Pasion Por Las Almas - Oswald J. Smith PDF

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PASIN

PORLAS ALMAS
Oswald J. Smith
PASIN POR LAS ALMAS
Oswald J. Smith
Traduccin: Ruby A. Krieger de Nunn

ndice
Prefacio por Billy Graham
1. La derrota de Satans
2. El leador intrpido
3. Es la evangelizacin del mundo la tarea supremade la iglesia?
4. Por qu escuchar el evangelio dos veces antes que todos lo hayan escuchado una vez?
5. Retornar Cristo antes que el mundo haya sido evangelizado?
6. Nos atreveremos a ignorar el desafo de la tarea inconclusa?
7. Por qu ha fracasado la iglesia en la evangelizacindel mundo?
8. Por qu debemos ofrendar para las misiones?
9. La necesidad actual
10. Evangelizacin: la respuesta divina a un mundoque gime
11. Dios manifiesta su poder en los avivamientos
12. Resultados perdurables de la evangelizaciny el avivamiento
13. Cmo podemos tener un avivamiento hoy
Tabla de aportes

Prefacio por Billy Graham


EL SENTIDO DE RESPONSABILIDAD y la visin misionera son el corazn y el motivo propulsor del
movimiento Juventud para Cristo. Este movimiento est operando actualmente en ms de cincuenta y
cinco pases. Miles de personas en suelo extranjero encuentran a Cristo a travs de esta gigantesca
organizacin. La visin misionera que transform al movimiento Juventud para Cristo hace varios
aos se debi, en gran manera, a la visin, el consejo, la direccin y la cooperacin del doctor Oswald
J. Smith.
Como estadista misionero, no hay quien le sobrepase. Alrededor del mundo, el nombre de Oswald
J. Smith simboliza la evangelizacin mundial. Sus giras, su predicacin, las grandes cantidades de
dinero reunidas y su visin divinamente inspirada han sido la fuerza dinmica, el estmulo y el empuje
de muchsimas organizaciones misioneras. Cuando hace pocos aos la visin misionera se haba
opacado, una voz desde Toronto, Canad, clamaba con insistencia en el desierto: Misiones,
misiones, misiones!, hasta que los cristianos evanglicos de todo el continente norteamericano

empezaron a despertarse de nuevo, en cuanto a su responsabilidad para con los no cristianos. Sus
desafiantes discursos, publicados ahora en este libro, han sido empleados por Dios para ayudar a
recoger ms de tres millones de dlares para la obra misionera. Como misionero, ejemplifica la
pasin por las almas.
Como evangelista, tiene una ardiente pasin por las almas. Su intenso empuje, su presentacin
poderosa, clara y concisa del evangelio, su habilidad divinamente inspirada de extender una invitacin
a los inconversos para aceptar a Cristo, han demostrado en centenares de plataformas y frente a
cientos de altares que ha sido dotado con generosidad del don del evangelismo. Como evangelista
ejemplifica la pasin por las almas.
Como pastor, su gran ministerio en la Peoples Church (Iglesia de los Pueblos) proclama a todo el
mundo que este hombre ha aprendido el secreto del pastor afortunado: el corazn y la fuerza
impulsora de esa gran iglesia en Toronto es el evangelismo y las misiones. Pocos pastores han tenido
un ministerio tan largo y tan fructfero como el del Dr. Oswald J. Smith. He predicado en esa iglesia
en varias ocasiones y en cada una me he quedado asombrado al verla completamente llena de gente,
no habiendo lugar para ms. Solamente los registros del cielo saben cuntas almas se han postrado
ante el altar de la Iglesia de los Pueblos para encontrar a Cristo. Como pastor l ejemplifica la pasin
por las almas.
Como autor, sus libros y folletos han sido traducidos a un nmero considerable de idiomas. Es
imposible leer una pgina en cualquiera de sus muchos libros, sin percibir algo de la intensidad con
que ama a las almas. La pluma nada pierde de su entusiasmo, de su poder y de su ferviente desafo.
Sus libros han sido empleados por el Espritu Santo para penetrar hasta las ms hondas profundidades
de mi propia alma y han ejercido una tremenda influencia sobre mi vida y ministerio. Como autor,
ejemplifica la pasin por las almas.
Como poeta e himnlogo, sus cantos son amados y cantados en todo el mundo. Quin puede
escuchar el gran himno: Entonces vino Jess y Dios comprende o La gloria de su presencia, sin
sentir la pasin de este hombre por las almas? En muchas reuniones he visto los corazones
estremecidos y quebrantados por el canto de estos himnos. El ms conocido entre ellos, que se titula:
Salvado, ha sido como un testimonio para las multitudes. Como himnlogo, ejemplifica la pasin
por las almas.
Como hombre, su absoluta consagracin y devocin a la causa de nuestro Seor Jesucristo y la
promocin de su Reino han infundido una nueva esperanza, valor e inspiracin a miles de jvenes
predicadores. Su vida de ferviente oracin y llena del Espritu Santo ha sido de bendicin para
millares. Nadie puede estar en su presencia por cinco minutos sin ver la llama de su alma. Como
hombre, ejemplifica la pasin por las almas.
Parecera que solamente una vez en cada generacin Dios levanta a alguien con tantos talentos y
dones. La pasin dominante de la vida de este hombre vivir a travs de muchas generaciones futuras,
si Cristo no viene antes. Ciertamente, nadie en la actualidad est ms calificado para escribir sobre la
PASIN POR LAS ALMAS. Al publicarse este libro es nuestra ferviente oracin que otros tambin puedan
sentir el mismo fervor, recibir la misma visin y ser llenos de la misma ardiente pasin.
D R. BILLY G RAHAM
Minnepolis, EE.UU.
CAPTULO

La derrota de Satans

IEN. QU NOTICIAS HAY?

pregunt Satans, levantando la cabeza con una expresin de

interrogacin en su rostro.
Esplndidas, las mejores posibles! respondi el prncipe de los demonios de Alaska, quien
acababa de entrar.
Ha odo ya alguno de los esquimales? pregunt el jefe con ansias, fijando la vista en el ngel
cado.
Ni uno! contest el prncipe, haciendo una reverencia. Ni uno solo! Yo me cuid en ese
sentido, continu, como si se gloriase de una reciente victoria.
Hubo algn intento? pregunt su seor en tono autoritario Ha hecho alguien la tentativa
de entrar?
Por cierto que s, pero sus esfuerzos fueron frustrados antes de que pudieran aprender una
palabra del idioma! respondi el prncipe con una nota de triunfo en su voz.
Cmo fue? Cunteme todo.
Satans ya prestaba mucha atencin.
Bien comenz el prncipe, me hallaba en mis dominios, habiendo llegado bien dentro del
crculo rtico con el propsito de visitar a una de las tribus ms aisladas, cuando de repente, me qued
asombrado al or que se hallaban en camino hacia all desde el otro lado del mar dos misioneros,
que ya haban desembarcado, y que con sus trineos y perros se encontraban en el corazn de mi reino,
Alaska, y se dirigan hacia una numerosa tribu de esquimales, justamente dentro del crculo rtico.
Ah, s? Y qu hizo? interrumpi Satans, impaciente por or el final del relato.
Ante todo, llam a las huestes de las tinieblas que obran bajo mis rdenes, y tuve con ellas una
reunin. Se hicieron muchas sugerencias, pero finalmente nos pusimos de acuerdo en que lo ms fcil
era hacerlos morir congelados. Sabiendo que aquel da partan hacia la distante tribu y que,
probablemente, necesitaran todo un mes para cruzar las extensiones de los campos helados que los
separaban de ella, enseguida empezamos las operaciones. Con corazones ardientes para anunciar su
Mensaje, comenzaron ellos el viaje. Valientemente, aunque con mucha dificultad, siguieron el camino
sobre el hielo. Pero despus de haber marchado por una semana, repentinamente, el trineo que llevaba
la comida lleg a una capa delgada de hielo que se quebr bajo su peso, y tanto el transporte como las
provisiones se perdieron. Agobiados y cansados, los misioneros siguieron adelante con determinacin,
pero pronto se dieron cuenta de que se hallaban en una posicin desesperada, a ms de tres semanas del
lugar que se proponan alcanzar. Desconocan por completo esas regiones, y nada pudieron hacer para
remediar su situacin. Finalmente, cuando el alimento les falt, y ya estaban agotados fsicamente, di
rdenes, y en corto tiempo se levant un viento huracanado: la nieve caa como una ventisca que
encegueca, y antes del alba, gracias al hecho de que usted, mi seor, es el prncipe de las potestades
del aire, ya haban sucumbido y muerto congelados.
Excelente! Esplndido! Me ha rendido un buen servicio aprob el querubn cado, con una
expresin de satisfaccin en su rostro que una vez fuera hermoso.
Y qu tiene usted para informar? continu, dirigindose al prncipe del Tibet que haba
escuchado la conversacin con evidente satisfaccin.
Yo tambin tengo algo que llenar de gozo a su Majestad contest el aludido.

Ah! Se ha hecho tambin alguna tentativa de invadir su Reino, mi prncipe? pregunt


Satans con creciente inters.
Por cierto que s respondi el prncipe.
Cmo? Cunteme todo! orden Satans con viva curiosidad.
Me hallaba en cumplimiento de mis deberes en el corazn del Tibet explic el prncipe,
cuando me llegaron algunas noticias sobre una agencia especialmente organizada para introducir el
evangelio en mi reino. Debe saber, mi seor, que me puse alerta enseguida. Reun a mis fuerzas con el
fin de discutir la situacin, y pronto acordamos un plan que prometa xito completo. Con admirable
determinacin, dos hombres de la agencia misionera viajaron a travs de la China y se atrevieron a
cruzar la frontera y a entrar en la Tierra Prohibida. Les permitimos seguir su viaje por unos tres das, y
luego, justamente cuando oscureca, dos perros salvajes, de aquellos que se hallan por todas partes de
esas regiones, los atacaron. Con tremenda desesperacin se defendieron, pero finalmente uno fue
vencido y muerto por los perros. El otro, protegido por fuerzas invisibles que no pudimos conquistar,
pudo escaparse.
Escaparse? grit Satans, haciendo un horrible gesto. Escaparse! Pudo llegar hasta ellos
con el Mensaje?
No, mi seor respondi el prncipe del Tibet, con una nota de certidumbre en su voz. No
tuvo oportunidad. Antes de que pudiera aprender una palabra del idioma, nuestras huestes arreglaron
todo para que los nativos mismos lo asaltaran. Rpidamente, fue enjuiciado y condenado. De veras fue
un espectculo que hubiera llenado a su Majestad de gozo. Lo cosieron dentro de un cuero y lo
colocaron al sol para que se asara. Durante tres das qued as, fracturndose sus huesos
paulatinamente, hasta que por fin acab su vida.
El recinto haba ido llenndose rpidamente mientras hablaba el prncipe del Tibet, y al terminar su
informe un gran grito de alegra estall en la asamblea, mientras todos reverenciaban la majestuosa
figura de Satans, quien an conservaba algo de su hermosura a pesar de los estragos causados por el
pecado. Pero un momento ms tarde, los gritos cesaron, acallados por un gesto de la mano de Satans.
Y qu tiene usted para informar? pregunt, dirigindose a otro ngel cado. Es usted an
amo de Afganistn, mi prncipe?
Le aseguro que s, su Majestad replic el prncipe, aunque si no fuera por mis fieles
seguidores, dudo que siguiera sindolo.
Ah! Ha habido un asalto contra sus dominios tambin? exclam Satans con voz fuerte.
S, mi seor respondi el prncipe. Pero escuche y le dir todo.
Pidiendo silencio con un gesto de la mano, comenz:
Observbamos el progreso; eran cuatro en total, todos celosos por proclamar a su Seor. Usted
sabe, mi seor, del aviso que espera al viajero en la frontera de mi reino. Dice as: Se prohbe
terminantemente a toda persona cruzar esta frontera para entrar en territorio de Afganistn. Bien, se
arrodillaron all y oraron, pero a pesar de eso, nuestras valientes fuerzas prevalecieron. A unos veinte
metros del cartel, en un montn de rocas, se hallaba sentado un guarda afgano con un rifle en la mano.
Despus de haber orado, la pequea compaa se atrevi a cruzar la frontera, y entraron en la Tierra
Prohibida. El guarda les permiti avanzar veinte pasos, luego como un relmpago, tres tiros cortaron el
aire y tres de la compaa cayeron al suelo, dos ya muertos y el otro herido. Su compaero arrastr al
herido hasta la frontera, donde tras breve sufrimiento falleci, mientras l, descorazonado, huy del
pas.

Prolongadas vivas siguieron a esta narracin, y gran gozo llen cada corazn, el de Satans ms que
ninguno, porque no era l an dueo de las Tierras Cerradas, y no haba l triunfado en todo el
campo? El Mensaje, gracias a sus innumerables hordas, an no haba penetrado all, ni se haba odo
todava hablar del temible Nombre.
No quiere decirnos, oh poderoso, por qu est tan ansioso por impedir que el Mensaje llegue a
stos, nuestros imperios? No sabe que los reinos del prncipe de la India, y el prncipe de la China, y
de su alteza real, el prncipe del frica, han sido invadidos por fuertes contingentes, y que muchas
personas buscan a Cristo todos los das?
Ah, s! Bien lo s! Pero escchenme todos y les explicar porqu estoy tan celoso por las
Tierras Cerradas contest Satn, mientras los dems prestaban cuidadosa atencin. Hay varias
profecas de las cuales, quiz la mejor resumida es la que reza que Ser predicado este evangelio del
Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendr el fin [Mateo 24.14].
Est claro continu en voz baja que Dios est visitando a los gentiles para tomar de ellos pueblo
para su nombre [Hechos 15.14], y despus de eso, l dijo que volvera; por lo que la Gran Comisin
implica que debern hacerse discpulos de todas las naciones.
Pues bien! exclam indignado, Jesucristo no podr volver para reinar hasta que toda nacin
haya odo las Buenas Nuevas, porque as lo dice: Vi una gran multitud, la cual nadie poda contar, de
todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas [Apocalipsis 7.9]. Por lo que no importa cuntos
misioneros enven a los pases ya evangelizados ni cuntos convertidos obtengan, mientras no se
proclame el evangelio en Alaska, el Tibet, Afganistn y los dems dominios que tenemos donde Cristo
no ha sido proclamado, l no podr volver para reinar.
En ese caso interrumpi el prncipe de Indochina Francesa 1, si podemos impedir la entrada
de los misioneros a las Tierras Cerradas, impediremos Su venida para reinar sobre la tierra y de ese
modo frustrar los propsitos del Altsimo.
Y as vamos a hacer exclam el orgulloso prncipe de Camboya. Hace pocos das
continu un misionero escribi: En este momento no sabemos de un solo indochino que tenga
conocimiento personal de Jesucristo, el Salvador. Confe en nosotros, su Majestad, le aseguramos que
nadie escapar.
Muy bien dijo Satans, seamos an ms vigilantes y frustremos toda tentativa que se haga
para entrar en las Tierras Cerradas.
Al darse cuenta de aquel gran plan, todos dieron voces de alegra, y regresaron rpidamente a sus
imperios, ms resueltos que nunca a no dejar escapar ni una sola alma.
Pasaron cincuenta aos. Con gran intranquilidad, su majestad satnica caminaba de un lado para
otro. Seas de gran preocupacin se dejaban ver en su rostro. Era bien evidente que algo fuera de lo
comn lo estaba perturbando.
No puede ser! se reprochaba a s mismo. El mismsimo plan continu con voz ms
fuerte, s, el mismo plan! Parece que al fin lo han captado! Misiones, pioneros, detesto esas
palabras. Y tampoco puedo soportar aquella otra declaracin: Los fines de la agencia misionera
incluyen apresurar el retorno de nuestro Seor predicando el evangelio a todas las naciones, para
tomar un pueblo para su Nombre, como nos comision: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. Su propsito es involucrarse solamente en actividades que contribuyan a la
1

En la actualidad, Laos, Camboya y Vietnam.

evangelizacin mundial. Su poltica misionera no les permite duplicar los esfuerzos que hacen otras
agencias en el extranjero, entre pueblos, tribus y naciones donde Cristo no ha sido an anunciado.
Regiones de ms all, zonas no ocupadas, misiones entre los pueblos, tribus y naciones adonde el
nombre de Cristo es an desconocido! Y apresurar el retorno de nuestro Seor siguiendo su programa
para este siglo. Luego aquel grito: Traer de regreso al Rey! El Rey! El Rey! No suceder! Yo tengo
que desbaratar sus esfuerzos El Rey! Y qu me suceder a m cuando l venga? Tengo que
convocar a un concilio inmediatamente!
En pocos minutos todos estaban presentes. Vinieron desde las regiones ms apartadas y remotas los
poderosos ngeles cados, dignatarios, prncipes, capitanes, gobernadores mundiales de las tinieblas de
este siglo. En innumerables multitudes se congregaron alrededor de su seor, quien sumamente airado
se hallaba de pie en medio de ellos. Reinaba un silencio sepulcral. Pronto Satans hizo uso de la
palabra:
Prncipe de Alaska, venga aqu!
Temblando y temeroso, ya desvanecida su arrogancia de cincuenta aos atrs, se acerc a su
temible monarca.
Prncipe de Alaska, han entrado en tu territorio ya?
S, mi seor, es cierto respondi lentamente el prncipe con una mirada de terror, apenas
levantando los ojos.
Cmo? Qu! tron Satans, dominndose con dificultad. Cmo es que no guard mejor
mi imperio?
Hicimos lo que nos fue posible, su Majestad, pero todo fue en vano. Se lleg a saber, en qu
forma no imaginamos, de la tragedia de ese primer grupo de misioneros; los cuerpos congelados de los
primeros dos fueron hallados. La noticia inflam a toda la iglesia. Hubo quienes se lanzaron a la
aventura. Pudimos aniquilar a varios. Otros se desanimaron y se volvieron a casa. Pero finalmente, a
pesar de todo lo que pudimos hacer, lograron sus propsitos. Guardados y protegidos por legiones de
ngeles, entraron en mi territorio y all se establecieron y no pudimos ya echarlos. Y hoy hay
centenares de esquimales dentro del Reino de Dios, adems de los miles que ya han odo el evangelio.
No es posible describir lo que sigui a esta declaracin. Satans estall en una furia incontrolable.
El aire mismo pareca lleno de un milln de espritus. Sus principales jefes quedaron amedrentados ante
l y pugnaban por alejarse de sus terribles ojos.
Prncipe del Tibet, pase usted adelante! rugi el enfurecido jefe. Espero que tenga un
informe mejor para darnos continu mientras se acercaba el clebre prncipe.
No, mi seor!, muy poco mejor me ha ido a m respondi ste.
Cmo! grit Satans. El nombre de Cristo ha sido predicado en su dominio?
No pude impedirlo de ninguna manera replic el prncipe en voz baja. Hicimos todo lo que
nos fue posible. Todas nuestras fuerzas trabajaron da y noche tratando de vencerlos. Parece ser que
han iniciado un movimiento con el nico propsito de ir adonde nadie fue antes y predicar entre los no
alcanzados. El prncipe de la China trat con todas sus energas de aniquilarlos, pero fue en vano.
Estaban protegidos por legiones de ngeles, y sobrevivieron. Fueron atacados por perros, llenamos a
los sacerdotes de odio mortal hacia ellos, se colocaron trampas por todas partes, aplicamos el mtodo
del hambre, la enfermedad hizo estragos entre ellos. Pero todo fue en vano. Siguieron siempre adelante,
hasta que actualmente debemos reconocer perdidas para siempre muchas personas residentes en el
Tibet, y miles ms han odo el evangelio. El evangelio ha llegado hasta los ltimos confines de mi
territorio.

Al or eso, la furia de Satans era indescriptible. Sin perder un momento, se dirigi al prncipe de
Afganistn y dio su ltima orden:
Prncipe de Afganistn, venga usted aqu!
Hubo un momento de vacilacin; luego con paso lento y cabizbajo, se adelant el prncipe y se par
temblando ante su soberano.
Prncipe de Afganistn empez Satans de nuevo, usted ha guardado bien mis dominios. Si
usted me fallara no s lo que hara.
No hubo contestacin. El silencio pareca ejercer un poder de encantamiento sobre el numeroso
auditorio.
Hable, oh prncipe! Han entrado?
S, es cierto, mi seor.
Prncipe de Afganistn exclam Satans, saltando enfurecido hacia su vasallo, me ha sido
infiel!
No, mi seor, no he sido infiel, pero nada se pudo lograr. Hicimos todo lo que nos fue posible.
Hasta hace un ao, ni una sola alma oy la predicacin de los misioneros. Luego dos jvenes fueron
enviados por esa agencia misionera y
Malditos sean! interrumpi Satans.
Toda la iglesia se puso a orar continu el prncipe. Todos evidentemente saben que Cristo
no vendr a reinar mientras no se predique el evangelio a toda lengua. Los ngeles los protegan. Oh,
s!, luchamos, pero no los pudimos resistir. Seguan siempre adelante, y hace una semana un hombre
acept a Cristo y varios otros ya estn interesados.
Y ahora? rugi Satans. Todo est perdido! Miles se estn salvando en la India y en la
China, y la noticia que acabo de recibir es la peor de todas: l podra venir ahora. O por lo menos no
tardar mucho en hacerlo, porque con la visin que esta gente ha captado, cada tribu, lengua y nacin
ser alcanzada con la predicacin del evangelio. Y luego, ay de m! Pobre de m!
CAPTULO

El leador intrpido

maravillosa. Aun para un leador intrpido2 se la consider algo extraordinario.


Los alegres leadores de la costa del Pacfico nunca olvidarn el temblor que sintieron mientras
observaban al temerario y audaz muchacho balancendose entre el cielo y la tierra. Se haba elegido el
rbol el da anterior: un inmenso pino Douglas de unos cien metros de altura, con un dimetro de casi
dos metros en su base, perfectamente derecho y pelado casi hasta la copa. No era un rbol fuera de lo
comn, por lo menos en la Columbia Britnica, pero se trataba de uno especialmente elegido y muy
apropiado para la hazaa de un hachero.
UE UNA HAZAA

Sobre la costa occidental del Canad existen bosques de pinos, donde no es extrao ver que algunos superan
los cien metros de altura. La tala de semejantes rboles requiere de leadores especializados, que antes de
derribar por tierra a esos gigantes, trepan hasta lo alto del tronco para cortar en primer lugar la copa e instalar
luego los aparejos para transportar el tronco cortado. Se suelen hacer concursos de destreza entre los
leadores, que en ocasiones han producido cadas fatales.

El leador, joven de unos diecinueve aos, de rostro alegre y aire de despreocupacin, era ese da el
centro de toda la atencin. Despus de varias semanas de preparacin especial, haba llegado a ser uno
de los mejores hacheros a lo largo de la costa.
Saltando por el tronco del rbol, con clavos largos en su calzado y una correa alrededor de su
delgada cintura, trep los primeros quince metros como una ardilla, y se hallaba ya muy arriba antes de
que los robustos leadores al pie del rbol se dieran cuenta de que el joven se haba ido. Echando la
soga alrededor de s, hinc los clavos de sus zapatos firmemente en la corteza del rbol, con su cabeza
echada hacia atrs, segua ascendiendo exitosamente, ayudado por el excelente estado atltico de su
cuerpo.
Arriba, y siempre hacia arriba, ascenda, mientras la inmensa copa se meca como resultado de sus
movimientos. Sus observadores se haban cansado de tanto mirar a lo alto y algunos hombres se
acostaron de espalda para verlo mejor. Se oan por todos lados exclamaciones de satisfaccin y de
admiracin, animndole a seguir adelante. Gritos espontneos de entusiasmo se alzaban hacia arriba
con cada paso que daba. Con razn se esforzaba! Era su da, y l se hallaba all para superarse a s
mismo. Pronto se detuvo. A una altura de sesenta metros!
Era suficiente. Ahora a trabajar. Sac su hacha y empez a cortar el rbol. Dando vuelta al tronco
continuamente, sostenindose con su fuerte correa, daba golpes firmes haciendo caer una lluvia de
astillas sobre las personas que desde abajo lo observaban.
De dos cosas tena que cuidarse, pues haba dos posibles accidentes que l tendra que evitar. Si
erraba un golpe y cortaba la correa que lo soportaba, el resultado sera fatal. Haca una semana que se
haba registrado un caso semejante en la isla de Vancouver, y el cuerpo lleno de golpes y sin vida del
descuidado Tim se haba recogido al pie del rbol, luego de caer el infortunado muchacho desde unos
sesenta metros de altura. Adems, tena que estar bien seguro de que cortaba debidamente el tronco en
su circunferencia, no fuera que al romperse el rbol, se rasgara llevando consigo la correa que estaba
alrededor del mismo y del cuerpo del leador, lo cual resultara en cortar en dos el cuerpo del joven.
Tal cosa ya haba acontecido a otro, y an estaba fresco el recuerdo de ese terrible suceso.
Pero estaba muy alerta, y todo fue bien. La copa del rbol, cortada correctamente, cay a tierra con
el estrpito de un trueno, obligando a los leadores a saltar a un lado para evitar ser golpeados por ella.
Fue en ese momento que el intrpido joven se vio frente a su real peligro. El tronco oscilaba
peligrosamente de cinco a siete metros debido a la vibracin causada por la cada de la copa. Si no
hubiera estado debidamente prevenido, se dejara llevar con el tronco, y como resultado del golpe su
rostro quedara desfigurado. Estos hombres no podan olvidar a otro leador, cuyo rostro haba sido
desfigurado totalmente al chocar una y otra vez contra el tronco, antes que el leador pudiera empezar a
moverse acompaando la oscilacin para evitar el golpe; tan violento haba sido el rebote.
De repente ces sus actividades. Ahora qu? Los de abajo notaron que haba aflojado la correa y
clavado los zapatos en el tronco, descendiendo unos cuatro metros a fin de evitar un posible
resquebrajamiento; luego se haba afirmado de nuevo para esperar que la inmensa copa, que tena unos
treinta metros encima de su cabeza, se partiera y cayera. Observaron cmo se dejaba hamacar con
coraje y sin resistencia alguna, hasta que terminaron las fuertes vibraciones.
Y ahora, de acuerdo con las leyes de los trepadores, le tocaba dedicarse a preparar el aparejo. Tena
que llevar arriba la polea, de unos doscientos kilos, con un aparejo que deba asegurarse en la punta del
rbol. A travs de la polea tena que pasar el cable de cuatro centmetros de dimetro, y asegurar el otro
extremo a un rbol similar distante casi cuatrocientos metros. A lo largo de este cable, los troncos,
grandes, poderosos gigantes no los mondadientes del Ontario del Norte tenan que ser arrastrados

y a veces levantados muy arriba. Pero el intrpido muchacho no hizo este trabajo. En lugar de eso hizo
algo que fue tema de conversacin entre los leadores por varios meses.
Ahora, el dimetro del tronco en el lugar donde se lo haba cortado era de sesenta centmetros. El
muchacho haba hecho una pausa. All abajo esperaban. Lo que comenzaban a ver ahora, sera una
visin? Les engaaban sus ojos? No, all estaba, balancendose entre cielo y tierra, erguido de pie
sobre el tronco de sesenta centmetros de dimetro, a sesenta metros de altura. Detuvieron la
respiracin. Se produjo silencio entre los arrojados leadores, mientras miraban hacia arriba y
observaban al intrpido muchacho. No se oa ningn sonido. El corazn de muchos hombres lata
fuertemente por momentos, luego pareca detenerse, mientras un escalofro los dejaba dbiles y
temblorosos, y aun hechizados, sin poder apartar los ojos de l.
All estaba, parado en forma inequvoca como dibujado contra el cielo azul. Caera? Podra
balancearse lo suficiente como para recobrar la posicin? Pronto alz en alto su hacha. A un metro del
lugar en que se hallaba, el gajo de otro rbol se mova por el viento. Qu iba a hacer? Se estaba
enloqueciendo? Qu locura! Pero, fjense ustedes! Asest un golpe fuerte con el hacha. Haba cortado
el gajo de tal manera que se precipit a tierra. El muchacho se agacha. Los espectadores lanzan un grito
de asombro. Paulatinamente su cuerpo recobra su equilibrio. Y cinco minutos ms tarde, planta los pies
firme y victoriosamente en tierra mientras los vivas de los leadores que le rodean suben al cielo. El
intrpido aparejador se haba ganado sus laureles!
Aquella noche el joven trepador no poda conciliar el sueo. Hora tras hora daba vueltas de un lado
para otro, sin poder descansar. Espectros de das ya idos se le aparecan. Hechos olvidados desde
mucho tiempo retornaban de nuevo a su mente. El viejo hogar, su madre, la iglesia de su niez y una
variedad de recuerdos sagrados inundaron su confusa mente.
Esto no conviene susurr, qu es lo que me pasa esta noche? Apoyndose sobre el codo,
escuchaba para asegurarse de que todos, menos l, dorman. Luego silenciosamente baj de la cama, se
visti y sin el menor ruido sali al aire libre.
Era una noche de luna. Se vean en la distancia las largas y anchas sombras de los altos rboles, y
cada una de las casillas de los leadores. Ni el menor ruido rompa el silencio de la noche. El mismo
bosque gigantesco pareca envuelto en el sueo nocturno.
Deslizndose rpidamente entre los rboles, se dirigi al lugar en donde pocas horas antes l haba
realizado su asombrosa hazaa, pensando que el paseo le dara sueo y que le ayudara a olvidarse de
los recuerdos que le molestaban.
Una hora ms tarde regres a su cabaa y silenciosamente se acost de nuevo. Pronto concili el
sueo, y en cuanto se durmi, extraas y fantsticas visiones invadieron su mente. Estaba trepando de
nuevo al rbol, lleno de entusiasmo, ansioso de llevar a cabo la arriesgada hazaa.
Soaba con que sacaba su hacha, que empezaba con fervorosa energa a separar la copa del tronco.
En pocos momentos haba completado el corte. Luego, al empezar a mecerse la parte superior cay y
l, clavando las espuelas firmemente en el tronco, ech todo su peso sobre la correa y esper el shock.
Y cuando se produjo fue para gran susto suyo. l mismo no haba seguido el movimiento del tronco y
seguidamente sinti el aplastador golpe del rbol en su rostro, mientras el rbol se meca para adelante
y para atrs, hasta que le pareci que todos los huesos se le hubieran quebrado. Senta que la sangre le
chorreaba por el rostro y se despert baado en transpiracin con los nervios alterados.
Se durmi de nuevo. Esta vez so que usaba el hacha en un punto muy alto del rbol, sostenido
por la correa solamente. De repente, err el golpe y en un abrir y cerrar de ojos se cort la correa.
Senta que caa en el espacio, y con terrible grito, trat en vano de asirse de un gajo. Luego le vino esa

