Ritzer y Liska
Ritzer y Liska
Ritzer y Liska
y Allan, Liska (1997): <<Mc Disneyizacin>> y <<post turismo>>: Perspectivas complementarias sobre el turismo actual en
Navarro, D. (ed. y tr.) (2006), Criterios, nm. 35, La Habana, 108-128 pgs.
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M c D i s n e y i za c i n
y post-turismo:
Perspectivas
complementarias
sobre el turismo actual
G e o r g e Ritzer y Alian Liska
Introduccin
El turismo, como muchas otras cosas en el mundo social, est sufriendo una
transformacin dramtica. Un modo de considerar esos cambios es afirmar
que constituyen un estadio que guarda continuidad con la modernidad; que
son parte de una modernidad avanzada. El problema ms obvio con semejante modo de ver es que el nuevo mundo parece tan diferente que parece
carecer de mucha conexin inmediata, si no de toda, con su antepasado
moderno. Por eso, existe un segundo modo de pensar sobre este cambio,
que toma la posicin de que ste es parte, y un reflejo, del movimiento de
una sociedad moderna a una sociedad postmoderna totalmente nueva y
discontinua. Aunque hay mucho mrito en este modo de pensar, uno se ve
llevado a preguntarse si los cambios son lo suficientemente dramticos para
que sta pueda ser considerada una forma social completamente nueva. Adems, semejante modo de ver tiende al tipo de periodizacin atacado por los
postmodernistas. Peor: involucra el tipo de gran relato que es la bte noire de
los tericos sociales postmodernos, especialmente de Lyotard.
Parece cuestionable, si no intil, esmerarse en estudiar la cuestin de
si los cambios sociales asociados al turismo (o a cualquier otra cosa en ese
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Disney World (para tomar un parque de Disney especfico) es eficiente de muchas maneras diferentes, especialmente en el modo en que
procesa los grandes nmeros de personas que fcilmente abrumaran un
parque temtico menos racionalizado. Los precios fijados para un pase
por un da o por una semana, as como las abundantes seales que indican
cuan larga es la espera que se puede tener por cierta en una atraccin
dada, ilustran la calculabilidad (aunque, como veremos, Disney World es
tambin, en cierto sentido, una galera de tiendas orientada a hacer que la
gente gaste mucho ms de lo que lo hace teniendo su pase por un da).
Disney World es muy predecible: no hay artistas fraudulentos de avenida
de parque de diversiones que ordeen al visitante; hay equipos de trabajadores que, entre sus otras faenas de limpieza, siguen los desfiles nocturnos
recogiendo los desechos, incluyendo las deyecciones de animales, de modo
que los visitantes no sean sorprendidos desagradablemente cuando se descarren. En verdad, los parques temticos de Disney trabajan duro para
estar seguros de que el visitante no experimente ninguna sorpresa en absoluto. Y Disney World es un triunfo de la tecnologa no-humana sobre los
humanos. Eso es cierto no slo respecto a las numerosas atracciones
mecnicas y electrnicas, sino incluso respecto a los empleados humanos
cuyas actuaciones (fingiendo que hablan o cantan mediante la sincronizacin del movimiento de los labios con sonido grabado, por ejemplo) y cuyo
trabajo (siguiendo guiones) son controlados por tecnologas no-humanas.
Por ltimo, no faltan irracionalidades de supuesta racionalidad en Disney
World: las largas colas y largas esperas contribuyen a una gran ineficiencia;
los costos (por la comida, la interminable oferta de productos de Disney,
tanto dentro como fuera de los parques) ascienden, se vuelven incalculables, y a menudo hacen muy costoso lo que se supone sea una vacacin
nada cara. Lo que es ms importante: lo que se supone que sea una vacacin humana se convierte, al menos para algunos, en una experiencia nohumana o incluso deshumanizante.
Los parques temticos de Disney llegaron a la mayora de edad en la
misma era que McDonald's. Lo que es fascinante: la Disneylandia original
y la primera sucursal de la cadena McDonald's abrieron en el mismo ao:
1955. Muchos de los principios en que estn basadas y que ellas manifiestan son los mismos. Se puede afirmar que McDonald's ha sido el ms
poderoso smbolo y fuerza de nuestra era, si no por otra razn, porque sus
ms o menos 18,000 sucursales por todo el mundo (con ms de 3,000 ms
planeadas para 1996) son ms ubicuas que los pocos parques temticos de
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Disney. Desde luego, se podra argir que los filmes, programas televisivos y productos de Disney lo hacen an ms omnipresente que McDonald's.
