafortunadamente no existen
datos certeros acerca de cuntos nios/as trabajan en la ciudad de Bangalore, y dada la alta
tasa de migracin infantil a la ciudad, calcular esto se vuelve todava ms difcil.
Lo que s puede decirse sobre el trabajo infantil es que durante la ltima dcada se
ha transformado en tres formas fundamentales. a) Se ha vuelto cada vez ms clandestino
pues los nios/as son empleados -algunos activistas sealan que cada vez con mayor
frecuencia- en una enorme variedad de talleres ilegales, fcilmente disimulables entre las
abigarradas calles de los slums. b) Se reproduce cada vez con mayor frecuencia a travs del
funcionamiento de redes de trfico de personas que reclutan a nios/as de comunidades
extremadamente marginadas para llevarlos a trabajar en sweatshops donde se fabrican todo
tipo de productos, casi siempre bajo esquemas de privacin de la libertad y trabajo esclavo
o bonded labour. c) El trabajo infantil femenino ha crecido al cobijo del mbito privado, a
273
El problema es que los inspectores del Departamento del Trabajo no tiene facultad para hacer nada cuando
encuentran casos de TI. No pueden cerrar los negocios de los empleadores, no pueden arrestarlos, ni quitarles
sus licencias. Lo nico que pueden hacer es abrir una demanda en su contra. Slo en algunos casos pueden
llevarse a los nios, si es que son menores de 14 aos. Pero incluso en el caso en el que despus de 3 4 aos
de que el inspector haya tenido que dar vueltas por la corte y luchar contra la burocracia y se demuestra que el
empleador viol la ley, lo nico que tiene que hacer es pagar una fianza y saldr libre inmediatamente.
Entrevista con L. Pendayala, director de APSA. Bangalore, diciembre 2012.
274
quedan como ideales, objetivos y estrategias aptas y aplicables slo para los nios/as que se
encuentran en las menos graves de las circunstancias. Durante mi trabajo de campo pude
observar decenas de intervenciones cotidianas llevadas a cabo con los nios/as de los slums
en los que los ideales de la democracia, y los mecanismos de la participacin y la
responsabilidad gubernamental eran ejecutables y producan resultados a corto plazo slo
con los nios/as escolarizados. Reclutar a aquellos que haban dejado la escuela o nunca
haban asistido a ella -se encontraran o no trabajando- y conseguir que tuvieran el grado
suficiente de organizacin, disciplina y perseverancia como para participar en las largas y
con frecuencia infructuosas empresas de reclamo, negociacin y resolucin de sus
problemas era prcticamente imposible. Los nios/as pepenadores del Rama Temple slum
fueron un elocuente ejemplo de esto. Los activistas por supuesto lo saban, por lo que
algunas organizaciones como TCFWC (surgida para empoderar a los nios/as trabajadores)
intentaban esforzarse para contrarrestar la tendencia de los nios/as trabajadores a
desaparecer de sus programas, aunque muchas veces por la urgencia de obtener resultados y
poder avanzar hacia nuevas fases del proyecto y seguir obteniendo financiamiento, estos
esfuerzos eran suspendidos o aminorados.
En otras organizaciones como Bachpan Bachao Andolan (BBA), basada en Nueva
Delhi, se reconoca abiertamente que los nios/as que no haban sido escolarizados y/o que
vivan en la calle, trabajaban por su cuenta y/o se auto-empleaban como pepenadores o
mendigos eran nios/as indciles, extremadamente difciles de gobernar. Desde su
perspectiva, estos son nios/as que no cuentan con ningn tipo de estructura y disciplina,
escolar o laboral, representaban para la organizacin un grupo con el que era prcticamente
imposible aplicar programas que permitieran obtener resultados concretos y mesurables.
As BBA destina sus programas de participacin democrtica y gobernanza infantil a los
nios/as escolarizados (es un requisito dejar de ser nios/as trabajador para poder formar
parte de las juntas de gobierno infantil y ser candidato en las votaciones infantiles), y sus
programas de rescate y rehabilitacin a los nios/as trabajadores que luego son repatriados
a sus lugares de origen, casi siempre en las zonas rurales.
Realmente no trabajamos con nios de la calle, porque es un grupo de gente muy diferente y
muy difcil, en el sentido de que cuando los nios trabajan en una fbrica hay un ambiente ah, hay
ciertos cdigos, mientras que en la calle no hay ningn cdigo preestablecido, tienen su propio
systemless system, y tambin hay muchas adicciones y problemas que nosotros no estamos
capacitados para manejar. As que no nos metemos, pero sabemos que hay un montn de trfico,
275
todos esos nios son traficados. Hemos hecho rescates en las calles y los hemos mandado de vuelta
pero no tenemos forma de garantizar que no sean trados de vuelta77.
77
Entrevista con M. Sandhya, coordinadora de programas en Bachpan Bachao Andolan. Nueva Delhi, enero
2012.
78
Entrevista con M. Sandhya, coordinadora de programas en Bachpan Bachao Andolan. Nueva Delhi, enero
2012.
276
277
en cualquier cosa. [] Vienen y nos ensean cmo trabajar, cmo vivir, cmo manejar nuestro
trabajo, cmo planear. Algunos de nosotros no sabemos hacer esas cosas. [] Inicialmente dijeron
que estaba bien con 10 rupias. Ahora dicen por qu no ahorras ms? Ahorra 50, 100, 200, 500,
1000 rupias! Dnoslas y nosotros las vamos a guardar por ti. Pero yo no tengo tanto dinero, es
difcil (ahorrar) cuando tienes hijos y tienes que comprar todo lo de la casa. No puedo dar ms de 10
rupias (2 pesos).
278
Comentario inscrito en una de las pginas web que dan a conocer el banco.
279
280
empleo y convertirse en el ideal de emprendedor que las ONG ansan. Mientras tanto
pasaba desapercibido que todos esos nios eran ya emprendedores que asuman, encaraban
y buscaban resolver los riesgos inherentes a la precariedad de sus ocupaciones y una vida
en los mrgenes.
Las actividades del banco infantil se compaginan con otro tipo de entrenamientos
que ciertas ONG, como Association for Promoting Social Action (APSA) en Bangalore y
Bachpan Bachao Andolan (BBA) en Nueva Delhi, realizan a travs de cursos y talleres de
empoderamiento y auto-administracin. Estn dirigidos a nios/as y adolescentes que son
trabajadores callejeros, migrantes que viven los slums y nios/as en desventaja que asisten a
la escuelas manejadas por la ONG. Consisten en ensearles cmo mejorar su capital social,
prepararse para la competitividad laboral, manejar sus ganancias y a saber priorizar las
necesidades y las responsabilidades sobre los lujos. Durante una de las sesiones que pude
observar en APSA se les enseaba a tomar conciencia y responsabilidad para utilizar
adecuadamente su dinero en el financiamiento de sus necesidades primarias como pago de
renta, alimentacin, materiales de estudio o de trabajo. Buena parte de la reflexin de la
profesora estaba orientada a mostrar a los nios/as que no bastaba con que ganaran dinero
si no saban usarlo responsablemente para mantenerse, contribuir a sus familias y mejorar
sus condiciones de vida. Por tanto, se desalentaba todo gastos superfluos y banales, o
incluso dainos como dulces, celulares, juguetes, entretenimiento o cigarrillos.
Se trataba del Programa de habilidades para la vida: empoderamiento y xito
juvenil 80 , desarrollado con el apoyo inicial de UNICEF y otras ONG nacionales e
internacionales como la International Youth Foundation y Youthreach-India, con el
financiamiento de las transnacionales General Electric y Wrigley. El programa parte del
principio de que un entrenamiento en habilidades para la vida basado en las necesidades
especficas de las distintas categoras de nios/as antes mencionadas, les permitir
enfrentar eficazmente el mundo competitivo. Se considera necesario este tipo de
entrenamiento porque estos nios/as se enfrentan a nuevos retos e impactos como la
falta de oportunidades, incapacidad de enfrentar la competencia, falta de empleo que se
ajuste a sus capacidades y porque se enfrentan con expectativas no cumplidas que
80
Informacin extrada de un folleto informativo y una presentacin de Power Point provistos por APSA.
281
Considero que todos estos ejemplos deben ser objeto de profundas reflexiones. Sin
nimo de subestimar los beneficios personales que estos programas pueden traer para
algunos nios/as creo que es fundamental abordar el tipo de entendimientos y concepciones
que conllevan sobre las causas de la desigualdad y el papel del individuo en la sociedad. No
slo favorecen una visin del individuo como algo separado de las estructuras sociales,
econmicas y polticas, confirindole un poder de agencia totalmente centrado en s mismo
y su entorno inmediato, sino limitado a las posibilidades que proporciona la capacidad
adquisitiva. Asimismo, inducen a pensar a las problemticas socioeconmicos como
acontecimientos puramente estticos y unidimensionales, sin atender sus particularidades
histricas y los procesos que las causan. Retratan los grandes problemas sociales como algo
81
Entrevista con Mrs. Vidhya, una de las instructoras de los cursos de Self-help y Self-managment en APSA.
282
sobre lo cual los individuos pueden llegar a ejercer un dominio absoluto si tan slo son
provistos de las capacidades necesarias, tienen un deseo genuino de hacerlo y logran reunir
un capital suficiente. As, lejos de dotar a los nios/as de las herramientas crticas y
prcticas que los ayuden a identificar, encarar y exigir la transformacin de las estructuras
de desigualdad que los orillaron a vivir en condiciones extremas de pobreza y a tener que
trabajar o vivir en la calle para poder sobrevivir, estas iniciativas se convierten en
tecnologas para la auto-suficiencia y el auto-gobierno que transfieren las responsabilidades
y los riesgos de la erradicacin de la pobreza y la inequidad a los propios individuos que se
busca desarrollar. Hacindoles creer que un poco de capital, una poco de preparacin
financiera y determinacin sern suficientes para vencer siglos de despojo, explotacin y
marginacin socioeconmica y poltica.
