El Libro de Los Valores PDF
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El Libro de Los Valores PDF
El libro de
los valores
Pblicado en diario La Prensa
y El Heraldo
1
EL LIBRO DE LOS VALORES
En la medida en que el nio pueda verse como un ser lleno de valores, crecer
seguro y fortalecer las posibilidades de ser un adulto feliz
Son un tesoro alejado del dinero y propiamente de todo lo material, por lo tanto,
inestimable y no fcilmente destructible. Su riqueza consiste en un conjunto de
potencialidades indicadoras de nuestra condicin humana, que todas las personas
debemos desarrollar y que no nos abandonarn jams. Lgicamente, el contar
con ellas nos hacen mejores en todo sentido, nos elevan a ptimas condiciones de
vida material y espiritual y lo ms importante: son el fundamento de nuestra
felicidad.
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el seno de la familia, de la escuela y de la empresa. Tomndolos como base
podemos transformar a Honduras, nuestra ciudad, el barrio, la familia y a
nosotros mismos.
La palabra valor viene del latn valor, valore (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte).
Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y
estimacin. En el campo de la tica y la moral (cuyas definiciones veremos ms
adelante) los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos
rodea. En un paisaje, por ejemplo (un paisaje hermoso), en una persona (una
persona solidaria), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema
poltico (un sistema poltico justo), en una accin realizada por alguien (una
accin buena), y as sucesivamente.
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armona con
nosotros mismos y con los dems, una vida que valga la pena ser vivida y en la
que podamos desarrollarnos plenamente como personas.
Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que
tienen como fin ltimo mejorar la calidad de nuestra vida. La clasificacin ms
extendida es la siguiente:
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Valores Morales: Su prctica nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad.
La honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, el
agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre otros.
Los Valores ms importantes son sin duda los morales, ya que estos les dan
sentido y mrito a los dems. De poco sirve tener muy buen salud, ser muy
creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y objetos bellos si no
es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es una mala persona, un elemento
daino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difcil. La falta de valores
morales en los seres humanos es un asunto lamentable y triste precisamente por
eso, porque los hace menos humanos. Los valores morales, una cuestin de
humanidad
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, con base en ellos,
decidimos cmo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida.
Tiene que ver principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos en las
otras personas, en la sociedad o en nuestro medio ambiente en general. De
manera que si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre
todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para
que, a travs de l, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que
tambin tendr mucho para darnos.
Son, pues, tan humanos los valores, tan necesario, tan deseables, que lo ms
natural es que queramos vivirlos, hacerlo nuestros, defenderlos en donde
estn en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este punto es donde
intervienen la moral y la tica.
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Valores, moral y tica
Los significados de las palabras moral (del latn mores, costumbres) y tica (del
latn ethos, morada, lugar donde se vive) son muy parecidos en la prctica. Ambas
expresiones refieren a ese tipo de actitudes y comportamientos que hacen de
nosotros mejores personas, ms humanas. Si bien la moral describe los
comportamientos que nos conducen hacia lo bueno y deseables, y la tica es la
ciencia filosfica que reflexiona sobre dichos comportamientos, tanto una como
otra nos impulsan a vivir de acuerdo con una elevada escala de valores morales.
As como hay una escala de valores morales tambin la hay de valores inmorales o
antivalores. La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la
traicin, el egosmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son ejemplos de estos
antivalores que rigen la conducta de las personas inmorales. Una persona inmoral
es aquella que se coloca frente a la tabla de valores en actitud negativa, para
rechazarlos o violarlos. Es lo que llamamos una persona sin escrpulos, fra,
calculadora, insensible al entorno social.
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Cualquier ser humano, para serlo plenamente, debera ser libre y aspirar a la
igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su propia
persona, trabajar por la paz y por el desarrollo de los pueblos, conservar el medio
ambiente y entregarlo a las generaciones futuras no peor de lo que hemos
recibido, hacerse responsable de aquellos que le han sido encomendados y estar
dispuesto a resolver mediante el dialogo los problemas que puedan surgir con
aquellos que comparten con l el mundo y la vida.
Adela Cortina, Tomado de su libro El mundo de los valores.
CONTENIDO
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Palabras de Honestidad
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HONESTIDAD
El pastorcito mentiroso
Y el pastorcito los volvi a recibir con gran tranquilidad, afirmando con aire
triunfador que l solo se haba encargado de ahuyentar a la temida fiera. Lo
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mismo ocurri tres o cuatro veces, hasta que los aldeanos, molestos, empezaron
a sospechar que se trataba de una broma y decidieron no volver a preocuparse
ms.
Un da, sin embargo, una manada de lobos atac de verdad el rebao del joven
pastor. Este grit y grit desesperadamente pidiendo ayuda, pero los de la aldea
se rieron, pensando que se trataba de la misma burla y nadie movi un dedo para
ayudarle. Cuando los lobos se fueron, al pastorcito no le quedaba ni una sola
oveja.
Los mentirosos solo ganan una cosa: no tener crdito aun cuando digan la verdad.
Esopo
De la sabidura popular
Ms rpido cae un mentiroso que un cojo.
Hay quienes son vctimas de su propio invento
La mentira es como una bola de nieve: cuantas ms vueltas da, mayor se hace.
Martn Lutero.
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El problema del sultn
-No puedo creer que no haya un solo hombre honrado en todo este reino!
Qu vamos a hacer?
-Veamos, Alteza se me ocurre una cosa dijo el consejero.
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As lo hizo el sultn, un tanto extraado por un pedido
semejante. Los hombres bailaron con gran pesadez y lentitud,
sin poder despegar los pies del suelo.
Esparc por el corredor monedas, billetes, joyas y objetos de valor y l fue el nico
que no se llen los bolsillos con todo lo que encontr.
El sultn haba dado por fin con un hombre honrado.
Honestamente hablando
Los que creen que el dinero lo hace todo, suelen hacer cualquier cosa por
dinero. Voltaire.
Honesto, a.: (Del latn honestus. Honoroso, decoros, honrado, honorable, digno
de estima) adj. Conforme a los que exige el pudor y la decencia o que no se opone
a las buenas costumbres. 2. Honrado, incapaz de robar, estafar o defraudar.
3. Razonable, moderado.
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La Honestidad
La deshonestidad
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Obstculos para la honestidad
Galileo Galilei
Un conflicto recto el gran astrnomo y fsico italiano Galileo Galilei (1564-1642) es
clebre por haber defendido valientemente su teora de que la Tierra no estaba en el
centro del universo y adems se mova. Los sabios de su poca, convencidos de que
nuestro planeta era esttico y todos los dems astros (incluyendo el Sol) giraban a su
alrededor, no dieron crdito a las pruebas aportadas por Galileo, y se opusieron
tercamente a aceptar sus ideas. Fue tan grande el desafo planteado por este genial
astrnomo a las creencias de su tiempo, que las autoridades polticas y
eclesisticas lo llevaron ante un tribunal de la Inquisicin que lo conden
a cadena perpetua y a retractarse pblicamente y por escrito de sus
afirmaciones. Cuentan los cronistas que luego de firmar, su voluntad, el
documento que certificaba que la Tierra no se mova, Galileo dijo en voz
alta: Pero se mueve. Su honestidad como cientfico no de dobleg ante
las circunstancias que debi sortear como hombre.
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Palabras de Tolerancias
A un adversario, tolerancia;
A un amigo, odos;
A tu padre, respeto;
Al prjimo, caridad;
Tolerancia
Voltaire.
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La rana y la serpiente
Adems, el ruido que hacia al meter y sacar la lengua de su boca era como bicho
raro, pero tena, eso s, los colores ms hermosos que el beb rana haba visto
jams. Este vistoso colorido alegro inmensamente al beb rana y le hizo
abandonar de un momento a otro de sus temores. Fue as como le habl.
-Hola! Dijo el beb rana, con el tono de voz ms natural y selvtica que
encontr-. Quin eres t? Qu haces arrastrndote por el piso?
-Soy un beb serpiente contesto el ser, con una voz llena de silbidos, como si el
aire se le escapara sin control por entre los dientes-. Las serpientes caminamos
as.
-Si, si! exclam el beb rana, impulsndose hacia arriba con sus dos largusimas
patas traseras, en seal de alegra.
El beb serpiente le dio entonces unas cuantas clases del secreto arte de
arrastrarse por el piso, en el que ninguna rana se haba aventurado hasta
entonces. Luego de un par de horas de intentos fallidos, en los que el beb rana
trag tierra por montones y termin con la cabeza clavada en el suelo y sus largas
patas agitndose en el aire, pudo por fin avanzar algunos metros, aunque de
forma bastante cmica.
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Y el beb rana le ense entonces al beb serpiente el difcil arte de caminar
saltando, en el que ninguna serpiente se haba aventurado hasta entonces. Para
el beb serpiente fue tan difcil aprender a saltar como para el beb rana
aprender a arrastrarse por el piso. Fueron precisas ms de dos horas para que el
beb serpiente pudiera despegar del suelo por completo su largusimo cuerpo. Al
fin lo logr, pero se vea tan gracioso cuando se elevaba, y chapoteaba tan
fuertemente entre el barro despus de cada salto, que los dos amigos no podan
menos que rerse a carcajadas.
-Hola mam, mira lo que aprend a hacer! grit el beb rana al entrar a su casa.
Y de inmediato se puso a arrastrarse por el piso, orgulloso de lo que haba
aprendido.
-Quin te enseo a hacer eso? grito la mam rana furiosa, tan furiosa que el
beb rana qued paralizado del susto.
-Un beb serpiente de colores que conoc esta maana contesto atemorizado el
beb rana.
-No sabes que la familia serpiente y la familia rana somos enemigas? Sigui
tronado mam rana-. Te prohbo terminantemente que te vuelvas a ver con ese
beb serpiente.
-Porqu?
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Tolerancia: (Del latn tolerantia.) f. Accin y efecto de tolerar.
La Tolerancia
La tolerancia es la expresin ms clara del respeto por los dems, y como tal es un
valor fundamental para la convivencia pacfica entre las personas. Tiene que ver
con el reconocimiento de los otros como seres humanos, con derecho a ser
aceptados en su individualidad y su diferencia. El que es tolerante sabe que si
alguien es de una raza distinta de la suya o proviene de otro pas, otra cultura,
otra clase social, o piensa distinto de l, no por ello es su rival o su enemigo.
