LIBRO - Walker Katherine - La Danza Y Sus Creadores
LIBRO - Walker Katherine - La Danza Y Sus Creadores
LIBRO - Walker Katherine - La Danza Y Sus Creadores
LA DANZA Y SUS
CREADORES
COREGRAFOS EN ACCIN
IMPRESO EN LA ARGENTINA
NDICE
NDICE DE ILUSTRACIONES
7
Parte I COREOGRAFA Y CREACIN
9
Se propone un ballet 12. El comienzo 15. El
coregrafo y la compaa 20. El coregrafo en
accin 22. El lanzamiento de un ballet 29.
8
Primera Parte
Coreografa y
creacin
10
tenible de crear ballets se aduea de la mente y el corazn de
un bailarn, encontrar la manera de hacerlo. La contribucin
que necesita del resto del mundo de la danza reside en hacer
que posea bailarines con quienes trabajar y la oportunidad para
mostrar el fruto de su labor.
Si uno desea escribir, las necesidades bsicas son sencillas;
algo que sirva para escribir basta un lpiz y papel en el
cual hacerlo. Lo mismo se aplica al dibujo. La pintura es ms
compleja: se necesitan cartones o tela, pintura al agua o al
aceite. El msico necesita partituras para estudiar, instrumentos
para tocar, y de all en adelante otros msicos para combinar en
grupos o utilizar como acompaantes. El actor necesita encontrar
un puesto en una compaa con otros actores y un director. El
coregrafo necesita ms que cualquiera de ellos: debe obtener
bailarines que den vida a sus ideas, y un escenario en el cual
representarlas; y sin esos elementos esenciales no puede obtener
experiencia en su arte, no puede practicarlo en absoluto. Todo
artista creador debe pasar por un periodo de aprendizaje, y en
ese aspecto el coregrafo es especialmente desafortunado. El autor
teatral puede escribir su obra y seguir escribiendo obra tras obra
hasta llegar al xito; el compositor puede componer mucha m-
sica antes de que una de sus obras sea incluida en un concierto;
pero cada una de las obras de un coregrafo dado que nece-
sita componer utilizando material vivo y su ballet debe ser pro-
bado ante un pblico, por reducido y amistoso que sea obtiene
prominencia pasajera, y aun las creaciones de su perodo de apren-
dizaje contribuyen a su reputacin.
En virtud de la dificultad de proporcionar bailarines y un
escenario a un artista joven y por ms talleres de danza que
se creen sigue siendo una dificultad existe una buena canti-
dad de coregrafos frustrados; pero al mismo tiempo se da la irona
de que nunca hay coregrafos suficientes. En todas partes los
crticos constantemente se quejan de que para la buena salud y
el desarrollo de la danza es vital que haya nuevos coregrafos
y nuevos ballets. Se necesitan ansiosamente nuevos talentos, se
los espera con avidez, pero aparecen slo muy de vez en cuando.
11
Se estrena obra tras obra, siempre con grandes esperanzas, pero
el resultado carece de inventiva y originalidad y resulta abu-
rrido; ello no sorprende si se tiene en cuenta que se representa
prcticamente todo lo que se crea, as sea meramente un intento
de estudiante. Slo despus de mucho esperar surge ocasional-
mente algn nuevo coregrafo de verdadera individualidad y
talento, y no siempre la promesa se transforma en realidad. Re-
cordamos as constantemente que los coregrafos son gente muy
pero muy excepcional.
Pero la circunstancia de ser gente excepcional es la nica
cualidad que poseen en comn. Los hay de toda forma y tamao.
Ni siquiera son todos ellos bailarines, si bien el noventa y nueve
por ciento lo son. De ese noventa y nueve por ciento algunos
son" bailarines de excepcin, pero otros apenas figuras aceptables
dentro de un corps de ballet; la mayora es gente seria, traba-
jadora y poco espectacular, y a menudo se retira temprano de
la escena. Algunos tienen mucho preparado de antemano, otros
comienzan a trabajar con las ideas ms difusas; algunos son
prolficos y poseen gran facilidad para la composicin, otros crean
slo unos pocos ballets y les cuesta sudor y sangre. Los hay de to-
das las nacionalidades, todas las escuelas en materia de tcnica,
todas las edades, todos los temperamentos y todas las categoras
sexuales. Las fuentes de su inspiracin son ampliamente diver-
gentes, como lo son tambin sus mtodos, sus estilos y sus gustos.
Y es precisamente a raz de esta magnfica diversidad de carcter,
que se da entre los coregrafos, que el ballet.es un arte tan fasci-
nante, un arte que puede producir obras acordes con todos los
estados de nimo, desde un ballet de danza pura de Balanchine
hasta un drama danzado de Ninette de Valois; desde un estudio
psicolgico de Antony Tudor a una comedia de John Cranko, y
mil variaciones entre un extremo y el otro.
SE PROPONE UN BALLET
Cules son las etapas en la vida de un nuevo ballet? En
primer lugar, por supuesto, se lo anuncia: coregrafo, fecha, t-
12
tulo, y algn indicio acerca del reparto. Qu implica ese
anuncio?
Para empezar, significa que la direccin de una compaa
ha decidido agregar un ballet a su repertorio. Necesariamente
debe ser decisin de la administracin, por los gastos que su-
pone; las compaas de ballet tienen administraciones de dife-
rente carcter, y diferente nivel de entradas; pero sean grandes
o pequeas tenemos el hecho bsico de que alguna de las auto-
ridades, una vez consultados los responsables de las finanzas de
la compaa, ha llegado a la conclusin de que un nuevo ballet
es esencial. Y probablemente lo sea por dos razones: para man-
tener el inters del pblico y para proporcionar un estmulo a
la compaa al darle un trabajo nuevo. Habiendo tomado la
decisin, la direccin debe elegir un coregrafo.
Algunas compaas poseen un coregrafo residente y la di-
reccin puede solicitarle que proponga un ballet. Con todo, es
igualmente posible que echen un vistazo al mundo e inviten a
algn otro coregrafo para que converse con ellos sobre el tema.
Y tambin es posible que alguien de la direccin haya recibido
una sugerencia para un ballet, quizs de un compositor de m-
sica o de un escengrafo, y puede suceder que se le proponga
esa idea al coregrafo. Como en toda situacin humana, hay
infinitas variaciones de procedimiento, y nunca suceden las cosas
dos veces de la misma manera.
En lneas generales, con todo, la direccin de la compaa
le dir al coregrafo elegido que desea un nuevo ballet y luego
se hablar con l acerca de sus ideas y de los aspectos financieros
los honorarios por sus servicios y una partida para ser asig-
nada a la msica y la escenografa. La cuestin tan mundana
del costo siempre rige al artista. No todas las compaas pueden
darse el lujo de encargar una partitura a un compositor, y mucho
menos a un compositor de primera lnea; no todas las compaas
pueden darse el lujo de gastar grandes sumas de dinero en ves-
tuario y decorados impresionantes. A veces el coregrafo debe
conformarse, contra su voluntad, con msica inferior o con m-
sica ya existente que no necesariamente se adapta del todo a sus
13
intenciones; en la actualidad puede decidirse por una partitura
de msica electrnica o bien por una cinta magnetofnica con
sonidos hablados y ruidos preparada por l mismo. A veces la
direccin escatima el dinero disponible para la escenografa y el
vestuario, si bien es bastante ms fcil lograr un buen efecto
con pocos elementos en esos rubros que en materia de acompa-
amiento musical. El coregrafo puede tambin sufrir desilu-
siones en lo que respecta al reparto, y puede ocurrir que se le
diga con firmeza que slo podr disponer de determinados baila-
rines, dado que aquellos que l prefera se hallan demasiado ocu-
pados con otros papeles.
Sin embargo, la mayora de los coregrafos tienen posibi-
lidades demasiado escasas de dar salida a sus instintos creadores
como para detenerse ante tales limitaciones. Estn dispuestos,
por poco que les guste, a cortar su traje con la tela disponible.
Una vez que el proyecto comienza a tomar forma en el
papel, el representante de prensa o director de publicidad enva
un anuncio a los diarios y peridicos. Si el diario posee un crtico
de ballet, a l ir dirigida la informacin; de lo contrario al
director, que a su vez la canalizar a la seccin que corresponda.
Probablemente sea una hoja mimeografiada que incluye los di-
versos detalles y cualquier otro punto de inters que la oficina
de prensa haya descubierto. Por ejemplo, si el coregrafo no es
el residente, es probable que diga de dnde proviene y qu ha
hecho con anterioridad: "Juan Prez llega proveniente del Ballet
de la Opera de Timbuktu, donde obtuvo un enorme xito en la
ltima temporada con su extenso ballet basado en Almas muertas
de Gogol, realizado sobre una partitura de tambores, sonajas y
armnicas. Su nueva creacin incluir una escena en la cual
se construir un rascacielos utilizando bailarines vestidos con
planchas de vidrio y de hormign".
Si esta informacin llega meramente a una seccin de noti-
cias, no se le dar mucho espacio, slo una breve frase en la
pgina del diario dedicada a las artes; si hay un critico de ballet,
la desarrollar algo para incluirla en su seccin, mientras que
en las revistas especializadas se dir y se recordar ms acerca
de Juan Prez, su vida y su obra.
14
Al mismo tiempo, corrern noticias de otra ndole por el
mundo del ballet. Parte del pblico slo ha ledo el anuncio en
los peridicos, pero siempre hay algunos que se adelantan a la
prensa. Se hallan en contacto con la compaa, y la compaa
ya conoce a Juan Prez dado que ste lleg la semana pasada
de Timbuktu, y ya tiene opiniones acerca de l como persona,
como bailarn y como coregrafo. An no ha comenzado a tra-
bajar con l, pero sabe lo que Sandra y Michael dijeron despus
de haber permanecido durante tres meses desastrosos o triun-
fales en Timbuktu el ao anterior, para Almas muertas. Es
entonces que cobran importancia las habladuras y se difunden
como reguero de plvora entre todos los que se interesan por el
asunto.
Juan Prez, consciente de que en ese momento todos los
ojos se vuelven hacia l, es presentado a aquellos integrantes de
la compaa a quienes an no conoce. Se lo ve en el teatro y
segn sus gustos y su temperamento se viste y se comporta en
forma discreta o llamativa. A esta altura puede ser que tenga
una idea clara de cmo va a ser su ballet, o quizs an no. Pero
ya tiene un punto de partida, una idea bsica, y puede comenzar
a trabajar.
EL COMIENZO
1?
Una vez hecho eso, escucha la cinta muchas veces, mientras come
o se afeita o descansa, escuchando con concentracin, obteniendo
un conocimiento muy completo de la msica, probando algunos
pasos de baile, haciendo apuntes, bailando un poco ms, e imagi-
nando aquello que no puede poner en prctica personalmente.
En algunos casos tendr a su lado a otro bailarn, alguien con
deseos de ayudar y que ve su labor con simpata, y que tambin
probar pasos, mostrndole el aspecto que cobran sus ideas, de
un modo similar al actor que habla registrando en un grabador
de cinta magnetofnica y luego escucha la grabacin para recon-
siderar y modificar. Lo ayudar tambin la memoria del bailarn,
al compartir la tarea de recordar aquello que ha compuesto.
Al trabajar en la creacin de El pjaro de fuego, Fokine
convirti un saln de estar privado en el jardn de las manzanas
de oro, y esbozaba y representaba cada personaje por turno,
mientras Igor Stravinsky tocaba su msica en el piano. En el
caso de los otros ballets de Fokine, le fueron fructferas las horas
tranquilas de la noche; se levantaba a las tres de la maana
y trabajaba con su esposa Vera, inventando movimientos que ella
trasladaba a la accin. Para La bella durmiente Marius Petipa
utilizaba diminutas figuras de bailarines con las cuales trazaba
parte de la accin sobre una mesa que serva de escenario. Mo-
vindolas de un lado al otro, agrupndolas de diferentes maneras,
haca apuntes para utilizar en los ensayos. Al mismo tiempo
preparaba apuntes para Tchaikovsky, que se hallaba componien-
do la msica.
El clebre maestro de baile del siglo XVIII, Jean Georges
Noverre, escribi lo siguiente: "No se logra mover a los bailarines
escribiendo en el escritorio. . . Nada es tan inspido y tedioso
como una obra planeada en el papel." 1 Pero con un coregrafo
de la dimensin de Petipa, el trabajo en el escritorio asume el
carcter de prlogo a la tarea a realizar en el estudio, y en reali-
dad el propio Noverre utilizaba la misma tcnica. .. "Colocando
ante el msico todos los diversos detalles de los cuadros que
1
J. G. Noverre, Cartas sobre la danza y sobre los ballets.
16
acababa de esbozar, le solicit una pieza de msica que se adap-
tara a cada situacin". 2
El proyecto que. Petipa realiz para La bella durmiente se
halla documentado exhaustivamente y en forma fascinante, de
modo que es fcil imaginar con toda claridad las noches que
pasaba en su estudio, escribiendo a Tchaikovsky una relacin
detallada del ballet que se iba desenvolviendo en su mente y que
ahora podemos apreciar en el teatro. A un lado se halla la esce-
nografa que le haba proporcionado el Prncipe Vsevolojsky,
director del Teatro Imperial; y delante suyo sus bailarines en
miniatura toman diferentes ubicaciones a medida que surgen
sus ideas. Todava sin msica en esa etapa, aunque ya hay fraseo
musical y ritmos, secuencias y pausas; la dinmica de la partitura
necesaria pulsa en sus venas. Llega a la escena del cumpleaos
en el momento de la lastimadura del dedo, y escribe lo siguiente:
2
Deryck Lynham, The Chevalier Nouerre.
17
Existen tambin muchos ejemplos modernos de colaboracin
estrecha entre coregrafo y compositor. Bernard Taper nos in-
forma acerca de una conversacin entre Balanchine y Stravinsky
con relacin a un pas de deux de Orfeo:
Seleccin de apuntes
de Marius Petipa para LA BELLA DURMIENTE
indicando el "paso con arcos".
Foto Museo del Teatro, Leningrado 19
yos, y todo ello sirve de complemento para las ideas que se van
desarrollando en la mente del coregrafo.
En esta etapa existe una estrecha analoga con los dems
artistas creadores: las ideas, en privado, a veces se amontonan en
forma alentadora, y otras no se producen y sobreviene el desen-
canto, hasta que algn hecho fortuito un comentario casual,
una accin sin relevancia, algo visto en televisin o escuchado
por radio hace que las ideas fluyan nuevamente; brechas en
la composicin mental mientras se supera algn obstculo, y
siempre una vuelta al pensamiento, a la soledad, y al despeje de
la mente para que el instinto creador innato pueda encontrar
un vaco al cual llenar.
EL COREGRAFO Y LA COMPAA
20
ai "terror hacia la compaa que espera", 4 pero de algn modo
todos deben comenzar, y despus de las etapas iniciales se recu-
pera la confianza.
Los coregrafos llegan con preparacin muy diversa. Fokine
iba al primer ensayo con el ballet completo en su mente. Su
preparacin musical y su excelente memoria visual le permitan
recordar la partitura en su integridad y tambin tener presentes
todos los detalles de la accin que haba imaginado y probado de
antemano. Una bailarina al aprender paso por paso con Fokine
un papel preparado a fondo debe haber tenido una sensacin de
satisfaccin e inevitabilidad parecida a la de un nio que ve sur-
gir un dibujo del trazo que realiza uniendo una serie de puntos
numerados. Por contraste, considrese el enfoque de Balanchine
de un primer ensayo tal como lo describe su bigrafo Bernard
Taper. 5 Aparentemente, despus de unos momentos de charla
de descanso con sus bailarines y ste es un caso en el cual los
bailarines son verdaderamente "suyos", los ha entrenado y
moldeado, y es el director artstico de la compaa as como
tambin su coregrafo, y entonces comienza aquello que Taper
denomina "improvisacin en gran escala bajo presin". En otras
palabras, se trata de uno de los coregrafos que componen a medi-
da que trabajan con los bailarines. De antemano se ha familiari-
zado totalmente con la partitura y, al igual que Fokine, tiene pre-
paracin musical y puede analizar y seguir la msica teniendo
siempre en mente la danza; su conocimiento de la msica le ha
proporcionado ideas acerca del tipo de movimiento que desea
utilizar, y ello a su vez lo ha ayudado a elegir de entre sus bai-
larines a aquellos que considera que se adecan mejor a la clase
de danza que planea para esa msica. Es entonces, en el primer
ensayo, cuando comienza a componer los pasos y enchainements
sucesiones de pasos de manera muy similar a la de un escri-
tor que inicia la tarea de escribir el libro que ha planeado en su
mente, de buscar las palabras y las frases que habrn de comu-
nicar su intencin.
4
Agnes de Mille, Dance to the Piper.
5
Balanchine.
21
La danza tiene dos aspectos, el vertical y el horizontal: la
direccin vertical del cuerpo de un bailarn se combina con la di-
reccin horizontal de los desplazamientos de ese cuerpo desde
un lugar a otro. Existe un plano de planta en un ballet del
mismo modo que lo hay en la arquitectura; si uno mirase un
ballet desde la pasarela que cruza el teatro en lo alto, vera antes
que la danza en s el diseo trazado por la accin. Uno no per-
cibira bailarines sino seres en movimiento que trazan figuras
en el suelo. El coregrafo debe planear la accin desde un sector
del escenario a otro, siguiendo lneas rectas o curvas, y tambin
debe inventar los pasos de baile que los bailarines debern ejecu-
tar a medida que sigan las lneas de la accin.
Debe hacer esto no para un bailarn sino para muchos. Debe
inventar pasos y acciones similares o contrastantes para varios
solistas, para un conjunto, y en una variedad de solos, pas de
deux o danzas de conjunto. Debe hacer que todo ello se ajuste
a la msica; y si ha elegido para su ballet un argumento dram-
tico, deber incorporar el desarrollo de su argumento y sus per-
sonajes a la trama de la danza y la msica. Es algo as como
tejer una tela en la cual se puedan crear dibujos abstractos de
magnfico colorido y diseo, o bien un complejo tapiz basado
en algn tema determinado.
EL COREGRAFO EN ACCIN
24
zando. Algunos arrastran a sus bailarines casi a la desesperacin,
al exigirles ms de lo que se sienten capaces de hacer, y a menudo
lo obtienen; otros hacen surgir el potencial de los mismos de un
modo mucho ms suave. Algunos procuran interesar a sus baila-
rines exponindoles qu es lo que buscan con todo lujo de detalles,
mientras que otros consideran que cuanto menos explican mejor
van las cosas. Y todas estas posibilidades han dado resultado,
y cada una de ellas ha producido algn ballet importante.
A medida que avanza la elaboracin de la coreografa, todo
es flexible y se halla abierto al debate y a la modificacin. Hay
una actitud casi casual. Se prueba algo, se lo modifica, se lo des-
carta; se prueba una alternativa, se la conserva, y el coregrafo
pasa a la siguiente sucesin de pasos. Construye pasando de una
a otra, confiando en que los bailarines conserven cada etapa en
su memoria de modo de poder eventualmente repasar una escena
completa. Su idea inicial es puesta en prctica por un bailarn
elegido. El coregrafo hace la demostracin, y el bailarn copia.
Su demostracin es de vital importancia, aun en el caso en que
apenas sugiera los pasos. Es por ese motivo que el noventa y
nueve por ciento de las veces el coregrafo necesita ser un cum-
plido bailarn, para poder demostrar lo que desea, y para poseer
un verdadero vocabulario de pasos que le servirn para poder
trabajar; Balanchine no puede "imaginar a un coregrafo que
trabaje sentado"; l baila "cada paso de cada parte de un nuevo
ballet". 6 La mayor parte de los dems coregrafos trabajan de
una manera semejante. "De este modo. . . " es una frase que se
repite constantemente, aun cuando asuma el carcter de una
correccin; "usted lo hizo de esa manera. Yo lo quiero as. . . ".
La demostracin y el ejemplo todo el tiempo; cualesquiera otras
instrucciones se dan utilizando trminos tcnicos de ballet.
6
Taper, Balanchine.
7
Agnes de Mille, The Book of the Dance.
8
Dance Perspectives, Invierno de 1961.
9
Agn es d e Mille, The Book of the Dan ce.
28
grafa ms independiente, que no se deja afectar por la idiosin-
crasia de ningn individuo", y seal que en virtud de ello "sus
ballets son los menos sujetos al deterioro de la coreografa pro-
ducido por el cambio de bailarines".
EL LANZAMIENTO DE UN BALLET
29
diferentes, con una mezcla de trajes terminados y otros que no
lo estn, y una buena cantidad de repasos y repeticiones a cargo
del coregrafo.
Cuando por fin llega la noche del estreno, hay expectativa
a ambos lados del teln, y una enorme variedad de reacciones y
grados de informacin. Entre el pblico hay quienes han estado
en el ensayo general y poseen ya una idea bastante completa de
lo que van a ver; hay otros que han obtenido una apreciable
cantidad de impresiones de segunda mano, ya sea por haber con-
versado con los bailarines o con quienes estuvieron presentes en
el ensayo general, aunque corren el riesgo proverbial de poseer
slo parte de la informacin. Algunos de ellos no tienen prejui-
cios; otros tienen prejuicios a favor o en contra del coregrafo
o de los principales bailarines, y vacilan entre la esperanza y el
miedo. La mayor parte del auditorio est constituido, por su-
puesto, por integrantes del pblico normal, que no conoce otra
cosa que lo que ha ledo en los diarios, no tiene intereses perso-
nales de ninguna ndole, pero que siente agrado y en algunos
casos excitacin por asistir al estreno de un nuevo ballet.
El carcter que asuma el estreno depende de la compaa,
del coregrafo y del teatro. Un teatro de pera en una noche de
gala o de festival, con personajes importantes entre el pblico y
un coregrafo y una compaa de reputacin internacional ten-
drn el despliegue que corresponde a la ocasin. Vestidos de
moda, en su mayora ortodoxos, se deslizarn por las escalinatas
y llenarn las confiteras, y enviarn fotgrafos las revistas de
papel brillante y los canales de televisin.
En la mayora de los casos el nuevo ballet tendr importancia
secundaria. En el otro extremo, en un teatro experimental que
puede ser apenas poco ms que un caf, una pequea galera de
arte o un altillo en una barraca adaptada el nfasis radicar
en lo extico, lo fuera de lo comn, cualquiera sea el trmino
corriente en ese momento para designar la moda de avanzada
32
trs de la orquesta para pulsar la reaccin del pblico. Donde-
quiera que est, se halla impotente por primera vez desde que
comenzaron los ensayos. Su ballet se le ha escapado; est en
manos de los bailarines y ellos lo pueden llevar al triunfo o
arruinarlo. Recordarn todas esas sutilezas que tanto se esforz
por transmitirles? Saldrn bien o fracasarn desastrosamente
aquellos pasajes difciles a los que todos se dedicaron tan inten-
samente? Responder el pblico? Seguir la accin, disfru-
tando, reaccionando con calidez, apreciando, riendo si es que
hay momentos cmicos o quedar confundido y fro, y, por
ltimo, hostil? Y aun cuando llega el final, y todo ha ido bien
y los bailarines se alinean y saludan agradeciendo el caluroso
aplauso, sosteniendo ramos de flores, y l mismo, juntamente con
el compositor, el director y el escengrafo, abre sus brazos ante
los aplausos y gritos de aprobacin, falta todava una respuesta:
qu dirn los crticos?
Algunos de los crticos de los diarios de la maana ya se
han retirado para escribir sus crnicas y llevarlas a sus oficinas
o transmitirlas por telfono a los efectos de llegar a tiempo para la
edicin del da siguiente. Otros tienen ms tiempo, el coregrafo
no leer lo que dirn quizs hasta el siguiente fin de semana,
cuando se publiquen los diarios del domingo y los peridicos
semanales. Acaso importa lo que digan? Esa es una pregunta
que nunca ha quedado contestada del todo. Puede importar. Si
a todos los crticos les gusta o les disgusta un ballet, ello produce
una impresin en el pblico y ste en consecuencia, compra ms
entradas o deja de comprarlas. Pero es prcticamente imposible
determinar qu compleja combinacin de factores decide el xito
o el fracaso de un ballet. El ndice ms claro reside quizs en
la buena recepcin continua por parte de auditorios repletos; pero
hay ballets que han desaparecido aun siendo populares entre el
pblico, y otros han perdurado tenazmente, temporada tras tem-
porada, a pesar de no gozar del entusiasmo del auditorio. A veces
se sospecha que los crticos son los culpables de esas anomalas.
Cualquiera sea la opinin de los diarios despus del estreno,
el coregrafo ha visto su ballet representado. Puede reunir al
33
El coregrafo Gerald Arpino, en un ensayo con
integrantes del City Center Joffrey Ballet
en THE CLOWNS.
Foto Herbert Migdoll
elenco para introducir modificaciones. Si es un coregrafo visi-
tante y no residente posiblemente ya se halle lejos de la nueva
obra, geogrfica y aun mentalmente, y est ya pensando en la
siguiente. Desde su punto de vista, al igual que lo que ocurre
con todo artista creador, lo que realmente importa es si el ballet
ha estado a la altura de sus propias normas, si logr expresar o
no algo de lo que fue su intencin expresar; y probablemente
pueda apreciar dicha circunstancia recin despus de haber pre-
senciado el estreno. Se remontar entonces a aquellas lejanas
etapas iniciales, quizs al momento en que el primer germen de
una idea se agit en su mente, como consecuencia de la audicin
de alguna pieza de msica, la lectura de algn libro, la circuns-
tancia de haber visto algn cuadro o de haber sobrellevado alguna
experiencia emocional, o bien de haber odo alguna palabra for-
tuita. Puede haber ocurrido aos antes; puede haber estado la-
tente hasta que lleg la oportunidad de utilizarla para hacer de
ella un ballet, o hasta que se produjo algn hecho secundario
que la empuj hacia la vida. De cualquier modo, probablemente
fuera slo una entre una cantidad de ideas, la mayor parte de
las cuales nunca llegaran a dar fruto; pero sta, con todo, creci
y se desarroll para llegar a ser un verdadero ballet.
Por supuesto que nadie lo va a ver de la misma manera que
l; para l, detrs de cada paso y de cada movimiento, hay posi-
bilidades alternativas que descart; todos ellos tienen para l
asociaciones con los momentos en que los concibi, y cada papel
se halla para siempre ligado con el bailarn que lo cre bajo su
gua, y que es perfectamente posible que lo haya sorprendido con
esa magia especial que puede lograr el intrprete dotado de genio.
