Vida Paranormal
Vida Paranormal
Vida Paranormal
PARANORMAL
Historias de Experiencias Reales
MAESTRO ROLLAND
Kabash
Coordinacin editorial:
Mirta Baldi
Colaboraron en esta obra:
Alma Pochell
Analiza Machuca
Gabriela Aristarn
Mara Bruzzone
Pilar Beloqui
Lyon Berniger
Agradecimientos
Rosario Dutto
Susana Macknight
Ana Paula Garrido
Manuel San Martn
Mayra Silva
Ana Noel Lema
EDITORIAL
Nefr
www.maestrorolland.com
Puede adquirir los libros del Maestro Rolland
comunicndose al 098 074 142
Querido lector:
10
CAPTULO 1
Mi Principio
11
12
21
Preguntaron:
Rolland?
S.
Haga el favor de acompaarnos su forma de hablar
los presentaba como policas.
El sastre les peda:
No lo lleven, l no receta nada. No da yuyos ni nada.
Es un buen muchacho, no lo lleven, l no hace ningn
mal...
Yo quera saber de qu se trataba. Qu haba en mi
contra. Pero los hombres no me hablaban.
Me llevaron a la residencia presidencial. Me guiaron
hasta un lugar donde en unos minutos apareci la seora
Eva Pern.
Rolland...
Haba olvidado a aquella mujer y lo que le augur en
un momento. Tantas fotos de ella por todas partes! Yo la
miraba y a veces me daba la sensacin de conocerla de
algn lugar. Pero nunca haba dado importancia a eso.
La mujer ms importante de Argentina... Soy yo!
Deca riendo.
S, seora le contest sin comprender todava.
No se acuerda que usted me dijo eso?
Ah!... Recin en ese instante entend quin era Eva
Pern. O mejor dicho, quin era aquella mujer a la que le
haba mirado su mano en el Caf...
26
CAPTULO 2
A travs
de la Kabalah
Oh, Kabalah!
Slo tu luz pura y profunda
a travs de tus senderos de perfeccin,
puede guiar mi nave
por el ro de la vida.
27
28
El Mdico Kabalista
Esta es una vivencia de hace muchos aos, pero que
sin embargo conservo muy fresca dentro de m, como
aquellos recuerdos ms hermosos de la vida.
Un mdico judo que estaba radicado en Buenos Aires,
haba venido para consultarme sobre su vida profesional.
Siento que la medicina es mi vocacin. Creo que soy
un buen mdico y siempre tengo el deseo ferviente de
ayudar al paciente y mejorarlo. Pero adems tengo una
ciencia que aprend y que debo respetar...
Qued intrigado respecto a esa ciencia.
Me dijo que haba aprendido con un Maestro, palabras
mgicas. Tambin daba remedios, pero segn l sus
recetas tenan un efecto muy especial.
Como soy un hombre mstico, sent que el mdico era
honesto y cre en lo que me hablaba.
Justo ese da yo haba tenido una cada y le pregunt
si me podra aliviar el gran dolor que tena en una
pierna.
Rolland, usted ya sabe muchas cosas de mi pasado,
buenas y malas. No es la imagen que un mdico necesita
para curar... Pero vamos a hacer una experiencia.
Me puso la mano sobre la rodilla y me hizo repetir con
l una palabra que no entend. Despus de unos minutos
sent un gran alivio.
Al despedirnos quise saber en qu consista ese tipo
de palabras. Me dijo que era un judo kabalista, amante
29
El Ramo de Flores
Una vez le envi flores a una chica en el da de su
cumpleaos. Despus de haber recibido el ramo, lejos de
agradecerme, me recibi con el rostro contrado. Pareca
decirme: Lindo regalo me hiciste!
No comprend qu haba pasado. Yo pensaba: Le
regal flores, las que adornan la tierra. No dan frutos pero
30
32
Camino a la Luz
Era un da de primavera, el sol estaba cayendo y yo
caminaba por el barrio de Once, en Buenos Aires. Me
diriga a visitar un Maestro de Kabalah, que haba llegado
de Filadelfia y pensaba quedarse durante un ao. Aunque
su estada dependa en parte del apoyo que recibiera de
sus discpulos.
Cuando entr en su escritorio ya estaba all, de pie.
Era alto y jorobado. Sus ojos negros y penetrantes. Su
cabello gris, muy corto, con profundas entradas sobre sus
sienes. En su rostro plido, al igual que sus manos, se
destacaba una nariz semtica haciendo honor a la tribu
de Abraham. Tendra unos sesenta aos.
Con una sonrisa gentil reciba mi saludo de discpulo.
Para m era un honor pertenecer a sus clases.
A qu se debe tu visita a esta hora? me pregunt
en idish.
Maestro, estoy pasando por una etapa difcil en mi
vida. Usted me ense el Sefer Ietzir, el Libro de la
Creacin. No slo aprend conceptos sino que aprend
a volar y a ser parte de la Creacin.
Al entrar en el trance mstico, camin por un tnel
oscuro hacia una luz que estaba al final.
Camin y camin, sin poder llegar a la luz. Sin embargo
al andar sent una gran paz, sabiendo que no era an el
momento de alcanzarla. Tambin escuch su voz
dicindome: Cuando ests listo, llegars a la luz.
33
Cristo en Varsovia
Era un sbado de noviembre de 1955. Estaba
oscureciendo en la ciudad de Buenos Aires y me diriga a
la casa del Maestro de la Logia Kabalista.
