Los Cuatro Amigos

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Los cuatro amigos

Adaptacin del cuento popular de la India


Haba una vez cuatro animales que eran muy amigos. No
pertenecan a la misma especie, por lo que formaban un
grupo muy peculiar. Desde que amaneca, iban juntos a
todas partes y se lo pasaban genial jugando o manteniendo
interesantes conversaciones sobre la vida en el bosque.
Eran muy distintos entre s, pero eso no resultaba un
problema para ellos.
Uno era un simptico ratn que destacaba por sus
ingeniosas ocurrencias. Otro, un cuervo un poco serio pero
muy generoso y de buen corazn. El ms elegante y guapo
era un ciervo de color tostado al que le gustaba correr a
toda velocidad. Para compensar, la cuarta de la pandilla era
una tortuguita muy coqueta que se tomaba la vida con
mucha tranquilidad.

Como veis, no podan ser ms diferentes unos de otros, y


eso, en el fondo, era genial, porque cada uno aportaba sus
conocimientos al grupo para ayudarse si era necesario.
En cierta ocasin, la pequea tortuga se despist y cay en
la trampa de un cazador. Sus patitas se quedaron
enganchadas en una red de la que no poda escapar.
Empez a gritar y sus tres amigos, que estaban
descansando junto al ro, la escucharon. El ciervo, que era el
que tena el odo ms fino, se alarm y les dijo:
Chicos, es nuestra querida amiga la tortuga! Ha tenido
que pasarle algo grave porque su voz suena desesperada
Vamos en Salieron corriendo a buscarla y la encontraron
enredada en la malla. El ratn la tranquiliz:
No te preocupes, guapa! Te liberaremos en un
periquete!
Pero justo en ese momento, apareci entre los rboles el
cazador. El cuervo les apremi:
Ya est aqu el cazador! Dmonos prisa!
El ratn puso orden en ese momento de desconcierto.
Tranquilos, amigos, tengo un plan! Escuchad

El roedor les cont lo que haba pensado y el cuervo y el


ciervo estuvieron de acuerdo. Los tres rescatadores
respiraron muy hondo y se lanzaron al rescate de urgencia,
en plan uno para todos, todos para uno, como si fueran los
famosos mosqueteros.
El cazador estaba a punto de coger a la tortuga! Corriendo,
el ciervo se acerc a l y cuando estuvo a unos metros,
fingi un desmayo, dejndose caer de golpe en el suelo. Al
or el ruido, el hombre gir la cabeza y se frot las manos:
Qu suerte la ma! Esa s que es una buena presa!
Lgicamente, en cuanto vio al ciervo, se olvid de la
tortuguita. Cogi el arma, prepar unas cuerdas, y se
acerc deprisa hasta donde el animal yaca tumbado como
si estuviera muerto. Se agach sobre l y, de repente, el
cuervo salt sobre su cabeza. De nada le sirvi el sombrero
que llevaba puesto, porque el pjaro se lo arranc y empez
a tirarle de los pelos y a picotearle con fuerza las orejas. El
cazador empez a gritar y a dar manotazos al aire para
librarse del feroz ataque areo.
Mientras tanto, el ratn haba conseguido llegar hasta la
trampa. Con sus potentes dientes delanteros, roy la red
hasta hacerla polvillo y liber a la delicada tortuga.

El ciervo segua tirado en el suelo con un ojito medio


abierto, y cuando vio que el ratn le haca una seal de
victoria, se levant de un salto, dio un silbido y ech a
correr. El cuervo, que segua atareado incordiando al
cazador, tambin capt el aviso y sali volando hasta
perderse entre los rboles.
El cazador cay de rodillas y repar en que el ciervo y el
cuervo se haban esfumado en un abrir y cerrar de ojos.
Enfadadsimo, regres a donde estaba la trampa.
Maldita sea! Ese estpido pajarraco me ha dejado la
cabeza como un colador y por si fuera poco, el ciervo se ha
escapado! Menos mal que al menos he atrapado una
tortuga! Ir a por ella y me largar de aqu cuanto antes.
Pero qu equivocado estaba! Cuando lleg al lugar de la
trampa, no haba ni tortuga ni nada que se le pareciera.
Enojado consigo mismo, dio una patada a una piedra y grit:
Esto me pasa por ser codicioso! Deb conformarme con
la presa que tena segura, pero no supe contenerme y la
despreci por ir a cazar otra ms grande Ay, qu tonto he
sido!
El cazador ya no pudo hacer nada ms que coger su arma y
regresar por donde haba venido. Por all ya no quedaba

ningn animal y mucho menos los cuatro protagonistas de


esta historia, que a salvo en un lugar seguro, se abrazaban
como los cuatro buensimos amigos que eran.

