Lira No.45 Web
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La Lira
Los Nuestros
Editorial
os bailes de pic son una institucin cultural en el Caribe colombiano. Derivaron de las aejas celebraciones cuando eran recurrentes las
reuniones populares para expresar el jolgorio en espacios pblicos, y
reemplazaron a las orquestas por la dinmica de la elusin de los altos
costos que estas implicaban. En sus comienzos se los denominaba verbenas, y
pronto hicieron trnsito hacia recintos cerrados. De aquellas iniciales empalizadas, que surgieron al amparo de la improvisacin y de la economa en los
gastos, queda un borroso recuerdo. Con el transcurso de los das terminaron
siendo un complejo comercial, organizado en la frmula de las casetas, en los
que se amplifica a altos decibeles el sonido preferente, el que se impone en la
batalla musical que se emprende, en afamados duelos, por la prevalencia de la
sintona.
Contenido
Editorial 2
Los Nuestros
El pick up, catalizador social de Cartagena
3
Nou Tout c fr ("La ranita Cu"), de la "Mini All Stars"
6
William Gutirrez: Un mundo de imgenes e ideas musicales
7
El pic y la salsa en el Caribe colombiano
9
Mi vieja Barranquilla (A Esthercita en el 4 aniversario de su despedida)
11
Sonidos urbanos alternativos 13
Las otras msicas
BB King, leyenda del blues (1925-2015)*
15
Los Nuestros
Los hermanos Lpez, una dinasta de prestigio
16
La historia de una colombiana muy flamenca
19
Las otras msicas
La msica afrocaribea en libros
22
La Esquina Cubana
Dos celebraciones equivocadas
Septeto Habanero y Septeto Tpico de Sones
26
La Ventana de CIRDAMAYER
28
Salsa
Eddie Palmieri - Parte II
29
Ao 10, No. 45
Junio, Julio y Agosto de 2015
Valor $ 5.000.oo
Director: Digenes Royet Gonzlez
Consejo Editorial:
Marco T. Barros Ariza
Francisco Borrero P.
Gerson Roa Mercado
Digenes Royet Gonzlez
lvaro Suescn T.
Diseo & Diagramacin
Gustavo E. Agudelo V. Cel.: 315 8000964
Ilustradores:
David Lacera, Dairo Barriosnuevo
y William Gutirrez
Impresin:
Editora Prometeo S.A.S.
Calle 42 No. 41 - 97 Piso 1 Tel.: 340 4951
Redaccin:
Digenes Royet Gonzlez
Enrique Luis Muoz Vlez
Dairo Barriosnuevo
Nicols Contreras
lvaro Suescn T.
Vladimir Morales Brown
Julio Oate Martnez
Rodrigo Ferrer Vives
Jairo Grijalba Ruiz
Mike Hobart
Ricardo Oropeza Fernndez
Andrs Campo Uribe
Colaboradores Nacionales:
Cartagena de Indias: Leonardo Puerta
Medelln: Sergio Santana Archbod
Popayn: Jairo Grijalba Ruiz
Riohacha: lvaro Escorcia Arrieta
Valledupar: Jairo Tapia Tietjen
Colaboradores Internacionales:
La Habana: Pedro de la Hoz
Antonio Paneque Brizuela
Estocolmo: Julio Mercado
Nueva York: Nstor Emiro Gmez.
Miami: Rafael Ahumada Baena
Santo Domingo: Alexis Mndez
Francia: Julio Olaciregui.
Recepcin de colaboraciones:
e-mail: [email protected]
El pick up,
catalizador social
de Cartagena
Enrique Luis Muoz Vlez
[email protected]
La Lira
La Lira
Con un buen lenguaje Gmez Casseres establece una diferencia entre el traganquel que inund por aos los bares
y cantinas, y el pic. La aclaracin seala
como el trmino pick up es un genrico
para hablar de aparatos radioelctricos de
procendencia estadounidense en el sentido y significado de la alusin de Daniel
Lemaitre Tono. Traganquel se le llama en
Puerto Rico y Repblica Dominicana por
la moneda que echaban en una hendidura, que accionaba un mecanismo para que
se escogiera un tema musical. Al aparato
lo nombran tambin vellonera, por velln
que era el nombre de las monedas espaolas, en la poca colonial. La mquina
tambin se conoce como rockola, por ser
David Rockolla el inventor de estos aparatos en Estados Unidos, industrializados
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Los Nuestros
William Gutirrez:
Un mundo de imgenes
e ideas musicales
Por Dairo Barriosnuevo
[email protected]
El proceso de construccin y mantenimiento de un pic requiere de muchas personas, todas con un saber especfico que
incluye ciertas estticas culturales. En el
pic participa el ebanista, tcnico electrnico, pintor, vocalista de jingles, programador de msica (picotero), un animador
y el mezclador de efectos de sonido, quienes le imprimen un particular modo de
arte a travs de este impresionante equipo, que a su vez es el medio de difusin
de otro producto igualmente complejo: la
msica. Sin embargo, cabe destacar que
William no es el nico pintor encargado
de embellecer la cara del pic. Ya para la
dcada del 70, exista una camada de pintores conformada por Edimor, de quien se
deca era acadmico. Gerson Acosta (Gerson), Alexander Lugo (Alsander), Byron
Herrera (Byron), Ral De la Rosa (Ral),
Y Belisario De la Matta (Belimastth). Este
ltimo dice ser el primero en pintar el
frente de un bafle de pic. Luego en el 80,
aparecen Alberto Cuesta Rodrguez (Alcr), Rodolfo Comas (Roco), Armando
Cuesta Vargas (Arvacu), Wilmer Gastelbondo (Wilmer), Los hermanos (Mag y
Enrique), y por supuesto William Gutirrez (William). Ms adelante se sumaron
Martin Olascoaga (Martin) y Ricardo Sar-
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El pic
y la salsa
en el Caribe
colombiano
Por ejemplo: tanques de guerra, aviones,
trenes, tractomulas, naves espaciales, entre otros.
