Dossier

El pensamiento crtico de

Gonzalo Puente Ojea

Miguel ngel Lpez Muoz1

Este artculo est dedicado a Juan Antonio Aguilera Mochn, maestro en exorcizar los entuertos de los
dogmas religiosos.

Gonzalo Puente Ojea firmando un ejemplar de La religin Vaya timo! durante el homenaje que le dedic ARP-SAPC (foto: Jorge J. Fras)

el escptico 22

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Introduccin
Las notas que a continuacin se recogen estn escritas
con el pudor y la inquietud de quien pretende presentar la
investigacin sostenida sobre la bsqueda de la verdad y la
emancipacin de la conciencia, una labor de investigacin
realizada para su mayor valor en el marco de una tradicin
hispana desenvuelta entre dos aguas: el fanatismo religioso y la hipocresa liberal. Adems, estas notas sobre la
densa labor ensaystica de Gonzalo Puente Ojea, no poseen como finalidad la reivindicacin de una aventura intelectual, imprescindible por otra parte, sino la expresin
de respeto y reconocimiento a la contribucin ilustrada que
a tantas generaciones de espaoles nos ha invitado a leer
y a pensar desde la seguridad y la firmeza del clsico, un
clasicismo dirigido al anlisis de los fundamentos y la fenomenologa del poder religioso de forma especfica y del
poder socio-poltico de forma amplia. Es un privilegio y un
honor contar en Espaa con un pensador de la capacidad
crtica, la honestidad intelectual, la constancia y el rigor de
la dimensin de Gonzalo Puente Ojea.
Sin hacer concesiones a la mera claudicacin en la denuncia de la presin y la imposicin de las formas del
poder religioso en nuestras sociedades (denuncia a la que
el autor no renuncia), Puente Ojea lleva ms de cuarenta
aos demostrando que el atesmo contemporneo, bajo su
perspectiva transformado en irreligiosidad con el soporte, entre otros, de las ciencias biolgicas y fsicas y de la
neurofilosofa, abre un panorama mucho ms amplio que
el atesmo decimonnico de la escuela de la sospecha, dulcificado por lo dems desde los tamices de los established
scholars en agnosticismo espurio, cuando no en dogmatismo antitesta o en mera indignacin anticlerical.
En esta sucinta exposicin sobre el pensamiento crtico
de Gonzalo Puente Ojea se distinguen dos grandes ejes en
torno a los cuales se sita la reflexin puenteojeana; por un
lado, el anlisis sobre los fundamentos del poder religioso
que lo ha conducido a su vez a transitar por tres cuestiones
capitales: la cuestin de la fe cristiana, la cuestin de Dios
y la cuestin del alma. En todo este proceso el objetivo
siempre ha sido dar cuenta, del modo ms fiel al estado
actual de la ciencia, de la legalidad y la legitimidad que
posee el estatuto onto-veritativo de esas tres cuestiones.

Puente Ojea lleva ms de cuarenta aos demostrando que

el atesmo contemporneo
abre un panorama mucho ms
amplio que el atesmo decimonnico de la escuela de la
sospecha.

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El resultado ha sido un proceso creciente de denuncia de

