Filosofia de La Musica de La Iglesia Adventista Del Septimo Dia

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FILOSOFIA DE LA MUSICA DE LA IGLESIA ADVENRISTA DEL SEPTIMO DIA

Dios ha entretejido la msica en la trama misma de su creacin. Leemos que cuando hizo todas las
cosas, alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios (Job 38:7). El
libro del Apocalipsis describe el cielo como un lugar de alabanza incesante, que resuena con
cnticos de adoracin a Dios y al Cordero por parte de todos (Apoc. 4:9-11; 5:9-13; 7:10-12; 12:1012; 14:1-3; 15:2-4; 19:1-8).
Debido a que Dios hizo al ser humano a su imagen, compartimos el amor y el aprecio por la
msica con todos los seres creados. De hecho, la msica puede tocarnos y conmovernos con un
poder que va ms all de las palabras o cualquier otro tipo de comunicacin. La mejor msica, la
ms pura, eleva nuestro ser hasta la misma presencia de Dios, donde los ngeles y los seres no
cados lo adoran con cnticos.
Pero el pecado ha lanzado una plaga sobre la creacin. La imagen divina ha sido desfigurada y
casi borrada; en todos los aspectos, este mundo y los dones de Dios nos llegan con una mezcla de
bien y mal. La msica no es moral ni espiritualmente neutra. Puede elevarnos hasta la experiencia
humana ms sublime o puede ser usada por el prncipe del mal para rebajarnos y degradarnos,
para despertar sensualidad, pasiones, desesperacin, ira y odio.
La mensajera del Seor, Elena G. de White, continuamente nos anima a elevar nuestra perspectiva
en cuanto a la msica. Ella nos dice: Cuando no se abusa de la msica, sta es una gran
bendicin; pero mal empleada, es una terrible maldicin (El hogar cristiano, p. 371). Debidamente
empleada es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos hacia temas ms
nobles, y a inspirar y levantar el alma (La educacin, p. 167).
En cuanto al poder del canto, ella escribe: Es uno de los medios ms eficaces para grabar en el
corazn la verdad espiritual. Cun a menudo la memoria recuerda alguna palabra de Dios al alma
oprimida y a punto de desesperar mediante el tema olvidado de algn canto de la infancia, y
entonces las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propsito, y
se imparte valor y alegra a otras almas! Como parte del servicio religioso, el canto no es menos
importante que la oracin. En realidad, ms de un canto es una oracin. Al conducirnos nuestro
Redentor al umbral de lo infinito, inundado con la gloria de Dios, podremos comprender los temas
de alabanza y accin de gracias del coro celestial que rodea el trono, y al despertarse el eco del
canto de los ngeles en nuestros hogares terrenales, los corazones sern acercados ms a los
cantores celestiales. La comunin con el cielo empieza en la tierra. Aqu aprendemos la clave de su
alabanza (La educacin, p. 169).
Como adventistas del sptimo da, creemos y predicamos que Jess pronto vendr otra vez. En
nuestra proclamacin mundial de los mensajes de los tres ngeles de Apocalipsis 14:6-12
llamamos a todos los pueblos a aceptar el evangelio eterno, alabar a Dios el Creador, y prepararse
para encontrarse con nuestro Seor en su pronto regreso. Desafiamos a todos a elegir lo bueno y
no lo malo, para que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestacin gloriosa
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2:12, 13).

Creemos que el evangelio afecta todos los aspectos de la vida. Por eso sostenemos que, dado el
vasto potencial de la msica para el bien o para el mal, no podemos ser indiferentes ante ella.
Aunque percibimos que los gustos en msica varan en gran manera de un individuo a otro,
creemos que la Biblia y los escritos de Elena G. de White sugieren principios que pueden moldear
nuestras elecciones.
Msica sacra tambin llamada msica religiosa, es una expresin que se usa en este documento
para designar a la msica que se centraliza en Dios y en temas bblicos y cristianos. En la mayora
de los casos es msica compuesta para ser utilizada en los cultos, en las reuniones de
evangelizacin o en la devocin personal y puede ser msica vocal e instrumental. Sin embargo,
no toda msica considerada sacra/religiosa puede ser aceptable para un adventista del sptimo
da. La msica sacra no debe evocar asociaciones seculares o invitar a la conformidad con normas
mundanas de pensamiento o comportamiento.
Msica secular es la msica compuesta para ambientes ajenos al servicio de culto o de devocin
personal. Apela a los asuntos comunes de la vida y a las emociones bsicas del ser humano.
Proviene de nuestro ser interior y expresa la reaccin del espritu humano a la vida, el amor y el
mundo en el que el Seor nos ha colocado. Puede elevar o degradar moralmente al ser humano.
Aunque no est destinada a alabar a Dios, puede tener un lugar legtimo en la vida del cristiano. En
su eleccin deben seguirse los principios presentados en este documento.
Principios para guiar al cristiano:
La msica con la que se deleita el cristiano debe ser dirigida por los siguientes principios:
1.