Pero para l ha terminado. Su contribucin es la propia
tela de la cual est hecho el ballet. Suprmase su trabajo y aun
cuando se tengan los bailarines, la compaa y el pblico no
existe manera de unirlos en una experiencia artstica. Pero el
xito o el fracaso, la crtica favorable y la desfavorable, ya forma
parte de su pasado. Todo ello ser inventariado, incluyendo la
fecha, cada vez que se escriba su biografa en un libro de refe-
rencia; ser recordado en su favor o en su contra por el pblico,
36
los crticos y los bailarines. Pero para l ha terminado. Sirvi
su objetivo, le ayud a avanzar como artista de la manera en
que slo sucede cuando uno puede practicar su arte; y le servirn
en el futuro las lecciones que de l aprendi y el aumento de su
experiencia para hacer ballets.
Para los bailarines no ha terminado. Ellos y sus sucesores
debern seguir bailndolo, descubriendo cosas acerca de l a
medida que pblicos diferentes hagan or sus reacciones, inten-
tando dominar mejor las dificultades que presenta, y extrayendo
ms de sus personajes si se trata de un ballet en el cual deban
actuar personajes.
Para el pblico no ha terminado. Mientras permanezca en
el repertorio lo ver gente que no lo ha visto antes, y al apre-
ciarlo por primera vez les gustar o no. Otros posiblemente cam-
bien la opinin que tuvieron al verlo por primera vez y les gus-
tar ms o menos a medida que transcurra el tiempo. Para cada
uno de ellos significar una contribucin ms a su opinin sobre
el ballet en general.
Para el crtico no ha terminado. Lo deber ver en muchas
otras oportunidades, a veces con repartos diferentes, y deber
encontrar cosas nuevas para decir de l, o bien cosas viejas para
recapitular en otras palabras.
Despus de presentados, los ballets siguen variadas carreras.
Algunos no duran ms que una temporada y luego desaparecen
y nada se vuelve a saber de ellos. Otros se afirman en calidad
de xitos. La compaa para la cual fueron creados los baila
temporada tras temporada, y en giras por muchas partes del
mundo. Quizs se los llegue a producir para otras compaas, y
se los filme o televise. A veces se los retira despus de algunos
aos, y pasan a convertirse sencillamente en parte de la historia
del ballet, desconocidos para los pblicos nuevos, integrando los
recuerdos inevitables (y a menudo irritantes) que hacen suspirar
a los aficionados de ms edad. Si se los vuelve a sacar a la luz
y se los presenta, nuevamente surgen problemas. Se infiltran
alteraciones; quienes anteriormente gustaban de ellos considera-
rn que la reposicin no ha sido bien hecha; quienes nunca los
37
haban visto no alcanzan a comprender por qu se los haba con-
siderado tan buenos. Y slo ocasionalmente, como ocurri con
la produccin de La mesa verde, de Kurt Jooss, por parte del
Joffrey Ballet, encontrarn un nuevo pblico y seguirn pare-
ciendo tan frescos como siempre.
38
Segunda Parte
La gnesis de
los ballets
39
Sigui siendo as este esquema? Despus del ballet romn-
tico el ballet de la grande ferie, o cuento de hadas espectacular,
lleg la nueva era del Ballet de Diaghilev, y a los coregrafos se
les sigui presentando ideas, que en este caso solan ser, por
supuesto, de Diaghilev. Fokine, uno de los innovadores ms im-
portantes de la historia de la coreografa, a veces alteraba lige-
ramente el esquema. Antes de su relacin con Diaghilev, haba
compuesto ballets sobre la base de ideas propias. A partir de
la poca en que comienza a trabajar para el Ballet de Diaghilev,
la gnesis de su labor se torna ms compleja. El pjaro de fuego,
una idea de Diaghilev, le fue propuesto a Fokine, que luego y
en el lapso de un par de semanas elabor juntamente con el
rgisseur1 Grigoriev una sinopsis extrada de varios cuentos fol-
klricos rusos. A Diaghilev le agrad, y pidi primeramente a
Liadov y luego a Stravinsky que compusieran la msica. En el
caso de Petrushka, se le ofreci a Fokine una partitura que Stra-
vinsky haba compuesto sobre un argumento ya elaborado por
el compositor juntamente con el pintor Alexandre Benois. Para
Daphnis y Chloe, Fokine entreg a Ravel un libreto que haba
elaborado mucho tiempo antes, y ste, entonces, compuso la
msica.
La mayor parte de los ballets que ofreci el Ballet de Dia-
ghilev debieron el germen de su vida al propio Diaghilev. Esa
fue una de sus funciones vitales. Era Diaghilev, hombre culto y
poderoso, pero no artista creador, quien sugera las ideas: un
tema a un compositor, una partitura a un coregrafo o escen-
grafo, y a todos ellos una poca determinada, o quizs un argu-
mento; y como se hallaba en una situacin que le permita dar
sentido a la labor de aqullos ofrecindoles una compaa para
bailar el ballet y un escenario en el cual montarlo, dedicaban su
mente y su talento a la tarea de convertir aquellas breves ideas
1
No es fcil definir las obligaciones de un rgisseur. En el sentido ms
estricto implica un director de escenario, pero con frecuencia, y por cierto
tambin en el Ballet de Diaghilev, el rgisseur combina tareas administrativas
con la funcin de un maestro de baile.
40
en material lleno de sustancia. As sucedi con todos sus core-
grafos: Fokine, Nijinsky, Massine, Nijinska, Balanchine.
El sombrero de tres picos puede servir de ejemplo. Durante
algn tiempo haba estado latente en la mente de Diaghilev la
idea de que Espaa y la riqueza del baile espaol podran pro-
ducir un ballet para su compaa. Diaghilev se hallaba fascinado
por las especiales caractersticas nacionales de la msica y la
danza espaolas, pero deseaba obtener una partitura compuesta
especialmente por un compositor espaol. Probablemente haya
comentado esto con Stravinsky, quien senta una profunda admi-
racin por Manuel de Falla. Pas el tiempo, y fueron presentados
otros ballets. La idea de un ballet espaol permaneci en un
segundo plano, y posiblemente nunca hubiera surgido de no ser
porque las circunstancias llevaron a Diaghilev a Espaa.
Corra el ao 1918, hacia fines de la primera guerra mun-
dial. La compaa pasaba de un pas neutral a otro. Recordando
a Falla, Diaghilev organiz una entrevista. Descubri all que
Falla ya haba compuesto la clase de msica que Diaghilev bus-
caba: una partitura maravillosamente atmosfrica. Se hallaba
basada en una sinopsis preparada por un amigo de Falla a partir
de una obra de teatro denominada El sombrero de tres picos.
Diaghilev qued encantado; se hallaba disponible Massine, su
coregrafo habitual, entonces un joven bailarn que apenas pasaba
los veinte aos de edad, a quien pudo transmitir el entusiasmo
que senta.
A Massine la tarea lo fascin. Viaj por Andaluca, obser-
vando en patios y cafs a los bailarines con su brillante trabajo
de pies, su gracia, su control y su fuego; escuch atentamente la
msica con sus ritmos cautivantes y complejos. La modalidad
de Massine con respecto a la coreografa es de intenso estudio,
preparacin y precisin en el detalle, y ya a los veinte y tantos
aos segua ese esquema. Hombre oscuro, de aspecto imponente
y serio, estudioso y brillante, que fuera del escenario nunca deja
traslucir la alegra casi febril, el humor picante, que diferencian
a ballets como La Boutique Fantasque o Gaiet Parisienne de la
labor de cualquier otro coregrafo, Massine se posesion de
41
la imagen de Espaa en un grado an mayor del que poda haber
deseado Diaghilev.
En el Ballet de Diaghilev el coregrafo era una parte de un
grupo interrelacionado de creadores; Diaghilev, el libretista, el
compositor y el escengrafo, todos compartan una responsabi-
lidad casi igual en cada caso: Diaghilev, porque, como observ
el propio Fokine en sus memorias, "la implantacin de la primera
semilla de una idea a veces implica sentar la base para el xito
de la estructura entera de un ballet".
IDEAS E INSPIRACIONES
No habr, sin embargo, jams una regla universal que rija
la concepcin de los ballets, y es as como se han continuado
creando ballets con temas, argumentos y aun narraciones; mien-
42
tras que los coregrafos de la danza moderna han tendido siempre
a anteponer a la msica los sentimientos y emociones que desean
expresar. Les interesa mucho ms que a los coregrafos del ballet
clsico el tema sobre el cual habr de versar su danza. El core-
grafo del ballet clsico, cuando no se halla ligado a un tema
dramtico, con frecuencia no tiende a pensar en otra cosa que
en hacer que la danza se ajuste a la msica. Y si es un gran
coregrafo lo har con sensibilidad y sutileza y gusto exquisitos;
y el ballet que crear de esa manera hablar con voz pura y
cristalina, igual que la msica. Pero su ballet no versa sobre algo
en especial; si expresa emocin, sta se relaciona directamente con
la emocin que el autor de la msica ha expresado en su parti-
tura; y si no es un gran coregrafo, no lograr transmitir el
contenido profundo de la msica, y el resultado ser singular-
mente estril. Por su parte, el coregrafo de la danza moderna
se halla casi siempre obsesionado con los sentimientos o las situa-
ciones que desea comunicar.
Obsrvese en ambos el trabajo en la clase. La clase de ballet
clsico sigue su camino serio y abstrado desde los ejercicios en
la barra hasta los ejercicios en el centro, con los rostros por lo
general sin expresin alguna, y el cuerpo y las piernas siguiendo
patrones exactos con precisin absoluta e inexpresiva, en su mayor
parte reservando todo pensamiento o sentimiento para posteriores
ensayos o representaciones. Es obvio que para la mayora la clase
tiene como objeto la prctica y el perfeccionamiento nicamente
de la tcnica de danza; y en ese momento no tiene para ellos
importancia el hecho de que cuando la dominen podrn utilizarla
para una actuacin expresiva de la ms alta calidad emocional,
como fue el caso de Galina Ulanova, en Giselle, o Margot Fon-
teyn, en Romeo 7 Julieta. Por el contrario, una clase de danza
moderna implica la prctica de tcnicas que son integralmente
emocionales. A medida que se contraen y se aflojan sus movi-
mientos fsicos reflejan estados emocionales, y se tiene, durante
todo el tiempo, la conciencia de que para poder hacer los pasos
y ejercicios impuestos por su maestro deben hacer uso no slo
de sus cuerpos sino tambin de sus sentimientos.
43
Un resultado de ello o quiz sea una causa es que los
ballets de danza moderna por lo general se originan en el deseo
del coregrafo de transmitir emociones. Isadora Duncan, con su
modalidad generosamente expansiva, hablaba del alma, del amor,
de la naturaleza, de la vida. Inici el culto del diafragma, el
asiento de los sentimientos, haciendo la oposicin entre el om-
bligo y el vientre por un lado, y la columna vertebral erecta y
los muslos salidos del bailarn clsico. Ella y muchos otros baila-
rines de estilos no clsicos predicaron la danza fundamentalmente
como medio para lograr un contacto emocional entre el bailarn
y el pblico, y a veces lo predicaron utilizando una prosa tan
apasionada que rayaba casi en lo absurdo.
Con Isadora y su adhesin a los influjos griegos, y con Ruth
St. Denis respecto de los orientales, lleg a la danza occidental
un elemento que nunca se hizo sentir mucho en el ballet clsico,
pero que constituye un principio bsico del drama danzado orien-
tal as como tambin de los festivales de danza primitivos: la
coreografa de inspiracin religiosa, la celebracin de creencias,
ritos y emociones espirituales por medio de la danza; otro punto
de partida para la coreografa, resucitado de pocas antiguas. Con
Ruth St. Denis y Ted Shawn la inspiracin era a menudo direc-
tamente religiosa, mientras que, al parecer, si Martha Graham
cre grandes ballets sobre temas cristianos es, en parte, porque
son tambin grandes temas humanos. Ella ha descrito su manera
de trabajar: el "deseo u obsesin de poner de manifiesto un rea
determinada del sentimiento. . . una agitacin" para la cual debe
descubrir una "situacin o personaje dramtico que encierre
esa idea".2
Doris Humphrey, en The Art of Making Dances, participa
de tal modo en la modalidad de la danza moderna que dedica
un captulo entero a "Sobre qu danzar". Los coregrafos del
ballet clsico no parecen pensar las cosas de esa manera. Buscan
ideas, por cierto; escuchan msica y sienten "agitaciones" en su
mente, pero nunca se sienten tan motivados por el contenido
2
Agnes de Mille, The Book of the Dance. 44
emocional. Cuando Doris Humphrey habla acerca de los core-
grafos y sus ideas desde su enfoque, centrado en la danza mo-
derna, habla en trminos que los artistas de la pintura, la lite-
ratura o la composicin musical sienten como verdaderos. Segn
ella, un coregrafo, en lugar de elegir su tema guindose por la
razn. . . "es ms probable que sea arrastrado por un entusiasmo
que surge del subconsciente y exige ver la luz". Tambin al
escribir tienden al autoanlisis los coregrafos de la danza mo-
derna, y a veces escriben acerca de s mismos en trminos que
ningn coregrafo del ballet clsico soara siquiera en utilizar.
Mary Wigman, en The Language of the Dance, describe su mo-
dalidad creadora: "A menudo me encierro en mi cuarto dorado,
apoyo mi cabeza en el gong siams que canta suavemente y me
escucho a m misma en lo ms hondo. . . lo haca hasta que de
esa meditacin surga una actitud que se resolva en el gesto que
estilsticamente corresponda".
En comparacin con estos poticos prrafos, los coregrafos
del ballet clsico suenan muy secos y prcticos. Fokine admite
que existen "momentos felices de concepcin en la mente" y
luego "un perodo torturante de preez mental" antes de lograr
transmitir su invencin a los bailarines en el ensayo. 3 Massine
habla acerca de poseer "un contorno borroso de escenas y danzas,
algo as como el contorno de edificios vistos a travs de la niebla
londinense". 4 Tudor afirma con economa que "debe trabajar
por una compulsin interior y una conviccin total", y Cranko
"necesita mucho tiempo para una solitaria decantacin"; 5 en
cambio, la reticente de Valois, en el transcurso de dos libros
en ningn momento analiza su actitud hacia sus propias crea-
ciones coreogrficas.6 En otras afirmaciones, llega a subestimarse
al punto de decir que "mi artesana es ms fuerte que mis facul-
tades creadoras".7
3
Agn es de Mille, Th e Bo o k of the Da n ce.
4
Dance Journal, febrero de 1932.
5
de Mille, The Book of the Dan ce.
8
Nin ette de Valois, Invitation to the Ballet y Co me Da n ce With Me.
7
d e Mille, The Book of the Dan ce.
45
Pero las ideas para crear ballets, al igual que las ideas para
escribir libros, provienen de todo tipo de fuentes. Han hecho su
aporte la escultura y la arquitectura, y aun la geometra; las
Scnes de Ballet, de Ashton, se hallan elaboradas en esquemas
estrictamente geomtricos que pueden tener significacin desde
cualquier ngulo. "Cuando me hallaba preparando este ballet",
ha dicho, "me sumerg en la geometra y en Euclides y todas
esas cosas, lo cual fue muy divertido, porque en la escuela nunca
haba logrado comprenderlas". 8 No slo los cuentos, poemas y
obras de teatro han intervenido en la gnesis de coreografas, sino
tambin la pintura, especialmente en Inglaterra. De Valois, que
estudi artes plsticas y agrega esbozos a los apuntes que prepara
al componer ballets, se inspir para La carrera de un libertino,
por supuesto, en Hogarth, el gran pintor ingls del siglo XVIII,
y ese ballet refleja la investigacin general de su obra, realizada
por esta coregrafa; para Job, que tambin se bas en pinturas,
en este caso pertenecientes a William Blake, realiz un ballet breve
sobre el famoso cuadro de Manet Bar aux Folies-Bergre. Ashton,
menos susceptible a esa clase de influjo, llev a la vida los cua-
dros de Degas sobre bailarinas en Foyer de Danse, y Robert Help-
mann extrajo agrupamientos y esquemas de movimientos del
Greco para Miracle in the Gorbals. MacMillan se remont al
arte del Renacimiento buscando inspiracin para Romeo y Julieta,
y Glen Tetley elabor recientemente un impactante ballet en base
a La leccin de anatoma, de Rembrandt.
Los coregrafos jvenes a menudo desean hacer afirmaciones
de tipo poltico, pero con suerte se los logra disuadir; es difcil
destilar de esa clase de pasin una esencia intensa de atractivo
universal, como hizo Jooss con La mesa verde, y puede degenerar
fcilmente en un simbolismo barato y una mezcla de los buenos
y los malos. Los tmidos ensayos amorosos proporcionan argu-
mentos muy utilizados por los talentos aprendices, y existen in-
contables versiones de todas las relaciones usuales entre enamo-
46
rados; las relaciones menos comunes tambin han sido tratadas a
medida que el mundo recorre el camino hacia la licencia total.
El ciclo de la vida, nacimiento, crecimiento y muerte, es
otro plato fuerte. La Biblia sigue siendo popular, en especial los
temas de Adn y Eva y el jardn del Edn, o Can y Abel, o la
interpretacin personal y por lo general poco ortodoxa de la teo-
loga del Nuevo Testamento.
Hay temas regionales que dicen mucho al pblico local y
generalmente no tanto al resto del mundo. Satisfacen el deseo
persistente de poseer ballets nacionales y promover la cultura
nacional, pero necesitan ser muy buenos tanto desde el punto de
vista teatral como desde el coreogrfico para causar impresin
en el exterior; no sucede con frecuencia que uno se encuentre
con un Rodeo o un Fancy Free que puedan deleitar al mundo
entero tanto como a su pas de origen.
Pero la mayora de los ballets de la actualidad, en aquellos
casos en que poseen tema concreto se refieren todos a problemas
humanos. La joven en el manicomio, el homosexual masculino
o femenino, el drogadicto, el invlido, el ciego, las vctimas de
la guerra nuclear o del napalm, los polticamente oprimidos, el
asesino patolgico, el criminal sexual, a todos se les han dedicado
ballets; por supuesto que no se trata de ballets argumntales, sino
que las situaciones son meramente presentadas, a veces con gran
eficacia, sin desarrollo ni conclusin.
LIBRETO Y ARGUMENTO
47
el canto eran tan importantes como la danza y el gesto, y las
sntesis escritas de esos ballets existen muchas muestran
que no tenan relacin con el ballet tal como nosotros lo con-
cebimos. Esas sntesis no se pueden comparar con los argumentos
o libretos con que trabajaban los coregrafos y los compositores
en el siglo XIX, que presentan a los personajes y la narracin
repartidos en escenas y actos, con el detalle de entradas y salidas,
el desarrollo de la accin, el climax y el desenlace: el ciclo com-
pleto que el ballet seguira desde su comienzo hasta el fin. Ese
libreto era a veces el resultado de la colaboracin entre libretista
y coregrafo, y por lo general posteriormente se lo imprima
indudablemente depurado y retocado en aquellos casos en que
el ballet lograba un buen xito. En la actualidad la sinopsis
original, cuando la hay, y las notas del coregrafo, permanecen
inditas; el "argumento" que figura en el programa no se halla
directamente relacionado con ellas, y cuando aparece el "argu-
mento del ballet" en una antologa, su autor lo ha compilado a
partir de diversas fuentes, entre ellas el conocimiento directo del
ballet a travs de su representacin.
Los argumentos de los ballets del siglo XVIII fueron muy
atacados por Noverre en sus Cartas sobre la danza y sobre los
ballets; por ejemplo, critica un ballet sobre Diana y Endimin
en razn de que confunde a las delicadas ninfas con bacantes
vengadoras, y el amor de Diana y Endimin con la violenta
persecucin de Diana por parte de Acten.
Los coregrafos del siglo XVIII presentan una amplia
variedad en materia de bsqueda de temas dramticos. Salvatore
Vi-gan fue uno de los primeros en preparar un libreto de
ballet basado en una obra de Shakespeare: Otello, en 1818; pero se
bas fundamentalmente en el libreto de B. de Salsa para la pera
de Rossini, que haba sido representada en aples dos aos antes.
Durante el largo reinado del ballet d'action, el ballet con argu-
mento, los coregrafos extrajeron libretos de todas las fuentes
disponibles. No slo hubo ballets basados en peras, como Otello,
sino que tambin los hubo basados en obras de teatro, poemas,
novelas, e incidentes ficticios de la vida de personajes histricos.
48
A veces el propio coregrafo escriba el libreto; otras, lo haca
juntamente con un colaborador. Un clebre libretista del siglo
XIX encabeza la lista de autores en la publicacin de 1841 de
Giselle: M. de Saint-Georges. Era, en efecto, un marqus Jules
Henri Vernoy, Marqus de Saint-Georges, y se le atribuyen
las sinopsis de un ballet tras otro de esa poca, las que fueron
utilizadas por diversos coregrafos adems de Coralli: Albert,
Mazilier, Perrot, Marie Taglioni (en su nico ballet), y aun
Petipa, despus de haberse trasladado a Rusia. Saint-Georges
comenz muy joven, con libretos de pera, y ampli su labor
para incluir ballets a partir de 1839.
La gnesis de Giselle ha sido apuntada por Cyril Beaumont,
el eminente historiador del ballet.9 Gautier haba tenido la idea
originaria, despus de leer Alemania de Heinrich Heine; qued
cautivado con la referencia hecha por Heine a la leyenda de las
"wilis" los espritus vengadores de las doncellas engaadas por
los hombres que amaban y las posibilidades que ofreca para
el ballet, pero comprendi que necesitara complementarla con
un argumento. En la actualidad hubiera bastado con las "wilis";
se las podra ofrecer a cualquier pblico en trminos de danza
pura y sin necesidad de argumento alguno. Con todo en el si-
glo XIX ello no era posible; haba que llenar toda una velada, de
modo que Gautier pens en un poema de Vctor Hugo acerca
de una doncella a quien le encantaba bailar, y que muri de
un enfriamiento por haber salido, acalorada, al fro de la noche.
Pero tampoco bastaba, y, en consecuencia, sus extravagantes ideas
poticas fueron llevadas a Vernoy de Saint-Georges, que tena ya
una amplia experiencia en transportar argumentos a la escena.
Depur en varios lugares los arranques de Gautier, e intercal
en forma sumamente competente una serie de fragmentos ex-
trados del argumento similar de La Slfide, que haba tenido
tanto xito en 1832, habiendo logrado as la versin que en lneas
generales es la que conocemos en la actualidad.
9
The Ballet Called Giselle. Cyril Beaumont incluye su propia traduc-
cin del "libreto", Giselle ou les Wilis de M. de Saint-Georges. Thophile
Gautier y Coraly (sic), publicado en Paris el ao del estreno del ballet (1841).
49
La Silfide posee, a su vez, antecedentes diferentes. Un ballet
basado en un libro ya publicado implica una buena cantidad de
trabajo para el libretista, como podr apreciar quien alguna vez
ha tenido que ver con dramatizaciones o adaptaciones para el
teatro o la televisin. Por lo general se debe modificar el contorno
del argumento, de modo que en la accin surjan momentos de
inters dramtico; se deben agregar o eliminar personajes, y re-
construir la totalidad del mismo para el nuevo medio. En lo que
concierne a La Slfide, Charles Nodier haba publicado un cuento
llamado Trilby ou le Lutin d'Argail; Argail es Argyle, en Escocia;
un lutin es un espritu masculino; y ste, Trilby, completa un
tringulo con un pescador escocs y su esposa. No es una narra-
cin fcil de adaptar, y si bien al tenor Adolphe Nourrit la situa-
cin central le pareci maravillosa para un ballet, cambi casi
todo en el libreto que llev al Dr. Vron, director de la Opera
de Pars.
Se conserv la escena escocesa. Era probablemente una de
las cosas de esa narracin que ms haban gustado a Nourrit;
Escocia se haba convertido en un pas muy popular a raz del
enorme xito de las novelas de Waverley, de Sir Walter Scott. y
de la invencin de los poemas de Osin por parte de James Mac-
pherson. El pescador fue cambiado por un campesino. Con mo-
tivo del prevalente nfasis romntico en seres sobrenaturales que
eran todos femeninos, era inconcebible un espritu masculino, de
modo que Trilby se convirti en la slfide; la esposa perseguida
en James Reuben; el esposo en la prometida de James, Effie; y
Nourrit agreg a esta mezcla los interesantes personajes de Gurn,
el rival de James, y la hechicera Madge, con su corte de brujas.
En buena parte debi inventar tambin la accin, y lo hizo bien.
Vron escribi que era "sencilla, fcil de seguir, y con un final
muy conmovedor".
Ni Nourrit ni Vron pudieron apreciar la importancia his-
trica de aquello que haban realizado. La Slfide, con coreo-
grafa de Filippo Taglioni, fue la produccin que inici la era
romntica en el ballet, y el ballet que se asociara siempre con
Marie Taglioni, y que iniciara el uso del tut romntico, largo
50
y amplio, y desarrollara el uso de zapatillas con punta reforzada
con las cuales una bailarina poda balancearse, as fuera por
breves instantes, "en punta". Inaugur una imagen del ballet que
sigue siendo vlida en la mente de mucha gente. El ballet que co-
nocemos en la actualidad no es el de Filippo Taglioni; se trata
de la versin bailada por el Ballet Real Dans con coreografa
de Auguste Bournonville; pero ste haba visto en Pars la versin
de Taglioni, y se hallan presentes todos los elementos romnticos
esenciales.
