Delito de Feminicidio-Delito de Secuestro
Delito de Feminicidio-Delito de Secuestro
Delito de Feminicidio-Delito de Secuestro
FACULTAD : DERECHO Y
CIENCIAS POLTICAS
DOCENTE : FIGUEROA ALVARON EDUARDO
TURNO : NOCHE
2017
INTRODUCCIN
La violencia contra la mujer es un problema que afecta a todo el mundo, y ello no es de ahora, sino que
siempre ha estado presente y muchas veces esta ha sido de forma pblica sin embargo ha sido reducida
al mbito privado o domstico.
Con el avance y desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y la participacin activa
que han tenido los movimientos de mujeres as como de los organismos internacionales se ha reconocido
que la violencia contra la mujer es una grave vulneracin contra sus derechos humanos.
Dentro de este proceso, la Convencin de Belm do Par es uno de los mecanismos legales ms
importante en materia de violencia contra la mujer ya que reconoce expresamente el problema, as como
impone obligaciones a los estados partes.
En el artculo 7 de la Convencin de Belm do Par seala lo siguiente: Los estados Partes condenan
todas las formas de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y
sin dilaciones, polticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia () y en su inciso c)
prescribe lo siguiente: incluir en su legislacin interna normas penales, civiles y administrativas, as
como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer y adoptar las medidas administrativas que sea del caso.
En este contexto, de avance y desarrollo se encuentra el femicide, que en esencia trata sobre lo violencia
extrema contra las mujeres. Sin embargo dicho trmino al ser castellanizada presenta una doble
acepcin que es femicidio y feminicidio, que a simple vista pareciera contener lo mismo pero ello no es
as.
En este artculo, hablaremos sobre las posturas encontradas sobre la incorporacin del delito de
feminicidio, cmo nace dicho trmino, cules son las definiciones de uno y otro trmino, el proceso de
incorporacin en Latinoamrica y el caso peruano, a propsito de su regulacin en el artculo 108-b y
determinaremos a qu acepcin se acogi el legislador peruano al dictar la norma, o si por el contrario,
ha tomado las definiciones de una y de otra y como una suerte de ley tercia gener una tercera.
RESUMEN
"Con el avance y
desarrollo del
Derecho
Internacional de
los Derechos
Humanos, la
violencia contra
la mujer es
considerada
actualmente como grave vulneracin a sus derechos humanos, junto con ello se ha desarrollado una
corriente para denominar la violencia extrema contra las mujeres como feminicidio. Sin embargo dicho
trmino es un neologismo anglosajn (femicide) que al ser castellanizada deriva en dos acepciones
femicidio o feminicidio, cada una de ellas con sus propias particularidades y estas han sido extendidas en
Latinoamrica y en el mundo de distintas formas, al que el Per incluso no es ajeno. Por ello en el
presente artculo, trata de determinar cul es la definicin que recoge el artculo 108-B del cdigo penal
peruano, a propsito de la disyuntiva entre femicidio y feminicidio.
DE FEMINICIDIO
Los detractores de la
figura del feminicidio plantean es necesaria
la regulacin del delito de feminicidio?
La segunda hiptesis que argumentan es que con la regulacin del delito de feminicidio se ha vulnerado
el principio de culpabilidad y de mnima intervencin as como el de subsidiariedad y ltima ratio
Tanto a nivel nacional como internacional, que contemporneamente se traduce en un evidente problema
de derechos humanos
Otro fundamento a favor de una legislacin como esta, es la que se sustenta por diversas circunstancias,
entre las que destacan las siguientes:
A pesar que las dos posiciones son las ms marcadas, es preciso indicar que encontramos una posicin
bastante particular, que es la del magster, Alexei Senz Torres, quien seala que la nomenclatura
FEMINICIDIO no es la ms idnea. Propone ms bien, el trmino poblacin vulnerable, sealando que
la Hugo Vizcardo, H. (2013). El nuevo delito de feminicidio y sus implicancias poltico criminales.
Garita Vlchez, Ana. La regulacin del delito de femicidio/feminicidio en Amrica Latina y el Caribe.
Panam: Campaa del secretario General de las Naciones Unidas , Latinoamrica para poner fin a la
violencia contra las mujeres proteccin no solo debe restringirse a las mujeres sino que debe incluir
tambin a nios, nias, ancianos y ancianas.
FEMICIDIO,
FEMINICIDIO:
ANTECEDENTES
Y DEFINICIONES
Pese a los
cuestionamientos
que tiene la
regulacin del delito de feminicidio, cabe preguntarse cul es la definicin de este, si es igual o diferente
del trmino femicidio y sobre todo cul es la definicin que recoge el cdigo penal peruano en su artculo
108-B.
En primer lugar hay que sealar que el trmino feminicidio, palabra castellanizada, proviene del
neologismo femicide, el cual naci en el mbito acadmico anglosajn.
El trmino femicide apareci por primera vez en la literatura en A Satirical View of London (Inglaterra,
1801) para denominar el asesinato de una mujer, como bien lo seala Diana Russell7
En 1974 fue utilizado por la escritora americana Carol Orlok, para aos ms tarde, en 1976, ser
desarrollado por Diana Russel ante el Tribunal Internacional sobre crmenes contra las mujeres, realizado
en Bruselas
Feminicidio, justicia y derecho, Mxico, Comisin Especial para conocer y dar seguimiento a las
investigaciones relacionadas con los Feminicidios en la Repblica Mexicana y a la Procuracin de
Justicia Vinculada.