Cruzaba rpidamente Corrientes y Canning. Me
hallaba cerca por fin de la calle Vera.
34
36
Lea!... Mi Lea
Lea era una seora muy amiga de mi madre. Siempre
se visitaban. Su marido era un vendedor ambulante.
Llevaba ropa y venda en el interior. Iba por las estancias
y chacras, recorriendo no s si con un carro o caminando
y entrando casa por casa a ofrecer.
Una vez pasaron muchos das y no volvi. Lea lloraba,
vena a hablar con mi madre y ella la consolaba:
39
La Loca de Palermo
Paseando por Palermo, en Buenos Aires, me encontr
con una seora que llevaba una cantidad de paquetes y
bolsos, todos atados con hilos. Era una mujer que tena
una fortuna de cosas a su alrededor, pero para nosotros
eran slo trapos. Para transportarla con todo eso, se
hubiese necesitado un camin.
Era gorda, con vellos en la cara y su mirada estaba
fija, como la mirada de un psicpata. Cuando la vi, me
invadi un sentimiento de lstima, de vaco, de depresin,
ante ese cuadro de abandono. Su cara y sus manos casi
negras, muy sucias y siempre estaba sentada encima de
sus bultos.
44
Ac es.
Ac en la plaza?
S, ac mismo.
Pens: el loco soy yo. Haber mudado hasta Liniers a
una psictica, a la Loca de Palermo como despus supe
que la apodaban. Haberla hecho caminar toda la noche,
slo para cambiar de plaza. Estaba extenuado por haber
manejado tantas horas. El cansancio me invadi.
Esa misma noche, agotado como estaba, no pude
dormir. Constantemente escuchaba los pasos de ella atrs
de m. Dios mo! nicamente yo entro en conversacin
con enfermos mentales, con locos.
Eran las cinco y media de la maana, abr un poco la
ventana para tomar aire y an segua sintiendo el ruido
de la marcha de la mujer: plom, plom, plom... Vea su
cara manchada, el pelo sobre su frente casi negra por la
suciedad.
Esa pesadilla me sigui las noches siguientes. Me
despertaba en la madrugada y no me poda volver a
dormir.
Al final, decid ir a verla.
S, ira hasta Liniers a hablar con ella porque si no iba
a enloquecer. Haban pasado tres noches desvelado y
senta que mi cabeza iba a explotar.
Y all estaba. Sentada, como siempre, sobre todos sus
bultos. Trataba de taparlos con sus anchas polleras. Me
ofreci la mano, cre que me saludaba, pero no: me peda
cincuenta centavos. Qu memoria tuvo! Trat de
acomodarme sobre uno de los bultos.
48
Y la de mis hijos.
Y dnde estn ahora su marido y sus hijos.
Mi casa se incendi... ellos murieron quemados.
Suspir con dolor. Pude salvar sus ropas, pero no a
ellos. Esto es lo que qued de mi familia...
Entonces comprend por qu senta que sus pasos me
perseguan. Era un Destino conocerla...
Cmo se llamaba su marido? Dgame su nombre.
No. Usted no conoce a los Rabinos, no sabe
quines son.
Pero, por favor, dgame el nombre de l.
Se puso a llorar. Con las mangas del vestido secaba
sus lgrimas. Y no me quera decir el nombre.
Por favor seora! me impacient. Cmo se
llamaba su marido? Supe de un caso en Avellaneda, en
que una casa se quem. Adentro estaban el Rabino y sus
dos hijos. Todos murieron en el incendio y, cuando su
mujer lleg, se encontr con esa tragedia.
Usted se enter de eso?
Me acuerdo de ese hecho porque sucedi bastante
cerca de donde yo viva. El Rabino se llamaba Guershom.
Se lo conoca por Guershom Iom Tov. Le decan el de
la buena suerte, porque su nombre traducido quiere
decir da feliz...
Alguna vez hasta llegu a verlo caminando por la calle
con sus hijos y con una mujer muy hermosa.
Aquella mujer era la misma que estaba frente a m.
Qu situacin! Qu paradoja!
50
52
CAPTULO 3
Ms All
53
54
La Toga
Fue en 1995, en el mes de Setiembre, algunos das
despus de mi aniversario.
Estaba solo en nuestro Centro, eran casi las once de la
noche y encontr sobre una silla, una toga (23).
No tena iniciales, nombre ni nada que identificara a
quin perteneca. El nico detalle particular era un pjaro
bordado en la manga.
La guard en uno de los cajones de mi escritorio.
Fueron pasando los das y me olvid de ella.
Despus de algunos meses, un da tuve que buscar
una carta que no apareca por ningn lado. Abr cada
uno de los cajones del escritorio para revisar y me extra
que la toga ya no estuviera all.
Pregunt a las personas que podan haberla sacado
de ese lugar, pero nadie saba nada al respecto. Pens
que algn da aparecera y tambin su dueo, pero no le
di mayor importancia al hecho.
Alrededor de un mes habra transcurrido cuando un
sbado en que me diriga a la Pirmide Nefr (24), el motor
de mi auto empez a hervir por problemas en el radiador.
Decid parar y pedir agua en una casa cercana a la ruta.
Cuando llegu y me anunci golpeando las manos,
sali un nio dicindome que su madre estaba ocupada,
pero que si la esperaba, en un momento vendra a
atenderme.
55
El Cuadro...
Esta es una historia totalmente inexplicable que viv
en Buenos Aires, en el ao 1956 o 1957.
