Peronismo y Montañismo

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Primer Congreso de estudios sobre el peronismo: la primera dcada

Eje temtico: Sociedad y cultura


Tema: Peronismo y montaismo
Profesor de historia: Martn Andrs Carelli
Institucin: Facultad de Filosofa, Humanidades y Artes Universidad Nacional de San
Juan.
Mail: [email protected] [email protected]

Tema: Peronismo y montaismo.


Introduccin
El montaismo en la argentina se va a iniciar a fines del siglo XIX, pero va a tomar un
gran auge en el siglo XX. La palabra montanismo propiamente dicha se va a dar a
conocer despus de la Revolucin Industrial, dado que a partir de ese momento se va a
comenzar a hablar del montanismo como deporte. Pero esto no quiere decir que no sean
aun mucho ms viejos y estemos hablando desde los principios de la humanidad.
La dcada del 40 y 50 se van a convertir en la argentina el dos grandes periodos en el
cual en montaismo va a tomar una gran importancia, uno de los tantos factores que van
a influir para que tome dicha importancia es la gran influencia de distintas expediciones
que van a venir a la argentina proveniente desde el continente Europeo con el fin de
subir los principales cerros de nuestro pas que muchos de ellos eran vrgenes (
hablamos de virginidad en el lxico de los montaeses, sobre aquel cerro que no a sido
subido o ascendido nunca).
Tambin en esta etapa se le dar una gran importancia a los surgimientos y
perfeccionamientos de los distintos regimientos militares de montaa partiendo que el
General Juan Domingo Pern dado que fue enviado como agregado militara Varios
pases europeos principalmente Italia y es ah en donde va a ver y analizar la gran
importancia que cumpla los regimientos de montaas. Y este tambin va a apoyar la
gran iniciativa de que expediciones argentinas vayan en conquistas de los principales
cerros de la cordillera del Himalaya.

Los Alpes y los Andes en la Carrera Militar del General Pern


Anterior a la especialidad militar de paracaidista, las tropas de montaa eran
consideradas como fuerzas de elite, dado el alto grado de preparacin tcnica que los
soldados necesitaban para sortear y operar sobre cordones montaosos o cordilleras. A
comienzo de los aos 40, el Ejrcito Argentino tiene la posibilidad de modernizar y
actualizar la doctrina en la montaa.
Precisamente, a poco de su retorno a la Argentina luego de su estada en Italia, el Tcnl.
Juan Pern desarrolla el concepto que el personal de montaa debe ser catalogado como
Tropa de Seleccin e indica: ...deben combatir simultneamente con tres enemigos: el terreno, el
clima y el adversario; sus misiones son siempre las ms difciles, sus problemas tcticos los ms
complicados, sus medios materiales los menos potentes y su accin est librada ms a la iniciativa y al
genio de los comandos de todo orden que al cumplimiento de rdenes o normas de la conduccin. (1)

Pern en Italia
La tercera misin que la Superioridad ordena al entonces Teniente Coronel Pern
trasladarse al exterior de su pas es con la finalidad de Perfeccionamiento de Estudios,
los que se centrarn en las unidades alpinas del Ejrcito Italiano.
Junto con otros militares parte para Italia en febrero de 1939 a bordo del vapor Conte
Grande y al llegar a la Pennsula es destinado de inmediato como Agregado al
Comando de la Divisin Alpina Tridentina (Merano). Interviene en los cursos de
adiestramiento y en las maniobras sobre ambas mrgenes del Ro Po. Luego pasa a la
Divisin de Infantera de Montaa Pinerolo. Tambin revista en el 14 Regimiento en
Chietti en los Abruzzos por seis meses. Luego es destinado a la Escuela de Esqu de
Sestrier y a la Escuela de Alpinismo y Esqu de Aosta, ambas cerca de Ivrea, Piemonte.
Pern recordara: He tenido oportunidad de asistir a numerosos ejercicios de montaa
(de compaas, batallones y regimientos), al desarrollo de cursos especiales de
alpinismo y esquismo y a maniobras de divisiones Alpinas, en el tiempo que he estado
incorporado al Ejrcito Italiano, revistando sucesivamente en la Divisin Alpina
Tridentina, en Merano, Tirol: seis meses; Divisin de Infantera de Montaa Pinerolo,
en Chietti, en los Abruzzos: cinco meses; Escuela Central Militar de Alpinismo,
instalada en Aosta, Piamonte y Batalln Ducca Degli Abruzzi en Courmayeur,
Piamonte: siete meses. ). Aun con una agenda tan ocupada se hizo el tiempo para
intercalar la montaa con estudios y observaciones en Italia, Francia, Espaa y
Alemania e incluso en la URSS.
(1) ("Al Asalto del Fitz Roy". Louis Despasse. Pags 44-47. Editorial Peuser. Buenos Aires,1953.)

