El Hombre de La Calle Ante La Obra de Arte

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te EL HOMBRE DE LA CALLE ANTELAOBRA DE ARTE UNIVERSIDAD POLITECNICA VALENCIA 102-856-303 Primera ediein: octubre 1992 Directora de Ia Serie ARTE: NEILLY SCHNAITH \Versén eastelana de CART BAENA, tan gst provi sin aeons Queda aes opi, blo ls snsones eae 2 i eprodueion ttl 9 pra tray eam fori, 8 4 predicate gee, median alge opésano pubeos ial: homme du commun Towrare is wads aa, Eto Dab, S.A © Bei al 2 2085 Madd solstice Tmpreso en Espaia osioles (Madrid) SUMARIO Prefacio Primera parte PROSPECTO Y DEMAS ESCRITOS ‘Advertencia del autor ‘Notas para los eruditos .. Posiciones anticuleurales La flor batbada El arte en bruro El arte en bruto frente a las artes culeurales.. Homenaje a los valores salvajes El revestimiento de Clément El escrito del conde de Bon Sauveur a doble vida de Laura Paso al incivismo zs Pinturas inicidcicas de Alfonso Ossorio Céline, piloro Alitas Percibir Improntas Notas sobre las litografias mediante reportes de ensamblajes y sobre las series de los Fendmenos La feria de los espejismos Cortespondencia Segunda parte DESIMANTACION DE LOS CEREBROS Desimantacién de los cerebros 15 19 51 7 6% 65 a 87 105 5 129 135 155 163 167 169 187 209 zn 233 Tercera parte ‘TEXTOS INEDITOS documentacién wind + Georges Timbour como ace er eventual atulizacin de 0 ibe p 0 : 5 ‘ on i sintados Cara a det CeToreau sobre lospolestrenes pineal el Hourloupe Nota sobre el titulo del «Gat e Cokie. moras, sobre los «Fenb {Louis Sout oem sobre as fonmase yas smateris» binete logolbgico» menos» pincuras del PREFACIO Cuando se concibié el proyecto de este libro, se le propusieron varios steulos a Jean Dubuffes. Ninguno le convencié, Todos le pa recieron «susceptibles de dar una idea de suficiencia» o bien «an poco especiosos, dotados de una referencia demasiado singular». Ast que él mismo sugirié el de EL HOMBRE DE LA CALLE ANTE LA OBRA DE ARTE, que constituye ademas el objeto de este pre facia. jBl hombre de la calle! La expresién, recordémoslo, data de 1944, de puito y letra de Pierre Seghers. El propio Jean Dubuffet no se privé de aplicdrsela a si mismo: «Me encanta ser xn hombre corriente de la mas baja estofa, escribia el 26 de junio de 1947 . Desde entonces, qué ha sido de este hombre corriente, es decir, del propio pintor y de aquel a quien se dirigia on su conferencia popular sobre la pintura de 1946? Si en un principio pudo parecer que Jean Dubuffet dirigha sus trabajos bacia wn arte para la mayoria, bacia an arte que podia inte- resar a todos, al no consagrado a las bellas artes, al no especialista de las artes convencionales, al aficionado —al que ama sin mas tazin que la de querer amar—, al aficionado de toda especie y, como dice Jean Dubuffet de sf mismo, «tomador de material bruto>; silo parecid, eno pudo babérsele olvidado, borrado? Y si ast fue, cen favor de qué? de aco- plamienco ya conocernos, sino de manejar inte materias magicas rie parecen dotadas de voluntad propia 3° Wt poder muchisimo Msyor que el de las intenciones conocidas de) artist Estos recursos poscen un fuerza superior 2 la suyas es como st ‘hombre tratara Fesmnanejar el rayo. Los pinceles parecen est ‘embrujados, bacen oe se meravilloses. Sobre un tema, un rostro humane Plt ejemplo, cosas maven dererminado de su claboracién, peso scum por encima de una policromfa previa vn ppincel cargado de un color Ferprevisto —por ejemplo negro, verde, él due so 1% de pronto umPraduce un milagro, una operacion mdgica! Hse ‘olor que