Agustín Hernando. Los Atlas Tematicos Del Siglo XIX...
Agustín Hernando. Los Atlas Tematicos Del Siglo XIX...
Agustín Hernando. Los Atlas Tematicos Del Siglo XIX...
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2. LA CARTQGRAF~ATEMATICP:
REPRESENTACION Y SENSlBlLlDAD ClENTlFlCA Y SOCIAL
riosos e innovadores mapas, como prueba argumental de una teoria, hiptesis, aportacin
o consideracin. El mapa temtico brinda la posibilidad de reconocer, presagiar, evaluar,
aplicar o comprobar la importancia de un hecho dado. Y todo ello, ~nedianteel empleo de
una iconografia elemental, la aplicacin de unos simbolos geomtricos sencillos y el ma-
nejo de un cdigo formado por unos convencionalismos lgicos, corno son 10s puntos, las
lineas, las tramas, 10s colores u otras manifestaciones iconogrficas que permiten apreciar
intuitivamente la presencia y magnitud de un hecho.
~Quinesson 10s cultivadores de este nuevo gnero cartogrfics? Como ya hemos se-
alado, la creciente aparicin de ejemplares temticos se debe, en gran parte, a la curiosi-
dad surgida entre 10s estudiosos por averiguar el alcance o dimensin espacial de un fen-
meno. Son, principalmente, 10s cultivadores de las diversas ramas de las ciencias naturales,
10s interesados en mostrar las cualidades geogrficas de un hecho, tratando de represen-
tar10 con la ayuda de un mapa, con la intencin de dar a conocer su trascendencia espacial
y establecer algunas consideraciones. Para estos creadores, el mapa desempea una fun-
cin, adems de informativa y heurstica, utilitaria.
Junto a 10s cultivadores de la ciencia, tambin detectamos la presencia de otros in-
quietos protagonistas dedicados a plasmar grficamente 10s primeros datos estadisticos
disponibles. Sus creadores, como si estuvieran ociosos, reflexionando acerca de alguna hi-
ptesis, conciben la feliz idea de expresar tales datos estadisticos en un mapa. Ante el di-
bujo creado, sus consideraciones se multiplican. De ahi que, para 10s aficionades a la es-
tadstica, la representacin grfica de 10s datos cuantitativos se convierta en otro recurso
que ayuda a poner de manifiesto unas desigualdades en la distribuciiin o reparticin, ilus-
trar unos desequilibrios espaciales, y sus autores, armados de tales testimonios, traten de
persuadir a colegas, dirigentes polticos o a la sociedad en general, exponiendo y argu-
mentado acerca de las consecuencias que se derivan de la existencia de distribuciones tan
antagnicas.
las sociedades geogrficas fundadas en el transcurso del siglo XIX, hay que agregar el
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arraigo del cultivo de la ciencia en las universidades, y la paulatina especializacin del sa-
ber, con la creacin de ctedras correspondientes a temas que hasta entonces habian sido
indagados por personalidades ajenas a la ciencia, eruditos o estudiosos aficionados. Como
sabemos, se incrementa de manera acusada, tanto la aparicin y circulacin de ideas en re-
vistas cientificas, como el nmero de estirnulos sugeridores de tareas y realizaciones que
son requeridas por la sociedad moderna. Su asociacin con el incremento de la produccin
industrial y el empleo econmico de este saber, lleva a especialistas cultivadores de dicho
saber, como ingenieros de minas, a dedicarse a averiguar la presencia de 10s diversos re-
cursos que posee un pais.
A su vez, 10s diversos departamentos ministeriales, con la intencin de mejorar sus ac-
ciones, efectan trabajos en 10s que el mapa ostenta un protagonismo destacado. Los pro-
yectos de obras pblicas, como el trazado de canales o carreteras, o la mejora de 10s ser-
vicios sociales, llevan a urgir a la Administracin la necesidad de disponer de mapas y
establecer servicios que 10s dibujen y editen. Dicha cartografia permite conocer el estado
del tema en cuestin, como la red de abastecimiento de aguas, para poder tomar las deci-
siones oportunas encaminadas a su mejora. Muchas de estas acciones requeriran la exis-
tencia de mapas topogrficos fiables, como el trazado de una red ferroviaria, y disponer de
planos detallados. Su inexistencia frenar5 ciertas iniciativas y obligar6 a efectuar ese tra-
bajo previo. Por todo el10 se apremiar de manera insistente a 10s Gobiernos a que aco-
metan, finalicen o mejoren, la cartografia topogrfica disponible. Aquellos casos en que no
se disponga de una cartografia fiable, como es la confeccin del mapa geolgico de la pro-
vincia de Barcelona, motivar6 que se efecte, paralelamente, el mapa topogrfico.
3. PRECEDENTES HISTORICOS:
LA SINGULARIDAD DE ALGUNOS EJEMPLARES
ciar 10s mritos que ostentan 10s mapas, sobre todo, cuando poseen la calidad informativa,
esttica y material que ofrecen 10s ejemplares que se publican en Alemania.
Curiosamente, el primer atlas considerado como temtico es un atlas estadistico-ad-
ministrativo de Prusia, publicado en 1827-28, y compuesto de 22 mapas. Su edicin fue
promovida por Federico Guillermo, y efectuada por Ferdinan V. Doring5. Tras este singu-
lar preludio, poc0 despus, contemplamos ya la publicacin del primer atlas temtico de
contenido cientifico. Se trata del Physikalischer Atlas, sugerido por Humboldt en 1827 y
editado entre 1838 y 1848. Est compuesto exclusivamente de mapas temticos a 10s que
acompaa un generoso texto explicativo del contenido de 10s mismos. Cada ejemplar car-
togrfico, que mide aproximadamente 33 x 40 cm., incluye, a su vez, varios mapas y una
frondosa informacin verbal. Su diseo nos evoca el entusiasmo mostrado por sus autores
en expresar visualmente 10s diversos aspectos del innovador conocimiento cientifico cul-
tivado en estas dcadas.
El ejemplar de este atlas que hemos consultado rene 10 editado entre 1886 y 1892.
Corresponde a la tercera edicin, ya que la segunda fue publicada entre 1849 y 1852. Se
trata de una edicin profundamente renovada, con la incorporacin de doce nuevos mapas,
cuya autoria pertenece a reconocidos cientficos. La obra est compuesta de diversas par-
tes, cada una de ellas con su correspondiente frontispicio, ya que podan adquirirse por se-
parado. La primera rene 15 mapas y muestra aspectos que actualmente consideramos co-
mo geolgicos. La segunda est compuesta de once mapas y corresponde a temas de
hidrografia. La tercera est dedicada a ilustrar aspectos de la atmsfera y est formada por
doce mapas meteorolgicos. A continuacin aparece la cuarta parte, ilustrada con cinco
mapas relacionados con el comportamiento del magnetismo en la superficie terrestre. La
siguiente, consagrada a la reparticin de la vegetacin, contiene ocho mapas. La sexta nos
brinda la presencia y reparticin espacial de la fauna, con la existencia de nueve mapas. Y
la ltima, la sptima, formada por quince mapas, nos muestra aspectos humanos -Volker-
kunde-.
