Estado Oligarquico 1820-1850
Estado Oligarquico 1820-1850
Estado Oligarquico 1820-1850
Escuela de Estudios
Hispano Americanos.
Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas.
EL PREDOMINIO OLIGARQUICO
El primero de estos obstculos fue la incapacidad de la propia elite independentista para hacerse
con el poder real, por el que haba luchado contra
los peninsulares, y la actitud de las oligarquas terratenientes, que fueron, en definitiva, las que controlaron la creacin de esos estados (15).
Es cierto, como afirman algunos autores, que
a raz de la Independencia no se produjeron transformaciones sustanciales en la estructura social de
la etapa colonial; que los dos grandes factores que
en la ltima parte del siglo favoreceran el cambio
social -el incremento del sector exportador y el crecimiento demogrfico-, no afectaran an a la sociedad en los primeros aos de las repblicas; pero
tambin lo es que esa sociedad se vera alterada, al
menos en parte, por el cambio poltico. La destruccin de propiedades, la militarizacin de la sociedad y la aparicin de nuevos lderes, transformaron
el antiguo orden social. La diferenciacin legal por
cuestin de raza fue abolida, producindose la sustitucin de una sociedad de castas por otra de clases, en la que el poder econmico determina la diferenciacin social (16).
En virtud de ello los indios fueron declarados
<<ciudadanoslegalmente emancipados, aunque con
ello no lograran, a la larga, sino empeorar su situacin. La legislacin de las nuevas repblicas considera a las comunidades indgenas como una rmora para la economa y la integracin nacional (17).
La formacin de un mercado de tierras era esencial
para los liberales, mientras que el control de la mano de obra era, a su vez, fundamental para la economa de la hacienda. Era lgico entonces que se
pretendiera acabar con las comunidades indgenas,
con el fin de incorporar esa poblacin y sus tierras
a la economa de mercado. Slo la dependencia financiera de los distintos gobiernos del tributo indgena, posterg la abolicin de los resguardos hasta
la segunda mitad del siglo en la mayor parte de la
regin (18). Entre tanto, los indios permanecieron
ignorados por los conservadores y hostigados por
los liberales, aunque afectados por el proceso imparable de la expansin del latifundio y del avance
de la propiedad privada (19).
Mejor suerte corrieron los esclavos. Aunque la
trata de negros fue abolida -salvo en Brasil- en
1810, los nuevos estados se resistieron cuanto pudieron a la abolicin de la esclavitud, en funcin de
las aspiraciones de la oligarqua a mantener un control absoluto sobre la mano de obra. Por ello. la abo-
Y esto ocurri en toda la Amrica Latina, salvo en casos excepcionales como el de Bolivia y Paraguay, donde los hacendados tradicionales fueron
incapaces de beneficiarse de la Independencia (26).
Como consecuencia de este predominio de la
oligarqua terrateniente, uno de los principales obstculos para la organizacin de verdaderos Estados
Nacionales en la Amrica Latina ser el papel jugado por la hacienda en el contexto poltico y social. La nueva base de poder estaba en la hacienda,
que a travs de una serie de vnculos personales restaba poder a las instituciones estatales. Era la principal fuente econmica -los sectores comercial,
bancario, etc., son entonces secundarios-, y el mecanismo de control de los recursos humanos, otorgando por ello un prestigio difcil de alcanzar por
la lite mercantil urbana (27).
La hacienda era adems de la ms importante
unidad de produccin econmica, un centro de poder en el que los vnculos personales se imponan
sobre cualquier otro criterio. Los hacendados eran
poderosos caciques locales, que dominaban su zona de forma unipersonal, y al que los peones estaban ligados de forma absoluta tanto para el trabajo como para la guerra, ocupando as al lugar de
las autoridades estatales, y restando fuerza al poder del Estado (28).