se ha Se Pecfurnado rida y superficialmente se funde de ‘modo admisa cra colores que recubre, aunque dejando que se timbers oe mupercepriblemente en algunos lugares, formando asi unos de gradados y unas aproximaciones de fonds 30 finos, tan sutiles, que arate habria podido concebitlos voluntariamente, ¥ ‘mucho menos mi ile capar de realzaros. En ese momenro, poco impor para consepuitlo se haya tilizado el negro, ¢! ‘verde 0 el rosa, ¥ que Par eB claro o sombrio: efecto es el resultado de o%8 ‘utile- oo eter ey sigue siendo el mismo. Tampoco imports Qbe, Fe aa nena pincel hoya acrastrado un grano de negro due 2 estaba vez de la mujet que el artista se Seco. serd un bigote, y asi env +e sponfadibujar~-pero sin gran motivaciom, sin inssrencs en: Gremos el reteato de un hombre. ‘TRABAJO DEL COPISTA ise acta de copia un cuade, ropezamos con Is dfiaited de BB hombre de la calle ante la obra dea te a reproducir los mismos accidentes. En efect Se shale | dckcodienes on Mebtc, epxnctied Ini ne arena oh ee piotapnon, Bast wi fees per dem epee ‘cganché en su recor Jo con un grano que sobre rare una pnts deco ce cia ec io op is zed Dea el trabajo copista resulte tan decepcionante e inti, Copia un candro es como repodiciua eu Tin rm, una edie To coat el fapiia puede haccr es, asimileado el rlaare dl pintor en el i eee apie aber con el mam expr, dejan rmblen oer prte 3 aor os Sesignie del sa el natn e, mo se piensa con ligereza, un ino queesth organi. como se piensa un poz0 informe, sino que est organi ‘noe ei mo den bs mss, fs ronalidades Bite agama os eres co do srayory tes, mich més nu Siac on scents 60a tjecacén de su taba No eta esos accidentes no serén los mismos wcirdn en los mismos I ni se produciran en los mismos lugares, por lo qu Ingres, pot lo gue el dibujo, hast el tema del cud, haba ACOMODARSE Es inhumano 10 co asi mntar con el azar, rechazar el proved pace sent eg, oo ey Hv Eiobatae oe quite encende fuego enel campo vale de ado log en, las camas que tiene a mano, de la direcci Bay siposdc, rodea la fogata con piedras o con arena eee LA SUERTE DOMESTICADA Del mismo modo que el obrero consigue, gra yuan, glo scents Nearan ail fr mas crear ins ae on el ai ae au i be mata: mene evés de qué melon un ero per para provcalos tarp lo ns fie. En Sate eee mis ffs os diatonic yoni concn mi lea 7 lega a presentir sus costumbres y sus modales, su 28 Jean Dubuffes caprichos. Como el pastor que aprende a balar y 2 trepar con sus cepras,aci se identifica el pintor con las suyas, hablando su lenguaje y haciéndose entender. TODAVIA MAS AZAROSO ‘A.es0s pintores que me reprochan que utilizo demasiado el azar fen mi tecnica y que modifico paulatina y totalmente el motivo de sai euadro si la ocasi6n me incita a hacerlo, les digo que yo me sirvo Tel azar menos que ellos, ya que no es el azar el que me pula, sino fas veleidedes y el eardcer propio de mis materiales y herramientas. Sin embargo, 4 es0s pintores que reproducen fielmente, como una place fowogrifica, el especticulo que la ocasién ha puesto ante sus Fos, es realmente cl azar el que les hace colocar en su lienzo vo cape sa izquieede y una casa a la derecha, con ese mal prevexto de que ast estd dispuesto el paisaje que tienen enfrente, ese azar que Bee leva a der al rostro que estin pintando una expresion pensativa © inguieta porque el modelo tiene precisamente esa expresiOns Jeced no hace falta modelo, sencillamente porque otras ocasiones, Seros azares (de los que yo no me valgo) les han llevado a concebit ese proyecto en el que se han