Implicaciones Políticas en El Tragaluz de Buero Vallejo
Implicaciones Políticas en El Tragaluz de Buero Vallejo
Implicaciones Políticas en El Tragaluz de Buero Vallejo
Jos V. SAVAL
(Universitat de Valencia)
Se ha escrito mucho sobre El tragaluz pero muy pocas veces se ha realzado su
importante dimensin poltica, su deseo de denuncia de un rgimen injusto y que
desde la raiz de su instauracin haba de condenar a, por lo menos, dos generaciones
de espaoles. Algunos crticos como Martha T. Halsey' han visto la alargada sombra
de El tragaluz sobre la Espaa, entonces contempornea, pero en otros casos, el
aspecto de denuncia poltica se ha visto ocultado por otro tipo de proposiciones, como
es el caso de Ricardo Domnech en su artculo "El tragaluz, una tragedia de nuestro
tiempo", muy posiblemente por los mismos motivos que obligaron aBuero Vallejo a
recurrir a ciertas tcnicas de enmascaramiento para que su obra pudiera sortear los
escollos de la censura franquista. Ms certero en su anlisis resulta ser el estudio
introductorio escrito por Luis Iglesias Feijoo, en la edicin de la obra en la coleccin
Austral.^ No obstante, su trabajo considera qu la permanencia del texto se debe a sus
ricos aspectos estructurales considerando que los aspectos polticos han perdido
vigencia y que un estudio basado en los aspectos poltico-sociales no son suficientes
para mantener a El tragaluz como una obra fundamental en el panorama del teatro
espaol contemporneo. Sin embargo, El tragaluz, es una obra con un claro trasfondo
poltico, que al mismo tiempo resulta fcilmente decodificable para el espectador de la
poca en que este drama se estren. En cuanto a las lecciones que puede sacar el
espectador actual el elemento ms importante es la memoria y los aspectos
estructurales enmascaradores que hicieron a esta obra de difcil prohicin pfara la
^ "El tragaluz: a tragedy of contemporary Spain", Romantic Review, Vol. LXI, No.
4, 1972.
^ Luis Iglesias Feijoo, Editor en El tragaluz de Antonio Buero Vallejo, Ed. Espasa
Calpe, coleccin Austral, 1996.
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La luz y la oscuridad en el teatro de Buero Vallejo, ed. Ariel, 1977, pgs. 13-14.
Ricardo Domnech comenta la influencia de Brecht en esta obra realzando la
utilizacin de dos planos temporales en su artculo "El tragaluz, una tragedia de nuestro
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cien por cien europeista, la falta de libertad, la amarga existencia diaria, el ser humano
y sus limitaciones, le vincularn a las tendencias europeas del momento. Al mismo
tiempo, su sentido trgico le unir a algunos miembros de la generacin del '98 como
Valle-Incln o Unamuno y a otros exponentes clsicos del teatro espaol como Lope
de Vega y Caldern de la Barca.
El tragaluz se represent por primera vez el 7 de Octubre de 1967 despus de
cinco aos de silencio. Desde El concierto de San Ovidio, estrenada el 16 de
Noviembre de 1962, Buero Vallejo no haba preparado ninguna nueva obra para la
escena. Haba trabajado en un libreto para una opera. Mito, y pese a estar previsto el
estreno de La doble vida del Doctor Valmy, drama sobre la tortura, para la temporada
1963-64 ste no lleg a producirse por razones nada claras. Su primera funcin tuvo
que esperar hasta 1968 teniendo lugar en Chester, Inglaterra.
El tragaluz es en s un drama de tipo social, en la lnea de Historia de una escalera.
