Cinco Tesis Sobre Poesía Raúl Gustavo Aguirre

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RAL GUSTAVO AGUIRRE: CINCO TESIS SOBRE POESA

En 1975, Ral Gustavo Aguirre ofreci una conferencia en la Biblioteca Argentina de Rosario cuyo
ttulo fue Cinco tesis sobre poesa. Un ao despus, Francisco Gandolfo le pidi el texto para
publicar en su revista el lagrimal trifurca, incluyndolo en el nmero 14, de agosto de 1976, que
sera el ltimo. Desde entonces ese ensayo ha permanecido en algunas hemerotecas y en manos de
los pocos lectores que conservaran el ejemplar. La mojarra desnuda tuvo acceso a l por gentileza
de Juan Carlos Moiss y la generosidad de Marta Aguirre que nos permite publicarlo. No es casual
que la obra de Aguirre haya cobrado nueva vigencia y que merezca una atencin que nunca debi
perder; mencionemos por ejemplo la publicacin por parte de la Biblioteca Nacional de los dos
tomos facsimilares de poesa buenos aires que Aguirre dirigi entre 1950 y 1960 y la reciente Obra
potica que publicara Ediciones del Dock con compilacin y prlogo de Mara Malusardi.
Contribuimos as a difundir una parte de la obra oculta durante muchos aos de un poeta cardinal.

CINCO TESIS SOBRE POESA


Primera tesis: LA POESA NO EXISTE
El da de Todos los Santos del ao del Seor de 1517, Martn Lutero clav en la puerta de la iglesia
del castillo de Wittemberg sus clebres noventa y cinco tesis sobre las Indulgencias. Entiendo que
noventa y cinco tesis sobre poesa seran excesiva falta de consideracin hacia el prjimo, pero estas
cinco que me atrevo a formular, de alguna manera evocan, en su ttulo, aquel acontecimiento que
produjo, luego, tan trascendentales transformaciones en la historia del mundo.
En esta evocacin termina, por otra parte, el paralelo. Obvio es agregar que mis tesis no pretenden
producir ni de lejos semejantes consecuencias. De sobra quedar cumplido su propsito si
consiguen llamar la atencin hacia el examen de algunos supuestos corrientes acerca de la poesa y
los poetas. Parten de la sospecha de que, si se exageran un poco las dudas sobre estos supuestos, tal

vez sea posible adquirir una mayor claridad con respecto a ciertas importantes implicaciones que la
poesa quiz puede tener para nuestras existencias.
Paradjicamente, como es factible observar, estoy hablando de la poesa y no obstante mi primera
tesis dice as, sencilla y rotundamente: LA POESA NO EXISTE. Esto puede entenderse en varios
sentidos, pero deseara evitar un juego de sutilezas e ir directamente a lo que en este momento me
interesa esclarecer.
La poesa no existe en cuanto algo concreto que pueda ser, definido fuera de la literatura. Por
ejemplo, yo puedo decir que la poesa existe como gnero literario, tradicionalmente opuesto a la
prosa y tambin tradicionalmente subdividido por la retrica en varias clases: pica, lrica,
dramtica... Se puede hablar de poesa y de poetas en este sentido literario, o a partir de este sentido.
Es decir, incluso podemos negar la poesa en cuanto literatura y expresar, como los dadastas, por
ejemplo, que la poesa no es literatura sino una manera de vivir. Pero para proceder as tengo que
partir de la poesa como literatura y luego negarla; de lo contrario, no sera comprensible esta
concepcin de la poesa no como literatura sino como una manera de vivir.
Por lo tanto, aqu digo que no se trata de escribir o slo de escribir, sino ms bien de algo que tiene
menos que ver con la escritura que con la vida. Y el dadasta puro, en rigor, tendra que negarse a
escribir una sola palabra. Este fue -digamos de paso- el callejn sin salida en que se hall el
dadasmo, como por otra parte, se halla todo nihilismo: no creo en nada, pero debo creer en lo que
creo, o sea, debo creer que no creo en nada. Los dadastas negaron la literatura sin dejar de ser
literatos, sin dejar de escribir. Pero nos dieron, sin embargo, una importante indicacin. Nos
inspiraron una frtil sospecha. Sealaron hacia algo que tiene, como creo y tratar ms adelante de
demostrar, muchsima importancia.
Pero regresemos ahora, para concluir con esta primera tesis, al punto de partida: LA POESIA NO
EXISTE. Esta proposicin quiere decir, en suma, que la poesa -fuera de su formal definicin como
gnero literario- no tiene existencia real y concreta, no es un ente, una entidad, algo que pueda ser