El tambor de piel de piojo

Adaptacin del cuento popular de Espaa

Haba una vez una reina que tena una hija llamada Elena.
La nia, simptica y curiosa, era una enamorada de la
naturaleza. Su aficin favorita era caminar al aire libre,
trepar por los rboles y observar el comportamiento de los
insectos.
Como siempre andaba correteando por el campo se
ensuciaba mucho, as que cada noche, se daba un buen
bao caliente antes de irse a la cama. Despus, su madre

desenredaba con un peine de marfil su largo y dorado


cabello.
Una noche, en el peine apareci un piojo. La nia,
emocionada, quiso quedrselo.
Oh, qu piojito tan mono! Lo guardar en una caja de
madera y lo cuidar yo misma.
La madre, que consenta todos los caprichos de su querida
hija, acept a regaadientes. Elena lo meti en una caja
dorada y lo cuid y aliment con esmero hasta que se hizo
tan grande como un gato. La nia estaba emocionada, pero
ocurri una desgracia: el tamao era tan poco habitual para
un insecto, que el pobre un da revent.
La princesita se puso muy triste porque era su mascota y ya
no se imaginaba la vida sin l. Envuelta en un mar de
lgrimas, se lamentaba:
Ha sido culpa ma por darle tanta comida Yo slo quera
que no le faltara de nada! Qu voy a hacer ahora?
La madre la vio tan disgustada que, abrazndola muy
fuerte, le dijo:

Utilizaremos su piel para fabricar un tambor, y as, cada


vez que lo toques, recordars a tu querido amigo Qu te
parece?
A la nia se le ilumin la carita Era una idea fantstica!
Esa misma tarde, el artesano real fabric un lindo tambor
de piel de piojo que sonaba fuerte y afinado. Elena lo cogi
y ya no se separ de l Se pasaba horas y horas tocndolo
dentro y fuera del palacio!
Un da, el rey y la reina descansaban en el saln de la
chimenea mientras escuchaban los continuos redobles del
tambor.
Querido, nuestra hija est entusiasmada con su nuevo
juguete Seguro que nadie se imagina que est hecho con
piel de piojo!
Tienes razn, amada esposa Sabes? Se me ocurre una
idea muy divertida! Har una apuesta con todos mis
sbditos.
Una apuesta? Qu quieres decir?
Pues que dar una gran recompensa a quien consiga
adivinar de qu est hecho el tambor de la nia, pero eso s:

todo aquel que venga y no lo sepa, deber pagarme una


moneda de oro.
Tendrn que darte una moneda de oro si fallan?
Claro, mujer! Como es imposible acertar, nos haremos
inmensamente ricos! No te parece una idea genial?
A la reina le pareci bien. Acumularan mucha riqueza sin
esfuerzo Qu ms se poda pedir? Era un plan perfecto!
El rey mand que los mensajeros de palacio hicieran llegar
la convocatoria a todo el reino. Tal y como esperaba, no
tardaron en presentarse muchos jvenes dispuestos a
conseguir la recompensa, aunque fuera un reto difcil.
Unos apostaban que estaba fabricado con piel de vaca,
otros con piel de caballo, otros con piel de conejo
Ninguno consegua dar en el clavo! El avaricioso rey vea
cmo el arcn de monedas de oro se llenaba un poco ms
cada da.
Esto es genial! Qu manera ms fcil de hacerse
millonario! Soy un autntico genio!
Por aquellos das, un campesino que viva por la comarca,
haba decidido abandonarlo todo e ir a recorrer el ancho
mundo. Una maana, cogi un petate con una muda y algo

