Historia y Fotografía-La Memoria en Imágenes
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HISTORIA Y FOTOGRAFIA: LA MEMORIA EN IMAGENES
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Mario P. Diaz Barrack)
dar las imageries. Los nirios de hoy apenas ven fotografias, al menos no esas foto
grafias en bianco y negro que marcaron nuestra infancia y adolescencia, no solo de
la vida familiar sino tambien de la colectiva. Hasta los anos setenta los acontecimientos,
las guerras, los atentados y las celebraciones nos llegaban a traves de la fotografia de
prensa. La foto en color compite hoy con otros soportes mas dindmicos, sobre todo
con la imagen cinetica y especialmente con la television y todos sus derivados (video,
compact-disc, etc.). El futuro parece que va a consolidar esta tendencia y tambien
las posibilidades y los inconvenientes asociados a ella que todos percibimos.
A pesar de la autentica revolution que ha supuesto la irrupci?n de los nuevos
soportes para la imagen en los Ultimos anos, la memoria individual y la colectiva basa
da en la fotografia -el primer soporte para la imagen que podemos llamar moderno
o tecnificado- tiene la virtualidad de parecerse mucho a la forma en como se depo
sitan los recuerdos en nuestra mente.
24 Nuestra memoria individual, y tambien la colectiva, es una memoria de instan
tes, recreados luego en un proceso que los conecta y los enlaza en un discurso opro
ceso que permite utilizar los instantes con independencia de la cronologia.
El hombre siempre intenta recrear la memoria colectiva, es decir incorporar el
pasado al presente, con los soportes para la information que en cada momento tiene
a su disposition. Debido a su indudable capacidad y a su penetration social, el te.xto
ha cumplido, durante siglos, la funci?n de conformar la memoria.
El arnbito literario ha sido por ello el marco mas frecuente para reflexionar sobre
la memoria, aunque sea indicativa la escasa atenci?n que otros humanistas, en espe
cial los historiadores, le han prestado a pesar de ser los encargados de recrear y for
talecer su presencia y su importancia en la sociedad.
Incluso usando las fuentes textuales, los historiadores no hemos podido o no
hemos sabido transmitir la importancia social que tiene la reflexion sobre la memo
ria. Ello no nos permite cumplir en estos momentos, como en otros tiempos si hemos
hecho, nuestra verdadera funci?n y acallar las quejas o los lamentos sobre la inutili
dad de nuestra tarea. La atenci?n de los historiadores se centra hoy, como casi siem
pre, en las fuentes, pero concebidas como simples motivos arqueol?gicos, es decir
en restos -que son lo contrario a la memoria viva- olvid?ndonos de otras posibilida
des que se explotan con exito en otros entornos, especialmente en los literarios.
Hemos dicho que la memoria es un asunto central en la literatura. Desde Marcel
Proust1 se convierte incluso en tema recurrente porque, aun cuando se refiera a la
memoria individual del escritor, sus experiencias son aplicables a las vivencias de
varias generaciones.
Casi en ese mismo momento, en la segunda mitad del siglo XIX, la importancia
que la imagen adquiere con la llegada de la fotografia no pasa desapercibida. En los
ambientes literarios es donde se concede una mayor atenci?n al nuevo invento, que
con el tiempo llegar? a convertirse en el principal competidor del texto.
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Historia y fotografia: la memoria en imageries
En pleno siglo XIX, uno de los fot?grafos m?s importantes de Paris, Nadar, foto
grafi?, con la aprobaci?n y hasta con el entusiasmo de-xodos ellos, a los literatos y
artistas m?s representativos del momento.2 Desde entonces literatura y fotografia
han ido siempre de la mano -para enfrentarse o para entenderse- y esta relaci?n
alcanza hoy, entre generaciones de escritores que nacieron y crecieron con natura
lidad entre im?genes fotogr?ficas famili?res o colectivas, una importancia decisiva.
Solo hay que comprobar la preocupaci?n que embarga a nuestros nuevos valores
literarios en la recreaci?n de su infancia -de su memoria- sirviendose, por supues
to, del texto pero tambien de la fotografia.
Es evidente la importancia de la fotografia en las obras de Julio Llamazares3 o de
Antonio Muhoz Molina,4 por citar tal vez a dos autores representativos y cercanos
generacionalmente. Seria muy dificii comprender sus novelas si no cont?ramos con
las claves y los procesos que nos han ensehado desde hace mucho tiempo a mirar
y a interpretar una fotografia. Son claves y procesos, en gran medida inconscientes,
que los historiadores podemos explotar hasta limites insospechados para nuestro
trabajo.