Toda la msica que el cristiano escuche, interprete o componga, ya sea sacra o secular,
glorificar a Dios: Si, pues, comis o bebis, o hacis otra cosa, hacedlo todo para la Gloria de
Dios (1 Cor. 10:31). Este es el principio bblico fundamental. Cualquier cosa que no pueda
satisfacer esta norma elevada debilitar nuestra experiencia con el Seor.

2.

Toda la msica que el cristiano escuche, interprete o componga, ya sea sacra o secular
debe ser lo ms noble y lo mejor: Por lo dems, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Fil. 4:8). Como seguidores de Jesucristo que
esperamos y anhelamos unirnos a los coros celestiales, consideramos la vida en esta tierra como
una preparacin para, y un anticipo de, la vida por venir.
De estos dos fundamentos glorificar a Dios en todas las cosas y elegir lo ms noble y lo mejor
dependen los dems principios que se presentan a continuacin para seleccionar msica.

3.

4.

La msica debe caracterizarse por ser de calidad, equilibrada, apropiada y autntica.


Fomentar nuestra sensibilidad espiritual, psicolgica y social, y nuestro crecimiento intelectual.
Apelar tanto al intelecto como a las emociones y tendr un efecto positivo sobre el cuerpo.

5.

La msica revelar creatividad y estar compuesta con melodas de calidad. Cuando utiliza
armona, sta debe ser usada de una forma interesante y artstica, con ritmos que la
complementen.

6.

La msica vocal emplear letras que estimulen positivamente nuestras habilidades


intelectuales as como nuestras emociones y nuestra fuerza de voluntad. Las buenas letras son
creativas, ricas en contenido y de buena composicin. Se concentran en lo positivo y reflejan
valores morales; educan y elevan; y se corresponden con una teologa bblica slida.

7.

Los elementos musicales y literarios deben obrar armoniosamente unidos para influir sobre
el pensamiento y la conducta en concordancia con los valores bblicos.

8.

La msica debe mantener un equilibrio prudente de los elementos espirituales,


intelectuales y emocionales.

9.

Debemos reconocer y aceptar la contribucin de diferentes culturas en la adoracin a Dios.


Las formas y los instrumentos musicales varan en gran manera dentro de la familia adventista del
sptimo da mundial, y la msica proveniente de una cultura puede sonar extraa para alguien de
una cultura diferente.
Hacer msica adventista del sptimo da implica elegir lo mejor y, sobre todo, acercarnos a nuestro
Creador y Seor para glorificarlo. Enfrentemos el desafo de tener una visin musical alternativa
viable y, como parte de nuestro mensaje proftico, hagamos una contribucin musical adventista
distintiva como un testimonio al mundo respecto de un pueblo que espera el pronto regreso de
Cristo.

Orientaciones con relacin a la msica para


la Iglesia Adventista del Sptimo Da en
Sudamrica
La Iglesia Adventista del Sptimo Da surgi en cumplimiento de la profeca con el objetivo de
preparar un pueblo para el regreso de Jess. Fue escogida como un instrumento divino para
proclamar a todo el mundo las buenas nuevas de salvacin por la fe en el sacrificio de Cristo y la
obediencia a sus mandamientos.
La vida de aquellos que aceptan esa responsabilidad debe ser tan consagrada como su propio
mensaje. Este principio se aplica, de manera especial, aquellos que, por medio de la msica,
tienen la misin de conducir a la iglesia de Dios en la adoracin, en la alabanza y en la
evangelizacin, ya que la msica slo es aceptable a Dios cuando el corazn es consagrado,
enternecido y santificado (Elena G. de White, Carta 198-1895). Es necesario recibir primero para