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La intolerancia
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Por la tolerancia... Nelson Rolihlahla Dalibhunga Mandela es el nombre completo
de este heroico poltico sudafricano conocido en el mundo entero por su lucha
incansable por la abolicin de la discriminacin de la
poblacin negra en su pas natal, donde llev a cabo
una batalla sin tregua que le signific pasar
veintisiete aos en la crcel. Tras su liberacin fue
elegido presidente de la Repblica de Sudfrica, en
las primeras elecciones libres y democrticas que se
celebraron en toda la historia de dicho pas. En 1993
la fue concedido el Premio Nobel de la Paz en
reconocimiento a su lucha por la igualdad de
derechos de los negros sudafricanos. Mandela ser
recordado siempre por su triunfo contra un sistema
de gobierno intolerante e injusto y constituye un ejemplo viviente de todo lo que
se puede lograr en defensa del respeto y la dignidad de las personas que lo
merecen.
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Palabras de Libertad
Lo hago o no lo hago;
tanto no lo quiero.
Fernando Savater.
Libertad
Michel de Montaigne.
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El lobo y el perro
-Qu bien te ves! Permteme felicitarte! Se nota que no te hace falta nada! le
dijo el lobo al perro, con admiracin y tambin algo de envidia.
La comida est muy escasa, y por ms que me esfuerzo no logro atrapar gran
cosa.
Slo hay que estar pendiente de las ovejas, ladrarles de vez en cuando a los
forasteros y lamerle la mano al amo cuando llame a su lado. En cuanto a la
comida, con las sobras que depositan en nuestros platos nos basta.
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Al lobo todo esto le pareci muy bien y acompao al perro hasta su casa. Al llegar,
vio cmo castigaban por haber estado ausente y enseguida lo amarraban con una
cadena a la entrada de una casa diminuta.
Jean de la Fontaine.
Cicern.
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Libertad. (Del latn libertas, liberatis. Libertad, franqueza, permiso) f. Facultad
natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por
lo que es responsable de sus actos. 2. Estado o condicin del que no es esclavo.
3. Estado del que no est preso. 4. Facultad que se disfruta en las naciones bien
gobernadas, de hacer y decir cunto no se oponga a las leyes ni a las buenas
costumbres.
La libertad
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Los esclavos son sumisos, cobardes, serviles, conformistas, timoratos, cortos de
espritu.
La esclavitud
La esclavitud se da cuando no somos dueos de nuestros actos ni decidimos por
nosotros mismos acerca de lo que queremos o es mejor para nosotros. El esclavo
acta porque se lo mandan, sin cuestionar las rdenes que recibe, as lo que le
manden vaya contra sus principios o perjudique a sus compaeros o a la sociedad.
En nuestro tiempo la esclavitud (aunque no tenga ese nombre) se presenta
cuando una persona renuncia a ser ella misma y permite que otros decidan por
ella o la manejen a su antojo.
As como podemos ser esclavos de otras personas, de una institucin o de un
rgimen poltico, tambin podemos serlo de un vicio, una mala costumbre o un
capricho. Todo aquello que nos tiraniza y contra lo cual no oponemos resistencia
nos convierte irremediablemente en esclavos.
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Libertador de Amrica Cuando reflexionemos sobre la
libertad, el primer nombre que se nos viene a la mente a la
mayora de los latinoamericanos es el de Simn Bolvar (1783-
1830). Nadie ejemplifica mejor que l la lucha por la
independencia de nuestras naciones frente al yugo espaol, que
dur por espacio de casi cuatro siglos. Simn Jos Antonio de la
Santsima Trinidad y Palacios (tal era su nombre completo) no
naci en un hogar humilde ni en una familia de ideas libertarias.
Al contrario: su cuna fue aristocrtica y su fortuna enorme (su familia posea
minas, haciendas cacaoteras y cientos de esclavos). De quererlo, este privilegiado
hombre hubiera podido dedicarse a disfrutar de los abundantes lujos y placeres
que le permita su elevada posicin social (cosa que hizo durante su primera
juventud), apoyar el rgimen colonial que tanto lo favoreca y explotar sin
misericordia a sus servidores y esclavos para acrecentar sus posesiones y su
dinero. Pero Prefiri, en uso de su facultad de hombre libre y autnomo, servir a
la causa de la libertad de los pueblos de Amrica.
Simn Bolvar.
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Palabras de Agradecimiento
Agradecimiento
Slo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud
Jean de la Bruyere.
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El len y el ratn
Luego de una dura jornada de caza, un len se ech a descansar
debajo de un rbol.
Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se pusieron
a jugar a su alrededor.
De pronto, al ms travieso le dio por esconderse entre la melena del len, con tan
mala suerte que lo despert. Muy malhumorado, el len agarr al ratn entre sus
garras.
-Cmo te atreves a perturbar mi sueo, bicho miserable? Voy a darte tu
merecido! rugi, abriendo de par en par sus enormes mandbulas, dispuesto a
engullirse al ratoncito de un mordisco.
-Por favor no me mates, len. Yo no quera molestarte. Si me dejar ir, te estar
eternamente agradecido alcanzo a decir el pequeo roedor, tan tembloroso de
miedo que al len le pareci cmico, y hasta simptico.
-Ja, ja, ja! Se carcaje de buena gana el len-. Una pequea cosa como t
ayudndome!
No me hagas rer!
Pero la pequeez del ratn y su miedo a ser comido lo conmovieron y termino
dejndolo ir.
Semanas ms tarde, el len cay en la red de unos cazadores
ilegales. Su rugido de angustia reson por la selva entera y
lleg a odos del pequeo ratn, el cual, sin pensarlo dos
veces, corri en su ayuda. Al verlo, el len le dijo:
-Hola amiguito, qu alegra verte! Mira la situacin en que
me encuentro. Pronto vendrn los cazadores y me mataran.
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No te preocupes, len. T me dejaste vivir, y eso es algo que no se olvida.
Apenas dijo esto, cort con sus pequeos y afilados dientes el nudo de la red que
apresaba al len y lo dejo libre.
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Los enanos mgicos
Un zapatero se haba vuelto tan pobre que una noche
se encontr con que tena sino el ltimo corte de cuero
para hacer el ltimo par de zapatos. El hombre, que era
de corazn noble y valiente, prepar su material y se
fue a dormir tranquilo, sin proferir queja alguna.
Al otro da, cuando se dispona a coser los zapatos, se
qued bastantes asombrado de ver que ya estaban hechos. Esa misma tarde pas
por la zapatera un cliente al que le gustaron mucho y los pag a muy buen precio.
Con ese dinero el zapatero compro cuero para hacer dos pares de zapatos ms, y
lo corto y se fue a dormir. Y al da siguiente volvi a encontrar los zapatos
terminados. Estos zapatos tambin se vendieron muy bien. Con el dinero
obtenido, el zapatero volvi a comprar ms cuero para hacer ms zapatos. Y
sigui encontrndolos hechos cada maana. As paso un buen tiempo, durante el
cual su negocio tom fuerza y lo sac de la pobreza.
La noche de Navidad de ese ao, la mujer del zapatero le propuso a su marido
que se escondieran en el armario y espiaran las rendijas a ver si descubran quien
les estaba ayudando.
El zapatero estuvo de acuerdo y entraron al armario y se pusieron a esperar. A
eso de la medianoche, entraron dos simpticos enanitos completamente
desnudos que se pusieron inmediatamente a trabajar en la mesa del taller, con
una velocidad y una pericia talles que dejaron pasmados al zapatero y su mujer.
Trabajaron sin descanso hasta terminar y luego desaparecieron.
A la maana siguiente, la mujer del zapatero dijo a su marido que tanto ella como
l le deban mucho a esos enanitos y haba que mostrarse agradecidos con ellos.
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Entonces decidieron que ella le hara a cada enanito su respectiva camisa,
chaleco, pantaln, medias y chaqueta para el frio, mientras que l se encargara
de los zapatos.
As lo hicieron, y a la noche siguiente, en lugar de dos cortes de cuero, dejaron los
regalos en la mesa del taller. Los enanitos se mostraron al comienzo
sorprendidos, pero en cuanto comprendieron que los vestidos y los zapatos eran
para ellos, se los pusieron a toda prisa y empezaron a cantar y a saltar por todo el
mobiliario del taller. Al final se tomaron de la mano y se fueron bailando.
El zapatero y su mujer nunca ms los volvieron a ver, pero siguieron siendo muy
felices y a l nunca le volvi a ir mal en ninguna de las cosas que emprendi.
Hermanos Grimm.
De la sabidura popular
A caballo regalado no se le mira el colmillo.
Algo es algo, peor es nada.
Muy agradecidos.
Agradecer. (Del latn gratus. Grato, agradable, agradecido.) tr. Sentir gratitud.
2. Mostrar gratitud o das las gracias. 3. Fig. Corresponder una cosa al trabajo
empleado en conservarla o mejorarla.
Agradecido, da. Adj. Que agradece. 2. Dcese de la persona o cosa que ofrece
compensacin o responde favorablemente al trabajo que se le dedica.
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El agradecimiento
El agradecimiento surge cuando una persona se siente en deuda con otra porque
le ha procurado algn bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho algn regalo.
Las personas agradecidas se alegran por los bienes recibidos, los reconocen y
estn dispuestos a corresponderlos. No se trata de devolver favor con favor no
regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiracin y gratitud por las calidades
humanas de quienes nos honran con sus dones.
Cada uno tiene siempre mucho que agradecer, y cuidar lo recibido es una forma
de hacer evidente nuestro reconocimiento. Entre los bienes que ms agradece el
hombre se encuentran la vida, la salud, la amistad, la lealtad y las enseanzas de
sus antecesores. La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que
puede recibir una persona en cualquier poca y lugar del mundo.
La ingratitud
La ingratitud es ndice de soberbia y egosmo, cuando no de mala fe. El ingrato se
caracteriza porque ignora o pretende ignorar el bien que le hacen lo dems. Est
tan acostumbrado a obtener siempre lo mejor para s, que no le es nada fcil
reconocer los mritos ajenos. Los favores que recibe, lejos de inspirarle
agradecimiento, le inspiran rencor.
La ingratitud puede provenir tambin de una especie de descuido, de
mediocridad espiritual. En este caso, aunque no haya mala fe, no deja de ser triste
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porque produce desconsuelo en aquellos que se esmeran por hacernos el bien sin
obtener nunca la ms mnima voz de aliento ni el ms nfimo signo de
reconocimiento por parte nuestra.
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Palabras de Solidaridad
Rabindranath Tagore.
Solidaridad
Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.
Homero.
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La unin hace la fuerza
-Veamos ahora quin es el ms fuerte de los dos. Traten de partir este haz de
lea.
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Los hijos del labrador se dedicaron a ello con feroz empeo, poniendo los pies
sobre el haz y jalando con todas sus fuerzas, primero por turnos y luego los dos
juntos, y no pudieron partirlo por ms que lo intentaron. Derrotados, le
declararon a su padre que esto era imposible.
-Desaten el haz y traten ahora de partir los leos uno por uno les pidi.
