La tierra de Jess

LECTURA 1. LA TIERRA DE JESUS

1. Cmo se form su pueblo

Jess naci en la Palestina, un pas pequeo y muy pobre, que se haba

formado por una confederacin de pequeas tribus de origen semita, cuyo centro de
unidad era la fe en un solo Dios, lo que las distingua de las tribus paganas que las
rodeaban. Emigrantes a Egipto por el siglo XVII a.C. 1, vivieron como una minora en
ese pas (algo as como los muchos mexicanos que emigran a los Estados Unidos).
Por el siglo XIII a.C. un faran que se llamaba Ramss II se aprovech de esas
minoras de emigrantes, a fin de tener mano de obra gratuita para la construccin de
sus ciudades, y por eso esclaviz a esas tribus pequeas. Un da el Seor Dios de
sus padres (es decir, de los iniciadores de esos pueblos, Abraham, Isaac y Jacob),
oy sus lamentos... y mir Dios con bondad a los hijos de Israel, y los atendi (x
2,24-25). Para conducirlos a la libertad y formar para s mismo una nacin sacerdotal
y santa que le estuviese consagrada (x 19,6), Yahv eligi a Moiss, un hebreo
fugitivo porque haba matado a un egipcio en defensa de uno de los miembros de su
tribu (x 3), y los condujo a una nueva patria a travs del desierto del Sina. Un
tiempo despus, y estando ya lejos de Egipto y sin temor de que los volvieran a
capturar, el Seor quiso formar con esas tribus fugitivas un pueblo de su propiedad,
sacerdotal y santo (x 19,6). Para lograrlo estableci con ellos una Alianza, cuyas
condiciones l mismo revel a Moiss, y que quedaron escritas en la Ley de la

Estas letras son las iniciales de las palabras antes de Cristoen cambio d. C. significa despus
de Cristo.
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Alianza, redactadas en cdigos de piedra. Luego guio a esas tribus as liberadas de

la esclavitud, hasta el pas que estaba habitado por tribus paganas, en mayora
cananeas y filisteas, donde poco a poco los grupos humanos hebreos que haban
salido de Egipto se fueron estableciendo.
Alrededor del ao 1000, y bajo el gobierno de David, se form el reino con la
capital en Jerusaln, la ciudad que ste haba conquistado, y donde estableci no
slo la sede de su mando, sino tambin comenz la construccin de un templo (al
principio muy modesto), para el Arca del Seor que conmemoraba la Alianza entre
Yahv y aquellas tribus liberadas. En esta Arca de madera de acacia se guardaban
las piedras donde estaba escrita la Ley de Moiss, y significaba la presencia de Dios
en medio de su pueblo. Despus de que David muri, su hijo Salomn, que fue su
sucesor, ampli el Templo y lo reconstruy de modo magnfico. Este edificio fue,
desde entonces, el smbolo de la unidad religiosa y civil de aquellas tribus
congregadas en torno a la fe en un solo Dios.

2. Un pueblo pobre y dominado

El pueblo era muy modesto, pobre y dbil; pero tambin muy trabajador, y
dentro de sus limitaciones logr tener en muchas pocas algo de prosperidad. Por
este motivo, y tambin porque quedaba de camino entre las grandes potencias de su
poca (al norte y noreste estaban Siria, Asiria, con los reinos de Mesopotamia; al
suroeste Egipto), a travs de su historia sufri frecuentes invasiones de naciones
ms poderosas. Entre el ao 597 y 586 tuvo que soportar la invasin de las tropas
babilnicas del rey Nabucodonosor, que acab destruyendo la ciudad de Jerusaln,