Y el hecho de que la clase dominante no sea
ya de carcter urbano, sino rural, ser un hecho decisivo para la evolucin de estos pases, ya que determina el modelo de las relaciones sociales incluso
en la ciudad, fuera de su mbito natural. Este modelo ser ahora el de la relacin patrn-cliente, que
haba predominado hasta entonces en el medio rural. Y eso tiene un claro reflejo no slo en las relaciones sociales, sino tambin en el grado de urbanizacin. Mientras en esta etapa presenciamos clara-
oficiales pretenden controlar el Estado para participar en la distribucin de sus recursos, por lo que
los golpes de militares para tener acceso a esa distribucin son algo frecuente en la regin. Esto es
lo que ocurri, por ejemplo, en Mxico, donde muchos de los oficiales no estaban satisfechos con la
poltica de ascensos y con lo reducido de los salarios. Tambin sucedi en Ecuador, Per, o Bolivia,
escenarios de frecuentes golpes y contragolpes. Por
el contrario, Colombia y Venezuela consiguieron relativamente pronto contener el peso del ejrcito en
la poltica, aunque en este ltimo pas ese peso retornar en los aos cuarenta. Pero fue en Chile donde la desmilitarizacin se produjo ms rpidamente, ayudando con ello al consenso poltico. El orden conservador comenz por limitar el poder del
ejrcito que, por su parte, sobre todo a partir de su
triunfo sobre la Confederacin Peruano Boliviana
y su consecuente prestigio, acept su papel de defensor del pas frente al exterior, eliminando el peligro golpista. Tampoco Brasil conoci esa militarizacin, al lograr su Independencia pacficamente
(33).
fuerza de cada uno, los lderes de cada grupo recurren a su clientela para inclinar la balanza a su favor (39).
Pero, al mismo tiempo, como el poder central
tiene que imponerse a aquellos grupos por la fuerza, utiliza tambin para hacerlo al caudillo, al guerrero. Las constituciones y leyes no bastaban para
mantener la paz, y no existan todava partidos polticos reales que pudieran llevar sus enfrentamiento al debate poltico. La falta de acuerdo entre los
distintos grupos oligrquicos a la hora de establecer el Estado, hace que cada uno de ellos utilice al
caudillo, y que sea el ms fuerte de stos el que se
imponga sobre los dems, trasladando a la organizacin estatal la primitiva estructura de poder del
mbito rural. Varios caudillos locales se convierten
a su vez en clientes de otro ms poderoso, cliente
a su vez de otro. Mediante esta compleja red de vnculos, un caudillo local con una importante base rural, contando con el apoyo de sus clientes y de otros
caudillos, poda, y de hecho muchos lo hicieron, llegar a conquistar el poder estatal. Una vez logrado
ste, podian gobernar con o sin constitucin; mientras cuentan con el apoyo de un amplio sector oligrquico se mantiene en el poder (40).
El caudillo acepta, en general, su papel y, como representante de ese sector, reproduce a nivel estatal la relacin patrn-cliente de la hacienda, el paternalismo y el personalismo. Atrae a su clientela con
la promesa de defender sus intereses econmicos, o
de ofrecerle cargos pblicos de responsabilidad cuando alcance el poder. Con ello, lo que hace no es sino unirse a los grupos opuestos al cambio, y perpetuar de ese modo el latifundismo y los viejos mecanismos de poder. Y cuando esto no ocurre, cuando
se desva de los intereses de su clientela, sta busca
otro caudillo para sustituirlo (41).
Resulta evidente, por tanto, que los caudillos no
fueron nunca lderes populares. Sin embargo, no todos eran simples caciques; ni fue igual su forma de
llegar al poder, ni su actuacin una vez logrado ste; y tampoco lo fue siquiera su origen social. En
cuanto a este ltimo, la mayora procedan del grupo latifundista. Los venezolanos, por ejemplo, eran
en su mayor parte hacendados antes de la guerra,
que contaban con una base de poder fuerte que les
permita movilizar sus propias fuerzas. Caudillos como Morillo o Monagas no son llaneros dedicados
al bandidaje. Lo mismo ocurre con los argentinos,
procedentes en su mayora de familias propietarias,
y con cargos militares importantes. Pero otros, co-
de uno nuevo, mas beneficioso para la oligarqua terrateniente, en la que sta pudiera tener un acceso
ms directo a los mercados internacionales (45). Sin
embargo, este nuevo pacto no se consolidar, en la
mayor parte de los pases del rea, hasta la ltima
parte del siglo XIX. Hasta entonces hay una etapa
de transicin, que se divide, a su vez, en dos fases.
