Sylvia Plath

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S.

Plath

/// Palabras, Filos, Nieve: El Poeta y la Escritura del lugar que habita la Obscenidad
detrs de su Cuerpo ( Una lectura de la poesa de Sylvia Plath)
I
Si mi amigo viniera, si mi amado se dejara ver.
Le besara en la boca
Aunque estuviese manchada
Por la sangre de un lobo.
Le estrechara la mano
Aunque contuviera una serpiente.
Cancin de una muchacha campesina. (1)
El amado es el rostro de la amante. En la cada. En el espejo. La mirada helada y detenida
de los amantes en el poema. El amado que vela a la amante, la vigila, le oculta "algo",
"alguna cosa", su propia obscenidad.
Car: Es un vidente?
Seg: No, es un traidor.
Car: Qu emocionante! A quin traiciona?
Seg: A l mismo. Simula vigilarse y protegerse a distancia pero en verdad se acecha, se espa,
se busca fisuras, se aguarda gestos de fragilidad, a fin de tomar posesin de su terreno baldo y...
Car: Y qu?
Seg: y echarse de s mismo. Eliminarse, aunque sea arrojndose por el inodoro.
Car: Qu hace todo el da?
Seg: Mira oscuridad. (2)
Amar la sangre del sacrificio. Su cada. "The blood flood is the flood of love, / The
absolute sacrifice." (3) Amar y ver al ''Otro" amado no como aquello diferente, opuesto al
cuerpo de la amante-yo potico sino como el cuchillo filoso que le permite ver su
obscenidad. Su cuerpo contaminado. La herida del otro en su cuerpo susurra la
mendicidad y mentiras de ella misma. La precariedad de las mscaras. Ver la "otredad"
instalada en el cuerpo de la amante. Las sombras que habitan detrs del otro-amado y
"lanzan destellos a la poeta-amante". A las sombras de la poeta. La mirada atraviesa la
cara-otra sensible, hurga la "otredad" en busca de la obscenidad que los ane. A los
amantes.
La obscenidad detrs del "yo" potico que pronuncia la ausencia, "como si el vaco
mismo en medio del que me encuentro exigiera que yo sea, yo y la angustia de ese yo.",
dice G. Bataille en su trabajo. (4) El lenguaje oculta el hielo del silencio. Las palabras
visten la nieve y la eternidad: "And the black phones on the hooks/ Glittering/ Glittering
and digesting/ Voicelessness. The snow has no voice." (5) Escriben el amor-amar, el
morir, el desear. Y el ruego de la "verdad" que acerque la Muerte definitiva. "La nieve
deja caer sus fragmentos de oscuridad," (6)
Cesar la cada y en las manos recolectoras silencio y muerte. Que el lenguaje y el amor
no vuelvan a pronunciar sus conjuros, devolviendo a la vida el cuerpo lastimado.
La mujer no mira subida a los hombros del poeta-varn. A la misma altura de sus
miembros orificiales devoradores y eruptivos escudria su alma, limpia su cuerpo. Las
cadas sexuales, excrementicicias, lingsticas igualan a los amantes; slo es necesario
verle para luego verse. Y enmudecer de espanto. Aunque la poeta se ha liberado por fin
de aquellos "velos". Es la desviada mirada de las cadas ms escandalosas quien retrasa la
venida de la verdad. Primitiva atencin del poeta al lenguaje y a lo que dicen aquellos
ojos. Mirada al espejo que retrasa su astillado, "como una niita lautremontiana que
arranca los ojos de su mueca para ver que hay detrs." (7) Romper el espejo, helar los
cuerpos detrs. Del poema. De la mirada. Del espejo. Donde la escritura no tiene
bienvenida. No alcanza.
El silencio y el horror slo llegan a la poeta bajo la forma de un cuchillo, el filo de
hachas, el filo de las palabras, el filo del rostro amado. Hasta perderle todo el miedo y
pedir el corte definitivo. "'Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi
miedo, como un pjaro filoso de la noche." (8)
Que el cuerpo vace toda la sangre. Vaco de lenguaje . Espacios -consuelos. Clemencia.