Pero si McDonald's ha sido el paradigma de la racionalidad para la sociedad como un todo, Disney ha sido, ciertamente, el modelo para la industria
turstica (Bryman 1995: 179). Por ejemplo, fcilmente se podra sostener
que, para disgusto de los jugadores profesionales, los hoteles de Las Vegas,
y la ciudad en general, estn llegando cada vez ms a ejemplificar el modelo de Disney. Las Vegas parece cada vez ms un enorme parque temtico y
muchos de sus grandes hoteles son, al menos en parte, parques temticos.
sta es una tendencia que fue iniciada hace varias dcadas por Circus
Circus y cuyo ejemplo ideal es, por lo menos hasta que tambin sea sobrepasado, el M G M Grand. Segn uno de los expertos en juegos por dinero,
Las Vegas es [ya] el Disney World del juego por dinero (Grochowski
1995). Aunque McDonald's mismo no ha carecido de influencia en la industria turstica, Disney y su xito fenomenal son los ms responsables por
traer los principios de la macdonaldizacin (o de la racionalizacin) a la
industria turstica. Combinando los dos, quizs podamos decir si el lector nos disculpa la creacin de otro neologismo, ms feo la McDisneyizacin de la industria turstica.
Cualquier que sea su fuente, es fcil de argir que la industria turstica
en general, y virtualmente todo parque temtico y de diversin en particular, ha sido macdisneyizado, por lo menos en alguna medida. Los buques
de crucero estn siendo macdisneyizados y toman cada vez ms la apariencia de parques temticos flotantes. (Y Disney tiene su propio buque de
crucero, el Gran Bote Rojo, para llevar turistas a Disney World.) Adems
de los buques de crucero, parques temticos y casinos, las galeras de
tiendas han sido macdisneyizadas, llegando a parecer, cada vez ms, parques de diversiones; las ms grandes (el Mal of America en Minneapolis y
la megagalera de tiendas de West Edmonton, Alberta) incluyen paseos en
vehculos, hasta montaas rusas. Se podra ampliar la lista mucho ms,
pero lo esencial es que a travs de la influencia de los parques temticos de
Disney, al menos en parte, muchos aspectos del mundo turstico han sido
macdonaldizados. No slo esas atracciones tursticass parecen cada vez
ms un parque temtico de Disney, sino que ellas llegan a abrazar los
cuatro principios bsicos de la macdisneyizacin y a generar nuevas irracionalidades de la racionalidad.
No hemos mencionado todava las giras tursticas en paquetes, que
reciben mucha atencin en La macdonaldizacin de la sociedad. Pero,
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Desde luego, todo esto trae consigo los mismos tipos de irracionalidades que vienen con la macdonaldizacin de todos los otros sectores de
nuestras vidas. Adems de su carcter deshumanizante, el turismo a menudo le hace un grave dao al ecosistema, de ah el aumento del inters en
el turismo sostenible. Sin embargo, a menudo aceptaremos las irracionalidades, del mismo modo que las aceptamos en nuestras vidas diarias,
como un modesto precio que se ha de pagar por las ganancias a causa de
la macdonaldizacin. La cuestin central en este contexto es que el turismo macdonaldizado est en contradiccin con todos los anteriores sealamientos de Urry sobre el turismo; es cada vez menos probable que ofrezca
los tipos de diferencias bosquejados por l. Nuestras vacaciones son cada
vez ms como el resto de nuestras vidas.