Es tal vez la escasa atenci?n hacia esas claves, lo que ha supuesto que el uso de
la fotografia en historia no haya pasado, la mayoria de las veces, de la ilustraci?n de
textos. La fotografia de Robert Capa que se observa debajo de estas lineas, la famo
sa muerte del miliciano anarquista, seguramente dice mucho a los historiadores. La
informaci?n que nos proporciona va m?s alia del instante que representa porque est?
cargada de memoria, sin que de je por eso tambien de percibirse en la actualidad
su sentido pleno.
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Mario P. Diaz Barrado
Una fotografia no es un corte lineal en el tiempo sino algo que incorpora al pre
sente la memoria del pasado gracias a la fuerza del instante." Podemos situarnos en
cada presente con plena actualidad, pues esta va cambiando a medida que lo hace
el propio presente.
Puede pensarse en lo que nos ha sugerido esta misma fotografia durante los Ulti
mos veinte anos, desde la Transition hasta hoy, sin perder nada de su atractivo, aun
que alterando en parte su significado y su interpretation. Una fotografia es algo vivo,
en el sentido en que lo expresaron los pioneros cuando decian que las fotografias
aseguraban la eternidad. Cuando depositamos fotografias en un caj?n y va pasando
el tiempo, pasa tambien para ellas, pues cuando las volvemos a mirar no tienen el
mismo significado para nosotros.
No obstante es cierto que, a pesar de la fascination que la fotografia ejerce sobre
todos nosotros, pensamos con frecuencia en las escasas posibilidades que ofrece al
historiador para explicar los acontecimientos y procesos recientes en la historia de
la humanidad.6 Hemos dicho que mezclar imagen y texto es muy dificil cuando uti
lizamos el soporte en papel, a pesar incluso del dinamismo de algunos medios, por
ejemplo la prensa, que consiguen logros interesantes y permiten superar, en parte,
la rigidez que im pone mirar y leer a la vez.
5. Sobre el instante se pueden consultar las reflexiones de uno de los fot?grafos m?s importan
tes de la historia, Henri Cartier-Bresson en una obra de la coleci?n Photo-Poche, n? 2, Paris, 1982.
6. La fotografia surge en la decada de los 30 del siglo pasado, pero solo en el siglo XX se con
vierte en un fen?meno de masas sin limitaciones tecnicas o econ?micas.
7. Ya hemos mencionado el pie de foto que en la mayoria de los casos determina la interpre
tation de las im?genes en sentidos diferentes. Para ello se pueden consultar las anecdotas que
refiere Giselle Freund en su famoso libro La fotografia como documento social, Barcelona,
1993, ps. 141-149.
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
UN RECORRIDO FOTOGR?FICO
A pesar de la contundencia expresada al hnalizar el apartado anterior, parece
necesario reiterar que, para obtener la maxima capacidad de la fotografia y superar
las limitaciones que plantea su uso sobre el papel, ser? necesario abandonarlo.
Resulta doblemente dificil intentar transmitir sobre papel las posibilidades que
nos brindan los nuevos soportes, fundamentalmente los magneto-?pticos, para la
investigaci?n con imagen est?tica -pintura, grabado, fotografia-, y contagiar asi la fas
cination que siempre nos ha producido la fotografia y los logros que podemos alcan
zar en su transformaci?n como fuente esencial para los historiadores y para la forma
de hacer historia en los pr?ximos ahos.
Ya que no ha sido posible, a?n, atraer a la mayoria de los historiadores a los nue
vos soportes, intentamos plasmar en el papel algunas propuestas para romper la iner
tia y acabar en parte con las generalizaciones falsas y los rechazos, que normalmen
te son la respuesta a las nuevas iniciativas en nuestra disciplina. Porque hay que decir,
adem?s, que muchas de las conquistas que ha ido alcanzado la fotografia se han rea
lizado sobre papel, cuando este no es, en absoluto, el soporte concebido para ella.
Se trata m?s bien de una adaptaci?n forzada, pues la fotografia es al principio una
intrusa en el reinado del texto. Pero, como sucede en todo proceso de sintesis entre
dos cosas que parecen excluyentes, se acaba produciendo una complementariedad
texto-imagen.
Frente a las im?genes precedentes que nos vienen de la pintura o del grabado,
la fotografia populariza personajes y acontecimientos, no solo como forma de adoc
trinamiento -funci?n tradicional desarrollada por la Iglesia con las im?genes pict?
ricas o escult?ricas- sino como forma de conocimiento e interpetaci?n del mundo.
En ese proceso al mismo tiempo se educa la mirada, se consolida una nueva forma
de mirar.