En la pintura se hace alusin a toda clase de tempestades y desastres naturales,
que simbolizan las consecuencias devastadoras de las fuertes emisiones de sonido. En el pic se pintan msicos, la msica misma, el trpico antillano y las selvas
africanas.
Daisann Mclane dice que "hay un elemento misterioso y fascinante en esta cultura caribea, quizs es el mismo proceso
que tienen las bandas de metal de Trinidad o el arte de Hait". Los nombres picos y emblemas alegricos (orales y escritos) de estos inmensos equipos de sonido,
nos dan a entender que estamos ante una
muestra muy portentosa de la herldica,
pues, cada una de estas instalaciones picoteras representa escudos y blasones. Son
una invencin potica, que alucinan con
la perfeccin del sonido musical, fantasa
que mueve este fenmeno social y cultural
de la verbena.
William Gutirrez, que por muchos
aos ha ejercido la docencia y hoy es profesor de la facultad donde se form como
maestro de las artes plsticas, creci y vive
inmerso en esos ambientes festivos, lo que
le permite tener una relacin tan ntima
con el espacio, que lo percibe, se apropia y
ejerce en el proceso de transformacin tendiente a su adecuacin. No slo ha dedicado su quehacer artstico a un pblico cultivado y selecto que opina sobre las nuevas
propuestas del arte contemporneo, tambin se siente realizado con el aprecio popular, con la sencillez del sentido comn
que puede brindar la gente bacana que
baila y goza alrededor de estas colosales
mquinas de sonido, ilustradas como emblemas por su virtuosismo tcnico.
La Lira
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Si religin es religar
al hombre con lo trascendente, con la divinidad, el mundo picotero
devenido en ttem, altar
de msica, luces, pinturas y sonidos, logr imponer un reportorio musical con unos rituales
correspondientes a los
marcadores de africana,
con unos usos religiosos
urbanos y rurales evidentes, como funcin especfica destinado a los
entierros
amenizados
por la msica que gustaba al difunto, es posible
hablar de una religin
del goce que aliment el
mundo picotero a travs
de la salsa. En Barranquilla y Cartagena, la
cancin Cuna Blanca de
Ralphi Leavitt conserva
un uso funerario similar
al de los salseros veteranos del Gran Caribe,
pero sin el Beln o Bl,
dedicado en Puerto Rico
a figuras como Catalino Tite Curet Alonso o Ismael Rivera. Los entierros del joven
Fernando Morales Ramos en 1997 y de Csar Hernndez heredero del legado musical del pic El Coreano, son dos muestras
de esta costumbre en los sures urbanos de
Barranquilla, que registran esta pervivencia de africana mortuoria. Adems de este
marcador de africana, la letra de la cancin hace referencia a las doce potencias,
que en algunos sitios salseros como Caracas, Cartagena o Barranquilla son siete; y
estn relacionados con el panten Yoruba.
El secretismo alrededor del disco exclusivo es otro marcador de africana que tiene su origen en lo religioso, desde Jamaica
y la Habana, hasta la Colombia Caribe,
constituyendo un sistema circulatorio,
tecnolgico y comercial de alianzas picoteras, desde los polos culturales urbanos
de Barranquilla y Cartagena- que no son
los nicos, sino los principales- a partir de
los cuales se extender, a sus respectivas
reas de influencia comercial y cultural
histricas, algunas por la accin de marineros mercantes o vaporinos. En la constitucin de un sonido con una esttica propia ligada al tambor, los tcnicos de estas
mquinas de sonido, manipularan las conexiones, circuitos elctricos/electrnicos;
o el tamao y las formas del parlante, para
alcanzar con nfasis en las frecuencias bajas el meke golpe en lengua mandinga- similar al de un tambor llamad.
La Lira
Los Nuestros
Por: lvaro Suescn T.
[email protected]
Especial para La Lira
Mi vieja
Barranquilla
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La Lira
La Lira
Los Nuestros
te que no luca a la manera tradicional del
juglar sino que vesta pantalones cortos de
jean, rotos, y el cabello largo. Todo en l
constitua un fenmeno, no obstante fue
criticado hasta la saciedad por los puristas
del folclor. Con todo y eso Vives rebas los
lmites de la osada abrindole las puertas
a la internacionalizacin del gnero vallenato y, de paso, a los nuevos artistas.