Para formularlo de la manera ms extrema, se podra sostener que la
macdonaldizacin est minando la razn fundamental del turismo. Esto es,
si en el pasado la gente haca giras tursticas para experimentar algo nuevo
y diferente, y si el turismo mismo, as como las localidades a las que uno
viaja, estn macdonaldizadas, entonces hay poca o no hay ninguna razn
para hacer giras tursticas. Pudiera ser que la macdonaldizacin del turismo significarafinalmentesu propia defuncin? Probablemente no. El turismo continuar floreciendo. La creciente riqueza, por lo menos de algunos
segmentos de la sociedad, continuar sosteniendo el turismo. Culturalmente, el turismo le ofrece a la gente un buen nmero de smbolos de xito y
sofisticacin difciles de resistir. Los que se rebelan contra el turismo macdonaldizado forzarn, indudablemente, a algunos operadores de turismo y
sitios tursticos a des-macdonaldizarse. Lo ms importante: seguir habiendo un mercado para vacaciones macdonaldizadas. Criados en sistemas
macdonaldizados, acostumbrados a una vida diaria en esos sistemas, la
mayora de la gente no slo acepta esos sistemas, sino que los abraza. As,
en vez de ser repelidos por las vacaciones macdonaldizadas, muchos gravitarn hacia ellas. Podemos incluso imaginarnos una gira turstica mundial
de restaurantes McDonald's (o parques temticos Disney). Adems de las
visitas obligatorias a McDonald's en Mosc y Pekn, quin no querra
visitar Noruega y comer McLaks (sandwich de salmn asado a la parrilla
con salsa de eneldo sobre pan integral); Holanda y devorar un groentebwger
(una hamburguesa vegetal); Uruguay y deleitarnos con McHuevos (hamburguesas con huevo cocido) y McQuesos (sandwiches de queso tostado);
y Japn, donde uno puede hallar un sandwich Tatsuta de pollo, pollo frito
sazonado con salsa de soya y jengibre, con col y mayonesa con mostaza?
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Postmodernismo y turismo
El postmodernismo es una popular perspectiva terica y se lo aplica al
turismo con frecuencia y facilidad. El problema con la mayora de esos
anlisis en verdad, con la mayora de las aplicaciones de la teora social
postmoderna es su dependencia de una caracterizacin general de esa
teora. El hecho es que existen profundas diferencias entre los principales
practicantes de la teora social postmoderna Baudrillard, Foucault, Lyotard, Jameson, Virilio y as sucesivamente (Ritzer, de prxima aparicin).
Existen incluso importantes diferencias dentro de los cuerpos de obras de
muchos de esos pensadores. As pues, siempre se debe ser cauteloso con
las afirmaciones generales sobre teora social postmoderna.
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sean las preguntas obvias, pero una vez ms son en realidad las preguntas
errneas. Como antes, implican el tipo de periodizacin y gran relato rechazados por la mayora de los postmodernistas. La verdadera pregunta es:
arrojan esas ideas postmodernas una luz nueva e interesante sobre el
turismo? Bryman establece que lo que Disney tiene para ofrecer en este
dominio no es tan nuevo; sus precursores tenan caractersticas que podran ser descritas como postmodernas.
La idea de que existe un vnculo ntimo entre conversin en mercanca, consumismo y turismo, vale la pena y es digna de explorar. El postmodernismo ha sido vinculado por largo tiempo con la sociedad de consumo
(Featherstone 1991; Baudrillard 1993). Resulta claro que el turismo ha
devenido una mercanca para ser anunciada, puesta en el mercado y vendida casi como todas las otras mercancas (Urry 1990). Sin embargo, lo que
no se enfatiza lo suficiente es el grado en que el turismo puede devenir
poco menos que un medio para vender montones de otras mercancas.
Nuevamente Disney ofrece un maravilloso ejemplo de esto. Un viaje a
Disney World es un objetivo deseable en s mismo en lo que a la corporacin Disney respecta, pero, lo que quizs es ms importante, ese viaje es la
va de entrada a la venta de montones de otros productos de Disney. El
proceso comienza al entrar en el parque temtico, que puede ser considerado como una galera de tiendas escasamente disimulada, establecida para
vender principalmente un amplio surtido de productos de Disney. Termina
con la Plaza del Mercado de la Aldea de Disney, la cual est abierta hasta
tarde para aquellos que quieren hacer compras despus de haber visitado el
parque. En verdad, es cada vez ms difcil diferenciar entre las galeras de
tiendas como el Mal of America y los parques temticos como Disney
World (Barber 1995). El primero es una galera de tiendas con un parque
de diversiones; el segundo, un parque de diversiones con una galera de
tiendas. Ms adelante tendremos ms cosas que decir sobre este tipo de
implosin, pero otros ejemplos son el modo en que Las Vegas est
siendo transformado actualmente en el parque temtico ms grande del
mundo (Grochowski 1995), y la llegada a Londres de Segaworld, el primer parque temtico de entretenimiento interactivo del mundo, que combina el parque temtico con la realidad virtual (May 1995). La nica diferencia real entre mega-galeras de tiendas y parques de diversiones actuales
est en la proporcin de la mezcla de tiendas y diversiones.