empecinado. LA MANO HABLA ipciones, de traz0s instintivos, res- Hay que alimentarse de inscri idades antiguas de la mano huma- jpetar los impulsos, las espontanek Porque taza. sus signos. Por ejemplo, esa verticalidad de nuestra tscritura, que inclinamnos levemente al mismo tiempo que sacamos tin poco la lengua. Es preciso salvaguardar el nimero infinito de reflejos que poseemos. Ix en contea de los mismos es como encon rare con un bailarin que, a fuerza de andar tiesa y afectadamente, hhubiera perdido el ritmo natural de sus gestos y sus movimientos. Li obra seré més conmovedora, més humana y expresiva cuanto mas evidente sea la mano del artista. Hay que huir de todos los metio mecinicos e impersonales. Las tipografias y caligrafias més perfecras tienen menos atractivo que unas palabras manuscritas perradas sin intencién por una mano sincera. En todos los detalles Jal euadco debe percibitse al hombre con sus torpezas y sus debili- FI hombre de Ia calle ance la obra de arte 2 dades. Debe percbirse en esa lis aides sa linea que, aunque debiera ser rec rl por a mono embl)yacnesunpe iponyacianar pe aes regulars 0 ratos de le sperici haa hecho ‘salar el Pincel) y, finalmence, decae al xérmino de su recostido (porque el fino casa de eer ann sao), Esa mane ut dea le color rojo vivo ahora es rojo pilido o rosa, porque el pintor no tent el lr ae necataa t enbng sin preocupare deme. ado, utilizé la que tenia mas a mano y al que mi io le satisface que ese rojo sucio hi land tsa Brilante Lo q io haya reemplazado al rojo brillant jc una / estin desplazodos y la tercera pata de la m denota imps ciencia o lasitud. Igual que los azares propios de los materiales unl. zalos (aunque ao se cate, como be dicho, de azars so eles Yeleidaesy aspiracones propas de ls materials), los anaes de a mano (6 capris, sus etacions, ss reactions pro ) anbign deen aprccer en la excena ial dela opaneiadle + saludar al piblico junto con los actors. fae ALIMENTO DE LA PINTURA Si las eruchas pintaran, ;qué apasionance seria su deslizamienos, de relémpagos cael ‘agua vival La de ae rindara su obra, seria la obsesién de la pie ade ls pros etc lena de cicloy de mibes Yeo impor cbr gie para una manzans, or ejemplos rch Te imi $y cio flo a secpiene el calor de su pede av, st cl. Camo hombres que somes, nos apasionamos por is bras que tea san nuestossemejantes; busamos con avide en elas as uel clos espectcalos que pueblan nucstras miredas en roles losing tates. de Tas prestnes catdanas que nos asestonan, de todo auant finunds nuestros sentidos a cada paso que damos. cosas como un cartel rsgato, un pedazo de chape que bil, un herr outa, camioo encenagao, ane apaers pita con al inscripen de es elit por ln vi un Color enontatoen I alley hells, més hells, senderos,azares que aidan : s viviendas y en nuestras cindades. He aqui todo lo que el pintor debe captar, asimilar y fijar debe cap iy fijar en sus obras. Hasta cuando pinta una Jean Dubuffet 30 NO FATIGARSE NUNCA Rechacemos Ios trabajos abursdos. Van en contra de la natura- Jeza Kamana, contra los ritmos ebsmigos; mo Bay, Pet qué cansarse leza Huma es necesari, es natural que tatemos de evitarlo, de va: Ce fe cualquier instrumenco que fengamos ¢ Nee aleance 0 leenos 86 csidn favorable que pueda facilicarnos 1a SA hacerla we ee crractiva, El teabajo aburtido es inhumane y repugnante, y anit Feu lleve su impronta es feo. Bl placety 1 comodidad, sin roaties di coaecibn, componen Ia gracia del gesto humane. EL BUEN PROCEDIMIENTO .do un cuadro con un tono fan No es arractivo ver que se