Paseo Bolvar.
Vapor Atlntico .
El grito solitario de La llorona sola tomar por asalto a los caminantes en las horas altas de la noche, ululaba su malestar,
la mala suerte de haber extraviado a su
pequeo hijo. Se deca que en sus apariciones furtivas buscaba rapar algn nio
para recuperar el que fue suyo. La Pata
sola, se deca que, al caminar, haca sonar
su pierna artificial contra el suelo y se la
vea al acecho por los callejones cercanos
al Hospital. La calle Real era la comarca
de un hombre sin cabeza, y se deca que,
a veces, extenda sus dominios por los la-
12
dos del cementerio Universal hasta Maturn. Se erizaban los cabellos, enmudecan
repentinamente, temblaban sin remedio
los caminantes sin destino cuando, desbocado, apareca la sombra larga del caballo
de San Martn, galopando sin jinete por la
calle de Santander. Por Rondn haba una
ceiba inmensa que proyectaba unas sombras largas y negras, eran los brazos del
diablo, se deca. Y las brujas viajaban sin
descanso por las crestas de las nubes, detenindose a veces en los techos de las casas donde haba pelaos sin bautizar. Todas
Sonidos urbanos
alternativos
Por Vladimir Morales
[email protected]
El Binomio de Oro, los Hermanos Zuleta, Jorge Oate, Joe Arroyo, entre otros
artistas que facturaban millones en la industria colombiana de la msica del Caribe, dejaron de ser los nicos en su mbito,
empezando a ver cmo Vives, cantando
vallenatos en una nueva onda, emprende giras nacionales llenando los estadios
con boleteras de alto costo, y vendiendo
cientos de miles de copias. Adems presenta sus conciertos por el sur y el centro
de Amrica, Estados Unidos y Espaa,
algo nunca antes visto en esa magnitud,
entre nosotros. Por supuesto este acontecimiento genera un sentimiento de orgullo
nacional y el pas empieza a creer ms en
sus artistas. Por esas pocas Shakira lanza
el lbum Pies descalzos, en 1995, con el
sello Sony Music, Aterciopelados comienza a sonar con el sencillo Sortilegio del
lbum Con el corazn en la mano, en
1993, del cual se vendieron 100.000 copias,
gran xito para esa poca, y es obvio que
gracias a Carlos Vives, los jvenes empiezan a interesarse ms en el mbito del pop
y del rock en espaol en nuestros artistas,
muchos compran sus lbumes, y sus canciones suenan insistentemente en la radio
compitiendo mano a mano con los artistas
extranjeros del momento quienes eran ms
populares que nuestros artistas locales y el
sonido de sus producciones era superior.
Poligamia, con el liderazgo de Andrs
Cepeda, lanza en 1993, con Sony Music
Una cancin, su primer lbum, despus de que el grupo ganara un concurso
denominado "batalla local de las bandas"
promovida por una estacin radial componiendo y cantando el tema Bailando
sobre tu Piel y, por supuesto, ya haba
odos dispuestos a seguir a esta banda,
como tambin pas con Ekhyimosis, de
Medelln, liderada por Juan Esteban Aristizabal (Juanes) que en 1993 lanza Nio
Gigante, del cual tuvieron un gran xito
con el sencillo Solo que los catapult y,
a pesar de la popularidad de que gozaban
las bandas extranjeras en el mundo del
rock, estas agrupaciones se intercalaron en
el gusto del pblico joven de Bogot que
vio con respeto el trabajo concienzudo de
estos artistas locales, y crey en sus propuestas.
En 1994 el distrito de Bogot crea el
festival Rock al parque, donde muchas
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La Lira
La Lira
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BB King,
del jazz se vuelve importante a nivel nacional. Y con ella hay un nuevo desarrollo:
la msica que se hace en Bogot empieza
a tomar un rumbo diferente al rock y al
jazz gestndose luego en otras regiones
del pas, pues muchos de esos msicos de
academia empiezan a mostrar inclinaciones diferentes ante esos sonidos estandarizados, haciendo contacto con msicos
del Caribe y del Pacfico quienes por ese
entonces llegaban a la capital en bsqueda
de nuevas oportunidades musicales. Sixto
Salgado, Pato, Los Bajeros de La Montaa, Los Gaiteros de San Jacinto, y Batata,
entre otros, son la atraccin musical para
los jvenes que aprenden escuchndolos y
comprendiendo su msica, invitndolos a
tocar y a grabar con ellos.