Conoc un pintor descendiente de sirio-libaneses. Una
vez me cont una vivencia muy especial. Me habl sobre
un cuadro que haba pintado de una mujer que pos
desnuda frente a l. Luego ella muri en un accidente.
Un da l empez a observar que el cuerpo pintado
en la tela, cambiaba de posicin.
Recuerdo que yo le deca:
Mir Turquito, como lo llambamos entre amigos,
ests delirando. Un cuerpo pintado no se puede mover.
Tal vez vos te enamoraste de ese cuerpo y le quisiste dar
vida y hasta movimiento. A veces el hombre no se
enamora del alma, sino de la belleza que la reviste.
Posiblemente a vos que siempre buscs la belleza, te haya
atrapado ese cuerpo. Pensalo...
No Rolland, no es lo que crees. Por qu no vens al
atelier, ves mis cuadros y ya conocs a Elena?
Fui. All estaba la pintura de Elena. La armona de su
cuerpo transmita una belleza especial. Pareca seducir a
travs del leo.
Ahora Rolland, viste la posicin de las piernas? Te
fijaste cmo tiene la cabeza? Miraste sus ojos?
S.
No te puedo pedir que te sientes a esperar un
movimiento, pero volv dentro de unos das y vas a
comprobar que la pintura se mueve.
57
58
La Cajita de Mimbre
Aquella seora no se decida a hablar de su problema,
hasta que en un momento me pregunt:
Usted cree en cosas... parapsicolgicas?
Su miedo era que yo la tomase por loca. Mi respuesta
afirmativa le dio valor para continuar.
Mire Maestro, yo s que en mi casa hay un espritu.
Es posible, eso pasa en muchas casas.
Pero en la ma hay uno especial. Creo que es un
hombre y que vivi en esa casa. Siento que conoce todos
los rincones. Mueve las cosas. Yo las dejo en un lugar y
aparecen en otro.
Hablaba con mucha seguridad, como tambin podra
hacerlo alguien que relata un delirio, pero sent que haba
verdad en su historia. Le ped que volviera en tres das y
me dejara meditar en su caso.
Antes de irse me dijo:
Maestro, le voy a dejar algo y usted lo va a comprobar.
Me dio una cajita de mimbre.
La vengo a buscar en tres das.
Como le rest importancia a la caja, no me sorprendi
no encontrarla cuando quise devolvrsela. Pregunt a los
que podan haber tenido acceso a ella, pero nada saban.
Le ped que volviera al da siguiente y le ped a la
secretaria que buscara la cajita.
Al otro da me dijo que no pudo encontrarla.
No puede ser, en algn lugar tiene que estar.
59
La Imagen de mi Ka
Me visit una seora en San Pablo. Not que suba la
escalera con dificultad.
Ella me cont que haba estado parapljica durante
diez aos, en silla de ruedas, encerrada en su casa. Los
mdicos decan que haba sido un problema de
hipertensin, pero era un caso tpico de parlisis histrica.
Personas que quieren llamar la atencin, ser el centro, ser
vctimas.
Aunque comprend el origen de su problema, no se
lo dije. No quise herirla sin necesidad o hacer que se
sintiera ms desgraciada.
Ella me habl sobre sus aos de enfermedad. Largos
das, uno igual al otro, con sol o con luna, con luz o con
63
El Otro Amor
Creo que Dios siempre me ha ayudado para poder
acompaar a las personas por las que he sentido afecto y
cario, en su ltimo momento. A travs de los aos nunca
falt a esa cita o mejor dicho a la ltima cita.
En cierta oportunidad asist al velatorio de un hombre
muy importante y al que yo apreciaba especialmente.
Como es mi costumbre me sent cerca del atad,
tratando de meditar por el alma de quien va camino al
Ms All.
Meditando escuch una voz que despus de la
sorpresa reconoc como la del difunto.
Querido Rolland, qu bueno que ests aqu.
Aydame! Tengo miedo... No s adnde ir... Me siento
tan impotente. Quisiera haber podido arreglar mejor todo
lo que aqu dejo. Todo por lo que luch y me sacrifiqu.
Nada puedo llevar conmigo... Me siento muy desgraciado
en este momento. Qu ser de mi esposa? Y de la otra
mujer a quien amo? Qu ser de mis hijos?... Ay,
Rolland... Aydame!
75
La Cena Mgica
Me haba enterado de que en la calle Corrientes, en
Buenos Aires, haba un caf concert en el que actuaba
una orquesta de seoritas y tambin esa noche un mago
hara un gran espectculo.
Todo lo que se tratara de magia me apasionaba. As
que invit a una amiga, reserv una mesa y fuimos.
Cuando llegamos estaba actuando el mago. Tena un
turbante en la cabeza con una piedra que pareca una
esmeralda.
Su magia era buena y peda siempre voluntarios del
pblico para intervenir en las experiencias.
Yo tena el brazo cansado de levantarlo y no me
llamaba.
76
80
La Visin
Maestro, para qu sirve sentir las cosas, tener
videncia? Yo no s si creo en todo eso.
Quien hablaba era una seora que haca un tiempo
concurra a nuestro Centro.
Usted por qu viene aqu?
Vengo porque me gusta la gente que est ac. Pero
no s si yo tengo que desarrollar la sensibilidad como
usted ensea. Para qu sirve?
Sucedi entonces algo muy interesante. Esta mujer
tuvo que recibir una clase, algo que le enseara mucho
sobre la mstica y la sensibilidad.