ha pinta plano como con el que se pinta une Puert Hay que diversificar earn cuperficie, cosa de ln que Precisemente S© 0°90 los pintores. cade Sa y diversificindola se le comunice vide ¥ $f fa anima thigicamente. Ahora bien, esto podri losrarse més a menudo (y Treo que siempre mejor) si se emplean und rmedios extremada- Feo Ie illog,Siel pintor esparce un cono clato por set de un aaa searo pintado previamente, 0 viceversay de ‘modo que los ¢a~ prichos del pincel pongan de manitiesto Yt infinita variedad de ricaos det Eo sl 5 mano es feliz, est encantade Cre” matics calpado mas eficaz en pocos minutos (unos TPCT de ale: fre plenitad para el artista) que ot pintor que 8 afane cercamen- Bee Piepmbiaar durante semanas unas aproximeciones de matices laboriosamente conjuntadas. NO DEMASIADO RICO Siempre ser mejor que los efectos que se NYA conseguide (efectos buscados 0 encontrados) resulten de unos medios muy sea cere Gaanto més simple sea la mezcla de le que procedan los colo- cio Fanta menos bésqueds para seleccionarlos, MES seri ese re cuatlagroso, Precisamente por es0 son tan atractivss las pintu- ‘te populates, en especial las barracas de feria Bl hombre de la calle ante la obra de arte BL LA IMANTACION SE PR¢ 1a MANTA ODUCE A TRAVES DE UNAS VIAS agra ei ej ee meets abe tony eo one og bn Ss He crits eactSeoatee ain ino gl an cals ‘seco; en unas partes serd mas delgado, en 7 as grote tod sep ia carga de color que leve el pince; finds iquido o més firme, més transparente o més opsc nis liso 0 estas diversificaciones tan fia sida raigice a os por ejemplo, cuya suerte no nos importa demasiado, Pere RAPIDO COMO EL RAYO Tenemos di 10s un pedazo de papel, ere |, y queremos hacer una pajarita, un ba poe < or ad, or oto, en ‘istintas diteciones y celeom lel oon snowimicat pido, os Pleas ssn den de bays Toomento de aside A Force iianon pos bad, om mismo cour eon case” EL VIENTO UNICO {Qué risa! jUn animal at (Un a I con unas patas como las de las sillas! Er | mundo hay muchos objets que paecn ye eo ne a Focjaas. § no son las diferencias y las peculiaridades, sino bis Senn i acer eos sha uci “ba Maiad + con ys, €S necesario que la obra posea ese viento de fe eaten peep tod mioig ones 2 Jean Dubuffer UN CALDO CONTINUO fs a una alca rosa tiene virtudes propias, pero se parece mis a una al fa fasta. a und leehuga 0 hierba cualquiera que a une fe El invent de fabricar una rosa mediante tec, 2 ros iquimista con sus drogas o el pintor con sus pastas de colo- see Shampre dart lugar, teniendo en cuenta las desvaciones de la cbva humana, 2 un objec imperfecto que ‘cs cece a fe ry Imperfecto pero conmovedor, porque ha surgido de la ma Set hombre; no rend la forma precisa nie color nie! perforne de rosa, pero nos dacemos por contentos si esta aproximacién ¢ test Pe rcllo de vide, no importa de au case de orden, y palpita, De la rosa ala graminea, ¥ de a gramines ala tierra y #8 ain deste una continuidad, un Fasgo comin que es la existencia, Pe sustancia, la pertenencia al mundo del hombre, todo lo cual for- sma un gran cakdo continuo que tiene en todo su recorrido el mismo sabor, el sabor del hombre. chofa, a un atl rosa de celuloide INTERPOLACIONES Estos dltimos dias he estado observando Ia antracita, he penss- do mucho en ella; hasta yo mismo me he sentido un poco trans: formado en antracta. Estaba pintando el bello cuerpo de una mujer desnuda, pero mi obsesiOn eta tan grande que me llevaba a pinsarla on el color y la naturaleza de Ia antracita: mitad mujer mitad a tracita.zAcaso no tenio razones para