No hay duda de que, de estos encuentros y de esta interaccin, empiezan a salir
nuevos sonidos, que se relacionan ms con
la msica de tradicin pero en los formatos
del jazz clsico y del rock, como es el caso
de La Mojarra elctrica y Cabuya, luego el
sonido de algunas de las bandas nuevas de
jazz comienza a transformarse fusionando
los elementos tnicos afrocolombianos con
los sonidos urbanos, como en el caso de
Curupira, Primero mi ta, Asdrbal, La Revuelta, y la Orquesta Tumba Catre, entre
otros, pero tambin los sonidos electrnicos, la programacin y la secuencia musical se mezclan con lo acstico y con los sonidos tradicionales. Resultante de esto son
bandas como Sidestepper, Malalma, Bomba estreo, Sistema solar, Papaya Republic,
y Palenque Soul Tribe. As mismo, surgen
bandas que comparten esa filosofa sonora,
como Onda Trpica, el Frente Cumbiero,
Palanca, Romperayo, La Mkina del Cari-
be, The Meridian Brothers, en fin. Por fuera del pas tambin aparecen bandas con
sonido similar, cuya caracterstica es que
estn conformadas por msicos colombianos, tales como La chiva Gantiva en Blgica, M.A.K.U Sound System y la Cumbiamba N.Y., en Nueva York.
Estas agrupaciones colombianas han
tenido la oportunidad de mostrarse en
Europa y Oceana (especialmente en Australia y Nueva Zelanda), donde han sido
acogidas y tienen demanda, abriendo caminos a estos nuevos sonidos, haciendo
pas y dejndonos bien representados.
Este tipo de sucesos sigue siendo desconocido para los canales de informacin y
televisin privados, que solo se mueven
en torno a lo que las emisoras (con motivadores ignorantes) ponen a sonar, como
El Serrucho -sin pretender ofender al gnero de la champeta-, y a los artistas que el
sistema impone.
Todos esos msicos han arriesgado en
un manifiesto inters por buscar nuevas
exploraciones en esas sonoridades ancestrales, con el sentimiento indgena y el
lamento de sus gaitas en el Caribe, de la
marimba en el Pacfico, y con los lamentos de los descendientes afros, conjunto de
magia sonora gestado en Bogot, ciudad
de todos y de nadie, lugar donde se replican los aconteceres de las otras regiones.
Al poner nuestros odos en estas bandas,
ojal podamos reconocer lo que somos a
travs de la msica. Este fenmeno se ha
desarrollado con intensidad y est dispuesto a perdurar, como legado para las
nuevas generaciones de msicos en proceso de formacin.
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La Lira
Los Nuestros
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La Lira
El gran prestigio musical a nivel nacional de los hermanos Lpez hace que la casa
disquera C.B.S. en busca de nuevas figuras
del acorden llame a engrosar su elenco al
Debe Lpez y a su paisano Poncho Prez,
quien con una voz gruesa y bohemia se
mantuvo dando guerra con la grabacin
de los lbumes Noche de parranda, Tierra mojada y La ltima carta durante casi
cuatro aos de ajetreo casetero.
El viaje sin regreso de Poncho Prez
para Venezuela le permiti a un joven
compositor con nfulas de cantante que
luchaba en forma brava contra todas las
adversidades y el momentneo rechazo
sufrido en sus pininos parranderos merced a su carismtica personalidad y talento natural saltar casi que de inmediato a la
popularidad y enfilarse a la fama, se llamaba Diomedes Daz.
Ante el xito de Diomedes y su proyeccin como figura grande del vallenato un
grupo de sus amigos parranderos de La
Junta, su pueblo y San Juan del Cesar le
ponen presin por todos los Flancos para
que grabara con Juancho Rois, un virtuosos adolescente que tocaba un innovador
acorden y finalmente triunfa la intriga y
el Debe desarmado arma toldas entonces
con un novel vocalista oriundo de Monterrubio (Mag) llamado Freddy Andrade
que logra captar la atencin de la gente
con su voz muy bien afinada con registros
de tenor segundo, lo que ha tenido pocas
apariciones en el firmamento Vallenato.
Con el lbum Vuelve mi canto lograron
pegar y fuerte el paseo Aborrceme de Armando Zabaleta.
Posteriormente con Miguel Herrera
antes de su deceso el 22 de Junio del 2006
nos dej el Debe Lpez los dos ltimos
xitos discogrficos de su brillante carrera, los paseos El tendero y yo, de Hctor
Zuleta y Djame quererte de Luis Enrique
Martnez.
ALFONSO PONCHO LPEZ
Poncho lleg a ser quizs el acordeonero ms verstil de este clan de virtuosos
del tres coronas. Interpretaba todos los ritmos del Caribe colombiano principalmente Charangas y guarachas al mejor estilo
de Anbal Velzquez. En el mundo vallenato fue reconocido como El rey de los
bajos pues sin tener la profundidad de
Migue al pulsarlos, si nos asombraba con
sus mayores recursos en figrales y doblajes con los pitos. Era un verdadero poeta,
con los bajos.
Despus de su participacin en el conjunto de Los hermanos Lpez con Jorge Oate y tocando varios instrumentos
como la tumbadora y el cencerro, Migue
le da la oportunidad de mostrarse con el
acorden y el en L.P. Rosa Jardinera, fue
l quin interpret el paseo Inquietud de
Gustavo Gutirrez llamando la atencin
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La Lira
La Lira
Los Nuestros
muy flamenca
Por: Rodrigo Ferrer Vives
[email protected]
L
Imagen tomada de: www.festivalvallenato.com
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la identidad de sus mayores con un acorden alegre y florido. Un infortunado accidente en su mano derecha lo alej de las
tarimas y parrandas cuando iniciaba una
promisoria carrera al lado del hoy fulgurante Silvestre Dangond, con quien dio
sus primeros pasos en el CD titulado Canto para ti.
