España Perdiste - Hernan Casciari PDF
España Perdiste - Hernan Casciari PDF
España Perdiste - Hernan Casciari PDF
Ay, Espaa, Espaa... Hay que estar ms atenta, m'hija. No notaste que tus
hijos, al ver a una mujer guapa, empezaban a decir "pibn"? No relacionaste
que esa palabra viene del lunfardo "piba"? No oste a tu juventud empezar a
decir "guita" en lugar de "pelas"? As empiezan las colonizaciones: desde los
arrabales. Me extraa Espaa, que siendo mosca no nos conozcas.
Despus te mandamos a Darn envuelto para regalo, y tus mujeres empezaron
a acartonar la medibacha. Cada verano, puntualmente, les damos a tus hijos
una dosis de Daniela Cardone, para que se hagan la paja con carne argentina.
Nuestros triunfos han sido imperceptibles a tus ojos. Pero nosotros los
festejbamos saltando de alegra en los sofs y tirando papelitos. Sabemos
cundo una publicidad de tu tele se hizo en Buenos Aires, sabemos cundo un
guionista es argentino. Hace un mes, cuando tu televisin comenz a pasar
sin siquiera doblarlo el spot de mayonesa Calv, supimos que habas perdido
otra batalla.
La guerra ha sido lenta, y vos tambin presentabas pelea: no nos dabas los
alimentos bsicos, Espaa. Esa fue siempre tu estrategia. Sabs muy bien que
no podemos vivir a arroz y pescado, que nos moriramos si slo probramos el
cocido, el pan con tomate, y los pinchos. Y vos nos dabas eso para comer. Nos
dola; sangrbamos en silencio.
No hay una puta cosa en tus panaderas que tenga dulce de leche. No sos
amiga de lo dulce, Espaa. Al hojaldre lo rellens de atn. Al bizcochuelo de
chocolate le mets... chocolate lquido! Tu escasez peninsular de dulce de
leche casi nos hace desistir e irnos, casi nos hace claudicar. Lo confesamos.
Pero somos como las hormigas negras; somos feroces y creativos. Entonces
descubrimos que si comprbamos leche condensada y la hervamos (con lata y
todo) durante cuatro horas, tenamos un sustituto que nos daba fuerza. No era
Chimbote, pero podamos seguir respirando. Y as tuvimos, durante un tiempo,
dulce de leche para seguir corroyndote las entraas, Espaa.
Por eso ahora estamos felices. Porque ayer, Espaa, caste por fin rendida.
Ayer la raza ms fuerte se puso en pie, en toda su fantstica altura. Te puede
el capitalismo, Espaa, te puede el dinero. La empresa "La Lechera", al ver que
el consumo de leche condensada haba crecido gracias a nosotros, sac por fin
esto al mercado :
Ay, Espaa, ahora empez a correr! No slo nos das combustible ilimitado
para acabar con tus ruinas, sino que adems lo envass con pico antigoteo.
Ahora s que no nos vamos ms. Vamos a cogernos a tus mujeres con doble
mpetu y ellas parirn hijos espaoles que tomarn mate da y noche. S, s,
Espaa, oste bien: todos tus nuevos hijos tendrn apellidos que terminen con
"i".
Ahora no, porque ahora ni siquiera te diste cuenta de que has perdido la batalla
final. Ahora no, Espaa. Pero dentro de muchos aos, cuando desde Catalua
a Andaluca, desde Cantabria hasta Melilla, todo el mundo diga remera en vez
de camiseta, cuando el presidente de la Real Academia se cambie el apellido
por vergenza, ese da, Espaa, mirars para atrs y descubrirs que la
debacle de tu pueblo comenz la maana de verano que se puso a la venta el
dulce de leche "La Lechera". Y ese da fue ayer, 28 de julio de 2005.
1. Las costumbres
Cuando viva en pases serios con bidet, yo lea mucho en el bao mientras
cagaba. En esos tiempos nunca supe si lea porque me venan ganas de cagar,
o si cagaba porque me entraban irreprimibles deseos de leer. Posiblemente mi
cuerpo, an en formacin, debi aprender a desarrollar ambas urgencias a la
vez. El asunto es que yo era feliz cagando y leyendo. Y hubiera seguido as,
alegremente por la vida, pero hace cinco aos me vine a vivir a Espaa, un
pas sin bidet, y desde entonces leer literatura se ha convirtido en un suplicio.
Todo iba bien, hasta que a los treinta tuve la maldita ocurrencia de cruzar el
Atlntico. Aqu en Europa los bidet no sirven para limpiarse el culo pues
carecen del chorro invertido de agua caliente; por lo tanto no conviene
enfrascarse en la lectura amena del bao porque, al segundo captulo noms,
se te reseca la mierda en las paredes del esfnter y no te la sacs ni con
esptula.
Durante mis primeras temporadas en el exilio opt por un recurso intermedio:
primero cagaba, me limpiaba y tiraba la cadena; y despus segua leyendo
tranquilamente sentado en el inodoro, intentando engaar al cerebro. Lo malo
es que tambin lograba engaar al intestino, que al verse otra vez en posicin
de combate, reiniciaba el proceso y volva a cagar soretitos ms modestos,
pero igualmente molestos. Yo no s si el cuerpo humano es estpido o se
hace, pero yo he descubierto que el aparato digestivo trabaja por sugestin.
Uno caga siempre, incluso sin ganas, cuando se sienta en el inodoro. Es
cuestin de tiempo.
Ms tarde opt por llevarme al bao toallitas mojadas de papel. El objetivo era
cagar y mantenerse una horita sin hacer nada, leyendo tranquilamente, y
despus tener algo hmedo a mano para dejar pulcra la cavidad. El truco
funcion en las estaciones estivales, pero cuando lleg el invierno, que ac es
crudo, volv a extraar el chorro caliente del bidet, la cascada de agua hirviendo
que antao me devolva la temperatura del cuerpo y que, adems de
rasquetearte el ano hasta dejarlo lustroso, te generaba esa duda tan ambigua
de no saber si eras friolento o si eras maricn. En conclusin: las toallitas
mojadas y heladas tampoco servan.
El siguiente paso, temerario, fue el de cagar, leer y despus meterme
directamente a la ducha para pegarme una buena enjuagada completa, pero
result que los libros (mxime los de la editorial Seix Barral) se me deshacan
mucho con el vapor. La solucin, en este caso, hubiera sido salir del bao y
dejar el libro en otra parte antes de ducharme, pero el objetivo de este ritual es
hacer todo sin abrir la puerta, sin no tiene joda. As que ms o menos en 2003
ya no saba qu carajo hacer con mi vida.
Si quieres que siga apostando por este matrimonio me dijo muy seria
deja de pedirme estas cosas.
Durante el invierno de 2003 casi no le. Fue una poca borrosa, anodina, sin
grandes revelaciones intelectuales. Adems, cagaba muchas veces al da y sin
la pasin ldica que caracterizaba mis deposiciones; tiraba la cadena
enseguida y sala del bao tan ignorante como haba entrado. Ms que el cago
de un joven escritor lo mo pareca el meo de una seora jubilada. Y eso,
obviamente, repercuta en el resto de mis actividades cotidianas: un hombre
que se la pasa cagando y no lee nunca, ms que un hombre es un concejal
peronista. Me senta muy triste.
Entonces, por pura casualidad, descubr el "Barbarela". Este bar es como todos
los bares de Barcelona, pero en el bao de mujeres hay, olvidado y
funcionando, un bidet argentino. La primera vez que entr al bao del
Barbarela me equivoqu de puertita cada noche agradezco a Dios la
existencia de esos carteles tan ambiguos que ponen en los baos; las
siguientes veces, en cambio, me hice el equivocado para poder cagar all.
Ya hace un ao que frecuento el Barbarela todas las tardes, con una mochila
llena de libros. Me pido un poleo menta que rara vez bebo, y a los diez minutos
me meto al bao de mujeres. Como la lectura suele llevarme una horita diaria,
cada tanto el picaporte se mueve en falso (las mujeres siempre quieren mear,
no s por qu), o alguien golpea la puerta pidiendo paso, y entonces yo debo
poner la voz finita y decir:
El dueo del Barbarella es un gordo pelado que se llama Enric, y que nunca en
la vida me ha preguntado nada. Ni porqu me equivoco de bao, ni porqu
tardo tanto, ni porqu hablo con voz de mujer una vez dentro, ni porqu nunca
me bebo el poleo menta ni, mucho menos, porqu le dejo siempre propinas tan
extraordinarias. El pelado Enric es un amigo silencioso y sabio, que ha de
pensar de m cosas horribles, pero que jams ha dejado de decirme "adu, fins
dem", cada vez que salgo de su bar un poco ms liviano y un poco ms ledo.
Quedan todos invitados a cagar y a leer en este bar del barrio de Grcia. No
estara mal que, de a poco, vayamos convirtiendo el sitio en un caf-literario
con bidet. Eso s: de cuatro a cinco de la tarde, el bao de mujeres del
Barbarella est ocupado por el socio fundador.
Hay personas que tenemos una enorme dependencia del futuro inmediato, que
vivimos gracias a la certeza de que ocurrirn pequeas maravillas en poco
tiempo. Por ejemplo: yo s que en menos de once meses hay un Mundial, y
muchas veces me levanto de la cama slo por eso. O porque mi hija en
cualquier momento conversar conmigo. Son detalles luminosos. Tener que ir a
una fiesta de casamiento dentro de dos semanas me predispone en sentido
contrario. Me amarga la vida, la llena de tormenta.
Intentar ser claro: las tres deformaciones humanas que ms miedo me dan en
todo el mundo son los borrachos que te agarran, la gente grande que te cuenta
chistes y los parientes lejanos.
Las fiestas de casamiento son un lugar en el que, por alguna razn misteriosa,
se juntan estos tpicos nefastos. Incluso tengo un to segundo que, l solito,
cumple los tres roles malficos de ser borracho, sospecharse gracioso y llevar
mi ADN, todo al mismo tiempo.
Como todo el mundo sabe, cada rol tiene un antagonista. Por ejemplo: la
seorita que ocupa el rol yegua omnipresente con vestido rojo, que por lo
general es una separada joven que, mires para donde mires, la ves bailando;
tiene su antagonista en el tipo grande que cumple el rol de baboso con corbata
en la cabeza que se sospecha inmortal y que est siempre con un vaso de
wisky porque asegura que le ha pagado al mozo para que le sirva del bueno.
Por tanto, y al igual que en la dramaturgia clsica, hay roles pasivos y roles
activos. La yegua de rojo y yo somos pasivos: estamos ah para ser vistos y
que los dems no intuyan que falta algo. Los roles activos, en cambio, estn en
las fiestas para ser sentidos y padecidos.
Debo decir, con cierta vanidad, que hasta el da de hoy ninguna simpaticona lo
ha logrado. Y conste que en ocasiones simpaticona y yegua conviven dentro de
un mismo cuerpo fsico. Pero mi voluntad en los casamientos es de hierro; es lo
que tengo. Nunca he bailado. Nunca he sonreido. Slo he fumado como un
escuerzo, he bebido cocacola y he mirado el reloj hasta que alguien me ha
dicho la frase redentora: Voy para el centro, si quers te acerco.
Y tambin hay muchos otros roles. Y todo el mundo tiene su antagonista pasivo
o activo. Y podra seguir hasta que me caiga desmayado de dolor. Pero yo creo
que, en el fondo, no elegimos estos papeles secundarios, sino que nos vienen
de fbrica. Incluso el rol novio y el rol novia forman parte de un staff de
personajes involuntarios. Incluso el rol discjokey. Todos.
Estn all, riendo, y ya son casi las cinco de la maana... Siguen haciendo el
trencito, beben, gritan, sospechan que se divierten. Cientos de personas
oyendo una msica que jams pondran en su propio tocadisco, bailando de
una manera que no tiene gollete, brindando por cosas que no son la verdad.
El pediatra ha dicho que solamente leche! se queja la madre cada vez que
descubre a su hija con la trompa marrn Que le van a salir parsitos,
gilipollas!
Ella, la madre, juega con ventaja: tiene el contexto de su lado y casi no debe
hacer esfuerzos para que su hija se empape de cultura catalana. Prende la tele
y salen los Teletubbies diciendo "una abaaaada", por ejemplo. Vienen los
abuelos y le dicen cosas con equis. Sale a la calle y los carteles estn en ese
idioma tan raro.
Aunque lucho a brazo partido, s que tengo todas las de perder. Me cago en el
contexto. Yo tengo que hacer malabares para darle el otro cincuenta por ciento
de sangre a la criatura. Ya prob tambin de darle mate fro, para que empiece
a descubrir los placeres de la vida, pero parece que los bebs de cuatro meses
no entienden el tema de chupar cosas metlicas. El sistema del dulce de leche,
en cambio, funcionaba muy bien.
La batalla, en cambio, sigue viva. Ahora, que empezaron los Juegos Olmpicos,
la guerra fra ha pasado al terreno de los smbolos patrios:
Mir, Nina le digo, esos chicos tan lindos que le estn haciendo seis
goles a Serbia somos nosotros: los argentinos y me pego fuerte en el pecho,
para que le quede claro.
Entonces yo arremeto:
Ves, mi amor? Esos que no aparecen por ningn lado, porque la Comisin
Olmpica dice que ni siquiera son un pas, tampoco ganaron ninguna medalla.
Catalanes. Caca. Feo.
Y as podemos estar toda la tarde, mientras Nina nos mira seriecita, sopesando
todas las posibilidades de nacionalizacin.
Pero desde que lemos en un libro sobre bebs que en cualquier momento la
criatura se larga a hablar, el epicentro de la contienda blica tiene una nueva
baza, un flamante botn que no estamos dispuestos a perder: la primera
palabra de nuestra hija.
Hi havia una vegada, una serp que es deia Mixi le dice Cris, poniendo voz
seductora. Mixi era tant petita, per tant petita, que semblava un cuquet.
Era molt feli al bosc, excepte els dies que plovia, gilipolles!!