ello? Siempre hay una cont: fuidad entre los objetos, un camino que los une, Les habia parse. do ms Topco que, obsesionado como estoy por In anracc, buble Jatado un objeto con la misma chispa y 1 misma mano que al i iis hubiera visto o como el que se sintiera obsesiona- spies yema del huevo 0 por el color del pan o de la arena? dio por la yema TOCAR EN EL TECLADO DE LAS EVOCACIONES Y REFERENCIAS jori mis agrada- Los colores vivos no tienen por qué ser « priori més agrada- bles mus vehementes que los tonos apagados y neutros, pero werdad que el que utilice por primera vez los colores, un nifio, por ET hombre de I calle ante la obra de arte 3 ejemplo, disfrutaré utilizando los més Hlamativos. Y esto ocurre porque estos colores no estin presentes en los objetos que 10s r0- dean y en las manifestaciones corrientes que se nos ofrecen. A los nifios les parece algo mégico porque, fuera de las cajas de colores, nunca se tropiezan con ellos. El color verde y el azul, aunque no sean muy intensos, estiin muy presentes porque son los colores del cielo y de la clorofila. Pero gy el rojo? Si, esté la sangre, pero es dificil encontrar un rojo intenso; s6lo en las flores. ZY el color vi leca? {Dénde podemos encontrar una gran mancha violeta en el mundo que no sea en los lirios? ZY de ciclamen y de capuchina y de color yema de huevo? Todos estos colores nos encantan y sorpren- den porque son poco habituales, casi ireales y poco humans No obstante ese breve efecto de sorpresa, no nos conmueven gran cosa; pertenecen al mundo de lo mégico. Al arte se le pide que se mezclen en él lo habitual y lo magico, porque donde slo se encuentra lo habitual no hay arte y donde solo hay magia su efecto ‘no nos emociona. Nos gusta que la obra de arte aiine lo muy real y lo muy extrafio. Los cuadros que siempre tengan e30s colores maravillosos care- cerin de puntos de apoyo sobre nuestras visiones corrientes, porque ro evocardn nada real, a lo sumo los macizos de Flores de los jardi- nes piblicos o las fichas del parchis. Algunos pintores se han esforzado ingenuamente en clasificar los colores considerando el supuesto placer fisico que la proximidad de un color a otro pudiera ofrecer a los ojos, pero han perdido el Fiempo porque su estudio se ha basado en unos datos absolutamen te falsos. Han procedido como el que, si se tratara de poesfa, hubie- 1 elaborado un sistema sobre las relaciones de las palabras conside- rando, por ejemplo, la consonante inicial o la cantidad de vocales de cada palabra, y dijera que una palabra que empieza por una m debe ir siempre seguida de otra que comience por una , etc. Del mismo modo que no son la materia ni la sonoridad de las Palabras las que les confieren su poder, sino las evocaciones que desencadenan al ser pronunciadas, también podemos afirmar que los colores tomados en abstracto, as{ como sus asociaciones y apro- ximaciones, carecen de virtud y que su acci6n se ejerce a través del mecanismo de las referencias de estos colores. Quiero decir que un determinado tono parduzco evoca el color de la tierra, aquel otro el color del pelaje de un animal o la piel del salchichén, mientras que cierto color negruzco remite a la tinta desle{da, a los zapatos sucios a Jean Dubuffer otras mil cosas de diferentes drdenes, Esos juegos de referencias, pproximaciones y conjugaciones de diversos or ‘petmiten que un color colocado ya los juegos de estas a denes que evocamos, son los que junto a otto funcione. PINTAR NO ES TENIR, ‘Tefir s6lo significa cambiar el color. Yo puedo poner en remojo mi