de comida, y se adentr en el bosque siguiendo un estrecho


caminito de piedra. Al cabo de un rato, vio a un joven
pecoso de pelo rojizo, tumbado de lado sobre el suelo.
Buenos das! Disculpa mi curiosidad pero Qu haces
tirado con la oreja pegada a la tierra?
Estoy oyendo el sonido de la hierba al crecer Tengo muy
buen odo!
Qu curioso Sabes una cosa? Yo estoy de viaje y voy sin
rumbo fijo a buscarme la vida a otro lugar Te gustara venir
conmigo?
De acuerdo, te acompao!
Juntos retomaron el camino y se encontraron con un joven
alto, muy musculoso, que estaba levantando un rbol con
sus propias manos. El campesino se qued asombrado.
Increble! Nunca haba visto a nadie tan fuerte!
Gracias! Los rboles son como juncos para m Casi no
tengo que hacer esfuerzo para arrancarlos! Vivo de vender
la madera y yo mismo transporto los troncos sobre la
espalda hasta el pueblo. Lo malo es que se gana muy poco
con este trabajo.

Nosotros vamos a recorrer el mundo Quin sabe dnde


acabaremos! Quieres unirte?
Tu propuesta suena bien De acuerdo, me apunto!
Y as fue cmo los tres muchachos, conversando
animadamente sobre lo que les deparara el futuro, llegaron
a una posada muy cerca del palacio, decididos a pasar la
noche bajo techo.
La duea les cont que en los ltimos das, mucha gente
venida desde muy lejos se alojaba all. Cuando los
muchachos le preguntaron a qu se deba, la seora les
cont la historia de la apuesta y cmo todo el mundo
soaba con ganarla.
Se instalaron en la habitacin y, de mutuo acuerdo,
decidieron intentarlo y repartir la recompensa en tres
partes iguales. Se dieron un apretn de manos para sellar el
pacto entre amigos y el chico pelirrojo coment:
Mi odo es ms agudo por la noche. Voy a acercarme a los
jardines de palacio a ver de qu me puedo enterar
Esperadme aqu, ahora vuelvo!
Sigilosamente, sali de la posada y se plant bajo la ventana
de la alcoba de los reyes. Como estaba abierta de par en

par, pudo escuchar perfectamente la conversacin que


mantenan.
Querido Hoy hemos conseguido muchsimas monedas
de oro!
S, mi amor Nadie es capaz de adivinar que el tambor
est hecho con piel de piojo!
El muchacho, estupefacto, sali pitando de vuelta a la
posada. Cuando se reuni con sus amigos, le temblaba todo
el cuerpo. Les cont que haba descubierto el secreto del
tambor y se abrazaron locos de contento. Por la maana, se
presentaron ante el rey y ste les pregunt:
Decidme, muchachos De qu creis que est hecho el
tambor de la princesa?
El campesino tom la palabra en nombre de los tres.
Seor, el tambor est fabricado con piel de piojo.
El rey se qued de piedra, estupefacto, sin habla Lo haban
adivinado! Ahora no le quedaba ms remedio que entregar
la recompensa prometida. Estaba que se suba por las
paredes porque no poda soportar desprenderse de
ninguna de sus riquezas. Rabioso y enfadado, el muy rcano
se invent una artimaa para darles lo menos posible.

Est bien! La recompensa es todo el dinero que una


persona sea capaz de cargar sobre su espalda, ni una
moneda ms, ni una moneda menos Entendido?
El campesino, sonriendo, le respondi:
S, seor! As ser.
El rey pensaba que como mucho se llevaran un pequeo
saco, pero no contaba con el amigo fortachn, que dio un
paso adelante y se puso sobre el lomo varios sacos, unos
sobre otros, llenos de miles de monedas del tesoro real.
Felices, los tres muchachos salieron del palacio con dinero
suficiente para el resto de sus vidas, y atrs qued el
codicioso monarca tirndose de los pelos por haber perdido
la apuesta.