Cuando Nina empieza a asustarse con nuestros gritos y llora, nos quedamos
los dos padres frente a frente, en el comedor, con la garganta reseca,
mirndonos con odio, y entonces pactamos una nueva tregua de no agresin.
Pero los dos sabemos que la guerra no termina nunca, que el enemigo est en
todas partes, que hay que dormir con un ojo abierto. Nuestra casa, de un
tiempo a esta parte, se ha convertido en tierra iraqu. Y nuestra hija es el pozo
petrolero.
Jo solament vull que creixi amb salut me dice Cris, llena de rabia, tomando
litros de caf para no claudicar.
Es lo que yo digo asiento, con los ojos muertos de cansancio y las manos
temblorosas: lo importante es que sea sanita.
Hace das que no dormimos, temiendo que si nos gana el sueo el otro
aproveche para lavarle el cerebro a la criatura.
Hay palabras que suenan a lo que son ("agua", sin ir ms lejos), y otras a las
que hay que ponerle voluntad. Por ejemplo "horchata". En mi barrio la gente
toma horchata, y en verano me quieren convidar. Ni en pedo! Esa bebida
suena a concha sucia; tranquilamente pods decirle a una vieja: "and a
lavarte la horchata!", y te queds relajadsimo.
Yo en esta vida tengo tres prejuicios: Brasil, las motos grandes y las
berenjenas. Nunca pis Brasil (incluso una vez lo tuve que esquivar seis das,
para llegar a Guyana) porque creo que si voy, me vuelvo con el sida. Nunca me
sub a una moto grande, porque si me subo creo que me mato. Y jams en la
vida com berenjenas, porque no me gusta el nombre. Tiene feo gusto.
Uno se puede acostar, medio borracho, con una seorita muy fea, siempre y
cuando no se llame Berta o Marta. Es humillante despertar con alguien al lado
que se llame Berta, o que se llame Marta, o cualquier otra cosa que d
sensacin de ta. Es como haber fracasado en la vida, como ser viejo a los
treinta, como haber perdido el tren de las Sofas, las Danielas y las Valerias.
(Yo lo siento en el alma si detrs de algn nick hay una lectora que se llame
Berta o Marta. Si por desgracia existe, le pido disculpas, pero que vaya
sabiendo que jams cogera con ella. Por lo menos gratis.)
Con la comida es lo mismo. Yo no entiendo cmo hay gente que puede comer
berenjenas en escabeche. Se estn comiendo una enfermedad de la edad
media (Luis XV muri en 1698 de unas berenjenas fulminantes) en una salsa
hecha con un un payaso de los setenta (con ustedeees... el gran Escabeche y
su inseparable Chimichurri!). A veces la gente come sin pensar, por eso hay
tanto nio obeso.
El picaporte es otra palabra infame que no tiene nada que ver con lo que
nombra. Ocurre que uno ya naci con el sustantivo incorporado, pero si te
pons a pensar, picaporte suena a instrumento de tortura: garrote vil, silla
elctrica, picaporte y guillotina. Queda muy bien metido ah. En cambio el
instrumento para cerrar puertas y ventanas se tendran que llamar ms fcil.
Los alemanes la tienen muy clara en ese sentido. Son capaces de encadenarte
seis o siete palabras sin poner espacios. Para ellos, ley de modificaciones para
la regulacin de prescripcin de calmantes se dice
betubungsmittelveordnungsnderungsgesetz. Son unos genios! La
desventaja es que no respiran mucho cuando hablan, por eso tienen el cogote
colorado. Pero sacando esa mnima desventaja, la idea es muy til.
Yo creo que el problema del castellano es que las reglas las inventan unos
viejos chotos, unos gerontes tristes y con pocas ganas de jugar. Gente,
adems, que lee mucho pero que habla poco, y que de tanto leer no sale a la
vereda a ver qu pasa, ni a escuchar de qu blabla la mareja. Si al mataburro
lo escribiramos nosotros, los calleparlantes, otro gallo corococ, sin lugar a
humm.
Cuando uno llega a Espaa no entiende muchas costumbres, pero creo que la
ms terrible (por encima del terrorismo y el tamao ridculo de los yogures) es
por qu insisten en descuartizar a la vaca muerta sin pedir consejos. Por qu
reinciden en el corte transversal paralelo al nervio, si ya saben que as no es?
Por qu el carnicero finge no saber qu significa colita de cuadril cuando es
obvio que s lo sabe, y pone cara fastidio cuando un cliente, nacido en un pas
ganadero y democrtico, le pide un kilo?
As que vosotros no podis vivir sin vuestra famosa carne asada?, habr
pensado, un buen da, el Ministro del Interior, y zcate!: le cambi el nombre a
todos los cortes de res, nos impuso una dieta de carne dura y nerviosa, quit
todas las parrillas de los campings y pretendi conformarnos con un smil al
que llaman barbacoa, que es un artefacto enclenque, de veinte centmetros de
dimetro, que calcina la carne en diez minutos. La barbacoa se parece, mirada
con buena voluntad, a la parrilla porttil de un enanito apurado.
Jams!: los vecinos llaman a la polica por hacer fuego en zona comn y el
ayuntamiento te ponen una multa de 148 euros la primera vez, y prisin
preventiva si reincids poniendo una chapa para despistar. Lo tienen todo
calculado.
Es por estas razones que, cuando volvemos unos das al terruo, cuando una
vez cada tanto regresamos a la Argentina, lloramos a moco tendido si un amigo
nos pone un pedazo de vaco crujiente en el plato de madera, y seguimos
llorando cuando presentimos las mollejas asarse parsimoniosas, y no paramos
de llorar hasta que promedia el truco de seis o la ronda de mate.
Buenos Aires
La gente sala del subte y ya desde lejos poda orlos. Cuando la turba pasaba
por al lado del tro, lo ms frecuente es que cada uno se detuviera algunos un
segundo, otros ms, y se quedaran un ratito suspendidos en medio de la
armona. Se notaba que por ese pasillo todo el mundo experimentaba una
transicin, algo extrao, una certeza de que las cosas de esta vida podan ser
mejores, algo que los acariciaba con fugacidad.
Todos salamos del subte desesperados por llegar a casa, pero cuando
atravesbamos la msica no haba quien no se detuviera un segundo. Cuando
una composicin terminaba, los aplausos eran tan reales y agradecidos que
parecan ser los primeros aplausos verdaderos que yo haba escuchado en mi
vida. Los anteriores sonaban a frmula y compromiso, a costumbre cultural.
Yo hace mucho que vivo ac, y solamente tengo dos amigos locales con los
que se puede hablar con total franqueza, con el corazn en la mano; es decir,
como dios manda. Tampoco es que los haya buscado mucho, porque esas
cosas tienen que surgir con espontaneidad, pero lo cierto es que los hombres
ibricos son muy ariscos para la amistad verdadera. Son incapaces de venir a
tu casa sin motivo, por ejemplo; no saben abrirte la heladera sin permiso, no
toman mate, y se enojan bastante si les decs cmo ests, hijo de una gran
puta. Pero estoy convencido de que el problema mayor, por encima incluso de
su incapacidad gentica para hablar de ftbol con fundamento, es que no
saben darle besos a otros hombres.
Somos putos.
2. El deporte nacional
Recuerdo el bar, casi vaco. Dos espaoles mirando esa final como quien ve
llover, un camarero aburrido y con sueo, y un chico argentino, desgarbado,
envuelto en una bandera celeste y blanca, sentado solo en una mesa,
agarradito a una botella de Damm. Cristina y yo nos acodamos en la barra.
Afuera un invierno cerrado, que no haca juego con las tribunas que mostraba
la tele, con la hinchada enloquecida y en cuero, revoleando las camisetas.
Haba sido una semana muy rara. El da veinte me desayun con esta portada
en La Vanguardia, el 21 con esta otra, y desde entonces en los noticieros
espaoles no se habl de otra cosa ms que de la debacle de un pueblo.
Nunca pens que sera tan triste el ftbol. Desde que tengo uso de razn, una
de los milagros que ms dese en la vida es que Racing saliera campen
mientras viviera mi padre (confi siempre en su longevidad mucho ms que en
el equipo), que pudiramos verlo juntos como lo vimos descender en el '83,
como lo vimos resurgir un ao despus, contra Lans en cancha de River. Ver
juntos a Racing campen, en el silln de casa o en la cancha, y despus ir a
una plaza a gritar, o a tocar bocina por la calle venticinco; eso quera yo.
A diez mil kilmetros, tan lejos y tan cerca del milagro, mis ojos miraban el
monitor aburridsimo partido pero estaban en otra parte: mi vieja trayendo
el mate, yendo y viniendo de la cocina al comedor, preguntando "cmo van"; mi
pap en su silln de siempre, mirando la hora, puteando al idiota que llamaba
por telfono (mi pap piensa que si alguien llama por telfono en medio de un
partido trascendente, es mujer o es puto). Y despus mi silln vaco. No poda
dejar de pensar en mi hueco sin nadie, y me molestaba en el hgado saber que
mi viejo tampoco estaba disfrutando porque le faltaba algo. No poda dejar de
pensar que todo el mundo estaba en su sitio menos l y yo.
Cuando el juez seal el centro del campo y pit el final, Racing haba salido
campen despus de 34 aos. Yo tena treinta, y un nudo en la garganta del
tamao de un pomelo. Automticamente aguc el odo para empezar a or los
bocinazos de los coches por Passeig Sant Joan. El silencio fue como un
cachetazo. El chico argentino, desgarbado, que haba moqueado en silencio
durante todo el partido, ahora haba metido la cabeza entre los brazos y se
haba hundido en el llanto. Pens que seguramente tambin pensaba en su
padre, en esas ironas.
Llor de cara a la pared, en un lugar del planeta donde Racing no era nada.
Nunca ni antes ni despus me haba sentido tan lejos de todo lo mo, tan a
destiempo del mundo, tan del revs de mi vida, tan en orsai,
desesperadamente solo. Lejos como nunca del dolor y de la fiesta.
En Europa no se consigue
Cmo est mi familia? Son ustedes felices con este empate transitorio, o
debo preocuparme y amasar una pastafrola?
La mujer argentina, desde que es hermana menor, es decir desde la cuna
misma, ve llorar a su padre, a sus tos y a su abuelo. Esto no suele pasarle a
las dems mujeres del mundo. Ver llorar a un hombre no es tan fcil en otros
pases. Y esto, el llanto masculino, marcar para siempre a la mujer nacional.
Sabe esta mujercita, desde la niez de sus trenzas, que el hombre sufre. Que
no es tan macho. Que el hombre se angustia y llora y patalea, que hace
puchero frente a un corner a la olla en rea propia cuando faltan dos minutos, o
que se persigna con repentina devocin catlica ante un avance peligroso; y
conoce de sobra, la mujer argentina, que el hombre se quedar mudo das
enteros si echan a la Seleccin de un Mundial en semifinales, o que ser capaz
de abrazar y besar a todas las mujeres de la casa si su equipo logra el triple
punto G gustar, ganar, golear y que habr felicidad y alegra en la pobreza
del hogar si el domingo por la tarde la radio trae buenas noticias desde la
cancha de Talleres.
Y esta mujercita luego crece, a veces de Boca, a veces de River, sin que le
guste el ftbol, pero con un amor inmenso de domingo por la tarde, de
sobremesa interrumpida por Zabatarelli, de regreso eufrico o trgico. La
mujercita nacional crece con la visin de ver a los hombres de la casa entrar
por el zagun trayendo banderas en alto o banderas arrastradas por el suelo.
Y cuando por fin se convierte en novia o esposa, por pura fotosntesis, conoce
los horarios de los partidos mejor que nadie, intuye el significado metafsico del
orsai, reconoce la diferencia entre un lateral derecho y un arquero, disfruta de
los Mundiales, sale a tocar bocina si se gana por penales un cuarto de final
complicado, memoriza cantitos y los tararea con rubor en las mejillas, o entra a
los comedores con la bandeja del mate para preguntar si la cosa sigue uno a
uno, con el corazn en un puo, con el miedo gentico de no querer ver sufrir a
su manada.
La mujer argentina de edad madura, adems, sabe que si gana Boca por la
tarde, es posible que a la noche haya festejo en la cama matrimonial. Y
tambin sabe que si Boca pierde, nadie la tocar ni con un palo: ni su marido
en particular, ni la mitad ms uno de la poblacin en general. Por eso ella
tambin es de Boca. Por eso ella tambin es capaz de gritar esos goles
absurdos que hace Palermo con la rodilla.
Una domingo negro, negrsimo, de 1991, Boca le meti a Racing un seis a uno
humillante (con un gol de Palermo con la rodilla, justamente) que nos dejaba
sin opciones para el campeonato. Roberto apag la radio a cinco del final y se
encerr a dormir la siesta. Yo me qued en la cocina, sin razones para vivir, y
met la cabeza entre los brazos. El martes al medioda mi pap segua
durmiendo la siesta y yo todava estaba con la cabeza metida dentro de los
brazos. Mi mam y mi hermana nos llevaban algo de comida, que nos daban
en la boca con una cucharita. Y cada nueve horas nos arrastraban al bao para
aliviar esfnteres. Si no hubiera sido por ellas, mi padre y yo habramos muerto
de hambre o inundados en nuestra propia mierda. Si eso no es el amor, amigos
mos, qu es el amor?
Abr la ventana de la calle y no haba una puta luz en los edificios. Nadie
lloraba por la calle. Los taxistas hacan su ronda feliz Entonces pens en
Buenos Aires. All era todava mayor la madrugada; en ese Buenos Aires
nocturno, millones de mujeres empezaban a consolar a sus hombres. Madres,
novias, esposas, hijas, nietas, amigas, incluso abuelas, todas en camisn y con
los ojos llenos de sueo y de espanto, empezaban a cocinar pastafrolas y a
balbucear frases de aliento al odo de sus hombres tristes.