aislado y buscado ms all de la palabra. Por esta razn ha sido siempre tan difcil a los propios
poetas explicar qu es la poesa. Esto nos conduce a la
Segunda tesis: NO EXISTEN LOS POETAS
Si la poesa no existe, tampoco existen los poetas. Quiero decir: si la poesa existe slo como
literatura, en la palabra, en la literatura oral o escrita, solamente existen hacedores de poemas.
Pero un poema es, o bien cualquier composicin que responda a las reglas de cierta retrica ms o
menos aceptada en un medio dado, o por el contrario, es un acontecimiento existencial realmente
importante en la vida de aquel que, en cierto momento favorable, entra en relacin con l (y aqu
la palabra poema tiene un amplio sentido: puede ser, por ejemplo, una cancin o una pgina
manuscrita o impresa).
En el primer caso, en el de una composicin que responda a ciertas reglas o leyes retricas
prefijadas, es evidente que cualquier persona diestra en el manejo de estas reglas puede, en cuanto
se lo proponga o se lo encomiendencomponer un poema. Podra, de esta manera, presentarse en un
concurso celebratorio del Descubrimiento de Amrica, o del Centenario de un determinado hecho
histrico, o donde se premie el mejor Canto a las Virtudes Cvicas, o lo que fuere. El mecanismo de
este proceso es muy simple: un tema que servir de contenido a la composicin, y una forma, lo
ms bella posible dentro de los enunciados de una retrica (o a lo sumo, de una esttica)
preexistente. Y ya tenemos el alfajor fabricado, perdn, compuesto. Sin duda, su autor es un poeta,
as como el seor que nos hace fotografas urgentes, tamao 4 x 4, es un fotgrafo. Y en este
sentido, mi tesis -repito- es NO EXISTEN LOS POETAS.
Pero ya me estoy aventurando demasiado en mis negaciones y, para no pecar de ser en exceso
pesimista, voy a necesitar de alguna afirmacin. Que la har en mi
Tercera tesis: EXISTEN LOS POEMAS
EXISTEN LOS POEMAS: sin duda, sin duda, sin ninguna duda. Esta afirmacin, est claro, no
tiene contenido polmico. Muy bien, porque no se trata de ser polmico porque s y a troche y
moche. No obstante, quiero aclarar que no me refiero aqu al poema tal como lo describ hace un

