El Sexo Mas Alla de La Muerte
El Sexo Mas Alla de La Muerte
El Sexo Mas Alla de La Muerte
R. A. RANIERI
CAP. II ELLA
En breve alcanzamos una zona ms escampada. En lo alto de
pequea colina, se ergua majestuoso edificio, antiguo colegio de
monjas carmelitas, que pasaran la vida encarceladas en silenciosos
cubculos, olvidadas del mundo.
Extra el lugar. Eleuterio, sin embargo me alert.
- Aqu an permanecen muchos Espritus de monjas que continan
practicando el ayuno, el celibato, y los sacrificios intiles, aliados a
una renunciacin ahora incomprensible para todos. Se prenden a
formas de pensamientos estereotipadas, por la voluntad de alcanzar
al Cristo por la renunciacin mal orientada, y con eso logran lo
contrario de la elevacin espiritual.
Se estacionan en el tiempo como prisioneras comunes que se
arrestasen por si mismas.. Jams en esa pretensin alcanzarn el
paraso que suean.
Entramos. A nuestro paso, muchas de ellas se espantaban
sorprendidas con nuestra presencia, que les pareca completamente
incomprensible. Otras, nada perciban, tan embebidas estaban en sus
oraciones. Figuras encorvadas y su piel sin color, amarillentas tal
vez por el tiempo. Algunas trabajaban andando de un lado para el
otro, conduciendo objetos caseros. En el saln principal de
alimentacin, naturalmente, lugar animado en otrora por aquellas
que eran las servidoras de las encarceladas, encontramos bella figura
de mujer doblada sobre pequeo mueble que simbolizaba una mesa,
vestida de blanco, con sencilla ropa de Hermana de la caridad.
Mantena el pensamiento distante, tal vez en larga oracin.
- No est orando, dice el benefactor. Est meditando, preocupada
por el marido.
Evidentemente la manifestacin de espanto expresada en mi rostro,
record a Eleuterio que yo necesitaba de mejores esclarecimientos.
el propio hombre gestase las otras formas que deben habitar la tierra,
colaborando de ese modo con la maravillosa obra de Dios. Nadie
debe tomar como inmundo aquello que Dios santific. No fueron
esas las palabras dictadas al apstol?.
Ella se silenci pensativa. Despus volvi a decir:
- Infelizmente, no puedo comprender eso. Si la virginidad y la
pureza son atributos Divinos, el sexo para mi es apenas una
inmundicia.
- Bien, empero usted pone en riesgo la respetabilidad de su
compaero, Espritu que reencarn con determinado compromiso de
elevado tenor espiritual y que por su falta de comprensin en el
campo sexual, podr tambin en la carne volver a la compaa de
antiguas amistades que yacen en el fondo de los milenios..Despierto
para otros amores, podra perderse a s mismo y entonces, mi
apreciada, esa responsabilidad recaera sobre usted en la totalidad
ya que lo abandon a su propia suerte!
- Ah, eso no! cada uno responde por sus propios actos. Si l
practica el mal, que l responda por sus propios actos. No tendr que
ser yo, quien venga a ser responsabilizada por lo que l hace.
- Usted est muy engaada - reafirm el Gua. - Usted est muy
equivocada - reafirm el gua. Su responsabiliSu responsabilidad en
este caso es de las mayores. Usted ya se olvid de los compromisos
que asumi para con l? Uno de esos compromisos justamente es el
de defenderlo de las fuerzas inferiores que buscaran atraerlo para su
radio de actividades pecaminosas, desvindolo de los sagrados
compromisos con Jess.
Ella se silenci al escuchar el nombre de Jess.
CAP. IV--AVANTE
Las palabras de Eleuterio an repercutan en mis odos y mi
ansiedad de saber ms, se torn insoportable. Sin embargo l agreg:
- Mi hijo, la verdad debe ser dosificadafuera de eso, nos
arriesgaremos a establecer el desorden en la casa de Dios.
Me conform con la enseanza. Pues qu poda hacer?
- No debemos dar ms de lo que la mente humana puede contener esclareci el gran amigo.--- No solo usted o yo; sino millones de
criaturas en el mundo, ansan conocer ms verdades, sin embargo,
Eleuterio sonri.
- El sexo en esas criaturas funciona como la vlvula en la olla de
presin sino tuviese la vlvula, la olla explotara!
Observamos al Espritu con admiracin. Nunca pensamos que la
sabidura de Dios controlase las fuerzas desenfrenadas de los
Espritus Inferiores, en parte a travs del sexo, que mucha gente
consideraba patrimonio inmundo
CAPT. VI
--Nos va a acompaar?