Si no fuera porque vivo en planta baja, esa madrugada hubiera saltado por el
balcn. Para qu vivir, si Argentina ya no estaba en el Mundial, si yo ya no
estaba gusto en este mundo, si ya nada ocupaba su lugar en el universo? Pero,
como se sabe, antes que argentino soy cobarde, y no me suicid un carajo.
Hice algo mejor, creo. Tuve una hija. Una hija argentina chiquitita que ya
reconoce los colores de Boca por la tele y pone cara de asco, que ya sabe que
los viernes puede quedarse despierta hasta las tres de la maana porque
pasan a Racing por cable, y que ya vio jugar a la Seleccin desde la tribuna del
Camp Nou.
Una hija que en julio de 2006, cuando Argentina la rompa en Stuttgart, cuando
mi vida se cubra otra vez de espritu mundialista, cuando mi corazn estalle de
felicidad o de tristeza, estar aqu a mi lado, en este sof, temerosa de mi
sufrimiento, inmensa, convertida en todas las mujeres que he perdido.
Nueva teora sobre los horscopos
Las mujeres, en cambio, se rigen bajo los poderes astrolgicos de los Juegos
Olmpicos, que son unas competencias ms afeminada (por contar con
deportes como el nado sincronizado, la gimnasia rtmica y el voley playa).
Segn mis estudios, los varones que somos Mxico 70 nos enamoramos muy
fcilmente de las chicas Montreal 76 (mujeres nacidas a mediados de 1977),
que son unas chicas generalmente equilibradas, modositas, bastante altas y
con una clara tendencia al comunismo, dado que Alemania de Este gan
cuarenta medallas de oro en esa competicin.
Las mujeres Munich 72 pueden llega a ser muy buenas madres, pero tienen en
contra una personalidad un tanto explosiva. Las Sel 88 son pizpiretas,
alocadas y sexualmente sumisas. Mientras que las Helsinki 52 suelen ser
sobreprotectoras y algo fras, adems un poco viejas para mi gusto.
La astrologa tradicional intenta hacernos creer que nuestro comportamiento en
la vida, nuestros gustos, obsesiones y traumas, tienen una relacin directa con
la posicin de los astros en el momento de nuestra llegada al mundo. A m me
parece muy agarrado de los pelos este sistema: demasiado faciln y
desactualizado. Prefiero mil veces entender nuestro temperamento desde un
dato bsico: qu programa de televisin estaban mirando pap y mam
mientras nos conceban.
Qu tienen que ver los perros, las serpientes y los monos con nuestra vida?
Segn la torpe visin de los chinos, yo vendra a ser un Chancho de Madera.
Qu me quieren decir con eso? Es un chiste? Es una irona oriental?
Chancho de madera es un insulto de tribuna, es lo que los hinchas del Real
Madrid le dicen a Ronaldo cuando erra un gol:
Qu tiene que ver eso con el temperamento de las personas? Nada. Los
chinos estn todos desquiciados y lo peor es que nosotros (la gente normal) les
hacemos caso. Pero si nos paramos a pensar, en occidente somos todava
peor: los astrlogos nos dicen cosas como cncer, escorpio, leo, virgo...
Parecen insultos de gente vieja que no se anima a decir cosas ms graves.
La vida ha cambiado mucho, pero los brujos y chamanes parecen no haberse
dado cuenta de nada, porque sus supersticiones siguen siendo antiqusimas.
Posiblemente en aquellas pocas estaba todo el mundo mirando el cielo, las
estrellas, los cometas. Y es lgico, porque no haba otra cosa para mirar. Los
occidentales miraban los planetas, y los orientales miraban a sus animalitos.
Hoy, en cambio, miramos el Mundial, las Olimpadas, el Festival de la OTI y
otros eventos internacionales de gran calibre.
La mayora de las veces, las parejas modernas conciben a sus hijos con la
televisin encendida. Por eso, las mujeres nacidas en noviembre de cualquier
ao casi siempre son muy agradecidas y visten con correccin. El motivo es
claro: la madre fue inseminada a finales de febrero, que es cuando en la tele
pasan la ceremonia de los Oscars. Por tanto la desconcentracin sexual
materna, a raz del premio a mejor actriz secundaria, es detonante del
temperamento futuro de la hija.
Mi esposa, sin ir ms lejos, naci a finales de 1974. Esto quiere decir que es
Oscar 73 con ascendente en Glenda Jackson. Segn su carta astral, debera
haberse casado con un Goya 69 con ascendente en Carlos Saura (se hubieran
llevado muy bien), pero se cas conmigo, que soy Mxico 70 para peor con
ascendente en Pel!, y por esa causa a veces tenemos algunas diferencias
irremediables, sobre todo a la hora de decidir quin se queda con el control
remoto a la noche.
El ftbol, mal que les pese a los filsofos serios, nos ayuda terriblemente a
comprender el sentido de la vida. Y ver la Copa Amrica en diferido es, creo yo,
una metfora sutil del carpe diem: "Vive intensamente, ajeno y ciego a los
resultados, como si lo que est pasando realmente estuviera ocurriendo ahora!"
Esto es metafsica: lo dems son boludeces.
A pesar de esto, la Copa Amrica (en vez de hacerme mejor persona) me est
poniendo los pelos de punta. Mi horario de trabajo empieza exactamente
cuando acaba el partido "real", y mi trabajo consiste en coordinar, va
messenger, a un grupo de gente en Buenos Aires que ha podido verlo en
directo y ya sabe el resultado. Yo no lo s ni lo quiero saber hasta ms tarde.
Pero ellos saben que yo no quiero saber, y es cuando empieza la tortura
psicolgica.
Pero si ya jugaron.
No, hijo de puta! A veces me dan ganas de echar a todo el mundo a la calle en
esta empresa. Lo peor de todo es cuando te dan estos pequeos datos
inocentes. Cuando uno no quiere saber, es que no quiere saber nada. Ser por
eso que nunca fui a un vidente.
Los videntes, creo yo, son gente que ya vio el partido de tus das en directo. Y
vos, que te jugs la vida en diferido, vas y le pregunts algunas cosas.
sa fue la vez que estuve ms cerca de ser hijo de padres separados. Mi pap
se puso plido y se le detuvo el corazn; pero no por conocer la verdad como
un baldazo de agua fra, sino por no poder disfrutar cada instante de esos
noventa minutos como si no hubiesen ocurrido nunca.
Lo que nos diferencia del mono es una guerra interna, secreta y despiadada.
Por un lado sabemos que todo lo que hagamos en la vida ser en vano. Por
otro lado, somos concientes de que no podramos vivir sin hacer algo.
Paradoja? Nada de eso.
La fuerza que nos mueve, la pasin, vive gracias a estos dos ejrcitos en lucha
constante. No creo equivocarme si digo que las grandes obras literarias del
siglo XX, la msica genial de Bartok, la danza moderna y el arte conceptual,
surgieron gracias a que ha habido ftbol en diferido.
Mientras escribo esto, no s si el domingo nos toca Brasil o Uruguay. Sin
embargo, en uno de estos pases hay tambores enloquecidos, y en el otro un
silencio ensordecedor.
Esta magia inusual, este eclipse, habitar en m hasta las 11:30. Despus, mi
reloj y el reloj del mundo volvern a ser los mismos.
Una noche de verano de 1985 vi por primera vez a sesenta mil aficionados de
River y de Boca, unidos en un sentimiento, cantando a gritos: "Ruggeri hijo de
puta, la puta que te pari" (bis). Sin parar, durante noventa minutos. Sin
detenerse ni a respirar ni a comer el pancho del entretiempo... Incluso la gente
corra a comprar la cocacola para volver pronto y seguir cantando "Ruggeri hijo
de puta" (bis).
Lo insultaban porque ayer jugaba en Boca y ahora era defensor de River: haba
quedado en el limbo, en el no lugar del amor. Aquella puteada masiva fue una
de los hechos ms educativos que presenci en mi adolescencia. Supe, de una
vez y para siempre, que todo en el ftbol es un juego: tambin lo que lo rodea.
Que todo est ah para que disfrutes de un circo perfecto.
Qu sabios son los hinchas blancos y los deportistas negros! Ni los unos ni los
otros parecen concebir problema alguno en actuar sus roles tcitos en el
folklore futbolstico. Entonces por qu las asociaciones civiles, los medios de
prensa y los gobiernos europeos s ven all un problema?
Otra vez, me parece, flota en el ambiente el tpico debate que slo sirve para
dar de comer a las abuelas y a los progres. Para que se exciten y se exhalten
las abuelas y los progres con lo que se ha dado en llamar "un debate social
candente". Me est empezando a preocupar que las gestas sociales de estos
dos grupos humanos (progres y abuelas, antao tan diferentes en sus
ideologas) cada vez se parezcan ms. Es que las abuelas se estn
aggiornando, o es que los progres estn empezando a oler a pis?
Como ya es costumbre, ste era uno de esos debates en los que la produccin
se cuida muy bien de que todos estn de acuerdo con lo mismo. Donde no se
invita a nadie dispuesto a manifestar pensamientos alternativos, o a contradecir
las reglas de la hipersensibilidad social. Todo el mundo debata, ya no la
existencia del fantasma, sino cmo haba que hacer para que nadie se asuste
con l. Se debata un imposible: cambiar la cultura de un deporte. Convertir el
ftbol en danza clsica y a sus aficionados en serenos de biblioteca.
Cuando el jugador Tarantini se cas con una modelo llamada Pata Vilanueva
(al que las malas lenguas sealaban como putita de lujo), los cnticos en las
canchas argentinas fueron gloriosos. Tanto, y tan crueles, que durante mucho
tiempo el Conejo Tarantini jug espantosamente mal. Quin puede marcar
bien la punta izquierda cuando veinte mil tipos aseguran que "el Conejo est
jugando y la Pata yirando por Constitucin"? Quin puede concentrarse en el
juego?
Pero no. ste es el nuevo flagelo de nuestros das, parece. Los gobiernos de
Europa estn haciendo honrados esfuerzos (econmicos y sociales) para
aplacar la tristeza que sienten unos deportistas negros que cobran 45 millones
de euros por temporada, cada vez que un seor les dice "negro" desde una
platea.
Consom Nacional
INGREDIENTES
1 pas
4 climas
2 premios Nobel
1 guerra
1 actriz
1 general
450 gr. de cabecitas (negras)
trigo y oro, a gusto
PREPARACION
Coloque en un pas bien condimentado seis millones de toneladas de trigo,
cuatro climas y dos premios Nobel. Mezcle todo hasta que se acabe la segunda
guerra. Vaya espolvorendole oro y plata hasta que el pas consiga una textura
de sptima potencia mundial. Una vez enriquecido, ponga en un bol una actriz
barata, un general impotente y 450 gramos de cabecitas negras. Mezcle todo
durante dos presidencias hasta que la grasa comience a desbordar y el pas se
agite por completo. Si lo desea, congele el consom 18 aos y repita la
operacin. Una idea original: en lugar de actriz barata, la segunda vez puede
sazonar con trocitos de cabaretera.
Cazuela de Cebollita
INGREDIENTES
1 zurdo tmido
1 bombonera
kg. de cocana
1 cazuela de paparazzi
PREPARACION
Consiga un jovencito tmido (de unos 11 aos) y enharnelo hasta que se le
infle el pecho y la pierna izquierda comience a dorarse y adquiera brillo propio.
Colquelo en una bombonera para que consiga mayor sabor, y antes de su
edad adulta espolvorelo con medio kilo de cocana. Cocnelo en una cazuela
de fotgrafos durante cuatro mundiales hasta que d todo su jugo; despus
qutele la piel, crtele las piernas y comience a hervirlo. Cada vez que est a
punto de ebullicin, agregue agua fra para que no se muera del todo. Djelo
engordar, arrnquele la grasa, dle la vuelta y srvalo por canal trece una vez a
la semana.
PREPARACION
Llene un continente de injusticias y coloque en medio a un jugador de rugby de
clase alta, un libro de Marx y una motocicleta. Tape todo con un repasador y
deje macerar en un sitio hmedo durante algunos aos. Mientras tanto, vaya
pelando diez cubanitos y ponga un cerdo en una sartn. Cuando el rugbier se
haya empapado de marxismo (ver que adquiere un tono cobrizo y le aparece
una boina en la cabeza) qutele la motocicleta y revulvalo junto a los
cubanitos. Lleve todo a la sartn hirviendo hasta que no queden restos de
cerdo. Retire al rugbier (dejando hervir a los cubanitos en la salsa), pguele un
tiro y trocelo hasta que se convierta en camiseta.
3. La mentira
Hasta hace quince aos no haba otra manera de mentir ms que en directo. El
correo tardaba demasiado y, aunque uno bien poda ser un cretino epistolar,
qu sentido tena mentir por carta si, cuando el engao llegaba a destino con
sus patas cortas, la verdad haba arribado antes por telfono? Pero en este
siglo, para alegra de todos, lleg el mayor transmisor veloz de la mentira: el
mail.
Es un error garrafal admirar a los que son capaces de decir la verdad a la cara
del jefe, de la esposa o de los amigos. Me parecen gente idiota, los sinceros.
Personas incapaces de defenderse con imaginacin, sujetos inadaptados que
no logran salvarse con arte y sucumben a mostrar su mezquindad cuando es
relativamente sencillo decir:
Mentir por correo electrnico es tan efectivio como hacerlo en la cara del
interlocutor, pero sin la desventaja de tener que ensayar gestos milimtricos.
Es tan cmodo, seguro y eficaz como mentirle a una novia ciega.
Ocurre que mentir personalmente es, para algunos, una actividad muy
trabajosa, en la que se ponen en juego actos reflejo complicados de controlar.
Hay que mantener la concentracin, no contradecirse, no pestaear demasiado
pero tampoco nunca, no tocarse la nariz o el cuello, no ruborizarse, no
tartamudear, parecer seguro y, sobre todo, poner un gesto de familiaridad que
le sale muy bien a Ricardo Darn en las pelculas, pero no al resto de los
mortales.