momento, como una especie de artefacto fabricado conscientemente y ex profeso segn ciertas
reglas destinadas a producir determinada emocin. Debo confesar que, aunque parezca fcil afirmar
que tal manera de hacer un poema es falsa, literariamente artificiosa, una especie de engao, en
suma, hay grandes creadores de poemas que han afirmado lo contrario. Entre ellos, Vladimiro
Maiakovsky que, como es sabido, no diferencia un poema de cualquier otro producto industrial; o
Csar Vallejo, quien nos dice, justamente, que un poema es un artefacto destinado a producir
emocin. Y tambin el gals Dylan Thomas, que no slo habla de oficio en uno de sus poemas,
sino que en sus cartas y ensayos expone una completa teora de la fabricacin del poema.
Entonces? Antes de continuar, quisiera intentar una explicacin a esta aparente disidencia de estos
grandes creadores. Hay, sin duda, en todo trabajo de creacin, una parte de habilidad adquirida y de
esfuerzo consciente. Pero esta habilidad y este esfuerzo, cuando se produce un autntico acto de
creacin, estn al servicio de la concrecin, en palabras, de algo que los trasciende. Por diversas
razones, se confunde este trabajo con la verdadera creacin o se lo valoriza ms que ella. Es el caso
de Maiakovsky, porque me parece quera justificarse del frecuente complejo que asalta al escritor
ante los que "hacen": pareciera que un obrero metalrgico, de cuyas manos sale una gigantesca
rueda de locomotora, estuviese creando una realidad de ms "peso" (en todo sentido) que el hombre
que se limita a hablar, a escribir. Este complejo ha dado lugar a tremendas distorsiones, pero por el
momento no puedo ocuparme de l aqu, ms que para decir que, en ese especial momento de la
historia de su pas, Maiakovsky no quera sentirse menos que los obreros y experiment la
necesidad de justificar su trabajo escribiendo perogrullesca pero dramticamente que, aunque un
poeta no echa humo por las chimeneas como una fbrica, tambin "produce". En cuanto a Csar
Vallejo y a Dylan Thomas, creo que no eran conscientes - a fuer de modestos - de que su capacidad
de creacin exceda en mucho lo que ellos consideraban humilde y simplemente un trabajo de
composicin. Aqu viene a cuento recordar lo que Henry James recomendaba a los aprendices de
narradores. Les deca, ms o menos, lo siguiente: No se preocupe por la forma de lo que va a
relatar ni por los procedimientos narrativos. Si bien estos son importantes, lo que debe importarle

ms que nada es tener una rica experiencia vital. Porque, en suma, la importancia de un escritor
reside en la calidad y riqueza de sus experiencias vitales". Yo creo que el gran novelista de "La
Bestia en la Jungla tena mucha razn. La calidad y riqueza de la experiencia vital de los hombres
que he citado excedia largamente su capacidad de trabajo, su oficio", aunque -sin duda- lo tenan
en grado sumo, y este oficio, entonces s, les era til, porque facilitaba la comunicacin de sus
experiencias, la concrecin en palabras de ese fenmeno vital que denominamos poema.
En suma, EXISTEN LOS POEMAS, pero entendiendo por tales esas misteriosas constelaciones de
palabras (que llegan a nosotros, por ejemplo, en una cancin, o en lo que nos habla de otra persona,
o en una pgina impresa) y que producen en nosotros reacciones emocionales,revelaciones o
deslumbramientos, o como quiera que denominemos esa sensacin de haber sido tocados por algo
que tiene mucho de indecible y que mal podramos explicar en otras palabras.
Estos son, s, POEMAS, y su carcter esencial, como vemos, es TENER QUE VER CON
NUESTRA VIDA, tener alguna significacin para nosotros, aunque, a veces o nunca, sepamos a
ciencia cierta en qu consiste claramente esa significacin.
De dnde vienen estos poemas? Aqu entramos en la
Cuarta (y penltima) tesis: LOS POEMAS PROCEDEN DE UNA POTICA
Esta ser la ms abstracta, filosfica y, por lo tanto la ms discutible de mis tesis. Ruego, por ello,
se la tome como un ensayo de aproximacin a un problema sumamente complicado.
Si el creador de un poema no es un poeta en el sentido tradicional de una especie de siempre
disponible hacedor de poemas, como eran, por ejemplo, los poetas de Corte que celebraban los
triunfos de los Emperadores en la Antigedad; si el creador de un poema no es un poeta, por lo
tanto, sino un ser a quien a veces (y hasta puede ser, una sola vez en su vida), a quien a veces le
ocurre crear un poema, de dnde viene, entonces este poema?
No viene de una esttica o una retrica predeterminadas que nos han de decir cules son las
condiciones que debe reunir para ser un poema. Viene de un campo mucho ms vasto y misterioso,
como lo es el de la experiencia humana en su totalidad, tanto la experiencia propia como la del