Las fechas que ostentan 10s mapas corresponden a las comprendidas entre 10s aos
1886 y 1892, aunque las que exhiben las portadas de cada uno de 10s fasciculos o partes
que componen la obra, se hallan comprendidas entre 1887 y 1892. En cada una de las par-
tes, a modo de introduccin, encontramos un largo texto explicativo de 10s temas expues-
tos en 10s mapas. Su redaccin corresponde a reconocidas personalidades del mundo de la
ciencia, cuyos nombres figuran en 10s frontispicios correspondientes. Si comparamos esta
edicin con la primera, el avance material e informativo que advertimos es considerable,
tanto por el nmero de mapas nuevos agregados, como por la abundante informacin reu-
nida y expresada.
Asimismo, es admirable el despliegue tcnico puesto en la confeccin de este ejem-
plar, aunado al esmero que muestra el diseo grfico. Su aspecto externo, material y est-
tico, corresponde al de un ejemplar publicado casi recientemente. Un examen detenido de
este producto cartogrfico acredita el prestigio alcanzado por la industria editora alemana
y explica 10s elogios tributados por ilustres gegrafos a una de sus aportaciones ms acla-
mada~:el atlas.
ginas del Cosmos vinculadas con 10s temas cartografiados, y luego, alternativamente, ma-
pas y texto. El mapa veinticinco corresponde a la Pennsula Ibrica, donde aparece dibu-
jada su orografia mediante trazos, adems de ofrecer otros datos interesantes del territorio,
como la densa red hidrogrfica. Lleva aadida la presencia de un novedoso corte topogr-
fico correspondiente al perfil existente entre La Corua y Ceuta. Los sistemas montaosos
aparecen salpicados con las alturas correspondientes, recientemente calculadas, figurando
el 'Mulahaqen' con la mxima elevacin, 10.950, Veleta con 10.774, a las que sigue, en 10s
Pirineos, el 'P. de Nethou', con 10.722 pies.
Igualmente advertimos la existencia de atlas dirigidos a otros destinatarios. Se trata,
en primer lugar, de ejemplares destinados al pblico estudiantil. Asi por ejemplo, conta-
mos con el Dr. Heirzriclz Berghaus Physikalischer Schul-Atlas (Gotlla), que fue publicado
en 1850. Se trata de un bonito atlas, de 23 x 25 cm, compuesto de veintiocho mapas te-
mticos del mundo, Europa y Alemania. Su popularidad ha motivado que en 1985 se efec-
tuara un facsmil, reproducido litogrficamente, que es el ejemplar que hemos ojeado.
Otro atlas que hemos examinado, destinado al gran pblico, es el J. M q e r Atlas cler
Geographie. Se trata de un atlas que sirve de complemento geogrf'ico a una popular en-
ciclopedia. Este atlas, frente a 10s precedentes, est5 compuesto de dos partes claramente
diferenciadas. La primera es general, y esta dotada de noventa y cuatro mapas. A ella si-
gue una segunda, titulada Physikalische Geographie, formada por veintisiete mapas. La
primera estampa de esta segunda parte, corresponde a la ilustracin de un grandioso corte
geolgico, 21 x 116 cm. titulado 'Ideal-Profil von eiviem Theile der Erdrinde'. Le siguen
10s diversos mapas temticos, rodeados de abundantes cifras estadisticas de 10s fenmenos
estudiados. Junto a 10s mapas aparecen numerosos dibujos indicadores de las altitudes de
las montaas, la extensin de 10s paises y sus cuencas hidrogrficas, las longitudes de 10s
rios, etc. La cartografia temtica de este ejemplar delata la rpida difusin que adquiere la
informacin y modo de presentarla, de 10s ejemplares precedentes, en atlas tradicionales.
La secuencia plasmada corresponde al orden que siguen habitualmente 10s atlas: as-
pectos topogrficos, hidrogrficos, climticos y de vegetacin. Advertimos la presencia de
una alternancia consistente en el empleo de mapas de todo el orbe, junto a otros dedicados
a 10s continentes de 10s que se poseen datos fiables. No encontramos representaciones car-
togrficas dedicadas a aspectos humanos, si exceptuamos la expresidn de 10s cultivos o la
ilustracin de las rutas seguidas por celebres navegantes del pasado, en el mapa dedicado
a las corrientes y temperaturas del agua del ocano Pacifico o del Atlntico (mapas 22 y
23 respectivamente). En este ltimo figura la ruta seguida por Humboldt en su pere,orina-
'
je cientfic0 por el continente americano. El tamao escogido para 10s mapas (22 x 28
cm.), es relativarnente pequeo para albergar el enorme arsenal de datos que figuran, sien-
do su aspecto muy abigarrado y rotulado con letra muy diminuta, 10 que dificulta su legi-
bilidad. Algunos de 10s ejemplares que contiene son, claramente, una reduccin de 10s que
figuran en el clebre atlas de Berghaus. Sirvan de ejemplo aquellos mapas que estan ilus-
trados con las populares cliseries de vegetacin, sin duda uno de 10s ms atractives, junto
a otros mis novedosos, como el de isotermas de Alemania, asociadas a la presencia de las
diversas especies vegetales (vase fig. 1, al final del texto).
Todos 10s atlas consultados ponen de manifiesto el empleo y paulatina consolidacin
de la nueva simbologia, como la isolinea, coloreada a mano todava, as como el uso de
puntos y trazos para expresar la presencia e intensidad de un fenmeno. Los mapas dedi-
cados a Europa muestran abundantes datos de geografia fsica correspondiente a la Penn-
sula Ibrica, constituyendo, suponemos, un estimulo fascinante y seductor en 10s estudios
de la cartografia temtica de nuestro pas.
En definitiva, el estudio de 10s ejemplares precedentes revela de manera clara tanto el
xito alcanzado por la cartografia temtica, como la rpida acogida d~spensada.Su pronta
aplicacin a temas ajenos al campo de la ciencia contribuye con rapidez a la populariza-
cin del mapa. A su vez, se convierte en el vehiculo mis eficaz de difusin.de la cultura
cientfica, ms all de 10s circulos intelectuales clsicos.
Los atlas tematicos del siglo XIX: saber cientfic0 y representacion cartografica 115
Francia cuenta con una dilatada experiencia en la edicin de mapas temticos. Algu-
nos de 10s ejemplares mis antiguos que conocemos, tanto de carcter cientfic0 como es-
tadstic~,corresponden a clebres autores de esta nacionalidad. Sin embargo, no podemos
decir 10 mismo respecto a la edicin de atlas temticos que condensen y difundan 10s sa-
beres de geografia fsica y humana. El nico ejemplar digno de esta consideracin, alum-
brado el pasado siglo, es el dedicado a ilustrar la obra de Humboldt que vamos comentar.
La bibliografia consultada, tanto la francesa como la escrita en otras lenguas, tampo-
co se muestra entusiasmada al ocuparse de la contribucin cartogrfica de esta naturaleza
efectuada en Francia. Esta consideracin contrasta con 10s elogios que dedica a personali-
dades destacas de la cartografia topogrfica, o a 10s creadores de algunos mapas temticos
(Palsky 1996, Konvitz 1987 y Campbell 1990)~.