Con un enorme bagaje de los ms modernos conocimientos tcnicos aprendidos en uno


de los principales ejrcitos con especialidad alpina, regresa a su pas con otros militares
en enero de 1941 con la Segunda Guerra Mundial en pleno apogeo.
En Mendoza
A su regreso a la Argentina es de inmediato nombrado Profesor Tcnico del Centro de
Instruccin de Montaa en Mendoza. Al respecto le escribe a un antiguo profesor suyo:
Apenas he tenido tiempo de arreglar mis valijas en Buenos Aires para trasladarme a sta (Mendoza),
donde me esperaba la Direccin de Instruccin de Montaa por largo tiempo acfala. Ahora soy
montas, actividad por la que siempre he sentido una natural inclinacin. Nacido en la montaa y
pasados en ella mis aos juveniles, vuelvo, casi viejo, a darle lo mejor de mis energas y de mi corta
experiencia militar. Por eso estoy contento aqu y gano horas a los das para mi trabajo. ( 2 )

De inmediato traduce del italiano Norme per le vite ed il movimienti dei reparti nella
montagna invernale. El 16 de junio de 1941 expone en la Academia del Estado Mayor
General de Ejrcito sobre Organizacin, Instruccin y Conduccin de Tropas Alpinas
y destaca: En el cumplimiento de mi misin concepto que habra cometido un grave error s, previo a
todo estudio orgnico, estratgico y tctico, no hubiera procedido a realizar uno de carcter
comparativo de los sistemas montaosos que, en la Argentina e Italia, imponen la existencia de tropas
especialistas andinas y alpinas, respectivamente.

En los Alpes, desde cualquier altura, el

hombre divisa una aldea hacia la cual puede volverse en busca de techo o alimento.
Desde cualquier cumbre de la alta montaa andina de 4.000 a 6.000 metros slo se
domina el paisaje de tierras totalmente inhabitadas.
Al da siguiente asume interinamente la Direccin de la Agrupacin Mendoza, dando
gran impulso profesional merced a los conocimientos adquiridos en el extranjero. Dicta
enseanzas en disciplinas tales como Reconocimiento del Terreno; Topografa;
Organizacin; Tctica Aplicada; Armas de Guerra; Geografa Militar y Fortificaciones
de Campaa. Durante el verano de 1941 se programan y realizan las primeras maniobras
generales con la totalidad de los efectivos andinos. El Tcnl. Pern es designado como
Jefe del Estado Mayor del ejercicio e impone sin dudas su capacidad tcnica y de
conduccin.
A fines del ao 41 es designado efectivamente en el cargo de Jefe del Destacamento
Montaa Mendoza y asciende a Coronel. El 18 de marzo de 1942 es trasladado a la
Inspeccin de Tropas de Montaa cuyo jefe era el Grl. de Brig. Edelmiro J. Farrel. El 30
de junio Pern es nombrado Director de los Cursos Especiales de Alta Montaa e ("Al
(2) Asalto del Fitz Roy". Louis Despasse. Pag 50. Editorial Peuser. Buenos Aires,1953.)

Invierno que se llevan a cabo en Puente del Inca. En l se ensea a los oficiales el
manejo del esqu y maniobras alpinas, formando en poco tiempo un cuerpo experto.
(Dos aos ms tarde, con Pern como Ministro de Guerra, un orgulloso y bien
equipado batalln de esquiadores desfilara en Buenos Aires el 9 de Julio.)
Con el grado de Coronel, va al frente en una marcha de 30 Km. desde Punta de Vacas a
Polvareda, bordeando la margen izquierda del Ro Mendoza, con su mochila,
demostrando su extraordinario estado fsico en condiciones climticas adversas y sus
cualidades de esquiador.