No les cost mucho trabajo cumplir esta orden. A los pocos minutos todos los
leos estaban partidos.
-Lo mismo que les acaba de pasar a estos dbiles leos le puede pasar a
cualquiera de nosotros si nos separamos. La discordia no conviene cuando se
trabaja por una misma causa. Si nos unimos, en cambio, seremos muy fuertes y
resistentes y nadie podr hacernos dao con facilidad sentenci el labrador, con
una sonrisa de satisfaccin en los labios. Esta fbula ensea que la unin nos hace
tan fuertes como dbiles la desunin.
Esopo.
De la sabidura popular
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La alegra de ayudar es un don maravilloso
Wang y el mago
Wang era un pequeo nio campesino de China que encontraba gran placer
ayudndoles a sus padres en las plantaciones de arroz.
Un da, de pronto, dej de llover. Los ros y los pantanos empezaron a secarse, y
Wang supo que su a los arrozales de sus padres les pasaba lo mismo, el hambre
no tardara en llamar a la puerta.
-Padre dijo un da-. Djame ir a la ciudad para ganar algn dinero.
Arda en deseos de ayudar a su familia, y aunque a su padre no le gustaba la idea
finalmente lo dej marchar porque al menos en la ciudad podra ganarse la vida.
Horas despus de hacer emprendido el camino, se encontr con un anciano que
llevaba un bulto al hombro.
-Djame ayudarte le dijo Wang tomando el bulto.
El viejo estuvo muy agradecido, y siguieron juntos la ruta. Al poco tiempo el cielo
se llen de relmpagos y el sonido de los truenos ensordeci a Wang, quien mir
asustado al anciano.
-No te preocupes contest el viejo-. Son mis dragones. Has sido bueno y
solidario conmigo y quiero que los conozcas. Soy un poderoso mago. Ya vers
cmo manejo los truenos y las lluvias.
Y diciendo esto, lo llev hasta un par de barriles enormes en los que los dragones
echaban fuego por las narices y armaban un gran alboroto.
-Estos son. Y ahora dime dnde quieres que llueva.
-En la regin de mis padres
El mago le pidi que subiera a unos de los barriles y Wang not enseguida que
estaba llano de agua. El barril se elev como un globo mientras el dragn bufaba y
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llenaba el cielo de destellos con su lengua de fuego. En cuanto reconoci las
plantaciones de arroz de la regin sus padres, Wang empez a lanzar agua a
manos llenas. Estaba tan entusiasmado que no se dio cuenta de que el mago y el
dragn haban desaparecido, y se encontr frente a sus padres, completamente
mojados y felices de que hubiera llovido.
Una vez en casa, Wang les conto sus aventuras y ellos lo escucharon maravillados
y orgullosos.
Cuento tradicional chino.
Cuando los hombres se ven reunidos para algn fin, descubren que pueden
alcanzar tambin otros fines cuya consecucin depende de su mutua unin.
Thomas Carlyle.
No te quejes de sufrir, que as aprendes a socorrer.
Lao Tse.
No hay pasajeros en la nave espacial Tierra: todos somos tripulantes.
McLuban.
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Solidaridad. (Del latn solidus, solidario. Slido, macizo, firme, seguro) f. Adhesin
circunstancial a la causa o a la empresa de otros.
2. Entera comunidad de intereses y responsabilidades.
La solidaridad
Cuando dos o ms personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un
fin comn, hablamos de solidaridad. La solidaridad es un valor de gran
trascendencia para el gnero humano, pues gracias a ella no slo ha alcanzado los
ms altos grados de civilizacin y desarrollo tecnolgico a lo largo de su historia,
sino que ha logrado sobrevivir y salir adelante luego de los ms terribles desastres
(guerras, pestes, incendios, terremotos, inundaciones, etc.) Es tan grande el poder
de la solidaridad, que cuando la ponemos en prctica nos hacemos
inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor los ms grandes desafos, al
tiempo que resistimos con firmeza los embates de la adversidad.
La solidaridad, cuando persigue una causa noble y justa (porque los hombres
tambin se pueden unir para hacer dao) cambia el mundo, lo hace mejor, ms
habitable y ms digno.
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La falta de solidaridad
La Cruz Roja
Smbolo de Solidaridad. El Comit Internacional de la Cruz Roja es una organizacin imparcial, neutral e
independiente con una misin exclusivamente humanitaria y basada en el principio de la solidaridad que
consiste en proteger la vida y la dignidad de las vctimas de la guerra y de la violencia, as como
prestarles asistencia. Sus orgenes se remontan al 24 de junio de 1859, fecha en que Henry Dunant, un
hombre de negocios de nacionalidad suiza, presenci las terribles escenas que siguieron a un combate
entre los ejrcitos austriaco y francs en el norte de Italia. All observ cmo los heridos quedaban
desatendidos y moran por falta de asistencia. Ayudado por las mujeres de los pueblos cercanos, Dunant
trat de socorrer a los heridos sin distincin de uniforme ni de nacionalidad, viendo en ellos slo seres
humanos que necesitaban ayuda. La impresin que le caus esta
experiencia los llev a fundar el Comit Internacional de la Cruz Roja en
1863, el cual goza hoy en da de fama y respeto universales.
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Palabras de Bondad
Bondad
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La limosna del nio
En las altas montaas del Tbet, un grupo de nios se dedicaba a jugar en un
puente cercano al pueblo en que vivan. Todos haban llevado consigo sus
loncheras, menos el ms pequeo, que haba salido corriendo feliz detrs de los
otros sin dejar que su madre pudiera alcanzarlo para darle la suya.
Mientras los otros nios hacan cometas, barriletes y figuras de animales en papel
utilizando las tcnicas del origami, el pequeo amasaba unos simpticos
pastelitos de barro.
A media maana sintieron hambre y cada uno se acord de su lonchera.
Cuando se disponan a comer, oyeron el ruido de algo que golpeaba contra las
piedras del puente. Asustados, voltearon a ver de qu se trataba y observaron la
figura de un ser enorme y muy grueso que se acercaba tanteando el piso con un
palo. Los ms nerviosos, pensando que se trataba de un malvado ogro de las
montanas, corrieron y se escondieron debajo del puente. Los dems se quedaron
esperando a ver qu pasaba, paralizados por una extraa emocin, mezcla de
miedo y curiosidad.
Entre ellos estaba el nio de los pastelitos de barro.
Luego de unos eternos segundos de tensin, el misterio se aclar. El temible ogro
result ser un pobre hombre ciego y hambriento que llevaba perdido un da y una
noche en los solitarios y escarpados cerros que rodeaban el pueblo, segn les
cont a los primeros nios que se atrevieron a acercrsele.
Los nios, que tambin eran muy pobres, sintieron compasin por el hombre y
separaron una parte de sus loncheras para drsela. Slo el pequeo que no tena
nada que darle. Yo tambin le dar de comer! grito, lleno de alegra.
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Pero si t no tienes nada! le contestaron los otros nios, mientras le
entregaban un bocado de sus respectivas meriendas al ciego.
Sin hacer caso, el nio esper su turno y, con una radiante sonrisa, puso en las
manos del mendigo uno de sus pastelitos de barro. Cuando el ciego abri la
mano, el pastelito se haba transformado en una reluciente moneda de oro.
La vieja tetera
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varios metros de distancia. Cuando fueron a recogerla, notaron que le haba
partido el pico y tena una ancha rajadura de un lado a otro.
Ya la iba a tirar a la caneca, cuando se le ocurri que podra servir como maceta
en el patio. La tetera sufri lo indecible mientras era expulsada de todos lados,
como un ser estorboso e indeseable. Fueron tiempos muy duros para esta antigua
princesa que haba vivido solo para ser bonita y lucir siempre bien presentada, sin
la menor idea de lo que significaba pasarla mal, como ahora que viva a la
intemperie y nadie se fijaba en ella.
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A la buena gente se la conoce en que resulta mejor cuando se la conoce.
Bertolt Brecht.
Hagamos el bien.
Bueno. (Del latn bonnus. Bueno, propicio, favorable) adj. Que tiene bondad en su
gnero. 2. Util y a propsito para alguna cosa. 3. Gustoso, apetecible, agradable,
divertido.
La bondad
Ser bueno no quiere decir ser blando, sumiso, ingenuo o sin carcter, como a
veces se cree. Al contrario: los buenos se distinguen por su fuerte personalidad, la
cual se traduce en inagotables dosis de energa y optimismo, y se refleja en su
clida sonrisa y los sentimientos de confianza, cario y respeto que infunden a su
alrededor.
45
La falta de bondad
46
Sor Teresa de Calcuta: Temple y bondad, nacida en la ciudad
de Skopje, Yugoeslavia, en 1910, e hija de un humilde
panadero, Agnes Gonxha Bojaxhiu se uni a muy temprana
edad a las Hermanas de Loreto, en donde recibi el nombre de
Teresa. Enviada por su comunidad a India, trabajo en ese pas
como profesora durante 19 aos. En 1946, mientras viajaba en
tren, sinti un fuerte llamado de Dios que la llevo a consagrar
por completo su vida a la ayuda de los necesitados. Cuatro aos despus fundo la
orden de los Misioneros de la Caridad.
A partir de ese momento su actividad fue infatigable y consigui, gracias al poder
de su fe y al amor por sus semejantes, logros tan admirables en el desarrollo de su
misin que se gan el respeto de los lderes ms importantes del mundo. Desde
entonces su rostro, marcado por las seales del duro trabajo y en el que brillaba
una sonrisa bondadosa y radiante producto de la felicidad que le inspiraba su
causa, se vio en los ms diversos lugares del mundo, llevando consuelo a las
vctimas de la injusticia social, las guerras , los terremotos, los desastres nucleares
y las enfermedades.
47
Palabras de Justicia
Blas Pascal.
Justica
Voltaire.
48
El cuervo vanidoso
Si les robo los huevos de sus nidos el da de la eleccin, los mantendr ocupados
buscndolos y no podrn asistir, eso es! Pens, rindose con su chillido
caracterstico.
Pas varios das acechando los nidos de sus rivales, mientras diseaba su plan.
Cuando averigu todo que necesitaba (las horas en las que salan a buscar de
comer, en las que dorman o jugaban en las ramas de los arboles), puso patas y
pico a la obra. Lo que no calcul fue que los huevos de estos pjaros eran muy
grandes y ni siquiera poda levantarlos. Qu voy a hacer ahora? grazn,
contrado, mientras picoteaba con rabia un punado de plumas de papagayo, en
cuyo nido se encontraba. Ya s! Exclam con un chillido de jbilo- Voy a
robarme las mejores plumas de todos los nidos y me las voy a poner entre las
mas! As no puedo perder!