NAVN LPEZ
En su explosiva y vibrante ejecucin
encontramos trazas de esa nota picada
caracterstica de los acordeoneros de Manaure como Juan Manuel Muegue y Carlos Araque y de la Jagua como Too Salas
y su hermano Emiliano Zuleta Baquero.
Fue rey vallenato en todas las categoras y aunque hoy dedicado a su profesin
de abogado conserva el prestigio musical
de esta admirable dinasta.
Su padre Dagoberto Lpez es el nico cantante de perrenque que tienen los
Lpez. Compositor de primera talla queda en la historia del vallenato no solo por
la calidad de sus obras, sino tambin por
haber integrado aquella memorable cruzada folclrica que lider Manuel Zapata
Olivella en el lejano ao 1952 hacia al interior del pas con la intencin de promover
entre los cachacos la cultura musical del
caribe colombiano.
Un serio compromiso con su profesin
en la rama judicial no le han permitido a
Navn mayores oportunidades de hacer
presencia en estudios de grabacin o en
agrupaciones Vallenatas, sin embargo es
destacada su actuacin en producciones
musicales especiales como la del homenaje
que el festival Voces y canciones de la paz
(Cesar) le rindi al maestro Rafael Escalo-
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La Lira
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Vuelve a m, vuelve a m
por la mar y el amor
y cantemos que las colombianas
que saben a besos cantan por los dos.
Vuelvo a ti, vuelvo a ti,
vuelvo a tu cafetal,
que moliendo el caf del cario,
mulato, mi nio, mi azcar ser.
Oye la voz,
oye la voz de mi cancin,
quireme t, mira colombiano.
La primera grabacin con el ttulo Mi
Colombiana, la registr su autor, conocido
entonces como Nio de Marchena, junto
al afamado guitarrista Ramn Montoya
el ao 1931. Al ao siguiente el mismo D.
Ramn Montoya realiz una nueva versin, esta vez con el ttulo de El Pjaro carpintero: colombiana nueva, acompaando
a Marchena y al cantaor Nio de la Flor,
que cant la segunda voz con la siguiente
letra.
Morena, por tu cario
sabes lo que estoy sufriendo?
y, en vez de causarte pena,
de mi amor te ests riendo...
nadie te querr en el mundo
como yo te estoy queriendo.
El pjaro carpintero
que para trabajar se agacha
y en llegando al agujero
hasta el pico lo levanta
yo tambin soy carpintero
porque quiero a mi muchacha
El ao 1933, la pieza fue grabada nuevamente, esta vez con una letra de Hilario
Montes titulada Quisiera cario mo, en
la cual hubo aportaciones de los msicos
Fernando Vilches y Enrique Bregel que
realiz los arreglos instrumentales; adems se aadieron los matices que poco a
poco fueron fijando la estructura meldica de Colombiana tal y como
la conocemos, con una
letra escrita en seis
versos de ocho slabas de un claro
carcter amoroso
y que con el paso
del tiempo se hizo
muy famosa.
La Lira
Quisiera cario
mo,
que t nunca me
olvidaras,
que tus labios con
los mos
en un beso se juntaran
y que no hubiera nadie
en el mundo
que a ellos lo separaran.
La meloda de las colombianas
que se interpretan actualmente sue-
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La Lira
La
msica
afrocaribea en libros
Por: Jairo Grijalba Ruiz
[email protected]
Especial para La Lira
ace un poco ms de tres dcadas, con el auge de la salsa neoyorquina, surgi de la pluma de
Csar Miguel Rondn El libro
de la salsa, una extensa y polmica crnica sobre el fenmeno de la msica afrocaribea visto a la luz de la explosin salsera neoyorquina y su impacto sobre toda
Amrica Latina, y ya desde aquella lejana
poca Rondn se propona romper con el
imperativo contradictorio pero incuestionable de que los salseros no lean. Bailaban pero no lean.
El libro de Rondn se convirti desde
luego en legendario, pese a sus imprecisiones y a sus dificultades conceptuales y
de enfoque, y aun as, hoy en da es considerado un objeto de culto por muchos salseros de los cinco continentes, habiendo
sido traducido a diversos idiomas y pirateado centenares de veces, sumando miles
de ejemplares editados en su inesperada
expansin planetaria. Incluso hace unos
aos fue traducido al ingls por Frances
Aparicio y Jackie White, y publicado ofi-
22
basado en el Premio Simn Bolvar de Periodismo 1982, fue editado por la alcalda
de Santiago de Cali en diciembre de 2012.