Ms all de querer transformar situaciones de pobreza y marginacin a partir de la
sola movilizacin y maximizacin de ciertas cualidades, habilidades y comportamientos
individuales, estas iniciativas para incentivar el ahorro y educar a los nios/as en la autosuficiencia, la responsabilidad financiera y la auto-administracin promueven la visin de
que la persistencia de la pobreza y las carencias econmicas de los nios/as que han sido
provistos de entrenamiento laboral y cursos de auto-ayuda, pueden ser ocasionadas a su
falta de visin financiera, y a su incapacidad para entender y actuar conforme a las
prioridades econmicas que deben regir la vida de un individuo auto-sustentable y
responsable. El centro del esfuerzo crtico y de intervencin no se sita entonces en la
explotacin econmica, la invisibilidad poltica o la desigualdad social que durante siglos
ha marginado a las comunidades de las que provienen los nios/as migrantes y/o
trabajadores que viven en las calles o en los slums, sino en el mbito de la subjetividad.
Donde resulta mucho ms fcil intervenir sin necesidad de confrontar las inequidades
polticas o de transgredir las relaciones de poder existentes, ni el status quo. Un mbito que
es tan intangible e ntimo que los procesos de intervencin y sus efectos inmediatos pueden
ser fcilmente adornados y tratados de modo que reflejen resultados inocuos, infalibles y
unvocos. Centrarse en las subjetividades y no en las estructuras permite adems que si las
intervenciones fracasan o resultan contraproducentes esto no implica mayor riesgo, pues es
difcil que haya una autoridad capaz de exigir explicaciones o llamar a la rendicin de
cuentas. Ms an si el material sobre el cual se trabaja e interviene son las subjetividades
283
de nios/as que son pensados como desvalidos o en desventaja, que han huido o han sido
abandonados, que han sido traicionados por sus padres o la sociedad, que nadie ms que las
ONG cuida o vigila, que constituyen meras vctimas, que necesitan ser rescatadas,
rehabilitadas y re-insertadas en la sociedad.
Finalmente, estos programas se fundamentan en una aceptacin irreflexiva, tcita y
pasiva de que es extremadamente difcil transformar las estructuras socioeconmicas de
inequidad y explotacin y, por lo tanto resulta mucho ms fcil, rpido, mesurable y
vendible intervenir para hacer creer a los nios/as que ejerciendo ms control sobre sus
vidas y sus ganancias podrn superar sus problemas. Para aquellos que no tengan la
capacidad o la suerte de aprovechar al mximo las oportunidades de empoderamiento y
emancipacin que se ofrecen, quedar la opcin de aprender a adaptarse y a vivir con la
marginacin y la precariedad, o a sobrellevar sus peores consecuencias.
284
82
En Bangalore se les conoce como Childrens Bala Mandir. Se trata de un refugio temporal, centro de
detencin y de rehabilitacin para nios en necesidad de cuidado y proteccin. En el distrito urbano de
Bangalore existen dos, uno para nios y otro para nias. Esta institucin depende del Women and Child
Welfare Department, del gobierno federal.
285
migrantes. Como ya he dicho antes, lo llamo rgimen porque me referir a una serie
especfica de prcticas organizadas a travs de las cuales los nios/as (y sus familias a
travs de ellos) son gobernados y alentados a gobernarse a s mismos. Comprenden desde
estrategias para la produccin de verdades y conocimientos, hasta mltiples formas para la
intervencin prctica, tcnica y calculada en los sujetos .
He decidido denominarlo rgimen de cuidado y proteccin de la infancia porque,
como postula Ticktin (2011), los regmenes de ciudado son discursos y prcticas
utilizados para gobernar a los sectores menos deseables de la poblacin buscando que el
cuidado logre conseguir todo aquello que mediante el gobierno no se ha podido garantizar.
Considero que este concepto es crucial para entender las observaciones en campo porque
nos permiten entender cmo se presentan a la benevolencia y la compasin (especialmente
cuando son escenificadas en contextos que se piensan como de extrema vulnerabilidad,
emergencia y victimizacin) como la solucin a problemas globales y estructurales que
ocasionan inequidad, explotacin y marginacin (Ticktin 2011). El concepto de rgimen
de cuidado nos permitir adems ver y explicar cmo son creados ciertas formas de pensar
e intervenir que propician que el actor poltico sea reemplazado por la vctima en el marco
de un rgimen de gubernamentalidad que tiene como objetivo y fundamento moral
objetivar, institucionalizar y aliviar el sufrimiento y la victimizacin. Aunque por lo
general, postula Ticktin, estos regmenes de cuidado trabajan ms para desarticular la
posibilidad de acciones ms amplias para el cambio colectivo, que para eliminar la
injusticia (2011:3).
Para abordar lo que considero constituye un rgimen de cuidado y proteccin de la
infancia es necesario explicar ciertas cuestiones fundamentales. La primera es cmo se
construyen las nociones de infancia vulnerable, en necesidad de cuidado y proteccin y
en riesgo, y cules son los efectos e implicaciones que tiene el colocar a los nios/as
migrantes y trabajadores dentro de estas categoras demasiado amplias, muchas veces vagas
e imprecisas83. En una sociedad tan desigual como la india, y Bangalore no es la excepcin,
83
Estas son etiquetas que de acuerdo a APSA (2012) comprenden tambin a los nios/as de la calle, vctimas
de violencia domstica, vctimas de abuso fsico o sexual, hijos de trabajadoras sexuales, abandonados o que
han escapado de su hogar, nios traumatizados o rescatados de situaciones peligrosas. Y de acuerdo a
BOSCO (2012b) incluyen a todos los nios trabajadores, pero tambin a los hurfanos, mendigos,
pepenadores, abandonados, abusados, explotados, perdidos, vctimas de abuso de sustancias y cuyos derechos
han sido violados.
286
estas etiquetas bien pueden incluir a una inmensa mayora de nios/as. Bsicamente, a
todos aquellos que no se conformen con el ideal normativo de infancia basado en nociones
modernas y etnocentristas de los pases desarrollados, y en los principios y valores
normalizados por la Declaracin Universal de los Derechos del Nio. Nio vulnerable o
en necesidad de cuidado y proteccin se convierten en nociones demasiado amplias y
abarcadoras, capaces de legitimar la intervencin en prcticamente cualquier circunstancia,
y precisamente por eso resultan tan ambiguas que pueden ser aplicadas de forma
discriminada y selectiva.
La segunda consiste en saber cules son las ideas que fundamentan y legitiman el
rgimen de cuidado y proteccin de la infancia y qu tipo de prcticas y tecnologas se
generan para el gobierno de las subjetividades infantiles y las poblaciones migrantes. Esto
requiere, por una parte, de entender a las intervenciones destinadas a cuidar y proteger
generan como una forma de intervenir para dirigir y moldear las subjetividades de nios/as
migrantes y trabajadores que, solos o con su familia, se han visto forzados por su situacin
socioeconmica a trabajar, mendigar y ejercer determinadas decisiones de vida, como
escapar de su hogar. Y por la otra nos lleva a reflexionar sobre la forma en que estas
estrategias para cuidar y proteger a la infancia vulnerable funcionan tambin como
tecnologas para el gobierno de la ciudad.
287
encuentran en Bangalore con su familia o no) y de los que migran solos desde las zonas
rurales huyendo de la pobreza y el maltrato 86 . As como para justificar y legitimar la
intervencin sobre las vidas y limitar el derecho a la movilidad de las familias migrantes
ms pobres que llegan a Bangalore o se han asentado ya en sus slums.
El programa de vigilancia callejera de BOSCO funciona mediante grupos de
activistas y voluntarios, denominados educadores callejeros, cuya labor consiste en
permanecer ocultos y pasar desapercibidos para vigilar distintas zonas de la ciudad.
Basndose en su experiencia y observando el comportamiento de los nios/as, stos
vigilantes identifican a los nios/as de apariencia sospechosa o fuera de lo normal. Por
ejemplo, nios/as que llevan el uniforme pero estn fuera de la escuela, o bien nios/as que
se encuentran desorientados y dan la apariencia de haber llegado recientemente a
Bangalore.
Si el nio no lleva ningn uniforme es mediante la experiencia de nuestros consejeros que
se puede identificar al nio. Ellos lo observan, observan su comportamiento. Por su comportamiento
pueden identificarlo, porque a veces va con sus compaeros y hace maldades y muestra mucha
confianza al hacer maldades. Es muy simple observarlo. Y por eso nos acercamos, hablamos con
ellos para entender qu pasa.
Esto es algo sobre lo que TCFWC ha denunciado y protestado varias veces ante los medios y autoridades
del Women and Child Welfare Department. Como protesta e ha negado a formar parte del Child Welfare
Committee, (formado por activistas de las Organizaciones No Gubernamentales ms prominentes y/o
ciudadanos con experiencia en el campo de la infancia) que es el que provee el sustento legal para las redadas
y operaciones de rescate de los nios/as.
87
Entrevista con M. Sen, BOSCO. Bangalore, mayo de 2011.
288
ellas porque han huido de sus hogares, provienen de familias fallidas o de baja
moralidad que pueden poner en riesgo o perjudicar el sano desarrollo de los nios/as88. En
BOSCO se parte de la idea de que lo que causa familias rotas o en crisis es una pobreza
material que encima se conjuga con una pobreza moral, pues los padres de los nios/as que
son redados para ser rescatados y rehabilitados, no slo son categorizados como pobres,
sino tambin como adictos, alcohlicos, explotadores de sus propios hijos, conflictivos e
ignorantes o faltos de educacin.
Muchos nios son hijos de coolies, de familias muy pobres. Los padres siempre van a querer
una ayuda extra por parte de los nios, muchas veces son adictos o alcohlicos, pelean mucho. Es
muy comn. La mayora de las veces esas son las razones por las que las familias se destruyen y los
nios escapan de ah y vienen a Bangalore.