Calle el hablar, el poema, el morir. "And the fish, the fish-/ Christ! They are panes of ice,/
A vice of knives,/ A piranha/ Religion, drinking/ Its first Communion out of my live
toes." (9)
Como si, atravesados los ojos y en el otro lado del espejo, entre sombras, existieran
infinitas tierras de hielo, donde un paso o una palabra pronunciada slo accede al hielo.
Y entonces, bruscamente, Orlando caa en una de sus melancolas; la visin de la vieja
arrastrndose por el hielo era tal vez la causa, o tal vez ninguna; y se tiraba de bruces en
el hielo y miraba las aguas congeladas y pensaba en la muerte. (10)
Las palabras quedan detenidas en el silencio. El silencio no concede moradas a los poetas
y profanadores, les ofrece la Muerte.
I am exhausted, I am exhausted-
Pillar of white in a blackout of knives.
I am the magician's girl who does not flinch.
The villagers are untying their disguises, they are shaking hands.
Whose is that long white box in the grove, what have they
Accomplished, why am I cold? (11)
Morir y asesinar se convierte en la tarea rutinaria del poeta. La cada es el lenguaje-
cuchillo que clava su filo en el cuerpo del amado. Del lenguaje. Del mundo. Ceremonia
su muerte angustiante en cada nuevo acto de asesinato. Cuando aquel otro rostro le
muestra "su interior" enmohecido y sucio, siempre sucio. Sangre contaminada:
If I've killed one man, I've killed two-
The vampire who said he was you
And drank my blood for a year,
Seven years, if you want to know.
Daddy, you can lie back now. (12)
Wrap me, raggy shawls,
Cold homicides.
They weld to me like plums. (...)
The blood blooms clean
In you, ruby.
The pain
You wake to is not yours (13)
II
La cada sin fin de muerte en muerte.
Es que no terminara nunca la cada?
A. P. (14)
El amado es el rostro de la amante, desnudada, en la cada. El cuchillo que slo corta es
la hambrienta cada; y la palabra la recoge en un intento de salvar el sinfn de los
lamentos suicidios. La cada es la Muerte que asoma sus hlitos. "Lanza destellos": "It is
shimmering". (15)
La poeta, hastiada, ahora quiere la Muerte pura; que el asesino desborde, desate los nudos
ltimos de "humanidad". La poeta, por su parte, har lo suyo en el poema.
Is it impossible for you to let something go and have it go whole?
Must you stamp each piece in purple,
Must you kill what you can?
There is this one thing I want today, and only you can give it to me. (16)
Alguien la mata poco a poco. Retratos de la salvadora de muertes. Ella, muriendo. En los
poemas. En la escritura. Ansa el fin del morir.
El dolor del filo del lenguaje; como un hilo visitador desde la oscuridad a la luz acude al
crimen, salvia nutriz cuando ella asesina al amado. En el poema. El brillo de las cuchillas
que se acercan a su cuerpo iluminan el filo de su mano que porta el lenguaje. Lleva los
poemas ocultos. Lanzan destellos.
Virginia Woolf escribe en Orlando:
Porque dice bien el filsofo que asegura que la separacin entre la melancola y la dicha
no es ms ancha que el filo de un cuchillo. (17)
Ella penetra y espa armada de lenguaje. El instrumento-viril devorador de la poeta mujer.