Los libros ya citados obligaron a un
buen nmero de salseros de Colombia y
de Amrica Latina a interesarse en una
literatura novedosa y que poco tena que
ver con sus hbitos cotidianos, contadas
excepciones (y esto suena contradictorio),
pero si ya el hecho de leer un libro en Colombia era un asunto de minoras, leer
sobre salsa, o en general sobre msica del
Caribe, s que fue cosa de unos pocos, al
menos durante los siguientes veinte aos,
aunque es evidente que en la ltima dcada, tanto en nuestro pas como en el resto
del continente, se ha venido gestando un
fenmeno nuevo y significativo: el surgimiento de una literatura sobre msica y
msicos populares, como hecho marginal
pero notorio, dentro del amplio contexto
de la literatura, tal y como la hemos conocido siempre.
Audiciones radiales, encuentros de
coleccionistas y revistas especializadas
Lo corriente en el devenir de la msica
caribea, incluida la salsa, no fueron los libros; la memoria musical afroantillana ha
circulado socialmente a travs de audiciones radiales (cada vez ms especializadas)
cuya tradicin se remonta por lo menos
a medio siglo, y de hecho, no hay ciudad
importante de la cuenca del Caribe o del
interior del continente (desde Nueva York
hasta Lima) que no cuente con una serie de
emisoras de radio que alberguen o hayan
albergado este tipo de audiciones, muchas
de ellas desplazadas en los ltimos tres
lustros a la transmisin por internet.
Simultneamente se consolidaron los
encuentros de melmanos y coleccionistas, surgidos en el Caribe hispanohablante, desde donde dieron el salto al resto de
los Estados Unidos, Europa, toda Latinoamrica e incluso a lugares tan remotos
como Japn, Francia y Australia.
Otra tradicin fue la de las revistas enfocadas hacia la msica afrocubana, afro
puertorriquea, caribea, colombiana, etc.,
de las cuales proliferaron decenas de ejemplos encomiables, algunas ya desaparecidas, cuyos archivos se guardan como tesoros, y otras vigentes, incluso como portales
web en la actual era del ciberespacio.
Ahora bien, de unos aos para ac,
por lo menos en Hispanoamrica, se han
abierto paso los libros, y se han consolidado con derecho propio los nombres de una
serie de investigadores respetables por su
credibilidad. Son los casos de Sergio Santana Archbold y Adriana Orejuela Martnez, en Colombia, Csar Coln Montijo
y ngel Quintero Rivera en Puerto Rico,
Lil Rodrguez Serrano y Luis Ugueto, en
Venezuela, Rafael Lam en Cuba, y decenas
ms que sera extenso enumerar.
Me propongo en estas lneas hacer referencia a algunos de los libros sobre nuestra
msica afrocaribea que han venido siendo publicados en los ltimos diez aos.
Comenzando por el trabajo del venezolano
Luis Ugueto, quien escribi Lo que es la
vida, Felipe Pirela (Fundacin Editorial El
Perro y La Rana, Caracas, 2006), obra de ineludible consulta para entender una zona
del bolero: el aporte venezolano, el contexto en el que este surgi, y el devenir de su
ms encumbrado exponente, el malogrado
Felipe Pirela Morn, El Bolerista de Amrica, asesinado en Puerto Rico cuando se
encontraba en la cresta de la ola.
La escena libresca colombiana se ha ensanchado con cuatro libros en cuya gesta
figura como ejecutor entusiasta el musiclogo Sergio Santana Archbold (San Andrs
Isla, 1960). Santana Archbold haba publicado con antelacin trabajos de vala sobre
personajes de la talla de Tito Rodrguez,
Rubn Blades y Hctor Lavoe, pero su
irrupcin en el panorama de nuestra msica popular del Caribe con el libro Lucho Bermdez, cumbias, porros y viajes
(Ediciones Santo Bassiln, Medelln, 2012),
escrito en asocio con Rafael Bassi Labarrera, Andrs Campo Uribe, Enrique Muoz
Vlez, lvaro Ruiz Hernndez, Jos Portaccio Fontalvo, Fabio Betancur lvarez y
Gabriel Pareja Montoya, tiene especial importancia ya que por fin estamos ante un
libro que ha conseguido destacar con lujo
de detalles al gran Lucho Bermdez en la
dimensin y preponderancia que el genio
de Carmen de Bolvar merece.