Lo nico que hace falta para que el mundo que viene sea mejor es que sus
habitantes mientan mejor. No slo hay que mentir. Hay que mentir con un
mnimo esfuerzo. Una mentira tiene que tener introduccin, nudo y desenlace.
No puede llegar desnuda, como llegan las ofensas gratuitas.
Mi relacin con las chicas que te quieren vender cosas por telfono empez
hace un par de aos, y fue un comienzo descorazonador. En Argentina estos
llamados no eran una plaga (como lo son aqu) y yo no estaba acostumbrado a
defenderme. La primera vez que me quisieron vender algo, mand a la
operadora a la concha de su madre y colgu, como dios manda. Error: a los
dos minutos la chica me llam de nuevo, y estaba llorando.
Lo primero que hice, esa misma tarde, fue adquirir un telfono buchn, que son
sos que te dicen desde qu nmero te estn llamando. De ese modo podra
esquivar las ofertas de las operadoras intempestivas. La primera semana todo
anduvo de maravillas: las empresas de telemarketing utilizan un sistema que
nos impide conocer el nmero, por lo que yo no atenda ninguna llamada que
pusiera "nmero privado" en el visor. Durante das me sent un muchacho
inteligente e ingenioso.
Pero lo bueno no dura mucho. A las dos semanas descubr que las llamadas
procedentes del extranjero tambin ponen "nmero privado". Por lo tanto poda
ocurrir que, al esquivar a una teleoperadora depresiva, no me enterase de la
muerte de mi madre o alguna otra cosa importante de Argentina. Y otra vez
empec a contestar las llamadas de todo el mundo.
En los ltimos seis meses casi nunca muri mam. La enorme mayora de los
telefonazos vespertinos fueron de estas chicas, y tuve que pasarme tardes
enteras escuchando el discurso memorizado de las promotoras autmatas, a
las que me imaginaba encerradas en cubiletes oscuros y a punto de suicidarse
si yo deca algo inadecuado. Por temor, nunca les falt el respeto ni colgu el
auricular sin un "chau, que tengas un buen da", pero tambin aprend algunas
tcnicas de disuacin.
S, digam hay que responder "s", porque si decs "no" les da lo mismo.
Viva feliz con mis mtodos hasta hace una semana que me llam Silvia, la
teleoperadora de "El Peridico de Catalunya". Una mujer terrorfica que debera
estar trabajando como perro que huele marihuana en el aeropuerto. No hubo
forma de detenerla.
Me colg ella, hija de una gran puta! Manej el partido mejor que Martina
Navratilova en sus mejores tiempos, y me haba ganado el primer set sin
transpirar.
Al da siguiente me haba olvidado por completo del incidente. Por eso contest
el telfono con las defensas bajas y la Nina en brazos.
Hola Hernn dijo con una sonrisa que se adivinaba a travs el cable, soy
Silvia, de El Peridico de Catalunya.
Fue peor. Durante media hora me inform sobre todas las ventajas de la
promocin como si yo nunca las hubiera escuchado, y cuando termin me
pregunt a qu hora podra encontrar a Hernn o a Cristina.
Mi hermano ha tenido que viajar a Buenos Aires de urgencia fantase.
Pero mi cuada maana por la tarde est todo el da esto ltimo era verdad;
yo no quera saber ms nada con Navratilova: que se encargara mi cuada.
Desde hace tres aos, Darn ha compuesto un arquetipo que ha calado muy
hondo en la bombacha de la mujer espaola. El personaje es un soador
pcaro que sufre ataques al corazn porque su madre con alzeimer se quiere
casar con un tipo que vende estampillas en un club que se est fundiendo. Un
personaje meloso que siempre tiene, a flor de labio, una frase entre existencial
y divertida. El problema no es que existan argentinos de esta calaa (que los
hay) sino que hoy en da todos los argentinos recin llegados a Espaa quieren
componer este personaje darinesco, y se est saturando el mercado.
Por qu escribo hoy con semejante fastidio? Ocurre que la gente como yo, es
decir, el puado de argentinos que de verdad somos encantadores,
paulatinamente vamos perdiendo eficacia emotiva, pues ha comenzado a
proliferar un grupo inmenso de compatriotas de biyuter que est ofreciendo
a mitad de precio encantos falaces que se empean, malamente, en imitar.
Entonces, como por arte de magia, nos comenz a ir bien, por alguna razn
empez a funcionar el acento, las mujeres en lugar de decirnos 'no seas
vueltero' susurraban un 'ay qu profundo eres', y empezamos a descubrir que
ramos muy buenos creativos publicitarios, que ramos excelentes amantes
furtivos, o que podamos dirigir una empresa de catering. La vida empezaba a
sonrer. Pero no falt quien, rpidamente, dio la voz de alarma:
Che, parece que si te vas a Espaa y habls como el puto de Darn cogs
con un montn de gallegas y zas, a los seis minutos salieron ochenta
aviones de Aerolneas llenos de argentinos impostando sensibilidad y nivel
terciario.
Durante mis primeros aos de estancia ibrica todo funcion a las mil
maravillas, porque no se haba corrido la voz. Las chicas me escuchaban
hablar y decan:
Con el paso del tiempo, y el arribo del cine de Campanella, ellas empezaron a
decir:
Ay, Hernn, si cierro los ojos lo estoy oyendo propiamente a Ricardo Darn
y eso ya molestaba un poco, pero se coga igual.
No, mujer! Por el amor de Dios, no somos todos..., soy yo! El que ha
estudiado el alma femenina desde los trece aos, el que ha ledo y ha sufrido
de amor hasta comprender ntimamente todos los laberintos de tu ser, el que
se ha quemado las pestaas durante dcadas catalogando empricamente las
especies de mujeres que existen sobre la faz de la tierra para poder luego decir
lo que necesits or, se, el mago que por fin ha llegado a tu vida, soy yo, no
somos "todos los argentinos". El resto son copias pirata, corazn, el resto es
oro falso.
Y una mierda dicen ellas, hace un par de das, en un bar, haba un
camarero argentino que me ha dicho tambin cosas por el estilo.
Qu te ha dicho el camarero?
An no ha ocurrido, pero falta poco para que se sature el mercado, para que
nadie (ni los argentinos reales ni las burdas copias darinescas) puedan
engaar a una gallega y llevrsela a los yuyos. Es triste decirlo, pero vamos
camino a perder un nicho de accin que podramos haber hecho propio a
fuerza de verdad y trabajo, y todo por culpa de nuestro egosmo enquistado. No
parecemos hermanos, parecemos aves de rapia. Y as nos va.
Porque resulta que despus vino otro inventor, un flor de hijo de puta, que cre
un aparato que sirve para ocultar la identidad del que te busca. Y ahora mi
telfono, en vez de avisarme con un letrero que el que llama es "El pesado de
Juancarlos", ahora pone un misterioso cartelito: "Llamada Privada", porque el
pesado de Juan Carlos, que sabe que es un pesado, se compr un coso de
esos para ocultarse... Hay que subestimarse mucho para activar ese artilugio,
mucha conciencia de ser un pesado hay que tener...!
Con el messenger (ya van a ver) va a pasar algo parecido en cualquier
momento si no es que ya ha pasado: van a inventar un software para
saber quin te tiene inadmitido. Y despus van a inventar otro software para
bloquear a los que tienen ese primer software, y as hasta la eternidad.
Por fin una guerra como la gente, en la que no hay que hacer la colimba ni
ponerse un casco y borcegues! Por fin una guerra a la medida de mis
posibilidades!
Hay una clase de gente que sabe chistes. Saber chistes es fcil; te sents una
tarde con un casette y, si le pons voluntad, te aprends noventa. Pero 'saber'
contar chistes es otra historia. Yo le tengo un miedo espantoso a esa gente
que, en las fiestas, te empieza a contar chistes. Le tengo ms miedo a eso que
al cncer de prstata.
No.
Yo soy de los que dicen "no", como casi todo el mundo. Quisiera ser de los que
dicen "s" y se quedan tan contentos. O de los que dicen "no s, pero no
quisiera verte hacer el ridculo, Ricardo".
Como primera medida tengo que poner la mandbula en piloto automtico. Esto
es, sonrer de entrada, mientras el otro empieza con su relato. Siempre el
contador amateur quiere ser gracioso desde el vamos: mueve las manos,
cambia la voz si hay ms de un personaje, etctera. Y esto, supuestamente, 'ya
es' gracioso. Entonces tenso el msculo abductor, mostrando los dientes, cosa
que cansa muchsimo.
Y sufro mucho. Sobre todo cuando el chistoso va llegando al final, y desde lejos
se nota que la trama va perdiendo fuerza. Que no se sostiene, que las voces
de los personajes no son las mismas que al principio, que el remate se ve
venir, se sospecha... Y entonces empiezo a preparar la carcajada falsa. No s
rerme de mentira. Me sale como un catarro. Pero mentalmente voy
practicando.
Aja jaaaa jaa jaja! exploto cuando el chiste termina, tratando de no quedar
del todo satisfecho, por las dudas que el contador sea uno de esos que saben
ms chistes.
Pero hay algo peor que el que te arrincona en soledad: y es el que cuenta
chistes verdes en la mesa, y en vez de decir culo, pito, coger o concha, hace
gestos, ruiditos o movimientos de cejas:
Odio mucho, por ejemplo, a los que cuentan chistes de gallegos metiendo la
zeta en todas partes, a los que despus del primer chiste te cuentan otro
porque fingiste mucha risa, a los que tartamudean al final porque se ponen
nerviosos, a los que cuentan chistes de Verdaguer poniendo la voz de
Verdaguer, a los que se ren mientras narran como si los ganara la tentacin, a
los que cuentan chistes de caballos que entran a un bar y piden un vino, a los
que imitan la voz de los maricones usando la misma zeta de los gallegos pero
poniendo la mano como si llevaran una bandeja invisible, a los que te explican
el final, a los que se equivocan y empiezan de nuevo, a los que creen que para
hablar como un judo solamente es necesario decir 'noive' en lugar de nueve, a
los que repiten el remate porque no te caus gracia y creen que no entendiste,
a los que sospechan que los chistes en donde aparece Marx o Freud son
chistes inteligentes, a los que cuentan chistes largos donde hay un amante
adentro de un ropero, a los que incluyen el final en la introduccin y no se dan
cuenta, a los que preguntan si no hay gente con cncer en la mesa antes de
contar un chiste negro, a ustedes, a todos ustedes que son legin y que
compran los casettes de Jos Luis Gioia en las gndolas de liquidacin y
despus se encierran un da entero a aprenderse de memoria cada palabra, a
ustedes les tengo miedo, les tengo lstima y los odio.
No son graciosos y lo saben, pero insisten. La nica virtud que tienen es haber
aprendido algo de memoria. Saben las palabras, las pueden repetir una atrs
de la otra, pero no tienen la menor idea de cmo decirlas. No les entra en la
cabeza que el humor es un arte, como pintar cuadros o tocar el violn.
-Sabs se del tipo que no es nada, que nunca ser nada, que no puede
querer ser nada, pero aparte de eso tiene en l todos los sueos del mundo?
Ya es hora de que alguien hable del gran tema tab alrededor de la inmigracin
argentina en Espaa. Y es que todo el mundo mira para otro lado ante la gran
pregunta: Por qu hay innmeras parejas formadas por argentinos-macho y
espaolas-hembra, mientras que casi no existen relaciones estables entre
argentinas-hembra con espaoles-macho?
El argentino-macho, desde el principio de los tiempos, se topa con el mayor
problema de su especie: la hembra de su entorno es un animal hermoso y
exigente. Igual que los peces, que cuando bajaron las mareas debieron
convertir sus aletas en patitas para sobrevivir, el argentino-macho tuvo que
desarrollar su labia como sistema de seduccin para no quedarse atrs.
Por qu desarrollaron la labia, y no por ejemplo los bceps, como hacen las
especies industrializadas? Porque aprender a hablar es gratis, mientras que un
gimnasio cuesta 18 dlares por mes. Comprobamos as que el segundo
problema del argentino-macho, despus de seducir a la hembra de su entorno,
es la falta de dinero para agasajarla.
Creo que vuelvo al amanecer con gripe, que no hay escuela, y entonces me
quedo en la cama a descubrir la televisin matutina, que es muy rara: primero
Telescuela Tcnica, despus las Manos Mgicas y a las once Patolandia el
programa feliz. A dejarme poner la bolsa de agua caliente en los pies. A eso
creo que vuelvo cuando voy. Pero tambin a otras cosas.
Al olor del negocio de trueque de historietas de Mar del Plata, por ejemplo. A la
textura spera de las revistas de Disney y a la emocin de encontrar una nunca
leda. O a hundir el tenedor en la clara batida y gratinada del pastel de papas,
con precisin de cirujano, para or ese ruidito leve, zsab, que deja escapar un
aroma nico a carne y pasadeuvas. O a morder la empanada desde las puntas
y soplar una esquina para que salga el humo de la locomotora. Y rernos.
Creo que vuelvo a saltar de la bolsa de dormir antes que nadie, y que salgo de
la carpa igl a las siete de la maana, a esa hora en que hace fro y calor al
mismo tiempo. Que camino hasta el ro con paso de experto en la soledad. Que
encarno, que tiro la caa, que espero. Y entonces me siento el chico de diez
aos ms grande del mundo. Luego, cuatro o cinco mojarras despus, siento
los pasos del abuelo Salvador que llega con las lneas para dorados y taruchas.
Al humo de sus Particulares 30, creo que vuelvo. A sus consejos de pescador
de tiburones.
Y sospecho que voy a Buenos Aires, por primera vez solo, y lo miro todo como
si viera una pantalla de cine sin bordes. Pienso, fascinado: "ac voy a vivir en
unos aos; ac voy a coger". Y me pierdo queriendo por Corrientes, la que no
duerme nunca. Y entro a un bar y me pido un wisky. Y soporto estoico la media
sonrisa del camarero, su cuchicheo irnico con el pelado de la caja. Pelotudos,
los dos. Y descubro enseguida que un wisky es algo muy amargo que no me
gusta. Vuelvo a todo eso.