RUSSELL, Diana E.H y Van de Ven, Nicole, Crmenes against Women: The Proceedings of the
International Tribunal, San Francisco, California, Frog in the Well, 1982.
En 1990 en la revista Ms, a travs de un artculo intitulado Speaking the Unspeakable, que publicaron
Diana Russel y Jane Caputi dieron a conocer el trmino femicide, que lo califican como es el asesinato
de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de las
mujeres.
En 1992 Diana Russell y Jill Radford sintetizaron el trmino femicide como el asesinato de mujeres
cometido por hombres.
La teora del feminicidio, de la que forma parte el feminicidio, emergen del bagaje terico feminista. Sus
representantes ms significativas son Diana Russell y Jill Radford, adems de las investigaciones que
realizaron Jane Caputi, Deborah, Cameron y otras ms que fueron recogidas en el libro Femicide: The
politics of woman killing en la que se recoge importantes datos y anlisis detallado de casos de
feminicidio en diversos pases como la India, Estados Unidos y Canad. Ken Russell, Diana E.H y
Radford, Jill (1992). Femicide: The Politics of woman killing.
Dicho libro tambin se recoge las caceras de brujas en los siglos XVI y XVII en Inglaterra, hasta nuestros
das.
La teora sealada esboza los crmenes cometidos contra nias y mujeres en el seno del patriarcado y lo
considera el extremo de dominacin de gnero contra las mujeres. Tambin lo denominan como
genocidio, otras como terrorismo de gnero. En esta teora tambin se incluyen sub clasificaciones como
feminicidio serial, feminicidio lsbico, etc.
Aos ms tarde la antroploga Marcela Lagarde y De Los Ros desarrollara el trmino femicide, que
como bien explica su traduccin es femicidio, sin embargo la antroploga lo traduce como feminicidio y
as se ha difundido a lo largo de
La antroploga Lagarde indica lo siguiente: en castellano femicidio es una voz anloga a homicidio y
slo significa homicidio de mujeres. Por eso, para diferenciarlo, prefera la voz feminicidio y denominar
as al conjunto de violaciones a los derechos humanos de las mujeres que contienen los crmenes y las
desapariciones de mujeres y que, estos fuesen identificados como crmenes de lesa humanidad.
Marcela Lagarde, seala que el feminicidio es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las
condiciones histricas generan prcticas sociales que permiten
Atentados violentos contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de nias y mujeres. Asimismo
indica una serie de factores que inciden para el desarrollo del feminicidio como son el silencio social, la
idea de que hay problemas ms urgentes y la vergenza y el enojo que no conminan a transformar las
cosas sino a disminuir el hecho y demostrar que no son tantas las muertas o aqu no ocurre lo mismo
que en Jurez, la India o Guatemala; la omisin, la negligencia y la colusin parcial o total de autoridades
encargadas de prevenir y erradicar estos crmenes.
Sin embargo, lo ms interesante de la teora sobre feminicidio que hace la antroploga es que seala que
el Estado es parte estructural del problema por su signo patriarcal y por su preservacin de dicho orden,
en otras palabras sera un crimen de Estado.
La antroploga Marcela Lagarde y De Los Ros, quien fuera diputada en Mxico (2003-2006), desarrolla
el concepto de feminicidio en un contexto en el que se cometieron homicidios de nias y mujeres en
Ciudad Jurez y en la que se evidencia la violacin de los derechos humanos de las mujeres, hecho que
no solo se dio en Jurez sino en gran parte del pas de Mxico, y que el Estado poco o nado hizo para
solucionar este problema.
El femicidio o feminicidio para los grupos de feministas representa un continuum de terror anti-femenino,
el mismo que incluye un sin nmero de abusos verbales y fsicos, como son los siguientes: violacin,
tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitucin), abuso sexual infantil incestuoso o extra
familiar, golpizas fsicas y emocionales, acoso sexual (por telfono, en las calles, en la oficina, y en el
aula), mutilacin genital (clitoridectomas, escisin, infibulaciones), operaciones ginecolgicas
innecesarias (histeroctomas), heterosexualidad forzada, esterilizacin forzada, maternidad forzada (por
la criminalizacin de la contracepcin y del aborto), psicociruga, negacin de comidas para mujeres en
algunas culturas, ciruga plstica y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento, siempre que estas
formas de violencia hacia la mujer resultan en muerte, se convierten en feminicidios.
Latina y el Caribe. Panam: nete para poner fin a la violencia contra las mujeres.
EL PROCESO DE INCORPORACIN DEL TRMINO
Dicho trmino ha sido abordado desde las ramas de la antropologa y sociologa por feministas como
Diana Russel, Jane Caputi o Marcela Lagarde para ms tarde irradiar a organismos internacionales como
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Pese a ello, la controversia gira tambin sobre su acepcin gramatical al momento de castellanizar la
palabra femicide, de un lado femicidio y del otro feminicidio.