Su familia deba una suma importante de dinero. Su
padre pidi un prstamo a un amigo.
El da en que cancela la deuda, el amigo no tiene
ningn recibo para entregarle.
Antonio, me tomaste por sorpresa... se disculpa.
No tengo recibo para darte por esta cantidad.
No vamos a andar con recibos entre nosotros!
S, pero somos humanos... sentencia el amigo.
Y a los pocos das, ese hombre muere de un ataque
cardaco.
Pasan los meses y los herederos reclaman la deuda.
Antonio la pag pero no haba recibo y el acreedor estaba
muerto. Cmo demostraba que la deuda estaba
cancelada?
81
La Mano de la Momia
En Setiembre de 1952, cuando baj del avin en El
Cairo, sent una gran alegra porque mis amigos Michel y
Margot me estaban esperando. Al subir al viejo Renault,
l me mir con firmeza y me dijo:
Cumpliremos nuestro compromiso, no es as,
Maestro?
S. Nunca rompo un compromiso le contest.
Querrn saber de qu se trataba el pacto.
Dos aos antes, en una excursin a Karnak, conoc a
esta maravillosa pareja. Michel tena unos sesenta aos de
edad y Margot unos cuarenta y siete o cuarenta y ocho. No
tenan hijos. Haca muchos aos que haban venido de
89
111
112
CAPTULO 4
Sueos
Cuando dormimos
nuestra alma se mantiene despierta.
Observa todo lo que encuentra
a nuestro alrededor
y nos transmite a travs de smbolos.
113
114
115
119
Aprendiendo en Sueos
A travs de los sueos siempre he buscado mensajes
y muchas veces encontr en ellos grandes verdades que
de otra forma no podra haber conocido.
Despus que mi padre muri, yo siempre quera soar
con l y poder verlo, aunque slo fuera en sueos.
Mi padre era introvertido. Pocas veces se acercaba para
hablar conmigo. No quera ser el tutor del arbolito que yo
era. Pensaba que los arbolitos tienen que soportar
tormentas, vientos y que el da de maana tendrn que
ser fuertes y no necesitar de tutores.
Yo sufra las tormentas y muchas casi me arrancaban
de raz. Pero mi padre era un Maestro y haba siempre
una vigilancia. En cada tormenta me observaba.
Un da tuve un sueo muy especial. Yo saba que
estaba soando y a la vez quera seguir soando.
Mi padre me deca que me sentara arriba de la mesa.
Eso me llamaba la atencin, pero me senta muy libre al
hacerlo. Yo me vea muy grande y la mesa me quedaba
chica.
Como era su costumbre, l hojeaba unos libros.
Estoy buscando algo para ayudarte en tus
enfermedades.
Yo no saba de qu se trataba pero estaba seguro de
que el tema iba a interesarme.
No. Aqu no encuentro nada... pero tengo que
recordarlo... segua dicindome.
120
La Pesadilla
Un hombre me consulta sobre cmo podra disolver
la sociedad con su hermano, sin herirlo.
Le pregunt cul era el motivo de esa decisin y lo
que menos esperaba escuchar fue la respuesta que
me dio.
Maestro, usted dir que estoy loco, pero tuve un sueo
horrible, una gran pesadilla. So que mataba a mi
hermano. Y todo el problema era de plata. Yo no quiero
que eso pase jams. As que estoy decidido a separarme
de l en todos nuestros negocios.
Todos nuestros bienes estn unidos. Hay una sucesin
que no est hecha. Lo que dej nuestro padre soando
que siempre sus hijos continen juntos. Tenemos una
hermana soltera que depende de nosotros. De la estancia
le pasamos su parte. Pero dgame Maestro, cmo puedo
hacer esa separacin lo ms pronto posible y sin que mi
hermano se quede mal conmigo. A l no puedo explicarle
el sueo que tuve.
Pero usted tiene que pensar que eso fue un sueo y
nada ms.
122
Ms que un Sueo
Una mujer me cont que haba tenido un sueo muy
especial.
Nunca se lo cont a nadie, pero siento la necesidad
de decrselo a usted.
Tuve una gran amiga que muri hace pocos aos y
ella apareci en mis sueos.
He venido a pedirte un gran favor: quisiera aunque
fuera slo por un tiempo, que t permitieras que mi alma
entre en tu cuerpo. As podra estar cerca de mi madre,
de mi marido y de mis hijos.
Al principio me cost entender lo que me peda.
Cuando reaccin le dije:
Carla, tu marido ya te ha olvidado. Se cas con
otra...
S ya lo s, pero igual necesito estar junto a ellos,
siempre que t accedas.
124
127
Iluminacin
En el ao 1986 lleg una seora a consultarme sobre
un sueo muy extrao que se le haba repetido muchas
veces.
Era mdica ginecloga, tendra unos treinta y cinco
aos.
Soaba que caminaba entre columnas, con un collar
muy raro en sus manos. No vea a nadie, slo un gato
que se esconda detrs de una de las columnas.
Ella quera una interpretacin.
Vamos a hacer una prctica de luz, de iluminacin y
estoy seguro que a travs de ella usted tendr la respuesta
que est buscando.
Nos sentamos uno frente al otro, nuestras manos
unidas y una vela encendida. Nos concentramos en
Hash Vura y en un momento ella apret con fuerza mis
manos y tir la cabeza hacia atrs. Estaba en pleno trance.