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quemando el templo y deportando, en tres etapas a los judos que estaban en edad
y con fuerzas para trabajar como esclavos, mientras acab con la poblacin ms
dbil, nios y ancianos. Y all vivieron esclavizados hasta que Ciro, un rey persa, a
su vez conquist Babilonia; pero no interesado por los esclavos, les permiti que
regresaran a su tierra, para reconstruir Jerusaln y su Templo.
A fines del siglo IV a. C. Alejandro Magno conquist el cercano Oriente, y en
estos territorios estaba incluido el de Palestina, que en el ao 306 se convirti en una
provincia griega. Al frente de los diversos pueblos Alejandro dej a varios de sus
generales, imponindolos como reyes. Pero su gobierno en Palestina y otras
regiones poco a poco se fue debilitando hasta desaparecer, y dejar las provincias
que haban regido, prcticamente sin gobierno.
Un rey selucida, Antoco IV Epfanes, que gobern entre los aos 175 y 163,
volvi a invadir la Palestina, y, siendo pagano, aboli la Ley de Moiss, e implant en
el Templo de Jerusaln la estatua de Zeus Olmpico, al que tenan que adorar todos
los judos. Fue una poca de muchos martirios, empezando por el de los siete
heroicos hermanos macabeos.
La ltima gran conquista de Palestina, la hizo Pompeyo, a nombre del imperio
romano, en el ao 63 a.C., con sus tropas dirigidas por el caudillo Pompeyo. ste,
despus de asediar la ciudad de Jerusaln durante tres meses, logr entrar en el
Templo un da de sbado. Reconoci al Sumo Sacerdote Hircano y lo sostuvo en su
cargo, con tal de que mantuviera a su pueblo sometido al imperio. Desde entonces,
la provincia de Siria y Palestina quedaron subordinadas al gobierno extranjero, que
desde Roma dominaba la mayor parte de lo que ahora es Europa y el prximo
Oriente.

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3. El gobierno de Palestina cuando Jess naci

Los gobernantes de varios grados y generales se sucedieron: Julio Csar,

Marco Antonio, Octavio. ste se hizo nombrar Csar Augusto (ttulo divino-imperial),
y pocos aos antes de que Jess naciera, este emperador impuso el sistema
econmico del imperio, que recoga para Roma los tributos de todos los pueblos y
provincias dominados; y a la Palestina le asign como rey a Herodes, un ambicioso
pagano que haba nacido en Idumea. Bajo su dominio Jess vio la primera luz en
Beln de Judea. Csar Augusto gobern del ao 27 a.C. hasta el 14 d.C., de manera
que bajo su imperio Jess naci y vivi su niez y juventud. En el ao 14 lo sucedi
el emperador Tiberio Csar, quien conserv el gobierno hasta el ao 37, de modo
que Jess ejercit su vida pblica y muri durante la tirana de ste ltimo. Los
emperadores acostumbraban imponer su gobierno a los pueblos dominados,
mediante gobernadores y procuradores de provincias impuestos por ellos, y por
reyes locales a los que trataban como sbditos. Cuando naci Jess, Palestina era
una regin sometida al gobernador de Siria. El pueblo de Jess fue, pues, muchas
veces sometido, pero nunca domesticado. Su fuerza era la fe en el nico Dios
Yahv. Jams se someti a la idolatra o a las costumbres paganas, excepto los
ambiciosos que nunca faltan, los cuales, por gozar de algunas ventajas polticas y
materiales, se acomodan a las exigencias de los poderosos.
En la provincia de Palestina se sucedieron tambin los gobernantes,
nombrados y quitados segn las polticas del momento. A Hircano lo sigui Antpatro.
Despus de ste se impuso por la fuerza Antgono, que se autonombr rey de

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Palestina. Pero muy pronto los romanos reconquistaron Jerusaln, mataron a