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8. Ya en los daguerrotipos se pereibe la importancia que para la recreation del espacio tendr?
la fotografia. Las dos dimensiones enmarcan el mundo y este se interpreta a traves de ellas. La
fuerza de la fotografia ser? traspasada al cine, en lo que respecta a la recreacci?n del espacio,
aumentada adem?s con los movimientos de c?mara. No obstante a la imagen cinetica se le
escapar?, como intentaremos explicar, la otra recreation, la del tiempo gracias al instante.
9. Del precedente de la exposition larga, que en los primeros momentos lleg? a ser de horas y
durante un largo periodo necesit? minutos o segundos, proviene nuestra actitud de rigidez e
inmovilidad ante la c?mara fotogr?fica, a?n cuando ya no sea necesario, desde que se alcanza la
exposition en decimas de segundo que concretamos en el famoso clic. Siendo posible eaptar un
autom?vil en movimiento y mucho m?s f?cilmente a las personas, todos seguimos adoptando la
actitud hier?tica e inm?vil ante el anuncio de que alguien nos quiere tomar una fotografia. Podriamos
decir que de este precedente tal vez provenga el dicho: el que se mueve no sale en la foto.
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
Las fotografias podrian ser muchas m?s y su dinamismo mayor en los nuevos
soportes, pero nos limitamos a mostrar ?nicamente un sencillo ejemplo y a apun
tar posibilidades que solo en soporte magneto-?ptico encuentran su autentico sig
nificado. Lo m?s interesante es que, finalizada esta pequena incursion a traves de
D. Fernando de los Rios y lo que representa, volvemos a situarnos en el punto de
partida:
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
Recorremos asi las salas o los pasillos del edificio del Congreso, nos fijamos en
los objetos, los cuadros, etc., todos ellos tan importames para establecer nuevos
nexos que nos Heven a periodos o momentos de la historia de Espaha (la pintura de
historia es muy importante para la historia del siglo XIX, pero tambien lo que suce
de en los pasillos en distintas epocas).
Tiempo y espacio tienen aqui una consideration no estrictamente cronol?gica,
m?s bien se trata de amasar ambos conceptos y organizarlos como lo hacemos con
la information en nuestra memoria individual.
Desembocamos asi en el salon de lospasosperdidos y nos encontramos al dipu
tado Albihana disfrutando de la siesta.
La polvareda que levant? la fotografia de Alfonso que vamos a ver, al ser publi
cada en la prensa, revela a?n la escasa preparation ante los medios de comunicaci?n
y el rechazo que se sentia todavia por ellos:
Desde este salon podemos incluso salir a la calle y recorrer el espacio que rodea
al Congreso de los diputados, es decir en la calle observaremos la sociedad que acoge
a la institution parlamentaria y si esta es reflejo de aquella en el grado que sea ade
cuado para el buen funcionamiento del sistema politico:
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
O volver de nuevo a la Puerta del Sol, bastantes anos despues, observando los
cambios -edificios, autom?viles, personas, modas- que son fuente inagotable de
informaci?n sobre la epoca. Tiempo y espacio guardan coherencia pero pueden
ser recorridos hacia adelante y hacia atr?s, lo mismo que en la memoria juntamos
los recuerdos lejanos y cercanos sin perder por ello el sentido de proceso tem
poral.
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
Esta ultima foto resume ahora los apoyos que tiene el franquismo en la socie
dad espanola: el Ejercito, el Carlismo, la Guardia Civil y los Falangistas. Cuatro colec
tivos, de nuevo, que nos permitirian amplios recorridos por el espacio y por el
tiempo para comprender la esencia del regimen y conocer m?s ampliamente sus
apoyos.
Por ejemplo, podemos sondear, a traves del ejercito, que aqui est? representa
do de manera importante, lo ciecisiva que es la formation de ofitiales en Africa para
explicar la guerra civil espanola:
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Mario P. Diaz Barrado
Aqui termina nuestra breve incursion por una sencilla Historia de Espaha en foto
grafias. Hemos reducido el recorrido a su expresi?n minima, aunque en soporte de
CD podria ampliarse m?s y percibirse todo ello mucho mejor.
Los recorridos podrian continuar casi hasta el infinito, adelante y atr?s en el tiem
po y en el espacio, para tener un referente global de la memoria visual de los espa
holes.10 No obstante, detenemos aqui esta breve presentation y fijamos, en la segun
da parte de este articulo, algunas cuestiones que se adaptan mejor al soporte en papel
para su exposition.
10. En estos momentos estamos ampliando, en soporte ?ptico, a la historia del franquismo y
la transici?n los recorridos que aqui hemos limitado a la Rep?blica y la Guerra Civil.