espantosa sensacin de que caa a un abismo. En seguida, al caer pesadamente a tierra se despert por
segunda vez, encontrndose en el piso al lado de su cama.
Como tena miedo de dormirse otra vez, sali de nuevo de la cabaa y se puso a caminar sin rumbo
entre los gigantescos pinos. Segua siempre hacia adelante sin hacer caso ni de la hora ni de la
direccin en que iba. Un mundo de recuerdos que vanamente haba tratado de sofocar volvieron a
ocupar su mente.
En su imaginacin se hallaba de regreso en la ciudad. Se encontraba asistiendo a una importante
conferencia que llevaba una semana y haba tenido lugar haca un ao. Atrado por algn poder
magntico del orador, o empujado por alguna influencia misteriosa, repentinamente se incorpor y se
pleg a una larga fila de jvenes y seoritas que se adelantaban para responder al llamado misionero.
Fue ese un momento lleno de emocin para l. An poda sentir la exaltacin de espritu que haba
experimentado en aquella memorable ocasin.
S, en ese momento tena el firme propsito de ir como misionero, pero al clausurarse la
conferencia se le haba desvanecido el entusiasmo al tener que enfrentar las realidades de la vida y
calcular el costo de su decisin. Gradualmente la sagrada resolucin se debilit y su entusiasmo se
enfri. Las atracciones mundanas se apoderaron de l nuevamente, y a las pocas semanas haba logrado
ahogar la voz interior y olvidarse, momentneamente por lo menos, de su compromiso.
Sin embargo, de vez en cuando, especialmente en los momentos de silencio, esa voz reclamaba
atencin e insista que se la reconociese. Por mucho que se esforzaba no pudo olvidarse de lo que haba
resuelto. Finalmente, sintindose desesperado, tom cierto da un tren que lo llevara al Oeste y, para
abreviar el relato, termin como trepador especializado en esos gigantescos rboles, en los enormes
campamentos de leadores de la Columbia Britnica. Y ahora, ya transcurrido un ao, creyendo que
todo se haba ido al olvido, se vea de nuevo cara a cara con su llamado.
Por espacio de dos horas luch desesperadamente. El precio que tendra que pagar se le presentaba
en forma real. No poda ignorar fcilmente el sacrificio que implicara. La fama que haba conquistado
como leador intrpido lo empujaba fuertemente hacia los bosques. Y la familiaridad del monte y el
gozo de la vida agreste le provocaban dudas y vacilaciones.
De pronto, como un relmpago, cruz por la mente del muchacho el recuerdo de otro que quiso huir
de Dios. Pero a Jons le haba ido muy mal. A l quiz le fuera peor. Sera peligroso tratar de esquivar
esta decisin por mucho ms tiempo.
Dejndose caer lentamente al suelo, coloc la cabeza entre las rodillas y estall en un desesperado
llanto. Amargas lgrimas de arrepentimiento corran por las mejillas, mientras que con frases
entrecortadas haca su confesin buscando perdn por su desobediencia y renovando ante Dios el voto
de servirle como misionero. Y una paz como nunca antes haba experimentado llen su corazn. El
leador temerario haba sido vindicado.
CAPTULO

Es la evangelizacin del mundo


la tarea suprema de la iglesia?

NVITO A MIS LECTORES

a leer conmigo la porcin bblica contenida en Ezequiel 3.1719. Voy a

cambiar algunas de las palabras en este pasaje a fin de poderlas aplicar a la actualidad. Ntense con

cuidado los cambios. Deseo parafrasear el pasaje de modo que haga referencia a la obra misionera.
Lemoslo ahora, entonces, comenzando con el versculo 17:
Obrero cristiano, yo te he puesto por atalaya: oirs, pues, mi palabra, y los amonestars de mi
parte. Cuando yo diga al impo: De cierto morirs, si t no le amonestas ni le hablas, para que el
impo sea advertido de su mal camino a fin de que viva, el impo morir por su maldad, pero su sangre
demandar de tu mano. Pero si t amonestaras al impo, y l no se convierte de su impiedad y de su
mal camino, l morir por su maldad, pero t habrs librado tu vida.
Su sangre demandar de tu mano. Al leer esas palabras me pongo a temblar. Su sangre
demandar de tu mano.
A travs de los aos, mi vida ha sido poderosamente inspirada por los lemas misioneros. Same
permitido citar aqu uno que ha tenido mayor significado para m que cualquier otro: La suprema tarea
de la iglesia es la evangelizacin del mundo. Yo creo de todo corazn que eso es cierto. La obra ms
importante que tiene que cumplir la iglesia es la evangelizacin del mundo.

Mundo
Tomar a continuacin tres de las palabras de este lema y pondr nfasis sobre ellas una por una. Ante
todo he de tomar la ltima palabra: mundo. La suprema tarea de la iglesia es la evangelizacin del
mundo. Cunto am Dios al mundo! Cuando dio a su Hijo, lo dio para el mundo. Cuando muri
Jesucristo, muri por el mundo. La visin de Dios es una visin del mundo. Y tal es la visin que l
quiere que tengamos.
Muchos de nosotros somos unilaterales en nuestra visin. Vemos solamente nuestra propia
comunidad, nuestro propio pueblo o ciudad y nunca trascendemos esas fronteras. Los que as hacen
piensan slo en su propia iglesia y no se interesan en los dems. Hay otros que avanzan un poco ms
con su visin. Ven toda una ciudad o una provincia y estn dispuestos a dar su dinero y trabajo a fin de
evangelizarla. Pero esta tambin es una visin corta porque sus fronteras estn limitadas por la ciudad o
provincia en la cual viven. Pero hay quienes avanzan un poco ms todava. Ven todo un pas y estn
prontos a trabajar a fin de evangelizarlo. Lamentablemente debemos decir lo mismo de stos. No ven
ms all del pas donde viven. Y el mismo mal les alcanza a los que ven todo un continente y estn
dispuestos a hacer todo lo posible por evangelizarlo. Los lmites de esa visin son los mismos que los
de ese continente. Por fin, estn los que ven todo el mundo. Los que en su visin incluyen Europa,
Asia, frica, Amrica del Norte y del Sur y las islas de Oceana. Tienen la misma visin que Dios
quiere que tengamos: la visin del mundo.
Por qu ser que tantos de nosotros tenemos solamente una visin limitada? Por qu ser que
pensamos tanto solamente en nosotros mismos? Ser cierto que Dios se interesa ms en la raza negra
que vive en este continente que en la raza amarilla que vive en otro? Se preocupa ms por la raza
morena que por la blanca? Ser que por nuestra miopa no tenemos una visin del mundo? En cierta
ocasin sala yo de Jamaica viajando por avin. Al iniciarse el vuelo vea desde las ventanillas los
alrededores del aeropuerto. Luego, al tomar mayor altura pude ver los campos y las casas de los
agricultores. Y cuanto ms alto tanto ms poda ver a la distancia los valles y las montaas. Finalmente
me fue posible ver toda la isla de Jamaica yaciendo como una joya en el seno del Caribe; y si hubiese
sido posible ir ms alto todava podra haber visto todas las Antillas al mismo tiempo.
Desde su lugar en las alturas, Dios puede mirar hacia abajo sobre el mundo entero y ver cada
nacin, cada continente y cada isla con una sola mirada. Si pudiramos viajar lo suficientemente lejos,
veramos al mundo tal como Jess lo ve. Pero algunos no hemos viajado nunca y nunca hemos

escuchado a aquellos que han viajado. No estudiamos la Geografa. Poco sabemos del mundo ms all
de nuestro pas.
Cmo es que creemos que nosotros somos el pueblo y que somos ms importantes que los dems
pueblos del mundo? En todas partes adonde voy, oigo expresar ese sentir. Cuando estuve en Inglaterra
all oa decir a la gente: Nosotros somos el pueblo. Al viajar por los Estados Unidos, Australia y
Nueva Zelanda oigo lo mismo. En cierta ocasin visitaba una pequea isla del Pacfico y aun all los
nativos decan: Nosotros somos el pueblo. Solan decirme algo ms o menos as: Cmo es que
ustedes los norteamericanos viven all en las afueras del mundo civilizado? Cmo es que no viven ms
cerca del centro de este mundo? La idea era que nosotros, los britnicos y norteamericanos, vivamos
como separados de la civilizacin, mientras que ellos, los nativos de esas islas del Pacfico, viven en el
mismo centro del mundo. Lo que pasaba era que tenan una visin local, no tenan una visin mundial.
Se crean la gente ms importante del mundo.
Ser me pregunto porque nos creemos los ms numerosos? Temo que algunos de nosotros no
nos demos cuenta de que hay naciones en el mundo que tienen mayor nmero de habitantes de lo que
tiene nuestra propia nacin. No somos las nicas piedritas sobre la playa.
3
Estando yo en las Indias Orientales Holandesas viajaba por la isla de Java. Me encontr con que
me fue posible cruzar esta isla de este a oeste en unas doce horas y de norte a sur en unas cuatro horas.
Se me creer al afirmar que Java es uno de los puntos ms densamente poblados del globo terrestre?
4
Viven en esa pequea isla cincuenta millones de habitantes. Es posible colocar en Canad quince islas
del tamao de Java y an sobrara lugar; y sin embargo, Java tiene ms que la tercera parte de la
poblacin de los Estados Unidos. Si Dios se interesara en cifras, entonces l tendra ms inters en
Java que en mi pas, el Canad, porque si bien es cierto que son quince millones los habitantes de
Canad, hay, como acabo de decir, cincuenta millones en Java.
Si Dios se interesara en las estadsticas, entonces se interesara ms por Rusia que por los Estados
Unidos, puesto que si bien hay ciento cincuenta millones de habitantes en los Estados Unidos, hay
doscientos millones en Rusia. Esta es la nacin blanca ms grande de la tierra, con sus doscientos
millones. Pero una vez ms, si Dios se interesara en las estadsticas, entonces se interesara ms por la
India que por Rusia, porque si bien hay doscientos millones de habitantes en Rusia, hay dos veces ms
en la India. Y por ltimo, se interesara ms por la China que por la India, puesto que si la India tiene
cuatrocientos millones de habitantes, la China tiene ms de cuatrocientos setenta y cinco millones de
habitantes, siendo sta la nacin ms grande del mundo desde el punto de vista numrico. De cada
cinco criaturas que nacen en el mundo, una de ellas nace en la China. Alguien ha dicho: Dios ha de
querer mucho a los chinos, puesto que ha hecho tantos de ellos.
Mi propia patria, Canad, vista desde el punto de vista numrico, no es ms que la punta de un
alfiler sobre el mapa. Y si sucediese que las aguas del Pacfico creciesen por la noche e inundaran el
Canad, supongo que al da siguiente aparecera en los diarios neoyorquinos, con grandes titulares, un
artculo intitulado: Anoche Canad desapareci de entre la familia de las naciones. Eso es todo lo
que valemos. Desde el punto de vista numrico nuestra importancia no cuenta. Por qu, entonces, nos
imaginamos ser el pueblo? Por qu tener una visin tan limitada? Por qu estimarnos como de ms
importancia que otras gentes del mundo? Qu razn hay para que Dios se interese ms en nosotros
3
4

En la actualidad, Indonesia.
Los datos poblacionales en este caso, como en el resto del libro, no han sido actualizados.

que en otras naciones? Ojal nos d una visin mundial, para que trabajemos por la evangelizacin del
mundo entero, por el cual Cristo muri, y que podamos as ver al mundo como l lo ve!

Suprema
Consideremos otra palabra en nuestro lema, la palabra suprema. La tarea suprema de la iglesia es la
evangelizacin del mundo.
Si la evangelizacin del mundo es nuestra obra ms importante, al efectuarse una Conferencia
Misionera debiramos dejar a un lado toda otra cosa y asistir a cada sesin. De otro modo damos ms
importancia a alguna otra cosa, o no creemos que esta obra es de primera importancia. Damos a
entender por nuestras acciones que la obra misionera ocupa un puesto secundario.
En segundo lugar, si la evangelizacin del mundo es de primera importancia, deberamos
concentrarnos en contribuir para tal obra y dejar a quienes no tienen esa visin, que contribuyan para
otras obras. Siempre habr suficiente para la obra local, porque siempre hay los que dan el primer lugar
a la obra local. Muchas de esas causas que merecen ser atendidas aqu en el pas lo sern debidamente,
puesto que solamente la minora se interesar en la suprema tarea de la iglesia.
Si damos el primer lugar a la obra misionera, entonces daremos ms para esa obra que para
cualquiera otra. De otro modo, alguna otra causa ocupar el lugar de preferencia. Entre mis lectores
habr, sin duda, hombres de negocio, cada uno con su empresa particular. Ahora bien, posiblemente
tendrn un departamento o seccin de la empresa que consideran de ms importancia que las otras
secciones. En qu seccin se invierte la mayor parte del supervit? En aquella seccin de ms
importancia, por supuesto. Y por qu se hace as? Porque se desea desarrollar el departamento ms
importante de la empresa. Y as es en lo que se refiere a la obra misionera! Si la evangelizacin del
mundo es la obra ms importante de la iglesia, entonces debemos invertir la mayor parte de nuestro
dinero en el departamento ms importante. Al no hacer as, no damos el primer lugar a esta obra y no
creemos que la evangelizacin del mundo es la suprema tarea de la iglesia. Encuentro que son
realmente pocos los pastores que creen que su obra ms importante es la de la evangelizacin del
mundo.
Esto me lleva a afirmar que cada iglesia debera gastar ms en la obra misionera que en la obra
local. Y es ms lgico. Si creemos que la obra misionera tiene prioridad, entonces deberamos invertir
ms dinero en el extranjero que en nuestras propias iglesias.
Quiz se preguntar: Y su propia congregacin, la Iglesia de los Pueblos, de la cual usted es
pastor: destina para las misiones al extranjero ms que para sus propias necesidades? Me alegro poder
decirle que no ha habido un ao desde que fui nombrado pastor de la Iglesia de los Pueblos que
hayamos invertido, ni aproximadamente para necesidades locales, la cantidad de dinero que hemos
enviado a los campos misioneros del mundo.
En enero pasado le formul dos preguntas a los auditores, por medio de nuestro tesorero. La
primera:
Qu cantidad de dinero gastamos en la obra local el ao pasado?
Despus de haber revisado los libros ellos contestaron:
Doctor Smith, el ao pasado se gastaron 39.000 dlares en la obra local.
Luego hice la segunda pregunta:
Cunto remitimos a los campos misioneros?
De nuevo me contestaron:
El ao pasado la iglesia envi la cantidad de 282.000 dlares para la obra misionera.

Esplndido dije , pero no ha habido un error? No ser que empleamos 282.000 dlares en
la obra local y que enviamos 39.000 para la obra misionera?
No respondieron, no nos hemos equivocado. Ustedes remitieron 282.000 para el campo
misionero y gastaron 39.000 en la obra local.
Magnfico contest, as ha sido siempre, y as deber ser siempre.
Y si llegase el momento en que la Junta Directiva de mi iglesia decidiese emplear ms dinero
localmente que en la obra misionera, recibiran de inmediato mi renuncia. Yo no quisiera ser pastor de
una iglesia que gasta egostamente ms dinero en sus propias necesidades, en el campo domstico, que
lo que enva al campo misionero. Me siento muy feliz en saber que gastamos solamente 39.000 dlares
en casa y 282.000 dlares para la obra misionera.
Al hacerme cargo de la Iglesia de los Pueblos en Toronto, hace ya muchos aos, me dijeron todo
menos una sola cosa. El domingo de maana en que iba a predicar mi primer sermn, el tesorero se me
acerc con una expresin algo pesimista en su rostro y me dijo: Doctor Smith, le hemos dicho todo en
cuanto a esta iglesia menos una sola cosa. Luego hizo una pausa, esper a que continuase, y me
expres: Pesa sobre esta iglesia una deuda considerable. Debemos muchsimo y los fondos se hallan
agotados. Luego me mir como si esperara que yo metiera la mano en el bolsillo a fin de sacar dinero
para pagar las deudas.
En lugar de hacer eso, me di vuelta y me dirig al plpito, y mientras iba oraba: Seor, desde hace
mucho he deseado averiguar si es verdad o no cierto pasaje de tu Palabra. Claro est, yo quera decir,
en un sentido prctico. Me refera a aquel pasaje: Buscad primeramente el reino de Dios [la extensin
por todo el mundo de ese reino de Dios] y todas estas cosas os sern aadidas (Mateo 6.33). Aquella
maana prediqu mi primer sermn misionero.
Lleg la tarde del domingo. Fue mi primer domingo. Yo debera haber preparado algn mensaje
evangelstico, pero nuevamente me senta inspirado a hablar sobre la obra misionera, y as lo hice.
Luego invit a la gente a volver cada noche de esa semana. Vinieron, y el lunes les habl nuevamente
sobre la obra misionera. El martes recibieron otra dosis. El mircoles tuvieron que escuchar otro
sermn sobre la obra misionera. Lo mismo sucedi el jueves. Al llegar el viernes, la asistencia fue
mayor que nunca; pudiera ser que fuera por mera curiosidad, pero nuevamente habl de la obra
misionera.
Supongo que se deben haber cruzado de brazos y dicho: No podemos comprender a nuestro nuevo
pastor. Parecera que no sabe hablar ms que de la obra misionera. Pero ya llega el segundo domingo.
Quiz empezar a predicar de veras.
Lleg el segundo domingo. Me acuerdo de ello como si fuera ayer. En el culto matutino hice el
anuncio: Se han de efectuar tres cultos hoy, y en cada uno se levantar una ofrenda para la obra
misionera: uno esta maana, otro esta tarde, y el ltimo esta noche. Algunos me miraron atnitos, pero
yo ya haba iniciado mi obra misionera, secundado por un misionero, con miras a una Conferencia
Misionera, y estaba resuelto a seguir adelante. Aquella maana prediqu sobre misiones y se levant
una ofrenda misionera. Lo mismo hice de tarde, y nuevamente de noche. Apenas hice referencia a las
necesidades locales, invitndolos por el contrario a dar todo el dinero que fuera posible para la obra
misionera.
Pero he aqu el resultado: se interesaron tanto, y se despertaron hasta el punto que la asistencia fue
siempre en aumento. Se convirtieron almas al Seor y en poco tiempo los asientos no alcanzaron para
acomodar la concurrencia. No tardaron en tener la visin y empezaron a dar, como nunca haban dado,
y dentro de pocas semanas, sin mencionar casi las obligaciones locales, se pagaron todas las deudas, y a

partir de aquel entonces no hemos odo ms la palabra deuda en relacin con las obligaciones de
nuestra iglesia. Descubrimos que cuando se pone lo ms importante en primer lugar, Dios obra.
La dificultad con la iglesia promedio es que hacen las cosas al revs: ponen el carro delante del
caballo, y luego le piden al pastor que se suba y dirija el carro. Por supuesto que as no resulta. Si
solamente obrramos de acuerdo con el plan de Dios, tendramos xito y no habra problemas. Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas. El plan divino es el
plan perfecto y jams falla.
Si yo fuera llamado a otra iglesia, y hallara que esa iglesia est luchando con deudas, hara
exactamente lo mismo otra vez. Convocara a una gran Conferencia Misionera, reunira tanto dinero
como fuera posible para las misiones, y luego confiara en que Dios me ayudara y cuidara de las
obligaciones locales, y l lo hara! Lo nico que tenemos que hacer es dar prioridad a las cosas ms
importantes y luego observar cmo Dios obra.

Iglesia
La tercera palabra sobre la cual deseo poner nfasis es la palabra iglesia. La suprema tarea de la iglesia
es la evangelizacin del mundo. Cuando pienso en la iglesia pienso en el total de la iglesia, y no en un
mero departamento o una organizacin dentro de ella. Por ejemplo, no tenemos en mi iglesia una
Sociedad Misionera Femenina. Nunca la hemos tenido y nunca la tendremos. No porque yo est en
contra de una sociedad as. Agradezco a Dios por todas las sociedades misioneras femeninas. Algunas
veces la nica luz misionera que brilla es la de una sociedad misionera femenina. Pero en dos minutos
podr mostrar el porqu es imposible para nosotros tener una organizacin como sta.
Supongamos que yo reuniese un pequeo grupo de mujeres, digamos doce o ms, y supongamos
que yo dijese a esas hermanas: Ahora ustedes se han de organizar en una Sociedad Misionera
Femenina, y el trabajo que debern hacer es evangelizar el mundo. En ese caso, qu es lo que yo
estara diciendo a los dems miembros de mi iglesia? Estara dicindoles: Esta no es la obra ms
importante de la iglesia. Es solamente una parte de nuestra tarea, uno ms de los muchos departamentos
y actividades de nuestra iglesia. Que estas hermanas cuiden de ello. Ellas pueden hacerse cargo de la
evangelizacin del mundo y los dems nosotros, los hombres haremos algo que realmente valga la
pena.
No, mis amigos! Cada hombre de mi iglesia es miembro de la Sociedad Misionera. E insisto, hasta
donde me es posible, que cada uno de los ochenta o ms miembros del coro acepte su responsabilidad;
que cada uno de los ancianos y diconos, ciento veinte en total, sienta esa carga; que cada ujier, cada
maestro de la Escuela Dominical y cada funcionario, cada nio y nia, contribuya para la obra
misionera. No queremos que los padres contribuyan por los nios. Enseamos a los nios a tomar sobre
s la responsabilidad de contribuir. Desde la edad de cinco o seis aos se les ensea a dar
sistemticamente. Luego cuando son grandes no hay problema. Han aprendido a contribuir.
Esta obra es, en verdad, demasiado importante como para confiarla a una sola organizacin dentro
de la iglesia. Y cuando todos y cada uno captan la visin, y hacen algo, entonces se alcanza la meta y se
cubre el presupuesto. Nuestro lema es: Cada cristiano un misionero. La obra misionera es
responsabilidad de toda la iglesia.

Cmo se hace
En todas partes adonde voy, se me hace la misma pregunta: Cmo consigue usted esas ofrendas? De
dnde sale el dinero? Usted debe tener una iglesia de millonarios. Esto es lo que pens el director de
un peridico catlico canadiense, cuando vio nuestro informe en la prensa diaria. Me escribi

preguntndome si era as y, cuando le contest negativamente, qued atnito. Escribi un largo artculo
en su publicacin catlica, declarando que una iglesia protestante, dirigida por as deca l un
celoso pastor, daba ms para las misiones que todas las iglesias catlicas desde Ontario hasta la costa
juntas. Nosotros escribi somos los verdaderos custodios de la ley, sin embargo, permitimos que
una iglesia protestante nos sobrepase. Avergoncmonos. Su idea era, naturalmente, la de provocar a
los catlicos para que contribuyeran ms. No, no tenemos millonarios. De hecho, no contamos con
ninguna fortuna en la iglesia. Nuestras ofrendas son recibidas por medio de la contribucin de gente
que pertenece al comn del pueblo.
Cierta vez, un funcionario de la Junta de Misiones Extranjeras de una gran denominacin me
pregunt el secreto, queriendo saber por qu haba decrecido la ofrenda de su denominacin.
Doctor Fulano le dije ustedes han puesto las misiones en el presupuesto y apelan a la gente
para un presupuesto muerto, fro, y luego dividen el dinero como creen mejor. Eso nunca funcionar. El
evangelismo mundial es demasiado importante como para que se lo pueda poner dentro de un
presupuesto. Ustedes tendrn que sacarlo del presupuesto y ponerlo en la plataforma donde la gente
pueda verlo. Tendrn que volver a las grandes concentraciones misioneras de los das del Movimiento
Estudiantil Voluntario, cuando multitudes de jvenes y seoritas fueron inspirados para salir al campo.
La gente nunca va a dar para un presupuesto. Deben recibir inspiracin.
Admiti que yo tena razn.
Cmo lo conseguiremos? Quiz ayudar si les explico cmo no lo conseguiremos. No lo reunimos
por medio de cenas, bazares, conciertos, ni ventas de cosas usadas. No es porque yo est en contra de
tales mtodos, sino porque no funcionan. Qu hace un hombre de negocios cuando se encuentra con
un mtodo que no funciona? Lo elimina, no es verdad? Ahora bien, yo soy responsable, humanamente
hablando, del sostn de trescientos cincuenta misioneros. Cada mes de mi vida debo conseguir
aproximadamente 20.000 dlares o, hablando humanamente, se morirn de hambre. Cuntos de mis
lectores negociantes tienen una responsabilidad tan pesada? Qu haran ustedes si tuvieran que
levantar 20.000 dlares por mes y si trescientos cincuenta obreros dependieran de ustedes? Same
permitido hacer un parntesis para decir que Dios no ha fallado ni una sola vez. Ya sea que yo est en
mi tierra o en el campo misionero, o celebrando campaas evangelsticas en Gran Bretaa o Australia,
el dinero viene y todas las partidas se cumplen.
Dgame ahora si han sabido de una venta de cosas usadas que produzca 20.000 dlares. Si no es as,
para qu sirve? Me criticarn por eliminar un mtodo que no produce lo que necesito? Nunca supe
que fuera as. Bien, entonces, qu hago? Me oriento hacia otro mtodo, por supuesto, un mtodo que
produzca la cantidad necesaria. Mucha gente tiene la idea de que cuando muri Jorge Mller, se muri
tambin el Dios de Jorge Mller. Dios no est muerto. El Dios de Elas todava vive. No te he dicho
que si crees vers la gloria de Dios? (Juan 11.40). Al que cree todo le es posible (Marcos 9.23).
Cada ao, por ms de un cuarto de siglo, hemos tenido una Conferencia Misionera. Sola ser de una
semana. Ahora la tenemos de cuatro semanas y cinco domingos. Despus de dar a la gente una visin
de las misiones, de maana, de tarde y de noche, levantamos una ofrenda de Promesas de Fe. Nuestra
gente indica el monto con que contribuir durante los doce meses siguientes. Funciona eso?
Permtaseme dar un par de ejemplos.
La iglesia de la calle Park, en Boston, me pidi que celebrara una campaa evangelstica. Lo hice.
El auditorio fue colmado, con muchos en las escaleras, y un gran nmero, mayormente gente joven,
encontr a Cristo. El pastor, doctor Harold Ockenga, me pidi que fuera a su escritorio. Doctor Smith
me dijo, esta iglesia nunca ha tenido una Conferencia Misionera en los ciento treinta y cinco aos

de su historia. Querra usted venir y celebrar una aqu? Pregunt al doctor Ockenga cunto daba
entonces su iglesia para las misiones. Me contest que 3.200 dlares anuales. Al ao siguiente, tom
conmigo un grupo de misioneros y celebr una conferencia en la iglesia de la calle Park. Volv ao tras
ao, seis veces seguidas. El ao pasado la iglesia dio ms de 200.000 dlares. Pinsese en esto: hace
unos aos, 3.200 dlares; ahora, 200.000. Todo como resultado de una Conferencia Misionera anual.
El otro ejemplo es el de mi propia iglesia. Celebr mi primera conferencia hace unos treinta aos.
La ofrenda de ese ao fue de 3.500 dlares. Este ao celebr la ltima. La ofrenda fue de 290.000
dlares para misiones. Las ofrendas totales ahora pasan los tres millones de dlares. Esto es lo que
hacen las conferencias. Esta es la forma en que la gente obtiene una visin y cuando tienen una visin,
contribuyen.
Esto no es cosa difcil. Lo puede hacer cualquier iglesia. Todo lo que hay que hacer es que todos
alcancen la visin y que todos tomen parte. Hace unos aos, nuestra contribucin era de un promedio
de cinco dlares anuales por persona. Pero, contando con tres mil contribuyentes llegbamos a 15.000
dlares para misiones. Luego, alcanzamos un promedio de diez dlares cada uno y llegamos a los
30.000 anuales. Luego llegamos al promedio de quince dlares. Eso nos dio 45.000 dlares para
misiones. Eso era slo juego de nios. Cualquier chico puede ganar quince dlares anuales. Slo es
algo ms de un dlar al mes. Hace unos aos mi hijo Pablo haca golosinas para vender y daba esa
suma. Tengo en mi iglesia a gente humilde que dan ms del doble. Finalmente, el promedio lleg a 55
dlares. Como se ve, lo nico que hay que hacer es dar la visin a toda la iglesia y cuando cada uno se
transforma en un contribuyente sistemtico, el problema est resuelto.
Algn da, millones y millones de paganos marcharn ante el trono, sealndote con el dedo
acusador y clamando:
Nadie se preocup por mi alma.
Y entonces t y yo trataremos de justificarnos diciendo:
Seor, soy yo guarda de mi hermano?
Y Dios responder:
La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde el frica, desde la China, desde las islas del
Pacfico.
La voz de la sangre de tu hermano. S, y t irs al cielo, salvado, pero con sangre en tus manos, la
sangre de aquellos que pudiste haber ganado si hubieras ido o enviado a alguno en tu lugar.
No es cosa fcil ser atalaya. Su sangre reclamar de tu mano. Qu vas a hacer frente a esto?
CAPTULO

Por qu escuchar el evangelio


dos veces antes que todos
lo hayan escuchado una vez?

a Mateo 9.3538: Y recorra Jess todas las ciudades y aldeas. Note por favor, que
recorra todas las ciudades y aldeas. No se instal en ninguna comunidad. Jess nunca fue un pastor.
Se hallaba continuamente en marcha. Y recorra Jess todas las ciudades y aldeas, enseando en las
ECURRAMOS

sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el
pueblo.
Pero, al ver las multitudes tuvo compasin de ellas. Y qu nos acontece a nosotros? Qu
sucede cuando vemos las multitudes? Tenemos compasin de ellas? l tuvo compasin de ellas,
porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discpulos: A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Este es,
pues, el problema. Y el problema de aquellos das es tambin el de nuestros das: mucha mies, pocos
obreros. Nacen ms nios paganos que nunca antes. Ahora bien, para tal dramtica situacin, la
solucin sigue siendo: Rogad, pues, al Seor de la mies, que enve obreros a su mies.