El libretista era por lo tanto un ayudante del coregrafo, si
bien de ndole no muy inspirada. La idea inicial era una cosa,
el esquema de la accin cuidadosamente planeado era otra muy
diferente. A medida que pas el tiempo, los libretistas con fre-
cuencia cayeron en la trampa de lo improbable, lo ilgico y lo
ridculo. Haba ballets con los argumentos ms increblemente
enredados, y ballets que llegaban a cualquier extremo con tal de
poder incluir de algn modo la posibilidad de danzas exticas en
un esfuerzo por ser novedosos. En algunos casos lograron algn
auge pasajero, pero, con todo, no han sobrevivido. Haba ballets
que se hallaban constituidos sencillamente por escenas en mmica y
divertissements sin ninguna relacin, sin una integracin de
danza y pantomima. En 1846 Gautier escribi lo siguiente y por
cierto que Gautier escriba en forma extensa y capaz acerca de
todo lo relacionado con los bailarines y la danza: "El ballet. . .
exige temas de naturaleza bien especial en los cuales el baile se
integre en forma eficaz e imperiosa, y sea utilizado aun para
explicar la narracin. Una obra de teatro traducida en trminos
de pantomima y acompaada de un divertissement no es un
ballet".10
Aquellos ballets con argumento eran tratados por los crticos
como si hubieran sido obras de teatro. En el Times (Londres),
en 1844, se describe de la siguiente manera el ballet Esmeralda
de Perrot (basado en Notre Dame de Paris, de Hugo), para el
cual el propio Perrot haba elaborado el libreto:
10
C. W. Beaumont, The Complete Book of Ballets.
51
Enk Bruhn, en un ensayo
con Cynthia Gregory
e Ivan Nagy en su nueva versin
de LA SILFIDE de Bournonville
para el American Ballet Theatre, 1971.
Foto Arks
(The ballet is) a perfect model of ballet building. Never
did we see those parts of a long story that might be
dramatically effective selected and arranged with such
skill as in this ballet. The catastrophe of the novel is
altered. The incidents selected are greatly modified, but
the tact with which five tableaux have been taken out
of the romance and combined into a neat pantomime of
action, without a gap, deserves unqualified praise*
54
pletas o poco claras que obviamente el coregrafo considera pro-
fundas y de claridad cristalina. Ocasionalmente el programa
incluye el texto del acompaamiento hablado o cantado, cuando
lo hay, o la opinin de un crtico sobre el ballet en cuestin acom-
paada de notas histricas. Los hechos y fechas, si son exactos,
constituyen una inmensa ayuda; las opiniones, por otra parte,
interponen una resistente barrera de ideas personales entre la
coreografa y el pblico, haciendo que toda respuesta pura e ins-
tantnea hacia la representacin est teida de prejuicios. Nada
debera interferir nuestra receptividad hacia aquello que el core-
grafo afirma en su propio y natural lenguaje, que en lugar de
palabras est hecho de movimiento.
55
Tercera Parte
Haciendo la diseccin
del coregrafo
57
CUALIDADES BSICAS
58
tcnica entonces ms bien limitada. Despus de ello, sin embargo,
sigui desarrollndose como intrprete y se convirti en un bri-
llante bailarn dramtico y cmico cuyas interpretaciones de los
papeles principales de una buena cantidad de sus ballets fueron
incomparables.
Balanchine comenz a estudiar danza a los diez aos de edad,
tambin en la Escuela Imperial de Ballet, en San Petersburgo,
aunque aqu se nos presenta el primer caso de alguien que nunca
lleg a ser intrprete-estrella; con todo, ello no le impidi
adquirir conocimientos tcnicos de primera lnea. Ashton y Tu-
dor, habiendo llegado ambos ms bien tarde al estudio de la
danza, se hallan identificados con papeles caractersticos, a menu-
do pequeos, pero reveladores, y con frecuencia en sus propios
ballets. MacMillan y Cranko fueron buenos bailarines de papeles
menores. Es as como en todos los casos se halla presente la
buena tcnica esencial, aun cuando la balanza se inclina decidi-
damente hacia los solistas de carcter y no hacia los primeros
bailarines.
La siguiente exigencia radica en que "hayan estudiado m-
sica". Petipa estudi msica en el Conservatorio de Bruselas y
tocaba el violn en aquellos das instrumento especialmente
til para un maestro de ballet, dado que las danzas se solan
componer y ensear sobre la base de la interpretacin de la par-
titura en violn. Era intensamente receptivo con respecto a
la msica, y saba exactamente qu era lo que deseaba del com-
positor. Llev su singular capacidad musical al servicio de su
coreografa, orquestando sus conjuntos, y utilizando los bailarines
solistas de la misma manera en que un compositor musical utiliza
los instrumentos solistas. Su musicalidad y su interpretacin
coreogrfica de Tchaikovsky en las producciones ms autnticas
que conocemos son superiores, y producen una incesante satis-
faccin, y el pas de deux y variaciones del Cisne negro se hallan
llenos de un avanzado contenido dramtico y psicolgico debajo
de la superficie de su brillante virtuosismo.
Fokine estudi msica era muy buen msico y ejecutante,
especialmente hbil en la balalaika y poda llegar al ensayo
59
Anthony Tudor demostrando
un movimiento en DIM LUSTRE
a Marne Morris y Earle Sieveling,
del New York City Ballet.
Foto Martha Swope
con su partitura orquestal estudiada integramente de memoria. idea de que sera utilizada para acompaar la danza; debi adap-
A l le toc reunir coreografa y msica en todas las maneras tar danza y argumento a una msica que no presentaba ni el
posibles: componer ballets sobre partituras ya existentes, sobre ms mnimo indicio de un programa; compuso ballets para peras,
arreglos de msica existente, sobre partituras compuestas espe- o danzas aisladas tales como la legendaria "Muerte del cisne".
cialmente, sobre msica escrita para ballet o escrita sin ninguna de Anna Pavlova. Cometi notablemente pocos errores.
60 61
Dos pginas de apuntes de Michel Fokine
para EL PAJARO DE FUEGO (tomadas de la
edicin en ruso CONTRA LA CORRIENTE ;
MEMORIAS DE UN MAESTRO DE BAILE) .
Massine no parece haber tenido una educacin musical for-
mal, pero aprendi cmo hacer para leer con exactitud una par-
titura con Efrem Kurtz, el director de orquesta de los Ballets
Russes de Monte Cario, y su captacin de la msica clsica y
moderna es sumamente amplia y profunda. Con todo, su capa-
cidad musical ha sido puesta en tela de juicio, al igual que tantas
otras facetas de su personalidad. El crtico musical ingls Ernest
Newman, por ejemplo, admiraba "los extraordinarios paralelis-
mos" entre la msica y la coreografa en los ballets sinfnicos
de Massine de la dcada de 1930, pero el compositor Vernon
Duke afirm que "no tena intuicin musical, no saba ni senta
por qu determinado pasaje estaba bien y otro estaba mal". 2
Balanchine, que provena de una familia de msicos y es-
tudi en el Conservatorio de San Petersburgo, tambin lea y
aprenda partituras orquestales. Ms que ningn otro coregrafo
l se halla estrechamente identificado con la msica que ha tra-
ducido a danza, la que abarca una enorme gama de compositores
clsicos y modernos. En el caso de Ashton y Tudor no hay datos
acerca de una educacin musical formal, pero, igual que en el
caso de MacMillan y Cranko, pueden leer msica; es interesante
destacar que MacMillan, coregrafo intensamente musical, apa-
rentemente necesita que el pianista de ensayos le explique la
partitura. Vemos as cmo todos estos coregrafos han estudiado
msica de algn modo u otro, si bien de ninguna manera alcanzan
el nivel de los directores de orquesta y de los msicos en su
comprensin de una partitura orquestal.
El siguiente elemento esencial de Teresa Early es "el cono-
cimiento de la notacin de la danza". La notacin de la danza
el registrar la danza por medio de algn sistema de smbolos
ha tenido, como veremos ms adelante, una larga y compleja
historia, y ha sido utilizada principalmente para conservar ballets,
y no tanto para componerlos. Un coregrafo al planear un ballet
no tiene necesidad de ningn sistema de notacin, y son muy
pocos los que han utilizado notacin para conservar sus ballets
2
Bernard Taper, Balanchine.
64
Seleccin de apuntes de la produccin original de El cascanueces en 1892,
escritos por Marius Petipa en nueve hojas de papel comn, en tinta negra, en
francs, los que ahora se hallan en el Museo del Teatro de Leningrado. Las
ilustraciones musicales fueron escritas en rojo.
Acto I: Cambio de escena El
bosque de abetos en invierno
Comienza a nevar. Repentinamente se desata una tormenta de nieve. Livianos
copos de nieve son llevados de aqu para all por el viento (60 bailarinas).
Se mueven interminablemente en circuios al comps de un vals en 3/4. Forman
bolas de nieve, un amontonamiento de nieve, pero una fuerte rfaga de
viento lo deshace y convierte en un crculo de bailarinas. Ilustracin musical:
Un vals que se mueve en crculos. Durante el 3/4 una fuerte rfaga de viento
dispersa a las bailarinas y las convierte en un crculo. Se le confi la
coreografa de este nmero de conjunto al maitre de ballet asistente, que era
Lev Ivanov. Sus apuntes dicen lo siguiente:
1. Los copos de nieve tiemblan en la suave brisa al tiempo que emergen de
las alas laterales formando lneas delgadas, con tres bailarinas en cada
lnea.
6. Ahora una figura con 2 lneas paralelas y una tercera persona que se les une
para formar una letra (rusa) p.
7. Las artistas del lado exterior entrelazan sus brazos formando un gran
crculo y las del interior se dividen en grupos que se desplazan alrededor de
s mismos (pas de basques y sautes).
CUALIDADES ADICIONALES
Ahora bien, qu es lo que le falta a esta larga lista? En
primer lugar, quizs el conocimiento y la comprensin de la
danza histrica. Se trata de un tema tremendamente complejo,
pero de todos modos es importante que lo dominen hasta cierto
punto bailarines y en especial coregrafos. Los ballets tradiciona-
les a menudo introducan danzas de saln as como tambin danzas
regionales, y es sorprendente hasta qu grado an hoy se extraen
elementos del rico acervo constituido por la pavana, gavota, mi-
nuet, y aun las danzas posteriores como la polka y el vals a
veces de un modo directo y a menudo de un modo indirecto,
68
en forma de pasos o figuras introducidas en secuencias de ballet
clsico. Sus esquemas musicales tambin ayudan a ensear
conceptos de forma y desarrollo.
Adems, y quizs con relacin a la exigencia de que los
coregrafos entiendan sobre composicin pictrica, deben poseer
tambin slidos conocimientos sobre decoracin y vestuario, tanto
en lo referente a la historia de su desarrollo como a sus posibi-
lidades actuales. Y debieran estudiar hasta cierto grado la his-
toria del arte, la escultura y la arquitectura. Algunos coregrafos
aspirantes no tienen ni siquiera un conocimiento rudimentario
de esas artes tan relacionadas entre s. Un buen coregrafo debe
saber qu artista conviene para su ballet y tambin debe poder
colaborar en forma inteligente, aportando crticas prcticas y
sugerencias sobre hasta qu punto son adecuados los diseos para
su aplicacin prctica, si los trajes se adaptan al movimiento
de la danza, por ejemplo, o a los decorados escnicos.
Petipa, un coregrafo de su generacin, no elega sus esce-
ngrafos y figurinistas, pero obviamente haba ocasiones en que
su labor como coregrafo se hallaba estrechamente ligada con el
proyecto del escengrafo y del figurinista. Bajo Vsevolojsky,
cuando ste era director de los Teatros Imperiales, haba una
comisin asesora que reuna los diversos elementos creadores de
un ballet, y sus asambleas permitan colaborar estrechamente al
libretista, el compositor, el coregrafo, el escengrafo y el figu-
rinista, y el director de escenario. Era todo muy formal en com-
paracin con las flexibles conversaciones actuales, que se desa-
rrollan en todos los teatros y salas de ensayo, pero que en ltima
instancia producan ms o menos el mismo resultado. Fokine,
cuyas ideas sobre escenografa se hallaban condicionadas por su
preparacin artstica y eran por lo tanto ms ambiciosas que las
del maestro de ballet promedio, deba de todos modos aceptar
mientras trabajaba para el Ballet de Diaghilev la seleccin de
artistas hecha por ste, pero afortunadamente para l Diaghilev
se preocupaba por lograr obras de arte unificadas, y sus escen-
grafos eran artistas de primera lnea con quienes cualquier core-
grafo hubiera estado orgulloso de trabajar. Len Bakst, Alexandre
69
Benois, Nicols Roerich, Natalia Gontcharova. . . sus bocetos pa-
ra ballets son obras de arte que satisfacen maravillosamente y
que en la actualidad logran precios altos en las subastas. Massine,
por supuesto, se hallaba tambin bajo la gua de Diaghilev, y
trabaj con colaboradores tan magnficos como Picasso y Derain.
La actitud de Diaghilev hacia los decorados y los trajes ha
ejercido un importante influjo sobre el ballet de la actualidad.
Muchos coregrafos europeos o estadounidenses han hecho que
pintores excepcionales ingresen al campo del diseo teatral, y el
resultado de ello abarca, por ejemplo, desde la fantasa rica y
dominante de El pjaro de fuego de Marc Chagall hasta la total
simplicidad de las Variaciones sinfnicas de Sofa Fedorovitch.
Existe, sin embargo, un punto de vista diferente. Bernard Taper
menciona que en 1924 Balanchine consideraba que Diaghilev se
haba concentrado en los decorados y el vestuario "para distraer
al pblico de las falencias de la danza".3 Fue probablemente esto
lo que condujo a la austeridad que prevalece en la mayor parte
de los ballets de danza pura de Balanchine, y otros coregrafos
que trabajan en esa misma lnea han compartido a menudo su
impulso por reducir drsticamente la contribucin del diseador.
Est de ms decir que ambas tendencias son deplorables; por un
lado, la sobreelaboracin y el amontonamiento, y por el otro, las
mallas de ensayo gastadas.
Ahora bien, qu otra cosa necesita saber el coregrafo? El
conocimiento de las posibilidades de la iluminacin de escenario
y de partituras electrnicas constituye un aliado valioso, como lo
demuestra Alwin Nikolais en cada uno de los ballets que presenta.
Tambin lo es el conocimiento de la mecnica del escenario.
Aun en el caso de que la tarea est a cargo de expertos en ilu-
minacin e ingenieros de escenario, se trata de una esfera en la
cual el conocimiento prctico y la comprensin por parte del
coregrafo originan una gran diferencia. Es vital tambin poseer
conocimientos sobre la pantomima clsica y an ms, sobre el
repertorio de movimientos expresivos y el lenguaje del gesto en
3
Taper. Balanchine.
70
todo tipo de danza, si 110 se desea que la coreografa se convierta
meramente en la transferencia al escenario del trabajo realizado
en la clase. Algunos conocimientos acerca de la danza oriental,
o de la danza de la India y slo pueden ser conocimientos
superficiales, dado que de lo contrario se necesitaran aos de
dedicacin pueden agregar una variedad maravillosa al mbito
del coregrafo (como lo han demostrado Balanchine en Bugaku,
Tudor en Shadowplay y Helpmann en Yugen). No vendr mal
tampoco algn conocimiento sobre los movimientos de las diversas
formas de lucha esgrima, lucha libre, boxeo, karate as como
tambin el conocimiento de los movimientos que se pueden ob-
servar en los deportes y en el atletismo.
71
El aprendizaje de la composicin de danza implica aprender
cmo escuchar un trozo de msica y pensarlo en trminos de
pasos de danza y enchainements. El estudiante debe considerar
si servir para aplicarle un tema, a qu se debe su estilo caracte-
rstico, a qu perodo histrico pertenece, y qu reglas musicales
se hallan implcitas en su carcter. Luego debe intentar trans-
mitir todo ello por medio del tipo de danza que utilice. En esta
poca de categoras imprecisas y disciplinas que desaparecen,
resulta fascinante descubrir que tanto los maestros de la danza
moderna como los del ballet clsico ponen nfasis en "las reglas
bsicas" para idear estructuras sonoras o visuales, las que "se
han mantenido invariables a travs de la historia de Occidente".4
En primer lugar, el estudiante trabaja sobre msica que le
han impuesto, del mismo modo en que un nio escribe un ensayo
sobre un tenia dado; ms adelante elegir la que habr de utilizar,
probablemente con la ayuda de sus maestros. Aun para ellos
resultar, sin embargo, difcil encontrar msica adecuada sin con-
sultar con un msico, y debe ser un msico lo suficientemente
interesado en la danza como para darle importancia a la cuestin.
Lamentablemente muchos msicos asumen una actitud despre-
ciativa hacia la danza y la coreografa. El problema se reduce
por supuesto en los casos en que el maestro es tambin msico,
y algunos bailarines poseen un conocimiento profundo y en cons-
tante desarrollo de la msica.
Adems de analizar trozos de msica, el estudiante deber
analizar danzas aisladas del repertorio y descubrir de qu manera
se relacionan con la msica: danzas de pocas y coregrafos dife-
rentes, dado que cada coregrafo estampa su propio estilo en el
vocabulario tcnico; utiliza determinados pasos, determinados sal-
tos o giros, y determinadas modalidades de construccin y desa-
rrollo, tanto dentro de una danza en particular como en la tota-
lidad de un ballet, lo cual otorga un sello personal a su obra. En
la actualidad este anlisis de la danza y la msica por parte del
4
Louis Horst y Carroll Russell, Modern Dance Forms (Nueva York:
Dance Horizons, 1967).
72
estudiante a menudo se da ligado con el estudio de la notacin
de la danza.
Vemos as cmo existe una gran cantidad de elementos que
un buen maestro puede ensear sobre construccin de la danza.
El estudiante puede adquirir experiencia en la mecnica de
exponer y desarrollar ideas; de poner nfasis por medio de la
repeticin o el contraste; de relacionar a los bailarines entre s
en un pas de deux, en conjuntos o grupos. Todo eso puede ayu-
darlo mucho en su camino hacia convertirse en coregrafo. Y,
ms inmediatamente, lo puede ayudar a comprender el proceso
de creacin cuando deba trabajar bajo un coregrafo en la pre-
paracin de un nuevo ballet.
Es as como la composicin de danza puede ser enseada;
qu diramos entonces con respecto a la coreografa? De qu
manera pueden aprender su arte los coregrafos? La respuesta
que da la historia es el aprendizaje no oficial. El bailarn se
una a la compaa en calidad de asistente de maitre de ballet, y
en el siglo XIX el coregrafo (maitre de ballet) y su asistente
eran
74
ellos han realizado una labor valiosa al descubrir talentos nuevos;
por ejemplo, ha surgido una nueva generacin de coregrafos,
entre quienes se incluyen Geoffrey Cauley, David Drew y Ronald
Hynd, del Royal Ballet Choreographic Group de Leslie Edwards;
pero en un mundo de relativamente escasas compaas de ballet
y problemas financieros cada vez mayores, son restringidas las
oportunidades para que los coregrafos jvenes desarrollen y con-
soliden su talento natural creando una serie de ballets con baila-
rines experimentados.
75
Frederick Ashton, en un ensayo
con Marylin Trounson
y Carl Myers, del Royal Ballet
en LAMENT OF THE WAVES.
76
Ashton es excepcionalmente talentoso en su apreciacin de
los bailarines y en asignacin de papeles, pero todos los core-
grafos acerca de quienes hemos tratado han logrado xitos en
ese aspecto. La mayora de ellos tambin ha percibido y hecho
surgir talentos excitantes ms de una vez. Los coregrafos tienen
sus exigencias individuales con respecto a los bailarines; algunos
bailarines en especial les resultan adecuados y los utilizan en
primeros papeles hasta que llegan a identificarse con sus ballets.
Petipa, cuya larga carrera abarc a muchos bailarines, com-
puso algunos de sus xitos ms grandes para Pierina Legnani o
para Carlotta Brianza italianas ambas, con la tcnica brillan-
temente virtuosstica que los italianos llevaron a la Rusia impe-
rial; es obvio que los talentos de esas bailarinas condicionaron
parte de su inventiva coreogrfica. Al observar a alguna de
nuestras bailarinas contemporneas en el papel de la princesa
Aurora en La bella durmiente, con su gozosa mezcla de allegro
y adagio, de sutil medida y control, se percibe que Carlotta Brian-
za, la primera Aurora, debe haber posedo esas cualidades. Del
mismo modo, la pirotecnia de Odile en El lago de los cisnes, por
ejemplo, refleja la apabullante precisin de Legnani, quien haba
inaugurado el logro virtuosstico de los treinta y dos fouetts dos
aos antes en La cenicienta de Petipa y lo repiti en el nuevo
papel para deleite de todos, mientras que el tierno lirismo de
Odette prueba otra faceta de sus talentos.
Fokine encontr sus intrpretes perfectos en Karsavina, Ni-
jinsky y Bolm, habiendo empleado su maravillosa diversidad en
obras tan variadas como Carnaval, Petrushka, El pjaro de fuego,
y Las danzas del prncipe Igor, y demostrado en repetidas oca-
siones que eran no slo bailarines de legendaria calidad sino tam-
bin actores sutiles y sensibles. Massine tuvo su grupo de baila-
rines ideales con Lopokova, Sokolova y Woizikovsky, formando
equipo con l mismo. Posean la velocidad, el humor y el opti-
mismo sofisticado de todas sus mejores obras. En realidad Fokine
y Massine fueron servidos tan a la perfeccin por sus bailarines
creadores que es difcil obtener una impresin verdadera de sus
coreografas a travs de reposiciones.
77
Balanchine ha encontrado o creado una galaxia de bai-
larines especiales, las musicales y piernilargas muchachas esta-
dounidenses del New York City Ballet: Diana Adams, Tanaquil
LeClerq, Mara y Marjorie Tallchief, Melissa Hayden. . . hay
ms nombres de los que uno puede citar.
A MacMillan se lo ha identificado principalmente con Lynn
Seymour, su bailarina original para los papeles principales de
The Invitation y Anastasia, pero otros bailarines tambin han
satisfecho sus rigurosas exigencias coreogrficas. Por ejemplo,
cuando cre Solitaire en 1956, "el papel ms difcil. . . el de la
muchacha solitaria, se me haba hecho alarmantemente preciso
en mi mente y siempre sucede en esos casos. . . que uno nunca
est satisfecho con la pobre desgraciada que intenta desesperada-
mente transcribir los pensamientos de uno, pero en Margaret Hill
encontr a la intrprete perfecta y el papel vivi a travs de ella".
(Se incluye esta informacin en el libro de recuerdos del Sadler's
Wells Theatre Ballet, compilado por Russell Brown y publicado
por la Sadler's Wells Foundation en 1956.)
Tudor, originalmente con el Ballet Rambert y el London
Ballet, despus de crear para Maude Lloyd, Peggy van Praagh,
Hugh Laing y l mismo su excelente y sutil coreografa para
Lilac Garden y Dark Elegies, descubri en Nora Kaye una pri-
mera bailarina a su gusto para Columna de fuego y Dirh Lustre.
Cranko ha realizado un brillante trabajo en Eugenio Oneguin y
La fierecilla domada con Marcia Hayde, dndole amplias opor-
tunidades para desarrollar y demostrar sus posibilidades. Indu-
dablemente debe sentir que ella ha hecho mucho para l, dado
que ha dicho que "los bailarines talentosos pueden tomar un
movimiento y transfigurarlo ms all de todas mis expectativas".5
Pero el coregrafo no slo debe asignar los papeles y crear
para su reparto; debe ensearles el ballet, y como corolario, debe
poder llevarse bien con ellos, hacer que lo respeten y trabajen
para l. Segn su temperamento, podr hacerlo siendo accesible
o inaccesible, hombre fcil de tratar y comprensivo o exigente
5
Agnes de Mille, The Book of the Dance.
78
maestro de tareas. Charles Louis Didelot, uno de los grandes
hombres del ballet en el siglo XVIII, posea un temperamento
incontrolable. Se ponia violentamente furioso, pegaba golpes y
puetazos a sus bailarines y, sin embargo, era muy querido por
todos los que trabajaban con l. Acerca de Fokirie, Karsavina
escribi lo siguiente:
6
Tamara Karsavina, Theatre Street.
7
8
de Mille, The Book of the Dance.
Taper, Balanchine.
9
Ninette de Valois, Come Dance With Me.
79
John Cranko creando
una nueva obra con Marcia Hayde
y Heinz Clauss, del Ballet de Stuttgart.
Foto Ballet de Stuttgart
Michel Fokine, en un ensayo de EL PAJARO DE FUEGO con
Tmara Karsavina, Paris, 1910.
se atasca en busca de ideas. Cuando las cosas salen bien, les com-
pra champagne.10 Tudor, segn de Mille una gran admira-
dora, "es amable hasta que se excita, y entonces su carcter
es de temer".11
As sea el coregrafo amable o cruel con sus bailarines y
quizs sea las dos cosas por turno qu les dir con respecto al
ballet que constituye su tarea diaria con l? Todo? Nada?
Algo?
Fokine era expansivo. Comenzaba los ensayos con una ex-
plicacin acerca de qu trataba su ballet, y qu era lo que cada
uno de los bailarines deba intentar lograr. Si haba un argu-
10
Dance Perspectives, Invierno de 1961.
11
de Mille, The Book of the Dance.
82
ment se los narraba, con palabra y gesto, hacindoles rer. En
un principio, Massine nunca hablaba sobre su ballet con los bai-
larines (posteriormente dej de lado esa actitud severa), pero se
hallaba siempre dispuesto a explicar lo que se le preguntara.
Balanchine les dice a sus bailarines lo menos que puede sobre
intencin y significacin. MacMillan cree en el intercambio de
ideas y en la explicacin, pero Cranko no: "Demasiada conver-
sacin restringe a los bailarines y frena su propia reaccin ins-
tintiva".12
Ensear el ballet implica, por supuesto, tambin ensear la
msica. A veces ello resulta especialmente difcil. Nijinsky
plante una buena cantidad de problemas musicales en sus coreo-
grafas para La siesta de un fauno y La consagracin de la pri-
mavera. Tena problemas l mismo. Sokolova recuerda que con
La consagracin era tan complicado contar los tiempos de la
msica que "algunas de las bailarinas corran con papeles en sus
manos, en un caos, discutiendo sobre quin haba contado correc-
tamente". l3 Grigoriev nos dice que llamaban a estos ensayos
"clases de aritmtica". 14 Cuando ms adelante Massiine tambin
cre una coreografa para La consagracin, utiliz un metrnomo
puesto en el "tempo" que indica la partitura para ensear a
Sokolova la Danza de la virgen elegida. En aquellos tiempos
Stravinsky era especialmente difcil de aprender para los baila-
rines habituados a la msica ms tradicional. Ello trae a la me-
moria los problemas que tienen en la actualidad los bailarines con
las partituras de msica electrnica; se dio una situacin similar
en el estudio de ensayos del Royal Ballet cuando Rudi van Dantzig
les ense su Ropes of Time. Bromeando decan: "Cuando pasa
una ambulancia o un coche de polica todos ocupamos nuestros
puestos de un salto. . . "
12 Ibid.
13
Lydia Sokolova, Dancing for Diaghilev.