Y seguramente a ms cosas. Pero a sas, sobre todo, creo que vuelvo cada
vez que me bajo en Ezeiza, cada vez que miro mi cielo del sur, una vez al ao.
Durante las doce horas de avin tengo siempre la ilusin pavota de que estoy
volviendo a aqullo, a mi patria memorizada.
Pero cuando respiro y veo, cuando el taxista guarda mi valija negra en el bal,
entonces me cae la ficha. Entiendo de golpe que solamente he vuelto a la
Argentina, a un pas cualquiera entre mil pases, a un envoltorio para regalos
que ya no tiene mi juguete adentro.
Lo peor que puede pasar en una mesa, cuando el tema es Borges, es que los
que conversan empiecen con la cantinela de su posicin poltica y la mar en
coche. Hasta los 25 aos yo me tomaba el trabajo de discutir sobre el asunto
(un da en Chile, incluso, me cagu a palo con uno). Pero desde que madur,
me levanto de la mesa y me voy sin saludar.
Para ser hincha de Borges, pero hincha en serio, ojo, es necesario ir todos los
domingos a la cancha. No vale ser "simpatizante". Es decir, no vale comprarse
los tres tomos color manzana y tenerlos a la vista en el anaquel. No vale "haber
ledo" a Borges. Para ser un incondicional, por lo menos la Potica Completa
tiene que vivir en el bao, arriba del canasto de la ropa, junto a la revista
dominical del diario y el Deportivo del lunes.
Para empezar, hay que saber que Borges dijo todo lo necesario que haba para
decir en el mundo. Si no tens bien clarito esto, no pods ser hincha. Las
dems cosas que dijo o escribi el resto pueden estar bien o mal, pero no son
tan tan tan fundamentales. Por eso, en cualquier conversacin jugosa sobre
cualquier tema, un hincha en serio no tiene otra opcin que decir, cada dos por
tres: "boludo, ya lo deca Borges", y poner cara de barrabrava.
"Sarlo,
qu asco te tengo,
lavate el culo
con aguarrs".
o de esta otra:
"Mara
Kodama,
la concha de
tu hermana".
Lo que s hacen los hinchas muy a menudo es juntarse en un departamento a
fumar porro y leer a Borges en voz alta, pasndose el libro cada tanto para que
no se les seque la garganta a ninguno.
Se empieza con la potica y se sigue con algn cuento. Despus, hacia las tres
am, se mechan ensayos cortos para no caer en el fanatismo barato. Si bien no
es conveniente conversar mucho durante estas tertulias, est permitido, cada
tanto, intercalar alguna interjeccin. Por ejemplo:
Lector: "(...) A m se me hace cuento que empez Buenos Aires: la juzgo tan
eterna como el agua y como el aire."
Las hinchas femeninas de Borges fuman como un escuerzo y son, a los ojos de
las seoras de los otros edificios, ms putas que las gallinas de la raza
ponedora. Puede invitarse a una tertulia a seoritas decentes para disimular,
incluso a vrgenes, pero entre la medianoche y el alba pasan dos cosas: o se
quedan dormidas en tal caso hay que despertarlas y pedirles un taxi o
entienden de golpe el mundo y empiezan a manotear la poronga del que est
leyendo.
Por ltimo, pequeos detalles para ser un buen hincha: los libros de Borges no
se prestan: se regalan. Est permitido decirle "el ciego" en la intimidad, pero
nunca delante de gente que no sea barrabrava. No necesariamente hay que
obsesionarse con las espadas, los mayores, el sajn, los espejos, el color
amarillo ni el idioma alemn (una cosa es ser fantico, y otra cosa es ser
adolescente histrico). Para un buen hincha, el mejor dibujo de Borges lo hizo
Sbat.
Yo es otro
Yo creo que hago todo lo necesario, carajo. Y ms. Abro el Clarn todas las
maanas a las ocho. Miro el partido del viernes; tambin entreveo, medio
dormido por la diferencia horaria, el partido del sbado; y me siento en el sof
con una Quilmes en la mano a mirar los dos clsicos del domingo. Hago todo lo
que hay que hacer.
El kiosco de enfrente de casa, que fue adquirido hace dos meses por un tipo de
Lans, ahora se llama La Bombonera y me vende yerba, alfajores y Serranitas;
adems, toda la familia del kiosquero me saluda con asento. Converso cuando
se me antoja va Skype con mi familia en Mercedes a un centavito de euro
el minuto. Algunas tardes el Chiri me cuenta, por messenger, las novedades
literarias desde su librera de Lujn.
Me cuido mucho de no hablar de t ms que lo estrictamente necesario.
Despotrico contra la forma en que las espaolas meten el culo adentro de los
vaqueros: sin gracia, sin calce profundo. Recito a solas la frase "ayer guiyermo
se olvid las yaves del garaye y el toyota se qued abajo de la yuvia" para no
perder la entonacin. A la Nina le digo che! y la santa se da vuelta: es
importante inculcarle que "che" es su segundo nombre.
Voy con el mate por toda la casa, a cualquier hora, incluso cuando no tengo
ganas de tomar mate. Para despertar a mi hija de la siesta le canto Manuelita,
la Reina Batata y Siga el Corso, en versin infantil. Despotrico contra la
televisin espaola cada treinta minutos. Entre amigos no digo euros, digo
pesitos: "prestme diez pesitos" digo concretamente. Sigo pensando colectivo,
subte, calefn, garrafa y plomero pelotudo, aunque muchas veces tenga que
decir autobs, calentador, bombona y fontanero gilipollas. Del Clarn leo ms
que nada la seccin Espectculos, para saber si Tinelli le gan a Suar o al
revs. Y despus reviso los chistes de la contratapa, para comprobar si me
sigo riendo de las mismas cosas que antes.
Me siento ofendido con mi propia cabeza, una cabeza que, a pesar de los
esfuerzos desmesurados que hago, a veces se olvida de algo, va puliendo los
baches de la memoria, se contamina de pluralidad lingstica, va desterrando la
frase "dejem a mitad de cuadra" cuando me subo a un taxi. Odio a veces a
esta cabeza ma que reconoce, por la calle, a los argentinos recin llegados por
su desmesurado yesmo.
Muchos das me molesta sentir que me estoy acostumbrando a que todo
funcione, a cobrar el da uno, o a que el polica de la esquina converse
amistosamente con la puta de la esquina como lo que son, dos servidores
pblicos nocturnos que trabajan en la misma esquina. No debera
acostumbrarme a eso: yo viva en Palermo, la polica y los travestis se
perseguan, se pegaban palazos, a veces ganaban ellos, a veces ganaban
ellas. Pero no. Me acostumbro al orden. Me acostumbro a ir de madrugada sin
ver a los chicos en la basura. Incluso hay das en que me siento cvico y tiro el
paquete vaco de cigarros en la papelera. Odio esos das en que me siento
cvico.
Hago todo lo que puedo, lo juro por dios y la virgen: una vez cada quince das
canto "febo asoma ya sus rayos iluminan el histrico convento", y tengo en el
bidet del bao (ac el bidet tiene tapa y no sirve para limpiase el culo) las obras
completas de Borges y las de Fontanarrosa.
Sigo los partidos del Villarreal porque es el equipo con ms argentinos titulares.
Anoche grit bien fuerte el gol de Maxi Lpez, y despus grit ms fuerte
todava el pase de Maxi Lpez que le dio el dos a uno al Bara contra los
ingleses, que son todos putos. El que no salta es un ingls, el que no salta es
un ingls.
Pero a la vez me alegra que mis amigos estn a punto de conseguir los
papeles. Y cocino la carne como dios manda, cocida, asada, a lo macho. Le
pongo chimichurri, le pongo sal gruesa. Hago todo lo que hay que hacer. A
veces hago ms de lo que hay que hacer. Y sin embargo, a veces, a solas,
mirando por la ventana, cagado de fro en pleno febrero, pienso que no podra
vivir otra vez en Argentina. Es ms, a veces pienso que no he vivido nunca en
Argentina, que he tenido un sueo, un sueo real y ntido, que he tenido la
sensacin maravillosa de ser de all, pero que nunca, en realidad, he estado.
Todo me parece un sueo, a veces. Hasta este DNI que sigo llevando (al pedo)
en la billetera, el celeste con el logo del Mercosur, el que tiene mi cara de
antes. Ya no es algo real o palpable. Este documento plastificado ya se ha
convertido en otro de mis esfuerzos por seguir aferrndome con desesperacin
a un lugar en el mundo, a una utopa, a una noche interminable de mis veinte
aos, a unos amores y a unos amigos, a una mesa llena de libros y porro y
mugre y lamparones de vasos de cerveza.
Y esta foto? De quin es la foto en este DNI? A veces me miro en esta foto,
la miro detenidamente, y no me reconozco. No soy yo del todo, es un doble, un
doble mo, un doppelganger, un double walker, un conocido, un tipo que se
pareca mucho a m en algunos gestos, en ciertas manas choubinistas. Pero
ahora esta foto puede ser la de cualquiera me digo, aunque hay alguien
que con toda seguridad no est all, posando como un estpido en la Polica
Federal a principios del ao 2000: all no est, se no es.
Los dramas personales del desarraigo ahora son ms leves: las cartas no
viajan ya por barco, ni uno tarda meses en saber que la madre ha muerto. Las
noticias polticas y deportivas de la patria no llegan con cuentagotas, ni
tampoco tergiversadas. La memoria no se horada con el paso de los meses, ni
la melancola transita ya por el camino de la incertidumbre. Me recordarn?,
o an peor, Todava los recuerdo? no son ya las preguntas insomnes del
que se ha ido.
Por terror a olvidarse, Costantini haba inventado un juego solitario. Por las
noches, a oscuras en el DF, intentaba recordar al detalle la vereda oeste del
Rosedal bonaerense, palmo a palmo; exactamente el breve trecho entre un
viejo farol ingls y una matita de corona de novia. Lo haca con cuidado, como
si acariciara ese pedacito de la avenida Infanta Isabel, reinventando en el
recuerdo cada baldosa, cada busto: William Shakespeare junto a Alfonsina
Storni, y ms all don Luis de Gngora, hasta el arco formado por Gabriela
Mistral y Carlos Guido Spano.
Era una forma, como cualquier otra deca el escritor exiliado de entrar
clandestinamente en el pas, por la mal vigilada frontera de la imaginacin.
Con el paso del tiempo, y una ayuda tecnolgica providencial, sigo pensando lo
mismo: soy incapaz de dejar mi pas. No podra vivir aqu en Espaa, ni en
ningn otro sitio, sin ser argentino durante las venticuatro horas del da, con
toda la fuerza de mi voluntad. Claro que ahora no hay que acostarse y, a
oscuras, recordar al milmetro las plazas y los parques queridos. Para qu?, si
existen los mapas satelitales de Google. Ni hay que esperar a que llegue otro
expatriado para preguntarle, a los gritos desde el puerto:
Ey, cmo va Racing en la tabla?
Al contrario. La tecnologa es tan veloz y tan puta, que hubo noches en que he
visto a Racing en directo desde Barcelona, mientras que mi padre, en
Mercedes, lo tena codificado. Y yo le explicaba los goles por el messenger, en
una paradoja moderna que nos sigue causando gracia y, a la vez, estupor.
Cada vez importa menos dnde estamos parados. Cada da que pasa uno
puede elegir su patria con mayor facilidad, sin la desgracia de tener que
padecerla.
Los pases que tienen la desgracia de pasar diciembre y enero entre bufandas,
estornudos y calefactores, celebran las Fiestas sin ganas, como si el festejo
fuese una tortura que hay que soportar una vez cada doce meses. Como los
chequeos mdicos, las declaraciones juradas y los discos de Calamaro.
En algunas partes de Espaa, por ejemplo en la que vivo yo, ni siquiera existe
Pap Noel. Lo que hacen es conseguir un tronco de madera, lo tapan con una
frazada y le pegan con un palo hasta que caga regalos. El ser sobrenatural no
viene del Polo ni tiene barba ni es gordo ni va en trineo. El ser sobrenatural es
un tronco y se llama Ti. La cancin que se canta en Catalua mientras se
apalea la Navidad es la siguiente:
Caga ti , caga turr
d'ametlles i piny
i si no cagues b,
et fotr un cop de bast!
A pesar de esta tradicin violenta, en las Fiestas del hemisferio norte los
petardos suenan ms despacio, los parientes ms iracundos nunca llegan a las
manos, los regalos de Melchor son ms caros pero menos valiosos, en las
mesas no hay piononos ni mucho menos salpicn de pollo, y los chicos se
congelan como estalactitas antes de que llegue el ser sobrenatural que
corresponda a cada regin y se chamusque el culo en la chimenea.
Las pelculas y las series de la televisin, que casi siempre vienen desde
Norteamrica, nos acostumbraron a convivir visualmente con las
navidades blancas del hemisferio norte, con los gorros de lana que usaba
Michael Landon cuando le construa los trineos de madera a sus tres hijas, con
las compras de ltimo momento en la helada Nueva York, donde el humo
aparece ntido desde las alcantarillas y las bocas de subte.
Es decir, los habitantes del cono sur entendemos con ojos de videotape la
vulgaridad que representa pasar la navidad con fro. Pero no la podemos
entender con el cuerpo. Y, lo que es lo mismo y hasta ms grave, no la
podemos soportar cuando se nos acerca, blanca y radiante como la novia de
Antonio Prieto.
Ahora, que el pariente estpido que llama soy yo mismo, esas comunicaciones
telefnicas me revuelven el estmago.
Los argumentos de los tutores o encargados era que sus nios necesitaban
ms educacin; la excusa de los maestros, que sus alumnos ya tenan la
suficiente. En realidad el motivo de la lucha entre padres y maestros era otra:
deshacerse de los chicos por ms tiempo.