El nico atlas temtico encontrado muestra de manera clara que nos hallamos ante una
obra diferente. Su elocuente titulo revela ya algunas de sus caracteristicas: Atlas du Cos-
mos conterzant les cartes Gographiques, physiques, thrmiques, climatologiques, magn-
tiques, gologiques, botarziques, agricoles, astronomiques, etc., applicables tous
i les ouv-
rages de sciences physiques et naturelles et particulierenzent aux oeures d'illexandre de
Hurnboldt et de Francois Arago, dresses par M Vuillemin, graves sur acier par M. Ja-
cobos sous la direction de M. J.A. Barral. Editpar L. Gurin, a Paris 1867. Recordemos
que el Cosmos de Humboldt ya habia sido traducido al francs, con notable xito por cier-
to, acompaando en el titulo del atlas el de su compatriota el naturalista Arag7.
Al examinar su contenido observamos que est compuesto de veinticinco mapas y una
curiosa lmina titulada 'Distribucin de 10s conocimientos humanos de Filosofia Natural
segn M Chevreul'. Clasificados por temas, el primero de 10s mapas es uno celeste; el se-
gundo es histrico; 10s siguientes, trece, son climticos, menos el cuarto y sexto; 10s tres
siguientes, nmeros 16 a 18, junto con 10s nmeros 4 y 6, corresponden a temas relacio-
nados con el magnetismo; a continuacin, el nmero 19, est dedicado a la actividad vol-
cnica; 10s nmeros 20 a 23 corresponden a geografia botnica; el nmero 24 vuelve a ser
de meteorologia; y finalmente, el ltimo, el nmero 25, es de naturaleza histrica, con el
titulo de 'Descubrimientos y rutas de circunnavegacin'.
Motivado por la novedad expresiva y el grado de abstraccin que comporta esta sin-
gular iconografia, junto al mapa correspondiente encontramos una pagina de texto dedica-
da a exponer algunas consideraciones relacionadas con cada uno de 10s temas del mapa
que viene a continuacin. Su intencin es ayudar a interpretar y comprender mejor la in-
fbrmacin representada visualmente.
La estructura del atlas y secuencia que siguen 10s mapas corresponde a la disposicin
de 10s contenidos albergados en la obra de Humboldt. Asi, en el primero, el relativo a 10s
hemisferios celestes, se expresa explicitarnente que 'el mapa tiene como finalidad permi-
tir a 10s lectores del Cosmos 10s datos aportados por Humboldt acerca de la astronomia si-
deral en 10s volmenes 1" y 2", y, mis adelante, el 3" de su gran obra'. Aqu se mencionan
las sesenta y tres constelaciones del hemisferios boreal y otras tantas en el austral. El se-
gundo mapa es de naturaleza histrica. En 61 se alude a 10s apartados correspondientes, ex-
puestos por Humboldt en el volumen tercer0 de su obra. A travs de ellos se expone, de
manera etnocentrista, el ensanchamiento progresivo del saber relativo al orbe, desde la cul-
tura helenistica, - c u a de la civilizacin o mundo moderno-, hasta el presente, exaltndo-
se la exploracin europea.
Al examinar sus mapas llama la atencin el escaso esmero puesto en su diseo, debi-
do al escaso encanto que muestran, pese a la calidad material con que estan elaborados.
Resulta extrao comprobar el dbil efecto producido en su realizacin por 10s atlas ale-
manes o britnicos ya publicados. Junto a una esttica poc0 atractiva, el dibujo es sobrio,
incluso elemental, y 10s datos que encierran sus mapas, poc0 elaborados. Consideramos
que existe un abuso de la isolinea, sin apreciar la presencia de mapas coroplticos, con el
116 Agustin Hernando
uso de tramas o colores. Quizs, como mrito cabe resaltar su claridad. El convenciona-
lismo iconogrfico mis usado es la linea, estampada generalmentc en color, omitiendo
otras formas expresivas que ayudan a plasmar mejor 10s temas abordados.
El dibujo del fondo topogrfico en el que se representa la informacin no es tan cla-
ro, 10 que debido a la superposicin temtica, dificulta en parte su lectura. Vale la pena se-
alar el empleo del sistema mtrico aplicado a las alturas, y complobar la elevacin del
'Nethou' (Aneto) con 3.485 m., o M. Perd, 3.351 m. A su vez, el atlas no es tan comple-
to como sus rivales. Destaca la omisin de 10s aspectos humanos. Suponemos se debe a la
ausencia de tratamiento por Humboldt o Arag. En la redaccin literaria se aprecia la in-
fluencia de miembros de la Academia de Ciencias a 10s que se alude, citndose trabajos
publicados en las Memorias de dicha institucin. Si nos atenemos a las citas, la universi-
dad est ausente de este movimiento cientifico.
Tambin sorprende la profusin de noticias de carcter histrico que contiene, acredi-
tadoras de una acusada erudicin y puesta para que tales informaciones contribuyan a cap-
tar mejor el conocimiento del fenmeno tratado. El texto insertado posee menos extensin
que el de sus rivales extranjeros, es de redaccin sencilla, y est animado con el toque eru-
d i t ~que aportan las noticias histricas. Su finalidad didctica es similar a la que puede de-
sempear el pie de una ilustracin, aunque en este caso, la descripci6n es mucho mis ex-
tensa y rica.
como recurso comunicativo que permite plasmar y expresar de manera eficaz y sugerente
la realidad es una manifestacin continental, s que podemos decir que 10s atlas ideados y
publicados por Alexander Keith Johnston alcanzan las mayores cotas de calidad exigibles
a un producto cartogrfico de esta naturaleza. La sabia combinacin de belleza esttica,
fruto de una dilatada labor artstica, y abundante caudal informativo, merced a contar con
la colaboracin de eminentes cientificos, est aunada a la calidad material del producto,
conseguido gracias a la experiencia y esmero de una reputada industria editora.
Las diversas ediciones de dicho atlas evocan 10s titnicos esfuerzos desplegados en di-
fundir un saber cientifico, disperso en innumerables trabajos aparecidos previamente, fru-
to de anlogo inters por indagar la realidad circundante y el deseo de mostrarla y di-
fundirla cartogrficamente. A su vez, su mximo responsable, ~ o h n s t o n ~ cont
, con el
inestimable apoyo de un grupo de cientificos de talla internacional, preocupados por su es-
tudio. Sin duda, a su cabeza destaca la presencia de Humboldt, que es su principal anima-
dor, al que secundan numerosos protagonistas ingleses y tambin extranjeros.
Adems de la relevancia de 10s temas incluidos y la abundante informacin conden-
sada en cada uno de 10s mapas, 10s atlas contribuyeron a divulgar un lenguaje novedoso.
Su iconografia fue anticipada y propuesta en diversos ensayos publicados, en 10s que sus
creadores destacaban la fuerza expresiva y funcin intuitiva que emana de un lenguaje for-
mado por isolineas, tramas, colores, y otros convencionalismos. Dicho lenguaje habia si-
do aportado de forma paulatina y dispersa por ingenieros militares y civiles, mdicos, per-
sonas aficionadas a la estadstica y otros profesionales. Por todas estas contribuciones no
debe sorprender la entusiasta recepcin con que fueron acogidos sus atlas (Robinson,
1982).