contorno inmediato y mediato, presente y no presente, consciente e inconsciente, voluntaria e


involuntaria, en la soledad y en la relacin, etc., etc. Viene del Universo, de la vida y del hombre y,
para mejor, viene implcito en el ms misterioso y, tal vez, ms poderoso de sus poderes: el
lenguaje, la palabra. Esa palabra que surge y que concreta, que expresa y que trasmite, pero sobre
todo, palabra que ocurre, que nos ocurre, que nos coloca en determinada situacin. Desde que se
comprendi bien a Wittgenstein, se hizo claro que hay un lenguaje no fctico, un lenguaje que,
aun careciendo de sentido lgico", inteligible, unvoco, es, sin embargo, significativo o
significante, como dicen hoy los estructuralistas. Pero, aparte esto, me parece muy importante la
afirmacin de Lacan, cuando dice que, ms que significar, un poemaimplica al lector en una
situacin. Ya Wittgenstein haba destacado este carcter ritual del lenguaje, la importancia de los
contextos de situacin. (Es clsico el ejemplo: Yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo, etc." es
una frmula que, para Wittgenstein, slo tiene pleno sentido o significado en una determinada
situacin.)
Pero a lo que queremos llegar es a esto: todas estas reflexiones nos llevan a la conclusin siguiente:
un poema es un hecho en la existencia de una persona. Es decir: antes que la nocin idealista e
inexistente de un producto literario que una mirada pura y distante puede consumir sin ser por ello
alterada, un poema es algo que ocurre en nuestras vidas (tanto si lo creamos nosotros, en el
momento de concretarlo en palabras, como si lo creamos tambin nosotros, al recibirlo en una
constelacin de palabras a la que damos, o de la que surge, un sentido o significado que fulgura" o
nos toca.) Insisto, porque esto me parece muy importante: un poema es algo que nos ocurre, es
un hecho, un acontecimiento en nuestras vidas, en el que participamos y en el que ellos participan y,
por lo tanto, es capaz de alterarlas. Y bien, sabemos hasta qu punto un poema puede ser una
revelacin que, de alguna manera, influir en el curso de nuestra existencia. En suma: un poema
pertenece al mundo de los hechos; es algo fctico, y si tiene que ver con el curso de nuestras vidas,
entonces entra en el campo del hacer, en el campo de algo que, en filosofa, se denomina "tica".
Y aqu llegamos a nuestra ltima y

Quinta tesis: LA POTICA ES UNA TICA


No existen ni la poesa (primera tesis) ni los poetas (segunda tesis) porque -tal vez ahora podamos
comprenderlo mejor- el campo de los poemas verdaderos, como constelaciones significantes de
palabras que operan sobre el curso de nuestras vidas, no es el de la literatura como institucin
neutral y neutralizadora, sino el de la vida concreta e inmediata. Un poema tiene mucho ms que
ver con el qu debo hacer? kantiano que con el placer esttico concebido como actividad pura,
sin compromiso con la existencia ni con el tiempo histrico real y concreto.
Un poema es un acto, como queran los dadastas, pero no un acto contra la literatura, es decir, un
acto sin palabras, una imposible negacin de la palabra, sino un acto que justamente consiste en
palabras. Yo quisiera concluir aqu estas tesis, que son en todo caso provisional materia de
reflexin, y dejar librado a cada uno el meditar sobre las sugestiones que de ellas pueden
desprenderse.
Pero hay algo, sin embargo, que me parece necesario destacar para dar trmino a estas
aproximaciones. Y es que, si todo poema verdadero es un hecho que influye sobre la vida (y no
sobre la vida" como vaga generalidad, sino sobre la vida real de cada uno); si todo poema lleva
implcito un hacer, si es -como escribe maravillosamente Ren Char- el amor realizado por el
deseo que ha seguido siendo deseo; si corresponde por lo tanto a una tica, pero a una tica cuyas
reglas se hallan en continua formacin y que, por ende, no puede ser formulada ni impuesta de
antemano; si todo poema es, entonces, el ms cabal y dialctico ajuste del ser humano con su
situacin histrica (y ello explica de paso la necesidad constante de nuevos poemas), pero a la vez
este ajuste no se puede producir en el esquema falso y perimido de un contenido y una forma, de un
tema" y una expresin, entonces el poema que toma como motivo un hecho para explayarse
sobre l, el poema que pretende ensear algo, celebrar algo, censurar algo, est condenado por
principio a la inteligibilidad unvoca del discurso fctico, es decir, a la prosa. Expresado de otro
modo: no se puede describir un hecho en un poema, porque el poema es, en s un hecho. En un
verdadero poema, el hecho es, para parafrasear a Jung, la sombra del poema.