En la primera de ellas, que llega hasta 1850 aproximadamente, la novedad ms importante fue la completa apertura al libre comercio. Esta apertura signific en realidad, la sustitucin de la antigua metrpoli por una nueva, la Gran Bretaa, que se convertira por entonces en el centro econmico mundial (46).
Conseguida la Independencia, los intereses econmicos en cada uno de los nuevos pases no eran
uniformes; las rivalidades internas eran muy fuertes, y se reflejaban en los enfrentamientos entre los
defensores del libre comercio, de las exportaciones
primarias y de las importaciones baratas, y los partidarios del proteccionismo. La consolidacin de la
oligarqua terrateniente como clase dominante signific, en la mayor parte de los casos, el triunfo del
libre cambio; y los comerciantes britnicos, a la bsqueda de mercados para la produccin industrial de
su pas supieron aprovechar la oportunidad (47).
El resultado de ello fue una profunda crisis de
las artesanas locales, el dficit de la balanza de pagos, la disminucin de la masa monetaria, constantes depreciaciones, y la dependencia de los distintos
gobiernos del crdito externo. A menudo se seala
como causa de esta grave situacin econmica la
inestabilidad poltica de estos pases; pero tan valid o puede resultar este argumento como el contrario; las dificultades ecorimicas de aquellos pueden
ser uno de los factores que impidieron organizar un
sistema de poder estable (48).
Lo cierto es que si bien una situacin de inestabilidad poltica no favorece precisamente el crecimiento econmico, tambin lo es que una economia
en bancarrota, difcilmente poda proporcionar los
recursos suficientes para el establecimiento de un poder estatal digno de ese nombre. Para afrontar ese
estado de cosas resultaba indispensable el incremento
de las exportaciones. Pero, en general, entre 1820 y
1850 Latinoamrica encontr serios problemas para abrir mercados en el exterior. Esos mercados resultaran todava limitados y de difcil acceso (49).
Las Guerras de Independencia haban destruido vidas y propiedades, y provocado una fuerte hui-
da de capitales nacionales; en esta situacin, la recuperacin resultaba difcil sin la intervencin del
capital extranjero, poco accesible despus de que, en
1827, todos los pases del rea, salvo Brasil, suspendieran los servicios de la deuda externa (50).
En estas condiciones, sin inversores nacionales
ni extranjeros, el crecimiento de las exportaciones slo poda afectar a productos que no necesitaran
grandes nversiones iniciales, o a aquellos en los que
la relacin volumen/precio resultaba ms favorable.
En estos casos estaban el trigo chileno, el cacao venezolano o la ganadera argentina, as como los tintes de la Amrica Central (51).
En cambio la minera, una de las principales
fuentes de riqueza en la etapa colonial, entr ahora
en una profunda crisis. La guerra haba ocasionado la destruccin de gran parte de la maquinaria;
el sector necesitaba para su reactivacin una serie
de inversiones, que la penuria de capital nacional y
la inexistencia de inversin extranjera hacen imposible. El estancamiento fue tan grave, que por ejemplo en Mxico la produccin de plata descendi a
la mitad respecto a la de los ltimos aos de la colonia. Slo Chile, donde la minera era una actividad secundaria antes de la Independencia, ofrece un
sector minero prspero en esta poca. El descubrimiento de minas de cobre casi en superficie, y en
lugares cuya situacin geogrfica permita abaratar
considerablemente los costos de transporte, facilitan
el incremento de la produccin (52).
Pero en el resto de la Amrica Latina la minera no comienza a recuperarse hasta la dcada de
1840. Y lo hace, no en virtud de la introduccin de
novedades tcnicas o grandes inversiones, sino gracias al restablecimiento de los mecanismos de produccin tradicionales levemente modificados. El estado comienza a tener ms inters por las cantidades de mineral exportadas que por las producidas.
As, para la exportacin del guano en el Per, que
inicia su auge en los aos 30, el Estado, en lugar
de conceder el usufructo del yacimiento a un particular a cambio de un porcentaje de lo extrado
-como se haca durante la colonia-, hace concesiones para comercializar una cantidad determinada en el mercado exterior, y por un tiempo limita'
do, a cambio de una cantidad de dinero previamente estipulada. Y el mismo sistema se aplica en Bolivia a la produccin de plata (53).