Podra quedarme en Canad?


Hace aos, recorr la Biblia para ver si poda quedarme en Canad y seguir obedeciendo a Dios. Me
preguntaba si sera posible disfrutar de un confortable pastorado: no cruzar nunca las fronteras de mi
pas y seguir cumpliendo con los mandamientos de mi Seor. Quedara Dios conforme?
Al estudiar la Biblia, hall expresiones como stas: todas las naciones, todo el mundo, toda
criatura, todo linaje, lengua, pueblo y nacin; los extremos de la tierra. En otras palabras,
descubr que el evangelio deba ser presentado al mundo entero. Cada nacin y lengua deban
escucharlo.
Cuando vi eso, la pregunta fue: viven todas las naciones en Canad? Si as fuese, y si no hubiesen
naciones viviendo fuera de las fronteras de mi patria, entonces podra permanecer en ella, predicar aqu
el evangelio y nunca franquear los lmites. Pero si existe una nacin fuera de los lmites de Canad,
tengo la obligacin de dejar mi pas, cruzar fronteras e ir a esa nacin. Si yo no puedo, tengo que hallar
sustitutos y enviarles como mis representantes. Y si nada de ello hago, ser un cristiano falto en el da
de la recompensa.
Amigo, cul es tu situacin? Sabes que el evangelio debe ser presentado a todas las naciones, a
todo el mundo, lengua y pueblo, hasta las partes ms remotas de la tierra. Qu haces t en este
sentido? Qu es lo que hars? O debes ir t mismo o debes enviar a alguien en tu lugar, y ay de ti si
nada llevas a cabo! Las rdenes de Dios han de obedecerse, sus mandamientos han de ser ejecutados:
no hay camino para eludirlos.

Trat de ir
Cuando tena dieciocho aos fui a los indios de la Columbia Britnica. Habit completamente solo en
una pequea choza en una reserva indgena cerca de Alaska, a unos seis mil kilmetros de mi hogar.
All permanec algo ms de un ao, dndome cuenta que necesitaba ms preparacin. Al fin retorn a la
civilizacin, siguiendo por seis aos un curso de teologa, hasta que logr graduarme y ordenarme para
el ministerio del evangelio.
Me present ante la Junta de Misiones Extranjeras de la Iglesia Presbiteriana y me ofrec para
trabajar en la India. Mi caso fue considerado con mucho cuidado; tuve que presentarme personalmente
ante las autoridades y al fin se lleg a una decisin: fui rechazado. Las autoridades pensaban que no era
persona adecuada para el trabajo misionero y as fui desechado.
Volv a mi tierra para trabajar all. Asum el pastorado de la Iglesia Presbiteriana de Dale, Toronto,
y luego del Tabernculo de la Alianza; pero no me hallaba satisfecho. Yo saba que deba hacer algo.
Haba captado la visin. Finalmente, la emprend por mi propia cuenta, yendo a los campos misioneros
rusos de Europa, predicando a extensas multitudes por todas partes de Letonia, Estonia, Polonia,

ganando muchas almas para Cristo. Un da, despus de haber predicado hasta quedar extenuado, ca sin
fuerzas y regres a mi patria.
Viaj por todos los Estados Unidos y Canad, realizando campaas de evangelizacin hasta que
volv a sentir el clamor de la necesidad y fui a Espaa, pero nuevamente me enferm y tuve que
regresar.
Luego me hice cargo de la Iglesia de los Pueblos, en Toronto. Eso fue en el ao 1930. Dos aos
ms tarde, me di cuenta de la urgencia y sal para frica. A caballo me intern en el interior, en
compaa del doctor Toms Lambie, cabalgando unos cuarenta y cinco kilmetros al da, hasta que me
desplom sobre los altos pastizales del frica. Despus de una seria enfermedad que dur seis semanas,
volv nuevamente a la civilizacin.
Por ese tiempo comenc a sentir que la Junta haba estado en lo cierto y que yo no era apto para la
obra misionera. Sin embargo, yo haba tenido la visin, saba que otras naciones deberan escuchar el
evangelio, y en el ao 1933 sal nuevamente con la decisin de hacer mi parte para ayudar a la
evangelizacin del mundo. Esta vez me dirig al lejano Pacfico y, luego de haber viajado en vapor
durante treinta y un das, da y noche, me hall predicando a los canbales y los cristianos de las islas
Salomn. Al final, contraje la malaria, que dur tres aos, y nuevamente me sent debilitado hasta que
un da el doctor Northeote Deck y los otros misioneros me embarcaron a bordo de un vapor y me
enviaron de regreso a mi obra en Toronto.
Haba tratado de ir y haba llegado a visitar ms de cuarenta pases para descubrir que sera
sumamente difcil para m residir en clima tropical.

Busqu sustitutos
En los primeros das de mi ministerio, al darme cuenta de que yo mismo no podra salir, me puse a
buscar sustitutos. Un da me acerqu al reverendo J. H. W. Cook, dirigente de la Unin Evanglica en
Amrica del Sur.
Desea usted enviar nuevos misioneros? le pregunt.
S contest. Disponemos de cinco que estn listos para ir.
Por qu no los enva? insist.
No tenemos recursos financieros fue la contestacin.
Si yo tengo xito para lograr los fondos para sus viajes, me permitir usted ayudarles?
pregunt nuevamente.
Su rostro resplandeci al responder afirmativamente.
Jams olvidar el da cuando invit a que ocupasen la plataforma esos cinco misioneros en la
Iglesia de los Pueblos y pronunci ante la congregacin el desafo de enviarles. As lo hicieron. Los
cinco llegaron a ser diez; los diez, veinte; los veinte, cuarenta; los cuarenta, cien; los cien, doscientos;
los docientos, trescientos cincuenta. Ahora tenemos un ejrcito de obreros sirviendo como nuestros
reemplazantes en unos cuarenta campos misioneros diferentes, bajo treinta y cinco agencias misioneras
de fe, y nosotros proveemos de su sostenimiento personal.
Pero no estoy satisfecho! Oro constantemente y sta es mi oracin: Seor djame vivir, si es tu
voluntad, hasta que tengamos cuatrocientos misioneros en diversos campos de la tierra. Creo que es
esa la cantidad que debera sostener la Iglesia de los Pueblos y nunca estar satisfecho hasta que no
alcancemos, por lo menos, esa cantidad de misioneros en regiones fuera de nuestras fronteras.
Para eso vivo. Para eso existo. Soy pastor en segundo lugar; misionero en primer lugar. Soy
himnlogo en segundo lugar; misionero en primer lugar. Soy escritor en segundo lugar; misionero en

primer lugar. Trat de ir yo mismo, fui, pero en cada ocasin me pareca que tena que regresar; llegu
a saber que tan slo haba una cosa que poda hacer: enviar a otros. Por esa razn viajo por todos los
Estados Unidos, Canad, Australia, Nueva Zelanda y Gran Bretaa. Voy para organizar congresos
misioneros y desafiar a los jvenes. Debo hacer todo lo que me sea posible para hallar y enviar
sustitutos.

Ciudades vecinas
Hace poco o el relato de cmo Jess fue a todas las ciudades y aldeas. Recuerdas el tiempo cuando
desapareci despus de haber trabajado en cierta ciudad? Y tienes tambin presente cmo los
discpulos salieron en busca suya, en horas de la maana y cmo al fin le hallaron sobre una montaa,
sumido en oracin?
Maestro exclamaron, el gento te espera! Hay muchos enfermos para ser curados. Retorna y
termina tu trabajo. Hay otros en la ciudad en la que trabajaste ayer, que desean escucharte.
S, puedo imaginarme al Maestro, con su vista enfocando a la distancia, valles y montaas,
contestando de esta manera:
Debo predicar en las ciudades vecinas, porque para ello he sido enviado. Pensaba, como
siempre lo haca, en las ciudades prximas, y en la siguiente, y en la de ms all. Pensaba en aquellas
ciudades en las que an jams haba trabajado; y deseaba ir para que tambin all pudiesen escuchar el
evangelio. Siempre tena en su mente la otra oveja.
Pablo tuvo la misma visin. Hablaba de los lugares ms all (2 Corintios 10.16), zonas no
ocupadas. Dijo que deseaba ir a Espaa y a Roma (Romanos 15.2324). El tambin comprendi que el
evangelio deba llevarse a todo el mundo.
Sabemos que toda la parte norte de frica fue evangelizada en un tiempo, y que haba all cientos
de iglesias cristianas. Nos damos cuenta de que algunos de nuestros ms grandes telogos surgieron
del frica del Norte en los primeros siglos de la era cristiana? Pero, qu sucedi? El frica del Norte
se torn musulmana, y por espacio de cientos de aos, apenas si qued vestigio de cristiandad. Las
velas alumbraron muy bajo y cada vez menos, hasta que al fin se apagaron y la luz que tanto haba
brillado se extingui. Cmo explicar este hecho? Permtanme hacerlo.
Los dirigentes religiosos y telogos de frica del Norte entraron en controversia en lugar de
predicar el evangelio, y comenzaron discusiones teolgicas argumentando unos contra otros sobre la
doctrina cristiana. Qu deberan haber hecho? Deberan haber ido a las ciudades siguientes, al sur, y
luego a las ciudades prximas al sur de esas. Qu habra sucedido? En poco tiempo habran alcanzado
Ciudad del Cabo, y habra sido evangelizada toda frica hace varios cientos de aos. frica podra
haber enviado misioneros a Europa, y hasta a Amrica.
Eso, hermanos, puede llegar a sucedernos aqu. S, y ya est sucediendo aqu. Hay iglesias en los
Estados Unidos como en el Canad, como en Gran Bretaa, Australia o Nueva Zelanda cientos de
ellas que llegaron a tornarse en meros clubes sociales, y si la iglesia de Jesucristo no despierta y da el
evangelio a todo el mundo, lo que aconteci en frica acontecer aqu. La luz de mayor alcance es la
que brilla ms intensamente en casa.

El campo es el mundo
Pero, preguntarn ustedes: Por qu ir antes de que todos hayan sido salvados aqu? Hay tanto que
hacer en casa! Por qu no completar la obra en nuestra patria, antes de salir al campo extranjero?
Donde quiera que voy se me formula esta pregunta. Djenme contestar haciendo otras cuatro:

P RIMERA: Por qu dej David Livingstone Escocia y fue al frica antes que todos los de Escocia
llegaran a ser cristianos? Por qu hay miles en Escocia que no se han decidido an por Cristo? Y a
pesar de ello hace aos, Livingstone, dej su propio pas y fue al frica oscura y llena de tinieblas. Yo
les pregunto: por qu?
S EGUNDA: Por qu Guillermo Carey dej Inglaterra y fue a la India antes de que cada ingls
hubiese llegado a ser cristiano? Por qu? An hay en Inglaterra quienes no han sido ganados para
Cristo.
TERCERA : Por qu Judson dej Amrica para ir a Birmania antes de que todos en Amrica
hubiesen sido ganados para Cristo? Por qu? Hay an en los Estados Unidos muchos que no han sido
llevados a los pies de Cristo.
CUARTA: por qu el apstol Pablo sali para Europa antes de que toda Palestina hubiera odo el
evangelio? Por qu? Pablo, lo recordarn, deliberadamente sali de su propio pas y fue a nuestros
antepasados en Europa para llevarlos al Seor. Por qu lo hizo as? No debera haber permanecido en
Palestina, por lo menos hasta que todos oyesen el mensaje?
Amigos, slo hay una contestacin y la doy con una expresin bblica: El campo es el mundo
(Mateo 13.38). Estados Unidos no es el mundo, Gran Bretaa no es el mundo: el campo es el mundo!
Nunca habr un labrador que trabaje solamente en un rinconcito de su propiedad. El labrador atiende
toda su propiedad, su campo. Estados Unidos es tan slo un rincn; Canad es apenas un pequeo
rincn. El mundo, todo el mundo debe ser evangelizado. Y dado que el campo es el mundo debemos
ir a cada parte de l. La obra es una y debe realizarse, no rincn por rincn, sino como un todo.
Las tabacaleras tienen agentes en los ms distantes lugares. Millones de cigarrillos se fabrican
creando nuevas demandas. Dira usted, acaso, que la razn es porque ya no hay demanda nacional? De
ninguna manera. La demanda aqu especialmente desde que las mujeres por el uso del tabaco bajaron
del alto pedestal en el cual en otro tiempo estaban es mayor que nunca. A pesar de ello las fbricas
de cigarrillos envan sus misioneros a pases del extranjero. Necesitan nuevos mercados. Son ms
sabios que nosotros. Por ello, despus de todo haramos bien en emularlos. Nunca ha sido la voluntad
de Dios que quedsemos en casa hasta que aqu el trabajo hubiese terminado. Quiere que vayamos a
todo el mundo para trabajar todo el campo simultneamente.
Sabes lo que ests diciendo cuando manifiestas que no crees en las misiones? Ests diciendo que
Pablo cometi un error: que mejor hubiera sido que dejara en el paganismo a nuestros antepasados
europeos, que debera haberse quedado en Palestina de manera que siguieran en las tinieblas. Es eso lo
que piensas? Te lamentas de no seguir siendo un pagano? Deberas lamentarte si no creyeras en las
misiones.

Las filas posteriores


Recuerdas cuando el Seor Jesucristo aliment los cinco mil? Recuerdas de qu manera los hizo
sentar, fila por fila, sobre el pasto verde? Pues entonces, recuerdas cmo tom los panes y los peces,
los bendijo y partindolos los dio a sus discpulos? Y recuerdas cmo los discpulos comenzaron por
una punta de la fila del frente, y siguieron dando a cada uno? Luego, recuerdas cmo tomando por la
derecha, fueron a lo largo de la misma primera fila, ofreciendo a cada uno la segunda porcin? Lo
recuerdas?
No! Mil veces no! Si hubiesen hecho eso, se habran levantado los de las filas posteriores
protestando fuertemente. Aqu! habran vociferado Vengan, dnnos tambin a nosotros, que
an no hemos recibido nada! Nos estamos muriendo de hambre. Eso que estn haciendo no est bien;

no es justo. Por qu deben ser servidos por segunda vez los de las filas del frente antes que se nos haya
atendido a nosotros por primera vez?
Y habran tenido razn. Hablamos de una segunda bendicin; ellos no han tenido la primera an.
Hablamos de la segunda venida de Cristo; ellos no han odo hablar de la primera. No es justo. Por qu
alguien ha de escuchar el evangelio dos veces antes de que todos lo hayan escuchado una vez? Sabes
del mismo modo que lo s yo, que ni un solo individuo en toda esa multitud de cinco mil hombres,
adems de mujeres y nios, hubiesen sido servidos por segunda vez antes de que cada uno lo hubiese
sido por primera vez.
Nunca he conocido un pastor que haya tenido molestia con las filas posteriores. Toda molestia
procede de las filas delanteras. Los de las filas delanteras estn sobrealimentados y sufren de
indigestin espiritual. Le dicen cunto les debe alimentar, cundo les ha de alimentar, cundo debe
cesar de alimentarlos, por cunto tiempo alimentarlos, qu clase de alimento se les debe dar, etctera, y
si no se hace de esa manera, se quejarn. Si un pastor tuviese sentido comn, dejara las filas del frente
por un tiempo, como para que se vayan hambrientos una vez en la vida, ira luego a las filas
posteriores, y luego al regresar a aqullas, estaran listos para aceptar su ministerio, y las
murmuraciones y las quejas habran desaparecido.
Amigos, me he encontrado con las filas posteriores. He visto los incontables millones en esas filas
posteriores, hambrientos por Pan de vida. Es correcto lo que estamos haciendo? Debemos
concentrarnos slo en las primeras filas? No deberamos en cambio preparar las filas del frente para
que compartan lo que tengan con las filas posteriores, alcanzndolas con el evangelio?
Sabes que la cosa ms importante que una iglesia puede hacer para s misma es enviar a su pastor
a algn campo misionero en el mundo? No hay cosa como esa. Retornar como un hombre nuevo, pues
nadie puede ver la necesidad con sus propios ojos y continuar siendo el mismo. Algn efecto le
surtir! Tendr algo sobre qu hablar. Ser infinitamente de ms valor para la iglesia de lo que era
antes. Sugiero eso, pues s lo que aconteci conmigo y recomendara a las iglesias de cualquier lugar
que estudiaran la importancia de este asunto y lo llevaran a cabo. Dejemos que vean las filas traseras.
Dejemos que las vean por s mismos. Dejemos que vean cmo estn esperando en las tinieblas que les
amanezca el evangelio.

El llamado del Dr. Duff


El doctor Alejandro Duff, el gran misionero veterano de la India, regres a Escocia para morir, y al
hallarse frente a la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, hizo su llamado, pero no encontr
respuesta. En la mitad de su llamamiento, se desmay y fue retirado de la plataforma. El mdico se
inclin sobre l, examinndole el corazn. Abri los ojos:
Dnde estoy? exclam Dnde estoy?
Estse quieto dijo el mdico, su corazn est muy dbil.
Pero exclam el antiguo luchador, tengo que terminar mi llamado! Llvenme nuevamente.
Llvenme nuevamente. No he terminado an mi llamado.
Estse quieto repiti el mdico, est muy dbil para volver.
Pero el anciano misionero se esforz por ponerse en pie, su determinacin venci su debilidad y,
con el mdico a un lado y otro ayudante por el otro, el luchador de cabello blanco fue conducido
nuevamente a la plataforma y mientras ascenda por los escalones del plpito, toda la asamblea se puso
de pie en su honor; luego continu su llamado:

Cuando la reina Victoria llama por voluntarios para la India exclam, cientos de jvenes
responden; pero cuando llama el rey Jess, nadie acude.
Hizo una pausa, y retom el discurso:
Es cierto pregunt que Escocia ya no tiene hijos para dar a la India?
Nuevamente hizo una pausa.
Muy bien concluy, si Escocia ya no tiene jvenes para mandar a la India, entonces, anciano
y gastado como estoy, yo regresar, y si no puedo predicar me recostar en las costas del Ganges y all
esperar morir, para que sepa la gente de la India que por lo menos hay un hombre en Escocia que tiene
suficiente inters por sus almas y que est dispuesto a dar su vida por ellos.
Al instante varios jvenes de entre la asamblea se pusieron de pie y gritaban:
Yo ir! Yo ir! Yo ir!
Despus de haber partido de este mundo el famoso misionero, muchos de esos mismos jvenes
fueron por los caminos de la India, para entregar sus vidas como misioneros, como resultado del
llamado que Dios hiciera por medio del doctor Duff.
Amigo mo, quieres ir? Te ha hablado Dios? Has percibido su llamado? No contestaras:
Seor, heme aqu, envame a m? (Isaas 6.8). Y si no puedes ir, enviaras a un reemplazante? La
decisin queda contigo.
Por qu ha de escuchar alguno dos veces el evangelio antes de que todos lo hayan escuchado una
vez?
CAPTULO

Retornar Cristo antes que el mundo


haya sido evangelizado?

13.10 hallamos estas palabras: Y es necesario que el evangelio sea predicado antes.
Luego, en Mateo 24.14 encontramos la misma afirmacin pero con un agregado: Y ser predicado
este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendr el
fin.
Antes de comentar estos pasajes, deseo aclarar mi tema. No hago la pregunta: retornar Cristo en
el aire? Evidentemente, no hablo del rapto. Mi pregunta es: retornar Cristo a la tierra? Vendr a
establecer su Reino y reinar? Retornar para poner fin a esta era presente e introducir la prxima?
Retornar a la tierra antes de que el mundo haya sido evangelizado?
Noten que no pregunto si retornar a la tierra antes de que el mundo se haya hecho cristiano. La
palabra que he usado es evangelizado y hay una gran diferencia entre hacerse cristiano y estar
evangelizado. Para comprender el mensaje, hay que comprender el tema: Retornar Cristo antes que
el mundo haya sido evangelizado?
Cuando lea al principio los pasajes a los que he llamado su atencin, especialmente en Marcos,
estaba perplejo. Por qu, me preguntaba, us el Seor Jess la palabra primero? Por qu no dijo,
simplemente: El evangelio ha de ser predicado en todas las naciones? Eso habra tenido sentido. Eso
lo hubiera comprendido. Pero no es eso lo que dijo. Intercal la palabra primero. Anunci que el
evangelio deba ser anunciado primero a todas las naciones. A qu se refera? Por qu us la palabra
primero?
N MARCOS

Primera razn
Pienso que deseaba destacar la urgencia de esa tarea. Deseaba decir que antes de que hagamos
cualquier otra cosa, debemos evangelizar el mundo.
Esta generacin slo puede alcanzar a esta generacin. Esta generacin no puede alcanzar la
generacin pasada, pues los paganos de esa generacin han fallecido todos y se han ido. Los cristianos
de la generacin pasada eran los responsables por los paganos de su poca. Esta generacin no puede
alcanzar la prxima pues cuando hayan nacido los paganos de la prxima generacin, habrn muerto
los cristianos de esta. La nica generacin que podemos alcanzar es la nuestra y, a no ser que la
evangelicemos, esta generacin nunca ser alcanzada.
En el noroeste canadiense tenemos grandes campos cultivados. Cada otoo trenes especiales,
cargados con cosechadores son enviados precipitadamente hacia estos campos. A qu se debe el
apuro? Por qu esa prisa? Por qu no hacerlo con tiempo? Por qu no se hace ms tarde? Por qu
ha de hacerse ahora? Pues tiene que ser ahora o nunca. La cosecha no espera. Puede haber otra, pero
esta puede perderse para siempre. Debe actuarse en los lmites de una sola cosecha pues de lo contrario
se pierde todo. A ello se debe el apuro. Lo mismo sucede con la mies del Seor: habrn algunos que
alcanzarn la generacin futura, pero esta generacin se pierde y perecer sin ser evangelizada. De all
la urgencia.
Alguna generacin ha de completar la evangelizacin del mundo. Por qu no la nuestra? Por qu
dejar eso a otra? La ltima generacin no lo hizo, y la prxima quiz no lo har. Debe ser completada,
digo, entre los lmites de una generacin en particular. Por qu no entre los lmites de nuestra propia
generacin? Lo podemos hacer si queremos!
Pero usted puede argumentar que si se ha tardado cerca de dos mil aos para evangelizar el 35 por
ciento de la raza humana, cmo podremos evangelizar el 65 por ciento restante en pocos aos?
Completar esa obra, no tomara otros dos mil aos? Pienso que no. Con nuestros rpidos medios de
evangelizacin, puede hacerse en esta generacin. Con nuestras modernas invenciones es posible.

Mtodos modernos5
Hoy usamos emisoras radiales colocndolas en centros estratgicos por todo el mundo. Por medio de
ellas seremos capaces de irradiar el evangelio en los idiomas de millones, y alcanzar a ms en una sola
hora que antes en aos.
Tenemos mtodos para reuniones pblicas. Pienso en un misionero del frica del Norte que coloc
un altoparlante sobre el techo de su vivienda y desde all irradi el evangelio a toda la ciudad.
Personalmente, jams habra podido penetrar tras de las puertas cerradas donde estaban enclaustradas
mujeres musulmanas; tampoco podra haber logrado que le escucharan los hombres musulmanes. Pero
su mensaje desde el extremo del techo perfor puertas y paredes de todas las casas y lleg a todas
partes en la ciudad entera. Ese mtodo evangelizar en cualquier parte, y acelerar la presentacin del
mensaje.
Estamos usando hoy miles de grabaciones. Las hacen los nativos mismos, y a pesar de que el
idioma nunca haya sido reducido al escrito y que el misionero no conozca una palabra del mismo, estas
grabaciones pueden llevarse a las poblaciones ms remotas y cientos de oyentes ansiosos se
amontonarn para escuchar lo cantado y grabado en su propia lengua nativa. La grabacin repite
5

Ntese que cuando el autor escriba esto an no se haban popularizado el uso de la televisin y dems
medios de comunicacin, internet, etc.

siempre lo mismo, hasta que la gente la domina de memoria. No pueden discutir con ella, todo lo que
pueden hacer es escuchar el mensaje y luego aceptarlo o rechazarlo.
Por medio de la aviacin, un misionero puede hoy alcanzar en dos horas lugares que antes le
habran tomado, especialmente en las zonas montaosas, seis semanas. Adems, al llegar a la reunin
se halla descansado y fresco. El largo viaje por selvas, montaas y valles es algo ya del pasado. Puede
viajar desde su pas natal hasta el campo misionero en pocas horas y llegar listo para su tarea. Si llega a
enfermarse puede ser retornado a su patria, en caso de ser necesaria una operacin de emergencia. Los
aviones estn resolviendo muchos de los problemas misioneros.
Estoy aguardando con inters el tiempo cuando viviendas prefabricadas, bien ventiladas, se
embarquen a las regiones tropicales, de manera que el misionero pueda disponer de un lugar bueno, en
caso de tener que huir del calor excesivo para estudiar y descansar. Una vivienda de esa clase agregara
muchsimo a la buena salud y mejor vida del misionero.
Con todos estos mtodos para propagar el evangelio, podra ser bastante posible completar la
evangelizacin del mundo dentro de los lmites de nuestra propia generacin, aunque haya an ms de
mil tribus6 para ser evangelizadas. La urgencia de esa obra nos debe mover a la accin. Si la iglesia se
hubiese percatado de la urgencia, el mundo ya habra sido evangelizado hace tiempo.
Esto significa que el trabajo nico y ms importante de la iglesia consiste en dar el evangelio a todo
el mundo en el tiempo ms breve posible. Cuanto antes, tanto ms pronto retornar el Seor para
instalar su Reino. Las discusiones sobre asuntos profticos no le harn volver, pero realizando la tarea
se lograr. Por consiguiente, Qu esperamos, pues, que no hacemos volver al rey? (2 Samuel 19.10,
VP).

Segunda razn
En segundo lugar, pienso que l deseaba acentuar que el mundo debera ser evangelizado, antes que l
mismo retornara para reinar.
Si se lee todo el captulo, se descubre que tiene que ver con el final del tiempo de esta presente
dispensacin y con la conduccin hacia la edad de oro. Pero mientras relata los acontecimientos, uno
por uno, repentinamente se detiene y expresa: Pero antes que estas cosas sucedan, antes que pueda
terminar esta edad y nacer la nueva, primeramente debe ser anunciado este evangelio entre todas las
naciones. En Mateo estn agregadas estas palabras: y entonces vendr el fin. Eso lo aclara. No se
puede equivocar el sentido. La edad terminar cuando el mundo haya sido evangelizado.
En otras palabras, antes que retorne el Seor a la tierra para reinar en su esplendoroso, poderoso y
glorioso milenio, el evangelio deber ser proclamado a cada tribu, lengua y nacin. En el cielo habr
representantes de cada raza, de acuerdo al Apocalipsis, por lo que nuestra mayor obligacin es la de
anunciar el evangelio a toda la humanidad. Apocalipsis 5.9 dice que ser as.
Mateo, lo s, habla del evangelio del Reino. Predic ambos, el evangelio de la gracia de Dios y el
evangelio del Reino, constantemente. El evangelio de la gracia de Dios son las Buenas Nuevas de que
Jess muri por los pecadores. El evangelio del Reino, en cambio, proclama las buenas nuevas del
regreso de Jess y su reinado. Ambos mensajes deben ser proclamados, ya sea el evangelio de la gracia
o el evangelio del Reino, no hay diferencia. En ambos casos, es el evangelio: las Buenas Nuevas. Y ha
de ser anunciado antes que venga el fin.
6

Se estima que actualmente existen ms de 3.000 tribus que an no tienen la Biblia traducida a sus respectivos
idiomas.