pafuelo y mis calcetines con una pastilla de rojo y no por ello ovlifico de manera apreciable sus cualidades esenciales. La tela fina, la basta, el algodén y la lana siguen siendo lo que son. Sin embargo, el pintor transmuta, sabe manejar sus pinturas para (ransformar esa cela o esa pared tan delicadas en sustancia de hoja de drbol, de madera labrada, de corteza de dtbol, de céscara de hue- Go, de porcelana 0 de suelo sucio, de piel de repril o de pez, de pedernal o de pizarra, de crema, de hielo, de felpa, de muaré, de terciopelo 0 de suelo pedregoso. A MANOS LLENAS tor es embadurnar, no extender con una plumita o un mechén de pelo unas aguas cefidas, sino zambullir sus panos en cubos y palanganas y masticar con las palmas y los dedos Ir tierra y la pasta del muco que tiene ante si, amasarlo, imprimir fen él las huellas inmediacas de su pensamiento y de los ritmos ¢ {mpulsos que laten en sus arterias y en sus netvios, valiéndose de sus manos.0 de instrumentos sencillos y btenos conductores —una hoja afilada, un palo corto 0 un trozo de piedra— que no debiliten Ts corriente de las ondas. Después de todo esto jqué vano resulta «que haya muchos o pocos colores! jqué poco importa que el blanco sea un poco sucio 0 el amarillo un poco apagadot Basta. solo el pareo, mada mis que el barro monocromo, si queremos pintar de verdad y no colorear pafiuelos, El gesto esencial del pint APRENDER A EMBADURNAR Mis que en la eleccin o la yuxtaposici6n de las capas de colores diversos, el papel del pintor consiste en aplicarlas (basta con una El hombre de la calle ante la obra de arte 6 eis an rom ce barro que tenga a su alcance) de ciertas man je sean expresivas e imprimitles unos movimientos que formen Sma ane ea lenguaje analitico de las palabras, sino uno m: cy tirce Spe enn cg cages ante obtenida por la impronta directa del ges "ioe rltmos ms feria corrientes y los impulsos que recorren su ser. § ene GASTRONOMIA ELEMENTAL Pe too de tata el arte de tl modo que el pensamienco del gpetador ens estados de dnimno eimpresiones se presenten en esta- pepe, rae com al 105 un arenque recién pescado, CINEMATICA DE LA PINTURA va it? 20 debe miarse de modo pasivo, la micas dl tg no debe aarario todo de une vee sino que debe revi eiboracién,reconstlo con su pensanient, ecal, As vl Teter] movimiento que ha trazado la pales, se sentiré labrad pot su src, aplasad pore peso de apt y un taro gel asedor acerado rata cre. Bol intra del servo Sone en marcha un mecanismo que eascadonde ha rscao c gimr, fot, horde, mas, apoya done lo ha hel el pinto Sienesepreducice en dl odo ls gests del pintor Donde veo cra le pnts él experiment eed vss de a pate avi td por gravee seni Xe produjeron esos all etal é, “ a arrugado al secarse, él cambi ; trae, se arruga, y si se ha formado poea cima le contre, se arrga,y si sea formado una burbs, not la hiocheaén en lo mis profundo del vensee ” "Som? Ie EL PODER DE LA ESCALA EI pintor que ha | pintor que ha concebido un cuadro —un paisaje campestre y SEE eeedd CEE e- eee Cece Eee Ee eee eee 36 Jean Dubuffet unas figuras— estudlia y varla a través de sucesivas esbozos las di- mensiones de los distintos elementos en relacién con las de los ‘eins y con las de la imagen total. Esto es, las proporciones de los personajes con el &rbol, del Arbol con la nube, de la aube con &t Berto y del perro con la casa. Esta bisqueda trata de encontrar la Expresign y el poder de sugerencia més acertados con los que desea Genar a los objetos. Ya ha logrado una relacién satisfactoria entre la ‘nube y el