Espera ahora la respuesta; la desfloracin del cuerpo-alma del amado que llega, el aullido
de nia virgen que ha sido desnudada vilmente. Crueldad y sombras que despojan a los
amantes-poetas de sus mscaras. "Vctima desnudada" (18) por la obscenidad que corre
todos los velos. Trajes negros de corbatas y sbanas limpias femeninas, mscaras tiradas
a la basura por las sombras que siempre pedan entrar:
Contempla esa fea mscara muerta que tienes delante y no la olvides. Es una mscara
de tiza y detrs tiene seco veneno muerto, como el ngel de la muerte. (19)
El final de la cada. Congelar la obscenidad. Esquirlas de hielo que ahora entren en las
almas de los lectores del poema. Acerquen el fuego del hielo a las sombras que yacen
detrs de las palabras, de las miradas y los ojos lectores. Desencadenen el lenguaje de las
ausencias. El lugar del silencio. Es la victoria del poeta. Que hable el silencio y la
oscuridad, el fro, en el interior de los ojos que leen. Que se tejan los cuerpos sin nombres
desde el poeta a los ojos lectores. Ellos tambin amados. Desnudados. Quien lee recibe
una mirada, perecer desflorado. Vctima a causa de su propia obscenidad. Hurgar en
aquellos poemas. "Como cuando se abre una flor y revela el corazn que no tiene." (20)
Ser ella misma el instrumento que burla los velos y los corre en cada hlito de su cuerpo.
Detener el movimiento de la tierra que gira en el instante en que los ojos no se miran sino
la obscenidad que esconden ellos detrs. (21)
Que el cuchillo no se desprenda de la carne lastimada para luego volver, deseante y
cubierto de lgrimas. Que permanezca enterrado en el cuerpo de la amante. No afuera,
sino adentro. No la angustia del vaco, sino el vaco mismo. No el lenguaje, sino el
silencio. No el morir, la Muerte. No la calidez de las caricias, el fro hielo del filo.
El lenguaje, esquirlas de hielo, el poema, desnudadores habitantes en el amado. En el
lector que recibe el poema-cuchillo. La obscenidad desbordar, devorar los ojos-
espejeantes hendidores y alcahuetes. "This is side of a man: his red ribs,/ The nerves
bursting like trees, and this is the surgeon:/ One mirrory eye-/ A facet of knowledge." (22)
La revelacin de la obscenidad revelar la Muerte. La obscenidad nombra a los amantes y
los confunde, los distingue y los anula; los une y los separa violentamente, similar al acto
de la "verga penetrando a la hembra y saliendo de ella casi por completo para volver a
penetrar." (23)
Detener ese instante en el poema es aspirar a la construccin de poemas-hielo. Acercarse
a ese instante helado a travs de la escritura de poemas que dicen el morir. Retratos de la
salvadora de muertes. Y ahora decir el deseo de la muerte definitiva. Como si ella misma
quisiera morar en el poema-hielo rodeada de Muerte. Y envuelta en vestiduras blancas,
desterrar los colores prpura de su mundo. El poema-muerte escribe su nombre sobre el
cuerpo de la poeta; su mudez y silencio.
El ojo cirujano, el instrumento vejador viril del amado (y tambin l es poeta) es el
cuchillo-lenguaje que la poeta-amante utiliza con tanto arte y mesura en la escritura del
poema. En los trazos de su mano sobre el cuerpo del amado y del mundo. La obscenidad
de su mano clama y pide temas al ojo asesino del amado. A sus instrumentos viriles
penetrantes. A su boca, a sus ojos, a su verga. A los orificios; slo ellos pueden desnudar
la "' verdad".
Ideas de virilidad: conservacin del poder creativo (sexo y escritura). (24)
Escribo como si hubiera un ojo fijo en m. Eso es fatal. (25)
Relato grfico: la prdida de la virginidad. A qu se parece? Bienvenido el dolor, la experiencia. (26)
La musa inspiradora de la poeta es su propio cuerpo-alma. La agona fsica acompaante
de la palabra-cuchilla que corta los miembros, lastima el espritu recamado de sangre y
carne y huesos.
No es el t amado quien le sopla la escritura del poema, es la herida que aquel instaura en
la escritora; le muestra a ella la obscenidad; el espacio rojo donde hallar la autenticidad
del poema, la ''verdad'' de la experiencia trabajada en el poema, la verdad de la
experiencia que huele a carne. (27)
The second time I meant
To last it out and not come back at all
I rocked shut
As a seashell.