Evidentemente ambos trminos no son iguales, ya que el primero se centra sobre el homicidio de
mujeres por razones de gnero, mientras que el segundo es mucho ms complejo. Se teoriza sobre,
segn Marcela Lagarde14 al conjunto de violaciones a los derechos humanos de las mujeres que
contienen los crmenes y las desapariciones forzadas de mujeres y que estos fuesen identificados como
crmenes de lesa humanidad
Lagarde y De Los Ros, Marcela. Antropologa, feminismo y poltica: Violencia feminicida y derechos
humanos de las mujeres. En Retos tericos y nuevas prcticas. Pp.209-238 (); para que se d el
feminicidio concurren, de manera criminal, el silencio, la omisin, la negligencia y la colusin parcial o
total de las autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crmenes.
A pesar del contenido ambivalente15 que involucra cada uno de ellos, en Latinoamrica, se ha esparcido
de manera muy diversa, o algunos, ajustndolo a su realidad. Salvo raras excepciones, las regulaciones
legales no se refieren a la responsabilidad del Estado en caso de investigaciones defectuosas, ni
contemplan la responsabilidad de los funcionarios que favorecen la desidia o negligencia de las
administraciones pblicas en la persecucin de estos crmenes
Pases como Chile, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua lo han denominado femicidio mientras que
pases como El Salvador, Mxico y Per lo llaman Feminicidio.
Otra caracterstica dentro del proceso de incorporacin a sus respectivos dispositivos legales de carcter
penal es que o se haba insertado dentro de otras figuras penales como el parricidio, o sencillamente
apareca la descripcin pero de forma simblica, demostrando que no se quera abandonar las
tradicionales normas genricas a especficas.
EL CASO PERUANO
Despus de la ltima
modificacin de la ley
29819, se promulg la
ley 30068 con fecha 18
de julio de 2013 en la
que se prescribe lo
siguiente:
Artculo 108-B.-
Feminicidio
Ser reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince aos el que mata a una mujer por su
condicin de tal, en cualquiera de los siguientes contextos:
1. Violencia familiar;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posicin o relacin que le confiera autoridad al agente;
4. Cualquier forma de discriminacin contra la mujer, independientemente de que exista o haya existido
una relacin conyugal o de convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad ser no menor de veinticinco aos, cuando concurra cualquiera de las
siguientes circunstancias agravantes:
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agravantes establecidas en el artculo 108.
Como se aprecia en la citada norma, la mayora de sus incisos hace alusin a un feminicidio de tipo
ntimo, no se habla por ejemplo de la responsabilidad del estado, por la falta de diligencia en la
investigacin o por la omisin, la negligencia y la colusin parcial o total de autoridades encargadas de
prevenir y erradicar estos hechos de violencia contra la mujer.
La crtica que se puede hacer a la citada norma es que al sealar el que mata a una mujer por su
condicin de tal, surge la interrogante qu quiere decir el legislador con ello? se refiere al aspecto
biolgico o al aspecto de gnero? Por ello cuando se est ante el delito el operador jurdico no puede
determinar con exactitud si es feminicidio, homicidio, homicidio calificado o parricidio, la lnea es muy
delgada.
Por tanto, el artculo 108-B regulado en el cdigo penal peruano, no se acoge en estricto al femicidio o
feminicidio, esbozado por las tericas Diana Russell o Marcela Lagarde o lo sealado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
CONCLUSIONES
1. La definicin
recogida en el cdigo penal peruano, en el delito de feminicidio, no se acoge en estricto a las esbozadas
por Diana Russell, Marcela Lagarde o lo que ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, sino ms bien, el legislador ha extrado ciertas partes, creando una configuracin penal, que
lejos de garantizar la debida proteccin contra la violencia hacia la mujer ha credo oportuno , por
ejemplo, colocar la expresin el que mata a una mujer por la condicin de tal, generando, por la
amplitud de la expresin, una imprecisin normativa, que hasta incluso podra atentar contra el principio
de tipicidad.
2. La crtica que se puede hacer a la citada norma es que se observa una inclinacin del tipo de
feminicidio ntimo, y no esboza lo sealado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte
IDH) o lo sealado por Marcela Lagarde sobre la responsabilidad penal del estado y de sus funcionarios.
3. No comparto la postura radical de sealar que el feminicidio deba ser considerado como genocidio o
delitos de lesa humanidad, sin embargo es claro que tal y como est redactada la norma no hay una clara
proteccin frente a la violencia contra la mujer.
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EL DELITO DE SECUESTRO
INTRODUCCIN
El delito
de
secuestro
en sus
ms
variadas
modalidades, a no
dudar viene a
constituir un
comportamiento
antisocial altamente
peligroso que en
lo que va de
estos
ltimos
aos, ha empezado a adquirir matices alarmantes en nuestro medio nacional. Lo que constituye motivo
de gran preocupacin no solamente en los medios policiales, sino tambin de la colectividad en general
que se encuentra desorientada ante este fenmeno. Situacin que ha conllevado a esa equvoca
reaccin de promulgar solamente leyes penales, como un aislado esfuerzo de querer contrarrestar un
fenmeno de mucha mayor complejidad que no necesariamente es exclusiva del orden jurdico.
Muchas y complejas son las causas que motivan un panorama delictivo, en el que adquiere especial
realce los delitos contra la libertad individual. Entre las que tienen notoriedad: una problemtica socio-
econmica de marcadas contrariedades, cuyas diferenciaciones entre los estratos sociales son bastantes
notorias; un estado de desorientacin entre los diferentes organismos que participan en la prevencin de
la criminalidad y el tratamiento de los delincuentes (la polica, la administracin de la justicia penal, los
organismos legislativos y el sistema penitenciario); y la poca ayuda que la comunidad presta para el
descubrimiento de este tipo de delitos en especial de los familiares de los secuestrados.