debol. Las dimensiones de una con respecto a las del otro Gfrecen unos efectos muy sorprendentes. El pintor afirma que las cuestiones de escala y la simple dimensién que se da al objeto en el uadro que se ha analizado previamente—, asi como el emplaza- ‘niento desigoado para el objeto (de tamafio pequetio, por ejemplo, tn la parte superior del cuadro cercana a Ia esquina, pero no en la esquina misma), deben madurarse porque pueden proporcionar un fran poder de sugerencia. Es evidente que se trata de una serie de sinsideraciones mis graves que las que ocupan en nuestros diss a Ciertos pintores profesionales, que dan al drbol, con ligereza, la di- mensiGn necesaria para que la mancha verde equilibre la roja del perro, y que se preocupan tinicamente por dar al conjunto de for- thas y colores una arquitectura que no pretende llegar al espiritu, tina catisfaccién igual a la que proporciona la vainilla, cosa de no poco mérito. LAS CATEDRALES EN LAS CALLEJUELAS Del mismo modo que las gigantes proporciones de un edificio sorprenden mucho mas si estn ubicadas en una callejuela, un gran Guaito cobrard mas sentido en una pequefia vivienda sin espacio para contemplarlo a distancia. COMO HACER UN RETRATO Me gusta evitar en los sujetos que pinto rodo aquello que es ocasional; prefiero pintar hechos generales. Si pinto un camino va- tio quiero que sea el arquetipo de camino vacto, una sintesis de odor los caminos vacios del mundo, y si pinto el rostro de un hom- bre, basta que mi pintura evogue con acierto una cara humana, pero sin vanas particularidades aecidentales. BB hombre de la calle ance Ia obra de arte DOS DIMENSIONES oie eeNe de intra es adornar las supetcess poe ca jene en cuenta dos dimensiones y exclaye la profundidad, S; tinsel coxu ys fees de eve na sguenes, la adulteramos. Hay en estos procedimientos algo de engafoao deshonesto que me disgusta, Molesta a los sentidos, es tne torpeze ind Poverun pw claro enel cent de una maneaney gree Bs sombre edeor pr ude hn gia fos, ns fates que ten relieve es una pobre invencia, Tratemes mejor de cocontat I transcript adecuaa para aplanar los objets el bre la superficie; que a superficie hable su Lenguaje de supe un ao lenge de pac emesialqu o ly ¢Acaso completamos una superficie si la llenamos dk rae protuberancias y de alejamientos? Bso seria tanto como onaeis oraberancias 10s? Eso serfa tanto como torturarla Yo, el convo prereset iann Mis on regodean al posarse sobre una superficie plana, y especialmente si G recangolt. Ls objets represen Se lan sree rmados en galletas, como aplastados por la plancha, DEFORMACIONES FAVORITAS oe ‘nape de las meee mecanicas de la perspectiva lineal cl ica —la mesa en forma de trapecio, el plato ovalac "prefier fe deformaciones procedentes de la Cee a wervienen el ingenio, la invencién y el capricho. ceestatea MAS INVENTIVO QUE LA KODAK En vee de utilizar | iva meci oy en,nez de liza la perspetiva mecinic, podemos super apa en nn ee obits in mi mente y me niego a aceptar las coacci ina de fen el jardin que hay dees de a casa y que ls ojos te rueden vet y como quiero pinata exactamene de esta mane, pond el re ella 0 a st lado, segrin convenga, y lo haré de do que se comprenda, en la medida ce lo poste gpa waits estd detrds de la c oe ay que se entiends la dificulead con la que se ha 38 Jean Dubuffet ropado el pintor y cémo ha improvisado para resolver el problema tema cada caso requicre So slay sep el estado de dniro el capricho. DOS CAJONES n dos instrumentos afina- “onozco a algunos artistas que tienen sa dos