De esta manera, organizaciones como BOSCO tienden lo que denominan una red
de vigilancia y proteccin que se extiende desde los hogares ms marginados y las
familias ms depauperadas y con dificultades econmicas y psicosociales de los slums,
hasta los rincones ms hacinados, las calles ms sobrepobladas, los andenes ms transitados
y las zonas comerciales ms ajetreadas de la ciudad. Esta es una estrategia que ciertamente
evita que muchos nios/as caigan en las redes de trfico y prostitucin que operan en la
ciudad. Pero dado que acta sobre una problemtica de proporciones tan inmensas90, sobre
88
289
la cual se requiere actuar con la mayor celeridad, de la cual se ocupan activamente sobre
todo las ONG y por lo tanto se le dedican tan pocos recursos humanos y monetarios, el
resultado es una escasez de tiempo y de posibilidades prcticas para analizar cada caso a
fondo y buscar otras alternativas a la aprehensin. As, decenas, posiblemente centenares,
de nios/as que se ven obligados a trabajar en las calles o pedir limosna pero tienen familias
y viven con sus padres en algn slum, tambin son rescatados y enviados a las
observation homes donde muchas veces son sometidos a distintas experiencias
traumatizantes. Para entender algunas de las formas en las que el internamiento y
procesamiento puede llegar a convertirse en una experiencia de disciplinamiento, e incluso
de castigo, para los nios/as rescatados es necesario mencionar que en los centros de
acogida han ocurrido graves incidentes de maltrato fsico y abuso sexual por parte de los
propios cuidadores y de otros nios mayores contra los que se encuentran internados
esperando el veredicto del CWC91 (Ferrara and Ferrara 2005). A esto se suma el hecho de
que el proceso de repatriacin de los nios/as a sus lugares de origen es llevado por
distintas agencias y estados simultneamente y est plagado de trmites burocrticos, lo que
hace que pueda tardar varios meses en los que los nios/as presentan sntomas de
depresin y violencia y durante los cuales muchas veces intentan escapar92.
As, decenas de nios/as trabajadores que, obligados por la precariedad econmica o
alentados por la total incapacidad del sistema escolar para atender sus necesidades y
retenerlos en las aulas, y que ejercen su poder de agencia al buscar otras formas de vivir y
participar en la dinmica familiar generando sus propios ingresos en las calles, son
percibidos como fuera de lo normal y concebidos como necesitados de ser rescatados
91
Durante mi trabajo de campo yo slo pude obtener un esbozo de esta violencia a travs de los testimonios
de un par de nios internados en el Boys Bala Mandir, pues nunca se me permiti entrevistarlos sin la
supervisin de un miembro del personal. Cuando inquir sobre esto a las autoridades del refugio y del CWC la
respuesta fue tajante: sucedi una vez tiempo atrs y no se haba repetido. Los activistas por otra parte se
dividan entre los incrdulos y los que decan estar trabajando para mejorar las condiciones de los nios
internos. Esta situacin no es nica de Bangalore, pues ha sido documentada con estremecedor detalle por
(Ferrara y Ferrara 2005) en el refugio infantil de la ciudad de Vijayawada. Lo que ellos describen son una
serie de abusos extremadamente graves, que a mi juicio en nada se diferencian a la tortura, que segn lo
reportado por los investigadores, ocurren sistemticamente y con total impunidad.
92
APSA es la organizacin que parece estar dedicando la mayor cantidad de esfuerzos y recursos a evitar que
la polica cometa abusos y violaciones a los derechos de los nios durante su detencin. Sin embargo esta
misma organizacin reconoce que el personal de las observation homes, que ellos describen como no
amigable y no capacitado es muy difcil de cambiar y por lo tanto no han actuado en ese sentido. Al mismo
tiempo, se da por sentado que toda detencin realizada por los activistas de las ONG se dar en cumplimiento
de los derechos humanos de los nios, pero esto es algo que no est comprobado.
290
por no conformarse con los estndares de lo que los activistas y la ONG considera una
infancia sana, adecuada y deseable.
En los ltimos dos aos hemos rescatado a ms de 6,500 nios cada ao. Es decir que en un
da rescatamos hasta a 30 40 nios. En un mes rescatamos hasta a 600 nios y slo de estos seis
lugares que te mencion. La mayora son nios migrantes y de los slums. De esos 6,500 nios al ao,
cerca de 4,500 son devueltos a sus casas. Cuando es en Bangalore vamos a las casas y hacemos
seguimiento, otras veces lo hacemos por telfono. Algunas veces los nios vuelven a huir pero
muchas veces por la red de proteccin que tenemos los volvemos a identificar93.
stos son nios/as migrantes y trabajadores que conciben y establecen sus propias
estrategias de sobrevivencia en un entorno socioeconmico extremadamente hostil y
desigual. Lo hacen la mayora de las veces empujados por la pobreza y la marginacin,
pero otras veces lo hacen porque trabajar en la calle (recolectando basura, vendiendo
dulces, peridicos, flores, boleando zapatos, realizando trucos en los semforos o
pidiendo limosna, por ejemplo) es una forma que ellos consideran ms libre, deseable,
segura y autnoma de sobrevivir que tener que someterse a los abusos y humillaciones de
los maestros, o a la explotacin y el maltrato de los empleadores en los talleres y fbricas y
de los patrones de familias de clase media y alta que apoyados en las jerarquas de casta
someten a las nias bajo su servicio a abusos verdaderamente oprobiosos.
Estos nios/as son los hijos de miles de migrantes de origen rural que llegan a
Bangalore para emplearse como mano de obra descalificada y barata en un mercado de
trabajo que explota no slo su fuerza productiva, sus cuerpos y sus tiempos para la
reproduccin vital, sino incluso sus posibilidades de proteger y garantizar que sus hijos
cuenten con el tiempo necesario para crecer y desarrollarse. Habiendo despojado a sus
padres de las posibilidades de asegurar un desarrollo alejado del trabajo y la explotacin,
estos nios/as son llevados a incorporarse simultneamente en el mercado informal de
trabajo cumpliendo con tres funciones extremadamente importantes. La primera consiste en
proporcionar a la ciudad pequeos servicios que contribuyen a la reproduccin econmica y
la supervivencia cotidiana de miles de familias de todas las clases sociales. La segunda es
hacer posible, mediante su propio esfuerzo, su dinero, su expoliacin y su desgaste, que sus
padres sobrevivan a dcadas de malnutricin, enfermedad y arduo trabajo para seguir
emplendose en el sector marginal y satisfaciendo la demanda de un mercado de trabajo
extremadamente violento y desigual. La tercera consiste en subvencionar con los ingresos
93
291
Finalmente, esta red ha probado ser bastante porosa, pues como vimos antes, varios
de los cerca de 6,500 nios/as rescatados y deportados de vuelta a sus comunidades
rurales por BOSCO vuelven a encontrarse poco tiempo despus en la misma situacin que
los hizo blanco de las operaciones de vigilancia callejera. Muchos de estos nios/as, la
gran mayora de los cuales son varones, aprenden rpidamente cules son los lugares donde
la vigilancia es ms intensa o difcil de eludir y simplemente dejan de frecuentarlos, o bien
aprenden a identificar a los vigilantes. Durante una charla breve en el Bala Mandir para
292
nios, Marappa un nio de unos once aos que viva con su madre y sus hermanos y que
haba sido rescatado y llevado a la institucin tutelar numerosas veces por trabajar en la
calle, nos confi a uno de los activistas de TCFWC y a m que algunas estrategias para
eludir ser rescatados incluan correr, esconderse, sujetarse de la mano del primer
transente que estuviera a su alcance fingiendo que era un familiar. Yo te conozco, alguna
vez habl contigo en la estacin le dijo Marappa al activista, quien le pregunt por qu no
haba corrido en lugar de hablar con l. Porque yo s que t eres de los que no agarran a
los nios.
El poder de decisin y de agencia que estos nios/as ejercen al llevar a cabo su
trabajo en la calle es algo que las ONG que intervienen slo en base al principio de
rescatar a nios/as vulnerables y potenciales vctimas no toman en cuenta, pues no
necesariamente sus estrategias de aproximacin e intervencin a la problemtica han
generado las posibilidades para verlas y comprenderlas. El reconocimiento e inclusin de la
capacidad de los nios/as para hacer ciertas elecciones y actuar en determinado sentido no
debe ser utilizada para justificar y conformarse con sus situacin, ni para simplemente
intentar paliarla, mucho menos para construir iniciativas que al intentar protegerlos y
salvarlos los victimicen y criminalicen. Una de las posibles races a esta contradiccin es
que los activistas y voluntarios tienen grados muy desiguales de preparacin, entendimiento
y sensibilizacin hacia la realidad y contexto en que los nios/as trabajadores y sus familias
viven y trabajan, hacia las circunstancias que los llevaron a migrar a Bangalore o sobre los
mecanismos de explotacin a los que estn sujetos.
Con frecuencia sus acciones y reacciones frente a los nios/as se ven influenciadas
por sus valores y visiones personales acerca de lo que la infancia normal y la familia
sana debe de ser. Esta situacin se torna an ms compleja cuando, apoyados en el
Juvenile Justice (Child Care and Protection) Act tambin conocido como JJ Act, que ha
creado y legitimado la categora demasiado amplia y ambigua de nios/as necesitados de
cuidado y proteccin, los voluntarios y activistas pueden llegar a detener a prcticamente
cualquier nio o nia que se encuentre fuera de la escuela o sin la compaa de un adulto.
Asimismo, el imperativo de actuar de acuerdo a el inters superior del nio tambin es
susceptible a los sesgos personales motivados por nociones de clase y de casta, pues al estar
sujeto a distintas interpretaciones segn el contexto y quienes habrn de aplicarlo, deja
293
El Juvenile Justice Act aprobado en el 2000 instituy la creacin de un Child Welfare Comittee en cada
distrito de India. El distrito urbano de Bangalore tiene dos, uno para los nios y otro para las nias, menores
de 18 aos. Existe otro ms para el distrito rural de Bangalore donde se resguarda a nios y nias.
294
sus necesidades bsicas y proteger sus derechos humanos (Nayak y Rajesh 2009:23). Estas
funciones son llevadas a cabo por el comit que dirige el CWC, conformado por activistas
de algunas de las principales ONG que trabajan a favor de la infancia y ciudadanos con
probada experiencia en el campo que se presentan a la convocatoria, que a su vez son
asistidos por los empleados del Childrens Bala Mandir, la mayora de los cuales no tienen
ninguna formacin o perfil profesional vinculado a estas tareas.
El CWC sin embargo, no tiene el poder para proceder judicialmente contra quienes
abusan o ejercen violencia contra los nios/as. Puede solamente requerir mayores
investigaciones, la intervencin de otras autoridades como la polica para que sta
determine qu acciones tomar y ordenar la intervencin de otros profesionistas como
consejeros y psiquiatras. En el caso de los nios/as trabajadores la mayora de sus
determinaciones implican recomendaciones para que los empleadores reparen los daos
causados a los menores pagando los salarios que no les fueron entregados, ms una suma
extra a modo de compensacin. Desafortunadamente esto rara vez se cumple, como se
puede ver en el documento de Nayak y Rajesh (2009). Por lo tanto aqu propongo que en
una gran cantidad de casos, el CWC termina funcionando ms como una instancia para la
vigilancia y le disciplinamiento de los nios/as y las familias migrantes ms pobres de
Bangalore que como un mecanismo de proteccin de la niez.