falsedad que implica de manera inexorable la destruccin
de mitos como el de Cristo o el de la existencia del alma
espiritual, y con este ltimo, la cada en desgracia del timo
de la religiosidad en su conjunto.
Por otro lado, y de forma paralela, la obra de Gonzalo Puente Ojea ha ido articulando todo un referente intelectual en la praxis de la lucha por la emancipacin de la
conciencia humana. En primer lugar, la crtica a la llamada transicin a la democracia en Espaa como elemento
de continuidad de una dictadura de vocacin teocrtica,
asesina y corrupta en todos los rdenes. En segundo lugar, la reivindicacin democrtica republicana, vencida
por segunda vez durante la operacin monrquica de la
transicin y desarmada por una clase poltica, de nuevo
cuo, cmplice. En tercer lugar, la construccin del marco
terico-prctico del laicismo como modelo y regla formal
de igualdad y de respeto a la libertad de conciencia en la
admisin plena y sin reservas del pluralismo ideolgico.
La bsqueda de las verdades sobre la fe cristiana,
Dios y la religiosidad
Cules son las pretensiones de verdad de la fe cristiana?
Al plantearse esta cuestin, Gonzalo Puente Ojea, no solo
est transgrediendo los lmites impuestos por la exgesis
bblica catlica o por el proyecto de desmitologizacin al
estilo del conjunto de la hermenutica existencial cristiana
(K. Barth, R. Bultmann, etc.), sino que su objetivo es doble: en primer lugar, desvelar como apologtico el trabajo
de la hermenutica desde el patrn del mtodo heurstico
(expuesto y desarrollado, entre otros, por H.S. Reimarus,
S.G.F. Brandon, H. Maccoby o A. Robertson) y a partir de
aqu, en segundo lugar, identificar y esclarecer dos fuentes y modelos, teolgica e ideolgicamente antagnicos,
que conducen a distinguir de forma ntida entre el Jess de
la historia de buena parte de los Evangelios pretendiente
mesinico davdico, y el Cristo celeste de las Epstolas
el divino, sobrenatural y trascendente Cristo paulino. La
sntesis ms depurada y precisa de su trabajo, la recoge el
propio autor en su obra La existencia histrica de Jess
(2008), as como en el texto Jess o Pablo? incluido en El mito de Cristo, (3 ed., 2013). No obstante es
en Ideologa e Historia. La formacin del cristianismo
como fenmeno ideolgico (1974) donde queda plasmada
en toda su profundidad la tesis puenteojeana sobre la fe
cristiana, de tal manera que toda su obra posterior ha consistido en un ulterior refrendo que complementa el ncleo
originario. Antonio Piero, Catedrtico de Filologa Griega de la Universidad Complutense de Madrid valora esta
obra del siguiente modo:
Pienso que, sin ningn reproche de hiprbaton retrico, es posible afirmar que el planteamiento del estado
de la cuestin en esa obra sigue an vigente en toda su
plenitud. Ideologa e historia signific una ruptura radical
en la tradicin exegtica y cultural de la Iglesia espaola
en el momento de su aparicin. Su importancia, dira que
trascendental para la evolucin mental de amplios sectores
de nuestro pas, se ve reflejada en las ocho ediciones que
hasta hoy ha merecido. Tal nmero de ejemplares acredita
que Ideologa e historia es el hito que sigue sealando la
23 el escptico

frontera irreversible entre un antes y un despus en el campo de la historia y de la historiografa de la fe cristiana. En

el mbito de la produccin espaola y me atrevo afirmar
que tambin en la generada en otras lenguas an no se ha
encontrado un parangn conveniente. Su mrito radica en
su eficaz desmontaje de las pretensiones veritativas que sigue reclamando la revelacin divina segn la Iglesia, sobre
todo la catlica. Puente demuestra con precisin de cirujano en Ideologa e historia que la denominada revelacin
divina es en verdad una mezcla indisoluble de historia, leyendas y mito. (2011, Rev. Anthropos, n 231, pp. 29-30).
Una vez establecida de forma palmaria en su naturaleza
y en su historia cmo naci el mito cristiano y cmo creci la Iglesia en tanto su gran administradora, Puente Ojea
da un paso adelante y aborda la cuestin teolgica de la
existencia de Dios en su bsqueda mayor de la verdad o
la falsedad de las creencias religiosas. Este paso lo recoge fundamentalmente en su obra Elogio del atesmo. Los
espejos de una ilusin (1995). No obstante, este momento
necesario, debido a todo el peso de la tradicin insistente
en este aspecto, pronto se revelara como accesorio frente
a la cuestin de fondo sobre el origen y el sentido de la religiosidad. De este modo, la cuestin del Dios monotesta
aparece como un sucedneo extrapolado o derivado de la
cuestin de la existencia del alma, a partir del cual, seala
Puente Ojea: En este marco bsico, la antinomia tesmoatesmo (agnosticismo), o creencia religiosa-increencia
religiosa, se resuelve en la antinomia mayor, a saber,
religiosidad-irreligiosidad (La andadura del saber, 5).
Su desarrollo lo encontramos principalmente en obras
como Atesmo y Religiosidad. Reflexiones sobre un debate
(1997), El mito del alma. Ciencia y Religin (2000), Opus
Minus (2002), La andadura del saber. Piezas dispersas de
un itinerario (2003) Animismo. El umbral de la religiosidad (2005), Vivir en la realidad. Sobre mitos, dogmas e
ideologas (2007), La religin, vaya timo! (2009) o Crtica antropolgica de la religin. Las sendas equivocadas
del conocimiento humano (2012).
Expuesto de forma sinttica, la gnesis de la religiosidad la reconstruye nuestro autor a partir del planteamiento
primigenio del animismo tal y como lo formula Edward
Burnett Tylor (1832-1917) en la segunda parte de su obra
Primitive Culture (1871), junto con algunas matizaciones
propias y de otros autores. Lo que Puente Ojea califica de
punto ontolgico de inflexin en la evolucin de los Homos, posibilitador despus de la aparicin del animismo,
es la adquisicin de la consciencia perceptiva, en primer
lugar reflectiva o reflectante en tanto percibe pero no
sabe que algo es percibido y, en segundo lugar, reflexiva, caracterstica del Homo sapiens sapiens, por la cual
la conciencia se vuelve sobre s misma y salta a un nivel
indito: el paso a ser consciente de tener consciencia de
algo, a tener consciencia de la consciencia (Animismo,
14). Solo desde esta dualizacin gnoseolgica por la que
se autoconstituye el yo, propia de la consciencia reflexiva
y ontolgicamente fundante del Homo sapiens sapiens, se
potencia la facultad de abstraccin y emerge el desdoblamiento ontolgico que entraa esa dualizacin de las operaciones mentales, arrojando al ser humano a situaciones
de enorme perplejidad y desorden cognitivo. As nace el
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animismo, hiptesis objetivamente falsa nacida al calor de