Terriblemente enfadados al descubrir que el plumaje del ganador era robado, los
dems pjaros se lanzaron sobre l y le quitaron una a una las plumas con las que
haba pretendido engaar a todos.
Esopo.
49
Por aquello que llamamos justo queremos decir lo que es legal, lo que es limpio
y equitativo.
Aristteles
Jane Austen.
Benjamn Franklin.
De la sabidura popular.
50
La hormiga y el grano de trigo
-Si te dejo aqu llegar sin provisiones al hormiguero. Debes saber que somos
muchas y necesitamos cantidades enormes de alimento. Todas debemos llevar lo
que podamos.
-Pero yo no estoy hecho para ser comido. Soy una semilla y mi destino es crecer
como planta. Puedo ser ms til para el hormiguero si me dejas aqu.
-Lo siento, pero no puedo hacer eso. Estoy muy retrasada, y tambin cansada. Mis
compaeras me estn esperando y no quiero tener problemas de ninguna clase
contesto la hormiga con impaciencia.
-Te propongo un trato le dijo el grano de trigo, en tono jovial-. Presta atencin, y
veras que es una excelente propuesta.
-Si me dejas aqu, en este surco, y permites que la lluvia me integre a la tierra, en
la prxima cosecha tus compaeras podrn venir y encontrar cien granos de trigo
como yo.
51
Est bien dijo finalmente-, sera injusta contigo si no te diera la oportunidad de
demostrarme de cuanto eres capaz. Slo me gustara saber cmo lo hars.
Leonardo da Vinci.
Hipcrates.
Cicern.
52
Seamos justos
Justicia. (Del latn jus, justicia. Derecho, justicia, equidad.) f. Una de las cuatro
virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
pertenece. 2. Derecho, razn, equidad. 3. Lo que debe hacerse segn derecho o
razn. 4. Poder judicial.
Justo. (Del latn justus. Justo, legtimo, recto, bueno.) adj. Que obra segn justicia
y razn. 2. Para los creyentes, que vive segn la ley de Dios. 3. Exacto.
4. Justamente, debidamente.
La justicia
La justicia en conocer, respetar y hacer valer los derechos de las personas. Honrar
a los que han sido buenos con nosotros, dar el debido salario a un trabajador,
reconocer los mritos de un buen estudiante o un abnegado colaborador son,
entre otros, actos de justicia porque dan a cada cual lo que se merece y lo que
necesita para desarrollarse plenamente y vivir con dignidad. As como ser justos
implica reconocer, aplaudir y fomentar las buenas acciones y las buenas causas,
tambin implica condenar todos aquellos comportamientos que hacer dao a los
individuos o a la sociedad y velar por que los responsables sean debidamente
castigados por las autoridades judiciales.
53
La injusticia
54
Salomn. Un rey justo y humano. En los tiempos bblicos, la sabidura era ms
apreciada que la riqueza o cualquier otra forma de autoridad. Era un trmino muy
amplio, que inclua reinar con justicia, pero tambin los buenos modales y
comportarse con delicadeza. De todos los personajes de la Biblia, el rey Salomn
es el que ms directamente se asocia con la justicia. La siguiente ancdota ilustra
muy bien su sentido de lo humano: Un da se presentaron ante l dos mujeres
que decan ser la madre del mismo beb. Salomn mando traer una espada y
partir el beb en dos. A la primera de las dos mujeres esto le pareci justo,
mientras que la segunda llorando, pidi que le
dejaran el beb a su rival.
55
Palabras de Amistad
A vuestras necesidades.
Amistad
Voltaire.
56
El len y los tres toros
Todo iba muy bien hasta que un da un len hambriento descubri el pastizal con
los tres gordo y cebados animales.
El problema era que nada podra hacer mientras los toros, que eran animales
fuertes y poderosos, se mantuvieran unidos. De modo que ide un astuto plan
para enemistarlos entre s.
En cuanto los vio separados, el len ataco a cada uno y se dio los tres suculentos
banquetes con que haba soado.
La discordia que divide a los amigos es la mejor arma para los enemigos
Esopo
Las amistades deben ser inmortales; las enemistades mortales. Tito Livio.
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La Amistad es la mayor de las riquezas
Amigos de verdad
Al contrario, seguan jugando bisbol, su nieva aficin, todos los fines de semana
y bailando en las discotecas del barrio con Nora y Marina, sus lindas y simpticas
novias.
Casi al instante bajo Tobas en pijama, con su alcanca en una mano y el bate de
beisbol en la otra.
-No es nada de eso contesto Jos Mara- es solo que tuve una pesadilla, so
que unos ladrones haban entrado en tu casa y uno de ellos iba para tu cuarto con
un cuchillo en la mano. As que vine a ver si estabas bien.
58
-Pues claro que estoy bien! No me ves? le dijo Tobas, todava bastante
alterado y nervioso.
-La verdad es que te ves muy gracioso con ese bate y esa alcanca.
Los verdaderos amigos no esperan a ser llamados para acudir en nuestra ayuda.
Antonie de Saint.
Eclesiasts 6,14
De la sabidura popular.
59
Amigo. (Del latn amicus. Amigo, aliado, amistoso, propicio) adj. Que tiene
amistad. 2. Que gusta mucho de alguna cosa.
La amistad
60
La enemistad
La enemistad se presenta cuando una persona siente odio o aversin por otra y
busca su mal o su dao. En la mayora de los casos es producto de la
incomprensin, la intolerancia, los prejuicios y, sobre todo, la falta de dialogo.
Cegado por el odio, la arrogancia y la soberbia, e incapaz de luchar limpiamente y
en sana rivalidad por sus objetivos, el que es enemigo rara vez consigue algo
distinto a su propia destruccin y la de todo cuanto lo rodea.
Prueba de los estragos que causa la enemistad son las incontables e inauditas
tragedias que da a da viven los habitantes de los pases que pelean entre s o
padecen guerras civiles. Cualquiera que sea su causa, la enemistad deshumaniza
al que la siente y llena su vida de sordidez y miseria espiritual.
61
Don Quijote y Sancho Panza. Amigos inseparables...Don Quijote de La Mancha,
el inolvidable caballero andante creado por Miguel de Cervantes Saavedra,
encontr siempre en su escudero Sancho Panza un fiel compaero de andanzas, a
pesar de que no podan ser ms diferentes el uno del otro. Don Quijote en efecto,
trastornado mentalmente por la lectura de los libros de caballeras vea en todas
partes motivos para defensa de sus ideales y se comportaba de manera
extravagante y cmica, en tanto que Sancho Panza, dueo de una picara sabidura
de origen popular que expresaba por medio de un increble repertorio de
refranes, era ms sensato, prudente y temeroso. No obstante sus diferencias, los
dos se complementaban a las mil maravillas y se tenan una infinita paciencia el
uno al otro, que no poda venir sino del profundo afecto que se profesaban
mutuamente.
62
Palabras de Responsabilidad
De la autocorreccin y la disciplina.
Responsabilidad
F. W. Goethe.
63
La liebre y la tortuga
-Si quieres apostamos una carrera hasta ese estanque de patos -aadi,
desafiante.
-Y para que todo sea legal, nombraremos al zorro como juez de la carrera--
propuso la tortuga.
64
declaraba ganadora, en medio de los aplausos de la multitud de animales que se
haba reunido para ver el final de la carrera.
-Te dormiste sobre los laureles le dijo el zorro a la liebre, al verla consternada y
todava sin salir de su asombro.
Esopo.
65
El pequeo hroe de Holanda
Al regresar, Peter vio que estaba lloviendo y que el nivel de las aguas empezaba a
subir.
66
Cuando la noche lleg, Peter supo que deba aguantar hasta el otro da, cuando la
cuidad despertara y pudieran orlo. Pas las largas horas de la noche mirando
fijamente las estrellas, durmiendo por ratos y pensando en que sus pequeos
hermanos, sus padres, sus amigos y todas las personas por la que senta afecto o
simpata se salvaran de morir ahogadas gracias a que l haba tapado con su
dedo ese agujero. No haba terminado de salir el sol cuando un trabajador de los
diques lo encontr tiritando de frio y con el dedo aferrado al agujero. Peter fue
inmediatamente atendido y entregado a sus padres y el dique arreglado ese
mismo da. Desde entonces, todos lo recuerdan como El pequeo hroe de
Holanda.
Woodrow Wilson.
A lo hecho pecho
Pongamos la cara
De la sabidura popular.
Para ser grande hace falta 99 por ciento de talento, 99 por ciento de disciplina y
99 por ciento de trabajo.
William Faulkener.
Seamos reponsables.
67
Responsabilidad. (Del latn respondere. Responder.)f. Calidad de responsables.
2. Obligacin de responder por los propios actos. 3. Cargo u obligacin moral que
resulta para uno del posible yerro en cosa o asunto determinado. 4. Capacidad
para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
La responsabilidad
68
Reconozcamos los errores que cometemos y mostrmonos dispuestos a
repararlos
La irresponsabilidad
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Palabras de Lealtad
La piedad y la lealtad
No te abandonen;
talas a tu cuello,
Escrbelas en la tablilla
De tu corazn.
As hallars favor
Y buena acogida
Y de los hombres.
Proverbios 3, 3-4
Lealtad
Charles Dickens
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La historia de Penlope
Con motivo de la guerra de Troya, muchos reyes de las islas griegas fueron
llamados al combate. Ulises, rey de taca, fue uno de ellos. l no quera partir,
pues era feliz en su reino con su adorada esposa Penlope, su hijo Telmaco, su
anciano padre Laertes y sus fieles sbditos, pero tuvo que cumplir con su deber.
Al despedirse, le prometi a Penlope que regresara y le pidi que lo esperara.
La guerra dur diez largos aos, luego de los cuales los combatientes empezaron
a regresar a sus hogares. Pero Ulises no regresaba, ni llegaban noticas de l y sus
compaeros.
Todas las maanas Laertes caminaba hasta la playa y miraba durante horas hacia
lo lejos con el esperanza de ver aparecer en el horizonte la nave de su hijo, sin
ningn signo favorable.
71
Pero Penlope desbarataba en la noche lo que haba tejido durante el da y
distraa de esta forma a los pretendientes, que se portaban de manera cada vez
ms grosera y abusiva, celebraban festines todos los das, mataban el ganado de
Ulises para comrselo, beban de su vino y cometan toda clases de atropellos con
sus criados.
La bella Penlope los contuvo de esta manera el tiempo suficiente para que Ulises
regresara y acabara de una vez por todas con los abusos cometidos por estos
brutales hombres en el palacio de noble y leal esposa.
Francisco de Quevedo
De la sabidura popular
Henry Ford
72
Los dos amigos y el oso
Entonces el cobarde,
De su gran amistad haciendo alarde,
Del rbol se desprende muy ligero;
Corre, llega y abraza al compaero.