Oh, si nuestros polticos conocieran este programa! Tratan de librarse de las guerras y matanzas,
de abolir la pobreza y las enfermedades y, hasta donde sea posible, de eliminar la muerte! Celebran sus
conferencias de paz, firman tratados, emplean dinero en ayuda humanitaria, y piensan que pueden
lograr sus propsitos. Qu poco saben!
Si conociesen el plan de Dios organizaran y enviaran al ejrcito ms numeroso de misioneros que
les fuera posible reclutar. Instalaran radioemisoras a disposicin de organizaciones cristianas. Usaran
su prensa para publicar el evangelio y, en pocos aos, lograran alcanzar a cada persona, hombre, mujer
y nio, y todo el mundo sera evangelizado.
Entonces Cristo estara aqu. Instalara su Reino. La guerra desaparecera, cesaran enfermedades y
pobreza, rara vez habra muerte ya que el hombre vivira la vida que se le ha asignado. Sera
establecido el milenio y el gobierno humano acabara. Cristo tomara las riendas del gobierno y reinara
en este mundo con justicia. Habra una prosperidad que jams se hubiese conocido.
Pero los gobernantes no lo saben y la iglesia sigue luchando. El mundo an espera ser evangelizado
y Cristo no regresa. Cundo oh cundo! veremos el plan de Dios? Cunto hemos de esperar
antes de emprender la tarea y realizarla?

Hereja peligrosa
Pero s lo que algunos piensan. Lo oigo por todas partes. Dicen ellos: Este no es el cometido de la
iglesia. Deben hacerlo los judos. Debemos dejrselo a ellos despus que hayamos sido arrebatados.
No conozco hereja que pueda lograr ms para cortar el nervio misionero. Adems, no conozco una
sola declaracin en toda la Biblia que me conduzca a creer, por un simple instante, que los judos deben
evangelizar el mundo durante los das de la gran tribulacin, como hay quienes piensan. Si yo creyese
eso, me cruzara de brazos y no hara ms cosa alguna.
Pensamos que despus que se haya retirado el Espritu Santo y nos ha sido dicho que debe
retirarse al irse la iglesia los judos podrn lograr ms en siete aos o algo menos, sin la ayuda del
Espritu Santo, en tiempo de persecuciones y martirios, que lo que hemos sido capaces en dos mil aos,
con la ayuda del Espritu Santo, cuando ha sido fcil ser cristiano? Absurdo! Imposible!
Adems, si nada podr lograrse hasta que la iglesia haya sido arrebatada, entonces slo aquella
generacin, la que viva durante la tribulacin, sera la nica en ser evangelizada. Puedes aceptar,
entonces, que todas las dems generaciones se pierdan? No te preocupa tu propia generacin? Vamos
a permitir que nuestra generacin se pierda y quedarnos satisfechos con que tan slo la ltima sea
evangelizada? La carga de Pablo fue por la primera generacin de la era cristiana.
Aun suponiendo que aquellos tuvieran razn, har todo lo que est a mi alcance, pues la obra ha de
realizarse alguna vez. Todos estn de acuerdo en eso. Bien, pues, cuanto ms haga actualmente, tanto
menos tendrn que hacer los judos. Pero si ests equivocado, qu tragedia! Habrs fallado en la parte
que concierne a la evangelizacin del mundo, y Dios te considerar responsable. Pienso que hay que
realizarlo ahora.

Slo una cosa


Cuando Jess dej a sus discpulos, hace cerca de dos mil aos, les dio una tarea: la evangelizacin del
mundo. Puedo imaginrmelo hablndoles ms o menos de esta manera: Los dejar y estar ausente
por largo tiempo. Durante mi ausencia, les pido que hagan slo una cosa. Den este, mi evangelio, a
todo el mundo. Fjense que cada nacin, lengua y tribu lo escuche por lo menos una vez.

Esas fueron sus instrucciones. Eso fue lo que les mand realizar y lo comprendieron perfectamente.
Pero qu es lo que hizo la iglesia mientras l estuvo ausente? Hemos cumplido con sus rdenes? Le
hemos obedecido?
En realidad, hemos hecho de todo, excepto la nica y sola cosa que nos encomend. Jess nunca
nos indic la construccin de colegios, universidades ni seminarios, pero lo hemos hecho. Nunca nos
dijo que deberamos erigir hospitales, asilos y hogares de ancianos. Nunca nos dijo que deberamos
construir templos ni organizar escuelas dominicales ni campaas, pero lo hemos hecho. Y lo tenamos
que hacer, pues todo ello es importante y vale la pena.
Pero lo nico que nos dijo especficamente que deberamos hacer, es lo que omitimos! No hemos
entregado su evangelio al mundo entero. No hemos cumplido. No hemos cumplido con sus rdenes!
Qu dira alguien si llama a un fontanero para arreglar las caeras de su casa y sale, y al regresar
lo encuentra pintando el frente? Qu podra decirle? No esperara que hiciese aquello que pretenda
de l? Podra satisfacer al propietario demostrando que pensaba que la casa requera pintura? Por
supuesto que no. Las rdenes deben obedecerse.
Hace ms de dos mil aos el Seor Jesucristo ascendi al trono de su Padre y se sent a su diestra.
Pero l tiene su propio trono, el trono de su padre David, y es el sucesor legal. Quin habra odo de
un rey, que teniendo un trono propio, estara satisfecho de ocupar el trono de otro rey?
Cristo desea retornar. Est ansioso por reinar. Es su derecho. Entonces, por qu espera? Espera
que nosotros hagamos lo que nos ha asignado. Espera que hagamos aquello que l nos ha
encomendado. Muchas veces se dir mientras est all sentado: Por cunto tiempo me harn esperar?
Cundo podr regresar a la tierra para ocupar mi trono y reinar?

La hacienda entera
Imaginemos una hacienda. El patrn dice a sus obreros que tiene que ausentarse, pero que regresar. Y
mientras l se halla ausente, han de mantener todo el campo cultivado.
Comienzan por trabajar alrededor de la casa. Hermosean los jardines y los canteros. El ao
siguiente crece la hierba y nuevamente se dedican a la tarea, dejando el csped en perfectas
condiciones. Alguien recuerda las rdenes del patrn.
Debo ir razona; nuestro patrn nos encomend que cultivemos todo el establecimiento.
Se prepara para dejar el lugar.
Pero le dicen, no podemos perderte. Mira qu rpido crece el csped. Te necesitamos aqu!
A pesar de sus protestas deja el lugar y comienza con el trabajo en un lugar apartado del
establecimiento. Ms tarde otros dos recuerdan las rdenes del patrn y, a pesar de las objeciones, ellos
tambin salen de all y cultivan otra parte del establecimiento.
Al final, vuelve el patrn. Se siente complacido al ver los canteros de flores y jardines, y el csped
alrededor de la casa. Pero antes de recompensar a sus operarios, decide explorar el resto del
establecimiento y, al hacerlo, su corazn decae, pues slo ve que todo est yermo y pantanoso y se da
cuenta de que ni siquiera hubo intencin de cultivarlo.
Finalmente, en un sector distante, llega al hombre que haba decidido trabajar por s mismo y lo
recompensa abundantemente. Descubre a los otros dos en otro lado y los recompensa tambin. Luego
regresa al asiento del establecimiento donde se hallan los empleados esperando una recompensa, pero
su rostro demuestra disconformidad.
No hemos sido fieles? preguntan. Mire esos canteros de flores y jardines. Mire este csped,
no son bellos? No hemos trabajado fuertemente?

S contesta, han hecho lo mejor que pudieron. Han sido fieles. Han trabajado
diligentemente.
Bien, pues exclaman ellos. Por qu se halla usted disconforme? No nos hemos hecho
acreedores de recompensa?
Hay algo que se han olvidado contesta l. Se han olvidado de mis rdenes. No les dije que
trabajaran los mismos jardines, el mismo csped una y otra vez ao tras ao. Les dije que cultivaran
todo el campo, que lo cultivaran por lo menos una vez. Eso no lo han hecho, ni siquiera lo han
intentado, y cuando sus compaeros insistieron en hacer su parte, se lo han objetado. No, no hay
recompensa
Pienso que muchos se desilusionarn; usted podra ser uno de ellos. Habr ganado varias almas en
su ciudad. Habr sido lo ms leal posible a su iglesia; pero, qu ha hecho por aquellos que se hallan en
tinieblas?
Jams se le ha ocurrido ir usted mismo? Jams se le ha ocurrido dar dinero para que otro pudiese
ir? Ha orado? Qu parte ha hecho en la evangelizacin del mundo? Ha obedecido las rdenes? Ha
hecho todo lo que podra para cultivar todo el establecimiento? O se ha sentido satisfecho con el
trabajo en su propia comunidad, dejando que el resto del mundo perezca?
Si deseas que l te diga: Bien, buen siervo y fiel, [] Entra en el gozo de tu Seor (Mateo
25.23), y si deseas recibir la recompensa prometida, la diadema o la corona, es mejor que entres a la
tarea y hagas todo lo que puedas para proclamar su evangelio a todas las naciones, o sers un cristiano
que no estar presente en el da de la recompensa.
V y haz tu parte. V t mismo o enva a otro. Hay algo que podrs hacer y el tiempo es corto.
Todo el campo debera haber sido cultivado y es todo el mundo que ha de ser evangelizado. Id por
todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Marcos 16.15). Recordemos, pues, que: ser
predicado el evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces
vendr el fin.
Es esta su contestacin a la pregunta: Cul ser la seal de tu venida y del fin del mundo? Eso
es lo que queran saber: la seal que precedera e indicara el fin. Su respuesta a la pregunta de Mateo
24.3 se encuentra en el v. 14, y es esta: Ser predicado este evangelio del Reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones, y entonces vendr el fin. Todas las dems predicciones indican la
proximidad del fin, slo esta nica, el fin mismo. Esa misma palabra primero es la que aparece tambin
en Marcos 13.10.
Estas, pues, son las dos razones por el uso de la palabra primero. Es urgente. No hay que perder
tiempo, merece primordial consideracin. Es el programa de Dios: primero la evangelizacin del
mundo, luego el reino de Cristo. Regresar para establecer su Reino cuando todas las naciones hayan
odo el evangelio. Hagamos, pues, nuestras tareas y no descansemos nunca hasta que estn cumplidas.
CAPTULO

Nos atreveremos a ignorar


el desafo de la tarea inconclusa?

EAMOS ROMANOS

10.1315: Todo aquel que invoque el nombre del Seor, ser salvo. Cmo,

pues, invocarn a aquel en el cual no han credo? Y cmo creern a aquel de quien no han odo? Y

cmo oirn sin haber quin les predique? Y cmo predicarn si no fueren enviados? Como est
escrito: Cun hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas
nuevas!
Aqu tenemos los cuatro cmo de la Palabra de Dios. Primeramente la promesa invoca y s
salvo. Pero para invocar tienen que creer. Para creer tienen que or. Para or, alguien debe predicar.
Para predicar debe ser enviado. As coloca Dios la responsabilidad sobre nosotros. Si lo enviamos, el
misionero puede predicar. Si l predica, el pagano puede or y creer. Si cree, puede invocar a Jess. Si
le invoca, ser salvo. Pero eso comienza en nosotros. Ante todo, nosotros debemos enviar.

El trabajo ms importante
Cul es, pues, el trabajo ms importante de la hora actual? Consiste en orar por un avivamiento, en
que los hijos de Dios procuren vivir una vida cristiana ms profunda, instruidos en las verdades de la
Biblia? No pienso que sea as.
Es estableciendo seminarios e institutos bblicos para preparar pastores? No, no pienso que sea
eso. Levantar hospitales, orfanatos y asilos? O construir nuevos edificios y reparar los antiguos? No
es as.
Es, pues, que se distribuyan Biblias y Nuevos Testamentos, que circule literatura evanglica, que
se sostengan numerosos hogares y que abunden por todo lugar? No creo que sea as.
Es trabajar entre la niez y la juventud de nuestro pas, sostener emprendimientos filantrpicos,
desarraigar enfermedades y atender a los desvalidos? Nuevamente contesto que no.
Cul es, pues, el trabajo ms importante de la hora? Es el de cumplir con las ltimas rdenes del
Seor, de llevar su evangelio a las tribus y pueblos no alcanzados de todo el mundo. Eso, mis amigos,
es ms importante que cualquier otra cosa. Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura (Marcos 16.15).
Por esto, y slo por esto, deberamos juzgar toda espiritualidad, todo conocimiento bblico, toda
discusin doctrinal y teolgica. Somos verdaderamente espirituales si somos autnticos estudiantes de
la Biblia. Si nuestras doctrinas estn de acuerdo con las Escrituras, colocaremos primeramente la
evangelizacin mundial, y daremos, generosamente, para las misiones. Todo nuestro conocimiento
bblico, toda nuestra espiritualidad, todos nuestros principios doctrinales no son ms que presuncin:
mientras no coloquemos primeramente las cosas primordiales, slo nos estaremos engaando a
nosotros mismos.
Dejemos a aquellos que carecen de visin, a aquellos que ignoran el programa de Dios, dejemos
que donen para las muchas y valiosas causas aqu en casa, pero permtase a los que hemos odo el
llamado de Dios, que nos concentremos en trabajar en las regiones ms lejanas. Pongamos nuestro
dinero en una sola cosa y una solamente: en alcanzar a miles de tribus no evangelizadas con el
evangelio de Jesucristo.
Existen los que no tienen visin, que son movidos por la apelacin y dan un poco aqu y un poco
all; y poco pueden mostrar en ese sentido, mientras que podran colocar todo lo que donan en la ms
importante tarea de la hora, y ver toda una tribu o nacin evangelizada. Son hombres que podran tener
el inexpresable gozo de sostener cincuenta o cien misioneros en un territorio avanzado. Dan a una y mil
empresas cercanas que no tienen la visin ni la meta divina de la evangelizacin mundial. El trabajo en
casa, en nuestro pas, nunca faltar.
Tenemos slo una gran tarea y una demanda de Dios: Su sangre requerir de tu mano. As nos
dir el Seor si detenemos el evangelio. Si ha de reinar l, debemos terminar la tarea. El cuenta con

nosotros. Por cunto tiempo? Esto me preocupa. No le hagamos esperar. Deberamos dejar de lado
cualquier otra cosa y concentrarnos en este gran objetivo: la culminacin de la evangelizacin del
mundo en nuestra generacin.
Si no puedes ir t mismo, enviars a un reemplazante. Por qu no usas tus oraciones, tus talentos y
tu dinero para sostener a tus propios sustitutos, y tener as tus reemplazantes en el campo misionero
exterior? Nunca estaremos satisfechos mientras no contemos con quinientos reemplazantes en las
regiones ms lejanas. Esa es nuestra oracin. Esa es nuestra visin. No vivimos para otra cosa. Las
ltimas palabras de nuestro Seor son captadas por nuestros odos. Es necesario que el evangelio sea
predicado antes a todas las naciones (Marcos 13.10).
Pablo podra primeramente haber evangelizado Palestina, pero no lo hizo. Seguramente, miles
nunca oyeron el evangelio en Jerusaln y Judea, sin embargo l fue a Europa. Podra haber edificado
templos en su propia tierra, y establecido primeramente obras all; pero dej todo y fue con el evangelio
a aquellas tierras lejanas. Y gracias a Dios que lo hizo as, pues si hubiese completado el trabajo antes
en casa, an seramos paganos.
Oh, mi amigo, deja cualquier otra cosa y apresrate a apoyar todo esfuerzo para enviar el evangelio,
pues esa es la sola y nica tarea que Jess dej a su iglesia para que realice. Esta, y esta sola, es la ms
importante tarea de la hora presente!
7

Lenguas y tribus an no alcanzadas

Saben cuntos idiomas hay en este mundo? Lo dir. En el momento existen por lo menos 2.974
lenguas principales. Saben cuntos de estos idiomas poseen la Palabra de Dios, o alguna porcin? En
la hora actual, solamente 1.185. Cuntas, pues, quedan sin una simple porcin del libro de Dios?
Quedan 1.789. Pensemos en ello. Despus de casi dos mil aos de trabajo misionero por todo el
mundo, vemos que restan 1.789 idiomas en los que la Palabra de Dios jams ha sido traducida. Y qu
nos dice eso? La fe viene por el or y el or por la Palabra de Dios. Cmo creern a aquel de quien
no han odo? Y cmo oirn sin haber quien les predique? (Romanos 10.17, 14).
Se ha comprobado que an hay ms de mil tribus carentes del evangelio. Adems, estas tribus han
sido localizadas. Sabemos dnde se hallan. Les pido que pensemos en ellas. Ninguna de ellas tiene la
Palabra de Dios. Ni siquiera han escuchado jams el nombre de Jess.
Hay 626 tribus en Nueva Guinea, 521 en las islas del Pacfico, 350 en frica, 300 en Sudamrica,
200 en Australia, 100 en la India, 60 en Indochina, y 60 en las Filipinas. Por consiguiente, unas 2.000
tribus an esperan en oscuridad y tinieblas la aurora del evangelio de Cristo. Slo en Brasil hay un
milln y medio de indios puros y ms de cien tribus. Bolivia tiene como un milln de indios. Per tiene
una poblacin indgena de 2.500.000. En Colombia hay cien mil indios, la mayora en condiciones
salvajes y primitivas. Hay tambin medio milln de indios de montaas en estado semicivilizado.
Pero, cmo alcanzarlos? Slo mediante los jvenes de nuestras iglesias, seminarios e institutos
bblicos. Es el joven quien puede hacerlo. Ministerios como el Movimiento Estudiantil Universitario y
Juventud para Cristo han de desafiarles. Las organizaciones misioneras de todas partes claman por ms
obreros.

El lector interesado podr encontrar datos actualizados de los pueblos no alcanzados si visita algunos de los
siguientes sitios Web: www.wycliffe.org/hisp, ethnologe.com, www.comibam.org, www.pueblos.org,
www.pminternacional.org, www.aup.org, www.operationworld.org, gmi.org, ad2000.org.

Esa es la razn por la que visit Gran Bretaa y apel a la juventud hasta que respondieron mil
doscientos. Por eso pas por todo Estados Unidos y Canad. Los obreros son pocos. Tenemos que
lograr ms. Por esta razn me doy primordial y principalmente al trabajo misionero. El mundo debe ser
evangelizado, nuestra nica esperanza se halla en los jvenes. A no ser que ellos vayan, el trabajo
nunca ser hecho, pues nadie ms puede hacerlo. Dios llama a los jvenes. La juventud de nuestro pas
debe responder.
Recordemos que prcticamente todos los discpulos eran jvenes. Jess los llam en su juventud.
Tenan sus vidas por delante y las vivieron para Dios. Aceptemos nosotros tambin el desafo. Demos
lo mejor. Dios tuvo un solo Hijo y lo hizo misionero. Podremos hacer menos?
Hay muchos que iran si pudiesen ser exploradores. Han ledo las vidas de hombres como
Livingstone, Moffat, Carey, Judson, etctera. Amigos, puedo decirles que las agencias misioneras estn
llamando actualmente a miles de pioneros porque an hay miles de tribus por evangelizar. Por qu no
concentrarnos en las zonas an no ocupadas? Por qu no abrir nuevas sendas?
Cuando estuve en Sumatra supe de una ciudad adonde nadie haba acudido. Cruzando los juncales
fui hasta hallarla. Jams olvidar lo conmovido que me senta al transponer la entrada de la misma,
pensando que con toda probabilidad era yo el primer mensajero de la cruz que lo haca. Si hoy fuese
joven, no me gustara ir a un campo donde otros ya trabajaron, a no ser para recibir orientacin. Pedira,
como lo hizo Livingstone, ser enviado a campos nuevos, pues quisiera ser el primero en reducir la
lengua a escritura, en traducir porciones bblicas y dar a las gentes el evangelio. A m tambin me
gustara ser pionero.
Por qu gastar tu vida aqu, en los Estados Unidos o en Gran Bretaa? Por qu dedicarnos a la
monotona de ganar dinero? Por qu no recibir una visin? Puedes ir adonde nadie haya ido an.
Puedes usar tu vida en algo de valor infinito. Puedes permanecer aqu sufriendo las pisadas de algn
otro, pero si sales tendrs mucho espacio para mover los codos. Por qu no vivir una vida que valga la
pena? T tambin puedes ser un pionero.
Oh, s lo que estn pensando! Lo he escuchado muchas veces. Estn citando Hechos 1.8 pero no lo
hacen correctamente. Esta es la forma como lo mencionan: Me seris testigos primeramente en
Jerusaln, luego en toda Judea, luego en Samaria, y al final de todo, en las partes ms alejadas de la
tierra. Pero eso no es lo que dice. Permtanme decrselos correctamente: Sern mis testigos tanto en
Jerusaln como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (NVI). No es primero, sino
ambas cosas a la vez. Y qu significa ambas cosas? Quiere decir en uno y al mismo tiempo, no es
as? En otras palabras: tenemos que evangelizar Jerusaln, y al mismo tiempo, Judea y Samaria, y las
partes ms lejanas de la tierra. No tenemos que esperar hasta haber terminado el trabajo aqu, para ir
all. Tenemos que trabajar en ambos campos, el domstico y el extranjero.
Permtanme llamarles la atencin a la gran responsabilidad que descansa sobre nosotros. Alemania
en un tiempo envi muchos misioneros, pero en su estado actual, qu puede hacer? Hace dcadas
Gran Bretaa se hallaba en el frente de batalla, hoy puede hacer pocos avances. Suecia y Suiza muy
poco pueden hacer. Nosotros de este lado del Atlntico gozamos de libertad, prosperidad y luz
evanglica. Estamos frente a la realidad aterradora que slo podemos mirar hacia las Amricas para la
evangelizacin del mundo. Cunto, hermanos, depende de nosotros, los canadienses y
estadounidenses!8
8

El autor refleja el sentido de responsabilidad, propio de los pases anglosajones, que durante ms de ciento
cincuenta aos de historia llevaron sobre sus hombros gran parte de la responsabilidad misionera mundial.

Misin domstica o fornea: cul?


Nos damos cuenta de que aqu todos pueden or si quieren? Desde la aparicin de la radio, todo lo que
hay que hacer, an en los lugares ms remotos, es sintonizar un programa de evangelizacin y escuchar
el mensaje. Pero he estado en pases donde hay millones de personas, y no hay radios, ni emisoras ni
receptores, y donde la gente no puede escuchar aunque quisiera. Por qu estar tan preocupados por los
de casa, que en su mayora no estn interesados, y preocuparnos tan poco por los pases que esperan
ansiosamente la oportunidad?
Por mi parte, yo invertira dinero en la publicacin de literatura evanglica en idiomas extranjeros
antes que en ingls. All hay hambre y la gente en su gran mayora aprecian la literatura bien
presentada. Aqu en Norteamrica han visto y odo tanto que no aprecian su gran valor. En los pases
extranjeros la actitud es diferente y en la mayora de los casos aceptan cualquier folleto cortsmente,
hasta agradeciendo al donante, y los leen en tranvas, autobuses o trenes. En Espaa mi automvil fue
rodeado por hombres y mujeres que extendan sus manos para tomar los tratados que yo reparta.
Estaban muy interesados en recibirlos.
Tome alguno un automvil cargndolo con tratados, y ya sea que viaje por Francia o Italia, por
Cuba o Hait, slo con que los reparta har un ministerio que servir por la eternidad, aunque no se
sienta hbil para la predicacin en el idioma de la gente. Dios usa la pgina impresa. Por eso yo dedico
a ello tanto dinero. No conozco otra forma mejor de evangelizar a los pueblos eslavos, tanto en Europa
como en Sudamrica, dondequiera que estn, que dndoles literatura evanglica. Ellos estarn siempre
dispuestos a leer cualquier cosa. Cerca de una docena de mis libros han sido traducidos al ruso, como
tambin decenas de otras lenguas, y distribuidos por millares, y estoy sabiendo constantemente de
conversiones como resultado de ello.
Piensa, si quieres, en las centenares de organizaciones que hay en nuestro pas para la propagacin
del evangelio. Luego, piensa en las pocas que hay para el extranjero. No parece justo. Nos hemos
concentrado en el trabajo de casa y hemos olvidado aquellos para los que nada se ha preparado. Qu
haras si vieras que diez hombres estn levantando un tronco de rbol y que nueve de ellos estuviesen
en un extremo mientras que uno solo est en el otro? Dnde ayudaras? Por qu no lo haras en la
punta donde uno solo se est esforzando? Necesito decir ms? Es el campo extranjero el que ms
necesita nuestra ayuda.

Tres grupos diferentes


Me agradara desafiar a tres grupos diferentes. Primero, a los que envan, luego a los que oran, y al
final a los que van. Los tres son necesarios.
Alguien debe enviar; el dinero es necesario. Algunos debern sostener las cuerdas desde casa. Y si
t, mi amigo, no puedes ir, puede ser que Dios desee que seas uno que enva y que veas que alguien
vaya en tu lugar. Tu parte consiste en lograr dinero y posibilitar la ida de otro. Y recuerda, del mismo
modo participars de la recompensa.
Luego estn los que oran. Puede ser que no puedas lograr dinero y que slo te alcance para tus
necesidades. Nunca podrs mandar a otro, pero puedes orar. Puedes usar cada da un poco de tiempo
para interceder por frica, la India y China. Puedes conseguir una lista de misioneros y orar por ellos.
Mientras tanto, en los ltimos aos, se ha visto nacer y desarrollar por toda Iberoamrica una toma de
conciencia misionera que ha impulsado la salida de un creciente nmero de obreros a los ms variados lugares
del planeta, cosa que para la poca en que vivi el autor era impensable.

Esa puede ser tu responsabilidad, y ay de ti si rehuyes a hacer algo de eso! T tambin puedes lograr
una recompensa orando fielmente por los que han salido al campo; por ello puedes tener una parte en
su trabajo.
Luego, lgicamente, se hallan los que van: si eres sano y fuerte; si tienes o puedes lograr la
necesaria preparacin, y si ests dispuesto, puedes ir. Sentirs la urgencia en cuanto ores por el plan de
trabajo de tu vida y pronto llegars a saber si Dios te llama. Te desafo al mayor de los trabajos en el
mundo. Apelo ante ti para que vayas si puedes. Nada hay como ello. Porque los misioneros son los
aristcratas de Dios. Son la aristocracia de la iglesia. Te asociars con la mejor clase de gente de la
tierra.
Cmo sabrs t cul es la voluntad de Dios? Deja que te lo diga. Comienza desde ya a orar por el
trabajo de tu vida. Ora cada da. Dispn de tiempo para ello y exclama: Seor, qu quieres que
haga? Luego, al orar, lee biografas de misioneros: Brainerd, Singh, Livingstone, Carey, Moffat,
MacKay, Judson, Gilmour, Paton, Slessor, Chalmers, Morrison, Duff, Martyn, Taylor, Geddie; lee dos
o tres captulos cada da. Eso te transportar a la atmsfera de las misiones. Luego, al leer y orar, no
olvidando lgicamente la Palabra de Dios, llegar a tu corazn una conviccin, una urgencia que Dios
te necesita para que le sirvas en algn pas extranjero. En caso contrario, si no sientes el llamado, el
cargo de conciencia desaparecer. Esa urgencia es la voz del Espritu. Atindela y nunca te desviars.
Cuando ests seguro de la voluntad de Dios, no dejes que Satans te haga cambiar de idea. Lo har
si puede. Tus propios amigos y seres queridos podrn ser las mayores piedras de tropiezo. Permanece
en guardia. Muchas seoritas que fueron llamadas, se casaron con jvenes que no deseaban ir, y
viceversa. El resultado fue que el plan de Dios no se cumpli. Escucha, joven: no tenemos derecho de
ofrecer compaa a alguien, excepto al que camina en nuestra direccin. Haz eso y jams te
equivocars. Dios ya ha escogido al compaero de tu vida para ti; su eleccin es mucho mejor que la
tuya. No dejes que Satans te haga cambiar de idea.

El chino Juan y el ateo

El chino Juan9 fue una vez interrogado por un ateo:


Qu es lo primero que usted har pregunt el ateo cuando llegue al cielo?
En primer lugar respondi Juan buscar al Seor Jess y le agradecer por haberme salvado.
Bien sonri el ateo, y luego, que har?
El chino Juan medit un instante antes de responder:
Luego contest buscar hasta que halle al misionero que lleg a mi pas y me habl de
Jesucristo, y entonces le agradecer por haber venido.
S, y luego, qu ms? pregunt el ateo con sonrisa burlona.
Luego dijo Juan buscar al que dio el dinero de manera que el misionero pudiese venir, y yo
pudiera saber de Jess y ser salvado, pues tambin deseo agradecerle.
Al or eso el ateo se retir y no se lo vio ms.
Mi amigo, t puedes ser el que mand el misionero, o el mismo misionero que fue. Algn chino
Juan podra allegarse a ti cuando vaya al cielo y agradecerte por lo que hiciste. Habr all alguno del
mundo pagano que te reconocer y as te expresar su gratitud? Debes decidir. La tarea no ha
terminado. Est en ti el hacer tu parte para terminarla.
9

En Canad se hablaba del chino Juan para referirse a una persona del pueblo, debido a que la mayora de los
inmigrantes chinos se dedican a tareas humildes.