Asimismo, el alto grado de refinamiento de los modernos medios que en la actualidad se vale la
criminalidad para cometer esta clase de delitos; el progresivo deterioro de algunos de los cuadros de las
fuerzas policiales; y la poca credibilidad que la comunidad ha depositado en esta clase de instituciones,
ya que hay muchos casos en que algunos de sus miembros han participado en secuestros.
Son en realidad algunos de los factores que han propiciado el sobredimensionamiento de un delito, que
est afectando con mucha violencia los cimientos mismos de nuestra sociedad, con una fuerza nunca
antes vista, cuyo objetivo fundamental consiste en la captura forzada y sorpresiva de determinadas
personalidades o sus familiares, que por lo general pertenecen a la clase ms pudiente con la finalidad
de convertirlos en prisioneros de bandas de delincuentes muy bien organizadas, para posteriormente
despus de haber obtenido cuantiosas sumas de dinero como rescate ponerlos en libertad.
Y si bien es cierto, que hasta la fecha no se tienen las estadsticas necesarias para saber lo que est
aconteciendo, ya que hay bastantes casos en que los familiares han preferido guardar silencio y tratar
directamente con los secuestradores, sin embargo de las continuas noticias que salen todos los das en
los peridicos nos permiten tener una idea de lo que est pasando.
Antecedentes
Las formas de ir regulando las conductas humanas al pasar el tiempo han variado sustancialmente, en
especial a partir de la Revolucin Francesa, la que con sus principios de libertad, igualdad y justicia social
reaccion fuertemente contra los aspectos tan caractersticos de pocas anteriores, que relacionaban a la
divinidad con la sancin penal. Transformaciones que dieron origen al nacimiento del Derecho Penal
Liberal, ms que todo imbuido en concepciones racionalistas sobre los orgenes del delito, y con fondos
dogmticos sobre el fenmeno de la criminalidad: eran las ideas abstractas sobre el delito y la pena.
Las caractersticas de este periodo pueden ser resumidas de la siguiente manera: La poca importancia
que se le conceda al autor del delito, ya que su contenido se reduca prcticamente al delito y la pena; su
labor se basaba en criterios racionales, no teniendo en cuenta la realidad social del delito, ni histrica, tan
importantes ;veces para la elaboracin de conceptos (quiz ello obedeca a la desconfianza sobre el
derecho penal del antiguo rgimen); y escaso valor concedido a la prevencin especial y correccin del
delincuente .
Con el surgimiento del Derecho Penal Positivo (nuevo positivismo) se propusieron nuevas medidas para
defender a la sociedad del delito (mtodo inductivo o positivo de observacin y experiencia), propiciada
en gran medida por el advenimiento y la evolucin de las ciencias de la naturaleza. Nueva poca del
derecho penal que estuvo encabezada por el clebre Csar Lombroso, el cual opta por retomar un
aspecto sumamente importante que con el transcurrir del tiempo se haba dejado de lado: el hombre
delincuente, para cuyo estudio y comprensin los conceptos y planteamientos de orden bsicamente
abstractos utilizados hasta entonces, resultaban inoperantes e ineficaces.
De esta forma se suscita una nueva manera de concebir el fenmeno de la criminalidad. Lo que dara
inicio a una intensa lucha en la Europa de principios de siglo, entre los partidaristas de la escuela clsica
ms conocida como el Derecho Penal Liberal y los positivistas. Cuya mxima expresin para los primeros
fue el Cdigo Penal Italiano de 1889, ms conocido como el "Cdigo de Zanardelli", cuyos aspectos
centrales partan de los conceptos de Mirian Gicovate Postaloff. Los Procesos de Descriminalizacin.
Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ciencias Jurdicas y Polticas. Direccin de Estudios para
Graduados.
La retribucin de la pena y el libre albedro como fundamentos bsicos de la culpabilidad del delincuente,
rechazando por consiguiente los renovadores planteamientos relativos a las medidas de seguridad y al
tratamiento del delincuente, esgrimidos por Lombroso en su magistral obra titulada "El hombre
delincuente", posteriormente continuado por Ferri y Garfalo.
Cdigo Penal de 1924 que hasta la fecha se encuentra vigente. El que se inici con el nombramiento de
una comisin parlamentaria en enero de 1915 para que elaborase un proyecto que fue preparado por
Vctor Martua, ponente del cdigo.
Para poder comprender correctamente el proceso de reforma de nuestro derecho penal, cuyos hitos
principales se acaba de sealar, resulta necesario ubicarlo dentro del movimiento legislativo que se oper
en Europa y Amrica Latina, y del cual, ciertamente nuestra reforma fue en cierta manera una
repercusin.
Antecedentes de gran importancia no slo por su gran influencia en el cdigo penal vigente, sino tambin
porque de este cuerpo de leyes ha provenido la ltima modificacin referente a la problemtica jurdica
punitiva, que es de donde parte nuestro anlisis de la llamada "Ley Antisecuestro" y del captulo referente
a los Delitos Contra la libertad individual, los mismos que se encuentran vigentes en una gran proporcin.