Pondera la fortuna
De haberle hallado sin lesin alguna
Y al fin le dice: - Sabes que he notado
Que el oso te deca algn recado?
Qu pudo ser? Te dir lo que ha sido
Estas dos palabritas al odo:
Aparta la amistad de la persona que si te ve en riesgo te abandona. Flix
Samaniego.
73
En las buenas y en las malas.
Leal. (Del latn legalis. Lo que es conforme a la ley) adj. Que guarda a personas o
cosas la debida fidelidad. 2. Aplquese igualmente a las acciones propias de una
persona fiel. 3. Aplquese a algunos animales domsticos, como el perro y el
caballo, que muestran al hombre cierta especie de amor, fidelidad y
reconocimiento. 4. Fidedigno, verdico y fiel en el trato o desempeo de un oficio
o cargo.
Lealtad. (De leal) f. Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las
del honor. 2. Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el
perro y el caballo. 3. Legalidad, verdad, realidad.
La lealtad
La lealtad tiene que ver con el sentimiento de apego, fidelidad y respeto que nos
inspiran las personas a las que queremos o las ideas con las que nos
identificamos. Los que son leales poseen un alto sentido del compromiso y ello les
permite ser constantes en sus afectos y cumplidores de su palabra.
Hay muchas cosas que inspiran lealtad y la merece. Los seres queridos, los amigos
sinceros, la pareja amorosa con la que se comparte la vida, la institucin en la que
se estudia o se trabaja y la patria a la que se pertenece, se cuentan entre las ms
importantes.
74
La deslealtad
La falta de convicciones e ideales, que hace que las personas se dejen guiar
por los impulsos ms inmediatos y estn siempre dispuestas a irse con
quien mejor les parezca
La idea de que el trabajo es un mal necesario que se realiza por obligacin,
como un castigo, con el nico fin de obtener una remuneracin, lo cual
lleva a muchos trabajadores a ponerle precio a su lealtad para con sus
empleadores
La cultura de la infidelidad, que hace que hombres y mujeres sientan horror
del compromiso y rompan permanentemente sus promesas amorosas
75
Policarpa Salavarrieta. La lealtad a una causa. Polonia
Salavarrieta (como la bautizo su padre), llamada Policarpa
por sus hermanos y conocida como La Pola por sus amigos
polticos, es la herona ms admirada, recordada y querida
de todas cuantas ofrendaron su vida en la resistencia contra
los realistas espaoles que sembraron el terror a comienzos
del siglo XIX en la Nueva Granada.
76
Palabras de Respeto
Los ros son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras
canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes
deben recordar y ensearles a sus hijos que los ros son nuestros hermanos y
tambin lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que
tratan a un hermano (.) Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro
modo de vista. l no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un
extrao que llega de noche y se toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es
su hermana sino su enemiga, y una vez conquistada, sigue su camino, dejando
atrs la tumba de sus padres, sin importarle. Les secuestra la tierra a sus hijos.
Tampoco les importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus
hijos olvidados.
Tomado de la carta escrita por jefe pielroja Seattle, con motivo de la compra de
las tierras de su pueblo por parte del hombre blanco. (1854).
Respeto
He sido un hombre afortunado: nada en la vida me fue fcil. Sigmund Freud.
77
La mesita de la abuela
Una seora que haba vivido toda la vida con su
marido qued viuda cuando estaba prxima a
cumplir los ochenta aos. Sus hijo, que desde haca
tiempo se haban independizado y tenan cada uno
su propia familia, se reunieron para decidir qu
hacer. Todos estaban de acuerdo en que no podan dejarla sola, pero ninguno
quera llevarla a vivir a su casa. La idea de llevarla a un hogar de ancianos tambin
fue descartada, pues todos alegaron no contar con el dinero suficiente para pagar
las mensualidades. Ya estaban a punto de pelearse, cuando intervino la nieta
preferida de la seora, una encantadora niita de cuatro aos, hija del menor de
los hijos, y dijo que ella quera que la abuelita se fuera a vivir a su casa. Ninguno
se atrevi a decir que no, pues la nia era la adoracin de toda la familia, y
adems la abuela estaba presente cuando la pequea hizo su ofrecimiento.
De modo que los padres de la nia no tuvieron ms remedio que llevarse a vivir a
la abuela con ellos. Desde la muerte de su esposo el nimo de la seora haba
decado mucho y su salud haba empezado a deteriorarse rpidamente. No vea ni
oa bien, y las manos le temblaban continuamente. Su hijo y su nuera no le tenan
las ms mnima paciencia, y a todo momento la regaaban y la hacan sentir torpe
e intil. Con frecuencia le gritaban, y a veces la tomaban de los hombros y la
sacudan, reprochndoles sus achaques. La falta de consideracin por la seora
lleg a su punto mximo cuando decidieron instalarle una mesita en un rincn del
comedor, para no tener que verla temblequeando y dejando caer gotas de sopa o
granos de arroz sobre el mantel.
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Un da, al llegar del trabajo, el padre encontr a su hija tratando de construir algo
con sus bloques de madera de juguete. Cuando le pregunt qu estaba haciendo,
la nia le contest inconscientemente:
-Estoy construyendo una mesita para que t y mam coman cuando estn viejos.
Al or a su hija hablar as, al hombre se le encogi el corazn y corri a contarle a
su esposa, con lgrimas en los ojos, lo que la nia acababa de decir.
Desde entonces la abuela volvi a tener su lugar en la mesa, y fue tratada por su
hijo y nuera con el respeto que se mereca.
Hermanos Grimm.
Respeta las canas: rinde al anciano sabio los mismo homenajes que haces a tu
padre. Focilides
79
aparicin causa verdadero espanto, sobre todo a los taladores de bosques y a los
cazadores, a quienes nunca se les muestra de frente sino que se les acerca por la
espalda, como si los siguiera. Esto sucede por lo general cuando el cazador apunta
con su arma a un venado o a una danta indefensa, o cuando el leador levanta su
hacha para derribar un rbol que no debera derribar. El susto que se llevan es tan
grande que no les quedan ganas de volver por all, o no por lo menos a matar
animales o a cortar rboles.
Un respeto profundo se apodera de ellos desde entonces, como si comprendieran
que con la naturaleza no se puede jugar ni se le puede hacer dao porque s, sin
necesidad, slo por diversin.
Sin embargo, y a pesar de su aspecto aterrador, el Hojarasqun es un ser de
buenos sentimientos que conduce amablemente hacia la salida del monte a los
caminantes que de pierden en l. La nica condicin es que el caminante
extraviado sea de su agrado. El problema est en que no es fcil simpatizarle.
Los aventureros valientes no lo conmueven, ni tampoco los exploradores que se
adentran en la selva en busca de tesoros ocultos. Antes que ayudarlos en sus
propsitos, les juega toda suerte de bromas pesadas que les ponen los nervios de
punta y terminan hacindolos desistir de sus planes. Slo una cosa es precisa para
ser del agrado del Hojarasqun del Monte, y es mostrar reverencia y respeto por
el entorno natural.
Mito folclrico de los Andes colombianos.
80
Jalmosle al respetico
El respeto
El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacfica entre los
miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener una clara nocin de
los derechos fundamentales de cada persona, entre los que se destaca en primer
lugar el derecho a la vida, adems de otros tan importantes como el derecho a
disfrutar de su libertad, disponer de sus pertenencias o proteger su intimidad, por
slo citar algunos entre los muchos derechos sin los cuales es imposible vivir con
orgullo y dignidad.
El respeto abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos
a nosotros mismo y a todos nuestros semejantes, hasta el que le debemos al
medio ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin olvidar el
respeto a las leyes, a las normas sociales, a la memoria de las antepasados y a la
patria en que nacimos.
Tratemos a los dems con la misma consideracin que nos gustara ser
tratados
Valoremos y protejamos todo aquello que nos produzca admiracin
La falta de respeto
El maltrato y los abusos de todo tipo que a que siguen siendo sometidos
todava hoy en da muchos nios y nias por parte de los adultos, ya sean
padres, familiares o quienes los tiene a su cargo que hace de estos menores
futuros abusadores de sus propios hijos, pues ese fue el ejemplo de vida
que recibieron
La ausencia de principios de muchos hombres y mujeres del mundo de la
poltica y los negocios, que los lleva a pasar por encima de lo que sea con el
fin de lograr sus objetivos econmicos o de poder
82
Kofi Annan
Respeto por la vida. Desde que asumi su cargo como
secretario general de las Naciones Unidas, el 1 de enero
de 1997, Kofi Annan se propuso hacer respetar las
normas elementales del Derecho Internacional
Humanitario por encima de las fronteras nacionales de
los pases. Segn su tesis, la ONU estara en la obligacin
de intervenir con su fuerza pacifista en aquellos pases
en donde los derechos de la poblacin civil estn siendo violados. Este
diplomtico africano, nacido en el seno de una familia aristocrtica de Ghana
en 1938, fue testigo de los sufrimientos de los pueblos y etnias de su
continente debidos a las guerras civiles y a los conflictos entre tribus, y decidi
desde muy joven aprovechar su alta posicin social y sus privilegios para luchar
por la causa de los derechos humanos. A ello encamino sus estudios y su
brillante carrera diplomtica, que finalmente lo llevaron al cargo por el que se
hizo conocido mundialmente. Dignidad, confianza, valor, compasin y fe son
los valores en que Kofi Annan funda su filosofa de la vida, como lo ha
afirmado reiteradamente en diversas entrevistas.
83
Palabras de Fortaleza
Yo admiro al hombre que puede sonrer ante los problemas, que puede sacar
fuerza de la desgracias, y que en la reflexin crece en valenta.
Es caracterstico de las mentes pequeas encogerse, pero aquel que es firme
en su corazn, y cuya conciencia aprueba su conducta, persevera en sus
principios hasta la muerte.
Thomas Paines.
Fortaleza
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Balder el hermoso
Balder resisti como si nada estar mortales agresiones, con una pcara sonrisa en
la cara, como si se tratara de un juego.
85
Embriagado por el triunfo y convencido de su inmortalidad, Balder el Hermoso
sali corriendo por el bosque que rodeaba el palacio de sus padres. En su loca
carrera tropez y se hiri ligeramente un brazo con una de las ramas de la planta
sin nombre. Un sueo profundo lo invadi desde ese momento y lo hizo caer al
suelo, totalmente inconsciente.
Muchos hay que no conocen su debilidad, pero otros tantos hay que no conocen
su fuerza.
Jonathan Swift
Creer que un enemigo dbil no puede daarnos es creer que una chispa no
puede causar un incendio.