En los aos 1942 y 1943 se publican en la Revista Militar dos monografas de autora
del Cnl. Juan Pern, Tropas de Montaa y Comandos de Montaa, respectivamente.
Asimismo, en el Boletn de Instruccin Andina escribe Normas para la vida y el
movimiento de la unidades en la montaa invernal y Directivas complementarias para
la Instruccin de Tropas de Montaa.
Obviamente, el coronel Pern, no fue el precursor de la especialidad de montaa en el
Ejrcito Argentino. Sin embargo, es indudable el impulso dado por l de acuerdo a los
conocimientos recibidos en Italia en tcnicas, tcticas, enseanza y equipamiento, los
cuales agregados a su talento militar y didctico lograron desarrollar una doctrina
propia. Adems, entre sus contemporneos militares en Mendoza figuran apellidos de
enorme trascendencia montaesa como Farrel, Sosa Molina, Plantamura, Ibez, Nazar,
Lucero, Schaumann, Jalabert, entre otros.
Dos elementos de significacin muestran la impronta que la montaa dej en el Grl.
Pern. A pesar de las mltiples distinciones y condecoraciones recibidas a lo largo de su
carrera militar y poltica, slo el Cndor de los Andes estuvo permanentemente
prendido en su chaqueta militar. Asimismo, conserv la piqueta con la que escal el
Monte Blanco y la utiliz durante su permanencia en Mendoza. Finalmente, se la
obsequi siendo ya Presidente al Teniente 1ro. Williams Hachett del US Army, quien
junto con el Teniente Motett del EA escalaron la cumbre del Aconcagua el 19 de
febrero de 1949.
Ases de la Segunda Guerra Mundial en la Argentina
Pern apoy dos expediciones al Volcn Llullaillaco (6739 metros sobre el nivel del
mar) en Salta, lmite con Chile. En los aos 50, este volcn, uno de los ms altos del

Planeta, era prcticamente desconocido. Con la ayuda del Ejrcito Argentino, un notable
personaje, el as de la aviacin alemana Hans Ulrich Rudel, ascendi dos veces a la
cumbre donde se ubican las ruinas ms altas del Planeta (Record Guiness). Lo llamativo
es que, durante la Segunda Guerra Mundial (donde obtuvo la mxima condecoracin
alemana por destruir ms de 500 tanques, un crucero, un acorazado y 70 lanchas de
desembarco) Rudel perdi una pierna y con una prtesis lleg a tan alta y difcil
cumbre. El aviador, quien fuera prisionero de los aliados pero prontamente liberado por
ser solo un combatiente, entreg a Pern una carpeta ilustrada con fotos de la
expedicin y de las ruinas incaicas de la ladera y de la cima. Recientemente, en el
templo de la cumbre, se descubrieron 3 momias de nios sacrificados por los incas.
Un compendio de la historia del Llullaillaco no podra ser completo sin la inclusin de
uno de los captulos menos difundidos y ms confusos, el de sus ascensiones iniciales,
porque de esta descripcin surgen datos para esclarecer algunos aspectos referidos al
pasado prehispnico, o arqueolgico si se quiere, de esta montaa. El episodio tiene
como eje lo que fueron las primeras conquistas de su pinculo por el hombre blanco. Y
la presencia del testimonio en esta obra de corte netamente cientfico. Rudel fue
contratado -junto con otros tcnicos y aviadores germanos- por Industrias Aeronuticas
y Mecnicas del Estado (IAME) de Crdoba para desarrollar diversos proyectos. Rudel
lleg a la Argentina en un vuelo comercial el 5 de junio de 1948. Afincado en las
Sierras de Crdoba cuyas cumbres pronto comenz a escalar, viva en Villa Carlos Paz
en el Chalet Mary y tena su oficina en las instalaciones de la Fbrica Militar de
Aviones.
A fines de 1951 Rudel emprendi con algunos entusiastas un asalto al Aconcagua. Pero
la carencia de un baqueano hizo que en un punto crucial del ascenso, en un pen
conocido por entonces con el nombre de Piedra Martnez, los montaistas, en vez de
emprender a partir de esta referencia el cruce del Gran Acarreo e iniciar un rodeo,
doblaron enseguida en direccin a la cima sin poder finalmente alcanzarla por esta va.
Si bien llegaron a ms de 6.800 m, no lograron hacer cumbre para pasar, segn era el
deseo de los participantes, el primer da del nuevo ao (1952) en el Techo de
Amrica. Poco despus de conocerse a travs de los medios algunos pormenores del
fallido intento, Rudel recibi una carta de un mdico austraco, Rolf Dangl, entusiasta
alpinista l tambin, que trabajaba como responsable de sanidad en la azufrera La
Casualidad, Salta. En su misiva, Herr Dangl, que haba sido uno de los primeros en