Me parece, hoy ms que nunca, necesario llamar la atencin sobre esto, porque en la actualidad es
muy corriente la apelacin al compromiso del poeta, entendiendo por este compromiso la
produccin de llamados poemas que slo son desarrollos -bajo una retrica de signo potico- de
temas de ndole histrica o social.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que el poema se desentienda de lo que llamamos la
realidad. Si me he expresado bien, se podr comprender entonces que el poema es, ante todo, la
realidad por excelencia que viene a suscitar, en lo ms profundo y autntico de nosotros, un
imperativo movimiento vital.

El poema no habla de la realidad: la hace. Y, con ella, nos hace a nosotros, que a nuestra vez,
tambin la hacemos.

Cuando los falsos resplandores del prestigio y del privilegio de que an disfrutan en ciertos medios
la poesa y los poetas, se disipen, para dejar paso a la sencilla verdad del poema que siempre
(autores o lectores), somos nosotros quienes creamos; cuando la inocua institucin que la
literatura hizo de la poesa para destruir sus extraordinarios poderes de liberacin; cuando la figura
histrinica que la sociedad enajenada hizo del poeta, se borre, para dejar paso a la sencilla verdad
del poema que nos ayuda a vivir, que nos sirve para vivir, entonces habr tal vez menos poetas en
los diccionarios de biografas, pero habr, tambin -y al mismo tiempo- ms belleza y amor, ms
verdad y comunicacin entre los seres humanos. Porque son ellos, los seres humanos, y no los
papeles, los que en definitiva importan.

Buenos Aires, 1975.

RAL GUSTAVO AGUIRRE: naci en Buenos Aires en 1927. Se ha dedicado con paciencia y
continuidad a la creacin, la difusin, la traduccin y la actividad terica de la poesa. Dirigi
durante diez aos (1950-1960) la revista Poesa Buenos Aires, donde se publicaron los nombres de
casi todos los poetas argentinos bsicos, la mayor parte de los extranjeros, y una nutrida seleccin
de ensayos y declaraciones imprescindibles para una profundizacin consciente de lo potico. Es
una continua voz de aliento y crtica para los poetas jvenes. Ha realizado impecables traducciones
de poesa francesa, reunidas en suculenta seleccin en la antologa publicada por Fausto en 1974.
Tambin tradujo a Henry James y redact ensayos sobre la literatura contempornea. Trabaja en una
biblioteca pblica. Su obra comprende El tiempo de la rosa, 1945; Cuerpo del horizonte, 1951; La
danza nupcial, 1954; Cuaderno de notas, 1957; Redes y violencias, 1958; Alguna memoria, 1960;
Seales de vida, 1962. El ensayo que publicamos fue ledo en la Biblioteca Argentina de Rosario.

(Publicado originalmente en el lagrimal trifurca, nmero 14, agosto de 1976.

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