Nuevamente, sin restar la ms mnima importancia a los casos de abuso y maltrato
que el CWC atiende, aqu me referir a los casos que involucran a nios/as trabajadores que
fueron llevados a alguno de los Bala Mandir por considerar que deban ser rescatados. A
partir de una serie de visitas a los refugios destinados a nios y a nias para presenciar
algunas sesiones del CWC, pude constatar que la mayora de los nios/as detenidos son
migrantes, pobres y de casta baja. El procedimiento de rutina indica que el CWC debe
llamar a los padres o tutores de aquellos nios/as que han sido puestos bajo su tutela para
interrogarlos sobre las condiciones en que viven los nios/as y las razones por las cuales
estos fueron encontrados trabajando, se encontraban solos en la calle y/o haban dejado de
asistir a la escuela. En los casos que yo pude observar directamente, este procedimiento de
rutina que debera de servir para proveer al CWC con informacin que le permitiera tomar
una mejor determinacin respecto de cada caso, se converta en un juicio en contra de los
padres. Varias veces observ cmo los padres fueron regaados y acusados de negligencia e
295
irresponsabilidad por permitir que sus hijos trabajaran y estuvieran solos en las calles, o por
ser incapaces de proveerlos de educacin, vivienda adecuada y proteccin, e incluso de
actuar en contra de los derechos de la infancia.
Una de mis primeras experiencias con el CWC fue la de la detencin y presentacin
de Rekha y Suria, dos nias rajastanis de 12 y 16 aos, que haban sido detenidas esa
misma maana junto con su hermano, su padre (quien logr escapar pero se rompi una
mano al saltar del vehculo de la polica) y una anciana. El argumento era que su seguridad
e integridad estaba en peligro pues haban sido forzadas a mendigar. Poco import que su
padre y su hermano de 19 aos, se encontraran con ellas y de que su familia extendida,
junto con una comunidad de varias familias rajastanis vivieran bastante cerca, en un
pequeo slum que haban construido en un terreno baldo. La operacin para redar y
rescatar a las nias, y de paso detener a los adultos que se encontraban con ellas, se llev a
cabo luego de que alguien de la zona hiciera una llamada annima a la Child Line 95
atendida por personal de BOSCO, para denunciar un caso de explotacin infantil. BOSCO
solicit a su vez el apoyo de la polica, con quien se coordina para atender denuncias de la
Child Line, y conjuntamente realizaron las detenciones. Por la forma en que en el Bala
Mandir y el CWC todos daban por hecho que las nias estaban siendo obligadas a
mendigar, se hizo patente que no se haban llevado a cabo mayores indagatorias antes de
detener a las nias, sino que se determin unilateralmente que estaban siendo explotadas y
puestas en riesgo. Ellas, por el contrario, sostuvieron en todo momento que se encontraban
vendiendo mercanca en un semforo, que haca varios meses que la familia llevaba a cabo
dicha labor en el mismo lugar para poder sostenerse, y que slo la anciana (perteneciente a
la misma comunidad) detenida junto con ellas estaba pidiendo limosna.
El hermano que haba sido aprehendido junto con ellas, fue llevado inicialmente al
Boys Bala Mandir, donde un doctor determin que era mayor de edad. Al saberse esto, las
autoridades del refugio tenan dos opciones: enviarlo al Beggars Colony, la colonia de los
mendigos por haber violado el Anti Beggary Act, que prohbe la mendicidad. O liberarlo a
95
Child Line es un servicio telefnico gratuito y annimo que funciona a nivel nacional para recibir denuncias
sobre casos de abuso, trfico y explotacin infantil de cualquier tipo. A partir de estas denuncias se coordinan
distintas operaciones para el rescate, rehabilitacin y repatriacin de los nios/as en las que participan las
ONG, la polica y distintas instancias gubernamentales. En Bangalore la Child Line est dividida en tres
zonas. Las llamadas de la zona sureste de la ciudad son dirigidas a las oficinas de APSA, donde un grupo de
activistas atienden la lnea las 24 horas. La zona centro es atendida por la polica y la zona noreste por
BOSCO. Ver: www.childlineindia.org.in
296
manos de algn familiar que se presentara con una identificacin, para lo cual era necesaria
la firma del tercer miembro del CWC del Boys Bala Mandir, que coincidentemente
tambin era un activista de BOSCO, la organizacin que haba detenido al muchacho la
noche anterior. Pero como el activista de BOSCO que presida el CWC junto con otras dos
activistas no se present a la sesin de aqul da, el joven y la anciana rajastani fueron
trasladados al Beggars Colony (la colonia de los mendigos)96. Haba sido fcil que una
llamada annima levantara la sospecha de que dos nias estaban siendo objeto de
explotacin y abuso para que la ONG y la polica aplicaran todo el peso de la ley. Pero al
da siguiente, cuando el padre herido y la madre extremadamente angustiada se presentaron
con sus identificaciones emitidas en algn distrito rural del estado de Rajastan que
probaban su condicin de migrantes, listos para recuperar a sus tres hijos, el sistema no
funcion con la misma eficacia.
Antes de ser puestas en libertad y devueltas a su familia varios das despus, los
padres de Rekha y Suria fueron citados a varias sesiones durante las cuales los miembros
del CWC les hicieron ver, a regao limpio y citando siempre la Convencin Internacional
de los Derechos del Nio, su irresponsabilidad y negligencia por haber permitido que sus
hijas trabajaran en la ciudad y tuvieran que dormir (al igual que el resto de la familia y la
comunidad migrante) bajo una lona de plstico en un terreno baldo de Bangalore. La
angustia, el desconcierto y la humillacin a la que estos padres, dos campesinos migrantes
de casta baja, pobres y analfabetos fueron sometidos, ser posiblemente un recuerdo difcil
de borrar. Como difciles de componer seran seguramente tambin los cuantiosos gastos en
los que la familia se vio obligada a incurrir para pagarle a una brker cuya participacin
haba sido indispensable para sobornar a los oficiales del Beggars Colony, y conseguir
liberar al hermano y la anciana. La intervencin de la brker, una mujer cuya talla era la
suma de los cuerpos de la familia rajastani entera, no sirvi de nada en el CWC. Solamente
consigui enfurecer a la presidenta del comit, quien la amenaz con acusarla por intentar
lucrar con los problemas de las familias pobres.
96
El Beggars Colony es un establecimiento de nfima reputacin a donde son retenidas todas las personas
mayores de 18 aos que son sorprendidas (y logran ser aprendidas) violando la ley pidiendo limosna. Famosa
no slo por las terribles condiciones semi-carcelarias, en las que mantienen a los reclusos, sino por la abierta y
abusiva corrupcin de sus guardias y funcionarios.
297
Empero, esto no fue ni remotamente suficiente para ahuyentar a la obesa mujer, que
acech todava durante un par de das a la seccin la comunidad rajastani (que fluctuaba
entre las 15 y 25 personas) que se haba apostado afuera del Girls Bala Mandir, vigilando
da y noche, quisieran o no recibirlos. Los activistas de TCFWC, que prestaron ayuda a los
padres de Rekha y Suria, tampoco se atrevieron a pedirle a la mujer, que se apareca
cubierta de alhajas de oro y en compaa de su abogado, para mostrar su estatus y
profesionalismo, que dejara de seguir a la familia. Slo despus de un par de das de
perder su tiempo la brker, que les haba cobrado alrededor de 2,000 rupias (414 pesos) a
cambio de conseguir la liberacin del muchacho, se fue y no volvi. Su sola apariencia y
corporeidad, exageradamente contrastante con los lnguidos cuerpos de los campesinos
migrantes, haba sido para m la materializacin de la oprobiosa violencia y expoliacin que
se ceba sobre los ms pobres y desposedos.
Antes de irse, mientras las mujeres rajastanis acariciaban mis brazos, bromeando
sobre mis abundantes vellos y lunares, alabando mi plida piel, tocando mis aretes y mi
ropa, la mujer brker tom del brazo a la activista de TCFWC para apartarla del grupo y le
dijo que se cuidara de que las mujeres no la tocaran, que esa gente era sucia pues trabajaba
en la calle, dorma en la calle, se acostaban en cualquier lugar y no se baaban todos los
das. Pero sobre todo, no iban al templo. Los activistas me explicaron despus que mucha
gente de las castas altas cree que si son tocados por esa gente, sus dioses se enfurecern y
ellos empezarn a perder la buena fortuna, es decir el dinero, la salud, la prosperidad y el
bienestar de sus familias. Entonces por qu cuando me tocaron a mi, ella no dijo nada?
pregunt, porque eres extranjera, los extranjeros estn bien, no son de aqu, no entran en
ese orden, respondi uno de los activistas.
Cuando la brker no apareci ms la madre de las nias volvi a experimentar un
periodo de intensa angustia. Pareca no estar segura de que fuera buena idea prescindir de la
ayuda de alguien que, a sus ojos, tena el poder y la capacidad para hablar y negociar con
las autoridades. Lloraba constantemente, debilitada por haber decidido que no volvera a
comer hasta que sus hijas fueran liberadas. Mortificada por no terminar de entender la
razn por la que las haban detenido y por no poder convencerse, a pesar de las
explicaciones de los activistas, de que el lugar donde las retenan no era una crcel.
Resultaba fcil entender la angustia de la madre, que miraba con ojos angustiados el
298
edificio que exhiba ventanas cubiertas por barrotes y una puerta cerrada con un enorme
candado, guardada por una mujer de trato descorts que mostraba odos sordos y ninguna
sensibilidad a sus splicas para que le permitieran ver a sus hijas. Dentro del Bala Mandir
las reacciones de las cuidadoras y las mujeres del personal eran las de alguien para quien
este tipo de ruegos y exhortaciones son rutinarios.