Antgono y apoyaron a Herodes, hijo de Antpatro, para que rigiera como rey a los
judos a nombre de Roma. De esta manera, Herodes fue as el tirano local (del ao
38 al 4 antes de nuestra era), cuando Jess naci en Beln. Luego, a la muerte de
Herodes, se dividi el poder: Arquelao gobern Judea (es decir, la parte sur de
Palestina) del ao 4 a.C. al 6 d.C., durante la infancia de Jess, y Antipas la Galilea
(o sea la parte norte de Palestina). Pero despus los romanos decidieron ya no
dominar la Judea por medio de soberanos locales, sino de prefectos romanos
dependientes del gobernador romano de Siria, mientras siguieron rigiendo Galilea
por medio de reyezuelos locales.
Y as, durante la vida de Jess, tuvieron el poder en Judea los prefectos
Coponio (del ao 6 al 9), Ambbulo (del 9 al 12), Annio Rufo (del 12 al 15), Valerio
Grato (del 15 al 26) y Poncio Pilato (del 26 al 36). En cambio llevaron las riendas de
Galilea por medio de Herodes Antipas (del ao 4 a.C. al 39 d.C.), a quien se le
nombr tetrarca: era cruel y sanguinario como su padre Herodes. As, pues, Jess
naci siendo emperador de Roma Csar Augusto y rey de Judea Herodes el
Grande (subordinado a Roma, y sujeto inmediatamente al gobernador de Siria, que
en ese momento se llamaba Quirino); y muri crucificado siendo emperador de
Roma Tiberio Csar, tetrarca de Galilea Herodes Antipas, y procurador (o prefecto)
de Judea, Poncio Pilato.
Herodes, para congraciarse con el emperador, construy una gran ciudad en
estilo griego (que era el ms lujoso de su poca), en la costa de Palestina, a la que
llam Cesarea (para honrar el nombre del Csar). Esta ciudad jug un gran papel
histrico, primero como residencia de los gobernadores romanos; y durante los

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principios del cristianismo, como sede de una dicesis muy conocida, que tuvo como
obispos a varios de los muy notables de aquellos tiempos. Tambin quiso ganarse el
favor de los judos, y para eso gast muchsimo dinero en edificar muchas obras en
Jerusaln, sobre todo reconstruyendo por completo el Templo, que lleg en esa
poca a su mximo esplendor. As lo conoci Jess. Sin embargo, nunca logr la
simpata de los judos, porque era de raza extranjera (idumeo), y porque para no
tener dificultades con los paganos, tambin les haba permitido que en parte
siguieran ofreciendo a sus propios dioses el culto que acostumbraban. Si los judos
obedecan a Herodes, lo hacan, pues, tan slo por la fuerza. Era tan cruel
(recurdese la matanza de los nios inocentes, en Mt 2,16-18), que con tal de
proteger su poder, de cualquier pretendiente, mand asesinar incluso a varios hijos
suyos, como Alejandro, Aristbulo, y hasta a su hijo mayor Antpatro. Por eso a su
muerte (cuando Jess era muy pequeo, y estaba en Egipto, por haber huido con l
Jos y Mara para librarlo de la amenaza de Herodes), los judos se levantaron en
armas mientras en Roma se decida quin sera su sucesor. El gobernador romano
de Siria, que entonces se llamaba Varo, tuvo que ir con ejrcito a Palestina para
sofocar la revuelta, y mat a ms de 2000 judos.
Durante el gobierno de Quirino (gobernador de Siria y supervisor romano de
Palestina), Csar Augusto, como ya dijimos antes, implant una poltica de
impuestos que deban exigirse a todos los pueblos sometidos a su imperio. Para eso
orden que se hiciera un censo de toda la tierra (Lc 2,1-2), para controlar la
recogida de los tributos. Por qu, viviendo en Nazaret, Jos y Mara tuvieron que ir
a empadronarse en Beln? Lucas nos da la siguiente razn: porque haba sido
ordenado por el imperio, que cada uno de los subordinados deba ir a registrarse en

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la ciudad de origen de su familia (o clan): y Jos, el jefe de la joven familia, era de la

casa (es decir, del clan o familia) descendiente de David, originario de Beln.