un sentimiento de temor y perplejidad ante lo enigmtico
y ominoso y embrin de la interpretacin espiritualista del
universo. Puente Ojea sintetiza la gnesis de la religiosidad del siguiente modo:
Hace unos treinta mil aos antes de la era comn, los
humanos, enfrentados a ciertos fenmenos extraordinarios
y enigmticos de la naturaleza exterior y de la suya propia,
comenzaron a imaginar que su propia subjetividad se compona de dos elementos asociados pero ntidamente separables y contradistintos, a saber un elemento corpreo y
otro incorpreo, cuya entidad vendra a designarse luego
con el trmino latino anima, y, al desprenderse del cuerpo,
con el de spiritus, en el sentido de soplo, hlito, vapor. El
resultado de esta honda reflexin de orden emprico y a
la vez introspectivo, conducira a proponer primero una
paulatina dualizacin de la naturaleza ontolgica humana, y luego csmica, que puede definirse como la escisin animista de la realidad. La cronologa de este crucial
acontecimiento revolucionario podra retrasarse hasta el
inicio del Holoceno (-8.000 aos), introduciendo retoques
menores que no invalidaran la significacin de este fenmeno mental, ni sus inmensas consecuencias ontolgicas
y epistemolgicas en la historia de la humanidad, si bien
la primera cronologa propuesta (Auriaciense) es mucho
ms consistente y verosmil por su lgica interna (Crtica
antropolgica de la religin, p. 23).
Por tanto, a su juicio, la invencin animista consiste en
una mala lectura de hechos reales, en un desliz, en un timo
antropolgico. Este timo, base de toda religiosidad, se fundamenta en una falacia ontolgica y epistemolgica a la
vez provocada por una mala interpretacin de las funciones mentales de la conciencia reflexiva como un solo ente
material pero incorpreo, invisible y autnomo (anima)
debido al miedo y a la angustia provocada por la urgencia
de solventar fenmenos vinculados con la muerte y con
procesos onricos. Este proceso de ontologizacin interpreta la mente, como un doble del cuerpo, y no como una
funcin del cerebro. El alma es una falsa abstraccin; slo
existe la mente, concluye nuestro autor.
Ahora bien, la cuestin crucial es: desde qu instan-

El resultado de su trabajo ha
sido un proceso creciente de
denuncia que implica la destruccin de mitos como la existencia de Cristo o del alma espiritual, y la cada en desgracia
del timo de la religiosidad.

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cia juzga este suceso como error categorial y denuncia su