intentar el Fitz Roy, hizo saber a Rudel haber participado dos veces en sendas
expediciones que, saliendo.La expedicin se arm y puso en marcha en febrero/marzo
de 1953. Adems de Rudel y Dangl participaban el doctor Karl Morghen, otro alpinista
austraco, y el ingeniero Devenga, del personal tcnico de La Casualidad.
Segn la comunicacin epistolar de Dangl a Rudel, desde La Casualidad se efectuaron
diez intentos previos, de los cuales l form parte en los dos ltimos. Sin embargo
nunca vez se haba logrado coronar el majestuoso cono obtuso.
Grandes andinistas argentinos
VALENTIN JULIN UGARTE.
Militar argentino, naci en Mendoza, el 9 de julio de 1914. Fue jefe de las expediciones
militares al Aconcagua en 1945, 1946 y 1951. En ese marco, como logro descollante de
su campaa andina, en el ao 1946 dirigi al grupo que instal los refugios
permanentes mas altos del mundo: el Baqueanos de Cuyo en Plaza de Mulas, los
refugios Plantuamura y Eva Pern (hoy Berln) a 5930 m y el Presidente Pern (hoy
Independecia) a 6370 m. Por esta labor recibi la medalla de oro peronista. En 1945
dirigi junto a Emiliano Huerta, el rescate de los cuerpos de Hans Link, Adriane Bance,
Albert Kneidl y Walther Shiller. Tambin fue jefe de la Expedicin Japonesa al mismo
cerro en 1953. Recibi la mxima distincin de las tropas de montaa: el cndor
dorado. Fue vicepresidente de la FASA y presidente de la Asociacin Mendocina de
Andinismo y Esqu. Jefe Olmpico en 1952. Coautor del libro Historias del Aconcagua.
Muri en Mendoza el 10 de diciembre de 1992.
Fue Ugarte un gran activo y eficaz dirigente de los deportes de montaa en la Argentina,
desempeando importantes cargos, tales como Vicepresidente de la Federacin
Argentina de Ski y Andinismo; fundador y Presidente Honorario de la Asociacin
Mendocina de Actividades de Montaa. Inteligente estudioso del andinismo en sus
aspectos ms variados, posee Ugarte una importante coleccin de trabajos literarios y
periodsticos sobre el Aconcagua y ha sido coautor de una importante obra sobre el
Coloso de Amrica.
La Escuela de Guas de Montaa y Trekkings de la Provincia de Mendoza, lleva hoy el
nombre de Coronel Valentn Julin Ugarte Z.

TTE. FRANCISCO IBEZ.


Tras alcanzar una gran afinidad con el presidente Juan Domingo Pern, el robusto
sanjuanino Francisco "Paco" Ibez pas a ser un hroe del deporte mundial por su
anhelado sueo de tocar el llamado "techo del mundo", en 1954.
Como teniente primero en el Ejrcito Argentino, Ibez lider en aquel entonces el
primer grupo de montaistas argentinos que super los 8.000 metros de altura en una
expedicin al monte Dhaulagiri, de la cordillera del Himalaya, en Nepal.

Aunque no llegaron a la cima, lograron por primera vez escalar en su totalidad la Faz
Norte del Dhaulagiri. Pero esa travesa le cost la vida a Ibez, que falleci con 26
aos por el congelamiento de los pies, entre otros motivos.
Muri el 30 de junio de 1954. Llevaba tres aos de casado y, en plena agona, se enter
del nacimiento de su hijo Guillermo Francisco.
Aunque meda casi dos metros y pesaba 80 kilos, su figura colosal no le ayud a
sobrevivir en aquella mortal expedicin que supona riesgos tales como soportar
temperaturas de 30 grados bajo cero.
Ante fallidos intentos a nivel internacional de hacer cumbre, en 1953 el Gobierno de
Pern comenzaba a esbozar la posibilidad de lograr la hazaa. De ah comenzara una
simpata mutua entre Ibez y el presidente, que puso al sanjuanino al frente de la
expedicin integrada por los mejores escaladores del pas. El 26 de enero de 1954,
Pern le apret las manos a Ibez con la misma fuerza con que le deseaba suerte en la
travesa.
As comenzaba el primer intento argentino para llegar a la cumbre del Dhaulagiri, de
8167 metros, la sptima montaa ms alta del mundo y uno de los catorce montes del
Himalaya que superan los ocho mil metros.
A poco ms de 100 metros de llegar a la cima, la expedicin se frustr cuando a Ibez
se le congelaron los pies. Tras ser socorrido, al sanjuanino debieron amputarle el pie
izquierdo. Mientras, sus pulmones se iban debilitando. A los das de nacer su hijo, sin
posibilidades de sobreponerse, muri en Nepal. Sus restos fueron recibidos con honores
por Pern.
Si bien no logr hacer cumbre consigui por primera vez escalar en su totalidad la Faz
Norte del Dhaulagiri, abriendo con ello la nueva y compleja ruta de La Pera o
Argentina.

Expediciones argentinas al Himalaya:


A la fecha se han efectuado once expediciones tanto a montaas del Himalaya como del
Karakorum. Cinco de ellas fueron exitosas pudiendo algunos de sus integrantes coronar
el intento en la cumbre. Tambin han cobrado su precio ya que tres de sus integrantes
no han podido volver.

