Analisis de Una Fobia de Un Niño de Cinco Años

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

Anlisis de una fobia de un nio de cinco aos

El tratamiento mismo fue llevado a cabo por el padre del pequeo. Solo la reunin en una sola
persona de la autoridad paterna con la mdica, la conjuncin del inters tierno con el cientfico,
posibilitaron en este nico caso obtener del mtodo una aplicacin para la cual de ordinario
habra sido inapropiado.
El mdico que trata psicoanalticamente a un neurtico adulto llega al fin, en virtud de su
trabajo de descubrir estrato por estrato unas formaciones psquicas, a ciertos supuestos acerca
de la sexualidad infantil, en cuyos componentes cree haber hallado las fuerzas pulsionales de
todos los sntomas neurticos de la vida posterior (TRES ENSAYOS DE TEORIA SEXUAL). Sera
imposible averiguar inmediatamente en el nio, en toda su frescura vital, aquellas mociones
sexuales y formaciones de deseo que en el adulto exhumamos con tanto trabajo de sus
enterramientos, y acerca de las cuales, aseveramos que son patrimonio constitucional comn a
todos los seres humanos y en el neurtico no hacen sino mostrarse reforzadas o deformadas?
Las primeras comunicaciones sobre Hans datan del tiempo en que an no haba cumplido tres
aos. A travs de diversos dichos y preguntas, exteriorizaba ya entonces un inters
particularmente vivo por la parte de su cuerpo que tena la costumbre de designar como hacepipi. As, cierta vez hizo esta pregunta a su madre: mama, t tambin tienes un hace-pipi?.
Estas primeras observaciones nos despiertan la expectativa de que mucho de cuanto el
pequeo Hans nos muestra ha de ser tpico del desarrollo sexual del nio. No hay que espantarse
si n una mujer se encuentra la representacin de mamar del miembro masculino. Esta chocante
mocin tiene un origen muy inocente, pues se deriva del pecho materno.
Su inters por l hace-pipi lo estimula al tocarse el miembro. A la edad de 3 aos su madre lo
encuentra con la mano en el pene. Ella lo amenaza con cortrselo.
El responde todava sin conciencia de culpa, pero es la ocasin en que adquiere el complejo de
castracin.
La curiosidad sexual de nuestro Hans no admite ninguna duda; pero ella lo convierte en
investigador, le permite unos correctos discernimientos conceptuales.
Un perro y un caballo tienen un hace-pipi; una mesa y un silln, no. As ha conquistado un
signo esencial para distinguir entre un ser vivo y una cosa inanimada.
Apetito de saber y curiosidad sexual parecen ser inseparables entre s. La curiosidad de Hans se
extiende muy en particular a sus padres.
El gran acontecimiento en la vida de Hans es el nacimiento de su hermanita Hanna, que se
produjo cuando el tenia exactamente 3 aos.
Hans se muestra muy celoso con la recin venida. Cuando la vio por primera vez quedo muy
sorprendido de que no pudiera hablar, y opino que no poda hacerlo porque no tena dientes. Los
primeros das quedo muy relegado, y de pronto contrajo una angina.
Pasado medio ao, quedaron superados los celos, y l se vuelve un hermano tan tierno como
consiente de su superioridad.
Un poco despus, Hans presencia el bao de su hermanita de una semana de edad. Observa
que su hace-pipi es todava chico, tras lo cual agrega, a modo de consuelo: ya cuando crezca
se le har mas grande.
Ms o menos a la misma edad, de 3 aos, Hans brinda el primer relato de un sueo.
Detalladas observaciones sobre sus vnculos de amor con otros nios, de los que se desprende
una eleccin de objeto como la del adulto.