--Ms tarde pueden andar a voluntad y pueden ver lo que quieran.
Todo es nuestro y todos aman. Aqu en este bosque no hay otra cosa
que el amor libre, y no hay odio de alguna especie. Todos aman,
todos aman!
Tailan abri los brazos y cant una cancin profundamente sensual,
en la cual le cantaba al cuerpo, a los rganos sexuales y a la
satisfaccin de la sensualidad.
La voz de Tailan era bellsima y extraordinariamente atractiva. Me
acord de las leyendas de las sirenas.
--No se deje envolver, susurr Kunter. La melodiosa voz de Tailan
y su sensualidad son fuerzas perturbadoras en este valle.
De hecho empezaron a aparecer hombres y mujeres de belleza
excepcional. No eran ms nias, y si, criaturas adultas, bien
formadas, y algunas venan vestidas con largos y transparentes
vestidos de colores que, ms que la desnudez, me impresionaba la
sensibilidad sexual. Brazos rollizos y senos que me heran la
acstica de los sentidos del Alma, sent otra vez las ondas de
sensualidad que venan de ellos.
Me record de mis amigos Diana Y Eleuterio; a pesar de todo, no
me atrev a llamarlos, Kunter me apret el brazo y dijo:
-- Pasemos, pasemos!
La energa con que se expres, me dio nimo desconocido y
atravesamos en medio de aquellas criaturas que me alisaban los
cabellos y pasaban las manos por mis espaldas.
la
donde estaba con los ojos fijos en nosotros, como alguien que
contemplase una de sus grandes esperanzas.
.
CAPT. XV. AUN EN EL VALLE
Yo ya haba aprendido en el viaje a los abismos, que el periespritu
se puede mutilar, y que las criaturas tienden a inmovilizarse
periespiritualmente, as no retrocedan en el campo de la evolucin.
Subimos o descendemos de acuerdo a la direccin que le demos a
nuestros pensamientos. Todava era inmensamente chocante
verificar que el sexo descontrolado conduce a los mismos resultados.
Cmo conciliar las enseanzas que nos orientaban en el sentido de
que sexo y amor son leyes de la vida. Y la decadencia de aquellos
seres ?
Diana que se uniera de nuevo a nuestro grupo, me oy las
indagaciones mentales y pas a orientarme.
- M apreciado, dijo ella con suavidad, no hay ninguna contradiccin
en eso. Todo es cierto. Por ejemplo, una criatura se alimenta para
vivir y eso est bien. Si come demasiado, podr sufrir perturbacin
estomacal. Quien pasa noches sin dormir podra estar sujeto al
agotamiento nervioso. La mquina tiene un lmite de uso, con el
abuso es que se puede errar
Comprendi ahora? Esos Espritus, cuando en la Tierra e
igualmente en este plano, llevan muy lejos la libertad sexual, se
afectan a s mismos y ahora tienen que recuperarse.
Observ que Diana manejaba muy bien este asunto, pues aquello
que sali de sus labios me pareca ms dulce y ms suave. Me
reconfort con su palabra y le agradec la bondad; por lo tanto
proseguimos la marcha. Percib que por algn motivo que escapaba
a mis indagaciones, los Instructores Espirituales me llevaban a ver
extrao y sensual calor que le corra por las piernas y por el pecho.
Intensa pasin de mujeres lujuriosas lo perturbaban.
--Qu hacer con l? pregunt compadecido.
- Nada - respondi el instructor espiritual En ese estado y en ese
caso, nada podemos hacer por l.
--y el pase? Interrogu ansioso. .
--El pase aliviar un poco - esclareci Eleuterio - mas en realidad
solo la modificacin de los pensamientos de Elmiro podr librarlo.
El aparentemente busca la liberacin, como ya le dije, pero en el
fondo de su alma, en el subconsciente o en el inconsciente, l se
complace con esos actos.
Yo no sabra decir ni explicar la avalancha de pensamientos que me
dominaron el cerebro, pues aqul caso requera numerosos y
complicados estudios, al mismo tiempo que lanzaba luz sobre
muchos enigmas espirituales.
Elmiro entr en su casa y nosotros lo acompaamos. Estaba cansado
y se acost. No nos vea ni nos perciba la presencia espiritual. La
casa era modesta y los dems miembros de la familia dorman
aparentemente serenos.
Se acost Elmiro y luego las mujeres desencarnadas se acostaron con
l. Una lo abraz cuerpo a cuerpo y sobre su vientre Elmiro respir
profundo.