falacia ontolgica y epistemolgica constitutiva? Puente
Ojea sintetiza la respuesta del siguiente modo:
En primer lugar, la mente como algo espiritual, es decir, absolutamente inmaterial, indestructible e inmortal,
simplemente no existe, es una fabulacin de la capacidad
imaginativa del ser humano. En segundo lugar, las experiencias onricas, visionarias, anmalas o estados alterados de conciencia no son solo inservibles para alcanzar un
conocimiento objetivo, crtico e intersubjetivo de lo que
realmente existe, sino que son en s mismos fenmenos
cuyo control por el cerebro/mente queda comprometido o
suprimido por la dinmica metasensorial interna del sistema nervioso central en determinadas circunstancias de
estados alterados de conciencia, que han quedado satisfactoriamente explicados en trminos rigurosamente cientficos por varios especialistas en neurociencias (La religin,
vaya timo!, 36).
Estos especialistas a los que se refiere no son otros que
H. Feigl, U. T. Place, J. J. Smart, V. J. Stenger, el matrimonio Paul y Patricia Churchland, R, Llins o D. Dennett.
A partir de ellos, con el fin de resolver el binomio religiosidad-irreligiosidad trasladndolo al plano filosfico en la
disyuncin excluyente dualismo-monismo, Puente Ojea se
posiciona desde una asuncin crtica del fisicalismo, el materialismo reductivo o teora de la identidad de la mente,
a partir de la asercin comn y fundamental segn la cual
los estados mentales son estados fsicos del cerebro.
En definitiva, el mito religioso queda revelado como tal:
ni alma, ni espritu, ni la dems parafernalia de la religin.
Para Gonzalo Puente Ojea, una vida digna solamente es
tal si se vive con fidelidad al propio estatuto ontolgico,
y nunca sometida a una ficcin inducida por el miedo. La
ficcin animista conden al ser humano a existir encadenado a crueles poderes ilusorios forjados por su propia
mente. Eludir la muerte equivali a hipotecar la vida. Este
es el sino de las religiones como promesas de salvacin.
Solamente en la irreligiosidad connatural a la Ciencia, se
supera definitivamente el lastre animista que an sigue hipotecando la libertad intelectual de las mentes humanas en
extensos espacios, tanto de las sociedades avanzadas como
de las sociedades todava con bajo nivel de civilizacin.
La invencin animista nunca ha sido ni ser un universal
antropolgico en nuestro planeta ni tampoco un atributo
metafsico, pero las Iglesias cristianas no pueden digerir
que el fundamento de sus dogmticas la creencia ilusoria
en la existencia de almas y espritus, de dioses y diablos
es simplemente una falsa inferencia lgica de los humanos
prehistricos de nuestra especie.
La lucha por la emancipacin
Desveladas como timos y descubiertas como falsas las
nfulas veritativas de los mitos cristiano, divino y religioso, el paso de Gonzalo Puente Ojea por la realidad social y
poltica espaola, no poda ser asptico, pues el compromiso con la libertad de la conciencia y el enfrentamiento con
los mltiples mecanismos de sometimiento y esclavitud,
impidieron siempre en su obra la tautologa confortable
y acomodaticia. Con esta actitud propia del autodidacta
y del disidente, su palabra densa y precisa ha sido capaz
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de dirigir la potencia del pensar hacia una erudicin que

invita al rigor desde la diafanidad propia del pensamiento
analtico.
Desde esa forma de pensamiento existen tres focos de
reflexin, abordados principalmente a partir de la perspectiva de la crtica al estatuto jurdico de la religin y
recogidos en su obra La Cruz y la Corona. Las dos hipotecas de la Historia de Espaa (2011), que suponen la gran
contribucin puenteojeana a la lucha por la emancipacin
en la reciente historia socio-poltica espaola: la legalidad
democrtica, la legitimidad republicana y la plena libertad de conciencia.
El primero de estos tres hitos en la reciente historia
espaola es el anlisis de la llamada transicin a la democracia extrapolable en su aspecto valorativo a otras
tradiciones histricas en tanto modelo de coaccin y de induccin a la legitimacin colectiva de la corrupcin, que
permite a Puente Ojea abordar los entresijos de la legalidad democrtica presente. El texto de referencia en este
anlisis, aparecido por vez primera en 1994, es: Del confesionalismo al criptoconfesionalismo. Una nueva forma
de hegemona de la Iglesia en Espaa, ttulo que a partir
de 2007, en la tercera edicin de Elogio del atesmo, aparece precedido de La llamada transicin a la democracia
en Espaa. En este ensayo de apenas 63 pginas queda
sintetizado de forma rigurosa cmo el carcter nacionalcatlico del Estado franquista se enquist en un proceso
de fraude poltico sin proceso constituyente alguno, a diferencia de las dos Constituciones republicanas, gracias
fundamentalmente a la inmadurez ideolgica, a la falta de
equipacin moral e intelectual y a la urgencia que posea
la oligarqua de la partidocracia por obtener el poder, malogrando un panorama fecundo de potencialidades para
edificar sobre suelo nuevo (cfr. La Cruz y la Corona, pp.
224 y 228). Cmo se consigui esta simulacin poltica
de una transicin sin democracia? Sencillamente, apunta
Puente Ojea inspirndose en la novela Yo, el Supremo de
Arturo Roa Bastos, gracias a un proceso de desmemorizacin, a una supresin de la memoria histrica del pueblo.
Por ello, afirma:
Hablar, en esta circunstancias de un consenso es el

Para Gonzalo Puente Ojea,

una vida digna solamente es
tal si se vive con fidelidad al
propio estatuto ontolgico, y
nunca sometida a una ficcin
inducida por el miedo.