El mono y el tiburn

Adaptacin del cuento popular de Colombia

rase una vez un mono que viva junto a la costa. Tena la


suerte de que, desde su rbol favorito, poda admirar la
belleza del inmenso mar Cunto disfrutaba contemplando
el fuerte oleaje en invierno y las calmadas aguas en los
meses de verano!
El rbol en cuestin era un manzano. En l pasaba la mayor
parte del da, escalando por la copa para mantenerse en
forma y mordisqueando una tras otra las ricas manzanas
que tena a su alcance.
Desde la orilla, un tiburn sola observarle con envidia
porque l no poda llegar hasta la fruta madura que penda
de las ramas. Un da, le grit con todas sus fuerzas:
Eh, amigo mono! Podras regalarme una de esas
manzanas? Nunca he comido ninguna y tienen una pinta
muy apetitosa!
El mono, que era generoso y tena fruta de sobra, lanz con
acierto una grande, roja y brillante, a las fauces del tiburn.
El enorme pez la engull y se llev una grata sorpresa.

Oh, esto sabe a gloria! Est buensima! Muchas gracias!


A partir de entonces, empez a acudir puntualmente a la
orilla para comer la manzana que, muy amablemente, le
regalaba el mono. Enseguida se cre una complicidad entre
ellos que hizo que se convirtieran en muy buenos amigos.
Despus de un tiempo, en una de sus conversaciones
diarias, el tiburn le hizo una interesante propuesta.
Amigo mono, todos los das acudo a tu encuentro porque
me gusta tu compaa y charlar un rato contigo. Yo ya
conozco el hermoso lugar en el que vives. Creo que ha
llegado el momento de que t conozcas mi hbitat y
descubras lo maravilloso que es el mar.
El mono se asust.
Uy, no, no, amigo mo! Me has visto bien? Soy un mono!
No tengo aletas ni cola de pez para poder nadar Si pisara el
agua, me ahogara al instante!
Negando con la cabeza, el tiburn le tranquiliz.
No te preocupes por eso! Yo puedo llevarte en mi lomo.
Te encantar el mundo de coral que hay en el fondo del mar
Te aseguro que es tan bello como el pedacito de bosque en
el que vives!

El mono mascull rascndose la barbilla con nerviosismo.


Es que No s qu hacer
Anmate! Podrs ver enormes ballenas, pero tambin
pequeos y delicados caballitos de mar Es un espectculo
que no te puedes perder!
Ya sabis que la curiosidad es muy propia de los monos, as
que no pudo resistir ms y acept la invitacin. Afin la
puntera y salt gilmente sobre el lomo del tiburn.
Sentado a horcajadas como si fuera montado a caballo,
comenz a navegar dejndose acariciar por la brisa marina.
Todo era increble! Le pareca estar en otro mundo, un
mundo azul donde haba especies de algas rarsimas, peces
multicolores jugando entre la espuma Y cmo ola a sal!
De repente, de las profundidades, lleg una voz.
Atencin a todos! El rey de los tiburones est muy
enfermo! Hace falta que alguien traiga urgentemente un
hgado de mono para fabricar la nica medicina que podr
salvarle! Ayuda! Ayuda!
El tiburn fren en seco y mir fijamente al mono. Era su
amigo, pero claro Al fin y al cabo l era un tiburn y su
instinto depredador aflor al instante. El macaco, al ver

cmo la cara de su colega se volva tensa y amenazante, se


oli la tostada y busc la manera de zafarse del peligro.
Amigo tiburn, siento mucho que vuestro rey est tan
enfermo. Sabes que estoy deseando entregarte mi hgado,
pero lo dej en el manzano para que no se daara con el
agua. Acrcame a la orilla y con mucho gusto te lo dar.
El tiburn se trag la patraa.
Est bien Mejor as, porque si no me vera obligado a
arrancrtelo de cualquier manera!
El tiburn regres con tanta rapidez a la orilla que el
asustado mono tuvo que agarrarse a la aleta con mucha
fuerza. Cuando por fin puso las patas en la arena estaba
medio mareado, pero ech a correr como un blido de
competicin. Al llegar a su rbol, trep y trep por l hasta
sentirse completamente seguro.
Desde el agua, el tiburn, alucinado, le recrimin.
Eh, t! Vuelve! Necesito que me ayudes!
El mono, todava con el corazn en un puo por el sofocn,
le contest a gritos.