1 1954 Dhaulagiri (8167 m.) La primera experiencia argentina en el Himalaya fue


conducida por una de las figuras ms relevantes del montaismo de nuestro pas, el Tte.
Sanjuanino Francisco Ibez, quin lamentablemente perdi la vida como resultado de
este intento. Se tomaron dos aos para preparar el desafo y contaron con un fuerte
respaldo del gobierno nacional. Si bien no consiguieron hacer cumbre consiguieron una
serie de resultados que fueron relevantes para su poca ya que lograron por primera vez
escalar en su totalidad la Faz Norte del Dhaulagiri, abriendo con ello la nueva y
compleja Ruta de La Pera o Argentina, que solamente sera ascendida 28 aos despus
por una expedicin japonesa por nica vez. Pudieron escalar las agujas de la pared
rocosa del tramo superior del Dhaulagiri hasta la cota de 8050 m, donde se vieron
obligados a regresar, debido al congelamiento sufrido por el Tte. Ibez en sus pies, que
forzaron su posterior amputacin. Otros integrantes de la expedicin fueron Gerardo
Watzl, Alfredo Magnani, Jorge Iarra Iraegui (fotgrafo y cineasta), Fernando Grajales,
Miguel ngel
Gil, el esloveno Dinko Bertoncelj, Hugo Benavides, el sargento zapador Felipe Godoy,
el chileno Roberto Busquets Punti y Antonio Beramendi, mdico de la expedicin

2 1955/1956 Dhaulagiri (8167 m.) La segunda experiencia fue comandada por el


Teniente Emiliano Huerta, quin adems de haber conducido esta expedicin tiene otros
logros histricos como el primer cruce del Hielo Continental Patagnico Argentino.
Entre los integrantes de esta expedicin se encontraban los tambin militares Humberto
Vassalla y Felipe Godoy (Dhaulagiri 54), quienes haban acompaado a Huerta en otra
notable gesta, el primer ascenso invernal al Aconcagua; el mendocino Vicente Cicchitti
y los tucumanos Orlando Bravo y Jaime Semenie. La expedicin tuvo un enfoque muy
particular y una extensa duracin, ya que hicieron un primer trabajo en el post-monzn
del ao 1955, en el que tambin particip Mario Bertone; llevando gran parte de la
carga hacia la base de la montaa. Huerta y Vassalla permanecieron en Nepal, hasta que

al ao siguiente llegaron los dems compaeros. Ah volvieron en el pre-monzn del


ao 1956, e hicieron el ascenso. La ruta elegida fue la misma de la expedicin del 54 y
llegaron a montar un campamento debajo del filo, arriba de los 7600 metros, sin
conseguir hacer cumbre.
Otros expediciones de Montaas en la Argentina
En diciembre de 1951 una expedicin internacional (argentino-chileno-boliviana),
organizado por el Teniente Ibez, quien deleg la jefatura de la misma a Guillermo
Parra (en ese entonces Presidente del Club Andinista Mendoza) y fue adems integrada
por Ana Rovner de Severino (fotgrafa), Roberto Busquets, Jorge Moder, Edmundo
Prez Crivelli, Guillermo Sanjins Rojas, Douglas Moore Ichazo, Eric Simon, Carlos
Wlach, Hermann Hans Rudolf Kark. Los Suboficiales del Ejrcito Argentino, Aparicio,
Samuel Esteban y Felipe Alejandro Godoy Godoy, Los hermanos Alfredo y Mario
Patrucco, el Teniente Primero Julio Argentino Cobos, Bernardo Rzquin, Enrique
Lquez, Miguel Angel Gil, Jos Nez, Castro y Gino Corinaldesi. La mayora logr la
cumbre en esos das (Parra, Kark, Rzquin, Busquets, entre otros lo hicieron el 21.12.51
integrando un grupo de las 3 nacionalidades). Se transmiti por radio desde los 6400
mts logrndose una excelente recepcin con Arturo y Durso Pinto que operaban los
equipos en la Ciudad de Mendoza. Fue esta una de las ms importantes expediciones de
la poca. En 1953, Federico Marmillod, su esposa Dorly y los mendocinos Fernando
Grajales y Teniente Francisco Gernimo Ibez
No se detiene la exploracin del Aconcagua, quedando al fin la fabulosa pared Sur. Esta
pared tiene 3.000 metros de desnivel y es toda escalada en grados superiores, en roca y
hielo, de dificultad extrema y con aplicacin de escalada artificial por encima de los
6.000 metros. Cuando en 1954, el 25 de febrero los franceses Pierre Lesueur, Adrien
Dagory, Edmund Denis, Lucien Berardini, Guy Poulet, al mando de Ren Ferlet
abrieron la va del espoln central que lleva directamente a la cumbre, se conceptu
como la mayor hazaa del montaismo tcnico.
Su jefe fue el Teniente Primero Valentn Julin Ugarte con un equipo integrado por:
Teniente Primero Cirujano Roger E. Zaldvar, Teniente Orlando Hugo Yansen,
Subtenientes Ignacio Rodolfo Nazar, Jorge Roberto Gonzlez Naya y Eduardo Miguel
Arancet, Sargento Primero Antonio A. Saligari, Sargento Samuel Carduner, Sargento
Enfermero Osvaldo C. Gonzlez, Cabo Primero Julio C. lvarez, Cabos Aldo Budassi,