Cmo oirn sin haber quien les predique? Y cmo predicarn si no son enviados?
CAPTULO

Por qu ha fracasado la iglesia


en la evangelizacin del mundo?

EAMOS LA PALABRA DE DIOS en

Juan 4.35: No decs vosotros: An faltan cuatro meses para que


llegue la siega? Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estn blancos para la
siega. Mis amigos, arde mi corazn cada vez que leo estas palabras. Cun verdicas son an hoy da!
Cerca de dos mil aos pasaron desde que Jesucristo nos habl de evangelizar y an existen miles de
tribus sin el evangelio, y millones y millones en pases como la China y la India amarillos, negros y
cobrizos jams han odo una sola vez algo de Cristo. Por lo menos el sesenta y cinco por ciento de
los 2.300 millones de habitantes de la tierra an permanecen sin evangelizar.10
Los mandatos de Dios siempre estn acompaados de su capacitacin para llevarlos a cabo.
Podramos haberlo hecho. No se habra burlado de nosotros pidindonos hacer lo imposible. Primero
tendr que predicarse el evangelio a todas las naciones (Marcos 13.10, NVI ). Por qu no se ha hecho
an?

1. Debido a los enemigos del evangelio


Hoy tenemos que vernos con enemigos que nunca hemos afrontado, y a veces pensamos si nos ser
posible vencerlos. Hay especialmente tres con los que nos tenemos que enfrentar. Me refiero al
nacionalismo, las falsas religiones y el comunismo.
El nacionalismo se manifiesta en casi todos los pases, realizando un trabajo entorpecedor a las
misiones en forma creciente. Sus eslganes son: frica para los africanos, India para los hindes,
China para los chinos, etctera, y tiene como finalidad la expulsin del hombre blanco. Los extranjeros
son mirados con recelo y ya no es ms bienvenido el misionero.
Las religiones falsas han sido siempre enemigas del evangelio, especialmente el islamismo y el
catolicismo romano.11 Ninguna de las dos cree verdaderamente en la libertad. Donde el catolicismo es
dbil reclama por tolerancia y libertad; pero en cuanto se siente fuerte se vuelve totalitario y la libertad
se desconoce. Los creyentes son perseguidos, torturados y martirizados por donde logren dominar. No
conoce misericordia ni tampoco la demuestra. El evangelio es la nica fe que cree en la libertad y desea
practicarla.
El comunismo es el arma ms diablica jams preparada por el ingenio satnico. Se ha extendido
con mayor rapidez que cualquier otro ismo y ataca al cristianismo en cualquier pas. Se jacta de tener
un milln de seguidores solamente en Sudamrica. Este movimiento ateo, diablicamente inspirado,
nunca ser transigente. Su Cortina de Hierro corta todo acceso al mundo exterior y encierra dentro de s
10

Investigaciones actuales sealan que de los 6.200 millones de habitantes que viven en el planeta,
aproximadamente un tercio de ellos, es decir, unos 2.000 millones, permanecen fuera del alcance del
evangelio.
11
Ntese que el autor escribe desde una perspectiva propia de la Guerra Fra y previa al Concilio Vaticano II. La
situacin planteada en el siglo XXI hace que veamos la realidad de una manera un tanto distinta.

el terror rojo. Asesin a Juan y Betty Stam (jvenes misioneros de la Misin al Interior de la China,
muertos por los comunistas) y antes o despus silenciar a cualquiera que trate de predicar el evangelio.
Estos, pues, son los enemigos del evangelio. Pero a pesar de toda oposicin, tenemos que
esforzarnos por adelantar, recibiendo nuestras rdenes slo de parte de Dios. Os doy potestad de
pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo (Lucas 10.19). Hay poder en el
evangelio para vencer a cada enemigo y evangelizar al mundo. El evangelio es poder de Dios para
salvacin de todo aquel que cree (Romanos 1.16).

2. Debido al nfasis exagerado en la educacin


Pues bien, yo creo en la educacin. Los colegios son necesarios. Hay quienes deben sobreponerse a su
deficiencia de alguna manera. Pero hay hombres con talentos naturales, hombres como Moody, Philpott
y Gipsy Smith, que tendrn xito con o sin educacin formal. Hoy da adoramos los diplomas,
glorificamos los ttulos. Con todo, hay hombres que no pueden hacer una cosa buena aunque sean
graduados.
Framson envi a Hudson Taylor cien nuevos misioneros. Posean poca o ninguna educacin, y
cuando Taylor los vio escribi a Framson observndole por habrselos enviado. Dos aos ms tarde le
escribi nuevamente. Vio el trabajo que realizaron. Trabajaron bien, pues eran hombres llenos del
Espritu Santo. Dios les dio el fcil dominio del idioma y bendijo sus esfuerzos. Luego deseaba tener
ms como ellos.
Hubo un tiempo en el que yo deca a los voluntarios: Busquen toda la educacin que les sea
posible. Ya no digo eso. Hay otros prerrequisitos ms importantes. Para algunos la preparacin puede
llegar a ser peligrosa. Muchos, tratando de lograr el bachillerato o un ttulo superior, vieron cmo su fe
naufragaba. Hay quienes necesitan eso, pero hay otros que sin ello seran mejores. En cada uno hay que
contemplar su caracterstica individual.
Temo por los institutos bblicos que comienzan ahora a dar ttulos o que desean llegar a ser
seminarios. Me preocupa su futuro. Lo que cuenta no es tanto lo que el hombre tiene en su cabeza, sino
lo que hay en su corazn. Simpson y Moody fundaron institutos bblicos para brindar una oportunidad
a quienes no pudieron ser admitidos al estudio para trabajar por Dios. El estudio de la Biblia es lo ms
importante. Todo otro asunto es de importancia secundaria. Que Dios no nos deje perder la visin!
Dios puede usar la mejor educacin que es posible alcanzar si el Espritu Santo ejerce el control.
Pero tambin puede usar hombres con escasa preparacin o ninguna. Por qu deberamos premiar la
capacitacin? Pienso que muchas agencias han descubierto que si un candidato tiene estudios
secundarios y tres aos de instituto bblico, con un ao de prctica, est listo y equipado en lo que
respecta a estudios para cumplir su responsabilidad, a no ser, lgicamente, que desee especializarse.
S, y algunos hasta sin estudios secundarios han sido usados poderosamente por Dios.
Nada es ms fatal para un fervor evangelstico que un largo curso de estudios. Muchos entusiastas
ganadores de almas se han marchitado y perdido su visin en el ambiente de los seminarios e institutos
bblicos. Un obrero cristiano nunca debe llegar a ser un ermitao. Siete u ocho meses de estudio y
luego cuatro o cinco de prctica lo conservarn con el fuego de Dios. Cada verano ha de poner en
prctica lo que ha aprendido. Nunca debe ser solamente un estudiante. Debe estar siempre en servicio
activo. Durante todo su curso deber estar testificando, realizando trabajo personal o predicando, es
decir, ocupado de alguna manera para su Seor. De otro modo perder su primer amor. Morirn los
fuegos de avivamiento y su pasin por las almas se apagar.

Muchos estudiantes piensan que han terminado al graduarse, cuando reciben sus diplomas o ttulos.
Permtanme decir que apenas estn listos para comenzar. El seminario les ense cmo se estudia;
ahora deben educarse ellos mismos. Pueden aprender infinitamente ms despus de graduarse si
quieren dedicarse al estudio. Entonces podrn especializarse, seleccionar sus propias lecturas y llegar a
ser autoridades en su campo.
Esa es la manera como algunos que nunca fueron a seminarios llegaron a ser destacados dirigentes.
Pensemos en Gipsy Smith. Nunca tuvo preparacin. Por s solo debi aprender a leer y escribir. Pero
le han observado al expresarse? Han notado su excelente ingls, carente de faltas? Le tuve en mi hogar
una y otra vez y nunca le escuch un error gramatical. Y eso es ms de lo que puedo decir de muchos
bachilleres y graduados. Dios hace a los misioneros. Lo que se logra interiormente es mucho ms
importante de lo que se logra desde fuera. Lo que l sea determinar su rendimiento.
Algunos de los mejores hombres en el ministerio se habran perdido para la iglesia si los seminarios
donde se graduaron hubieran requerido estudios secundarios para su admisin. Si un hombre es
llamado por Dios para predicar el evangelio y no tiene cualidades desde el punto de vista intelectual,
quines somos nosotros para ponernos en su camino? Tienen todos que pasar por el mismo molde?
Qu decimos de los profetas de la antigedad? No puede ser alguien un pastor o evangelista exitoso a
no ser que sepa griego y hebreo?
Por esa misma razn nacieron los institutos bblicos. Sacaron al joven detrs del arado y a la
muchacha de la cocina, y los capacitaron para el servicio cristiano. Las denominaciones han perdido
miles de sus mejores y ms devotos obreros justamente por mantener esas barreras y colocar tan alto
sus exigencias acadmicas. Un cuidadoso conocimiento de la Biblia y cmo usarla es la mejor cualidad
para el servicio cristiano.
Pienso en estos momentos en un hombre en los Estados Unidos que ha logrado un trabajo
estupendo para Dios. Acudi al seminario de su denominacin en Canad y fue rechazado por no haber
cursado tres aos de universidad. No pudo ir a la facultad porque no haba terminado de cursar la
escuela secundaria, y ya tena demasiada edad para hacerlo. Apel a uno de los ms prominentes
seminarios de una gran denominacin en los Estados Unidos y fue aceptado inmediatamente. Se gradu
y fue ordenado, pero la iglesia de Canad lo haba perdido. Debera haber sido tratado como estudiante
especial y aceptado, pues era alguien llamado por Dios y tena condiciones para ir adelante.
Muchas instituciones teolgicas fallan al ensear a sus alumnos cmo realizar la obra. Les brindan
un conocimiento terico pero no les indican cmo ponerlo en prctica. Pocos seminarios dictan alguna
materia sobre Historia de la Evangelizacin y los Avivamientos, y nada sera ms importante. Conozco
slo dos institutos en los que realmente se ensea a los estudiantes a hablar en pblico, y se los capacita
para organizar campaas evangelsticas, usar mtodos publicitarios, llevar a cabo cultos especiales de
avivamiento, etctera. Por lo que lo nico que saben hacer es el trabajo pastoral. Cunto ms se
alcanzara, tanto en el mbito nacional como extranjero, si supiesen organizar grandes campaas y
atraer a las multitudes hacia Dios!
Las campaas de evangelizacin son tan necesarias en el campo extranjero como en el nacional. En
verdad, son muy fructferas. Nuestros misioneros podran aprender algo de Juventud para Cristo en este
sentido. Debemos salir al encuentro del pblico. Debemos hacernos or en las grandes ciudades de todo
el mundo. Cuando estuve haciendo una campaa en las Indias Orientales Holandesas, no quisieron los
misioneros que hiciese invitaciones pblicas. An mi intrprete se rehus. Pero yo lo hice y Dios
realiz milagros. Desde entonces, los misioneros estn a favor de ello. La evangelizacin en masa es el
mtodo ms efectivo en casi todos los pases.

3. Debido a las muchas puertas cerradas


Pero, qu de las puertas abiertas? Por qu no franquearlas? No usamos demasiado tiempo en la
oracin para que las puertas cerradas sean abiertas, habiendo tantas puertas abiertas que esperan ser
franqueadas? Pablo, lo recordamos, dej las puertas cerradas, una tras otra, y penetr en las que se
hallaban abiertas. En todas partes, hay puertas abiertas, franqueemos esas puertas y dejemos a Dios que
abra las cerradas segn su propia voluntad. l sabe dnde y cundo quiere que trabajemos y l abrir el
camino.

4. Debido a que cremos que sus religiones eran suficientemente buenas para ellos
Hay gente que debiendo estar bien informada, nos dice que los paganos se hallan en mejores
condiciones de lo que parece; que su propia religin les satisface y basta a sus necesidades. Es eso
cierto? Si as fuere, por cierto que deberamos dejarlos solos. Pero, son felices as como se hallan?
Pienso ahora en aquel musulmn de Argelia que amenazaba una y otra vez con cortarse el cuello
con un gran cuchillo, hasta que su sangre corri abundantemente. Luego se tap con diarios, y
finalmente tom un fsforo prendiendo los papeles, el cabello y la sangre. Podemos imaginar su
agona? Por qu esa autotortura? Por su religin. Estaba ganando mritos para el paraso. Le haban
enseado que deba causarse sufrimiento y lo estaba haciendo con violencia. Quisieras cambiar de
lugar con l? Aceptaras su islamismo y le daras tu cristianismo? Qu religin preferiras? Piensas
que el islam le otorg paz, bienestar y felicidad, o lo opuesto? Te dejo la contestacin.
Pienso ahora en mi visita a los aborgenes de Australia, y en lo que sucede cuando nace un beb. El
hechicero tiene que encontrar en algn lado una vctima, pues hay quien se halla enfermo o ha muerto.
Se apodera del recin nacido y a pesar de las protestas y agonizantes reclamos de la madre, llena su
pequea boca con arena hasta que lo mata por asfixia. Por qu hace eso? Pues porque su religin
pagana le dice que debe hacerlo. Los espritus deben ser satisfechos. Esa clase de religin brinda
felicidad a la madre? Puede gustarle ver cmo se asesina a su hijito ante sus propios ojos? No creo.
Pero me dicen que su religin es suficientemente buena para ella. Cambiaras de lugar? Desearas ser
esa madre? Nuevamente dejo contigo la contestacin.
Pienso en los das que he estado en el frica, donde son muertos los bebs mellizos. Si Dios te
diera mellicitos, estaras dispuesto a dejar que los asesinaran? Deberas hacerlo si vivieses en frica,
pues tu religin te empujara a destruirlos.
Pienso en mis viajes a travs de la India y en las viudas hindes, que debido a su religin se
acostaban antao al lado del cadver de su esposo para dejarse atar y ser quemadas vivas. Miles fueron
a la eternidad gritando en terrible agona, mientras que lentamente se quemaban hasta la muerte
Cambiaras tu religin por la de ellos? Piensan que eso les rinde alguna satisfaccin, algn gozo?
Con todo, me dicen que los deje as, que estn mejor como estn. Qu filosofa endurecida!
Tambin pienso en los paganos africanos, quienes cuando muere un jefe tiran sus viudas treinta,
sesenta o cien, a la misma tumba que l y las entierran vivas. Eso es algo agradable? Estaras
satisfecho con tal religin?
Por ltimo, pienso en mis experiencias en las islas de los Mares del Sur, en las que cuando muere
un esposo, su viuda es estrangulada por su hijo mayor, si es de suficiente edad. Piensa en las miles de
viudas que han muerto de esa manera. Una religin que demanda tales horripilantes prcticas, te
satisfara? Entonces, cmo puedes decir que est bien para ellos?
Si t, mi amigo, no ests dispuesto a aceptar para ti mismo estas religiones con sus consecuencias,
sus prcticas abominables, deberas avergonzarte de decir que los paganos estn bien como estn. Sus

religiones son religiones del temor. Nada conocen de paz y amor. No tienen esperanza. Solo el
evangelio ofrece vida, vida abundante y aquello que satisface el corazn.

5. Debido a que no enviamos suficientes misioneros


El problema siempre consiste en la falta de obreros. En la China hay grandes campos para la siega y
deben ser atendidos a mano; con todo, son atendidos. Por qu? Porque cada hombre, cada mujer, cada
joven o cada muchacha, con habilidad para manejar la hoz, va al trabajo; por consiguiente hay obreros
en abundancia.
Nuestro Seor reconoci ese problema. Dijo: A la verdad la mies es mucha, pero los obreros
pocos. Rogad, pues, al Seor de la mies, que enve obreros a su mies (Mateo 9.3738). Si contsemos
con suficiente cantidad de obreros, podra realizarse la tarea, pero siempre fueron escasos. Hoy da, con
la poblacin aumentada, son tan pocos los obreros en comparacin, como lo eran en los das de Jess.
Por eso es que constantemente apelamos a los jvenes y a las seoritas para que se ofrezcan al servicio
misionero. Debemos lograr ms obreros.

6. Debido a que no seguimos los mtodos paulinos


En 2 Timoteo 2.2 vemos establecido el mtodo paulino: Lo que has odo de m ante muchos testigos,
esto encarga a hombres fieles que sean idneos para ensear tambin a otros. El mtodo de Pablo
consista en la enseanza a unos, quienes a su vez habran de ensear a otros: as se provea, preparaba
y equipaba a los obreros.
El mejor camino para cumplir con eso, hoy da, es por medio de institutos bblicos. Lo primero que
deberamos hacer al ir a un campo extranjero sera establecer un instituto bblico, preparar a los obreros
disponibles en cuanto hayan sido ganados para Cristo, y luego enviarlos como evangelistas entre su
propio pueblo. El propio nativo es la clave para la situacin. El misionero extranjero no puede nunca
abrigar la esperanza de evangelizar el mundo. Nunca llegar el da cuando nos sea posible instalar un
misionero procedente de nuestros campos en cada pueblo o ciudad. Y si pudiramos hacerlo, no sera
buena poltica. Pensemos en nosotros mismos llamando a extranjeros para que sean nuestros pastores.
Eso no es natural.
Jess, lo recordarn, prepar a los doce; luego, a los setenta. Pablo nunca fue pastor. Ganaba
convertidos, ordenaba los ancianos de la iglesia, y segua. Coloc las iglesias bajo la direccin nacional
y desde un principio los indujo al sostenimiento propio. Eran organismos vivientes. Los organismos
como estos siempre crecen.
En Hechos 19.810 y 1820 tenemos un ejemplo admirable del mtodo paulino. Se nos informa
que en dos cortos aos, todos en la provincia de Asia oyeron el evangelio. Hubo un poderoso
avivamiento. Libros pertenecientes a falsos cultos fueron quemados pblicamente, libros que habrn
costado enormes cantidades de dinero.
Cmo sucedi? Pablo se hizo cargo de una escuela y enseaba cada da. Muy probablemente, l
mismo no viaj por toda Asia evangelizando aquella provincia. Hasta donde llega la informacin,
permaneca en un lugar, pero enseaba a otros. Luego, stos salan para predicar el evangelio a todas
partes, con los resultados descriptos en el captulo 19. Adonde iba, anunciaba el evangelio y haca
discpulos (Hechos 14.21). Ese mtodo no podr superarse. Resultar en todas partes.
La Misin a las Indias Occidentales12 lo ha probado. Comenzaron en Cuba con un instituto bblico,
no una iglesia, ntese, sino un instituto bblico. Luego fueron a Hait y establecieron otro. Luego
12

Se refiere a las islas del Caribe.

instalaron uno en la Repblica Dominicana y otro en Jamaica. Actualmente han comenzado un quinto
en una de las islas francesas. Cul ha sido el resultado? Los estudiantes, en cantidades de cientos,
fueron de sus institutos bblicos a lo largo y ancho de las Antillas, y ms de 80.000 personas han sido
ganadas para el Seor Jesucristo.
El antiguo sistema ha sido seguido por dcadas. Se han levantado iglesias en ciudades y
poblaciones ms grandes, pero los distritos de campo, donde viva la mayor parte de la gente, fueron
dejados sin evangelizar. La Misin a las Antillas lleg all. Se adopt el mtodo paulino, y ahora las
conferencias anuales tienen ms de 7.000 almas ganadas para Cristo; tanto ha crecido y se ha
multiplicado la Palabra de Dios.
En Etiopa los misioneros haban tenido pocos resultados. Apenas si haban logrado un puado de
creyentes cuando yo estuve all. Luego los nacionales tomaron el control y durante la ocupacin
italiana, y a pesar de los encarcelamientos, torturas y martirio, 20.000 personas fueron conducidas a
Cristo, y eso, sin contar con la ayuda de ningn misionero. Actualmente hay 50.000 cristianos y 300
iglesias nativas. Qu milagro! Ese es el camino ideal, el nico que tendr xito.
Ese mtodo reduce gastos. Los nativos pueden vivir ms econmicamente. No es necesario obtener
visas. Pueden ser sostenidos por sus propias iglesias. No son necesarios fondos extranjeros. Todo lo
que tenemos que hacer consiste en atender al misionero y su trabajo y dejar a los nativos que hagan lo
restante. La obra llegar a sostenerse, gobernarse y propagarse por s misma. se es el camino
espiritual. El mtodo paulino no puede superarse.

7. Debido a que no estamos convencidos


de que los paganos estn perdidos
Si no estn perdidos antes que oigan, entonces haremos mejor en dejarles como estn. Si perecen
definitivamente aquellos que rechazan a Jess, jams deberamos hablarles de l. Mejor dejarles en su
ignorancia que llevarles bajo condenacin. Pero la enseanza de toda la Biblia es que el hombre sin
Cristo se pierde y que la nica esperanza de salvacin es el evangelio.
Este hecho terrible sealado por un ateo, fue el que hizo ir a Studd al campo misionero. Si yo
hubiera credo firmemente dijo como millones dicen, que el conocimiento y prctica de la religin
en esta vida influyen en el destino a la eternidad, entonces la religin sera todo para m. Tirara como
escoria por tierra las diversiones mundanas. Tendra por locura los cuidados terrenales y como vanidad
los pensamientos de este mundo. La religin sera para m lo primero como pensamiento al despertarme
y mi ltima imagen antes de dormirme. Trabajara solo en su causa, solo cultivara el pensamiento por
el maana de la eternidad. Estimara que un alma ganada para el cielo es premio digno de una vida de
sufrimiento. Las consecuencias terrenales nunca frenaran mis manos ni sellaran mis labios. La tierra
con sus gozos y penas, no ocupara en ningn momento mis pensamientos. Tratara de mirar slo hacia
la eternidad y a las almas inmortales a mi alrededor, que seran desdichadas por siempre jams o felices
en las mismas condiciones. Saldra al mundo para predicar a tiempo y fuera de tiempo, y mi texto
13
favorito sera siempre: De qu le servir al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?
Pablo habla del mundo pagano en esta forma: Muertos en vuestros delitos y pecados, [] hijos de
ira, [] sin esperanza y sin Dios en el mundo (Efesios 2.1, 3, 12). Poda haber lenguaje ms claro?
Esa es la condicin de ellos. Estn irrecuperable y eternamente perdidos.
13

Mateo 16:26.

Hay dos pasajes que ajustan estas situaciones de una vez para siempre. El primero es Hechos 4.12:
En ningn otro hay salvacin; porque no hay otro nombre bajo del cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos. Ninguno de sus dioses, ninguna de sus religiones, puede beneficiarlos. Los
nombres de Mahoma, Confucio, Buda y todos los dems no sirven. Cristo y slo Cristo! puede
salvar.
La segunda declaracin se halla en Juan 14.6, donde dice Jess: Nadie viene al Padre sino por
m. No hay otro camino hacia Dios: Cristo o la condenacin. Yo soy el camino, as declara l.
Ningn otro puede serlo. Si los paganos no estn perdidos, entonces estos versculos no quieren decir lo
que dicen.
Pero se me dir que es injusto. Te parecer que es una falla divina. Piensas que un Dios de amor no
lo permitir ni podra llegar a permitirlo. Nos debe Dios, acaso, la salvacin? Si as fuere, no sera de
manera alguna por gracia. l simplemente estara pagando una deuda. Pero l no est obligado por
nada. Todo es por gracia.
Amigo mo, puedes descansar sobre una importante declaracin, tal como es esta: El Juez de toda
la tierra, no ha de hacer lo que es justo? (Gnesis 18.25). No s qu es lo que l har, pero s con
certeza que ser absolutamente justo. El obrar correctamente. Puedo dejarlo todo en Sus manos. Y al
fin, cuando compruebe lo que l ha hecho, estar completamente satisfecho, porque dir: Ha sido
justo. Ha hecho lo que yo hubiera hecho en su lugar. Estaremos de acuerdo con el veredicto del ngel:
Tus juicios son verdaderos y justos (Apocalipsis 16.7).
Recuerda que hay grados de castigo. La Biblia habla de muchos azotes y de pocos azotes (Lucas
12.4748). Los paganos, aparte de Cristo, nunca llegarn al cielo, pero sern tratados con justicia.
Ahora es un misterio, entonces ser claro. Mientras tanto, es nuestro deber, responsabilidad y privilegio
darles el evangelio y hacer todo lo posible para ganarlos para Cristo.

No fracasemos de nuevo
Todos queremos hacer la voluntad de Dios y sabemos que nada est ms cerca de su corazn que la
evangelizacin del mundo. Si hemos fallado en el pasado, no hay razn para que debamos fallar en el
futuro. Pongamos manos a la obra. Trabajemos mientras el da dura. El mundo debe ser evangelizado.
Por qu no hacerlo en esta generacin?
Bien puede ser que Dios te est llamando y que quiera que vayas. Si es as, obedece al Espritu. No
seas rebelde a la visin celestial. Responde: Heme aqu, envame a m (Isaas 6.8). Quiz quiera que
mandes un reemplazante. Si es as, gana tanto dinero como puedas e invirtelo en un sustituto. Manda
alguno en tu lugar. Haz tu parte para evangelizar el mundo. Quiz te est llamando para orar. No le
falles. S un intercesor. Coloca las misiones en tu corazn. Ora porque haya obreros que vayan a la
mies. Ora por dinero. Ora hasta que el mundo haya sido evangelizado.
CAPTULO

Por qu debemos ofrendar


para las misiones?

Proverbios 11.2425: Hay quienes reparten y les es aadido ms, y hay quienes retienen
ms de lo justo y acaban en la miseria. El alma generosa ser prosperada: el que sacie a otros, tambin
l ser saciado.
En verdad, estas son palabras profundas. Es posible esparcir lo que poseemos y tener ms, mientras
que si tratamos de guardarlo tendremos menos. Los hombres que usaron sus talentos los duplicaron,
pero el que lo escondi lo perdi. El alma generosa ser prosperada: el que sacie a otros, tambin l
ser saciado.
Siempre habr quienes quieren saber por qu debemos contribuir a la obra misionera en otras
partes. No hay bastante que hacer aqu? preguntan. Por qu enviar dinero al campo
extranjero? Varias son las razones que trataremos de enumerar, rogando que se les preste a cada una
de ellas atencin y oracin.
EEMOS EN

Las iglesias misioneras progresan


Primero de todo, he descubierto que las iglesias misioneras son iglesias que progresan. En otras
palabras: la luz que alumbra ms lejos, es la que ms resplandece. Mustrenme una iglesia que arda
de pasin por la obra misionera en el extranjero y les mostrar una iglesia que arde por ganar almas en
su campo. Mustrenme una iglesia que contribuya generosamente para las regiones apartadas y les
mostrar una iglesia libre de problemas financieros locales.
Cuando estuve en Palestina, viaj de Jerusaln a Jeric. Vi las ruinas de la antigua Jeric y fui al ro
Jordn donde Jess fuera bautizado. Quise cruzar ese lugar a nado y lo hice. Segu hacia el Mar
Muerto, donde pude volver a nadar. Viajando hacia el norte, llegu al fin del Mar de Galilea, nadando
all tambin. Al estar en sus orillas, pens en la diferencia de las dos masas de agua: el Mar de Galilea
lleno de vida y el Mar Muerto, sin vida. En qu radica la diferencia? me pregunt.
El Mar Muerto recibe sin dar y est estancado. El Mar de Galilea, recibiendo, da, y est lleno de
vida; sus aguas son saludables.
He ah una ilustracin perfecta de la iglesia misionera y de la que no est interesada en las
misiones. Esta ltima recibe, pero usa todo para s. Nunca da nada. Por lo tanto, cual fuente estancada,
est llena de alimaas que se buscan las faltas unos a otros, se critican, pelean y dividen entre s, y
terminan carcomindose el alma. En cambio la iglesia misionera recibe y da. Por lo tanto, est viva y es
agresiva, y la bendicin de Dios descansa sobre ella.
Ocurre igual cosa con el individuo. El que lo guarda todo para s, negndose a compartirlo con
otros, se torna en fuente estancada, un Mar Muerto que no es de bendicin para nadie. Nos toca a
nosotros resolver si nuestra vida estar simbolizada por el Mar Muerto o por el de Galilea.

Dnde est nuestro tesoro


Lo estamos haciendo ya sea en el cielo o en la tierra. La orden de Dios es: No os hagis tesoros en la
tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el
cielo, donde ni polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan (Mateo 6.1920).
Todo lo que tenemos, un da lo hemos de perder. Todo lo que invertimos en el alma de los hombres, es
lo que preservaremos. Entraremos a la eternidad como mendigos por no haber atesorado all nada de
antemano, o como herederos, recibiendo lo que contribuimos mientras an estbamos en la tierra.
Me recuerda esto la leyenda de una mujer muy rica y su chofer. Ella esperaba poseer una mansin
en el cielo, pero al llegar, habiendo pasado por las mansiones, se la llev a una casa muy humilde. Al
preguntar quines eran los dueos de aquellas mansiones, se le inform que su chofer viva en una de

ellas. Al expresar ella su sorpresa y disgusto, se le dijo que l haba estado enviando materiales durante
toda su vida, al invertir su dinero en las almas de los seres humanos, especialmente en la obra
misionera en otros lugares, mientras que ella haba enviado tan escasos materiales que se haban visto
obligados a hacer lo mejor que pudieron con lo poco que haba.
Algunos de nosotros ya tenemos bastante recorrido en la vida. Tenemos poco tiempo para hacernos
tesoros en el cielo. Ms vale que empecemos ahora, antes que sea demasiado tarde. Todo lo que
podamos enviar por adelantado, estar esperndonos a nuestra llegada y nos ser devuelto con inters.