4. Promesa mesinica e ilusiones de los hebreos

Diez siglos atrs el profeta Natn haba prometido a David, en nombre de

Yahv (2 Sam 7,11-16), que uno de su descendencia habra de reinar en Israel para
siempre. Es lo que se llamaba la promesa mesinica (porque Mesas en hebreo,
as como Cristo en griego, quiere decir el Ungido, es decir, el descendiente de
David, rey del pueblo elegido, a quien se sola ungir en la ceremonia de
entronizacin). Y aunque, cuando naci Jess, los reyes haban desaparecido desde
mucho tiempo atrs (el rey de Israel, que era el reino del norte, por el ao 722, y el
rey de Jud, que era el reino del sur, por el 586 a.C.), sin embargo todava quedaba
entre muchos hebreos la ilusin de que un rey (Mesas) poltico los liberara de
Roma para establecer un gobierno poderoso en Jerusaln. Incluso algunos de los
discpulos de Jess seguan soando en esa fantasa (vase Mt 20,20-28; Mc 10,2545; Hech 1,6).
Empujados por ese afn, muchas personas desesperadas por su situacin se
levantaron con violencia en contra del dominio romano, guiados por jefes fanticos
que se hacan pasar por el mesas. Con eso provocaron fuertes represalias del
imperio, de manera que sus autoridades varias veces ejecutaron a muchsimas
personas, algunas veces crucificndolas como a rebeldes polticos y esclavos.
Incluso una de esas sublevaciones, impulsada por un grupo que se llam los zelotas,
que se levant contra los abusos de Albino, un procurador romano muy corrompido,

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provoc la llamada guerra juda, en el ao 66 d. C. Esta rebelin origin la reaccin

del imperio romano, que por medio de los generales Vespasiano y Tito en pocos
aos hizo pedazos a los alzados, y tal represalia lleg hasta la destruccin de
Jerusaln y del Templo (que desde entonces hasta hoy ha quedado en ruinas).
Fuera de algunos enriquecidos con la situacin, por ejemplo los publicanos
(es decir, los cobradores de impuestos para el imperio romano), y algunos otros que
colaboraban con las fuerzas de ocupacin, la mayora de los hebreos era muy pobre
(campesinos, pastores, comerciantes y artesanos). Por estas condiciones sociales, y
por lo accidentado del terreno (en su mayora sierra seca y desierto), abundaban los
ladrones y bandoleros. Jess mismo aludi a esta realidad en una de sus parbolas
(ver Lc 10,30), y l mismo fue crucificado en medio de dos salteadores (ver Lc
23,22-23 y 39-43).
Adems, Jess muri ejecutado con una pena capital reservada a los
esclavos y a los rebeldes polticos, condenado en un juicio precipitado e injusto. Esto
nos da idea de cun poco valor daban los romanos (y sus colaboradores entre el
pueblo hebreo) a la vida humana de la gente que no tena poder. Todo esto nos sirve
para entender que Jess no cumpli la misin que el Padre le haba encargado, en
una situacin histrica, social y poltica, ms fcil que la nuestra. Claro, era diferente
en sus circunstancias, pero no menos dura y amenazadora para todos los valores y
los derechos humanos. Precisamente el rechazo de sus ideales, de las normas de
conducta moral, de su doctrina sobre la hermandad e igualdad de todos los seres
humanos por ser hijos de un mismo Padre (lo que poco a poco llev a la abolicin de
la esclavitud, tan arraigada entre los pueblos paganos), la predicacin de un Dios
cercano a los hombres que los ama porque los ha creado, la promesa de una vida

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definitiva mediante nuestra resurreccin con l (que le da a todos los bienes de este
mundo un carcter de medios y de caminos, y les quita toda pretensin de dioses
absolutos a los que se pueda sacrificar el hombre), todo esto y la fidelidad de su
doctrina a la Palabra del Padre, que contradeca los intereses humanos, lo arrastr
hasta la muerte ms terrible y denigrante de su tiempo... Y este mismo Jess es el
que se atrevi a decirnos: Si alguno quiere venir detrs de m, que se niegue a s
mismo, que cargue con su cruz cada da y me siga (Lc 9,23).