El primer ejemplar publicado por Johnston apareci en abril de 1848. Est compues-
to de treinta mapas y noventa y dos pginas de texto. Ante su rpido agotamiento y la ne-
cesidad de efectuar una segunda edicin, el autor se propuso incrementar 10s temas y me-
jorar de manera ostensible la oferta contenida en el atlas. La segunda edicin, cuyo titulo
es The Physical Atlas of Natural Phenomena. A new and enlarged edition, fue publicada
en 1856. Contiene treinta y cinco mapas de gran tamao, a 10s que hay que aadir siete
ms insertados en el texto. Al exponer la justificacin de la obra, expresa su deseo de ofre-
cer, de manera grfica, una concisa, pero adecuada, visin de la geografia fsica de la Tie-
rra, apelndose a la importancia de esta rama del conocimiento y la ausencia de cultiva-
dores en el Reino Unido. Esto explica la elogiosa dedicatoria dirigida a Humboldt, como
muestra de su deuda y reconocimiento, asi como a otros estudiosos responsables del avan-
ce experimentado por estas ramas de la ciencia.
Las partes contempladas son similares a las de su predecesor alemn, del que copia al-
gunos de sus mapas, citando su procedencia. Estas son: I. Geologia y orografia, formada
por once mapas; 11. Hidrografia, con seis; 111. Meteorologia y magnetismo, con otros seis;
IV. Botnica, con dos; V. Historia Natural, con otros seis; y, finalmente, VII. Etnologia y
estadisticas, compuesta de cuatro mapas. A ellos hay que aadir 10s siete que aparecen en-
tre 10s prrafos del texto adjunto, consagrado a explicar la informacin contenida en cada
uno de 10s mapas. Consiste en dos o tres pginas de denso texto y diminuta tipografia, en
las que se describe el fenmeno estudiado, sus peculiaridades, la distribucin espacial del
mismo, incluyendo datos cuantitativos, estudios monogrficos y fuentes bibliogrficas. Su
lectura permite acercarse al estado de la ciencia y descubrir las preocupaciories que ani-
maban a sus cultivadores y ocupaban a 10s grandes cientificos del momento. Aunado a 10s
mapas y el texto figura una nutrida informacin expresada, tanto en grficos o detalles que
aparecen junto a 10s mapas, como en las notas colocadas a pie de pgina, cuadros inserta-
dos, datos estadisticos y otras referencias de inters citadas en el texto (figs. 3 y 4).
118 Agustin Hernando
Adems de la relevancia cartogrfica que posee este atlas, para liosotros tiene el valor
aadido de que contiene mapas de Europa en 10s que la Pennsula lbrica aparece repre-
sentada con temas novedosos. Por ejemplo, en el mapa geolgico de Europa podemos
comprobar la distribucin de las diversas rocas del escenari0 Peninsular. En el texto ad-
junto, podemos leer las fuentes usadas, aludindose a 10s trabajos de Schultz para Galicia,
asi como 10s de De Verneuil, Sharpe y Casiano de Prado. Las Islas Canarias ostentan gran
protagonismo, tanto dentro del tema de 10s fenmenos volcnicos, uno de 10s temas estre-
lla, como en las cliseries o pisos altitudinales de vegetacin, cuya autoria aparece atribui-
da a figuras ilustres como Humboldt.
Los redactores de 10s textos son personalidades diferentes, 10s nlximos especialistas
en cada una de las materias tratadas. Aunque predominan 10s textos con un estilo descrip-
tivo, se aprecia un inters clasificador o taxonomista, un espiritu positivista que se remonta
a averiguar las leyes que 10s gobiernan o las causas que 10s generan, as como abundantes
especulaciones o consideraciones funcionalistas de naturaleza terica. Junto a 10s datos de
puro inters cientifico, tambin insertan frecuentemente, alusiones a aspectos econmicos
relacionados con el comercio o la produccin, y a otros de ndole aplicada, como la rela-
cin entre las mareas y el trafico o navegacin martima. Todos 10s autores aspiran a do-
tar de la mxima credibilidad a sus estudios. Por ello, son muy escrul~ulososcon las fuen-
tes de sus datos e incluyen 10s nombres de las figuras mis destacadas del panorama
cientifico, tanto en el texto, como en 10s mapas. De igual manera, la telacin de 10s traba-
jos consultados nos permite trazar la historia del estudio de ciertos ferrmenos, ya que mu-
chos de ellos se remontan a 10s rns antiguos precedentes.
Sin duda, desde nuestra perspectiva, 10s mapas ms llamativos son 10s cuatro ltimos.
Se trata de 10s dedicados a temas etnogrficos (no 32, Europa; no 33 Gran Bretaa), mora-
les o religiosos (no 34), lenguas, educacin y salud (no 35). En 10s mapas etnogrificos el
cientifico Kombst describe las caracteristicas fisiolgicas, las cualidades intelectuales y
morales de cada una de las ocho razas en las que sistematiza la especie humana. Tambin
alude al nmero de habitantes residentes en Europa, cuyo clculo 10 eleva, en 1854, a
231,6 millones de habitantes. En cuanto a nuestro pas, muestra su desconfianza hacia las
estadisticas disponibles, considerndolas poc0 fiables. El ltimo censo digno de su con-
fianza es el de 1788, asignndole una magnitud de 13 millones. S610 1,898 mill. saben le-
er, y s610 1,221 son capaces de escribir. Tambin contiene un apartado relativo a la forma
de ser, carcter o conducta -physical charncter- de 10s pueblos o naciones, basndose en
rasgos como la forma de gobierno, la religin y la lengua. A ellos aade otros atributos me-
nos susceptibles de cambio, como sentimientos morales, hbitos, y facultades intelec-
tuales. Entre 10s cuadros que ilustran la informacin se halla uno de gran inters en el que
constan las diferentes medidas del cuerpo humano -altura y permetro del pecho-, fruto de
trabajos efectuados en Edimburgo y otros lugares de Escocia e Irlanda.
El ltimo aspecto abordado es el de la mortalidad y esperanza de vida en diversos pa-
ises, cuyo texto est aderezado con curiosas consideraciones en torno a este tema. Tras
ocuparse y mostrarnos la distribucin de razas, civilizaciones y creencias religiosas se de-
dica a averiguar la distribucin de la especie humana segn las condiciones mis o menos
favorables existentes para su supervivencia. Los argumentos dedicados a explicar las li-
mitaciones que ofrece el entorno natural, para la supervivencia de las especies vegetales y
animales, se extrapolan y aplican a la especie humana, tratando de analizar su efecto. Ca-
be destacar la alusin a las consecuencias sufridas, trayectorias seguidas y distribucin de
las diferentes epidemias que asolaron el mundo conocido por 10s europeos en,la primera
mitad del siglo XIX. Se interesa igualmente por la mortalidad, asocindola ya a la espe-
ranza de vida. Resulta sorprendente leer datos como la esperanza de vida, que era de 25
aos en ciudades como Liverpool y Manchester, frente a 10s 45 de lugares menos indus-
trializados como Surrey.
