Contexto Histórico Mater Et Magistra
Contexto Histórico Mater Et Magistra
Contexto Histórico Mater Et Magistra
Introduccin
Contexto histrico
Pero sta no podr fundarse en el mundo solo con un consenso social, ste,
para ser duradero, debe estar arraigado en el bien humano universal.
En cuanto concierne al plano de la realizacin, la justicia social debe llevarse a
cabo en la sociedad civil, en la economa de mercado, pero tambin por parte
de una autoridad poltica honrada y transparente proporcionada a ella".
Ahora bien el Papa toca realidades, como la explotacin del trabajador, la mala
remuneracin del trabajo de los empleados, la exclusin de una vida activa en
la toma de decisiones de la empresa, etc.
En contra parte, el Papa tambin explica, como de cierta manera esta realidad
surge a partir de la concentracin de poder en pocos, la concentracin de
bienes en manos de pocos, la perdida de la visin por el bien comn, la mala
distribucin de las riquezas, en resumen un rgimen econmico injusto y
deshumanizante.
Qu realidad afirma, defiende?
Habr que ser un poco general puesto, es ms que obvio que toda encclica
Papal, busca desde el momento en que inicia su escritura, mostrar al mundo el
Dios liberador que Jess nuestro Seor, enseo durante su tiempo en la tierra.
Adems nos habla el Papa, citando las palabras de su antecesor Len XIII, que
no es licito ni justo, el que un pueblo se imponga a otro, que una comunidad
cuarte las decisiones de otra, cercando as todo aquello que una comunidad
nueva o ya existente te, puede dar de s.
Y es que la iglesia seala como punto principal, que el salario que los
trabajadores han de cobrar debe estar basado en el bien comn; es decir,
el patrono, debe pagar el salario de una manera justa en la cual se
beneficie l y sus empleados, basado en tres puntos importantes, los
cuales a su vez se basan en el bien comn:
Ahora bien, si hay un rgimen injusto, significa que los trabajadores tambin
han de sufrir por esto, pues quedan en peligro de sufrir abusos, explotacin o
ms; razn por la cual el Papa, se encarga de explicar cmo es necesario que
los trabajadores tengan una presencia activa en todos los niveles; es decir, es
necesario que los trabajadores sean escuchados para la toma de decisiones,
puesto solo as se podr empezar a formar un rgimen econmico ms justo, y
fundamentado en el bien comn, en donde se busca que mi desarrollo
produzca el desarrollo de los dems.
Papa Juan XXIII
MATER ET MAGISTRA
CARTA ENCICLICA
JUAN
PAPA XXIII
[1] Madre y Maestra de pueblos, la Iglesia catlica fue fundada como tal
por Jesucristo para que, en el transcurso de los siglos, encontraran su
salvacin, con la plenitud de una vida ms excelente, todos cuantos haban de
entrar en el seno de aqulla y recibir su abrazo. A esta Iglesia, columna y
fundamente de la verdad, confi su divino fundador una doble misin, la de
engendrar hijos para s, y la de educarlos y dirigirlos, velando con maternal
solicitud por la vida de los individuos y de los pueblos, cuya superior dignidad
mir siempre la Iglesia con el mximo respeto y defendi con la mayor
vigilancia.
[3] Por tanto, la santa Iglesia, aunque tiene como misin principal santificar
las almas y hacerlas partcipes de los bienes sobrenaturales, se preocupa, sin
embargo, de las necesidades que la vida diaria plantea a los hombres, no slo
de las que afectan a su decoroso sustento, sino de las relativas a su inters y
prosperidad, sin exceptuar bien alguno y a lo largo de las diferentes pocas.
El Redentor manifest este cuidado no slo con palabras, sino con hechos, y
as, para calmar el hambre de las multitudes, multiplic ms de una vez el pan
milagrosamente.
[5] Con este pan dado como alimento del cuerpo, quiso significar de
antemano aquel alimento celestial de las almas que haba de entregar a los
hombres en la vspera de su pasin.
Inhumanas sobre todo resultaban las condiciones de trabajo a las que eran
sometidos con excesiva frecuencia los nios y las mujeres. Siempre
amenazador se cerna ante los ojos de los asalariados el espectro del paro. La
familia viva sujeta a un proceso paulatino de desintegracin.