Verano Azul, aquella especie de Pelito con mar de fondo, y Los payasos de la
tele son los ltimos xitos populares para chicos espaoles. Hablo de los aos
ochenta. Despus de aquello, un silencio abrumador y una natalidad en
retroceso.
Los spots de "Vamos a la cama, hay que descansar" que la tele argentina de
nuestra poca pasaba a las 10 de la noche, aqu se emiten a las 19:55. Y no
estamos Noruega, donde la gente se va al catre a las 20:30. Estamos en
Espaa, un pas latino en el que los padres se acuestan entre la una y las dos
de la maana, como en el resto del mundo libre. Y la realidad es sa: ya no
saben qu inventar para que sus hijos desaparezcan del comedor.
Contarle historias a un chico es, de entre las pocas maravillas de este mundo,
una de las ms nobles y gratificantes. Buscarles el asombro, la risa o la
curiosidad no se paga con nada. Meterse en el laberinto de sus ideas, que son
de por s explosivas, y aprender a contar desde esa magia, es una tarea
inmensa a la que nadie (ni la tev, ni la escuela, ni los padres) debera hacerle
asco.
Me da mucha pena (y, desde que soy padre, un poco de bronca y miedo
tambin) que la televisin espaola menosprecie a los chicos. Que el nico
programa infantil actual sea una de esas franquicias de "El show de Disney"
donde ponen a un negrito, a un gordito y a dos nenes estndares a presentar
dibujos animados del orto. Y que la nica opcin para compartir con tu hijo
sean, siempre, los Simpsons.
Los chicos espaoles ven una media de tres horas de televisin al da. Pero no
hay nada espaol para ellos. Slo dibujos enlatados en la televisin de aire. De
los buenos o de los malos. Pero nadie en esos dibujos come paella, por
ejemplo, nadie les explica en qu lugar nacieron y por qu.
"En esta vida hay cosas que son caras porque cuestan mucho dinero deca
el Chavo y otras que cuestan muy poco y por lo tanto son baratas. Yo, por
ejemplo, soy un nio barato". Contarle historias a un chico es, de las cosas
baratas de este mundo, la que mejor se paga, la que ms nos engrandece. Por
eso el amor que siento por aquellos que me han contado historias, cuando yo
era un chico, es un amor irrepetible.
Esto lo escribo por algo; es un artculo que no estaba previsto. Hablo del tema
porque hace cuatro horas termin en Argentina la entrega de los premios
Martn Fierro. Y hace unos minutos felicit por messenger a Javier Morello, un
guionista que, desde hace cuatro aos ininterrumpidos, produce o escribe
programas infantiles que resultan ganadores del Martn Fierro. Este ao otra
vez Javier se subi al atril para recibir el aplauso de la crtica.
De las muchas cosas que podemos hacer para salvar al mundo, divertir a los
chicos sin darles mierda es una de las que ms admiro. Sin embargo, y con el
egosmo que me caracteriza, quisiera que Javier estuviera creando sus cosas
en Espaa. Para mi hija, que lo mira por tev.
Negro que muerde blanco no es noticia
El 4 de abril de 1994 recrudeci en Ruanda una guerra civil entre dos tribus (los
tutsis y los watusi) que le cost la vida a 800 mil personas analfabetas de color
negro en cuarenta y ocho horas. La portada de los diarios, al da siguiente, no
mencionaba el asunto. El 11 de septiembre de 2001 se estrellaron dos aviones
contra el World Trade Center de Nueva York. Murieron casi tres mil personas
alfabetizadas de color blanco en venticuatro horas. Las portadas de la prensa
del da siguiente tuvieron letras del tamao de un caballo y ediciones
especiales durante semanas.
Utilizo ex profeso los colores 'blancos' y 'negros' para dar cuenta de la cantidad
de melanina existente en la piel de los muertos en cada uno de los
acontecimientos. Tambin puntualizo, adrede, la condicin cultural de cada
grupo de vctimas con los prefijos 'analfa' y 'alfa' delante del verbo 'betizados'. Y
hasta podra adentrarme en la descripcin y decir: muertos con traje y corbata
(en un caso) y muertos en camiseta (en el otro caso). Muertos limpios; muertos
sucios. Muertos parecidos a m; muertos distintos a m.
El tpico del periodismo es muy claro: "un perro que muerde a un hombre no es
noticia; un hombre que muerde a un perro, s". Ms sinttico: lo que ocurre con
frecuencia no merece la pena ser contado. Y as, como quien no quiere la cosa,
llegamos a una hiptesis general sobre las desgracias seguidas de muerte: hay
muertos importantes y muertos sin importancia.
Tambin hay dos clases de dolor, pensaba yo esta maana mientras navegaba
frenticamente por las hemerotecas de los aos 1994 y 2001. Est el dolor que
nos duele en serio, y tambin est el dolor que debera dolernos pero, por
alguna razn desconocida, no nos duele. La muerte de casi un milln de
personas (del color que sean) debera dolernos. Pero (por qu ser?) no nos
duele en absoluto si no son del color adecuado.
Yo lo siento mucho por los progresistas y la gente sensible que pretende que
no es as, pero quien marca el destino de nuestros valores ticos no es el
Vaticano, ni Greenpeace, ni la Asociacin Pro Africa fundada por Jimmy Carter,
sino el rating que una noticia tenga en nuestra vida diaria (el rating ocupa, en
este siglo, el sitio que en la antigedad ocupaba la moral colectiva). Y la
masacre ruandesa de 1994 no tuvo rating, a pesar de que superaba en casi
trescientos mil muertos a la masacre neoyorkina del 2001, que s lo tuvo.
Pero no nos preocupemos, porque este hecho absolutamente natural (es decir,
que est en nuestra naturaleza) tambin se da en otros mbitos. Atencin que
voy a poner un ejemplo muy lindo:
Personalmente, igual que a todos los editores de los diarios que decidieron no
informar en portada del holocausto del '94 en Ruanda, a m los negros
analfabetos que se mueren de hambre o se matan entre tribus me importan un
carajo. En cambio los hipcritas blancos alfabetizados que dicen "gente de
color" suponiendo que de ese modo irn al cielo, esos, me dan directamente
asco.
Breve paseo por la autocensura
Pero igual no creo que el problema exista porque haya idiotas que se quejan de
aquello que no entienden. De eso habr siempre, me figuro. El problema surge,
nace y se ramifica cuando se les hace caso. Y la justicia espaola les hace
caso: la publicidad de Bocatta desapareci de la tele tan pronto como se
escucharon los primeros pataleos. Y con las dems pas otro tanto.
Pero hay ms. Si dos coches van rpido en un aviso de BMW, actualmente el
cartelito nos avisa que "El spot ha sido filmado en un circuito cerrado", imagino
que para que la Asociacin de Peatones Pelotudos no les ponga una denuncia
retroactiva por fomentar la alta velocidad en las calles. Si un tipo se cae de un
primer piso para promocionar un seguro de vida, el cartel nos dice que "Es una
ficcin publicitaria" para que la Asociacin Anti Resbalones en las Terrazas no
sospeche que los de Mapfre han matado, de veras, a un actor para vender
plizas.
En qu se parece Racing a Pinochet? "En que los dos llevan gente a los
estadios para torturarla". Esto, tcnicamente, es un chiste. Pero hay veces en
que el humor resulta refrescante y gracioso para un grupo, pero ofensivo y
doloroso para otro. En este caso, slo hay una cordillera que los separa. Y es
entonces cuando se puede complicar mucho el estofado.
Para que exista humor, han de haber elementos comunes entre el narrador y el
espectador. Debemos saber que los hinchas de Racing sufrimos cuando vamos
a la cancha, y que en la dictadura chilena se usaban los campos de ftbol para
practicar torturas. Sin esos cdigos, no hay chiste.
Pero cuando uno de esos cdigos es insoportable para una comunidad (por
ejemplo, si contamos este chascarrillo frente a los hijo de desaparecidos
chilenos) no les har la menor gracia. El humor y la ofensa son parientes
cercanos cuando no conocemos el rostro o la identidad de los receptores.
Ahora que ha pasado algn tiempo, puedo contar algo: hace algunos meses
recib un correo de una lectora de Los Bertotti, indignada o dolida por la
inclusin del personaje Carmencita en la historia. Para los que no hayan
seguido el folletn, el personaje de Carmen era enana; la lectora,
evidentemente, tambin.
Esta mujer se quejaba por los chistes ofensivos que los integrantes de la
familia Bertotti hacan sobre la enfermedad fsica del personaje. He recibido (en
el mismo tono) cartas de paraguayos y chilenos a los que no les agradaba el
modo en que eran retratados personajes como la Negra Cabeza o el Chileno
Calesita, o, ms bien, el modo en que fueron tipificados dentro de la historia.
Tambin he recibido una queja, alguna vez, de una lectora que no soportaba la
posibilidad de que Los Bertotti fuesen relacionados con los argentinos. "As no
somos nosotros", me deca la ofendida, "y odio que en el resto del mundo la
gente se piense que somos de esa manera".
Pondr un ejemplo:
En 1998 ETA cometi uno de los asesinatos que ms se recordaran a travs
de los tiempos: el de Miguel ngel Blanco, concejal del Partido Popular en el
ayuntamiento de Ermua (Vizcaya). El contrareloj que us la banda armada para
matarlo gener expectacin mundial, como hoy ocurre con los secuestros con
degello en Irak. A Blanco lo mataron de un disparo en la cabeza a la hora
exacta que se haba anunciado, y el dolor del pueblo espaol provoc las
mayores manifestaciones contra el terrorismo de la historia ibrica.
He ledo mucho sobre el hecho en estos das. Y me preocupa que las plumas
progres, sensibles y profundas no hayan hecho ms que quejarse y patalear
como seoras gordas. Me preocupa que no se haya hecho una valoracin
objetiva de los cambios sociales que provocan estos lapsus de lo polticamente
incorrecto que, maana, sern moneda corriente.
Sin embargo, la sociedad an no est del todo preparada para comprender que
cuando nace el dolor nace tambin la metfora, que es el embrin del
humorismo y la publicidad.
Ese tecnicismo, con el tiempo, caducar. No s si esto sea bueno o malo, pero
sospecho que ya, hoy mismo, todos los perros del mundo estn comenzando a
aullar.
Como todo el mundo sabe, no hay nada ms cruel que un chico entre los 12 y
los 16 aos, aburrido de aprenderse de memoria el nombre de los ros y con
ganas de redefinirse en la vida. La escuela, ese hbitat que en apariencia
fomenta la sociabilidad y otros valores humanos, es, en realidad, el sitio
adecuado para aprender a hacer chistes de mal gusto y ponerle sobrenombres
humillantes a los compaeros raros.
Cada vez que ocurre una tragedia a causa de las burlas, los medios de prensa
y la televisin comienzan a desempolvar las claves de la solucin final de estos
males. Siempre que escucho estas opiniones apresuradas, me da por pensar
que las personas que las propician han olvidado completamente su poca
escolar. No recuerdan nada.
Si el lector tiene un hijo entre los 12 y los 16 aos, creo que es recomendable
que descubra, antes que nada, si el chico es un estpido. Objetivamente, sin
engaarse ni mezclar el veredicto con mantos de piedad o de amor. A m me
dara muchsimo miedo, por ejemplo, que en el futuro la Nina no supiera
responder con creatividad a un insulto. No me alarmara que fuese una alumna
mediocre, pero s que no tenga reflejos dialcticos para interactuar ante la
crueldad del entorno.
Cada vez tengo ms claro que los opinadores mediticos que hablan de lo que
debe hacerse con la educacin han sido, de jvenes, alumnos indefensos y
humillados que se sentaban en los primeros bancos y aprendan de memoria
ros y fechas. Gente que no tuvo siquiera el valor de suicidarse o la prepotencia
de matar. Y por eso, por pura mediocridad, ahora aconsejan desde la venganza
y el rencor frmulas imposibles.
Es necesario, sospecho, que la educacin moral (la que brindan sobre todo los
padres) aporte herramientas tiles, y no valores de un mundo que ya no existe.
Junto a la solidaridad, habra que inculcarle al nio un poco de irona. A la vez
que honestidad, algo de malicia. Al mismo tiempo que amor por la verdad,
pasin por la fbula y la exageracin. A los hijos y a los alumnos no slo hay
que educarlos: tambin es preciso curtirlos.
Esta regla debera estar en Cdigo Civil, junto con las dems cosas
importantes del mundo. Artculo 4: A los genios se les deben conmutar sus
mezquindades. Archvese. Es que hay tanto idiota defendiendo a los koalas de
la extincin, que me da rabia que nadie lo defienda a Borges de Mara Kodama!
Porque, si bien es algo tcitamente consensuado esto de que a los genios se
les perdona todo, parece ser que los herederos lo han olvidado, y andan
sacando trapitos al sol cada vez que se les pone un micrfono en la trompa.
Si a Borges le gustaba Pink Floyd, yo creo que tuvo veinte aos para decirlo. Y
si no lo dijo nunca, por algo habr sido. Lo mismo, aunque ms grave, pas
hace una dcada con la hija de Piazzolla, a la que se le ocurri decir
barbaridades sobre su padre en un libro llamado "Astor". No tengo el libro ac
para ser literal como quisiera, pero recuerdo que la guacha chusmeaba lo
siguiente:
"El da que muri el abuelo, pap estaba en Nueva York, y ni siquiera tuvo la
delicadeza de enviar flores al entierro de su propio padre".
El hijo de Camilo Jos Cela, que se llama igual que su padre, y su ltima
esposa, que se llama Marina Castao, vienen protagonizando desde hace
aos, en la prensa espaola, un noveln pattico para ver quin la tiene ms
grande (a la herencia). Don Camilo aparece en la tele tantas veces como
Enrique Iglesias, y por motivos igual de superficiales. Debe ser el escritor ms
nombrado y menos ledo de la pennsula, por culpa de su descendencia
conventillera.
