Lenguaje
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Benjamn Carrin, refirindose al tema en cuestin, dijo: Antes de 1900, no hubo sino
raras prolongaciones de la literatura espaola.
El Ecuador nace como una entidad potica casi a la par con el modernismo
americano. Nuestro modernismo triste, enmascarado, disfrazado de bufn de lgrimas,
de exquisito poeta francs que
manipula al smbolo romntico
hasta enfrascarlo en un
individualismo tenaz para que se
consuma en un hermoso infierno
autoimpuesto por una voz potica
derrotada. La poesa modernista
fue formalmente validada por el
trabajo que se hizo en la nueva
simetra versal y en los moldes
mtricos, pero siempre estuvo
agazapada en el dolor puro, en el
contexto de la tragedia modernista
que tanto bien hizo a las piezas
lricas musicalizadas a ritmo de
pasillo que han sido y seguirn siendo interpretadas con un sentimiento nacionalista,
hacindonos creer que somos los profesionales del llanto y los suicidas eternos.
Jorgenrique Adoum nos habla del inicio del siglo XX con los llamados poetas
decapitados:
La gran poesa modernista del Ecuador la escribi, sobre todo, Medardo ngel Silva y
Ernesto Noboa y Caamao, poetas que murieron a los 21 y 28 aos, respectivamente,
dejando, como es lgico, una obra muy parca y convirtindose en figuras estelares de
nuestra poesa no solo por la calidad de su obra, sino tambin por sus suicidios
escandalosos, sus historias de amor desencantadas y su profundo amor a lo
prohibido, a las drogas de la poca (Amo todo lo extrao, amo todo lo extico;/ lo
equvoco, morboso, lo falso, lo anormal;/ tan solo calmar pueden mis nervios de
neurtico/ la ampolla de morfina y el frasco de cloral) y a la mujer lejana, inaccesible:
rubia, casi albina, llena de bucles dorados y de costumbres aristocrticas, de castillos
y de sombras esquizoides, de neblina y mscaras. Nuestros decapitados vivieron
sumergidos en un dolor ciego (Medardo ngel Silva -Guayaquil, 1898-1969-, con alma
nacional; y Ernesto Noboa y Caamao -Guayaquil, 1891-1927-, con el corazn francs
y la dolencia altiva de los malditos).
Es nuestro modernismo duro y triste, el que hasta la fecha es interpretado por los
cantores populares que se han agolpado alrededor de esa tendencia musical que
populariz el emblemtico artista nacional y latinoamericano Julio Jaramillo, entre
otros.
Los modernistas que sobrevivieron a sus compaeros (por ejemplo Jos Mara Egas)
y que llegaron a viejos, nunca dejaron el modernismo a un lado, ese halo repleto de
azul y de nostalgia, esa particularidad que los hizo libres, pero condenados a ser
considerados depresivos noctmbulos, quejndose sin que nadie les oiga, en absoluta
soledad. Y gozando de esta imposicin social que los fue dibujando en medio de la
sociedad aptica de la poca.
Bibliografa
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