La Libertad como bien jurdico objeto de proteccin
Es nuestra actual Constitucin del Estado la que reconoce como piedra angular de todo el sistema social
al ser humano, por sobre todas las cosas y objetivos que se puede trazar el mismo por medio de sus
polticas, entes administrativos y programas de desarrollo.
As establece: "que es la persona humana el fin supremo de sociedad y del Estado; todos tienen la
obligacin de protegerla y respetarla". Definicin fundamental que entre otras cosas, posibilita la
existencia de varios cuadros jurdicos de mltiples gneros y con distintos fines que hacen factible el
desarrollo de la vida en comunidad.
Pero no siempre la relacin entre los distintos miembros del agregado social se desenvuelve de una
manera armoniosa, ya que si todos los seres humanos respetaran voluntariamente la infinidad de
preceptos que hay en nuestra Constitucin, las normas penales seran prcticamente innecesarios. Sin
embargo, lo cierto es, que los hombres se caracterizan por ser constantes trasgresores del ordenamiento
legal establecido, y por ello, paralelamente al derecho preceptivo, forzosamente tiene que coexistir la
norma sancionadora, en particular cuando la importancia del bien jurdico lo reclama, como es el caso de
la forma de criminalidad que motiva este anlisis.
Los grandes pensadores han pretendido en vano poder definir satisfactoriamente qu es la libertad. Los
estudiosos del derecho penal no han podido ser ajenos a esta inquietud. Para Carrara, la libertad era un
derecho natural, que la sociedad se limitaba a reconocer y por consiguiente a proteger, consiste en la
facultad constante que tienen los hombres para ejercer todas sus actividades, tanto morales como fsicas
en servicio de la satisfaccin de sus propias necesidades, con la finalidad de alcanzar sus destinos en la
vida terrenal. El clebre maestro de Pisa aceptaba como una definicin correcta de la libertad individual,
como aquella que consista en: "la facultad que le compete a todos los hombres para ejercer en su
provecho las propias actividades, en todo lo que no lesione el derecho ajeno".
Para Mayer el gran filsofo aletnn del derecho, se abstena de definir sobre este contexto y ms bien
slo se limitaba a afirmar que la libertad era tan rica en valores sentimentales como pobre en su mismo
contenido. Ms bien apuntaba en decir, que no obstante el crdito que tiene la libertad, nadie lo ha
proclamado como el valor jurdico supremo universalmente vlido. Este pensamiento sera aos ms
tarde explicado por el profesor Jimnez Asa y negara que la libertad sea un valor en s misma, sin que
esta concepcin particular, signifique para el juspenalsta un pice de su reconocida fe en la democracia.
NUESTRAS NORMAS JURDICAS
EN TORNO AL SECUESTRO
El mencionar conceptos sobre las normas penales que en nuestro ordenamiento penal se vinculan a los
delitos que atentan contra la libertad individual encierra ciertas dificultades, en especial si de lo que se
trata es de abordar la complejidad y variedad de circunstancias que se estn dando en torno al
desbordamiento del delito de secuestro y figuras afines en nuestra sociedad.
Las leyes penales que necesitan precisar las conductas sancionadas, no tienden a la defensa de la
libertad considerada en s misma, dado su carcter genrico, sino fundamentalmente al resguardo slo
de algunas de las formas ms especficas que se pueden manifestar en la vida diaria. Es a partir de la
finalizacin de la Segunda Guerra Mundial, que se empiezan a vislumbrar algunos cambios en los
cdigos penales del mundo, por cuanto muchos de los derechos esenciales en este aspecto no se
encontraban debidamente tutelados.
Las razones de estos vacos radican en que la sociedad ha evolucionado mucho en lo que va de estos
ltimos aos, y se han empezado a suscitar una serie de nuevas circunstancias que ponen en peligro
muchas de las libertades de los seres humanos en la vida moderna. Con mayor razn en nuestra
sociedad en la que como resultado de la promulgacin de una nueva Constitucin, se incorporan una
serie de nuevos derechos que antiguamente no se encontraban reconocidos como tales.
Con la finalidad de subsanar muchos de estos vacos y deficiencias, los Estados se han visto obligados a
promulgar muchas veces constantes dispositivos y leyes penales de carcter conexo.
Hasta hace poco tiempo esta forma de criminalidad no generaba mayor preocupacin dentro de la
sociedad. Pero como resultado de su sobredimensionamiento y ante la presin ejercida por los medios de
comunicacin social, la opinin pblica y ciertos sectores del mbito legislativo se vio en la necesidad de
estructurar un conjunto de dispositivos que se caractericen fundamentalmente por su severidad.
De cuyo estudio se desprende que la penalidad para los efectos del delito de secuestro se ha
aumentado, por cuanto antiguamente en este artculo se sancionaba con una prisin no mayor de dos
aos ni menor de un mes conforme a lo que se expona en su "El establecimiento sbito de fuertes
medidas represivas sobre cierto tipo de delitos es probable que resulte en una reduccin temporal, y
quizs slo temporal del nivel de tales delitos". Tendencias del Delito. El Derecho de tales tendencias.
Sexto Congreso de la ONU sobre Prevencin del Delito y Tratamiento del Delincuente. Caracas,
Venezuela. 1980.
Rubro introductorio. En cambio en la actualidad se establece una penalidad no mayor de doce aos.