ofrecer despus. Es necesario tener un compromiso personal con el mensaje para poder
transmitirlo despus. Es necesario tener un encuentro personal con Dios para entonces reconocer
su santidad, desarrollando as una sensibilidad musical adecuada.
Ante esta realidad, los que producen, seleccionan o interpretan la msica usada en la iglesia,
necesitan mucha comunin, sabidura, orientacin y apoyo. Deben tener una visin de la grandeza
del ministerio que tienen en sus manos, y tambin el mximo cuidado al hacer sus elecciones. No
es suficiente entender los rudimentos del arte de cantar, sino que junto con la comprensin y el
conocimiento debe haber tal conexin con el cielo que los ngeles puedan cantar por intermedio
nuestro (Mensajes selectos, t. 3, p. 383).
La msica es uno de los dones ms grandes dados por Dios y, por eso mismo, es un elemento
indispensable en el proceso de crecimiento cristiano. La msica es uno de los grandes dones que
Dios concedi al hombre, y uno de los elementos ms importantes en un programa espiritual. Es
una avenida de comunicacin con Dios, y es uno de los medios ms eficaces para grabar en el
corazn la verdad espiritual (La educacin, p. 168).
Ejerce influencia sobre asuntos de consecuencias eternas. Puede elevar o degradar, y ser
empleada tanto para el bien como para el mal. Tiene poder para subyugar naturalezas rudas e
incultas, para avivar el pensamiento y despertar simpata, para promover la armona en la accin, y
desvanecer la melancola y los presentimientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo (La
educacin, p. 167).
La msica es uno de los elementos ms importantes en cada actividad de la iglesia y por eso
debe ser usada siempre de manera edificadora. El canto es uno de los medios ms eficaces de
impresionar el corazn con la verdad espiritual. A menudo, por las palabras del cntico sagrado,
fueron abiertas las fuentes del arrepentimiento y de la fe (El evangelismo, p. 365).
Las siguientes orientaciones son presentadas procurando el crecimiento del rea de la msica, de
cada msico involucrado y de la iglesia como un todo. Complementan los principios presentados
por la Asociacin General y deben dirigir la msica dentro de la Iglesia Adventista en Sudamrica.
Su aceptacin proporcionar elecciones sabias, el cumplimiento de la misin y la conquista de
mejores resultados.
A fin de identificar correctamente el papel de la msica y de los msicos adventistas, toda la
actividad musical de la iglesia deber ser llamada Ministerio de la Msica. Los msicos adventistas
tendrn una visin clara de su papel como Ministros; y la iglesia, una visin distinta de la msica,
su objetivo y su mensaje como un ministerio.

I. El Msico
1.

Debe cultivar una vida de devocin a la altura de un cristiano autntico, basada en la


prctica regular de la oracin y la lectura de la Biblia.

2.

Necesita expresar su encuentro personal con Cristo por medio de la msica.

3.

En consecuencia trata a la msica como una oracin o un sermn, preparndose


espiritualmente para cada presentacin (El evangelismo, p. 371).

4.

Debe representar correctamente los principios de la iglesia en su vida, y reflejar el mensaje


de la msica que presenta, edita o compone.

5.

Debe estar en armona con los principios de la iglesia, viviendo los principios de la
mayordoma cristiana y siendo miembro activo de una iglesia local.

6.

Precisa desarrollar el arte, en todas sus actividades, como un ministerio. No resalta su


imagen personal, sino el mensaje a ser transmitido.

7.

Cuida su apariencia personal para reflejar el padrn de modestia y decencia presentado


por la Biblia.

8.

Canta con entonacin clara, pronunciacin correcta y articulacin distinta (Obreros


evanglicos, p. 370).

9.

Evita todo lo que pueda quitar la atencin del mensaje de la msica, como gesticulacin
excesiva y extravagante, y orgullo en la presentacin (El evangelismo, p. 365).

10.

En sus presentaciones evita la amplificacin exagerada, tanto vocal como instrumental.

11.

Evita el uso de tonos estridentes, distorsiones vocales o instrumentales, as como tambin


el estilo de los cantantes populares.

12.

Respeta el ambiente de la iglesia y las horas del sbado al vender sus materiales.

13.

Debe recibir orientacin y apoyo espiritual del liderazgo del Ministerio de la Msica, lderes
de la iglesia y del pastor local.

II. La Msica
1.
2.

3.