En el invierno llevo a Hans (3 aos) a la pista de patinaje y le presento a las dos hijitas de mi
colega N., (cerca de 10 aos). Hans solo habla de ellas como de mis niitas).
Un primo de Hans, de 5 aos, est de visita cuando l tiene 4. Hans lo abraza continuamente y,
a raz de uno de estos abrazos tiernos, dice: te quiero mucho.
Es el primer rasgo de homosexualidad con que tropezaremos en Hans; parece realmente un
dechado de todas las perversidades.
Nos hemos instalado en una nueva vivienda (Hans tiene 4 aos). Hans ha descubierto a una
niita de 7 a 8 aos. Para admirarla, se sienta sobre el escaln que lleva al balcn. Cierta vez
que la niita no se muestra en la ventana a la hora habitual, Hans se inquieta y cargosea a la
gente de la casa con preguntas. Para su desarrollo normal, el nio requiere, es evidente, trato
asiduo con otros nios.
Ese trato le es dado a Hans poco despus (4 aos) nos trasladamos a la residencia de verano
en Gmunden. Sus compaeros de juego son los hijos del propietario: Franzl (cerca de los 12
aos), Fritzl (8 aos), Olga (7 aos), Berta (5 aos) y los vecinitos Anna (10 aos), y otras dos
niitas de 9 y 7 aos. Su preferido es Fritzl, a quien a menudo abraza y le asegura su amor. Al
mismo tiempo es muy agresivo, varonil, conquistador, hacia las nias, las abraza y besuquea.
Tambin le gusta Mariedl, de unos 14 aos, igualmente hija del propietario, que juega con l.
Como el padre y la madre, su bien no con demasiada frecuencia, suelen tener a Hans en su
cama, a raz de este yacer juntos se han despertado en el sentimientos erticos, y el deseo de
dormir junto con Mariedl tiene tambin su sentido ertico.
Hans, 4 aos. Sueo. Hoy a la maana acude Hans y cuenta: escucha, hoy a la noche he
pensado: -uno dice= Quin quiere venir conmigo?. Entonces alguien dice: yo. Entonces
tiene que hacerlo hacer pip-.
Me hago contar el sueo otra vez; lo relata con las mismas palabras, solo que remplaza
entonces alguien dice por entonces ella dice. Y ella es Berta u Olga. El sueo reza, traducido:
Yo juego con las niitas a las prendas. Yo le pregunto: Quin quiere venir conmigo?. Ella
responde: yo. Entonces ella tiene que hacerme hacer pip. (Asistirlo al orinar, cosa que
evidentemente le resulta grato a Hans.)
Cuando lo hice ir al bao, me dijo por primera vez que deba conducirlo detrs de la casa para
que nadie pudiera mirarlo, y agreg: El ao pasado, cuando he hecho pipi, Berta y Olga han
mirado. Eso significa, que el ao pasado le era grato se mirar de las nias, pero ahora ya no lo
es. El placer de exhibicin sucumbe ahora a la represin. Como el deseo de que lo miren hacer
pip es ahora reprimido, he ah la explicacin para que se presente en el sueo.
Me limito a sealar que este sueo obedece adems a la regla que he dado en La interpretacin
de los sueos: dichos que aparecen en el sueo provienen de dichos escuchados o proferidos por
uno mismo el da anterior.
II. Historial clnico y anlisis
Estimado profesor: En los ltimos das se le ha desarrollado una perturbacin nerviosa.
Sin duda ha sido una hiperexcitacion sexual por ternura de la madre, pero no se indicar el
excitador de la perturbacin. El miedo de que un caballo lo muerda por la calle parece
entramado de alguna manera con el hecho de que le asusta un pene grande. En su momento el
reparo ya en el pene grande del caballo, y entonces saco la conclusin de que la mama, puesto
que es tan grande, por fuerza ha de tener un hace-pipi como el de un caballo.
Seria ese, el comienzo de la angustia as como el de la fobia. La perturbacin se introduce con
unos pensamientos tiernos-angustiados, y luego con un sueo de angustia. Contenido de este
ltimo: perder a la madre, de suerte que el ya no pueda hacerse cumplidos con ella. Es fuerza

que la ternura hacia la madre se haya acrecentado enormemente. Es el fenmeno bsico de su


estado. Sus dos intentos por seducir a la madre, el primero que se produjo en verano, y el
segundo, un simple encomio de su genital, poco antes de que estallara su angustia a andar por
la calle. Es esta acrecentada ternura por la madre lo que sbitamente se vuelca en angustia; lo
que, segn nosotros decimos, sucumbe a la represin {esfuerzo de desalojo}. Esta angustia, que
corresponde a una aoranza ertica reprimida, carece al comienzo de objeto, como toda
angustia infantil: es todava angustia y no miedo. El nio [al comienzo] no puede saber de qu
tiene miedo y cuando Hans, en el primer paseo con la muchacha, no quiere decir de qu tiene
miedo, es que tampoco l lo sabe. Dice lo que sabe, que por la calle le falta la mama con quien
pueda hacerse cumplidos, y que no quiere apartarse de la mama. Deja traslucir as el sentido
primero de su aversin a andar por la calle.
Sus estados, por dos veces sucesivas repetidos al anochecer antes de acostarse, estados
angustiados y de ntida coloracin tierna, prueban que al comienzo de la enfermedad contrada
no exista una fobia a andar por la calle o a pasear, ni tampoco a los caballos.
La fantasa de las jirafas. El vislumbra que est prohibido ponerse en posesin de la madre; ha
chocado con la barrera del incesto. Pero lo considera prohibido en s mismo. En todas las
picardas prohibidas que el realiza en su fantasa est presente el padre, quien es encerrado con
l.
A pesar de todos los esclarecimientos la angustia ante los caballos no haba aminorado.
Pregunte a Hans, en broma, si sus caballos llevaban gafas, cosa que el neg, y luego si su padre
las llevaba, cosa que tambin neg, contra toda evidencia; le pregunte si con lo negro alrededor
de la boca quera significar el bigote y le revele que tena miedo a su padre justamente por
querer el tanto a su madre.
No caba esperar que mi comunicacin lo librara de su angustia de un golpe, pero se demostr
que ahora le era dada la posibilidad de presentar sus producciones inconscientes y desovillar su
fobia.
El 2 de abril se comprueba la primera mejora sustancial. Solo subsiste un resto de angustia, y
es inequvoco el progreso realizado desde el esclarecimiento.
El pequeo demuestra una claridad realmente superior. Da a entender que en el luchan el amor
al padre con la hostilidad hacia el a consecuencia de su papel de competidor ante la madre, y le
reprocha que no le haya llamado la atencin sobre este juego de fuerzas que necesariamente
llevaba a la angustia. El padre no lo comprende del todo, pues solo durante esta pltica adquiere
el convencimiento sobre la hostilidad del pequeo hacia l, que yo le haba aseverado en nuestra
consulta.
Hans tiene cario a su madre, es evidente que quiere quitarme de en medio, pues as ocupa el
lugar del padre. Este deseo hostil sofocado se convierte en angustia por el padre, y el viene por
la maana temprano a m para ver si me he ido.

También podría gustarte