Asimismo, se han modificado los acpites relativos a las circunstancias agravantes que se encontraban
sealadas de la siguiente manera: Si se secuestraba a una persona para abusar de ella o corromperla; si
se secuestraba bajo pretexto de una enfermedad mental que no exista; y si la persona secuestrada
haba sido tratada con crueldad y si el secuestro no duraba ms de un mes.
Sin embargo, a partir de la modificacin introducida, el nmero tan reducido de circunstancias que
agravaban la calificacin de este delito, se han visto "englobadas" sin mayores miramientos y distingos
de carcter tcnico-legislativo de la siguiente manera: "El que secuestrare a otro con el propsito de
exigir para su libertad un provecho o cualquier ventaja pecuniaria o para que realice u omita acciones con
fines publicitarios con cualquier intencionalidad ............ , ser reprimido con pena de internamiento no
menor de veinticinco aos e inhabilitacin absoluta perpetua cualquiera sea su calidad personal, cargo,
funcin o rango".
Establecindose como circunstancias agravantes, la minora de edad del agraviado, la tortura psicolgica
o fsica y la mutilacin o muerte del mismo. Hacindose la salvedad de que en el supuesto caso que se
"practicara actos suficientes como para dejar en libertad al secuestrado", se rebajar la pena por debajo
del lmite establecido en la presente ley.
Posteriormente se prohbe a los procesados y sentenciados por este delito, que sean beneficiados con la
liberacin condicional, la libertad vigilada, la conmutacin de la pena o el indulto. Para finalizar con la
derogatoria de todos los dispositivos que se puedan oponerla la presente ley.
Al analizar la forma como se ha redactado este dispositivo las crticas no solo estn dirigidas a la forma
tan deficiente como se ha redactado, sino tambin a los objetivos que a largo plazo supuestamente
puede perseguir, conforme lo explicar en lo referente a los efectos de la intimidacin y a la retribucin de
la pena.
En efecto, ms que ayudar a clarificar conceptos en nuestro ordenamiento punitivo, por el contrario se ha
contribuido en hacer an ms deficiente el rubro de los delitos contra la libertad individual. Se puede
observar al menos en nuestro ordenamiento que existe una notable falta de concordancia entre el
numeroso grupo de delitos referidos al rubro de la libertad constitucionalmente reconocida, y las escasas
como defectuosas normas penales que deben de procurarle algn tipo de proteccin.
Situacin que necesariamente se tiene que ver agravada por las limitaciones que hay en nuestro pas de
toda ndole, y por la situacin de crisis permanente en que vive nuestro sistema penitenciario, si as a
ste ltimo se le puede llamar.
Toda sustantividad de una figura penal, as como tambin la circunstancia de haber sido estructurada en
trminos tan generales, la hacen sospechosa de poder convertirse en la prctica en un instrumento ms
que todo de arbitrariedad. No debemos olvidar que la definicin legal de un delito debe ser formulada en
tipos cerrados que permitan conocer al destinatario de la norma, no solamente cul es la conducta
prohibida, sino tambin cul es la permitida. No hay otra forma actualizada de la traduccin del principio
nullun crimen sine lege respecto a la mxima legalista.
Es as que al haberse incluido como trmino introductorio "al que secuestrare", se denota que su
direccin est dirigida a unificar en slo concepto una gran variedad de ilcitos comportamientos que
estn dando en la vida moderna vinculados a la restriccin de la libertad por la va delictiva, pero que no
necesariamente todos pueden significar una manera unificada de criterios para los efectos de su cabal
represin. Como pueden ser los casos: de poner en peligro la vida o la salud del secuestrado; si se ha
secuestrado a un minusvlido, mujer embarazada o de una persona que no est en capacidad de poder
poner resistencia al secuestrador; el sometimiento a trato cruel, humillante o inhumano durante el tiempo
que permanezca privado de su libertad; si el secuestro es cometido por mviles de venganza, raciales,
polticos o religiosos, situacin a veces muy comn en nuestro medio por las sectas religiosas.
Tampoco se aborda el problema de la toma de rehenes, actividad delictiva que cada da se hace ms
comn en el medio internacional como tambin nacional, cuando por violencia o intimidacin se mantiene
como rehenes a una o varias personas, entre otros objetivos para conseguir ventajas pecuniarias que no
tena derecho. Actividad que es tambin muchas veces denominada como "el secuestro extorsivo", que
no se encuentra en el rubro de los delitos contra la libertad en nuestro cdigo, sino en el mbito de los
delitos contra el patrimonio, sobre todo porque al final de cuentas se trata de un atentado contra la
libertad individual.
Por ltimo, no se especifica el tiempo que puede prolongarse la privacin de la libertad, como en el caso
anterior en que si se sealaba como elemento caracterstico para delimitar el grado de responsabilidad
(el plazo de un mes). En cambio con la derogatoria nicamente se menciona la posibilidad de un
"arrepentimiento" por parte del delincuente. Cosa que genera una arbitrariedad, ya que puede darse el
caso por poner un ejemplo, de los trabajadores que toman su local y proceden a la retencin del gerente
por un tiempo indeterminado hasta que procede la polica a desalojarlos del local retenido. Forma de
atentar contra la libertad indiscutiblemente, pero que no se encuadrara dentro del rubro "del secuestro"
por no existir los elementos que implican una gravedad, pero que sin embargo en la prctica podran ser
tipificados de esta manera, por no existir mayores distingos ni plazos.