Proverbio hind
86
La dama de las Carcas
Varias de sus catapultas estaban averiadas y las dems armas con que contaban
carecan del poder suficiente para atravesar las gruesas murallas que protegan a
Carcassonne. Sus soldados tambin estaban hambrientos y fatigados, y la gran
capacidad de resistencia demostrada por sus enemigos empezaba a desanimarlos.
Los hombres y los reyes deben juzgarse por su actuacin en los momentos
crticos de sus vidas. Sir Winston Churcill.
Fuerte. (Del latn fortis.) adj. Que tiene fuerza y resistencia. 2. Robusto,
corpulento y que tiene grandes fuerzas. 3. Duro, que no se deja fcilmente.
La fortaleza
La debilidad
La cultura del facilismo y del placer, que hace de sus adeptos personas que
sienten horror por cualquier clase de sacrificio, a pesar de que viven
permanentemente insatisfechas e infelices
Las estrategias que utiliza la sociedad de consumo para obligar a la gente a
comprar cosas que no necesita, apelando a sus debilidades y a su
incapacidad de resistirse a determinadas tentaciones
El mal ejemplo que dan muchos gobernantes y polticos con su doble moral
y sus prcticas corruptas, que debilitan las instituciones del Estado y
desaniman a los ciudadanos a luchar por su pas
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Los fuertes son firmes, claros, enrgicos, serenos, decididos
90
Palabras de Generosidad
Pensndolo bien no hay otra solucin para el progreso del hombre que un
honesto da de trabajo, las decisiones tomadas diariamente, las expresiones
generosas y las buenas acciones del da.
Generosidad
Ningn hombre digno pedir que se le agradezca aquello que nada le cuesta.
Terencio.
91
El Ciego de Esquipulas
Blas, por su parte, era un campesino pobre, conocido por su buen corazn, su
generosidad y su excelente sentido del humor. Apenas tena con qu comer y con
qu vestirse, pero siempre se le vea satisfecho y contento, dndole gracias a la
vida por ofrecerle todo lo que necesitaba para mantenerse vivo y saludable. Era
un nico habitante de Esquipulas por el que el ciego Juan senta cierto aprecio.
Haban sido compaeros de juegos de infancia y Blas, adems de hacerlo rer
mucho, nunca le peda dinero prestado. Por esta ltima razn, sobre todo, Juan lo
consideraba su amigo.
Un da la mujer de Blas se enferm. Faltaban dos das para que al pobre hombre
le pagaran su jornal en la plantacin donde trabajaba, y necesitaba dinero para
llevarla al mdico. No poda pedrselo a ninguno de sus compaeros de trabajo
pues todos eran tan pobres como l, ni tampoco a los dueos de la plantacin, ya
que estaban en la ciudad y slo regresara el da de la paga. Se lo pidi entonces a
Juan, con la promesa de que se lo devolvera a los dos das. Juan se indign y
empez a lloriquear, maldiciendo a su mala suerte e insultando a Juan por
atreverse a pedirle dinero a un pobre hombre ciego como l, que no tena ms
con que valerse en la vida. Blas lo tranquiliz y le dijo que no se preocupara, que
92
todava le quedaba el Seor de Esquipulas, y que all se diriga a rezar. Rez con
todas sus fuerzas, pidindoles por la salud de su mujer y regres cansado a su
casa, con una sonrisa de tranquilidad en la cara. Al da siguiente la mujer de Blas
amaneci curada, y la noticia del milagro se reg por toda la ciudad. El ciego Juan,
entusiasmado, le pidi a Blas que lo llevara donde el Seor de Esquipulas para que
lo curara de su ceguera.
Blas lo llev y le ayud a rezar con fuerza y devocin. En un momento del rezo,
gracias a la generosa entrega de Blas, el ciego recuper la vista. Lo primero que
hizo en cuanto pudo ver fue lanzar una cadena de oro hacia el lugar donde se
encontraba la imagen sagrada.
93
Baucis y Filemn
Mientras Baucis preparaba un potaje de verduras, Filemn llen una jarra de vino
fermentado por l mismo y les ofreci. Zeus y Hermes, muy complacidos,
bebieron a la salud de los dos ancianos. Luego de un rato de estar compartiendo
con sus huspedes, Filemn se qued admirado de que el vino no se acababa, de
que por ms que todos se servan la jarra siempre estaba llena. Entonces se dio
cuenta que se hallaba ante dos dioses del Olimpo. A partir de ese momento
redobl sus atenciones, pidi perdn por las pocas cosas que tena y trat de
atrapar el nico ganso que haba en la casa, para cocinarlo en su honor.
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Pero Zeus y Hermes le dijeron que no era necesario. Les dieron las gracias a los
dos por las atenciones, y les dijeron que pidieran lo que quisieran. Baucis y
Filemn se miraron y permanecieron mudos por un momento, con los ojos llenos
de lgrimas. Luego Filemn habl y les pidi que si alguno de los dos mora, no
permitieran que el otro siguiera viviendo, pues queran morir juntos.
Zeus y Hermes les prometieron que eso sera y les anunciaron su decisin de
inundar la aldea, en castigo por la falta de generosidad de sus habitantes.
Todo lo mo es tuyo
Generoso, sa. (Del latn generosus.) adj. Noble y de ilustre prosapia. 2. Que obra
con magnanimidad y nobleza de nimo. 3. Liberal, dadivoso y franco. 4. Excelente
en su especie.
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La generosidad
La avaricia
La avaricia es una seal de que se tiene una visin estrecha y mezquina del
mundo y un escaso desarrollo social y humano. El afn de acumular riquezas y
guardarlas, caracterstico de los avaros, es el triste resultado de una mentalidad
egosta, cruel y a la larga estpida, que obliga a quien la prctica a vivir de manera
miserable con tal de no gastar su dinero, ni mucho menos compartirlo con otras
personas. Los avaros viven y mueren por lo general rodeados de gente que slo
est interesada en su dinero y que no pierden la oportunidad de averiguar cunto
tiene y dnde lo esconden, con la ilusin de poder algn da apoderarse de l. La
avaricia, sin embargo, no est solamente en aquellos que acumular dinero y
96
objetos de valor porque s, privndose de los que ms quieran, alejndose de la
gente para no poner en riesgo su despreciable fortuna, sino tambin en aquellos
que usan su saber y su afecto slo para sus mezquinos intereses personales.
97
Palabras de Laboriosidad
Laboriosidad
-Ni te lo suees!
-En ese caso, voy a soplar con todas mis fuerzas hasta derribar tu casa.
El lobo sopl con tal fuerza que el rancho de paja del cerdito cay al suelo y el
cerdito tuvo que correr para salvar su vida.
Entretanto, el tercer cerdito haba pedido unos ladrillos a un hombre que pasaba
con una carreta de llena de ellos.
Estaba construyendo su casa cuando llegaron sus dos hermanos con la lengua
afuera.
99
-El lobo tumb nuestras casas y nos viene persiguiendo! exclamaron,
completamente asustados.
Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable con ensearle un buen oficio.
Proverbio chino.
100
El trabajo invisible
Una noche el hombre lleg cansado del trabajo y se quej porque no encontr la
comida servida, el beb lloraba y la vaca no estaba en el establo.
Lo primero era lavar la ropa. Estuvo restregando un buen rato, hasta que acord
que tena que preparar la mantequilla. Se hallaba en esta tarea cuando cay en
cuenta de que no haba puesto la ropa a secar. Fue entonces al patio, la exprimi,
la colg, y de regreso en la cocina encontr al marrano comiendo la mantequilla.
Furioso, lo persigui hasta que consigui sacarlo. Al salir de nuevo al patio, vio
con horror como la cabra estaba mordiendo una de las camisas que acababa de
colgar. La espant, cerr la cerca, persigui otra vez al cerdo hasta que pudo al fin
atraparlo y lo encerr en la marranera. Para entonces el reloj ya haba dado la una
de la tarde, y l ni siquiera haba terminado de hacer la mantequilla. Se puso de
nuevo en esta tarea, pero tuvo que interrumpirla cuando oy los mugidos de la
vaca en el corral.
Y desde entonces nunca se volvi a quejar, y ayudaba a su mujer cada vez que
poda.
El pan ms sabroso y las comodidades ms gratas son las que se ganan con el
propio sudor. Honor de Balzar.
Manos a la obra.
102
Trabajar. (Del latn tripaliare.) intr. Ocuparse en cualquier ejercicio, obra o
ministerio. 2. Solicitar, procurar e intentar alguna cosa con eficacia, actividad y
cuidado. 3. Aplicarse uno con desvelo y cuidado a la ejecucin de alguna cosa.
El trabajo
Llamamos trabajo al esfuerzo al esfuerzo que hacemos por conseguir algo por
nosotros mismos o con la ayuda de los dems. Gracias al trabajo podemos hacer
realidad algo que no tenamos en mente, arreglar algo que antes no funcionaba,
corregir algo que estaba mal o crear algo que antes no exista. Son muchas las
cosas que podemos lograr por medio del trabajo. Si se trata de una fuerza con un
gran poder de transformacin, que ha llevado a la humanidad a los ms altos
niveles de desarrollo y civilizacin.
Todo en la vida es trabajo. Desde las actividades que llevan a cabo los nios en el
colegio hasta los experimentos de los cientficos en los laboratorios, pasando por
los oficios domsticos que todos realizamos en nuestras casas y las innumerables
profesiones que ejercen miles de personas, haciendo posible la vida en sociedad.
Es tan importante el trabajo que de l depende no slo nuestro sustento
econmico, sino tambin nuestra felicidad. Porque la felicidad, como la entendan
los pensadores antiguos reside, ms que en la remuneracin econmica, en la
actividad, tanto fsica como mental, y en su disfrute.
Procuremos ver en nuestro trabajo algo ms que la actividad con la que nos
ganamos la vida
Recordemos que no hay trabajos indignos. La dignidad o indignidad de un
trabajo depende de nuestra actitud hacia l
103
La pereza
La pereza es la causa y consecuencia al mismo tiempo de la inactividad, la
negligencia y la apata. Las personas perezosas se caracterizan por su falta
de inters por todo, lo cual es a su vez sntoma del poco valor que le dan a
la vida. Ello se aprecia en que siempre estn aburridas o indispuestas, y
prefieren consumirse en el tedio que hacer el ms mnimo esfuerzo por
salir de ese permanente estado de letargo en que pasan las horas, sin que
nada logre conmoverlas.
Los perezosos no descansan, porque no se puede descansar de no hacer
nada.
Una persona as es por lo general un desastre en el trabajo, pues descuida
sus tareas o las hace de mala gana, como si les fastidiaran. De ah que
fracase en sus estudios o no dure mucho en los empleos que consigue o le
consiguen, y desperdicie una tras otra las oportunidades que le ofrece la
vida de salir adelante.