El clamoroso entusiasmo con que fue acogido este colosal atlas, tanto en ambientes
acadmicos como desde la perspectiva comercial, anim a su autor a ofrecer al pblico
Los atlas ternaticos del siglo XIX: saber cientfic0 y representacion cartografica 119
otro ejemplar mis modesto. Se trata del The Physical Atlas of Natural Phenomena, de Ale-
xander Keith Jonhston, publicado en 1850, que como expresa en su frontispicio, es una
edicin 'reduced from the edition in imperial folio for the use of colleges, academies and
families'. La clientela a la que iba dirigido estaba compuesta por profesores de centros
educativos y circulos romnticos a 10s que interesaba de manera especial 10s temas de la
naturaleza. El ejemplar que consultamos ostenta una nota, adherida despus por la propia
editorial, en la que se expresa la conveniencia de ser usado junto al curso de geografia fi-
sica recientemente publicado por Mary Somerville (1848)g.
Este segundo atlas contiene 24 mapas, distribuidos en cuatro secciones: geologia, hi-
drologia, meteorologia e historia natural. El ltimo apartado es el que mis mapas contie-
ne, ya que est ilustrado con nueve. Adems, tambin figuran algunos pequeos rnapas, in-
sertados en el texto. Curiosamente, su autor ha eliminado 10s relativos al magnetismo, ya
que se trata de un tema de escaso inters social. Los hechos relacionados con la especie
humana se hallan contemplados en 10s temas de historia natural.
El tamao de este atlas es mis reducido, 10 que le hace, a su vez, ms accesible al p-
blico, y manejable. La reduccin acusada de las pginas de texto anima a su lectura, ms
que a su consulta, como sucede en el caso de su hermano mayor, permitiendo la mejor
comprensin de 10s temas por un pblic0 no tan versado en asuntos propios de circulos
cientificos. Sin embargo, la calidad de la presentacin, tanto fsica como esttica, sigue
siendo excepcional, satisfaciendo al lector ms exigente. Verdaderamente, resultaria muy
difcil lanzar al mercado un producto que sobrepase en esplendor al que posee esta obra,
que superase tanto su calidad informativa como la manera de presentarla. Con esta edicin,
ademis de rentabilizar el esfuerzo invertido y ampliar el mercado de su producto, se limi-
ta la aparicin en el mercado de atlas rivales que aspiren a competir en este sector. Sin em-
bargo, este modesto atlas no cont con una segunda edicin, 10 que revela el limitado in-
ters social tributado a estos temas geogrficos. La ausencia de una enseanza geogrfica
institucionalizada se deja sentir.
grafo alemn. Debido a ello, cuenta con esplndidos mapas de 10s diversos fenmenos te-
rrestres, adems de 10s tradicionales consagrados a 10s estados.
En esta obra, las pginas de texto aparecen al comienzo de la misma, formando un
buen tratado de geografia fsica, similar al de Sommerville. En 61 aparecen esbozados 10s
temas que posteriormente constituirn la geografia fsica. Adems, cuenta con el aliciehte
de que est6 adornado con numerosas representaciones de 10s diversos fenmenos que des-
cribe. La geografia poltica que sigue consiste en una presentacin de 10s atributos corres-
pondientes a 10s diversos paises del mundo. Su tratamlento, aunque menos innovador, re-
fleja unos intereses cientficos y acadmicos que no se suelen prodigar en obras
geogrficas de estas fechas. Su aportacin contribuye a difundir las ideas que ms adelan-
te constituirn 10s temas o tpicos, como la altitud del centro de la Pennsula Ibrica, su
sequedad, y otros hechos pintorescos. Tributa un emotivo homenajc a la figura de Hum-
boldt y a otros grandes viajeros naturalistas. El texto, a su vez, ayuda a interpretar y com-
prender mejor el contenido de 10s mapas. Asi, el capitulo correspondiente a las lineas iso-
termas describe las peculiaridades que se derivan de su empleo, tal como aparecen en 10s
mapas.
La antologia cartogrfica que sigue est formada por siete mapas astronmicos, quin-
ce de geografia fsica y, finalmente, cincuenta y uno dedicados a 10s paises o unidades po-
liticas del mundo. La proyeccin usada es tanto la hemisfrica, como la cilndrica de Mer-
cartor. Los dos primeros mapas de geografa fsica muestran la orografia terrestre, cuyo
diseo se halla circundado de datos de inters, altirntricos por ejernplo, y algunos dibu-
jos. El tercer0 presenta la distribucin de 10s volcanes y las zonas sismicas de la Tierra.
Los dos mapas siguientes, diseados de manera similar a 10s dos primeros, estn consa-
grados a las aguas continentales y maritimas, envueltos de datos, como 10s relativos a la
magnitud de 10s rios, en 10s ngulos inferiores. El siguiente, tambin dedicado a hidrogra-
fia, muestra las corrientes o movimiento de 10s ocanos. Los tres siguientes corresponden
a meteorologia, con la informacin de la temperatura del aire, expresada mediante las no-
vedosas isotermas, 10s vientos y su influencia en la navegacin y la pluviosidad. Botnica
y zoologia son 10s temas representados en 10s tres siguientes, finalizando con uno dedica-
do a la distribucin de las razas humanas. Tras ellos figuran lminas con dibujos dedica-
dos a mostrar la altitud de 10s distintos tipos de nubes, dar a conocer el curso del rio Ori-
noco y su relacin con el Amazonas, y otras representaciones que comienzan a ser
populares, como las altitudes de las montaas y longitudes de 10s rios.
En las pginas de esta obra podemos apreciar una rica oferta de informacin geogr-
fica, tanto contenida en el texto, como a travs de la presencia de numerosos mapas, algu-
nos de ellos muy innovadores, ya que era la primera vez que figuraban en una obra de es-
te gnero. Los temas incluidos delatan la curiosidad creciente dirigida hacia el entorno
fsico y su naturaleza o atributos destacados, sistematizando las cuestiones, datos, concep-
tos e ideas manejados por 10s ms clebres naturalistas de la poca.
La obra esta dirigida a satisfacer la creciente curiosidad sentida en la sociedad por es-
ta nueva cultura cientfica, hacindola asequible a travs de un lenguaje clsico, como es
el verbal, y a su vez, familiarizndole y hacindosela rns asimilable 1 atractiva, gracias al
uso de una iconografia expuesta en 10s mapas temticos, dibujos y otros diseos, como 10s
curiosos cortes o perfiles longitudinales de 10s paises. Sus audaces protagonistas se han es-
merado en ofrecernos unas imgenes cartogrficas que poseen abundante y novedosa in-
formacin y, a su vez, estn dotada~de una esttica muy atrayente. Son 10s inventores de
una retrica iconogrfica que por su eficacia comunicativa, ser plagiada en el futuro, Ile-
gando hasta nuestros dias.
En definitiva, 10s ejemplares de atlas temticos de que nos hemos ocupado revelan la
existencia de una rica oferta informativa expresada de forma atrayente. A su vez, muestran
la rpida difusin que tienen 10s saberes cientficos y cmo, en el transcurs0 de pocas d-
cadas, se ponen a disposicin del pblic0 interesado. Vamos a examinar, a continuacin,
cul es la situacin espaola.