14
Serge L. Grigoriev, The Diaghilev Ballet, 1909-29.
86
de medianoche de algn coregrafo. Quizs no posean todos la
aceptacin sin reservas a la que dio expresin Svetlana Beriosova
cuando dijo: "Es un nuevo lenguaje que es entregado a uno por
el coregrafo y el compositor. . . slo uno mismo puede llevar
a cabo lo que ellos estn queriendo expresar". 17 Pero Anthony
Dowell ha expresado el punto de vista del bailarn: "Considero
que todo bailarn se nutre de todo cuanto sea nuevo. Es suma-
mente importante que se creen obras sobre uno; se hacen parte
de uno y es realmente eso lo que a uno le da fuerzas para se-
guir. . . eso es lo que el bailarn ansia: obras nuevas. A travs
de papeles nuevos y quizs extraos uno descubre sus propias
potencialidades. . . somos bailarines y no coregrafos, y por lo
tanto dependemos totalmente del material". 18 En el anlisis final,
es eso lo que hace que los bailarines acepten de tan buen grado
la direccin del coregrafo y los convierte en una arcilla viva
tan maravillosa para que ste le d forma.
Habremos llegado al final de esta imponente lista de cua-
lidades inherentes o adquiridas que necesita poseer el coregrafo?
Se podr agregar algo? En realidad no. De Valois, sin embargo,
aporta una estimulante postdata; recalca la importancia que tiene
para el coregrafo joven la experiencia prolongada en calidad de
"unidad ejecutiva" en un repertorio que incluya algunas obras
maestras de la coreografa, en especial si el coregrafo trabaja
integrando la compaa. Se refiere a "una gradual bsqueda de
autoexpresin contenida por el tiempo y la disciplina". 19 Es
indudable que la disciplina profesional es otra exigencia esencial
para un buen coregrafo, y con excesiva frecuencia, dada la esca-
sez de coregrafos imperante, sucede que alguien se ve impelido
a crear un ballet mucho tiempo antes de poseer esa disciplina, ni,
por cierto, muchas de las cualidades que hemos tratado. Por
supuesto que no todo bailarn desea ser coregrafo, as como tam-
poco todo bailarn desea dedicarse a la enseanza; se trata de
17
About the House (Londres, Royal Opera House).
I8
Dance Magazine, abril de 1970.
19
Ninette de Valois, Invitation to the Ballet.
87
ramas especializadas de su actividad. El deseo de ser quien mueve
las piezas, y no una parte, aun importante, de la creacin de
algn otro, constituye una ambicin especfica.
Por ltimo, el coregrafo, al igual que los dems artistas
creadores, necesita aumentar su comprensin de la vida y de los
seres humanos. Muchos poseen una experiencia general suma-
mente restringida. Viven en un mundo cerrado donde todo lo
que se piensa y se habla versa sobre trivialidades tcnicas, inci-
dencias de la profesin o banalidades de la vida diaria; se hallan
fuera de contacto con las cuestiones mayores de la vida y el arte,
y nunca se ven expuestos a los mltiples puntos de vista o formas
de comportamiento que podran profundizar o madurar sus sen-
timientos o desarrollar su imaginacin artstica. La coreografa
verdaderamente importante, al igual que todo gran arte, debe
brotar de la experiencia real, y poseer significacin universal.
88
Cuarta Parte
La conservacin
de la coreografa
89
que jura que se trata de la versin original. As se lo haca en
aquella poca, segn algn documento que se acaba de descubrir,
o segn alguna comunicacin oral especial por parte de algn
bailarn ruso o francs que ahora cuenta noventa aos de edad. . .
Desde el principio los coregrafos han ansiado poseer algn medio
verdaderamente eficaz y prctico para registrar sus ballets.
Muchos de ellos han realizado intentos de inventar formas de
notacin de la danza. Sin embargo, el mtodo consagrado por la
historia ha sido el oral, y es fascinante pensar en esa cadena de
dedicadas mentes humanas las mejores memorias posibles en
este mundo siempre falible reproduciendo y volviendo a
reproducir los esquemas de danza y accin que conforman nues-
tro repertorio de ballet. Visto desde ese ngulo, lo sorprendente
no es que difieran las distintas versiones de las danzas, sino que
haya tanto material que aparentemente se ha conservado de un
modo exacto.
A veces la sensacin del pasado se torna por algunos mo-
mentos obsesiva y nostlgica. En Giselle uno se siente seguro de
que Carlotta Grisi y Lucien Petipa, y Adle Dumiltre, su reina
de las "wilis", verdaderamente realizaron determinados pasos que
nos siguen resultando fascinantes en la actualidad, dado que esos
mismos pasos se dan con toda fidelidad, sin alteraciones, en las
producciones de todas las compaas de todos los pases. Cuando
el ballet fue representado por primera vez en Londres, se escribi
lo siguiente en la edicin de The Times correspondiente al 14 de
marzo de 1842: "Un veloz giro marc la transicin de habitante
de la tumba a espritu atrevido", y ese momento del segundo acto
sigue haciendo que uno retenga la respiracin a medida que cada
Giselle sucesiva es puesta en movimiento por el conjuro de la
reina Myrtha. Pero se han introducido cambios aun en los tesoros
transmitidos con mayor cuidado de generacin en generacin.
Despus de todo, se han hecho alteraciones en ballets que vimos
por primera vez hace slo dos o tres aos.
92
blicndolo bajo el ttulo de Orchesography, que ya haba sido
utilizado por Arbeau, y aplicndolo para registrar parte de su
propia obra.
El sistema de Feuillet con adaptaciones realizadas por maes-
tros de danza posteriores sirvi durante casi dos siglos; pero poco
a poco el ballet se fue tornando ms complejo, por lo cual el
clebre y prolfico coregrafo Arthur Saint-Lon elabor un sis-
tema y public un libro acerca del mismo en Pars en el ao
1852. Llevaba el ttulo de La Stnochorgraphie ou l'Art d'crire
promptement la Danse, y, tambin l lo utiliz para registrar
una pequea parte de su produccin. Se trataba de un sistema
de aspecto gil, con pequeas figuras en forma de palillos que
seguan los movimientos de la danza a lo largo de pautas de
msica: los pasos terre terre (los que se ejecutan en el suelo)
ubicados sobre las lneas del pentagrama, y los pasos de elevacin
(pasos saltados) entre ellas. El plan general se hallaba dispuesto
como visto desde el ngulo del pblico. Este sistema fue elabo-
rado en Alemania por Albert Zorn, quien public en 1887 su
Grammatik der Tanzkunst, que fue traducido al ingls en 1905
por el estadounidense A. J. Sheafe, con el ttulo de Grammar
of the Art of Dancing, y fue quizs el sistema ms antiguo que
se utiliz en los Estados Unidos, puesto en prctica por la Aso-
ciacin Nacional Norteamericana de Maestros de Danza.
A medida que avanzaba el siglo XIX, en el ballet el
nfasis se traslad espectacularmente de Francia a Italia y Rusia.
Los bailarines y maestros de ballet del exterior siempre haban
ido all a trabajar, y cuando Petipa fue al Teatro Maryinsky en
San Petersburgo (ahora el Teatro Estatal Kirov de Leningrado),
en calidad de bailarn, trabaj con el gran Perrot, bailarn y
acrbata de Lyon, que en Pars y Londres se haba convertido en
uno de los genios del momento en el ballet d'action. Ms tarde,
como coregrafo en jefe, encontr en Saint-Lon otro colega
francs. Pero fue un bailarn ruso, Vladimir Stepanov, quien se
dedic a componer un nuevo sistema de notacin de la danza, el
que demostr su utilidad aun cuando no fue el sistema que
termin con los dems. Se hallaba basado en smbolos
musicales y fue
93
Otra pgina de KINETOGRAFIA , que muestra un
esbozo para una puesta en escena en notacin de
Stepanov
1
Franoise Reiss, Nijinsky.
2
Editado por Routledge & Kegan Paul.
98
indicaciones de tiempo, que anotaban las posiciones y las rela-
ciones entre una posicin y la siguiente. El sistema Eshkol (1958)
na interesado a los crculos cientficos vinculados con la progra-
macin del movimiento en las computadoras, en virtud de su
base matemtica y su utilizacin de los nmeros.
99
gentes. En esa poca se hallaba de moda en varias ciudades
europeas la puesta en escena de algo as como un espectculo
bailado del tipo de produccin masiva de festival, y Laban prob
su sistema inicial anotando esa variedad de espectculo y enviando
la notacin a productores locales que la podan leer para que a
su vez montaran su produccin partiendo de su interpretacin de
los apuntes. La idea funcion muy bien.
Laban cristaliza de la siguiente manera la intencin de la
notacin de la danza: "Debe poder mostrarse en la notacin de
una danza qu parte del cuerpo ha sido movida y su posicin
despus del movimiento. Es tambin cierto que se debe registrar
el tiempo exacto que lleva cada movimiento. Pero se debe hacer
todo esto de un modo en que la caracterstica fundamental de la
danza, que es el fluir del movimiento, quede descripta en todos
sus detalles". 3 Y pone nfasis en la utilizacin de la notacin
en otras esferas del movimiento, y no slo en la danza teatral
sino tambin en la industria, en la educacin y en la terapia.
La labanotacin utiliza smbolos ubicados en tres pautas, pero
se la lee en sentido vertical, a partir del pie de la pgina y hacia
arriba, de modo que uno se siente inmediatamente identificado
con ella. Se refleja en el diagrama la propia postura erecta; la
lnea central representa la columna vertebral, y las lneas de
la izquierda y de la derecha representan respectivamente piernas
y brazos derechos e izquierdos. Los smbolos difieren en su lon-
3
Rudolf von Laban, Principles of Dance and Movement Notation.
104
Un punto a favor de la notacin Benesh es que su aprendi-
zaje parece ser sencillo para los bailarines (todos los sistemas de
notacin de la danza presentan problemas casi insuperables para
quien no es bailarn). Los estudiantes de ballet lo aprenden con
facilidad; toman uno de los textos, lo leen y memorizan un
enchanement, y luego, cerrando el libro, traducen a la danza el
texto que han notado de la misma manera en que un nio en la
escuela traduce un pasaje del espaol al ingls; y de una manera
exactamente igual aumenta con el tiempo la facilidad con que
traducen. Por otra parte parece gustarles bastante, a diferencia
de los alumnos del Maryinsky en el siglo pasado, donde las clases
semanales de sistema Stepanov parecen haber aburrido tanto a los
jvenes que les dejaban escaso provecho.
Si la coreografa fuera conservada como rutina mediante uno u
otro de los mtodos de notacin, seran varios los beneficios.
Existiran ballets registrados que podran incluso archivarse en
una biblioteca, de la misma manera en que se hace con las parti-
turas orquestales de las peras. Esos registros podran ser estu-
diados por cualquiera que estuviera preparando nuevamente un
ballet para la escena, por bailarines deseosos de aprender un pa-
pel, ya fuera con la intencin inmediata de bailarlo o, sencilla-
mente, para ampliar sus conocimientos de un modo general, y
por los crticos o los integrantes del pblico interesados en el tema,
tal como se estudia una partitura musical. En la actualidad ello
no es posible. En aquellos casos en que un ballet ha sido regis-
trado en su totalidad por medio de alguno de los sistemas de
notacin, se halla disponible para los productores de exhumacio-
nes; pero el productor puede no estar familiarizado con el sistema
que se utiliz o puede no conocer a fondo ningn sistema. (En
buena parte slo la nueva generacin de bailarines es la que est
siendo instruida en algn mtodo de notacin como cosa normal.)
Por lo tanto, puede tener necesidad de trabajar con algn ex-
perto que le interprete la partitura notada. O puede suceder
tambin que se le confe al experto la produccin en su totalidad.
Adems de la produccin de exhumaciones, son muy pocos los
registros escritos de ballets que se han publicado, y stos slo
105
se hallan disponibles en las bibliotecas especializadas. Es as como
slo en el caso en que un ballet sea producido en calidad de exhu-
macin podr el bailarn tener la oportunidad de tomar la parti-
tura en prstamo para estudiar un papel, y siempre que sea ese
el mtodo utilizado por el productor. Una bailarina no podr
tomar de una biblioteca la partitura de Giselle y estudiar el
papel protagonico en sus ratos libres y para su propia satisfaccin.
Del mismo modo, ni los crticos ni el pblico tienen acceso
a los registros de ballets que se han publicado en notacin. El
crtico debe basarse en su memoria, por ejemplo, al escribir la
"secuencia del ballet", de modo que inevitablemente se producen
inexactitudes que podran corregirse si se los pudiera consultar
de la misma manera en que se consulta el texto de una obra de
teatro cuando se desea transcribir una cita en forma textual.
Aun en el caso en que los registros estuvieran disponibles,
por supuesto que no seran de mayor utilidad para el lego. Es
para los productores y bailarines que posee valor la notacin de
la coreografa, y en ese campo contina la rivalidad entre los
dos grandes sistemas modernos. Tal como est la situacin, la
labanotacin ha sido utilizada principalmente para registrar la
danza moderna, y la notacin Benesh para el ballet clsico; pero
los defensores de ambos sistemas afirman que sirven para registrar
en forma exitosa cualquier tipo de movimiento humano de modo
que el debate contina.
Un requisito absolutamente esencial para cualquier sistema
universal de notacin es que debe estar desarrollado en forma
tan completa y con tal exactitud cientfica como para no necesitar
la utilizacin de trminos aclaratorios aqu y all, ni basarse en
un conocimiento previo por parte del lector. Un bailarn con una
partitura de una variacin debera poder bailarla con toda correc-
cin aun en el caso de jams haber visto su ejecucin. En un
artculo titulado "Experiences of Dance Notations", Ann Hut-
chinson afirma con buen sentido y exactitud tica lo siguiente:
"La notacin debe servir al coregrafo y proporcionar todos y
cada uno de los detalles que ste necesite. . . " Afirma que el sis-
tema de notacin Benesh defiende la notacin incompleta al im-
106
plicar que ciertas cosas "no importan" o "no son importantes"
los corelogos niegan categricamente esto, y hace notar que
no slo debe registrarse el movimiento sino la intencin del mo-
vimiento. 4 Su opinin en el sentido de que la labanotacin es
ms completa para detallar a fondo todos los movimientos (y
aparentemente se puede tambin utilizar una versin menos de-
tallada si se desea) ha sido objetada por la creencia igualmente
apasionada por parte de los corelogos de que no hay nada inade-
cuado en la notacin Benesh. Francs Greene, tambin en el
Dancing Times, sostiene que en los casos en que un movimiento
no se halla representado en la notacin Benesh es porque resulta
perfectamente claro en el contexto, es decir, que si se trata por
ejemplo de la notacin de un ballet clsico no es necesario "afir-
mar todas las veces que los pies deben hallarse vueltos hacia
afuera y en punta"; puede sobreentenderse en forma implcita.5
Presumiblemente, y dado que muchos coregrafos del ballet cl-
sico trabajan en la actualidad en una manera muy libre, cualquier
excepcin a la regla se anota y se aclara en la partitura.
Los otros elementos que se incluyen en una partitura Benesh
o Laban son la msica (por supuesto), que figura en la parte
superior de cada pgina de notacin de danza, y el plan de la
iluminacin, o de las proyecciones fotogrficas. Si la partitura
musical ha sido reemplazada por msica electrnica, aparece
entonces el grfico correspondiente en su lugar. Parece haber
respuesta para todo, a excepcin de la cuestin espinosa de la
interpretacin de caracteres.
Bien, sa es la situacin existente entre ambos sistemas, y
se necesitara un grupo de arbitros expertos para decidir entre
ellos. El crtico de ballet ingls A. V. Cotn, resumiendo la situa-
cin, concluye diciendo lo siguiente: "En este momento no se
ha probado que haya un sistema que supere a todos los dems";6
y se sigue siendo el caso. Cada uno ha dado muestras de sus
positivos valores.
4 Dancing Times, marzo de 1968.
5
Dancing Times, junio de 1968.
8
Dancing Times, setiembre de 1968.
107
Ejemplo de notacin escrita por Leonide Massine.
108
utilice para ensearse a s mismo el sistema debera poder apli-
carlo ya sea a la composicin o al registro y anlisis de danzas
y ballets; se trata por supuesto de un sistema de movimientos
universales y no se halla en absoluto limitado al ballet clsico.
Nadie puede calcular qu grado de xito puede tener este
sistema. Llevar tiempo an el que se lo llegue a considerar en
forma generalizada, y en una era de enorme flexibilidad artstica
es muy probable que se produzca una considerable resistencia
ante lo que es indudablemente un enfoque muy acadmico. Su
atractivo mayor podra radicar en su pretensin de poder esta-
bilizar patrones bsicos para la labor coreogrfica. A menudo
sera til poder afirmar en forma categrica con la ayuda de un
medio mejor que la opinin derivada de la experiencia y del ins-
tinto, si el coregrafo habla, desde el punto de vista del movi-
miento de la danza, en forma gramatical o antigramatical. Pero
no parece posible lograr ms que eso. Se trata de una poca llena
de licencias tanto en el arte como en la vida, y ms all de un
cierto grado no se puede ser dogmtico respecto de lo bueno y lo
malo en la coreografa.
EL CINE
109
Martha Graham
en una ejecucin
de su ballet
LA LEYENDA DE JUDITH.
o televisada y grabada en cinta desde una cmara inmvil. Se grfica, sin ninguna distorsin (tal como se ha intentado hacer,
ha utilizado esta posibilidad menos de lo que se podra pensar, sin un xito absoluto, con las Variaciones enigma), conformaran
en parte en razn de su elevado costo. A mi modo de pensar, una herencia magnfica. Existen fragmentos cinematogrficos,
ello es una verdadera tragedia. Si las grandes interpretaciones episdicos y mal filmados, de Pavlova, y aun as nos llega algo de
de ballet hubieran podido ser conservadas en pelcula cinemato- su genio exttico; cmo quisiera uno que hubiera la misma evi-
110 111
dencia fragmentaria y esquiva de Karsavina, de Nijinsky o de
Bolm! Aun las fotografas esas fotografas exquisitamente at-
mosfricas de E. O. Hopp que casi tiemblan con movimiento,
y que nos transmiten la cualidad vital de esas glorias de Diaghilev
que uno nunca vio directamente frente a sus ojos aun foto-
grafas inmviles de calidad tan superior (y las poseemos en el
caso de nuestros bailarines contemporneos), aun los estudios de
accin ms magnficos, no pueden reemplazar a la filmacin del
baile en s.
En las dcadas de 1930 y 1940 se hubieran podido hacer
verdaderos registros cinematogrficos a nivel profesional, si un
arte relativamente pobre como es el ballet hubiera podido sobre-
llevar el alto costo, y podramos ahora ver, en lugar de meramente
intentar recordar mediante la palabra, ejecuciones e intrpretes
histricos. Mis primeros recuerdos de ballet datan de fines de
la dcada de 1930. Quisiera ahora poder repasar filmaciones que
vuelvan a darnos la serenidad de Irina Baronova como Odette,
el encantador nio de Tatiana Riabouchinska en Jeux d'enfants,
el Proteo de David Lichine, la reina de las "wilis" de Alexandra
Danilova, el peruano de Massine en Gaiet Parisienne, y este
ltimo sera especialmente interesante dado que Gaiet Parisienne
fue filmado comercialmente, pero como a travs de una lente de
aumento y menos electrizante de lo que sera la verdadera inter-
pretacin de Massine en un registro liso y llano. Todos los aficio-
nados al ballet podran acomodarse contentos para pasar la tarde
con una compilacin de su coleccin nostlgica y personal de in-
terpretaciones que desean recordar. La tragedia es que no existen.
Hay, s, algunas pelculas en colecciones privadas. Son siempre
interesantes. Pero la calidad de las filmaciones hechas como
"hobby" personal nunca es lo suficientemente buena como para
servir de registro satisfactorio de la coreografa o de la interpre-
tacin.
En uno o dos casos, sin embargo, las pelculas cinematogr-
ficas han jugado un papel muy diferente y han probado lo valio-
sas que podran ser de habrselas hecho en forma ms sistemtica
y satisfactoria. Massine posee una biblioteca muy completa de
112
las filmaciones de sus ballets que l mismo consulta o muestra
a la compaa que prepara una exhumacin; considera tambin
que es la mejor proteccin de los derechos de autor del coregrafo.
Los ballets de Martha Graham tambin se filman y conservan
en los archivos de la compaa y se exhuman a partir de los regis-
tros filmados. Por lo general poseen banda de sonido con la m-
sica orquestal o bien con el acompaamiento del piano de ensayo,
y a veces se los mira en el espejo de modo que el productor y los
bailarines puedan ver el ballet desde el punto de vista del esce-
nario. Del mismo modo en que se han preparado producciones
extranjeras de ballets clsicos por medio de registros en notacin
Benesh, la London Contemporary Dance Company mont la pro-
duccin londinense de una obra de Martha Graham sobre la base
del registro cinematogrfico oficial.
113
Quinta Parte
La crtica de la
coreografa
114
cucin, el tiempo que tom su composicin, el tema o argumento;
agregar luego todas las apreciaciones crticas que se han formu-
lado por escrito, una seleccin representativa de las apreciaciones
orales, un grfico con las curvas del aplauso obtenido, otro indi-
cando los ingresos de boletera. . . y finalmente extraer una defi-
nicin sencilla clasificada en una categora que muestre qu punto
alcanz ese ballet en la escala que determina el grado de xito
obtenido? An no ha sido hecho. Pero si lo fuera, no cambiara
en modo alguno la validez de la impresin personal que uno sinti
con respecto a ese ballet al verlo. La misma sera enteramente
personal y no tendra relacin directa con el "status" que indica
la computadora. Ms tarde, despus de haber conocido el informe
de la computadora, podra suceder que la opinin personal sufriera
una cierta contaminacin, tan sugestionables son los juicios hu-
manos.
Cmo decide uno su opinin sobre un nuevo ballet? Bien,
si de algn modo se desea poseer algn patrn crtico verdadero,
y no sencillamente inclinarse hacia un lado o hacia el otro si-
guiendo el punto de vista nunca esttico de la mayora, ser
necesario enfrentarse con el hecho vital, que se aplica a cualquier
situacin y a todas las artes, de que en la vida de uno lo nico
que verdaderamente importa es la propia respuesta personal. Por
admirada que sea una obra de arte, si no logra comunicarle a uno
una experiencia excitante y conmovedora no es para uno, y no
tiene ningn sentido pretender lo contrario. Del mismo modo,
de nada sirve menospreciar una obra que a uno le agrada o aun
lo deleita por el simple hecho de que a otros no les gusta. No se
tiene en cuenta lo suficiente que no necesariamente deben gustar
a todos las obras maestras del ballet, y que si a uno no le agradan
no necesariamente es el gusto de uno el que falla.
De cualquier modo, no basta con el gusto natural personal;
ste debe ser madurado y desarrollado. El gusto bsico natural
a menudo se deleita en la acumulacin ms grande, brillante y
reluciente de imgenes y sonidos, y el gusto natural de un nio
debe ser guiado para que se desarrolle adecuadamente. Creo que
en materia de juicio fui criada con sensatez. Desde las pocas del
115
jardn de infantes se me indujo a considerar las cosas con sentido
crtico, no decir sencillamente "me gusta" o "no me gusta", sino
pensar en razones que apoyaran mi posicin. Cuando lo haca,
se aceptaban mis opiniones como vlidas para m a esa altura de
mi desarrollo, con lo cual fui adquiriendo confianza en mi propio
criterio. Al mismo tiempo, se me inst a leer y pensar todo lo
posible, y a hablar todo lo que pudiera con la gente sobre las
cosas que me interesaban, con lo cual inevitablemente mis gustos
fueron cambiando. La lectura y la conversacin constantemente
me hacan ver las cosas desde nuevos ngulos; las opiniones
opuestas eran la piedra en la que afilaba mis propias ideas. Creo
que se trata de una buena manera de enfocar la difcil cuestin
de ayudar a los nios a la apreciacin de las artes.
El anlisis nunca estropea las cosas si se tiene por ellas un
amor verdaderamente sano e intenso. Slo quien considera al
ballet desde un punto de vista puramente romntico y lo siente
como un ensueo en el que muchachas se desplazan en puntas
de pies por el escenario y jvenes deslumbrantes (preferentemente
rusos) saltan y giran esplndidamente, pierde inters cuando los
elementos son analizados bajo condiciones semejantes a las de una
sala de operaciones.
Cuando se es joven y se estn estableciendo los patrones con
arreglo a los cuales se emitir juicio, importa acercarse a cada
ballet nuevo con la suficiente humildad como para aceptar que
es mucho lo que se puede aprender de la opinin de los dems, y
con la suficiente arrogancia como para sentirse seguro de que si
a uno le agrad o no le agrad no necesariamente se ha equivo-
cado si los dems opinan de manera diferente. (Los bailarines
jvenes deben ser condicionados en un modo bastante similar.
Deben tener la suficiente confianza en su propio talento y capa-
cidad como para subir al escenario y bailar un papel, pero deben
ser lo suficientemente humildes como para aceptar que sus maes-
tros o los bailarines de ms edad, o aun los integrantes con mayor
experiencia del pblico no los aficionados entusiastas puedan
ensearles mucho sobre el mismo.) Es necesario leer todo lo
que se encuentre sobre ballet, pero es preciso hacerlo con mente
116
crtica. Nunca se debe tomar como evangelio la opinin de otra
persona, cualquiera sea, sin probarla antes uno mismo. No im-
porta con cunta autoridad y poder de persuasin escriba un
crtico acerca de un ballet; no se debe permitir que sea l quien
tome la decisin que le corresponde a uno.
Virgil Thomson, al escribir sobre la crtica en general, con-
sider "pomposo y vano" juzgar al arte como "bueno o malo,
como si fuera una accin moral". Afirm tambin con justicia
y sabidura que "los gustos personales, aun los ampliamente com-
partidos, no son necesariamente irresponsables y de orden inferior.