They had to call and call
And pick the worms off me like sticky pearls. (28)
La herida que la poeta instaura en la escritura, en el poema, an dice el morir de la poeta.
Dying
Is an art, like everything else.
I do it exceptionally well. (29)
Hacer un alto en el momento del nacimiento, detener el hilo de las sucesoras
resurrecciones. Morar dentro del poema, dentro del cuerpo. La poeta no quiere el dolor y
la angustia de la espera; desea el verdadero color de la Muerte.
La ilusin de rostros nuevos y saber que l es el mismo y son los mismos ellos y sus
obscenidades. Y ella es la misma mujer. Sus mantos no tardarn en vestirse de prpura.
Otra vez.
En la presentacin de su poema Lady Lazarusen la BBC S. Plath dice:
Quien habla es una mujer que posee el grande y terrible don de renacer. El problema es que, para ello, tiene
antes que morir. Es el Fnix, el espritu de la libertad, lo que ustedes quieran. Es tambin, sencillamente,
una mujer buena, normal, llena de recursos. (30)
Ya en el poema ella escribe la intensidad del dolor del alma sacudida por el poema que el
dolor escribe en su cuerpo, en sus rganos.
Colour floods to the spot, dull purple.
The rest of the body is all washed out,
The colour of pearl. (31)
Ser ella la adorada epifana. Alcahuetear las mentiras desde el poema a las veladas
mujeres (32), almas de carne y hueso. Contarles el hechizo del mago, del
lenguaje.Alcahuetear la profanacin y el invento del mundo. Hablarles de las mscaras y
de la "counterfeit snake": (33)
Acetic acid in a sealed tin?
Do not accept it. It is not genuine.
A ring of gold with the sun in it?
Lies. Lies and a grief. (34)
Cesar el hilo de sangre, "and the universe side from my side." Es en la figura del
cirujano-poeta donde el yo amante y el t amado descubren el horror. La poeta cirujano
que hiere el lenguaje inscribiendo en l la forma de la herida sobre su cuerpo por la mano
del t amado, aquel otro cirujano poeta. La herida causada por el mundo, por el lenguaje
y que nunca cesa de supurar, de curarse, de morir. Vive junto a las sombras y destellos de
la Muerte, de la verdad, de la verdadera cara de la Vida.
Sylvia Plath escribe en sus diarios:
Hay veces en las que me domina un sentimiento expectante, como si hubiera algo, bajo la
superficie de mi capacidad de entender, esperando a que lo atrape. (...) Quiz algn da me estalle encima la
revelacin y vea el otro lado de este chiste monumentalmente grotesco. Y entonces me echar a rer. Y
sabr qu es la vida. (35)
El cuerpo-dolor de la amante mujer. La poeta recibe la herida y cae en el espejo . Ella ve
su cada y su muerte-herida; ella ve en el espejo su mano que clava la cuchilla en su
cuerpo cuando el amado la esta mirando; y ella puede ir ms all de sus gestos ymiradas.
Atravesarle los ojos. Ella escribe el trazo del filo. A. Pizarnik dice en un poema: "Vigilas
desde este cuarto/ donde la sombra temible es la tuya" (36)
La poeta desea la cada de todas las mscaras. Y que se descompongan en el foso. Que
ninguna forma la rescate para ascender al mundo. Ninguna poeta. Ningn ojo blanco.
Ninguna ausencia. "Tendr tiempo para hacerme una mscara cuando emerja de la
sombra?" (37)
La cercana del cuerpo fsico amado anticipa la mortal "verdad" . Su cercana a la carne y
a la prdida. A sus gestos y miradas. El hombre (y l adems es poeta) no puede escaparle
tanto tiempo a las sombras. Ellas le burlarn y se escaparn por cualquier hueco,
asomarn desde todos los orificios de su cuerpo.