Los atlas tematicos del siglo XIX: saber cientfic0 y representacion cartografica 121
Si contrastamos esta obra con 10s atlas que hemos examinado, editados fuera de Es-
paa, la publicacin resulta curiosa, tanto por 10s temas contemplados, como por el modo
de presentarlos. Se trata de una obra que podemos calificar de transicin hacia una mayor
emancipacin y personalidad de la cartografia temtica, ya que 10s temas abordados no son
cientificos, aunque es llamativa la importancia que concede al mapa. Los temas contem-
plados acusan el inters de su autor por la geografia administrativa, sagrada, histrica, m-
dica y etnogrfica. No percibimos ninguna preocupacin, aunque sea leve, por las ciencias
naturales, y su autor se muestra ajeno a 10s inventarios de datos estadisticos disponibles, y
poc0 familiarizado con la forma de presentarlos, como ya se hacia en Europa. Lgica-
mente, excluye en su contenido alusiones a ramas de la ciencia, como la geologia, clima-
tologia, o botnica. Tampoco se interesa por temas sociales, como la demografia o econo-
mia, pese a que era miembro de una distinguida institucin econmica. De ahi que la obra
no est animada por el espiritu cientifico que se desprende de su ambicioso titulo.
Torres Villegas muestra mayor preocupacin por temas de soberania, clasificaciones
jurisdiccionales, la extensin territorial, limites y fronteras de 10s hechos examinados. Por
otro lado, estn expuestos con gran imprecisin, debido a la escala elegida. Sin duda, su
autor, movido por un laudable deseo didctico, y llevado de su voluntad de basarse en las
virtudes que ofrece el mapa, not la falta de datos y estudios en 10s que basarse y avanzar.
El resultado final es algo pobre, denotando su autor escasa creatividad y desconocimiento
de trabajos similares realizados en el extranjero. Tampoco es un trabajo cartogrfico atrac-
tivo, satisfactorio, ya que acusa una notable sobriedad y una esttica poc0 seductora. De-
bido a su mediocridad, sorprende la existencia de una segunda edicin, hecho que prueba
que fue apreciado en la poca, y que tuvo demanda. Hoy dia es una obra muy asequible y
fcil de consultar en las ms importantes bibliotecas, hecho que no sucede con las otras
que hemos comentado y con las que nos ocuparemos.
El lenguaje cartogrfico que ostentan sus mapas es poc0 creativo, elaborado y eficaz.
La iconografia denota escasa reflexin expresiva, y la no aplicacin de recursos comuni-
cativos o simbolos convencionales que venian siendo utilizados en Europa, como puntos,
isolineas, tramas o colores, asi como la gradacin de categorias.
Pese a las consideraciones precedentes de que adolece, queremos destacar que posee
la singularidad de ser el primer atlas temtico editado en Espaa. Se trata de una obra, qui-
zs algo precoz, correspondiente a una audaz iniciativa, ingeniosa en parte, consistente en
ofrecer a la sociedad espaola una antologia cartogrfica, debidamente explicada. Sus
principales mritos residen, ms que en las cualidades materiales del producto, en las as-
piraciones que encierra, en su deseo de ofrecer una obra distinta, contando con las venta-
jas comunicativas que reunen 10s mapas, en su esfuerzo para dibujarlos y en su decidida
voluntad de llevar a cabo la iniciativa13.
Los mapas llevan dibujada, mediante letra muy diminuta, una abundante y minuciosa
informacin, tanto territorial o fsica, como social. La confeccin material es muy esmera-
da, tanto por 10 que respecta al grabado litogrfico, como al diseo, composicin y papel
en el que aparecen estampadas sus imgenes. Pese a su meticulosidad, no son unas imge-
nes dotadas de una esttica muy atractiva, ya que no ostentan aspectos ornamentales que
las hagan bellas o elegantes. Los mapas son, ante todo, documentos informativos tiles. Ig-
noramos el motivo de su edicin, asi como las fuentes informativas consultadas y maneja-
das por su autor, salvo en algn caso, ni la institucin patrocinadora. Todos 10s mapas es-
tn dedicados y ostentan una leyenda. Adems de 10s ttulos, en cada uno de ellos figura
una larga descripcin de su contenido, asi como columnas con datos complementarios.
Curiosamente, esta Coleccin fue acompaada de un Prontuario, es decir, un libro
complernentario, escrit0 por su autor, cuyos capitulos corresponden n 10s temas abordados
en 10s mapas. En la prctica consiste en una curiosa geografia de Espaa, cuyos novedo-
sos temas y datos son 10s mismos que expresa en 10s mapas14.
La Coleccin es un digno heraldo o precedente de la cartografia temtica espaola ela-
borada en el transcurs0 de la segunda mitad del siglo XIX. Pero si la comparamos con 10s
atlas temticos que se editan fuera de nuestro pas, advertiremos que no contiene la rique-
za conceptual, la sensibilidad esttica y 10s medios materiales emple~tdosen estos ltimos,
asi como la ausencia del nuevo lenguaje grfico que nos permita suponer su empleo entre
10s editores espaoles.
No parece que en la poca despertara un gran inters, merecido sin duda, pasando bas-
tante desapercibida. No genera imitadores, elogios o alusiones criticas, y no goza del pre-
mio de una segunda edicin. La pauprrima situacin cultural y econmica de la sociedad
espaola explican la indiferencia con que fue acogida.
Aunque no 10 exprese su autor, suponemos que la obra se debe al entusiasmo sentido
por la expresin grfica, como recurso intuitivo y evocador, que hace mis eficaz y amena
la recepcin de informacin y el aprendizaje. Su regeneracionismo y fervor patritico, ras-
go similar al de Torres Villegas, se manifiesta mediante el Brea seleccionada, ya que todos
10s mapas se refieren a Espaa, no extendindose ms all6 de sus fronteras. Quizs sus in-
tenciones fueron que 10s mapas sirvieran de mural en centros educativos, de recurso con
el que poder comprender la geografia del pas, contribuyendo asi a su mejora.
La diversidad temtica que nos ofrece es llamativa, tanto por su naturaleza, como por
el orden seguido. Si el primer mapa est6 dedicado a aspectos fisicos, con datos curiosos,
aunque algo tradicionales, todos 10s dems son de naturaleza social. Sucesivamente nos va
brindando mapas con divisiones polticas, datos fiscales, regiones militares, mbitos judi-
ciales, distritos universitarios, regiones eclesihticas, martimas, agrcolas, industriales,
mineras, comerciales, finalizando con el dedicado a monumentos y la historia reciente.
Su decidido y loable afn geogrfico y educativo aparecen algo deslucidos al exami-
nar la iconografia con que representa la informacin, ya que no la expresa mediante un vo-
cabulari~visual compuesto de convencionalismos que traduzcan la inforrnacin verbal.