Seguidamente Santana Archbold present Benny Mor Sin Fronteras (Ediciones Santo Bassiln, Medelln, 2013),
una concienzuda y documentada puesta
en escena del Brbaro del Ritmo a la luz
de sus estadas, viajes y giras por distintos
lugares de Amrica Latina y los Estados
Unidos, en la cual se examina a fondo su
paso por Colombia, Panam, Cuba, Puerto
Rico, Venezuela y Per, al mismo tiempo
que se desvela el enigmtico quinquenio
del Benny en Mxico, etapa de la vida del
La Lira
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La Lira
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Recientemente fueron publicados dos libros que desde orillas diferentes abordan
el fenmeno de la msica popular en la
isla y su reflejo en la dispora nuyorican:
Que importa uno ms, relatos de una vellonera (Mariana Editores, Cayey, 2014),
del musiclogo Henry Figueroa, y Cocinando suave, ensayos de salsa en Puerto
Rico (Fundacin Editorial El Perro y La
Rana, Caracas, 2015), una recopilacin de
ensayos hecha por Csar Coln Montijo,
que recoge textos de autores prestigiosos
como Frances Aparicio, Elmer Gonzlez,
Juan Flores, Hirm Guadalupe Prez, Juan
Otero Garabs, ngel Quintero Rivera y
Chris Washburne. El libro contiene captulos polmicos como La salsa y sus
muertes, escrito por Jairo Moreno, Salsa
y drogas en Nueva York: esttica, prcticas performativas, polticas gubernamentales y trfico ilegal de drogas, surgido
de la pluma del trombonista y musiclogo estadounidense Chris Washburne, La
msica jbara en la salsa: la presencia viva
del folklore, de la autora de ngel Quintero Rivera, y La acstica carcelaria: las
tumbas salseras, escrito por Juan Carlos
Quintero Herencia.
De Venezuela hemos recibido tres libros de reciente aparicin: Nstor Zavarce, cuando la vida pasa (Editorial
Incgnito, Caracas, 2012) escrito por Jos
Zavarce; una biografa ampliamente documentada del popular cantor de Cinco
pa las doce, Oscar D Len, confesiones
de Oswaldo Ponte (Editora Fundacin Simn Bolvar Editorial El Arte, Caracas,
2014), de William Briceo; un volumen
de 380 pginas generosamente ilustrado
con una esplndida seleccin de fotografas, y Salsa en Caracas (Editorial Lugar
Comn, Caracas, 2013), un ensayo salsfilo de 111 pginas escrito por el acucioso investigador Federico Pecanins, agudo
transgresor de mitos urbanos e incansable
constructor de nuevas metforas para someter a la salsa a un imaginativo examen
de races y orgenes, hilvanando filiaciones culturales, sucesos de impacto social e
historias de inmigrantes que perfilaron la
estirpe de los ms clebres creadores del
gnero, pasando por Billo Frmeta, Orlan-
La Lira
Referencias bibliogrficas
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La Lira
La Esquina Cubana
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Conjunto Tpico Habanero con Manolo Fur en 1966, en la guitarra Pedrito Ibez. Foto: (Archivos del autor).
La Lira
Bacallao Alczar, de oficio carpintero ebanista se dedica a vivir de su trabajo desvinculndose de la msica, hasta que en 1959
que se crea el Consejo Nacional de Cultura
(CNC) y bajo la ptica de Odilio Urf y la
asesora de Ignacio Pieiro se rescatan y
crean agrupaciones folclricas y tradicionales de nuestro pas, entre ellas se funda
el Conjunto Tpico Cubano bajo la direccin
de Oscar Sotolongo y con la colaboracin
de Antonio Bacallao Alczar, realizndose
as su viejo sueo. Esta agrupacin sonera
conformado por ocho msicos por su composicin instrumental que emplea botija y
marmbula, en 1965 es renombrado Septeto Tpico de Sones, estando integrado en
distintas etapas por prestigiosos msicos,
Victorino Barroso (fundador), Miguelito
Garca, Manuel P. Fur Serquera, Vctor
Planch, Alfredo ato Dulfo, Ren de la
Rosa y Mario Aln. Desde su organizacin
Antonio Bebo Bacallao Villaverde ejecutaba la marmbula y al jubilarse su padre
en 1967 lo sustituy en la ejecucin de la
botija de barro y la direccin.
En la actualidad el Septeto Tpico de
Sones celebr con un concierto en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes el 90
Aniversario, como lleva impreso en su estandarte amarillo de ribetes blancos: 1924;
en realidad, Estaremos celebrando el 55.
Aniversario de su fundacin o los 90 aos
de aquella vieja idea en este 2015?
En la actualidad el Septeto Habanero de
Pedrito Ibez y el Septeto Tpico de Sones
de Sotolongo y Bacallao, siguen la tradicin sonera, prestigian y mantienen la
msica tradicional cubana ante las nuevas
corrientes cubanas y forneas, celebremos
entonces la existencia de estas dos agrupaciones glorias de la cultura cubana, aunque
sean dos celebraciones equivocadas!
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La Lira
Salsa
La Ventana de CIRDAMAYER
La Lira
Eddie
Palmieri - Parte II
Andrs Campo Uribe
[email protected]
n la entrega N 36 de La Lira de
Marzo de 2013, se public la primera parte de la obra musical de
Eddie Palmieri, correspondiente a
la etapa con su agrupacin LA PERFECTA, la cual abarca el periodo entre 1961 y
mediados de 1968, cuando formalmente
se disuelve.