Hoy es fiesta y Las cartas boca abajo, que trata de la sociedad espaola de entonces
con toda su injusticia social y la prepotencia de los poderosos. El tragaluz es
presentado como un experimento ~ ya nos lo indica el subttulo, "Experimento en dos
partes" ~ utiliza dos narradores sin nombre. El y Ella, en un estilo casi selectivo de los
acontecimientos que van a ser expuestos. Estos personajes "seleccionan la materia que
se va a dramatizar, la distribuyen en un orden, y, en cierto modo, la valoran porque
seleccionan una parte entre otras".* Estos particulares narradores procedentes de un
tiempo futuro interpretan los dilogos y guan al espectador en su interpretacin, en s
ellos han elegido aquello que el espectador va a presenciar en la historia, pues tienen la
rara posibilidad tcnica de recuperar situaciones y pensamientos del pasado,
lgicamente cuando nos sitan en ese tiempo desaparecen del espacio representado al
cual no pertenecen. La tcnica empleada es en gran medida similar al montaje
cinematogrfico que conlleva, naturalmente, un proceso de seleccin del material
filmado previamente. Segn Romn Gubem, el montaje cinematogrfico constituye:
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El tiempo dramtico tambin tiene un papel relevante en esta obra. En este drama
se establecen relaciones entre el tiempo del narrador y el tiempo de los personajes, lo
cual no es habitual en el teatro. Coexisten dos tiempos, el de los narradores que
regresan por medio de un experimento al pasado para desmenuzarlo y el tiempo de la
historia. En este aspecto Buero Vallejo emplea una tcnica que siempre existi en la
novela, y posteriormente en el cine. Se opone pasado y presente, pudindose establecer
un tiempo del narrador y un tiempo de lo narrado, y aunque el pasado no sea
representable,'* nos referimos al mundo de los personajes, y no al mundo de los
narradores, el sonido del tren que irrumpe en la escena es un elemento del pasado que
ilustra el presente. Tambin cabe recordar que la referencia que pueda hacer el
espectador a la guerra civil y sus implicaciones histricas proyectadas sobre el presente
aporta una sutil relevancia al drama al que singulariza al ceu'garlo de una notable
dimensin poltica.
Acerca de la accin, recuperada en el tiempo por los narradores El y Ella, podemos
hablar de un orden temporal salteado siempre hacia adelante, desde el punto de inicio
del drama hacia su desenlacefnal.Esto se ve ilustrado con ciertos pensamientos de los
personajes, representados mediante el experimento de los narradores, por lo que
podemos hablar de sucesin, antes, despus, ms tarde..., progresiva, jams en
regresin a excepcin de los dilogos que evidentemente reviven el pasado. Los
narradores regresan al lugar de la ruptura, a la estacin de tren, al tiempo de la tragedia
latente durante aos.
Existen, a su vez, dos espacios coexistentes siempre en toda obra teatral, el espacio
escnico y el espacio diegtico. El espacio escnico captado por el espectador es un
tiempo doble, el de los narradores, el cual es tambin un tiempo diegtico porque
solamente sus ropas pueden informamos del mundo al cual pertenecen y al que ellos
citan de palabra, explican al espectador directamente y este asume que existe ese
tiempo futuro del cual proceden El y Ella; a su vez coexiste el tiempo de la narracin,
el tiempo del semistano, de la ofcina, del bar. El tiempo diegtico, el cual es referido,
descubierto, por las referencias de los personajes, debemos situarlo en el futuro,
tiempo de los narradores, al que nos hemos referido recientemente, y un tiempo en el
pasado el tiempo de la estacin de tren, lo que sucedi, marc a nuestros personajes y
provocar el terrible desenlace fmal. Acerca de su importancia poltica me he referido
anteriormente al realzar la presencia de los narradores que retoman a una poca que
merece ser analizada para que no vuelva a tener lugar. El aspecto de experimento por
parte de una sociedad futura realza las deficiencias del presente.
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En ese espacio evocado, espacio diegtico, existen dos personajes que no aparecen
en la escena, pero que son mencionados repetidas veces, son el escritor Eugenio
Beltrn al cual no se le editarn las obras por presiones del grupofinancieroque va a
absorber a la editorial, donde Vicente ostenta un cargo importante, y que podramos
asociar con ciertos aspectos autobiogrficos en vista de las dificultades que tuvo entre
las publicacin y sus respectivas representaciones de El concierto de San Ovidio y El
tragaluz. Se podra incluso considerar que Beltrn jams aparece en escena, como
tampoco lo suele hacer un autor teatral en sus obras, por lo menos no representndose
a s mismo, lo cual reforzara esta tesis, ms si tenemos en cuenta que muchos de sus
estrenos sufrieron de presiones desde el Ministerio de Cultura y amenazas de los
grupos de ultra-derecha, no resulta difcil eisociar a Huero Vallejo con el personaje de
Beltrn.