Al principio balbuce unas palabras sin sentido y luego
empez a relatar una situacin como si la estuviera viendo
en una pelcula, con lujo de detalles.
Estoy caminando hacia el Templo de Hator (30). Ahora
me quito las sandalias para entrar... En mis manos llevo el
collar de menyet (31), como es mi tradicin. Me lo hizo la
sacerdotisa Timenk. All est ella. Me espera con los brazos
abiertos. Me dice: Ven Shulemeth, hermana ma. Vamos a
entregar nuestras ofrendas y pon tu menyet a los pies de
nuestra gran diosa Hator...
En ese momento sali del trance.
128
Revelacin *
Esta historia real comienza una jornada de domingo,
en la Pirmide Nefr. La misma es visitada por muchas
personas que llegan buscando beneficiarse con su
fantstica energa.
Aquel da vi desde lejos a un seor que empujaba
una silla de ruedas, llevando una nia de unos diez o
doce aos. Cuando tuvo que entrar en la pirmide, como
ella no poda recibir la energa sentada sobre la silla de
metal, ese seor que result ser su padre, la carg en
brazos y la sent en su interior.
Al salir, me cont que haba recorrido varios pases
llevando su hija a Centros mdicos y tambin haba
recurrido a distintos caminos espirituales, buscando una
solucin a su problema. Me dijo que era viajante y al volver
de una de sus giras, encontr a su hija parapljica, sin
que hubiera ninguna explicacin lgica para que eso
sucediera.
* ltimas Noticias. 4 de Junio de 1999.
129
133
134
CAPTULO 5
Regresar
135
136
137
dijo que no tena solucin, que era una persona que deca
cosas raras. Que no se le entenda lo que hablaba. Que
estaba loco, bien loco...
Me acerqu a l. Estaba sedado. Abri los ojos, me
mir pero no me reconoci.
Por qu no habla ese idioma tan lindo y me recita
esas hermosas poesas? le ped.
Yo saba que eran los Lieder de Heinrich Heine.
Qu hermosos! Cunto los estudi en mi juventud!
Cuando l los recitaba durante su trance, yo los poda
reconocer.
Un da domingo, le traje unas frutas. Durante la visita
le ped que entrara dentro de s mismo. Me comprendi y
otra vez comenz a recitar los Lieder y otros escritos de
Heine, en alemn.
Nunca me convenci su locura...
Algo totalmente paranormal haba en ese viejo. Un
espritu que hablaba en otro idioma. Mucho medit sobre
l, sobre aquel Cristo entrerriano.
Recordar... *
Hace varios aos tuve el placer de conocer a un
excelente Psiquiatra brasileo: Ignacio Ferreira. l escribi
un Tratado sobre Nuevos Rumbos en Psiquiatra y
habl de la reencarnacin y la influencia de situaciones
* ltimas Noticias. 3 de Marzo del 2000.
139
143
144
CAPTULO 6
Mensajes
de las Estrellas
145
146
Pirmides y extraterrestres
147
Ofir...
Los antiguos egipcios hablaban de una estrella llamada
Ofir. Actualmente la conocemos como Saturno.
Decan que estaba habitada por seres escarabajo,
quienes en las primeras pocas de su civilizacin, haban
visitado las tierras de Kem, para ensearles diez grandes
sabiduras. Aquellos escarabajos medan alrededor de
2,20 metros, eran bastante ms altos que el ser humano y
tenan un peso aproximado de ciento veinte kilos. Su
cerebro estaba mucho ms desarrollado que el del
hombre, su fuerza era increblemente superior y podan
vivir sin comer. Pero, segn la interpretacin de los
antiguos habitantes del Kem, tenan una gran carencia: el
amor. Esos seres con un desarrollo mental tan superior al
humano, no lloraban ni rean, no se apasionaban, no
sufran, no odiaban, no amaban...
A travs de todo lo que he investigado y tratado de
comunicarme con quienes pertenecen a Ofir, he
151
La Voz
Fue el verano pasado en Buenos Aires. Una noche
insoportable, de cuarenta y dos grados de temperatura.
Nadie resista la pesadez y el cansancio de ese clima. Yo
estaba mal, acostado, me senta sin fuerzas, agotado.
Miraba televisin, pero lleg un momento que ninguno
de los setenta canales me inspiraba ms a ver o a escuchar.
156
157
166
La Piedra
Un da al atardecer sal a dar una vuelta por el parque
cercano a la Pirmide. A una distancia de unos setenta
metros distingu una persona que caminaba en forma muy
rara. Su vestimenta se asemejaba a la de un buzo. Cuando
intent acercarme, un sonido muy intenso me aturdi y
ese extrao ser desapareci.
Al otro da sal a la misma hora e increblemente volv
a encontrarlo. Esta vez no hubo ningn sonido agudo.
Por el contrario, sent un susurro y un mensaje
indescifrable con las palabras Sogitn. Mdionox. Xaper.
Supe despus, que ese ser se llamaba Sogitn y que vena
de un planeta al que nombraba como Mdionox Xaper.
Nos hicimos amigos y nuestra amistad se prolong por
un largo tiempo.
Me trajo una piedra de su planeta y me explic que
siempre que lo necesite, toque esa piedra y lo llame. Yo
le di un par de agujas egipcias que se usaban para ayudar.
Nunca pude ver su rostro, fue como si siempre
estuviera de espaldas...