5. Las clases sociales en tiempos de Jess

El hecho de que Palestina estuviera dominada por Roma, no impidi que

dentro de la poblacin sometida hubiera diversos niveles sociales. En todos los
grupos humanos se hallan personas hbiles para acomodarse a las situaciones,
incluso a las ms adversas, para sacar sus propios intereses. Tambin las hubo en la
tierra del Seor. Las clases ms acomodadas estaban formadas por el alto clero;
pues haba sacerdotes de primera y segunda categora: sacerdotes nobles por
herencia, y sacerdotes sencillos y pobres que ms pertenecan al pueblo bajo. En
segundo lugar haba un cierto nmero, aunque algo reducido, de laicos nobles;
aunque en esa poca, como en todos los tiempos, una buena parte de la nobleza se
contaba por la abundancia de riquezas. En cambio, la enorme mayora del pueblo
era, o pobre, o miserable. Entre ellos se hallaba un grande nmero de marginados,
como extranjeros y enfermos incurables, sobre todo ciegos y leprosos. Los que
pertenecan a clases ms renombradas y recordadas en los Evangelios son los
siguientes:

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Escribas. Eran los maestros de la Ley, a quienes se les llamaba Rabb

(Maestro), y ellos se pavoneaban por el ttulo. Gozaban del poder de la ciencia,
que era un patrimonio prcticamente exclusivo de ellos. La nobleza intelectual les
ganaba admiracin y respeto. Deban ser pobres. Se les prohiba cobrar por sus
enseanzas, y se les mandaba vivir de las ofrendas voluntarias que se les daban.
Muchos sacerdotes eran a la vez escribas, lo que les facilitaba el camino para
elevarse al alto clero, o por lo menos para que de modo artificial la gente los tratara
como de alta alcurnia: Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar
en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas tiras, y
ponerse ropas con grandes borlas. Quieren tener los mejores lugares en las
comidas y los asientos de honor en las sinagogas, y desean que la gente los
salude con todo respeto en la calle y que los llame maestros (Mt 23,5-7). Sin
embargo, a pesar de su pretendida pobreza, muchos de ellos buscaban el modo de
aprovecharse de su ciencia para medrar abusando econmicamente de la gente
sencilla. Por ejemplo, no tenan casa, sino que sentan el derecho de vivir en la casa
de alguna persona de buen corazn que los acogiera. Algunas veces prcticamente
se establecan en esa casa ajena, y se cargaban sobre los dueos para mantenerse.
Jess les reproch en una ocasin: Buscan los asientos de honor en las
sinagogas y los mejores lugares en las comidas; y despojan de sus bienes a las
viudas, y para disimularlo hacen largas oraciones (Mc 12, 39-40).
Algunos escribas eran ricos porque provenan de familias pudientes y
patricias. Son los que organizaron el movimiento de los saduceos. Otros, que
provenan de clases ms bajas, se sostenan con algn oficio que no interfiriera