Ella est cerca del verdadero rostro del Amor, su olor a boca podrida y las caries que
desmienten todo. Por ellas la obscenidad segrega pequeas verdades, "pequeas
muertes". Pero la mujer-amante que est cerca acelerar la erupcin que acabar con
todo, con ellos. Con el espejo que simula conocerlos y confunde el miedo.
En su cuento La puerta de piedra Leonora Carrington escribe:
Con una mscara puesta, me encuentro a cuatro patas, con la nariz rozando casi el hocico de un lobo.
Nuestros ojos se juntan en una mirada, aunque permanecemos ocultos, yo detrs de mi misma, el lobo
detrs de l; estamos divididos por nuestros cuerpos separados. Aunque nos miramos atentamente a los
ojos, un muro transparente nos asla de la explosin en donde las miradas se cruzan fuera de nuestros
cuerpos. Si por algn poder lograse yo captar esa explosin, esa misteriosa zona exterior donde el lobo y yo
somos uno, quizs se abrira entonces la primera puerta y revelara la cmara que hay detrs. (38)
Si las sombras-miradas se tocaran, si la verdad irrumpiera el espejo estallara y junto con
l los dos amantes; o un bloque de hielo congelara la cita nocturna celebrada. La
muchacha sacrificada es quien oficia el sacrificio y marca el crculo de divinidad que
rodea al poeta-amado; en espera de su pronta profanacin. La mujer contempla el reflejo
de las espadas sobre su rostro. En el fuego. La mirada al sol. G. Bataille dice: "La
ereccin y el sol escandalizan lo mismo que el cadver y la oscuridad de las cuevas." (39)
La muchacha ofrece su cuerpo en sacrificio. Ella es sabedora de su viaje hacia el sol. El
fuego y el fro del silencio, de la "verdad". La explosin aniquilara la escritura. Ella
escribe y desea la escritura en tanto que desea la verdad de los orificios bucales del poeta
amado. El hielo alrededor de los ojos blancos acabara con la escritura de ambos poetas.
El an continua escribiendo la obscenidad sobre el cuerpo de ella. Sus ojos y su sangre no
cesan de dejarla morir, implorante. El sabe del terror que llevan oculto:
I know why you will not give it to me,
You are terrified
The world will go up in a shriek, and your head with it,
Bozzed, brazen, an antique shield, (40)
Si la obscenidad es revelada en su ''enormidad' el espejo estallara. La escritura del poema
perece. El fin solo puede ser posedo por los nombres del hielo y el silencio.
Las palabras-cosas slo son cuerpos que vehiculizan la oscuridad. Y la cegadora luz.
Cada poeta mujer, cada escritora es slo el cuerpo que viste "el poeta" eterno. La
eternidad del poema que nunca cesa de escribirse-escribirlo. En un determinado punto de
la eternidad la poesa de Sylvia Plath yace como una piedra de hielo, nica estacin.
Sylvia Plath es una escritora mujer y ella tambin "no es menos heredera que iniciadora".
al recordar el ensayo de Virginia Woolf sobre "la novela y las mujeres" (41) Ocupa un
eslabn inmvil en el hilo de los sucesores poetas. Creo que esta es la victoria del poeta,
ser heredero e iniciador.
Un nacimiento y muerte en la Poesa del poeta. Como la vida misma tambin del poeta es
una sucesiva cadena de nacimientos y muertes, y suicidios. Y la mujer siempre es la
misma. "I am the same, identical woman." (42) La condena es inextinguible. En las
cenizas el susurro del lenguaje vuelve a pronunciar la palabra.
Mi credo es que ese poeta que jams escribi una lnea y que yace en la encrucijada, vive todava. (...) Pero
vive, porque los grandes poetas no mueren: son presencias continuas; solo precisan una oportunidad para
andar entre nosotros de carne y hueso. (43)
La poeta-"mujer viril" escribe el poema. El asesinato y muerte del amor.