Enrique Lquez y Ademar E. Braconi, Cabo Conscripto Pablo Yaez y el andinista civil
Flix F. Fellinger.

Las expediciones fueron sorprendidas, mientras cubran la etapa hasta Plaza de Mulas,
por un violento temporal de nieve y viento de caractersticas inusitadas para la poca y
que les exigi replegarse hasta Puente del Inca. Durante el descenso el Subteniente
Nazar sufri severas congelaciones en el pie izquierdo.
Restablecidas las condiciones normales del tiempo, se organiz un nuevo equipo con:
Tenientes Primeros Emiliano Huerta y Valentn Julin Ugarte, Sargento Ayudante
Demecio R. Pez, Sargento Primero Jorge A. Martnez, Ayudante de Gendarmera
Oscar Maurem Sargento Julio C. Cerrnuda y soldados Esteban Torres, Andrs I. Galetti,
Pedro H. Romero, Buenaventura R. Massa, Ramn D. Pereyra, Carlos M. Arias, Toms
Sosa Villanueva, Anacleto Mercan y los andinistas civiles Dr, Antonio Ruiz Beramendi,
Tibor Sekelj, Alejandro Hemmi, Augusto Vallmitjana y Ral Videla. Alcanzaron la
cima Huerta, Pez, Martnez, Maure, Sekelj y Ruiz Beramendi.
Pero el entusiasmo de Huerta por el grandioso Aconcagua no qued satisfecho con su
doble triunfo, sino que su prxima meta sera vencerlo nuevamente, pero en la estacin
invernal.
En julio de 1953, Huerta encabeza un aguerrido grupo de andinistas militares en un
sacrificado intento invernal. Le acompaaron en la difcil aventura, el Sargento
Ayudante Baqueano Nicols Belindo Avila, Sargento Ayudantes Alejandro Felipe
Godoy, Jorge A. Martnez y Vctor Soler, Suboficial Mayor de Gendarmera Oscar A.
Maure y Sargentos Humberto Vasalla, Fernando Her y Rodolfo Ramos.
El esfuerzo fue excepcional. La tremenda altitud y el extremo fro invernal se opusieron
tenazmente al avance de los andinistas, pero su temple y decisin triunfaron finalmente,
alcanzando la helada cima Huerta, Godoy y Vasalla.
Recordemos que Godoy escal numerosas cumbres de la cordillera e integr la Primera
y Segunda Expediciones Argentinas al Himalaya de 1954 y 1955/56 (Monte DhaulagiriHimalaya del Nepal) y Vasalla fue tambin miembro de la Segunda Expedicin al
Himalaya y posteriormente sufri graves congeladuras en sus pies en el triunfal ascenso
al difcil pico Yerupaja en la Cordillera de Huayhuas, del Per.
El Teniente Primero Valentn Julin Ugarte, que obtuvo su bautismo en el Aconcagua
en 1945, se convierte en los aos posteriores en un asiduo visitante a la montaa. Ha
dicho de l un ilustrado historiador del andinismo argentino: "Ugarte fija su nombre al