D muestras de su amor
Si hemos de mostrar a Jess cunto le amamos, hemos de hacerlo en forma prctica. Amar significa
sacrificio. El amor encuentra su expresin en las obras. Podemos probar ese amor por el uso que
hacemos del dinero, por los sacrificios que haremos para otros, por nuestros esfuerzos por llevar el
evangelio a las tierras paganas. l quiere algo ms que un testimonio. La fe sin obras est muerta
(Santiago 2.20). Lo mismo acontece con el amor. Si amamos al Seor, compartiremos lo que tenemos
con los que no lo conocen, para que ellos tambin sean atrados hacia l.

El secreto divino para la prosperidad


Realizaba yo una campaa en la Iglesia del Pacto, en Minnepolis, Estados Unidos, donde el doctor
Paul Rees era pastor. Una noche al finalizar el culto, un hombre de negocios, bien vestido, se me acerc
y estrech mi mano. Yo no lo conoca.
Doctor Smith me dijo, le debo a usted todo lo que tengo en la vida.
Al mirarlo yo, sorprendido, me cont su historia:
Yo estaba en la miseria empez. Haba perdido mi trabajo. Mi esposa y mis dos hijos me
haban abandonado. Mis ropas eran harapos. Un da, vagando, entr a la iglesia durante una de sus
Conferencias Misioneras. Usted hablaba y estaba diciendo cosas que me llenaron de asombro. Nunca
las haba odo. Deca usted: No pueden presionar a Dios para que l les d.
Me sent ms derecho y prest atencin.
Para probar su sinceridad continu el hombre, llen una de las tarjetas, prometiendo a Dios
darle cierto porcentaje de todo lo que me diera. Eso era fcil, por supuesto, porque en ese momento no
tena nada. Pero para mi sorpresa, pocas horas despus consegu trabajo. Cuando se me pag, envi la
suma que haba prometido. No mucho tiempo despus me aumentaron. Y contribu ms. Pronto tuve
ropa nueva. A su debido tiempo, consegu mejor empleo y mi esposa e hijos volvieron conmigo. No
mucho despus tena canceladas todas mis deudas y siempre continu dando.
Ahora exclam la casa donde vivo es ma y tengo dinero en el banco. Todo se lo debo a
usted. Descubr que tena razn. Descubr que Dios era leal a su promesa.
Quieres conocer el secreto de esta prosperidad? Lo hallaremos en el ejemplo del hombre que les
cont: Dad y se os dar. Para recibir hay que dar. Dios no es deudor de nadie.
Bien recordamos los das de la Gran Depresin. Cientos de hombres vinieron a la iglesia en busca
de ayuda. Muchas veces habl con ellos. Ninguno poda decir con sinceridad que le haba dado a Dios
sus ofrendas en los das de prosperidad. Dios cuida a los que se acuerdan de l. Yo honro a los que
me honran (1 Samuel 2.30). Ms vale que arreglemos cuentas con Dios ahora, en los das de
prosperidad, o tambin necesitaremos ayuda pblica cuando surjan dificultades. Y no conozco mejor
manera de dar a Dios que dando a la obra misionera.

Dinero como medio para lograr un fin

Es el dinero un fin en s mismo o es simplemente el medio para lograr ese fin? Si es un fin en s,
entonces no estamos buscando extender el reino de Dios. En lo que concierne al cristianismo, el dinero
debera ser un medio para lograr un fin. Si yo fuese hombre de negocios, trabajara mucho. Ganara
tanto como pudiera y si ganara ms de lo que necesitara para m mismo y para los que dependieran de
m, mantendra un misionero en la China. Si pudiera ganar ms an tendra uno en frica, uno en la
India, etctera. Hara del dinero un medio para lograr un fin y que el fin fuese llevar el evangelio por
doquier. Me pondra del lado de Dios y su programa para la evangelizacin del mundo. Entonces
podra esperar sus ms grandes bendiciones. Estamos ganando dinero para nosotros o para la obra de
Dios? Qu fin tenemos en vista?

Dejar un testamento no trae recompensa


Muchos creen que pueden testar su dinero a las misiones y as tendrn derecho a una recompensa. No
sabemos, acaso, que Dios nunca promete bendicin a los que dan su dinero despus de su muerte? Por
qu habran de recibir bendicin por hacer lo que necesariamente tendran que hacer? Dios nos dice
claramente que se nos recompensar slo por lo que hicimos mientras vivamos.
Yo quiero saber qu se hace con mi dinero. No quisiera testarlo a las misiones para que mis hijos se
peleen despus de mi muerte, y los abogados se lleven la mayor parte. Deseara que ahora ese dinero
fuese usado para lo que me interesa. Quiero darlo ahora, mes tras mes, mientras viva. De otra manera,
yo s que no obtendr recompensa.

Significado del sacrificio


Conocemos ese significado? Nunca podr olvidarme de una niita llamada Gracia. Fue salvada en la
Iglesia Presbiteriana Dale cuando yo tena algo ms de veinte aos. Tena su corazn e inters en la
India. Un da su madre le dijo que le comprara un tapado nuevo. El que estaba usando estaba viejo,
gastado, despus de seis aos de uso. Pero la nia rog e insisti a la madre que le dieran el dinero a
ella, porque podra seguir usando el tapado viejo por un ao ms. As lo hizo su madre y la nia le
envi el dinero a su misionera en la India.
Antes de que yo saliera de esa iglesia, Gracia se enferm. En su lecho de muerte, ella le hizo
prometer a su madre que tomara su ropa, tal cual la tena, la vendera y enviara el importe a la India.
Con lgrimas en los ojos, la madre se lo prometi. Nos gustara estar cerca del trono de Dios cuando
Gracia reciba su recompensa. Tena su corazn en la India y su dinero sigui a su corazn, sin contar
los sacrificios. Conocemos nosotros este tipo de sacrificio?

Mi primera Promesa de Fe
Nunca podr olvidarme de mi primera Promesa de Fe. Recin me haba hecho cargo del Tabernculo
de la Alianza Cristiana y Misionera en Toronto, Canad, y se estaba celebrando una Conferencia
Misionera. Me hallaba sentado en la plataforma. Despus de un rato, un joven vino y me entreg una
tarjeta. La mir y le en ella: Con el favor del Seor me esforzar por dar a la obra misionera Yo
dije: Seor, yo no puedo dar nada. Estoy ganando tan slo veinticinco dlares semanales, estamos en
medio de la guerra y tengo que mantener a mi esposa y a nuestro hijo. Todo est caro. Me quedo sin
nada al concluir cada semana, cmo puedo dar yo?
Comprendern que nunca haba dado en forma sistemtica. Cuando daba uno, dos o cinco dlares
en la ofrenda, pensaba que en realidad estaba haciendo mi parte, pero el hacer una Promesa de Fe y dar
sistemticamente era una experiencia desconocida para m.
Sent que, como pastor, debera dar el ejemplo. Tena que hacer algo en verdad. Or: Seor, no
tengo nada para dar. Qu har? Pareci que inmediatamente me hablaba el Seor: No te pido por lo

que tienes. Te estoy pidiendo una promesa de fe. Hasta cunto puedes confiarme? Lo capt en un
momento. Oh dije, eso es diferente! Hasta cunto puedo confiarte?
Pens que quiz podra confiarle por cinco dlares o quiz hasta diez. De pronto me pareci que l
me hablaba otra vez: Cincuenta dlares, me dijo. Qued perplejo: Cincuenta dlares!, exclam.
Pero jams haba odo de contribuir con semejante cantidad. Cmo voy a dar cincuenta dlares?
Pero la impresin persista Seran cincuenta dlares. Con mano temblorosa llen la tarjeta y la firm.
Cmo deseara poder trasmitirles mi gozo, mes a mes, al orar por la cantidad asignada! Cmo la
obtuve, ni yo mismo lo s. Todo lo que s es que Dios los envi y que, al fin del ao, ya haba pagado
14
totalmente los cincuenta dlares.
La bendicin era tan grande que al ao siguiente dupliqu la suma, y la volv a duplicar otra vez y
ao tras ao, por ms de treinta aos ha sido mi gozo hacer una contribucin definida a la obra
misionera. As he podido contribuir con miles de dlares, por dar consistente y sistemticamente, ao
tras ao, a medida que Dios me iba prosperando.
Lo que les pido que ustedes hagan es lo que yo mismo he hecho. Conozco algo del gozo de dar. S
lo que es invertir para Dios. He recibido la visin y no puedo vivir para mi yo. La vida no tiene sentido,
menos an que nada, hasta que me d por completo. No se trataba de cunto de mi dinero dara a Dios,
sino cunto dinero de Dios me guardara yo? Amigos, estamos contribuyendo para la obra misionera.
Cmo puede una junta de misiones saber cuntos misioneros podr sostener, si no hacemos
Promesas de Fe? No estaremos sosteniendo la obra misionera mundial de la iglesia si no cooperamos
con el programa. Dar solamente cuando uno lo siente, en vez de hacer una promesa en oracin, no
demanda fe. Nunca nombramos a nadie para un cargo en la iglesia a no ser que haya hecho una
Promesa de Fe como smbolo de que sostiene este trabajo. Los que me dicen que no creen en estas
Promesas de Fe, porque no quieren que su mano derecha sepa lo que hace su izquierda, en verdad,
dicen lo cierto. Dan tan poco, que en verdad su derecha se avergonzara si supiera lo que da su
izquierda. Cuidado, mi amigo, no sea cosa que hayas de estar en la presencia del Eterno, con una gran
cuenta de banco que debiera haberse invertido en la obra misionera. Y cmo lo explicaras en ese Da?

Deberan compartir por igual


Supongamos que un nio cae en un pozo. Quin recibir la recompensa por la salvacin del nio: el
que sostuvo la cuerda, el que baj hasta el fondo, o ambos? Dios dice que ambos debern compartir por
igual. El que se mantiene en pie y hace posible que el otro baje al pozo para salvar al nio merece
premio, tanto como el que baja. Quiz uno no pueda descender, quiz uno no pueda conocer el campo
extranjero, pero s puede sostener la cuerda. Podemos ayudar a que otro vaya. Podemos enviar un
reemplazante y si lo hacemos, si damos dinero, la recompensa ser tan grande como la recompensa
para el que va.
Todos tenemos que pertenecer a la brigada de los que apagan el fuego. Quiz uno est a mitad del
camino, pasando los baldes, o quiz bombeando el agua. El asunto es si uno est en la lnea, en su
lugar. Perteneces a la brigada contraincendios? Ests haciendo algo? O eres meramente espectador?
Nuestro lema debera ser: Cada cristiano un misionero.

Aquellos que pueden dar

14

A diferencia de lo que suele acontecer en Latinoamrica, donde los presupuestos son hechos por lo general
en forma mensual, en los pases del Primer Mundo se realizan ms bien por periodos anuales.

Puede uno dar como individuo, como pastor o como evangelista. No creo que haya alguien que pueda
hacer ms para las misiones que un evangelista. Tiene una oportunidad preciosa. En cada campaa que
realiza puede reunir grandes cantidades de dinero para la obra misionera. Tiene una tremenda
responsabilidad. El dinero que reciba puede transformarse en obra misionera.
Oh, si supiera el gozo que ello trae! Y cmo bendecira Dios su ministerio! Podran reunirse miles
de dlares y cientos de misioneros podran ser sostenidos. As la obra de Dios cubrira la redondez de la
tierra. Celebrando mis campaas en Australia, traje al volver cerca de seis mil dlares para la obra
misionera.
Deseo apelar al pastor: l tambin puede dar, porque podr hacer de su iglesia una iglesia
misionera, enseando a su feligresa a contribuir para la obra ms importante del mundo. Le
corresponde a l ser el gua y el pueblo sabr seguirlo. Qu ministerio! Que Dios nos ayude a no
defraudarlo.

Adnde dar
Pero cuando damos, estemos seguros de no dar para fomentar el modernismo. Hay que seleccionar
entre las agencias que son fieles a la Palabra de Dios y ganan almas. Algunos pretenden la
cristianizacin del mundo; los creyentes bblicos buscamos la evangelizacin del mundo.
Estn los que ponen un nfasis especial en los subproductos del cristianismo: la educacin, el
servicio social, los hospitales, etctera. Creemos que es necesario predicar el evangelio primeramente.
Nuestra primera misin no es educar al pagano sino evangelizarlo.
Debes ver que tu dinero vaya a lugares donde tienes confianza en el trabajo que se realiza. Debes
sostener slo a misioneros que sean sanos en la fe. Demos a las agencias misioneras que tengan menos
personal jerrquico. Estemos seguros que la mayor cantidad de dinero vaya a parar a la obra misionera
en s. Investiguemos hasta estar satisfechos. Debemos saber adnde va el dinero y cmo ser usado.
Por lo menos 85 a 90 por ciento debe llegar a la obra misionera.

Qu has hecho t?
De tal manera am Dios al mundo que dio Dio a su Hijo unignito. Qu has dado t? Te has
dado a ti mismo? Has dado a tus hijos? Has dado tus oraciones? Has dado tu dinero? Has dado
algo? Que has hecho por los que estn en tinieblas y en desesperacin?
Los mrtires lo dieron todo: dieron sus vidas. He estado parado sobre la arena que estuvo teida de
sangre. Prediqu una vez en un circo en Roma, donde cincuenta mil cristianos fueron arrojados a las
fieras o crucificados; muchos de ellos fueron transformados en antorchas humanas por su fe en Cristo.
En medio de las llamas, gritaban: Cristo es victorioso! Lo dieron todo. Qu has dado t?
Exige Dios demasiado cuando te pide tu dinero dinero que l te ha dado, para que los
paganos en tierras lejanas puedan or el evangelio? Si los mrtires dieron todo cuanto tenan, no
podremos por lo menos dar algo y as hacer nuestra parte en la evangelizacin del mundo?

Cunto debo dar


Se me dio no hace mucho un papelito con la pregunta: Cunto debo dar este ao a la obra
misionera? Contest con cuatro cosas que comento ahora y que quisiera dejar con mis lectores antes
de terminar este captulo, tal como las respond:
1. Si me niego a dar a la obra misionera este ao, prcticamente estoy votando para que se cierren
todas las obras misioneras, y vuelvan todos los misioneros a sus pases de origen.
2. Si doy menos de lo que he dado hasta ahora, favorezco la reduccin de las fuerzas misioneras, en
proporcin a lo que reduzco de mi contribucin.

3. Si doy lo mismo que antes, favorezco que se mantenga la obra hecha hasta ahora y me opongo a
que el movimiento avance. Algunos cantamos: Estad por Cristo firmes, olvidndonos que el Seor
nunca plane que su ejrcito se refugiara en una fortaleza, en posicin de firmes, puesto que a todos sus
soldados se les ha ordenado: Id!.
4. Si aumento mis ofrendas, entonces acepto que progrese la obra en la conquista de nuevos
territorios para Cristo. Pertenecer yo a este grupo? Creo que se debe aumentar el nmero actual de
misioneros que se basan en la Biblia y, por lo tanto, aumentar mis ofrendas para las misiones.
Yo hara justamente eso. Dara ms este ao que el pasado. Quiz no podamos dar mucho ms,
pero, por lo menos, algo ms. As, al dar mi ofrenda, podra decir: Favorezco que se aumente la causa
de las misiones.
Todos estamos de acuerdo en que el mundo debe ser evangelizado. Nos damos cuenta de que unos
irn al trabajo misionero, otros han de orar, y otros contribuirn. No importa cul sea nuestra parte,
siempre que tengamos una parte y que, al hacerla, estemos haciendo lo que Dios quiere que hagamos.
Si tu parte es dar, da hasta que te duela; y luego sigue dando hasta que se te torne un gozo.
Algn da se te llamar para dar cuentas en la presencia de Cristo y se te censurar o se te premiar.
Cul ser tu suerte? Puedes ser misionero aunque no vayas; tu corazn puede estar en el campo
misionero y all donde estuviera tu corazn, all tambin estar tu tesoro. O puedes negarle a Dios la
ofrenda y perder la recompensa.
Quiero instarte a que des. Que des como nunca has dado antes. Que des hasta sentir que Dios est
satisfecho. Que des como dando a Dios mismo y no como dando a los hombres. Haz de las misiones la
pasin de tu vida y entonces dars porque no podrs vivir de otra manera.
CAPTULO

La necesidad actual

ONDE NO HAY VISIN el

pueblo se extrava (Proverbios 29.18, NVI). Cun cierto es esto! Hay


multitudes por doquier en nuestras ciudades que estn pereciendo porque nos falta visin. Hay masas
sin Cristo, por quienes l muri, que quiz nunca oirn el mensaje de la salvacin de Dios a no ser que
tengamos visin. Los grandes centros urbanos, por los cuales somos responsables, no conocen el
evangelio de la gracia de Dios porque a nosotros, sus seguidores, nos falta visin. Qu haremos?
Cundo oh cundo!, tendremos la carga y seremos conscientes de nuestra responsabilidad? Es
cierto el veredicto: Donde no hay visin, el pueblo se extrava.
Protegidos en nuestro refugio, rodeados de comodidades, satisfechos con un puado de seguidores
sobrealimentados, realizamos nuestros cultos, predicamos los sermones, sin preocuparnos mayormente,
al parecer, por las multitudes que perecen a nuestro derredor. Sin embargo, Dios nunca orden a los
pecadores que se nos acercaran. Nos dijo que nosotros fusemos a ellos. Por qu culparlos de que no
se acercan a nosotros cuando la verdadera culpa es nuestra? Dios nos perdone y nos ayude! Donde no
hay visin, el pueblo se extrava.
El mundo hace cualquier cosa por atraer la atencin. Se levantan teatros en los puntos cntricos ms
destacados, mientras que a menudo las iglesias eligen una calle no cntrica, y un edificio pequeo,
pobremente iluminado. Y luego nos preguntamos por qu no viene la gente! Los hijos de este siglo
son ms sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz (Lucas 16.8). Toda ciudad precisa

contar con algn tipo de ministerio evangelstico de importancia, con ubicacin central, de acceso fcil,
capaz de atraer al transente, con un programa atrayente y efectivo que conmueva a los indiferentes,
llame a los pecadores y los encamine al cielo. Sin esta visin, la gente seguir rumbo a la perdicin.
Todo lo que se necesita para que surja esa visin de Dios es fe, o mejor an: fe y trabajo. La fe y las
penurias harn milagros. Una visin dada por Dios, una fe dada por Dios, amn de nuestras penurias, es
decir, trabajo sacrificado, lograrn que se haga lo imposible. El lema de Carey lo resume todo:
Esperad grandes cosas de Dios; emprended grandes cosas para Dios. No podemos esperar grandes
cosas de Dios hasta que emprendamos grandes cosas para l. Logremos la visin de Dios y hagmosla
realidad. Al que cree todo le es posible, Todas las cosas son posibles para Dios, Tened fe en
Dios (Marcos 9.23; 10.27; 11.22).
Vivimos en das de terrible apostasa. Al viajar por Europa, Canad y los Estados Unidos me he
sentido cargado, abrumado por la situacin y perspectiva religiosa, como nunca antes. La iglesia que
profesa ser verdadera, como est escrito, se ha tornado en iglesia apstata. Muchos estn abandonando
la fe. Esto significa que el mundo entero se ha vuelto campo misionero. Se necesita el mensaje por
doquier. No hay un lugar ms necesitado que el otro. Miles de asistentes a las iglesias nunca oyen el
verdadero evangelio.
En muchos plpitos se oye, de labios de ministros ordenados al evangelio, afirmaciones como: No
predicar ms la aceptacin total de la Biblia. No predico ni el cielo ni el infierno de la Biblia, y no
conozco a ningn buen predicador que lo haga. Mi educacin no me permite aceptar los milagros de la
Biblia. No creo en la doctrina de la salvacin por sangre. Gracias a Dios, no soy salvado por la sangre
de nadie; la salvacin por sangre es un evangelio de carnicera. Hacen alarde de conceptos nuevos
sobre doctrinas antiguas. Frente a tales desviaciones, no es acaso hora de que los verdaderos siervos
de Dios clamen y proclamen, una vez ms, las poderosas verdades que transforman el alma y que
vienen del libro antiguo, la Biblia?
El general Booth escribi el libro In Darkest England (En lo ms oscuro de Inglaterra). Dios ha
grabado en mi corazn aquella terrible declaracin: Las tinieblas cubren la tierra, y una densa
oscuridad se cierne sobre los pueblos (Isaas 60.2). Esto es muy cierto hoy da, no slo en el campo
misionero extranjero sino tambin entre nosotros. Por todo lugar nos encontramos con gente que se
halla en total oscuridad, en lo que a salvacin eterna concierne. Pocos plpitos predican el verdadero
evangelio, que enfatiza el nuevo nacimiento, hace claro el camino de la salvacin e invita a aceptarlo.
Pocos son los que se adelantan al altar o pasan a la sala de consejera. Los cultos se estn volviendo
cada vez ms ritualistas. En muchas iglesias los pastores predican como si todos sus oyentes fueran
convertidos y estuvieran listos para irse al cielo, siendo que en toda congregacin siempre hay de los
que nunca fueron regenerados.
Oh, si se predicase como Bunyan, Baxter, Aileen, Edwards, Wesley, Whitfield y Finney; sus
mensajes traeran temor y temblor a los pecadores, los haran llorar confesando sus terribles cargas de
culpa y pecado! Que Dios levante otra vez hombres de ese calibre, hombres que, conscientes de la seria
y tremenda responsabilidad del llamado a predicar, y dejando a un lado aspectos de menor importancia,
proclamen valientemente los grandes fundamentos de la fe, en estos das finales, para que den el
testimonio inequvoco de esa fe. No existe otra prdica ni mensaje que merezca el tiempo ni el
esfuerzo.
Por todas partes encontramos gente que es fiel. Bendito sea Dios por ello! No los estoy calificando
a todos por igual. Hablo slo de la condicin general y como prueba someto el prrafo siguiente que
habla de por s: Se informa que el ao anterior en 11.394 iglesias en los Estados Unidos no hubo un

solo convertido. Los libros oficiales de las iglesias de tres denominaciones prominentes muestran que
3.269 iglesias no tuvieron un solo convertido; que 500 tuvieron slo un convertido cada una. Este es,
amigo, uno de los signos ms sorprendentes de los tiempos que vivimos. Qu desafo para los que
creen en la necesidad de un nuevo nacimiento!
Se da demasiado tiempo a la controversia religiosa. Por qu estar a la defensiva? La controversia
nunca dio nada provechoso. Las verdades de la Biblia no necesitan ser defendidas, necesitan ser
proclamadas. La Biblia se defender a s misma. Sobrevivir a sus crticos. Necesitamos un mensaje
positivo. Por una controversia se apag la luz en el Norte de frica y ocurrir entre nosotros otra vez, si
no cambiamos nuestros mtodos.
Que continuemos con la tarea de esparcir el evangelio aqu y por doquier! Que trabajemos por la
unidad del Espritu! Si creemos que el evangelio es poder de Dios para salvacin, entonces
prediqumoslo. Los ateos nunca se convencieron por argumentos.
No atacar, no defenderse, ese ha sido mi lema y bien que me ha servido. No conozco otro mejor
y lo recomendara a cada ministro.
Estamos, segn las Escrituras, viviendo en los das de la iglesia en Laodicea. Por lo tanto, la iglesia
misma debe ser evangelizada. Debe hacerse un llamado nuevo y sincero, a la separacin del mundo y a
la devocin completa a Jesucristo. Cmo alguien que ha conocido el nuevo nacimiento puede
continuar en una iglesia que es meramente un club? Esto es algo que yo no lo entiendo. Las
componendas son condenados en la Palabra de Dios. Deben disiparse las tinieblas. De qu otra
manera haremos frente a la funesta apostasa? En la unin radica la fuerza.
El enemigo est a nuestro acecho. La tormenta se avecina y est pronta a desencadenarse. Nada, a
no ser la prdica del evangelio con el poder del Espritu Santo, puede detener la corriente. Entonces,
evangelicemos. Vayamos adonde est la gente y, con la mejor msica evanglica, los mejores
testimonios y los mejores mensajes, atraigamos a las masas sin Cristo. Planeemos un programa
evangelstico lleno de luz y conquistmoslas para Cristo.
Han ledo en Proverbios 24.1112?: Libra a los que son llevados a la muerte, salva a los que
tienen su vida en peligro. Porque si dices: Lo cierto es que no lo supimos, acaso no lo considerar el
que pesa los corazones? El que mira por tu alma, l lo conocer, y pagar al hombre segn sus obras.
Qu pensamiento terrible! Quin puede leerlo y no sentirse convicto, avergonzado? Si los
hombres estn amenazados de muerte y nosotros no se lo advertimos, tenemos la responsabilidad sobre
nosotros. Podemos alegar ignorancia, decir que no lo sabamos, pero nada de eso nos valdr. Podemos
saber, podemos descubrir la necesidad. Dios no acepta tales excusas. Debemos hacer sonar la alarma,
anunciarles el peligro y si no lo hacemos somos culpables de su muerte!
sta, mis hermanos, es la necesidad de la hora. Que Dios nos d visin, no sea que el pueblo
perezca y nosotros seamos responsables!
CAPTULO

10

Evangelizacin: la respuesta divina


a un mundo que gime

N ESTE SIGLO

estn operando fuerzas siniestras. Religiones falsas surgen por doquier. El

nacionalismo ha invadido el orbe. El comunismo, el arma ms poderosa jams forjada por la mente

satnica, amenaza borrar el cristianismo de la faz de la tierra. La civilizacin est a merced de las
fuerzas atmicas.
Me gustara llegar al ao 2000 pero no podr ser.15 Millones podrn, si Cristo tarda en volver, pero
yo no podr. Yo creo que los prximos cincuenta aos sern los ms dramticos de la historia de la
humanidad. Algunos hechos que sacudirn al mundo ya estn proyectando sus sombras.
Movimientos colosales han aparecido. Unos para bien, otros para mal. La raza humana encara su
propia destruccin. Han de surgir los juicios cataclsmicos. La revolucin, con todos sus horrores,
vuelve a alzar la cabeza amenazante. La Cortina de Hierro esconde una esclavitud peor que la muerte.
Toda la creacin gime. Los dolores de parto de una nueva era se sienten por el mundo. Una vez ms se
presienten anuncios: La venida del Seor se acerca (Santiago 5.8).

Importancia de la evangelizacin
Yo no soy un evangelista profesional, pero he hecho obra evangelstica y s que la nica esperanza en
nuestros das es una nueva manifestacin del poder de Dios. He estado en pases donde pude ver la
operacin de ese poder y creo que lo podremos tener aqu. La evangelizacin es la orden del da, la
necesidad de la hora. Sin avivamiento, la vida, tal cual la conocemos hoy, no tiene sentido. Debemos
evangelizar o fosilizarnos.
Todos tenemos diferencias, pero en un aspecto todos podemos estar unidos, y ese aspecto es el de la
evangelizacin. Si en ninguna otra actividad podemos unirnos, deberamos trabajar juntos, ganando
hombres y mujeres para el Seor Jesucristo. Pastores y laicos de todas las denominaciones deberan
unirse en esto. Hay pastores que se sienten capacitados para hacer ellos mismos la obra de
evangelizacin de manera que no quieren traer a sus iglesias a evangelistas especializados. Sea dicho
y baso esto en mis cuarenta aos de ministerio, la mayora de los cuales fueron de pastor, que el
xito de mi labor en gran parte dependi de mi tarea evangelstica. El pastor de una iglesia puede ser un
gran predicador, amado por su congregacin, pero an as su voz puede hacerse cansadora. Siempre he
sentido placer al invitar a otros a ocupar mi plpito, porque es imperativo que oigan nuevas voces. Un
evangelista puede hacer una obra que yo como pastor no puedo realizar, y luego, cuando yo vuelvo a
predicar, mi voz tiene nuevos tonos y mi congregacin no se siente cansada. Despus de un perodo, y
cuando creo conveniente un alto, invito a un evangelista que nos dejar con nuevos amigos, la mayora
de los cuales quedarn con nosotros despus que l se haya ido.
La primera campaa que realic en Toronto dur seis meses, sin interrupcin, los sbados inclusive
y con dos o tres reuniones cada domingo. Yo dirig la campaa y presid todas las reuniones. Pero
durante esos seis meses hubo una docena o ms de diferentes evangelistas, uno detrs del otro, para
predicar. As siempre haba una novedad en cuanto al predicador y la gente poda esperar con gusto una
nueva voz. Las muchedumbres crecan de semana en semana. El inters era intenso y antes de terminar,
cientos de almas haban sido ganadas y la obra fortalecida. Cada campaa pagaba con creces sus
propios gastos; porque yo siempre cuid que una buena cantidad quedara en la tesorera, al concluir la
tarea.
A travs de los aos he tenido dos, tres y hasta a veces media docena de campaas, y
adicionalmente muchas otras conferencias de un tipo u otro. Todo esto ha estimulado la vida espiritual
de los creyentes, provocado nuevos intereses y entusiasmo, y consolidado la labor. Entre una y otra
campaa segu predicando y cuando la obra se afianz y la congregacin se hizo ms grande, continu
15

Tngase en cuenta que el autor falleci en 1986, a la edad de noventa y siete aos.

predicando, pero nunca cre que slo poda hacer la obra. Y hasta hoy, an invito a oradores para las
campaas de evangelizacin.