El instrumento filoso es la virilidad que asoma en la escritura del poema. El poema es una
mujer poseda por el lenguaje , los instrumentos cortantes. La mujer que oculta la
virilidad de su rostro y es desnudada en el acto potico. (44)
En la obscenidad el rostro del amante y el amado forman un solo cuerpo potico. La
mujer poeta y el varn perecen en tanto oposicin. Ella hiere y burla con la misma
intensidad. La obscenidad los nombra rememoradores de inocentes sacrificios rojos.
Muriel Valcarcel
NOTAS
(1) Laitinen, Kai. Literatura finlandesa: breve introduccin. Otava : Helsinki, 1991 p. 9
(2) Pizarnik, A. "Los posedos entre lilas" En: Obras completas. Corregidor: Buenos
Aires, 1994 p. 395
(3) Plath, Sylvia "The munich mannequins" En: Ariel. Hiperion : Barcelona,
1995.
(4) Bataille, George "Sacrificios" En: El ojo pineal precedido de El ano solar y
Sacrificios. Pre-textos : Valencia, 1979 p. 23
(5) Plath, Sylvia. Op. cit. p. 156
(6) Plath, S. Op. cit. "The snow dops it pieces of darkness" p. 154
(7) V. Pizarnik, Alejandra Op. cit. "Relectura de Nadja de Andre Breton" p. 395
(8) Ibidem "Extraccin de la piedra de la locura. Caminos del espejo II" p. 131
(9) Plath, Sylvia Op. cit. "Nick and candlestick". p. 82
(10) Woolf, Virginia. Orlando. Sudamericana : Buenos Aires,1993. p. 34
(11) Plath, Sylvia Op. cit. "The bee meeting". pp. 126-128
(12) Plath, S. Op. cit. "Daddy" p. 116
(13) Plath, S. Op. cit. "Nick and the candlestick" pp. 82-84
(14) Pizarnik, A. Op. cit. "El hombre del antifaz azul" En: "El deseo de la
palabra"
(15) Plath, Sylvia. Op. cit. "A birthday present" p. 98
(16) Plath, Sylvia. Op. cit. p. 100 En el poema "Years" la poeta repite el
deseo: "Eternity bores me/ I never wanted it" p. 152
(17) Woolf, Virginia Op. cit. p. 34
(18) Bataille, Georges Op. cit. V. "El ojo pineal" pp. 53-54
(19) Plath, Sylvia. Diarios. Alianza : Madrid, 1996. "10 de enero de 1953"
p. 105
(20) Pizarnik, A. Op. cit. "Caminos del espejo III" p. 131
(21) Bataille, G. Op. cit. "El ano solar" pp. 13-20
(22) Plath, S. Ariel. Op. cit. "Berck-Plage (III)" p. 62 V. Poema completo.
(23) Bataille, G. Op. cit. p. 16
(24) Plath, Sylvia. Diarios. Op. cit. Diarios. p. 386
(25) Plath, S. Ibidem p. 445
(26) Plath, S. Ibidem p. 387
(27) V. Poema "Cut"
En los Diarios de S. Plath:
"Hay veces en las que me domina un sentimiento expectante (...). Es una
tortura semejante a la de estar a punto de recordar un nombre, pero sin
lograrlo del todo. Me sucede cuando pienso en seres humanos, en cmo es
posible relacionar la extraccin de las muelas del juicio con la evolucin gradual del pelo
del cuerpo humano, el ajuste del ojo a la letra menuda de imprenta, al movimiento rpido
lleno de colores, del siglo XX. Me domina un sentimiento, vago y nebuloso, cuando
pienso en la prolongada adolescencia de nuestra especie, los ritos del nacimiento,
matrimonio y muerte, todas las brbaras ceremonias primitivas adaptadas a los tiempos
modernos. Casi me parece que esa mayor pureza bestial, desprovista de razn. Sin duda
hay algo ah que me espera. (...)"