Desde hace un par de meses se ha sumado al folletn una seora que dice
haber sido la sirvienta de Cela, y que ha sacado a relucir las dedicatorias
privadas que el Premio Nobel gallego escriba a su segunda esposa, dicindole
cosas como por ejemplo "este libro es para t, analfabeta, a ver si aprendes a
leer" y otras divertidas ironas de entrecasa que la prensa quiere hacernos ver
como violencia domstica.
Todo esta lista de mezquindades ocurre mientras hoy leo en la prensa (este fin
de semana ha sido aciago para los genios muertos) que los herederos de
Marlon Brando quieren patentar la imagen del actor y comercializar, en su
nombre, camisetas, relojes, manteca y otros iconos por el estilo. Brando se
revolvera en su tumba, si no fuera porque muri tan gordo, si supiera esto,
porque justamente l quiso escapar, en vida, de toda la parafernalia y el
merchandising y el rocanrrl.
Por ese motivo, y no por otro, en Espaa no hay argentinos pobres. Quiero
decir, no hay argentinos pidiendo monedas por las calles de Madrid, ni
latinkings rosarinos en Barcelona, ni mafias porteas, ni familias mendocinas
que mandan a sus hijos a robar telfonos, ni mendigos bandoneonistas, ni
prostitutas de veinte euros que se llamen Carolina o Daniela. Hay pobres de
casi todas las razas y colores, pero no argentinos. La razn es sencilla: los
pobres de Argentina no emigran, mueren quiosqueros en sus propias casas,
mueren alimentndose con golosinas caducadas y sin conocer el mundo.
Es una jugada extraa, porque lo que menos hace falta en Argentina son
quioscos (hay uno cada ventisiete metros). Pero sin embargo siempre alguien
supone que poniendo otro ms no pasar nada malo. Algunos pocos estn
bien provistos, pero la mayora son quioscos tan escasos como la creatividad
de sus dueos, y solamente te ofrecen veinte o treinta cosas intiles (en un
buen quiosco debe haber, como mnimo, ms de doscientas cosas intiles). Y
entonces ocurre que la frase que ms utiliza un quiosquero novato es de eso
no tengo, pero me estn por traer.
Como es por todos sabido, los argentinos no entramos a los quioscos por
necesidad alimenticia, sino por angustia oral. Segn un estudio, el ser humano
que camina tranquilamente por la calle piensa en sexo cada ocho segundos.
Los argentinos tambin, pero usamos los siete segundos restantes para
fantasear con cosas rellenas de dulce de leche. Nuestro ritmo mental se
comporta con esta cadencia:
...teta, cabsha, fantoche, shot, cubanito, concha, jorgito, milka, tubbi tres,
tubbi cuatro, culo, aero blanco, minitorta de guila, teta, cabsha, fantoche triple
y vuelta a empezar.
Cuando un argentino pisa Espaa por primera vez y recorre los bulevares sin
rumbo fijo, descubre a los quince minutos que algo va mal, muy mal en su
paseo, pero no atina a descubrir qu es. Es como caminar por las calles de un
mundo paralelo, casi idntico, pero con siete errores. Qu es lo que me
pasase pregunta el argentino, por qu me vienen estas ganas de llorar? Al
rato, descolocado su aparato digestivo, el recin llegado descubre el fallo: ha
andado ms de veinte minutos por una avenida y no se ha topado con ningn
quiosco.
Y los alfajores?
En la panadera.
Es hora de que los argentinos pobres de Argentina descubran que hay que
instalar los quioscos aqu, en Espaa, donde de verdad hacen muchsima falta,
y no en el propio barrio, donde ya el nicho est saturado y en cada libre.
Los estamos esperando, hermanos pobres; con los brazos abiertos, la sonrisa
en la boca y los puos llenos de monedas de cinco, de diez y de veinticinco.
6. La humanidad
Una lectora sagaz me dice en el comentario 227 del artculo llamado Espaa,
dec alpiste, que 'Argentina no es mejor ni peor que Espaa, slo ms joven'.
Me gust esa teora y entonces invent un truco para descubrir la edad de los
pases basndome en el sistema perro. Desde chicos nos explicaron que para
saber si un perro es joven o viejo haba que multiplicar su edad biolgica por 7.
Con los pases, entonces, hay que dividir su edad por 14 para saber su
correspondencia humana. Confuso? En este artculo pongo algunos ejemplos
reveladores.
Casi todos los pases de Amrica Latina tienen la misma edad y, como pasa
siempre en esos casos, hay pandillas. La pandilla del Mercosur son cuatro
adolescentes que tienen un conjunto de rock. Ensayan en un garage: hacen
mucho ruido y jams sacaron un disco. Venezuela, que ya tiene tetitas, est a
punto de unirse para hacer los coros. En realidad quiere coger con Brasil, que
tiene catorce y la poronga grande. Son chicos; un da van a crecer.
Despus estn los pases que acaban de cumplir la mayora de edad y salen a
pasear en el BMW del padre. Por ejemplo Australia y Canad. Estos son tpicos
pases que crecieron al amparo pap Inglaterra y de mam Francia, con una
educacin estricta y concheta, y ahora se hacen los locos. Australia es una
pendeja de 18 aos y dos meses que hace topless y coge con Sudfrica;
Canad es un chico gay emancipado que en cualquier momento adopta al
beb Groenlandia y forman una de estas familias alternativas que estn de
moda.
Francia es una separada de 36 aos, ms puta que las gallinas, pero muy
respetada en el mbito profesional. Es amante espordica de Alemania, un
camionero rico que est casado con Austria. Austria sabe que es cornuda, pero
no le importa. Francia tiene un hijo, Mnaco, que tiene seis aos y va camino
de ser puto o bailarn, o las dos cosas.
Italia es viuda desde hace mucho tiempo. Vive cuidando a San Marino y a
Vaticano, dos hijos catlicos idnticos a los mellizos de los Flanders. Italia
estuvo casada en segundas nupcias con Alemania (duraron poco: tuvieron a
Suiza) pero ahora no quiere saber nada con los hombres. A Italia le gustara
ser una mujer como Blgica, abogada, independiente, que usa pantaln y habla
de t a t de poltica con los hombres. (Blgica tambin fantasea a veces con
saber preparar spaghettis.)
Otro que tiene hijos desperdigados es Inglaterra. Gran Bretaa sale en barco a
la noche, se culea pendejas y a los nueve meses aparece una isla nueva en
alguna parte del mundo. Pero no se desentiende: en general las islas vivien
con la madre, pero Inglaterra les da de comer. Escocia e Irlanda, los hermanos
de Inglaterra que viven en el piso de arriba, se pasan la vida borrachos, y ni
siquiera saben jugar al ftbol. Son la vergenza de la familia.
Suecia y Noruega son dos lesbianas de 39, casi 40, que estn buenas de
cuerpo a pesar de la edad y no le dan bola a nadie. Cogen y laburan: son
licenciadas en algo. A veces hacen tro con Holanda (cuando necesitan porro),
y a veces le histeriquean a Finlandia, que es un tipo de 30 aos medio
andrgino que vive solo en un tico sin amueblar, y se la pasa hablando por el
mvil con Corea.
Corea (la del sur) vive pendiente de su hermana esquizoide. Son mellizas, pero
la del norte tom lquido amnitico cuando sali del tero y qued estpida. Se
pas la infancia usando pistolas y ahora, que vive sola, es capaz de cualquier
cosa. Estados Unidos, el retrasadito de 17, la vigila mucho, no por miedo, sino
porque quiere sus pistolas.
Israel es un intelectual de sesenta y dos aos que tuvo una vida de mierda.
Hace unos aos, el camionero Alemania (que iba por la ruta mientras Austria le
chupaba la pija) no vio que pasaba Israel y se lo llev por delante. Desde ese
da, Israel se puso como loco. Ahora, en vez de leer libros, se la pasa en la
terraza tirndole cascotes a Palestina, que es una chica que est lavando la
ropa en la casa de al lado.
Irn e Irak eran dos primos de 16 que robaban motos y vendan los repuestos,
hasta que un da le robaron un respuesto a la motoneta de Estados Unidos, y
se les acab el negocio. Ahora se estn comiendo los mocos.
El mundo estaba bien as, es decir, como estaba. Hasta que un da Rusia se
junt (sin casarse) con la Perestroika y tuvieron docena y media de hijos.
Todos raros, algunos moglicos, otros esquizofrnicos.
Hace una semana, y gracias a un despelote con tiros y muertos, los habitantes
serios del mundo descubrimos que hay un pas que se llama Kabardino-
Balkaria. Un pas con bandera, presidente, himno, flora, fauna, y hasta gente!
I once read that Argentina is no better or worse than Spain, it is only younger. I
liked this theory so I invented a trick to descipher the age of countries based on
the dog system. As children we were told that to know if a dog is young or old
you have to multiply its biological age by seven. For countries, you must divide
their historical age by fourteen to determine their corresponding human age.
Confused? Here are some revealing examples.
Argentina was born in 1816, therefore it is now 190 years old. If we divide by
fourteen, Argentina's human age is about thirteen and a half. In other words, it's
passing through the giggling years. It's rebellous, horny, has no memory,
responds without thinking and is full of pimples. Is that why they call it the
granary of the world?
Most other countries in Latin America are about the same age, and as usually
happens in situations like these, they form gangs. The Mercosur gang is made
up of four teenagers who formed their own rock band. They practice in a
garage, make a lot of noise and have never published a CD. Venezuela, with its
budding tits, is about to join them to sing chorus. In reality, like most girls her
age she wants to screw someone, in this case Brazil, who is fourteen years old
and has a big cock.
Mexico is also a teenager, but it descends from indian natives. That's why it
only laughs a bit and won't smoke a blade of grass, like the rest of its young
friends. However, it does chew peyote and hangs out with the United States, a
seventeen-year-old retard who gets its kicks attacking hungry six-year-old kids
in other continents.
At the other end we have thousand-year-old China. If we divide its 1,200 years
by fourteen we have an 85-year-old lady who spends her time eating rice
because she doesn't (yet) have enough to buy dentures. China has an eight-
year-old grandson, Taiwan, who makes her life a living hell.
She's been divorced for quite some time now from Japan, a quick-tempered old
man who shacked up with the Phillipines, a naive young girl who's always ready
for any aberration as long as there's money changing hands.
Then there's the countries who have reached legal age and go driving in circles
in daddy's BMW. For example, Australia and Canada are typical countries who
grew up under Daddy Britain's and Mommy France's umbrella, with a strict and
moralistic education, and who now act as if nothing has happened. Australia is
a naive young girl a little more than 18 years old who runs around topless and
fucks South Africa. Canada is an emancipated gay boy, who at any moment
may adopt Greenland to form one of those stylish alternative families.
France has been separated for 36 years and is about as horny as a chicken, but
is professionally well-respected. She has a son, barely six years old, Monaco,
who looks like he'll become either a boy toy or a ballerina... or both. She's also
Germany's on-again, off-again lover. He's married to Austria, whom he knows is
having affairs, but he doesn't care.
Italy is a long time widow. She lives her life taking care of San Marino and the
Vatican, two Catholic sons identical to the Flanders twins. Her second marriage
to Germany was short-lived and produced Switzerland, but now she wants
nothing to do with men. Italy would like to be like Belgium -- a lawyer,
independent, who wears trousers and talks politics toe to toe with men.
(Belgium also fantasizes from time to time that she knows how to make
spaghetti.)
Spain is the most beautiful woman in Europe (France may overshadow her, but
she loses much spontaneity for using too much perfume). She runs around
topless and almost always drunk. Generally she lets herself be screwed by
Great Britain and then complains about it after the fact.
Spain has children everywhere (almost all of them 13 years old) who live far
away. She loves them, but hates that when they get hungry they spend a
season at home and raid the fridge.
Another with children all over the place is Great Britain. He sets sail at night,
screws some young thing and nine months later a new island appears
somewhere in the world. Nevertheless, he does not disown them. In general,
the islands live with their mother, but he feeds them. Scotland and Ireland, the
brothers who live upstairs, spend their time drunk and can't even play football.
They're the black sheep of the family.
Sweden and Norway are two 40-year-old lesbians, who still have nice bodies
despite their age, but never pay attention to anyone. They have sex, and work
at something. Sometimes they do threesomes with Holland (when they yearn
some type of penetration). At other times they flirt with Finland, a 30-year-old
somewhat androginous man who lives alone in an unfurnished attic and spends
his time chatting with Korea on his cellphone.
Korea (the one from the south) spends her life worrying about her schizoid
sister. They are twins, but the one from the north drank amniotic fluid when she
was born and was left stupid. She spent her childhood using handguns, and
now she lives alone and thinks she is capable of anything.
The United States, the 17-year-old-retard, keeps an eye on her all the time, not
out of fear, but because he wants to take away her firearms. Israel is a 62-year-
old intellectual whose entire life sucked. A few years ago Germany, the truck
driver, didn't see him and ran him over. Israel's been a mental case ever since.
Instead of reading books, these days he spends his time throwing rocks at
Palestine, a young girl washing the next door neighbors' clothes.
Iran and Iraq were two 16-year-old cousins who stole motorcycles and sold the
parts, until one day they stole parts from the United States' motorcycle and that
was the end of the business. Now they are bored to death.
The world was fine as it was, until one day Russia decided to move in with
Perestroika. In short order they had eighteen kids who are all weird, some
mongoloid, others schizophrenic.
About a week ago, and thanks to a clusterfuck with bullets and dead people, the
serious inhabitants of this planet discovered a country named Kabardino-
Balkaria. It's a country, with a flag, a national hymn, flora, fauna and... even
people!
I get scared when young, new countries show up, like that, all of a sudden. We
find out indirectly, sideways, and on top of that we pretend we knew about it so
as not to appear to be ignorants. I ask myself: Why are new countries being
born, if the ones we already have don't work?
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Si, de un da para el otro, nos quedsemos sin Japn, toda la gilada que
consume 'manga' tendra que empezar a hacer algo productivo con su vida.