[15] Llegada la situacin a este punto, public Len XIII, con la Rerum
novarum , su mensaje social fundado en las exigencias de la propia naturaleza
humana e inspirado en los principios y en el espritu del Evangelio, mensaje
que, si bien suscit, como es frecuente, algunas discrepancias, obtuvo, sin
embargo, universal admiracin y general aplauso.
Fue, sin embargo, la encclica Rerum novarum, la que formul, por primera
vez, una construccin sistemtica de los principios y una perspectiva de
aplicaciones para el futuro. Por lo cual, con toda razn juzgamos que hay que
considerarla como verdadera suma de la doctrina catlica en el campo
econmico y social.
Papa Juan XXIII
[16] Se ha de reconocer que la publicacin de esta encclica demostr no
poca audacia. Porque mientras algunos no tenan reparos en acusar a la
Iglesia catlica, como si sta, ante la cuestin social, se limitase a predicar a
los pobres la resignacin y a los ricos la generosidad, Len XIII no vacil en
proclamar y defender abiertamente los sagrados derechos de los trabajadores.
[PRINCIPIOS FUNDAMENTALES]
[20] Por lo que toca al Estado, cuyo fin es proveer al bien comn en el
orden temporal, no puede en modo alguno permanecer al margen de las
actividades econmicas de los ciudadanos, sino que, por el contrario, la de
intervenir a tiempo, primero, para que aqullos contribuyan a producir la
abundancia de bienes materiales, cuyo uso es necesario para el ejercicio de
la virtud , y, segundo, para tutelar los derechos de todos los ciudadanos, sobre
todo de los ms dbiles, cuales son los trabajadores, las mujeres y los nios.
Papa Juan XXIII
Por otra parte, el Estado nunca puede eximirse de la responsabilidad que le
incumbe de mejorar con todo empeo las condiciones de vida de los
trabajadores.
[21] Adems, constituye una obligacin del Estado vigilar que los contratos
de trabajo se regulen de acuerdo con la justicia y la equidad, y que, al mismo
tiempo, en los ambientes laborales no sufra mengua, ni en el cuerpo ni en el
espritu, la dignidad de la persona humana.
[22] Se afirma, por otra parte, en la misma encclica que los trabajadores
tienen el derecho natural no slo de formar asociaciones propias o mixtas de
obreros y patronos, con la estructura que consideren ms adecuada al carcter
de su profesin, sino, adems, para moverse sin obstculo alguno, libremente y
por propia iniciativa, en el seno de dichas asociaciones, segn lo exijan sus
intereses.
[26] Con toda razn, pues, ha sido y es reconocida hasta hoy la encclica
Rerum novarum como la Carta Magna de la instauracin del nuevo orden
econmico y social.
[36] Por tanto, como advierte con acierto el Sumo Pontfice, la dictadura
econmica ha suplantado al mercado libre; al deseo de lucro ha sucedido
la desenfrenada ambicin del poder; la economa toda se ha hecho
horriblemente dura, inexorable, cruel. De aqu se segua lgicamente que
hasta las funciones pblicas se pusieran al servicio de los econmicamente
poderosos; y de esta manera las riquezas acumuladas tiranizaban en cierto
modo a todas las naciones.
[Principios fundamentales]
[Trabajo]
Papa Juan XXIII
[44] En orden al trabajo, Po XII, reiterando un principio que se encuentra
en la encclica de Len XIII, ensea que ha de ser considerado como un deber
y un derecho de todos y cada uno de los hombres. En consecuencia,
corresponde a ellos, en primer trmino, regular sus mutuas relaciones de
trabajo: Slo en el caso de que los interesados no quieran o no puedan cumplir
esta funcin, es deber del Estado intervenir en la divisin y distribucin del
trabajo, segn la forma y medida que requiera el bien comn, rectamente
entendido.
[Familia]
[45] Por lo que toca a la familia, el Sumo Pontfice afirma claramente que la
propiedad privada de los bienes materiales contribuye en sumo grado a
garantizar y fomentar la vida familiar, ya que asegura oportunamente al
padre la genuina libertad qu necesita para poder cumplir los deberes qu
le ha impuesto Dios en lo relativo al bienestar fsico, espiritual y religioso
de la familia.
ULTERIORES CAMBIOS
[51] Como tesis inicial, hay que establecer que la economa debe ser obra,
ante todo, de la iniciativa privada de los individuos, ya acten stos por s
solos, ya se asocien entre s de mltiples maneras para procurar sus intereses
comunes.