Ests loco? De verdad me creste cuando te dije que te


iba a dar mi hgado? Eso ni lo suees!
El tiburn se qued sin palabras. Se dio cuenta de que no
haba podido evitar comportarse como un tiburn, pero
tambin que el mono era un mono y haba actuado segn su
naturaleza. Cada especie es como es y el instinto animal de
cada uno es algo contra lo que no se puede luchar.
Cada cual volvi a su entorno natural: el mono sigui
viviendo feliz en su rbol atiborrndose de manzanas, y el
tiburn se sumergi, como siempre, en las profundas aguas
del mar.

La casa del Sol y la Luna

Adaptacin de una antigua leyenda de frica

Cuenta la leyenda que hace miles de aos el Sol y la Luna se


llevaban tan bien, que un da tomaron la decisin de vivir
juntos. Construyeron una casa espaciosa, bonita y muy
cmoda, e iniciaron una tranquila vida en comn.
Un da, el Sol le coment a la Luna:
Haba pensado invitar a nuestro amigo el Ocano. Nos
conocemos desde el principio de los tiempos y me gustara
que viniera a visitarnos Qu opinas?
Es una idea fantstica! As podr conocer nuestra casa y
pasar una tarde con nosotros.

Al Sol le falt tiempo para ir en busca de su querido y


admirado colega, con quien tantas cosas haba compartido
durante miles de aos.
Hola! He venido a verte porque la Luna y yo queremos
invitarte a nuestra casa.
Oh, muchas gracias, amigo Sol! Te lo agradezco de
corazn, pero me temo que eso no va a ser posible.
No? Acaso no te apetece pasar un rato en buena
compaa? Adems, estoy seguro de que nuestra nueva
casa te encantar Si vieras lo bonita que ha quedado!
No, descuida, no es eso. El problema es mi tamao Te has
fijado bien? Soy tan grande que no quepo en ningn sitio.
No te preocupes! Dentro est todo unido porque no hay
paredes, as que cabes perfectamente Ven, por favor, que
nos hace mucha ilusin!
Bueno, est bien Maana a primera hora me paso a
veros.
Estupendo! Contamos contigo despus del amanecer.
Al da siguiente, el Ocano se present a la hora acordada
en casa de sus buenos amigos. La verdad es que desde fuera

la casa pareca realmente grande, pero aun as, le daba


apuro entrar. Tmidamente llam a la puerta y el Sol y la
Luna salieron a recibirle. Ella, con una sonrisa de oreja a
oreja, se adelant unos pasos.
Bienvenido a nuestro hogar! Entra, no te quedes ah
fuera.
Abrieron la puerta de par en par y el Ocano comenz a
invadir el recibidor. En pocos segundos, haba inundado la
mitad de la casa. El Sol y la Luna tuvieron que elevarse hacia
lo alto, pues el agua les alcanz a la altura de la cintura.
Me parece que no voy a caber! Ser mejor que d media
vuelta y me vaya, chicos.
Pero la Luna insisti en que poda hacerlo.
Ni se te ocurra, hay sitio suficiente! Pasa, pasa!
El Ocano sigui fluyendo y fluyendo hacia adentro. La casa
era gigantesca, pero el Ocano lo era mucho ms. En poco
tiempo, el agua comenz a salir por puertas y ventanas, al
tiempo que alcanzaba la claraboya del tejado. Sus amigos
siguieron ascendiendo a medida que el agua lo cubra todo.
El Ocano se sinti bastante avergonzado.

Os advert que mi tamao es descomunal Queris que


siga pasando?
El Sol y la Luna siempre cumplan su palabra: le haban
invitado y ahora no iban a echarse atrs.
Claro, amigo! Entra sin miedo.
El Ocano, por fin, pas por completo. La casa se llen de
tanta agua, que el Sol y la Luna se vieron obligados a subir
todava ms para no ahogarse. Sin darse apenas cuenta,
llegaron hasta cielo.
La casa fue engullida por el Ocano y no qued ni rastro de
ella. Desde el firmamento, gritaron a su buen amigo que le
regalaban el inmenso terreno que haba ocupado. Ellos, por
su parte, haban descubierto que el cielo era un lugar muy
interesante porque haba muchos planetas y estrellas con
quienes tenan bastantes cosas en comn. De mutuo
acuerdo, decidieron quedarse a vivir all arriba para
siempre.
Desde ese da, el Ocano ocupa una gran parte de nuestro
planeta y el Sol y la Luna lo vigilan todo desde el cielo.

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