Intent orar, pero sus pensamientos no se aquietaban. Record a
Jess y la espiritualidad; sin embargo, las fuerzas que emita en el
campo del espritu eran insignificantes, dada la fijacin mental que
proyectaba en los dominios del sexo. Jams vencera la dualidad de
pensamientos, pues .estaba en una encrucijada. De un lado el Cristo
y del otro lado el sexo. Intentaba aproximarse al Cristo, mas solo lo
- Ven ac Adelia - no me
- Fiscaliza?me sorprend.
- Si fiscaliza. A veces aparecen por aqu Espritus que deberan
seguir otros rumbos y que deben buscar cosas mejores, y Crispn los
ayuda. En otras ocasiones, Espritus que se quieren liberar de esta
vida y no tienen fuerzas para hacerlo, y nuestro amigo Crispn les da
fuerzas y coraje. Hay mucho servicio, ms de lo que se piensa. ..
--Cmo est el baile? - interrog Eleuterio, despus de darme la
explicacin.
-- Mucha gente, el personal de la zona inferior est todo all.
Comprend luego, que Crispn se refera a Espritus que observaban
a los encarnados en el baile, participando de las sensaciones de los
que an viven como encarnados y se divierten.
--Voy a llevar a mi pupilo hasta all - manifest Eleuterio.
-- Puedo acompaarlos - manifest generosamente Crispn.
Entonces vamos.
El saln estaba lleno de gente de las dos dimensiones. El entusiasmo
era grande y vimos que los Espritus bailaban incorporados a las
parejas, abrazados con ellos y penetrndolos con sus vibraciones.
La ligazn era en algunos casos tan rigurosa, que las personas que
bailaban perdan la fisonoma, que era sustituida por la de los
acompaantes espirituales como si fuese una mascara perfecta.
Ese hecho se poda comprobar cuando la msica barata, arrabalera,
se silenciaba y los bailarines se sentaban a descansar y a aplaudir, y
se daba un cambio como cuando el agua se retira de la esponja. As
retornaban ellos al juego de la danza. Todas las impresiones que los
hombres y mujeres sentan en el abrazo o en el contacto, ellos
tambin los sentan o lo provocaban. Cara con cara, pecho con
XXX -- LA JAPONESA
amigo. Eleuterio me deca que nos tenamos que rehacer para contar
con energas para el futuro. Despus de aspirar energas bajo los
rayos lunares, penetramos en modesta casa, donde el compaero nos
esperaba.
- Este es un santo!1 inform Eleuterio. Dio su vida y su amor a la
humanidad entera.
Apreci al amigo que nos recibi con un gran abrazo. De su cabeza
y de su trax se irradiaba intensa luz. La belleza de su mirada y de
su rostro era angelical. Le recib las vibraciones como poderosos
rayos que me penetrasen todo el organismo. Me sent reanimado.
Nos ofreci enseguida un cliz de fludos. Es lgico, su Espritu
estaba en el plano Espiritual. Eleuterio mantuvo con l ligera
conversacin y el gran amigo sonriendo esclareci:
- Ahora comprendo la razn de esta visita. Es interesante el estudio
que estn haciendo en torno del sexo. Son numerosas las consultas
que en mi trabajo de mediumnidad terrestre he recibido.Todos estn
angustiados, afligidos, queriendo una solucin. Creo que el auxilio
de usted en ese campo ser inestimable. Como primera idea, lo hallo
maravilloso! Ustedes no imaginan el desespero de esa gente! En
realidad el sexo ha matado o tornado infeliz ms gente que el odio,
y tal vez ms que las propias guerras.
De manera que toda contribucin superior en el campo espiritual es
inestimable tesoro. Les agradezco lo que estn haciendo por la
humanidad. Tengo certeza de que el nmero de consultantes
desminuir encontrando en el trabajo de ustedes respuestas a muchas
indagaciones.
Contempl al compaero que presentaba all nueva contextura
periespiritual. Not que en su mente se irradiaba mayor poder. Sus
ojos se tornaban ms brillantes y l prosigui:
- Y quien es Tamerlan?
- Tamerln - dijo el instructor con cierta tristeza - Tamerln es un
genio del mal. Espritu que hace milenios, de reencarnacin en
reencarnacin, comanda siempre pueblos brbaros y belicosos, asola
ciudades y destruye pueblos. Inteligencia fulgurante para el mal,
irreconciliable con Dios, l viene conquistando la admiracin de las
masas inferiores del Mundo Espiritual. Consigui ahora, despus de
tantos siglos, el comando de las fuerzas que nos combaten.
- Y usted que va a observarlos quien es? Instintivamente emit una
carcajada casi sin querer. El Espritu me abraz y dijo:
- Otro viejo general.