Ante esta indiferencia, en una de las ocasiones en que el CWC estaba sesionando y
la madre fue citada para declarar (momento en que se le permitira ver a las nias), ella fue
admitida dentro del recinto para que esperara su turno. Estando en la sala de entrada, en
cierto momento la madre se top con la directora del Girls Bala Mandir. Sin pensarlo dos
veces se dirigi a ella, lgrimas en los ojos, hablando en un tono teido de splica y
desesperacin, intensificado y llevado a propsito al borde del llanto en un intento de
maximizar su poder de persuasin. Pidindole que los perdonara y le devolviera a sus nias,
que si lo hacan ellos se iran de Bangalore y nunca ms volveran. La madre se inclin
hacia el suelo, en un ademn para tocar los pies de la directora con las puntas de los dedos
que luego se llevara a los labios para besarlos. La directora reaccion dando
inmediatamente un paso hacia atrs, con un gesto de desconcierto que rpidamente se
convirti en un gesto de molestia. Oh please, dont do that. It doesnt work like this fue
su respuesta espontnea frente a un gesto que es una de las formas tradicionales ms
emblemticas de mostrar pleitesa y respeto a las jerarquas sociales en India. Pero dado
que tiene fuertes implicaciones sobre la superioridad de ciertas castas sobre otras, en el
contexto actual de las instituciones seculares y el Estado democrtico, se ha convertido en
un gesto polticamente incorrecto que, aunque todava muy usado en una amplia variedad
de contextos polticos, religiosos, sociales y seculares, para los nuevos representantes del
estado resulta incmodo y embarazoso. Sin embargo, este gesto representaba la nica forma
que la madre rajastani conoca para lidiar con una autoridad que se interpona entre ella y
sus hijas. Constituye el nico lenguaje que ella poda emplear para tratar con un aparato de
poder cuya lgica no nos haba quedado clara a nadie, que haba sometido a durante varios
das a una burocracia desconcertante y a una serie de audiencias donde se citaban trminos,
se hacan conjeturas y se ordenaban sesiones de counceling (asesora psicolgica) que para
una mujer campesina y analfabeta slo generaban ms confusin. La nica va que pareca
todava abierta y clara era la de postrarse frente a la autoridad ms alta para suplicar que las
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nias fueran liberadas, ofreciendo a cambio lo que los padres crean que en el fondo se
buscaba: que la familia abandonara la ciudad. Ese gesto era una muestra de las diferentes
maneras en las que las comunidades pobres y migrantes construyen desde los mrgenes sus
propias formas de pensar e interpretar al estado y al poder, de actuar y lidiar con l.
Quizs con el personal del Beggars Colony, afamados por su corrupcin, este tipo
de reverencias y muestras de sumisin hubieran funcionado, acompaados por una cierta
cantidad de dinero. Pero en esta ocasin la misin del Estado no era slo la de hacer valer
la ley, rescatando y protegiendo a las nias, sino tambin la hacer prevalecer un nuevo
orden para ensear y reformar a las familias marginadas. La directora le dijo a la madre que
el CWC terminara de investigar el caso de sus hijas y si todo estaba en orden las nias
seran devueltas. Por supuesto para la madre esto no era ningn consuelo, pues lo nico que
ella vea y lograba entender de toda la situacin es que sus hijas estaban encerradas en un
lugar que para ella se antojaba una crcel.
Luego de varios das de espera y unas cuantas sesiones de consejera psicolgica, el
CWC determin que las nias seran liberadas a cambio de que los padres presentaran siete
boletos de tren que le garantizaran al comit que la familia entera volvera a Rajastan. El
argumento era que los padres estaban siendo incapaces de proveer de proteccin y de una
vida adecuada a sus hijas, hacindolas trabajar y dormir en la calle. Por lo tanto, deban
volver a su lugar de origen. La presidenta del CWC se pondra en contacto con el CWC
local para asegurarse que se le diera seguimiento a esta familia y se garantizara que las
nias fueran rehabilitadas y los padres les brindaran cuidado y proteccin adecuados a
sus hijas.
Haba, desafortunadamente un serio impedimento para todo esto. El padre nos haba
contado que en su comunidad de origen, situada en uno de los estados ms ridos de India,
haca al menos una dcada que no llova en cantidades suficientes para sostener la
agricultura y haca alrededor de tres aos que faltaba agua incluso para beber. La familia
haba cavado dos pozos de ms de 200 metros de profundidad, pero haban durado poco. La
escasez de fuentes alternativas de empleo era tan acuciante como la de alimentos. A pesar
de que el CWC haba sido informado de esto su decisin fue irrevocable y determinante.
Cuando el padre de Suria y Rekha explic esto a la presidenta del CWC ella lo despach
diciendo que no crea en el cuento de la pobreza, pues el gobierno federal haba
300
implementado haca aos un programa de empleo temporal en las zonas rurales y que al
llegar el padre deba dirigirse inmediatamente con el Panchayat para que lo inscribieran en
algn esquema de ayuda.
El asombro que me caus la sentencia provena no slo del hecho de que para el
CWC la solucin a la supuesta condicin de vulnerabilidad a la que las nias haban sido
llevadas por sus padres era forzar a la familia entera a volver a un lugar en el que ni
siquiera haba agua para beber. Provena tambin del hecho de que la presidenta del CWC
haba construido todo el caso en torno a la negligencia de los padres, culpndolos por no
esforzarse para encontrar sustento en su regin de origen y por exponer97 a sus hijas a
mayores riesgos. La conclusin fue que haba que lidiar con padres fallidos que tenan que
ser reeducados y monitoreados de cerca por las instituciones del estado para garantizar la
proteccin de las nias.
Igualmente sorprendente fue constatar la enorme efectividad con la cual el estado
que pareca estar tan ausente del pequeo slum que esta comunidad migrante rajastani haba
habitado durante meses (y de otros tantos slums que habamos estado visitado), lograba
identificar, aprehender, procesar y expulsar a la familia de Bangalore con tal efectividad.
Una eficiencia que no hubiera sido posible sin el capital humano y econmico de las ONG
que haban participado durante la redada y procesamiento de las nias, sin su compromiso
con una labor moral y humanitaria y tampoco sin la legitimidad que provee enarbolar los
discursos sobre los derechos infantiles, la proteccin de la niez vulnerable y el inters
superior del nio.
Aunque la labor de repatriar a los nios/as migrantes y trabajadores rescatados
busca reunirlos con sus familias para ponerlos a salvo, probar que devolverlos a las mismas
regiones marginadas y familias agobiadas por la pobreza resolvern las causas que
obligaron a los nios/as a abandonar su hogar en primera instancia resulta mucho ms
difcil. En el caso de la familia rajastani que acabamos de ver la decisin de repatriar a la
familia result ser, desde mi punto de vista, no slo injustificada, sino punitiva. Al final lo
que consigui fue mostrar a los padres su incompetencia y negligencia parental, y
disciplinarlos restringiendo su derecho al libre trnsito dentro de su propio pas, valindose
de la legitimidad para salvaguardar los derechos de la infancia. La sentencia haba servido
97
Entrevista con Mrs. Meena Jain, presidenta del Child Welfare Committee. Bangalore, febrero de 2011.
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que funciona incluyendo y excluyendo al mismo tiempo. Es decir, otorgando valor a ciertos
individuos que deben ser protegidos y salvaguardados -los nios/as victimizados- al
mismo tiempo que niega valor a otros, en este caso a sus padres. Aunque ambos son
vctimas de violentas estructuras de desigualdad y exclusin, y distintos sistemas de
explotacin y despojo, a algunos individuos se les protege mientras que otros no slo son
abandonados a su suerte, sino hasta sealados y culpados. Se construyen as mecanismos y
discursos de compasin y salvacin que se aplican de manera selectiva a favor de quienes
se considera vctimas merecedoras de ayuda (Sznaider 1997). Y al mismo tiempo se
generan distintos grados de proteccin y de exclusin que colocan a los padres como
vctimas no legtimas (Ticktin 2011) de la compasin y ayuda de las entidades
humanitarias y estatales.
Casos como los aqu descritos en los que se culpabiliza a padres migrantes y
familias depauperadas por los fracasos del estado y el sistema econmico, en los que se
interviene en las dinmicas cotidianas, en las decisiones privadas, se afectan las actividades
econmicas y la libertad de movimiento de las familias migrantes, revelan la existencia de
regmenes de gubernamentalidad que tambin funcionan para vigilar, disciplinar y dirigir
las vidas y las subjetividades de los migrantes ms marginados de la ciudad de Bangalore.
Es decir, se convierten tambin en tecnologas para el gobierno de la ciudad.
El recuento de este tipo de casos podra seguir a lo largo de varias pginas ms. sin
embargo estos detalles son suficientes para entender la construccin y funcionamiento de lo
que aqu he llamado regmenes de cuidado y proteccin que poseen la facultad de incluir
en sus prcticas a ciertas poblaciones y excluir a otras, propiciando una divisin entre
quienes deben ser considerados individuos merecedores de ayuda y quienes sern en la
vasta categora de quienes no son dignos de la ayuda y compasin, ya sea del estado o de
las ONG. Considero adems que estas tecnologas, junto con las que discutimos en
apartados anteriores, sirven como mecanismos para instaurar una nueva clase de
gubernamentalidad segmentada que implica ms responsabilidad para algunos y una abierta
represin para otros (Fraser 2003:30). Una gubernamentalidad dual donde quien todava es
capaz y competitivo es conminado a auto-regularse, a responsabilizarse y a maximizar sus
habilidades, al tiempo que se crea un sector marginal de excluidos sin aspiraciones ni
303
potencial al que le es negada toda ayuda y queda, por tanto, condenado al rechazo y la
exclusin. O incluso a ser expulsado de la ciudad.
Lo revelado por el CWC result ser tan contradictorio como esclarecedor. Un
rgano compuesto por activistas de las Organizaciones No Gubernamentales APSA,
Paarinam y BOSCO que, al hacer cumplir las leyes del Estado y operar desde sus
instituciones e infraestructura (el Childrens Bala Mandir), terminan fungiendo como sus
agentes. La legitimidad legal de sus acciones deriva de la ley denominada Juvenile Justice
Act, pero la legitimidad moral que sustenta parte de su quehacer cotidiano como vigilar,
aprehender y rehabilitar a los nios, deriva del discurso internacional de corte moralista y
humanitario sobre la proteccin de la infancia vulnerable y en riesgo.