Tambin la agricultura atraves serios problemas, y tuvo que hacer frente a importantes obstculos para su crecimiento. Los productos agrcolas
de clima templado encontraban un mercado interno muy reducido, y no exista tampoco una fuerte
demanda de ellos en el nuevo centro econmico. Y
en cuanto a la agricultura tropical, tena que hacer
frente, en estas primeras dcadas de vida independiente, a la fuerte competencia que representaban las
colonias europeas en otras partes del mundo (54).
En principio, esta agricultura logr mantener el
nivel de produccin de los ltimos aos de la etapa
colonial; pero, para su expansin, necesitaba inversiones que slo se realizaran en la segunda mitad
de la centuria, cuando, por una parte, se incrernente la demanda mundial y, por la otra, se vaya produciendo la paulatina intervencin del capital extranjero en la zona. El tabaco, por ejemplo, mantuvo
el nivel de produccin; pero, salvo en la dcada de
1840 en Colombia, no hubo una expansin significativa. Por su parte la produccin de cacao se resinti por la falta de mano de obra esclava, antes
predominante en el sector. No obstante, continu
siendo uno de los principales productos de exportacin latinoamericanos y, en el caso de Venezuela,
logr, incluso, incrementar la exportacin (55).
Pero el sector de la economa que result ms
prspero en la primera mitad del siglo XIX fue el
ganadero, especialmente floreciente en el Ro de la
Plata, que ofreca beneficios considerables a cambio de inversiones mnimas. Para su expansin slo
requera tierra adecuada y abundante, y un mercado exterior. La primera condicin era fcil de lograr;
en unos momentos en que la tecnologa para la agricultura era bastante primitiva, y en lugares donde
la poblacin no era abundante, era lgico dedicar
las tierras a la cra de ganado, que necesitaba poca
mano de obra. Y sus productos no tenan demasiadas dificultades para su colocacin en el mercado
externo, gracias a la demanda de cueros para la manufactura europea, y de carne en salazn para los
esclavos de las plantaciones norteamericanas (56).
No obstante, es difcil hacer generalizaciones sobre la marcha de la economa latinoamericana entre 1820 y 1850, ya que hubo importantes diferencias de un pas a otro y, dentro de cada uno de ellos,
entre unas regiones y otras. As, mientras Venezuela y el Ro de la Plata, dos de los pases ms afectados por la violencia, logran desde muy poco despus de la Independencia establecer una economa
exportadora que les permite, ya en la primera mitad del siglo, superar incluso el nivel de exportaciones de los ltimos aos coloniales, en la mayor parte
de la Amrica espaola el proceso de adaptacin al
nuevo orden fue lento. Es el caso de Nueva Granada, Per, Bolivia, Ecuador o el mismo Mxico (57).
En general, el nuevo orden se impuso antes en
aquellos pases donde la oligarqua, o una parte importante de ella, logr poner en marcha una actividad productiva cuya demanda creciera en el mercado internacional. Y es significativo que esto ocurriera en las regiones que haban sido secundarias en
la etapa colonial, en la periferia del Imperio. En los
grandes centros de poder, salvo en Brasil, la adaptacin ser mucho ms dura (58). Un ejemplo de ello
es el caso chileno. En la periferia del Imperio, Chile era un proveedor tradicional de productos de clima templado esencialmente trigo, para el mercado
peruano. Y el descubrimiento de oro en California
y Australia lo convirti -por su situacin geogrfica- en un pas privilegiado, logrando una expansin agrcola que no se dio, en esos aos, en ninguna otra parte del subcontinente (59).