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con su profesin de maestro de la Ley. Este camino sigui Pablo, el cual, para no
ser gravoso a sus fieles, escogi trabajar un poco tejiendo tiendas, para
sostenerse.
Para llegar a ser escribas, los jvenes iniciaban como alumnos durante
varios aos, viviendo en relacin ntima con su maestro, del que aprendan la Ley
y a interpretarla, los valores de la vida, los criterios para los juicios, pues un da
habran de ser los jueces de su nacin. Pablo, por ejemplo, haba sido pupilo de
un gran maestro muy respetado por todo el pueblo: Yo soy judo. Nac en Tarso
de Cilicia, pero me cri aqu en Jerusaln y estudi bajo la direccin de Gamaliel,
muy de acuerdo con la ley de nuestros antepasados (Hech 22,3). Cuando haban
aprendido la Ley y a juicio del maestro eran hbiles para entenderla y explicarla,
se les consideraba Doctor no ordenado, y despus de los 40 aos, si se les
consideraba adecuados para su ministerio, se les ordenaba Doctor de la Ley, y
adquiran el derecho de ser llamados Rabb. Entraban a formar parte del
sanedrn, que era el tribunal supremo de Israel, que juzgaba en materias religiosas
y penales.
A Jess tambin lo llamaron Rabb, aunque no lo buscaba: Ustedes me
llaman maestro y Seor, porque lo soy (Jn 13,13). Por sus conocimientos lo
reconocan como un Maestro de la Ley, como un Rabb, aunque nunca hubiese
sido un profesional de la Ley. Sin embargo, mucha gente sencilla lo consideraba
mejor que los otros, porque lo haca con autoridad, y no como sus maestros de la
Ley (Mt 7,29). Por eso viva con la pobreza que ellos deberan haber asumido
para su vida; por eso era el maestro ideal para el pueblo: no tena donde reclinar
su cabeza, sino que dorma donde alguien lo reciba bondadosamente, y algunas

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mujeres que lo seguan, como escribe Lc 8,2-3, lo servan con sus bienes.
Todos los miembros del sanedrn eran escribas, porque deban conocer la
Ley, para poder intervenir en el juicio. Muchos de ellos eran, adems, fariseos o
saduceos. El pueblo comn, en cambio, dependa de ellos en todo, porque no
saba la Ley; y era natural, pues sta se hallaba escrita en hebreo, una lengua que
haba desaparecido tres siglos atrs, y solamente los expertos la conocan,
mientras que la gente sencilla slo hablaba el dialecto arameo, en que Jess
tambin usaba de ordinario al hablar con sus discpulos y con las personas
comunes. Por eso se entiende el gran poder que tenan los escribas.

Fariseos. La palabra fariseo significa literalmente separado, es decir,

santo. Nacieron en el tiempo de los Macabeos (ms o menos como un grupo de
esa poca llamado asideos). Invadido su pas y su templo por el rey Antoco
Epfanes IV, en lugar de ceder a las rdenes de ste, de adorar a Zeus (cuya
estatua impuso en el Templo de Jerusaln), y no creyendo en las armas para librar
a su pueblo, se escondieron para cumplir en secreto la Ley divina, creyendo de
esta manera preparar la liberacin de Israel prometida. En general eran gente del
pueblo, no necesariamente escribas. Formaban comunidades muy cerradas: eran
miembros de organizaciones religiosas que hacan profesin de vivir santamente
de acuerdo con la Ley, por eso se les llamaba la santa comunidad (por ejemplo
de Jerusaln, donde haba varios grupos). Tenan horas sealadas para la oracin,
y se les mandaba dedicarse a obras de caridad y someterse a ritos de pureza, as
como a pagar el diezmo y a observar todas las normas litrgicas. No todos los
fariseos eran escribas, pero s un cierto nmero de ellos. Algunas de sus

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comunidades se encargaban de las necesidades de las sinagogas, sobre todo en