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
TEORIA Y METODOLOGIA
Afrontar el conocimiento y la profundizaci?n en las ventajas de las fuentes visua
les, e incorporar asi muchas de sus capacidades al trabajo del historiador, ha sido una
propuesta tan repetida como escasamente desarrollada. Desde el nacimiento de la
fotografia, hace ya m?s de siglo y medio, se evidenci? la inmensa capacidad que la
imagen tenia como medio de expresi?n contempor?nea, pero hay que reconocer
que a nuestro entender solo se ha explotado una parte infima.
Nuestra reflexi?n sobre la imagen culmina, en esta segunda parte, con la insis
tencia en muchas de las cuestiones que ya hemos senalado en la primera, pero sis
tematizadas y organizadas de manera m?s conventional, con el deseo de adaptarlas
al discurso y a las formas que generalmente adopta este en el entorno de los histo
riadores.
En estos dos Ultimos siglos se han producido varias revoluciones encadenadas
que tienen que ver con el desarrollo de nuevas formas de expresi?n visual, siempre
asociadas a la implantaci?n de nuevos soportes para la imagen y que se traducen en
un impacto cada vez mayor sobre la sociedad. Por otra parte, es cierto que conser
vamos una importante memoria de las im?genes anteriores, a traves de otros sopor
tes y de otros medios de expresi?n que van desde el muro de una cueva a la pintu
ra de caballete.
Desde la pintura atravesamos, en apenas dos siglos, por las nuevas tecnicas de
grabado, la litografia y la serigrafia, la fotografia, el cine y la TV y, en los Ultimos tiem
pos, el salto cualitativo que supone la asociaei?n de la inform?tica y los medios audio
visuales en lo que llamamos entorno multimedia. La evoluei?n de los soportes para
la imagen supone siempre un aumento de su capacidad de penetraei?n social y de
su influencia, al tiempo que se constituyen sucesivas formas de interpretar las im?
genes, de acuerdo al soporte en que estas se manifesten. No miramos igual un cua
dro que una fotografia, un grabado o la pintura del muro de una iglesia.
Todo ello es sin duda uno de las m?s genuinas expresiones de la civilizaci?n de
nuestros dias, pero tambien ha contribuido a generar recelos entre los historiado
res, cuando no abiertas oposiciones a la utilizaci?n sistem?tica de la imagen, -fun
damentalmente entre los contemporaneistas que son los m?s implicados en el tema.
El uso que solemos hacer de la imagen, sobre todo de la fotografia que es sin duda
nuestra fuente m?s importante, ha sido esencialmente ilustrativo, en labores de acom
panamiento a los textos que contenian la esencia del discurso del historiador. Lo
importante se decia de forma escrita y las fotografias, aunque a veces impactantes,
no pasaban y no pasan de ser complementos de nuestro discurso, desarrollado casi
exclusivamente a traves de la palabra.
La esencia de este principio permanece hoy dia, a pesar de que la imagen ha des
plazado a la palabra en muchas manifestaciones. Esto no es ni bueno ni malo, depen
de del uso que hagamos de ello, pero es algo incontrovertible y se impone por tanto
la necesidad de iniciar un amplio debate para considerar en adelante la imagen como
una fuente esencial en nuestro quehacer.
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Mario P. Diaz Barrado
Sin embargo, se han de establecer de partida las dos tareas que parecen irre
nunciables para lograr el prop?sito que pretendemos reivindicar aqui:
-En primer lugar la necesidad de comprender el efecto de la revolution de los
soportes para la information y sobre todo para la imagen. Nuestra mayor limitation
actual es precisamente el soporte en el que volcamos nuestro esfuerzo investigador,
el papel. En este soporte nos sentimos c?modos, lo conocemos y lo dominamos,
pero cada vez influimos menos en la sociedad y contribuimos escasamente a cons
truir la memoria de esta, que es nuestra tarea por excelencia, dejando esa labor a
periodistas o comunicadores que dominan los nuevos medios con los resultados que
todos coincidimos en criticar.
De todas formas, se ha de reconocer que resulta parad?gico reivindicar a traves
de la palabra, utilizando el soporte en papel y la escritura, la superaci?n de la con
ception cl?sica de este soporte -nunca su abandono o marginaci?n-," y la incorpo
42 ration a nuestro trabajo de los nuevos soportes para la informaci?n.
-Pero, en segundo lugar y mucho m?s importante, se trata de aprovechar la opor
tunidad que nos ofrece la intensidad, tantas veces mencionada y percibida por todos,
en la sustituci?n de los soportes de la informaci?n, para proponer que ?nicamente
desdeplanteamientos te?ricosy metodologicospodemos afrontar estos fenomenos
y constituirnos nuevamente en referente social, en aquellos que construyen y con
servan la memoria colectiva.