Otro personaje, y ste s de un gran peso especfico dentro de la obra y su
desarrollo, es la hermana menor, Elvirita, cuya muerte fie causada por el egosmo de
Vicente, y que caus el desespero y posteriormente la locura del padre que finalmente
vengara la accin criminal, quizs involuntaria e inconsciente, del hijo, pero punible al
fin y al cabo. Este personaje, fuera del tiempo y del espacio escnico, pesar
muchsimo en todo el desarrollo de la tragedia familiar. Tragedia, silenciada pero
jams olvidada por ninguno de los miembros de la familia, incluyendo a la madre, que
resulta el personaje ms considerado y comprensivo de todos y que apenas interviene
en el terrible drama familiar en su intento de congraciar a ambos bandos, como le
obliga en cierta manera su papel de madre.
Al mismo tiempo existen dos personajes en el espacio representado, y que sin
embargo carecen de voz. Estos son la esquinera y el camarero, ambos meramente
ilustrativos, diramos que decorativos. No obstante, y como ya he referido
anteriormente, la esquinera podra representar los pensamientos de Encama en su
incorrecta accin.
Todava podramos hablar de un espacio interior y otro exterior, y cuya nica
conexin es el tragaluz, desde donde se ven las personas pasar desde abajo, un mundo
que representar alfinalla esperanzafinalde Mario y Encama, "Quiz ellos algn da.
Encama...Ellos s, algn da...Ellos..."(pg. 312). Incluso podemos separar dos formas
de visin, el tren, referido slo por los personajes, el cual se mueve hacia adelante y es
una visin fugaz, en movimiento. Por el contrario desde el tragaluz la visin es esttica
y el movimiento se produce por parte de los elementos mirados, no por el observante.
Ese tragaluz est situado imaginariamente en la cuarta pared y su proyeccin a los ojos
del espectador se producir por efectos de luz, de este modo podemos sugerir que el
espectador cumple el rol de las personas que transitan por delante de esa pequea
ventana y que son observados por los personajes que siempre se preguntan acerca de
ellos y que alfinalsern su espereinza. El papel del espectador resulta muy importante
en esta obra porque ya desde un inicio, los narradores se dirigen a l y tambin son
mirados por los actores cuando estos se refieren al tragaluz. Existe una clara apelacin
a su conciencia.
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En resumidas cuentas, El tragaluz resulta ser una de las obras ms interesantes del
panorama teatral espaol de este siglo, adems de tener una gran dimensin poltica
que es presentada de una forma sutil. Las tcnicas empleadas, a medio camino entre la
vanguardia y el teatro clsico, nos permiten disfrutar de una obra que explora entre los
parmetros psquicos de una sociedad en crisis, especialmente de valores, una sociedad
bajo un sistema poltico desigual e injusto, al cual no hay ms opcin que adherirse.
Sin embargo, esta adhesin conlleva un cierto embrutecimiento del ser humano,
especialmente en el aspecto de su honradez y su honestidad. La otra opcin sera optar
por la marginacin, perder el tren, usando la metfora utilizada de Buero, y por lo
tanto, este es el bando de los que viven mirando el tragaluz, frente a cuyos ojos pasan
todas las dems personas que caminan por la calle. La adhesin y la abdicacin de los
valores inherentes a la naturaleza humana permite unirse al bando de los vencedores,
cuyo afn de triunfo es la coartada para pisar a los dems. En definitiva, Buero
Vallejo, en su actitud moralista, parte de parmetros psicolgicos comunes para optar
por un tono didctico y sutil. No es un teatro de lucha, como se ha comentado algunas
veces, pero es un teatro que lucha a su manera y que con ello es capaz de denunciar.
Quiz su postura sea menos incmoda, o menos rupturista y radical, pero ese
planteamineto puede resultar tan lcito como posturas ms radicales obteniendo
resultados, probablemente, mucho ms fructferos. El tragaluz resulta ser una dura
diatriba contra los que ostentan el poder llegando en su exploracin a socavar las
races del problema que se fundamenta en una situacin histrica real de la que todos
los espaoles somos, en mayor o menor medida, todava vctimas y culpables.
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