[52] Sin embargo, por las razones que ya adujeron nuestros predecesores,
es necesaria tambin la presencia activa del poder civil en esta materia, a fin
de garantizar, como es debido, una produccin creciente que promueva el
progreso social y redunde en beneficio de todos los ciudadanos.
[53] Esta accin del Estado, que fomenta, estimula, ordena, suple y
completa, est fundamentada en el principio de la funcin subsidiaria,
formulado por Po XI en la encclica Cuadragsimo ao: Sigue en pie en la
filosofa social un gravsimo principio, inamovible e inmutable: as como
no es lcito quitar a los individuos y traspasar a la comunidad lo que ellos
pueden realizar con su propio esfuerzo e iniciativa, as tampoco es justo,
porque daa y perturba gravemente el recto orden social, quitar a las
comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden realizar y ofrecer
por s mismas, y atribuirlo a una comunidad mayor y ms elevada, ya que
toda accin de la sociedad, en virtud de su propia naturaleza, debe
prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero nunca destruirlos ni
absorberlos.
Entre stos hay que incluir el derecho y la obligacin que a cada persona
corresponde de ser normalmente el primer responsable de su propia
manutencin y de la de su familia, lo cual implica que los sistemas econmicos
permitan y faciliten a cada ciudadano el libre y provechoso ejercicio de las
actividades de produccin.
[56] Por lo dems, la misma evolucin histrica pone de relieve, cada vez
con mayor claridad, que es imposible una convivencia fecunda y bien ordenada
sin la colaboracin, en el campo econmico, de los particulares y de los
poderes pblicos, colaboracin que debe prestarse con un esfuerzo comn y
concorde, y en la cual ambas partes han de ajustar ese esfuerzo a las
exigencias del bien comn en armona con los cambios que el tiempo y las
costumbres imponen.
Esta tendencia ha suscitado por doquiera, sobre todo en los ltimos aos,
una serie numerosa de grupos, de asociaciones y de instituciones para fines
econmicos, sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y
polticos, tanto dentro de cada una de las naciones como en el plano mundial.
[Valoracin]
[65] Para dar cima a esta tarea con mayor facilidad, se requiere, sin
embargo, que los gobernantes profesen un sano concepto del bien comn.
Este concepto abarca todo un conjunto de condiciones sociales que permitan a
los ciudadanos el desarrollo expedito y pleno de su propia perfeccin.
[Situacin actual]
[71] En esta materia, juzgamos deber nuestro advertir una vez ms que,
as como no es lcito abandonar completamente la determinacin del salario a
la libre competencia del mercado, as tampoco es lcito que su fijacin quede al
arbitrio de los poderosos, sino que en esta materia deben guardarse a toda
costa las normas de la justicia y de la equidad.
Esto exige que los trabajadores cobren un salario cuyo importe les permita
mantener un nivel de vida verdaderamente humano y hacer frente con dignidad
a sus obligaciones familiares. Pero es necesario, adems, que al determinar la
remuneracin justa del trabajo se tengan en cuenta los siguientes puntos:
primero, la efectiva aportacin de cada trabajador a la produccin econmica;
segundo, la situacin financiera de la empresa en que se trabaja; tercero, las
exigencias del bien comn de la respectiva comunidad poltica, principalmente
en orden a obtener el mximo empleo de la mano de obra en toda la nacin; y,
por ltimo, las exigencias del bien comn universal, sea de las comunidades
internacionales, diferentes entre s en cuanto a su extensin y a los recursos
naturales de que disponen.
En orden a lo cual hay que vigilar y procurar, por todos los medios posibles,
que las discrepancias que existen entre las clases sociales por la desigualdad
de la riqueza no aumenten, sino que, por el contrario, se atenen lo ms
posible.
Papa Juan XXIII
[74] La economa nacional -como justamente ensea nuestro predecesor,
de feliz memoria Po XII-, de la misma manera que es fruto de la actividad
de los hombres que trabajan unidos en la comunidad del Estado, as
tambin no tiene otro fin que el de asegurar, sin interrupcin, las
condiciones externas que permitan a cada ciudadano desarrollar
plenamente su vida individual. Donde esto se consiga de modo estable,
se dir con verdad que el pueblo es econmicamente rico, porque el
bienestar general y, por consiguiente, el derecho personal de todos al uso
de los bienes terrenos se ajusta por completo a las normas establecidas
por Dios Creador.