Pero como si todo lo expuesto fuera: poco, hay otro aspecto de "confusin". Es de la derogatoria de "los
dispositivos que se oponen a la presente ley", como se menciona en el segundo artculo de la Ley
Antisecuestro. En este sentido de la publicacin aparecida en el diario oficial El Peruano el da 29 de
diciembre del ao pasado, como parte introductoria se seala slo la modificacin del artculo 223 del
Cdigo Penal, sin embargo hay una serie de dispositivos que se vinculan de alguna manera con el
secuestro y en lo referente a su penalidad pueden ser interpretados como que se oponen, sin que este
conflicto pueda ser solucionado cuando se trata de sancionarlos con concurso aparente de leyes, y ser
resueltos con el principio de la especialidad, quedando subsumido el hecho cualquiera sea su categora
en el dispositivo ltimamente mencionado.
As podemos ver el delito de sometimiento a servidumbre tipificado en el artculo 222 del actual cdigo,
en el que se seala "el que abusando de la ignorancia y de la debilidad moral de cierta clase de
indgenas o de otras personas de calidad similar. Hechos que no dejan de ser factibles por la proliferacin
del terrorismo en ciertas regiones del pas, dirigidas a someter por medio de la violencia o de la fuerza a
personas que no necesariamente son partidarias de sus ideologas, pero que se ven precisadas a
someterse a sus dictmenes.
O el caso del rapto de mujeres y menores que estn sealados en los artculos 228 y 229 del mismo
cdigo, ya que se habla de "sustraer a una mujer contra su libertad y por violencia o despus de haber
obtenido su consentimiento por amenaza, fraude o engao; 'el que sustrajera a un menor para explotarlo.
o para obtener rescate o con otro fin ilcito con la aplicacin de diferentes penas segn la edad de la
vctima; la gravedad de las lesiones inferidas o si se ha hecho sufrir el acto sexual o contra natura o ha
desaparecido. Ya que al emplearse el trmino "sustraer", este tambin puede ser entendido por la polica
como una forma de apartar a la vctima por medio de la fuerza o la violencia de su medio familiar para
obtener un rescate u otro fin ilcito. Elemento que mayormente no se diferencian de los componentes del
secuestro.
Por otro lado, algo parecido pasa con el artculo 249 o tambin del mismo cdigo relacionado a la figura
de la extorsin, que
como habamos mencionado se encuentra en el rubro de los delitos contra el patrimonio, en cuyo caso se
seala slo la aplicacin de una pena no de internamiento sino de penitenciara no menor de seis aos o
prisin no menor de un ao ni mayor de seis aos.
Lo ms conveniente hubiera sido modificar especficamente todos los dispositivos que se vinculan de
alguna manera con el secuestro y la restriccin de su libertad, para estructurar un conjunto de articulados
de manera ordenada, clara y especfica, en los cuales se especifiquen pormenorizadamente todas las
eventualidad que dentro de este contexto se pueden presentar, y sobre todo establecer un margen muy
especfico sobre el tiempo de duracin que tiene que tener la restriccin de la libertad para que pueda ser
considerado efectivamente como un delito de secuestro.
EL ROL DE INTIMIDACIN
En realidad me inclino a
En gran medida, por la presin que ejerca la opinin pblica para que se sancionara ejemplarmente, y
porque los que participaron en su redaccin no estuvieron imbuidos mayormente en el significado de una
verdadera poltica criminal en nuestro pas.
Es de suponer que al haberse introducido la sancin ms grave que se seala en nuestro ordenamiento
penal (a excepcin de la aplicacin de la pena de muerte para los casos de traicin a la patria). Podra
haberse visto una retraccin del incremento del secuestro. Pero las constantes noticias sobre nuevos
secuestros y la captura de delincuentes, demuestran que a pesar de la severidad de la sancin, sta no
es lo suficiente para disuadir a los que los llevan a cabo.
La creencia en el efecto intimidante de las sanciones penales es tan antigua como el derecho penal
mismo. Dicho argumento ha dominado de tal manera la accin de los hombres dedicados a la poltica. a
la funcin legislativa, a los jueces, a los administradores de la justicia penal y a la poblacin en particular,
que la ntima elacin ha sido considerada como "es postulado primero y esencial'' de la gran mayora de
los sistemas penales del mundo.
Autores como Feuerbach, Bentham, Rornagnosi, Beccaria, Von Liszt, etc. han hecho de este precepto la
base fundamenta 1 de sus teoras. Las cuales a su vez han suscitado prolongados y arduos debates
sobre lo beneficioso de sus resultados, si de lo que se trata es que disminuyan los ndices sobre el
incremento de la criminalidad en sus ms variadas modalidades. Sin embargo, si los abordamos desde
un ngulo netamente cientfico. se puede afirmar categricamente que hasta la fecha no existen pruebas
de carcter contundente relativas a los efectos realmente intimidantes que se pueden conseguir por
medio de la aplicacin de una sancin penal especialmente severa como la que motiva esta exposicin y
anlisis.
Hasta una poca bastante reciente, las discusiones sobre el castigo en general y la intimidacin en
particular han sido llevadas a cabo slo sobre conceptos particulares carentes de un sustento cientfico.