Glorifica a Dios y ayuda a los oyentes a adorarlo de manera aceptable.


Debe ser compatible con el mensaje, manteniendo el equilibrio entre el ritmo, la meloda y
la armona (1 Crn. 25:1, 6, 7).
Debe armonizar la letra con la meloda, sin mezclar lo sagrado con lo profano.

4.

No sigue tendencias que abran la mente hacia pensamientos impuros, que llevan a
comportamientos pecaminosos o que destruyan el aprecio por lo que es santo y puro. La msica
secular o aquella que sea de naturaleza dudosa o cuestionable nunca debiera introducirse en
nuestros cultos (Manual de la Iglesia, p. 74).

5.

No se deja guiar slo por el gusto y la experiencia personal. Los hbitos y la cultura no son
guas suficientes en la eleccin de la msica. En algunas de nuestras iglesias he escuchado solos
que eran inapropiados para el servicio de culto en la casa de Dios. Las notas prolongadas y los
sonidos peculiares tan comunes en el canto de pera no agradan a los ngeles. Estos se
complacen en or los sencillos cantos de alabanza expresados en un tono natural (El evangelismo,
p. 372).

6.

No debe rebajarse a fin de obtener conversiones, sino que debe elevar al pecador hacia
Dios (El evangelismo, p. 105). Elena G. de White dice que volveran a ocurrir justamente antes de
la terminacin del tiempo de gracia. Y vocero acompaado de tambores, msica y danza. El juicio
de algunos seres racionales quedar confundido de tal manera que no podrn confiar en l para
realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuacin del Espritu Santo. El Espritu
Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido desconcertante. Esto constituye una
invencin de Satans para ocultar sus ingeniosos mtodos destinados a tornar ineficaz la pura,
sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo (Mensajes selectos, t.
2, p. 41).

7.

Provoca una reaccin positiva y saludable en aquellos que la oyen.

III. La Letra
1.
2.

3.

Debe ser de fcil comprensin y estar en armona con las enseanzas de la Biblia.
Debe tener valor literario y teolgico consistente. No usa letras livianas, vagas y
sentimentales, que apelen slo a las emociones.
No es superada por los arreglos o instrumentos de acompaamiento.

4.

Mantiene el equilibrio entre himnos dirigidos a Dios y cnticos que contienen peticiones,
llamados, enseanzas, testimonios, amonestaciones y nimo (Col. 3:16; Efe. 5:19).

5.

Se debe evitar su presentacin en otro idioma, que no sea el local, para que pueda ser
comprendida y los oyentes sean edificados.

IV. La Alabanza de la Congregacin

1.

Debe ser ms valorada, porque por medio de ella toda la iglesia participa. El canto no
siempre debe ser hecho slo por algunos. Permtase que toda la congregacin participe, tanto
como sea posible (Testimonies, t. 9, p. 144). Los momentos de alabanza de la congregacin:
1.

Involucran la participacin de todos en el culto.

2.

Armonizan el corazn del hombre con Dios.

3.

Ejercen una influencia unificadora del pueblo de Dios en un solo pensamiento.


sentimientos personales.

4.

Dan oportunidad para expresar las emociones y

5.

Fortalecen el carcter.

6.

Tienen gran valor educativo.

7.

Resaltan un buen principio de mayordoma, desarrollando un talento dado por


Dios.

8.

Dirigen al oyente hacia Cristo.

2.

No debe ser usada para llenar espacios vacos, o un imprevisto. Debe estar incluida dentro
de cualquier culto o programa, en un momento especial, valorando su importancia.

3.

No debe ser realizada de manera fra, automtica o con falta de preparacin. Los himnos a
ser cantados y el mensaje a ser expuesto deben estar unidos entre s, fruto de la planificacin y de
la cuidadosa organizacin entre los lderes y el Ministerio de la Msica (Joyas de los testimonios, t.
1, p. 458).

4.

Siempre y cuando sea posible, el Ministro de la alabanza debe ocupar un lugar en la


plataforma, como uno de los participantes en el culto de adoracin.

5.

Deben ser estimulados grupos musicales que involucren a una buena cantidad de
personas. Y muy pocas veces convendr que los cantos sean ofrecidos por unos pocos (Consejos
sobre la salud, p. 481).

6.