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Leonardo Da Vinci
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Palabras de Perseverancia
Hesodo
Perseverancia
Haba una vez en una aldea inglesa una nia que, en cuanto
comenzaba a caer la noche, levantaba los ojos al cielo y se quedaba
lela mirando las estrellas.
106
sigilosamente hacia el jardn, abri la verja sin hacer ruido y ech a andar. Camin
ligeramente por valles y montaas hasta que encontr un riachuelo.
No ves que su brillo no me deja dormir? Pasan toda la noche en mis aguas.
-Perdn, riachuelo dijo la nia, mientras se secaba despus de salir del agua-,
pero creo que en tus aguas no hay ni una sola estrella.
-Buenas noches, pequeas hadas dijo la nia-. Han visto alguna estrella por
aqu? Me encantan las estrellas, me muero de ganas por tocarlas y poder jugar
con ellas.
-Por supuesto cantaron las hadas-, brillan toda la noche entre las briznas de
hierba. Ven a bailar con nosotras y encontrars todas las que quieras.
De manera que la nia bailo y bailo durante horas, aprendi los secretos pasos de
baile de las pequeas hadas, hasta que, rendida por el cansancio, se desplom,
sin llegar a ver la primera estrella.
107
-Algo muy dentro de m me dice que las pequeas hadas son las nicas que me
pueden ayudar a alcanzar las estrellas les dijo la nia mirndolas a todas, una
por una.
-le dijo una de las pequeas hadas-, solo tienes que buscar la escaleras sin
peldaos y ella te conducir a las estrellas.
De la sabidura popular.
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El coraje de gata
Esta historia ocurri en Hungra, durante la ocupacin de ese pas por parte de las
tropas soviticas, al final de la segunda Guerra Mundial.
Una tarde lleg a la plaza central un camin con 1.600 panes. El camin lleg
despus de las cinco, de modo que haba que esperar al da siguiente para poder
descargarlo. Los habitantes, que no haban comido nada en todo el da, miraban
con dolor y con rabia el camin desde sus casas. Entre ellos estaba gata, una
seora de casi ochenta aos.
No haba pasado mucho tiempo desde la llegada del camin cuando gata sali
de pronto de su casa y baj de l dos grandes panes, que reparti entre las
personas de su familia. Los soldados encargados de su custodia se quedaron
asombrados y sin saber qu hacer. A los pocos minutos, gata volvi a salir y
carg ms panes, que dio a sus vecinos. A la tercera salida, un soldado dispar su
arma al aire, en seal de advertencia, pero gata sigui con su trabajo. Las balas
le pasaban cada vez ms cerca a medida que iba y vena del camin a las casas de
su barrio, repartiendo los panes entre la gente. El oficial que estaba al mando de
los soldados le advirti que si segua desobedeciendo el toque de queda,
ordenara que le dispararan a matar. gata le respondi que lo lamentaba mucho,
pero que tena que seguir repartiendo los panes. El oficial se enfureci y volvi
donde estaban sus hombres, pero ninguno, ni siquiera l mismo, se atrevi a
dispararle a gata. La mujer continu descargando panes del camin durante las
horas siguientes, con una admirables decisin y perseverancia. A las nueve de la
noche, cuando ya haba repartido ms de la mitad del cargamento del camin, se
desmay en mitad de a la plaza. Luego de unos segundos de gran tensin, un
soldado corri por la plaza hasta el sitio donde haba cado gata, la alz en sus
brazos con ternura y la llev hasta la puerta de su casa, donde se la entreg a sus
familiares.
109
Luego volvi corriendo a su tanque y se prepar para dispararle a todo aquel que
se atreviera a desobedecer el toque de queda.
Hay hombres que luchan un da y son buenos. Hay otros que luchan un ao y son
mejores. Hay otros que luchan muchos aos y son muy buenos. Pero hay quienes
luchan toda la vida, esos son imprescindibles.
Bertolt Brecht.
Ovidio.
Todo lo mo es tuyo.
110
La perseverancia
La inconstancia
112
Lance Armstrong
113
Palabras de Humildad
Humildad
La taza de t
Un profesor de una prestigiosa universidad, muy respetado y temido por sus
alumnos debido a su gran dominio de los ms diversos temas y su carcter
autoritario, viaj una vez a Japn a entrevistarse con un famoso sabio que viva
retirado en una modesta casa de campo, dedicado al estudio y la escritura.
El profesor en cuestin estaba acostumbrado a tener la ltima palabra en todo y
desechaba con demasiada frecuencia las opiniones de los dems, a quienes
intimidaba con su inmensa erudicin, su petulancia y su arrogancia.
En cuanto lleg a la casa del sabio, el profesor empez a hablar del tema que iba a
ser tratado en la visita. Hablaba sin parar, citando frases de famosos personajes a
cada momento, refirindose a los innumerables libros que haba ledo y a las
muchas conferencias que haba dictado acerca de ese y otros tantos temas.
El sabio aprovecho una pausa en el monlogo del profesor para preguntarle si le
apeteca una taza de t. Este le dijo que s y continu su perorata.
114
Mientras el profesor hablaba, el sabio se dedic a llenarle
su taza.
Comenz echando el t poco a poco, primero la mitad y
luego hasta el borde de la taza. Pero al llegar all no se
detuvo, sino que sigui echando t y ms t, con toda la
naturalidad del mundo, hasta que el lquido desbord
tambin el plato y comenz a manchar el mantel. Todo
esto lo haca sonriendo y escuchando al profesor, como si
no pasara nada. El profesor no se dio cuenta al principio, pues estaba demasiado
entretenido escuchndose hablar a s mismo, pero en cuanto se percat, despus
de un buen rato, qued estupefacto.
-La taza est llena! Ya no le cabe ms! grit.
-Lo mismo te pasa a ti le dijo el sabio, con tranquilidad-.
T tambin ests lleno de toda tu erudicin, de todos los autores que citas, de
todos los libros que has ledo, de tus propias opiniones y tus ideas acerca de
todo Cmo vas a poder escucharme o aprender algo de lo que yo puedo
ensearte si antes no vacas la taza?
Impresionado por la leccin que le acababa de dar este hombre, el profesor se
propuso tener en cuenta a partir de ese momento la sabidura de sus
contemporneos.
Cuento popular japons.
115
La perdiz vanidosa y la tortuga modesta
La perdiz y la tortuga vivan en el mismo rincn de una inmensa
llanura de frica pero casi nunca hablaban.
Poco se encontraban frente a frente porque el ave, vanidosa y
arrogante, nunca se dignaba bajar de las ramas de los rboles o
interrumpir su vuelo para entablar una conversacin con la
tortuga. Ni siquiera la saludaba desde arriba, slo la miraba
despectivamente.
Un da, la perdiz descendi al suelo a picotear unas semillas y justo en ese
instante la tortuga pasaba caminando lentamente por ah.
-Hermana tortuga le dijo la perdiz-, No te da vergenza ir siempre tan
despacio? No te da enva verme a m, tan bien dotada, mucho mejor que t?
No te causa celos ver cmo vuelo y cmo corro, cosas que t no puedes hacer de
ningn modo?
-No repuso lentamente la tortuga-.
Pienso que dichosa t, que puedes acabar en una carrera un camino que me lleva
todo un da a m.
Pero no te envidio.
Mi lentitud tambin tiene sus ventajas.
-Bobadas!- contesto despreciativamente la perdiz-.
Eso lo dices por decir. Qu ventajas puede tener ser lento y pesado? Eres esclava
de tu caparazn, ests condenada a andar siempre pero bajo y ni siquiera puedes
correr. Yo en cambio soy libre, todo me favorece.
Poco tiempo despus, los cazadores de una lejana aldea prendieron fuego a la
vegetacin de la llanura para hacer salir a los animales y as poder cazarlos ms
fcilmente. Las llamas crecieron muy altas, se expandieron con rapidez y se
acercaban al rincn en donde vivan la perdiz y la tortuga.
La perdiz no haca ms que vanagloriarse de que poda salvarse de las llamas
volando a gran altura y se rea de la tortuga.
116
-Te vas a asar, el fuego correr ms rpido que tus cortas patas y te alcanzar le
gritaba la perdiz a la tortuga desde lo alto.
Cuando las llamas llegaron, la tortuga, para protegerse, es escondi es un hoyo
que haba dejado la pata de un hipoptamo en el suelo, y se meti dentro de su
caparazn, de manera que nada le ocurri.
En cambio la perdiz quiso lucirse y hacer galas de sus dotes, y se prepar para
emprender el vuelo, pero el humo era tan denso que tan pronto abri sus alas se
asfixi y cay en medio del fuego.
Cuando todo pas, la tortuga sali de su escondite sana y salva y pregunt por la
perdiz, extraada de no verla haciendo alarde de cmo
haba logrado salvarse del fuego gracias a su rapidez y
habilidad.
Al enterarse de lo que le haba sucedido, lamento que
esas dotes de las que se senta tan orgullosa, no
hubiera ayudado a la pobre perdiz a escapar del fuego.
Cuento africano.
117
Humildad. (Del latn humiliare.) f. virtud que consiste en el conocimiento de
nuestras limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
2. Bajeza de nacimiento o de cualquier otra especia. 3. Sumisin, rendimiento.
Humilde. (Del latn humilis.) adj. Que tiene humildad. 2. Carente de nobleza.
3. Que vive modestamente.
La humildad
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La soberbia
Esta adoracin de la propia excelencia no les permite ver ni apreciar las virtudes
ajenas y las lleva a comportarse de forme altanera y arrogante con los dems. Por
esta razn, son por lo general solitarias e indeseables. Por otro lado y, lejos de lo
que en general se piensa, la soberbia muchas veces es sntoma de debilidad o de
inseguridad.
Es as como levantan una barrera para evitar que los dems vayan ms all y
descubran sus puntos dbiles. No hay que asociar la soberbia con la grandeza, ya
que los soberbios no conocen el respeto, la tolerancia, la bondad ni ninguna otra
virtud que no est asociada con el engrandecimiento de su propio ego.
119
Sun Lu Tang
Podero y humildad. Sun Lu Tand es uno de los ms
venerados maestros de toda la historia de las artes
marciales chinas. Nacido en 1861, en la provincia
china de Hebei, vivi una infancia de grandes
privaciones. Antes de morir, su padre lo puso en
manos de un tutor que, a cambio de techo y comida
en la granja familiar, instruy al pequeo de siete aos
en las bases del kung fu.
Sun no tard en dominar todas las tcnicas que le
ense su maestro, pero tuvo que interrumpir su aprendizaje debido a la
muerte de su padre.
Luego de multitud de tribulaciones y de un intento de suicidio a los trece
aos, Sun dio con el maestro Wu, quien descubri sus dotes excepcionales
y le enseo todo lo que saba.