Ms que todo han sido obtenidos en base al habilsimo manejo del mtodo deductivo, a un elevado nivel
dialctico e intelectual del asunto, siendo su sustento de tipo filosfico, moral y de sentido comn. Pero
en lo relativo a su contenido factual, es muy escaso y sumamente criticable.
Se parti de llevar a cabo experimentos con animales frente al castigo o a la amenaza de un dolor, con
resultados muy dudosos sobre todo si de lo que se trataba era encontrar mecanismos los suficientes
fuertes como para disuadirlos que realizaran determinadas conductas.
Lo cierto es, que hasta la fecha pese a los considerables progresos alcanzados en esta rea, los
conocimientos existentes sobre la materia son todava muy limitados y rudimentarios, como para poder
afirmar acertadamente sobre los resultados beneficiosos para la sociedad que puede tener este tipo de
sanciones. Como en una oportunidad expresara un criminlogo norteamericano que dijo lo siguiente:
"empezamos a darnos cuenta de nuestra ignorancia".
En este sentido existe un postulado en psicologa aparentemente irrefutable, consistente en afirmar que
el hecho de atribuir consecuencias desagradables a una conducta determinada, necesariamente tendr
que reducir cualquier tendencia en los individuos a adoptar dicha conducta. Esta teora del
condicionamiento es tambin la de las primeras frmulas penales.
Si bien es cierto, que el hombre por lo general tiende a evitar las consecuencias desagradables de su
conducta, y que por consiguiente la amenaza de un castigo puede ejercer en l un efecto intimidatorio,
tambin lo es que todas las prohibiciones de carcter penal no son lo suficientemente eficaces.
Sin embargo, pese al carcter tan ambiguo de la intimidacin, los legisladores en nuestro pas han
preferido inclinarse notoriamente por la fuerza que este elemento puede tener en la sociedad, y de esta
manera se sigue pensando que la mejor forma de luchar contra la delincuencia, en particular cuando los
ndices aumentan dramticamente como el caso de los secuestros, es aumentar la penalidad de las
sanciones (tal es el caso de la llamada Ley antisecuestro).
Se contina pensando y creyendo en los medios oficiales, que si la pena severa ha tenido efectos
disuasivos en algunos o en determinados casos, puede o debe de tenerlos para todas las formas de
criminalidad. Sin embargo, es comn que se recurra tambin en la intimidacin cuando otros medios de
lucha contra la criminalidad han fracasado o sensitivamente son inexistentes,
Como son: la verdadera funcin de los organismos policiales y en especial el comportamiento de sus
miembros, el rol que desempea la justicia penal en nuestro pas, el papel que desempea los medios de
comunicacin social sobre todo cuando se trata de hacer apologa del delito, cul es el real sentido de los
programas de rehabilitacin de delincuentes. Son todas estas preguntas que deben ser resueltas si Jo
que se busca es contrarrestar esta forma de criminalidad.
1) El hombre y en especial el delincuente es un ser racional con capacidad ms que suficiente para poder
optar en el curso de su vida entre el bien y el mal y calcular cuidadosamente las ventajas e invenientes
de los actos que realiza.
2) El hombre es totalmente libre para escoger las diferentes alternativas que le brinda la vida.
3) El hombre es por excelencia un ser hedonista que est permanentemente atrado por el placer, pero
que tambin teme el sufrimiento. 4) Conforme a todo Jo expuesto puede ser intimidado bajo la amenaza
de sufrir un dolor o estado de afliccin como resultado de la aplicacin de un castigo.
5) El hombre aprende gracias a las experiencias y la suya en particular. 6) Y por ltimo, todos los
hombres de una comunidad determinada conocen las leyes que existen en su medio social
CONCLUSIONES
El fenmeno delictivo del secuestro es complejo y ms que todo producto de una realidad individual como
tambin social, dando como resultado una realidad jurdica muchas veces defectuosa como la que motiva
esta exposicin. Sin embargo la proliferacin de esta forma de criminalidad, es slo uno de los graves
problemas que afronta nuestra sociedad en estos momentos; es quiz el sntoma ms evidente de
malestar y descomposicin social.
Sin embargo, es solamente a travs de una concepcin global que tienda a ubicarlo dentro de las
interrelaciones. Estructuras y diferentes funciones que existen en nuestra sociedad, podremos comenzar
a estudiar y comprender verdaderamente cules son las causas del secuestro, y cmo poder luchar
contra l, construyendo nuestro propio derecho, nuestra propia criminologa y por ende nuestros propios
mecanismos de defensa social. Ya hemos visto, que las acciones represivas muchas veces tienden al
fracaso: que la pena retributiva an impregnada con carcter de intimidacin resultan en gran proporcin
realmente inoperantes; de esta forma todava no se logra frenar el auge delictivo de esta forma de
criminalidad, as como tampoco disminuir su reincidencia .
Nos ocupamos de hacer reformas a nuestro cdigo penal; parcial. Literales o gramaticales con
desconexin de nuestra realidad social en donde se aplican o por lo menos se trata de hacerlo.
Pero lo cierto es, que dicho cdigo an contina vigente a pesar de haber pasado muchos aos de su
promulgacin (1924). Reacios a conocer los avances cientficos y tecnolgicos, temerosos de perder el
dominio sobre el problema y no atentos a la realidad del individuo, lo cierto es que todava queda mucho
por hacer. Si de lo que se trata es disponer que la sociedad ha depositado en ella.