La primera etapa de la colaboracin entre
Eddie y Barry termina en 1968 cuando se desmantela La Perfecta, y con esto, Palmieri empieza un perodo de luchas debido a problemas
personales y profesionales de los cuales surge la
msica ms importante de los 70s. Su esencia,
se fundamenta en el experimentalismo combinado con un gran sentido de la msica tradicional cubana y un estilo en el piano nacido de
la admiracin de Eddie por McCoy Tyner. (1)
guez; un medley combinando el bolero Delirio, del compositor cubano Csar Portillo
de la Luz y la balada-jazz Heres that rainy
day, de James Van Heusen y Johnny Burke; y el boogaloo Palo de mango, de Eddie
y Cheo Feliciano, vocalizados por Ismael
Pat Quintana. La orquesta para el lbum estaba conformada por Barry Rogers,
trombn, y el tres en el tema Si las nenas
me dejan, que; Jos Rodrgues, trombn;
Alfredo Chocolate Armenteros, Roy Romn y Lew Soloff, trompetas; Israel Lpez
Cachao, bajo; Luis Miranda y Ray Armando, congas; y Eddie, piano y lder.
Poco despus de la grabacin del lbum, se incorpora a la orquesta el joven
timbalero, de 18 aos, Nicky Marrero; y se
produce el retiro de Barry Rogers, pilar de
la agrupacin desde sus inicios.
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Asambleas Ordinarias
Del
Trimestre
Jueves 27 de junio
Jueves 25 de julio
Jueves 15 de agosto
Somewhere, msica de Leonard Bernstein y letra de Stephen Sondheim, vocalizada por Bob Bianco; y Veredict of Judge
Street, de Eddie y Bob Bianco. Se destaca
la conformacin de la cuerda de percusionistas utilizada la cual, adems de los antes mencionados Aguabella y Romero, la
complementan el veterano Manny Oquendo y Chino Pozo. El resto de la banda lo
conformaban Lewis Kahn, Jos Rodrgues,
Mark Weinstein y Julin Preister, trombones; Alfredo Chocolate Armenteros,
trompeta; David Hersher, bajo; Lawrwnce
Evans, bajo en el tema Veredict of Judge
Street; Bob Bianco, guitarra y vocalizacin
del tema Somewhere; Robert Thomas, batera en el tema Veredict of Judge Street;
y Elliot Romero, Justo Betancourt, Jimmy
Sabater, Arturo Campa y Carlos Cato
Daz, coros.
En 1970, graba el lbum SUPERIMPOSITION, (Tico SLP-1194), vocalizado por
Ismael Quintana, y donde la expresin salsosa ya era presentada en una suerte de matrimonio indisoluble con la msica de jazz. (3) El
lbum incluye los temas tradicionales cubanos La malanga, de Rudy Calzado; Pa
huel, de Arsenio Rodrguez; y Bilongo,
de Guillermo Rodrguez Fiffe, ejecutado
de manera excepcional y en donde el sabor del montuno y la hilvanacin del solo
de trompeta de Chocolate Armenteros
quedaron para la posteridad como referencia obligada para cualquier msico que
intente grabarlo nuevamente; y tres temas
considerados como experimentales: Chocolate Ice Cream, tema compuesto por
Chocolate Armenteros; Que lindo eso,
eh! / Isnt it pretty, de Eddie Palmieri; y
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Salsa
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El lbum incluye los temas Un da bonito, arreglado por Barry Rogers y con
una duracin de 14:20 minutos -la sola
introduccin de piano se alarga por ms
de 6 minutos-; Una rosa espaola, danzn
con letras de THE BEATLES; Nada de ti;
Nunca contigo; y Mi cumbia, composiciones de Eddie; y Deseo Salvaje, composicin de Lalo.
Palmieri siempre estuvo buscando algo
nuevo, y ste trabajo es la culminacin de
una etapa que comenz en su disco anterior, SENTIDO. La orquesta la conform
con el panameo Vctor Paz y Virgil Jones
en las trompetas; Barry Rogers y Jos Rodrgues, sus trombonistas ms emblemticos por mucho tiempo, ahora con Rogers
ejecutando tambin una inusual tuba que
marcaba una suerte de bajo continuo; Mario Rivera y Ronnie Cuber en los saxos y
flauta; Alfredo de la F, en el violn; Eddie
Guagua Rivera, en el bajo; Tommy Lpez
Sr y Eladio Prez, en las congas; Tommy
Chukie Lpez Jr, en los bongoes; Nicky
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Salsa
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BIBLIOGRAFA:
- Eddie Palmieri: Form and substance.
Interview by David Carp y Bruce Polin.
Descarga.com.
- La obra maestra de Eddie Palmieri. Entrevista de Eric Gonzlez para Oasissalsero.
- Eddie Palmieri: simbiosis de ritmos y
armonas. Nelson Planas.
Herencialatina.com. 2005.
- Barry Rogers: salsero, explorador, msico mundial. David Carp. Descarga.com.
- El Estadista: Manny Oquendo. Entrevista de Eric Gonzlez y Andy Gonzlez para
Herencialatina.com. 2005.
- El libro de la salsa. Csar Miguel Rondn. Ediciones Todtmann. 1979.
- Ismael Quintana: Amor, vida y sentimiento. Entrevistas de Eric Gonzlez para
Herencialatina.com. Septiembre 28 de
2001 y Octubre 13 de 2004.
- Nicky Marrero: talento y coincidencia.
Tommy Muriel para Oasissalsero.