25 el escptico

modo ms cnico de ocultar una petitio principii: lo que

se ha bautizado como consenso no puede legitimarse a s
mismo, si ha de revestir algn significado, sino que debi
nacer necesariamente de un proceso de discusin poltica,
en las filas de la oposicin, especialmente entre las bases
de las formaciones y los grupos de la oposicin al franquismo, y de cara al pueblo. Esto jams existi en los dos
aos siguientes decisivos a la muerte de Franco, ni tampoco la menor voluntad de los dirigentes de exigir un gobierno provisional que convocase unas elecciones a Cortes
Constituyentes (ibdem., 107-8).
A partir de aqu, Puente Ojea realiza un fino anlisis,
propio del acendrado diplomtico que es, para denunciar
la gran estafa poltica urdida en los dos aos posteriores a
la muerte del dictador, claves en todo lo que ocurrira polticamente con posterioridad. Esta estafa consigui la legitimacin de la monarqua, el confesionalismo de Estado
encriptado en la calculada ambigedad del artculo 16.3 de
la Constitucin calificado de infamia poltica y de aberracin jurdica y la instauracin renovada del bipartidismo
decimonnico con la ayuda de los nacionalismos.
Los vientos soplaban con fuerza hacia una liquidacin
incruenta del franquismo y los poderes fcticos que lo
haban apoyado y gozaban de una posicin de privilegio.
Pero no se contaba con la insolidaridad y el derrotismo de
ciertos lderes de la oposicin, con sus egosmos y personalismos, en esos momentos decisivos en lo que la firmeza, la audacia y la unin son determinantes para el rumbo
del futuro.
Frente a esta ilusoria legalidad democrtica, Gonzalo
Puente Ojea opone la reivindicacin de la legitimidad democrtica republicana. Aunque diseminado en conferencias y textos diversos, tal vez sea en El mito poltico
(Vivir en la realidad, 351-417, esp. 369-397) donde la valoracin de esta experiencia poltica y jurdica espaola
encuentre sus lineamentos fundamentales. Es lgico que
Puente Ojea encuentre en la instauracin de la Segunda
Repblica una fuente de legitimidad ante el tipo de legalidad instaurada a partir de 1978 pues, por un lado, nace
fruto de un proceso constituyente donde el pluralismo poltico, la igualdad jurdica, la educacin y la ciencia poseen un protagonismo esencial y, por otro lado, la Segunda
Repblica erige la libertad de conciencia como elemento
fundamental frente a la discriminacin o el privilegio por
motivos ideolgicos. Sin duda, la cuestin religiosa no
era, en el contexto de la dialctica poltica [de finales de
los aos veinte y siguientes, del siglo pasado] una mera
cuestin de creencias, sino en primer lugar una cuestin de
poder (ibdem., 369). Por ello, la Iglesia catlica combati denodadamente por todos los medios, desde el lenguaje
mismo hasta la poltica de partidos, con la nica finalidad de la recristianizacin total, segn su imaginario, y el
mantenimiento de sus privilegios. La Iglesia desafi a la
Segunda Repblica hasta acabar con ella (ibdem, 375).
Por ello, afirma Puente Ojea, el laicismo fue la primera
vctima de la barbarie franquista (ibdem, 397), as como,
en su viscosa continuidad, fue quiz la primera y ms
ominosa vctima del rgimen autotitulado monarqua parlamentaria (La Cruz y la Corona, 233).
Precisamente, la denuncia pblica de su escandaloso
el escptico 26

cese como Embajador del Estado espaol cerca de la Santa Sede (1987), hace que Puente Ojea sea el primero en
reabrir el debate pblico en Espaa sobre la cuestin de
la relacin entre Estado y Religin. No obstante, las dos
principales contribuciones puenteojeanas al laicismo son,
en primer lugar su ntida exposicin acerca de por qu la
legislacin espaola esconde un encriptado confesionalismo en la Constitucin, y no tan larvado en su desarrollo
normativo, y en segundo lugar, su fundamentacin terica
de carcter ontolgico, antropolgico y tico.
En lo que hace referencia al criptoconfesionalismo, sus
anlisis del artculo 16.3 de la Constitucin espaola de
1978 y de la Libertad Religiosa de 1980 son objeto de reflexin continuada (vid., p.e. La Cruz y la Corona, 136148). Respecto a su fundamentacin terica, sin parangn
en su esencia conceptual y en su repercusin prxica, Gonzalo Puente Ojea expone la filosofa del laicismo partiendo
de una ontologa jurdica y social que denomina teorema
del laicismo, segn el cual, la sociedad como tal no puede
tener religin, pues slo el individuo puede ser realmente
sujeto de derechos dado que la vivencia y el sentimiento
religioso slo se genera en su conciencia. Partiendo de este
teorema expuesto de forma muy esquemtica Puente
Ojea establece lo que denomina la regla de oro del laicismo: el mbito privado y el mbito pblico no deben interferirse entre s y por tanto, entre la res privata y la res
publica debe existir una radical separacin que permita a
cada conciencia individual valorar en su intimidad y decidir en plena libertad, pues la conciencia es digna porque
es autnoma y es verdadera porque es libre (cfr., Ibdem,
246-7). Por tanto y con ello se finaliza esta breve presentacin, el laicismo queda definido del modo siguiente:
El laicismo es un movimiento radical en favor de la
consciencia libre y, en consecuencia, no se posiciona ni
a favor ni en contra de la religin, sino que se presenta
como resuelto e insobornable defensor de un diseo de sociedad poltica que propicie, y asegure jurdicamente, las
mejores condiciones para la formacin y expresin de la
conciencia libre de cada ciudadano en trminos de estricta
igualdad (ibdem, 245).