Y el comentario escrito no necesariamente implica que se lleg
a l con autoridad, criterio o inteligencia". Por otra parte (como
tambin seala), el crtico que ve una coreografa y escribe acerca
de ella lo hace basado por lo menos en una considerable experien-
cia previa.1 Ha visto mucho, de lo contrario difcilmente sera
crtico. (Por cierto que hay excepciones, as como tambin hay
mucha gente en el pblico que ha tenido tanta experiencia como
los crticos.)
Ahora bien, el factor tiempo es indudablemente importante
cuando de emitir juicios se trata, dado que permite la comparacin
de cada nueva produccin con una considerable cantidad de sus
antecesoras, de modo que aquello que parecer una novedad al
observador de experiencia (o prejuicio?) menor, podr no ser
novedad en absoluto. La experiencia tambin permite apreciar
con mayor facilidad en qu consiste verdaderamente una coreo-
grafa: ver el cuerpo dbil por debajo de la ejecucin rutilante
o ver una resistente estructura sea ms all de una vestidura
pobre. A veces un ballet es presentado con habilidad y es extre-
madamente bien bailado, y la coreografia parece as mejor de lo
que en realidad es; a la inversa, puede parecer desprovista y rida
en un principio, y mejorar enormemente a medida que se la
frecuente. Con todo, hay otros factores ms importantes que la
experiencia: sentido comn, equilibrio e integridad. Esta ltima
es la cualidad que hace que el juicio no sea afectado por motivos
indignos o ulteriores.
1
"A Critique of Criticism", Vague, octubre de 1949.
117
Cuando la gente dice que un ballet es bueno o es malo
seguirn emitindose juicios de esa ndole aun cuando sean pom-
posos y vanos qu es lo que quiere decir? Varias cosas. En
primer lugar, por supuesto, significa que le gust o no le gust.
Luego, segn sus intereses personales, significa que proporciona
excelentes oportunidades a algn bailarn o bailarina por quien
siente especial predileccin, o bien que impresiona magnfica-
mente bien en el escenario. A veces los msicos basan su juicio
en gran medida en el hecho de si resulta interesante al odo. (A
menudo el aficionado al ballet se sorprende al escuchar a msicos
que se refieren a un ballet exclusivamente desde el punto de vista
de su partitura, sin ninguna referencia a sus dems elementos.)
Cuando se estren Giselle debe haberse producido un mues-
trario de ideas similar. Indudablemente algunos lo consideraron
como un ballet maravillosamente elaborado desde el punto de
vista de la puesta en escena, con abundante drama en el primer
acto y un segundo acto muy hermoso de mirar, con el agregado
de la excitacin que producen las veloces "wilis" deslizndose
por el escenario. Algunos habrn pensado tambin que se tra-
taba de un papel excelente para Carlotta Grisi y que nunca la
haban visto mejor, o tambin que Lucien Petipa tena inme-
jorables oportunidades como Albrecht. Sin duda, hubo quienes
consideraron que se trataba del argumento ideal para un ballet,
una esplndida continuacin de La Slfide, mientras que otros
habrn pensado que era meramente una mala imitacin del xito
anterior. A su vez algunos probablemente pensaron que la msica
de Adam les haba desilusionado; otros, en cambio, habrn con-
siderado que se adaptaba maravillosamente a la accin y que era
deliciosamente melodiosa. As debe haber ocurrido, exactamente
de la misma manera en que sucede con el ltimo ballet que to-
dos vimos la semana pasada. No hay modo de asegurar que todos
estn de acuerdo con respecto a las cualidades de un ballet; en
realidad, si la obra posee algn valor, se dan por lo general las
reacciones ms dispares. Con Giselle, sin embargo, hubo sufi-
ciente gente a quien gust como para proporcionarle una vida que
dura hasta el da de hoy. Asumiendo un punto de vista amplio,
118
se podra afirmar que un buen ballet es aquel que sigue siendo
solicitado a raz de que gusta por mil razones diferentes. Y, sin
embargo, todos podemos pensar en ballets que hemos sentido en
lo ms hondo que eran buenos, y que no han perdurado o bien
ni siquiera han gustado.
119
Ellas agotaban la descripcin, pero sobre ellas se prodigaban las
descripciones ms detalladas y exageradas, al punto de que todos
los elogios que se hacen a las grandes de nuestro tiempo no llegan
a compararse a lo que se registra el siglo XIX. Pero una vez que
terminaban de regocijarse con las bailarinas, se dedicaban a la
tarea ms slida de describir y a criticar las producciones, y pres-
taban atencin a todos los elementos.
La edicin de The Times (Londres) del 23 de junio de 1843
trata en detalle sobre el ballet Ondine de Perrot. Este Ondine no
era semejante en modo alguno al ballet del mismo nombre de
Ashton, ni siquiera en lo relativo al tema; el nico punto en
comn radica en la presencia de una clebre danza de las sombras,
un pas de l'ombre que el coregrafo y la bailarina convirtieron en
memorable y mgico. El anlisis del peridico dice lo siguiente:
120
compuestas por otra persona y no por el coregrafo
general; el propio Perrot, por ejemplo, compuso al-
gunas de las danzas de Giselle, cuya coreografa
general era de Coralli) "el movimiento lento es una
bonita danza del chal de descripcin ms bien no-
vedosa, y producen un efecto agradable los chales
que se agitan delante de Cerito mientras cae en sus
actitudes serias con St. Leon, formando as una es-
pecie de neblina ondulante. . . Cerito introduce mu-
chos de sus pasos brillantes. . . pero en lneas gene-
rales hubo una falta de unidad en el pas y. . . no
se lo puede comparar en absoluto con el pas de trois
que cre para Alma".
ILUMINACIN: "las montaas en el fondo, que brillaban
a la luz del da, enrojecieron con los tintes del atar-
decer, y por ltimo sali la luna y el escenario qued
cubierto por una luz totalmente azul. Esta fue lo
suficientemente intensa como para mostrar la som-
bra de Cerito, quien habiendo asumido una forma
sustancial por primera vez, observa con asombro su
propia silueta..."
121
Es fcil caer en la nocin de que, aun cuando no se pongan
de acuerdo entre s, de alguna manera los crticos poseen alguna
especie de vara que les es comn y por medio de la cual miden
la coreografa; pero en realidad no la tienen. Cada uno tiene
la suya propia. Cada crtico busca cosas diferentes en un ballet;
crea sus propias normas de calificacin y llega a su propio resul-
tado. Hasta considera de manera diferente sus propias funciones,
en lo relativo a si l existe para ejercer influjo sobre la direccin
y los artistas o bien para guiar al pblico.
Cyril Beaumont, en un ensayo valioso y estimulante sobre la
crtica, afirma que la crtica de ballet es "el examen de una obra
coreogrfica a la luz de un gusto informado que es en parte inte-
lectual y en parte emocional".2 Se trata de una descripcin per-
fecta; se debe recordar siempre que los gustos difieren, del mismo
modo que los intelectos y las emociones; pero un buen crtico
aprende a hacer esta importante diferenciacin: "Aunque no me
guste, sta es una obra maestra en su gnero. Aunque esta otra
pertenece al tipo de cosa que me agrada, no es en realidad muy
buena". Estas dos actitudes, aplicadas tanto a las interpretacio-
nes y a los bailarines como a los ballets, deberan ser los principios
fundamentales en lo que a crtica respecta.
Existen diferencias bsicas entre el crtico y un integrante
del pblico interesado. Como integrante del pblico y en mu-
chos aspectos es un modo de vida ms saludable y feliz que el del
crtico yo iba a las funciones a las cuales deseaba ir. Muchas
veces eso significaba tener que hacer colas para sacar entradas,
hacer planes, y sentarme en localidades baratas incmodas. Dado
que lo consideraba con mucha seriedad, a veces compraba entra-
das para funciones que no me interesaba ver, sencillamente porque
consideraba que deba verlas y formarme mi propia opinin al
respecto. Pero mi nico problema en toda ocasin era decidir lo
que senta personalmente sobre ellos. Poda amar y odiar sin
mayor explicacin; poda apoyar a mi equipo, por decirlo as, gri-
tar a su favor y gritar en contra de los otros, en una manera
desprejuiciada y muy humana.
2
Cyril Swinson, ed., Dancers and Critics (Londres, A. & C. Black, 1950).
122
Cuando comenc a ejercer la crtica, las cosas cambiaron;
no mis gustos personales, por supuesto, ni mis patrones, pero s
el tipo de consideracin que ciaba a cada una de las interpreta-
ciones que vea y la manera en que deba analizar, y retener o
descartar, los puntos de vista que me sugeran mis preferencias
personales.
Un crtico nunca debe sujetarse a sus preconceptos. No sera
humano no tenerlos, de modo que es necesario tener mucho cui-
dado y comprobar que uno es lo suficientemente capaz de recibir
impresiones como para admitir que un ballet no es lo que uno
pens que iba a ser sino algo bien diferente, no interesa mucho
si mejor o peor. Creo tambin que el crtico debe estar en guardia
contra sus sentimientos. A veces sabe (en su calidad de persona
privilegiada) que los artistas del caso se acaban de levantar de
su lecho de enfermo o que debieran estar en l, que ha fallecido
alguien de su familia o tienen entre manos un matrimonio fra-
casado. . . evidentemente es duro. Como persona uno siente soli-
daridad, y justifica ciertas cosas. Pero, como crtico? All estn,
ofreciendo una interpretacin que el pblico ha pagado para ver;
son profesionales y estn en su trabajo. En tales circunstancias
considero que se debe hacer la crtica exactamente de la misma
manera en que uno lo hara normalmente, slo cuidando quizs
de no decir las cosas de un modo excesivamente duro.
Pero en ese sentido dudo que el crtico deba alguna vez ex-
presar las cosas de un modo excesivamente duro. Con firmeza,
sin duda, pero creo que se debe equilibrar lo bueno y lo malo, en
los casos en que lo bueno exista, y objeto terminantemente en
un crtico cualquier manera de expresarse que pueda parecer
aun cuando no sea la intencin dicha con malicia o prejuicio.
No tiene defensa, al igual que el sarcasmo en boca de un maestro.
El goce puro no es parte importante de la suerte del crtico.
No puede disfrutar del mismo modo en que lo hace un integrante
del pblico, dado que no puede limitarse a dejarse sumergir en
una experiencia; debe aplicarle el pensamiento, y an ms, el
pensamiento analtico. A veces, si tiene la poca fortuna de escribir
para un diario, el pensamiento analtico debe producirse a tal pre-
123
sin que le permita frasear su artculo a medida que avanza.
Debe ver todo tipo de presentacin danzada, todas las compaas,
todos los ballets nuevos, todos los cambios de reparto; est sobre-
alimentado, se lo engorda como un pavo para Navidad, pero con
una mezcla muy indigesta de hierbas terpsicreas. Es cierto que
se halla ubicado en una localidad cmoda y gratuita, y que tiene
una entrada adicional para ofrecer a su amiga; es cierto que ve
funciones para las cuales la gente no logra obtener entradas; es
cierto que le pagan por decir lo que piensa. Pero al convertirse
en crtico no slo se renuncia a la libertad de elegir lo que se va
a ver; si se desea cumplir con la tarea en forma correcta, se
renuncia tambin a dar rienda suelta a amores y odios.
124
tante y hermoso, constantemente cambiante a medida que los
vientos de la moda remueven la arena, recibiendo impresiones
nuevas de quienquiera que sea lo suficientemente dominante o
decidido, o cuente con un apoyo lo suficientemente firme como
para dejar una huella en la movediza arena, y cuyas nicas carac-
tersticas permanentes son algunos oasis o fuertes aislados en el
desierto, el par de supervivencias de principios del siglo XIX, los
dos o tres ballets de Petipa o Bournonville, unos pocos ballets de
Diaghilev que se han mantenido a lo largo del tiempo, algunos
de la esplndida serie de las dcadas de 1930 y 1940. . . pero se
trata en todos los casos de slo un puado que nos ha llegado del
pasado, y recordemos que no se hallan impresos para que el p-
blico en general los pueda leer y estudiar sino que se trata de
reproducciones alteradas y con frecuencia debilitadas. Es eso todo
lo que nos queda para ubicar en el marco de la actividad intensa
pero quizs igualmente efmera del presente.
En consecuencia, resulta extremadamente difcil mantener
el sentido de la proporcin, y poseer patrones normativos. Un
estudiante de teatro, por grande que sea su entusiasmo hacia las
obras y autores ms recientes, difcilmente considerar despre-
ciable o sin importancia una tragedia de Sfocles, Shakespeare o
Ibsen, o una comedia de Sheridan, Shaw o Coward. Sin embargo,
el estudiante de ballet bien puede ignorar la importancia de los
ballets de Fokine o Massine, para nombrar slo a dos cuya obra
no es representada con mucha frecuencia. Es probable que el
estudiante de teatro sienta especial predileccin por algunas obras
clsicas nunca representadas, pertenecientes al acervo isabelino,
jacobino, de la Restauracin o aun del siglo XIX; podr leer sus
textos, y los comentarios crticos sobre produccin y actuacin,
y existirn en su experiencia con valor de criterios aun cuando
jams las haya visto representadas. Con respecto a aquellos ballets
que no tiene la posibilidad de ver, el estudiante de ballet no posee
otra cosa que los comentarios ms esquemticos y poco satisfac-
torios, y no pueden por lo tanto existir para l en absoluto, por
ms que debiera ser as y por ms que pudieran ejercer un influjo
sobre su criterio o estimular su pensamiento creador.
125
Existe otro aspecto en el cual el ballet tambin se compara
desfavorablemente con el teatro dramtico, y es su invariable
tendencia a limitar su mbito a un determinado canal. En todas
las pocas, e independientemente de las modas o gustos del mo-
mento, el teatro dramtico ha reconocido que puede abarcar tra-
gedias, comedias, farsas, comedias musicales, revistas y cualquier
combinacin de estas formas que sea capaz de producir. Hace
poco tiempo el teatro dramtico liso y llano inclua una tendencia
hacia lo que se sola denominar "obras de pileta de cocina".
Ahora las preferencias se inclinan hacia el desnudo y la porno-
grafa. Pero ello no significa que haya sido imposible hablar y
pensar favorablemente acerca de otros tipos de obra de teatro
si uno lo deseaba. Por su parte, el ballet se inclina hacia una
moda, y mientras sta prevalezca pretende que la verdadera fun-
cin del coregrafo debe estar orientada hacia esa forma de pro-
duccin y hacia ninguna otra. A lo largo de esas pautas se ha
movido la historia del ballet clsico. Existieron ballets sobre dio-
ses, diosas y personajes mitolgicos. Luego lleg La Slfide y se
produjo lo que Gautier describe en un clebre prrafo en La
Presse del 1 de julio de 1844:
126
como Esmeralda (El jorobado de Notre Dame), La filie du
bandit, y La jolie fille de Gand, y La Slfide y Giselle conser-
varon su lugar slo en virtud de la popularidad de las bailarinas
que se complacan en bailarlos.
Estos ballets d'action fueron desplazados a su vez por las
grandes feries, ballets de cuentos de hadas de los cuales La bella
durmiente constituye el ms grande ejemplo que sobrevive. Lue-
go, con Diaghilev y por medio de Diaghilev se dio el cambio a
los ballets breves con olas sucesivas de modas coreogrficas de
sello personal, cada una de las cuales eclips a las dems durante
el lapso que dur su mxima popularidad, y hasta tal punto fue
as que cuando el propio Diaghilev quiso representar La bella
durmiente en 1921 el pblico se hallaba condicionado de tal modo
que no tena inters en un Petipa de larga duracin. El ballet
breve sigui siendo popular, pero las modas cambiaron, orientn-
dose hacia los ballets sinfnicos de Massine y otros en la dcada
de 1930, los ballets literarios y dramticos de las dcadas del 30
y del 40, con su variante de carcter psicolgico-dramtico, y
el auge gradual del ballet de danza pura, que todava predomina
en buena medida, si bien su carcter se ha transformado consi-
derablemente al cambiar el tipo de msica (o acompaamiento
de otra ndole) y de movimiento utilizado. Toda idea nueva,
cuando se hace popular, es inflada por los crticos, que se hallan
tan a merced de las modas como todos los dems, y por el mo-
mento no se considera artsticamente permisible prcticamente
ningn otro mtodo de coreografa.
Se logra esta situacin en forma bien sutil. Cualquier core-
grafo en cualquier parte puede producir un ballet que se aparte
de la moda corriente, pero se expone inmediatamente a un riesgo.
Es triste que sea as, en especial si su ballet resulta ser bueno;
pero el caso inverso es an ms lamentable, dado que significa
que si un coregrafo trabaja dentro del estilo aceptado del mo-
mento, a menudo lograr abultados elogios, y una obra decidida-
mente montona y falta de inventiva, que deriva en mayor o
menor medida de los iniciadores del estilo, ser llevada en andas
cuando en realidad merecera ser pisoteada.
127
Sexta Parte
130
y el baile, y todo debe presentar la suficiente variedad y teatra-
lidad como para mantener el inters de un auditorio durante no
menos de dos o tres horas.
El coregrafo del siglo XIX tena a su favor en ese sentido
varios factores que el coregrafo no posee en la actualidad. Todos
esperaban de l que ocupara una velada en su totalidad, y haba
una buena cantidad de convenciones que lo ayudaban a ese fin.
El libretista planeaba su esquema de un argumento sustan-
cial y considerablemente complejo, dividido en escenas y actos al
igual que una obra de teatro o una pera. La escena, la situacin
y los personajes se establecan al principio; el argumento se desa-
rrollaba en varias secciones, con abundante accin dramtica y
contraste, y llegaba a una conclusin; con frecuencia (en aquellos
casos en que el final era feliz) el ballet continuaba con un grand
divertissement que conformaba el ltimo acto, tal como ocurre
en La bella durmiente, Raymonda y Copplia. La msica era
compuesta especialmente y se la dispona con toda claridad de
modo de incorporar toda la esperada variedad de solos, pas de
deux, conjuntos pequeos y grandes, y danzas de carcter, y el
coregrafo deba componer danzas de diversa ndole para incluir
en los lugares apropiados de la accin. El desarrollo del argu-
mento se hallaba contenido en su mayor parte en escenas y sec-
ciones de mmica, se podra trazar una comparacin con la pera,
con sus arias, recitativos y coros. De esa manera, el talento del
coregrafo era juzgado fundamentalmente segn la frescura
de su invencin en los diversos pas y conjuntos, y el modo en
que narraba el argumento y delineaba caracteres mediante la
mmica y el movimiento.
131
grado los temas dramticos o literarios. Los nuevos ballets, al
igual que los del pasado, son planeados en escenas y actos. Se
da, sin embargo, en menor grado la esquematizacin en pas y
conjuntos; el tratamiento de ellos es mucho ms libre; se los
interrumpe y combina en una manera que nunca hubiera sido
aceptada en otra poca y se hallan mucho ms integrados en la
textura del ballet. Por ejemplo, en un clsico de Petipa como
La bella durmiente es perfectamente posible (si bien no nece-
sariamente deseable) eliminar variaciones o pas de deux y reem-
plazarlos por otros sin trastornar en modo alguno la estructura
del ballet, por mucho que se altere el contenido artstico. Pero
en el Romeo y Julieta de MacMillan las danzas se hallan tan
identificadas con la creacin en su totalidad que sera de dudar
que cualquier sustitucin pudiera tener xito. Por otra parte, ya
no ocupan un lugar importante las escenas con mmica. Existen
entre Julieta y el fraile en el ballet de MacMillan, por ejem-
plo, pero en gran medida la mmica sencillamente forma parte
de una escena bailada, y se logra expresar mucho ms por medio
del movimiento mimado que mediante el gesto descriptivo. Ya
no se incluyen danzas casi sin excusa alguna; surgen natural-
mente de la accin, y llevan la accin hacia adelante por su estilo
y caractersticas. Con todo, para lograr el xito el ballet de gran
extensin debe ostentar todava tanta variedad dentro de su espe-
cia] carcter como una obra de teatro, y debe todava tratar
"acerca de" algo y de alguien. Es quizs tambin por esa razn,
y no slo por su inters coreogrfico, que con frecuencia resulta
muy popular.
En efecto, el Romeo y Julieta de MacMillan y La filie mal
garde de Ashton son dos de los ballets de gran extensin ms
conocidos y populares. La Filie ha sido ofrecido por el Royal
Ballet por toda Amrica del Norte adems de hacerse en Ingla-
terra; ha sido representado por el Ballet Australiano y en el
continente europeo. El Romeo de MacMillan ha sido filmado con
Fonteyn y Rudolf Nureyev en los papeles protagonicos y ha
gozado as de gran difusin. En estos dos ballets se pueden es-
tudiar la comedia y la tragedia que duran una velada entera,
132
con sus puntos fuertes y sus debilidades, sus problemas y sus
respuestas.
En ambos casos el argumento es antiguo. La Fille sigue con
toda fidelidad el argumento original del ballet de Dauberval. al
que Ashton slo ha introducido leves modificaciones; Romeo es
una adaptacin reconocible de la obra de Shakespeare; es as
como ambos se ubican por lo tanto dentro de los esquemas cl-
sicos de introduccin, desarrollo y climax. Con todo, en lo musi-
cal Ashton tuvo mayor libertad que MacMillan. Haca mucho
tiempo que La Filie se hallaba fuera de repertorio y fue posible
un enfoque completamente nuevo del argumento y de su acom-
paamiento. El simposio publicado en 1960 por el Dancing Times
hace ver con toda claridad hasta qu punto el ballet resultante
fue un producto de la entusiasta colaboracin entre Ashton y el
director de orquesta John Lanchbery. Lanchbery retoc la parti-
tura de Hrold con grandes mejoras de modo que impulsa la
accin hacia adelante sin un exceso de repeticin, sin longueurs,
y con la presentacin ms atrayente de escenas y danzas. Mac
Millan, por otra parte, debi trabajar con la partitura de Proko-
fiev compuesta originalmente para una produccin del Kirov de
1940. Posee invencin, es melodiosa, emocional y dramtica, pero
al igual que otras partituras de Prokofiev (por ejemplo La ceni-
cienta) es a veces penosamente repetitiva, insistiendo hasta el
cansancio con material bsicamente valioso, y posee secuencias
recargadas y tediosas. Si Prokofiev gozara de tan poca estima
como Hrold y hubiera muerto hace tanto tiempo como ste, y si
se hubiera dado rienda suelta a un Lanchbery en Romeo y Ju-
lieta, creemos que el coregrafo hubiera obtenido un arreglo mu-
cho ms apropiado de la msica. Tal como sucedieron las cosas,
MacMillan introdujo slo unas pocas modificaciones, en gran me-
dida a los efectos de proporcionar ms pasajes danzados a Romeo,
y se le presentaron muchos problemas; no todas sus soluciones
fueron acertadas, como lo prueba, por ejemplo, el dolor melo-
dramtico de Seora Capuleto por la muerte de Teobaldo.
En parte a causa de la partitura adaptada especialmente por
Lanchbery y en parte por ser una comedia que se ajust perfec-
133
tamente al estado de nimo por el que pasaba entonces Ashton,
La Filie posee una impulsiva espontaneidad que la hace parecer
breve a pesar de su longitud. Se halla, por otra parte, repleta de
personajes, y en ese sentido Ashton posee ms experiencia y ha-
bilidad que MacMillan. quien rara vez, en mi opinin, logra dar
profundidad a sus personajes. Slo donde puede expresar con
mayor intensidad sus sentimientos, como por ejemplo en el papel
de Julieta o en The Invitation, insufla la autntica vida que posee
la Lise de Ashton. Y Ashton no se detiene en Lise; el ballet
desborda de personajes reales, desde la madre Simone hasta el
empleado del notario, mientras que en Romeo abundan los per-
sonajes esquemticos. Los novelistas actuales con frecuencia es-
criben libros sin otorgar a sus personajes esa transfusin de sangre
viviente que los convierte en personas reales que penetran en el
mundo personal de uno, y los coregrafos de nuestra poca tam-
poco se destacan en ese sentido, aun con la importante ayuda
proporcionada por el talento de actores de sus bailarines. Resulta
curioso y lamentable a la vez que de Valois y Helpmann, dos
coregrafos de Inglaterra que demostraron poseer un amplio do-
minio del carcter y la estructura dramtica, no tuvieron nunca
la oportunidad de componer un ballet de gran extensin; durante
la poca en que trabajaron con el Royal Ballet las obras de gran
extensin no estaban de moda. Sus ballets breves se hallaban tan
llenos de personajes reconocibles y vivientes como La Filie.
Ambos pertenecen, por supuesto, al igual que Ashton, a una
generacin que todava crea en los personajes de la ficcin. En
la literatura, durante doscientos aosdigamos hasta 1950 los
escritores y los lectores aportaban una verdadera conviccin a los
mundos creados por la ficcin. Los novelistas vivan las escenas
que inventaban, y sus lectores sentan que entraban en un nivel
de experiencia diferente, pero perfectamente vlido. La situacin
ha cambiado. Es difcil sealar las causas, slo se las puede
sugerir. Acaso el mbito mayor que abarca la experiencia diaria
del hombre gracias a la televisin significa que sus sentimientos
pierden profundidad cuando anteriormente penetraban honda-
mente en un terreno ms reducido? Quizs su preocupacin por
134
la motivacin del carcter ha hecho que se reduzca su capacidad
para apreciar el carcter en s? O bien la estructura moral debi-
litada de la sociedad y la aceptacin cada vez mayor de que
todos debemos actuar y actuaremos siguiendo en el fondo nica-
mente los intereses personales ha disminuido la capacidad del
hombre de preocuparse por los dems? fro entra en la compa-
racin la preocupacin por causas o comunidades). Cualesquiera
sean las razones, a las que se podra discutir hasta el da del juicio
final, los creadores ms jvenes en la literatura, el teatro o el
ballet han perdido la actitud mental que poda dar como fruto
seres humanos de sangre caliente y no annimos ejemplares to-
mados del libro de pacientes de un psicoanalista, desorientados y
aniquilados. Poco importa esto en los ballets breves, pero luce
muy mal en los de gran extensin.
De qu manera puede lograr un coregrafo que sus perso-
najes tengan vida? De qu manera, por ejemplo, ha logrado
Ashton evocar el lugar y la gente en La Filie?