167
168
CAPTULO 7
Fuerzas Negativas
169
170
La Casa Embrujada
La observ. Se haba quitado el abrigo y sentado frente
a m. Usaba un vestido muy discreto. Era una mujer de
cabellos grises, tendra alrededor de sesenta aos. Deba
haber sido muy bonita cuando joven. Conservaba un
cuerpo cuidado y su rostro era de facciones delicadas,
aunque bastante castigado por el tiempo.
Usted es un santo por atenderme a esta hora.
Cul es su problema seora?
Ella estaba muy nerviosa y secaba constantemente las
palmas de sus manos con un pauelo.
No s por dnde empezar Maestro. Tendr que ir al
principio, aunque voy a robarle mucho de su tiempo.
No importa eso. Seguramente su problema ha de
merecerlo.
Usted cree en casas embrujadas?
S. Creo que existen.
En ese momento record a muchas personas que me
aseguraron que sus casas estaban embrujadas y sin
embargo todo era producto de su imaginacin. De su
mana persecutoria, de sus miedos o supersticiones. Casas
en las que faltaba lo principal: el amor. Entonces
empezaban a ser rechazadas y hasta odiadas. Pero saba
tambin que existan los que realmente haban sido
vctimas de la maldad y la brujera.
A pesar de saberlo, en aquel momento escuchaba de
una forma muy analtica y hasta escptica.
171
Desgracias Provocadas
Una de las ms grandes tragedias que yo he visto, era
la vida de aquella seora. Con un poco ms de cuarenta
aos me contaba que desde haca un ao y medio su hija
se haba ido a Brasil y nunca tuvo una sola noticia de
ella. Haca dos meses haba muerto su marido y al mes
muere su hijo. Tambin su padre haba muerto poco
182
Trgico Final
Esta es una triste historia que lleg a m cuando ya era
muy tarde para ayudar.
La seora me cont que su matrimonio era feliz, su
marido un hombre maravilloso. Dorman tomados de las
manos.
Cuando estbamos en la cama, nuestras manos
siempre se unan.
Pero un da todo haba cambiado...
l lleg de nochecita y empez a vomitar, se senta
muy mal. Al da siguiente se levant muy temprano y se
fue. A partir de ah, todo fue un calvario. Llegaba hasta la
puerta de casa y no entraba. Hay una pequea escalera.
Suba el primer escaln y no poda seguir...
Qu le impeda a ese hombre estar con su esposa,
con sus hijos, en su hogar?... Qu era lo que no lo dejaba
entrar?
Se quedaba parado en la puerta, llorando. No
consegua avanzar. Ella se acercaba y le peda: Entra,
entra. Pero sus pies no respondan.
Qu fenmeno quebr esa pareja y destruy ese
hogar? Una fuerza que no lo dej volver a entrar en su
propia casa y que lo llev hasta la muerte, ya que al poco
tiempo, ese hombre muri...
185
La Maldicin
Qu es una maldicin? Las maldiciones existen?
Sabemos lo que es una bendicin: el deseo de
felicidad hacia otro. Pero qu es una maldicin?
Para explicarlo, mi mente se remonta muchos aos atrs
cuando un hombre, un mdico de unos treinta y cinco
aos, lleg hasta m.
Entr al consultorio apoyado en un bastn. Buscaba
la cura a su enfermedad, pero al no tener diagnstico, no
haba lo que hacer. Sin diagnstico no se puede curar...
Eso es una gran verdad. Un mdico llamado Chiflett
me dijo:
La base de toda terapia es un buen diagnstico. A
veces la enfermedad no es curable hoy, pero quizs lo
sea dentro de diez aos.
As, ese hombre me pide que escuche su historia para
ver si era posible llegar a un diagnstico sobre su
enfermedad que no lo dejaba caminar.
Trat de imaginar lo que me contaba. Cada palabra
que sala de su boca era con sudor y esfuerzo.
Me cas hace diez aos. Tena unos veinticinco aos
cuando la conoc y sent que esa mujer era para m, que
iba a ser mi esposa. Y lo fue.
Ella me dijo que en su casa tenan costumbres muy
antiguas y que tendra que pedirle su mano a los padres.
Pero estamos en la Facultad de Medicina y en otra
poca! No es la de caballeros... le dije.
186
189
Vencer el Fro
Recuerdo una situacin en la ciudad de San Pablo.
Maestro, en mi casa estn ocurriendo cosas realmente
extraas. Comenz a contarme la seora.
A veces hay como algo pesado en el aire. Algo que
parece que nos va aplastando. Hay luces que se prenden
y apagan sin explicacin. A veces se escuchan pasos y
tanto yo como mis hijas, hemos visto sombras o bultos en
el vestbulo. Cuando eso sucede nuestro perro se
sobresalta y ladra mucho, como si tambin l sintiera una
presencia... Todo esto realmente me preocupa, por eso
he venido a buscar su orientacin.
Combin con ella para visitar su casa algunos das ms
tarde.
Me acompaaba uno de mis discpulos.
Recorrimos las habitaciones y not que en el living
suceda algo muy extrao: en una parte de la sala senta
fro intenso y como separada por una divisoria invisible,
en la otra parte la temperatura era normal.
Me llam mucho la atencin ya que nunca antes haba
vivido un fenmeno como ste. Fui a buscar a mi discpulo
que estaba en otro cuarto para comprobar si l tena la
misma sensacin. Para no sugestionarlo no le dije de qu
se trataba. Simplemente le ped que me acompaara a
esa parte de la casa y me dijese lo que senta.