Lo profundamente inquietante y significativo de este episodio es que muestra cmo
y hasta qu punto los objetivos e intereses de algunas ONG (y a travs de ellas de las
entidades civiles y empresariales que las financian), estn tan signados por un inters de
vigilar y controlar a las poblaciones empobrecidas expulsadas de las regiones rurales que
cada da llegan por miles a las ciudades en busca de empleo, que sus acciones terminan
emulando o, incluso, sustituyendo a las del Estado. Se convierten as en lo que, siguiendo a
Ferguson y Gupta (2002) llamaramos nuevas modalidades de gobierno, que contribuyen a
disgregar el espacio de la gubernamentalidad, a separarlo en funciones distintas y
diversos niveles en los que el Estado es slo uno ms (Fraser 2003:28). As, terminan
ejerciendo algunas de las operaciones de gubernamentalidad del Estado y, lejos de
evidenciar que su poder y presencia se desvanece o debilita, nos revelan que las nuevas
estrategas de disciplinamiento y regulacin lo hacen incluso ms efectivo y flexible, pues
ahora trabaja mediante poderes y voluntades que provienen de una coleccin dispersa de
entidades locales, nacionales y globales (Fraser 2003:29).
Gracias a estas ONG, cuyos discursos son eminentemente moralistas y
humanitarios es decir, que centran sus acciones en moldear y disciplinar las
subjetividades de aquellos que deben ser rehabilitados, desarrollados y empoderados-, al
Estado le est siendo posible llegar a los mbitos de la vida laboral, personal y familiar de
los nios migrantes a los que sus instituciones y oficiales nunca antes lo haban llevado.
Puede ahora llegar tanto a los camellones, estaciones de tren, esquinas, traspatios, talleres
clandestinos y basureros, como a la intimidad de las chabolas. Alcanzar cada rincn de esa
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multiplicidad de pequeos mrgenes dispersos por la geografa de la ciudad donde los nios
migrantes sobreviven y trabajan.
Con estas acciones las ONG no slo toman en sus manos el cumplimiento y la
administracin de la ley para la proteccin de la juventud y la infancia, sino que
contribuyen a reafirmar la presencia del Estado, su poder y sus prioridades. Es a travs de
las redadas y aprehensiones que algunas de stas llevan a cabo, que la mayora de los nios
y sus padres se enteran que existe una ley que prohbe el limosneo o que impide a los nios
trabajar. Al mismo tiempo, estas ONG se valen del discurso internacional sobre el cuidado
y la proteccin de la infancia pobre y en riesgo para legitimar sus acciones, as como
para construir una separacin irreal entre lo humanitario y lo poltico. De este modo, nos
dice Agamben (1998), los derechos humanos que slo tenan sentido como presupuesto de
los derechos del ciudadano, se separan progresivamente de aqullos y son utilizados fuera
del contexto de la ciudadana.
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Conclusiones
A lo largo de esta investigacin hemos explorado los modos de vida y las
experiencias de trabajo de un grupo nios y nias que junto con sus familias y algunos
miembros de su comunidad han migrado a la ciudad de Bangalore en busca de
oportunidades de empleo y nuevas fuentes de ingreso. Se ha buscado dar un papel
preponderante a las experiencias, los testimonios y las representaciones de los nios/as
acerca de sus propias vivencias, de los fenmenos y de los acontecimientos de los que
forman parte no solamente porque esta constituye una postura metodolgica fundamental,
sino porque hemos partido del principio de que los nios/as son actores sociales
fundamentales y toda investigacin debe buscar la forma de reflexionar y construir sobre
este punto. Por tanto se han buscando nuevas formas de generar conocimiento
antropolgico que abran nuevos espacios epistemolgicos y metodolgicos, as como
nuevas formas para construir el dilogo y el conocimiento entre el investigador y los
sujetos.
Para esto no ha bastado con recoger o documentar las voces y las experiencias de
los nios/as, sino que ha sido necesario colocarlos como el centro de la reflexin terica y
etnogrfica, construyendo una etnografa que no busque simplemente documentar las
especificidades y consecuencias que los fenmenos estudiados tienen en la infancia, sino
generar una reflexin terica y una postura etnogrfica desde la infancia. Esto es,
construyendo a partir de la especificidad, unicidad e importancia de la postura terica y
epistemolgica en la que la infancia nos pide colocarnos. Poniendo en el centro el tipo de
conocimiento, anlisis y reflexiones a las que la infancia tomada como un concepto, una
categora y una metodologa nos hace llegar.
Por tanto, aqu he argumentado no slo que los nios/as son actores importantes en
los fenmenos sociales de la migracin y la explotacin laboral o en la forma en que se
(re)producen el poder, el estado y la hegemona; sino tambin que pensar estos fenmenos
a travs del prisma de las experiencias y las representaciones infantiles nos permite
construir reflexiones y perspectivas que son de gran relevancia para una comprensin ms
vasta y completa de estas problemticas y de las sociedades contemporneas. Por tanto he
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buscado mostrar a lo largo de esta investigacin que los nios/as migrantes y trabajadores
nos ofrecen nuevas formas de entender cmo se perpeta la explotacin laboral en
contextos donde la desigualdad de castas se conjuga con la desigualdad de clase, de gnero
y de edades para generar formas muy particulares de sujecin, dominacin y extraccin del
valor que el capitalismo flexible ha sabido aprovechar y reproducir en su beneficio.
Ha sido slo gracias a las experiencias y a la oportunidad que los nios/as nos
ofrecen de situarnos en un lugar epistemolgico y metodolgico nico que nos ha sido
posible entender cmo la explotacin capitalista es capaz de incorporar en la cadena de
explotacin y de extraccin de valor a quienes no han tenido siquiera la oportunidad de
completar su desarrollo fsico ni de encontrar otras posibilidades y espacios para
desarrollar, consolidar e invertir sus capacidades y potencial social, cultural y productivo.
Aqu hemos mostrado que estos nios/as estn siendo despojados por la explotacin y la
marginacin propias del capitalismo flexible hasta de la posibilidad misma de vivir una
infancia regida por los ritmos propios del desarrollo biolgico y los procesos de
socializacin previstos por su sociedad y su cultura. Estos nios/as trabajadores son
explotados mucho antes de haber podido consolidar su capacidad productiva, Cumpliendo
demasiado prematuramente con responsabilidades de los adultos, deben cuidar de padres
endeudados, desempleados, enfermos o envejecidos, sustituyendo as las funciones de un
estado que debera de proveer a sus ciudadanos ms marginados de los satisfactores bsicos
y de las estructuras econmicas que les posibilitaran hacer valer sus derechos humanos ms
elementales. Estos nios/as terminan adems reemplazando las funciones de un mercado
incapaz de proveer a las poblaciones ms desfavorecidas de las posibilidades de obtener
ingresos suficientes para cubrir los crecientes costos de reproduccin de la vida familiar y
comunitaria. Individuos y poblaciones que quedan expuestas a una explotacin voraz y a
una opresin conjugada (Bourgois 1998) en la que las relaciones de explotacin capitalista
se superponen y agravan a las relaciones socioculturales y polticas de dominacin,
generando una experiencia de opresin mucho ms compleja y difcil de trascender.
Para poder comprender a profundidad esta situacin se construy una ruta
etnogrfica que da inicio en los slums de Bangalore, con el objetivo de mostrar la
importancia que ha tenido la presencia de los migrantes internos en la configuracin y
desarrollo de esta urbe como ciudad transnacional y como eje de la industria de la
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tecnologa en India. Se plante que los slums constituyen una ventana etnogrfica de gran
relevancia para entender que los mrgenes (urbanos, econmicos, sociales) son centrales
para la produccin y reproduccin del capitalismo flexible en Bangalore. Se discuti que
los nichos de prosperidad creados por el neoliberalismo no pueden subsistir ni reproducirse
sin aquellos sectores o mrgenes que han sido excluidos de los beneficios y prerrogativas
de este modelo econmico. Estos dependen y se benefician directamente de un conjunto de
slums que los proveen de una reserva permanente de mano de obra descalificada,
desorganizada y extremadamente barata, que trabaja subcontratada, desprovista de toda
garanta laboral y permanece en el mercado informal de trabajo.
Se propuso que los modos de vida y de supervivencia econmica que generan los
migrantes nos permiten entender cmo se generan distintas condiciones de modernidad y
desarrollo. Pero tambin que el rgimen postfordista funciona mediante un sofisticado
modelo de acumulacin flexible que se articula con violentos mecanismos de explotacin y
despojo que abarcan desde la extraccin de valor a travs de la precarizacin y la
flexibilizacin laboral, hasta la construccin de nuevos aparatos de poder que aseguran la
sujecin de los sectores marginados mediante ciertos regmenes de gobierno.
Los slums constituyen interesantes oportunidades para entender las mltiples formas
en que el neoliberalismo se ha ido adaptando a determinados contextos locales, generando
nuevas formas de produccin y explotacin econmica, as como nuevas posibilidades para
el ejercicio del poder. Nos ayudan a entender mejor la lgica y el funcionamiento del
capital, pero tambin del estado y de la hegemona. Postulando a los slums como los
mrgenes de la sociedad y de la ciudad, como los sitios donde se encuentran aquellas
poblaciones que deben ser educadas y convertidas en sujetos adecuados del estado, hemos
buscado observar y mostrar mejor los procesos mediante los cuales se construyen y
moldean nuevas subjetividades y tecnologas de gobierno. Hemos planteado a los mrgenes
como los sitios donde se crean y reproducen espacios sociales, econmicos y polticos que
son regulados de manera distinta por el estado y por diversos actores no-gubernamentales.
Entendiendo a los slums como la periferia territorial y simblica (Das y Poole 2004), se
les plante como los sitios en los que el estado y otros actores no-gubernamentales
intervienen para crear nuevas subjetividades y ciudadanos adecuados a proyectos
especficos de gobierno. Se argument tambin que los slums deben ser entendidos no
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como espacios de carencia, sino como espacios dinmicos donde son producidas y
recreadas nuevas estrategias econmicas y nuevas subjetividades. Se ha propuesto el
concepto de flexible slums para poder enfatizar en estos lugares y quienes los habitan
como espacios donde se crean y recrean nuevas formas de construir y habitar la ciudad, as
como de nuevas estrategias econmicas y formas de trabajo.
En este contexto de produccin y (re)produccin del espacio urbano, de estrategias
econmicas y de nuevas formas de vida en la ciudad de Bangalore que se han situado en
primera instancia las experiencias de los nios/as migrantes y trabajadores. Se ha
argumentado que los nios forman parte fundamental de las estrategias econmicas y las
formas de vida que permiten a las familias migrantes de origen rural adaptarse a la vida y
los ritmos de trabajo en la ciudad transnacional, ya que posibilitan que las familias
migrantes diversifiquen sus tiempos y posibilidades productivas, cubran nuevos mercados
de trabajo, minimicen los periodos de desempleo y aporten valiosos ingresos.