Los decorados de Osbert Lancaster son eficaces. Tambin lo
son, por supuesto, los de Nicols Georgiadis para Romeo, slo
que se trata de una forma diferente de efectividad. Dentro de
los de Lancaster se tiene la sensacin de que se podra vivir. El
patio de granja del primer acto con un toque de fantasa de
su gallo y gallinas de tamao excesivo y entrenados en el ballet
es lo suficientemente real como para que el escenario se halle
cubierto de pedregullo y barro imaginarios. El exterior de la
granja sugiere un lugar donde se vive: dormitorios con grandes
camas de plumas y enormes roperos, y la amplia cocina donde
transcurre el ltimo acto. Las edificaciones circundantes sugieren
lajas de mrmol para el enfriado de la leche, y heno en el establo.
La magnfica plaza italiana de Georgiadis en Romeo, por su parte,
es puramente teatral; nadie podra tener all su negocio, y uno
no se imagina las casas en las que viven todos esos veroneses.
Sucede lo mismo con la accin. Ashton introduce sus mu-
chachas y muchachos y nada de lo que hacen es en verdad realista.
Bailan. Llevan puestas versiones de ballet de ropas campesinas;
blanden hoces que muy obviamente no son mortferas. Es irnico
135
que se haya preocupado menos que MacMillan por asignarles
acciones individuales; pero dado que el grupo principal de per-
sonajes es tan real, y que el medio ambiente de la granja es
convincente y pone en marcha la imaginacin, el corps de ballet
logra dar vida a ese mundo campesino en un grado que queda
completamente fuera del alcance de los buenos ciudadanos, las
facciones en disputa, el mendigo tullido y las tres prostitutas en
lo que respecta a Verona.
Es as como los personajes principales de La Filie existen en
un medio que ostenta el sello de la verdad; pero tambin ellos
mismos son veraces. Se puede descubrir mucho sobre cada uno.
Lise es voluntariosa, entusiasta, encantadora y capaz; uno se siente
seguro de ello a pesar de sus ensueos, que son meramente el
resultado de ser joven y estar enamorada. A travs de sus accio-
nes se adivina la nia que ha sido y la mujer que ser. Tambin
Colas tiene futuro como granjero bueno y sensato, que mantendr
vivaces discusiones con la viuda Simone cuando sta sea anciana.
Por supuesto que ella, aunque se la hace actuar en travesti, es
perfectamente vlida como granjera dominante, obstinada, llena
de simpata y espritu. Alain, el ingenuo, ostenta excentricidades
y sutilezas en abundancia; su padre es el que ms se acerca de
todo el ballet a la caricatura y a ser un personaje de una nica
dimensin.
En comparacin con esa comunidad activa y floreciente, el
mundo de los Capuletos y Mnteseos de MacMillan parece em-
palidecer. Sin lugar a dudas, la coreografa es excelente. Cuando
se trata de la composicin de danzas, y de la expresin del amor,
como tmido ensayo o bien realizado radiantemente, de disgusto
o miedo o dolor, MacMillan no es capaz de fallar. El movimiento
que concibi para Julieta no podra ser mejorado. Es musical-
mente perfecto, y la delicadeza de su danza en la escena del saln
de baile, la libertad y el gozo al descubrir a Romeo en el jardn,
sus extticos dos de amor, el rechazo que siente hacia Pars, su
138
Karsavina. Por otra parte, cont para ello con la importante
ayuda proporcionada por el carcter y "tempo" variado de la
msica que pudo modelar y emplear. MacMillan, sin embargo,
ha interpolado hbilmente toques de comedia dentro de su accin
trgica, utilizando con muy buen resultado el entusiasmo de sus
jvenes, especialmente en la encantadora escena de la Nodriza
y la carta. Igual que lo que ocurre con la mayora de los core-
grafos jvenes, se siente menos cmodo que Ashton con la mmica
clsica y su utilizacin natural. No se observa esto en los papeles
principales, dado que intercala con habilidad gestos expresivos en
la danza; pero se lo puede apreciar en los papeles chicos, en los
esfuerzos trabajosos para comunicarse que hacen el Seor y la
Seora Capuleto y el Duque, la mmica convencional y sin in-
ventiva del fraile, la nodriza, Teobaldo y las prostitutas.
Por ltimo, todos los ballets necesitan ser adecuadamente
producidos, pero los ballets de gran extensin son especialmente
exigentes. Necesitan el elemento sorpresivo, como por ejemplo
en La Filie cuando Alain es arrastrado por su paraguas rojo, o
cuando vuelve a buscarlo en el final. Necesitan el toque exqui-
sitamente econmico que le confiere MacMillan a la ltima es-
cena de Romeo y Julieta cuando la muerte llega a ambos rpida-
mente y con perfecta coordinacin, lo cual es doblemente sor-
prendente considerando la torpe teatralidad de la anterior muerte
de Teobaldo. Parece ser que Lavrovsky, al preparar su famosa ver-
sin de este ballet para el Bolshoi, se quej a Prokofiev acerca
de la escena de la muerte de Teobaldo, en la cual un acorde es
repetido quince veces, y le dijo: "Pero, qu se supone que haga
en el escenario?". Y Prokofiev le contest: "Lo que usted quiera". 1
La solucin coreogrfica de MacMillan dista de ser ideal.
Ashton y MacMillan no son los nicos coregrafos modernos
que han compuesto ballets de gran extensin. Cranko, con el
Ballet de Stuttgart, ha obtenido un xito enorme con dos: Eugene
Onegin y La fierecilla domada. En este ltimo encontr un
argumento que presenta una lnea clara y firme de desarrollo y
1
Vctor Seroff, Serge Prokofiev (Nueva York: Funk & Wagnall, 1968).
139
Yuri Grigorovich conversando Foto Jennie Walton
con Natalia Bessmertnova en un ensayo del
Ballet Bolshoi.
142
cados con brillo e intensidad por medio del movimiento y los
esquemas prietos y estilizados de la coreografa, en comparacin
con la pasin lrica de amplio vuelo de la danza de Espartaco y
de Frigia o con el abandono apasionado de las batallas.
143
lados hasta tal punto sobre sus fsicos y sus talentos individuales
que slo logran su mxima gloria cuando son bailados por sus
intrpretes originales.
En lo que al pblico respecta, el atractivo que presenta el
ballet de danza pura es en gran medida visual o por lo menos
auditivovisual. Slo un pequeo porcentaje del auditorio posee
conocimientos lo suficientemente expertos de la msica y de la
danza como para poder apreciar la sutileza o la inventiva evi-
denciada por el coregrafo al yuxtaponer ambas. El lego slo
percibe los cuadros en movimiento que le presenta la danza y
la colaboracin entre esos cuadros y la msica que los acompaa.
Envuelven los sentidos y conmueven o satisfacen la vista y el
odo en un modo rara vez logrado por otras formas de arte o de
entretenimiento. Los mejores ballets de danza pura llegan incluso
al lego y le muestran en alto grado la manera fluida y estimu-
lante en que la mente coreogrfica se puede aplicar a la traduc-
cin de la msica a movimiento danzado; pero es muy escasa su
posibilidad de anlisis, cuando existe, y no es mucho lo que puede
recordar a excepcin de una impresin general y una o dos im-
genes aisladas comparables a uno o dos cuadros de una exposicin
de artes plsticas.
Si sucede as con los mejores exponentes del gnero, es an
ms cierto en el caso de la inmensa cantidad de ballets de danza
pura menos inspirados. Estos, al no poseer contenido ni atractivo
intelectual, y sin otro atractivo emocional que el que presenta
una sucesin de imgenes visuales y auditivas, ofrecen muy poco
a la memoria del lego. Slo recordar alguna nocin sobre el
vestuario, algn momento de la accin. "Es se", dir, haciendo
esfuerzos para recordar, "en el que las bailarinas estn vestidas
de amarillo, no es as, con esos semicascos raros. . . en el que los
bailarines llevan pantalones ajustados multicolores en rojo y blan-
co. .. en el que al final la bailarina principal es levantada y
llevada por el escenario por seis de los bailarines".
Los trminos diferentes que se han utilizado a travs de las
pocas para describir las distintas categoras del ballet contribu-
yen a crear confusin con respecto a aquello acerca de lo cual
144
la gente habla. En una poca era frecuente denominar ballet
"abstracto" al ballet de danza pura: en realidad dicho trmino
deja entrever en buena medida la esencia de esta variedad de
ballet. El ballet abstracto resulta as casi tan posible como la
pintura abstracta la pintura de formas y colores sin un tema
concreto o la msica abstracta, la msica absoluta, la msica
(citando al Penguin New Dictionary of Music) "sin referencia
directa a nada que le sea exterior, es decir, que no posee texto
y no es msica ilustrativa que describe un argumento, ni una
escena, etc.". Pero, por supuesto, el ballet utiliza seres humanos,
3% como lo ha sostenido Balanchine, desde el momento en que se
rene a seres humanos en un escenario se da una situacin, una
relacin, que de ningn modo puede ser verdaderamente abstracta.
Por momentos, y precisamente porque el coregrafo es humano
y se halla trabajando con seres humanos, se filtra un momento
de emocin, de sentimiento, de "contenido", y a veces causa un
impacto mucho ms violento sobre la atencin de lo que
podra parecer teniendo en cuenta su duracin. Pero un uno
por ciento de tema concreto no llega de ningn modo a
eliminar a un ballet de la categora de la danza pura, as co-
mo tampoco el hecho de saber que el coregrafo en un primer
momento tena pensado un amplio "programa". Ashton,
hablando hace mucho tiempo sobre las Variaciones sinfnicas con
Richard Buckle, admiti que haba "abstrado" la accin del ballet
(utilizando el trmino en una acepcin diferente) de un argu-
mento que haba preparado originariamente. Este consideraba a
la msica en trminos de un perodo invernal de espera, seguido
de la llegada del sol y la realizacin sexual, "El Arte y la Fe
unidos en lago indestructible", 2 pero a pesar de esa intencin
surgi un ballet de danza pura.
La coreografa de danza pura es una idea moderna. Las
secciones de los ballets del siglo XIX que presentan largas secuen-
cias de danza pura los segundos actos de El lago de los cisnes
y de Giselle, por ejemplo no fueron compuestas solamente
2
Ballet, noviembre de 1947.
145
teniendo en vista la danza. Por medio de la danza crean una
atmsfera y un ambiente especial que tienen relacin con la
narracin; no podran sostenerse como obras de danza pura com-
pletas en s mismas. A veces parecera que, como ha ocurrido
con tantas otras cosas, el origen del gnero se dio con Fokine, en
este caso con Las slfides. Su primera versin, chopiniana, osten-
taba un programa completo, pero luego ste fue refinado en
el ballet posterior hasta que surgi como danza pura.
Sin embargo, en la actualidad un coregrafo puede descartar
las ideas que se relacionan con material temtico y armonizar la
msica con el movimiento de un modo totalmente abstracto. El
desarrollo que llev a esto, muy lento durante muchos aos, se
ha acelerado considerablemente desde la dcada de 1950, y denota
con toda claridad los cambios acaecidos en la tcnica de la danza
y en la moda. Tales cambios son inherentes a un arte viviente, y
se los ha podido observar siempre; cada generacin nueva ha
introducido modificaciones tcnicas que han hecho que todo lo
anterior pareciera anticuado, y ello desde los tiempos en que los
profesionales del siglo XVIII introdujeron por primera vez nuevos
pasos y saltos. La tcnica nunca es esttica y la tendencia re-
ciente ha estado orientada hacia un atletismo an mayor, exi-
gencias fsicas cada vez ms arduas y un movimiento y un gesto
completamente sin inhibiciones. Otras formas de danza la
danza moderna, la danza folklrica, la danza oriental han sido
exploradas en busca de material utilizable, y cada vez se ha hecho
ms difcil establecer definiciones a medida que los estilos des-
bordan los unos en los otros. Esto se aplica a todo tipo de ballet,
no slo al ballet de danza pura, y quizs se lo pueda apreciar an
ms que el gnero que con toda intencin denomino impresionista.
Esta calificacin no es aceptada en forma general, de modo que
debo aclarar qu es lo que quiero significar con su utilizacin.
LOS BALLETS IMPRESIONISTAS
Para m, un ballet impresionista se vincula mucho menos con
el movimiento denominado Impresionismo que se da en la pin-
tura que con la definicin musical de impresionismo que se
146
aplica a una composicin que posee contenido, pero no en una
modalidad narrativa o dramtica. Considerado de esta manera,
el ballet impresionista resulta ser la categora ms amplia, y
abarca una gran cantidad de obras clebres. En un extremo se
aproxima considerablemente al ballet de danza pura, por ejemplo,
en ballets realizados en base a ciclos de canciones, tales como el
maravilloso ballet de MacMillan La cancin de la tierra, o el
magnfico Dark Elegies de Tudor; en el otro extremo, se acerca
mucho al ballet narrativo; como ocurre con las esplndidas Va-
riaciones enigma de Ashton. Probablemente rena una cantidad
mucho mayor de obras maestras que cualquiera de las otras cate-
goras, y quizs sea la modalidad que ms se adeca al coregrafo
actual, que puede explotar la mayor cantidad de posibilidades que
se le ofrecen para la expresin de los sentimientos y estados de
nimo humanos sin verse envuelto en el complejo asunto del
desarrollo de una narracin y del carcter de los personajes.
Puede ser de esa manera poeta sin intentar la dura tarea del
drama potico. Del mismo modo que en el teatro hablado, los
dramas poticos del ballet son pocos y en la actualidad se hallan
lamentablemente muy pasados de moda. El American Ballet
Theatre conserva e interpreta esplndidamente Columna de fuego
de Tudor y Fall River Legend de Agnes de Mille; La carrera de
un libertino de Ninette de Valois pertenece al repertorio de giras
del Royal Ballet; Yugen de Helpmann es interpretado por el Ba-
llet Australiano; pero se han perdido muchos otros ballets con-
movedores y plenos de sensibilidad.
Sin embargo, el ballet impresionista se halla en una situa-
cin floreciente. Es especialmente susceptible a variantes indi-
viduales de estilo e ideas, y tambin ha sufrido modificaciones a
travs de las pocas. Resulta tentador atribuir su nacimiento a
la expresin danzada de Fokine del poema de Gautier Loin du
Bal, El espectro de la rosa, un perfecto ejemplo del ballet impre-
sionista temprano, un episodio nico, un solo carcter, la evo-
cacin de un sueo en trminos de danza fluida. Tambin perte-
necen a esta categora algunas joyas del repertorio de Pavlova, y
su propio Hojas de otoo, que se hallaba constituido por impre-
147
siones de un momento, una escena o una situacin, cristalizada
en una manera fcilmente asimilable. El crdito mayor en el
desarrollo de este gnero, en Inglaterra en la dcada de 1930,
posiblemente recaiga en el Ballet Rambert. Su imponente grupo
de coregrafos jvenes Ashton, Tudor, Frank Staff, Walter
Gore y Andre Howard crearon todos ellos ballets impresio-
nistas.
El ballet impresionista ha sido invadido por una considerable
dosis de contenido psicolgico; a menudo se ha convertido en
vehculo para describir situaciones sexuales, normales o anorma-
les; y, como dijo Fokine en sus memorias: "Es imposible hacer
un catlogo de todas las variantes de anormalidades sexuales y
si se las representa en el escenario existe un campo de oportuni-
dades sin lmite". La obsesin actual con el cuerpo y sus deseos,
antes que con la emocin no sexual o el conflicto tico, rige la
eleccin del tema y su expresin. Los mejores ballets que de ello
resultan son excitantes y conmovedores, como por ejemplo La
siesta de un fauno de Robbins, acerca de dos jvenes enamorados
en un estudio de danza, o el do de amor de Glen Tetley Ricer-
care. Los peores son aburridos, deprimentes y ocasionalmente
obscenos.
Una variedad de ballet impresionista que ha perdurado y
que por momentos se acerca considerablemente al ballet narrativo
es la realizacin coreogrfica de una obra vocal. Tambin en
ese caso los orgenes podran quizs remontarse a Fokine y Dia-
ghilev. La danza, el movimiento y la mmica en base al canto
fuera del escenario o no participante activo, data por supuesto de
mucho tiempo atrs en la historia tanto de la pera como del
ballet, pero nuestro mtodo de coreografa contemporneo y de
mucho xito sobre el canto coral o solista parece deber su mpetu
al enorme atractivo de las Danzas polovtsianas del prncipe Igor,
en donde el movimiento vigoroso o lrico se hallaba tan perfec-
tamente en armona con la msica de Borodin, que se convirti
3
Michel Fokine, Memoirs of a Ballet Master.
4
Igor Stravinsky, An Autobiography.
150
Bronislava Nijinska trabajando con integrantes
del Royal Ballet en una reposicin de LAS BODAS, 1966.
Foto Keith McMillan
151
dones musicales" y pone nfasis en el hecho de que si bien su
obra es compleja desde el punto de vista del bailarn, ella "no
tiene conciencia de esa sobreelaboracin". 6 De todo lo que se
dice acerca de Nijinska surge la firmeza y la lucidez de su inte-
lecto y su gran poder de concentracin.
En el perodo que se extiende entre Diaghilev y la dcada de
1960 se crearon relativamente pocos ballets impresionistas a partir
de obras vocales, y el que ms se destaca es probablemente Dark
Elegies de Tudor, que est basado en los Kindertotenlieder de
Mahler. Para esta serie de danzas fnebres para los jvenes pa-
dres de los nios muertos, Tudor ha encontrado un estilo de
danza ideal controlado, angular y por momentos severo, que
traduce el encanto inconsciente de los movimientos que hacen
los cuerpos sin entrenamiento incitados por la tensin emocional
a expresarse en el lenguaje del ballet clsico, y logra pleno xito
en su intento de adaptarse a cada una de las canciones con una
pasmosa exactitud que extrae de la msica y el texto su contenido
total. Se trata de una obra sin fallas, y es lamentable, segn lo
sugiere Arthur Franks, que el propio Tudor no se haya sentido
nunca satisfecho del todo con ella. 7 Las bodas y Dark Elegies
han sido igualadas por los Valses de amor de Balanchine, una
perfecta unin de la danza y la cancin romnticas, y por La
cancin de la tierra de MacMillan, en donde el movimiento se
ajusta maravillosamente a la esplndida variedad del ciclo de
canciones de Mahler. Todos estos ballets en su tratamiento de
las partituras musicales traen a la memoria una frase de Balan-
chine sobre su ballet Los cuatro temperamentos: "mis danzas
conforman un negativo de su placa positiva (de Hindemith)".
En la actualidad los ballets realizados sobre canciones son
representados con mucha frecuencia, pero por cierto que no siem-
pre en forma satisfactoria. Carmina Burana de Orff, ha captado
la imaginacin de los coregrafos y tanto John Butler, para el
Nederlands Dans Theater, como Fernand Nault, para Les Grands
8
7
Ninette de Valois, Invitation to the Ballet.
Arthur Franks, Twentieth Century Ballet.
152
Ballets Canadiens, han creado coreografas para esa obra, mientras
que Butler tambin ha realizado como complemento la coreografa
para la an ms excitante Catulli Carmina; y uno de los experi-
mentos ms interesantes ha sido Solo for Voice I de Hans van
Manen, obra en la cual una soprano seductora con un micrfono
en la mano se desplaza por el escenario motivando el do de amor
de dos bailarines por medio de la interpretacin de una partitura
de John Cage que acumula palabras en diferentes idiomas yuxta-
puestas sin un significado directo. 8
Ello nos lleva naturalmente a la danza creada sobre una
narracin. Un buen ejemplo es A Wedding Bouquet de Ashton,
que es bailada con el acompaamiento de una narracin de Ger-
trude Stein, en la actualidad recitada y no a cargo de un coro.
A Wedding Bouquet ha sido siempre a ambos lados del Atlntico
un gusto adquirido; quienes lo hemos adquirido sentimos por
ella un profundo apego, y comenzamos a rer entre dientes en
forma ms bien alocada cada vez que se levanta el teln para
mostrar la encantadora escena victoriana con su guirnalda y
pareja de novios, y la pequea mesa con flores blancas y botella
de champaa, y el narrador, ltimamente Robert Helpmann,
dueo de la situacin con autoridad impecable y demoledora. Si
uno no se halla bajo su hechizo no significa nada ms que extra-
eza y tedio; y no puedo pretender que aquellos a quienes ha
aburrido estn de acuerdo conmigo en que se trata de una de las
obras ms perfectas de Ashton, con el tipo adecuado de danza, la
aguda caracterizacin adecuada, el adecuado encanto nostlgico
y, en ltima instancia, la desilusin adecuada. "La amargura",
declara el narrador, observando con ojos opacos su botella de
champaa casi vaca, "se ha adueado de todos. . ."
El acompaamiento hablado se ha hecho cada vez ms po-
pular entre los coregrafos, pero se presta no slo a xitos sino
tambin a calamidades. A menudo se lo utiliza como acompa-
amiento grabado para un ballet, probablemente un ballet psico-
lgico, con cintas mezcladas que incluyen consultas con psiquia-
8
Ballet and Opera, julio de 1949.
153
Escena final
de las VARIACIONES ENIGMA
de Frederick Ashton.
De pie, de izquierda a derecha:
Stanley Holden, como Stewart-Powell;
Robert Mead, como Arnold;
Vyvyan Lorrayne, como Isabel Fitton;
Desmond Doyle, como Jaeger;
Anthony Dowell, como Troyte Griffith;
Deanne Bergsma, como Lady Mary Lygon;
Derek Rencher, como Elgar;
Svetlana Beriosova, como Lady Elgar;
Leslie Edwards, como Nevinson;
Georgina Parkinson, como Winifred Norbury;
sentados adelante:
Brian Shaw, como Townshend;
Antoinette Sibley, como Dorabella;
Wayne Sleep, como Sinclair;
Alexander Grant, como Baker.
Fotn Rosemary Winckley
tras o declaraciones sobre experiencias sexuales, con lo cual uno
se halla sentado escuchando con grave atencin mientras alguna
lastimosa voz femenina describe cmo fue raptada de nia por
su to, al tiempo que una compaa de bailarines con mallas
ajustadas realiza movimientos aparentemente sin ninguna rela-
cin en calidad de comentario. Tambin ha sido agregada el habla
a las obligaciones de la bailarina; en Persphone de Ashton, en
donde Beriosova deca muy bellamente el texto francs, la accin
inevitablemente decaa, y la concentracin del pblico se divida.
Esta diversificacin de la atencin se debe pensar en el com-
plejo texto potico, o escuchar la msica, u observar la accin?
es un problema que se plantea cada vez que se crea la danza
sobre el canto o sobre un texto hablado. La maestra del core-
grafo radica en su capacidad de hacer que cada uno de los ele-
mentos fundamentales se destaque de los dems en los momentos
apropiados, y haga llegar su mensaje esencial al espectador-oyente
sin confusin ni falta de claridad; y se puede apreciar su fracaso
si la sensacin general es de presin y frustracin.
Dije anteriormente que Variaciones enigma de Ashton es
un ballet impresionista que se acerca mucho al ballet narrativo.
Indudablemente posee una accin que tiene apariencia de conti-
nuidad y de llegar a una culminacin; pero esa equilibrada su-
cesin de incidentes no es otra cosa que una serie de impresiones
de carcter, de medio ambiente, de sentimientos, combinadas
artificiosamente dentro de un decorado notablemente realista. En
realidad, se trata de un ballet cuya gnesis surge de sus decorados;
Julia Trevelyan Oman cre los diseos a partir de la gran admi-
racin que senta por la msica, y logr hacer que Ashton se
interesara por la idea.
Se trata de una coreografa excepcional, en donde el elemento
de danza se adapta perfectamente a cada una de las variaciones,
las que describen por turno a los amigos de Elgar. Es virtuosstica
y llena de inventiva (para Troyte Griffith), lrica (para Isabel
158
ubique a Hamlet entre los ballets impresionistas y no como ballet
narrativo, pero se trata de un logro singular entre los ballets
shakespearianos y se lo debera representar con mayor frecuencia.
Su gnesis es interesante. Otros coregrafos han elegido temas
tomados de Shakespeare por considerar que la obra original po-
sea un buen argumento un buen plan de accin, con situa-
ciones dramticas y personajes interesantes, que se prestaba
para danzas solsticas, pas de deux y conjuntos. Helpmann fue
ms all, y lleg a un punto en que su intensa familiaridad con
la obra le permiti expresar su sustancia por medio de caleidos-
cpicas disposiciones de movimientos danzados, perfectas y flui-
das. A travs de ellas cre excitantes secuencias y esquemas tea-
trales que, si se los analiza, contienen la esencia del carcter y
la accin. No es el nico coregrafo que ha utilizado una obra
de Shakespeare en forma impresionista recordemos la Pavana
del Moro de Limn, pero su Hamlet es de lejos la destilacin
ms compleja y sutil que se ha logrado hasta la fecha.
Al igual que tantos otros ballets, no se lo suele interpretar
con la misma sensibilidad y apasionamiento que caracteriz la
versin original. "Cuanto ms tiempo permanezca en el reperto-
rio un ballet, ms se alejar de la versin original", dijo Fokine,9
hablando a raz de su amarga experiencia personal. Es induda-
ble que ello se aplica casi sin excepcin a los ballets impresionistas
y a los argumntales; es mucho ms fcil conservar en su estado
original los ballets de danza pura, y algunos son bailados en forma
ms brillante a medida que pasan los aos, dado que la tcnica
avanza, los bailarines poseen una facilidad constantemente mayor
y nuevos bailarines otorgan a los papeles condiciones nuevas y
excelentes. Por su parte, los bailarines originales de papeles que
poseen un carcter emocional o dramtico trabajan con el core-
grafo con el entusiasmo de la creacin, y reciben el flamante sello
de autenticidad de sus ideas en desarrollo; se sienten envueltos y
entusiastas, sienten que son los dueos de sus papeles y desean
profundamente lograr la perfeccin. Los intrpretes posteriores
9
Memoirs of a Ballet Master.
159
rara vez otorgan esas cualidades a un ballet; tambin sobre este
aspecto se expresa Fokine, haciendo referencia a El pjaro de
fuego; en las reposiciones descubri que los pasos haban sido
transmitidos con apreciable exactitud, pero que los agrupamientos
se haban desintegrado, y "todo pareca haber perdido su fuerza,
caractersticas, expresividad y consistencia".