En un relmpago, no s cmo, comprend que Eleuterio y Tamerln
eran enemigos acrrimos que se combatan desde el comienzo del
mundo. Por eso l fue escogido para estar presente en la reunin. Yo
an quise preguntar en ese momento; mas Eleuterio me convid.
- Vamos, ya es la hora, la reunin va a comenzar.
Fue rpido, porque a travs de la volicin espiritual, en breves
instantes estbamos en una montaa enorme. En la puerta de
inmensa gruta que el tiempo construyera en la roca, millares de
espritus de fisonomas horribles all se apostaba.
- Nadie nos ver - afirm el instructor - Nada tema. Entremos.
Sent cierto recelo, pero acompa a Eleuterio, que atraves la
puerta serenamente por el medio de todos.
En realidad, nadie nos percibi.
CAPT. XXXVII
TAMERLAN
EN
EL
REINO
DE
-- Oremos.
Escuch en su voz que pronunciaba las ms bellas y profundas
palabras del mundo.
La brisa me rozaba el rostro.. Cuando abr los ojos, l ya no estaba..
CAPITULO XXXVIII
El porfi:
- Comprende que sufr mucho para encontrarte.Ahora no
cedo tu compaa a ningn hombre, aunque ese hombre
fuese tu padre
Ella se dispona a responder con moderacin, pero, Manzini
continu, eufrico.
- Evelina, tengo un mundo de cosas por conocer, por
preguntar y por or de ti No s, realmente, si he estado
loco. Dnde estamos? Qu hacemos? . Mientras tanto,
prefiero hablar de ti y de m, nicamente de nosotros dos.
A esa altura del dilogo, se encontraron con un pequeo y
bonito cenador, totalmente cubierto de enredaderas.
Tulio Manzini, con voz suplicante, implor hiciesen all una
parada de descanso. Senta dolores cuando se mova en
demasa, aleg. Desde el disparo recibido, no se senta el
mismo. Evelina obedeci maquinalmente impulsada por la
compasin.
Se acomodaron ambos en uno de los bancos existentes en el
recinto dulce y rstico..
El muchacho pase la mirada por todas las direcciones, como
certificndose que se hallaban completamente solos, y a
continuacin, cerr la nica puerta del recinto, que pas a
recibir la luz y el aire a travs de las altas y estrechas
ventanas que casi llegaban al techo. Volvindose a su
compaera, mostraba en el semblante tamaa expresin de
sensualidad que la seora se estremeci.
- Evelina! . Evelina!....- rog l, apasionadamente - t
sabes lo que he esperado por este momento de felicidad,
durante todos estos aos de angustia Tu y yo juntos!...
Ella no fue totalmente insensible a la llamada afectiva de
aquel hombre joven al que amara, y se enterneci. Record
las noches de susurrante ternura, en los parques y en los
Que nuestro accionar en este mundo tiene mucho que ver con el
relacionamiento y sintona con los seres del Ms All, ya sea en bien
o en mal, pues es la conjugacin de los dos Mundos, el etreo y el
material.
Es bueno que no sigamos creyendo en fantasmas pero si, en seres
desencarnados, muy anlogos a nosotros en cuanto a los
sentimientos, costumbres o inclinaciones, pues aquellos que son
llevados a la tumba, de all se levantan para habitar dentro de la faja
que les corresponde y muy interesados en proseguir vinculados a la
sociedad, con buenos o malos propsitos segn su calidad Espiritual,
mas no continan habitando los cementerios.
Solamente los Espritus que ya alcanzaron cierto grado de
superioridad, suben a colonias de preparacin para el retorno a la
Tierra o a otro mundo de esos tantos que gravitan en el Universo, a
excepcin de los Espritus que permanecen aqu cumpliendo
misiones de servicio, para los que continuamos en la retaguardia.
Si el Diablo, Satans, o El Demonio teolgico existiese, no tendra
tanta capacidad para que de manera simultnea le hiciese tanto
dao a los seres humanos.
Si lo de las penas eternas tambin fuese realidad segn la teologa,
cada da estara ms reducida la poblacin de Espritus malignos,
perversos, que vienen influenciando o confabulndose con los seres
atrasados y delincuentes del planeta.
Es verdad que hace cincuenta aos a nuestro planeta se empez a
aproximar un mundo perteneciente a otro sistema solar; y que por
ser un planeta ms joven que el nuestro, sus habitantes son
primitivos, y su psiquismo viene afectando a los habitantes de la
Tierra, estimulando los instintos animalizados, y esto por ser la
Tierra un planeta de expiacin y de prueba.
Ese mundo viene en parte causando la verticalizacin del eje
terrqueo, con los consabidos efectos que ya venimos sufriendo, y
que a causa de las guerras intestinas, la tercera guerra que es
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