Su tercer maestro, el gran Chen Ti Hua, al darse cuenta de que Sun sera un
combatiente invencible, le dijo las siguientes palabras: La humildad
siempre te traer beneficios, mientras que el orgullo te har dao.
Sun Lu Tang, quien revoluciono el kung fu y el taijiquan y lleg a convertirse
en uno de los hombres ms respetados de su pas, nunca las olvid.
120
Palabras de Prudencia
Sneca
Prudencia
Epceto.
La cada de caro
121
Las cosas empeoraron cuando Talos empez a superar a su maestro y los
atenienses se dieron cuenta de la genialidad de este muchacho de doce aos que
ya haba inventado la sierra para los carpinteros, el torno para los alfareros y el
comps para los matemticos, ingenieros y arquitectos. Enloquecido por la
envidia, Ddalo mato a Talos.
Esto fue una gran tragedia para la ciudad de Atenas, pues al enterarse de lo
sucedido, Policasta tambin se quit la vida. Ddalo e caro fueron expulsados de
la ciudad y tuvieron que buscar refugio en la isla de Creta, donde el rey Minos los
acogi y puso a Ddalo a trabajar para l.
En su obsesin por escapar, Ddalo construy dos pares de alas para l y para
caro, de manera que pudieran abandonar la isla por aire. Las alas estaban hechas
de plumas sobre un armazn de cera. El da planeado para la huida ddalo le pidi
a caro que fuera muy prudente, que no volara ni demasiado cerca del sol ni
demasiado cerca del mar.
Las alas funcionaron muy bien y padre e hijo lograron escapar de Creta. Pero
cuando se encontraban en alta mar, caro, olvidando las recomendaciones de su
padre, quiso saber hasta dnde podra elevarse con sus alas y tom tanta altura
que el sol derriti la cera que sostena las plumas y el imprudente muchacho se
precipit en el mar. Desconsolado, Ddalo comprendi que este era el precio que
deba pagar por su soberbia y por sus crmenes.
Mito griego.
122
Por el camino del medio irs siempre muy seguro Ovidio.
No hay sabidura sin prudencia. No hay filosofa sin cordura Jaime Balmes.
Descontento con estas tierras arenosas en las que las gentes de su pueblo
cultivaban maz, patillas y melones y pastoreaban el ganado, Guarapur
convenci a un grupo de hombres de que lo acompaara a aventurarse por el
desierto en direccin a un gran lago, ms all del cual estaba convencido de que
hallaran tierras verdes e inmensamente frtiles. Entre estos hombres se
encontraba Itojoro, Wososopo y el sabio anciano Worojoro. Una vez terminados
los preparativos para el viaje, los hombres se internaron por las arenas del
desierto guajiro, bajo un sol abrazador. Los ms jvenes, afanados por llegar
cuanto antes al gran lago, apresuraron en exceso la marcha hasta que Worojoro,
que era un hombre prudente, los contuvo y les dijo que tenan que reservar
energas, pues el desierto consuma con facilidad las fuerzas de cualquier ser
humano, por resistente que fuera. El viaje se volvi interminable y varios das
despus Guarapur y sus hombres empezaron a sentir el cansancio debilitndoles
las piernas y la sed quemndoles las gargantas. Haba muy pocos rboles para
resguardarse del sol en el camino y la arena quemaba los pies cada vez ms. El
nico descanso llegaba al atardecer, cuando los rayos del sol dejaban de
atormentarlos y podan acostarse a descansar en el suelo.
Luego de varios das sin encontrar nada ms que sol y arena, los hombres de ms
edad empezaron a arrepentirse de haber abandonado de esa manera sus tierras,
123
sin tomar ninguna precaucin. Pero Guarapur estaba empeado en seguir.
Worojoro, totalmente agotado, supo que no poda continuar y les pidi que lo
dejaran donde estaba.
Sus amigos lo imitaron. Mientras un sueo profundo los invada, la diosa Borunka
se quej ante su padre Mareiwa de lo que haba pasado por causa del arrebato de
Guarapur. El gran dios Mareiwa, entristecido, los convirti a todos en cerros,
cada uno con el nombre del guajiro que haba querido abandonar su tierra.
Proverbio ruso.
Soln.
Lo ms seguro es una lengua silenciosa. Aun algo bueno puede ser perjudicial si
se menciona en un momento inoportuno o a una persona inconveniente.
124
Prudencia. (Del latn prudentia.) f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que
consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de
ello. 2. Templanza, cautela, moderacin. 3. Sensatez, buen juicio.
Prudente. (Del latn prudens, -entis.) adj. Que tiene prudencia y acta con
moderacin y cautela.
La prudencia
125
La imprudencia
126
La ONU
Un llamado a la prudencia.
127
La Paz
Nunca ms la guerra!
No, nunca ms la guerra!, que destruye la vida de los inocentes, que ensea a
matar y trastorna igualmente la vida de los que mata, que deja tras de s una
secuela de rencores y odios y hace ms difcil la justa solucin de los mismo
problemas que le han provocado
Paz
Benito Jurez.
Hctor y Aquiles
Las primeras batallas fueron exitosas y los espartanos se alzaron con valiosos
botines, tanto en joyas y riquezas como en prisioneros de guerra, a los que
convertan en esclavos. Uno de esos esclavos fue Briseida, una hermosa troyana
de la que Aquiles se enamor perdidamente pero que le fue arrebatada por
128
Agamenn, hermano de Menelao y comandante del ejrcito espartano.
Profundamente dolido, Aquiles se retir de la contienda, lo que caus gran
preocupacin en las filas espartanas. Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, trat de
convencerlo de que volviera al combate, pero lo nico que logro fue que Aquiles
le prestara su armadura para intimidar con ella a los troyanos, quienes sentan un
gran temor por las centelleantes vestiduras de guerra de este combatiente
legendario. Cuando Patroclo encabez las filas espartanas vistiendo la armadura
de Aquiles, los soldados troyanos se apartaron, pensando que se trataba del
mismo Aquiles en persona.
El nico que se atrevi a hacerle frente fue el hroe troyano Hctor, quien le dio
muerte al infortunado Patroclo en un limpio combate.
Fue tan brbaro este combate, que una vez muerto Hctor. Aquiles at el cadver
del valeroso troyano a su carruaje y los arrastr salvajemente por el suelo a la
vista de todos, a manera de escarmiento. El dolor de los troyanos fue grande,
todos miraban con lgrimas en los ojos la humillacin a la que era sometido su
hroe derrotado. El que ms sufri el rey Priano, su anciano padre, quien
desafiando la muerte le rog a Aquiles que le devolviera el cadver de su hijo para
darle sepultura. Aquiles, conmovi por el dolor del rey, por su valor y por su
dignidad, le devolvi el cadver de Hctor en medio de un copioso llanto por
tantas y tan terribles tragedias.
Esta historia nos ensea que en las guerras todos, incluso los vencedores, salen
perdiendo.
129
El tigre y el jabal
Ms vale acabar con las querellas, muy a menudo el resultado es fatal para ambas
partes.
Esopo.
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Vayamos en Paz.
Paz. (Del latn pax, pacis. Paz, tranquilidad, perdn, permiso.) f. situacin y
relacin mutua de quienes no estn en guerra. 2. Publica tranquilidad y quietud
de los estados, en contraposicin a la guerra o a la turbulencia. 3. Tratado o
convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra.
4. Sosiego y buena correspondencia de unos con otros, especialmente en las
familias, en contraposicin a las disensiones, rias y pleitos. 5. Reconciliacin,
vuelta a la amistad o a la concordia. 6. Virtud que pone en el nimo tranquilidad y
sosiego, opuestos a la turbacin y las pasiones. 7. Genio pacifico, sosegado y
apacible.
La paz
La paz es el fruto de la sana convivencia entre los seres humanos. Para hacerla
posible es necesario un ordenamiento social justo, en el que todos los ciudadanos
tengan las mismas oportunidades de desarrollarse como personas y les sean
respetados sus derechos fundamentales.
131
La violencia
Los frutos de la violencia, desde los tiempo ms antiguos, no han sido otros que el
odio, la destruccin y ms violencia, entre todos los antivalores, la violencia es el
que ms nos deshumaniza, llegando a convertirnos en ocasiones en verdaderos
monstruos.
132
Mahatma Gandhi
133
El Valor
Aristteles.
Frases de valor...
Cicern.
134
Mundo
Nuestro planeta es muy frgil, hay que tratarlos con cario. Carl Sagan
Trata de dejar el mundo en mejores condiciones que las que tena cuando
llegaste a l. Sir Robert Baden Powell
Hemos sido llamados al concierto de este mundo para tocar de la mejor manera
posible nuestro instrumento. Rabindranath Tagore
Alegra
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Naturaleza
Podrn cortar todas las flores, pero no podrn detener la primavera. Pablo
Neruda
Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza. Jean Jacques
Rousseau
Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del
automvil. William Faulkener
Pas
Podis arrancar al hombre de su pas, pero no podis arrancar el pas del corazn
del hombre. John Dos Passos
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Belleza
La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la
mira. Lin Yutang
Amor
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Felicidad
Con la libertad, las flores, los libros y la luna, Quin no sera perfectamente
feliz?. Oscar Wilde
Vida
Vivid, creedme, no esperis a maana. Coged hoy las rosas de la vida. Pierre de
Ronsard
Amigo mo, todas las teoras son grises, solamente est lozano el rbol dorado de
la vida. Johann Wolfgang von Goethe
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Salud
Grandeza
La grandeza y el amor son como los perfumes; los que los llevan apenas los
sientes. Cristina de Suecia
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Confianza
Ojal conociera un buen amigo para confiarle mis fortuna!. Sabidura del
Antiguo Egipto
El ave canta aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas. Jos
Santos Chocano
La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta. Proverbio chino
Los hijos del herrero no tienen miedo a las chispas. Proverbio dans
Esperanza
La esperanza es el nico bien comn a todos los hombres; los que lo han perdido
todo, la poseen aun. Tales de Mileto
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Sueo
Juzgaramos con mucha ms certeza a un hombre por lo que suea que por lo
que piensa. Victos Hugo
Educacin
Por buena que sea la cuna, mejor es la buena crianza. Proverbio escoss
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Tiempo
El tic tac de los relojes parece un ratn que roe el tiempo. Alphonse Allais
Los que emplean mal su tiempo son los primeros en quejarse de su brevedad.
Lean de La Bruyere
Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde. San Juan Bosco
Los aos ensean muchas cosas que los das desconocen. Ralph W. Emerson
Cuida los minutos pues las horas ya cuidaran de s mismas. Philip Dormer
Chesterfield
Salustio
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