Existe una especie ms amplia de implosin que tiene lugar y que
involucra diversas compras y fusiones corporativas (tales como Disney y la
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asumido algunas de las caractersticas de la galera de tiendas. Y los buques tursticos convierten por lo menos algunos de sus destinos en galeras
de tiendas:
Aunque en ambos lados resulta agradable ir de compras, los buques
de crucero habitualmente atracan frente a Philipsburg [St. Martin],
la capital del lado holands, y su Frint Street es muy popular. Con
no menos de ocho barcos de crucero y con trfico de peatones y
motores compitiendo por el mismo espacio de la calle...
(Newbern y Fletcher 1995)
Ante todo, el turismo moderno simplemente sera imposible sin la tarjeta
de crdito. La tarjeta de crdito puede ser considerada como un metamedio de turismo (y de consumo). O sea, es un medio general que le
permite a uno hacer pleno uso de todos los nuevos medios del turismo. Un
viaje a Euro Disney, un crucero mundial, entre muchas otras cosas, sera
virtualmente inconcebible sin una tarjeta de crdito. Volviendo al tema de
la implosin en este contexto, muchos buques de crucero les extienden a
los pasajeros su propia tarjeta de crucero para hacerles ms fcil el ir de
compras y jugar mientras estn en el mar.
Ms all de todo esto, es importante que consideremos los propios nuevos medios de turismo. El parque temtico de Disney, el buque de crucero y
el hotel moderno de Las Vegas, entre muchos otros, son, todos, nuevos
medios de turismo. Tienen gran importancia simblica, pero tambin son
estructuras cuidadosamente diseadas que conducen a la gente no slo a ir,
sino tambin a comportarse en el modo en que los diseadores quieren que
ellos lo hagan. En el caso del parque temtico de Disney se fuerza a la gente
a hacer por lo menos dos caminatas por la Calle Principal y a distribuirse de
cierta manera por todo el parque. El hotel de Las Vegas les facilita a los
visitantes entrar, pero les hace ms difcil salir y visitar otros hoteles. En
todo caso, los hoteles y casinos son tan vastos (hiperespacio, para decirlo
con un trmino de Baudrillard) que uno tiene poca necesidad o deseos de ir
a alguna otra parte. Los hoteles estn estructurados para conducir a la gente
a gastar dinero y, lo que es ms importante, a perder dinero en las mesas y
mquinas de juego (es difcil evitar los casinos, incluso si uno quisiera). Y
quizs nada est ms estructurado que el buque de crucero moderno.
As pues, estamos en medio del desarrollo de nuevos medios revolucionarios de turismo. Sin duda, veremos la creciente difusin y utilizacin
de las tcnicas que estn siendo iniciadas en lugares como Disney World, el
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ment sin lmite. No hay otro fin para el turista que visitar tantos lugares
como sea posible, aunque sea slo en la Internet. Esto, obviamente, no
tiene la intencin de ser una aplicacin exhaustiva de la idea de xtasis, sino
la de ilustrar que hay muchos ms recursos conceptuales dentro de la
teora social postmoderna que el estudioso del turismo podra hallar tiles.
Conclusin
No hay grandes conclusiones que hacer aqu. En verdad, si la perspectiva
postmoderna no ha hecho otra cosa, nos ha alertado de los peligros, incluso
el terrorismo, asociados con los grandes relatos que ofrecen grandes conclusiones sobre el pasado, el presente y el futuro. Lo que podemos decir es
que la teora social, en sus formas moderna y postmoderna, tiene mucho
que ofrecerles a los analistas del cambiante mundo del turismo. No hay
verdad que descubrir respecto al actual mundo del turismo. Se puede
decir que tanto el turista macdisneyizado como el post-turista existen, pero
ninguna de las dos tesis alcanza la verdad del turismo. Lo que hay son
conceptos que nos permiten entender cosas sobre el turismo que podramos no haber entendido antes. sa es una conclusin modesta, pero, como
han mostrado los postmodernistas, los tericos sociales tienen buenas razones para ser modestos por lo que respecta a sus conclusiones sobre el
turismo, o sobre cualquier otra cosa en ese sentido.
Traduccin del ingls: Desiderio Navarro