Pero la adaptacin al nuevo orden fue todava
ms rpida en el Brasil que en Argentina y Chile,
los dos pases hispanoamericanos que logran antes
su insercin en el nuevo sistema econmico mundial. Al contrario de lo que sucedi en el imperio
espaol, la exportacin de productos agrcolas fue
prioritaria en la colonia (60). Y, aunque en los primeros aos del siglo, estas exportaciones se limitaban prcticamente al azcar, desde entonces se produce un fuerte incremento en la produccin de algodn y, sobre todo, de caf, cuya demanda iba en
aumento. Hacia 1850 el caf se haba convertido ya
en el primer producto de exportacin, permitiendo
al Brasil aportar ms del 40% de la produccin
mundial, y contar con las divisas suficientes para
no atravesar las penalidades econmicas de sus vecinos (61).
sa econmicamente que el Estado, y as era aceptad o por los conservadores; pero no por los liberales,
contrarios al mantenimiento de privilegios corporativos. El liberalismo consideraba que la Iglesia disfrutaba de una riqueza y un poder poltico que obstaculizaba el cambio social y econmico, y pretendi controlar ese poder a travs de los impuestos y
de la creacin de un estado laico. La divisin en este punto lleg a producir importantes conflictos civiles en pases como Mxico o Colombia, donde la
Iglesia alcanz un fuerte poder de convocatoria (72).
Sin embargo, al margen de estas dos cuestiones, la ideologa de estas facciones se confunden con
frecuencia. Los trminos liberal y conservador son
relativos, pues fueron muchos los puntos de coincidencia entre ambos sectores. La primera de ellas, la
carencia de programas polticos y el personalismo,
que sern caracterstica esencial de estos primitivos
partidos. Surgan en torno a un lder y estaban al
servicio de las ambiciones de ste, mucho antes de
definir una ideologa; era el hombre, y no la idea,
lo que movilizaba cada grupo o fraccin; es el caso
del portalismo en Chile o el Rosismo en Argentina.
Por eso, el alineamiento de las fracciones polticas
fue muy simple, y sus definiciones ideolgicas poco claras; fuera cual fuera su nombre, conservador,
liberal, federalista, etc., no por ello excluyen aspectos que corresponderan, al menos en teora, al partido rival (73).
As, la cuestin econmica no constitua todava un factor esencial en la divisin poltica, ya que
la expansin del sector exportador no comenzara,
en la mayor parte de los casos, hasta la segunda mitad del siglo; el nico problema en este punto radicaba en la imposicin o no de tarifas protectoras,
y no llev a fuertes enfrentamientos. Tampoco la
cuestin social fue tema de excesivos debates. Unos
y otros estaban prcticamente de acuerdo en el mantenimiento de un absoluto control sobre la mano de
obra. Los liberales no tenan ms remedio que oponerse formalmente a la esclavitud, pero los intentos
por conseguir la abolicin no fueron demasiado intensos en estos aos. Las coincidencias se extienden
a la poltica social respecto al indgena, menospreciado por unos y otros, y a su intencin de crear
los nuevos estados al margen de la mayora de la
poblacin, exclusivamente como naciones criollas
(74).
Ni siquiera en los pases que logran antes la institucionalizacin, las diferencias entre ambos grupos
se basar en claras divisiones ideolgicas, sociales
de los primeros aos republicanos, que pide mayores libertades en el campo poltico y en el econmico, pero manteniendo, desde luego, el absoluto dominio oligrquico. En la mayor parte de los casos
no logran imponerse sobre los conservadores hasta
la segunda mitad del siglo, pero comienzan a poner
en cuestin el predominio de aquellos (77).
En resumen, el perodo que va de 1820 a 1850
no es sino una etapa de ensayo y experimentacin
de los Estados Iberoamericanos, aunque con variaciones locales importantes. Estas variaciones dependen, esencialmente, del grado de cohesin social logrado por la oligarqua, y de su adaptacin al nuevo orden econmico internacional. Mientras que algunos llegan a organizar el Estado relativamente
pronto, en otros el proceso es lento y se prolonga
casi hasta la ltima parte del siglo, predominando,
entre tanto, los enfrentamientos, la anarqua y el caudillismo, traducido en muchos casos en dictaduras,
ms o menos sangrientas (78).
Este fue el caso de Amrica Central y de los
Estados en que se dividi en 1840, as como el de
Ecuador, Paraguay, Bolivia o Uruguay, donde adems de a las luchas civiles hubo que hacer frente
a los deseos expansionistas de los dos poderosos vecinos: Buenos Aires y Brasil (79).