La Iglesia desafi a la Segunda Repblica hasta acabar con

ella. Por ello, afirma Puente
Ojea, el laicismo fue la primera vctima de la barbarie franquista.

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Apunte biogrfico
Nace Leoncio Gonzalo Puente Ojea en Cienfuegos
(Cuba), segn aparece en su partida de nacimiento, el 21
de julio de 1924, en una familia de un catolicismo piadoso
pero abierto. En 1926, tras la muerte de su padre, Cnsul
General de Espaa en Santiago de Cuba, su madre regresa
a Vigo (Galicia), con sus cuatro hijos: Celia, Ana, Mara
y Gonzalo. En 1934 realiza el Bachillerato en el Colegio
de los Maristas de Vigo. Hasta tercero se examina al final
de cada curso en el Instituto de Segunda Enseanza para
homologar sus estudios. A partir de cuarto curso, estudia
en esta ltima institucin. En 1941 su familia de traslada a
Madrid. Realiza el sptimo curso de Bachillerato en el Instituto Cervantes, donde le rapan la cabeza por negarse a
cantar el Cara al sol. A final de curso realiza el Examen
de Estado para el ingreso en la Universidad.
En el curso 1942-1943 inicia la carrera de Derecho en
la Universidad Central de Madrid, en su sede de San Bernardo. Finaliza, de forma brillante, en el curso 1946-1947.

El primer verano de la carrera, 1943 lo pasa en la Granja

de San Ildefonso en las milicias universitarias, en el Regimiento de Infantera Inmemorial n 1. Los dos veranos
siguientes los pasara en el mismo lugar. Se licencia de
Alfrez de Complemento. En 1946, cuando cursaba cuarto
curso de carrera, bajo la direccin de Federico Silva pasa a
formar parte del Crculo de Jvenes de la Asociacin Catlica Nacional de Propagandistas (ACNP). Fue miembro
del Crculo hasta su disolucin en 1951. En otoo de 1948
comienza la preparacin de la oposicin para entrar en la
Escuela Diplomtica. Entre febrero y marzo del ao siguiente comienza la oposicin, que dur hasta abril. El 13
de julio de 1949 ingresa en la Escuela Diplomtica. Este
mismo ao informa en la Asamblea XXXIX de la ACNP
sobre las perspectivas de la Unin Europea, tras su participacin en la Conferencia Europea de Estrasburgo. En
diciembre de 1950 accede a la carrera diplomtica como
Secretario de Tercera Clase en el Ministerio de Asuntos
Exteriores, tras la defensa de su Memoria Ideas para una

En Gijn, durante un acto de homenaje a las personas que dieron su vida por la libertad de conciencia en 2013 (foto: Miguel ngel Lpez)

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27 el escptico

nueva orientacin del Derecho Internacional Privado.