Dificultades de la evangelizacin
Hubo un tiempo en la obra de evangelismo y avivamiento y no hace mucho de esto cuando todas
las iglesias de una ciudad determinada cerraban sus puertas y cooperaban entre s.16 No nos sorprende,
pues, que hombres como Billy Sunday atrajeran a tan grandes muchedumbres. Durante aos l se neg
a viajar a cualquier ciudad donde no se pusieran de acuerdo todas las iglesias para cerrar sus puertas y
unirse en campaa. Consecuentemente, los coros y conjuntos musicales de todas las iglesias se vean
sobre la plataforma, y ms importante an, todos sus pastores. Y como las iglesias permanecan
cerradas y los creyentes no tenan dnde ir, todos concurran a la carpa, que se llenaba a desbordar, y
ah se encontraban con sus pastores, lo que los inspiraba a ofrendar, orar y contribuir de cualquier
manera posible con tal de que la campaa fuera un xito. Este es un mtodo ideal para ganar almas para
Cristo.
Sin embargo, hoy parece casi imposible hacer que todos los pastores e iglesias de una misma
ciudad puedan cooperar. Somos afortunados si logramos que algunas iglesias de las ms abiertas
cierren sus puertas para estos esfuerzos, ya que entre las que son ms cerradas hay tantas diferencias
entre ellas mismas que cualquier cooperacin se hace prcticamente imposible. Lo cierto es que
cualquier ciudad o pueblo podra llegar a ser movido por Dios y tener un gran avivamiento de sus
iglesias, si hubiera tal deseo de unirse con pastores de todas las denominaciones para alcanzar a
las masas y ganar almas para Cristo.
Algunas veces se objeta que necesitamos mayor enseanza bblica, ms conferencias sobre la
Biblia, darle ms atencin al estudio de la Palabra. El evangelismo, dicen, no consolida ni ensea. En
esto no estamos de acuerdo. He estudiado la historia de los avivamientos y del evangelismo a travs de
los siglos, y he descubierto que hay ms enseanza, ms victorias espirituales y ms personas se
inspiran a estudiar la Palabra de Dios durante esos esfuerzos, que en cualquier otra poca.
Cuando opera el Espritu Santo, naturalmente la gente se torna a la Biblia y a su estudio. Surgen los
estudios bblicos. Se instruye en la obra personal. Los nuevos convertidos testifican y oran en pblico,
y como resultado hay un conocimiento mucho ms hondo de la Biblia. La enseanza bblica sin
evangelizacin traer estancamiento, pero el evangelismo siempre produce estudio bblico y ser de
bendicin e inspiracin.
Permtaseme decir que la faz ms importante es la continuacin del trabajo, una vez que el
evangelista se ha ido. El evangelista es como el mdico: hace posible que el beb nazca, pero nadie
esperara que l se quedara para cuidarlo. Esta es la tarea de los padres. La responsabilidad del mdico
queda salvada ante un desarrollo impropio en la vida posterior, as como si las cosas no marcharan bien
despus del avivamiento, sera injusto juzgar al evangelista. Esa es tarea de los otros: el pastor, los
maestros de la escuela dominical, los lderes del trabajo juvenil. Si se organizan clases para los nuevos
convertidos, stos pueden pronto afianzarse en las doctrinas fundamentales de la fe para que
permanezcan fieles y activos, volvindose seguidores leales del Seor Jesucristo.
La clase de evangelismo que necesitamos hoy es la que apoyar al pastor, y en toda forma lo
ayudar e inspirar. Error trgico del evangelista ser criticar al pastor en presencia de la congregacin.
16

Las iglesias suspendan sus actividades para realizar una campaa evangelstica unida por un tiempo
determinado, luego de la cual cada una volva a sus actividades habituales.

Bastantes problemas tiene ya de cualquier manera y necesita ser animado. El evangelista har todo
cuanto est de su parte para ayudarlo. Debe ser honrado ante su pueblo. Es esa la razn por la que creo
que despus de un tiempo todo evangelista debera ocupar un puesto de pastor, para comprender sus
problemas y poder ayudarlo. La razn porque muchas congregaciones se hayan mostrado en contra del
evangelismo, es que algunos evangelistas no han simpatizado con el pastor en su situacin difcil.
Por haber sido pastor y evangelista, s perfectamente cunto ms difcil es la tarea de pastor en
comparacin con la del evangelista. ste enfrenta problemas por breve espacio de tiempo, y luego se
va. Pero el pastor contina con ellos. A veces salgo a realizar campaas fuera de mi iglesia para olvidar
por un tiempo los problemas del pastorado. Los evangelistas harn bien en adoptar una actitud correcta
hacia los pastores con quienes trabajan.

Necesidad de la evangelizacin
Nos damos cuenta de que los grandes evangelistas mundiales ya han muerto? Dwight L. Moody se ha
ido; Ruben A. Torrey no est ya aqu; J. Wilbur Chapman nos ha dejado; Billy Sunday ha concluido su
tarea, y adems mi muy querido amigo, el mundialmente famoso Gipsy Smith, se ha ido tambin y,
triste es decirlo, se vislumbran pocos en el horizonte capaces de llenar sus lugares. La razn es porque
nuestros seminarios e institutos bblicos no preparan evangelistas. Preparan pastores pero no
evangelistas. Cuntos de ellos estn estudiando la historia de la evangelizacin y los avivamientos?
Cuntos estudian la vida y los mtodos de esos hombres del pasado? Cuntos de ellos ensean a sus
alumnos cmo conducir campaas?
En una poca las grandes denominaciones del Canad, por ejemplo, empleaban evangelistas. Bien
nos acordamos cuando Crossley y Hunter, que trabajaron juntos por un cuarto de siglo, recorrieron
Canad como evangelistas oficiales de la Iglesia Metodista de Canad. Lo recuerdo porque asist a sus
reuniones. Ahora ellos han muerto y no creo que ninguna de las grandes denominaciones en Canad
hagan ese tipo de obra. Se usan otros mtodos y como resultado los bancos estn vacos. Se han unido
congregaciones y muy pocos jvenes se han convertido o atrado a la iglesia. Lo que Canad necesita
hoy ms que nunca, y lo que cada denominacin necesita ms que nunca, es un ejrcito de evangelistas
que viajen por toda esta tierra, de iglesia en iglesia, de ciudad en ciudad, llamando a la gente a que
retorne a Dios.
Hay una gran diferencia entre evangelismo y avivamiento. Una campaa de evangelizacin puede
transformarse en avivamiento, pero una campaa de evangelizacin no es en s un avivamiento. Yo s
que es costumbre en los estados sureos que los evangelistas hablen de avivamiento, cuando en
realidad lo que estn queriendo significar es una campaa de evangelizacin, que en la mayora de los
casos comienza y finaliza sin llegar a ser un avivamiento.
Agradezco a Dios por cada campaa de evangelizacin que se realiza, particularmente si los
aspectos mercantilistas estn ausentes. Conozco el dao que se ha provocado, en ocasiones, por el
nfasis exagerado en las finanzas, especialmente cuando se recogen las ofrendas. Deseara que llegara
el da cuando los evangelistas, al igual que los pastores, reciban un salario de sus organizaciones, de
manera que cada quien pudiera saber exactamente cunto recibe y acabar de esta manera con las
acusaciones de que estn lucrando con la religin. Resulta siempre difcil entender por qu un
evangelista necesita ms que un pastor, y en la mayora de los casos, mucho ms. Por cierto, si nuestros
pastores ms conocidos pueden vivir con salarios que oscilan entre cinco a diez mil dlares anuales, un
evangelista no debera requerir ms. Temo que el mundo tenga en gran parte razn por sus crticas. Y
tambin las denominaciones mismas pasan vergenza, porque si estuvieran valindose de evangelistas

pagos no seran necesarios los evangelistas independientes. Cada denominacin debera contar con
evangelistas. Ellos deberan recibir su salario de su organizacin, y todas la ofrendas, una vez pagados
los gastos, deberan volver a la caja central. Quizs este sea la nica solucin al problema.
Soy consciente de que el dinero para la Obra suele usarse sabiamente en la mayora de los casos,
pero an as no estamos exentos de crticas. Pero la cuestin es que el evangelista recibe el dinero no
importa lo que haga con l, y dado el hecho que Estados Unidos es la nacin ms rica del planeta, no
se puede evitar la suspicacia de que pudiere estar explotando a la gente. Por su propio prestigio, as
como por el testimonio en s, sera infinitamente mejor, como lo vengo diciendo, si recibiera un salario,
y que ste fuera equiparable al del pastor. Esto evitara seguramente tantas crticas.
Yo no hago apelaciones para mi propio sostenimiento; prefiero en cambio dejarle a la gente con la
que trabajo que contribuya con lo que Dios haya puesto en su corazn. Nunca he puesto precio a mi
ministerio. En ocasiones he recibido poco o nada, ni siquiera para cubrir los gastos. En otras ocasiones
me han dado ms de lo que merezco. Cuando estuve por varios meses de campaas en Nueva Zelanda,
Australia, Jamaica y Gran Bretaa, las ofrendas que recib para las misiones ascendieron a 10.000
dlares y nunca tom una ofrenda para m personalmente. Pero yo me senta ms que satisfecho que
Dios hubiera tenido por bien utilizarme para su gloria, y jams me he sentido defraudado por l. No me
gustan las ofrendas de amor, ellas me hacen sentir incmodo. Preferira que el comit organizador
acordara un honorario nominal que fuera incluido en el presupuesto. Creo que nunca acabaremos con la
evangelizacin mercantilista hasta que no terminemos con las ofrendas de amor.
Debemos casi todo lo que tenemos a las actividades evangelsticas. La gran mayora de los que se
convirtieron tuvieron esa experiencia en campaas de evangelizacin o durante perodos de
avivamiento. Dira que el sesenta por ciento, al menos, han sido ganados para Cristo por medio de
reuniones especiales. Una y otra vez he pedido que lo muestren levantando las manos y el resultado ha
sido siempre similar. Quisiera saber qu ser de nuestras iglesias si a la muerte de los creyentes
actuales no se ganaron nuevos convertidos mediante campaas. En Inglaterra, la juventud, en la
mayora de los casos, ha desaparecido. La iglesia los ha perdido y los cristianos mayores se preguntan
quines tomarn sus lugares cuando ellos hayan desaparecido. La evangelizacin es la nica solucin.
El avivamiento es un imperativo.

Resultados de la evangelizacin
Como yo lo he dicho a travs de los aos, me he especializado en evangelismo y misiones. En los
primeros tiempos tenamos aproximadamente quinientos convertidos al ao. Los espiritualmente recin
nacidos llenaron en poco tiempo nuestros bancos, con el resultado de que los creyentes ya desarrollados
tenan que venir ms temprano para poder asegurarse un lugar. Por aos no hicimos propaganda por la
prensa, porque la multitud de asistentes era demasiado grande. El mismo jefe de bomberos me escribi
para que redujera el nmero de asistentes por el peligro de incendios. Le esa carta al pblico un da
que estaban apretados, unos dos mil presentes, algunos parados contra las paredes, otros sentados en los
escalones, despus que muchos se fueron sin hallar lugar, y el resultado fue que un nmero mayor trat
de venir a la siguiente reunin.
Tenamos un rgano grande, elctrico, que ocupaba la parte entera, detrs de la galera, y cuando
nuestra congregacin vio que cientos de personas no podan entrar, semana tras semana, empezaron a
orar que Dios les enviara a alguien que quisiera comprar el rgano, para que as se pudiera levantar en
ese lugar una nueva galera para poder acomodar a ms personas. Despus de pocos meses, Dios oy y
hoy el rgano est en otra gran iglesia en Toronto. En su lugar edificamos una nueva galera, sobre la

vieja, y la noche que la inauguramos se llen, con muchos adems en los pasillos, y hasta hoy, fuera de
los meses de calor y de vacaciones, se ha llenado y cientos han venido para comenzar el camino de
salvacin.
La polica me habl, en varias ocasiones, justo antes de empezar las reuniones, insistiendo que
deba reducir el nmero de asistentes, negndome la autorizacin de que tantos permaneciesen de pie.
Lo nico que yo poda hacer, como ya lo mencion, fue dejar de hacer la propaganda por los peridicos
y, sin embargo, por aos he continuado predicando a dos mil personas cada domingo de noche.
El evangelismo llenar cualquier iglesia. Lo he comprobado una y otra vez, y la llenar semana tras
semana y ao tras ao. Nunca olvidar la campaa que presid en la famosa iglesia de la calle Park, en
Boston. No slo se llen la capacidad sino muchos se vieron obligados a estar de pie, y al fin de las dos
semanas, ms de doscientos haban tomado la gran decisin. La iglesia estaba revolucionada. Y desde
entonces, no fue nunca ms como antes. Dios obr maravillosamente, y lo que el evangelismo hizo
para esa iglesia lo puede hacer por cualquier otra. Su propio pastor, el doctor Haroldo Juan Ockenga, su
destacado pastor, me acompaa en esta aseveracin.
Las campaas ms grandes de mi vida fueron las realizadas en Australia y Nueva Zelanda. Muchas
veces era imposible hallar lugares suficientemente grandes para poder acomodar la multitud. Yo trabaj
solo, pero en todo Dios estaba detrs. Los resultados se publicaron una y otra vez. Extractos de ellos
aparecieron en mi libro: What Hath God Wrought? [Qu ha hecho Dios?]. La gente en Australia y
Nueva Zelanda nunca olvidar las campaas de 1938. Yo haba sido atacado de malaria y, sin embargo,
a pesar de la gran debilidad, Dios hizo su obra. Fui un milagro de principio a fin. Por lo menos un
millar encontraron a Cristo y mucho antes de concluir la campaa los mismos convertidos se haban
vuelto mis propios colaboradores personales. Jams podr olvidar esa experiencia. Ms de una vez me
invitaron a volver, pero no lo he podido hacer.
Quiz una de las campaas ms destacadas, que casi se tornara en un avivamiento, fue la realizada
en enero de 1948 en la isla de Jamaica. Mi esposa y yo juntamente con mi hijo, que es predicador, y
su esposa realizamos la campaa. Por las tardes celebramos las reuniones en el Teatro Ward, el local
ms amplio de Jamaica, que tena dos grandes galeras, que se llenaron, habiendo muchos de pie. De
noche usamos un estadio. El organizador de la campaa, el hermano E. Clark, planific para una
asistencia de cinco mil. Las primeras noches asistieron cuatro mil, pero el resto de la primera semana,
la asistencia subi a seis mil. Durante la segunda semana, cada noche se alcanz la cifra de quince mil,
aunque algunos creen que habra hasta veinte mil presentes.
Ms de un centenar acept el llamado cada noche. La ltima noche cont yo cuatrocientas ochenta
personas que se acercaron al altar. Quiz unos dos mil hicieron su decisin durante el transcurso de las
dos semanas. Haba hambre por el mensaje, como muy pocas veces he visto. La gente estaba en el local
una hora antes de empezar las reuniones. Despus que los convertidos pasaban adelante al terminar las
reuniones, debamos empezar la obra personal con ellos. Jamaica nunca haba presenciado tales
muchedumbres, para ningn propsito, fuese poltico o religioso, y nadie que haya asistido podr
olvidar la emocin y la bendicin de esos das.

Gozo de la evangelizacin
Despus de hablar a un grupo de pastores en Sidney, Australia, acerca del evangelismo, not a uno de
cara entristecida acercarse adonde yo me encontraba y lo esper, preguntndome qu le pasara. Se
qued por un instante sin decir nada y, segn puedo recordarlo luego, me habl ms o menos como
sigue:

Doctor Smith, cree usted, en verdad, en lo que dice?


Por qu? le pregunt. Qu significa esa pregunta?
Quiero decir dijo con nfasis, si usted cree que es posible hacer lo que usted dice.
Qu quiere decir usted con ello? volv a preguntar.
Cree usted que es posible para un pastor de mi denominacin hacer una invitacin? y al decir
esto daba nfasis al nombre de su denominacin.
Bueno respond yo, yo mismo soy pastor de esa denominacin y he hecho la invitacin,
viendo a cientos de hombres y mujeres venir al altar aceptando a Jesucristo como su Salvador.
Pero bien sabe usted replic que esto no se hace en nuestra iglesia.
Lo s dije yo, sin embargo no veo por qu un pastor de nuestra denominacin no pueda
extender la invitacin.
Con rostro entristecido se alej y, al rato, yo ya me haba olvidado de todo el incidente. El siguiente
lunes de noche, sin embargo, celebraba las reuniones habituales en el saln de actos de la iglesia
aludida y en el momento que iba a subir al plpito not un movimiento de gente en la puerta. Me
detuve observando qu sera aquello. Luego vi a nuestro amigo pastor, tratando de abrirse paso y me di
cuenta que quera acercarse a m, as que lo esper. Vi que vena acompaado de dos jvenes seoritas
del brazo, una a su derecha y otra a su izquierda, procurando abrirse paso en medio de la multitud.
Al fin estuvo cerca de m y yo pude notar su rostro resplandeciente mientras deca:
Da resultado! Da resultado!
Yo no entenda lo que quera decir. Cuando lo tuve a mi lado, le pregunt:
Qu da resultado?
Pero exclam, lo que usted me dijo el sbado pasado! Por primera vez el domingo extend
la invitacin, hice el llamado y mire lo que result mientras puso a las dos jvenes frente a m.
Les habl y me percat que haban experimentado una profunda conversin. Me acord del
incidente del sbado y empec a sentir que algo en verdad haba ocurrido.
Con temor y temblor, la noche anterior l haba extendido la invitacin y dos manos se haban
levantado. No saba casi qu hacer, pero le pidi a esas personas que se parasen. No muy seguro de
cmo continuar, se acord que yo los invitaba a ir a un cuarto aparte para conversar y l hizo lo mismo.
Sin vacilacin, ellas pasaron. No tena colaboradores, as que l mismo fue, les habl y ellas tuvieron la
experiencia de la salvacin. Qu cambio! Volvi ese pastor a su tarea para realizar la obra que haba
dejado de hacer en todo su ministerio. Volvi a dar a las personas a quienes les predicaba la
oportunidad de aceptar a Jesucristo en vez de conformarse con la bendicin al finalizar el culto. Todo
su ministerio se revolucion. Empez a experimentar algo del gozo de la evangelizacin y por
experiencia supo que un pastor, aun de su denominacin, puede tambin extender la invitacin o el
llamado.
Sugiero a mis amigos que cada uno aplique para s el mandato: Ve y haz t lo mismo (Lucas
10.37).
CAPTULO

11

Dios manifiesta su poder


en los avivamientos

OS DAS DE LA IGLESIA

primitiva eran das de avivamiento. Nada sino el avivamiento resolver los


problemas del da de hoy. Ms an, de hecho se duda si habra iglesia a no ser por los avivamientos. En
la redondez del orbe hay quienes estn clamando a Dios por otra manifestacin portentosa de su poder.
Sern esas oraciones respondidas? Vendr el avivamiento? Si eso ocurre, cmo ser? Cunto
costar? Podemos hacer algo para que venga? Podr la oracin del Salmo 85.6 ser realidad ahora,
hoy? No nos avivars otra vez para que tu pueblo pueda regocijarse en ti? Nuestros ojos estn en
Dios. l slo puede reavivar a su pueblo y cuando lo haga habr tal gozo como la iglesia no lo ha
conocido por largo tiempo.

Cundo necesitamos un avivamiento?


Preguntmonos y tratemos de responder a algunas preguntas importantes. Primero, cundo
necesitamos un avivamiento? o para hacerlo ms personal, cundo t y yo necesitamos un
avivamiento?
Cuando hemos perdido nuestro primer amor, es cuando necesitamos el avivamiento. Te acuerdas,
amigo, cuando recin fuiste salvo? Recuerdas tu amor por las almas, la realidad de la presencia de
Dios en tu vida? Recuerdas el gozo que tenas al orar, al testificar, al entonar los himnos de tu fe?
Recuerdas el placer al repartir folletos y, en especial, cuando podas guiar a otros a Cristo? Con qu
ansias trabajabas entonces y qu deleite te traa hacer algo por Jess! Cmo te gustaba leer la Palabra!
Pero, y ahora, hoy? No sientes ese gozo? Se ha apartado de tu corazn el gozo del Seor? Te has
descuidado en lo que tiene que ver con su Palabra y la oracin? Ha muerto aquel primer amor y hoy
todo es trivial? Si es as, mi amigo, t necesitas un avivamiento!
Cuando hemos perdido nuestro inters, amor y preocupacin por las almas, entonces tambin
necesitamos un avivamiento. Es posible que te halles en camino al cielo mientras tus seres queridos se
pierden? Es verdad que no sientes esa carga, que tus ojos estn secos y que sigues contento y feliz,
despreocupado, sabiendo que t irs al cielo, mientras ellos al infierno? Qu de nuestro padre y madre,
qu de nuestros hijos e hijas, nuestros esposos y esposas? Siendo salvos nosotros y ellos perdidos, no
sentimos ninguna carga?
Si yo supiera que un hijo o hija ma no conoce la salvacin, no s si sentira deseos de comer o
dormir. Me parece que querra quedarme en medio de la noche despierto, en agona, en la presencia de
Dios, intercediendo por ellos. Me tomara de los cuernos del altar, sin soltarlos, hasta que se salvasen.
Mis ojos estaran llenos de lgrimas y mi corazn de dolor. No podra descansar hasta que ellos
hicieran su decisin. Cmo podra yo ver roto el crculo familiar? Est en la Palabra de Dios: Sers
salvado t y tu casa (Hechos 16.31). Yo creo en ello. Lo quiero para m. Quiero que se convierta cada
miembro de mi familia. No podra soportarlo si fuese de otra manera.
Nuestro hijo mayor fue salvo a los nueve aos de edad. Su madre y yo lo guiamos a Cristo. Nunca
me olvidar cmo llor convicto de su pecado, delante de Dios, despus de uno de mis mensajes y
cmo al llegar a casa con los ojos enrojecidos por el llanto, vino a nosotros para decirnos que quera ser
salvo. Fue salvado al lado de su cama. Hoy est cursando Medicina, leal y fiel a su Seor.
Mi hija se salv a los diez aos de edad. Tambin fue llevada a Cristo mientras su madre y yo, de
rodillas junto a su cama, le hicimos sentir la necesidad de la salvacin. Hoy tiene dos hijos y contina
fiel al Seor.
Mi hijo ms joven que hoy es evangelista bautista, se convirti cuando escasamente tena cinco
aos de edad. Predicaba en Massey Hall, Toronto, a ms de mil cuatrocientas personas, cuando hice la

invitacin. Vi a mi propio hijito de cinco aos pasar adelante confiadamente, con expresin de
determinacin y, al arrodillarse en el altar, el Seor Jess vino a su corazn.
No me es posible concebir cmo un pastor puede satisfacerse con predicar, pronunciar la bendicin
e irse, sin dar a la gente que lo escuch la oportunidad de aceptar a Cristo como su Salvador personal
all, en ese momento. Cmo puede un pastor continuar semana tras semana sin que nadie exprese ese
deseo? Un abogado busca siempre el veredicto, as debe ser el pastor y si no lo est haciendo, algo anda
mal, porque Dios ha prometido el fruto, y el privilegio del hombre es sembrar y recoger.
Durante todo mi ministerio he hecho el llamado. Domingo tras domingo lo he hecho y pocas veces
he sido defraudado. Si nadie pasaba senta deseos de ir a mi estudio, inclinarme hasta el polvo y clamar
a Dios: Qu es lo que est mal en m? Qu ha ocurrido? Por qu no pasaron almas esta noche? Yo
mismo me culpara. A veces, cuando las situaciones eran difciles, he podido ver a todos mis
colaboradores esparcidos por la iglesia, con las cabezas inclinadas, gimiendo, implorando, hasta que se
notaba un cambio. Pude ver entonces sus rostros iluminarse en el gozo del Seor mientras se
preparaban para ir al lugar aparte a tratar con los que estaban interesados. Se anticipaban a los
resultados y no eran defraudados. Casi cada domingo, a veces no muchos, pero siempre algunos, han
pasado. Y en algunas raras ocasiones, cuando no haba ninguno, ms tarde vendran. Conforme a
vuestra fe os sea hecho (Mateo 9.29). Creamos en los resultados y los obtendremos. Si haces el
llamado con fe, Dios obrar. Desde el momento que anuncio mi texto bblico, espero confiadamente
que cuando haga la invitacin al final, algunos respondern.
Mi amigo, si no tienes esta carga por las almas, djame que te lo vuelva a decir: necesitas un
avivamiento! Si ests satisfecho de continuar ao tras ao sin resultados, recurdalo: algo est mal.
Mejor que vuelvas a arrodillarte y confesarte, penitentemente delante de Dios, hasta que l abra los
canales del cielo, enve un avivamiento a tu propio corazn para que despus de haberte encendido a t,
t puedas encender el fuego del avivamiento en otros, hasta que toda tu iglesia est ardiendo en Dios.

Qu ocurrir?
Llegamos ahora a la segunda pregunta: qu ocurrir cuando venga el avivamiento?
Hay muchos pastores, obreros cristianos e iglesias que no quieren un avivamiento. Tienen temor de
lo que pueda ocurrir. Tienen temor del fanatismo. Aborrecen las interrupciones. Prefieren un orden de
culto planeado cuidadosamente, y que se desarrolle con dignidad escrupulosa de principio al fin. No
han ledo lo suficiente sobre los avivamientos como para saber que cuando stos surgen Dios entra en
la escena, y cuando Dios interviene, siempre habr interrupciones.
El libro de los Hechos de los Apstoles es un libro de interrupciones. Siempre haba conmociones
de una u otra clase. Nada se realizaba como se haba planeado. Pedro, Pablo y hasta Felipe
experimentaron tales conmociones, tales experiencias, tales milagros, que no estaban seguros de qu
ocurrira paso a paso. En el avivamiento surgirn las interrupciones.
El avivamiento es en primer lugar para el pueblo de Dios. No es para los que no conocen la
salvacin, si bien nunca ha habido un avivamiento verdadero que no haya atrado a los inconversos a
Cristo. Sin embargo, el avivamiento tiene principalmente que ver con la iglesia y el pueblo de Dios.
No se puede reavivar un fuego cuando se ha apagado. Debe haber, por lo menos, una chispa que al
soplarla pueda reencender el fuego, pero si esa ltima chispa ha muerto, no hay esperanzas. Hay que
empezar un nuevo fuego. As ocurre con el avivamiento: debe haber algo que reavivar. Los muertos no
pueden reavivarse; necesitan resucitar. Pero el cristiano que vive, puede reavivarse; por lo tanto, el
avivamiento empieza con el pueblo de Dios.

Pero en no mucho tiempo, si la gente de Dios arde, los hijos de Satans se reunirn alrededor de ese
fuego. Nada atrae tanto como el fuego. De todas partes la gente viene a ver un incendio. As es con el
avivamiento. Cuando la iglesia arda verdaderamente, el mundo la ver y ser atrado a ella por el fuego.
As que el avivamiento, aunque tenga que ver primeramente con los cristianos, traer resultados en la
salvacin de las almas. El salmista clamaba: No volvers a darnos vida? (Salmo 85.6); aqu el
nfasis no se refiere a nadie ms que al pueblo de Dios.

Salvacin
Las almas, digo, se salvarn. Habr conviccin real, genuina, como en tiempos antiguos, la conviccin
de pecado que trae el Espritu Santo. El pecado se considerar algo terrible, feo, espantoso. Si volviera
esa conviccin! Qu livianamente miramos hoy al pecado! Qu terrible es a la vista de Dios!
Necesitamos avivamiento para traer el sentido de la horrible realidad del pecado. Y as habr
conviccin y salvacin de almas.
Hace un instante mencion el poder de Dios, porque eso es lo que es un avivamiento: la
manifestacin del poder de Dios. Ignorando [] el poder de Dios (Mateo 22.25) es una de las frases
ms estremecedoras de la Biblia. Cun ciertas son hoy da! Cun poco conocemos su poder! El
poder del Seor estaba con l (Lucas 5.17) es otra gran declaracin. Cuando pudimos decir al
finalizar un culto que: El poder de Dios estaba con l. Nuestros servicios suelen ser fros, formales,
comunes y corrientes, que no hay evidencia de la presencia de Dios. Estaban todos maravillados
(Lucas 4.36). Cundo vuelvo a preguntar estuvimos maravillados por la presencia de Dios? Qu
ocurre en nuestros cultos como para que nos maravillemos? Cundo fue la ltima vez que
experimentamos una manifestacin del poder de Dios? Nos quedamos maravillados alguna vez?
Conocemos algo de esa experiencia, o ser que lo que experiment la Iglesia Primitiva nos es
completamente desconocido a nosotros?
Sabemos que cuando hay en marcha un avivamiento, la misma atmsfera de la comunidad parece
cargada con la presencia de Dios? Fue as una vez en Kentucky, con los que se acercaban al lugar de
reunin. Al llegar a cierta distancia haba una extraa, misteriosa atmsfera, difcil de explicar, excepto
que fuera por la conciencia de la presencia de Dios. Se tena ese sentimiento antes de entrar al local y
los extraos al llegar ms cerca, tenan conciencia de una creciente realidad de la presencia de Dios.
Saban que Dios estaba all.

