Guía de Aprendizaje Texto Narrativo
Guía de Aprendizaje Texto Narrativo
Guía de Aprendizaje Texto Narrativo
El gnero narrativo
Nombre:
Fecha:
EL TEXTO LITERARIO
Los gneros literarios son los distintos grupos o categoras en que podemos
clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido. Se los ha clasificado en
tres grupos importantes Narrativo, Lrico y Dramtico.
EL GNERO NARRATIVO:
El gnero narrativo es aquel en el que se relata una historia y posee una
dimensin artstica.
Su caracterstica principal es la presencia de un narrador que relata una
historia que protagonizan unos personajes, actuando en un lugar y en un
tiempo detrminados.
El narrador es aquel que relata la historia, que cuenta los hechos. No
confundir con el autor. El narrador puede estar dentro de la historia o fuera de la
historia:
Narracin en tercera persona:
1. Narrador omnisciente: sabe todo lo que ha ocurrido y lo que va a
ocurrir, conoce los pensamientos de los personajes.
Tom apareci en la aceracon un cubo de cal para blanquear y con una brocha de
mango largo []. Treinta metros de valla, de tableros de casi tres metros de alto. La
vida le paraeci vaca y la exietncia una carga.
Aventuras de Tom Sawyer. Mark Twain
PANDORA
Pandora es la primera mujer. Cada dios le otorg a Pandora una cualidad como
la belleza, la gracia, la persuasin, y la habilidad manual, entre otras; pero Hermes
(mensajero de los dioses, e intrprete de la voluntad divina) puso en su corazn la mentira y
la falacia.
Haba una jarra que contena todos los males. Pandora apenas la vio, la abri y
dej que los males inundaran la tierra. Para cuando logr cerrar la jarra, lo nico que
quedaba adentro era la esperanza, por lo que los humanos no la recibieron. De este mito
proviene la expresin abrir la caja de Pandora. En esta tradicin, Pandora representa la
perdicin de la humanidad al igual que Eva.
EL TRAUCO
CELEBRACIN DE LA FANTASA
Eduardo Galeano
Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me haba
despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de
piedra, cuando un nio del lugar, enclenque, haraposo, se acerc a pedirme que le
regalara una lapicera. No poda darle la lapicera que tena, porque la estaba
usando en no s qu aburridas anotaciones, pero le ofrec dibujarle un cerdito en la
mano.
Sbitamente, se corri la voz. De buenas a primeras me encontr rodeado
de un enjambre de nios que exigan, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en
sus manitas cuarteadas de mugre y fro, pieles de cuero quemado: haba quien
quera un cndor y quin una serpiente, otros preferan loritos o lechuzas y no
faltaba los que pedan un fantasma o un dragn.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba
ms de un metro del suelo, me mostr un reloj dibujado con tinta negra en su
mueca:
-Me lo mand un to mo, que vive en Lima dijo - Y anda bien -le pregunt
-Atrasa un poco- reconoci.
MARTN RIVAS
(Fragmento) Alberto Blest Gana
Cuando el provinciano se hall bastante cerca del criado, que
continuaba observndole, se detuvo e hizo un saludo, al que el otro contest con
aire protector, inspirado tal vez por la triste catadura del joven.
-Ser sta la casa del seor don Dmaso Encina? -pregunt ste, con
voz en la que pareca reprimirse apenas el disgusto que aquel saludo insolente
pareci causarle.
-Aqu es -contest el criado.
-Podr usted decirle que un caballero desea hablar con l?
A la palabra caballero, el criado pareci rechazar una sonrisa burlona
que se dibujaba en sus labios.
-Y cmo se llama usted? -pregunt con voz seca.
-Martn Rivas -contest el provinciano, tratando de dominar su
impaciencia, que no dej por esto de reflejarse en sus ojos.
-Esprese, pues -djole el criado; y entr con paso lento a las
habitaciones del interior.
Daban en ese instante las doce del da.