Por ello, su esttica no es muy atractiva, y el gnero cartogrfico en el que se inserta es de
incipiente transicin hacia una representacin verdaderamente temtica. Como el atlas pu-
blicado por Torres Villegas, adolece de la madurez cartogrfica necesaria para expresar la
inforrnacin mediante diversos smbolos. Abusa del mapa de concepcin coropltica, que
debido a las limitaciones apuntadas, -como la omisin de color y trarnas de identidad del
fenmeno o tema representado-, est6 lejos de poderse equiparar a otras esplndidas inicia-
tiva~,como la que vamos a presentar a continuacin.
homnimos alemanes. Se trata del Atlas Geogrhjico Ulziversal. Texto redactado DI: Juan
Vilanova. Parte artstica Otto Neussel, editado por Astort Hermanos, de Madrid. Corres-
ponde al proyecto cartogrfico de carcter comercial mis ambicioso y esmerado empren-
dido en nuestro pas. A travs de sus pginas y mapas es fcil advertir la riqueza informa-
tiva que contienen, asi como el deseo de ofrecer unos mapas equiparables, en calidad
material y esttica, a 10s procedentes de otros paises. El texto revela la madurez cientfica
alcanzada por este clebre y polifactico autor, y acredita la existencia de una sensibilidad
hacia este tip0 de saberes y el deseo de difundirlos entre la sociedad espaola.
La obra se compone de dos partes. La primera consiste en un largo y reflexivo texto,
correspondiente a 10 que hoy podemos considerar como un tratado de Geografia fsica. No
en vano su autor era gelogo de aficin, conocedor de 10s progresos que en este campo se
hacian en Europa, ya que estuvo pensionado en Francia y visit otros centros europeos
protagonistas de aportaciones destacadas. La segunda parte, la ms admirable, consiste en
un atlas compuesto de treinta y cinco mapas, doce de 10s cuales 10s podemos calificar de
temticos y el resto de generales15.
La creacin de esta obra ha requerido la concurrencia de tres protagonistas. En primer
lugar, y seguramente autor de la iniciativa, figura Juan Vilanova y Piera, catedrtico de Pa-
leontologia y miembro fundador de la Sociedad Geogrfica de Madrid, tal como muestran
sus credenciales. En segundo lugar, se halla Otto Neussel, grabador de origen alemn ins-
talado en Espaa, conocedor de 10s avances cartogrficos producidos en su pas, ya que
afirma que se ha adiestrado en el dibujo cartogrfico en el establecimiento de Petermann.
A su talento creativo debemos atribuir el extraordinari0 alarde ornamental y pompa deco-
rativa con que engalana 10s mapas generales, presididos todos ellos, por alegorias que no
tienen parangn en otros atlas.
Finalmente aparece la firma editora Astor Hermanos, establecimiento madrileo que
no regate esfuerzos en poner a disposicin del pblic0 espaol una obra tan esmerada y
lujosa. Para ello, cont con la ayuda de colaboradores de gran experiencia y prestigio, co-
mo Jos Pilar Morales, que es quien dibuja y materializa 10s esquemas cartogrficos. La
iniciativa comercial en que se embarc esta empresa editora resulta curiosa, ya que la obra
fue apareciendo en fasciculos, y por fortuna, fue culminada. Sin embargo, el novedoso, se-
lecto y colosal producto no debi contar con la acogida imaginada, ya que poc0 despus
de su finalizacin, la empresa quebr. Pensamos que fue debido, en parte, a 10s gastos oca-
sionados por una oferta lujosa, -obra majestuosa en todos sus aspectos-, dirigida a una so-
ciedad que carecia, no solamente de curiosidad por esta rama del saber, sino tambin de
capacidad adquisitiva para poder disponer de informacin tan avanzada.
La concepcin, preparacin y edicin de esta obra hay que enmarcarla dentro del mo-
vimiento cientifico europeo que previamente hemos expuesto. Vilanova, visitante asiduo
a congresos y conocedor de las ideas ms avanzadas en el campo de las ciencias natura-
les, conocia perfectamente la existencia de 10s atlas que se estaban publicando en paises
como Alemania y el Reino Unido. Por ello, hacindose eco de 10s elogios tributados a es-
tas obras en crculos cientficos, concibe la posibilidad de editar en Espaa un ejemplar
equiparable, que reproduzca o emule algunos de sus mapas, y contenga, adems, algunos
mapas originales dedicados a la Pennsula.
Los atlas espaoles precedentes, pese a su meritori0 esfuerzo y la contribucin que su-
ponen, no se hacian eco de 10s progresos producidos en el mbito de las ciencias natura-
les. A su vez, debi observar con tristeza que la sociedad espaola no disponia de un atlas
temtico que diera a conocer ese saber. Por ello, su justificacin la encontramos en su de-
seo de prestar un servicio a la sociedad espaola, poniendo a su alcance un producto in-
formativo, til, y, adems, ameno. Movido por su celo educativo, aspira a fomentar el in-
ters por la cultura cientifica en la indiferente sociedad. Pese a su derroche de medios,
debemos pensar en su escasa eficacia, ya que la obra fue poc0 apreciada fuera de 10s re-
ducidos circulos acadmicos. sin embargo, la edicin revela la decidida voluntad didcti-
ca de divulgar un nuevo saber geogrfico, ya que acompaada de magnficos y elocuentes
126 Agustin Hernando
y editor. No se limitan a realizar una mera copia o traduccin de 10s mapas extranjeros. La
emulacin est mejorada con una muy atrayente decoracin y una esmerada presentacin.
Desgraciadamente, esta monumental obra, colosal por su tamao y peso, equiparable
en este sentido al atlas escocs, no cont con el apoyo de la sociedad espaola, que care-
cia de la curiosidad intelectual, sensibilidad y estimulos adecuados, asi como del poder ad-
quisitivo necesario para dotarse de ella, pese a ser ofrecida por entregas en fasciculos. La
quiebra de la empresa editora ayuda a explicar el hecho de que hoy dia sea una obra des-
conocida y rara, y que no contar con una edicin ms modesta destinada a un pblico mis
extens0 de la sociedad. Sern algunos editores de atlas escolares 10s que, dcadas despus,
recojan y se beneficien de su legado, insertando entre sus mapas, algunos temticos16.
Bibliografia
-
Agustin Hernando
Los atlas tematicos del siglo XIX: saber cientfic0 y representacion cartografica
Apendice
1. Mapa Fsico.
2. Mapa Politico (Divisin antigua).
3. Mapa Politico (Divisin moderna)
4. Mapa Econmico.
5. Mapa Militar.
6. Mapa Judicial.
7. Mapa Universitario.
8. Mapa Eclesistico.
9. Mapa Maritimo.
10. Mapa Agrcola.
11. Mapa Industrial.
12. Mapa Minero.
13. Mapa Comercial.
14. Mapa Monumental.
15. Mapa Histrico.
16. Mapa Contemporneo.
Ejemplares de esta obra se hallan en la Biblioteca Nacional de Madrid (en hojas suel-
tas), en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid y en el extranjero, por ejemplo, en la Bri-
tish Library.
ATLAS GEOGRAFICO,I UNIVERSAL I TEXT0 REDACTADO /DR. JUAN
VILANOVA I PARTE ARTISTICA 1 OTTO NEUSSEL I EDITORES I ASTORT
HERMANOS I MADRID 1877. DIBOGEOGOJ.P. MORALES. CROMO-LIT. DE
GINES RUIZ. Frontispicio estampado en litografia dibujado por F. Kraus, orlado con mo-
tivos geomtricos, conteniendo es su interior una esfera y otras alegorias geogrficas. Su
tamao es de 58 x 40 cm. Tras este frontispicio existe una segunda pgina con el titulo:
ATLAS I GEOGRAFICO UNIVERSAL I BAJO LA DIRECCION DEL I DR. D.