Debemos mencionar a un coregrafo del ballet impresionista
por haber sido tan personal y por formar parte importante de la
leyenda del ballet: Nijinsky, de cuya obra se conserva un ballet
minsculo. La siesta de un fauno. Nadie podr sobre la base del
mismo realizar en la actualidad una evaluacin de su obra o su
potencial. Diaghilev lo forz a iniciarse en la coreografa; no se
sinti cmodo en esa actividad; trabaj denodadamente con sus
bailarines poco entusiastas y cre tres ballets frecuentemente ata-
cados y que se prestan a la controversia. Al ver La siesta de un
fauno en la actualidad parece tan fcilmente asimilable y tan
directo, que cuesta imaginar el escndalo que caus esa noche
lejana en Pars en 1912 y la ira con que se conden su tipo de
movimiento no ortodoxo y su contenido sexual sin inhibiciones.
Uno sospecha que Nijinsky se adelant mucho a su tiempo como
coregrafo. Es. por supuesto, una sospecha que no se puede ya
probar. Esos ballets ya no existen, y los comentarios que se escri-
bieron acerca de ellos son completamente contradictorios. El
comportamiento del pblico en Pars en el estreno de su La con-
sagracin de la primavera fue increble, desrdenes, tumultos y
aun luchas entre sectores, hasta tal punto que los bailarines
casi no podan or la msica. Probablemente no haya habido otro
coregrafo que lograra enfrentar de tal modo a la gente. Sin
embargo, la primera representacin de La siesta de un fauno en
Londres fue recibida con tal entusiasmo que debi ser bisada.
De todo el cmulo de crtica condenatoria surgen unas pocas
voces que sugieren el hecho de que la conflictuadamente de
Nijinsky debe haber posedo cualidades de gran valor que otros
162
El concepto de que el drama y la actuacin teatral son cua-
lidades que rebajan al ballet de su estado de exaltacin ms alta
es curiosamente mal aplicado y en gran parte moderno. Como
ya dije antes, es natural que los valores dramticos ocuparan un
importante lugar mientras las convenciones de la poca se incli-
naban hacia los ballets de larga duracin. Para Noverre era "el
deber de un maitre de ballet" adaptar poemas a sus fines, "uniendo
la danza con la accin, imaginando escenas dramticas y
adaptndolas hbilmente al tema";10 y fue eso lo que lo diferen-
ciaba de "aquellos maitres de ballet que imaginan satisfechos que
han llegado a la culminacin de su carrera cuando han arreglado
algunos pasos e ideado figuras. . .". Bajo el fuerte influjo de la
admiracin que senta hacia David Garrick, es natural que haya
considerado que la actuacin teatral era un arte magnfico y que
haya insistido en la necesidad de actores-bailarines en el ballet.
Sus importantes discpulos Didelot y Vigano continuaron sus
enseanzas en sus ballets, subordinando la tcnica de la danza
a la veracidad y la continuidad dramtica. Vigano en especial
intent apartarse del esquema de escenas con mmicas estticas
que se alternaban con la danza, el que serva a muchos core-
grafos de la poca para llevar adelante el argumento, y basarse
en el movimiento mimado como parte integral de la danza. Pe-
rrot, un gran actor-bailarn, fue, segn todos los datos que nos
han llegado, un magistral coregrafo de escenas dramticas y un
creador de fuertes papeles dramticos para sus bailarines prin-
cipales.
Pero lleg la inevitable reaccin, y comenz un giro hacia
ballets menos dramticos, ballets que eran en gran medida diver-
tissements masivos dispuestos a lo largo de un hilo narrativo bas-
tante atenuado. Algunos lo consideraron un retroceso. Benjamn
Lumley, famoso "manager" de la pera del Covent Garden a
principios del siglo XIX, declar que la tendencia indicaba que
"el pblico slo deseaba piernas, no cerebro" y no estaba del todo
equivocado. Si se lo deja elegir, por cierto que ser siempre esa
la eleccin de buena parte del pblico.
10
J. G. Noverre, Cartas sobre la danza y sobre los ballets.
163
Agnes de Mille
dirigiendo un ensayo
de UNA ROSA
PARA MISS EMILY.
Foto
North Carolina School
of the Arts, Bill Ray
Apuntes de Agnes de Mille para UNA ROSA PARA
MISS EMILY .
La nueva tendencia qued consolidada en Rusia con los
ballets de Saint-Lon. En etapas anteriores de su carrera haba
producido buenos ballets d'action, pero aparentemente le intere-
saban muy poco los valores dramticos y si bien se atuvo a las
convenciones en cuanto que sigui creando ballets con argumento,
los llen con una gran variedad de danzas y una abundancia de
ideas espectaculares. Parece haber tenido poco control de sus
argumentos y poca habilidad para la construccin dramtica; y
se empez a decir que el medio no permita tratar ms que con
las ideas ms simples. Si agregamos el hecho de que si bien Petipa
era perfectamente capaz de lograr una coreografa dramtica su
genio yaca en la creacin de enchainements de danzas, significa
que para la poca de Fokine el drama pareca correr en Rusia el
peligro de ser desplazado totalmente por la danza.
Es significativo que la avanzada artstica de la poca no lo
consider como un paso positivo. Por mucho que amaran la
danza, consideraban que en el ballet el drama era importante.
En lugar de desear que fuera eliminado del todo, se hallaban
convencidos de que el ballet ideal sera el producto de unir la
danza y la actuacin teatral en un poderoso y armnico espec-
tculo dramtico.
La serie de breves ballets dramticos que Fokine cre para
Diaghilev constituy un supremo ejemplo de ello. Cloptre, que
evidenci "su rara capacidad para hacer que un drama se exprese
en trminos de una coreografa que lo hace tan impactante como
un drama cuyo vehculo es la accin y la palabra hablada",11 fue
seguido de una sucesin de obras ahora clebres: Schhrezade,
que en reposiciones nunca logra la cualidad sobrecogedora que
le dieron bajo la inspiracin creadora de Fokine las grandes inter-
pretaciones actuadas de Ida Rubinstein, Nijinsky, Alexis Bulgakov
y Cecchetti; Petrushka, un drama danzado, maravillosamente
caracterizado y orquestado que, sin Karsavina y Nijinsky y el
mpetu creador de sus comienzos, slo sugiere lo que debi haber
sido; Thamar, Daphnis y Chloe y El gallo de oro, de excelente
construccin dramtica y llenos de comedia o tragedia ricamente
11
C. W. Beaumont, The Diaghilev Ballet in London.
168
caracterizada. No tiene importancia si alguno de ellos logra el
mismo efecto sobre el pblico actual que el que lograron sobre
los auditorios originales. Basta saber que tuvieron un magnfico
eco en su poca.
Aquellos ballets argumntales de Fokine fueron seguidos en
Occidente por muchas obras narrativas, y en Inglaterra durante
las dcadas de 1930 y 1940 existi una clara subdivisin que abar-
caba los llamados ballets literarios, que eran ballets basados en
obras de literatura. Tambin fueron creados en otros pases, pero
la moda ms grande se dio en Inglaterra y en los Estados Unidos,
con, por ejemplo, Camille de Taras, o Un tranva llamado deseo
de Valerie Bettis. An hoy existen ejemplos: la importante obra
de MacMillan The Invitation posee un libreto que surge de dos
novelas, si bien de un modo indirecto, y su ballet Las hermanas
se halla basado en la obra de Lorca La casa de Bernarda Alba.
El ballet Una rosa para Miss Emily de Agnes de Mille ha sido
tornado a su vez del cuento A Rose for Emily de William
Faulkner.
Durante los aos de aislacin con respecto a Occidente no
se compusieron mayormente ballets breves en la Unin Sovitica;
se dio la disyuntiva entre ballets con y sin argumento, y ambas
modalidades contaron con adherentes, pero mantuvo su popula-
ridad el ballet narrativo de gran extensin con el nfasis puesto
en los valores dramticos y en la caracterizacin. En una poca,
el coregrafo Lopukhov se inclin firmemente hacia el ballet de
danza pura, habiendo propuesto los principios de ligar los temas
coreogrficos y los musicales y hacer que la danza fuera la carac-
terstica dominante de todo ballet. Considerando las circunstan-
cias de ese momento, fue un reformador muy necesario. Las
enseanzas de Lopukhov de ningn modo se han perdido; ejer-
cieron su influjo sobre Balanchine antes de su partida de Rusia,
y por su intermedio han tenido consecuencias fundamentales en
el ballet de Occidente.
La aficin rusa por el ballet dramtico y por el bailarn-
actor sigue siendo apasionada, en especial en el Bolshoi. En la
dcada de 1930 tanto en Rusia como en Occidente se estrecharon
169
los vnculos entre el ballet y el teatro dramtico, a travs de la
labor de coregrafos que estudiaron obras de teatro y su repre-
sentacin. Uno de ellos fue Rostislav Zakharov, hombre de vasta
preparacin e inters por el teatro, y sus importantes ballets,
como, por ejemplo, La fuente de Bakhchisarai, explotan esos an-
tecedentes. Su manejo de los personajes menores y de las multi-
tudes era brillantemente teatral y trabajaba siguiendo el principio
de crear "danzas dispuestas como monlogos y dilogos en los
cuales los actores no hablan utilizando los gestos formales de
'sordomudos' sino con un movimiento danzado que transmite los
pensamientos y sentimientos que surgen de las relaciones entre
los personajes". En poca ms reciente, Leonid Lavrovsky, que
compuso para Ulanova la coreografa de Romeo y Julieta, puso
decididamente el nfasis en la danza dramtica aliada con la
mmica, "una mmica refinada, plstica, generalizada, llevada a
la categora de movimiento danzado, que es en realidad su ms
elevado elemento expresivo".12
Resulta curioso que a pesar de la separacin entre Rusia y el
Oeste en la dcada de 1930 y principios de la de 1940, la interac-
cin entre el ballet y el teatro dramtico tambin se pudo observar
en el ballet occidental. No se trat de una poltica preconcebida;
fue la salida inevitable en una sociedad que en ese momento no
poda dar cabida a las compaas de ballet. Tanto en los Estados
Unidos como en Inglaterra, fue una poca de lucha para el baila-
rn y el coregrafo, una poca de siembra, y de qu manera
esplndida han florecido las plantas! Slo por medio de la coope-
racin con el teatro comercial y el cine podan hacerse conocer
los artistas; slo con la ayuda de un imaginativo respaldo finan-
ciero podan existir y crecer las compaas pequeas. De modo
que hojeando los libros de referencia aparece la primera gene-
racin de coregrafos estadounidenses que se dedicaron repetidas
veces e intensamente a la comedia musical: Balanchine, de Mille,
Weidman, Robbins, Michael Kidd; todos ellos trabajaron en estre-
12
V. Bogdanov Beresovsky, Ulanova and the Development of the Soviet
Ballet. Trad, por Stephen Garry y Joan Lawson (Londres: MacGibbon &
Kee, 1952).
1 70
Rostislav Zakharov, en un ensayo con
Natalia Dudinskaya y Konstantin Sergeyev
en su ballet EL JINETE DE BRONCE, producido en 1949
para el Ballet Kirov de Leningrado.
171
El coregrafo cubano Alberto Alonso, en un ensayo
con Maya Plisetskaya del Ballet Bolshoi en su CARMEN.
Foto Novosti
175
para desembocar en los momentos culminantes: en The Invita-
tion, el rapto de la muchacha y sus consecuencias; en La carrera
de un libertino, la orga, la escena del juego, y la escena del
manicomio; en Miracle, la resurreccin del suicida y el asesinato
del extrao; en Fall River, la llegada de la madrastra a la sala
de reuniones y la confrontacin de la acusada con sus padres
antes del asesinato.
Existen, sobre todo, dos rubros en los cuales estos coregrafos
muestran su habilidad: en primer trmino, su dominio de la na-
rracin, la manera en que desarrollan sus argumentos y presentan
sus culminaciones; en segundo lugar, el tipo de movimiento de
danza que han elegido para presentar el drama y la consistencia
y facilidad con que lo han utilizado. Todos esos ballets estn
basados en la tcnica clsica y en todos ellos es significativa la
utilizacin o la prescindencia del trabajo en puntas. De
Valois lo ha utilizado nicamente para la muchacha engaada,
para destacar el papel de la muchacha entre los recios hombres
del reparto y las robustas damas del pueblo; Helpmann no lo
utiliz, aun las danzas de amor o desengao se realizan en demi-
pointe, manteniendo de ese modo el realismo teatral de su tema;
de Mille lo utiliza con sutil efecto para la acusada; Tudor y
MacMillan, con infinita expresividad para representar los sufri-
mientos de Hagar y de la muchacha raptada; Cranko lo emplea
en forma total y con humor. Para estos coregrafos en estos ba-
llets, la danza es el equivalente del habla; por medio de ella
comunican no slo la contraparte visual de la msica o una
atmsfera de ideas y emocin creada con intensidad, como en el
ballet impresionista, sino una narracin que incluye accin y des-
cripcin de carcter, del mismo modo en que lo hacen los nove-
listas o autores de teatro.
Tudor, por ejemplo, expone la esencia de su drama con toda
intensidad al principio mismo de Columna de fuego en la manera
en que Hagar se halla sentada en el umbral de la puerta espe-
rando a sus hermanas. Por medio de su presencia tensa, el gesto
con que se lleva la mano a los cabellos, el giro de su cabeza,
comunica sin danzar una profunda infelicidad e insatisfaccin con
176
la vida; y cuando ve al joven, su amor e inseguridad se aprecian
de inmediato. De la misma manera el andar y el porte de la
hermana mayor, y los movimientos sueltos y con cierta gracia de
la menor, de inmediato trasuntan sus caracteres, de mentalidad
estrecha y convencional en un caso, o bien irresponsable y lista
para la experiencia sexual. El dilogo danzado que compone es
como una obra de Chejov, atmosfrico, nostlgico, por momentos
apasionado, en otros pleno de amargura y frustracin. Por con-
traste, de Valois, que trata de las actitudes firmes y realistas del
siglo XVIII en La carrera de un libertino, no evidencia sutilezas
psicolgicas. Sus personajes viven por su vigor y no por sus com-
plejidades, pero poseen una vida total. Su narracin avanza inexo-
rablemente, y se trata de una leyenda moralizadora narrada con
conviccin; pero el cuasi melodrama de la trayectoria descendente
del libertino adquiere una gran distincin en virtud del humor
de las escenas iniciales, la economa general de efectos, la pre-
cisin del movimiento, la delicadeza de la danza de la muchacha
engaada, y la tumultuosa desintegracin de la escena final. Su
dilogo se halla elaborado en los trminos planteados por Fielding
o Smollett.
De Mille, diferente a su vez, representa con gran penetracin
en Fall River Legend la aislacin de su herona, la traicin de
que han sido objeto sus esperanzas y la prdida de su razn; los
dems personajes son vistos a travs de sus ojos; y la coregrafa,
con su agudo sentido del teatro, crea el contraste entre la acusada
y el mundo exterior con agudeza claustrofbica. MacMillan
posee un enfoque de sus personajes que lo acerca a Tudor, pero
los representa en trminos ms recios, con menos sugerencias y
sutilezas, y expresin mucho ms positiva. Los contempla con
fascinada conmiseracin, y, como corresponde a la poca en que
transcurre su ballet, casi sin amor ni piedad. Se halla ms cerca
de Ibsen que de Chejov.
Helpmann y Cranko, en maneras totalmente diferentes, son,
al igual que de Valois, encantados observadores de los seres hu-
manos y sus idiosincrasias personales. Expresan una gran calidez
hacia sus personajes, aun en el caso de los menos importantes. Sus
177
multitudes estn hechas de personas individuales y reales que
resultan familiares a travs de sus excentricidades. Las viejas de
Miracle tienen su contraparte en muchas esquinas escocesas; los
marinos y sus esposas en Poll son no slo entretenidos sino reco-
nocibles. Miracle se impone por su teatralidad, brillantemente
disciplinada, con culminaciones intensas y controladas; pero Help-
mann tambin sabe componer con lirismo, para los enamorados
o la muchacha desesperada, y tambin con una estricta economa
de efectos.
La comedia es bastante diferente en todo sentido, y son pocos
los coregrafos que se hallan tan cmodos en ella como Cranko.
Poll es una obra maestra de lo cmico que surge con toda su fres-
cura cada vez que se la baila. Posee escenas intrnsecamente
divertidas, el amotinamiento de la tripulacin cuyas esposas se
han enamorado del apuesto capitn, los esfuerzos de las esposas
disfrazadas por hacer el trabajo de la tripulacin, la Sra. Dimple.
conversadora y siempre dejando caer su paraguas, de quien no
logran escapar los enamorados. La danza en s es humorstica, en
especial en el caso de Poll y Belaye, y la danza humorstica slo
puede ser definida por medio del ejemplo: Fokine con Colombina
y Arlequn; Massine con Boutique o Gaiet Parisienne; Ashton
con Faade, entre otros.
Ashton, al igual que Massine, exiga sofisticacin y estilo de
sus bailarines, pero Faade puede hacer rer a un pblico en
varios niveles; ni pierde comicidad en el caso de que su tango
o foxtrot cmico sean bailados por estudiantes llenos de entusias-
mo aunque sin experiencia. Judgement of Paris de Tudor, con
sus tres ligeras muchachas de club nocturno que se enfrentan con
el rico borracho, es inmensamente cmico, pero amargo y maduro
a la vez. De Valois cre una comedia de modales en The Prospect
Before Us, que posee abundancia de esbozos satricos de bailarines
del siglo XVIII as como tambin comedia directa en el
bebido Sr. O'Reilly. Robbins compuso su suntuoso Fancy Free
tambin
180
Sptima Parte
La coreografa
fuera del ballet clsico
LA DANZA MODERNA
181
Maurice Bjart
en un ensayo
con integrantes
de su compaa,
el Ballet del Siglo Veinte.
De izquierda a derecha:
Susanne Farrell,
Paolo Bortoluzzi,
Diane Gray-Cullert,
Jorge Donn.
Foto Osear
grafo sucesivo de la danza moderna ha tenido un punto de vista
personal con respecto al objeto de la danza, y para expresar el
mismo ha adaptado la tcnica existente, nunca formulada de
modo muy preciso.
La mayor parte de los diversos enfoques de la danza moderna
nacen de la importante trinidad sin relacin entre s constituida
por Rudolf von Laban en Alemania, e Isadora Duncan y Ruth
St. Denis en los Estados Unidos. Como lo prueba la historia del
mundo, una vez que se siembra en la mente del hombre la idea
de libertad, germina y crece con gran rapidez y produce frutos
inesperados. Los primeros coregrafos de la danza moderna pen-
saban en trminos de un realismo artstico que liberara a la danza
de las irrealidades escapistas del ballet clsico, pero sus contra-
partes de hoy, en una misma lnea con quienes experimentan
en otros campos del arte, tienen por objeto derribar las barreras
existentes entre el arte y la vida. Todava se considera importante
la comunicacin entre el artista y el auditorio, pero su carcter
ha cambiado.
En el ballet clsico el tipo de comunicacin fue siempre el
convencional que consiste en observar una obra de arte, pensar
en ella, y recibir alguna clase de mensaje emocional o intelectual
de ella reconociendo al mismo tiempo siempre su identidad dis-
tinta de la vida real. En las primeras obras de danza moderna la
comunicacin dependa de aquello que en 1936 describi John
Martin como "percepcin del movimiento" kinestesia lo cual
significaba que el espectador "dejaba que los msculos se encar-
garan de pensar",1 o bien, en otras palabras, disfrutaba en forma
abstracta de la sensacin misma del movimiento fsico que se
hallaba presenciando. La nueva intencin reside en intentar en-
volver al auditorio en el plano fsico, logrando la identidad entre
el arte y la vida. Es as como el coregrafo de la danza moderna
que se halla al da y es progresista traduce a la danza el evan-
gelio de John Cage: representar el "conglomerado catico de cosas
e impresiones yuxtapuestas en forma casual al que se parece
1
John Martin, America Dancing (Nueva York: Dance Horizons, 1968).
184
nuestra vida". 2 O tal vez adapte las "tcnicas del azar", de
William Burroughs, descartando en todo lo posible los mtodos
de comunicacin viejos y ms ortodoxos. Hace todo lo que puede
para llevar la danza a la rbita de la escena contempornea, que
se relaciona con la msica electrnica, la msica concreta, las
partituras de piano preparado, el arte pop y el arte op, el desnudo
y la representacin de ndole sexual, las visualizaciones cinema-
togrficas y la cintica.
La experimentacin constituye, por supuesto, el fluido vital
de todo arte; as los experimentos den frutos o no, o as uno los
disfrute o no, es absolutamente esencial que se realicen. Y la
mayor parte de los experimentos en el campo de la danza, as
hayan sido asimilados o no por el ballet clsico en ltima ins-
tancia, han partido, durante los ltimos sesenta aos aproxima-
damente, de los librepensadores coregrafos de la danza moderna.
La gran excepcin a esta regla la constituy Diaghilev en la d-
cada de 1920, cuyos experimentos fueron ms atrevidos de lo que
hoy se tiene conciencia. Fuera de ello, la mayor parte de las
ideas nuevas en materia de tcnica o escenificacin se han origi-
nado en el seno de la danza moderna, si bien al pasar al ballet
clsico a menudo pueden darse de modo totalmente cambiado o
modificado. En la actualidad tiene mucho peso en la danza el
movimiento hacia la unificacin denominacional; pero al igual
que lo que ocurre con el Cristianismo, uno siente que las creencias
y oposiciones bsicas son demasiado profundamente divergentes
como para hacer que la unidad sea siquiera remotamente posible.
En lo que al pblico concierne, los experimentos presentarn
siempre un atractivo slo limitado. Si el pblico del ballet y de
la danza moderna es relativamente reducido y especializado, el
pblico interesado en las rarezas y las excentricidades de la danza
est constituido slo por una nfima proporcin de aqul. Oca-
sionalmente, si se sabe que una representacin es escandalosa o
cuasi pornogrfica, las filas de aquellos a quienes les interesa
genuinamente se vern engrosadas por los coleccionistas de lo
excntrico en el teatro; pero muy a menudo cuando uno asiste
2
The Lisiener, mayo 11 de 1970.
185
Alvin Ailey dirigiendo a bailarines de su compaa en
su REVELATIONS.
Foto Jack Mitchell
188
grafos para agregar al talento coreogrfico ya presente en el
mundo del "show". La dcada de 1920 presenci una conside-
rable cantidad de maneras espectaculares de introducir la danza
en el teatro popular, pero la mayora se hallaba a cargo de espe-
cialistas en el arreglo de danzas. Fue en la dcada de 1930 que
comenzaron a relacionarse con la comedia musical los coregrafos
del ballet y de la danza moderna, entre ellos Balanchine y Char-
les Weidman.
En una primera poca el trmino "coreografa" era descono-
cido; pero en 1936, despus del enorme xito obtenido por Masacre
en la Dcima Avenida de Balanchine, en On Your Toes, figur
la palabra en los anuncios de Broadway. Aparentemente surgie-
ron problemas de pronunciacin, por confusin con el trmino
"chore" (tarea domstica); Bernard Taper cita un anuncio que
aprovecha el juego de palabras con relacin a un servicio de lim-
pieza domstica: "Let Taylor Maid do your Chore-ography". 3
("Deje que Taylor Maid se encargue de sus tareas domsticas".)
Se haba abierto el camino, y arraig la idea del ballet dife-
renciado de las escenas danzadas y formando parte integral de
una comedia musical popular, y desde entonces ha habido en el
teatro una sucesin de excitantes colaboraciones de coregrafos
en las comedias musicales: Hanya Holm en Kiss Me Kate y My
Fair Lady, Michael Kidd en Finian's Rainbow y Guys and Dolls;
Gillian Lynne en Half a Sixpence; y las instancias histricas de
Agnes de Mille en Oklahoma!, y Robbins en West Side Story,
histricas porque cambiaron radicalmente la actitud general de
su poca.
Cualquiera que desee descubrir lo que ocurre con un core-
grafo de ballet en el mundo de la comedia musical puede saberlo
leyendo Dance to the Piper de Agnes de Mille. Presenta al re-
parto completo de "managers", representantes, directores, estre-
llas, diseadores, compositores y grupos mixtos de bailarines, y
aclara todos los problemas tpicos de adaptacin y compromiso.
8
Balanchine.
192
mente se han dado buenos momentos; no se puede, por ejemplo,
descartar la totalidad del ballet Las zapatillas rojas, a menudo
excitante y (para su poca) experimental, slo en virtud de sus
ocasionales ineptitudes. Pero el hecho es que la danza en las
comedias musicales filmadas con frecuencia resulta de enorme
xito, y sencillamente no ocurre lo mismo con los ballets clsicos
creados para el cine. Ya en 1948, A. V. Cotn escribi sobre la
cinecoreografa y afirm lo siguiente: "la unin total entre el cine
y el ballet es ahora inevitable: dado que en esa direccin yace
una de las nicas lneas de expansin posibles para ambas artes
involucradas". 4 Es triste ver que en la actualidad esa unin pa-
rece tan lejana como entonces, y que los coregrafos de hoy pare-
cen igualmente incapaces de aprovechar la total libertad de ima-
ginacin que permite el cine como lo fueron sus antecesores.
Existen tambin problemas espinosos en la adaptacin de
ballets clsicos para su filmacin con miras a la distribucin co-
mercial. Se han intentado diversas tcnicas, ya sea en el teatro
(filmando producciones existentes desde varios ngulos y luego
cortando y armando la pelcula) o en estudio, pero los resultados
no asumen del todo el aspecto ni de ballets ni de pelculas, por
ms que logran atraer al pblico para ver a las grandes estrellas.
David Blair del Royal Ballet ha hecho una experiencia reciente
con Giselle. Slo despus de ver los resultados se podr saber
con cunto xito, pero sus ideas son buenas: liberar al ballet del
teatro y enmarcarlo en su ambiente natural, romantizando el
efecto por medio de la fotografa fuera de foco y la desorientacin.
En el cine experimental se han intentado innumerables maneras
de filmar la danza, desde los comienzos mismos y eso significa
ya desde la dcada de 1890 y se han arreglado especficamente
para el cine muchos ballets breves. El medio es fascinante, y se
halla tan relacionado en la actualidad con la televisin que se
los debe considerar juntos. La televisin puede dar difusin uni-
versal a obras breves que, al no haber sido exhibidas nunca en los
circuitos comerciales, han existido hasta ahora principalmente
para los pblicos de clubes de cine y para el especialista.