A lo largo del tercer captulo exploramos los pormenores del trabajo pepenador al
que se dedican muchos nios y nias migrantes que habitan en los slums de Bangalore. Se
postul que esta es una actividad apreciada por los nios/as en tanto que les da la libertad
de regular su trabajo y su esfuerzo como a ellos les parezca conveniente, librndolos del
maltrato y abuso de un jefe o empleador. Aunque no los libera de la coercin y el provecho
que sacan de su trabajo los mayoristas que les compran los desechos reciclables. Vimos que
muchos nios/as se dedican a la recoleccin de basura a pesar de que ellos y su comunidad
consideran a esta ocupacin como deshonrosa y denigrante, por una parte porque sus
familias se encuentran bajo una enorme presin por cubrir importantes deudas que han
adquirido previamente en sus comunidades de origen y que de no poder pagar perjudicaran
an ms el honor y el prestigio de los padres y, por ende, de la familia. Y por otra parte
porque al poseer un estatus inferior, subordinado completamente a la jerarqua patriarcal y
familiar, algunas veces los padres no consideran grave que el prestigio de los nios/as se
vea afectado (aunque a stos s les afecte en su vida y relaciones cotidianas con otros
nios/as de su edad); o porque el momento de estos nios/as para ser reconocidos como
miembros plenos de la comunidad con un estatus propio se piensa en el futuro, como algo
que vendr ms adelante.
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Por su parte, los nios/as pepenadores asumen los costos del desprestigio con dos
finalidades: posibilitar o contribuir a la supervivencia de su familia en el contexto de un
estado que ha sido incapaz de proveerlos del bienestar mnimo, coadyuvando a financiar los
proyectos y obligaciones econmicas familiares en un mercado de trabajo extremadamente
explotador y desigual, en el que su precariedad y vulnerabilidad son convertidas en
ventajas competitivas. En segundo lugar asumen los costos del trabajo y del desprestigio
para evitar que sus padres sufran las consecuencias del desprestigio que implicara no poder
cumplir con sus responsabilidades sociales o saldar los compromisos financieros
adquiridos. Esto puede ser entendido como una conjuncin de cario y responsabilidad,
pero tambin como el reconocimiento y obediencia de las jerarquas etreas que existen
dentro de la familia y la sociedad a las que los nios/as pertenecen.
No obstante, una de las conclusiones de esta investigacin es que el trabajo infantil
no se reproduce y emigra del campo a la ciudad meramente como una estructura cultural
o tradicional que se empea en persistir, sino que el trabajo infantil surge, se transforma,
adapta y reproduce tambin como un medio, una herramienta y una de las pocas estrategias
que las poblaciones migrantes tienen para adaptarse a las condiciones de precariedad
laboral y econmica impuestas por el capitalismo. Para entender esto se ha discutido que
para muchas familias rurales el trabajo infantil no se vuelve una necesidad hasta que se
migra a la ciudad, o que la naturaleza del trabajo que los nios/as realizan en sus
comunidades rurales junto con sus familias (aunque ste los ocupe todo el da y tenga una
carga considerable de actividad fsica), rara vez los explota y perjudica como el trabajo que
se da bajo el rgimen de produccin capitalista. Es decir que el trabajo infantil no es en s
mismo el problema ni la fuente de la explotacin, sino las condiciones y los ritmos en los
que los nios/as se ven obligados a realizarlo.
Este trabajo ha apuntado por tanto que el trabajo de los nios/as pepenadores que
han migrado del campo a la ciudad se debe entender no slo atendiendo al papel
sociocultural y al funcionamiento econmico de la familia campesina migrante, sino
poniendo atencin a cules son las transformaciones a las que el trabajo infantil se somete
cuando ste deja de desarrollarse en el marco de la economa agrcola. Es decir, cuando se
produce la apropiacin sin proletarizacin del campesinado ms pobre que propicia el
surgimiento en la ciudad de las masas apropiadas, que viven en los mrgenes de la sociedad
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tareas ms lucrativas, para cobrar cada vez ms valor y sentido por la capacidad individual
de los nios/as para generar ingresos. Si en muchas sociedades rurales/campesinas el
trabajo de los nios/as es considerado como una contribucin a la reproduccin del hogar y
parte de un sistema de intercambio recproco mediante el cual los nios/as reciben
alimentacin, cobijo, proteccin, educacin, posiblidades de matrimonio y heredan
propiedades, cuando los nios/as se insertan al mercado laboral urbano su trabajo cobra un
valor cada vez mayor como una responsabilidad individual para generar ingresos o para
financiar gastos producto de nuevas necesidades y exigencias. Se convierte en una
actividad que los nios/as pueden y deben llevar a cabo de manera individual y no
necesariamente en el contexto de un proceso productivo familiar, por lo que su contribucin
a la familia y a la subsistencia familiar es definida crecientemente en base a criterios
monetarios y no tanto por un sentido de participacin en un proyecto comn o en base a
una relacin de co-pertenencia.
De modo que el trabajo infantil se convierte en un objeto de explotacin mercantil
(Morice 2000), pero esto con frecuencia permanece invisibilizado por dos razones, porque
las actividades que realizan son consideradas aprendizaje o de menor importancia, y
porque lo que lleva a los nios/as a trabajar en primera instancia es una obligacin moral
y/o una responsabilidad de retribucin econmica de lo que sus padres han invertido en
ellos. En este contexto, el sentido original que el trabajo infantil ha tenido tradicionalmente
como una estrategia de reciprocidad hacia los mayores y como una fuente de creacin de
riqueza que se transmite entre generaciones, funciona cada vez ms como un mecanismo de
naturalizacin o normalizacin de la explotacin infantil en el contexto del capitalismo
flexible. A medida que el nio/a y sus actividades econmicas cobran un mayor valor
monetario ms inmediato en el mercado, su trabajo se vuelven parte fundamental de las
estrategias de supervivencia de las familias migrantes en la ciudad.
Esta transformacin y adaptacin del trabajo infantil al contexto del mercado
laboral neoliberal y el capitalismo posfordista no es una cuestin menor. Es posiblemente
una de las razones por las cuales en muchos pases el trabajo infantil no ha disminuido a
pesar de que la tasa de pobreza ha ido decreciendo, como es el caso de Brasil (Grugel and
Poley 2012). Lo que aprendemos a partir de este tipo de casos es que la transformacin del
trabajo infantil de un contexto de produccin familiar a una participacin econmica
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que el neoliberalismo debe ser abordado y estudiado a partir del conjunto de tecnologas y
prcticas de subjetivacin y de sujecin que contribuye a generar.
En este tenor resulta de gran importancia estudiar y analizar las distintas
intervenciones y programas generados por distintos actores estatales y No Gubernamentales
(ONG) dedicadas a asistir, empoderar, cuidar, rehabilitar y proteger a la infancia migrante y
trabajadora. En los captulos cuarto y quinto nos hemos enfocado en una serie de prcticas,
discursos, intervenciones y concepciones que conforman ciertos regmenes de
gubernamentalidad de la infancia. Al poner nuestra mirada en los nios/as y centrando
nuestra reflexin en lo que a ellos y a propsito de ellos acontece hemos podido entender
algunas de las formas ms sutiles y subjetivas en las que se construye y opera la
gubernamentalidad neoliberal, y el papel que en sta juega una lgica centrada en la
promocin del capital humano y las capacidades del individuo para auto-gobernarse. Ha
sido gracias a pensar a los nios/as como actores sociales y a algunas de las intervenciones
que sobre ellos se llevan a cabo, que se ha podido mostrar cmo la gubernamentalidad
neoliberal tambin se construye y se consolida a partir de una serie de tecnologas y
racionalidades de gobierno que promueven tanto la creacin de nuevas subjetividades
infantiles como la sujecin de determinados sujetos a prcticas y disciplinas especficas.
Aqu se describieron y discutieron de dos regmenes de gobierno denominados
'regmenes de cuidado y proteccin de la infancia' y 'regmenes de ciudadanizacin infantil'
con el fin de ayudarnos a entender de manera ms clara las formas en que hoy se
problematiza y se intenta gobernar no slo a los nios/as migrantes y trabajadores, sino
tambin a las comunidades a las que stos pertenecen. Se parti del postulado de que el
gobierno se logra a travs de una multiplicad de actores y agencias ms que a partir de un
aparato centralizado de estado y que por tanto ste comprende no slo a la forma y los
mecanismos mediante los cuales se ejerce la autoridad sobre los otros, sino tambin la
forma en que nos gobernamos a nosotros mismos. Por lo tanto, entender las formas
contemporneas mediante las cuales se gobierna a la infancia migrante y trabajadora
requiri de analizar aquellas prcticas puestas en marcha por distintos actores estatales y
no-estatales que buscan moldear, esculpir, movilizar y trabajar a partir de los deseos, las
elecciones, las aspiraciones, las necesidades y los estilos de vida de los individuos y los
colectivos (Dean, 2006).
317
318
de gobierno. Por lo tanto, se ha postulado que los esfuerzos de las ONG que construyen
intervenciones para la re-socializacin de los nios/as y sus comunidades deben entenderse
en el marco de un rgimen de ciudadanizacin que busca educar a las familias y
comunidades rurales de las que provienen los nios/as en los valores de las democracias
liberales.