Desde el 11 de julio de 1952 hasta el 7 de julio de 1954 tiene su primer destino en el Consulado General en Marsella
(Francia), como Cnsul Adjunto. El 18 de agosto de este
ltimo ao asciende a Secretario de Segunda Clase.
En 1955, publica, en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, Problemtica del catolicismo actual. En mayo,
junto con cuarenta y nueve nombres ms, firma el manifiesto de adhesin a la construccin europea, elaborado
por la recin creada Asociacin Espaola de Cooperacin
Europea. En este ao entra en contacto con el grupo de
Enrique Tierno Galvn, Ral Morodo y Fernando Morn.
Desde el 10 de noviembre de 1956 ejerce de Cnsul en
Mendoza (Argentina), hasta febrero de 1960. Esta etapa
confirma una disidencia cada vez ms explcita, cosa difcil para un diplomtico de carrera. Entre este ao y el
siguiente publica, en Cuadernos Hispanoamericanos, su
obra Fenomenologa y marxismo en el pensamiento de
Maurice Merleau-Ponty.
Durante la dcada de los sesenta su carrera diplomtica
seguira una brillante progresin. Es nombrado Secretario
de Primera Clase el 1 de julio. El 22 de enero de 1962 es
nombrado Jefe de la seccin de Poltica Cultural con el
Mundo rabe de la Direccin General de Relaciones Culturales. Desde el 2 de abril es Secretario de Primera Clase
en la Embajada de Atenas. All conocer al futuro Prncipe
y Rey de Espaa, don Juan Carlos de Borbn y Borbn.
En 1964 es trasladado al Ministerio desde donde es nombrado Jefe de la Seccin de Relaciones Bilaterales de la
Direccin General de Relaciones Culturales. En 1966 es
nombrado Consejero de Embajada en propiedad y el 1 de
marzo de 1968 es nombrado Director de Cooperacin Cultural, en la Direccin General de Relaciones Culturales.
De forma paralela su actividad intelectual se intensifica en
la dcada de los sesenta en una direccin que culminara
en su gran obra de 1974, en forma de dptico, Ideologa e
Historia. La obra la haba finalizado de escribir en 1972
aunque problemas editoriales y legales retrasaron su publicacin. En 1974 tambin es nombrado Ministro Plenipotenciario de tercera clase en propiedad y un ao despus
Ministro Encargado de los Asuntos Culturales de la Embajada en Pars. En 1980 como Ministro Plenipotenciario de
Segunda Clase, es nombrado Cnsul General en Chicago.
Tras el llamado Golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981, se aproxima al Partido Socialista Obrero
Espaol, procedente de la rbita del Partido Socialista
Popular de Enrique Tierno Galvn. No lleg a militar en
ninguna de las dos formaciones. El 7 de diciembre de 1982
es nombrado Subsecretario de Asuntos Exteriores. Tras el
cese en 1985 del Ministro de Exteriores, Fernando Morn,
es nombrado por su sucesor Francisco Fernndez Ordez,
y a peticin propia, Embajador de Espaa cerca de la Santa Sede. Un ao despus es nombrado tambin Embajador de Espaa ante la Soberana y Militar Orden de Malta.
Embajador de Grado desde principios de 1987, es cesado
como Embajador ante la Santa Sede el 29 de agosto. En
1989 finaliza su carrera diplomtica como Presidente del
Consejo Superior de Asuntos Exteriores, liberndose de
sus obligaciones profesionales, recuperando una intensa
actividad intelectual y dando paso a una extensa y fecunda
el escptico 28

obra. Adems del desarrollo de una importante labor cultural, acompaada de la obtencin de decenas de condecoraciones tanto nacionales como extranjeras, su profesin
le ha permitido no slo conocer los entresijos de la lite
poltica de la dictadura franquista, junto con los procesos
soterrados que originaron la llamada Transicin espaola a
la democracia, sino tambin, desarrollar una trabada obra,
apoyada en una bibliografa fundamentalmente en lengua
inglesa, alejada tanto del coqueteo con elucubraciones magistrales al servicio de peajes y servidumbres, como de la
divulgacin simptica y comercial, tal y como ha intentado
reflejarse en las pginas precedentes.
Desde 1989 y durante ao y medio form parte, como independiente, de la Presidencia colegiada de Izquierda Unida. En ese mismo ao publica Imperium Crucis. Consideraciones sobre la vocacin de poder en la Iglesia Catlica,
revisada y muy ampliada en su obra de 1991, Fe cristiana,
Iglesia, poder, libro con el que regresa a la editorial Siglo
XXI. Esta colaboracin culminara su ciclo en 2008 con La
existencia histrica de Jess. Las fuentes cristianas y su
contexto judo.
En 2001 es nombrado Presidente de Honor de la recin
fundada asociacin Europa Laica a la que tambin contribuye a fundar. En abril de 2004, suscribe el Manifiesto La
Humanidad frente al Imperialismo. Manifiesto del Primer
Seminario Internacional por el Progreso del Mundo, en
Oviedo. En 2012 recibe el Premio Mario Bohoslavsky de
la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crtico.Este
premio se otorga a aquellas personas que se han distinguido por impulsar el desarrollo de la ciencia, el pensamiento
crtico, la divulgacin y la educacin cientfica. En la actualidad, prximo a cumplir noventa aos, mantiene una
intensa actividad editorial y como conferenciante.
Apunte bibliogrfico
La bibliografa del autor se compone de las siguientes
obras:
(1956-57) Fenomenologa y marxismo en el pensamiento
de Maurice Merleau-Ponty en Cuadernos Hispanoamericanos, nmeros 75, 83 y 85.
(1974) Ideologa e Historia. La formacin del cristianis-

Puente Ojea establece la regla

de oro del laicismo: el mbito
privado y el mbito pblico
no deben interferirse entre
s. Entre la res privata y la res
publica debe existir una radical
separacin.

otoo 2014

gas, Madrid, Siglo XXI.

(2008) O mito da alma: ciencia y relixin. Ames (A Corua), Laiovento. Traduccin de Antn Garazo.
(2008) La existencia histrica de Jess. Las fuentes cristianas y su contexto judo. Madrid, Siglo XXI.
(2009) La religin vaya timo!, Pamplona, Laetoli.
(20116) La Cruz y la Corona. Las dos hipotecas de la Historia de Espaa, Tafalla Nafarroa, Txalaparta.
(20122) Crtica antropolgica de la religin. Las sendas
equivocadas del conocimiento humano. Salamanca, Signifer Libros.
(20132) Ideologas religiosas. Los traficantes de milagros
y misterios, Tafalla Nafarroa, Txalaparta.
(2014) Orgenes del credo cristiano. El triunfo de la tergiversacin paulina, Madrid-Salamanca, Signifer Libros.