V. p. 32 "Julio 1950, Wellesley"
(28) Plath, S. Ariel. Op. cit. "Lady Lazarus" p. 34
(29) Ibidem p. 34
(30) Ibidem Ariel. Notas a los poemas. p. 181
(31) Ibidem "Contusion" p. 172
(32) V. Pinturas de Leonora Carrington. "Green tea", "Crow Catcher", "The
lovers". En: Chadwick, Whitney. Leonora Carrington : la realidad de la
imaginacin. Era : Mxico, 1994.
(33) V. el poema de Dylan Thomas "If I were tickled by the tub of love".
Canta la mirada de muerte-amor; es la posibilidad del Amor que le
revelara la muerte, a quien yo no temera. Comparacin con el poema
"A birthday present"
If it were death.
I would admire the deep gravity
Of it, its timeless eyes
I would know you were serious
There would be a nobility then,
There would be a birthday.
"If I were tickled by the rub the love"
de D. Thomas
If I were tickled by the
urchin hungers
rehearsing heat upon a raw-edged nerve.
I would not fear the devil in the loin.
Nor the outs poken grave.
El hombre que niega el ofrecimiento de la verdad es la "counterfeit snake".
Vigilante recolector de velos, anfitrin de las fiestas de lutos. La poeta clama el
fin, la verdad. El vrtigo de ambas cadas, miradas sin manos "salvadoras de muertes",
suicidas, asesinas. Sin poemas.
(34) Plath, S. Op. cit. "The couriers" p. 24
(35) Plath, S. Diarios. Op. cit. p. 32
(36) Pizarnik, A. Op. cit. "Estar". En: "Extraccin de la piedra de la locura". p.
127
(37) Ibidem "La mesa verde" p. 223
(38) Carrington, Leonora "La puerta de piedra" En: El sptimo caballo. Siruela
: Madrid, 1992. pp. 105-203
(39) Bataille, G. Op. cit. "El ano solar" p. 18
(40) Plath, Sylvia. Op. cit. "A birthday present" p. 100
(41) Woolf, Virginia. Un cuarto propio. Sur : Buenos Aires, 1980.
(42) Plath, S. Ariel. Op. cit. "Lady Lazarus" p. 34
(43) Woolf, V. Un cuarto propio. Op. cit. p. 110
(44) Woolf, Virginia Un cuarto propio. Op. cit. V. Captulo sexto pp. 93-110 Sobre el
concepto de "inteligencia andrgina", "mujer-viril" y "viril-mujeril".
BIBLIOGRAFA
Bataille, Georges. El ojo pineal precedido de El ano solar y Sacrificios. Pre-textos :
Valencia, 1979.
Bataille, Georges. El erotismo. Barcelona : Tusquets.
Bataille, Georges. Las lgrimas de Eros. Barcelona : Tusquets.
Beauvoir, Simone de El segundo sexo 1. Los hechos y los mitos. Siglo veinte. Alianza:
Mxico, 1994.
Borges, J. L. "La rosa de Paracelso". En: "La memoria de Shakespeare. Obras
Completas. III. Emec : 1993.
Carrington, Leonora. El sptimo caballo. Siruela : Madrid, 1992.
Chadwick, Whitney. Leonora Carrington : la realidad de la imaginacin. Era :Mxico,
1994.
Laitinen, Kai. Literatura finlandesa : breve introduccin. Otava : Helsinki, 1991.
Pizarnik, Alejandra. Obras completas. Corregidor : Buenos Aires, 1994.
Plath, Sylvia. Ariel. Hiperion : Barcelona, 1995.
Plath, Sylvia. Diarios. Alianza : Madrid, 1996.
Woolf, Virginia. Orlando. Sudamericana : Buenos Aires, 1995.
Woolf, Virginia. Diario de una escritora. Sur : Buenos Aires, 1954.
Woolf, Virginia. Un cuarto propio. Sur : Buenos Aires, 1980.

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