Podremos superar asi el evidente ostracismo social y, lo que es peor a?n, la ima
gen del historiador como experto en todo, que aprovecha las posibilidades de los
medios de informaci?n para satisfacer curiosidades o responder a los aniversarios y
centenarios de personajes y acontecimientos.
Sin embargo, plantear referentes te?ricos y metodologicos no es sencillo, por
que ni siquiera se ha alcanzado la suhciente profundidad y capacidad para reivindi
car una Teoria en el intenso debate historiogr?hco sobre estas cuestiones. No es el
momento, por supuesto, de abrir aqui un nuevo debate sobre estos temas y, por
tanto, intentaremos explicar lo que entendemos por Teoria y Metodo -algo muy dis
tinto a lo que se suele interpretar en historia-, al tiempo que profundizamos en las
posibilidades de la imagen para el trabajo del historiador.
Teoria y Soporte est?n muy conectados porque son los dos instrumentos para
hacer memoria, la tarea que entendemos es propia del historiador. Sin embargo,
venimos apreciando muchos problemas, incluso en nuestro soporte m?s apreciado,
el papel, que tienen que ver esencialmente con el exceso de equipaje, con la infor
maci?n inabarcable y las limitaciones para acceder a ella. La lectura no es suhciente
para alcanzar todo lo que quisieramos, ni siquiera para conocer lo que nos interesa
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
12. A pesar de que durante anos nos hemos obsesionado por reflejar los decimales o hallar la
curva de comportamiento para la producci?n de trigo y la asistencia a misa, intentando imi
tar al matem?tico o al estadistico y utilizando sus propios recursos.
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13. Resulta doloroso ver como los fisicos o los bi?logos reflexionan sobre estos asuntos que
afectan directamente al historiador y nosotros nos mantenemos al margen. En estos ?ltimos
anos se ha desarrollado toda una linea de investigation y reflexion te?rica que ha introdu
cido la complejidad, el desorden y el caos en la ciencia exacta e inmutable de tradition new
toniana. Muchas de las aportaciones de estos investigadores pueden ser recogidas por noso
tros. El libro de Wagensber, J.: Ideas sobre la complejidad del mundo, Barcelona, 1994,
afronta el conocimiento de la complejidad desde la ciencia pero tambien desde las huma
nidades.
14. Creo que el referente ya existe en la obra del prof. Antonio R. de las Heras de la Universidad
Carlos III, del que me considero discipulo intelectual, aunque tambien es verdad que aun no
le ha dado forma sistematizada para su difusi?n en el entorno historiogr?fico. Puede consul
tarse, sin embargo, Navegarpor la Information, Madrid, 1991.
15. Para estas cuestiones existe un libro fascinante: Debray, R.: Viday muerte de la Imagen.
Historia de la mirada en Occidente, Barcelona, 1994.
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Historia y fotografia: la memoria en im?genes
soporte precedente. Podemos ver las im?genes de las iglesias, de las paredes de las
cuevas prehist?ricas o de los cuadros renacentistas en los libros y, ahora, en el disco
compacto.16
Las posibilidades que surgen cuando pretendemos volcar la fotografia en el nuevo
soporte magneto-?ptico son infinitas y, en muchos casos, mucho mayores que en su
contemplaci?n aislada o en su inclusion en los libros.
Tal vez porque nuestra memoria se fabrica con instantes, encadenados unos a
otros, los nuevos soportes nos permiten un amplio horizonte de reflexion y de inves
tigation a traves de la fotografia. Estas cuestiones pertenecen ya a otro ?mbito -el
entorno multimedia con los CD-ROM y CD-I.-, en el que en estos momentos nos
centramos y en el que, pensamos, se van a producir los avances m?s interesantes en
torno a la imagen y a la fotografia en los pr?ximos anos.
FOTOGRAFIAS
Clifford, Alfonso S?nchez Portela (Alfonso), Agustin Centelles, Robert Capay auto
res an?nimos. Depositadas en diferentes archivos, han sido extraidas de las siguien
tes publicaciones:
Im?genes del Madrid Antiguo. 1857-1939.
Alfonso, Academico de bellas artes (1902-1990).
Europalia 85. Aspecten van Spanje.
Las fuentes de la memoria. ly II.
Espana, Nuestro siglo: texto, im?genes y sonido.
16. Una de las historias que est? por hacer es la de los soportes para la informaci?n. En lo que
respecta a la imagen, hemos tratado de mostrar como esta ha determinado la forma de mirar.
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