Tambin la divisin de la oligarqua, agravada
por el fuerte peso del ejrcito en la vida poltica,
dificult el proceso en Mxico hasta la segunda mitad del siglo. Mientras en Colombia, donde la influencia del ejrcito fue mucho menos el enfrentamiento a causa de las relaciones Iglesia-Estado desemboc en una violenta guerra civil, que retrasara la consolidacin del Estado hasta el ltimo cuarto del siglo (80).
En otros pases como Per, Venezuela o la futura Argentina, el proceso no fue tan largo, pero no
por ello result fcil. En los primeros casos se logr el establecimiento de instituciones estatales estables gracias a los beneficios econmicos proporcionados por las exportaciones de guano y caf respectivamente (81). En el tercero, slo Buenos Aires
logr la estabilidad en la primer parte del siglo. Como reaccin a la anarqua insostenible en que se encontraba la provincia, que dificultaba la prosperidad econmica de los primeros aos, en 1829 se lleg al consenso oligrquico en torno a un lder, Rosas, que se convirti en un verdadero caudillo nacional (82).
De todos los pases de la antigua Amrica es-
N O T A S
(2) Ver sobre esta cuestin LECHNER, Norbert, Edicin preparada por: Estado y Poltica en Amrica Latina. (Mxico 1988). Pgs. 7 y 301-302, y PIETSCHMANN, Horst:
Estado Colonial y Mentalidad Social: El Ejercicio y poder frente a Distintos Sistemas de Valores. Siglo XVIII,
en Amrica Latina: Del Estado Colonial al Estado Nacin (1750-1940), Edicin preparada por Antonio ANNINO y otros. (Miln, 1987). Vol II. Pg. 430.
(3) Las posibilidades de desarrollo de las economas nacionales fracasaron ante la estructura social de los nuevos
Estados. La polarizacin de la sociedad latinoamericana
en dos sectores, una privilegiada minora que monopolizaba las tierras y los cargos pblicos y una masa de campesinos y obreros, sobrevivi a la Independencia y continu con gran mpetu. LYNCH, John: Las Revoluciones Hispanoamericanas. (1808-1826). (Barcelona, 1976),
Pg. 377.
...
...
dor de la Nacin, Estado (y Libertad) en Europa y Amrica Centro-Meridional, en ANNINO, A. y otros, Edic.
preparada por: Amrica Latina: Del estado... Vol. I, Pgs.
2-4. Ver tambin TORRES RIVAS, Edelberto: La Nacin, Problemas Tericos e Histricos, en LECHNER,
N. Edic. preparada por: Estado y Poltica ..., Pgs. 87-88.
(10) ANNINO, A. y A. FILIPPI: Las Formas del Poder...,
Pg. 417. El Proyecto Poltico Oligrquico ha sido perfectamente definido y estudiado en profundidad por Marcello CARMAGNANI en Estado y Sociedad en Amrica Latina, (Barcelona, 1984).
(11) En 1825 terminaba la Guerra de Independencia. Dejaba... la ruptura de las estructuras coloniales... De sus ruinas se esperaba un orden nuevo, cuyos rasgos esenciales
haban sido provistos desde el comienzo de la lucha. Ahora bien, este orden se demoraba en nacer... HALPERIN
DONGHI, Tulio: Historia Contempornea de Amrica
Latina, (Madrid, 1969). Primera parte. Pg. 134. Ver tambin al respecto ANDERLE, Adam: Alternativasde la
Formacin del Estado en la Regin de los Andes a Comienzos del Siglo XIX, en ANNINO A. y otros, Ed.
preparada por: Amrica Latina: Del Estado ..., Vol. I. Pg.
32.
(12) Sobre estos mecanismos de disgregacin ver HALPERIN
DONGHI, T.: Historia Contempornea de..., Pg. 20, y
TORRES RIVAS, E.: La Nacin Problemas..., Pg. 114.
Por otra parte, recientemente empezamos a tener noticias
de ciertos autonomismos, como por ejemplo el del Cuzco, que se opuso ms a Lima que a la Metrpoli. ANNINO, A. y A. FILIPPI: Las Formas del Poder..., Pg.
419.
(13) La primera alternativa, defendida por el Libertador,
Simn Bolivar, pareca ofrecer la ventaja del poder y ias
posibilidades econmicas que podra lograr una gran Nacin Latinoamericana. Sin embargo triunf la segunda.