Cuando volvimos al living, la pared invisible haba
avanzado un par de metros, dejando menos espacio de
190
192
Lugar de Fracaso
Un psiquiatra amigo me confes que estaba pasando
por una situacin muy extraa, desde haca ya bastante
tiempo. Con su esposa iban frecuentemente a un
balneario, a la casa de la hermana de ella. En ese lugar
nunca consegua mantener relaciones ntimas con su
mujer. No era un hombre sugestionable y por ms que
haba luchado contra esa barrera no haba logrado
vencerla.
Quera saber si se trataba de algo paranormal,
misterioso... No entenda que pudiera sucederle eso ya
que no haba entre ellos ningn tipo de inhibiciones o
inseguridades que pudiera originar un bloqueo en su
intimidad. Y lo que era ms raro an, por qu en esa
casa era el nico lugar donde fracasaba?
Era una pareja que constantemente viajaba, visitaban
lugares y haban recorrido Europa. l me cont que
algunos de los sitios donde estuvieron eran muy
inhspitos y sin embargo entre ellos siempre todo era
maravilloso. Por qu en la casa de su cuada l no poda
realizarse como hombre?
La respuesta comenz por estudiar la hermana de su
esposa. Una mujer soltera, fracasada, frustrada. Que
siempre haba sentido envidia por el xito de su hermana,
en todos los planos.
Trataba muchas veces de imitarla y hasta compraba la
misma ropa, aunque en este caso la imitacin no era por
193
La Maldicin de la Princesa
En cierta oportunidad encontr un mendigo que me
llam mucho la atencin. Llevaba colgada una Cruz de
Osiris muy grande y en su mano un hermoso anillo con
la cabeza del hipoptamo.
Le di unos pesos y entablamos una conversacin. Fui
caminando con l hasta llegar al lugar donde viva. Era
una casa demolida con unas maderas que lo protegan
de los vientos, aunque no del fro. Un total abandono,
olor a sucio, no tena cama, solamente unos cajones medio
rotos y unos trapos que deban servirle de colchn y
abrigo.
Me hablaba con mucha angustia dicindome que no
tena ya ganas de seguir viviendo. Estaba muy solo, sin
medios de vida y haca mucho tiempo que no hablaba
con nadie.
Usted es el primero en muchos meses que me habla.
Me deca con lgrimas.
Le pregunt por la cruz que llevaba puesta.
Hace mucho tiempo que no la uso. Siempre tengo
miedo de que me la roben. Pero hoy me decid a
ponrmela y tambin mi anillo. Ya ve que me dio suerte
195
La Escalera de Mrmol *
Quiero hablarles de un episodio que me toc vivir en
mi juventud. Tuve un amigo con ideas revolucionarias;
recuerdo que compartamos temas de la edad y
acostumbrbamos salir juntos.
Un da planeamos una salida y pas a buscarlo a su
casa. De lejos vi a su hermana. Tendra diecisiete o
dieciocho aos y era realmente muy bonita. Por ms que
* ltimas Noticias. 5 de Mayo del 2000.
198
200
201
Proteger el Hogar *
Voy a referirme a uno de los tantos casos que he vivido
muy de cerca y en el que he podido ayudar a luchar contra
las fuerzas negativas y ganar la batalla.
Se trata de una pareja que era muy feliz, se queran
muchsimo. Recuerdo que el hombre cuando me lo
presentaron, me dijo que le pareca conocer a su esposa
desde antes de nacer. Interpret su sentimiento como
un amor de otra vida. En sta se encontraron y se
volvieron a sentir.
El amor dentro del Destino es como aquellas plantas
que mueren y renacen. Cuando mueren las podemos
transplantar, las podemos llevar a otra parte. No sufren,
no sienten. Pero al llegar el tiempo renacen con toda su
fuerza y belleza. La propia Naturaleza nos ensea...
* ltimas Noticias. 22 de Octubre de 1999.
205
208
CAPTULO 8
El Destino
209
210
211
Mi hermana.
Podemos entrar?
No! Ella me odia. Me sac todo en la vida, mi marido,
mi felicidad, todo...
Tal vez, pens en ese momento, tambin pudo haberle
sacado la hija. Pero cmo podra ocultarla? Resultaba
tan extrao.
No hay forma de entrar all? insist.
No, para m, verla a ella es como ver al diablo.
Sin poder hacer ms, me fui y los dos quedamos muy
confusos.
Al llegar a casa busqu comunicarme con mi Ka, con
ese hermoso gua que me ilumina a travs de sus mensajes.
Sent que todo el problema naca con la hermana. Que
su hija tambin estaba con esa mujer de arriba...
Cuando la seora volvi para saber a qu conclusin
haba arribado sobre su consulta, le pregunt si su hermana
tena una casa en algn otro lugar.
S, creo que sigue teniendo su casa de la playa.
Vaya hasta all seora, estoy seguro que encontrar
su hija.
Y as fue. Despus de vigilar discretamente el chalet,
en un momento apareci su hija. Pero cuando se
encontraron, ella la mir y no la reconoci. La madre
desesperada gritaba:
Hija ma! Julia! pero la chica no reaccionaba.
No quiso reconocerla? Estaba en estado de amnesia?
Qu haba pasado?...
213
El Pintor de Colonia
Aquel hombre se dedicaba a pintar cuadros. Los
venda en la calle principal de la ciudad de Colonia,
Uruguay, donde l viva. Le compraban bastante los
turistas argentinos que permanentemente deambulan por
la ciudad de Colonia del Sacramento, en busca de los
pintorescos detalles de su barrio histrico. Lgicamente
tambin los uruguayos le compraban. Realmente tena
talento como pintor.