JUAN VILANOVA Y PIERA I DE LA SOCIEDAD GEOGRAFICA DE MADRID Y
CATEDRATICO DE PALEONTOLOGIA I PUBLICADO POR I ASTORT HER-
MANOS I MADRID I PLAZA DE LA ARMERIA, NUM. 4 I 1877.
(En uno de 10s ejemplares que hemos consultado se halla estampado un sello con el
texto siguiente: SINDICATURADE LA QUIEBRA ASTORT HERMANOS. La obra con-
tiene 228 pginas de texto, finalizando con una hoja en la que figura la pauta para la co-
locacin de 10s mapas, intercalados en el texto, que algunos ejemplares no siguen, colo-
cndolos todos al final. Debido a que fue editada en fasciculos, tambin hemos hallado 10s
mapas sueltos, estando la obra contenida en una carpeta. El tamao de 10s mapas es de 57
x 83 cm.)
Los mapas contenidos son 10s siguientes:
1. Mapa-mundi.
2. Sistema Solar.
3. Revolucin Terrestre.
4. Pennsula Ibrica y Colonias espaolas.
5. Fases de la Luna.
6. Mapa Geolgico del Globo.
7. Africa.
8. Francia.
9. Italia.
10. Planisferio Celeste.
11. Europa.
12. Amrica Central y Las Antillas.
13. Planisferios Hipsomtricos. Corrientes Maritimas, Cables Submarinos y Navegacin
136 Agustn Hernando
Nota: La realizacin de este trabajo ha sido posible gracias a la ayuda concedida por el
Ministeri0 d e Educacin y Cultura para la realizacin de Proyectos de Investigacin
(PB97-0946).
Notas
' Es incesante la bibliografia consagrada a exponer las inadecuaciones o limitaciones que ofrecen las
definiciones contenidas en diccionarios y obras escritas por especialistas del tema. La discusin se
ha incrementado recientemente, no s610 debido a la evolucin tecnolgic;~experimentada por la
cartografia digital, sino por la contemplacin del mapa como metfora cultural y smbolo de 10s va-
lores que caracterizan una sociedad. Vase a modo de ejemplo, el articulo cle J.A. Andrews, 1996,
What was a map? The lexicographers reply. Cartographica, 33,4. 1-11,
La obra de Robinson, 1982, es la que ilustra de forma mis elocuente esta dilatada etapa, docu-
mentada adems, con ejemplares que aparecen reproducidos fotogrficamente.
Nos referimos especialmente a 10s mapas geolgicos. Vanse, por ejemplo, 10s trabajos de Konvitz,
1987, Palsky, 1996 y Robinson, 1982.
' Los mapas del tiempo que, hasta la fecha, habian suscitado menor inters entre 10s historiadores
de la cartografia, comienzan a ser estudiados. Si exceptuamos el popular mapa de vientos dibuja-
do por Halley en 1686 e insertado en la Geographia Generalis de Varenin, por ejemplo, edicin
de 1712, y las traducciones inglesa de 1733 y francesa de 1755,los dems apenas conocemos su
evolucin. Para Estados Unidos vase la publicacin de M. Monmonier, 1999, Air Apparent: How
Meteorologists learned to map, predict and dramatize Weather. Chicago: University of Chicago
Press.
La difusin de la existencia de este atlas temtico, no recogido en obras especializadas como la de
Robinson 1982, se debe a W. Scharfe. Vase de este ltimo autor, por ejemplo, el trabajo de 1997.
Los atlas tematicos del siglo XIX: saber cientfic0 y representacion cartografica 137
de Suiza (1803), o al activo Madoz, a quien atribuimos la iniciativa de publicar diversos atlas, tan-
to en Barcelona (1835 y hacia 1850), asi como el Atlas de Espaa llevado a cabo por Coello.
I' Aunque es algo que resta por hacerse sistemticarnente, tenemos noticia de la aparicin, en las p-
ginas de sus boletines, de dos muestras representativas. Asi por ejemplo, un articulo de Rico y Si-
novas, Estudio del huracan que pas6 sobre una parte de la Peninsula Espaola el dia 29 de Octubre
de 1842, publicado en la Memoria de la Real Academia de Ciencias Exactas, Fsicas y Naturales,
1855,45-74, contiene dos esbozos de mapas temticos. Lo mismo podemos afirmar del rudimenta-
rio mapa geolgico de la Peninsula que figura en el Ensayo de una descripcin general de la Es-
tructura geolgica del Terreno en Espaa en la Pennsula, publicado por Ezquerra del Bayo, en el
volumen I de dicha Memoria, en 1850, en varias entregas, y que se halla acompaiiado de varios ma-
pas, uno, adems, el que consideramos ms antiguo de Catalua, cuyo titulo es Regin Volcnica
de Castellfollit en la Provincia de Gerona, que en realidad abarca todo el territono de Catalua.
l 2 Nos referimos al mapa geolgico de Espaa publicado por Ezquerra del Bayo en Alemania.
'Wemos visto mapas franceses similares a 10s que aparecen en esta obra, 10 que nos sugerira que la
coleccin cartogrfica esta inspirada en alguna obra extranjera. Sin embargo ignoramos el titulo y
fecha de la obra originaria.
l4 Se trata de Prontuario de la Coleccin de Mapas Especiales de Espaa de Don Miguel Avellana,
ciano. Curiosamente, las semblanzas que hemos consultado no aluden a su aportacin cartogrfi-
ca, 10 que no sabemos si atribuir10 a la rareza de la obra y desconocimiento por sus autores o a es-
tar realizadas poniendo de manifiesto alguna de sus otras facetas. A modo de ejemplo citamos R.
Gonzalo, 1993, Juan Vilanova y Piera, en Homenaje a Juan Vilanova y Piera. Valencia: Universi-
dad de Valencia. Diputacin de Valencia. Sociedad Econmica de Amigos del Pas, 11-84.
l6 Como ya hemos avanzado (Hemando 1996-7), 10s primeros mapas temticos de carcter escolar
10s encontramos insertados en 10s atlas de Artero y Miralles, ambos publicados en tomo a 1900.
Resumen. Los atlas tematicos del siglo XIX: saber cientifico y representacion carto-
grafica
E n el transcurso del siglo XIX surge un nuevo producto cartogrfico: el atlas temti-
co. S u aparicin s e debe, tanto al desarrollo e inters que experimenta el cultivo d e las
138 Agustin Hernando
Abstract. XIX Century Thematic Atlases: Scientific Knowledge and Cartographic Re-
presentation.
Arising from an increasing interest in the natural world, a new cartographic tradition
was born in Europe during the XIX century: the thematic atlas. This genre of atlas contri-
buted significantly to the diffusion of the growing body of knowledge on the subject,
partly through more expressive methods of depicting data. Such atlases were first to ap-
pear in Germany, the United Kingdom, and France. Despite adverse circumstances, a num-
ber of such thematic atlases were produced in Spain, one of them containing the first maps
published in Spain with geological, climatological, biogeographical and social data. The
skill and artistic abilities of the designers of these maps endow these atlases with a rich,
aesthetic value. This paper examines the nature and diversity of thematic atlases published
in Europe in the XIX century.