por separate, Bsponenaaoraamente su razones snc is nee te jores al Renacimiento 0 del obras de cualquier época o lugar anteriores imiento © Tmeten su guitarra en la caja, sacan une flauta s sare completamente disints. Ven obs infacies © arte pop: far: entonces guardan la flauta y sacan In guitarra. Se comportan ar enatigran compartments estanco, como si so40 tina misma cosa y hubira varias artes: un arte que es bueno algunos —del que se goza— y otro que es bueno pera n que se juzga que es bueno para —el TIERNA QUE LA DE ‘ARNE DE TERNERA ES MAS ! HG RN panas SE GUISAN DE LA NISMA MANERA suror slo rereato leno de caprcho y encanto co auto Aa se le consiente y se le elogia que ape dint jo de color rojo y otro, amarillo y i ae ae fe = Paris ‘si yo me permito algan capricho me replican que Pa Per aur pando hacer Gets coms que I mente del Bho my ns laut qe man el ae 20 se eNamsmos etnies, que tia, eft 00 6 : : Sin Gubsrs yors6lo sé que los trabajos infects son may tulmemtris porge los ios son hy orpes tienen un epi Say nade ary, por oy Hota qu me sala dempe mucho sens qe ells, pedo porque en picchas mie larga, correr ms velozmente y més lejos que ellos, jmucho mis lejos! Tengo un tiene ocho afo EL GRAN JUEGO El arte es un juego —el juego del espirita—, el juego mayor del Bl hombre de la calle ante la obra de arte 39 hombre. Un nifio contempla durante un instante una bola de trapo y se le ocurte una idea: Ia bola es un piel roja. El ha decidido creer {que ese mufieco de trapo es un piel roja, decide tenerle el mismo miedo que se tiene a los pieles rojas y, en efecto, teme al muiieco, 2 pesar de que sabe que s6lo es un trapo anudado. En el origen de ese mecanismo est muy asentado ese talante que lleva al nifio a decidir due ese mufieco seré un piel roja; sabe que, habiendo decidido creer 0, acabaré por creerlo en muy poco tiempo; sabe bien que el espi- iru procede de ese modo y le maravillan el ensayo y la verificacion de ese proceso mental. Juega a dejar volar su espiritu como hacen dos bebés al dejarse llevar por sus piececitos. Como yo. NO HAY MERITO SI SE HA SENTIDO PLACER Observo una singular inclinacién a desconfiar de las obras de arte que proporcionan placer. Asi lo establece cierta corriente de pensamiento que hace furor, segtin la cual el placer es siempre des preciable y lo tinico digno de elogio, lo —digémoslo claramente—- Virtuoso, es el trabajo tedioso y carente de placer. Quienes hacen de la vireud lo conteario del placer tratan siempre de instieuir un arte que lo excluya y sélo entrafie esfuerzo, valentia, dficultad, etc. Sin embargo, esas artes de las que hablan son siempre lo contrario del arte, Claro que también estin los que no quieren perderse nada y que le piden al arte que sea arte y que, por consiguiente, procure placer y que al mismo tiempo satisfaga ias demandas de los vittuo S05. Asi surgen esos extrafios hibridos UN PERRO QUE HABLA Todo el mérito de un cuadro estriba en arrastrar a quien lo contempla a un mundo de prodigios donde todos los objetos que se epresenten 0 se sugieran adopren un aspecto poco habitual pero a ‘a ver irrefucable. De esta manera, tendriamos la impresién de ver los ahi por primera vez tal y como son en la realidad, como si hasta enonces s6lo los hubiéramos intuido en la sombra y ahora esa nue- 8 explicacién los iluminara poderosamente, como si la magia los hhubiera dotado de lenguaje y fueran tan curbadores y apasionantes como un perro que hablase. Este fabuloso encuentro quedatia gra.

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