Cuando me empez a hablar le caan lgrimas:
Maestro, yo no s cmo hablarle de mi historia. Tengo
ms de cincuenta aos y nunca tuve un amor. Nadie que
me amara. Me siento muy solo en la vida, tan solo. Me
dijeron que usted podra ayudarme a encontrar una
solucin para mi vida. Las mujeres no me quieren. Tal
vez porque soy un poco gordo o porque soy calvo. Me
siento feo, horrible.
Cuando yo mismo me pongo a vender mis cuadros,
nadie se acerca. Tengo que poner a otra persona para
que los venda.
215
Destino de Amor
A pesar de Todo...
Se trata de una mujer que conoc en Sudfrica, en
Johannesburg. Una ciudad muy pintoresca. Las casas
siguen dos estilos predominantes: holands e ingls. Una
parte es muy moderna y otra mantiene sus caractersticas
primitivas.
Esa mujer perteneca a una familia de renombre y era
muy bonita. Se haba enamorado de un africano, bajito.
No era zul, porque los zules son altos.
Un da me mostr una foto de ese hombre que la tena
tan mal. Quera saber si era o no para ella.
Con una vela encendida me concentr en la foto y
encontr la respuesta: era su Destino.
Cuando se lo dije ella enseguida me pregunt :
221
224
227
Mi Mecnico
Hace muchos aos que voy al mismo taller mecnico.
Siempre es la misma persona que realiza los arreglos de
mi auto. Soy conservador y adems a travs de los aos
naci una linda amistad.
As como un zapatero no puede dejar de mirar los
zapatos, o el sastre la vestimenta de los dems, as yo no
puedo dejar de sentir a los que me rodean.
Donde quiera que vaya, no puedo dejar al Maestro
que est dentro de m. A veces entro en un Caf, me siento
y antes de darme cuenta estoy viendo la vida de la persona
que est a mi lado. O el problema que tiene el mozo que
me est atendiendo. O la enfermedad de aquella seora
que se ve tan demacrada. Miro y veo a alguien que espera
en vano. S que la persona no va a venir...
Desde las primeras veces que el mecnico me atendi
sent una profunda tristeza en l. Saba que estaba
sufriendo por algo que no lo dejaba vivir en paz.
Pas el tiempo y un da que quedamos solos en el
taller, empezamos a hablar. l se abri conmigo y con
mucha angustia me habl de su drama...
Estaba casado pero su esposa se haba enamorado de
su hermano. ste corresponda su amor y ambos haban
hablado con sus respectivas parejas, confesando la verdad
de sus sentimientos.
Fue un da trgico cuando ella me lo dijo.
Me explic que su hermano tambin le haba hablado
a la esposa. Que ambos dijeron que iban a respetar su
228
Aydeme a Olvidar!
En cierta oportunidad me consult una persona y al
verla sent que estaba buscando desesperadamente una
ayuda para seguir viviendo. Era una mujer de unos
cincuenta aos. Cuando me mostr su mano, mir entre
lneas y sombras las grandes profundidades que hablaban
de cunto haba sufrido. La lnea del amor estaba en
pedazos y todas sus lneas eran tan entrecortadas que
pareca que ya no queran marcar su mano. Levant la
mirada y vi lgrimas deslizarse silenciosamente por sus
mejillas. Cunto dolor! ...
Maestro, no s por qu vine a verlo a usted comenz
diciendo. Ser porque es judo igual que yo.
Posiblemente en otro tiempo hubiera buscado un Rabino
para que me ayudara. Ya he hecho tratamientos
psicolgicos. Pas por muchas horas de psicoanlisis, quise
230
En un momento me pidi:
Maestro, por qu no hacemos otra meditacin? Por
favor. Aunque no tengamos aqu la vela, yo voy a
encender un fsforo y me voy a poner un cigarrillo en la
boca por si entra alguien, para que no parezca que estoy
loca sosteniendo el fsforo en la mano.
Y as, con la pequea luz de ese fsforo busqu, a
travs de una meditacin, dar luz a la vida de esa mujer
que tanto haba sufrido...
De pronto, escuchamos unos golpes en la puerta. Era
el chofer de la ambulancia. Con mucho respeto se dirigi
a ella:
Seora, la vengo a buscar porque me informaron que
ya tiene el alta. Si usted quiere, tambin puede llamar un
taxi, pero si no, yo puedo llevarla. Qu prefiere?
Ella lo mir. Tal vez habr pensado por ti estoy aqu.
Qued un momento en silencio y yo aprovech para
despedirme y dejarlos solos.
Al salir de all me detuve un momento. Qued
impresionado con lo que haba pasado. Habra sido la
propia fuerza del Destino que de alguna forma quera
unirlos de nuevo. Tal vez, pero sin duda la meditacin, la
mstica de la Dabrak, puso tambin su fuerza mgica
en este reencuentro...
238
Citas
239
240
241
242
Destinos Marcados
La Loca de Palermo
La Mano de la Momia
Cuando habla el Alma
El Mensaje del Maestro Escarabajo
Un Mensaje cada Da
Recuerdo de Otra Vida
Los Tres Visitantes
La Piedra
243
244
Indice
247
248
MAESTRO ROLLAND
249
250
251
252
253
254
255