Pero tambin hay muchas contras: sin los japoneses, tendramos que volver a
sacar las cuentas con los dedos y el mundo se quedara sin turismo boludo. El
turismo boludo es importantsimo, sobre todo para los pases que no tienen
paisaje. Vos pons un monumento cualquiera, cobrs 11 dlares la entrada,
espers que lleguen los japoneses y al rato ya te crece el PBI.
Y luego estn los pases necesarios. Sin ellos, el mundo sera peor en serio. Si
no existiera Brasil, por ejemplo, Amrica Latina sera un pasillo angosto para ir
de Argentina a Mxico, y nada ms. El Bara sera un equipo de siete
jugadores muy malos, y la msica vivira en una frontera entre lo serio y lo
solemne. Las mujeres del resto del mundo, si Brasil no existiera, no sabran
qu culos envidiar, y dejaran de ir a los gimnasios, provocando una
irremediable tristeza masculina. Si no existiera Brasil, no tendra sentido
enfocar las tribunas en los Mundiales.
Sin Rumania, los coches del mundo no tendran quin les limpiase los
parabrisas en los semforos. Sin Grecia, los relatores deportivos no se veran
en la obligacin de estudiar por la noche apellidos imposibles. Si no existiera
Marruecos, los espaoles entenderan que tambin hay delincuencia
autctona. Si no existiera Per, Fujimori podra salir de Japn y hacer turismo
boludo. Si no existiera Taiwn, estaran vacos los desvanes donde guardamos
las cosas que se rompen enseguida. Si no existiera Uruguay, los porteos
tendran el ocano a la salida del subte. Si no existiera el Vaticano, no
andaramos todos como locos buscando la moneda de euro que nos falta para
llenar el lbum.
Y la mayora de los pases del mundo, igual que nosotros cuando al grandote
pelotudo lo cambiaron de colegio, respiraramos en paz.
Ya no sabemos qu inventar
Porque ahora todo est en las gndolas y cualquiera es guapo, pero antes
haba que andar comiendo cualquier porquera para encontrar algo decente.
La de antiguos que se deben de haber muerto mientras probaban cosas!
Porque la historia la escriben los que ganan, dijera Litto Nebbia; la escriben los
que descubrieron el huevo, la leche de vaca, la ricota, la crema enjuague y los
championes. Pero qu hay del que se comi una avispa para ver si era rica?
Dnde est el monumento del mrtir que dijo "a ver qu onda si me lavo el
pelo con fuego"? Yo no he visto, bautizando ninguna calle, los nombres de
estos hroes silenciosos. Y por qu? Porque la sociedad es exitista.
Los grandes inventos nacieron de una casualidad, dicen los sabios, pero no es
cierto. Y te ponen como ejemplo lo del lechoncito asado. Antes el chancho
joven era una mascota familiar, incluso un guardin muy fiel de las fincas.
Hasta que un da se incendi una casa con un chancho adentro, y naci el
lechoncito asado. Para cocinar el segundo lechoncito, los prehistricos, que
eran muy bsicos, tuvieron que quemar otra casa con un chancho adentro. Y
as pasaron aos, hasta que alguien descubri el agua. El genio es se, el que
dijo "basta de quemar las casas hasta el final, muchachos, ac les traigo una
manguera"!
Hablando de fuego, otro inventor injustamente olvidado fue el que descubri
que si te pons un encendedor en el culo un segundo antes del pedo te
sale una llamarada. Porque ahora lo hacemos todos, tanto sea para amenizar
una fiesta como para arrancarle carcajadas a la Nina. Pero hubo alguien que lo
tuvo que inventar. Qu estaba haciendo ese tipo, por qu andaba metindose
un encendedor en el orto, con qu fin? Ese descubridor annimo y
desprestigiado tambin es un genio, mucho ms que Magallanes y gente as.
Y el que invent que para pedir un caf cuando el mozo est lejos hay
que levantar la mano y fingir que se est sosteniendo la nariz del hombre
invisible? Quin fue ese genio del hiperrealismo? O ms bien: quines fueron
esos genios, porque el camarero que vio ese ademn tan ambiguo y lo
entendi como "por favor, un caf" tambin era un adelantado para su poca.
Somos animales de costumbres los cristianos, no hay duda. Casi todo lo que
hacemos lo hacemos porque s. No nos preguntamos nada. Y por eso
ltimamente no hay grandes inventos como antes. "Ya est todo inventado",
decimos, y nos sentamos a esperar a ver qu hace Bill Gates, o Tinelli.
Hay gente que dice que en esta poca se est inventando casi todo. Mentira.
No me van a comparar el huevo (esa genialidad) con el telfono con politonos.
Los inventos de ahora tienen muchos botones y lucecitas y son en apariencia
muy fashion, pero cunto hace que no inventamos algo simple como la leche,
la llamarada del culo o el lechoncito asado? Siglos, hace!
Algo bueno habremos inventado en esta poca, che dirn ustedes, por
ejemplo, la valija con rueditas.
No. Empieza con erre, o lleva erre en alguna parte asegurbamos nosotros
sin ninguna conviccin, y nos quejbamos: La concha de la lora!
Siempre haba un idiota que, inmvil en la mesa del bar o harto de darle vueltas
a lo mismo, deca la siguiente pelotudez:
Claro que sala solo! Pero el problema no era se; el problema era que no se
poda, ni con la ayuda de los bomberos, dejar de pensar en el tema. La palabra
extraviada, fuese la que fuera, se instalaba en todos los rincones del cerebro
como un virus mortal, y nos impeda continuar con la actividad que venamos
desarrollbamos antes, que casi siempre era hacer la Claringrilla o mirar culos
por la ventana.
Segn aseguraban los siclogos en esos aos, cada persona tena (aunque lo
desconociera) un sistema de claves para acceder a la informacin perdida,
basndose en las palabras falsas que nos llegaban a la cabeza en sustitucin
de la real.
Por ejemplo, si la palabra olvidada era "Mister Ed" y todo el tiempo la memoria
nos devolva "Demetrio", era posible (segn los estudiosos) que nuestro
sistema de claves nos devolviera en el futuro las dos primeras letras
cambiadas: DEmetrio comienza como acaba misterED.
Por supuesto, jams dimos con la clave de nadie, porque hubiera sido trampa.
Acordate de olvidarte
Por ejemplo conocs a alguien y te dice: "Hola, me llamo Carlos". Como sabs
que durante toda la conversacin vas a tener que recordar ese nombre para no
quedar como un desubicado, lo memorizs: "carlos, carlos, carlos...". A
continuacin, con el objeto de dejar espacio y que la cadena de caracteres
"carlos" te entre cmoda en el cerebro, das de baja otro recuerdo al azar, por
ejemplo la marca del segundo auto que tuvo tu pap. Amiocho, Amioch, Amio,
Ami, A... Plop!.
Hasta ah vamos bien. Pero qu pasa cuando quers memorizar una imagen
pesada, un culito inolvidable que va por la calle, por ejemplo? Ocurre que tens
que borrar algo tambin de mayor valor, ms o menos de 100k.
Yo, por ejemplo, cuando veo un culo recordable, elimino automticamente de la
cabeza a dos o tres compaeros de la primaria, que los tengo ah guardados al
pedo. Ojo! No slo hay que olvidarse los apodos, sino de todo: la cara, la voz,
el apellido... (Un apellido espaol pesa 32bytes; un apellido ruso, 4k.)
Otro buen consejo es zipear, sobre todo en la poca de estudiante. Cuando sos
adolescente, empezs a ver a las primeras chicas en pelotas, tens
alucinaciones interesantes con cido, tus amigos tienen caras graciosas; es
decir: casi todo lo que te pasa est bueno. Por eso cuesta tanto estudiarse de
memoria los nombres de los ros de Argentina. En esas pocas te conviene
usar la mnemotecnia.zip o directamente el machete.rar (y despus del examen
eliminar los archivos enseguida; lo pods hacer a mano o con porro. A mano es
ms selectivo; con porro te olvids hasta del Paran).
Lo que no hay que hacer nunca es eliminar al azar, porque la cabeza es muy
hija de puta. Yo antes de ser inteligente borraba a ciegas; un da, para
acordarme de memoria el telfono que una chica me dio en una bote, elimin
por error la cara de mi vieja. Gestos, color de ojos, tintura, todo! Fue un garrn,
porque trasca la chica me haba dado un telfono falso.
Pero igual tengo cosas que quiero borrar y no puedo. La noche que se muri mi
abuelo Salvador, por ejemplo, fue la nica vez que lo vi llorar a mi viejo. A esa
madrugada la debo haber guardado como archivo de slo lectura, o con una
contrasea encriptada. Porque me pesan mucho esas imgenes en la clnica,
son como tres megas, y sin embargo no me las puedo sacar del marote.
Los quines y los porqu
Si bien la diferencia frvola entre nuestras dos culturas tiene que ver con la
incompatibilidad gastronmica y otras idioteces a las que suelo referirme
siempre aqu en Orsai, el gran desencuentro la diferencia profunda entre
espaoles y argentinos reside en que, por culpa del mucho psicoanlisis o su
ausencia, somos incapaces de comunicarnos en la misma frecuencia
emocional.
Le hizo muy bien a la Argentina, hace setenta aos, recibir en su pampa a los
gallegos laburadores que despus fueron nuestros abuelos. Y le hace bien a
Espaa, en estos tiempos, mezclarse con tanto charlatn de feria, cancherito y
bocasuelta. El vecino que llega desde afuera, desde el mundo contrario, nunca
trae las respuestas exactas que calman nuestro dolor, pero muchas veces, a
fuerza de ser extrao o extranjero, nos acerca las preguntas adecuadas.
Hace seis aos yo viva en una casita alucinante, en miniatura, que pareca el
decorado de una sit-com. En realidad lo era, porque me la alquilaba un alemn
que haba trabajado durante veinte aos como escengrafo de Canal 13, y la
haba puesto a punto con sus propias manos. Era todo chiquito y placentero, y
tena una barra de madera que separaba la cocina del comedor. Y taburetes.
Tambin haba un jardn, con un horno de barro y una parrilla. Y no tena
Internet. Hace seis aos mi vida era la prehistoria.
Era eso: para qu hacer planes, hace seis aos, si no haba nada que me
cambiara el rumbo? Me costaba escribir dos mil cuando haba que poner la
fecha, porque haban sido dcadas enteras de poner mil novescientos. Me
costaba tambin aceptar que haba crecido, que ya no era un adolescente, que
la vida poda ponerse peligrosa de un momento a otro, que posiblemente el
amor fuese una farsa, y entonces tambin yo. A quin poda preguntar sobre
mis dudas, si en casa no estabas vos por la maana?
Hace seis aos tenia un telfono celular de un kilo y medio que sonaba
demasiado por la noche; un jefe rengo hincha de Racing que me quitaba cien
pesos del sueldo si llegaba diez minutos tarde; un pjaro gigante que cantaba
los sbados en el patio y se llamaba Juancarlos (yo lo haba bautizado as);
tena un jazmn, tena un helecho y tena tambin el recuerdo de otro pasado
menos bueno. Hace seis aos mi vida era una primavera que empezaba tarde.
Yo fui invernal. En mis antiguos vuelos
quise batir el rcord de lo oscuro
para que en mis espaldas de deshielo
me crecieran las alas de Epicuro
Eso es raro, ves? Hace seis aos la nostalgia me quedaba a cien kilmetros.
Mi esquina del barrio de Belgrano era entonces el afuera. Yo era un
mercedino que viva en la capital: no echaba de menos la batata, ni el dulce de
leche, ni el bombardeo televisivo pre-Mundial, sino caminar de noche por la
Avenida Cuarenta. Era una melancola fcil de arrastrar, una saudade que
ahora me parece de juguete. Hace seis aos el exilio se combata subiendo a
un 57 en Plaza Italia.
y entonces de repente mir el cielo
fragmentado de cabildo y olazbal
y descubr que en todos estos aos
nunca jams hubo estrellas fugaces
Hace exactamente seis aos era un fin de semana cualquiera. Era un domingo,
igual que ahora. Y me tocaba ir a Mercedes a visitar a mis padres. Ellos se
haban comprado una computadora y queran que les conectara Internet. Yo no
tena Internet, pero no cre que fuese nada del otro mundo conectarlo. A la
maana me fui un rato a caminar por la Cuarenta, fumando tranqui, sin saber
que sera el ltimo da de mi vida sin saber quin eras.
Hace seis aos, a la tarde, mi padre quiso que lo instruyera sobre cmo
funcionaba un chat, para poder vigilar a su nieta de ocho aos cuando se
conectara. No quera problemas ni cosas raras. Abrimos entonces un portal
cualquiera y le empec a explicar (casi sin saberlo) cmo haba que hacer para
conversar con gente.
Hace seis aos, a la misma hora, a vos te haba dado risa un banner en
Internet que utilizaba la forma verbal de Argentina. La publicidad rezaba: Hac
clic y conectte en un periquete, o algo parecido. Te preguntaste, curiosa,
cmo sera un chat donde toda la gente usara mal los acentos de los verbos y
dijera palabras raras, y te metiste en un portal de Argentina.
Pudo no haber pasado nunca, como todas las cosas de este mundo. Pero pas
justo de esa manera y ahora hace seis aos. Yo vi, entre la turba de gente
parloteando al mismo tiempo, a alguien que era de Espaa y que no hablaba.
Me acord del libro de Camilo Jos Cela, el que no poda conseguir por
ninguna parte, y entonces te pregunt:
Sos de Espaa?
De Barcelona.
Conocs a Cela?
Claro.
Hace seis aos, ms o menos a esta hora, decid seguir hablando un poco ms
con vos, por lo menos hasta que empezara el partido.
Era el 14 de mayo del ao 2000 y yo todava no saba que Racing iba a perder
dos a uno con un gol de Cambiasso en el complemento, ni que vos te llamabas
Cris, ni que al final de aquel siglo viejo nos abrazaramos en el aeropuerto
Charles de Gaulle, ni que andaramos por Pars esquivando la nieve, ni que
tendramos esta casa, y despus esta hija, y despus esta historia.