SUNKEL, O. y P. PAZ: El Subdesarrollo Latinoamericano y la Teora del Desarrollo, (Madrid 1973), Pgs.
299-300.
(14) Las naciones no se pudieron formar en un da o en la
vida de una generacin. Durante y despus de las Guerras de Independencia hubo un nmero de fuerzas hostiles al crecimiento de Estados Nacionales fuertes...
LYNCH, J.: Los Caudillos de la Indeperidencia, Enemigos y Agentes del Estado Nacin, en Problemas para la Formacin del Estado y de la Nacin Hispanoamericana, Edit. por lngue Buisson y otros, (Colonia 1984).
Pgs. 197-198. Ver tambin sobre ello la Introduccin al
volumen Amrica Latina: del Estado ..., Edicin preparada por A. ANNINO y otros. Pg. IX.
hombres, otorga el prestigio que nunca poseer el comerciante.... CARMAGNANI, Marcelo: Estado y Sociedad ..., Pg. 57.
(28) Era un centro de poder y vnculos personales que rivalizaban y desafiaban las instituciones estatales; los peones estaban ligados por deberes a su patrn, cuyo poder
eera inmediato y su decisin terminante. LYNCH, J.:
Los Caudillos de la Independencia ... Pag. 198.
(29) CARMAGNANI, M.: Estado y Sociedad ..., Pgs. 53-54.
(30) La Independencia fortaleci la hacienda ... Mientras el
Estado Colonial y sus institucioens se hundan, las haciendas se hacan ms poderosas. LYNCH, J.: Las Revoluciones Hispanoamericanas..., Pgs. 377-378.
(31) El grueso de esos ejrcitos lo componian bandas de campesinos, en su mayor parte analfabetos, a los que importaba muy poco la ideologa. BELMONTE, Jos: Historia Contemporanea de Iberoamrica, T. 1. (Madrid, 1971),
Pg. 35, y HALPERIN DONGHI, T.: Historia Contempornea de..., Pgs. 134-136.
(32) En consecuencia, en lugar de contribuir al establecimiento
del orden, el ejrcito se constituye en una de las principales causas del caos y la anarqua. LYNCH, J.: Los
Caudillos de la Independencia ... Pg. 204, e Iberoamrica despus de..., Pg. 156. Ver tambin sobre esta
cuestin HALPERIN DONGHI, T.: Historia Contempornea de..., Pags. 135-136.
(33) LYNCH, J.: Iberoamrica despus de..., Pg. 156, y Las
Revoluciones Hispanoamericanas ..., Pgs. 382-383. Ver
tambin BELMONTE, J.: Historia Contempornea de...,
Pg. 35, y para el caso chileno HALPERIN DONGHI,
T.: Reforma y Disolucin ..., Pg. 273.
...
(37) BELMONTE, J.: Historia Contemporanea da.., Pgs. 3536, y LYNCH, J.: Iberoamrica despus de..., Pg. 155.
(38) CARMAGNANI, M.: Estado y Sociedad ..., Pg. 71, y
Amrica Latina de 1880 a Nuestros Das. (Barcelona,
1975), Pg. 11. Ver tambin LYNCH, J: Los Caudillos
de la Independencia ..., Pg. 201.
(39) LYNCH, J.: Iberoamrica despus de..., Pg. 156, y Las
Revoluciones Hispanoamericanas ..., Pgs. 383-384.
(40) LYNCH, J.: Los Caudillos de la Independencia..., Pg.
202, y Las Revoluciones Hispanoamericanas ..., Pgs.
383-384.
(41) LYNCH, J.: Los Caudillos como Agentes del Orden Social: Venezuela y Argentina, 1820-1850, en ANNINO, A:
y otros, Edic. de: Amrica Latina: Del Estado ..., Vol. II,
Pg. 484, y Las Revoluciones Hispanoamericanas..., Pg.
383.
(42) BELMONTE, J.: Historia Contemporanea de..., Pg. 68,
y LYNCH, J.: Iberoamrica despus de..., Pg. 159.
(43) LYNCH, J.: Los caudillos de la Independencia..., Pgs.
198 y 114, y BELMONTE, J.: Historia Contemporanea
de..., Pg. 68.
...,
...,
sugerencias
Bibliogrficas
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