Debe haber cuidado especial para no usar msicas que apenas agraden a los sentidos,
tengan conexin con lo carismtico, o den prioridad al ritmo.

V. Los instrumentos

1.

Los instrumentistas de la iglesia siempre deben ser estimulados a participar de los cultos
de adoracin, con instrumentos en vivo. Hablando del canto, Elena G. de White recomienda:
acompese entonces el canto con instrumentos musicales tocados con habilidad. No hemos de
oponernos al empleo de instrumentos de msica en nuestra obra (El evangelismo, p. 370).

2.

Debe haber mucho cuidado al utilizar instrumentos asociados con la msica popular y
folklrica o que necesiten amplificacin exagerada. Cuando son mal utilizados, hacen competencia
al mensaje de la msica y lo debilitan.

3.

El uso de play-backs para nmeros especiales debe ser alternativo. Deben ser usados de
manera equilibrada, siempre en apoyo al canto de la congregacin.

4.

Los instrumentos deben ocupar su papel de acompaamiento, dando prioridad al mensaje.


La voz humana que canta la msica de Dios con un corazn lleno de gratitud y agradecimiento, es
para l mucho ms agradable que la meloda de todos los instrumentos musicales que han sido
inventados por manos humanas (El evangelismo, p. 369).

5.

La presentacin de msica que est dentro de las recomendaciones de la iglesia y que


edifique a los oyentes, debe tener prioridad antes que las orquestas, bandas y otros grupos.

VI. Las Producciones Musicales


1.

Las producciones musicales adventistas deben caracterizarse por resaltar nuestro mensaje
distintivo.

2.

Los compositores, arregladores, productores y directores deben dar prioridad, valorar y


trabajar con msicos que estn comprometidos con los principios musicales de la iglesia.

3.

Las producciones musicales de las instituciones adventistas deben ser referencias de los
valores musicales de la iglesia.

4.

Se debe dar atencin y cuidado especial a las producciones vendidas en locales de


propiedad de la iglesia, para que reflejen nuestros valores musicales.

5.

La msica presentada en las estaciones de radio y los canales de TV que son propiedad
de la iglesia, tambin debe reflejar nuestros valores musicales. Ella posee una gran influencia,
forma la cultura musical de la iglesia y llega a ser una referencia musical de la iglesia para los
oyentes y telespectadores.

VII. La Educacin Musical

1.

Debe considerarse la posibilidad de apoyar a los nios en su entrenamiento musical, a fin


de preparar futuros msicos que servirn a la iglesia. Este apoyo podr ser dado por medio de
maestros de msica de la propia iglesia o patrocinar clases de msica para algn interesado.

2.

La msica debe ser valorada y bien trabajada en los hogares cristianos. La instruccin y la
formacin de un gusto musical saludable debe comenzar temprano en la vida de los nios. Los
padres deben conversar, orientar y ser un modelo positivo para sus hijos, escogiendo con sabidura
la msica que ser usada en casa.

3.

La educacin adventista debe estimular a los alumnos en el aprendizaje de instrumentos


musicales, lectura de partituras y canto vocal en coros o grupos.

4.

Las presentaciones musicales en todas las instituciones educativas adventistas del sptimo
da, deben estar en armona con las directrices de la iglesia. Esto se aplica a los talentos locales
como tambin a artistas y grupos visitantes. Lo mismo se aplica al uso de los medios de
comunicacin para entretenimiento (pelculas y otros) patrocinados oficialmente por la institucin.

VIII. La Administracin de la Msica en la Iglesia


1.

Cada iglesia debe tener su comisin de msica debidamente organizada y que mantenga
reuniones regulares. La administracin del Ministerio de la Msica no debe estar en manos de una
sola persona.

2.

Deben realizarse charlas, sermones, seminarios o festivales de alabanza involucrando a


cantantes o grupos y fortaleciendo el compromiso con la iglesia y sus principios musicales.

3.

El liderazgo de la iglesia debe animar a sus miembros para desarrollar sus talentos
musicales, estableciendo un coro, cuarteto, grupo musical, orquesta o fortaleciendo un talento
individual.

4.

La iglesia debe, dentro de lo posible, tratar de adquirir algn instrumento musical propio
para fortalecer la alabanza y la formacin musical.

5.

La comisin directiva del Ministerio de la Msica debe organizar y preparar msica especial
y un responsable de la alabanza de la congregacin para todos los cultos de la Iglesia.