Juicio
Cuando hay un avivamiento, hay a la vez juicio y salvacin. Leamos, si queremos, las historias de los
avivamientos. Descubriremos que cuando la gente se opone ms a Dios y a la obra del Espritu de
Cristo en su comunidad, Dios los acosa con juicio y muerte a veces, como en el caso de Ananas y
Safira (Hechos 5.111). Carlos G. Finney tuvo esa experiencia una y otra vez. Dios se manifiesta en los
avivamientos en juicio y salvacin; sabe cmo obrar con los que se le oponen y usa a algunos como
ejemplo. Wesley poda dar testimonio de esta realidad. Los hombres caan delante de sus propios ojos y
ms de uno era juzgado all mismo. Es peligroso jugar con Dios o con su obra durante los
avivamientos. A los ateos de pronto se les llama a juicio, como prevencin para los otros. Dios vive y
en las pocas del avivamiento el pueblo lo sabe.
Recuerdo el relato del reverendo F. Clark, durante una campaa realizada en Toronto. Cont de un
tabernero que se opona abiertamente al avivamiento, ms que nada porque sus parroquianos estaban
abandonndole. Un da el tabernero resolvi volver a atraer a su clientela denunciando al evangelista.
Esa noche asisti a la reunin. El predicador haba luchado desesperadamente por hallar un texto sobre

el que hablar, pero el nico que pareca que Dios le daba, era: Ordena tu casa, porque vas a morir, ya
no vivirs (2 Reyes 20.1). Una y otra vez trat de desecharlo de su mente, y buscar otro, pero no
poda. Al fin resolvi usarlo. Cuando en la noche vino el momento de predicar, anunci el texto, y al
hacerlo, el tabernero salt sobre sus pies, y lanz tal serie de improperios que dej petrificada a la
congregacin. De pronto se call, como si le faltara la respiracin. Luego empez a toser, le sali
sangre de la boca y cay muerto. Tan manifiesto era el poder de Dios aquella noche y su juicio tan
notable, que casi todos los inconversos buscaron al Salvador. As, en los das de avivamiento, Dios usa
tanto el juicio como la salvacin para manifestarse.

Expansin
Djenme decir ahora que cuando llega el avivamiento, se logra ms en pocas semanas que lo que se
logra en aos a travs del trabajo corriente de la iglesia. Es decir, Dios puede hacer ms entonces, y tres
o cuatro ejemplos han de comprobarlo. Al celebrar una campaa general en Inglaterra, despus de
predicar en las grandes ciudades de Inglaterra, Irlanda y Escocia, fui a Gales y estaba en especial
interesado en ese lugar, porque me recordaba el avivamiento de 1904. Estudiaba en esa poca en la
Universidad de Manitoba, Winnipeg, pero los ecos de aquel poderoso avivamiento fueron llevados a
travs del Atlntico y mi alma joven ardi una y otra vez al or y leer lo que Dios estaba haciendo. Fui
a visitar a Evan Roberts, el predicador usado por Dios para ese avivamiento: vive humildemente, cerca
de Cardiff y pasa la mayor parte de su tiempo leyendo. Pareca que Dios lo escogi, como rara vez usa
a alguien, por unos aos y luego le apart por el resto de su vida. Su nombre es conocido por millones.
Hoy es anciano y pocas veces se le ve o se le oye. No hace mucho, me escribi una carta, de su puo y
letra. Cmo me goc yo en su ministerio de 1904!
Descubr que en cinco semanas se haban convertido y unido a la iglesia veinte mil personas.
Podra alguno decirme dnde en Estados Unidos, Canad o Gran Bretaa podran los pastores de todas
las iglesias ganar y unir a 20.000 personas en ese lapso? Sabemos que nunca sucedi y que a travs de
los medios comunes de la obra de la iglesia no se har, pero eso fue lo que sucedi all.
Cuntos eran los miembros de iglesias en los Estados Unidos cuando Carlos G. Finney comenz
su gran avivamiento? Doscientos mil. Pensemos en ello: en toda esa nacin slo ese nmero. Cuntos
haba cuando unos pocos aos despus termin su tarea? Ms de tres millones. S, por su ministerio tres
millones de almas. Qu milagro! Habra un lugar donde esos resultados podran producirse? No es
cierto, entonces, que Dios hace ms en pocas semanas de avivamiento que en aos a travs de los
medios comunes?
Cuando Finney realiz su campaa en Rochester, Nueva York, se estima que cien mil personas se
unieron a la iglesia. Como resultado de una campaa que se torn en un avivamiento, cien mil personas
aceptaron a Cristo y se unieron a las iglesias en ese lugar. Podran producirse tales resultados sin
avivamiento?
Cuando los primeros metodistas vinieron a los Estados Unidos y Canad no vinieron como
pastores, vinieron como evangelistas, y dondequiera que fueron encendieron los fuegos del
avivamiento. El resultado de diez millones de metodistas en los Estados Unidos hoy, es
primordialmente el fruto de aquel avivamiento. El metodismo naci en un avivamiento y mientras se
sostuvieron avivamientos metodistas, las almas se salvaban por miles. Eso es lo que Dios hace cuando
hay avivamiento.

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Resultados perdurables
de la evangelizacin y el avivamiento

N TODAS PARTES

se oye la pregunta: Permanecen los resultados? En verdad, esa es una de las

mayores objeciones a esta tarea. Se tiene la idea de que estos resultados no son permanentes. Muchos
pastores creen que su propia obra est llamada a tener ms efecto que la de un evangelista trado de
afuera. Creen que los resultados no valen la pena porque no duran. Este cuestionamiento demanda una
respuesta.
Puedo afirmar que todos los resultados visibles no fueron permanentes en los das de Cristo, y si
algunos de sus resultados no lo fueron por qu esperar que los nuestros lo sean? Recordamos las
palabras: Desde entonces muchos de sus discpulos volvieron atrs y ya no andaban con l? (Juan
6.66). Hubo muchos en sus das que eran sus pretendidos seguidores, pero sus corazones nunca haban
cambiado. Parecan sinceros. Eran el resultado de su ministerio, pero no duraron. Cuando se dieron
cuenta de las dificultades que tendran que afrontar y los problemas del camino, lo abandonaron. En
otras palabras, se volvieron atrs. Lo dejaron y ya no andaban ms con l. No hay nada inusual en
eso; hasta es de esperar que eso ocurra. Siempre habr multitudes de profesantes que nunca han nacido
de nuevo. Nos extraa, entonces, que muchos de los resultados visibles de nuestros das no sean
autnticos? Qu ms podemos esperar? Pretendemos ser mejores que nuestro Seor, y que nuestra
labor sea ms efectiva?

Verdadero y falso
El enemigo siembra siempre cizaa entre el trigo. Existen hijos de Satans tanto como hijos de Dios, y
se les halla en la iglesia visible. Es casi imposible distinguirlos. Se parecen mucho entre s. Actan de
la misma manera, hablan de la misma manera, y muchos se engaan. Es la tarea de Satans sembrar
cizaa y en todo esfuerzo evangelstico el enemigo lo hace.
Se nos dijo que slo un cuarto de la semilla sembrada caera en buena tierra. As lo expres nuestro
17
Seor. No podemos sentir satisfaccin si un cuarto de los que declaran haberse convertido en verdad
son convertidos? No sera un porcentaje alto para hoy? Si mal no recuerdo, Moody sostena que si un
diez por ciento permaneca, el resultado promedio era bueno. Por qu desesperarnos si tres cuartos de
los que hacen profesin de fe no son autnticos?
No hay siempre ms flores que frutas? Muchas veces los rboles llenos de flores dan muy pocas
frutas. Por qu descorazonarse? No sera mejor agradecer a Dios por las frutas obtenidas? Debemos
esperar abundancia de flores, y si se logra algo de fruta, por ella deberemos estar agradecidos. El
nmero de profesiones de fe exceden siempre al fruto que queda.
Al celebrar campaas evangelsticas en Escocia conoc un gran nmero de destacados lderes
evanglicos en aquel lugar, y en casi todos los casos descubr que se haban convertido, o eran
convertidos de los convertidos de las campaas de Moody y Sankey, dos generaciones atrs. El legado
ms grande que Norteamrica jams haya dado a Escocia fue el de Dwight L. Moody. Moody hizo ms
17

Ver la parbola del sembrador en Mateo 13:39, 1823; Marcos 4:39, 1320; Lucas 8:515.

en Escocia de lo que hizo en su propia patria. Nadie podr olvidarlo. La conmocin que provoc su
predicacin afect todo el pas y Escocia no pudo ser ms la misma. En verdad, los resultados
permanecieron all. Uno tiembla al slo pensar qu habra sido de Escocia a no ser por Moody y
Sankey. Sus nombres permanecen para siempre.
Luego, tambin ha de mencionarse el movimiento metodista dirigido por Juan Wesley. Wesley y
Whitfield recorrieron las Islas Britnicas celebrando campaas de evangelizacin y avivamiento. La
agencia ganadora de almas ms grande desde la poca apostlica ha sido la Iglesia Metodista. Se
atrevera alguno a dudar de sus resultados? El metodismo en s, con sus millones de miembros, es la
mejor respuesta. Los avivamientos de Wesley no fueron en vano: los resultados han permanecido.
Qu de los resultados de la obra del apstol Pablo? Permanecieron o se perdieron? El
cristianismo mismo es la respuesta. Sin Pablo, Europa podra no haber sido evangelizada. An Amrica
podra estar en tinieblas si Pablo hubiera ido al Oriente, en vez de ir al Occidente. Su predicacin
produjo avivamientos por doquier. El evangelismo estaba a la orden del da y despus de casi dos mil
aos su obra se ha ido ampliando ms y ms, probando que los resultados son permanentes. En verdad,
no hay otra labor que permanezca como la obra de la evangelizacin y del avivamiento.

El problema actual
Es verdad que hoy, como nunca, es difcil lograr resultados. Muchas de las grandes iglesias evanglicas
temen realizar campaas. Dicen que si la gente asiste los domingos no asiste durante das de la semana
y as no se puede hacer frente financieramente a la campaa. Yo me pregunto: por qu?
Hay una explicacin que no debiera pasarse por alto. Tan pronto como los hombres son ganados
para Cristo por una organizacin de la iglesia, inmediatamente se les persuade a que se unan a alguna
otra fuera de la iglesia, a algn movimiento evanglico que les ocupa gran parte de su tiempo, y los
aparta de la iglesia en la que fueron salvos.
La primera vez que dirig una campaa evangelstica en Toronto, casi cada noche poda ver a todo
el personal ocupando sus puestos. Ujieres encargados de la obra personal, voluntarios para orar y para
el coro. Siempre noche tras noche en sus puestos. Qu ocurre hoy? Se les ve tan slo una o dos veces
durante toda la campaa. No sienten ya ms la responsabilidad. Dnde estn? En algn banquete o
cena, o asistiendo a comisiones, o a reuniones de negocio de la organizacin a la cual pertenecen, o
dando su testimonio?
Estn haciendo un trabajo esplndido, pero el hecho es que estn usando sus talentos y dones en
otras partes y que la iglesia, la organizacin de Dios, la nica bblica, es la que pierde y, adems, no se
pueden realizar campaas para ganar almas, si los colaboradores estn ausentes. Si se diera a estos
esfuerzos el mismo inters y apoyo financieros que se da a esas otras organizaciones, an los
evangelistas tendran amplia tarea en ms campaas.
No estoy muy seguro de cul debera ser la solucin. No quisiera sacarlos de esos movimientos
donde se sienten llamados a servir, pero por lo menos permtaseme decir que estamos tapando un hueco
y abriendo otro. Creo que, al celebrarse una campaa, cada colaborador debe hacer a un lado todo
compromiso, de cualquier naturaleza que sea, y ponerse noche a noche a disposicin, tanto del pastor
como del evangelista para que se sientan fortalecidos y la obra se realice. Porque la iglesia que deja de
evangelizar se fosiliza.
Luego, hay otro impedimento que es sumamente serio. Es el auto y la casa de fin de semana. Hoy
hay cristianos a quienes les importa bien poco abandonar la casa del Seor en domingo. Si el tiempo es
bueno se van en sus autos el sbado y vuelven de sus casas de fin de semana el domingo o el lunes. As

la iglesia pierde su apoyo y las campaas no pueden realizarse. En realidad, estn votando para que se
cierren las iglesias en el verano, porque cuando todos acten como ellos, la iglesia se ver obligada a
cerrar sus puertas.
Mis hermanos, estas cosas no debieran ser as. Dice Dios: Si retraes del sbado tu pie, de hacer tu
voluntad en mi da santo, y lo llamas delicia, santo, glorioso de Jehov, y lo veneras, no andando
en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitars
en Jehov (Isaas 58.1314.). Buscamos nuestro propio placer o el que viene de Dios? Uno u otro,
cul ser? Evan Roberts nunca quera faltar a una reunin, por temor deca, a que viniera el
Espritu Santo y surgiera el avivamiento sin l. Nos preocupa eso a nosotros? O estamos tan
satisfechos con nosotros mismos que no sentimos la necesidad de un avivamiento?
En Habacuc 3.2 hay un grito del alma del profeta por un avivamiento: Aviva tu obra en medio de
los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acurdate de la misericordia! Su grito es
a Dios, porque es la obra de l que debe reavivarse. Vive en das de ira y juicio y se da cuenta de que
Dios est aleccionando a su pueblo. Sabe que el remedio es el avivamiento, as que clama al Seor para
que, mezclando la misericordia al juicio, traiga el avivamiento.
Los das de avivamiento son das de alegra. No volvers t a darnos vida y tu pueblo se alegrar
en ti? (Salmo 85.6). Dios quiere que su pueblo sea feliz y se regocije. No hay regocijo como el del
avivamiento. El salmista sabe que si llega el avivamiento el pueblo de Dios se regocijar y su gozo
descansar en Dios. Que esta sea nuestra oracin y que nunca cesemos de elevarla hasta que venga la
respuesta. Los resultados del evangelismo perduran y a pesar de los inconvenientes, la obra que se
realiza, permanece.
CAPTULO

13

Cmo podemos tener


un avivamiento hoy

LEGAMOS AS AL CORAZ N del

asunto. Cundo habr un avivamiento? Esa pregunta reclama

respuesta. La iglesia de hoy est en condicin desesperante. El avivamiento es imperativo. Nada, sino
el fervor y el entusiasmo evangelstico pueden devolver su herencia espiritual al pueblo de Dios.
Cundo vendr el avivamiento?
Habr un avivamiento cuando el pueblo de Dios pague el precio, y s que esto que digo despertar
objeciones. Bien s que hay dos puntos de vista distintos en lo que concierne a la evangelizacin y el
avivamiento. Hay quienes sostienen que no se puede trabajar por un avivamiento; que se lo debe hacer
llegar por medio de la oracin, y que de esa manera nosotros no tenemos nada que hacer. Dios es
soberano. Obra cuando quiere y ningn hombre puede estorbarle o apresurarlo. Nuestra parte es orar.
No podemos hacer ms nada. Y luego est el otro punto de vista: que el hombre tiene gran parte en
ello, y que despus de todo, l es el responsable.
Esto me recuerda a dos granjeros. Uno mira a sus tierras y se dice: Me gustara cosechar algo este
ao, pero eso no es asunto mo. Yo no puedo hacer nada, y con esa actitud se va a su casa, se sienta
frente al hogar y ora por una cosecha. El otro granjero dice: Yo quiero una cosecha este ao tambin y
hay mucho que tengo que hacer. Creo que podr cosechar si trabajo. Y en ese espritu ara la tierra,

planta la semilla y hace todo cuanto est de su parte, esperando el da de la cosecha, en una perfecta
confianza en el Dios que hacer salir el sol y enva la lluvia.
A cul de los dos hombres preferiramos? Creo que, sin duda, elegiramos al segundo. En verdad
es el nico que tiene sentido comn. As es con el avivamiento. Dios lo manda, eso lo sabemos, pero
hay mucho que nosotros podemos y tenemos que hacer antes de que venga un avivamiento. Es mi
conviccin y la baso en mi propia experiencia y en lo que he estudiado de los avivamientos, que
cualquier iglesia en cualquier lugar puede experimentar un avivamiento en cualquier poca, si est
dispuesta a pagar el precio. As lo comprob Carlos G. Finney. A veces fue a poblaciones cerradas e
indiferentes, donde la gente no mostr el menor inters en las cosas de Dios. Cumpli las condiciones
y, como resultado, en esas mismas comunidades surgi un avivamiento sorprendente.
En verdad, los avivamientos vienen en das de depresin espiritual. Cuando la necesidad es mayor,
Dios riega la tierra sedienta. All es donde ms se lo precisa. Nunca hubo da ms oscuro en Inglaterra
que el que le toc trabajar a Juan Wesley, pero en ese da tambin fue cuando el avivamiento se
esparci por doquier. Fue igual en el gran avivamiento irlands en 1859 y en el de Gales de 1904. As
fue en los Estados Unidos en das de Finney. As es hoy, y si en algn tiempo necesitamos un
avivamiento, hoy es ese tiempo, ahora es el momento!
Si el avivamiento, pues, depende de nosotros, si tenemos que llenar los requisitos y pagar el precio,
cules son, entonces, esos requisitos y el precio que hay que pagar?

Confesin y restitucin
Si nos ponemos a cuentas con Dios habr un avivamiento. Cmo lo haremos? Por confesin y
restitucin. Es lo que leemos en el Salmo 66.18: Si en mi corazn hubiera yo mirado a la maldad, el
Seor no me habra escuchado. Dios ni siquiera se inclinar para escuchar lo que tenga yo que decir si
guardo pecados en mi corazn. Quiz nadie sepa nada de ellos, pero si est all, Dios lo ve y, a no ser
que yo se lo confiese y lo abandone, no oir mis ruegos.
En Isaas 59.12 dice: He aqu que no se ha acortado la mano de Jehov para salvar, ni se ha
endurecido su odo para or; pero vuestras iniquidades han hecho divisin entre vosotros y vuestro Dios
y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro para no oros. La falta no es de Dios, es
ma. El brazo del Seor no se ha acortado. Puede alcanzar a hombres y mujeres perdidos y salvarlos. El
cuadro es el de un hombre que se ha cado al agua y es llevado por la corriente. Los hombres extienden
sus manos, pero sus brazos son cortos y no pueden salvarlo. Pero no es as con el brazo de Dios. l
puede alcanzar al que se est ahogando. l puede salvar. Dnde radica la dificultad? Vuestros
pecados dice l, vuestras iniquidades. Como una nube, el pecado del hombre oculta el rostro de
Dios, separa al hombre del Creador de manera que no se puede rescatar y salvar. La falta radica en el
hombre.
Si t eres cristiano, con toda probabilidad tienes un pecado que te acosa. Has sido liberado de la
mayora de ellos, pero hay todava uno que te persigue y te esclaviza. Quizs sea slo un hbito, algo
de lo que has tratado de persuadirte diciendo que no haces mal; sin embargo, all est, interponindose
entre t y Dios. Quizs viviendo en pecado, en algunas ocasiones te has arrepentido, pero no has
abandonado el mal por completo, y una y otra vez vuelves a dejarte llevar por l. En un instante de
debilidad vuelve a dominarte. Tiene sobre ti un control que no puedes quebrar. Lo quieres como a
manjar apetecible y no lo abandonas. Sabes lo que es y Dios lo conoce tambin. Y es ese pecado el que
te priva del poder divino. Es el que hace imposible que Dios te use, y hasta que lo confieses, abandones

y olvides no podrs tener paz con Dios. Has dejado todo lo que t sabes que es malo, o hay en ti
conscientemente pecados que an retienes? En ti est la respuesta.
No tan slo debe haber confesin, sino que tambin se debe hacer restitucin. Los males hay que
corregirlos. Si herimos a otros hay que pedir perdn. Estar en buena relacin con Dios es estarlo con el
prjimo tambin; estar en malas relaciones con otros es estarlo con Dios. No se puede estar en buena
relacin con Dios y a la vez no estarlo con el prjimo. Tenemos que poseer conciencia sin ofensa.
Quizs haya cuentas que saldar. Si humildemente nos colocamos delante de Dios, y en oracin le
permitimos al Espritu de Dios que nos escudrie y examine, l nos lo revelar todo. Sabremos los
males que habr que enmendar, los pecados que debern abandonarse. No conozco otra forma de
arreglarnos delante de Dios, excepto por medio de la confesin, el renunciamiento y la restitucin. El
pecado es la principal barrera y debe removrselo a cualquier precio.
Cuando me convert en 1906 en la campaa de Torrey y Alexander, en Toronto, not en las calles,
en los negocios, en los tranvas, miles de tarjetitas blancas con la siguiente inscripcin en letras rojas:
Arrglate con Dios. No importaba cmo cayeran las tarjetitas, pues siempre se lea el mensaje, y
miles recibieron ayuda. Tantas decenas de miles de esas tarjetas, distribuidas por doquier, hacan
imposible que pasasen desapercibidas. Todos las vean. Y por doquier sus tres palabras predicaban un
mensaje inolvidable.
Es eso lo que se necesita para el avivamiento. El pueblo de Dios debe arreglar sus cuentas con l, y
tan pronto como lo haga, ir directamente hacia un avivamiento, sacadas las piedras del camino,
limpios los canales, y el sendero abierto para recibir el Espritu de Dios.

Agona en oracin
Si sabemos cmo agonizar en oracin, habr avivamiento. Isaas 66.8 nos dice que: En cuando Sion
estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Puede un beb nacer sin dolor? Puede darse a luz a un nio sin
la agona del parto? Claro que no! Dios ha sealado que cada vida nueva trada al mundo viniese
acompaada de dolor y de sufrimiento. Esa agona es inevitable. As es con los recin nacidos en la
familia de Dios. Alguien sufri, alguien pas por esos dolores. Ha habido agona del alma. Por qu
hay tan poco de eso hoy, y tan pocas almas se salvan? Debemos volver, amigos, a la poca de la agona
del parto en el alma, si hemos de orar efectivamente. Habr que pasar medias noches y noches enteras
en oracin para aprender a asirnos de los cuernos del altar y agonizar en oracin, si es que han de nacer
las almas en el Reino y venir avivamientos.
La gran mayora de los evangelistas llevan con ellos a un director de canto. Finney llev consigo a
un hombre de oracin, a Nash, y mientras aquel predicaba, ste oraba. Afuera en el monte, este
guerrero de la oracin escondiendo su rostro entre las ramas, en la agona de su alma, clamaba para que
Dios usara a Finney para convertir a los perdidos. Finney mismo saba agonizar en oracin. Guillermo
Bramwell agoniz por unas treinta y seis horas, en un pozo de arena sin alimento, por las almas de los
hombres. Todos los siervos de Dios, a travs de los siglos, han agonizado en oracin. Los que conocen
esta experiencia saben a qu me refiero y por qu esa agona de parto es inherente al precio que hay que
pagar por un avivamiento.

Testimonio para Cristo


Si testificamos valientemente por Cristo habr un avivamiento. Debemos volver a predicar la Palabra.
No es nuestra palabra, sino la de Dios, que condena y convierte. Su Palabra es martillo que quebranta
los corazones endurecidos. Es espada que traspasa. Es fuego que quema. El pueblo de Dios, digo, debe
proclamar esa Palabra, si ha de surgir un avivamiento.

Al estudiar los avivamientos y el evangelismo he descubierto que los que fueron usados
poderosamente por Dios, dieron especial nfasis a cinco aspectos. Estos cinco aspectos,
inevitablemente, traen conviccin: el pecado y la salvacin, el cielo y el infierno, y finalmente, el
juicio.
Mucho se debe hablar del pecado, porque ste al ser expuesto trae conviccin genuina. All est la
enfermedad y ella hace evidente la necesidad. En especial me refiero a la incredulidad y al rechazo de
Cristo. Luego debe estar presente la salvacin, es decir, el remedio, la cura del mal. As los mensajes de
salvacin son esenciales.
Pero se precisa ms que eso. Las almas deben ser puestas cara a cara con la eternidad, de ah la
necesidad de los mensajes del cielo y del infierno. La eternidad debe ser real. Los hombres deben
comprender que esta vida termina y que deben empezar a pensar en la vida que vendr. Y an esto no
alcanza. Debe haber mensajes sobre el juicio. Los hombres deben saber que se les llamar a rendir
cuentas, que algn da estarn en la presencia del Creador. De ah la importancia de la advertencia.
Preprate [] para encontrarte con tu Dios (Ams 4.12, NVI).
Si estos cinco aspectos son presentados, en una y otra forma, sin duda habr conviccin, salvacin
y, por ltimo, avivamiento. Estos fueron los asuntos tratados por los apstoles y, a travs de los siglos,
se les ha dado nfasis en los das de evangelismo y avivamiento.

Uncin del Espritu


Si trabajamos con la uncin del Espritu Santo, habr avivamiento. Es el Espritu Santo el que hace la
obra. l es el ejecutor de la Trinidad. Hoy es su da. l obra en el corazn de los hombres, produciendo
conviccin e impartiendo la fe salvadora. Es por medio de l que los hombres nacen de nuevo. Es el
Espritu Santo que, tomando la Palabra tal cual es proclamada, la aplica. Por lo tanto, hemos de
depender de l. Debemos estar seguros de que hemos sido ungidos y que estamos predicando con esa
uncin del Espritu Santo.
A travs de los siglos los hombres que Dios us eran los que haban sido ungidos. Esperaron en la
presencia de Dios hasta que fueron dotados por el poder de lo alto, y salieron entonces como
conquistadores, a conquistar. A todos cuantos Finney predic aquel primer da memorable, les lleg la
salvacin, aunque l estuviese all breve tiempo. Finney haba recibido aquella uncin en su oficina
unas horas despus de haberse convertido y con el poder de tal uncin empez a testificar a unos y a
otros, y muchos se convirtieron.
Juan Wesley y Jorge Whitfield eran hombres de uncin. Recordamos todos cmo Wesley describe
aquella experiencia suya, a las tres de la maana, mientras l y otros estaban orando. D. L. Moody fue
un ungido. Rogaba a Dios que pusiera su mano sobre l, porque as se senta ungido, y nos dice cmo
volvi a tomar viejos sermones ya predicados sin mayores frutos, y pudo ver cmo se convertan y se
salvaban los hombres y las mujeres en todas partes. Evan Roberts era un ungido. Su historia sera
incompleta si se omitiera ese dato. Al encontrarse con Dios, con el poder que aquella uncin le dio, fue
como un tizn por todo Gales, encendiendo avivamientos dondequiera que iba.
Los primeros predicadores metodistas eran hombres ungidos, encendieron fuegos a ambos lados del
Atlntico, mientras proclamaban el mensaje del evangelio.
Quiz los predicadores puedan no reconocerlo, pero sobre los hombres a quienes Dios usa
maravillosamente, descansa un poder misterioso, y es en ese poder que logran los resultados que
conmueven y maravillan por doquier. Estn vestidos, por as decirlo, con el Espritu Santo. Es esta
uncin, hermanos, la que necesitamos hoy! A tantos nos falta el poder, tanta de nuestra obra se realiza

desde el punto de vista intelectual, tanto es superficial, que debemos volvernos a nuestra nica y sola
fuente de poder, al bendito Espritu Santo de Dios.
Y ahora, estamos dispuestos a pagar el precio? Sers t uno de los que acepte la responsabilidad
del avivamiento y, cumpliendo las condiciones hars tu parte, hasta que venga el avivamiento? El
propsito de Dios debe ser cumplido. Que unamos nuestras manos con los que estn orando por un
avivamiento, y obedezcamos la orden del gran apstol: Haz obra de evangelista! (2 Timoteo 4.5).

Tabla de aportes
La congregacin que pastore Oswald J. Smith (Iglesia de los Pueblos, Toronto, Canad) invirti
muchos millones de dlares en las misiones al extranjero. En la tabla de ms abajo pueden apreciarse
los montos que se destinaron, durante tres dcadas, al ministerio local y mundial.
AO
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960

M INISTERIO LOCAL
22.802
24.256
29.819
18.185
19.822
26.338
20.927
19.941
21.230
22.789
22.871
21.135
23.144
23.953
31.806
27.423
25.379
28.786
38.356
37.215
38.093
38.832
52.811
40.813
39.778
39.258
44.250
41.011
45.549
58.119
49.722

M ISIONES AL EXTERIOR
43.891
36.660
36.151
23.586
27.181
28.102
36.290
30.615
40.029
39.083
46.435
54.417
60.279
78.413
117.723
114.854
122.440
138.394
177.473
180.878
177.076
216.443
228.960
245.260
280.423
253.405
289.502
265.973
298.316
261.959
282.221

1961

49.273

303.345

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