4
Ballet, octubre de 1948.
193
Eleanor Fazan,
en un ensayo con bailarines
para la pelcula
INSPECTOR CLOUSEAU.
Foto Jennie Walton
LA TELEVISIN
196
de danza virtuosstica; sus escenas atmosfricas se mueven de
un "marco" o cuadro a otro utilizando a la danza y la mmica
como servidoras del tema del ballet. Nikolais, por supuesto, lleva
al cine el delicioso dominio de la mecnica que hace de su coreo-
grafa teatral un arte completamente especializado. All no se
limita a ser coregrafo o director teatral, sino que combina las
dos cosas con otras funciones, direccin de escenario, iluminacin,
diseo de escenografa y vestuario, y composicin de los acom-
paamientos. Ha dicho que el teatro es para l "un panorama
mgico de objetos, sonidos, colores, formas, luces, ilusiones y
acontecimientos" 5 y lo convierte exactamente en eso para el p-
blico. Su toque mgico es igualmente vigoroso en el cine, donde
crea en una lnea que desciende directamente de la pionera coreo-
grafa tcnica de Fantasa de Walt Disney.
El mencionar a Nikolais y a Disney implica recordar que la
coreografa puede extenderse ms all de la organizacin de bai-
larines y abarcar la organizacin de otros tipos de movimiento.
Por cierto que Nikolais utiliza bailarines, pero agrega imgenes
e ilusiones que crea junto con ellos; con Disney, sin embargo, se
trataba principalmente de dibujos animados, si bien tanto l como
otros directores cinematogrficos han logrado sostenidos efectos
coreogrficos de otras maneras, como lo hizo Albert Lamorisse en
El globo rojo. El cine clsico presenta muchos casos, como por
ejemplo en Intolerance de Griffith o Alejandro Nevsky de Eisens-
tein, en que la cmara es utilizada como un bailarn para crear
secuencias visuales de significacin sobre un acompaamiento
musical cuidadosamente seleccionado y coordinado.
Se han realizado repetidos intentos, a mi parecer singular-
mente montonos, de crear ballets mecnicos sin ningn elemento
humano, y existe una cierta cualidad coreogrfica en el arte cin-
tico. Y no slo se da en el arte. Existe un contenido coreogrfico
especfico en las exhibiciones militares y atlticas, en el patinaje
sobre hielo, y en algunas exhibiciones ecuestres, si bien estas
5
Alwin Nikolais, The Modern Dance: Seven Statements of Belief, comp.
por Selma Jean Cohen (Middletown, Connecticut: Wesleyan University Press,
1965).
197
En esta pgina y las siguientes,
Alwin Nikolais dirigiendo una clase y trabajando
con integrantes de su compaa de danza.
Foto Susan Faludi
ltimas constituyen meramente un plido eco de los grandes ba-
llets ecuestres que estaban de moda en las cortes europeas en el
siglo XVII. Cyril Beaumont ha traducido de Menstrier la descrip-
cin de uno de ellos: el "Ballet chevaux des quatre elements",
que se realiz en Pars en 1606.6 Cuatro escuadrones de caballos
magnficamente ataviados y equipados tomaron parte, represen-
tando respectivamente el Agua, el Fuego, el Aire y la Tierra. Se
demostraron complejos maneges, y se comprende lo que eso puede
haber implicado si pensamos en los gloriosos caballos Lippizaner
blancos que an muestran sus pasos expertos en exhibiciones de
alta escuela en la Escuela de Equitacin Espaola, en Viena.
Luego tuvo lugar una batalla ficticia, y el ballet se complet con
un final bailado. Los caballos, con su movilidad fcil, deben ha-
berse prestado mejor a la creacin de ballets que los elefantes que
Balanchine debi manejar en 1942, cuando en colaboracin con
Stravinsky realiz la coreografa de una polca para el circo de
los hermanos Ringling.
Si el cine y la televisin plantean problemas al coregrafo
al menos se trata de problemas nuevos y estimulantes; son mu-
cho menos atrayentes los problemas que se le presentan al core-
grafo que debe componer ballets para la pera. En realidad el
coleccionar representaciones de ballets opersticos es una experien-
cia saludable, dado que recin entonces se cae en la cuenta del
tradicional prejuicio en contra del ballet puesto en evidencia por
el aficionado serio a la pera. La scne de ballet que se daba con
incmoda regularidad en el tercero o cuarto acto, era primordial-
mente un momento de descanso para los cantantes y el pblico, y
el compositor tambin pona nfasis en ese hecho, y se avena
202
entonces a crear msica rtmica, melodiosa y fcilmente asimi-
lable. Los coregrafos se hallaban mentalmente preparados para
componer rpidamente atrayentes sucesiones breves de danzas
que tambin para ellos significaban cumplir con una obligacin,
dado que los ballets opersticos se hallaban fuera de su carrera
creadora de significacin. En la actualidad, a excepcin quizs
de escenas en las cuales el baile involucrado sea de carcter o
popular, como por ejemplo en La novia vendida (en ese caso lo
puede tratar en una manera completamente directa y natural),
el coregrafo se esfuerza por crear algo memorable cuando intenta
un ballet operstico, y por lo general en ese caso los resultados
son an ms lamentables que cuando se limita a cumplir con el
compromiso. La msica de esas scnes de ballet dista de ser la
que l elegira normalmente, y le resulta difcil crear movimien-
tos que se ajusten a ella, de modo que sus desgraciados bailarines
y con mucha frecuencia se trata de un pequeo grupo joven
e inexperto trabajan haciendo un visible esfuerzo, conscientes
de que de esa manera no se pueden lucir.
Los nuevos enfoques de la "rgie" de pera a veces intentan
integrar ms a los bailarines en la produccin en su totalidad,
pero por lo general se trata de una alianza incmoda. Aun en
nuestros das, cuando los cantantes son considerablemente menos
estticos y corpulentos de lo que eran en otra poca, las dife-
rencias en los movimientos son enormes, de modo que en una
escena con una multitud mixta resulta de inmediato tristemente
obvio quines son los cantantes y quines son los bailarines inte-
grados en la escena, saltando ligeramente de aqu a all, subiendo
y bajando rampas y escaleras y realizando una mmica apasio-
nada. Ocasionalmente un "rgisseur" que tiene a su cargo una
pera recin compuesta logra alguna manera exitosa de colaborar
con un coregrafo para crear efectos de desplazamientos y
agrupamientos en lugar de danza propiamente dicha; puede suce-
der que un coregrafo sea el responsable de la puesta en escena
de una pera y no slo de componer las danzas, y el resultado
puede ser bueno, siempre y cuando el coregrafo conozca el tema
y sea comprensivo con los cantantes.
204
UN LUGAR PARA LA PASIN
Todas esas aplicaciones de la coreografa fuera de su curri-
culum no dejan dudas de que el primer lugar para el coregrafo
est en una compaa de ballet. All y nada ms que all se ha-
llar del todo ubicado, trabajando con colegas, que comprenden
totalmente sus dificultades y aprecian sus triunfos. Slo all, con
bailarines que se hallan consagrados a la misma deidad, podr
encontrar la clase de cooperacin que har que su imaginacin
se eleve a las alturas de la invencin, del mismo modo en que
slo al descubrir o desarrollar bailarines principales que consti-
tuyan los verdaderos exponentes de su estilo podr lograr la liber-
tad creadora absoluta.
Igual que lo que ocurre con todas las dems artes, se podra
seguir hablando eternamente de la coreografa. Los influjos en
materia de ideas y tcnicas, nacionales e internacionales; el des-
linde de la responsabilidad de la creacin entre coregrafos y
bailarines; las nuevas direcciones y los nuevos medios, todos los
aspectos pueden ser tratados incansablemente por medio de la
letra impresa, en sesiones de preguntas y respuestas, en cursos de
verano, y, lo mejor de todo, en la conversacin llena de entu-
siasmo entre amigos, acompaada de incontables tazas de caf.
Habr frecuentes desacuerdos en materia de detalles y aun en lo
que respecta a principios fundamentales; pero en cierto sentido
cuanto ms apasionamiento se d, mejor ser para el ballet. Es
comprensible quizs que la gente tenga convicciones ms fuertes
en lo que concierne a los bailarines y las interpretaciones que
en lo relativo a la coreografa. Los bailarines son personalidades;
sus interpretaciones hablan a uno en forma directa; uno responde
tomando partido firmemente y a veces para siempre. La coreo-
grafa, por su parte, es para la gente algo casi imposible de com-
prender y analizar sin poseer conocimientos especializados, de
modo que aparte de decidir si un ballet les gusta o no y en conse-
cuencia asistir o no a las representaciones, queda fuera de sus
sentimientos ms comprometidos y apasionados. Ahora bien,
los sentimientos tibios debilitan el mpetu creador; la falta de fer-
205
vientes emociones a favor o en contra conduce a la atrofia de la
capacidad de preocuparse; y recin cuando la gente se ocupa lo
suficiente de un arte puede ste vivir plenamente. Los patrones
normativos en la coreografa pueden ser de importancia an ms
vital, tanto en el ballet clsico como en la danza moderna, que
los patrones de la interpretacin tcnica o artstica; es as como
cuanto ms se pueda persuadir al pblico de que se apasione por
la coreografa, ms saludable ser para el arte del ballet. Es en
el pblico donde debe generarse ese tipo de apasionamiento. Los
bailarines y coregrafos se hallan demasiado ligados a su labor
y entre s; los crticos ven demasiado, y, cualquiera sea su cen-
sura, rara vez sienten el impacto pleno de los ballets nuevos y
experimentales del mismo modo en que ocurre con la gente menos
especializada.
Por lo tanto, el pblico no debe ser pasivo. No debe quedarse
sentado en sus butacas mirando, del mismo modo en que mira
televisin, sin intentar pensar y aprender, sin sentir, con pasin
y en forma positiva.
Aquello que ya sucede en lo concerniente a los bailarines
debe tambin suceder con respecto a los coregrafos; y partiendo
de las inevitables controversias que resulten sobre formas, cate-
goras y experimentos esa clase de inters apasionado que exis-
ta en la poca de Diaghilev, la prxima generacin de la co-
reografa podr cosechar intensamente lo sembrado.
206
BIOGRAFAS BREVES
207
prdigo, Apolo, Don Quijote, Ballet Imperial, Concert Ba-
rocco, Bourre Fantasque.
208
puso ballets para el Ballet Diaghilev, Ballets Russes de Monte
Cario, American Ballet Theatre, Ballets de Monte Cario 1966.
Entre sus ballets en el repertorio corriente se cuentan: La
Boutique Fantasque, El sombrero de tres picos, Mamzelle
Angot, Le Beau Danube.
209
ballets para la Opera de Viena, y en Miln, Lisboa, Marsella
y Pars.
El nico ballet suyo en el repertorio corriente es Giselle (pero
ver bajo PERROT , JULES ).
210
GRAHAM, MARTHA: n. en Pittsburgh, Perinsylvania, en 1893. Es-
tudi en Denishawn. Compuso ballets para su propia com-
paa.
Entre sus ballets en el repertorio corriente se cuentan: Night
Journey, Secular Gomes, Circe y Aerabais of God.
211
LAVROVSKY , LEONID: n. en Rusia en 1905; m. en 1969. Estudi
en la Escuela de Ballet de Leningrado. Compuso ballets para
el Ballet Kirov.
Entre sus ballets en el repertorio corriente se cuentan: Ro-
meo y Julieta, y La flor de piedra.
212
PERROT, JULES : n. en Lyn, Francia, en junio de 1810; m.
en 1892. Estudi con Auguste Vestris y Salvatore Vigano.
Compuso ballets para la Opera de Pars, y el Teatro Imperial
de San Petersburgo.
Ninguno de sus ballets se halla en el repertorio corriente,
pero se le atribuye la coreografa tradicional para el papel de
Giselle en Giselle.
213
BIBLIOGRAFA SELECTA
214
DE MILLE, AGNES. The Book of the Dance. Nueva York: Golden
Press, 1963.
215
LABAN, RUDOLF YON. Principies of Dance and Movement Notation.
Londres: Macdonald and Evans, 1956.
216
MATERIAL CINEMATOGRFICO SELECTO
BALLET
217
Romeo y Julieta. El Royal Ballet en la versin de MacMillan.
Spirit of the Dance. 1965. El Ballet de la Opera de Pars en ensa-
yos y representaciones. Incluye una secuencia que muestra
a una bailarina aprendiendo un papel de Giselle sobre la
base de una filmacin.
Steps of the Ballet. 1948. Muestra las etapas en la preparacin
de un ballet y presenta a las diversas personas que toman
parte en l. (Sadler's Wells Ballet.)
DANZA MODERNA
218
PELCULAS COMERCIALES
219
NDICE ALFABTICO
221
Beriosova, Svetlana, 87, 154, 156, 158 Consagracin de la primavera, la, 83,
Berkeley, Busby, 192 86, 161, 162
Beso del hada, el, 75 Conservatorio de Bruselas, 59
Bessmertnova, Natalia, 140 Conservatorio de San Petersburgo, 64
Bettis, Valerie, 169 Copplia, 131 Coralli, Jean, 49, 121,
Big Bertha, 187 209 Corelli, Juan, 196, 210 Cotn,
Blair, David, 193 A. V., 107, 193 Covent Carden, 163
Bodas, las, 150, 152 Cranko, John, 12, 20, 45, 58, 59,
Bolm, Adolph, 77, 111 64, 68, 78, 80, 83, 140, 175, 176,
Borodin, Alexander, 148 177, 179, 181, 208 Cropley,
Bortoluzzi, Paolo, 182 Eileen, 187 Cuatro temperamentos,
Bournonville, Auguste, 51, 52, 125, los, 152 Cunningham, Merce, 188,
209 190, 210
Bourre fantasque, 180
Boutique fantasque, 41, 179
Brianza, Carlotta, 77 Bruce, Chechmate, 31 Choregraphie
Christopher, 23 Bruhn, Erik, (Feuillet), 92
52 Buckle, Richard, 145
Bugaku, 71 Bulgarov, Alexis,
168 Buthler, John, 152, 153 Dafnis y Che, 40, 150, 168 Dance
Notation Bureau, 104 Dance
Theatre of Harlem, 26 Dance t'o
Cage, John, 153, 184 the Piper, 189 Dances at a
Camille, 169 Gathering, 68, 180 Dancing Times
Cancin de la tierra, la, 147, 152 (London), 57, 107,
Carmen (Alonso), 173 133
Carmina Burana, 152 Danilova, Alexandra, 112 Dark
Carnaval, 77 Elegies, 78, 147, 152 Dauberval,
Carrera de un libertino, la, 46, 147, Jean, 39, 133 De Falla, Manuel, 41
175, 176, 177 Casse-noisette, 65, De Jong, Bettie, 187 De Mille,
67 Catulli, Carmina, 153 Cauley, Agnes, 20, 28, 44, 45, 78,
Geoffrey, 75 Cecchetti, Enrico, 168 82, 86, 147, 164, 166, 169, 170,
Cenicienta, la (Petipa), 77, 130, 133, 175, 176, 177, 189, 210
138, 142 De Saint-Georges, Jules-Henri Ver-
Cerito, Fanny, 119, 120, 121 Claus, noy, Marquis, 49 Deuil en 24
Heinz, 80 Clopatre, 162, 168 Heures, 180 De Valois, Ninette,
Clowns, The, 34 Cohan, Robert, 188 12, 28, 31, 45,
Columna de juego, 78, 147, 175, 176 46, 79, 87, 134, 147, 151, 171, 175,
176, 177, 179, 210
Diaghilev, ballet, 40, 42, 58, 69, 83,
121, 168
222
Diaghilev, Serge, 10, 28, 40, 41, 42, Fazan, Eleanor, 194
58, 69, 70, 83, 86, 111, 125, 127, Fedorovitch, Sofia, 70
129, 130, 148, 150, 152, 161, 162, Feuillet, Raoul Auger, 92, 93, 99
185, 206 Fierecilla domada, la, 78, 139
Diana y Endymion, 48 Filie du bandit, la, 127
Didelot, Charles Louis, 79, 163 Filie mal garde, la (Ashton), 39, 68,
Dim Lustre, 60, 78 104-, 132 al 136, 138, 139, 142
Disney, Walt, 197 Finian's Rainbow, 189
Donald of the Burthens, 68 Fitton, Isabel, 157
Donn, Jorge, 182 Flindt, Flemming, 196
Don Quijote (Balanchine), 66, 140 Fokina, Vera, 16
Dowell, Anth ony, 67, 76, 87, 137, Fokin e, Michel, 10, 16, 20, 21, 22,
154 40, 41, 42, 45, 58, 63, 69, 77, 79,
Doyle, Desmond, 154 82, 86, 98, 125, 146, 147, 148, 150,
Drea m, The, 76 159, 161, 162, 168, 169, 179, 208
Drew, David, 73, 75 Fonteyn, Margot, 43, 75, 132, 138
Dudinskaya, Natalia, 171 Foyer de Danse, 46
Duke, Vern on, 64 Franklin, Frederic, 79
Dukes, Ashley, 174 Franks, A. H., 152
Dumiltre, Adela, 90 Fuente de Bakchisarai, la, 96, 170
Duncan, Isadora, 44, 184
Gaiet parisienne, la, 41, 112, 179
Early, Teresa, 57, 64 Gallo de oro, 150, 168
Edwards, Leslie, 75, 154 Garrick, David, 163
Eisenstein, Sergei, 197 Gautier, Thophile, 39
Elgar, Edward, 158 Georgiadis, Nicols, 135
Elssler, Fanny, 119 Giselle, 39, 43, 49, 90, 103, 106, 118,
Enigma Variations, 76, 110, 147, 154, 120, 121, 127, 145, 193 Globo
156 Escuela imperial de Teatro de rojo, el, 197 Gontcharova, Natalia,
Mosc, 69, 150 Gore, Walter, 148 Gorsky,
58, 59 Alexander, 95 Graduation Dal, 180
Eshkol, Noa, 98, 99 Graham, Martha, 44, 110, 112, 113,
Esmeralda, 51, 127 181, 188, 211 Grahn, Lucille, 119
Espartaaco, 142 Espectro de Gramatik der Tanzkunst, 93
la rosa, el, 147 Eugenio Grammar o/ the Art of Dancing, 93
Oneguin, 78, 139 Grands Ballets Canadiens, les, 153
Grant, Alexander, 154 Gray-Cullert,
Diane, 182 Creen Table, The, 38
Facade, 179 Greene, Francs, 107
Fall River Legend, 147, 175, 176, 177
Fancy Free, 47, 179
Fantasa, 197
Farrel, Suzanne, 182
223
Gregory, Cinthia, 52 Grey, Job, 46
Beryl, 31 Griffith, D. W., 197 Joffrey Ballet, 38
Griffith, Troyle, 156, 197 Jolie fule de Gand, la, 127
Grigoriev, Serge, 40, 83 Jooss, Kurt, 38, 46, 99, 181, 211
Grigorovich, Yuri, 140, 142, 211 Jorobado de Notre Dame, el, 127
Grissi, Carlotta, 90, 118, 119 Judgement of Pars (Tudor), 179
Giiys and Dolls, 189
224
London Ballet, 78 Nederlands Dans Theater, 152
London Contemporary Dance Thea- Newraan, Ernest, 64
tre, 113, 188 New York City Ballet, 60, 78, 84,
London Festival Ballet, 178 149
Lopokova, Lydia, 77 Nijinska, Bronislava, 10, 41, 74, 150,
Lopukhov, Fedor, 169 1-51, 212 Nijinsky, Vaslav, 10, 23,
Lorrayne, Vyvyan, 154 24, 41, 77,
Lumley, Benjamn, 163 83, 98, 111, 160, 161, 162, 168,
Lynne, Gillian, 189 212. Nikolais, Alwin, 70, 181,
188, 196,
197, 198, 212 Noces, les
McBride, Patricia, 84, 149 (Nijinska), 151 Notation of
Mackerras, Charles, 175 Movements, The, 98 Nourrit,
MacMillan, Kenneth, 28, 46, 58, 59, Adolphe, 50 Noverre, Jean Georges,
64, 74, 78, 83, 102, 132, 133, 134 16, 48, 163,
al 139, 147, 152, 169, 175, 176, 212
177, 180, 208 Mahler, Gustav, Novia vendida, la, 204
152 Mandarn maravilloso, el, Nureyev, Rudolf, 67, 132
196 Margarita y Armando, 76,
138 Martin, John, 184
Masacre en la Dcima Avenida, 189 Ode (Mitchell), 26
Massine, Leonide, 10, 41, 42, 45, 58, Oklahoma, 189
64, 66, 70, 77, 79, 83, 86, 98, 107, Oliver, 192
108, 112, 125, 127, 152, 178, 179, Olympiad, 102
208 Omn, Julia Trevelyan, 156
Massine on Choreography, 108 Ondine (Ashton), 76, 138
Mazilier, 49 Mead, Robert, 154 Ondine (Perrot), 120
Menstrier, 202 Mesa verde, la, 46 On Your Toes, 189
Miracle in the Gorbals, 46, 175, 176, Orchsographie (Arbeau), 91, 92
179 Orchesography (Feuillet, Weaver),
Mitchell, Arthur, 26 Morris, 93
Margaret, 98 Morris, Marnee, 60 Orff, Cari; 152 Orfeo
Muerte del cisne, la, 61 Museo (Balanchine), 19 Otello
teatral de Leningrado, 17, 65 (Vigano), 48
Myers,'Cari, 76 My Fair Lady, 189
Pjaro de juego, el (Fokine), 16, 40,
Nagy, I van, 52 Nault, 63, 66, 70, 77, 82, 86, 161, 162
Fernand, 152 Pan, Kermes, 192 Park, Merle, 137
Parker, Mnica, 102 Parkinson,
Georgina, 154 Pavana del Moro, 159
Pavlova, Anna, 61, 110, 147
225
Perrot, Jules, 49, 51, 93, 120, 121, Sadler's Wells Theatre Ballet, 78, 95
213 St. Denis, Ruth, 44, 184
Persephone (Ashton), 156 Petipa, Saint-Leon, Arthur, 93, 121, 168
Lucien, 58, 90, 118 Petipa, Marius, Scnes de Ballet, 46
16, 18, 39, 49, 58, Schehrezade, 168
59, 65, 66. 69, 93, 95, 121, 125, Selina, 180
127, 132, 168, 181, 209 Sergeyev, Konstantin, 171, 172
Petit, Roland, 180 Petrushka, Sergeyev, Nicols, 95
40, 66, 77, 162 Pineapple Poli, Seymour, Lynn, 78
140, 175, 179 Plisetskaya, Maya, Shadowplay, ~ 1
173 Prncipe Igor, 66, 77, 148 Shaw, Brian, 154, 155
Prokofiev, Serge, 130, 133, 139 Shawn, Ted, 44
Proteo, 112 Pugni, Cesare, 120 Sheafe, A. J., 93
Sibley, Antoinette, 67, 154, 158
Siesta de un fauno, la (Nijinsky), 23,
24, 83, 98, 161, 162 Siesta de un
Rambert, Mane, 174 fauno, la (Robbins),
Ravel, Maurice, 40 148, 149
Raimundo, 131 Sieveling, Earle, 60 Silphide, la
Real academia francesa de la danza., (Bournonville), 39, 49,
92 50, 52, 118, 126, 127 Slfides, las,
Rencher, Derek, 154, 155 22, 146 SIeep, Wayne, 154
Revelations, 186, 188 Riabouchinska, Sokolova, Lydia, 77, 83, 86, 150
Tatiana, 112 Ricercare, 148 Robbins, Sollitaire, 78, 180 Solo for Voice I,
Jerome, 68, 149, 150, 170, 153 Sombrero de tres picos, el, 41, 66
179, 189, 192, 213 Somes, Michael, 76 Spartacus
Rodeo, 47 (Grigorovich), 141 Staff, Frank, 148
Roehrich, Nicholas, 69 Romeo y Stein, Gertrude, 153
Julieta (Lavrovsky), 43, Stenochorgraphie, La, 93 Stepanov,
Vladimir, 93, 94, 95, 98 Stravinsky,
170, 174 Romeo y Julieta
Igor, 16, 19, 40, 41, 150 Stuttgart
(MacMillan), 46,
Ballet, 80 Sueo, el, 68
132 al 139, 142 Rapes of Time, Sueo de una noche de verano, 140
The, 83 Rosa para Miss Emily, una, Sullivan, Arthur, 175
164, 166,
169
Roslavleva, Natalia, 58 Royal Ballet,
67, 73, 83, 95, 104, 109, Taglioni, Filippo, 39, 50, 51, 213
132, 134, 137, 147, 151, 157, 193 Taglioni, Marie, 49, 50, 119
Royal Danish Ballet, 51, 196 Tallchief, Mara, 78
Rubinstein, Ida, 168
226
Tallchief, Marjorie, 78 Variaciones sinfnicas, 70, 145
Taper, Bernard, 19, 21, 64, 70, 79, Vron, Louis, 50
189 Vigano, Salvatore, 48, 163
Taras, John, 169 Taylor, Paul, 187, Villella, Edward, 149
188 Tchaikovsky, Peter Ilich, 16, 17, Von Laban, Rudolf, 99, 101, 107, 184
39, Vsevolojsky, Prncipe Ivan, 17, 69
59 Teatro Bolshoi, ballet, 109, 139,
140,
141, 142, 169, 173 Teatro Kirov, Wade, Kathryn, 178
93, 133, 171, 172 Teatro Maryinski, Weaver, John, 92
ballet del, 66, 93, Wedding Bouquet, A, 76, 153
95, 105, 121 Tetley, Gen, 46, 148 Weidman, Charles, 170, 189
Thamar. 168 Thomson, Virgil, 117 West Side Story, 189, 192
Till Eulenspiegel, 160 Tranva White, Leslie, 157
llamado deseo, un, 169 Trounson, White, Onna, 192
Marilyn, 76 Tudor, Antony, 12, 20, Who Cares?, 84
45, 58, 59, Wigman, Mary, 45, 99
60, 64, 71, 82, 147, 148, 152, 175, Williams, Marilyn, 23
176, 179, 181, 213 Woizikovsky, Len, 77
Yugen, 71, 147
Ulanova, Calina, 43, 170
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