Puente Ojea, junto al autor de este artculo, Miguel ngel Lpez Muoz

mo como fenmeno ideolgico, Madrid, Siglo XXI.

(19744) Ideologa e Historia. El fenmeno estoico en la
sociedad antigua. Madrid, Siglo XXI.
(1983) Messianisme et idologie, Pars, Librairie Philosophique J. Vrin. Traductor: Henry Mchoulan.
(1989?) Imperium Crucis. Consideraciones sobre la vocacin de poder en la Iglesia Catlica. Madrid, Kaydeda Ediciones.
(19914) Fe cristiana, Iglesia, poder. Madrid, Siglo XXI.
(19923) El Evangelio de Marcos. Del Cristo de la fe al
Jess de la historia. Madrid, Siglo XXI.
(19953) Elogio del atesmo. Los espejos de una ilusin,
Madrid, Siglo XXI.
(19972) Atesmo y Religiosidad. Reflexiones sobre un debate. Madrid, Siglo XXI.
(2000) El mito de Cristo, Madrid, Siglo XXI.
(20002) El mito del alma. Ciencia y Religin. Madrid, Siglo XXI.
(2002) Opus minus. Una antologa. Madrid, Siglo XXI.
(2002) Mi embajada ante la Santa Sede. Textos y Documentos, 1985-1987. Madrid, Foca, Ediciones y Distribuciones.
(2003) La andadura del saber. Piezas dispersas de un itinerario intelectual. Madrid, Siglo XXI.
(2005) Animismo. El umbral de la religiosidad. Madrid,
Siglo XXI. (Co-autor: Ignacio Careaga Villalonga).
(2007) Vivir en la realidad. Sobre mitos, dogmas e ideolootoo 2014

Entre la bibliografa sobre el autor destaca la siguiente:

AGUILERA MOCHN, Juan Antonio y GONZLEZ
BARN, Juan Francisco, Homenaje a la obra de Gonzalo
Puente Ojea, (2005) Boletn de Europa Laica, n 5, diciembre.
BUENO, Gustavo (1996) Religiones y animismo. Respuesta a Gonzalo Puente Ojea en El Basilisco, n 20, eneromarzo, pp. 73-78. Tambin se encuentra en BUENO, Gustavo (1996) El animal divino. Ensayo de una filosofa materialista de la religin. Oviedo, Pentalfa. 2 edicin, Escolio 14.
GUY, A. Histoire et classe sociale: Gonzalo Puente Ojea
en (1983) Histoire de la philosophie espagnole Toulouse,
Universit de Toulouse le Mirail, 471-473. Traduccin:
Historia y clases sociales: Gonzalo Puente Ojea, (1985)
Historia de la Filosofa Espaola, Barcelona, Anthropos,
493-495.
LPEZ MUOZ, Miguel ngel (Coord.) (2011) Gonzalo
Puente Ojea. Una crtica radical del hecho religioso en su
perspectiva histrica y antropolgica. Rev. Anthropos. Huellas del conocimiento, n 231, abril-junio, pp. 224.
- (2012) Libertad de conciencia, juventud y Dictadura. El
pensamiento primero de Gonzalo Puente Ojea (1947-1959);
en Msteres de la UAM, Universidad Autnoma de Madrid,
Madrid, pp. 193.
(2014) Gonzalo Puente Ojea y la libertad de conciencia,
Barcelona, Libros en su Tinta.
- Tesis Doctoral sobre la obra de Gonzalo Puente Ojea. En
fase de redaccin.
MARTNEZ GORDO, Jess (1999) Dios realidad o ficcin? Debate con G. Puente Ojea. Cuadernos Institut de
Teologia fonamental, Sant Cugat del Valls, Edita: Cristianisme i Justicia, octubre, pp. 32.
PIERO, A. Jess o Pablo? Un ensayo de Gonzalo
Puente Ojea (479) a travs de: http://www.tendencias21.
net/crist/, texto fechado el 6 de enero de 2014.
REIGOSA BLANCO, Fernando (1992) Del catolicismo al atesmo: materiales para una biografa intelectual de
Gonzalo Puente Ojea en Historia Contempornea, n 8, pp.
281-298.
SUREZ ARDURA, Marcelino Javier (2003) La polmica en torno al estatuto ontolgico de la idea de materia
ontolgica general El Catoblepas, n 11, enero.
29 el escptico