clebre monte con firmeza indestructible e inicia una sorda lucha contra el monarca
cordillerano que durar aos (1945, 1946 y 1951) y culminar su accin con hechos
extraordinarios e incorporar el Aconcagua a la zona de influencia del deporte regular,
destruyendo al paso su legendaria fama de cerro slo accesible para los hombres
excepcionales".
En febrero de 1946 Ugarte reinicia su marcha hacia la gran montaa para cumplir el
triple objetivo que se haba fijado en la temporada anterior. Le acompaaron en esta
nueva cruzada: Tenientes Primeros Orlando H. Yansen, Alberto Marini, Teniente
Primero Cirujano Roger Zaldvar, Sargento Felipe A. Aparicio, Sargento Enfermero
Osvaldo Gonzlez y Suboficiales Belindo Avila, Samuel Esteban y soldado Guerra y los
andinistas civiles Alfredo Eduardo Magnani, Roberto L. Testoni, Hctor Gonzlez y
Juan Ramn Gmez Castro.
Dirigi en aos posteriores, Ugarte, varias expediciones al Coloso para la instalacin de
tres nuevos refugios, efectuar rescates y apoyar diversas expediciones internacionales.
Fruto de tal ilustres predecesores y maestros de la montaa surge, aos despus, la
inolvidable personalidad del Teniente Primero Francisco Gernimo Ibez.
Ibez fue un entusiasta cultor de los deportes de montaa desde su niez, transcurrida
en la ciudad de Mendoza. Logr escalar importantes cumbres de los andes Centrales,
entre otros El Plata, Tupungato, Tolosa, etc. Y en especial el Aconcagua cuya cima
norte pis en cinco oportunidades y una la sur, integrando la expedicin Marmillod que
la super a travs de una nueva va, la sudoeste. Particip tambin en la histrica
expedicin francesa que ascendi por primera vez el difcil Fitz Roy; en la expedicin
argentina a la Cordillera Real de Bolivia que ascendi los cerros Illimani y Huayna
Potos, dirigida por Alfredo E. Magnani en integrada por Hctor Perone y el Sargento
Ayudante Vctor M. Bringas; realiz cursos de escalamiento en la Escuela Nacional de
Ski y Alpinismo de Chamonix, Francia, conjuntamente con Alfredo E. Magnani y
Carlos Sonntag, donde obtuvo el ttulo de Aspirante-Gua. Finalmente desempe, con
acierto, la jefatura de la Primera Expedicin Argentina al Himalaya de 1954 ( Monte
Dhaulagiri-Himalaya del Nepal) en la que se obtuvo la mayor altitud lograda )hasta la
fecha de impresin del libro Aconcagua Argentina) por un grupo de montaeses
argentinos ( 8.050), empresa en la que perdi la vida.

Algunos Regimientos de Montaa


R.I.M 16 ( Mendoza )
El Regimiento de Infantera de Montaa 16 "Cazadores de los Andes", Primera Unidad
de Combate de las tropas de Montaa, unidad cuyo nombre proviene de aquel Batalln
Nro 1 de Cazadores de los Andes, que fuera creado por el genio sin igual del General
Don Jos de San Martn, al separar los batallones del Regimiento Nro 11, para realizar
la campaa militar ms grandiosa que registra la historia del continente americano
siendo sta, depositaria de las glorias obtenidas por el Ejrcito de los Andes.
En enero de 1947 adopta el nombre de Regimiento 16 de Infantera de Montaa Escuela y el 1ro de febrero de 1949, deja los viejos cuarteles, donde se encuentra
actualmente el LMGE, para trasladarse al Valle de Uspallata, como centinela avanzado
y garanta real de soberana, emplazado sobre la principal ruta de los Incas y de la ruta
sanmartiniana, ocupando su actual cuartel.
Por orden superior, a partir del 1 de enero de 1953, la Unidad es denominada 1er
Batalln del Regimiento 16 de Infantera de Montaa, pero al poco tiempo retoma el
nombre que luce en la actualidad.Por haber sido creado con el fin especfico de actuar
en este ambiente particular se lo denomin "Primera Unidad de Combate de las Tropas
de Montaa".
R.I.M 22 ( San Juan )
Como Regimiento de Infantera de Montaa va ser creado durante la primera
presidencia del General Juan Domingo Pern, pero ya en esa querida provincia Cuyana
antes haban distintos destacamentos militares: como Batalln de Infantera, un Grupo
de Artillera y una compaa de zapadores que estos a su vez prestara una gran ayuda a
la poblacin sanjuanina tras el terremoto sufrido el 15 de enero de 1944. Este se ubica
en la localidad de Marquesado aproximadamente unos 10 Km. de la capital provincial.
Entrevista de Pern con los franceses antes de subir el Fitz Roy
Conozco las dificultades contra las cuales van a luchar. Deseo que tengan nuestra mxima ayuda para
alcanzar la meta. Nosotros asumimos la responsabilidad de su viaje horizontal, hasta llegar al pi del Fitz