los pueblos. Para formar parte de esa comunidad, los candidatos deban
someterse a un perodo de prueba ms o menos largo, y eran admitidos cuando
haban dado muestras de observar las prescripciones rituales y de la pureza.
Tenan sus jefes y asambleas, as como una comida en comn cada semana. En
Jerusaln haba varias comunidades fariseos; en los pueblos pequeos, solo una.
Sin embargo, muchos de ellos abusaban de su asociacin en grupos para
fines menos santos, como gozar de ciertas prerrogativas, para imponer su
autoridad sobre la gente sencilla, o para entregarse a los placeres, como comer y
beber. Por eso Jess les ech en cara su hipocresa, porque, haciendo profesin
de vivir santamente, lo aparentaban para ser honrados por la gente y para disfrutar
de las ventajas que tal fama les daba. Por ejemplo, un da en que Jess acept ir
a comer a la casa de un jefe de los fariseos, varios de stos asistieron, y queran
sentarse junto al jefe y el Maestro, y ste les dijo: Cuando alguien te invite a un
banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro
invitado ms importante que t, y el que los invit a los dos puede venir a decirte:
Dale tu lugar a este otro. Entonces tendrs que ir con vergenza a ocupar el
ltimo asiento. Al contrario, cuando te inviten, sintate en el ltimo lugar, para que
cuando venga el que te invit, te diga: Amigo, psate a un lugar de ms honor.
As recibirs honores

delante de los que estn sentados contigo a la mesa.

Porque el que a s mismo se engrandece, ser humillado; y el que se humilla,

ser engrandecido (Lc 14,8-11).
Los Evangelios abundan de reprensiones como stas: Ay de ustedes,
maestros de la ley y fariseos, hipcritas!, que limpian por fuera el vaso y el plato,

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pero no les importa llenarlos con el robo y la avaricia. Fariseo ciego: primero
limpia por dentro el vaso, y as quedar limpio tambin por fuera! Ay de ustedes,
maestros de la ley y fariseos, hipcritas!, que son como sepulcros blanqueados,
bien arreglados por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de toda
clase de impureza. As son ustedes: por fuera aparentan ser gente honrada, pero
por dentro estn llenos de hipocresa y de maldad (Mt 23,25-28). Y es que,
aunque algunos escribas se haban hecho fariseos, de modo que al mismo tiempo
eran Maestros de la Ley y Santos (y por tanto haba fariseos en el sanedrn),
sin embargo la mayora de los fariseos pertenecan a la clase de pequeos
comerciantes, artesanos y aun campesinos. El problema es que, por se los
santos de oficio, solan despreciar al vulgo a los pequeos que ni conocan la
Ley, ni asistan los sbados a la sinagoga, ni observaban las normas de pureza.
De este ltimo tipo eran, por ejemplo, los pequeos pastores, que vivan en los
montes con sus modestos ganados, o bien como asalariados de los ganaderos
ricos.
Esenios. As como los fariseos, nacieron en la poca de los Macabeos.
Ambos movimientos son muy semejantes, aunque los esenios solan ser de mayor
alcurnia, muchos de ellos de gran poder, porque eran tambin sacerdotes de la
clase alta y al mismo tiempo escribas. Slo podan postular a pertenecer a este
grupo los jvenes mayores de 20 aos, y tenan que someterse a 2 aos de
formacin y pruebas, al final de los cuales se juramentaban, para formar parte del
grupo, que estaba dividido en varias comunidades, cuyo jefe era siempre un
escriba. Mt 3,7 junta a los miembros de los dos movimientos, al buscar, algunos
fariseos y esenios, el bautismo de Juan. A ambos grupos ste los reprendi:

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Raza de vboras! Quin les ha dicho que van a escapar del castigo que se
acerca? Los dos movimientos era, pues, semejantes, aunque los esenios
provenan de miembros de las clases sociales ms altas, incluidos los sacerdotes
de la clase noble. En tiempos de Jess a stos estaba reservada la dignidad de
sumo sacerdote, como Ans y Caifs.
Como Juan, tambin Jess en varias ocasiones junta a los dos grupos al
desenmascarar su hipocresa: Cudense de la levadura de los fariseos y
saduceos (Mt 16,6). En otro lugar del Evangelio, Mateo nos indica que uno de los
signos que marcaban a los saduceos, es que no crean en la resurreccin de los
muertos (leer Mt 22,23). Debi ser un rasgo muy notable, porque tambin lo
apuntan San Marcos (Mc 12,18) y San Lucas (20,27).