Se ha mostrado no obstante que estos esfuerzos por promover nuevas subjetividades
preocupadas por mejorarse a s mismas y convertir a los nios/as en los actores del
desarrollo, algunas veces parecen terminar ms bien en estrategias que los alientan a asumir
la responsabilidad de buscar las soluciones a sus propios problemas y a acostumbrarse a
lidiar con un sistema poltico en el que con frecuencia hay que ceder y conformarse con las
dinmicas burocrticas, los acuerdos polticos vigentes y con lo que la autoridad est
dispuesta a conceder. Tambin en los casos en los que los nios/as consiguen (casi siempre
parcialmente) que algunas de sus demandas sean atendidas, la experiencia de aprender a
conformarse, ceder, adaptarse y moverse en el sistema parece tener tanto peso como la idea
promovida por las ONG de hacer al estado responsable. No se trata de subestimar el
potencial que estas experiencias puedan tener en los nios/as que experimentan la
posibilidad de lidiar con autoridades y exigirles el cumplimiento de sus derechos
constitucionales. Pero dado que las organizaciones infantiles (como el sindicato de nios/as
trabajadores) y las propias ONG tienen tan poco potencial para subvertir las relaciones
estructurales de subordinacin, sociales y polticas, les resulta mucho ms fcil enfocarse
en la transformacin de las subjetividades individuales y lo que consideran los aspectos
nocivos de la cultura comunitaria. A la par de estas experiencias se construye una
dimensin en la que se visualiza a los nios/as sujetos que deben interesarse por cambiar
por s mismos sus condiciones de vida, volvindose actores auto-suficientes y autoregulados que toman en sus manos las tareas y oportunidades de desarrollo y bienestar que
corresponden al estado y al mercado.
La mayor irona es que el sujeto del bienestar y del desarrollo ha dejado de ser el
nio/a como beneficiario de las polticas del estado. Hoy se plantea a los nios/as como los
actores del desarrollo, responsables por aportar progreso y crecimiento a la nacin y por
encontrar sus propias vas personales y comunitarias de superacin. Pero si esto no es
aplicado a la par de polticas sociales estructurales capaces de contrarrestar la marginacin
319
y la exclusin, estos nios/as difcilmente podrn disfrutar de los frutos del desarrollo y
crecimiento al cual deben contribuir. Esto no es, desde luego, algo de lo que activistas y
ONG no se hayan percatado, sin embargo es difcil encontrar en estos crculos una
reflexin sobre la enorme influencia que el lenguaje del desarrollo y la retrica sobre la
democracia liberal tiene en sus proceso de educacin y socializacin de los nios/as, as
como hasta que punto sus propias agendas pasan por la creacin de ciertos tipos de
ciudadanos que deben responsabilizarse por s mismos, sus problemas y su entorno.
La mxima manifestacin de este tipo de intervenciones se encuentra en los bancos
infantiles de ahorro y los grupos de auto-ayuda. Programas dirigidos a que los individuos
puedan cuidar de s mismos, alentndolos a asumir nuevos niveles de responsabilidad en
su vida y convertirse en expertos en el manejo de su propio capital humano para ampliar su
calidad de vida (Fraser 2003:30). Sin embargo, estas intervenciones no slo favorecen una
visin del individuo como algo separado de las estructuras sociales, econmicas y polticas,
confirindole un poder de agencia totalmente centrado en s mismo y su entorno, limitado a
las posibilidades que proporciona su capacidad adquisitiva. Asimismo, inducen a pensar a
las problemticas socioeconmicos como acontecimientos puramente estticos y
unidimensionales, sin atender sus particularidades histricas y los procesos que las causan.
Retratan los grandes problemas sociales como algo sobre lo cual los individuos pueden
llegar a ejercer un dominio absoluto si tan slo son provistos de las capacidades necesarias,
tienen un deseo genuino de hacerlo y logran reunir un el capital necesario. As, lejos de
dotar a los nios/as de las herramientas crticas y prcticas que los ayuden a identificar,
encarar y exigir la transformacin de las estructuras de desigualdad que los orillaron a vivir
en condiciones extremas de pobreza y a tener que trabajar o vivir en la calle para poder
sobrevivir, estas iniciativas se convierten en tecnologas para la auto-suficiencia y el autogobierno que transfieren las responsabilidades y los riesgos de la erradicacin de la pobreza
y la inequidad a los propios individuos que se busca desarrollar. Hacindoles creer que un
poco de capital, una cierta visin financiera y la suficiente determinacin sern suficientes
para vencer siglos de despojo, explotacin y marginacin socioeconmica y poltica.
El ncleo del esfuerzo crtico y de intervencin no se sita en la explotacin
econmica, la invisibilidad poltica o la desigualdad social que durante siglos ha marginado
a las comunidades de las que provienen los nios/as migrantes y trabajadores que viven en
320
las calles o en los slums, sino en el mbito de la subjetividad. Donde resulta mucho ms
fcil intervenir sin necesidad de confrontar las inequidades polticas o de transgredir las
relaciones de poder existentes, ni el status quo. Un mbito que es tan intangible e ntimo
que los procesos de intervencin y sus efectos inmediatos pueden ser fcilmente adornados
y tratados de modo que reflejen resultados inocuos, infalibles y unvocos.
En la ltima seccin del captulo 5 se habl de los regmenes de cuidado y
proteccin de la infancia para proponerlos como tecnologas y mentalidades de gobierno
utilizados para gobernar a los sectores menos deseables de la poblacin buscando que el
cuidado y la intervencin humanitaria logre conseguir todo aquello que mediante el
gobierno no se ha podido garantizar. Mezclando lo legal, lo moral, lo humanitario y lo
poltico para ejercer control y disciplinamiento sobre individuos y poblaciones que deben
ajustarse a los preceptos del estado y convertirse en beneficiarios dignos de ser socorridos o
resignarse al castigo y a la excepcin del reconocimiento y la ayuda estatal. El concepto de
regmenes de cuidado y proteccin nos ha sido til para explicar cmo son creadas ciertas
formas de pensar e intervenir que propician que el actor poltico sea reemplazado por la
vctima en el marco de un rgimen de gubernamentalidad que tiene como objetivo y
fundamento moral objetivar, institucionalizar y aliviar el sufrimiento y la victimizacin.
Aunque por lo general, postula Ticktin, estos regmenes de cuidado trabajan ms para
desarticular la posibilidad de acciones ms amplias para el cambio colectivo, que para
eliminar la injusticia (2011:3).
El rgimen de cuidado y proteccin funciona incluyendo y excluyendo al mismo
tiempo. Es decir, otorgando valor a ciertos individuos que deben ser protegidos y
salvaguardados -los nios/as victimizados- al mismo tiempo que niega valor a otros, en
este caso a sus padres. Aunque ambos son vctimas de violentas estructuras de desigualdad
y exclusin, a algunos individuos se les protege mientras que otros no slo son
abandonados a su suerte, sino hasta sealados y culpados. Se construyen as mecanismos y
discursos de compasin y salvacin que se aplican de manera selectiva a favor de quienes
se considera vctimas merecedoras de ayuda, y al mismo tiempo se generan distintos
grados de proteccin y de exclusin que colocan a los padres como vctimas no legtimas
de la compasin y ayuda de las entidades humanitarias y estatales.
321
322
que busca proyectar una imagen de modernidad, desarrollo y bienestar, pues no hay cabida
para padres empobrecidos, incapaces de cumplir con los derechos humanos de los nios/as
a no trabajar, a alimentarse bien y a vivir bajo un techo digno. Este estado duro es
adems un estado subcontratado, que delega sus funciones a organismos que no tienen
representatividad poltica alguna y que muchas veces responden slo a las entidades que los
financian.
Esto se conjunta adems con un estado suave que, a travs de instituciones como
las observation homes, canaliza a los nios que han sido rescatados para que sean
rehabilitados por las ONG a travs de programas de desintoxicacin y entrenamiento
laboral que capacitan a los nios/as en oficios que responden a las necesidades de las
transnacionales asentadas en Bangalore. O bien, para que sean empoderados a travs de
los programas de auto-gobernanza y participacin. En suma, para poder ejercer sobre la
poblacin pobre y migrante la pedagoga transformadora del trabajo flexible y del individuo
emprendedor, capaz de resolver sus propios problemas y no depender del estado.
Contribuyendo con esto a la unin de los sistemas asistencialista y punitivo del estado
neoliberal (Wacquant 2009). Reafirmando de paso la existente divisin simblica y poltica
entre los ciudadanos loables, dignos de recibir ayuda y atencin de las ONG y de el estado,
que merecen ser educados, rehabilitados e insertados en el circuito de trabajo asalariado; y
los ciudadanos indignos, que deben ser vigilados, castigados y expulsados si es necesario.
El resultado es, nos dice Fraser (2003:30) una nueva clase de gubernamentalidad
segmentada para la autorregulacin: ms responsabilidad para algunos y abierta represin
para otros. Una sociedad dual donde el capaz y competitivo coexiste con un sector
marginal de excluidos sin aspiraciones.
He intentado mostrar aqu que los regmenes y tecnologas de ciudadanizacin de
la infancia y de cuidado y proteccin pueden ser vistos tambin como modos de gobernar
la ciudad que deben ser entendidos como parte de la gubernamentalidad neoliberal, en tanto
que introducen en la ciudad tecnologas de optimizacin de los individuos, como el
empoderamiento y la responsabilidad econmica, destinadas a la auto-suficiencia y autoregulacin de los individuos. stos deben ser capaces, incluso desde pequeos, de enfrentar
las turbulentas condiciones del mercado optimizando sus recursos, sus capacidades, sus
elecciones y sus decisiones. Se trata entonces de formas de gobernar la ciudad a travs del
323
324
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339
340
Anexo de Imgenes
Imagen 1. Townships (imagen de google earth)
341
Imagen 4a. Clusters de riqueza y pobreza: Complejos residenciales de lujo, slums y oficinas
corporativas en Service Road (Outer Ring Road), Bangalore
342
Imagen 4b. Krishnapa Garden slum y Bagmane Tech Park. (imagen de google earth)
343
344
345
346
Complejos residenciales de lujo y los slums que se han creado en torno a ellos.
Crecimiento del New Horizon slum: comparacin entre 2011 y 2013
Imagen 9a.
satelital de
Google Earth,
junio de 2011.
Imagen 9b.
satelital de
Google
Earth, enero
de 2013.
347
Flexible slums en L.B. Shastri Nagar creados para la construccin de varios complejos residenciales de
clase media.
Imagen 9c.
satelital de
Google
Earth, junio
de 2011.
Imagen 9d.
satelital de
Google
Earth,
enero de
2013.
348
349
350
Imagen 14.
Vista satelital
de los
recorridos de
los nios en
la zona de
L.B. Shastri
Nagar y sus
alrededores
(Bangalore
Este).
Las lneas
verdes
indican un
recorrido
realizado por
Methu con el
camin de la
basura del
BBMP
Imagen 15.
Detalles de
los ejemplos
de rutas
recorridas por
Methu,
Ganesha,
Shambu y la
nias que
todos los das
caminan
hasta la toma
pblica de
agua potable
ms cercana a
su zona.
351