6.

La salida o recepcin de grupos musicales o cantantes debe tener una recomendacin


oficial de la iglesia de la cual es miembro. Esta actitud valora a los buenos msicos y da seguridad
a la iglesia.

7.

La msica no debe ser motivo de discusiones o actitudes radicales. La bsqueda del


padrn divino debe ser guiada por el amor y la oracin, y no por la imposicin.

IX. La Msica en la Evangelizacin


1.

Toda presentacin musical debe contener, siempre y cuando sea posible, un mensaje
bblico y un llamado u ofrecimiento de un curso bblico a aquellos que an no sean bautizados,
tratando de llevarlos a Jess.

2.

Los grupos musicales y los cantantes deben buscar maneras de actuar directamente, y de
forma sistemtica, en las campaas misioneras y evangelizadoras de la iglesia; o desarrollar sus
propios proyectos para cumplir la misin.

X. La Msica en el Culto
1.

La msica debe ocupar un lugar tan especial como la oracin y el mensaje de la Biblia,
dentro del culto y la adoracin a Dios. sta es un sacrificio de alabanza, un medio de promover el
crecimiento espiritual, de glorificar a Dios y dirigir al oyente hacia l.

2.

El mensaje musical especial y la alabanza de la congregacin deben estar en armona con


el mensaje bblico que ser presentado. Eso fortalece su impacto.

3.

La msica para el culto debe tener belleza, majestad y poder (Joyas de los Testimonios, t.
1, p. 458).

4.

La msica debe ser escogida de manera especfica para cada ambiente, programa o culto
de la iglesia. Los que hacen del canto una parte del culto divino, deben elegir himnos con msica
apropiada para la ocasin, no de notas fnebres, sino alegres, y con todo, melodas solemnes (El
evangelismo, p. 370).

XI. La Msica Secular


1.

Los principios de eleccin musical deben servir tanto para la msica sacra como para la
secular. En ningn momento dejamos de ser hijos e hijas de Dios que tratan de glorificarlo en todas
las cosas. Siempre escogemos slo lo mejor.

2.

La eleccin de la msica secular debe ser caracterizada por un equilibrio saludable en los
elementos del ritmo, la meloda y la armona con una letra que exprese ideales de gran valor.

3.

Debe haber cuidado especial en la eleccin de la msica en programas especiales dentro


de la iglesia, tales como: ceremonias de matrimonio, cultos de accin de gracias, seminarios y
otros.

Conclusiones
Vivimos un momento difcil, en el que cada vez ms las personas y las sociedades expresan sus
sentimientos religiosos sin una clara orientacin cristiana y bblica. La msica ha llegado a ser un
asunto fundamental que requiere discernimiento y decisin espirituales.
En consecuencia, debemos formularnos las siguientes preguntas importantes mientras tratamos de
hacer buenas elecciones musicales:
1.

La msica que estamos escuchando o presentando, tiene consistencia moral y teolgica


tanto en la letra como en la meloda?

2.

Cul es la intencin que est detrs de esta msica? Transmite un mensaje positivo o
negativo? Glorifica a Dios (1 Cor. 10:31) y ofrece lo que es ms noble y mejor (Fil. 4:8)?

3.

Est la msica comunicando su intencin eficazmente? Est el msico promoviendo una


atmsfera de reverencia? La letra y la msica dicen la misma cosa?

4.

Estamos buscando la orientacin del Espritu Santo en la eleccin de la msica religiosa y


secular?
El consejo de Pablo es claro: Y cantar con el espritu, pero cantar tambin con el entendimiento
(1 Cor. 14:15). No hay duda de que la msica es una expresin artstica, que toca los sentimientos.
Esto nos lleva a evaluar, escoger y producir la msica de manera racional, teniendo en cuenta su
poder, y tratando de cumplir el propsito de Dios para la edificacin de la iglesia y la salvacin del
mundo.
No podemos olvidar que la msica es de origen divino. Hay gran poder en ella. Fue la msica de la
hueste angelical la que emocion el corazn de los pastores en las llanuras de Beln y alcanz el
mundo entero. Es mediante la msica como nuestras alabanzas se elevan a Aquel que es la
personificacin de la pureza y la armona. Es con msica y con cantos de victoria como los
redimidos entrarn finalmente en la recompensa eterna (Mensajes selectos, t. 3, p. 382).

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