[75] En este punto hay que hacer una advertencia: hoy en muchos Estados
las estructuras econmicas nacionales permiten realizar no pocas veces a las
empresas de grandes o medianas proporciones rpidos e ingentes aumentos
productivos, a travs del autofinanciamiento, que renueva y completa su equipo
industrial. Cuando esto ocurra, juzgamos puede establecerse que las empresas
reconozcan por la misma razn, a sus trabajadores un ttulo de crdito,
especialmente si les pagan una remuneracin que no exceda la cifra del salario
mnimo vital.
[78] Pero hay que advertir, adems, que la proporcin entre la retribucin
del trabajo y los beneficios de la empresa debe fijarse de acuerdo con las
exigencias del bien comn, tanto de la propia comunidad poltica como de la
entera familia humana.
[80] Son, por otra parte, exigencias del bien comn internacional: evitar
toda forma de competencia desleal entre los diversos pases en materia de
expansin econmica; favorecer la concordia y la colaboracin amistosa y
eficaz entre las distintas economas nacionales, y, por ltimo, cooperar
eficazmente al desarrollo econmico de las comunidades polticas ms pobres.
[81] Estas exigencias del bien comn, tanto en el plano nacional como en
el mundial, han de tenerse en cuanta tambin cuando se trata de determinar la
parte de beneficios que corresponde asignar, en forma de retribucin, a los
dirigentes de empresas, y en forma de intereses o dividendos, a los que
aportan el capital.
ESTRUCTURAS ECONOMICAS
[87] Ante todo, hay que advertir que ambas empresas, si quieren alcanzar
una situacin econmica prspera, han de ajustarse incesantemente, en su
estructura, funcionamiento y mtodos de produccin, a las nuevas situaciones
que el progreso de las ciencias y de la tcnica y las mudables necesidades y
preferencias de los consumidores plantean conjuntamente: accin de ajuste
que principalmente han de realizar los propios artesanos y los miembros de las
cooperativas.
[89] Por lo dems, esta accin del Estado en favor del artesanado y del
movimiento cooperativo halla tambin su justificacin en el hecho de que estas
categoras laborales son creadoras de autnticos bienes y contribuyen
eficazmente al progreso de la cultura.
Papa Juan XXIII
[90] Invitamos, por ello, con paternal amor a nuestros queridsimos hijos del
artesanado y del cooperativismo, esparcidos por todo el mundo, a que sientan
claramente la nobilsima funcin social que se les ha confiado en la sociedad,
ya que con su trabajo pueden despertar cada da ms en todas las clases
sociales el sentido de la responsabilidad y el espritu de activa colaboracin y
encender en todos el entusiasmo por la originalidad, la elegancia y la
perfeccin del trabajo.
No dudamos, sin embargo, en afirmar que a los trabajadores hay que darles
una participacin activa en los asuntos de la empresa donde trabajan, tanto en
las privadas como en las pblicas; participacin que, en todo caso, debe tender
a que la empresa sea una autntica comunidad humana, cuya influencia
bienhechora se deje sentir en las relaciones de todos sus miembros y en la
variada gama de sus funciones y obligaciones.
[92] Esto exige que las relaciones mutuas entre empresarios y dirigentes,
por una parte, y los trabajadores por otra, lleven el sello del respeto mutuo, de
la estima, de la comprensin y, adems, de la leal y activa colaboracin e
inters de todos en la obra comn; y que el trabajo, adems de ser concebido
como fuente de ingresos personales, lo realicen tambin todos los miembros de
la empresa como cumplimiento de un deber y prestacin de un servicio para la
utilidad general.
Todo ello implica la conveniencia de que los obreros puedan hacer or su voz
y aporten su colaboracin para el eficiente funcionamiento y desarrollo de la
empresa. Observaba nuestro predecesor, de feliz memoria, Po XII que la
funcin econmica y social que todo hombre aspira a cumplir exige que
no est sometido totalmente a una voluntad ajena el despliegue de la
iniciativa individual.
Conclusin
Bibliografa
Informaciones:
Iglesia la Altagracia, Divino nio Jess; nagua,
mara t Snchez.
http://udbhumanistica02.blogspot.com/2009/08/a
nalisis-de-la-enciclica-mater-et.html
http://www.diocesiscoriacaceres.es/menuderech
o/Materiales/Documentos/Temas/Tema02-
Historia-y-desarrollo-de-la-DSI.pdf