Roy. A ustedes les toca la del viaje vertical...Es la ms pesada -agrega tornndose sbitamente grave.
Fraternalmente nos prodiga entonces sus consejos y nos alienta:
-El Fitz Roy nicamente podr ser vencido por medio de la cabeza. Si ustedes retornan victoriosos y se
los deseo de todo corazn, daremos una gran fiesta... Si regresan vencidos, la haremos tambin -corrige
inmediatamente, sonrindose.
La entrevista toca a su fin. Ms de una hora ha transcurrido sin que nos diramos cuenta y entonces, uno
tras otro, con verdadero pesar, nos despedimos del General, admirando, al pasar, un hermoso cndor
embalsamado que decora su despacho y que le fuera regalado por sus compaeros de las tropas de
montaa al asumir la presidencia de la Repblica.
Estamos ms confiados y ms decididos que nunca. Frente a la amplia confianza que se nos ha
dispensado y ante la valiosa ayuda concedida, slo nos queda responder con una victoria.
En verdad, todos los medios han sido puestos a nuestra disposicin y, en los momentos ms crticos, esta
poderosa ayuda, esos estmulos tan cordiales, nos darn nuevos bros. ( 3 )

Entrevista con los franceses que llegaron Fitz Roy


Por ltimo y para rescatar la esencia del amor de Pern hacia la montaa y a los
montaistas extractamos varios prrafos donde se narra el encuentro de Pern con la
expedicin francesa autora del primer ascenso al Fitz Roy (Chaltn), aquel fabuloso
obelisco grantico cuya esfinge adorna el escudo de la Provincia de Santa Cruz.
Dice Despasse: "El 20 de Diciembre, a las 10:30 de la maana, la expedicin ntegra se
dirige a la Casa Rosada. Estamos un poco emocionados porque, dentro de breves
instantes, seremos presentados al jefe de Estado, general del ejrcito Juan Pern.
Una persona en quien, inmediatamente reconocemos al general Pern, nos recibe con
una cordialidad que, en verdad, nos desconcierta. Pero, luego de habernos hecho sentar
alrededor de una gran mesa, l mismo nos explica: "Los recibo, no como jefe de Estado,
sino como un montas que desea charlar con otros montaeses, sin protocolo ni
cortapisas."La fraternidad montaesa es realmente admirable y quizs nica. Ella se
extiende por encima de todas las fronteras y de todos los convencionalismos. El gral.
Pern nos presenta esta maana un ejemplo vvido y nos da una leccin admirable.
(3) ("Al Asalto del Fitz Roy". Louis Despasse. Pags 44-47. Editorial Peuser. Buenos Aires,1953.)

El hielo del protocolo queda roto enseguida. Le hacemos partcipes de nuestros


proyectos, de nuestras esperanzas y tambin de nuestras preocupaciones y dificultades,
sin reserva y con total franqueza.
Alfredo Magnani, uno de los expedicionarios de la clebre Primera Expedicin
Argentina al Himalaya describe de manera excepcional al andinismo y se puede llegar a
una conclusin del porque el General Pern se apasion con tan noble deporte.
Dice Magnani: "El andinismo es un deporte que en su esencia no reconoce rivalidades, practicndolo el
hombre se encuentra frente a la montaa, debe desplegar todos sus recursos para domearla con nobleza y
no son admisibles en esta actividad el rcord, la competicin o la lucha entre los hombres que la
practican. Por el contrario, los individuos deben aunarse en su esfuerzo comn, porque la montaa suele
ser un enemigo demasiado formidable para derrochar las fuerzas en luchas intrascendentes". ( 4 )

(4) ("Argentinos al Himalaya". Dr. Alfredo Magnani. Pg. 42. Ed. Fluixa. Buenos Aires, 1955.).

Conclusin
A la vista esta que el General Juan Domingo Pern como excelente militar y andinista
promulgo el gran desarrollo por el trabajo en la montaa ya sea desde un punto de vista
militar con la creacin de diferentes regimientos o apoyando distintas expediciones de
montaa ya sean nacionales o extranjeras. Se consiguieron grandes logros durantes las
presidencias de Pern ya que se logro la cumbre del monte Fitz Roy entre tantos cerros
que se subieron como as tambin ser pioneros en mandar expediciones de montaa a la
cordillera del Himalaya. Recordemos que una de las pocas condecoraciones que llevo
el General Pern hasta sus ltimos das fue el Cndor de Oro que obtuvo por ser un gran
montas.

Bibliografa
1) "Al Asalto del Fitz Roy". Louis Despasse. Pags 44-47. Editorial Peuser. Buenos
Aires,1953
2) "Argentinos al Himalaya". Dr. Alfredo Magnani. Pg. 42. Ed. Fluixa. Buenos
Aires, 1955
3)
Hans-Ulrich Rudel. En la cima del Llullaillaco. Informe de investigacin del
diario personal en la Argentina
3) www.alborde.com.ar
4) www.clubandinomendoza.com.ar
5) www.clubandinomercedario.com.ar
6) ULLMAN, James Ramsey. Grandes conquistas, Enciclopedia de la Montaa.
Editorial Juventud. Barcelona. 1954

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